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Nuño: el sentido de la responsabilidad

26 de agosto de 2017 / Fuente: http://www.excelsior.com.mx

Por: Carlos Ornelas

El punto que me impresionó fue la certeza con que el secretario señalaba que el lunes 21 comenzarían las clases en todo el país, incluso en territorios de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. Expresé mis dudas de que en Oaxaca la Sección 22 lo permitiría. Aurelio Nuño aseguró que sí, aunque no descartó escarceos.

El lunes 21 las escuelas volvieron a clases, los maestros estaban allí, con pocas excepciones, aunque debidas más al retraso en la asignación de docentes que por protestas. Lo más perturbador fue el retorno del tráfico en las grandes ciudades.

Oaxaca fue la joya de la corona. Por primera vez en décadas, las clases comienzan sin huelgas. Las amenazas de los líderes de la S-22 en las semanas previas resultaron baladronadas. Las consignas: “Iniciamos bajo protesta”, “el gobierno tiene hasta el 12 de septiembre para restablecer las mesas de diálogo nacional”, “detectamos focos rojos”, son señales al viento. La CNTE está débil, pero no muerta.

Dadas las tradiciones del sistema político mexicano y la ingeniería constitucional, la tecnología del poder que el Estado heredó del régimen de la Revolución mexicana implica que los jefes de las dependencias del Poder Ejecutivo sólo responden ante el Presidente. En cierta forma no son responsables ante la ciudadanía, aunque sus hechos puedan afectar a segmentos sociales.

Parece que el secretario Nuño tiene clara esa característica. Por eso, en buena parte de sus respuestas señalaba, “estamos implementando la Reforma Educativa del presidente Peña”: Escuelas al cien y de tiempo completo, autonomía curricular, equidad e inclusión y, lo que más acentuaba, el mérito, no la arbitrariedad, determina el ingreso y la promoción de las maestras y los maestros. Ya no dependen del sindicato ni de la burocracia. Lo que logren se deberá a su esfuerzo personal.

A fe mía que es este tema donde Aurelio Nuño muestra más orgullo, hasta diría que se ufana de haber terminado con la herencia y venta de plazas (aunque subsiste en algunos territorios, en especial en los sistemas estatales). Comparte créditos con el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, los gobernadores de los estados y hasta con Juan Díaz de la Torre.

También presume que hoy los maestros idóneos escogen su lugar de adscripción, que la reforma de las normales va en marcha, aunque apenas esté en discusión el Programa de mejora. Asimismo, ostenta que, gracias al Modelo Educativo para la Educación Obligatoria (que entró en su fase de piloteo a partir de anteayer), habrá nuevos programas de estudio y libros de texto gratuitos. En fin, un sinnúmero de proyectos —unos apenas en textos, otros en marcha— que le brindan una imagen de eficacia gubernativa.

El secretario Nuño se mostró consciente de que hay críticas —unas de mala leche, otras justificadas—, pero que la orden del Presidente era actuar, llevar a puerto la reforma, trabajar con el magisterio y los gobiernos locales que, en última instancia, son los encargados de entregar el servicio educativo a las familias y la sociedad. “Mi responsabilidad”, parece decir, es entregar buenas cuentas al Presidente.

Y, en la ceremonia de inicio de cursos en Aquismón, en la Huasteca potosina, el Presidente endosó lo hecho y lo porvenir de la Reforma Educativa. Aseguró que la reforma “tendrá plena vigencia, incluso más allá del proceso electoral de 2018, y quien considere lo contrario estaría actuando en contra de México”. Elogió el hacer de la Secretaría de Educación Pública y del secretario: “Es la determinación y la valentía lo que hace que las cosas cambien, no es la retórica, no es la palabra”.

Cuando en la entrevista el secretario Nuño indicó que no perdía tiempo con ambiciones personales —la candidatura a la Presidencia— y sólo cumplía con su responsabilidad, parece que también decía: “le estoy respondiendo al Presidente”.

Responde al Presidente y arriesga. Hoy presenta resultados. ¡Ya habrá tiempo de juzgar y especular sobre las posibilidades de éxito y fracaso de la reforma!

Fuente artículo: http://www.excelsior.com.mx/opinion/carlos-ornelas/2017/08/23/1183454

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Oaxaca: el logro y el riesgo.

