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Pensar el dilema de la caída del humanismo

Por: Adrián Cangi*

¿Qué problema político enfrentamos ante una caída del humanismo?

El humanismo convivió y convive con el terror. Tanto “humanismo” como “terror” son términos que han asumido en nuestra época valores distintos a los que revestían en el siglo pasado. Opuestos durante la modernidad, servían para designar dos movimientos del “espíritu humano contrapuestos”. Hoy en día difícilmente puedan separarse ambos, o pueda obtenerse para ellos una definición que sea reconocida universalmente. Se ha producido un verdadero deterioro en la concepción clásica que los oponía sin reservas. O, si se quiere, nuevas concepciones imponen una revisión absoluta en las ideas del “hombre contemporáneo”, con el objeto de que concuerden mejor con su propia realidad. Una realidad que —no lo neguemos—, se nos oculta, o que preferimos cubrir con un velo. Merleau-Ponty descubre en el ensayo Humanismo y terror (1947) todos los velos, y va descifrando el significado de tantos actos de violencia como se han ido sumando en las caras políticas de la tradición moderna del pensamiento y que tienen vigencia hasta estos últimos años. Prefiere polemizar respecto de todas las estructuras sólidamente constituidas en el campo del pensamiento, revisarlas criticándolas, y exigiendo una actitud más lúcida, más digna y más realista de todos aquellos que participan, aunque sólo sea con su existir, en este tiempo de la violencia.

¿Son las humanidades un acto de resistencia al terror?

El ensayo de Merleau-Ponty, editado en fragmentos desde 1946, aborda el doblez paradojal del humanismo en clave política: “Nos encontramos pues en una situación inextricable. La crítica marxista del capitalismo sigue siendo válida y es evidente que la condición anti-soviética reúne hoy la brutalidad, el orgullo, el vértigo y la angustia que han encontrado su expresión en el fascismo. Por otro lado, la revolución se ha inmovilizado sobre una posición de repliegue: mantiene y acrecienta el aparato dictatorial al mismo tiempo que renuncia a la libertad revolucionaria del proletariado en sus Soviets y en su Partido y a la apropiación humana del Estado. No se puede ser anticomunista, no se puede ser comunista”. Se plantea a pocos años de los campos de exterminio y de la fabricación de la muerte en serie en manos del hombre por el hombre, un acto de resistencia a una “humanidad sin humanidades”. Coincido con Diego Tatián en su “Manifiesto en favor del humanismo”, donde plantea el humanismo en clave del doblez de Merleau-Ponty: resistencia a un mundo sin custodia de lo amenazado en la humanidad, sin memoria, sin imaginación narrativa –indispensable para una justicia que no confunda imparcialidad con inhumanidad–, sin crítica, sin obstáculos a la “atrocidad que castiga con la miseria planificada a millones de personas” y las destina a una vida dañada, sin protección de lo raro en la cultura y de lo diverso en la sociedad. Un mundo sin humanidades es también uno en el que las humanidades cumplen una “función compensatoria” en el saqueo de las vidas.

¿Es posible cuidar la vida y el mundo por el humanismo?

Creo como Tatián que con la palabra humanidades evocamos las preguntas que alojan el ser y el estar en común, sus retóricas inventivas para declarar la plena existencia de nuevos cuerpos en el acto performativo de convocarlos, junto con los “derechos civiles” que consideramos aún imprescindibles para sus prácticas humanas. Las humanidades interpelan a las generaciones no solo como una “disciplina” sino como un “diálogo” que renueva el “cuidado de la vida” y el “cuidado del mundo”, en el sentido mesiánico-crítico como katéchon, término que indica el acontecimiento que detiene, retiene y posterga la imposición de su destrucción total como “mundo de la vida”. La locución “cuidado del mundo de la vida” pone en obra un dislocamiento tanto de la “vida” como del “mundo”. ¿Qué implica cuidar la vida y el mundo? “Vida” y “Mundo” son nociones indeterminadas y opacas que revelan su significado a la experiencia solo por las ideas e intensidades que constituyen las prácticas que la experimentación vital despliega. Las expresiones “cuidar la vida” y “cuidar el mundo”, abren una tarea incomprensible sin un trabajo del pensamiento. La política, el arte, el conocimiento y las humanidades son formas de cuidado de la vida y del mundo, si velamos atentos a lo que no está ahí, a lo que no hay, a lo que hubo alguna vez y se perdió o a aquello por venir: a lo que es singular, anómalo e insiste como raro. “Vida” y “Mundo” son las nociones que ahuecan la realidad, las que permiten entrever detrás, las que des-totalizan y mantienen alerta frente al abismo. Cuidado de la “Vida” y del “Mundo” consiste en un acto de protección de lo que está bajo amenaza por fragilidad, para la memoria de lo que efectivamente se perdió y para la preservación de la pregunta por lo que difiere, o llega de otra parte.

