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Reformas educativas: el turno de América Latina

Por: Carlos Ornelas

Aunque no hay un concepto homogéneo de Reforma Educativa, parece existir cierta conformidad en calificar cambios curriculares, incrementos en niveles escolares o modificaciones legales, como reformas de la educación. En cierta forma, cada quien entiende por reforma lo que le cuadre a sus propósitos de análisis o de mensaje político.

El Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe organizó un seminario, el jueves y el viernes de la semana pasada, en Pátzcuaro, Michoacán. El propósito fue debatir —y vaya que hubo debate— y “Aprender de las reformas: Educación en América Latina”. Se trataba de reunir a funcionarios e investigadores para confrontar posiciones y resultados.

El objetivo expreso fue: “Generar un espacio de análisis y reflexión en torno a los alcances y desafíos de la reciente Reforma Educativa en México, a la luz de otras experiencias consideradas exitosas en países de la región de América Latina y el Caribe”. El espacio se generó, pero no fue posible hacer comparaciones inmediatas entre la Reforma Educativa de México y las de otras latitudes del continente. Por lo regular, las exposiciones de los casos se enfocaron a exponer las particularidades.

Este punto no puede considerarse una debilidad. En realidad, es poco lo que sabemos y menos lo que discutimos de reformas educativas fuera de nuestra realidad. El desafío para los organizadores es ofrecer esa comparación y extraer las enseñanzas que se consideren pertinentes. El último de los objetivos promete esa oferta: “Realizar una publicación basada en las experiencias y actividades llevadas a cabo en el seminario”.

Los otros objetivos, analizar casos, identificar retos y hacer comparaciones se cumplieron en la medida que el tiempo lo permitió. Conocemos la tiranía que el reloj impone. Sin embargo, los expositores tuvieron oportunidad de presentar sus verdades e ilustrar sus movimientos de reforma o de continuidad en las políticas. Predominó la exhibición de los casos de éxito, aunque los ponentes no ocultaron las dificultades por las que atraviesan sus proyectos de cambio.

No obstante, no fue un desfile color de rosa. Hubo críticas, pero sin sobresaltos. Debates, pero siempre en tono de respeto. Incluso, una representante de la Sección 18 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, uno de los bastiones de las fuerzas disidentes dentro del magisterio, expuso el postulado de lo que persigue su movimiento de rechazo a la Reforma Educativa.

Vale la pena detenerse para comentar este asunto. El día anterior, un grupo de cinco maestros que se presentaron como representantes de la S-18 “advirtió” a los organizadores del seminario que deberían suspenderlo. Que hablar de la reforma era propaganda a favor del gobierno y que los estigmatizaba a ellos: que se les decía que eran revoltosos y violentos. Calificaciones que rechazaban.

El director del Crefal, Sergio Cárdenas, les explicó que no era un acto oficial, que los maestros del SNTE que ellos vieron sentados en el auditorio no respondieron a una invitación especial, que fue abierta y que ellos también podían acceder al auditorio. Incluso les ofreció un espacio cuando se discutiera el caso de México. Quedaron de consultarlo con su “estructura”.

La maestra de la S-18 que asistió explicó las razones de su movimiento. Calificó a la reforma como laboral y punitiva; dijo que no se criticaba a los políticos que heredan los puestos a sus hijos, pero sí a los maestros. Defendió la actividad sindical como actos de rebeldía. Lo hizo en tono mesurado y sin la perorata que caracteriza a los militantes. Aunque otros ponentes no coincidían con su postura, la felicitaron por la claridad en su exposición y el respeto a la concurrencia.

El seminario fue rico; en varias mesas se analizaron los casos de Perú y Cuba; Uruguay, Chile y República Dominicana; Ecuador y Brasil; México y Costa Rica; Argentina y Bolivia. Remató con una conferencia de Pak Tee Ng, uno de los líderes del Instituto Nacional de Educación de Singapur. Explicó muy bien las “paradojas” de su sistema de educación y proceso de reforma permanente.

