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Escuelas en la plaza pública

Por: Carlos Ornelas 

Desde que la revolución cibernética permitió que los periódicos se publiquen en la red y que los lectores respondan, critiquen o comenten noticias y editoriales, la plaza pública se expandió como nunca en la historia. Quienes hoy escribimos opiniones en Excélsior tenemos jueces —severos unos, benevolentes otros— que se encargan de corregir nuestros errores, informar nuestra ignorancia o, como dice el lenguaje popular, “leernos la cartilla”. Unas veces nos apoyan; otras, nos reprochan. Además del blog del periódico donde los lectores se transforman en árbitros, recibimos mensajes en los buzones electrónicos. Hoy, cualquier cosa que anotemos es colectiva, no individual

Sin embargo, quien es el redactor final y firma por lo dicho es el objeto de la crítica. ¡Y qué bueno que así sea! Es una maravilla que ya no haya santones ni plumas intocables. El periodismo del presente es vivo y vivificante. Los lectores que lo deseen también son autores. En esta casa, al final de cada artículo, hay una sección para epístolas y es allí donde se da el arbitraje público y, a veces, el diálogo entre el columnista y sus lectores o alguno de ellos.

Jerónimo Hernández es un lector agudo, seguidor de mis artículos y comentarista inclemente. Además, tiene una prosa ágil y construye sus argumentos con rigor lógico. Índica que tiene 12 años de experiencia docente. Él es un conocedor desde la práctica y también —se nota en sus escritos— se nutre de literatura académica y documentos oficiales.

El señor Hernández se encarga de mostrar —y exponer a otros leyentes— mi ineptitud sobre los asuntos de los que escribo. Acepto que es más lo que ignoro del sistema educativo que lo que conozco de él. Es más, estoy inseguro de lo que informo. La duda es mi divisa, no la certeza. Quizá por ello otros corresponsales me reprenden porque utilizo con frecuencia ese “quizá” (o “quizás” si la palabra de adelante comienza con una vocal) o: “tal vez”, “es probable”, “a lo mejor”, “quién sabe” y “acaso”.

Claro, hay hechos y datos qua afirmo. Por ejemplo, “el 2 de diciembre de 2012 el Presidente y los tres grandes partidos políticos del país firmaron el Pacto por México”. En esos asuntos no hay gresca, aunque registro que puedo cometer deslices. Una de las ventajas es que siempre alguien se da cuenta de esas equivocaciones y lo avisa. Un dicho en la profesión señala que los periodistas publicamos nuestros errores.

En mi columna del domingo 4, “La rutina burocrática”, narré la tribulación que sufren las egresadas de la carrera de técnico profesional en enfermería gineco obstetra del Hospital de Jesús. El señor Hernández apunta que tal carrera está incorporada a la UNAM y no a la SEP, como escribí en mi denuncia de las trabas que pone esta dependencia para la titulación de las egresadas. Ofrece la liga a la página de internet. Allí, en efecto, se apunta que la licenciatura en enfermería —no la de técnico profesional— está asociada a la UNAM. Luego me recrimina: “O hay un error en su fuente y no se preocupa usted por verificarlas, ¿o de qué se trata?”.

Regreso a mi informante, profesor de ese hospital: la SEP otorgó el Rvoe hace más de 30 años a la carrera de técnico en enfermería, luego de técnico profesional, incorporada a la DGETI. Cuando la SEP implantó el bachillerato tecnológico, la escuela defendió la opción inicial, pero debido a esa modificación, a partir de 2015 no ha recibido nuevas alumnas hasta que se complete la transición, para lo cual modificó planes de estudio y adecuación de sus instalaciones. El acuerdo entre la SEP y el Hospital de Jesús fue que las estudiantes que estuvieran inscritas y registradas en la DGETI, con anterioridad al nuevo programa de bachillerato tecnológico, continuaran con el plan previo y se titularan en esta modalidad. No retroactividad de derechos.

Es allí donde está la querella para las últimas siete egresadas y en particular para las dos que ya completaron su nivelación a licenciatura. Es a ellas a quienes la rutina burocrática perjudica y por quienes abogué en mi escrito anterior.

