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Cambio Climático

Ecoportal

Cambio climático ¿Estamos o no estamos a tiempo?

Uno de los temas a los que aparentemente se le está dando cierta relevancia en la opinión internacional es si aun estamos o no a tiempo de revertir los efectos que nuestras emisiones de gases están causando en el clima del planeta.

Veamos, los cambios en el clima del planeta entero -a excepción de una catástrofe natural como la caída del meteorito que hace 365 millones de años causó abruptas modificaciones – se van dando naturalmente de una forma muy paulatina, es decir, tienen que pasar mas de 100 vidas de un hombre para ver solo un pequeño cambio.

Los ciclos de la Tierra llevan tantos años que para una persona resultan casi incomprensibles, ya que no podemos tener clara noción de lo que significan dos o tres millones de años, cuando vivimos apenas 100.

Sin embargo, tanto por los avances tecnológicos como por la forma en la que se fueron desarrollando nuestras sociedades, hemos adquirido la capacidad de acelerar estos procesos, de alterarlos e incluso de superar la extraordinaria capacidad del planeta de absorber esos cambios y encauzarlos, adaptándolos a sus propios tiempos.

El planeta desde sus inicios nunca ha dejado de mutar, desde las mas frías eras glaciales, hasta las etapas mas calurosas. Sin embargo estos cambios siempre han sido tan “lentos” que ningún ser vivo hubiera sido capaz de percibirlos.

Todo eso hasta que, hace unos pocos cientos de años, llegó a nuestras sociedades la “Revolución Industrial”. De allí en adelante todos sabemos lo que pasó, el crecimiento de la industria ha sido tan grande y tan veloz que un día nos tomaba meses cruzar el Atlántico y al otro lo hacíamos en 4 o 5 horas. Un día las guerras eran con fusiles y bayonetas y al otro con bombas atómicas, misiles teledirigidos y uranio empobrecido.

Para los millones muertos causados por el Tsunami, el Huracán Katrina, las inundaciones y sequías que van y vienen en todo el mundo. Para los cientos de millones de muertos vivos de los países “en desarrollo” que no comen, que no tienen acceso al agua potable, que no pueden acceder a servicios de salud básicos, para los envenenados por las fumigaciones, por la minería o por las innumerables industrias que beben y contaminan el agua de los pobres para producir bienes de lujo para los ricos. Para ellos ya no estamos a tiempo.

Según un estudio de la ONG Save the children, los desastres derivados del cambio climático, que abarcan desde sequías a lluvias torrenciales, provocarán que en 2010 haya en todo el mundo 50 millones de desplazados medioambientales, la mayoría de ellos mujeres y niños. Esto sucederá hagamos lo que hagamos de aquí a ese momento. Para ellos tampoco estamos a tiempo.

Pero el ser humano ha sabido cubrir cada espacio del planeta, se ha sabido adaptar a todos los climas y es probable que sobreviva a cualquier cambio en el clima que el futuro nos depare. El punto es que tengamos claro que, de las decisiones que tomemos ahora, dependerá la cantidad de personas que sobrevivan y las condiciones climatológicas en las que ellos deberán existir.

¿Pensaremos individualmente, tratando de disfrutar de nuestra vida lo mas que podamos o aprenderemos a pensar como especie, sacrificando parte de nuestro bienestar por el de nuestros hijos, nietos o quienes los sucedan?.

Fuente de la articulo:http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Cambio-Climatico

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La compraventa mundial de animales salvajes, a examen

www.ecoportal.net/30-07-2016/

Las propuestas de los estados para revaluar en septiembre el tráfico legal revelan la fricción entre ampliar el negocio y reforzar las restricciones.

Cada año se registran un millón de transacciones lícitas de animales, al que hay que sumar el comercio ilegal, que se estima que mueve 18.000 millones de euros.

La venta de marfil y de cuerno de rinoceronte, principales escollos para la conferencia de la Convención Internacional CITES.

El comercio con especies amenazadas es un negocio de miles de millones de euros al año. Es tan lucrativo que, a pesar de que se registran aproximadamente un millón de transacciones legales cada curso, el tráfico ilegal de animales y plantas (sin contar la madera) suma unos 18.000 millones de euros según la Convención de Comercio Internacional (CITES).

Cada tres años, CITES revisa las condiciones admisibles para comerciar con estas especies. La posibilidad de aprovechar ese nicho de mercado hace que, en cada edición, haya movimientos que piden abrir la mano para determinados casos. También se clausuran algunos canales de venta.

