Por: Yanelis Bispo Rodríguez, Liliana Romero García y Miguel Erasmo Zaldívar Carrillo
Introducción
Resulta muy urgente que establezcamos la diferencia entre la oposición y las resistencias porque podemos estar oponiéndonos al neoliberalismo que ahoga al planeta y dándole oxígeno para que continúe su tarea de depredación. La oposición no basta porque el capitalismo aprendió temprano a subsumir los procesos de luchas y neutralizar cualquier proceso que se constituye en un verdadero peligro a sus intereses.
Los retrocesos que se han dado en América Latina en las últimas décadas nos muestran a las claras que, si no acomodamos junto a las acciones prácticas para llegar al poder y legalizar leyes favorables a los más desvalidos, procesos educativos que permitan la toma de conciencia de clase o la conciencia histórica del despojo, como se desee ver; para que puedan reconocer como tales aun cuando aumenten sus niveles de consumo y puedan a la vez ubicar a sus enemigos históricos aun cuando, por razones prácticas, los tengamos sentados a nuestro lado en la historia nos regresaran al punto de partida nuevamente.
Los procesos que han soportado el embate del imperialismo lo hicieron porque articularon procesos de formación política a nivel de pueblos y concibieron procesos que permitían la permanente participación popular. Esto es, pasaron de las oposiciones a las resistencias.
Palabras claves: Oposición, resistencia, conciencia de clases, conciencia histórica.
Introduction
It is very urgent that we establish the difference between the opposition and the resistances because we may be opposing the neoliberalism that is drowning the planet and giving it oxygen to continue its depredation task. The opposition is not enough because capitalism learned early to subsume the processes of struggles and neutralize any process that constitutes a real danger to its interests.
The setbacks that have occurred in Latin America in recent decades show us clearly that, if we do not accommodate, along with practical actions to come to power and legalize laws favorable to the most destitute, educational processes that allow awareness of class or the historical conscience of dispossession, as you want to see; so that they can recognize them as such even when their consumption levels increase and they can at the same time locate their historical enemies even if, for practical reasons, we have them sitting next to us in history they will return us to the starting point again.
The processes that have supported the onslaught of imperialism did so because they articulated processes of political formation at the level of peoples and conceived processes that allowed permanent popular participation. That is, they went from opposition to resistance.
Key words: Opposition, resistance, class consciousness, historical consciousness.
Desarrollo
Vivir dentro del capitalismo neoliberal siendo dominado todo el tiempo es una cosa y saberlo y actuar en consecuencia, otras. Ya sabemos que es posible ser un esclavo feliz y, además, satisfecho. ¿Cuál sería la diferencia entre ambas situaciones? La mayoría de las personas de este mundo estamos viviendo una vida que se nos reservó y soñando la ilusión falsa de la libertad. Algunos, supuestamente escogerán una carrera, aunque esta siempre estará a la altura de las posibilidades económicas de sus padres. Nos casamos con una persona que supuestamente escogimos sin saber que, tal vez, ella nos vio primero y calculó, sin que nunca supiésemos, las regalías que nuestras caricias traían de la mano de la tarjeta bancaria. No quiero que me tomen por un pesimista porque no lo soy; al menos; la mayor parte del tiempo porque como han de comprender resulta imposible descubrir el nivel de alienación en el que estamos obligados a vivir y no sentir nauseas por esta miserable existencia que cantamos estúpidamente cada día.
Vivimos en una sociedad de mercado que es muy diferente a vivir en una sociedad con mercado. Para los que no se han dado un chapuzón en la teoría marxista podría decir que una sociedad con mercado es aquella donde usted produce aquello que desea producir según sus necesidades y gustos para satisfacer las simples urgencias de una vida tranquila. En cambio, en una sociedad de mercado usted produce aquello que el mercado en el que está integrado le exige, puede probar con otras cosas, pero los competidores estarán al asecho, y eso si es que no desea morirse de hambre. En una sociedad de mercado absolutamente todo se encuentra bajo la egida del dinero y la ganancia. Hasta el acto de “hacer el amor” deja de ser una aventura milagrosa por el cuerpo de la mujer o del hombre para convertirse en un susto permanente que solo se calma cuando regrese la próxima menstruación porque detrás de cada cosa que hacemos el dinero vigila silenciosamente para que no se le escabulle una víctima.