¿Es necesario cuidarse del humanismo para el mundo de la vida?

“Humanismo” también es el sinónimo moderno de un “Sujeto” patriarcal, colonial y especista; de un “Yo” racional, unitario y totalizante; de un “Individuo” concebido como ya constituido por asociaciones causales. El principio de individuación dominante en occidente, privilegia al individuo como una relación estable entre materia y forma que lo presenta como inmutable a la luz de la figura “del hombre blanco, adulto, hetero-normativo y habitante de las ciudades”. “Sujeto”, “Yo” e “Individuo” emergentes de esta lógica de la individuación, han sido criticados por el ejercicio de una razón suficiente y afectados por la herida narcisista infligida por Freud; han sido desplazados por la crítica a la razón instrumental, en tanto violencia y opresión con fines de dominio objetivo en la época de la imagen del mundo, cuestionada por Heidegger; han sido problematizados por la crítica a la filosofía del lenguaje como constituyente del sentido, realizada de distintos modos por Foucault, Deleuze y Derrida; han sido descentrados por teorías de la ontogénesis que privilegian los procesos de individuación antes que las formas individuadas, como lo ha planteado Simondon. Las lógicas antropológicas han visto su reverso fatal en los proyectos coloniales y en los campos de exterminio. Sendero que solo nos conducen hacia “la vergüenza de ser hombres”, como supo decirlo Primo Levi. Con plena conciencia de esta vergüenza, Michel Foucault ha sido preciso al dudar de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, como fuente del valor de los humanismos antropocéntricos y de su jerarquía sostenida en una construcción del saber de un sujeto universal, que se quiere esencial, racional y autónomo en relación al medio en el que concibe los dispositivos de su dominio.

¿Qué problema ontológico y político arrastra la transformación de la identidad humana?

Nuestro siglo es el efecto de transformaciones ineludibles sobre la llamada “identidad humana”, conformada por “Sujeto”, “Yo” e “Individuo”. Transformaciones que provienen de cuestionamientos por parte de la ciencia con efectos en la filosofía entre los siglos XIX y XX. El conjunto del drama de los juegos políticos se expresan sobre el horizonte de lo humano y la crisis de la frontera de la “identidad humana”. Es aquí que debería distinguirse con cautela el “no-humanismo” del sistema constituido por las democracias contemporáneas, a partir de los efectos que aún perduran de la fabricación de la muerte en serie, tanto en las migraciones forzadas como en los campos de refugiados que atraviesan el planeta, en las hambrunas territoriales de los condenados de la tierra como en las violencias desiguales entre etnias, razas, géneros y clases. Distinto es considerar el “no-humanismo” como un más allá del hombre que conocimos antropológicamente, donde el “no-humanismo” del sistema democrático actual de flujos, informaciones y ultra-codificaciones, supone su aniquilación por los propios dispositivos de maquinación. El “no-humanismo” como un más allá del hombre implica su desborde ilimitado. Es en la diferencia entre ambas alternativas que se juega la historia de nuestro tiempo como el que experimenta la caída del humanismo como un problema ontológico-político.

¿Qué transformaciones y metamorfosis resultan ineludibles para pensar la identidad-humana?