El 25 de julio se cerró el plazo para que las partes integrantes del acuerdo remitan sus propuestas. Las decisiones finales se tomarán en septiembre en Johannesburgo (Suráfrica). Hay registradas 62 revisiones. 48 de animales y 14 de vegetales. La lista de CITES incluye 35.000 especies, pero no todo es cuestión de cantidad.

Uno de los puntos de fricción que pueden ilustrar la tensión entre comercio y protección es el del tráfico de marfil de elefantes africanos. Así, Namibia y Zimbabwe quieren incrementar las exportaciones legales con sus poblaciones. Al mismo tiempo, otros 13 estados piden que todos los elefantes africanos gocen de la máxima protección comercial.

Zimbabwe asegura que la producción ilegal de marfil casi dobla la legal. Y que así pierde recursos: 2,7 millones de euros limpios frente a otros 3 millones de sangre. La caza furtiva es la mayor causa de mortalidad de sus ejemplares, casi triplica la muerte natural (3.500 por 1.200). Zimbabwe aparece como el mayor exportador mundial por número de tallas de marfil en los registros de CITES –casi cuatro veces más que el segundo–.

Por su parte, Namibia considera «irrelevante» el furtivismo en su territorio pero explica que necesita incentivos económicos para que sus terratenientes vean la conservación con ojos positivos. Los grandes compradores de talla de marfil son EE UU, Hong Kong, Gran Bretaña, Japón, China y Francia.

Otro caso que relata este difícil equilibrio es el del rinoceronte blanco. Suazilandia ha pedido permiso para comercializar los cuernos incautados a los furtivos o recolectados de ejemplares muertos de forma natural. ¿Por qué? El precio del kilo de cuerno lícito llega a los 27.000 euros, dicen.

El stock que almacena el país africano asciende a 330 kilos: nueve millones euros. De paso, el Gobierno añade en su petición que se permita vender cuerno de rinoceronte «recolectado por métodos no letales» en el futuro. Unos «20 kilos al año. 545.000 euros». Este sector está dominado, abrumadoramente, por Sudáfrica como exportador y Vietnam como importador.

El comercio está reconocido como un elemento que puede amenazar la vida salvaje. Incluso el legal. En este sentido, los datos de CITES han mostrado que mientras las poblaciones de león iban decayendo constantemente en África, su comercio controlado no paraba de aumentar. De 2005 a 2014 se exportaron 29.000 artículos de león. El volumen anual creció un 50%. Casi la mitad eran  trofeos de caza de los que el 35% vino de leones salvajes.

Así que un grupo de países ha pedido que este felino entre en el listado de mayor control –el Anexo I de CITES– para que «al permitir que se impongan penas más severas contra el comercio ilícito» se impulsen «mayores esfuerzos internacionales» para protegerlo.

Otro grupo que ha terminado por padecer debido al crecimiento de su interés comercial ha sido el de los armadillos. Cinco especies que estaban en el listado más permisivo han visto cómo se les presionaba de manera que se ha pedido oficialmente que pasen a formar parte de la lista de variedades con la mayor restricción.

Flujos entre los países

Este mercado es muy global y diversificado. Los datos de la convención CITES muestran cómo, dependiendo de qué tipo de seres vivos o de para qué se quieran, las potencias mundiales exportadoras e importadoras van cambiando. Las especies más codiciadas también varían enormemente.

Por ejemplo, a la hora de comerciar con mamíferos vivos, el flujo va desde China, Camboya, Vietnam o Indonesia hacia EE UU pero también hacia la misma China, Japón o Francia. De las diez especies más comercializadas en este apartado, gana por mucho el macaco cangrejero ( Macaca fascicularis). ¿Su utilidad? Suele aplicarse a la investigación biomédica o farmacéutica. En ese top 10 hay cinco variedades de mono.

Pero, si el interés vira hacia trofeos de caza, el ránking de compradores lo encabeza EE UU y China de nuevo. Sin embargo, en tercer lugar mundial aparece España, seguida de Dinamarca, Alemania, Francia, Austria…. Los trofeos llegan desde Sudáfrica, Namibia, Zambia, Rusia, Zimbabwe… CITES marca como animal más comerciado como trofeo al oso negro para luego pasar al panteón africano con el elefante, el leopardo, el león, cebras e hipopótamos.

Las categorías de compraventa se extienden al marfil, las pieles, calaveras, cuerpos, cuernos, colmillos…

En el caso del comercio de aves, el 99% de las transacciones es con individuos vivos. El mayor exportador, según los recuentos CITES, es Uruguay con más de 400.000 pájaros vendidos entre 2009 y 2013. Le sigue de cerca Sudáfrica. Luego se encuentra Cuba, Países Bajos, Bélgica, Chequia o Filipinas. El panel comercial muta respecto a los mamíferos. La mercancía viaja, sobre todo, a México, los Emiratos Árabes Unidos, Singapur, Malasia, Japón, Israel o Qatar.