No pienso que las reformas exitosas de un país puedan implantarse en otro; pero considero que sí es posible pedir prestadas nociones e ideas y adaptarlas a otras realidades. Discurro que es correcto ver la reforma mexicana a la luz de otras experiencias y dejar de pensar que somos el ombligo del mundo.

Fuente del Artículo:

Reformas educativas: el turno de América Latina

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La contienda por la educación pinta en 2018

05 de enero de 2018 / Fuente: http://www.excelsior.com.mx/

Por: Carlos Ornelas

“Quiero hacer desde mi tierra, desde mi agua, un compromiso con todo el magisterio nacional, que al triunfo de nuestro movimiento se va a cancelar la mal llamada Reforma Educativa… No va a continuar esa farsa que ni siquiera es una Reforma Educativa, porque no tiene nada que ver con mejorar la calidad de la enseñanza”. Andrés Manuel López Obrador

“¿Es posible debatir con un orate? ¿Y así sueña con ser una opción? Más allá de sus problemas de senilidad y salud mental, le faltan ideas, argumentos, razones, hechos, datos duros y verificables, y le sobra demagogia, falsedad e inmoralidad”.

Otto Granados Roldán.

En campañas presidenciales anteriores, ciertos de mis colegas y yo mismo nos quejamos porque la educación no representó el papel apropiado en los debates. Argüimos que dada su importancia —afecta la vida cotidiana de más de 40 millones de personas— debería estar en los primeros lugares de las propuestas.

Tal vez este año se nos haga, aunque no en los términos en que desean algunos investigadores de la educación y miembros de Mexicanos Primero que se expresan en los periódicos. No se hablará mucho sobre el derecho de los niños a la educación, sino que escucharemos expresiones de las trazas políticas. Lo que interesa a los candidatos —según asienta Pedro Flores Crespo— es el voto de los maestros y sus familias. Pero, como indicó Antonio Gramsci, la política es educación.

Gramsci se refería a la educación intelectual, a la adquisición de conciencia política de los ciudadanos, no aludía a los procesos escolares, sino a lo que los humanos aprendemos del entorno, es lo que especialistas denominan educación informal, la que sucede con independencia de planes y programas, de la acción de maestros y actividades escolares. Hoy, medios y redes sociales se hacen cargo de esas enseñanzas, aunque no haya forma de calcular las experiencias. No obstante, aprenderemos de las campañas.

Cierto, los debates alcanzarán tonos altos, habrá diatribas, más que discusiones serenas. Los discursos serán polares, las antípodas se identificarán con el retorno al sistema que teníamos antes o la continuidad de la Reforma Educativa que inició el gobierno de Enrique Peña Nieto.

Antes de que despuntara el año nuevo, las pautas estaban marcadas. Andrés Manuel López Obrador, en contra de la reforma, los abanderados del PRI, por consolidar lo hecho y avanzar en la ruta trazada. Ricardo Anaya no ha hecho una declaración categórica a favor o en contra. Supongo que está en un aprieto, no puede adoptar ninguna de las dos posiciones y, al parecer, no tiene una propuesta que lo distinga de los otros candidatos.

Anoto tres aprendizajes al comienzo del año:

Primero, tanto AMLO cuanto Meade y los suyos tratan de que la contienda sea entre dos. En los temas que tengan que ver con la educación, ningunearán a Anaya y a su alianza. Les dirán que tanto el PAN como el PRD son artífices de la reforma que nació con el Pacto por México. Para uno serán paleros, para los otros, renegados.

Segundo, en esta campaña, cualquier proclama de AMLO tendrá respuesta. José Antonio Meade, Aurelio Nuño, Otto Granados Roldán (en su cuenta personal de Twitter, no en actos de campaña) le echarán montón y no le dejarán pasar una. Ellos se presentarán como innovadores y tacharán a AMLO de reaccionario.