Como lo plantea Donna Haraway a lo largo de su obra: nos hemos convertido en productos tecnológicos en niveles más profundos de lo que nos es dado comprender. Parece absurdo separar las tramas orgánicas, técnicas, textuales, míticas y políticas del tejido semiótico tecno-científico. Los laboratorios del mundo de la tecno-ciencia de diseño transgénico, propios de los imperios tecno-científicos y biotecnológicos han reducido las “metáforas vitales” a tecnologías de ingeniería genética y los “entes” a culturas tecnológicas. Somos parte de estos entes y formamos el sistema de coordenadas cartesiano de un espacio virtual de numerosos programas de investigación. Las fronteras entre animales, humanos y máquinas han sido franqueadas por la cibernética que ha homologado modelos matemáticos, informacionales y biológicos buscando la llamada “inteligencia artificial”; los límites biológicos han sido traspasados por las ciencias de la vida que han revelado “regiones de incertidumbre” o de “inestabilidad morfogenética” al pensar los umbrales entre especies; los límites de la tierra han sido puestos en cuestión por una biogeofísica que expone la “intrusión de Gaia” y su reverso en la figura del mayor depredador energético conocido como “Antropoceno”. A pesar de todos estos torbellinos de fondo, el fin de lo humano como “identidad humana” tal vez no sea deseable cuando pensamos en el optimismo de la evolución genética de la vida sintética del diseño de clones a la que nos conducimos junto al agotamiento de la tierra. Aunque tampoco parece deseable una defensa de una humanidad con pretensiones jerárquicas, coloniales y especistas que ha extendido su dominio hasta agotar lo viviente o disponerlo a su servicio, liquidando a su paso otros modos de vida humana y no-humana que despliegan otra ecología social con el medio. Ante este escenario parece posible abordar la caída del humanismo en tiempos de antropodicea como una deconstrucción arqueológica de los discursos del “humanismo” y una problematización genealógica del problema del “Yo” en los campos del diseño de sí y de la vida.

*Ensayista, editor y filósofo. Enseña en la Universidad de Buenos Aires, en la Universidad Nacional de La Plata y en la Universidad Nacional de Avellaneda, donde dirige la Maestría en Estéticas Contemporáneas Latinoamericanas. Se doctoró en Filosofía y Letras en la Universidad de San Pablo, Brasil. Es autor de Gilles Deleuze. Una filosofía de lo ilimitado en la naturaleza singular (2010, 2014); co-autor de Filosofía para perros perdidos. Variaciones sobre Max Stirner (junto a Ariel Pennisi, 2018), y compilador y autor de Linchamientos. La policía que llevamos dentro (junto a Ariel Pennisi, 2015), de Imágenes del pueblo (2015); Meditaciones sobre el dolor (junto a Alejandra González, 2019); Vitalismo. Contra la dictadura de la sucesión inevitable (en colaboración con Alejandro Miroli y Ezequiel Carranza, 2019) y Meditaciones sobre la tierra (junto a Alejandra González, 2020).

Fuente de la información e imagen:  https://desinformemonos.org

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México: policías de Guerrero disparan contra normalistas de Ayotzinapa

Ciudad de México | Desinformémonos. Elementos de la policía de Guerrero interceptaron y dispararon armas de fuego contra estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa que regresaban de Chilpancingo, donde participaron en la protesta para exigir justicia para Jorge Alexis Herrera Pino y Gabriel Echeverri de Jesús, normalistas asesinados por la policía federal el 12 de diciembre de 2011.

Los normalistas de Ayotzinapa fueron agredidos en el tramo de la carretera de Libramiento a Tixtla-Chilpancingo, donde la policía disparó contra el autobús en el que viajaban.

Los estudiantes denunciaron que tras el ataque los medios de comunicación «manipularon» la información para difundir que los mismos normalistan retuvieron a elementos de la policía y los agredieron.

«La prensa comenzó a emitir notas amarillistas, como en toda ocasión, en contra de nuestros compañeros y siempre encubriendo a las autoridades, dando a conocer que fueron los estudiantes quienes atentaron en contra de la policía, cuando sucedió todo lo contrario», señaló el Frente Unido de Normales Públicas del Estado de Guerrero (FUNPEG) en un comunicado.