El ave con la que más se comercia es la cotorra argentina. Una especie que, al menos en España, ha colonizado sobre todo parques urbanos a base de ejemplares escapados o soltados por dueños de mascotas. La segunda variedad en el listado de aves objeto de comercio es el loro gris. Justamente, para la inminente revisión de estatus, la Unión Europea ha solicitado que este loro pase al grupo de especies con mayores restricciones por su «marcado declive».

Otros animales que aguardan a que se regule su comercio en Sudáfrica son el tiburón sedoso, el tiburón zorro, el nautilus o las mantas rayas. Sus poblaciones sufren la presión del tráfico comercial, a pesar de ser legal.

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Pachamama: La importancia de volver a la tierra

Por Ecportal

Para acercarnos a la Diosa de la Tierra, la gran dadora de abundancia y fertilidad, debemos empezar por cuidar nuestro lugar y buscar la forma que mejor se adapte a nosotros para rendirle ofrendas.

Cuán lejos estamos en las urbes posmodernas de sentir el valor que tiene la Madre Tierra en nuestras vidas? Somos hijos de la Pachamama o Madre Tierra y debemos adorarla como se merece. Sin embargo, como seres pensantes nos hemos alejado bastante de ella. Por un lado dejamos que las ansias de poder nos envuelvan en un avance humano en el que el valor reside en la intangibilidad de lo financiero, el consumo del materialismo adormecedor, el llenar nuestras vidas con sucesos efímeros que nada dejan y nada aportan a nuestro ser.

Una de las tantas tareas en esta vida es ver quiénes somos, descubrir cuáles son nuestras raíces, y a quién debemos rendirle honores y ofrendas. Sin embargo, para ello, tampoco debemos olvidar que somos seres portadores de divinidad y somos los intermediarios entre el cielo y la tierra y que nuestra humanidad reside, en parte, en reconocernos de esa manera. Obrar consecuentemente es entonces la forma de ser verdaderos hijos de la Pachamama, porque a través de nuestros actos divinos con el entorno lograremos la armonía en nuestras acciones humanas.

Adorar a la Pachamama

El término Pachamamase encuentra formado por los vocablos “Pacha”, que en quechua significa universo, mundo, tiempo, lugar, y “Mama”, traducido como madre, tierra, la fertilidad, lo femenino.

La Pachamama es por ello nuestra vida y si le damos la espalda, como está sucediendo en la actualidad con el ritmo de consumo y, por ende, alta producción contaminante, nos estamos dañando a nosotros mismos.

No es tarea fácil rendirle honores a la Pachamama, porque es un camino que tiene muchas bifurcaciones, diríamos casi como personas hay en este mundo, y éste puede ir desde ser un fanático activista ecológico, ser un gran defensor de costumbres indígenas, o simplemente tener nuestra propia huerta orgánica en casa.

Cómo acercarnos a la Tierra

Con el ritmo acelerado de la vida moderna, que incluyen las tareas cotidianas, las largas horas de trabajo, la nueva era informática, etc. a veces preferimos hacer oídos sordos y ocupar nuestro tiempo en cosas o cuestiones superfluas, egoístas, ociosas, materialistas, antes que invertirlo en crear un espacio propio que nos conecte a la Tierra, a nuestros orígenes, a la vida.

Por ello, a continuación proponemos algunas actividades que nos pueden ayudar a volver a la tierra:

Crear huertas orgánicas: además de comer de forma más saludable, los cultivos en casa es una forma de tocar la tierra, sentir el valor de sus nutrientes, acompañar el proceso de crecimiento de las plantas, respetar y conocer los ciclos naturales y el ritmo de las estaciones del año.

Salidas al aire libre: viajar y/o aprovechar las salidas en momentos de ocio para contemplar la naturaleza, los paisajes, sentir el calor del sol, mirar el cielo, etc.

Armar nuestro propio jardín: buscar un espacio en nuestro hogar en el que tengamos plantas, flores, arbustos.

Tener mascotas: los animales domésticos, además de ser excelentes compañías, nos ponen en contacto con la naturaleza.

Colaborar con asociaciones de ayuda a comunidades aborígenes y/o en fundaciones ecologistas: puede ser a través de actividades directas o apadrinándolas con donaciones u otros aportes.

Estudiar los orígenes o antepasados de nuestro lugar de nacimiento: esta es una forma de volver a las raíces.

Respetar nuestro entorno a nivel ecológico: producir menos basura, cuidar el agua, evitar la compra de cosas innecesarias, no producir chatarra electrónica, etc.