Tercero, parece obvio que AMLO trata de ganar el voto de los maestros con la oferta de regresar al antiguo statu quo. El gobierno de Peña Nieto no fue eficaz para comunicarse con los maestros, no tuvo formas para contrarrestar los mensajes de los opositores. Empero, logró convencer —no sé a cuántos— de que la reforma representa ciertas ventajas para ellos. Me imagino que el PRI y sus aliados, el Panal en primer lugar, tratarán de persuadir a los maestros de que la reforma los favorece y que votar por AMLO es contrario a sus intereses. También pondrán en juego otros elementos de la reforma en sus discursos políticos.

Intuyo que tendremos más censuras a la reforma en un frente y más alabanzas en el otro. Los candidatos y sus vicarios nos darán elementos para juzgar y educar nuestro criterio. Estoy convencido que, aunque no sean de altura, los debates por la educación nacional influirán en el voto de miles de ciudadanos. ¡Quién comunique mejor sus propuestas tendrá ventajas! No pienso que con spots y frases ampulosas nos puedan ganar, requerimos de argumentos, cada vez más sólidos y con sustento.

Fuente artículo: http://www.excelsior.com.mx/opinion/carlos-ornelas/2018/01/03/1211194

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Política educativa: un balance.

No obstante que le tomó tiempo penetrar en la plaza pública, la Reforma Educativa mostró que el propósito enmarcado en el Pacto por México de recuperar la rectoría de la educación implicaba romper con tradiciones corporativas. Aunque arrancó en un contexto favorable la inauguración de un nuevo gobierno y la alianza de los tres grandes partidos para impulsar reformas estructurales, al gobierno se le descompuso el mundo a los dos años. De finales de 2014 a mediados de 2017 se decía que había perdido la brújula.

Por: Carlos Ornelas.

El gasolinazo parecía el toque final del gobierno de Enrique Peña Nieto. Sin embargo, su administración levantó la cabeza y con su acción modificó porciones importantes del contexto político adverso. Irónico: la tragedia causada por los terremotos brindó oportunidades al gobierno al Presidente mismo de mejorar su posición en la arena política y equilibrar la correlación de fuerzas. La Reforma Educativa representa un papel importante en ese arqueo.

Por supuesto que la reforma es mucho más que una lucha política. Sus variantes institucionales son motivo de censura por sus efectos, en especial la evaluación del desempeño docente y el plazo largo que implica la puesta en práctica del Modelo Educativo para la Educación Obligatoria. A mí me interesa hacer un balance de la acción política.

En el lenguaje de la contaduría, el balance tiene cargos y abonos, débitos y haberes. No obstante, las lides políticas no se reducen a números que deben cuadrar. No todas las pérdidas de un grupo representan ganancias para el adversario. En política no hay victorias contundentes ni derrotas lapidarias.

El gobierno puede acreditar que redujo a ciertos santuarios —en sistemas estatales— la tradición magisterial de vender y heredar plazas, de que el mérito reemplaza al compadrazgo y a relaciones corporativas corruptas. Empero, en el camino instituye elementos del Estado evaluador que refutan los fines de autonomía escolar. Se corre el riesgo de que el Sistema de Información y Gestión Educativa (Siged), una vez que acabe de construirse y se alinee con el Sistema de Administración de la Nómina Educativa será un aparato de control burocrático impresionante.

Por lo pronto, ya restringió la autonomía de los estados para el pago de la nómina. Esta medida tiene cargos y abonos. El gravamen obvio: oscurece el ya de por sí desgastado federalismo. El crédito: con la centralización de pagos a maestros y burocracia, el retiro de comisionados, las auditorías a la nómina y la disminución del número de aviadores (que cada vez expían más para disimular su situación), el erario federal se ha ahorrado entre 50 mil y 60 mil millones de pesos, de 2014 a la fecha.