El Frente exigió a las autoridades un alto a la represión contra los normalistas y sus luchas así como castigo a los responsables de las agresiones de este 12 de diciembre, además del cese de difusión de «notas amarillistas» y de la impunidad en los hechos.

A continuación el comunicado completo:

 

Fuente de la información e imagen: https://desinformemonos.org
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Qatar 2022: la trágica historia de los migrantes

Por: UNAM Global

Como bien sabemos, organizar un Mundial de Futbol es una tarea titánica que requiere contemplar muchos aspectos: los medios de transporte y la infraestructura (estadios, hoteles), entre otros. Necesarios para que la máxima justa futbolística se realice de manera exitosa y pueda albergar a los visitantes sin contratiempos.

Un Mundial genera empleo para muchos trabajadores que brindan sus servicios. Sin embargo, también puede ser el marco de diversos abusos. Qatar 2022 es una prueba contundente de ello. Amnistía Internacional recopiló datos que muestran la violación de los derechos humanos de los trabajadores migrantes que participaron en la construcción de los estadios.

Para comenzar, los migrantes tuvieron que pagar elevadas comisiones para trabajar. Dependiendo de la tarea que podían realizar, estas sumas iban desde 500 hasta 4,300 dólares, que se pagaban a los contratistas, quienes “abusaron de manera reiterada de esta situación”.

Los abusos de los contratistas no sólo quedaron en eso. Por medio de fotografías, Amnistía Internacional enseñó las pésimas condiciones en las que vivían los migrantes. Los cuartos eran muy chicos, por lo que había condiciones de hacinamiento: alrededor de ocho hombres vivían en espacios que sólo eran aptos para cuatro personas; por lo tanto, la falta de higiene y seguridad eran la norma.

También hubo engaño en cuanto a los salarios. Por ejemplo, migrantes a los que se les había dicho que la paga sería de 300 dólares, recibieron en su primer sueldo sólo 190 dólares. A pesar de los reclamos, los gerentes no hacían caso y amenazaban con quitarles la visa y deportarlos a sus países de origen. Sumado a ello, se presentaban casos de retrasos de pagos.

Por otro lado, los empleadores no expedían (o en otros casos no renovaban) los permisos de residencia, lo cual afectaba a los trabajadores porque no podían abandonar los campamentos en los que vivían. Esta situación también implicaba que aquellos que decidieran renunciar no lo pudieran hacer, ya que para obtener un “permiso de salida” era necesario tener el documento de residencia.

Muchos empleados fueron sometidos a trabajo forzoso en situaciones de alto peligro, ya que carecían del equipo para realizarlo. “Fundación para la Democracia” mencionó que algunos trabajadores debían cumplir 60 horas continuas sin descansar, o en su defecto trabajar más de 18 horas al día, soportando temperaturas que alcanzaban los 50ºC.

De acuerdo con datos del diario inglés The Guardian, publicados a principios de 2021, alrededor de 6 mil 500 trabajadores migrantes habían fallecido en Qatar desde que este país fue elegido como sede del Mundial en 2010. Y se cree que gran parte de ellos trabajaban en la construcción de infraestructura para este evento. De manera oficial, el Comité Organizador informó que sólo hubo tres muertes relacionadas directamente con la construcción de estadios.

Fuente de la información e imagen:  UNAM Global

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La ética como necesidad

Por: Cecosesola

Hace unos 50 años nos lanzamos en lo que podría ser una aventura, la de generar un proceso educativo con base en la reflexión sobre el quehacer diario en el trabajo. En ese momento, no teníamos mucha claridad del cómo, pero si estábamos convencidos de que para lograrlo era fundamental romper con las estructuras jerárquicas patriarcales.

Al comienzo pensábamos que sería un proceso relativamente sencillo y al asumir, en el año 1976, la mayor parte del transporte autobusero de la ciudad de Barquisimeto, decretamos la eliminación de las líneas de mando. Pensábamos, quizás ingenuamente, que, al abrirnos a una participación plena sin intermediarios, la mayoría optaría por una postura madura y responsable al sentirse liberado de la opresión patronal.

