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Colegios en mal estado frenan la educación en Colombia

América del Sur/Colombia/31 de Julio de 2016/Autor: Ángel Pérez Martínez/Fuente: Dinero.com

En Colombia el deterioro y las condiciones de la infraestructura educativa de escuelas y colegios, en general, son lamentables, y por lo mismo, son un obstáculo para la calidad de la educación, la felicidad y permanencia de los estudiantes en el sistema educativo y, de acuerdo con mi experiencia, afecta las condiciones laborales de los docentes y su capacidad de innovar y mejorar los procesos educativos en el aula.

Un problema del diseño, creación y desarrollo de las políticas públicas en educación de Colombia y de los países Latinoamericanos es que la mayoría de ellas tienen origen en discusiones propias de los países desarrollados, con obstáculos, características poblaciones y ausencia de recursos que no son comparables con la educación de Colombia, de manera especial con la educación oficial. Este es el caso de la calidad de la educación donde las acciones para la calidad de la educación se concentran en tener buenos docentes, sistemas de medición de los resultados de los estudiantes, evaluación docente, seguimiento, y en algunos casos, hasta se preocupan de las condiciones de vida de los estudiantes.

Sin embargo, durante el transcurso de este siglo las investigaciones, análisis y discusiones sobre la calidad de la educación en Colombia dejaron de lado temas que esas sociedades (por ejemplo, los países de la OCDE) ya resolvieron. Por ello, a pesar de que mejorar la calidad de la educación es hoy el principal reto de la política educativa, cuando en el país se diagnostican las causas del bajo desempeño escolar existe poco énfasis en temas como: currículo, alimentación escolar, transporte, uniformes, material educativo, construcciones escolares y sus respectivas dotaciones, variables que inciden en el cumplimiento del derecho a la educación y en la calidad de la educación.

Sin olvidar, que una infraestructura educativa que no ofrezca garantías de reforzamiento estructural frente a temblores, terremotos u otros desastres naturales puede amenazar la vida de los más de 4 millones de estudiantes de la educación básica y media (pública y privada) y de más de 200 mil docentes que a diario asisten y trabajan en las instituciones escolares oficiales y privadas, sin reforzamiento estructural. Los terremotos en Pakistán (2005) y China (2008) demostraron que en las escuelas ocurrieron las más grandes tragedias, en las sedes educativas de estos países murieron cerca de 20.000 niños en sus escuelas. Lo triste es que somos los adultos quienes decidimos dónde y en qué condiciones estudian los niños.

La mayoría de las sedes educativas donde funcionan las escuelas y los colegios oficiales aún en ciudades como Bogotá, surgieron en su inmensa mayoría a partir de esfuerzos comunitarios. En el año 2014 había 12.051 instituciones escolares públicas, las cuales funcionaban en más de 30.000 sedes y atendían a 8.655.079 estudiantes.

En el año 2014 el Ministerio de Educación Nacional realizó a través del Sistema Interactivo de Consulta de Infraestructura Educativa (SICIED) una encuesta que respondieron rectores sobre 9.176 sedes educativas que arrojaron datos como: “el 25.5% de las sedes deben ser reubicadas o deben recibir adecuaciones porque se encuentran en situaciones de riesgo como inundaciones. “La infraestructura reportada tiene entre 40 y 60 años de antigüedad. Además, Cerca del 78% de las sedes que respondieron la encuesta se encuentran en el sector rural. Esto se relaciona con deficiencias en la disponibilidad y prestación de los servicios públicos, donde 2,3% no cuentan con ningún servicio público, 5,5% solo tienen pozo séptico, 2,5% solo cuentan con energía eléctrica, otro 0,4% solo cuenta con un servicio público y al 87,2% le falta al menos uno de los servicios por los que se indagó”. Nótese que los peores resultados de calidad y de deserción escolar se encuentran en el sector rural.

El Investigador Hernando Bayona Rodríguez encontró que “una mejor infraestructura reduce la tasa de repetición en 0.51 puntos porcentuales. Esto es equivalente al 8,03% de la tasa media de repetición reportado en el mismo periodo de estudio”, él identificó que los laboratorios de ciencias o química, laboratorios de computación o tecnología, laboratorio de idiomas y la emisora son componentes que tienen el mayor impacto en la reducción de la repetición.

Con el proceso de descentralización la competencia de construir y dotar escuelas pasó a los municipios y departamentos, la nación se desentendió de esta responsabilidad. Agrego que para evitar construir y dotar colegios, en Colombia se incluyó la doble y hasta triple jornada escolar en las escuelas y colegios públicos, a partir de los años 70s. Además, el Sistema General de Participaciones y al financiamiento de la educación muestra que el gasto público ha tenido como prioridad el pago de los docentes, el personal administrativo y el funcionamiento muy básico de las escuelas, para el resto no hay plata.

