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La contienda por la educación en las campañas

06 de diciembre de 2017 / Fuente: http://www.excelsior.com.mx/

Por: Carlos Ornelas

En las campañas presidenciales, la educación o, con mayor precisión, el sistema escolar, siempre aparece como telón de fondo, no como una zona de lujo discursivo. Los mensajes políticos de los candidatos comenzaron a tener peso a partir de 1988; en las elecciones anteriores, la palabra del abanderado del Partido Revolucionario Institucional no recibía contestación.

El asunto cambió. Parece que en las campañas que se avecinan —ya no nada más será una— la política educativa no estará lejos del centro reflexivo ni de los debates. Andrés Manuel López Obrador, que de seguro estará en la papeleta para Presidente de la República, anticipó el 20 de noviembre las aristas de su “proyecto alternativo de nación”. Por esa razón ocupa la mayor parte del espacio de esta entrega.

Si bien en el acto de Morena del Auditorio Nacional, la escritora Laura Esquivel expuso las líneas generales de educación y cultura, AMLO ofreció un panorama de lo que se puede esperar de su gobierno en ese campo. Comenzó contestatario: “En lo específico, expongo la postura que mantendremos en cuanto a las llamadas reformas estructurales (laboral, educativa, fiscal, energética, entre otras). De entrada, confieso que soy partidario de revertirlas. Tengo suficientes razones para sostener que no benefician al pueblo, sino que lo perjudican”; pero luego mostró cautela: “Sin embargo, no responderemos a una imposición con otra imposición. Por ello, se consultará a la gente si las reformas se mantienen o se cancelan y se respetará la decisión de la mayoría”.

No avanzó en cuál será el método de consulta, pero si al final se llega a un sí o no, ganará la propuesta que tenga más propaganda. Si la consulta es de base, con maestros, autoridades, legisladores, periodistas, académicos y asociaciones de la sociedad civil, habrá debates y no quedará claro el criterio de mayoría.

AMLO recuperó la consigna del gobierno del presidente Miguel de la Madrid de promover una revolución educativa, aunque le antepuso un adjetivo: “Se llevará a cabo una auténtica revolución educativa orientada a mejorar la calidad de la enseñanza y a garantizar que nadie, por falta de espacios, maestros o de recursos económicos se quede sin estudio”. Incluye becas y entrega gratuita de útiles y uniformes escolares, también alimentación; propone que las aulas, además de salones de clase, sean comedores.

También: “Todos los estudiantes de nivel medio superior contarán con una beca mensual equivalente a medio salario mínimo…” y que “ningún joven será rechazado al ingresar en escuelas preparatorias y universidades públicas… Dejarán de ser obligatorios los exámenes de admisión que sólo han servido para justificar la política neoliberal privatizadora que excluye a los jóvenes pobres y que ha convertido a la educación en un privilegio, cuando es un entrañable derecho”.

Pienso que AMLO tiene razón. Ingresar a y egresar de la universidad es un privilegio. Pero esa ventaja y los exámenes de entrada llegaron antes de que se inventara el neoliberalismo. Sin que sea un gran logro, pudiera decirse que hoy existen más oportunidades de educación que durante el régimen de la Revolución Mexicana.

AMLO no especifica de dónde saldrán los recursos para lograr tales planes ni cómo le harán las universidades y otras instituciones públicas para aceptar a todos los que soliciten ingresar. Y no se trata sólo de recursos, se requieren instalaciones, profesores competentes y modificar patrones de organización difíciles de remover; la autonomía universitaria servirá de contención.

Aunque también se refirió a otros partidos, el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, dio respuesta directa a Morena. En una entrevista con René Delgado, expresó: “Andrés Manuel López Obrador tiene una visión de regresar a un pasado que ya no existe, al que es imposible regresar… pensar que podemos vivir con el arreglo anterior, corporativo, clientelar, que los maestros no tengan la posibilidad de profesionalizarse. Un modelo educativo antiguo, en el que los maestros simplemente dan un dictado, no se enseña a tener un pensamiento crítico, donde no se enseña inglés” (Reforma, 22/I/2017).

