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‘Lo más preocupante hoy es la muerte del pensamiento crítico’

Por: Dani Gigena. 

Franco Berardi plantea unas ‘condiciones para producción de futuro’. Ve posible salvar el humanismo.

Además de activista, escritor y filósofo, el italiano Franco ‘Bifo’ Berardi es uno de los pensadores más comprometidos en examinar los modos como la revolución informática acelera las transformaciones de la vida social bajo el capitalismo actual, un reino de signos y bienes inmateriales (‘semiocapitalismo’) gobernado por fuerzas disolventes y mortíferas (‘necrocapitalismo’).

Si bien es pesimista respecto del presente, Berardi confía en que la interconexión solidaria de trabajadores del conocimiento en una escala global, como sucedió hace más de un siglo con el proletariado industrial, podría dar lugar a un nuevo sujeto de la historia. Esa es una de las hipótesis que plantea en ‘Futurabilidad. La era de la impotencia y el horizonte de la posibilidad’ (Caja Negra).

Para Berardi, en el presente se desarrolla la era de la impotencia, caracterizada según su óptica por el retorno del fascismo, la apoteosis de las políticas neoliberales, el imperio de las leyes financieras y la “guerra civil global fragmentaria”, expresión con la que alude a la proliferación de conflictos bélicos de diversa intensidad, como el terrorismo islámico, el supremacismo blanco y las matanzas ‘espontáneas’ que ocurren en varias ciudades de Occidente.

“La actual depresión (tanto psicológica como económica) silencia la conciencia de que ninguna proyección determinista del futuro es cierta –escribe en ‘Futurabilidad’–. Nos sentimos atrapados en una maraña de automatismos tecnolingüísticos: las finanzas, la competencia global, la escalada militarista…”. Sin embargo, el filósofo advierte que en la realidad aún hay “condiciones de producción de futuro”.

Berardi, gestor de varios proyectos colectivos desde el Mayo francés en adelante, apuesta ahora por una plataforma tecnológica cooperativa que agrupe a ingenieros, artistas, ‘hackers’, científicos, activistas e intelectuales. “Los pocos individuos lo suficientemente fuertes como para explotar y saquear lo que estaba a su disposición emergieron como los ganadores del juego de la Modernidad tardía. El problema es que prácticamente han destruido el mundo. Han empobrecido la clase trabajadora, han devastado el medio ambiente y han empujado a la mayor parte de las nuevas generaciones hacia el infierno de la precariedad, la soledad y la depresión epidémica”, escribe.

Y agrega: “La única esperanza a la que podemos aferrarnos en esta época oscurantista es la de crear solidaridad entre los cuerpos de los trabajadores cognitivos del mundo y construir una plataforma de colaboración tecnopoética entre ellos que nos permita liberar el conocimiento del dogma religioso y también del dogma económico”. A esa nueva clase revolucionaria le da el nombre de “cognitariado”.

A Berardi, que lee cinco o seis diarios por jornada, le preocupa menos la difusión de noticias falsas que la pérdida de decisiones políticas y la ausencia de pensamiento crítico. “La irracionalidad de la mente social no es un efecto de malas intenciones, que seguramente existen, sino de la muerte del pensamiento crítico”, señala.

A distancia, y en una pausa entre sus lecturas y la reescritura de ‘Fenomenología del fin’, que Caja Negra volverá a publicar en una edición ampliada, respondió algunas preguntas por correo electrónico.

¿Podría explicar el concepto de ‘futurabilidad’ y su relación con las expectativas sociales acerca del porvenir?

La palabra ‘futurabilidad’ es un neologismo que se refiere a una posibilidad inscrita en el tiempo presente, una futuridad posible, pero no necesaria ni probable. Mi nuevo libro está dedicado a afirmar que la posibilidad de salvar la herencia progresista y humanista de la modernidad realmente existe en el presente, no es borrada por el proceso neorreaccionario que se está desencadenando como consecuencia de treinta años de violencia neoliberal y financiera. Esta posibilidad, que consiste en la inteligencia colectiva, con un uso igualitario y social de la tecnología, sigue existiendo, pero necesita una potencia cultural, psíquica y política que parece faltar en el tiempo presente. Una posibilidad se actualiza solo cuando hay una potencia capaz de actualizarla. En este momento histórico esa potencia falta, pero la posibilidad no desaparece. La posibilidad de la que hablo es la de una (posible) desimbricación del conocimiento y de la tecnología de la forma capitalista que conocemos.

¿Por qué afirma que vivimos en ‘la era de la impotencia’?

Lo digo por dos razones. La primera: el capitalismo financiero, en su matrimonio con la tecnología digital, ha producido una máquina automática de imposición. Mucho más que una dictadura política, el capitalismo financiero se manifiesta como inscripción de automatismos tecnolingüísticos en el conjunto de la comunicación. Lo que ha pasado en Grecia en 2015 es la prueba de eso: el 62 % de los griegos votaron contra el memorándum financiero, pero Alexis Tsipras fue obligado a aceptarlo por la fuerza automática de la imposición. Cada día experimentamos nuestra impotencia al afirmar el interés social contra el interés del capital financiero. Y cada día experimentamos la impotencia de la democracia frente a las imposiciones tecnofinancieras. De manera similar, no podemos parar la catástrofe ambiental porque todo el sistema de la vida económica se funda sobre automatismos técnicos que destrozan sistemáticamente los recursos naturales. Hemos trasladado la potencia del cerebro humano a la máquina, pero la máquina ha sido programada según un criterio antihumano: el criterio de la economía financiera. Hay un segundo nivel de la impotencia que me parece significativo a nivel global, pero sobre todo en el mundo blanco. Es el efecto del envejecimiento del género humano, de la prolongación de la edad media contemporánea y el desplome de las tasas de nacimiento. La impotencia senil masculina acompaña la pérdida de potencia política y produce una mezcla psicocultural que, por sí sola, puede explicar la ola de demencia nacionalista, supremacista, racista, y, al final, nihilista, que ha tomado el poder desde las Filipinas hasta la India, de Turquía a Polonia, a Italia, a Brasil, a Gran Bretaña, a Estados Unidos.