Celebraciones regionales

Los pueblos originarios cuentan con una infinidad de fiestas durante todo el año relacionadas al ciclo agrícola de las estaciones. Es el cultivo de la tierra lo que establece los ritmos indígenas, pues ahí se germina la vida, la naturaleza, el alimento y, a través de todo esto, se alcanza la abundancia.

Los nativos latinoamericanos nunca olvidan agradecerle sus frutos a la Pachamama, y se dedican a rendirle honores durante el mes de agosto. Así, el calendario agrícola marca la pauta de la vida de los pueblos originarios. Después de la cosecha, la tierra descansa y despierta en agosto con “hambre”. La creencia es que para que no se coma las semillas de la siembra, que empieza el 21 de agosto, hay que alimentarla simbólicamente. Durante todo el mes, los pueblos andinos le hacen ofrendas, que significa devolver de forma ritual lo que la tierra ha dado durante todo el año, es decir, se le dan alimentos, agua, coca, chicha, vino, etc. A su vez, es una oportunidad para pedir por prosperidad y por salud para el resto del año.

Celebrar a la Pachamama es esencial en la concepción ancestral de los pueblos indígenas. Esta costumbre se asienta en que ellos asumen que son parte de un ser mayor, la Tierra, y esta celebración es un modo de asumirlo.

El ritual del 1° de agosto

El ritual a la Pachamama es, probablemente, la más popular de las creencias mitológicas del ámbito incaico que aun sobreviven con fuerza en algunas regiones del Noroeste Argentino (NOA) y muy especialmente en Jujuy. La difusión del mito usa como vehículo las lenguas quichua y aimara.

Cuando llegaron los españoles, la Pachamama ya era una leyenda en el folklore incaico, lo cual indica que su origen hay que buscarlo en las comunidades agrícolas del occidente sudamericano.

El primero de agosto es el día de la Pachamama. Ese día se entierra en un lugar cerca de la casa una olla de barro con comida cocida. También se pone coca, yicta, alcohol, vino, cigarros y chicha para “alimentar” a la Pachamama. Cada vez que se va a sembrar, cosechar, marcar la hacienda o correr el ganado, se hace un hoyo en la tierra y se depositan allí las variadas ofrendas, esto es lo que se llama corpachar o dar de comer a la tierra.

Ese mismo día hay que ponerse unos cordones de hilo blanco y negro, confeccionados con lana de llama hilando hacia la izquierda. Estos cordones se atan en los tobillos, las muñecas y el cuello, para evitar el castigo de la Pachamama.

Hoy se da este nombre a la tierra en un concepto deificado. Es la Madre Tierra, como la representación del Dios del bien, ella que nos demuestra generosidad en todo sentido, haciendo mudar los frutos u ofreciéndonos los minerales y riquezas guardadas en su seno.

A esta deidad periódicamente se le rinde pleitesía mediante el acto ritual denominado Challa, en afán de reparar con este rito la acción humana de hollar en su seno, al mismo tiempo se agradece los bienes que nos ofrece para nuestro sustento o las riquezas que guardaba en su seno, pidiendo que no deje de favorecernos.

La Pachamama es por lo tanto la diosa femenina de la tierra y la fertilidad; una divinidad agrícola benigna concebida como la madre que nutre, protege y sustenta a los seres humanos. La Pachamama vendría a ser la diosa de la agricultura comunal, fundamento de toda civilización y el Estado Andino.

¿Qué son las apachetas?

En las sendas de los cerros se encuentran cada tanto amontonamientos de piedras llamados apachetas. Poseen un doble significado; por un lado, actuar de guía y señalización para los viajeros, y por otro, ser un altar en el cual se dejan ofrendas de diversas características para la Madre Tierra: hojas de coca, vino, chicha, comida, cigarrillos, yerba, etc. La fe depositada en estas apachetas a través de las ofrendas reside en que es la Pachamama quien ayudará a los peregrinos a llegar a destino sin inconvenientes.

¿Qué se le ofrece a la Madre Tierra?

Cigarrillo: Se fuma durante la quema para ahuyentar las malas vibras.

Lana: Según los colores atrae la buena suerte.

Vino: Se brinda para calmar la sed de la Madre Tierra.

Hoja de Coca: Esta hierba es elegida porque calma el cansancio de los hombres en sus trabajos más duros. Además, calma el hambre y quita la sed.

Maíz: Se busca para tener mayor seguridad.

Miel: Este ingrediente permite endulzar los pedidos.

Plata y oro: Para que la canasta familiar se mantenga llena.

Tierra de hormiga: Para que no falte el trabajo.

Mirra: Se utiliza para alejar la envidia de las personas cercanas.

