Page 7 of 8
1 5 6 7 8

El ACNUR trabaja con el Gobierno y socios de atención de emergencias para contener un brote de cólera entre los refugiados sur sudaneses recién llegados en el Distrito de Adjumani, Uganda

África/Uganda/18 de agosto de 2016/ Fuente: ACNUR

El Gobierno de Uganda y el ACNUR implementan medidas de contención tras la confirmación de un brote de cólera en el asentamiento de Pagirinya, abierto recientemente en el distrito de Adjumani.

El Gobierno de Uganda y el ACNUR implementan medidas de contención tras la confirmación de un brote de cólera en el asentamiento de Pagirinya, abierto recientemente en el distrito de Adjumani.

Se ha confirmado que 49 sur sudaneses y un ugandés han contraído la enfermedad. 44 de estas personas han recibido el alta tras recibir tratamiento médico en instalaciones sanitarias, mientras que dos han sido puestas en cuarentena.

Se están tomando medidas adicionales para evitar una mayor expansión del brote, como la desinfección de las casas de quienes contrajeron la enfermedad y el drenaje de su depósito de agua, así como una campaña de concientización puerta a puerta. Se ha restringido la venta de productos frescos en mercados y en los caminos. También se han intensificado las medidas sanitarias, como la cloratización de fuentes de agua, retirada de basura, refuerzo de instalaciones de lavado a mano, y distribución de pastillas potabilizadoras. Como resultado, el número de nuevos casos es reducido; no obstante, los equipos médicos continúan en observación para detectar a individuos que presenten potenciales síntomas.

El cólera es una enfermedad infecciosa aguda, que se contagia habitualmente por el consumo de alimentos y agua contaminados, y que puede resultar mortal. Los afectados presentan síntomas tales como diarrea acuosa aguda y vómitos.

La mayor parte de los afectados por el brote se encuentran en centros de recepción del asentamiento de Pagirinya, y de forma más reducida en el asentamiento en sí mismo y en el punto de recogida de Elegu. Pagirinya cobija en esto momentos a más de 30.000 refugiados sursudaneses, la mayoría de los cuales han llegado en las últimas seis semanas.

“Durante el último mes hemos recibido a un gran número de niños refugiados, que son particularmente vulnerables a esta enfermedad potencialmente letal”,  dijo el representante en funciones de Uganda, Bornwell Kantande. “Junto al Ministerio de Sanidad y a nuestras organizaciones socias, hemos implementado rápidamente medidas para contener el contagio. Seguimos haciendo lo máximo para reducir el número de personas que albergan los centros de recepción, no sólo para prevenir brotes epidémicos, sino también para que estas personas puedan comenzar a reconstruir sus vidas lo antes posible”.

La descongestión de los centros de tránsito y recepción es una de las principales prioridades. Los refugiados están siendo reubicados al asentamiento de Bidoibidi, en el distrito de Yumbe, de reciente apertura. En sintonía con la generosa política de Uganda en esta materia, se les proporcionará de parcelas de tierra para construir casas y sembrar cosechas agrícolas.

Más de 80.000 refugiados sursudaneses han huido a Uganda tras el estallido de violencia del 8 de julio en Yuba (capital de Sudán del Sur). Más del 85% de los recién llegados corresponde a mujeres y niños, siendo el 64% el porcentaje de llegadas de niños sobre el total de entradas. Los recién llegados informan que grupos armados atacan los pueblos, asesinando civiles, asaltan sexualmente a las mujeres y reclutando forzosamente a jóvenes y niños para engrosar sus filas.

Fuente:http://www.acnur.org/noticias/noticia/el-acnur-trabaja-con-el-gobierno-y-socios-de-atencion-de-emergencias-para-contener-un-brote-de-colera-entre-los-refugiados-sur-sudaneses-recien-lle/

Imagen: http://img2.europapress.net/fotoweb/fotonoticia_20160724084453-931439_9999.jpg

Comparte este contenido:

El ACNUR distribuye ayuda humanitaria a personas desplazadas por el huracán en Belice

Centro América/BELMOPAN, Belice, 18 de agosto de 2016 Fuente: ACNUR

La Agencia de la ONU para los Refugiados y sus socios están brindando asistencia humanitaria y de reconstrucción a las víctimas del huracán Earl, incluyendo a solicitantes de asilo del Triángulo Norte.