El señor Hernández asegura que la “DGETI de la SEP desde hace como año y medio que está en una crisis profunda […] es uno de los organismos más ineficientes y porosos de la SEP y que ahí se puede encontrar de todo”.

Mantengo mis dudas: ¡Espero que también puedan encontrarse soluciones!

La rutina burocrática corroe a las instituciones; además, sostengo, atenta contra la legitimidad de la Reforma Educativa.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/esquelas-en-la-plaza-publica/

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De la política al aula: autonomía escolar

Por: Carlos Ornelas

No es un derrotero sencillo. Las reformas en educación —aun aquellas exitosas, como las de Finlandia o Singapur— por lo regular implican luchas políticas. Ningún manifiesto de reforma educativa ha tenido consenso absoluto; siempre hay grados de resistencia. Quienes nos dedicamos al análisis macro de las políticas educativas a veces perdemos la perspectiva práctica y no vemos los tiempos en que tardan las propuestas en llegar a las aulas, ni el efecto de los instrumentos que los gobernantes utilizan para difundir las tramas más importantes, ni las actitudes con respecto a la reforma de los receptores últimos: directores de escuela y maestros frente a grupo. La Reforma Educativa en curso en México puede servir de ejemplo.

Si se considera la propuesta —el Pacto por México— y la realización de los primeros instrumentos institucionales manifiestos en leyes, el tiempo fue brevísimo. Del 1 de diciembre, cuando el presidente Enrique Peña Nieto tomó posesión del cargo, al 11 de septiembre de 2013, cuando se publicaron las leyes secundarias en el Diario Oficial de la Federación, pasaron diez meses. A pesar de que se obviaron debates parlamentarios, la estrategia de los firmantes del Pacto funcionó. Hoy México tiene un marco legal abundante y —tal vez— sólido.

Sin embargo, cosechar otros frutos y poner en práctica las aristas principales de las leyes representó problemas severos. Los tiempos que fijó el Poder Legislativo para la ejecución de las primeras evaluaciones, por ejemplo, fueron perentorios. La Secretaría de Educación Pública no estaba preparada ni la Junta de Gobierno del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación se había asentado por completo. Además, la Secretaría de Gobernación otorgaba prebendas a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación al margen de la ley; eso interfirió con la aplicación de los otros instrumentos de política, como los Foros de Consulta para el Nuevo Modelo Educativo que organizó el secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet, en 2014. No obstante, la SEP instituyó otros aparatos como el Sistema de Información y Gestión Educativa y sustituyó la Carrera Magisterial por un nuevo modelo de incentivos sin la participación del SNTE. Además, el gobierno federal recentralizó el pago de la nómina, despidió a miles de aviadores, retiró a otros millares de profesores de comisiones sindicales y quitó a los estados burócratas que pagaban con dinero para educación.

Los dispositivos institucionales transitaron, pero la comunicación política fue deficiente. Con todo y que el Modelo Educativo para la Educación Obligatoria contiene elementos humanistas y de progreso, que el Servicio Profesional Docente comprende reglas de equidad y que pone el mérito sobre el compadrazgo, el gobierno no puede modificar en lo sustancial la actitud de los docentes. No sólo es un asunto de estrategia comunicativa, sino de emprender una operación de plazo largo para alterar la persistencia cultural de los maestros.

Aquí está, pienso, el meollo de la cuestión. Los gobiernos mexicanos se rigen por sexenios, los cambios en la mentalidad y las actitudes toman lustros. Asimismo, alcanzar mudanzas en costumbres y hábitos arraigados demanda más que propaganda e incentivos materiales. Una y otros son piezas clave, pero insuficientes. Llegar al corazón de los maestros y de los futuros docentes exige que los nuevos planes, programas y materiales desafíen su inteligencia, que no sean meros manuales ni recetarios. Me parece bien que el Modelo hable de autonomía escolar y profesionalismo de los maestros, pero una y otro reclaman conocimiento, motivación interna para la labor docente, trabajo arduo y planeado.