Por fortuna, el Gobierno Nacional obligado por la necesidad de implementar la jornada única propuso al país el Plan Nacional de Infraestructura Educativa, mediante el cual se proyecta construir 30.680 nuevas aulas a 2018 y 51.134 aulas a 2030. Así mismo, el Gobierno Nacional creo el Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa (FIE), entidad que administrará cerca de 4.5 billones de pesos. Sin embargo, subsiste el problema: ¿quién se encargará del mantenimiento y arreglo de las antiguas sedes educativas? Y de dónde saldrán los recursos. En el mundo existe evidencia que la infraestructura y las dotaciones escolares inciden en la calidad de la educación.

Fuente: http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/colegios-en-mal-estado-frenan-la-educacion-por-angel-perez/226227

Fuente de la imagen: http://www.cronicadelquindio.com/noticia-completa-titulo-en_escuelas_y_universidades_tambien_existe_corrupcion_-seccion-regional-nota-77064.htm

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¿Por qué los maestros no participan en la elaboración del plan decenal de educación?

América del Sur/Colombia/24 de Julio de 2016/Autor: Angel Perez Martínez/Fuente: Dinero.com

La comunidad educativa, las organizaciones del sector educativo, la academia, el sector productivo, el gobierno, y en general la sociedad, lo primero que debería reconocer es la enorme responsabilidad e importancia que tiene para el futuro del país participar y concertar, cada 10 años un Plan Nacional de Desarrollo Educativo. Este hecho debería ser un acontecimiento político (participación y concertación de intereses) y técnico (elaboración sistemática del plan, indicadores y seguimiento) al cual la política pública y el MEN dedican su mayor esfuerzo. El Plan puede llegar a ser un punto de encuentro para esta sociedad fragmentada y sin apuestas comunes.

El artículo 72 de la Ley 115 dejo como responsabilidad del Ministerio de Educación Nacional, MEN, en coordinación con las entidades territoriales, preparar el Plan Decenal de Educación, el cual, según esta norma, tiene el propósito de acercar los planteamientos constitucionales al desarrollo y alcances de la educación de los niños, jóvenes y adultos del país.

Los planteamientos constitucionales son la garantía del derecho a la educación de los colombianos. Luego el Plan Decenal de Educación centrar su acción en el desarrollo constitucional: derecho a la formación integral del joven; acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica, y a los demás bienes y valores de la cultura; a la formación en derechos humanos, paz y democracia; y en la práctica del trabajo y la recreación, para el mejoramiento cultural, científico, tecnológico y para la protección del ambiente. La Constitución destaca la necesidad que la enseñanza esté a cargo de personas de reconocida idoneidad ética y pedagógica, así como garantizar la profesionalización y dignificación de la actividad docente. Además, determina que los integrantes de los grupos étnicos tendrán derecho a una formación que respete y desarrolle su identidad cultural y que la educación de personas con limitaciones físicas o mentales, o con capacidades excepcionales, son obligaciones especiales del Estado.

Una segunda consideración para el MEN y el sector educativo es reconocer que el Plan Decenal de educación es un hecho político, antes que tecnócrata, aclaro tengo un gran respeto por lo técnico y valoro, aún más, que lo técnico esté vinculado a la toma de decisión de lo público. Sin embargo, propongo que el Plan Decenal se convierte en una gran apuesta política, de pocos temas, que el gobierno acuerde con la sociedad y el sector educativo, y luego llevé al Congreso Nacional para su refrendación (nada impide que el Gobierno transformé el Plan Decenal de Educación en Ley). Bajo este criterio el Plan, si bien mantiene su condición de ser de carácter indicativo, se vuelve de obligatorio cumplimiento, Ley de la República. Además, debe quedar claro que los Planes cuatrienales de desarrollo nacional tienen que vincular de manera obligatoria lo pactado en el Plan Decenal de Educación.

En principio propongo los siguientes temas:

