El espacio comunal y la liberación nacional

 

ABSTRACT

Cada formación social, cada modo de producción concibe sus formas particulares de producción del espacio, crea un cierto orden histórico espacial de objetos y formas,  que es paralelo el orden social y político; de esta manera, la historia de un espacio social concreto nos permite periodizar el desarrollo de los procesos productivos que son el testimonio de una o de las diferentes fases de un modo de producción. Una sociedad con un modo de producción concreto interviene las regiones naturales y crea nuevos paisajes culturales que pueden trascender su tiempo histórico, resemantizando las funciones sociales de los suelos, de las formaciones vegetales, de los edificios administrativos, las iglesias, las viviendas, etc., los cuales pasan a conformar vestigios de tiempos históricos anteriores dentro del nuevo espacio social.

 

Palabras clave: Revolución Bolivariana, socialismo comunal, espacio social comunal.

 

 

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Hipótesis estratégica sobre  la producción del espacio social comunal

 

Una de las prácticas que debe seguir profundizando la revolución bolivariana para construir el socialismo comunal,   es la  producción del espacio social que represente los cambios históricos que el proceso produce en nuestra sociedad, manifestando así su capacidad creativa para actuar responsablemente sobre el ambiente natural, sobre la vida cotidiana, sobre los códigos  y las formas culturales y sociales de la población, creando las condiciones políticas que permitan sostener en el tiempo la integridad del nuevo espacio social revolucionario. El socialismo comunal se concreta territorialmente mediante la construcción de los consejos comunales y las comunas,  células que sirven de base al Poder Popular y se materializan en territorios concretos que le son propios a los sujetos que lo integran y con los cuales estos se identifican.

Los consejos comunales, y las comunas, expresión concreta de la democracia directa, participativa y protagonica, son instancias donde participan, se articulan, e integran  diversos movimientos sociales comunitarias que  permiten al pueblo organizado   gestionar directamente la administración  de la vida comunal y planificar proyectos económico, sociales, culturales y políticos orientados a  solucionar sus necesidades y aspiraciones de las comunidad a los fines de construir  la sociedad democrática y de  justicia social., participativa y protagónica que establece  la Constitución Bolivariana.

 

El socialismo comunal, en el marco de la propiedad social, tiene  como objetivo central promover  procesos socioproductivos diversos: agropecuarios, industriales, de servicios, etc,  con base a los cuales se formen redes, proyectos intercomunales regionales para el cambio, la distribución y el consumo equitativo y democrático de los bienes de cambo y de uso entre las comunas. Ya en muchas regiones de Venezuela, los Consejos Comunales y las Comunas rurales han comenzado a estimular experiencias motivadas por la participación voluntaria de los productores  tales como las ferias y mercados para vender directamente  sus productos, obviando la utilización de intermediarios que encarecen los precios de los mismos al añadirles el porcentaje de su comisión. De la misma manera,los comuneros y otros movimientos sociales vinculados a las comunas,  organizan de común acuerdo ferias donde el trueque de bienes de uso  suplanta la utilización del dinero como medio de cambio.

Los problemas culturales que sera necesario abordar para llegar en algún momento a implantar el sistema comunal en Venezuela, son muy variados y complejos, particularmente en el caso de  las comunas urbanas y periurbanas donde la lucha de clases es mas intensa.. Las investigaciones llevadas a cabo por nuestros alumnos del Seminario de Geohistoria y Subjetividad de la Escuela Venezolana de Planificación en parroquias como La Candelaria, Caracas, Los Altos Mirandinos y los Valles del Tuy y en Cagua, Edo. Aragua revelan la necesidad de estimular la subjetividad revolucionaria en las oblaciones en estudio, así como de organizar programas de investigación transdisciplinaria que aporten soluciones a problemas graves como el uso de los suelos y las aguas, la degradación de los ambiente naturales y sociales y problemas étnicos graves que surgen por la inserción en la comunidad criolla original, de inmigrantes colombianos que no comparten  ni toman en consideración la memoria histórica de los venezolanos ni las metas  didácticas de las escuelas bolivarianas. En ambientes rurales o periurbanos donde predominan los grupos humanos de tradición cultural venezolana, como es el caso de Boconoito, Edo. Trujillo, la investigación social revela que la colaboración de clase entre comuneros y propietarios privados de tierra es posible, orientando el proceso comunal hacia el logro de objetivos socioeconómicos comunes.