Pétalos de rosa: Para que florezca la abundancia y el dinero.

Cerveza y vino: Son considerados el elemento de la salud. También son consideradas las bebidas de la alegría y de la diversión.

Chicha: Es otro manjar para la tierra. Se elabora con muchos días de anticipación, ya que necesita un tiempo de estacionamiento, para estar a punto en el color, el gusto y el aroma.

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Bután, Cero fertilizantes. Será el primer país del mundo en permitir sólo la agricultura ecológica

www.ecoportal.net/03-08-2016/

Bután, un país con unos 750.000 habitantes, se convertirá antes del 2020 en el primero del mundo en el que todos sus alimentos se cultivarán con prácticas de agricultura ecológica.

esa fecha estará prohibida la venta de pesticidas y herbicidas químicos.

Los agricultores butaneses utilizarán para sus cultivos únicamente abonos orgánicos naturales, obtenidos de su ganadería, y ningún producto químico artificial.

Actualmente gran parte de su agricultura es orgánica, al no utilizar apenas pesticidas y herbicidas artificiales por su alto precio.

Bután tiene la intención de exportar sus alimentos naturales a los grandes mercados chino e indio, sus vecinos geográficos.

El ministro de agricultura Pema Gyamtsho, que es también un agricultor como otros ministros en este país, ha anunciado este plan en la Cumbre de Desarrollo Sostenible, celebrada en Nueva Delhi (India) a principios de este mes.

El ministro recalcó los efectos nocivos del uso de fertilizantes químicos en la calidad de frutas y verduras por su menor valor nutricional y la contaminación de las aguas subterráneas.

Los butaneses tradicionalmente practican labores agrícolas, que sin el uso de productos artificiales, mantienen producciones de alimentos suficientemente altas y mantienen la calidad agrícola de los suelos.

La intención del gobierno para mantener la producción de alimentos sin químicos es aumentar las tierras de regadío y usar variedades locales que son resistentes a las plagas.

Los agricultores de Bután se enfrentan en los últimos años a serios problemas como la sequía o la escasez de mano de obra que emigra a las ciudades.

¿Crees que algo así sería posible en algún otro país del mundo?. Ecoportal.net

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FAO: Agricultura comercial generó casi el 70 % de la deforestación en América Latina

Agosto del 2016/Artículo/ecoportal.net

América Latina, la agricultura comercial es la principal causante de la deforestación, según el nuevo informe de la FAO, El estado de los bosques del mundo2016 (SOFO, por sus siglas en inglés).

El SOFO señala que la agricultura comercial generó casi el 70 % de la deforestación en América Latina entre el periodo 2000-2010, pero solo un tercio en África, donde la agricultura a pequeña escala constituye un factor más significativo de la deforestación.

En la Amazonia en particular, la producción de agronegocios para los mercados internacionales fue el principal factor de deforestación posterior a 1990, producto de prácticas como el pastoreo extensivo, el cultivo de soja y las plantaciones depalma aceitera.

“La agricultura comercial de la región no puede continuar creciendo a expensas de los bosques y recursos naturales de la región” explicó Jorge Meza, Oficial Forestal Principal de la FAO.

Meza -quien dirige la iniciativa regional de la FAO de uso sostenible de los recursos naturales- destacó que políticas como la vinculación de incentivos agrícolas asociados a criterios ambientales, la adopción de prácticas silvopastoriles, el pago por servicios ambientales y la recuperación de las pasturas degradadas pueden evitar la ampliación de la frontera agrícola a costa de los bosques.

«La seguridad alimentaria puede lograrse mediante la intensificación agrícola y medidas como la protección social, en lugar de a través de la expansión de las áreas agrícolas a expensas de los bosques«, explico Meza.

Aunque la deforestación sigue siendo alta en la región, a 2015 su tasa se ha reducido en casi 50% comparada a 1990. Esta reducción también ha sido significativa en el Amazonas, producto de las políticas de desarrollo sostenible impulsadas por los países que comparten la cuenca amazónica.

Según el SOFO, desde 1990 más de 20 países a nivel global mejoraron su seguridad alimentaria y mantuvieron o aumentaron su cobertura forestal, demostrando que no es necesario cortar bosques para producir más alimentos.

Ampliación de pasturas: principal causa de la deforestación

Un estudio citado por el SOFO sobre las causas de la deforestación en siete países de América del Sur (De Sy et al., 2015) evidenció la relación entre la deforestación y la expansión del pastoreo extensivo.

Según el estudio, en el período 1990-2005, el 71 % de la deforestación en Argentina, Colombia, Bolivia, Brasil, Paraguay, Perú y Venezuela se debió al aumento de la demanda de pastos; el 14 %, a los cultivos comerciales; y menos del 2 % a la infraestructura y a la expansión urbana.