A partir de entonces, han transcurrido cerca de medio siglo durante los cuales, a golpe y porrazo, hemos ido descubriendo orientaciones que han permitido que este proceso se haya mantenido y profundizado con el tiempo.

No se trata de orientaciones fijas o rígidas. Más bien, se han ido descubriendo y enriqueciendo, así como también transformándose en la reflexión del quehacer diario, de acuerdo a las necesidades del momento presente.

En diferentes artículos hemos hecho hincapié sobre algunos elementos que han sido fundamentales en nuestro proceso. Uno de tantos se refiere a cómo ir construyendo y profundizando esas relaciones de confianza tan necesarias para que fluya la cooperación mutua.

Sembrar confianza, estando inmersos en una cultura venezolana que tiende a gravitar en relaciones individualistas de aprovechamiento inmediatista, se convierte en un reto. Ante la libertad para actuar que nos damos, permanentemente se corre el riesgo de que cada quién termine haciendo lo que le viene en gana.

En este sentido ha sido fundamental el insistir en ir profundizando relaciones éticas, de respeto mutuo, lo cual implica para nosotros, no sólo el hacernos responsables de las consecuencias de nuestro accionar, sino además, ir relacionarnos con transparencia y equidad, inmersos en el cuido mutuo. Estos fundamentos nos guían en nuestro accionar y en cuanto vamos profundizando en ellos, va floreciendo la confianza mutua, facilitando el poder funcionar dentro de la libertad de actuar que nos damos al no existir líneas de mando.

Ahora bien, nuestros fundamentos éticos no son estáticos. Se van enriqueciendo y transformando con base a las necesidades del momento, según vamos profundizando nuestro proceso educativo. Con el tiempo, hemos ido comprendiendo que la responsabilidad no se limita a tareas concretas sino que incluye, entre otras, nuestra responsabilidad de sembrar y alimentar el proceso educativo e incluso el cuido del medio ambiente. Hemos ido comprendiendo que la igualdad concreta puede ser sumamente injusta y que la equidad es un proceso sin fin que se va construyendo en cuanto reconocemos nuestras diferencias, partiendo de la enorme diversidad existente. Hemos ido comprendiendo, también, que la solidaridad se pudiese manifestar como una relación paternalista unidireccional, de manera que, más bien, nos vamos alentando en una práctica reciproca de cuido mutuo

Se trata de una ética que no emerge del moralismo. No se trata de juzgar al otro o la otra. Se trata, más bien, de una ética que emerge de una necesidad, de la necesidad de ir construyendo esas relaciones de confianza tan esenciales para que funcione nuestro proceso participativo.

Fuente de la información e imagen:  https://desinformemonos.org

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TV UNAM estrena la serie «La mujer y la ópera»

La serie documental, La mujer y la ópera, bajo la conducción del crítico y promotor musical Gerardo Kleinburg, realiza un análisis del rol que han tenido las mujeres en la ópera, desde la evolución de las cantantes hasta la influencia de la mujer en la vida y obra de compositores famosos. Las emisiones tendrán lugar los miércoles, a partir del 9 de noviembre, a las 21:00 horas, con retransmisión los domingos, a las 18:00 horas.

En el primer capítulo, el director de orquesta Iván López Reynoso y la especialista en ópera, Ingrid Haas, hablarán sobre Mozart y la mujer. Harán un recorrido por las partituras más importantes en la producción operística del compositor de Salzburgo, así como el análisis de la relación que existió entre el maestro del clasicismo y las mujeres, tanto en su vida personal como en sus composiciones. La relación de Mozart con las mujeres que formaron parte de su vida: la madre, la hermana, la primera novia, la esposa o la prima, fructificó en numerosos personajes que han permanecido con el paso del tiempo y han dado lugar a la hipótesis en torno a que Amadeus -como lo conoce el gran público- fue el gran creador de lo femenino en la ópera clásica.