De que se mueve, se mueve, me dijo mi amigo El Maestro, con quien hacía meses que no conversaba. Se refería a la acción política del secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño. Comentamos el acto de la semana pasada de la asignación de plazas a los docentes que resultaron idóneos y que escogieron su lugar de trabajo.

Por: Carlos Ornelas.

Mi amigo pensaba que eso no podría hacerse en Oaxaca ni en Michoacán, tenía dudas sobre Guerrero y Chiapas. Pero la noticia de la asignación de 366 plazas en Oaxaca lo convenció de lo equivocado de su pensamiento. Ve a Nuño con una espada flamígera contra la CNTE. El Maestro —al igual que otros dos amigos y yo no concebía que la Reforma Educativa fuera a llegar a este punto. Especulamos sobre si estos hechos ayudan a Aurelio Nuño en su carrera a la candidatura del PRI a la Presidencia. No hubo acuerdo.

Para el análisis de los hechos de Oaxaca de este lunes, pienso, es irrelevante si Nuño lo hace por su anhelo de llegar a ser el candidato o por su interés en la reforma. Lo importante es que lo efectúa, que camina y en cada paso le resta espacios al neocorporativismo. Los concursos abiertos para el ingreso a y la promoción en la carrera docente lastima las tradiciones de todas las corrientes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Aunque la costumbre persiste en algunos territorios, ahora no pueden seguir manipulando la incorporación y las trayectorias profesionales de los maestros con la impunidad y descaro que lo hacían. La S-22 de Oaxaca era la más reacia y no cede todavía.

El acto de Oaxaca no sólo replicó el del lunes anterior en el edificio sede de la Secretaría de Educación Pública, es de mayor simbolismo. Se da en el corazón de la disidencia más aguerrida y habla de la valentía de los concursantes, que no sólo se presentaron a examen (que tuvo que realizarse en Puebla, si no me equivoco), sino que se atrevieron a ir y seleccionar su centro de trabajo, donde se supone que hay disponibilidad.

El director del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca, Germán Cervantes Ayala, apostó y obtuvo un pequeño triunfo. No estoy seguro de que el gobernador Alejandro Murat lo quiera compartir. El concurso por las plazas y su distribución presenta el lado cardinal de la Reforma Educativa y los afanes del gobierno de Enrique Peña Nieto, que obliga (o convence, si se quiere) a los gobernadores a alinearse y seguir la línea del centro.

Sin embargo, la CNTE continúa con un poder que no puede menospreciarse. El mismo lunes, una pequeña turba de maestros disidentes entró al hotel donde se realizaba el acto público y desalojó a los concursantes. Es fiel a su estrategia y muestra las armas del neocorporativismo: el chantaje y la amenaza.

En una de sus notas de ayer, El Universal citó al secretario general de la S-22, Eloy López Hernández, quien calificó como una farsa la entrega de plazas a profesores que aprobaron la evaluación docente. Amenazó con no permitir su ingreso a las escuelas que están bajo control de la sección. Y, si no le hacen caso, advirtió que sus cófrades van a boicotear el inicio de clases y a movilizar a sus bases. Aprovechó la ocasión para arremeter contra el Consejo de Participación Social.

A fe mía que no son baladronadas, la semana que viene, o incluso esta misma, observaremos acciones de protesta de la S-22. Si bien sus bases han mermado y su dirigencia ya no convence a muchos, su capacidad de causar daño a la educación de Oaxaca es considerable.

Si la Reforma Educativa estará en el ojo de las campañas por la Presidencia, en Oaxaca los riesgos serán mayores. El Maestro, mi amigo, pronostica que la S-22 buscará la revancha. ¡Veremos hasta dónde aguanta la reforma!

RETAZOS

En una charla informal, el presidente consejero de la Junta de Gobierno del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, Eduardo Backhoff Escudero, en un tono comedido me reprendió por una equivocación que cometí en mi entrega del 30 de abril, cuando reseñé el comienzo de su presidencia.

Escribí: “Desde otra perspectiva, según la teoría de Guy Neave, el INEE es la punta de lanza del Estado evaluador. Es el que diseña y realiza mediciones de componentes, procesos y resultados del sistema escolar…”. Reconozco, fue un gazapo utilizar una voz del verbo realizar. Debí utilizar el vocablo correcto, regular. Pero sostengo que el INEE es el ingenio visible del Estado evaluador.