La expansión de los pastos causó la pérdida de al menos un tercio de los bosques en seis de los países analizados. La excepción fue Perú, donde el aumento de las tierras de cultivo en pequeña escala fue el factor dominante de la deforestación, causando el 41 %.

En Argentina, la expansión de los pastos fue responsable del 45 % de la deforestación, mientras que la expansión de las tierras de cultivo comerciales respondió por más del 43 %. En Brasil, más del 80 % de la deforestación se asoció a la conversión de tierras en terrenos de pastoreo.

Vincular las subvenciones agrícolas a las normas ambientales

En varios países del mundo, las subvenciones agrícolas a gran escala han fomentado la deforestación ya que aumentan la rentabilidad de la producción agropecuaria y generan presión por ampliar la frontera agrícola. Ejemplos de ello en la región son el pastoreo extensivo y la producción de soja a escala industrial.

Una opción de política para evitar esto es vincular los incentivos y mecanismos de fomento público que recibe la agricultura comercial al cumplimiento de normas ambientales.

El SOFO destaca que sólo una reforma de este tipo en Brasil, que vinculó las subvenciones al crédito rural con criterios ambientales, evitó la pérdida de 270 mil hectáreas de bosques que habrían sido deforestadas para incrementar la producción de carne de vacuno.

La iniciativa “Bolsa Verde” de Brasil es otro ejemplo: un programa de transferencia condicionada de efectivo que entrega recursos a miles de familias pobres a cambio de que mantengan la cubierta vegetal y gestionen de forma sostenible sus recursos naturales.

Costa Rica: el valor de los servicios ambientales

Según el SOFO, luego de que la deforestación alcanzara su valor máximo en Costa Rica en la década de 1980, hoy los bosques cubren el 54 % de su superficie, gracias a cambios estructurales realizados en la economía y la prioridad otorgada a la conservación y la gestión sostenible de los bosques.

Los incentivos forestales destinados al desarrollo de plantaciones se sustituyeron a mediados de la década de 1990 por el Programa de Pago por Servicios Ambientales, PSA. Este programa se ha utilizado para reforzar el sistema de áreas protegidas y crear corredores biológicos que abarcan 437 mil hectáreas.

El programa ofreció incentivos a los agricultores para que plantaran 5,4 millones de árboles, además de apoyar la conservación de los bosques en territorios indígenas.

En total, entre 1996 y 2015, las inversiones en proyectos PSA relacionados con los bosques en Costa Rica alcanzaron los 318 millones de dólares USD ; el 64 % de estos fondos procedió de los impuestos a los combustibles fósiles y el 22 %, de créditos del Banco Mundial.

“Este tipo de iniciativas han sido desarrolladas también por otros países de la región, como el Programa Sociobosque de Ecuador y las políticas de fomento forestal de Guatemala” dijo Meza.

El rol de los privados y las plantaciones

Una forma de reducir la presión sobre los bosques nativos es el desarrollo de plantaciones forestales.

En Uruguay, por ejemplo, la superficie de plantación forestal aumentó alrededor de 40 mil hectáreas al año en el período 2008-2011, una inversión anual estimada de 48 millones de dólares.

En Chile, desde 1990, se ha establecido más de 1 millón de hectáreas de plantaciones. A partir de 2025, se prevé que las plantaciones produzcan de forma sostenible unos 50 millones de metros cúbicos de madera al año.

Según el SOFO, las plantaciones en Chile han reducido la presión sobre los bosques naturales, en los cuales la explotación forestal industrial se redujo del 16,1 % de la explotación forestal total en 1990 al 0,8 % en 2013.

Desde 1990 se ha producido un aumento del 8 % de la superficie de bosques primarios y otros bosques regenerados de forma natural en Chile. Sin embargo, el SOFO advierte que en algunos casos las plantaciones han reemplazado a los bosques naturales.

Fuente: http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Biodiversidad/FAO-Agricultura-comercial-genero-casi-el-70-de-la-deforestacion-en-America-Latina

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Las ciudades más verdes se vuelven más injustas

Ecoportal

La construcción de parques y zonas verdes en las ciudades tiende a atraer a las clases sociales más altas y excluye a los colectivos más vulnerables. Así lo revela un proyecto de la Universidad Autónoma de Barcelona financiado por la Unión Europea que analiza el proceso de «gentrificación verde». Ciudadanos con rentas altas y extranjeros de países ricos se han instalado en las últimas décadas alrededor de varios parques en Sant Martí, en Barcelona, según un estudio piloto.