Vestirnos, alimentarnos, recrearnos, relacionarnos y toda cosa humana concebida implica gasto de dinero dado que el gusto, el deseo y el placer es caro porque se sometieron a la lógica banal del mercado. No estoy diciendo nada que no haya sido dicho ya, lo sé, pero es que el hombre necesita que le muevan la conciencia cada cierto tiempo porque el hábito de la mezquindad y la estupidez se aprende más rápido y cuesta menos sacrificio que la vocación por la crítica y la libertad. En el capitalismo ser mezquino es casi una garantía de éxito.
Ser libre cuesta caro decía José Martí a los cubanos y; si no se está dispuesto a pagar esa libertad por su precio es preciso resignarse a vivir sin ella. El apóstol es muy claro: para toda alma libre que haya optado por la estrella y elevado por encima del yugo cualquier opresión sería insoportable. Pero qué pasa con aquellos que ni lo saben, con todos aquellos que al amparo de un poco de dólares asumen a los que se sacrifican por la libertad como esclavos de sus estupideces. Cómo explicarle a un egoísta y ególatra que el dinero no vale la dignidad humana y que la libertad es el premio de aquellos que llenan su vida de sentido. Cómo decirle respetuosamente a Trump que el dinero lo tiene prisionero de su inmensa y personal estupidez. Sobre qué argumentos sería posible demostrar que Jesús era inmensamente rico delante de la corrupción de Pilato si una parte, no despreciable, de las iglesias que orgullosamente enarbolan su nombre para ganar adeptos no son sino antros del egoísmo, la corrupción y la banalidad.
Nadie puede ser libre en este mundo en el que escribo estas líneas sin derrochar un enorme sacrificio para ello. Los que viven de la explotación ajena y lucran con el dolor de otros no regalan la libertad porque de hacerlo perderían su forma de vida. Saber esto ya es tener un poco de claridad, sin embargo, hay algo más terrible aún; vivimos aprisionados en un sistema que es capaz de atarnos al placer para sacarnos el jugo de la espiritualidad. No somos un esclavo que sufre, las más de las veces, somos uno que disfruta.
Si usted no lee muy, pero muy sistemáticamente, no podrá liberarse porque el candado que nos ata es de clave numérica y la serie es bastante larga. Algunos creen que nos podemos liberar si dejamos de comprar cosas como si siete mil millones de habitantes pudieran alimentarse y vivir del aire; no destejieron aún el término sociedad de mercado. Otros argumentan que es necesario dejar de pensar en las lenguas que nos conquistaron e inventar nuevas palabras como si con ello las relaciones objetivas y el ethos que nos penetra desde todas las direcciones desaparecería por arte de alterar el diccionario; no han descubierto que la dominación del capitalismo neoliberal no es nominativa y que cualquier término nuevo solo impactará, ligeramente, en el modo de percibir la realidad de algunos que se dedican al estudio permanentemente.
En definitiva, no habrá libertad sin sacrificios y el sacrificio más productivo contra el capitalismo neoliberal sería que los obreros que cansados llegan a sus casas, dedicaran tiempo para organizar grupos de estudio y análisis y debelar las ilusiones que nos vende el sistema de dominación. Todo el discurso porta fetichismos difíciles de descubrir y hacerlo, amerita actividad intelectual. Se sabe que esto es muy cansado pero inaplazable: nuestra ignorancia es aliada del opresor, debe decirse, aunque no nos guste.
Si un educador organizado en su sindicato se va a la calle y lucha a golpes contra la opresión para luego regresar a la escuela a continuar educando mediocres, está trabajando para el sistema. Si un campesino decide no consumir productos chatarra y se encierra en su casa a producir su sustento, en su territorio o en su comunidad sin tomar parte del proceso de emancipar a todos, desconectándose de la lucha general a la que estamos abocados, está trabajando aparentemente contra el sistema, pero le sirve porque se aísla y nos divide. En Oaxaca sería, metafóricamente, como si se casara con el PTEO y en las noches cohabitara con la reforma educativa. Si las organizaciones obreras no renuncian al corporativismo y al economicismo que las consume y adelantan procesos de toma de conciencia no podremos encaminar una la lucha hacia la liberación nacional.