El proyecto de Reforma Educativa mexicana brinda esa posibilidad, pero el sexenio se agotó y hoy crecen más las ofertas de echarlo para atrás. Su solidez está a prueba. Ahora depende del azar electoral si la reforma llega a las aulas y las escuelas tendrán algo de autonomía.

Fuente del Artículo:

De la política al aula: autonomía escolar

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Buenas prácticas de educación: una convocatoria del Crefal

08 de febrero de 2018 / Fuente: http://www.excelsior.com.mx/

Por: Carlos Ornelas

Con cierta frecuencia, colegas, amigos, estudiantes y corresponsales apuntan un reclamo a la investigación educativa (y me incluyen entre los productores) porque, según ellos, ponemos énfasis en el lado oscuro de la educación. Pocos ven sus virtudes, aunque muchos construyan propuestas para mejorar su hacer. Otros defienden lo que existe y le cargan créditos a programas o instituciones que no lo merecen

Mis colegas del Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe (Crefal) y yo deseamos dar un vuelco en el análisis y comenzar a documentar las buenas prácticas de educación con el fin de dar a conocer, analizar e interpretar cómo y por qué se dan esas prácticas; en una etapa posterior, examinar la posibilidad de que algunas de ellas se reproduzcan en otras latitudes.

Replico parte de la convocatoria que lanzamos.

Quien lea los estados del arte que produce el Consejo Mexicano de Investigación Educativa notará que predominan enfoques críticos y pesimistas en el análisis de la educación. No falta razón para ello, hay mucho que reprochar a las autoridades y a otros actores por el pobre desempeño del sistema educativo mexicano. No obstante, hay casos de buenas prácticas que sobresalen, a veces en ambientes adversos y de alta politización. Aunque son desconocidas o reciben poca atención.

La comunidad del Crefal invita a los interesados a participar en un proyecto de documentación de buenas prácticas de educación. No exponemos una definición precisa de buena práctica. La idea principal es formular un aparato de análisis sencillo que no constituya una camisa de fuerza para el examen y permita incorporar al mayor número posible.

Se trata de documentar experiencias de éxito en estudios breves, de entre tres mil y cinco mil palabras. La intención es honrar el espíritu del Crefal: aportar conocimiento para mejorar la educación en la región latinoamericana. Los casos ejemplares por lo regular ofrecen lecciones que tal vez puedan replicarse. Por ello: Convocamos a investigadores, maestros, docentes universitarios, periodistas y personas interesadas que conozcan casos de buenas prácticas que las propongan para su incorporación al análisis y futura publicación.

La propuesta de método, que a su vez es el diseño de presentación, incluye una Introducción, cuatro pasos y una conclusión: Introducción: nombre del caso y características principales. Contexto: se trata de describir con brevedad el medio ambiente que rodea a la buena práctica. Insumo: especificar con la mayor claridad posible por qué el caso es una buena práctica. En otras palabras, justificar el asunto y argumentar en su favor. Proceso: ésta es la parte sustantiva del análisis. Incorporar los elementos (variables, parámetros o como se les quiera denominar) que dan vida a la buena práctica. De ser posible, indicar el peso de cada elemento o al menos de los principales. Producto: valorar los resultados de la experiencia a la luz del contexto reinante. Conclusión: ofrecer un juicio personal con elementos que permitan la protección y expansión de la buena práctica.

Sin ser una clasificación definitiva, se busca autenticar los casos en ocho campos (o segmentos o tipos de casos): 1) Calidad educativa. 2) Equidad social. 3) Administración escolar y organización de los sistemas de educación. 4) Evaluación de los aprendizajes. 5) Mecanismos novedosos de financiamiento. 6) Formación de docentes. 7) Uso eficaz de las tecnologías de la información y la comunicación. 8) Programas no formales de inclusión social.

Además, podrán elaborarse historias de vida de docentes virtuosos, que cumplan con su tarea de manera ejemplar.

Una buena práctica podrá caber en dos o más categorías. Se incorporará en la que represente un peso mayor.

Aspiramos a reunir al menos dos casos de cada entidad federal. Podrán ser más, si se justifican con rigor.