– Jorge saca el teléfono de su bolsillo y reproduce un corto vídeo que muestra las inundaciones y el techo de su casa que apenas se veía a la distancia, todo sumergido debajo de la masa de agua que lo rodeaba.

“Todo se perdió”, dijo, mirando a las otras personas que se reúnen en la oficina local de una ONG de Belice, Ayuda para el Progreso, a las afueras de la capital, Belmopan, en busca de ayuda para reconstruir sus vidas en la estela del Huracán Earl.

“Todo lo que teníamos ya no está”, dice Jorge de 42 años, quien es una de las 10.000 personas del pequeño país de América Central, cuya vida quedó devastada por Earl, que tocó tierra el 4 de agosto, dejando caer más de 30 centímetros de lluvia, y causó inundaciones generalizadas.

Originario de El Salvador, él es parte de 3.000 solicitantes de asilo que se vieron forzados a huir de la violencia sin precedentes de sus países: El Salvador, Guatemala y Honduras, región llamada Triángulo Norte de Centroamérica, y que ahora se han visto fuertemente afectados por la tormenta en Belice, donde viven actualmente.

Edgar* es otro de los afectados, él descansa en una hamaca dentro de un rancho en Armenia, Belice. La hamaca es su nueva cama, mientras su colchón se termina de secar. En la cercanía, su sobrino de nueve meses rebota en la andadera, sus ruedas se pegan en el piso viscoso de su casa.

“Todo lo que teníamos ya no está”.

Las familias viven temporalmente cerca de la capital, mientras pueden reconstruir sus propias casas, que ahora son solo una pila de tablas de madera y paja trenzada al otro lado de la quebrada en la comunidad, una consecuencia de la ira de Earl.

En los próximos días, la Agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR, en cooperación con Ayuda para el Progreso y otras agencias de la ONU, planea distribuir implementos de ayuda humanitaria y reconstrucción a personas vulnerables como ellos, como apoyo a los esfuerzos del Gobierno de Belice para enfrentar la devastación que dejó la tormenta.

Los implementos van desde materiales para la reconstrucción de sus hogares, tales como galvanizados para techos y madera, colchones, cobijas y kits de limpieza para restaurar los hogares que quedaron inhabitables por los escombros, el lodo y los daños del agua.

“Estamos trabajando con nuestras agencias hermanas de la ONU, nuestro socio nacional Ayuda para el Progreso y con otros actores para apoyar los admirables esfuerzos del Gobierno de Belice para asegurar una ayuda efectiva a quienes más lo necesitan”, dijo Soufiane Adjali, Representante del ACNUR en Belice.

Las 15 horas de destrozos de Earl, con vientos de 75 millas por hora, afectaron los seis distritos en Belice. Pero el Distrito de Belice, Orange Walk, Cayo – donde viven muchas de las personas de interés del ACNUR – y Stann Creek fueron golpeados particularmente duro. Armenia, por ejemplo, es una comunidad rural compuesta por familias que migraron a Belice en la década de los 90 y otros que han llegado recientemente.

“Estamos trabajando para asegurar una ayuda efectiva a quienes más lo necesitan”.

Jorge y su familia son parte de una nueva ola de refugiados de países del Triángulo Norte que han llegado a Belice huyendo de la violencia generalizada y de las letales en la región. La familia de Jorge llegó el año anterior, su solicitud de asilo está pendiente con el Gobierno de Belice.

En Valle de Paz, otro asentamiento histórico de refugiados, los líderes comunales reportan que al menos 100 familias se vieron afectadas por el Huracán Earl. En un distrito eminentemente agrícola, donde los residentes dependen de la producción de cultivos para su subsistencia, la devastación que Earl provocó a sus parcelas les ha dejado prácticamente sin medios de ganarse un ingreso.

En los días transcurridos desde Earl, el ACNUR, junto con su agencia nacional de implementación en la ejecución, Ayuda para el Progreso, ha recorrido las comunidades de inmigrantes en las zonas que rodean Belmopan, donde muchas familias afectadas carecen de disposiciones básicas, vivienda, camas y un saneamiento adecuado. Si bien el ACNUR sigue llevando a cabo evaluaciones sobre el terreno, las personas han asistido a Ayuda para el Progreso a solicitar ayuda con alimentos y materiales de construcción.

En colaboración con la Agencia de la ONU para el Desarrollo, el ACNUR solicitó la ayuda humanitaria de emergencia para apoyar a sus poblaciones de interés en esta crisis. La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios respondió con una subvención de $46.000 dólares de los cuales $25.000 dólares ayudarán con los esfuerzos de recuperación para las familias de refugiados particularmente vulnerables en Belice.