Aunque no en las prescripciones programadas, las evaluaciones se llevan a cabo, a veces en lugares diferentes porque el contexto político —o las desgracias naturales— lo impiden, el gobierno avanza en su propósito. Lo ideal sería que todo marchara conforme al reloj y a los planes; pero por muy hábiles que sean los gobernantes, no tienen mando sobre el ambiente político. Con todo, sospecho que el gobierno y el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación cumplirán con las metas del sexenio, si acaso con un déficit pequeño. Digo, si la disputa por la Presidencia no contamina en exceso la acción de la Secretaría de Educación Pública.

Hay cierto quebranto en la transparencia. El Siged no acaba de consolidarse, ciertos gobiernos siguen sin rendir cuentas y hay incidencias que es imposible registrar al momento de suceder. Pero se nota que la SEP empuja porque los estados cumplan. Buen número de ellos —incluido Oaxaca— distribuyen las plazas conforme al orden de prelación de los concursos de ingreso a la profesión docente. Pero la resistencia de ciertas secciones sindicales, no sólo de la CNTE, pujan por la persistencia de tradiciones corporativas.

En fin, nada está escrito en piedra. El contexto político es voluble, las tradiciones de grupos se adhieren a las instituciones, conforman rutinas estables y una cultura persistente. El gobierno de EPN, cierto, arrebató al SNTE porciones importantes del control de la estructura de gobierno de la educación, tiene arrinconada a la CNTE y el nuevo secretario de Educación Pública, Otto Granados Roldán, porfía en llevar a puerto las aristas principales del Modelo Educativo para la Educación Obligatoria. Pero tiene un plazo breve y un contexto entreverado por las campañas presidenciales, ¿le alcanzará el tiempo?

Fuente: http://www.excelsior.com.mx/opinion/carlos-ornelas/2017/12/27/1210157

Imagen: https://i0.wp.com/www.siempre.mx/wp-content/uploads/2015/08/Reforma-Arrieta.jpg?resize=1400%2C550

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Reformas educativas: el turno de América Latina

Por Carlos Ornelas

Aunque no hay un concepto homogéneo de Reforma Educativa, parece existir cierta conformidad en calificar cambios curriculares, incrementos en niveles escolares o modificaciones legales, como reformas de la educación. En cierta forma, cada quien entiende por reforma lo que le cuadre a sus propósitos de análisis o de mensaje político.

El Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe organizó un seminario, el jueves y el viernes de la semana pasada, en Pátzcuaro, Michoacán. El propósito fue debatir —y vaya que hubo debate— y “Aprender de las reformas: Educación en América Latina”. Se trataba de reunir a funcionarios e investigadores para confrontar posiciones y resultados.

El objetivo expreso fue: “Generar un espacio de análisis y reflexión en torno a los alcances y desafíos de la reciente Reforma Educativa en México, a la luz de otras experiencias consideradas exitosas en países de la región de América Latina y el Caribe”. El espacio se generó, pero no fue posible hacer comparaciones inmediatas entre la Reforma Educativa de México y las de otras latitudes del continente. Por lo regular, las exposiciones de los casos se enfocaron a exponer las particularidades.

Este punto no puede considerarse una debilidad. En realidad, es poco lo que sabemos y menos lo que discutimos de reformas educativas fuera de nuestra realidad. El desafío para los organizadores es ofrecer esa comparación y extraer las enseñanzas que se consideren pertinentes. El último de los objetivos promete esa oferta: “Realizar una publicación basada en las experiencias y actividades llevadas a cabo en el seminario”.

Los otros objetivos, analizar casos, identificar retos y hacer comparaciones se cumplieron en la medida que el tiempo lo permitió. Conocemos la tiranía que el reloj impone. Sin embargo, los expositores tuvieron oportunidad de presentar sus verdades e ilustrar sus movimientos de reforma o de continuidad en las políticas. Predominó la exhibición de los casos de éxito, aunque los ponentes no ocultaron las dificultades por las que atraviesan sus proyectos de cambio.