Las personas interesadas en participar podrán enviar sus propuestas de análisis en una versión ejecutiva de 300 palabras antes del 28 de febrero del 2018, dirigidas a Roberto Eduardo Franco a los correos roberto.franco@crefal.org o investigacion@crefal.org.

Las propuestas aceptadas deberán desarrollarse en un documento no mayor a cinco mil palabras. La fecha de entrega es el 25 de mayo de 2018.

RETAZOS

La invitación es incluyente y ecuménica. No hay monopolio de alguna corriente teórica ni se prescinde de campo alguno. Todas las propuestas son bienvenidas.

Fuente artículo: http://www.excelsior.com.mx/opinion/carlos-ornelas/2018/02/07/1218650

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La reforma inevitable, según la SEP

Por Carlos Ornelas

Otto Granados Roldán publicó este viernes 19 en El País un artículo acerca de la Reforma Educativa del gobierno de Enrique Peña Nieto. El secretario de Educación Pública puso el título de su pieza entre interrogaciones: “¿Revertir la Reforma Educativa mexicana?”. Su respuesta es obvia:no, no debe revertirse: “sería un abuso inmoral y grosero en contra de los niños de México”. Su argumento es elaborado y, por supuesto, polémico.

La pieza es una defensa de lo que ha realizado el gobierno. Se entiende que el secretario Granados Roldán arguya en favor de una política de la que es uno de sus artífices. Sin embargo, cuando asegura “que de varios modos era una reforma inevitable”, parece que le resta méritos al gobierno del que forma parte. Si Peña Nieto y los jefes del PRD y el PAN no se hubieran puesto de acuerdo, la reforma jamás hubiera visto la luz; se hubiese evitado. El Pacto por México fue —y es— la marca, digamos positiva, de este sexenio. Y la Reforma Educativa, con todo y que tenga limitaciones y eclecticismo, disfruta, como los señala OGR en su escrito, de alta aprobación ciudadana, aunque sea rebatida en la plaza pública. Más ahora en tiempos electorales.

El secretario Granados Roldán arma su razonamiento en cinco palancas, que denomina fortalezas, dos políticas y tres institucionales. Todas con el fin de abonar a la calidad y equidad de la educación de la niñez mexicana.

El secretario justifica los pivotes políticos con base en un diagnóstico de lo hecho —y no hecho— por los gobiernos anteriores. Utiliza sustantivos de peso: simulación, inercia, frustración, clientelismo, arreglos corporativos. La crítica abarca a gobiernos del PRI, pero más a los del PAN, y aunque reconoce que hubo intentos de reforma, sus impulsores no tuvieron la voluntad política para impulsarlos.

El primer eje político que enarbola OGR evoca al concepto weberiano de legitimidad. Destaca como el problema de la mala educación y la necesidad de remontarla, entró en la “agenda” política y los firmantes del Pacto la retomaron. El foco: Reconquistar para el Estado el control de la educación que había perdido ante los embates corporativos.

El secretario coloca al final el otro puntal político: Un nuevo tenor en el gobierno de la educación con base en el reciente andamiaje constitucional. No lo expresa, pero dicha plataforma no sólo le restó poder a los dirigentes del sindicato y “casi” eliminó la práctica de heredar y vender las plazas docentes, sino que para lograrlo recentralizó —con sobrada razón— el pago de la nómina y el gobierno de la educación básica. Con la concentración del poder, los gobernadores perdieron autoridad —que rara vez ejercían— y, aunque el exsecretario Aurelio Nuño haya hecho lo posible por mantenerlos en el carril, continúan alienados.

Los tres ejes institucionales apuntan logros que se verán en el futuro, pero cuyas semillas ya están sembradas. Su expectativa es que con los cambios haya una mayor calidad y equidad en la educación, escuelas óptimas, más docentes sobresalientes, nuevos programas y libros de texto modernos. El propósito: lograr mejores ambientes de aprendizaje y que las comunidades de cada escuela se apoderen de su destino. El cimiento: el servicio profesional docente que tiene al mérito como el principio rector.