Ante ese panorama, ¿sigue siendo deseable un pensamiento humanista? ¿En qué términos debería expresarse?

No soy capaz de dar una sola respuesta a esta pregunta fundamental. Por un lado respondo que el humanismo está muerto, porque el futuro pertenece al automatismo cognitivo global y al caos inhumano del etnonacionalismo. Pero, por otro lado, pienso que solo desde el punto de vista del pensamiento humanista podemos entender por completo el proceso poshumano y antihumano que el capitalismo ha engendrado, y que solo desde ese punto de vista se puede fundar una ética autónoma, una ética que nos permita salvar el patrimonio del humanismo socialista. Solo el pensamiento humanista podría permitir la actualización de la posibilidad humana que sigue existiendo a pesar de la agresión inhumana.

¿Cómo se preserva lo táctil y lo sensorial en la era digital? ¿Cuál es su mirada sobre los usos de internet?

Cuando imaginábamos la red en los años 80 y 90, nos parecía una tecnología de liberación. Solo al final de los años 90, los efectos psicóticos vinculados a la mutación digital empezaron a emerger. Al final, internet ha predispuesto las condiciones técnicas para la construcción del automatismo cognitivo global, para la transformación de la mente social en un enjambre automático. La facultad conjuntiva, que se manifiesta en lo táctil, en el erotismo, en la sensibilidad, no desaparece, pero sufre de una contracción, de una aceleración patógena. Lo conjuntivo, subordinado a lo conectivo, se manifiesta esencialmente como sufrimiento psíquico.

Solo desde el punto de vista del pensamiento humanista podemos entender por completo el proceso poshumano y antihumano que el capitalismo ha engendrado

¿Qué piensa de los resultados de los partidos de izquierda en Europa y a qué se debe que ya no interpelen a los trabajadores? ¿Y qué piensa de la izquierda en general?

La izquierda está muerta, y lo merece. Los partidos de izquierda, en Europa, como el Partido Laborista de Tony Blair, el Partido Democrático Italiano, el Partido Socialista Francés de François Hollande y la socialdemocracia de Gerhard Schroeder han actuado como punta de lanza de la agresión neoliberal. La decisión de los trabajadores europeos de votar partidos fascistas, nacionalistas y racistas se puede entender solo como una venganza contra la izquierda culturalmente subalterna y políticamente traidora. ¿Habrá una nueva izquierda en el futuro? No creo que el problema se plantee aún en términos de izquierda y de derecha, porque no creo que la democracia política sea un territorio eficaz. El futuro no se decide en la esfera de la voluntad política. Se decide en la esfera psíquica, lingüística y tecnológica. El único espacio en el cual se podrá determinar una transformación es el espacio de la creación y de la invención. No es la voluntad política, sino la inteligencia social, la que podrá actualizar esa posibilidad si es capaz de desarrollar la potencia necesaria, lo que no es tan seguro.

¿Cuál es el sentido de practicar la filosofía en el siglo XXI? ¿Para qué sirve esa disciplina?

Qué es la filosofía lo han dicho muy bien Gilles Deleuze y Félix Guattari en su último libro: es la creación de conceptos que permiten capturar mentalmente el mundo, transformar el caos en algo comprensible y fundar la conciencia ética. Filosofía es la creación de puentes sobre el abismo del no ser, del sinsentido, el abismo del no existir de la verdad. La filosofía es la amistad del cerebro con el caos.

¿En qué trabaja actualmente?

Estoy escribiendo la nueva versión del libro ‘Fenomenología del fin’, que ha sido traducido al español por Alejandra López y fue publicado por Caja Negra. Es un libro que he terminado de escribir en 2014, pero los últimos cinco años han expandido tanto el campo de la mutación que me veo obligado a reescribirlo completamente. ‘Fenomenología del fin’ era y es un libro interminable; entonces, lo desarrollo sin esperanza de terminarlo en vida. Este trabajo de escritura es mi actividad principal y me consume muchísima energía.

Usted participó en importantes luchas estudiantiles y obreras en la segunda mitad del siglo XX. ¿Cómo es su vida cotidiana hoy?

Vivo en Bolonia casi seis meses cada año, pero en los últimos tiempos he viajado continuamente. Ahora me doy cuenta de que puedo viajar cada vez menos porque estoy un poco cansado. Soy jubilado, no enseño de manera regular, ya no doy clases. ¿Qué leo? Cinco o seis periódicos cada día; es como una forma de toxicomanía, un deseo maníaco de captar señales del devenir del mundo. Pero también leo gran cantidad de novelas. He leído mucho a Jonathan Franzen, Michel Houellebecq, Amos Oz. Y veo muchísimo cine, también. Las películas de Jia Zhang-ke, de Nadine Labaki, de Matteo Garrone me ayudan a entender el presente, tanto como el cine de Aki Kaurismaki, Emir Kusturica y Gus van Sant me ayudó a entender la mutación tardomoderna.