Saber que usted es un oprimido es ya un primer paso que lo ubica por encima de todos aquellos oprimidos que ni lo saben. Sin embargo, saberlo no garantiza más que el desasosiego que conlleva la conciencia de la estupidez propia. Porque como ha de entenderse, saberse totalmente jodido es una cosa y levantarse a construir una ruta de liberación, otra totalmente diferente. En otras palabras; decir que URO ya cayo y repetirlo cientos de oportunidades es una cosa y trabajar para que el sistema que él representa no regrese nunca, es otra: ¡y qué pronto regresó! Tener conciencia de la explotación es posible con algo de sacrificio, ya se dijo, algo de estudio, algo de disciplina y autoexigencia.
Pero la lectura se ha convertido en el talón de Aquiles de algunos educadores que salen a los plantones portando la camiseta azul o cualquier otra; ¡que no deseo discutir de cosas serias! Lo cabrón de la hegemonía es que entra por el pinche gusto y engorda el deseo de cohabitar con el desgano, la desidia. Nos educaron para acurrucarnos en la historia y recibir aplausos evitando los peligros.
Bien, se debe repetir; si deseamos liberarnos hemos de estar dispuestos al sacrificio y, lo más importante, tenemos que disfrutarlo. Debemos disfrutar el sacrificio sin imposiciones, hacer de ello el grato regalo que le ofrecemos a nuestra íntima felicidad. Sí, es en la intimidad del sujeto donde se define un revolucionario invencible. Jesús, el Che, Fidel, nos regalaron sus mejores acciones llenos de felicidad en los momentos de mayor peligro y dolor. Cuando el oprimido sabe que lo es y está dispuesto al sacrificio; ese empeño, aparentemente inútil, lo llena de regocijo. Amar la lucha, decía Marx.
En este punto deseo introducir el objetivo real de este escrito; no es lo mismos soportar, que oponerse que resistir. Una mujer o un hombre de baja autoestima que vivan dentro de una relación de apego emocional soportan y soporta porque su psicología no les permite reconocer a sus emociones y sentimientos como sus peores enemigos. Soporta y soporta porque considera que eso es felicidad y que sin esa persona su mundo se quedaría sin sentido cuando es todo lo contrario. Cuando usted odia la curricular y no hace algo porque el director se lo impone y usted cree que él es el jefe y manda y no se atreve a proponer, además, porque no desea problemas o por cobarde; usted soporta y soporta.
La gente que soporta es gente mezquina que disfruta robándole a los demás la utopía. De ellos recibimos consejos para adaptarnos, consejos para no esforzarnos, nos meterán miedos, nos tratarán como apestados. Soportar es un acto de cobardía al que nos acostumbramos por el temor a ser totalmente exterminados por el conquistador. Tal vez, esto que diré inquiete o enoje a algunos, pero la verdad debe ser dicha; al llegar los rateros, violadores y delincuentes castellanos a estas coas éramos alrededor de 70 millones según cálculos discretos; 100 años más tardes, quedábamos, según Galeano, cuanto mucho tres millones y medio. ¿Dónde estaban los demás? Nos dirán que la pandemia se los llevó, pero no debemos creerles; la mayoría murió por los castigos, el maltrato, las penurias y por filo del metal. Eso significa que muchos de los que hoy se consideran originarios, sino todos, son herederos de los que se arrodillaron antes los dioses ajenos, de los que se vendieron a su dinero o se adaptaros a la servidumbre mansa que imponían; porque los que se opusieron fueron aniquilados.
Soporta, o continuar soportando, no es entonces la solución a la situación actual que nos queja, debemos ir más allá. Nos queda la oposición y la resistencia.