Pido disculpas a los lectores, al INEE y al periódico por el desacierto.

Fuente: http://www.excelsior.com.mx/opinion/carlos-ornelas/2017/08/16/1181929

Imagen: https://oaxacacapital.com/data/uploads/2017/08/16/cnte.jpg

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Reforma Educativa, mérito y simbolismo

16 de agosto de 2017 / Fuente: http://www.excelsior.com.mx

Por: Carlos Ornelas

James March y Johan Olsen sustentan que para el ejercicio del poder político, el control de los símbolos es tan importante como la potestad sobre otros recursos. Esa concepción es congruente con el pensamiento de Antonio Gramsci. Un grupo dominante no establece su hegemonía política e ideológica sobre los segmentos sociales subordinados sólo por medio de la dominación, ni aun en los regímenes autoritarios. Incorpora aspiraciones de los grupos subalternos en el discurso cotidiano y la política práctica

El secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, presidió la ceremonia de asignación de 902 plazas de enseñanza primaria a quienes resultaron idóneos en el Concurso Nacional de Ingreso al Servicio Profesional Docente en la Ciudad de México. Los puestos se asignaron en el orden de prelación, según el puntaje que obtuvieron en el examen. Otros 76 concursantes que obtuvieron la calidad de idóneo, no alcanzaron lugar por falta de puestos vacantes.

El protocolo fue en el patio central del edifico sede de la Secretaría de Educación Pública. Frente a un auditorio donde predominaban los docentes ganadores, se otorgó la plaza y el nombramiento en el lugar que seleccionaron las maestras que obtuvieron los diez primeros lugares, egresadas de normales y otras instituciones de educación superior. El lunes mismo continuó el proceso en varios salones del edificio.

El secretario presumió la transparencia en el concurso y la asignación, fustigó la arbitrariedad reinante hasta antes de la Reforma, criticó los métodos tortuosos y desgastantes a que eran sometidos quienes aspiraban a las plazas. También censuró al influyentísimo y las prácticas clientelares. Y, aunque no condenó en forma explícita la herencia y venta de plazas, no hubo necesidad: se trata de desterrar esas prácticas que señoreaban en la tradición corporativa. Hoy, dijo, el mérito y el esfuerzo son los únicos requisitos. Anunció que la fórmula se replicará en cada estado de la República.

Escoltaron al secretario el consejero presidente del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación y el comisionado presidente del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales. Se trataba de simbolizar el mérito y la transparencia para el ingreso a la profesión mediante concurso.

Es probable que muchos de los concursantes que obtuvieron su empleo por esta vía, no la hubieran hecho en el pasado. La mayoría no egresó de escuelas normales y es presumible que no tenían pariente de quién heredar el puesto ni contacto con los jefes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación que los incorporara al circuito de compra y venta de plazas docentes. Presumo que quienes ingresan por mérito propio serán agentes de legitimación de la Reforma Educativa. Además, cada uno optó por la escuela de su preferencia, si había lugar disponible. Conjeturo que la elección fue por cercanía al domicilio o por otras ventajas, no fue producto de una averiguación con respecto a las cualidades del centro de trabajo. ¡El tráfico de la Ciudad de México!

El mérito —ese valor que, aunque no está explícito en el texto constitucional, permea su espíritu— se abre camino. ¡Qué bueno que quienes se esforzaron, trabajaron más duro y se prepararon mejor, obtengan los mejores puestos! No sólo escogieron lugar, sino turno y modalidad (tiempo completo o jornada ampliada), ergo, mayores ingresos.

Y es legítimo, es un premio al denuedo y la dedicación. Pero entra en conflicto con otro valor, el de la justicia social. Hay un supuesto de quienes abogan por la equidad en la educación —como Martha Nussbaum y Amartya Sen— de que los docentes más capaces realicen su práctica entre los desfavorecidos. En las zonas pobres y marginadas del campo y las ciudades es donde son más necesarios los mejores profesores; no en las áreas de clase media urbana, que tienen mejores condiciones sociales y culturales para hacerla en la escuela y la vida.

El ritual del lunes en la SEP estuvo cargado de símbolos: el lugar en sí mismo, los murales de Rivera, las estatuas de Vasconcelos y Torres Bodet (y el secretario se colocó entre ellas) y la imagen de un derrotero seguro para quienes ponen el mérito por delante.