El desarrollo de comunas industrialistas urbanas y periurbanas con base al proceso denominado por el Comandante Chávez como “punto y círculo”  requeriría, a nuestro juicio procesos mas complejos de negociación entre los comuneros y las mismas empresas y sus trabajadores, sean del Estado o privadas,  cuyo personal esta sujeto a convenciones obrero-patronales y que  dependen del mercado nacional para colocar su producción. Todos estos temas ya deben haber sido abordados por las diferentes instancias de gobierno que planifican y guían  el desarrollo de la sociedad comunal con mayor pertinencia que la nuestra.

El motor de la política nacional para la transformación del espacio urbano,  el periurbano y rural está conformado por la Gran Misión Vivienda Venezuela,  la Misión Barrio Adentro Barrio Tricolor  y el Ministerio del P.P para las Comunas- En el caso concreto del del espacio urbano y el rural, gracias a la acción mancomunada de  la Gran Misión Vivienda Venezuela y la Misión Barrio Adentro Barrio Tricolor y el Ministerio del P.P para las Comunas, se ha logrado alcanzar la extraordinaria meta de más de un millón de viviendas construidas y modernizadas y  la estructuración  más de mil comunas y decenas de miles de consejos comunales, movimientos sociales y frentes de trabajo colectivo. Ello se ha traducido en un significativo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad venezolana aunque, sin embargo, no se ha logrado todavía afectar la reproducción de las relaciones  capitalistas de producción dominantes en Venezuela. Esto ha permitido que se mantenga activo el despotismo de la burguesía nacional parasitaria y su capacidad para, manipular a su favor las presiones del mercado mundial capitalista y del mercado interno capitalista sobre la Revolución Bolivariana, sobre las commodities (petroleo, gas, alimentos, piezas de recambio, y servicios importados, etc)  cuya escasez afecta la vida cotidiana del pueblo venezolano.

Por aquellas  mismas razones es que la Asamblea Nacional -ahora controlada por los grupos políticos de la extrema derecha- intenta dictar leyes neoliberales cuyo objetivo restaurar el antiguo mercado capitalista inmobiliario,  transformando así  la propiedad de la vivienda, instituida por la Revolución Bolivariana  como  un derecho social del pueblo venezolano, en una mercancía inmobiliaria

 

 

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La agricultura urbana y el orden territorial comunal

El énfasis que le ha dado el gobierno revolucionario a la agricultura urbana constituye, a nuestro juicio, una forma inteligente de resolver la relación dialéctica entre campo y ciudad. Los barrios urbanos, en la medida que puedan producir sus propios insumos alimenticios, particularmemente hortalizas y verduras, huevos y carne de aves, logran de esta manera introducir una nueva dimensión sociocultural en su vida cotidiana creando estaciones de radio,  televisoras y periódicos comunales que contribuyen a  crear conciencia sobre la vida cotidiana y a fomentar la identidad histórica y cultural de la población comunera.

La población urbana en Venezuela alcanza el 85% del  total del país. La mayor parte de aquella, que vive en barrios populares, tiene un origen cultural campesino (abuelos, padres), personas que migraron hacia las ciudades hace dos o tres generaciones buscando una nueva vida. Los migrantes colombianos y de otras nacionalidades que viven en dichos barrios tienen también en su mayoría, directa o indirectamente, un origen campesino. Aun en estas condiciones, el llamado “regreso al campo”para desconcentrar las zonas urbanas del norte y el oeste de Venezuela esta limitado por las características del tiempo libre y del tiempo de trabajo que determinan el ritmo de la vida cotidiana de la población de los barrios y las parroquias que eventualmente podrían conformar comunas y consejos comunales. Abandonar el bario para ir a cultivar la tierra en zonas rurales, representa para las personas una ruptura  cultural con los tiempos de la vida cotidiana que no todas  pueden afrontar. Desarrollar las áreas de cultivo en el territorio del barrio o la aparroquia, la popularización del  nuevo concepto tecnológico de la agricultura urbana, permite crear espacios laborales y puestos de trabajo que no requieren la existencia de desplazamientos físicos fuera del espacio de vivienda, con  la posibilidad de construir un mercado comunal para la colocación de la producción agrícola-avícola, restituyendo también la significación del elemento lúdico que consolide la vida social colectiva y espontánea. De esta manera el espacio social, el área territorial de convergencia de los intereses diversas comunas,  podría llegar a asimilarse con el concepto de la antigua parroquia o eventualmente con el  de municipio.