Fuente de la entrevista: https://www.eltiempo.com/cultura/musica-y-libros/entrevista-con-el-filosofo-italiano-franco-berardi-sobre-la-futurabilidad-394028

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«No hacemos más que quitarles a nuestros hijos obstáculos propios de su edad para que no tropiecen»

Por: Marina Lozano.

Ramírez es licenciada en Psicología con un máster en Psicología Clínica y de la Salud y Doctorado en el departamento de personalidad, evaluación y tratamiento psicológico de la Universidad de Granada

Patricia Ramírez puede presumir de una carrera de más de 25 años plagada de éxitos. Está en Málaga promocionando su nuevo libro, Educar con serenidad, que salió a la venta el pasado mes de mayo. En él, apuesta por una educación basada en dinámicas y juegos para mejorar la comunicación entre padres e hijos y cambiar los hábitos educativos del pasado.

¿Por qué deben los padres leer acerca de cómo educar a sus hijos?

Para no repetir modelos de educación que hemos practicado en el siglo XX. Son modelos autoritarios, donde todavía existe el castigo, la comparación con los hermanos, basados en el «aquí mando yo». Eso no fomenta que una persona desarrolle su responsablidad, una sana autoestima, que aprenda a tener argumentos, a ser independiente.

¿Qué aporta este libro a los padres?

Primero aporta una visión de lo que no debemos de hacer o sí y el porqué. Las etiquetas que ponemos a los niños condicionan la visión que tienen de ellos mismos y todos tendemos a comportarnos según esas etiquetas. También aporta muchos ejercicios prácticos para conseguir que a los niños les apetezca obedecer. Fomenta la creatividad en la educación puesto que muchos padres dicen «ya no sé qué hacer», «me tiene desesperada»… Aquí hay muchos juegos y dinámicas para que los niños cambien y obedezcan en lo que tienen que obedecer.

¿Usted las lleva a cabo?

Trato de llevar una vida muy coherente con lo que predico. Tengo cuatro adolescentes de 19, 17, 15 y 14 años y me he divertido educando. Me habré equivocado muchas veces, pero he sido muy paciente, respetuosa con los tiempos y su forma de ser, he tratado de escuchar y empatizar, aunque también he puesto límites. He disfrutado mucho y lo sigo haciendo.

¿Cómo llegó usted a plantearse esas dinámicas?

Con 25 años de consulta en los que pasan muchos padres y muchos hijos. Como a mí lo que me gusta es hacer la psicología fácil y no solo decir a los padres qué tienen que decir, sino cómo, he tratado de ser muy creativa buscando esa metodología para que la gente pueda poner en práctica esta educación positiva.

¿Qué piensa de los padres que exponen a sus hijos en las redes sociales?

Piensa que cualquier foto que cuelgues de tus hijos, en un futuro te la pueden echar en cara. Igual deberíamos ser más prudentes hasta que nuestros hijos tuvieran el poder de decisión para saber si quieren subir esas fotos o no. Yo creo que el criterio que hay que seguir es pensar si a tu hijo le hará gracia en un futuro saber que esta foto está subida.

¿Piensa que hay mucha sobreprotección?

No hacemos más que quitarle a los niños obstáculos propios de la edad para que no tropiecen; obstáculos que ellos mismos deben resolver y que nosotros, muchas veces, lo hacemos por ellos. Puede ser una consecuencia en el colegio o para que no discuta con un amigo. Siempre les quitamos las piedras para que los niños estén bien, pero tienen que aprender que en la vida hay que estar bien y hay que estar mal, y que si estamos mal no pasa nada.

Hoy en día, los padres acostumbran a dar aparatos electrónicos a sus hijos cuando lloran.

Hacemos muchas cosas equivocadas. En primer lugar, callamos las emociones. En el libro hay un capítulo sobre ello. Las emociones están por algo y cuando un niño llora, es por algo. Tenemos que interesarnos por el motivo del llanto y enseñarle a expresar esa emoción de forma correcta. Algo me puede doler y yo como adulto tengo que enseñar a mi hijo a expresarlo de una forma correcta.

Parte de los beneficios de su libro van destinados a una ONG.

Yo colaboro con Cooperación Internacional en Zaragoza, que ayuda a jóvenes en riesgo de exclusión, les dan sesiones de estudio para que tengan un futuro. A cambio, los federan en una liga para que jueguen al fútbol y les piden también que colaboren con otras personas que lo necesitan.

Fuente de la entrevista: https://www.lne.es/sociedad/2019/07/25/quitarles-hijos-obstaculos-propios-edad/2507322.html

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Juan Ramírez: «En EE.UU. el dinero se va a las manos equivocadas»

Estados Unidos / 28 de julio de 2019 / Autor: RT en Español / Fuente: Youtube

Publicado el 25 jul. 2019

«En el país más rico del mundo un maestro debe pedir dinero a los fondos o a los padres», lamenta Juan Ramírez, vicepresidente del sindicato de maestros de Los Ángeles (UTLA). ¿Por qué en los últimos 40 años en EE.UU. ha bajado la inversión en la educación y el dinero se va a las manos equivocadas? ¿Qué enseñan sobre la esclavitud en las escuelas estadounidenses? ¿Cuáles son las expectativas para un inmigrante sobre el nivel de la educación en el país norteamericano? Véalo en Entrevista, de RT.