* Los nombres son cambiados por motivos de protección.

Fuente: http://www.acnur.org/noticias/noticia/el-acnur-distribuye-ayuda-humanitaria-a-personas-desplazadas-por-el-huracan-en-belice/

Imagen: http://www.acnur.org/fileadmin/_processed_/csm_08.2016.17_Belice_f2d8e2ec4e.jpg

Comparte este contenido:

ACNUR advierte del hacinamiento y falta de fondos ante la agudización de la crisis de desplazamiento en Sudán del Sur

África/Sudan del Sur/ 13 de agosto de 2016/ Fuente: ACNUR

Con miles de refugiados huyendo de Sudán del Sur, los países vecinos están sufriendo la presión derivada del elevado número de personas desplazadas y de la grave falta de financiación necesaria para atenderlas. La región acoge ya a 930.000 refugiados y su número aumenta cada día. ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, está muy preocupada porque a pesar de que la población refugiada crece, los fondos para cubrir sus necesidades básicas se están agotando.

El estallido de la violencia en Yuba en julio parece haber inclinado la balanza contra una inminente solución política del conflicto en Sudán del Sur. Hay numerosos informes de enfrentamientos armados esporádicos, violaciones de derechos humanos, incluyendo violencia sexual y de género por parte de grupos armados, y sobre el empeoramiento de la inseguridad alimentaria, lo que inflige un inmenso sufrimiento. Las condiciones de seguridad son impredecibles, debido a los informes de la reanudación de los combates en los estados de Ecuatoria Central y Occidental, Bahr el Ghazal Occidental, Alto Nilo y partes de Unity.

Lo que agrava aún más la situación es el deterioro de la economía, que ha sufrido un aumento de la inflación sin precedentes, del 600 por ciento en el último año. Esta es la situación cuando se acerca el aniversario del acuerdo de paz, firmado en agosto de 2015. En áreas consideradas previamente estables, como Gran Ecuatoria y Gran Bahr-el-Ghazal, unas 200.000 personas se han visto obligadas a huir de la violencia.

Uganda y Sudán han recibido 110.000 y 100.000 recién llegados respectivamente en 2016, sumando conjuntamente más del 90 por ciento de las llegadas contabilizadas en la región durante este año. La mayoría de los que huyeron a Sudán llegaron en los primeros seis meses del año debido a los combates en áreas previamente estables en el estado de Bahr el Ghazal Occidental, así como al deterioro de la seguridad alimentaria. Además de los números de refugiados, hay 1,61 millones de personas desplazadas dentro de Sudán del Sur.

En el caso de Uganda, tres cuartas partes de los refugiados llegaron tras el estallido del conflicto en julio, alcanzando picos de más de 8.000 personas en un día. Los testimonios de los recién llegados, de los cuales el 90 por ciento corresponden a mujeres y niños sobre todo de Yuba y otras partes de Ecuatoria Central, señalan un colapso del orden público en las zonas de las que son originarios. Los refugiados describen una violencia incontrolada, que incluye asesinatos, enfrentamientos entre fuerzas gubernamentales y grupos armados, robos y extorsiones por parte de estos últimos, que además impiden la salida de quienes no pueden pagar, así como agresiones sexuales a las mujeres. Los refugiados también cuentan que estos grupos armados están secuestrando niños mayores de 12 años en los colegios y amenazando a la población. También se apunta a un alza de las desapariciones de personas.

El Gobierno de Uganda ha abierto un nuevo asentamiento en el noroeste del país, en Yumbe, con capacidad para más de 100.000 personas. Se necesitan fondos de manera urgente para acelerar la reubicación de más de 45.000 refugiados que están en centros de recepción y de tránsito sobrecargados y severamente congestionados. Con tanta gente viviendo en un espacio tan limitado, la posibilidad de que se produzcan brotes de enfermedades es alta. Los equipos de ACNUR están supervisando de cerca la situación, pero se necesitan más recursos para responder eficazmente. Con algunos centros de recepción a más de cinco veces su capacidad, resultan críticas las intervenciones en materia de protección, particularmente las centradas en la prevención y la respuesta a la violencia sexual y de género, incluyendo servicios psicosociales. El elevado número de refugiados está sobrecargando los servicios locales de salud y educación.