Las ciudades que crean o restauran bienes o infraestructuras verdes contribuyen a medio y largo plazo a la exclusión de colectivos sociales más vulnerables. Así se desprende de un estudio realizado por un equipo de investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB) liderado por Isabelle Anguelovski.

La socióloga y geógrafa ha analizado cómo el perfil socioeconómico de los vecinos varía significativamente cuando su zona de residencia experimenta un proceso de “reverdecimiento” con la creación de parques, áreas verdes, o corredores ecológicos.

El estudio pone de manifiesto que los procesos por los cuales las ciudades potencian la construcción y recuperación de espacios naturales no benefician a todos los ciudadanos por igual. Se trata del proceso denominado como “gentrificación verde” por el que la población original de un barrio de clase media-baja o baja es desplazada por nuevos habitantes con mayor poder adquisitivo que llegan a la zona atraídos por la proximidad de nuevos parques y zonas verdes y por la oferta concurrente de viviendas mas atractivas.

Como consecuencia, el precio del alquiler y de venta de las viviendas experimenta un incremento considerable, de manera que los colectivos más vulnerables no pueden hacer frente a los precios y tienen que acabar marchándose a vivir a otras zonas, menos atractivas y con una calidad de vida más baja.

“Nuestra hipótesis es que las ciudades más verdes se vuelven más desigualitarias e injustas”, explica Anguelovski, coordinadora de un proyecto científico que pretende profundizar sobre este tema y evaluar el impacto social que provoca la introducción de la naturaleza en los barrios.

“Hay que mejorar la calidad ambiental de los barrios, verdificarlos, pero no a cualquier precio”, comenta la experta quien incide en la necesidad de que este tipo de procesos se acompañe de políticas que controlen la especulación inmobiliaria en la zona, promuevan las promociones de vivienda social, limiten las licencias de alquiler de corto plazo o fomenten la creación de redes de apoyo entre los vecinos y entre comercios locales.

Para la realización de su proyecto Greenlulus (Green Locally Unwanted Land Uses, en inglés), Anguelovski ha recibido una subvención de 1,5 millones de euros de la Unión Europea (Starting Grant del European Research Council). Durante los próximos cinco años, un amplio equipo coordinado por Anguelovski comparará la situación de 20 ciudades de Europa y otras 20 de Estados Unidos, con el objetivo de elaborar un ranking de las urbes ambientalmente más justas así como su impacto social y en la salud de los residentes.

Estudio piloto en Barcelona

Este proyecto cuenta ya con un estudio piloto realizado en la ciudad de Barcelona que evidencia la “gentrificación verde”. El estudio Evaluando los impactos de la gentrificación ambiental en los barrios históricamente vulnerables de Barcelona analizó cómo ha variado el perfil socioeconómico de las personas residentes junto a 18 parques y jardines creados en Barcelona entre 1992 y principios de la década del 2000, en Sant Andreu, Sant Martí, Nou Barris, Ciutat Vella y Horta-Guinardó.

Los resultados muestran cómo en algunos barrios, la mejora ambiental del entorno ha provocado una revalorización de las viviendas que ha terminado por expulsar a las clases más vulnerables para dejar paso a ciudadanos con rentas más altas.

El estudio utiliza seis indicadores: inquilinos con título universitario; inmigrantes no comunitarios, inmigrantes procedentes de países del Norte; residentes mayores de 65 años solos; incremento de la renta de los habitantes y el valor de la vivienda. Los investigadores consideran que se produce “gentrificación verde” cuando se detectan tres de estos parámetros de forma simultánea. Así sucede en los parques de Poblenou y Nova Icària, ambos en Sant Martí, y en los jardines Príncep de Girona, en Horta.

Este fenómeno se nota de manera extraordinaria en la zona próxima al parque de Poblenou, donde los vecinos con un mínimo de una licenciatura que viven a menos de 100 metros de la zona verde han aumentado en un 689% frente al 139% de la media de Sant Martí. El incremento también fue significativo en los parques de las Cascades, Port Olímpic, Nova Icària y Carles I.

Los ingresos de las familias que residen en zonas cercanas a los parques crecieron considerablemente (20,5% en Poblenou) y la presencia de extranjeros de países del norte se disparó en algunos casos hasta el 3.791% en los alrededores del parque de Poblenou, frente al 228% de todo el conjunto de Sant Martí, mientras que la cifra de extranjeros procedentes de países del sur descendió.

Por el contrario, en otras barriadas más estigmatizadas de Nou Barris o de Sant Andreu donde no se ha producido “verdificación” se ha incrementado el porcentaje de familias de colectivos más vulnerables, con la hipótesis de que proceden de los barrios que se han aburguesado como consecuencia de las mejoras ambientales.