 

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Lucha de clases y producción del espacio social comunal

En una sociedad en proceso de transformación como la venezolana,   las desigualdades  culturales y socio-económicas que se expresan a través de la lucha de clases, han jugado un papel relevante en la producción del espacio social capitalista que comienza a ser subvertido por los logros de las misiones sociales como la Gran Misión Vivienda Venezuela y la Gran Misión Barrio Adentro Barrio Tricolor y las bases de misiones.  En colaboración con las comunas urbanas y los movimientos sociales, aquellas  han logrado, como hemos expuesto, la construcción de miles de nuevos urbanismos así como la modernización arquitectónica de las antiguas barriadas incluyendo la infraestructura de salud, educación y alimentación, la infraestructura vial, de electrificación y telefonía, de gas domestico,  de aguas blancas y, excretas, etc. Para apalancar aquel proceso, las comunas y consejos comunales disponen de medios institucionales tales como  Mesas Técnicas del Agua y Saneamiento, Mesas Técnicas de Educación, Comités de Tierra Urbana, Comités de Salud, Consejos Comunales de la Planificación Pública, etc- Esta especie de gabinete comunal tiene como responsabilidad estudiar los problemas que surgen en sus diversas áreas de competencia y preparar los proyectos para resolverlos con la ayuda técnica de los organismos del Estado. Para financiar la ejecución de los diversos proyectos públicos, el gobierno Bolivariano concede ayuda financieras a las comunas, ayudas que son administradas a través de los  Bancos Comunales.

La creación  en Venezuela de la Sociedad Comunal Socialista  representaría así la  forma espacial concreta que logrará  la resistencia popular contra el capitalismo, la base territorial para crear un nuevo bloque histórico del poder socialista.  En dicho espacio social revolucionario, tanto las comunas como las misiones sociales, los movimientos sociales y demás organizaciones que generan y llenan dicho espacio, están llamados a constituir una suerte de medio de producción que adquiere una forma territorial, conformado por las redes de intercambio, los flujos de materias primas y de energía, la tecnología, la división del trabajo, la influencia del Estado y de las superestructuras de la sociedad  que forman parte de las fuerzas productivas donde se apoya el poder popular.

 

La integración de comunas rurales, urbanas y periurbanas en un nuevo sistema espacial, permitiría  visualizar la dialéctica territorial del Poder Popular contrastada con la de las instituciones que sostienen la hegemonía social y cultural del capitalismo venezolano-. Representaría, quizás, la  última fase espacial del milenario proceso de formación y consolidación del territorio de la nación venezolana, espacio geográfico colonizado y humanizado por el trabajo social de generaciones pasadas. Para lograr aquella meta es necesario lograr la construcción relacional de las subjetividades comunales que darán nacimiento  a la nueva sociedad organizada territorialmente en colectivos localizados más allá del control metabólico social del capitalismo. Estos colectivos serían capaces de alcanzar  tanto la soberanía productiva,  alimentaria, agropecuaria como la industrial, la tecnológica y la cultural, donde el ambiente y los espacios naturales ya no serán una mercancía sino un bien que garantice el buen vivir de la comunidad humana.

 

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Cartografia y Memoria Histórica Comunal.

 

El documento de constitución de un consejo comunal o de una comuna, según la lay, pasa necesariamente por la elaboración de una carta de identidad cultural que debe ser redactada por los miembros de aquellas. Esta carta equivale a establecer tanto las referencias territoriales que delimitan la extensión de la comuna o el consejo comunal, como del tiempo histórico que se expresa en una memoria histórica compartida por todos los ciudadanos y ciudadanas. Ello significa, como dice Lefebvre (1978: 198), estimularlos para que todos  y todas participen de la vida comunal, darles un poder real tanto en la sociedad como a nivel de los conocimientos tanto en la escuela, como en la fabrica, en los problemas de la vivienda, en la vida social, transformando la ideología comunitaria en un idealismo político y un tipo  ideal en una utopía democrática.