Fuente de la Entrevista: https://www.youtube.com/watch?v=HCuo75tP-BY&feature=share%C3%A7

ove/mahv

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La Fundación Vipeika gestiona e impulsa colegios en la zona más pobre de África

África / 28 de julio de 2019 / Autor: Prensa / Fuente: Éxito Educativo

Silvia Florez Ramos, cofundadora y presidenta de la Fundación Vipeika, también se dedica a la educación, aunque de una manera diferente a cómo estamos acostumbrados a ver en España. Esta mujer, que profesionalmente siempre ha trabajado en la dirección comercial de grandes empresas en diferentes sectores, “gestiona” varios colegios en una de las zonas más pobres de África, desde la Fundación Vipeika, nacida el 10 de enero del 2011.

¿Cómo nació la Fundación Vipeika?

La Fundación Vipeika nace porque en mayo del 2007 leí en unos resultados médicos que tenía un cáncer de mama. Tenía 44 años y mi madre había muerto con 54 años también de cáncer en solo 5 meses. Durante el trayecto de la clínica a mi casa en el coche pensé que si me tenía que morir en eso momento y hacia un recuento de mi vida, había sido una persona muy afortunada. Siempre había tenido una nevera con alimentos para comer, una casa donde protegerme, había nacido en una buena familia y vivía en un país donde esa enfermedad se podía tratar. La vida había sido muy generosa conmigo, y yo no había sido igual de generosa con ella. Podía haberme implicado más en ayudar a los demás… y nació en mí la necesidad de devolver a la vida un poquito de todo lo que ella me había dado a mí hasta entonces.

¿Qué acciones educativas concretas desarrolláis?

Trabajamos en dos vías educativas, la de niños de 3 a 7 años (cuando empiezan la Primaria) a través de la construcción y gestión de centros infantiles/nutricionales (empezamos el 6º centro en septiembre 2019) en el condado de Turkana (donde solo estudian un 30% de los niños en edad escolar), donde a los niños les damos uniforme, bases de higiene personal, material escolar, nutrición dos veces al día y educación en swahili, inglés, matemáticas, sociales y lectura. A esta última le damos muchísima importancia, porque si un niño sabe leer bien, será capaz y tendrá herramientas para aprender lo que quiera en el futuro. Todo esto financiado por la Fundación Vipeika. La media de niños por centro es de 100. Sabemos que el 71% de los niños y el 64% de las niñas continúan la educación Primaria.

estudiantes de un colegio de Kenia
Estudiantes del Colegio Pilar Galarza en Kenia

Y otra vía es a través de dos colegios de Primaria que tenemos en el condado Pokot, en la frontera con Uganda, donde los niños estudian de los 7 a los 15 años. En estos dos colegios, que están en lo alto de una montaña, estudian una media de 170 niños. La Fundación Vipeika financió la construcción, instalación de agua, instalación de luz solar, mobiliario y material escolar, pero la nutrición y los maestros los financia el Ministerio de Educación de Kenia, no nosotros.

La Fundación Vipeika sí gestiona y financia el mantenimiento y ampliaciones de estos colegios (pintura interior y exterior, nuevas aulas o actualmente dormitorios para las niñas para evitar embarazos). Además, tenemos un programa de becas llamadas “Claudia Vitini”, con el que financiamos los cuatro años de la Secundaria para que los alumnos de nuestros centros con mejores expedientes académicos puedan continuar los estudios.

¿Dónde y cómo funcionan los comedores?

Los comedores son los propios centros infantiles, los niños desayunan a las 8:30 cereales y leche en polvo con agua. A las 12:30 almuerzan frijoles, maíz o arroz, aceite y sal y carne de cabra una vez a la semana con fruta. En este territorio de Kenia la mitad de los niños muere antes de los 5 años por hambre o por sed.

¿Cómo se diseñan los proyectos?

Los proyectos vienen demandados por nuestra contraparte, los Misioneros Combonianos, que viven allí desde hace 28 años y son ellos quienes conocen lo que se necesita, dónde y de qué manera. Para nosotros es extraordinario tener a estos amigos allí porque nos dan todo hecho y además garantizan la sostenibilidad de todos los proyectos que la Fundacion Vipeika tienen en Kenia.

Una vez que visitamos la zona y nos hablan de una nueva necesidad, desde España buscamos el dinero necesario para hacer todo el proyecto y una vez que lo tenemos lo enviamos integro para ahorrar en la compra total y en el transporte que se hace en  un solo camión.

¿Quiénes son los misioneros Combonianos?

Una comunidad misionera implantada en África desde hace 1871, que viven allí permanente tanto los hombres como las mujeres combonianas.

¿Cómo se puede colaborar?

La colaboración con los proyectos de la Fundación se puede hacer a través de donativos mensuales o anuales en la cuenta de la Fundación o a través de la web www.fundacionvipeika.org en paypal una pasarela de pago. El coste de ayudar a un niño en un centro infantil/nutricional es de 5,80€ durante 9 meses del curso escolar, es decir, 52,20€. Se puede desgravar hasta el 75% (hasta un máximo de 150 €), es decir, sale por 13,02 euros al año.