Es manifiesto el objetivo del secretario: Informar a la plaza pública, abogar por la política del gobierno y tratar de consolidar lo avanzado. Pero me pregunto cuántos maestros leyeron ese artículo. Si bien coincido en que los asuntos que trató Otto Granados Roldán pueden concebirse como fortalezas, la debilidad de la SEP es no haber construido puentes para comunicarse con los maestros. Sigue dependiendo del SNTE. Ése es el tendón de Aquiles de la reforma.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-reforma-inevitable-segun-la-sep/

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Demandas e incentivos a los maestros

24 de enero de 2018 / Fuente: http://www.excelsior.com.mx/

Por: Carlos Ornelas

El problema de México en este siglo es el desprestigio acumulado de las instituciones políticas y más de los actores que las administran. La corrupción pervierte las mejores propuestas y hasta aquellas que encierran fines “nobles”, las cubre el riesgo de regresar a la indecencia. La Reforma Educativa del gobierno de Enrique Peña Nieto es un intento de mediar entre los reclamos sociales —que por lo general se presentan en forma abstracta— con las políticas que ofrecen respuestas concretas, aunque, en su ejecución, se afecten intereses de ciertos grupos

Jorge Javier Romero (“Frente al abismo educativo”, Letras Libres, 229, enero de 2018) destaca que hace seis años la coincidencia de organizaciones civiles reclamaba la evaluación integral del sistema educativo y la profesionalización de los maestros. El fin: liberarlos del yugo del sindicato corporativo. Arguye que, entre 2010 y 2012, fue posible el consenso entre grupos que iban desde el entorno empresarial al activismo de centro-izquierda, incluidas corrientes de influencia católica. Mexicanos Primero puso la atención en el desempeño de las escuelas y los profesores. La evaluación se convirtió en el objetivo del cambio posible. La Coalición Ciudadana por la Educación (de orientación centro-izquierda) plantó el acento en la necesidad de cambiar los incentivos de los profesores para que dejaran de ser sindicales y políticos. Querían que los maestros se convirtieran en profesionales y académicos. Esta coalición logró colocar en el centro la creación del servicio profesional docente.

Los partidos que firmaron el Pacto por México acogieron las propuestas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (“elevar la calidad para obtener mejores resultados en pruebas internacionales como PISA”) y la exigencia de organizaciones sociales. No sólo fue una iniciativa gubernamental, aunque el gobierno se echó a cuestas la encomienda.

Es aquí donde entran los incentivos que ejerce la Secretaría de Educación Pública para lograr los propósitos de cambio expresos en la enmienda constitucional y las nuevas leyes de 2013. La Reforma Educativa premia el mérito, por lo que se podría generar conocimiento, comportamiento y aptitud necesaria para formar un profesional de la educación. Pero el cambio no es automático ni de la manera esperada. Como se vio en estos años, los grupos sindicales negociaron o desconocieron las nuevas normas para mantener sus intereses.

El problema conceptual, que se transformó en político, es que la SEP —tal vez bajo la influencia de la OCDE— concibió que la única forma de medir el mérito era mediante evaluaciones estandarizadas. Si bien arrebató al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y sus facciones el control de la Carrera Magisterial —que premiaba el compadrazgo y la fidelidad a los líderes, por un mecanismo más transparente—, no supo o no pudo darle al nuevo incentivo un atractivo simbólico de raigambre magisterial.

Por ejemplo, ninguna dependencia de la SEP persevera en explicar y comunicar a los docentes los beneficios del Programa de Promoción en la Función por Incentivos en Educación Básica. Desde el título —rebuscado y extenso— hasta los contenidos suenan ajenos a los maestros. Los procesos de asignación, si bien parecen equitativos, se expresan con un lenguaje artificioso y burocrático.

He platicado con maestros que me dicen que el procedimiento es tortuoso, los trámites lentos, las instrucciones para llenar los formatos son lóbregas y que les provoca güeva leer las reglas que estableció la SEP. Además, me aseguran que en varios estados las interpretan según los intereses de los líderes sindicales y las autoridades locales.

Parece mentira, pero algunos prefieren el mecanismo de la Carrera Magisterial, a pesar de que estaba cargado de corrupción y clientelismo. Pero los maestros conocían las reglas y se comportaban de acuerdo con ellas. La SEP no ha podido comunicar la “bondad” de los nuevos cánones. Los dirigentes sindicales, en especial los de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, persisten en sus propósitos y aspiran a controlar el nuevo esquema de incentivos a los docentes.