  1. Establecer metas presupuestales que garanticen el crecimiento año a año de los recursos del estado para la educación en los próximos 10 años: La Ministra citada por Revista Semana sostuvo que la meta que nos tenemos que poner es lograr que Colombia invierta por estudiante una cifra de 4.500 dólares al año, “nosotros, con la devaluación, invertimos alrededor de dos millones y medio de pesos, o sea, 800 dólares. En la OCDE el promedio es de 8.400 dólares por estudiante al año. Por ahí comienza la inequidad, apuntó Parody”.
  2. Garantizar la jornada única para por lo menos el 70% de los estudiantes de la educación oficial. La jornada única tiene metas definidas para los años 2025 y 2030
  3. Universalizar los grados de jardín y transición para todos los niños de 4 y 5 años en las escuelas oficiales, la Ley 115 estableció 3 grados de preescolar, pero alcanzar la matrícula para más del 90% de los niños de 5 años en el grado de transición nos demandó más de 10 años
  4. Disminuir la deserción escolar en la educación secundaria, media y superior, una de las más altas de Latinoamérica
  5. Consolidar los programas de formación docente y apoyar el desarrollo de las facultades y programas de educación
  6. Incrementar las coberturas (mínimo 90% de los niños y jóvenes entre 5 y 17 años estudiando) y la calidad de la educación en el sector rural (disminución de brechas).
  7. Construir y poner en funcionamiento por lo menos 6 universidades en los territorios con mayor violencia política y pobreza.
  8. Profesionalizar y mejorar de las condiciones salariales y de bienestar para los docentes. Nada en educación es posible sin la participación de los maestros y el techo de la calidad de la educación lo determina la calidad de sus docentes.
  9. Acordar con los docentes, padres de familia y estudiantes un sistema de evaluación de la calidad de la educación.

El país cuenta con la experiencia de los 2 Planes Decenales de Educación para los periodos de 1996-2005 y 2006-2016 y está en proceso de elaborar el tercero. 10 años en términos de desarrollo educativo son muy importantes: Por ejemplo, el Plan Nacional de Desarrollo del actual gobierno sostiene que “un país se puede transformar radicalmente en 20 años, que es el plazo que toma formar una nueva generación”.

Fuente: http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/por-que-maestros-no-participan-en-elaboracion-plan-educacion-por-angel-perez/226015

Fuente de la imagen: https://actualidad.rt.com/actualidad/213894-maestros-gobierno-mexicano-negocian-reforma

 

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Profesores de música, danza y arte, también, son claves para la calidad de la educación

América del Sur/Colombia/Julio de 2016/Autor:Ángel Pérez Martínez/Fuente: Dinero.com

En las instituciones escolares oficiales de Colombia las posibilidades para aprender y desarrollar las expresiones artísticas como medio para potenciar a los seres humanos y mejorar la calidad de la educación son poco valoradas y evaluadas.

En el mundo existe evidencia, a través de diversas investigaciones, de las relaciones entre el arte, la educación y la formación de buenos seres humanos. Por ejemplo, la inclusión en la escuela de actividades pedagógicas y de formación en música ayudan a los niños y jóvenes a desempeñarse mejor en diversas actividades relacionadas o no con la música, frente a aquellos niños que no reciben tales beneficios.

El profesor Glenn Schellenberg, de la Universidad de Toronto Mississauga, junto con otros investigadores, encontró que la educación en música está asociada de manera positiva con el rendimiento académico de los niños y jóvenes; la capacidad cognitiva general; el procesamiento del lenguaje (lectura, vocabulario, ortografía, adquisición de un segundo idioma);  habilidades para manipular, ordenar y situar las cosas en el espacio y; además, él señala que la formación musical en grupos facilita la cohesión social, el desarrollo de habilidades prosociales, lo cual genera mayores niveles de simpatía y conductas de ayuda y de cooperación entre estudiantes.

En Colombia, los colegios privados de buena calidad incluyen la formación artística, el bilingüismo y las actividades recreativas y deportivas como un plus para avanzar y consolidar procesos educativos de calidad para sus estudiantes, estas instituciones ofrecen jornada única. En los colegios oficiales, a donde asisten los niños y los jóvenes más pobres, las anteriores 3 áreas casi no existen y lo más grave donde se practicaban tienden a desaparecer, en algunas ocasiones, con apoyo de los directivos docentes y de las secretarias de educación.

En educación inicial y en primaria las relaciones alumno docente establecidas por ley, un solo profesor por aula de primaria, impide que los más de 4 millones de niños y niñas que asisten a los colegios públicos tengan docentes extras en áreas de artes, deportes y segundo idioma en primaria. En el nivel de secundaria y media cada vez más los colegios están interesados en matemáticas, ciencias, lenguaje, y un segundo idioma, estas son las competencias que se miden y determinan la calidad de la educación en Colombia y en el mundo, por ello, los directivos docentes prefieren cerrar cursos de artes y ampliar en las áreas que determinan los resultados de calidad.

Recordemos que los sistemas educativos de diversas maneras (políticas, asignación de recursos, premios, reconocimientos) obligan a las escuelas y a la comunidad educativa a establecer prioridades. Para los estudiantes que quieran ser pilos o quienes aspiran a ingresar a una buena universidad, lo que ellos valoran son los resultados que obtengan en las pruebas de competencias en matemáticas, lectura y escritura y una segunda lengua (ciudadanía e inglés), esto es lo que mide las pruebas SABER, ellas determinan los resultados de calidad de la educación. También, el MEN, las secretarías de educación y otras organizaciones premian a directivos docentes, maestros, estudiantes e instituciones escolares por los resultados que logren en dichas pruebas. Así mismo, los medios de comunicación y diversas organizaciones elaboran rankings de colegios clasificando como buenos, regulares o malos, a partir de los resultados de los estudiantes en las pruebas.