Si bien estas zonas se benefician de nuevos espacios verdes, algunas son también zonas donde sigue faltando dinamizar el tejido comercial local, mejorar la calidad de las escuelas, y crear nuevos motores de actividad económica para los vecinos más vulnerables.

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Qué pasa cuando perdemos biodiversidad

Por: Eco Portal

Un último informe publicado en la prestigiosa revista Science alerta de la pérdida de biodiversidad alarmante que está sufriendo el planeta a pasos de gigante.  El estudio (El primero en estimar la pérdida de la biodiversidad de las comunidades ecológicas a escala global), realizado por investigadores del Museo de Historia Natural de Londres  (UCL) y  el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA-WCMC), ha analizado datos de cientos de científicos de todo el mundo; alrededor de  2,38 millones de registros sobre las  39.123 especies y en 18.659 lugares, con unas conclusiones alarmantes que pueden afectar e influir en el equilibrio de  la sostenibilidad de las sociedades humanas y en el funcionamiento del ecosistema.

Para que tengamos una idea general. El límite de seguridad establecido está fijado en la pérdida de aproximadamente un 10% de especies con respecto a las cifras previas al uso humano de la tierra. En ese caso se mantendría alrededor de un 90% de las especies propias de una determinada zona. El mapa elaborado por los investigadores para ilustrar la pérdida revela que la biodiversidad se sitúa entre el 85% y el 88%, de lo que se extrae que ha caído al menos entre un  12% – 15%.

La biodiversidad se está perdiendo en todo el mundo, pero algunas áreas están particularmente más afectadas. El siguiente  mapa muestra las poblaciones de especies autóctonas como porcentaje de sus poblaciones originales. Las zonas azules son los límites de seguridad propuestos, y las áreas rojas son más allá, las más afectadas en perdida de especies:

Imagen vía Museo de Historia Natural de Londres (UCL)

Según datos referidos por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza que están disponibles en los informes de los Indicadores de Desarrollo Mundial existen casi tantas especies de plantas amenazadas como la cantidad combinada de peces, mamíferos y aves que están en peligro.

Si a este estudio,  añadimos el informe formalizado por la Comisión Europea en el que se constata que el  80% de los bosques originales que cubrían la Tierra hace 8.000 años han sido talados, fragmentados  o dañados, por la mano del hombre. Estamos ante un momento delicado de la vida del planeta cuya respuesta ante tal tesitura debe de ser global como en el caso del cambio climático (Recordemos el COP21) dejando de lado las posibles discrepancias existentes entre países. Esto es una cuestión que afecta a todos y a todos los niveles.

Los científicos del estudio aseguran que… “En muchas partes del mundo, la situación está llegando a un punto en que probablemente será necesaria la intervención humana para mantener la función de los ecosistemas”

Aunque a veces es difícil entender que somos parte de una cadena en equilibrio que no se puede romper, en un ecosistema que todo encaja a la perfección y que la “rotura” de ese equilibrio nos afecta de forma contundente queremos intentar explicar el por qué es necesario mantener la biodiversidad y sus ecosistemas en perfecta armonía.

Cuando se producen desastres o “perdida” de un ecosistema – en la mayoría de veces – por la actividad humana, tiene una  repercusión en la productividad de plantas, fecundidad del suelo, calidad del agua, química atmosférica, y muchas otras condiciones ambientales globales, que por último afectan al  bienestar de las sociedades humanas y la reducción de la pobreza. Estos procesos ecosistémicos son controlados, tanto por la biodiversidad, como por la identidad de las especies de plantas, animales y microbios en una comunidad. Las modificaciones por acciones humanas en una región pueden trastocar las funciones ecológicas que sostienen la vida, tanto a nivel local como abarcando amplias zonas,  atendiendo a su importancia.

Aunque todos los factores son difíciles de explicar, creemos que en la siguiente imagen se puede clarificar los efectos de forma clara.

Imagen vía UNESCO (La Evaluación de los Ecosistemas del Milenio)

Debemos de recordar que es vital para la salud y el sustento alimenticio de las personas. Los organismos vivos, animales, plantas y microorganismos interactúan para formar redes complejas e interconectadas de ecosistemas naturales y hábitats que, a su vez, aportan “servicios ecosistémicos” de los que depende toda la vida.

Aunque la tecnología puede sustituir algunos “servicios ecosistémicos” y amortiguar su degradación, muchos no se pueden reemplazar. Así que ya no es una cuestión de sí deberíamos proteger la biosfera, es ya una necesidad.

Fuente: http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Biodiversidad/Que-pasa-cuando-perdemos-biodiversidad

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