¿Realizáis alguna campaña en colegios para que niños españoles os ayuden y a su vez ellos salgan beneficiados por la acción educativa que supone este gesto de solidaridad?

La Fundación Vipeika siempre se ha planteado generar solidaridad y realidad desde una edad muy temprana con charlas en colegios. De hecho, ya hemos hecho alguna presentación a través de “El colegio más bonito del mundo”, donde los niños ven las condiciones en las que estudian otros niños en el mundo y cómo cambiamos sus vidas a través de la solidaridad y la generosidad.

Fuente de la Entrevista:

La Fundación Vipeika gestiona e impulsa colegios en la zona más pobre de África

ove/mahv

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Del derecho a la Ciudad en Ciudades Contemporaneas. Entrevista al venezolano GABRIEL VISCONTI y el colombiano MARIO CAMARGO

Por arcoweb.com.br

Del 16 al 23 de febrero, en São Paulo, la 14ª edición del evento se realizó en colaboración con City School, Sesc São Paulo y Arq.Futuro. El tema fue «Todavía es el derecho a la ciudad?», Un renacimiento del concepto evocado por el filósofo Henri Lefebvre hace 50 años en su libro Le Droit à la Ville (1968). Entre los invitados se encontraban dos jóvenes arquitectos latinoamericanos: el venezolano Gabriel Visconti (estudio AGA) y el colombiano Mario Camargo (Colectivo 720).

El estudio de AGA, colectiva arquitectura basada en Caracas, recibió recientemente el Premio Jóvenes Arquitectos de América Latina – YALA, durante la Exposición Internacional de Arquitectura de Venecia 2018. Centrado en la innovación y las habilidades sociales, el estudio AGA ha diseñado y construido espacios públicos , viviendas, equipamiento urbano e instalaciones en diversas ciudades venezolanas, así como en Colombia, Perú, México y Ecuador.

Entre ellos, el 1100 – Community Equipment Systems, un trabajo de activación y convivencia social para el empoderamiento local y el derecho al territorio en las comunidades venezolanas Canaima y Los Frailes de Catia. El estudio AGA fue premiado en el Concurso Mundial de Vivienda y Desarrollo Social, en la Bienal Panamericana de Arquitectura en Quito (BAQ 2016). Al experimentar otro contexto político y socioeconómico, la mayoría de los proyectos del Colectivo 720, fundados por Mario Camargo y Luis Tombe en 2011 en Cali, Colombia, son el resultado de la participación en concursos públicos de arquitectura.

En unos pocos años de actividad, los arquitectos han creado decenas de obras destacadas en el país, siendo seleccionada para que la represente en el año 2017, el panorama de América Latina Bienal de Arquitectura (BAL) en Pamplona, ​​España. En uno de sus proyectos más relevantes en el territorio nacional – premiado en la Bienal Mundial de Arquitectura del Paisaje en América Latina 2016 y la medalla de oro de los Holcim Awards 2015 – la UVA de la imaginación, el colectivo 720 tratado de restablecer la memoria local, la reutilización de la infraestructura y apertura de espacios para el usufructo público.

En la siguiente entrevista, Visconti y Camargo reflexionan sobre el concepto de trabajo colectivo, la autoría y el papel del arquitecto en la comprensión de los diferentes contextos.

¿Por qué trabajar en forma de colectivo arquitectónico?

Mario Camargo  Para nosotros, tiene mucho que ver con el entendimiento de que nuestra profesión no es un hecho aislado. Es un proceso en el que no solo los arquitectos interactúan. Sobre la base de este aspecto, le dimos al nombre «colectivo», un poco para pensar más horizontalmente. Siempre me pregunto por qué Collective 720. [El número] es el código decimal de clasificación mundial en bibliotecas para archivos de arquitectura.

Gabriel Visconti  En el caso venezolano, esta forma de trabajar colectivamente está arraigada en la ciudad. Somos [AGA estudio] un equipo que se organiza de acuerdo con las estrategias a cumplir y, por lo tanto, colectiviza la toma de decisiones. Por el tipo de trabajo que hemos desarrollado y por el proyecto de la sociedad en el que creemos, colectivista, lo que nos interesa es construir la colectividad. Desde este ámbito podemos entender el tema del colectivo. Al igual que con el Colectivo 720, nuestro trabajo no solo es arquitectónico, sino también en relación con las formas de organización y gestión del territorio, que tiene más que ver con esta construcción colectiva de la sociedad.

MC  Lo que Gabriel menciona es la capacidad de sintetizar una posible intervención. Es muy importante el papel del arquitecto para comprender las dinámicas presentes en el contexto y, a partir de esto, desarrollar algo, sintetizar en un logro arquitectónico, urbanístico y paisajístico que reactiva las dinámicas. El denominador común de las obras es el discurso crítico. En este contexto, encontramos en el concurso una herramienta eficaz para hacer una ciudad.