En el programa que se transmite el miércoles 16 de noviembre, la especialista en ópera Ingrid Haas y la melómana Cecilia Soto, hablarán sobre El arquetipo de la mujer fatal en la ópera. Durante la emisión se realizará un análisis de los personajes femeninos más destacados del repertorio operístico, tomando como hilo conductor los aspectos que las relacionan con la mujer fatal y la atracción que estas mujeres despiertan en los hombres que, en la mayoría de los casos, terminan en un destino funesto, donde el amor y la muerte están irremediablemente ligados.

En el programa que se transmite el 23 de noviembre, la compositora Gabriela Ortiz y el director de orquesta José Areán, hablarán sobre La mujer y la ópera en el siglo XXI. Las mujeres han estado presentes en el mundo de la ópera desde el inicio del género, como intérpretes e incluso como compositoras. Sin embargo, en la mayoría de las obras el número de papeles masculinos es superior al de los femeninos, en una proporción del 65 por ciento para hombres frente al 35 por ciento para mujeres. Hoy en día, directoras de teatros, compositoras, directoras de orquesta y de escena, luchan para que su talento sea reconocido sin paternalismos ni condescendencia, en un mundo en el que la disparidad de género en los cargos directivos todavía es evidente.

En el último programa del mes, que se transmite el 30 de noviembre, Lilia Maldonado, coordinadora artística de la Ópera de Bellas Artes y el maestro de ópera Gabriel Mijares, hablarán sobre El canto operístico y la mujer. A lo largo de la historia musical han surgido distintas clasificaciones de voces en la ópera, de acuerdo con las exigencias musicales de cada momento y la idea de especialización. Las voces de mujeres se clasifican en contralto, mezzosoprano y soprano, de las cuales existen grandes representantes de diversas nacionalidades, sin embrago, para muchas de ellas no ha sido fácil alcanzar el éxito.

No te pierdas el estreno de la serie La mujer en la ópera, los miércoles a partir del 9 de noviembre, a las 21:00 horas, con retransmisión los domingos, a las 18:00 horas.

Puedes seguir toda la programación de TV UNAM por 20.1 TV abierta / 20 Izzi y Totalplay 120 Axtel TV, Dish, Sky y Megacable y a través de cualquier dispositivo móvil por tv.unam.mx. Síguenos en Facebook: TVUNAMoficial, Instagram: TVUNAMoficial, Twitter: @tvunam y Tik Tok: @tvunam

Publicado originalmente en Gaceta UNAM

 

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Conflicto bélico en Ucrania aumenta pobreza en América Latina

Por:  UAM

Una consecuencia inmediata derivada de la invasión de Rusia a Ucrania es el incremento de la pobreza en América Latina, que se calcula será de un punto porcentual en México en 2022, aseguró el maestro Eduardo Gudynas en el primer Foro Crisis alimentaria, cambio climático y alternativas de sustentabilidad, convocado por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

El investigador del Centro Latinoamericano de Ecología Social de Uruguay sostuvo que el aumento de los precios de los combustibles y la inflación, sumados a la herencia de problemas económicos derivados de la pandemia, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), explican el fuerte impacto sobre la pobreza en la región.

“En una primera ola tuvimos alzas de costos en los minerales, agroalimentos y energía; luego una caída que mantiene la volatilidad; en una segunda, se observan impactos en el comercio global, en las finanzas y en la disponibilidad de las inversiones, además que se alteraron las rutas del comercio global por la relocalización de exportaciones rusas”, enfatizó.

El conflicto bélico tendrá serios efectos en América Latina por la escasez en la disponibilidad de suministros, que serán más caros, la persistencia del desempleo, factores que se mezclan con los problemas no superados que dejó el COVID-19.

En el conversatorio Efectos de la guerra en Ucrania en América Latina, la agropecuaria y los alimentos señaló que por el aumento de precios de combustibles y comestibles en Perú y Ecuador se han dado protestas de la población, mientras en Brasil se generó una huelga de camioneros.