El desarrollo del asentamiento Maaji III, que se abrió a principios de año, se ha visto paralizado, dejando a las instalaciones sin infraestructuras ni servicios básicos clave: por ejemplo la atención médica se está proporcionando en tiendas de campaña. En Adjumani, a unos 20 km de la frontera con Sudán del Sur, el abastecimiento de agua potable se hace a través de camiones cisterna -lo que ya de por sí resulta caro- hasta que se disponga de los recursos necesarios para perforar más pozos y ampliar los sistemas hídricos para que lleguen a las nuevas áreas de asentamiento. Adicionalmente, se precisará una inversión adicional importante para abrir nuevos asentamientos en los distritos de Adjumani y Yumbe.

Las lluvias torrenciales obstaculizan los esfuerzos de ayuda, retrasando las labores de reubicación y provocando daños en las carreteras. Se teme que, en caso de que se produzcan brotes de enfermedades, las capacidades y recursos existentes resulten insuficientes para responder de manera eficaz.

Ante la desesperada necesidad de la población de refugiados sursudaneses, cuyo número asciende ya a 930.000, ACNUR se enfrenta a una crítica escasez de fondos. Con un 20% de los fondos necesarios recibidos -122 millones de dólares sobre 608,8 millones- que ACNUR necesita para proporcionar asistencia a los refugiados en Sudán del Sur y en los seis países de asilo, muchas actividades se han visto suspendidas para poder proporcionar apoyo esencial a los recién llegados. Las regiones remotas de Uganda, Sudán, la República Democrática del Congo y la República Centroafricana son las más afectadas por esta escasez, ya que ACNUR no contaba previamente allí con personal. Etiopía y Sudán, que han experimentado una afluencia masiva de llegadas, se han visto asimismo fuertemente afectados.

ACNUR elogia la generosidad de los países que mantienen sus fronteras abiertas a los refugiados sursudaneses y les proporcionan terrenos para establecerse. En particular, la Agencia aplaude la generosa legislación y el régimen normativo ugandés sobre refugiados, que entre otros beneficios permite a los refugiados tener libertad de circulación, derecho a buscar empleo y pone a su disposición parcelas de tierra en los que construir sus hogares y poder cultivar.

ACNUR apela a la comunidad internacional a que apoye a los países de asilo para proteger y asistir a los refugiados sursudaneses. La continuada escasez de fondos supondrá mayores desventajas para mujeres, niños y hombres que necesitan urgentemente de ayuda para superar el trauma del desplazamiento forzado y emprender la senda de la recuperación, la dignidad y la autosuficiencia. La incapacidad para proporcionar alimentos, cobijo, servicios básicos, asistencia psicosocial, educación y medios de subsistencia aumenta y prolonga la vulnerabilidad de la población refugiada.

Fuente:http://www.acnur.org/noticias/noticia/acnur-advierte-del-hacinamiento-y-falta-de-fondos-ante-la-agudizacion-de-la-crisis-de-desplazamiento-en-sudan-del-sur/

Imagen:

Comparte este contenido:

ACNUR intensifica su programa de alojamiento en el este de Ucrania

Europa/Ucrania/9 de agosto de 2016/ Fuente: ACNUR

Por primera vez en cinco meses, los convoyes de ACNUR han llegado a poblaciones afectadas por el conflicto en el área no controlada por el gobierno de la región de Lugansk, en el este de Ucrania, para entregar materiales de construcción indispensables a miles de personas cuyos hogares fueron dañados o destruidos.

Dos convoyes con 25 camiones cada uno viajaron con apoyo del PMA (Programa Mundial de Alimentos) y socios locales para entregar suministros y permitir así a ACNUR expandir su programa de cobijo en la región. Los primeros 25 camiones llegaron el jueves y entregaron en el almacén de ACNUR en Lugansk 23.000 lonas para reforzar tejados.

Otros 25 camiones han llegado hoy (viernes) con cemento, ladrillos, materiales para tejados, lonas y clavos, así como utensilios de cocina, bidones de agua y secadores de calzado para utilizar en invierno.

A pesar del alto al fuego acordado en 2015, la situación de seguridad en el este de Ucrania sigue siendo tensa y volátil. Los enfrentamientos fortuitos provocan cada día víctimas entre la población civil y la destrucción de hogares. ACNUR estima que unas 10.000 casas en el área de Lugansk han sufrido daños a causa del conflicto.