La asignación de plazas bien pudo haberse hecho en privado. Pero el símbolo era importante. No lo es todo, pero sí contribuye a la credibilidad del discurso del grupo hegemónico. Y, para la plaza pública, mostrar que la Reforma Educativa avanza.

Fuente artículo: http://www.excelsior.com.mx/opinion/carlos-ornelas/2017/08/09/1180490

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Olimpiada del conocimiento: presente y evocación

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Como ya es tradición, el mar­tes 8, el presidente Peña Nieto convivió con los niños ganadores de la Olimpiada del Conocimiento Infantil. La ce­remonia en Los Pinos se denomina Convi­vencia Cultural. En ésta, el Presidente y el secretario de Educación Pública, festejan a los niños más aplicados del país.

Hace unos años comentaba con una colega el valor de ese ceremonial. Ella pensaba que no debería existir, que lo ideal sería que todos los niños se desem­peñaran bien, que todos caminaran al mismo ritmo, que no hubiera diferencias, que todos fueran destacados.

Es un ideal imposible de alcanzar, pienso. Cuando se quiere emparejar el desempeño de los estudiantes de mane­ra artificial, por lo general es hacia aba­jo. Recuerdo de mis años de primaria, cómo nos incomodaban los niños apli­cados, más si eran niñas. Quizá no lo re­conocíamos como envidia, pero pienso que eso era lo que sentíamos; nos burlá­bamos de ellos y no pocas veces eran el blanco de la inquina de los más ganda­llas. “Aquí todos somos iguales”, parecía ser la consigna. Pero en el fondo siempre hemos rendido culto al individualismo.

El ritual de la Convivencia Cultural en­comia dos tendencias que para algunos son antípodas. Por una parte, es un reco­nocimiento al esfuerzo de niños y maes­tros por hacer bien su labor. A los primeros por su dedicación al estudio, cumplir con horarios y tareas y, en consecuencia, obte­ner buenas calificaciones. A los segundos, por poner atención —a veces demasia­da— a los niños que sobresalen.

Por otra parte, es un incentivo —“son un ejemplo”, les dijo el secre­tario de Educación Pública, Aurelio Nuño— para seguir por esa ruta, una invitación a ser mejores. Es un aplauso a la noción de competencia, a ser di­ferentes al resto de sus compañeros. Destacar, parece decir el mensaje del ceremonial, es una virtud.

Para mí no hay contradicción. No es cierto que todos seamos iguales. Hay diferencias en comprensión, lucidez, tiempo dedicado al trabajo (el holgazán existe), esfuerzo individual y, claro, en capital cultural. Quienes tienen más ven­tajas de origen disfrutan de mayores po­sibilidades de sobresalir.

No niego que haya una restricción de clase social. Las desigualdades sociales y culturales se reproducen. Por décadas, en la ceremonia que ideó Jaime Torres Bodet a comienzos de los 60, sólo eran premiados niños de clase media. Pero buena parte de esa clase migró a la es­cuela privada. Hoy, pienso, en las áreas urbanas (no en las marginales) hay cierta homogeneidad en el origen de clase so­cial de los alumnos.

En los años 90, si no me equivoco, gracias a la insistencia del entonces sub­secretario de Educación Básica, Olac Fuentes Molinar, se instituyó que en es­tas olimpiadas se incluyeran categorías y se seleccionara a los niños que obtu­vieran los mejores desempeños en edu­cación indígena (bilingüe y bicultural), en los cursos comunitarios del Consejo Na­cional de Fomento Educativo (los pobres entre los pobres) y en Telesecundaria. No es el paraíso, pero es un reconocimien­to a la pluralidad social y, sin que se les mencione, a los rezagos que padece el sistema educativo mexicano.

Para un niño de 12 años, entrar a Los Pinos era un verdadero privilegio. Me re­fiero a los tiempos de presidencialismo exacerbado y con una población menor a la tercera parte de lo que tenemos hoy. Quien saludaba al Presidente —y tenía la foto dándole la mano para demostrar­lo— se trasmutaba en una celebridad, más aún si provenía de una ciudad pe­queña. Eran foco de adulaciones y de orgullo de su familia y maestros de su escuela, aunque también había quie­nes los envidiaban más que antes de la premiación.