En el breve lapso que ha transcurrido desde la aprobación de la Ley de Consejos Comunales en 2006, como es de esperarse, muchos consejos comunales no  han logrado alcanzar  todavía plenamente el sentido de corresponsabilidad que implica  el trabajo social comunitario para  la solución integral de sus problemas- Para solventar esa carencia, pensamos que sería necesario  inducir en la conciencia de  los colectivos conceptos como  colectividad o comunidad para reintroducir en la cotidianidad de las cosas de la comuna o del barrio:, la conciencia de la vida social, de la vida compartida.

 

Para que  los venezolanos podamos visualizar cabalmente la significación tanto espacial como territorial del proceso que venimos de analizar, sería necesario establecer tanto una cartografía de los espacios creados por la Sociedad Comunal Socialista en construcción, así como el nuevo concepto historiográfico que explique y legitime los cambios que se están operando en Venezuela gracias  al actual proceso de cambio histórico revolucionario. De esta manera desde la escuela bolivariana se asentarían en el imaginario de los niños y en el imaginario popular en general,  los elementos visuales del espacio nacional que crea el sistema de comunas, particularmente mediado por el carácter transversal y democrático de las redes sociales del Poder Popular Socialista. Ese nuevo espacio permitiría trascender la concepción territorial jerárquica capitalista expresada en el Mapa de Codazzi de 1840,   el cual representa cartográficamente  la estructura del poder liberal burgués  creada por la IV República. Por una sabia razón los salones de la escuela primaria de nuestra época, le década de los años cuarenta del pasado siglo, tenían colgados en sus paredes tanto el mapa político como el  físico de Venezuela para que el alumno tuviese siempre presente la imagen concreta de la nación venezolana. Los contenidos  esenciales de dicho mapa han sido conservados  hasta nuestros días, a pesar que las transformaciones historicas ocurrida durante los años de la Revolución Bolivariana han complejizado grandemente la  regionalización del territorio nacional.

 

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La sociedad comunal y el poder popular

Según Marx, la presencia de una realidad concreta  en un espacio determinado puede ser explicada en términos de su génesis temporal. Cualquier actividad  que se desarrolle en un tiempo histórico produce al mismo tiempo un espacio y solo podrá alcanzar realidad o existencia concreta dentro de dicho espacio al inscribirse en el mismo por medio de acciones humanas, particularmente aquellas relacionadas con el trabajo (Lefebvre 1995: 115-117).

Es en aquel sentido que la sociedad comunal y el Poder Popular -que conforman la idea medular del proyecto chavista para transformar la sociedad venezolana-  se inscriben dentro del tiempo histórico de la revolución bolivariana y se expresan así mismo dentro de los espacios, de los territorios concretos donde se construyen las comunas y los consejos comunales. El Presidente Chávez reconoció este carácter constituyente, sustantivo, del poder popular al asentar que tanto la sociedad comunal como el Poder Popular conforman la idea medular del proyecto chavista para el cambio histórico de la sociedad venezolana: Dijo el presidente Chávez:

Todos los motores constituyentes son tributarios o convergen sobre el quinto (motor), que es el máximo, el de máxima fuerza, el que debe ser el motor principal. ¿Cuál es? La explosión revolucionaria del poder comunal:  los Consejos Comunales… el quinto motor constituyente…Y es esencial…”  (Chávez 2007: 40).

La meta de la sociedad comunal socialista, tal como lo propuso el Presidente Chávez, es la de abolir o al menos neutralizar aquellas instituciones específicas que sostienen la hegemonía del capitalismo; ello debe ser, es el primer paso revolucionario hacia la construcción de un nuevo bloque histórico del poder socialista en Venezuela, representado por el Poder Popular, fundamento de  la sociedad y de un  futuro Estado comunal socialista.

El Poder Popular está representado, hasta el presente, por 1.500 comunas que integran 40.035 Consejos Comunales, 1294 Salas de Batalla Social que ejercen la coordinación entre todos ellos, 28.791 movimientos sociales y 71.521 redes de organizaciones sociales creadas bajo el impulso de la Revolución Bolivariana, sustentadas en las diversas misiones sociales que han transformado profundamente la realidad venezolana. Las comunas que integran a los Consejos Comunales, organizan también empresas de producción social de bienes y servicios bajo un régimen de propiedad social. Algunas de las grandes y exitosas comunas como Ataroa,  Palito Blanco y el Maizal y cooperativas organizadas bajo el pricipio de la economia social como Cecosesola (Central Cooperativa de Servicios Sociales de Lara) entre otras, que abarcan extensos territorios en el occidente de Venezuela e integran miles de familias, constituyen NUDES (Núcleos de Desarrollo Endógeno) que han logradologrado producir y distribuir gran cantidad de productos agropecuarios y  otros bienes y servicios producidos en sus empresas socioproductivas.  Las comunas están a su vez integradas a nivel regional en un Parlamento Comunal así como en un Parlamento Comunal Nacional cuyos representantes son elegidos democráticamente por los colectivos..