Nuño no será el candidato del PRI, pero es casi seguro que desde cualquier lugar en que se encuentre responderá a las críticas que se hagan a la Reforma Educativa. Esta vez sí tendremos debates.

Fuente artículo: http://www.excelsior.com.mx/opinion/carlos-ornelas/2017/11/29/1204305

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La Suprema Corte, de nuevo

México / 3 de diciembre de 2017 / Autor: Carlos Ornelas / Fuente: Educación Futura

Ya no es histórico, es parte de la costumbre. La Suprema Corte de Justicia ratificó la tesis de que el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación debe ser autónomo de toda influencia política para garantizar su imparcialidad.

Aunque el INEE es un órgano del Estado mexicano, hay la tendencia a pensar que es independiente. No lo es; surge del orden jurídico nacional. Otros observan que la relación de autonomía y dependencia es con respecto a las autoridades. No obstante, el INEE también debe mantener autonomía de organizaciones de la sociedad civil —mas no de la sociedad en su conjunto— y, lo más importante para esta nota, de los sindicatos.

Quizá con ánimo de tantear las posibilidades de entrar por la puerta falsa y debilitar al órgano evaluador antes de que se consolide por completo, la Federación Nacional de Sindicatos de Educación Media Superior impugnó varios artículos de la Ley General del Servicio Profesional Docente y de la ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación. La Suprema Corte les cerró esa posibilidad.

El 22 de noviembre, la Corte dejó firme tres preceptos que se derivan de la enmienda constitucional de 2013: 1) excluye a los sindicatos de formar parte de la Junta de Gobierno del INEE; 2) descarta que se autoricen comisiones con goce de sueldo para desarrollar actividades sindicales; y 3) ratifica que la Constitución y la Ley del SPD no violan la libertad sindical ni el principio de negociación colectiva (Reforma, 23/11/2017).

No obstante, deja en claro que exdirigentes de cualquier organización sindical pueden ser miembros de la Junta, pero sólo después de tres años de haber concluido su encargo. Además, tendría que ser por los métodos normales, es decir, que lo proponga el Ejecutivo y lo apruebe el Senado.

Más trascendente, me parece, es que la Corte dejó en claro que usos y costumbres no deben estar por encima de la ley. Es impresionante la cantidad de recursos que los comisionados, aviadores y hasta difuntos (que continuaban en la nómina) le mermaban al gasto en educación. Sobreviven esas formas perversas en algunas secciones estatales del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, pero cada vez en menor cuantía. La Corte fue contundente: “No existe disposición alguna que otorgue el derecho a una persona a percibir, de ordinario, un salario por una actividad no desempeñada”.

El otro argumento falaz que desmontó la Corte a los demandantes es que si los sindicatos no participan en los procesos de ingreso, promoción y permanencia del personal se violaba el principio de negociación colectiva. Hoy es el mérito de las personas lo que determina su relación con su puesto de trabajo.

Innegable, la Suprema Corte apuntala ciertos atributos del Estado evaluador, pero también corrobora que el derecho a la educación, tal y como se configuró en el andamiaje constitucional, tiene prioridad por sobre las reglas informales con las que se gobernaba el ingreso y la trayectoria profesional de los maestros.

Los diferentes veredictos de la Corte, unos a favor de Mexicanos Primero, otros en contra de las facciones sindicales, implican que las relaciones de autonomía y dependencia del INEE se perfilan con mayor claridad. Sin embargo, no implica que disfrute de independencia total ni que esté por encima de otros órganos del Estado. Por ejemplo, la Junta de Gobierno debe rendir cuentas al Congreso y participar con la Secretaría de Educación Pública y otras autoridades en diferentes aspectos de la evaluación de la educación.

Con este veredicto, la Suprema Corte contribuye a fortalecer las aristas de la Reforma Educativa; no la blinda por completo, pero afianza elementos para que superviva más allá del sexenio que se encamina a su final.

Fuente del Artículo:

La Suprema Corte, de nuevo

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Educación cívica: en defensa de la escuela

Carlos Ornelas

El miércoles de la semana pasada comenté el Estudio Internacional de Educación Cívica y Ciudadana que presentó el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación el 7 de noviembre. Dicho tratado lo coordinó la Asociación Internacional para la Evaluación del Logro Educativo (IEA). La población que respondió a los instrumentos fueron estudiantes de segundo de secundaria, docentes y directores de escuelas de 24 países. Los resultados de México son pobres, tercer lugar, de abajo para arriba.