Hoy, quizá nada más sus familias fes­tejen los 15 minutos de gloria de los cam­peones de esta olimpiada. ¡Pero de que lo merecen, lo merecen!

Fuente del Artículo:

Olimpiada del conocimiento: presente y evocación

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El maestro ideal, según la Reforma Educativa

09 de agosto de 2017 / Fuente: http://www.educacionfutura.org

Por: Carlos Ornelas

Tanto en textos políticos como académicos que analizan proyectos de mudanzas en la educación escolarizada pueden encontrarse aspiraciones de lo que es ser un buen maestro. Los reformadores recurren a tipos ideales para delinear los dispositivos intelectuales y prácticos que ese profesor ejemplar debe asimilar para desarrollar una práctica docente eficaz y conducir a sus alumnos al aprendizaje.

La Reforma Educativa que impulsa el gobierno de Enrique Peña Nieto puede ser un ejemplo paradigmático de esos afanes. Si bien, al igual que en muchas otras latitudes, el gobierno pidió en préstamo nociones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos para el diseño del proyecto de reforma, pronto nacionalizó los preceptos. La OCDE es el motor principal de lo que Pasi Sahlberg denomina GERM (Global Education Reform Movement).

Por contrato con el gobierno mexicano, la OCDE hizo recomendaciones precisas para guiar una reforma en el sistema escolar. Ocho de 15 planes implicaban a los maestros. El informe, Mejorar las escuelas: estrategias para la acción en México, introdujo la noción de estándares. La primera recomendación: “México necesita definir claramente los estándares docentes para que la profesión y la sociedad sepan cuáles son el conocimiento, las habilidades y los valores centrales asociados a una enseñanza eficaz” (p.75).

El tipo ideal incluía: 1) planeación de contenidos; 2) gestión del ambiente de clase; 3) gestión curricular; 4) didáctica (presentación curricular; atención diferenciada: organización del grupo; relación de aprendizaje alumno-alumno; recursos didácticos y espaciales; manejo del tiempo; indicaciones; explicaciones; preguntas; actividades dirigidas y no dirigidas); y 5) evaluación del aprendizaje y de sí mismo.

Esa visión, con todo y el enfoque tecnocrático, parecía razonable a los ojos de los reformadores. Pero “estándares” devino en incorreción política. Sospecho que el rechazo a esa postura se debió al marcado acento que el subsecretario de Educación Básica en el gobierno de CalderónFernando González Sánchez, yerno de Elba Esther Gordillo, puso en los estándares; incluso contrató con la Universidad de Londres un grupo de expertos para que elaborara los del currículo.

El Servicio Profesional Docente sustituyó la noción de estándares por la de perfiles de desempeño. Para los cuales también diseñó parámetros e indicadores. El INEE define los perfiles de desempeño en educación básica que configuran a un buen maestro como el docente que: 1) conoce a sus alumnos, sabe cómo aprenden y lo que deben aprender; 2) organiza y evalúa el trabajo educativo, y realiza una intervención didáctica pertinente; 3) se reconoce como profesional que mejora continuamente para apoyar a los alumnos en su aprendizaje; 4) asume las responsabilidades legales y éticas inherentes a su profesión para el bienestar de los alumnos; 5) participa en el funcionamiento eficaz de la escuela y fomenta su vínculo con la comunidad para asegurar que todos los alumnos concluyan con éxito su escolaridad (Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, La educación obligatoria en México: informe 2017, p. 117).

Si se pone atención al lenguaje, el SPD propone que los maestros —que se consideran trabajadores de la educación— alcancen atributos de profesionalismo: capacidades intelectuales y prácticas eficaces; ética profesional; compromiso con —amor a, diría Weber— su trabajo y resultados palpables de su labor: el aprendizaje de los alumnos.

A primera vista, es mucho pedir. Cierto, no es un modelo perfecto y quizá muchos maestros no se identifiquen con él, pero —pienso— vale más tener maestros educados y capaces. La alternativa sería la mediocridad. ¿Quién desea la mediocridad?