GV El caso colombiano es muy importante no solo por la cantidad, sino también por la calidad de la convocatoria. El concurso es un instrumento democrático por excelencia. En Venezuela no ha habido una licitación pública por mucho tiempo, tuvimos que aprender cómo encontrar recursos y financiadores para nuestros proyectos. Tenemos la ardua tarea de buscar actores políticos, actores institucionalizados, ciudadanos con la capacidad de mover algún tipo de recurso, ya sea económico, logístico o material. Hemos aprendido a conectar a estos actores por una causa. Lo que más nos ha funcionado es cuando el que coloca el recurso no solicita, por ejemplo, la propiedad de lo que se construyó, sino que entiende que su participación es para la construcción de un modelo social, un proyecto que permite la autodeterminación de la población en el país. Desarrollo de tu vida.

¿Qué estimula, o desalienta, trabajar en un colectivo?

GV  Es una invitación a reinventarse constantemente. El momento histórico de Venezuela no es producto de ayer, sino de años de conflicto. La crisis ha acompañado a mi generación. Entonces, el desaliento, tal vez, me mantiene atado, mientras que el estado de ánimo, por otro lado, podría no permitirme ver la realidad. Es como una inquietud constante de reinventarse.

MC  El contexto latinoamericano, en general, funciona con muchas restricciones, especialmente la económica, y creo que el hecho de que estemos sujetos a esta realidad social, política y cultural nos hace mucho más creativos en relación con el hecho arquitectónico. Aunque Colombia está teniendo un tiempo favorable debido a las licitaciones públicas, los presupuestos son limitados, las operaciones son cada vez más restrictivas.

GV  Lo que nos estimula es comprender el espíritu de resiliencia en relación con la existencia. Por eso les digo que hay oficinas de arquitectura que se deterioran porque no tienen la capacidad de adaptarse a lo que está sucediendo. El continente latinoamericano es muy inestable y, en este sentido, es necesario construir constantemente herramientas que le permitan reinventarse.

¿Cuál es la comprensión de la arquitectura de la sociedad? 

MC  Esta respuesta dependerá, en gran medida, del diseño, el dispositivo que genera la apropiación y un enfoque que, por ejemplo, es más que un diseño urbano. La liberación de la planta baja de la Masp, por ejemplo, generó una dinámica urbana de apropiación del edificio. La arquitectura educa, el edificio dice «Soy público».

Las  estadísticas de GV dicen que somos 7.5 billones de seres humanos en el planeta. De estos, al menos el 80% produce su propia vivienda, sin arquitectos, y solo el 1% contrata a arquitectos. Así que me pregunto de qué arquitectura estamos hablando en términos de la construcción del planeta Tierra. Si piensa en algo así como 27 mil millones de edificios construidos sin arquitectos en comparación con 100 hechos por arquitectos, tenemos un hito en la historia de la construcción del planeta. Volviendo a tu pregunta: ¿cómo me lee la gente? Como accesorio. Poco a poco hemos logrado que la profesión sea respetada y necesaria, hasta el punto de que hoy también somos contratados por otras comunidades. Estamos entendiendo que para contratar a un arquitecto no es necesario ser un millonario, no una clase media.

¿La diversidad dentro de un colectivo de arquitectura estimula un replanteamiento de la ciudad latinoamericana contemporánea?

MC  Es muy probable que sí, pero dentro de la oficina tenemos dos grandes ámbitos de trabajo: el hecho constructivo y el hecho creativo. Las ideas son colectivizadas, pero en el hecho constructivo se requiere de quien tiene más experiencia para dirigir el proceso. Necesitamos diferenciar las cosas: la colectivización de ideas es fundamental, pero, obviamente, apoyada por una estructura con un líder capaz de realizar los procesos.

GV  Uno de los errores es entender el colectivo como un juego sin orden. Incluso las estructuras complejas siempre tienen una estructura. Me entiendo como parte de un colectivo de intenciones, aunque me pregunto si diferentes apariencias pueden hacer que nuestra realidad cambie. Creo que el proceso de colonización tiene mucho que ver con eso. Hay formas de dominación de las prácticas intelectuales, de la ciencia, que no son evidentes por sí mismas. Por ejemplo, después de tantos siglos, estamos llegando mágicamente a la conclusión, y por eso quiero ser irónico, que la ciudad tiene que ser transitable. Estamos inventando la cueva, nacemos con patas y no con ruedas. Prefiero extraer de la experiencia del planeta lo que siempre ha sintetizado la escala del hombre, lo que nos permite hacer una sociedad más similar a nosotros. 

¿Cómo es, dentro de un colectivo arquitectónico, el tema de la autoría?

GV  El tema de la autoría siempre ha venido a la mente como derechos de autor y copyleft. El derecho de propiedad o el derecho a usar algo. Siento que nuestros proyectos se parecen más a copyleft que a derechos de autor. Hay tantos actores detrás de un proyecto que asumir la autoría tendría más sentido desde la perspectiva «Soy parte de este proyecto y este proyecto es mío». La pregunta es cómo se asume la responsabilidad, ya sea vertical, horizontal o transversal. Por otro lado, sigo creyendo que la autoría colectiva no es una receta importante para todas las escuelas de arquitectura. Hay quienes solo pueden trabajar solos y son muy buenos o malos, y quienes trabajan colectivamente, e igualmente buenos o malos.

MC  Pero una cosa es muy clara. Un colectivo trabaja si sus miembros son capaces de entender la crítica, ser reflexivos, discutir colectivamente la arquitectura en función de algo. Debe haber una sintonía en el equipo de trabajo para que esto funcione, lo que depende, en gran medida, también de quién hace la dirección de la organización. Es el papel del líder en cualquier proceso. 