Oponerse es estar en contra, no aceptar mansamente lo que se impone y levantarse para quitarse el yugo que quema. Oponerse es de hombre y mujeres dignos. Pero oponerse no basta porque la oposición es solo la hija ilegítima de la liberación ya que viene enamorada del opresor. La oposición no desea ser esclava ni violada contra su voluntad, pero sueña con casarse con el patrón en la iglesia del pueblo.
Algunos identifican a la oposición con la confrontación: “Desde el punto de vista subjetivo, oponerse a algo implica mantener una actitud confrontativa.” (Definición, 2020) y, además, la consideran saludable para los sistemas de democracia burguesa. Tal y como expresa la cita:
En el caso de la política, el rol de la oposición es de gran importancia puesto que significa un control al partido que se encuentra gobernando al país. En efecto, cuando esta está ausente existe el peligro de la aparición de excesos o actos de corrupción que afecten los intereses de la nación en cuestión. La oposición, buscará en todo momento evidenciar casos de estas características y así todo el sistema político se verá beneficiado. (Definición, 2020)
Se comenten dos grandes errores acá; primero el control a los partidos no es la función de la oposición; según Dussel, todo gobierno debe ser controlado por el pueblo, esto es, aquellos que lo eligieron para desempeñarse en sus funciones. (DUSSEL, 2010) La idea de que la oposición garantiza limpieza queda totalmente destruida frente al caso mexicano de los últimos años en los que el PRI y el PAN se aliaron para desmantelar la empresa y al erario público. En general se comprende que oposición es el acto de oponer u oponerse a algo por razones o por intereses. Oponerse para que no cause el efecto esperado. El efecto inmediato de la oposición es impedir que el efecto que se esperaba se retrase o elimine. Un ejemplo muy ilustrativo es la oposición al gobierno de Cuba o al de Venezuela, que crean problemas, impiden el avance del proceso, pero nada proponen, no ayudan a resolver la situación, sino que más bien la agravan.
En el caso de los oprimidos la oposición es irreverente en tanto se limita a sacudir y sacudir hasta que acomoda la cadena para que no queme ni moleste. Entonces se cree libre. El mayor delito de la oposición es el placer que logra con las conquistas momentáneas, que le llegan; ya sea por su empeño o por la inteligencia de los opresores. La oposición es la hija legítima del malestar, pero ya acurrucada en la riqueza se calma y duerme plácidamente. Es por ello que el PRI y el PAN al ser ambas rameras de la ideología a las que les disgusta que les impongan maridos se oponen pero no proponen salida a la terrible situación que ellos mismos crearon.
La oposición no propone soluciones a largo plazo porque llena sus apetencias con contratos leoninos y de pronta caducidad que arrebata al opresor a costa de enormes sacrificios, siempre, temporales.
La resistencia es diferente porque el que resiste se opone y, además, propone. El que se resiste dona su energía y tiempo a construir nuevos caminos por lo que construir las puertas que han de sacarnos de la precariedad neoliberal. El que resiste piensa, crea y funda.
Es claro que es más fácil lanzarse a la calle a protestar contra una reforma que agrede tus derechos que sentarte a construir una reforma educativa que cumpla con las expectativas de la mayoría; es más fácil oponerse que pasar a la resistencia porque la oposición es colectiva y vanidosa la resistencia anida en la intimidad del pensamiento del hombre crítico.
El que se opone marcha con una coca cola en la mano y grita abajo el estado opresor; el que resiste no consume coca cola porque la sabe productora de muerte y despojo. Conoce que el animal al que deseamos aniquilar traga trozos de naturaleza y orina hacia nuestras gargantas el pestilente producto. Oponerse es estar en contra de, resistir es estar a favor de.
Si alguna escuela oaxaqueña no avanza con la propuesta educativa denominada PETO es porque no han logrado pasar a la resistencia cultural porque sus maestros y maestras sirven al sistema contra el que dice luchar.
Por su parte la resistencia está encaminada en primer lugar a mantener aquello que se tiene, aquello que se es, aquello que se ama. El que resiste se aferra a sus principios y busca el modo de avanzar con ellos de bandera.