No obstante, no fue un desfile color de rosa. Hubo críticas, pero sin sobresaltos. Debates, pero siempre en tono de respeto. Incluso, una representante de la Sección 18 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, uno de los bastiones de las fuerzas disidentes dentro del magisterio, expuso el postulado de lo que persigue su movimiento de rechazo a la Reforma Educativa.

Vale la pena detenerse para comentar este asunto. El día anterior, un grupo de cinco maestros que se presentaron como representantes de la S-18 “advirtió” a los organizadores del seminario que deberían suspenderlo. Que hablar de la reforma era propaganda a favor del gobierno y que los estigmatizaba a ellos: que se les decía que eran revoltosos y violentos. Calificaciones que rechazaban.

El director del Crefal, Sergio Cárdenas, les explicó que no era un acto oficial, que los maestros del SNTE que ellos vieron sentados en el auditorio no respondieron a una invitación especial, que fue abierta y que ellos también podían acceder al auditorio. Incluso les ofreció un espacio cuando se discutiera el caso de México. Quedaron de consultarlo con su “estructura”.

La maestra de la S-18 que asistió explicó las razones de su movimiento. Calificó a la reforma como laboral y punitiva; dijo que no se criticaba a los políticos que heredan los puestos a sus hijos, pero sí a los maestros. Defendió la actividad sindical como actos de rebeldía. Lo hizo en tono mesurado y sin la perorata que caracteriza a los militantes. Aunque otros ponentes no coincidían con su postura, la felicitaron por la claridad en su exposición y el respeto a la concurrencia.

El seminario fue rico; en varias mesas se analizaron los casos de Perú y Cuba; Uruguay, Chile y República Dominicana; Ecuador y Brasil; México y Costa Rica; Argentina y Bolivia. Remató con una conferencia de Pak Tee Ng, uno de los líderes del Instituto Nacional de Educación de Singapur. Explicó muy bien las “paradojas” de su sistema de educación y proceso de reforma permanente.

No pienso que las reformas exitosas de un país puedan implantarse en otro; pero considero que sí es posible pedir prestadas nociones e ideas y adaptarlas a otras realidades. Discurro que es correcto ver la reforma mexicana a la luz de otras experiencias y dejar de pensar que somos el ombligo del mundo.

Fuente artículo: http://www.educacionfutura.org/reformas-educativas-el-turno-de-america-latin

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Reformas educativas: el turno de América Latina.

Aunque no hay un concepto homogéneo de Reforma Educativa, parece existir cierta conformidad en calificar cambios curriculares, incrementos en niveles escolares o modificaciones legales, como reformas de la educación. En cierta forma, cada quien entiende por reforma lo que le cuadre a sus propósitos de análisis o de mensaje político.

Por: Carlos Ornelas.

El Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe organizó un seminario, el jueves y el viernes de la semana pasada, en Pátzcuaro, Michoacán. El propósito fue debatir —y vaya que hubo debate— y “Aprender de las reformas: Educación en América Latina”. Se trataba de reunir a funcionarios e investigadores para confrontar posiciones y resultados.

El objetivo expreso fue: “Generar un espacio de análisis y reflexión en torno a los alcances y desafíos de la reciente Reforma Educativa en México, a la luz de otras experiencias consideradas exitosas en países de la región de América Latina y el Caribe”. El espacio se generó, pero no fue posible hacer comparaciones inmediatas entre la Reforma Educativa de México y las de otras latitudes del continente. Por lo regular, las exposiciones de los casos se enfocaron a exponer las particularidades.