Sin embargo, a pesar del abandono de la escuela pública por el arte, no deja de sorprender y hasta emociona la cantidad de niños y jóvenes que en pueblos y regiones de Colombia se preparan con esfuerzo y dedicación en la ejecución y el desarrollo de la música tradicional de sus regiones, labor que realizan junto con padres de familia y profesores en escuelas, casas de la cultura, fundaciones o universidades.

Los recientes festivales de San Pedro, en el Tolima; el Porro, en San Pelayo Córdoba; el Festival Vallenato, en Valledupar, así como los más de 50 encuentros de música llanera en el Meta y la Orinoquía, además, de las innumerables fiestas de música y danza que se realizan por el todo el país son expresiones artísticas que cuentan con la participación de maestros y miles de niños y jóvenes, a quienes el sistema educativo no premia o destaca porque van en contravía de lo que determinan para el país los hacedores de políticas educativas.

Por último, ojalá en tiempos de paz, el programa de Jornada única para los estudiantes de la educación oficial, que empezó este gobierno, se convierta en una oportunidad para la fortalecer la formación artística. El Ministerio de Educación Nacional, las secretarias de educación, los directivos docentes y los maestros conocen la importancia de la educación artística. En efecto, en los lineamientos Curriculares para la Educación Artística se cita como siguiendo la tradición “filosófica se llegó a precisar que el arte tenía por objeto lo bello y lo natural y se llegó a establecer que el conocimiento de lo bello y lo natural en cuanto bello era susceptible de una inteligencia sistematizable a la cual se le denominó estética. Además, Kant situó con certera perspicacia la actividad estética como punto intermedio entre el conocimiento científico y el desarrollo sin confines de la moral, dejando abierta la reflexión en la modernidad sobre el lugar del arte y sobre sus posibilidades”. Arte, educación y estética son parte de lo humano, para mejorar la calidad de la educación necesitamos más profesores y niños en clases de música, danzas, teatro, pintura y otras manifestaciones artísticas.

Fuente: http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/profesores-de-musica-danza-y-arte-tambien-son-claves-para-la-calidad-de-la-educacion/225526

Fuente de la imagen: http://www.culturarecreacionydeporte.gov.co/es/danza-y-musica-folclorica-colombiana-en-bogota

 

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Educación como política de Estado para unir a uribistas y santistas