Una parte de la investigación se centró en lo que pudiéramos denominar la antieducación cívica: el hostigamiento escolar, que es lo contrario a la inculcación de valores ciudadanos. La prueba de la IEA documenta el porcentaje de estudiantes que informaron de experiencias de abuso físico y verbal en los últimos tres meses. Los resultados preocupan.

Más del 60% de los estudiantes acusaron que reciben apodos ofensivos y burlas de sus compañeros. Otro 19% advirtió que recibió amenazas de otros alumnos y 20% constató que agredieron su integridad física, en tanto que 28% sufrió robos o perjuicios en sus bienes. Publicaron textos ofensivos en la red de 11% de los educandos.

Sin embargo, el estudio de la IEA revela que los directores de las escuelas hacen juntas para informar a los padres sobre el acoso escolar, a las cuales —me imagino— asisten pocos papás y algunos lo harán para defender a sus hijos que son identificados como gandallas. Además, los directores advierten que ofrecen capacitación a docentes y estudiantes para prevenir acciones violentas, físicas, verbales o por la internet; también promueven ejercicios para elevar la conciencia de los estudiantes y organizan conferencias con expertos y autoridades en temas de prevención de la violencia. No dicen que el tiempo que invierten lo quitan a sus funciones sustantivas.

Los docentes mexicanos, en porcentajes arriba del 80%, se consideran preparados y sienten poseer habilidades para la educación cívica y ciudadana, en temas como derechos humanos, elecciones, medio ambiente, migración, igualdad de oportunidades y derechos para las mujeres, responsabilidades ciudadanas y solución pacífica de conflictos. El 84% piensa que tiene pensamiento crítico. No con esos porcentajes, pero también se contemplan aptos para ofrecer nociones acerca de la comunidad internacional, derecho constitucional, sistemas políticos y uso responsable de internet.

No faltará quien le eche la culpa a los maestros y a las escuelas porque no hacen bien su tarea de educar para la ciudadanía responsable y el respeto a la legalidad. Incluso, pensarán que los directores y docentes mienten porque no hacen lo que dicen ni son tan competentes como se juzgan. Pero aquí tanto los autores funcionalistas (que se inspiran en Émile Durkheim) como los representantes de la teoría de la reproducción entran al debate apuntando que la escuela no puede ir más allá de las tendencias dominantes en la sociedad.

¿Qué pueden hacer las escuelas cuando cada día los niños ven en la televisión noticias desgarradoras acerca de la violencia criminal? ¿Qué culpa tienen los maestros de que existan alrededor de 20 millones de armas ilegales en este país? ¿Cómo pueden las escuelas contradecir la idea engañosa de que los grandes criminales son héroes populares? Los directores de escuela —o las autoridades en general— tampoco pueden obligar a las familias a que se hagan cargo, al menos en parte, de la educación moral de sus vástagos.

Cierto, se pueden renovar los textos y preparar mejor a los docentes para la educación cívica (y ética, le llamamos en México), pero eso no hará que regresen los “valores perdidos” de respeto, obediencia a los mayores y otras conductas de la escuela disciplinaria del régimen de la Revolución Mexicana. Tampoco se alcanzará el respeto a la legalidad recitando nociones de derecho positivo.

La ciudadanía cosmopolita, diría John Dewey, requiere traer la experiencia democrática a las escuelas. Pero en México esa experiencia es joven y está bajo sitio por partidos e instituciones que, se supone, deben ser sus garantes. El mal está en toda la sociedad, no nada más en las escuelas.

El estudio de la Asociación Internacional para la Evaluación del Logro Educativo nos pone frente al espejo de otros países. Son los tiempos de la globalización. Nos dice que tenemos problemas comunes, pero que en otras latitudes los resuelven de mejor manera (por la experiencia democrática). Quizá pudiéramos aprender del mundo, pero tendríamos que aplicarnos.

