De Camille Roch
¿Cómo podemos presentar los desafíos a los que se enfrentan las personas refugiadas a un público joven para que se vea reflejado en la experiencia de otra persona? Si eres docente y alguna vez has considerado iniciar un debate sobre los derechos de las personas refugiadas en tu clase, seguramente te habrás planteado esta cuestión.
Descubrimos cómo un Colegio Amigo de los Derechos Humanos en Portugal utiliza testimonios personales para dibujar una imagen más completa sobre qué significa ser refugiado.
“Estábamos instalados, teníamos estabilidad”, cuenta Zacaria al explicar cómo era su vida en Siria a un grupo de estudiantes.
Hace sólo unos meses, vivía en la provincia de Deir el Zur con su esposa Abir y su hijo de un año, pero han pasado tantas cosas desde entonces que parece que haga mucho más tiempo de aquello. Allí, Zacaria trabajaba como mecánico de aviación y Abir estudiaba lenguas. Ambos eran propietarios de una tienda de telefonía. Así era su vida antes.
En noviembre, cuando la situación en la región empeoró, la pareja decidió abandonar su hogar y buscar refugio en el extranjero. Junto a un pequeño grupo de personas, cargando con lo más básico, viajaron por Turquía y atravesaron el Mediterráneo hasta llegar a Grecia.
“Esperamos un mes en Grecia hasta que supimos que Portugal nos había aceptado. No sabíamos demasiado sobre el país. Sabíamos que estaba cerca de Marruecos y de España, por supuesto, y que Siria quedaba muy lejos”, dice Zacaria.
La pareja se ha establecido en la ciudad de Ferreira do Zezere. Los han invitado a compartir su historia en uno de los seis Colegios Amigos de los Derechos Humanos que hay en el país para que sus estudiantes puedan ver cómo vivían antes de convertirse en refugiados en Europa.
Una nueva forma de presentar los temas para los debates en clase
El método del colegio Pedro Ferreiro se centra en testimonios personales basados en testigos y en experiencias personalespara facilitar el debate sobre los derechos de las personas refugiadas y aportar una nueva perspectiva a los debates en clase.
Los y las estudiantes entienden mejor los riesgos que otras personas se ven obligadas a enfrentar, de manera que les es posible identificarse con otras experiencias, recordarlas y visualizar las dificultades de una realidad que a veces es muy diferente a la suya. La historia de una persona, contada cara a cara, es un poderoso medio para dar voz sobre un asunto que afecta a mucha gente.
Antes de conocer a Zacaria y a Abir, se le da al grupo de estudiantes información fáctica para que puedan formarse una opinión y desarrollar un entendimiento crítico de las dificultades que afrontan los refugiados en Europa. Entonces, se dividen en grupos; cada uno representa a un país para simular una cumbre de jefes de Estado en la que cada representante expone sus argumentos a favor o en contra de recibir a las personas refugiadas, responde a los otros grupos y los convence de la validez de sus argumentos.
Se pueden mostrar imágenes o estadísticas sobre la crisis de refugiados, pero escuchar simplemente a Zacaria y a Abir hablar y compartir todo lo que han tenido que pasar para sobrevivir causa un efecto mucho mayor que todas las imágenes juntas.
“No conocía el verdadero significado de la palabra ‘refugiado’, que de hecho es una realidad terrible. Cuando me di cuenta de lo que estaba pasando en el mundo y participé en la actividad, me paré a pensar en ello; estaba alucinada. No me imaginaba que esas personas con niños y niñas, bebés e incluso gente mayor sufría tanto ni que la guerra les cambiara así la vida”, dice Sonya, de 17 años, después del encuentro con Abir y Zacaria.
Para Luisa Marques, coordinadora de Educación en Derechos Humanos de Amnistía Internacional Portugal, contar con personas que comparten su historia tiene un gran impacto en la manera en que la gente joven percibe la situación de las personas refugiadas: “Sólo puedes formarte una opinión cuando tienes una idea real de las cosas: este es el mensaje que estamos intentando hacer llegar a los estudiantes con este enfoque. Se pueden mostrar imágenes o estadísticas sobre la crisis de refugiados, pero escuchar simplemente a Zacaria y a Abir hablar y compartir todo lo que han tenido que pasar para sobrevivir causa un efecto mucho mayor que todas las imágenes juntas.”
*Articulo tomado de: https://www.amnesty.org/es/latest/education/2016/05/how-personal-stories-can-enhance-the-way-we-teach-human-rights/