por Ángel Pérez Martínez

El postconflicto puede ser una oportunidad para cambiar el imaginario imperante mediante el cual cada quien busca resolver sus problemas o desacuerdos con otros mediante acciones ilegales, violentas o de confrontación con el otro.
El proceso de diálogos de la Habana entre el Gobierno Nacional y las FARC dividió a los colombianos. No hay duda, la mayoría de la población desaprueba a las FARC, así lo demuestran las diferentes encuestas que se han realizado en los 2 últimos años. Luego resultó fácil hacer política utilizando la mala imagen de la guerrilla, y a la vez, aparecer como los defensores del estamento militar, quienes son presentados como los damnificados del proceso para buscar la paz (los van a acabar, a disminuir o a trasformar). El estamento militar es querido por la mayoría de los colombianos.
Para medir la importancia y el peso político que puede llegar a presentar la utilización del estamento militar para hacer política, en un país con baja participación electoral ciudadana, basta mencionar que según la presentación del presupuesto nacional del año 2016 por parte del Ministerio de Hacienda, son más de medio millón de personas, entre soldados (292.000), policías (191.000), civiles que trabajan en el Ministerio de Defensa, sus entidades adscritas o vinculadas y la justicia penal militar (24.000); a la anterior cifra habrá que agregar soldados y policías pensionados, familiares, contratistas y proveedores del sector defensa.
Bajo esta estrategia política un grupo de colombianos propuso una negociación de mano dura para los miembros de las FARC, castigo y represión para ellos; una justicia que castigue los delitos, de manera especial los de lesa humanidad. Casi que el ideal sería unos guerrilleros arrodillados, pidiendo perdón y en la cárcel. Pero claro esto no sería una negociación, sería una derrota militar que durante 60 años no logramos.
Del otro lado, está el Gobierno, mal defensor del proceso de la Habana, errático frente a la opinión pública e incapaz de explicar sus enormes responsabilidades institucionales y políticas frente a la negociación, pero, eso sí, actuando con un empeño y compromiso que no se puede desconocer. El Presidente Santos, y de manera especial, del Jefe de la Misión Humberto de la Calle no desistieron nunca en su búsqueda de los acuerdos alcanzados, que ya son es un paso vital en la construcción del camino de la paz.
Ayer se firmó una parte trascendental de los acuerdos, el que pone fin a la guerra con las FARC. En dicho acuerdo se determinó la necesidad de crear una nueva cultura que proscriba la utilización de las armas para resolver las diferencias, no repetición del enfrentamiento armado, dejación de las armas y su proceso de destrucción, así como el monopolio de las armas por parte del Estado. Además, es de gran valor la intervención de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, para certificar la dejación de las armas y la concentración de los más de 6.000 guerrilleros en 23 zonas y 8 campamentos.
Aún faltan temas por acordar, pero estamos próximos a iniciar el punto clave del proceso de paz: el postconflicto. El gobierno, los académicos, los docentes y las organizaciones pro paz debemos advertir que en el postconflicto el reto será lograr que se cumplan los compromisos con las FARC, así como asegurar la sostenibilidad de lo pactado en el proceso de paz, y esto último se alcanzará con el mejoramiento de la calidad de vida de los colombianos más pobres, quienes viven en el sector rural y en los barrios marginales de las ciudades; así como con el fortalecimiento de una cultura para la paz y para la vida en ciudadanía.
También es necesario seguir buscando puntos de encuentro con quienes se opusieron o apoyaron el proceso de la Habana. Sostengo que en la agenda del postconflicto (no la de la Habana) se podría acordar con Santistas, Uribistas, la izquierda y todas aquellas organizaciones políticas que representan minorías incluir una política de Estado, con la cual nos comprometamos todos para mejorar la educación de los niños y jóvenes de Colombia y para educar para una cultura de la Paz. Insisto: una política de Estado para la educación a 20 o 30 años, en la cual nos encontremos todos.
Según el experto en educación y conflictos Vicenç Fisas, “Educar para una cultura de paz significa educar para la crítica y la responsabilidad, para la comprensión y el manejo positivo de los conflictos, así como potenciar los valores del diálogo y el intercambio y revalorizar la práctica del cuidado y de la ternura, todo ello como una educación pro-social que ayude a superar las dinámicas destructivas y a enfrentarse a las injusticias”.
Una política de Estado que tenga como objetivo una educación de calidad, la cual en su diseño entre otras cosas deberá tener el propósito de ayudar a desarrollar la productividad del campo, pero también a buscar soluciones de manera participativa mediante el diálogo, la concertación y un sentido crítico sobre cómo evitar el exceso de concentración de la riqueza en el sector rural. Hoy el Gini rural es de 0.88 (una vergüenza nacional). Lo anterior explica por qué en el campo los pobres representan el 65% y los indigentes el 33% del total de quienes viven en el campo. No podemos olvidar que allí –en el campo y en la pobreza- empezó la guerra, ojalá también en el sector rural empiece la construcción de la nueva Colombia, con educación de calidad y desarrollo.
Fuente: http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/educacion-como-politica-para-unir-uribistas-y-santistas-por-angel-perez/225059

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Educación para formar mejores seres humanos

Colombia/17 de Junio de 2016/Dinero

Por: Ángel Pérez Martínez

La escuela y los docentes no pueden estar pasivos frente a la homofobia, la barbarie, la violencia y otras acciones que atentan contra la dignidad humana, la libertad, la igualdad o dañan la vida de la tierra.

Así como no es posible que todos los males de la sociedad y de los seres humanos los resuelva o los resistan los sistemas educativos, tampoco descarto el inmenso poder que tiene un buen sistema educativo con metas claras y de buena calidad. Educación capaz de incidir de manera estructural en la formación de seres humanos para la vida, el bienestar social y el cuidado de la tierra.

A pesar de los innegables avances de la humanidad por alcanzar el pleno respeto por los derechos humanos fundamentales, la dignidad humana, la libertad individual y la igualdad, aún subsisten en el imaginario individual o colectivo creencias o valores que permiten y hasta justifican acciones que hacen daño o afectan la vida de personas por su color de piel, raza, identidad sexual y de género, su religión o clase social, entre otras.

La afirmación anterior se prueba mediante los recientes hechos que se conocieron a raíz de la intervención de la policía en el Bronx en el centro de Bogotá, en donde ocurrían abusos insospechados a seres humanos mediante el uso de las drogas, prostitución infantil y desapariciones. También, lo peor de la condición humana se expresó en la masacre que costó la vida a 50 personas en el bar gay Pulse en Orlando, Florida; así como en el acto de discriminación racial del bar Cachao, ubicado en la Zona T de Bogotá, donde no le permitieron, por su color de piel, el ingreso a Danit Torres Fuentes, mujer de piel negra, quien es experta en temas educativos y ha dedicado su vida a buscar una Colombia más igual, sin discriminación.