Lo que tenemos hoy es una tensión entre el marco institucional emanado de la Reforma Educativa y los fines e intereses de las organizaciones sindicales. Los maestros, los actores principales, son el núcleo de dicha tirantez, mientras pocos enarbolan las demandas de la sociedad.

Fuente artículo: http://www.excelsior.com.mx/opinion/carlos-ornelas/2018/01/10/1212655

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La OCDE, de nuevo en la palestra

Por: Carlos Ornelas

No tiene nada de insólito que el jueves se hayan reunido el secretario de Educación Pública,Otto Granados Roldán(OGR), y el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos,José Ángel Gurría(JAG). México es socio de la OCDE desde 1994 y siempre toma en cuenta sus criterios, para bien y para mal.

Gurría entregó el día anterior al secretario de Hacienda, José Antonio González Anaya, las recomendaciones de la OCDE sobre Políticas de competencias, habilidades y destrezas de la fuerza de trabajo en México. El documento contiene un plan de acción de seis ejes, “en los cuales se reconoce que el desarrollo de capital humano es un componente fundamental para detonar la productividad y el crecimiento económico del país”.

La OCDE echa mano de un arsenal de estudios de casos de “éxito” y con base en ellos, y una visión de capacitación para el crecimiento económico, promueve una educación con habilidades básicas, como lectoescritura y matemáticas para la mayoría que asiste a las escuelas y, para una minoría, destrezas avanzadas en informática, tecnología y pensamiento abstracto. Elimina de los currículos la enseñanza de las artes y las humanidades. La mirada de la OCDE es reduccionista y responde al eslogan “habilidades para la vida”, pero para la vida económica, no para el gozo de una existencia plena ni para el fortalecimiento de la democracia.

En cambio, ciertas propuestas del Modelo Educativo para la educación obligatoria, que la SEP presentó el año pasado y cuyos nuevos libros de texto están en construcción, contienen un enfoque humanista. Estas propuestas sembraron optimismo entre educadores progresistas e investigadores que siempre han criticado los enfoques tecnocráticos.

Por ello me extrañó que: “En las oficinas de la Secretaría de Educación Pública conversaron (OGR y JAG) sobre la importancia de que la OCDE genere un análisis sobre los aspectos torales con los que se ha actuado en la transformación educativa” (SEP, Comunicado de prensa 9: “Se plantea la pertinencia de que la OCDE realice un reporte especial sobre la Reforma Educativa”).

¿Qué caso tiene contratar con la OCDE para que haga una valoración de la Reforma Educativa? Puedo pronosticar que no expondrá nada que las autoridades y la comunidad de investigadores no hayan examinado. Es más, la Oficina de Educación de la OCDE convocará a un equipo de expertos, participarán algunos mexicanos, otros de su staff permanente y contratará otros más, todos afines a la ideología de la OCDE. Los nacionales recuperarán información, harán diagnósticos y colaborarán en los análisis, pero la parte medular, las recomendaciones (empapadas con la perspectiva de la nueva gerencia pública) serán las mismas que sus peritos hacen siempre a todos los países que la consultan.

El informe de la OCDE dirá que sus recomendaciones se basan en las “mejores prácticas” de educación, donde los niños aprenden a responder los exámenes estandarizados, como PISA, son trabajadores competentes y contienden con éxito en la globalización. Indicarán: si esos países la hicieron bien, entonces México debe hacer lo mismo.

Otro paquete de recomendaciones insistirá que sebe avanzar en lo que la Reforma Educativa propone, en especial en el desarrollo profesional de los docentes y los mecanismos de evaluación. Ello, con el fin de “desarrollar competencias laborales con base en la identificación de las habilidades de los trabajadores que hoy requiere el sector productivo, y las que requerirá en el futuro”.