Este punto no puede considerarse una debilidad. En realidad, es poco lo que sabemos y menos lo que discutimos de reformas educativas fuera de nuestra realidad. El desafío para los organizadores es ofrecer esa comparación y extraer las enseñanzas que se consideren pertinentes. El último de los objetivos promete esa oferta: “Realizar una publicación basada en las experiencias y actividades llevadas a cabo en el seminario”.

Los otros objetivos, analizar casos, identificar retos y hacer comparaciones se cumplieron en la medida que el tiempo lo permitió. Conocemos la tiranía que el reloj impone. Sin embargo, los expositores tuvieron oportunidad de presentar sus verdades e ilustrar sus movimientos de reforma o de continuidad en las políticas. Predominó la exhibición de los casos de éxito, aunque los ponentes no ocultaron las dificultades por las que atraviesan sus proyectos de cambio.

No obstante, no fue un desfile color de rosa. Hubo críticas, pero sin sobresaltos. Debates, pero siempre en tono de respeto. Incluso, una representante de la Sección 18 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, uno de los bastiones de las fuerzas disidentes dentro del magisterio, expuso el postulado de lo que persigue su movimiento de rechazo a la Reforma Educativa.

Vale la pena detenerse para comentar este asunto. El día anterior, un grupo de cinco maestros que se presentaron como representantes de la S-18 “advirtió” a los organizadores del seminario que deberían suspenderlo. Que hablar de la reforma era propaganda a favor del gobierno y que los estigmatizaba a ellos: que se les decía que eran revoltosos y violentos. Calificaciones que rechazaban.

El director del Crefal, Sergio Cárdenas, les explicó que no era un acto oficial, que los maestros del SNTE que ellos vieron sentados en el auditorio no respondieron a una invitación especial, que fue abierta y que ellos también podían acceder al auditorio. Incluso les ofreció un espacio cuando se discutiera el caso de México. Quedaron de consultarlo con su “estructura”.

La maestra de la S-18 que asistió explicó las razones de su movimiento. Calificó a la reforma como laboral y punitiva; dijo que no se criticaba a los políticos que heredan los puestos a sus hijos, pero sí a los maestros. Defendió la actividad sindical como actos de rebeldía. Lo hizo en tono mesurado y sin la perorata que caracteriza a los militantes. Aunque otros ponentes no coincidían con su postura, la felicitaron por la claridad en su exposición y el respeto a la concurrencia.

El seminario fue rico; en varias mesas se analizaron los casos de Perú y Cuba; Uruguay, Chile y República Dominicana; Ecuador y Brasil; México y Costa Rica; Argentina y Bolivia. Remató con una conferencia de Pak Tee Ng, uno de los líderes del Instituto Nacional de Educación de Singapur. Explicó muy bien las “paradojas” de su sistema de educación y proceso de reforma permanente.

No pienso que las reformas exitosas de un país puedan implantarse en otro; pero considero que sí es posible pedir prestadas nociones e ideas y adaptarlas a otras realidades. Discurro que es correcto ver la reforma mexicana a la luz de otras experiencias y dejar de pensar que somos el ombligo del mundo.

Fuente: http://www.excelsior.com.mx/opinion/carlos-ornelas/2017/12/13/1207498

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Granados Roldán: tercero en el orden

13 de diciembre de 2017 / Fuente: http://www.educacionfutura.org/

Por: Carlos Ornelas

El nuevo titular de la Secretaría de Educación Pública conoce —ya que fue coautor— la estrategia de ejecución de los proyectos de la Reforma Educativa. No habrá sorpresas.

De 1970 a la fecha, nada más Víctor Bravo Ahuja y Reyes Tamez Guerra han cumplido con el sexenio en la silla de Vasconcelos. En los otros gobiernos ha habido dos o tres secretarios de Educación Pública. En todos sucedieron giros en la política de la SEP, incluso cuando Aurelio Nuño sustituyó a Emilio Chuayffet. Al parecer con Otto Granados Roldán no habrá cambios bruscos en la conducción.