La barbarie, la violencia, la homofobia, la militancia religiosa extrema y la discriminación racial son situaciones creadas por seres humanos influenciados por una cultura en la que los imaginarios familiares o sociales heredados o creados por el voz a voz, o más grave, por medios de comunicación masivos o redes sociales, inciden más en la formación de valores en las personas que los sistemas educativos o la escuela.

Con seguridad, miles de profesores y académicos, así como instituciones escolares y educativas se preguntan a diario ¿cómo formar mejores seres humanos? ¿Cómo luchar contra la familia y el entorno social cuando estos inciden de manera negativa en la visón de la vida de los muchachos y en sus valores? Para responder a lo anterior, la escuela se tiene que preguntar: ¿cómo determinan las prácticas, los discursos, los ejemplos y los medios masivos de comunicación la forma de pensar y de actuar de los estudiantes? En términos de Cornelius Castoriadis: ¿cómo se produce el imaginario o los procesos de creación por medio de los cuales los sujetos se inventan sus propios mundos, donde las valoraciones de lo bueno y lo malo adquiere un valor simbólico o real?

Humberto Eco, en un artículo publicado por el Diario la Nación de Argentina, se pregunta ¿De qué sirve el Profesor en el mundo de la Internet y de los medios masivos de comunicación? Eco sostiene que el Internet le dice casi todo al estudiante, “salvo cómo buscar, filtrar, seleccionar, aceptar o rechazar toda esa información”, y lo más importante, un buen profesor puede enseñar a comparar, a verificar y a relacionar sistemáticamente nociones, conceptos, valores y a tener un sentido crítico basado en el conocimiento. Sobre los medios de difusión masivos, Eco dice que “informan sobre muchas cosas y también transmiten valores, pero la escuela debe saber discutir la manera en la que los transmiten, y evaluar el tono y la fuerza de argumentación de lo que aparecen en diarios, revistas y televisión”

También, según nuestra Constitución Política la escuela tiene el deber de formar seres humanos para la vida en sociedad, el respeto a los derechos humanos y  la paz. “En todas las instituciones de educación será obligatorio y el estudio de la Instrucción Cívica y el fomento de prácticas democráticas para el aprendizaje de los principios y valores de la participación ciudadana” (artículos 41 y 67).

Sin embargo, una escuela y sus maestros con escaso apoyo de padres de familia, de la sociedad y del Estado estará cada vez más en desventaja en la formación de valores de los estudiantes con relación al efecto que hoy tienen la familia, el entorno social, el Internet y los medios masivos. De la escuela y de los planes de estudio desaparecieron el estudio de la religión (ojo, no la enseñanza de una creencia religiosa) y ahora la ética. Interesa más el bilingüismo, las matemáticas, la lectura y la ciudadanía ligada a derechos o prácticas democráticas, pero no formar buenos seres humanos.

Insisto, como lo desarrollé en anteriores artículos, en algunos lugares de Colombia donde en la familia o el entorno social del estudiante priman imaginarios que justifican el machismo, el autoritarismo y la violencia, la escuela no puede esperar ayuda positiva de los padres o de los responsables de los estudiantes en su formación. Es por ello que este país requiere una mejor educación oficial, para que sea capaz de sobreponerse a dichos efectos negativos de la familia y del entorno. De manera estructural, una educación de calidad, con apoyo social, es la única capaz de cambiar estos imaginarios, algunos de ellos antihumanos, en el mediano plazo.

Fuente: http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/educacion-para-formar-mejores-seres-humanos-angel-perez-martinez/224700

Fuente de la Imagen: https://www.google.co.ve/search?q=Educaci%C3%B3n+para+formar+mejores+seres+humanos&biw=1024&bih=489&tbm=isch&source=lnms&sa=X&ved=0ahUKEwiZ7ImVk7DNAhWBox4KHUagAMQQ_AUIBigB&dpr=1#imgrc=zDgXxnZADCKgnM%3A

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Artículo de Opinión: Educación para formar mejores seres humanos