Fuente noticia: http://www.educacionfutura.org/el-maestro-ideal-segun-la-reforma-educativa/

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El Sistema Nacional de Investigadores, en controversia

02 de agosto de 2017 / Fuente: http://www.excelsior.com.mx/

Por: Carlos Ornelas

El 4 de mayo, el Sistema Nacional de Investigadores envió un mensaje a los investigadores adscritos. Anunció el cambio de plataforma para el registro de actividades académicas en el currículum vitae único (CVU). El tono de la comunicación mostraba orgullo: un desarrollo propio del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, que sustituye a People Soft, un programa de alquiler. El nuevo es un producto de la estrategia de mejora tecnológica del mismo Consejo

El manifiesto declara que el nuevo sistema presenta ventajas: acceso, aplicación, función y diseño. Su estructura es más compacta, “con mayor nivel de detalle y precisión”. Además, se basa en catálogos “que implica un ambiente más amigable”. El Conacyt otorga un año de gracia a los investigadores en activo para que actualicen sus datos.

Unos días después de que llegó el aviso comencé a explorar la nueva plataforma. Eran días de clases y dividía mi tiempo entre los estudiantes y la escritura de un libro. Hice correcciones sencillas en mis datos personales, como introducir mi registro del CURP y poner los años en que me gradué de mis programas de estudio. Pero lo dejé porque las otras tareas reclamaban mi atención (hasta hoy terminaré mis actividades de este trimestre). Me dije, en las vacaciones me daré tiempo de actualizar mis datos.

En esas estaba cuando me llegó una carta de mis colegas del Colegio de la Frontera Norte donde se solidarizan con los compañeros del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, quienes protestan por la instauración de la nueva plataforma.

Mis cófrades de CIESAS y el Colef critican con acidez la decisión del Conacyt. Contrario a verle ventajas a la plataforma nueva, le encuentran limitaciones; en lugar de ser amigable, es restrictiva; en vez de motivar a la producción y la creatividad, segrega actividades sustantivas del quehacer científico. Mis colegas afirman que el cambio tiene un efecto “perturbador por la proclividad a la ‘comercialización y monopolización’ de los procesos de evaluación…”.

Esa advertencia me motivó a hurgar un poco más en mis registros del CVU con el propósito de constatar si la crítica que le hacían mis colegas tenía bases. ¡Las tiene! Observé que en la nueva plataforma no se registran muchas de las actividades que ya había incorporado. No puedo poner la labor que realicé como investigador visitante en el Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa, en uno de mis años sabáticos —uno de los más productivos de mi carrera—, porque el ILCE no aparece en el catálogo.

Además, tengo que incorporar los ISBN e ISSN de mis publicaciones y checar, una por una, que no les falte algún número. He publicado trabajos en revistas efímeras de escuelas normales o de unidades de la Universidad Pedagógica Nacional, que sirvieron en su momento para dar a conocer avances de mis investigaciones; algunas de ésas tuvieron efectos prácticos en la formación o actualización de docentes.

Me gradué del doctorado en 1980, imparto docencia con regularidad en licenciatura, maestría y doctorado (encargo tareas a mis estudiantes que reviso lo mejor que puedo), superviso el trabajo de mis asesorados y no dejo de publicar, tanto artículos y libros académicos como piezas de divulgación. Me da pavor pensar en la cantidad de horas, días y semanas que me costaría actualizar 37 años de vida profesional. Otros colegas, más productivos que yo, tendrán problemas mayores.

No estoy en contra del progreso. ¡Qué bueno que trabajaremos con una plataforma desarrollada por expertos nacionales! Por lo mismo, se puede mejorar en corto plazo, proveer de apertura para ingresar productos e instituciones y darle valor a la palabra amigable. Tal y como está, la nueva plataforma es hostil a los investigadores de las ciencias sociales y las humanidades.

Además, hacerle como dice el artículo 14 de la Constitución: que no tenga efectos retroactivos. Lo que hemos registrado desde que ingresamos al SNI debe pasar íntegro al nuevo sistema. Y, de aquí en adelante, ajustarnos a las nuevas normas. El reclamo y propuesta que hacen mis colegas es razonable. No quieren desmantelar lo nuevo; hay oportunidades para mejorar.

Conozco a Enrique Cabrero, director general del Conacyt. Contribuí con un capítulo en un libro que él compiló. Me consta que es una persona razonable y de mente abierta. ¡Él escuchará! La ciencia mexicana ya tiene bastantes problemas. No vale la pena adosarle uno nuevo.