La localización geográfica,  la extensión territorial y la variedad de contenidos sociales, culturales y económicos que caracterizan a cada comuna, así como su participación en otras redes sociales como los mercados de diferentes tipos, pedevales, mercales, etc debería ser representada de una manera cartográfica accesible al conocimiento popular- Estos mapa tendrían la capacidad de mostrarnos visualmente que las comunas no son simples accidentes administrativos aislados, sino una extensa red social que se va convirtiendo en un proceso cultural, en un proceso civilizatorio determinado por la contingencia histórica, cultural, política y ambiental y el cambio de énfasis en el desarrollo de las fuerzas productivas que esta implícito en la adopción de un sistema sociocultural y económico alternativo, postcapitalista. En este sentido, debemos recordar que el  origen del sistema comunal socialista bolivariano alude a una linea de desarrollo   que es producto de una secuencia histórica concreta, el proceso civilizatorio, que es el vehiculo de propagación de las revoluciones tecnológicas que conducen hacia la actualización histórica de los pueblos. Estas transformaciones sociales  son el producto de la actividad humana, del trabajo de hombres y mujeres que conscientemente ponen fin o permiten el surgimiento de nuevos sistemas sociales, cuando pierden vigencia las leyes específicas de una formación formación social para dar paso a una nueva- (Ribeiro 1992:24-25,36; Sanoja 2012: 40-41).

No podemos pasar por alto en Venezuela, la existencia actual de movimientos históricos regresivo auspiciados tanto por la derecha politica local  (particularmente empresarios y comerciantes parasitarios) como por las oligarquías imperiales que se sienten amenazadas por el surgimiento de una nueva hegemonía política, sociocultural y económica  representada por el socialismo comunal bolivariano.; para evitar su consolidación someten a nuestro pueblo a todas las humillaciones y crueldades que trae consigo la guerra económica que han desatado en nuestra contra.

Podríamos decir también , que el actual movimiento regresivo de la derecha venezolana contra el socialismo comunal bolivariano, refleja igualmente el estancamiento tanto ideológico como práctico de su clase política  el  agotamiento de las posibilidades y potencialidades de la formación social  venezolana nacida en 1830 y su bloque oligárquico de poder  conocida historicamente como la IV República (Sanoja 2011: 327)..

El proceso civilizatorio comunal esta motorizado por una revolución contra  los sistemas productivos del antiguo régimen capitalista rentista-exportador de materias primas (vegetales, animales y minerales) e importador de la gran mayoría de  las tecnologías, los productos culturales y de los bienes terminados que consume la población de nuestro país. El socialismo comunal bolivariano, tal como lo concibió el Comandante Chávez, se orienta por el contrario  al logro de la independencia política, soberanía económica y en particular la soberanía alimentaria, como fundamento para lograr la emancipación de nuestro pueblo en todos los ordenes de la vida.

El sistema comunal, como apuntamos anteriormente, no constituye una invención fortuita de la Revolución Bolivariana, por el contrario, como lo muestran las investigaciones antropológicas llevadas a cabo durante décadas por   nuestro grupo de trabajo (Sanoja 1969, 1988, 2011; Sanoja y Vargas 1992, 1999 2007, 2015:277-279; Salazar 2014), la cultura comunal, se asienta en las antiguas tradiciones comunitarias originarias venezolanas. Las comunas, que constituyen la forma espacial concreta que adquiere la resistencia popular contra el capitalismo, están fundamentadas en la propiedad social, en la acumulación colectiva de conocimientos y experiencias, la estructuración socio-espacial de las fuerzas y agentes, el arraigo a la comunidad y la identidad cultural y de clase.