Reitero, el Modelo tiene elementos dignos de ponerse en práctica. No reniega de la teoría del capital humano, pero, al poner por delante enfoques humanistas, rebasa la visión estrecha de la OCDE. Hubiera sido mejor contratar con la Unesco.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-ocde-de-nuevo-en-la-palestra/

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Oaxaca: neocorporativismo y privilegios.

Por : Carlos Ornelas.

En El acertijo de la legitimidad: por una democracia eficaz en un entorno de legalidad y desarrolloLuis Rubio y Edna Jaime analizan las trabas que inhiben la puesta en práctica de la democracia y el Estado de derecho. Esas usanzas afectan el desarrollo del país. El neocorporativismo es una de estas rémoras.

El neocorporativismo se distingue del corporativismo del régimen de la Revolución Mexicana en que aquél se basaba en la subordinación de los órganos corporativos, en especial los grandes sindicatos, al poder presidencial. En el de nuevo cuño, los líderes —también llamados caciques— defienden sus canonjías y buscan la supervivencia por medio del chantaje y la amenaza.

En el corporativismo antiguo, el Partido Revolucionario Institucional —y las secretarías de Estado en el caso de sindicatos de trabajadores gubernamentales— asumían el control de dirigentes y administraban los incentivos —zanahoria y garrote— con el propósito de mantener a los agremiados bajo el dominio del gobierno. En el neocorporativismo, en especial tras la alternancia en el poder del PRI al Partido Acción Nacional, los líderes alcanzaron mayores grados de autonomía del poder del Estado. Alteraron, como diría Anthony Giddens, la dialéctica del control.

En el caso del sistema educativo mexicano, esa alteración desembocó en el crecimiento del poder de los líderes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y de la facción disidente, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. Para mantener su poder y dominio sobre los maestros, esos caciques buscaban aumentar los ingresos de sus agremiados.

El poder de los grandes jefes del SNTE, como Jesús Robles MartínezCarlos Jonguitud Barrios y Elba Esther Gordillo, se les agotó cuando rebasaron los intereses institucionales del Estado o hicieron enojar al Presidente en turno.

Los líderes de las fuerzas disidentes ganaron poder con movilizaciones de masas, no como dádiva de gobernantes. Por eso lograron escalas de autonomía mayores. Hicieron de la huelga, la coacción y la intimidación medios para conquistar prerrogativas para ellos y para sus agremiados. Las ganancias de los cabecillas de la sección 22 del SNTE, de Oaxaca, son notorias.

Por ejemplo, Excélsior (20/12/2017) reportó que el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca repartiría, como incentivo navideño, 12 mil maletas AT Meridian, de mil 800 pesos cada una, a trabajadores de la educación oaxaqueños, en recompensa por “sus logros sindicales”. Los recursos provinieron del erario federal.

Aunque no es del todo cierto, los líderes de la S-22 presumen que la entrega de más de tres mil plazas de base representó su mayor logro en los primeros meses de gobierno de Alejandro Murat. También alardean que el IEEPO contrató a 803 egresados de las 11 normales de Oaxaca. Pero ocultan que aquéllos y éstos tuvieron que presentar exámenes de ingreso. Luego viene la amenaza: frenar tratos con Murat hasta que resuelva sus demandas, en especial, el cese del director del IEEPO, Germán Cervantes Ayala. Sin embargo, reclaman continuar las reuniones “para negociar la recuperación del control de la educación” (El Universal 2/1/2018).

A pesar de que el gobierno federal arrebató a los líderes del S-22 grandes porciones del control que ejercían, éstos todavía tienen capacidad de imponer condiciones. Ya anunciaron su calendario alterno y huelgas. No les interesa el derecho de los niños a la educación. Tal vez se sientan protegidos por el eco de las campañas políticas y piensen que el gobierno no les descontará los días que paren labores. ¡Ya veremos!

La CNTE, con sus tácticas neocorporativas, no sólo busca persistir como opción sindical, sino también mantener privilegios. Este 2018 será un año de definiciones.

Fuente: http://www.excelsior.com.mx/opinion/opinion-del-experto-nacional/2018/01/07/1212022

Imagen: https://encrypted-tbn0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcQCmM7fCEK3FBmGcRGOPPdtE9jGJasgmML9Q0YrJOYAbKV6A1Km

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