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/educacion-civica-en-defensa-de-la-escuela/

Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2014/06/acoso.p

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Debate por la educación en la Cámara de Diputados

Por: Carlos Ornelas

El miércoles 8, el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, compareció ante la Comisión de Educación Pública y Servicios Educativos de la Cámara de Diputados. Estos ritos ya no son como antaño, foros para el lucimiento de altos funcionarios; hasta parecía que iban de día de campo. Hoy, hay altercados —y hasta diatribas— que les quitan lo aburrido, incluso, parece que nos acercamos a un régimen de debate parlamentario civilizado.

El secretario Nuño mostró el rostro amable de la Reforma Educativa, los trabajos de la SEP en la reconstrucción y los avances en diversas áreas. Su lema: “La corrupción, delincuencia y violencia se combaten con educación de calidad”. No abundó en cifras, centró su pieza en dos asuntos clave: el derecho a la educación de los niños y la profesionalización de los maestros. En cada uno tuvo respuesta de los grupos opositores.

Nuño conjugó el derecho a la educación con la recuperación de la rectoría de la educación por parte del Estado. Me extraña que ninguno de los diputados haya litigado este punto. Si bien el gobierno redujo el poder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, empuja a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación a territorios cada vez más reducidos y limita a los gobernadores, buena parte del gobierno de la educación básica continúa en manos de fieles del SNTE, en especial en los sistemas estatales. Pero los legisladores dieron por bueno el argumento del secretario.

El asunto del magisterio proporcionó combustible para la parte más rica de los debates. El secretario Nuño mencionó que antes de la Reforma Educativa se estilaba comprar y heredar las plazas o que las influencias contaban más que el esfuerzo para ser director de escuela o supervisor. Hoy, el mérito es el criterio principal para ingreso y promoción.

La excandidata por Morena a gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez, ventiló que: “Los docentes fueron estigmatizados como responsables de los problemas educativos, y consideró que su aplicación sólo sirvió para evaluar, no para mejorar la calidad de la educación” (La Jornada, 9/11/17). Ella y otros legisladores postularon que los maestros son víctimas de la reforma, que el gobierno quiere controlarlos.

El secretario respondió que “la reforma y el nuevo modelo educativo no tienen como objetivo controlar políticamente a los maestros, se hicieron para liberarlos del control clientelar al que estaban sometidos… hoy son más libres que nunca”.

Los docentes no son libres —la afiliación al SNTE todavía es obligatoria y nadie los consulta para ver si quieren que se les descuente el uno por ciento de su salario base para cuota sindical. Pero tienen menos ataduras que en el pasado.

A la maestra Delfina le fallaron los cálculos. Según El Universal (9/11/17) expresó (En): “mis 30 años que estuve con carrera magisterial fui evaluada cada año en mi perfil profesional. Entonces, eso sí, yo lo aclaro porque sería denostar a los maestros que con mucho esfuerzo lograron un puesto”. Hace 30 años, en el Estado de México, el ingreso a la docencia sólo requería concluir la normal. Así que no era mucho esfuerzo. La carrera magisterial sólo duró 21 años. Además, el SNTE la usaba para recompensar o castigar a los maestros; ¡ése sí era un mecanismo de control!

Hubo otras impugnaciones —la diputada Aceves Pastrana, de Morena, hasta acusó al secretario de mentiroso— y las respuestas respectivas. ¡Qué bien que haya debates! Si bien no alcanzamos aún procedimientos democráticos y republicanos, las comparecencias de los secretarios de Estado ante los legisladores ya no son actos de servilismo. Hay que exigir a los funcionarios que rindan cuentas con más claridad y a los legisladores que hagan preguntas inteligentes.

Fuente: http://www.excelsior.com.mx/opinion/opinion-del-experto-nacional/2017/11/12/1200709

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La CNTE contra el gobierno, de nuevo

08 de noviembre de 2017 / Fuente: http://www.excelsior.com.mx

Por: Carlos Ornelas

Si bien el gobierno de Oaxaca no les concedió a los líderes de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación lo que pedían, el gobernador, Alejandro Murat, parece su prisionero. El plantón en el zócalo de la capital continúa, así como movilizaciones y tomas de casetas de peaje; éstas por los normalistas que exigen que el gobierno y la S-22 los incluyan en las mesas de negociación

En Michoacán también hace aire. El jueves de la semana pasada, maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación tomaron las instalaciones de la Secretaría de Educación y varias casetas de peaje en autopistas. Su exigencia: que a egresados de escuelas normales del estado se les entreguen plazas sin concursos. También demandan que el gobierno pague a maestros bajo contrato (que la CNTE, no el gobierno, contrató) y cumpla con prestaciones y servicios en educación básica.