Desde el inicio del conflicto en 2014, más de 2 millones de personas se han visto forzadas a huir de sus hogares para buscar seguridad en otras partes del país o en el extranjero. Cerca de 800.000 ucranianos, entre los que hay personas mayores y otros grupos de población vulnerable, siguen necesitando asistencia bien en la zona de conflicto o cerca de ella.

Muchos hogares dañados por fuego de artillería y mortero se han quedado sin ventanas ni techo. Durante una misión de evaluación en Lugansk en mayo, miembros del equipo de ACNUR conocieron a Petro, un antiguo trabajador de la construcción de 77 años, y a su mujer. Habían estado viviendo durante más de dos años en un sótano diminuto: la única parte de su casa bombardeada que los protegía de la nieve, la lluvia y el viento.

ACNUR sigue extremadamente preocupado por las restricciones a la libertad de movimiento que han agravado la difícil situación de personas como Petro, que tienen también problemas para acceder a las prestaciones y ayudas sociales -incluidas las pensiones– en el área controlada por el gobierno.

Un problema grave es el limitado número de puestos de control que permitan atravesar la línea del frente. En la región de Lugansk, solo queda un puesto de control que permita el paso a pie en Stanitsa Luganskaya, por lo que la gente tiene que esperar colas de hasta ocho horas para cruzar. Esta semana se han visto largas filas de 200 a 400 coches en puestos de control en la región de Donetsk.

Por el momento se ha suspendido el pago de beneficios sociales y pensiones a desplazados internos hasta que se puedan verificar la dirección de sus domicilios. Este es uno de los retos principales, sobre todo para las personas mayores, con discapacidad o con necesidades específicas, que se enfrentan a la inseguridad derivada de esperar durante en horas en los puestos de control, sin instalaciones de cobijo o saneamiento adecuadas.

ACNUR reitera su llamamiento a que todos los actores garanticen acceso sin restricciones a prestaciones y el disfrute de sus derechos a todas las personas desplazadas, independientemente de su situación respecto al registro o su actual lugar de residencia.

La entrega de asistencia humanitaria ha disminuido en las zonas no controladas por el gobierno en la región de Lugansk, ya que muchas agencias de la ONU llevan sin poder trabajar allí desde febrero de 2015.

Este año, el equipo de ACNUR en Lugansk, en colaboración con empresas locales de construcción y voluntarios, y en coordinación con los responsables de la administración local de los pueblos, tiene previsto completar la rehabilitación de 1.500 casas dañadas antes de octubre de 2016, cifra que se suma a las 1.500 viviendas reparadas en 2015. Unas 1.100 familias de 15 pueblos cercanos a la línea divisoria ya han recibido materiales de construcción, pero el 40 por ciento de la población fijada como objetivo no podrá completar los trabajos de reparación de viviendas sin el apoyo de ACNUR.

Fuente:http://www.acnur.org/noticias/noticia/acnur-intensifica-su-programa-de-alojamiento-en-el-este-de-ucrania/

Imagen: http://www.acnur.org/fileadmin/_processed_/csm_08.2016.05_ACNUR_Ucrania_6958037375.jpg

Comparte este contenido:

Estados de América del Norte y Central prometen acciones conjuntas para los refugiados

Centro América/ ACNUR/04 de agosto de 2016/

De cara a la Cumbre de septiembre sobre refugiados, nueve países se comprometen a trabajar de forma conjunta para fortalecer la protección de los refugiados que huyen de Centroamérica.

El ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados acoge con satisfacción el compromiso hecho por nueve países de América del Norte y Central para fortalecer la protección de los refugiados que huyen de Centroamérica, lo que significa un importante paso de cara a las Cumbres sobre refugiados y migrantes, que llevarán a cabo las Naciones Unidas y los Estados Unidos el próximo mes.

“Es vital e inmensamente gratificante ver a los países de las Américas unirse en un enfoque regional para idear soluciones humanas y colaborativas para las personas que están con necesidades desesperadas de ayuda que salve sus vidas”, dijo Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados. “Este es el camino para ayudar a que los más vulnerables entre nosotros recuperen sus vidas con dignidad”.

En la Declaración de Acción de San José, los Gobiernos de Belice, Canadá, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Panamá y los Estados Unidos reconocen la necesidad de fortalecer la protección para las personas refugiadas, solicitantes de asilo y desplazadas internas en la región.

“Estamos confrontados con un creciente número de solicitantes de asilo y refugiados, y reconocemos la necesidad de sistemas de asilo para identificar y responder a quienes se encuentran en necesidad de protección internacional”, establecieron los países.