Los revolucionarios chavistas debemos tomar conciencia que la construcción de una  futura sociedad comunal socialista es como un prisma que tiene muchas facetas. El manejo acertado de la coyuntura política  es  responsabilidad del gobierno revolucionario mientras la consolidación del proceso histórico es la tarea del  pueblo-sujeto organizado como Poder Popular. El cumplimiento de esta tarea sólo será posible cuando el Poder Popular lleve a termino  una verdadera transformación radical y revolucionaria del modo de producción y de las relaciones sociales capitalistas heredadas del Estado Liberal Burgués. Para que esta idea pueda plasmarse en el imaginario popular, sera necesario formar la conciencia del sujeto revolucionario así como  elaborar una nueva cartografía del espacio nacional que señale visualmente a los sujetos las nuevas coordenadas, las variables fundamentales del poder popular, los consejos comunales y las comunas, integradas con las redes socioproductivas y las misiones sociales que permitirán articular la cadena de valor de las materias primas, diversificando la producción para satisfacer las necesidades económicas y sociales de la población. Aquellas redes transversales regionales que representan una alternativa  postcapitalista, funcionarían como un tejido conectivo que circunscribiría los centros urbanos, estimulando la circulación, la distribución y el consumo de bienes y valores (Vargas-Arenas y Sanoja 2015 a-b).

El desarrollo regional de las redes comunales socioproductivas transversales, apoyadas y coordinadas con  el sistema de misiones sociales que están transformando profundamente la sociedad venezolana, solo podría tener sustento en espacios donde sea hegemónica la propiedad social, la cual es producto de una relación social que garantice a todas las  personas  la posesión y el disfrute   de los bienes y servicios fundamentales para una buena vida, relación que solamente puede tener vigencia plena dentro de una sociedad comunal socialista. Dicha propiedad, sustentada desde sus orígenes en valores sociales y culturales comunales, no puede tener vigencia plena dentro una sociedad capitalista,  ya que todos los valores sociales y culturales así como las normas jurídicas del capitalismo, consagran el derecho  de una clase a  poseer tanto los medios de producción  como los bienes y servicios que  de ellos derivan (Sanoja y Vargas Arenas 2016: 2-3; m.s)

Hacia finales del siglo pasado, el científico social venezolano D.F. Maza Zavala habían anticipado  que en el siglo XXI  el área de propiedad puramente estatal tendría que ser limitada por el desarrollo de otras formas avanzadas de propiedad social, común o colectiva que podríamos asimilar al actual sistema comunal. Consideraba Maza como deseable que el Estado conservase la propiedad y el control de las actividades productivas básicas, aunque observaba que “… La socialización, que es en esencia dominio de lo social por la sociedad, exige la participación colectiva en la toma de decisiones, el control de los intereses  públicos o sociales por organizaciones y dispositivos institucionales de índole popular: profundizar la democracia, erradicar las elites de poder y el poder de las elites, para desarrollar en su lugar el poder del pueblo (Maza Zavala 1985: 135-136).

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El proceso civilizatorio comunal formulado por el Presidente Chávez, del cual nos habló también Maza Zavala, debe adquirir carácter protagónico dentro del proyecto de los 15 motores productivos que ha propuesto a la nación el Presidente Maduro como respuesta a la grave crisis económica, social y cultural que ha desatado la baja mundial generalizada de los precios de los hidrocarburos y las materias primas en general. Para hacer frente a aquella  crisis,  la Revolución Bolivariana no solamente debe desarrollar las fuerzas productivas de la nación sino que  también, como hemos enfatizado anteriormente, debe dar lugar a un cambio en el frente de lucha para construir el socialismo comunal que inicie la reorientación estratégica del proceso bolivariano. Esta reorientación estratégica tendría como objetivo principal asignar un papel protagónico al desarrollo regional autogestado de las comunas sobre el cual descansa la consolidación del poder popular.

El desarrollo regional autogestado de las comunas de diverso estilo: campesinas, urbanas, periurbanas, industriales, de servicio, etc., exige acelerar el proceso de  organización de las comunas en proyectos regionales donde, a la par de las nuevas relaciones sociales (comunales) de producción se gesten empresas de propiedad social que regionalizen en lo posible las cadenas de producción, distribución y consumo de bienes materiales y servicios para la reproducción de la vida social en las comunas.

Con base a la relación transversal que se establezca dentro de cada proyecto regional y de cada estructuración inter-proyectos, será posible comenzar a pensar en el desarrollo de una nueva geometría territorial de poder que progresivamente sustituya la estructura política basada en estados y municipios heredada del estado  burgués para consolidar las oligarquías políticas regionales.

 

 

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2016

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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