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El 10 de mayo de 1865, Mariano Melgarejo mandó ejecutar al periodista Cirilo Barragán por un artículo que molestó a su dictadura. El 10 de mayo de 1938, Germán Busch decretó el Día del Periodista. Con su medida se daba el primer paso para reconocer esta actividad como una profesión y se validaba el derecho a la jubilación.
No hace falta ser muy perspicaz para darse cuenta de que los periódicos sirven a intereses de grupos. Pero se supone que un periodista debe informar “la verdad” y que, por relativa que ésta pueda ser, difícilmente puede llevar a contar “verdades” completamente opuestas.
Los psicólogos se hicieron psicólogos para ayudar a la gente con problemas de depresión, ansiedad, etc. Imaginemos que cualquier psicólogo, durante el tiempo que se dedicara a la práctica clínica, se hubiera dedicado a fomentar la depresión, la ansiedad, etc., entre sus clientes. Hubiera sido demencial, ¿no?. Entonces, ¿cómo podría uno llamarse periodista, y decir que su misión es informar verazmente a la gente y, luego, consagrar su vida a desinformar, tergiversar y manipular la opinión pública? El buen periodista jamás hace lo anterior.
Los profesionales de la información dan a la sociedad en general y a la clase política en particular ejemplos de manejo de “la verdad”, por lo tanto asumen el papel de educadores sociales.
«La mejor noticia no es siempre la que se da primero, sino muchas veces la que se da mejor». Gabriel García Marquez
Todos, como comunidad educativa, nos estamos educando a todos constantemente a través de lo que los psicólogos llaman: aprendizaje por observación, modelado, aprendizaje por imitación de modelos. Y son los profesionales de los medios de comunicación de masas quienes tienen una altísima responsabilidad al respecto.
Sus modelos de comportamiento, así sean buenos o malos, se transmiten a muchas personas. Los periodistas son los que tienen una gran responsabilidad social. Ellos nos interconectan a todos a través de sus informaciones, de sus actitudes, de su manera de abordar los hechos.
Al querer un mundo mejor, es crucial el papel de los profesionales de los medios de comunicación. Ellos asumen una gran responsabilidad al construir este mundo para bien. Como dijo Gandhi: “La humanidad es una, si nos percatamos de que todos estamos igualmente sujetos a la ley moral. Claro está que hay diferencias de raza, de estatus y demás; pero cuanto mayor sea el estatus de un hombre, mayor deberá ser su responsabilidad”.
Periodismo educativo
Se habla de un periodismo educativo, a partir de la interpretación de que el periodista produce y distribuye mensajes que logran interesar a un público determinado. El contenido de tales mensajes viene de la vida misma, haciéndose en todas partes y bajo todas las circunstancias.
El informar, como parte de la labor periodística, es un proceso continuo y se equipara a los procesos educativos, los cuales también son continuos e inacabables.
El desarrollo del hombre desde el lado ético principalmente, se basa en qué y cómo ha aprendido en la escuela y también tiene que ver en qué ha logrado captar y aprender de los mensajes difundidos por los medios mediante los periodistas. Son dos elementos de enseñanza muy importantes para el ser humano como parte de una sociedad que busca el buen vivir.
El “discípulo o alumnado” del docente es muy diferente al del periodista. Lo que sí es real es que los dos aspiran a ampliar el horizonte de sus conocimientos. Ese conocimiento adquirido debe enmarcarse, en lo posible, en la verdad y por eso esta es una de las mejores aportaciones de periodistas y docentes a la sociedad, sea cual sea el nivel de la audiencia o de los alumnos al que se dirijan.
De alguna manera, podría concluirse que el periodismo tiene dos características fundamentales: Una, que es el canal por el que la sociedad conoce lo que sucede en su entorno local, regional, nacional e internacional. La otra es, que quienes ejercen el periodismo lo hacen por voluntad propia, y ésta es una gran diferencia con –por ejemplo– los líderes políticos y sociales que cuentan con la legitimación del voto ciudadano.
Hasta la aparición de Internet, los medios masivos (impresos y audiovisuales) constituían los únicos instrumentos que la gente tenía para conocer sus entornos. Y corresponde recordar que al conocer el entorno en que uno vive, uno se permite adoptar correctas decisiones.
Las anteriores características exigen del periodista un redoblado compromiso moral para la permanente búsqueda permanente de la verdad.
El buen periodista boliviano, actúa con libertad y buena fe. Es decir, trabaja seleccionando los temas, elabora y difunde la información respondiendo a lo que realmente está sucediendo y considerando lo útil para el ciudadano.
Deseamos muchas felicidades, en este 10 de mayo, a ese periodista que se libera de todo tipo de compromiso sectario y, sobre todo, al que actúa resistiendo incluso las propias creencias en función, precisamente, de la búsqueda de la verdad.
Fuente del artículo: http://www.educabolivia.bo/index.php/estudiante/estudiante/actualidad-y-estudios/4649-los-periodistas-tambien-son-educadores-2
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