La Declaración, que es resultado de una reunión sin precedentes de Estados preocupados, y que fue organizada el mes pasado en Costa Rica por el ACNUR y la Organización de los Estados Americanos, recalcó que el creciente flujo de refugiados y migrantes en la región se da debido a varios factores.

Sin embargo, también acentuó la importancia de “una identificación y documentación a tiempo” de las personas con necesidades de protección, así como de “un acceso sin restricciones a procedimientos de protección justos y eficientes”, y de encontrar alternativas a la detención de solicitantes de asilo y asegurar su acceso a ayuda legal.

A la reunión de San José también asistieron cuatro Estados de América del Sur y otros Estados interesados, así como representantes de agencias de Naciones Unidas, instituciones internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial, la Organización Internacional para las Migraciones, el Comité Internacional de la Cruz Roja, instituciones nacionales de Derechos Humanos, ONG nacionales y regionales, sociedad civil y academia.

En una declaración individual que acompañó la Declaración de San José, Costa Rica afirmó que está comprometido con abordar, con la ayuda del ACNUR y con “carácter de urgencia”, el atraso en las solicitudes de asilo y la integración local de refugiados.

La mayoría de las solicitudes de asilo provienen de personas obligadas a huir de la violencia generalizada de pandillas transnacionales y altamente armadas en El Salvador, Honduras y Guatemala, países conocidos en colectivo como el Triángulo Norte de Centroamérica; y que se han convertido en una de las zonas más letales del mundo.

En su declaración adjunta, México declaró que está comprometido con el fortalecimiento de capacidades mientras que Estados Unidos confirmó que trabajaría con el ACNUR para expandir su Programa de Admisión de Refugiados, con el fin de ayudar a las poblaciones vulnerables de los países del Triángulo Norte.

Honduras reconoció el problema del desplazamiento forzado dentro de sus fronteras y fuera de ellas, comprometiéndose a destinar los recursos necesarios para expandir la asistencia de emergencia y protección para las personas desplazadas por la violencia, incluyendo nuevas leyes, albergues de emergencia y esfuerzos se sensibilización pública.

“La Declaración de San José es un demostración visible y significativa de la voluntad de los países de la región de trabajar juntos para abordar la situación de los refugiados y desplazados internos, así como la de otras personas con necesidades de protección. Esto con un espíritu de solidaridad, y dentro de un marco colaborativo de responsabilidades compartidas.  Esta será una importante contribución para la Cumbre de Líderes Mundiales de las Naciones Unidas del 19 de septiembre”, dijo el Alto Comisionado Asistente para la Protección del ACNUR, Volker Türk, quien copresidió la reunión con la Secretaría de la OEA.

Fuente: http://www.acnur.org/noticias/noticia/estados-de-america-del-norte-y-central-prometen-acciones-conjuntas-para-los-refugiados/

Imagen: http://www.acnur.org/fileadmin/_processed_/csm_CTA_NCTA_gallery_006_a786c80004.jpg

Comparte este contenido:

Atletas Refugiados se preparan para ir a los Juegos Olímpicos y hacer historia

África/2 de Agosto de 2016/Fuente y autor: ACNUR/ Jonathan Clayton.

Cinco mediofondistas de Sudán del Sur, hasta hace poco viviendo en el campo de refugiados de Kakuma en Kenia formarán parte del primer Equipo Olímpico de Refugiados.

– Entre lágrimas de alegría, abrazos de despedida y cantos de aliento, un grupo de atletas africanos refugiados se preparaba para volar fuera de Nairobi el día de hoy con destino a los Juegos Olímpicos de Río en Brasil y una cita con la historia.

A los cinco mediofondistas de Sudán del Sur, que hasta hace poco vivían en el campo de refugiados de Kakuma en el lejano e inhóspito norte de Kenia, se les dio una calurosa despedida por parte de amigos, compañeros refugiados y kenianos.

Los cinco se unirán a otros cinco atletas de Siria, República Democrática del Congo y Etiopía para hacer historia al formar parte del primer Equipo Olímpico de Refugiados.

“Me siento muy emocionada. Esta es la primera oportunidad para que los refugiados puedan participar en los Juegos Olímpicos y esto nos da mucha esperanza. Es un orgullo para nosotros poder animar a las generaciones jóvenes de compañeros refugiados que se están quedando en los campamentos, y tal vez podremos alentarlos para continuar con su talento”, Rose Nathike Lokonyen, de 23 años, dijo al ACNUR en una entrevista antes de partir.