Me gustaría que hablaras un poco sobre el derecho a la ciudad en tus experiencias.

MC  São Paulo, por ejemplo, está inmerso en una lógica de ciudad que creció hasta tal punto que tenía casi 15 millones de habitantes. Siento que la ciudad ya no tiene que crecer ni ser más construida, sino ocupada, lo que ya está sucediendo. Aproveche los intersticios, los vacíos, los edificios existentes. Es necesario mapear los vacíos, no los entendidos de manera ortodoxa, como los parques, sino los vacíos de los edificios. Una parte muy importante de nuestro trabajo es cuantificar, no solo calificar.

GV El tema del derecho a la ciudad me interesa mucho porque tiende a entenderse como una estructura de poder superior, capaz de garantizarnos unas condiciones mínimas de habitabilidad, pero no tiene sentido considerar como un derecho lo que debería ser una garantía mínima de la existencia planetaria. Parece que la ley tiene más que ver con el derecho a soñar. En el caso venezolano, estamos experimentando múltiples procesos que están construyendo un sistema de coexistencia muy complejo. Creo que hay experiencias democráticas de control directo sobre los recursos, sobre la producción del espacio, sobre la toma de decisiones, sobre la transformación de la realidad cotidiana, que se asemeja mucho a lo que podríamos llamar el derecho a la ciudad. Esto construye una narrativa de la vida cotidiana diferente de la globalizada, por un lado, pero, por otro lado, construye la política de la vida cotidiana.

Fuente: https://www.arcoweb.com.br/projetodesign/arquitetura/entrevista-aga-estudio–colectivo-720?fbclid=IwAR0ElZlot1vzSDCR7DP2dQio8daF8mwNtEjqAASGqZDiUakWuF7cnEQ-rY8#

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Miguel Ángel Cayuela (Santillana): “Los sistemas de aprendizaje son el futuro de la educación”

Entrevista/25 Julio 2019/Autorxs: Miguel Jiménez y Cristina Delgado

Miguel Ángel Cayuela (Gumiel de Mercado, Burgos, 1960) es el consejero delegado de Santillana, la joya de la corona de PRISA, el grupo editor de periódicos como EL PAÍS, Cinco Días y As. La empresa de educación aporta casi el 50% de los ingresos al grupo y está presente en prácticamente todos los países de América Latina. Cayuela, licenciado en Ciencias Económicas, comenzó su carrera profesional en 1985 en la editorial de libros de texto. Tras ocupar varios puestos de responsabilidad en Santillana tanto en España como en México, en 2008 se convirtió en consejero delegado de la compañía, volcada ahora en impulsar los llamados “sistemas de aprendizaje”, un modelo de educación con una visión integral de la escuela y el alumno que ha expandido con éxito en Latinoamérica.

Pregunta. PRISA puso Santillana a la venta en 2016 y ha terminado por comprar el 25% que no tenía y controlar el 100% de la empresa. ¿Cómo afecta eso a la estrategia de la compañía?

Respuesta. En el funcionamiento del día a día afecta poco, pero a nivel corporativo eso sitúa la compañía en otra posición: el dueño lo es al 100% y, por tanto, puede tomar decisiones propias que afectan al negocio y definir las estrategias de futuro con más claridad.

P.PRISA tiene negocios relacionados con los medios de comunicación y con la educación. ¿Casan bien ambos mundos?

R. Lo que casa es el espíritu de PRISA. Aunque son negocios diferentes con una clara autonomía, comparten su espíritu de modernidad, de contribución a la sociedad, de innovación y de responsabilidad. En nuestro caso, esa responsabilidad se concreta en formar a niños y jóvenes competentes que sepan desenvolverse con éxito en una sociedad cada vez más exigente y que requiere nuevas habilidades y destrezas.

P. ¿Qué previsiones de crecimiento tiene Santillana este año?

R. Pensamos alcanzar este año un crecimiento orgánico superior al 10%, con resultados destacables en países tan importantes como Brasil, España, México y Colombia.

P. ¿Hay posibilidad de que a ese crecimiento orgánico se le añada crecimiento a través de compras de competidores?

R. No cerramos la puerta si surgen oportunidades, pero tendríamos que estudiarlas con cuidado.

P. ¿Ha sabido Santillana aprovechar oportunidades de compra en el pasado?

R. En Santillana hemos hecho muy pocas compras en toda nuestra historia, pero creo que han funcionado bien. La más importante fue la adquisición de Editorial Moderna en Brasil, en 2001. Nos permitió entrar en ese mercado, donde hemos desarrollado con mucho éxito los sistemas de suscripción, y su contribución ha sido clave para el crecimiento de la compañía. Es un mercado grande, con un sector educativo muy activo. La última compra fue la de Norma, en 2016, una editorial con matriz colombiana y con presencia en Argentina, Perú, Colombia y México. En dos años hemos incrementado cuatro veces su valor.

P. ¿Y ha sabido la compañía adaptarse a los cambios tecnológicos?

R. En tecnología, los procesos nunca terminan. Lo que sí es cierto es que en el ámbito geográfico en el que trabajamos, la compañía siempre ha sido pionera. Lo fue con la introducción de tecnología de una forma masiva en los sistemas de aprendizaje en América Latina, ayudando a digitalizar miles de escuelas entre 2011 y 2016 fundamentalmente. Hasta entonces, la tecnología parecía un objetivo en sí mismo y hoy sabemos que ofrece muchas ventajas, pero que no debe ser el punto de llegada. Debe ser una herramienta para conseguir que el aprendizaje se produzca de la mejor manera posible. Ya no hablamos de tecnología entendida como el hardware, hablamos de tecnología educativa, de edutech. Hay un salto cualitativo y para nosotros es un ámbito de desarrollo importante que ha necesitado de nuevos perfiles profesionales.