La tarea de Nuño en la SEP no fue fácil, aunque encontró el camino. Convenció al presidente —o el primer mandatario se persuadió sin auxilio— de arrebatar al subsecretario de Gobernación, Luis Enrique Miranda, las negociaciones con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. Salvo un pequeño lapso, tras los hechos de Nochixtlán, la relación con los maestros disidentes quedó en manos de Nuño y redujo a la CNTE. Quienes ven con buenos ojos a la Reforma Educativa piensan que ése fue uno de sus logros mayores. El otro fue haber administrado una consulta y llevar a puerto el Modelo Educativo para la educación obligatoria.

El presidente Peña Nieto no se arriesgó a traer a alguien de fuera en reemplazo en la SEP como especularon ciertos columnistas que veían a Claudia Ruiz Massieucomo la segunda mujer al mando de la SEP; se inclinó por una continuidad imperativa. Sospecho que habrá pocos cambios de personal —sólo a quienes Nuño se lleve a la campaña de Meade— y ninguno notable en la política. Otto Granados conoce —ya que fue coautor— la estrategia de ejecución de los proyectos. No habrá sorpresas.

No obstante, Otto Granados no llega con la mesa puesta. Enfrenta retos que implican que tendrá que aplicarse a fondo. El primero: continuar de inmediato con la evaluación del desempeño docente; la emergencia creada por los sismos de septiembre ya pasó, no hay más pretextos. No será sencillo, la CNTE aprovechará las campañas electorales para intentar ponerle más frenos a dicha valoración, al igual que todo el proceso de ejecución de la reforma. Michoacán es el foco rojo. Oaxaca —con todo y el ruido mediático—, Guerrero
y Chiapas simbolizan alertas en amarillo.

La labor de promoción de los capítulos del Nuevo Modelo Educativo requiere de trabajo fino. No concibo que el secretario Granados replique las visitas de cada lunes a las escuelas; esa era una de las marcas del exsecretario Nuño. Sin embargo, pienso que buscará otras vías de hacerse notar y propagar que la Reforma Educativa avanza. Los maestros insistirán en la formación docente y en que les digan cómo cumplir su tarea de la mejor forma posible.

Otro desafío es continuar con la puesta en marcha de la “Ruta de implementación” sin sobresaltos: afinar los nuevos planes y programas de estudio, armonizar los libros de texto a los postulados del modelo, divulgar los resultados del proyecto piloto y esclarecer el papel de las normales.

Al interior de la SEP, el relevo fue terso, pero no así al exterior. Los maestros disidentes, como se esperaba, enjuiciaron la continuidad (aunque hubieran criticado cualquiera otra medida; el reproche es su sello de identidad). Organizaciones de la sociedad civil como Mexicanos Primero y México Evalúa insistirán en la transparencia y rendición de cuentas, además de exigir que se acate el derecho a la educación y se ponga por encima el bienestar de la niñez.

El secretario Granados estará bajo fuego y de su pericia política dependerá si consolida la reforma para avanzar o progresa para apuntalar lo hecho o si amalgama los dos propósitos en uno común.

No es que sea una jettatura que, en cada cambio de secretario de Educación Pública, se revuelvan toda la SEP y la política educativa. Tal vez este gobierno rompa ese maleficio sin importar que tres secretarios hayan capitaneado el trabajo de la Reforma Educativa.

Fuente artículo: http://www.educacionfutura.org/granados-roldan-tercero-en-el-orden/

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Rectores y universidades de Japón y de México

Por:  Carlos Ornelas

En las reuniones que tienen como fin alcanzar acuerdos de colaboración, los actores hablan de cosas buenas, buscan alianzas que favorezcan sus planes y firman convenios. Muchos se quedan en tentativas. Para fortuna de unas universidades mexicanas, las cumbres de rectores de Japón y de México no caen en esa categoría.