El equipo de 10 miembros, respaldado por el ACNUR y el Comité Olímpico Internacional, se ha creado para llamar la atención mundial sobre la magnitud de la crisis global de refugiados y así actuar como un símbolo de esperanza para los refugiados en todo el mundo, privados de la posibilidad, por conflictos y persecución, de representar a sus países o incluso de practicar deporte en lo absoluto.

Los cinco sursudaneses, dos mujeres y tres hombres, han pasado los últimos días en Nairobi en intensas sesiones de entrenamiento, con el objetivo de llegar a Río en condiciones óptimas y, al mismo tiempo, preparándose para el viaje de su vida – un viaje que hasta hace unos meses estaba por encima de sus más grandes sueños.

La mayoría huyó de la guerra civil en Sudán hace más de 10 años. Aparte de huir al exilio, ellos no han viajado fuera de Kenia. Ellos han vivido y crecido en el remoto campamento de Kakuma, donde hay algunas instalaciones modernas para la juventud, y correr ha sido una distracción bienvenida ante las dificultades de la vida diaria.

“Tenemos un mensaje para el mundo: hemos llegado como refugiados, hemos llegado como embajadores de los refugiados, ahora estamos aquí para demostrar que podemos hacer todo lo que otros seres humanos pueden hacer, y también contribuir a promover la paz en todo el mundo”, dijo Yiech Pur Biel, 21.

Yiech, quien correrá en los 800 metros, ha entrenado con algunos de sus héroes en el equipo de atletismo de Kenia y ha hecho grandes mejoras en sus tiempos en cuestión de meses. Tenía 11 años cuando llegó al campamento sin su familia inmediata, que huyó en otra dirección a Etiopía y a quien no ha visto desde entonces.

“Me da esperanza seguir entrenando y trabajando duro».

“Me da esperanza seguir entrenando y trabajando duro para llegar a ser campeón algún día, y espero alguna vez poder representar a mi país, porque no voy a ser un refugiado para siempre, eso lo sé”, añadió.

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, ha elogiado a los jóvenes atletas.

“Su participación en los Juegos Olímpicos es un homenaje a la valentía y la perseverancia de todos los refugiados en la superación de la adversidad y construcción de un futuro mejor para ellos y sus familias”, dijo en un comunicado.

James prepara su maleta para viajar a Rio, donde competirá en los 800 metros. © ACNUR/ Benjamin Loyseau

Oficialmente, los atletas competirán por el Equipo Olímpico de Refugiados y marcharán con la bandera Olímpica inmediatamente antes de la nación anfitriona, Brasil, en la Ceremonia de Apertura.

Al igual que todos los equipos en los Juegos Olímpicos, los atletas refugiados tendrán su propio entorno para satisfacer todas sus necesidades técnicas. La atleta olímpica y ex plusmarquista mundial de maratón Tegla Loroupe, de Kenia, fue nombrada jefa de misión del equipo, mientras que Isabela Mazão, de Brasil, propuesta por el ACNUR, actuará como Jefa Adjunta de Misión. Ambos dirigirán a un equipo de cinco entrenadores y otros cinco miembros del equipo.

Conoce a todos los miembros de #TeamRefugees aquí.

Fuente: http://www.acnur.org/noticias/noticia/atletas-refugiados-se-preparan-para-ir-a-los-juegos-olimpicos-y-hacer-historia/

Imagen: http://www.acnur.org/fileadmin/_processed_/csm_07.2016.28_ACNUR_teamrefugees_001_bis_b870fae13a.jpg

Comparte este contenido:

Los conflictos en Sudán del Sur provocan una ola de refugiados hacia Uganda

Sudán del sur/30 de julio de 2016/Fuente: ACNUR

El ACNUR expresa su gran preocupación por la volátil situación de seguridad en Sudán del Sur, donde cerca de 4.000 personas huyen diariamente hacia Uganda.

– Hasta la fecha, los recientes combates en Sudán del Sur han obligado a 37.491 personas a huir a Uganda. Para poner esta situación en contexto: más refugiados han llegado a Uganda en las últimas tres semanas que durante los primeros seis meses de 2016, cuando 33.838 personas salieron buscando seguridad.