Fuente artículo: http://www.excelsior.com.mx/opinion/carlos-ornelas/2017/07/26/1177823

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Centralismo, plazas y Reforma Educativa

26 de julio de 2017 / Fuente: http://www.excelsior.com.mx/

Por: Carlos Ornelas

El lunes 17 de julio, el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, el jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, y los gobernadores de los 31 estados concluyeron con las auditorías a la nómina educativa. Un asunto de primera importancia, pero que pasó —casi— desapercibido en la prensa y los medios. 

Es un paso más de la reforma administrativa y laboral en el sector educativo; no corona al centralismo, pero lo apuntala. Y, lo expongo con franqueza, para bien del país. Es un golpe más al corporativismo sindical y la complicidad de los gobiernos estatales, tal vez forzada por la tecnología del poder que utilizó el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación cuando estaba bajo el dominio de Elba Esther Gordillo.

Buena parte de los integrantes de la Conferencia Nacional de Gobernadores ya no tienen las ataduras que les impuso el poder del SNTE, fueron electos después de 2013. Pero, de cualquier manera, toleraban la existencia de comisionados, aviadores y otras plazas irregulares. El lunes, Aurelio Nuño expresó, con cierto aire de contento, que el procedimiento tomó: “Un año en donde hicimos una comparación, escuela por escuela, respecto al número de maestros que se pagaban en la nómina educativa, frente al número de maestros que realmente estaban en las escuelas. Y este fue un proceso… que hicimos juntos el gobierno federal y los gobiernos estatales… después de hacer esta compulsa… encontramos que hay 44 mil 76 plazas que se pagaban y que no estaban en la escuela… por un valor cercano a los 55 mil millones de pesos” (anuales, me imagino). Dada la tradición de la doble plaza, calculo que las tenían unas 30 mil personas.

El secretario desglosó cuál era el destino de las plazas: 17 mil 262 comisionados sindicales, 14 mil 900 en funciones administrativas, mil 361 dados de baja —pero seguían cobrando— y diez mil 553 no fueron localizadas.

El secretario de Educación Pública aseguró que es un proceso histórico y reconoció la participación de los gobernadores y jefes de dependencias de educación de los estados para dar golpes a la corrupción. No lo expresó, pero también es otro empellón a las dirigencias de las facciones sindicales —les quita comisionados y aviadores— y a los gobiernos estatales, que tuvieron que aceptar jugar con nuevas reglas.

La auditoría de plazas es un efecto más de la estrategia que comenzó con el pacto por México, continuó con el Censo de Escuelas, Maestros y Alumnos de Educación Básica y Especial y la recentralización del pago de la nómina. Observo tres secuelas del uso de esa tecnología del poder, una política, otra administrativa y la tercera en las finanzas.

Primera, exacerba el centralismo. La Secretaría de Educación Pública concentra cada vez más funciones en la conducción política del sistema escolar. No recupera la rectoría de la educación —todavía—, pero es un sendero que abona a centrar la dialéctica del control en una sola dependencia. Los gobernadores representan papeles cada vez menos protagónicos; ya nada tienen que ver con los docentes federalizados (los que el gobierno central les transfirió con el Acuerdo de 1992) ni con el control político de las escuelas en sus territorios.

Segunda. La SEP les retira a los gobiernos estatales casi 15 mil maestros que se desempañaban como burócratas. Era un subsidio que se había institucionalizado fuera de toda norma. Ciertos gobiernos tendrán problemas para mantener sus dependencias, otros no lo notarán, pues en casi todas las secretarías de educación de los estados hay personal de sobra.

Tercera. El ahorro de miles de millones de pesos otorga más atribuciones a la SEP. Ahora la pugna vendrá para que la Secretaría de Hacienda y el Congreso federal no quieran quitarle esos fondos a la educación.

El conjunto de acciones que desarrolla la SEP, tanto en el plano laboral como en el educativo en sentido estricto y las formas de ejecutar los planes, muestran que el gobierno estableció una estrategia de cambio institucional “incrementalista”, que desespera a los impacientes. A pesar de la oposición beligerante de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, la posición taimada de las otras corrientes del SNTE, la desgana de muchos gobernadores —pierden prerrogativas, la mayoría no se opone, pero tampoco aporta mucho— y las críticas de académicos y periodistas, la Reforma Educativa se consolida y avanza.

¡Falta saber hasta dónde llegará en lo que resta del sexenio!

Fuente artículo: http://www.excelsior.com.mx/opinion/carlos-ornelas/2017/07/19/1176476

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