Los líderes de la S-22 insisten en que el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, les cumpla. Eloy López Hernández anunció el lunes 23 de octubre que, tras cinco horas de reunión, el mandatario se había comprometido a reestablecer la bilateralidad en el gobierno de la educación básica. Lo que en realidad significaba entregar a la S-22 de nuevo el control del IEEPO. López Hernández también dijo que el gobernador estuvo de acuerdo en remover al director del IEEPO, Germán Cervantes Ayala. Tuvieron otra reunión el viernes pasado.

No he encontrado en los diarios declaraciones del gobernador donde dé su versión de los encuentros con los maestros disidentes. La transparencia no se le da. Por lo tanto, me veo forzado a especular. Tres conjeturas:

Una. El gobernador no se comprometió a hacer lo que dice López Hernández que haría. El anuncio fue un instrumento de la propaganda de la CNTE. Tal vez Murat no quiera echar más leña a la hoguera con sus declaraciones. Esta sospecha no tiene mucho fundamento en realidad. Si ése hubiera sido el caso, el gobernador hubiera enviado señales y tal vez hasta hubiese hecho declaraciones estridentes.

Dos. El gobernador les dio el avión a los líderes de la S-22. Quiere ganar tiempo con la expectativa de que el movimiento amaine para luego retomar el control. Si concede a la CNTE deshacerse de altos funcionarios del IEEPO, como el director general y el director de administración, Serafín Hernández Sagaón —que, además, son alfiles importantes de la SEP en el estado—, no abonaría al gobierno, sería la capitulación. Hacer promesas y no cumplir es una práctica usual en la política mexicana. Puede ser que eso haya hecho Alejandro Murat. Pero me parece una suposición sofisticada y de mucho riesgo; no le veo tamaños al gobernador para echarse una bronca de esa magnitud.

Tres. Quizá el gobernador no aguantó la andanada de piezas oratorias, gritos y amenazas a mano alzada que le lanzaron los maestros disidentes en su reunión con ellos. Lo intimidaron. Entonces dijo sí a las demandas, pero para la reunión del viernes les dijo que siempre no. Olfateo que el gobernador no se gobierna solo. Desde México, la Secretaría de Educación Pública y la Secretaría de Gobernación — más la primera que la segunda—, lo presionaron para que se echara para atrás. Si Oaxaca cede, buena parte de la Reforma Educativa del gobierno de Peña Nieto se vendría abajo. El gobierno federal es la barrera de contención, no el local.

La educación de Oaxaca está en la encrucijada. Con todo y que anda alicaída, la CNTE tiene bastante tonelaje para perjudicar al gobierno, a las escuelas y a la gente de Oaxaca. Tal vez, conforme el calendario avance y las campañas por la Presidencia arrecien, la CNTE mostrará su colmillo. ¡Para dañar, no para construir!

En Michoacán las cosas no están tan mal, tampoco excelentes. Pero el gobernador, si no las tiene, trata de agarrar las riendas. Es un político con experiencia, no se deja amilanar tan fácil. No es un hijo de papá.

RETAZOS

Nexos-blog de educación (25 de octubre) publica un artículo de Óscar Hugo Faustino Zacarías sin desperdicio, “Los retos políticos de la evaluación docente en Oaxaca”. Si bien se avoca a lo que reza el título, brinda un panorama breve de cómo los líderes controlan a los agremiados.

Describe los métodos de coerción que utiliza la S-22 para mantener viva la participación de los profesores en el movimiento: pase de lista en las actividades sindicales, constancia de participación sindical como requisito para cualquier trámite y acoso a quienes no participan.