Artículo de Opinión: Educación para formar mejores seres humanos

Por Ángel Pérez Martínez

La escuela y los docentes no pueden estar pasivos frente a la homofobia, la barbarie, la violencia y otras acciones que atentan contra la dignidad humana, la libertad, la igualdad o dañan la vida de la tierra.
Así como no es posible que todos los males de la sociedad y de los seres humanos los resuelva o los resistan los sistemas educativos, tampoco descarto el inmenso poder que tiene un buen sistema educativo con metas claras y de buena calidad. Educación capaz de incidir de manera estructural en la formación de seres humanos para la vida, el bienestar social y el cuidado de la tierra.
A pesar de los innegables avances de la humanidad por alcanzar el pleno respeto por los derechos humanos fundamentales, la dignidad humana, la libertad individual y la igualdad, aún subsisten en el imaginario individual o colectivo creencias o valores que permiten y hasta justifican acciones que hacen daño o afectan la vida de personas por su color de piel, raza, identidad sexual y de género, su religión o clase social, entre otras.
La afirmación anterior se prueba mediante los recientes hechos que se conocieron a raíz de la intervención de la policía en el Bronx en el centro de Bogotá, en donde ocurrían abusos insospechados a seres humanos mediante el uso de las drogas, prostitución infantil y desapariciones. También, lo peor de la condición humana se expresó en la masacre que costó la vida a 50 personas en el bar gay Pulse en Orlando, Florida; así como en el acto de discriminación racial del bar Cachao, ubicado en la Zona T de Bogotá, donde no le permitieron, por su color de piel, el ingreso a Danit Torres Fuentes, mujer de piel negra, quien es experta en temas educativos y ha dedicado su vida a buscar una Colombia más igual, sin discriminación.
La barbarie, la violencia, la homofobia, la militancia religiosa extrema y la discriminación racial son situaciones creadas por seres humanos influenciados por una cultura en la que los imaginarios familiares o sociales heredados o creados por el voz a voz, o más grave, por medios de comunicación masivos o redes sociales, inciden más en la formación de valores en las personas que los sistemas educativos o la escuela.
Con seguridad, miles de profesores y académicos, así como instituciones escolares y educativas se preguntan a diario ¿cómo formar mejores seres humanos? ¿Cómo luchar contra la familia y el entorno social cuando estos inciden de manera negativa en la visón de la vida de los muchachos y en sus valores? Para responder a lo anterior, la escuela se tiene que preguntar: ¿cómo determinan las prácticas, los discursos, los ejemplos y los medios masivos de comunicación la forma de pensar y de actuar de los estudiantes? En términos de Cornelius Castoriadis: ¿cómo se produce el imaginario o los procesos de creación por medio de los cuales los sujetos se inventan sus propios mundos, donde las valoraciones de lo bueno y lo malo adquiere un valor simbólico o real?
Humberto Eco, en un artículo publicado por el Diario la Nación de Argentina, se pregunta ¿De qué sirve el Profesor en el mundo de la Internet y de los medios masivos de comunicación? Eco sostiene que el Internet le dice casi todo al estudiante, “salvo cómo buscar, filtrar, seleccionar, aceptar o rechazar toda esa información”, y lo más importante, un buen profesor puede enseñar a comparar, a verificar y a relacionar sistemáticamente nociones, conceptos, valores y a tener un sentido crítico basado en el conocimiento. Sobre los medios de difusión masivos, Eco dice que “informan sobre muchas cosas y también transmiten valores, pero la escuela debe saber discutir la manera en la que los transmiten, y evaluar el tono y la fuerza de argumentación de lo que aparecen en diarios, revistas y televisión”
También, según nuestra Constitución Política la escuela tiene el deber de formar seres humanos para la vida en sociedad, el respeto a los derechos humanos y la paz. “En todas las instituciones de educación será obligatorio y el estudio de la Instrucción Cívica y el fomento de prácticas democráticas para el aprendizaje de los principios y valores de la participación ciudadana” (artículos 41 y 67).
Sin embargo, una escuela y sus maestros con escaso apoyo de padres de familia, de la sociedad y del Estado estará cada vez más en desventaja en la formación de valores de los estudiantes con relación al efecto que hoy tienen la familia, el entorno social, el Internet y los medios masivos. De la escuela y de los planes de estudio desaparecieron el estudio de la religión (ojo, no la enseñanza de una creencia religiosa) y ahora la ética. Interesa más el bilingüismo, las matemáticas, la lectura y la ciudadanía ligada a derechos o prácticas democráticas, pero no formar buenos seres humanos.
Insisto, como lo desarrollé en anteriores artículos, en algunos lugares de Colombia donde en la familia o el entorno social del estudiante priman imaginarios que justifican el machismo, el autoritarismo y la violencia, la escuela no puede esperar ayuda positiva de los padres o de los responsables de los estudiantes en su formación. Es por ello que este país requiere una mejor educación oficial, para que sea capaz de sobreponerse a dichos efectos negativos de la familia y del entorno. De manera estructural, una educación de calidad, con apoyo social, es la única capaz de cambiar estos imaginarios, algunos de ellos antihumanos, en el mediano plazo.
Fuente: http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/educacion-para-formar-mejores-seres-humanos-angel-perez-martinez/224700

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Educación, riqueza y desigualdad