El vocablo resistencia proviene del latín resistenia, que a su vez está compuesto por el prefijo re-, que explica la intensificación de la propia acción, y del verbo sistere, que deriva del verbo stare, que se traduce como ‘mantenerse o estar en pie’, por ello su significado tiene que ver con la acción de contraposición. (Resistencias, 2020)
Pero la otra dimensión de la resistencia es la proposición, ir más allá de los límites de la defensa y pasar a la ofensiva. La ofensiva en el plano de la cultura implica saberes que se articulan para organizar la construcción. La oposición es la partida pero la resistencia deberá ser el punto al que nos dirigimos.
Resulta de especial importancia reconocer que la oposición nunca es propositiva, es reactiva y visceral; la resistencia, en cambio, es propositiva, construye y razona contra la lógica del opresor. La resistencia construye un horizonte posible porque porta el mañana en la creatividad presente; la oposición, por su parte, levanta la voluntad, pero no la organiza hacia una acción propositiva, cultural y anti hegemónica; y como no la organiza no la puede disponer para los largos sacrificios. La oposición es intrascendental en el sentido constructivo, la resistencia es trascendental precisamente porque propone soluciones a los problemas, busca las grietas de la dominación cultural y las amplía con propuestas que portan simbolismo y calan en la conciencia del oprimido. La oposición trabaja a nivel de emociones la resistencia parte de la emoción y se eleva a la razón crítica.
No hay libertad sin resistencia. La libertad que ha sido definida de muchísimas maneras según el capricho de los pensadores debe ser ubicada en el espacio que le corresponde; el de la resistencia. Porque si no hubiera sociedad de explotación, si no hubiese pobres ni ricos, si no hubiera niños sin futuro el concepto de libertad no tendría sentido de existir. La libertad debe ser definida frente a su contrario dialectico; la opresión.
Frente al capitalismo neoliberal que destruye a la naturaleza y aliena al ser humano solo encontraremos la libertad en aquellos pueblos, grupos y personas que se levantan, aun a costa de su vida, a luchar por la dignidad de todos los hombres y mujeres construyendo una utopía común. Ya tenemos ejemplos muy claros, Cuba es uno de ellos: asediada permanentemente busca tiempo y recursos para ayudar a otros. La Revolución cubana ha sido un acto de inmensa solidaridad hacia otros pueblos desde el mismo primero de enero de 1959. Si Cuba pudo, todos podemos.
La libertad que llega solo a través de enormes sacrificios es hermana de la utopía, no pueden avanzar la una sin la otra; porque la libertad es franca y ciega y la utopía temerosa y grácil y su naturaleza le permite ver más allá del tiempo. La libertad no sabe dónde debe poner sus pasos y, para no errar demasiado, necesita de su hermana la utopía. La libertad que es temeraria porque, aunque no busca el peligro para salir del atolladero y necesita del consejo de su hermana que no sacrificaría más de lo necesario.
La utopía es el regalo del estudio, del trabajo sistemático para perfeccionar la mente y el cuerpo; la liberta en cambio es hija de la acción. Pero resulta que las ideas sin la acción están castradas de la capacidad de cambiar al mundo y la acción sin ideas es como la oposición, fuerte pero estúpida.
Conclusiones
En este pequeño trabajo no hemos sido exhaustivos en la búsqueda de todas las posturas respecto a estos dos términos cosa que acometeremos más adelante. La intención ha sido establecer una primera línea de análisis frente a las posturas hegemónicas del sistema imperialista neoliberal que ha utilizado estos términos para significar oposición y lucha entre partidos burgueses que es la democracia a la que tenemos derecho.
Los conceptos de oposición y resistencia deben retomarse para establecer los criterios que permitan una mejor organización de las luchas de los oprimidos por la definitiva emancipación de nuestros pueblos.
Ser bueno es el único modo de ser dichoso y ser culto es el único modo de ser libre.
José Martí Pérez.
Referencias
Definición. (28 de 5 de 2020). Obtenido de Definición de oposición: https://definicion.mx/oposicion/
DUSSEL, E. (2010). 20 Tesis sobre política. Caracas, Venezuela: Fundación Editorial El perroy la rana.
Resistencias. (28 de 5 de 2020). Obtenido de Significado de resistencia: https://www.significados.com/resistencia/