Fuente artículo: http://www.excelsior.com.mx/opinion/carlos-ornelas/2017/11/01/1198427

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La reforma educativa en la globalización (y IV)

Por: Carlos Ornelas

Los dos miércoles anteriores expuse cómo explicarían la Reforma Educativa del gobierno de Peña Nieto los abanderados de la teoría de la cultura mundial y los del neoimperialismo cultural. Hoy expongo la visión del prestamista y el prestatario. Jeremy Rappleye advierte que la transferencia de modelos de reforma educativa —un fenómeno conocido como préstamo de políticas— no debe entenderse como copia, emulación, convergencia, difusión o hipoteca (Cf. Exploring Cross-national Attraction in Education, Oxford, Symposium, 2007)

Las ideas centrales del enfoque del prestamista y el prestatario se caracterizan por ocuparse de actores locales y por estudiar la “lógica social” de los sistemas para explicar por qué las prácticas y las creencias del pasado perduran en el presente y cohíben la recepción y ejecución de las políticas importadas. Varios autores califican el estatus de la globalización como el relato hegemónico que a menudo conduce a realizar análisis que no toman en cuenta la historia ni las condiciones nacionales. El marco interpretativo de la transferencia de políticas considera el poder constitutivo del sistema nacional y, por ende, señala la importancia de analizar motivos, procesos y resultados de las reformas educativas importadas en un contexto particular.

Los partidarios de esta tendencia dirían que si bien la reforma del gobierno de Peña Nieto retoma porciones del Informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos de 2010 (Mejorar las escuelas: estrategias para la acción en México), su propósito central fue político, se trataba de disminuir la influencia en el sistema escolar de un poder constituido, el del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, que se había apoderado de la rectoría de la educación nacional. Los signatarios del Pacto por México tenían claro que la reforma no avanzaría —o se mediatizaría como las que emprendieron los gobiernos de Carlos Salinas y de Felipe Calderón— si no se acometían de frente las tradiciones corporativas que, desde la perspectiva plasmada en el Pacto, producía una educación de baja calidad, costosa, plagada de relaciones corruptas que degradaban la posición de México en el contexto mundial.

Los motivos expresos de la propuesta de reforma desencadenaron procesos de cambio que pusieron en acción a actores tradicionales (partidos políticos, SNTE, Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación) y organizaciones de la sociedad civil que irrumpieron en la coyuntura.

Para encausar la discusión de la reforma, los partidos políticos echaron mano del bagaje que la OCDE había propuesto, en especial para la formulación del servicio profesional docente, pero no adoptaron —ni siquiera insinuaron— dos de las premisas más queridas del movimiento neoliberal de reforma educativa: “privatización y libertad de elegir”. Cierto, el gobierno y el Congreso federal desplegaron el proyecto en enmiendas constitucionales, elaboración de leyes donde incorporaron partes del discurso neoliberal y la creación de nuevas instituciones. Pero el contexto nacional dictó otras condiciones que, si no contradecían por completo las propuestas de la globalización, sí divergían de ella.

Para el gobierno y para los partidos que se aliaron a él para dilucidar el paquete de reformas estructurales, el asunto político y simbólico era más importante que seguir un guión prescrito por el orden global. Las motivaciones de los actores nacionales pesaron más que las de organismos intergubernamentales.

Sin embargo, tanto en el Pacto como en las iniciativas de reforma constitucional y nuevas leyes, el gobierno retoma las porciones importantes del informe de la OCDE para alinear a los maestros a un esquema de profesionalismo, disminuir la influencia de la tradición normalista ligada al SNTE, poner el acento en la calidad educativa y algunas otras como rendición de cuentas. Pero rechaza —contradice de manera expresa— las sugerencias de descentralizar y otorgar más facultades a los estados.

Tanto en el discurso político, cuanto en los esbozos de cambio institucional, las propuestas globales se manifiestan como telón de fondo, como un aparato de apoyo, algo que el gobierno pide en préstamo para lograr fines propios.