“Rusia tiene un patrón de exportaciones parecido al de un país latinoamericano, casi todos son productos extractivos como el gas, hidrocarburos y agroalimentos, podemos decir que una economía extractiva invadió a otra”.

Previo a la invasión a Ucrania prevalecía “un cierto consenso de que la globalización había triunfado y que los flujos comerciales estaban marchando de la mano de las empresas”, añadió.

Sin embargo, “con la guerra se derrumbó la metáfora de que dos países que cuentan con McDonald’s no entran en guerra, esa parábola encarna que la presencia de empresas capitalistas está en auge en esas naciones, pero la realidad acabó con esa idea”.

A Rusia se le han aplicado más de seis mil sanciones económicas y comerciales –suma más que las atribuidas a Irán y Siria–, en tanto las empresas trasnacionales aceptaron los castigos y se retiraron del país.

El investigador subrayó que también se han incrementado el costo de los metales, granos e hidrocarburos. En el caso de los hidrocarburos, en un primer momento subieron los precios, si bien ahora bajaron, pero persiste una fuerte volatilidad, por lo que para frenar las afectaciones en el mercado energético Estados Unidos ha liberado parte de su stock de petróleo.

Los costos de los fertilizantes sufrieron un aumento, aspecto que ya estaba en curso desde hacía tiempo, lo cual tiene un efecto negativo sobre la dotación para México.

El incremento de los agroalimentos es otro de los aspectos que ha desencadenado la guerra en Ucrania, “a eso le podemos llamar la inflación verde, puesto que tanto Rusia como Ucrania son grandes exportadores de productos agrícolas”, lo que se vio reflejado en la subida en los precios de la soya y el azúcar.

El costo de los fertilizantes nitrogenados que compran los países latinoamericanos también ha registrado variaciones desde finales de 2020, aunque con la guerra la elevación fue mayor.

El investigador refirió a ideólogos rusos como Aleksander Dugin, ultraconservador que rechaza todo lo de occidente, llama a rebelarse contra Estados Unidos y piensa que la defensa de la ecología es parte de una expresión imperialista y que los militares deben controlar los recursos naturales.

Sergei Karaganov, analista sobre recursos naturales, es el encargado de delinear la política exterior y sostiene que en esa nación profesan una democracia autoritaria, frente a occidente donde existe un gran desorden y conflictos, con minorías que generan reclamos, por lo que la apuesta es por un régimen con una democracia autoritaria.

La idea de Vladimir Putin no es un nuevo marxismo o la opción de otra cuarta internacional. Es una paradoja que en la guerra son los jóvenes de familias pobres quienes integran el ejército ruso para ir a pelear “y en esa confrontación los energéticos se usan como arma de guerra, al igual que los alimentos, de lo cual en Latinoamérica somos poco conscientes, porque podemos surtir la canasta básica, pero se requiere que las naciones aborden este problema en forma coordinada”.

Así, resulta importante reorganizar la producción de alimentos en América Latina, buscar que los productos de Brasil se redirijan a países que tienen déficit, pero desde los gobiernos no existen proyectos que busquen coordinar la producción agrícola, además que desde la academia no hay un debate sobre la necesidad de la integración de un polo regional.

“Actualmente los países europeos están destinando recursos importantes para desarrollar la investigación del litio como una forma de cambiar su dependencia energética, mecanismo que ha generado el encarecimiento del mineral”, refirió el investigador.

Fuente de la información e imagen:  https://desinformemonos.org

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Poéticas de la resistencia: Arte zapatista, estética y decolonialidad

Por: Francisco De Parres Gómez

 

Compartimos el libro Poéticas de la resistencia: arte zapatista, estética y decolonialidad, del antropólogo Francisco de Parres Gómez. En el libro, se lee en su prólogo, el autor discurre «sobre un arte diferente al de Occidente, que surge, a fines del siglo veinte, en el seno de uno de los movimientos sociales armados de mayor impacto en el ámbito mundial, precisamente, por su creatividad, y capacidad de construir una autonomía integral en la que hoy el arte tiene un lugar privilegiado».

 

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