Educación, riqueza y desigualdad

Artículo de Opinión

Por: Ángel Pérez Martínez

Los informes de panorama social de los años 2014 y 2015 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), así como los datos del Departamento de Planeación Nacional (DNP) y del DANE muestran que en los últimos 4 años la pobreza en Colombia disminuyó. Por ejemplo, CEPAL sostiene que la tasa de pobreza cayó en la gran mayoría de los países latinoamericanos, en el período 2010-2014: Uruguay (a una tasa equivalente anual del -14,9%), el Perú (-9,8%), Chile (-9,1%), Brasil (-7,9%) y Colombia (-6.4%).
También, el DNP señala que la pobreza se redujo entre 2010 y 2015, según esta Entidad 4.574.000 personas salieron de esa condición, en Colombia la pobreza en 2015 se situó en 27,8%. Otro dato, con el cual soporta el DNP la decrecimiento de la pobreza es el incremento de la clase media en más de 4 millones de personas para el mismo periodo (hogares con ingresos entre $1.800.000 y $7.000.000 mensuales), clase media que ya alcanza 13 millones de colombianos (27,% de la población del país).
Sin embargo, progresamos pero la desigualdad se mantiene. El DANE que calcula por medio de la encuesta de hogares el coeficiente de Gini (que mide la desigualdad en el ingreso de las personas, donde 0 sería la distribución perfecta y 1 la peor desigualdad) sostiene que éste decreció, entre 2010 y 2014, de 0.56 a 0.52. Sin embargo, la CEPAL al cruzar información de encuesta de hogares con información tributaria, le otorga a Colombia para el año 2014 un Gini de 0.55, pero agrega que midiendo una serie de 1993 a 2014, sobre la base de datos tributarios, Colombia es el país, durante los últimos 11 años, donde el 1% más rico se queda con el mayor porcentaje de los ingresos totales. En este periodo, el máximo nivel de captura por parte del 1% más rico en Colombia se logró en el año 2010 (20,5% del ingreso total del país), mientras que Argentina en el 2007 el 1% de los más ricos se quedó con el 16,8% y en Uruguay en 2012 alcanzó el 14%.
Los anteriores datos sirven para ilustrar que, a pesar de la disminución de la pobreza, Colombia no ha logrado avanzar en serio para reducir la concentración de la riqueza, en unos pocos, y con ello afectar las posibilidades de bienestar para la mayoría de la población. Diversos informes del Banco mundial, del BID y de la CEPAL nos sitúan como uno de los países con mayores desigualdades del mundo, situación que lo corrobora un Gini país de 0.52 o de 0.55, depende como lo midan.
Tiene razón Eduardo Lora quién en reciente columna, en la Revista Dinero, afirmó que 12 países latinoamericanos han tenido avances en equidad, Colombia no, además el escribió que una de las causas por las cuales la desigualdad campea es “el desplazamiento forzado que han sufrido 5,3 millones de personas como resultado de los ataques e intimidaciones de las Farc, el ELN y los paramilitares a la población civil. Los desplazados representan la mitad de la población rural que tenía el país hace 20 años”. Además, Lora dice que el desplazamiento produjo en la población afectada una pérdida de activos e ingresos (equivalente a 37% de su capacidad de gasto permanente, mientras que los más pobres perdieron el 72%)
Sin duda la perdida de activos, producción e ingresos en las regiones de mayor violencia se correlaciona con la pobreza y el subdesarrollo en la cual vive la población que se quedó, los más pobres. Mientras los que se desplazaron a las ciudades engrosaron las personas dedicadas a la informalidad o a disputarse un mercado de trabajo donde miles de personas, con bajos nivel educativo, están dispuestas a trabajar por salario mínimo o menos, situación que de hecho favorece las ganancias de las empresas o de los patronos y los bajos ingresos de las familias.
La anterior afirmación se sustenta con la primera encuesta Nacional de Verificación (ENV) sobre condiciones de los desplazados en Colombia, efectuada a finales del año 2007 y elaborada y procesada por el Centro de Investigaciones para el Desarrollo, CID, de la Universidad Nacional. Esta encuesta encontró que el 54% de la población desplazada era menor de 20 años, el 13.9% de los mayores de 15 años eran analfabeta y sólo tenían 4 años promedio de educación. La cobertura bruta para los niños entre 5 y 6 años alcanzaba el 56.3%, mientras que la educación media era de 31.2%.
Pobreza, guerra, desplazamiento, bajos niveles educativos de la población y mala calidad de la educación para los niños y jóvenes de las familias más vulnerables (así lo demuestran los resultados de las pruebas SABER y PISA realizadas en Colombia) han contribuido a concentrar el ingreso en Colombia. Mejorar la distribución de la riqueza demandará oportunidades reales para los pobres, en este sentido el país requiere pasar de 4.5 a 6 puntos del PIB como porcentaje del gasto educativo oficial y correlacionar educación de calidad con: desarrollo político (formación para la paz y ciudadanía), económico (relación entre educación, producción y trabajo) y cultural (música, danza, teatro).
Fuente: http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/educacion-riqueza-y-desigualdad–por-angel-perez-martinez/224557

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