Sin desdeñar las aportaciones de las otras dos teorías, pienso que el enfoque del prestamista y el prestatario es más atractivo porque considera la dialéctica entre lo global y lo local.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-reforma-educativa-en-la-globalizacion-y-iv/

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La reforma educativa en la globalización (III)

Por: Carlos Ornelas

La semana pasada exploré cómo instrumentos conceptuales de la teoría de la cultura mundial podrían explicar la Reforma Educativa del gobierno de Peña Nieto. Otros autores critican esa propensión analítica porque supone que los cambios en los sistemas escolares que empuja la globalización neoliberal son legítimos

Académicos radicales tienden a ver el mundo en conflicto constante entre las fuerzas mundiales y los pueblos de la tierra. Insinúan que la globalización y el neoliberalismo constituyen la etapa superior del imperialismo. En sus análisis se escuchan resonancias del imperialismo cultural. Según Martin Carnoy, las potencias europeas exportaron sus sistemas escolares a sus colonias; los constituían a imagen y semejanza de los sistemas metropolitanos para entrenar a una élite y ponerla a su servicio (Cf. La educación como imperialismo cultural, México, Siglo XXI, 1977). En la visión del neoimperialismo cultural ya no son las potencias las que sojuzgan a otros países, el neoliberalismo tiene otros instrumentos.

Las reformas educativas, en esas reflexiones, son producto del orden global que capitanean las organizaciones intergubernamentales, aunque haya diferencias de grado en sus apuestas entre, por ejemplo, la Unesco, el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. De acuerdo con esta postura, un sistema mundial absorbente secuestró la soberanía de las naciones, en especial las del mundo menos desarrollado. Los paladines del radicalismo perciben que los sistemas escolares mantienen ciertas características nacionales, pero se debe a tradiciones de resistencia y orgullo por su patrimonio cultural.

A quienes perciben el mundo desde esa perspectiva, no les costaría mucho trabajo encontrar pruebas de que el gobierno de México se comporta dócil ante las consignas de organismos intergubernamentales. Acaso argüirían que las reformas educativas de las últimas décadas responden a imperativos de la globalización neoliberal.

Es palpable la influencia de los acuerdos de Jomtien en el Programa de modernización educativa de 1989-1994. El gobierno de Carlos Salinas, expondrían, adoptó sin crítica los postulados de la Educación para Todos que pregonaba la Unesco, lo cual potenciaba ciertas propuestas de equidad. Sin embargo, se mostró más favorable a los afanes del Banco Mundial por la descentralización educativa.

No obstante que la crítica a la globalización y las reformas neoliberales emergen desde perspectivas distintas, los numerosos autores que enjuician la política del Banco Mundial, la Organización Mundial de Comercio y otras organizaciones intergubernamentales destacan tres aspectos fundamentales de su hacer: imposición, ajuste financiero y privatización. Estos autores también critican la ideología que subyace en las propuestas de reforma internacional que promueven esas organizaciones.

La subordinación del gobierno mexicano ante la OCDE, señalan los abanderados nacionales de la tendencia que ven a la Reforma Educativa con los ojos de la perspectiva del neoimperialismo cultural, queda demostrada con el acuerdo que aquél firmó con la organización en 2009. Pero es más patente al observar cómo el gobierno de Peña Nieto adoptó, sin recato, las directrices de ese organismo y de sus aliados nacionales, como Mexicanos Primero. El fin último, apuntan, es privatizar la educación pública.

Consideran que no fue accidente ni mero afán de legitimación poner como primer objetivo de la reforma elevar la calidad de la educación para equiparar a México con otras naciones utilizando el modelo PISA. En el fondo, argumentan, se trata de alinear al país con estándares internacionales que la OCDE identifica como las mejores prácticas.

La OCDE —como antes el Banco Mundial y la Unesco— inspiró, si no es que diseñó, las principales aristas de la reforma. Por lo tanto, carece de legitimidad cultural por no tomar en cuenta las características del sistema escolar nacional ni las tradiciones del normalismo y los maestros mexicanos. Ven a la CNTE y a los opositores a la Reforma Educativa como los defensores de la tradición y cultura nacionales.

Quienes se adhieren a este modelo analítico, aunque reconocen su poder, no les conceden personalidad política a los gobernantes nacionales, los conciben como ejecutores de designios impuestos por el orden neoliberal. No estudian la dialéctica entre lo nacional y lo global. El próximo miércoles expondré esa perspectiva.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-reforma-educativa-en-la-globalizacion-iii/

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