En tres encuentros —2011, Tokio; 2014, Guanajuato y Aguascalientes, y 2017, Hiroshima—, los rectores firmaron acuerdos para intercambiar estudiantes, atraer a profesores de un país a otro, promover el estudio de México en Japón y de Japón en México, embarcarse en proyectos de investigación y desarrollo conjuntos y fomentar la movilidad de estudiantes.

No se han logrado todos los fines, pero tampoco se han quedado en declaraciones. En términos generales, las relaciones académicas entre los dos países son débiles; no guardan correspondencia con la pujanza de los intercambios económicos y comerciales.

A fe mía que los rectores japoneses quieren más, tienen una visión estratégica, saben de la importancia de México para las empresas japonesas, les interesa que la economía mexicana crezca y favorezca los intercambios comerciales. Ven su papel como constructores de puentes que pueden unir a los dos países. El vicepresidente de una universidad lo planteó de una manera gráfica: “Entre Japón y México hay un océano, pero no hay muros”.

No digo que los rectores de las universidades mexicanas carezcan de interés para fortalecer la cooperación con Japón (y con otras naciones), lo tienen, pero me parece que es circunstancial; no todos, cierto, pero sí la mayoría.

El sábado, después de la cumbre, charlé con mi amigo Norifumi Miyokawa, el jefe de Asuntos Internacionales de la Universidad de Hiroshima. Me relató las dificultades que encuentra para sembrar interés en la “internacionalización” de su universidad. Aunque cada vez hay más profesores interesados en los intercambios con otros países, observa que el avance es lento. Sin embargo, su oficina disemina información de las oportunidades existentes.

Me temo que en México la mayoría de los profesores si acaso tendrá alguna noticia en el boletín oficial de su universidad. Más para resaltar la presencia del rector que para enterarse de las posibilidades de desarrollo. Las universidades mexicanas que tienen éxito en sus proyectos de internacionalización se debe, en primer lugar, al trabajo de profesores que establecieron redes de colaboración y, en segundo término, al hacer de las autoridades. Incluso, sé de casos en los que, en lugar de facilitar la labor de sus profesores, las autoridades les imponen trabas.

No obstante, veo con optimismo cauto el futuro de la colaboración entre México y Japón. Pero hay que enfrentar el reto financiero que eso representa. En Japón, pocos critican a la “triple hélice”, es decir, la colaboración entre universidades, gobiernos y empresas. Una porción de los recursos para el intercambio llega del sector privado. En las universidades públicas de México, hablar de cooperación con el empresariado es pecado capital.

Permítaseme adelantar una proposición, conozco un poco el panorama. Las becas que ofrece el gobierno japonés para estudios de posgrado son las más generosas y las que representan mayores ventajas para el futuro. Incluyen colegiatura, trasporte, manutención, seguro médico y apoyo por diez o 12 meses para estudiar japonés. Pero, cuando mucho, son 20 por año.

En la cumbre propuse a los rectores mexicanos que negociaran con sus pares de Japón para solicitar al MEXT (el Ministerio de Educación) duplicar el número de becas. El rector de una universidad nipona me dijo que ésa no era su tarea, sino de la Secretaría de Relaciones Exteriores mexicana. Que esas becas son fruto de convenios bilaterales.

Entonces, es faena de los rectores mexicanos. Valdría la pena convocar a los secretarios de Educación Pública y de Relaciones Exteriores a que hagan las diligencias necesarias. Una oportunidad para Aurelio Nuño y Luis Videgaray de lucirse y, al mismo tiempo, hacer algo provechoso por la educación superior mexicana.

RETAZOS

En respuesta a un corresponsal: estuve presente en la cumbre de rectores como observador. Gracias a mi colega, Riho Sakurai, el Programa Taoyaka de la Universidad de Hiroshima me invitó a ofrecer una conferencia; el programa financió mi estadía. Pagué el trasporte con fondos propios.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/rectores-y-universidades-de-japon-y-de-mexico/

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