El 25 de julio un estimado de 2.442 refugiados de Sudán del Sur fueron recibidos en Uganda. Cerca de 1.213  cruzaron en el punto fronterizo Elugu en Amuru, 247 en Moyo, 57 en Lamwo y 370 en Oraba. Y otros 555 fueron recibidos en el asentamiento Kiryandongo. La mayoría de las llegadas, más de 90%, son mujeres y niños. Las personas vienen de la región de Ecuatoria Oriental de Sudán del Sur, así como Yuba y otras áreas del país.

El portavoz del ACNUR Adrian Edwards expresó en una nota de prensa en Ginebra que la intensidad de la violencia que   irrumpió en Sudán del Sur entre facciones rivales leales a Salva Kiir y Riek Machar ha subsistido desde inicios de julio. Sin embargo, la situación de seguridad continúa volátil.

“Los recién llegados en Uganda reportan una continua violencia así como saqueos por parte de los militares, quemas de casas y asesinatos de civiles. Algunas de las mujeres y niños nos dijeron que fueron separados de sus esposos y padres por los grupos armados, que según reportes están realizando reclutamientos forzosos de hombres y evitan que ellos crucen las fronteras”, dijo Edwards.

“Algunas de las mujeres y niños nos dijeron que fueron separados de sus esposos y padres por los grupos armados”.

Pascalina Juwa, de 60 años, estaba entre los refugiados recién llegados que hablaron con el ACNUR en el norte de Uganda. Esta fue la tercera vez en su vida que ella huyó a Uganda. Ella no confía en la paz actual, y huyó de su hogar en Opari Payam, tan pronto como pudo.

 “Ahora estamos peleando entre todos. ¿Por qué? En Pageri, había un joven menor de 18 años, él venía de la molienda. Venía en su motocicleta, y cuando iba de vuelta, le dispararon. Mira, esto es lo que los soldados están haciendo en la comunidad”.

El ACNUR continúa extremadamente preocupado por la situación. Las llegadas diarias en promedio eran de 1.500 hace 10 días, pero han crecido a más de 4.000 en las semanas pasadas. Más oleadas de llegadas son una posibilidad real.

La afluencia está poniendo tensión en la capacidad de los puntos de recolecta, y los centros de tránsito y recepción, que son muy pequeños para el creciente número de llegadas. Durante el curso de la semana, las organizaciones humanitarias trabajaron para descongestionar los puntos de recolecta e instalar albergues temporales para aumentar las capacidades. El ACNUR ha desplegado personal adicional, así como camiones y buses para la asistencia.

En su punto más alto, más de 11.000 refugiados se hospedaban en Elegu, al norte de Uganda, en un albergue equipado para 1.000 personas. Durante el curso de la semana, el centro se descongestionó significativamente, y solo 300 personas durmieron ahí la noche del lunes. Muchos refugiados han sido movidos al centro de tránsito Nyumanzi, donde reciben comidas calientes, agua, albergues y otras asistencias para salvar vidas; otros han sido llevados a centros de recepción expandidos en Pagirinya.

El manejo y expansión de los centros de recepción, así como la apertura de una nueva área de asentamiento continúan como prioridades claves. Una nueva área de asentamiento ha sido identificada en el distrito de Yumbe, con la capacidad de albergar potencialmente a más de 100.000 personas. Los albergues comunales temporales también se construyen para acomodar a más recién llegados.

La respuesta humanitaria a la afluencia de refugiados de Sudán del Sur tiene un serio déficit debido a un grave desfinanciamiento.

La respuesta humanitaria a la afluencia de refugiados de Sudán del Sur tiene un serio déficit debido a un grave desfinanciamiento, Edward dijo, “La solicitud interagencial está financiada únicamente en un 17%, lo que restringe al ACNUR y a sus socios a que únicamente brinden actividades de emergencia y para salvar vidas, causando limitaciones  en la amplitud de asistencia humanitaria que se puede ofrecer”.

El conflicto de Sudán del Sur, que irrumpió en 2013 ha producido una de las peores situaciones de desplazamiento, con un inmenso sufrimiento. Cerca de 1,69 millones de personas están desplazadas dentro del país, mientras que hay 831.582 refugiados de Sudán del Sur fuera del país, principalmente en Etiopía, Sudán y Uganda.

Fuente: http://www.acnur.org/noticias/noticia/los-conflictos-en-sudan-del-sur-provocan-una-ola-de-refugiados-hacia-uganda/

Imagen: http://www.acnur.org/fileadmin/_processed_/csm_07.2016.26_Noticia_Sud%C3%A1n_0b8c64e96a.jpg

Comparte este contenido:
Page 7 of 8
1 5 6 7 8