P. ¿Acabará el libro digital con el libro de texto tradicional?

R. El libro digital ni es bueno ni es malo en sí mismo. Tampoco el libro de papel. Todo tiene que formar parte de un ecosistema cuyo objetivo sea que el alumno aprenda cada vez mejor. Hoy por hoy, ambos formatos conviven en la escuela con absoluta normalidad. Lo que sí es cierto es que la vitalidad digital de nuestros proyectos no para de crecer y que nuestros desarrollos son cada día mejores y, por tanto, con mayor usabilidad.

P. ¿Son los sistemas de suscripción su principal apuesta para seguir creciendo?

R. En América Latina, Santillana es hoy una empresa que ofrece sistemas de aprendizaje integrales, con modelos de suscripción, como Compartir, UNOi o Educa. Los desarrollamos en más de 3.000 colegios en 15 países y contamos en nuestras plataformas con 1,4 millones de alumnos. Además, el ARPU [ingreso por alumno] que obtenemos con estos sistemas es claramente superior al del negocio tradicional. No se trata de vender de manera desagregada libros digitales, en papel u otras herramientas, sino de ofrecer ecosistemas que buscan mayor consistencia en nuestra propuesta pedagógica y en cómo se implementa en los centros: plataformas LMS que incluyen contenido, herramientas de evaluación, asesoría y formación para los profesores, tecnología… La escuela es el motor de la transformación educativa y creemos que esta propuesta integral influye directamente en la mejora educativa de sus alumnos y, por tanto, ofrece mayor valor a la escuela.

P. ¿Qué ventaja tiene?

R. Los sistemas de aprendizaje están muy implantados en Brasil, donde tienen su origen. Y nosotros los hemos exportado al resto de América Latina. Implican una relación a más largo plazo con el colegio y sus docentes, ya que se firman contratos a tres o cuatro años y para todas las materias. Eso nos permite darles una oferta más personalizada y rica, y establecer con los centros lazos de confianza y compromiso mutuo en los avances de aprendizaje. Nos volvemos, en cierto modo, consultores de la escuela diseñando con ellos planes de mejora continua. A nivel interno, para Santillana ha supuesto un cambio radical en nuestra forma de trabajo y en los perfiles que precisamos.

P. ¿Por qué no comercializan esos sistemas en España?

R. En España esta oferta es muy difícil de implementar. No hay un mercado de educación, hay 17 mercados, uno por cada comunidad autónoma. La diversidad curricular y lingüística es grande.

P. En Brasil, su rival, ARCO, también ofrece un modelo de suscripción educativa. ¿Le asusta la competencia?

R. Al contrario. Ojalá en otros países de América también tuviéramos competencia. Para que un mercado cambie, es más fácil si hay muchos jugadores. La competencia ayuda a establecer una dinámica de transformación, hace que todo se mueva más rápido.

P. La CNMC ha puesto a los editores de libros de texto de España, entre ellos a Santillana, una multa de más de 33 millones de euros porque considera que el código ético que habían firmado impedía la libre competencia. Han recurrido. ¿Cree que prosperará el recurso?

R. Creo que tenemos muchísimos argumentos para que el recurso prospere. Además, tenemos estudios que respaldan que el código ético no supuso freno a la competencia o cambios en las cuotas de mercado.

Fuente e imagen: https://elpais.com/economia/2019/07/19/actualidad/1563536853_324975.html

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“En Uruguay nunca estudiaron tantos jóvenes de entre 12 y 17 años, como en la actualidad”

Por: .lr21.com.uy.

El presidente del Consejo Directivo Central (CODICEN) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Wilson Netto, destacó que el 80% de los jóvenes de 17 años está inserto en la educación formal. “En Uruguay nunca estudiaron tantos jóvenes de entre 12 y 17 años, como en la actualidad”.

En el marco de la presentación del Monitor Educativo Liceal, Netto expresó a la prensa que existe una “mejora progresiva en educación media, más allá de las mejoras que se vienen dando en todas las condiciones de la educación”.

El jerarca de la educación dijo que las metas y las expectativas “siempre están por encima de los logros generados, pero son claramente mejores respecto del momento en que se tomó la educación”.

En tal sentido, Netto detalló que entre los años 2011 y 2018 entre Secundaria y UTU “se duplicó el número de egresados de la educación media superior”.

La promoción del último año de bachillerato (sin materias pendientes o con hasta tres por aprobar) “se aproxima al 77%, porcentaje mayor que el de años anteriores, que era del 50%”.

“La meta que nos propusimos es que toda persona de entre 3 y 17 años tiene que estar supervisada por la ANEP, en una universalidad de acceso a una propuesta educativa formal o no formal”, dijo Netto.

Dentro de la educación formal

Añadió que “el 80% de los jóvenes de 17 años está dentro de la educación formal”.

Reconoció que “aún hay dificultades en el registro de la educación no formal como para analizar la globalidad de participación”, pero aseguro que este año se tendrá dicha información.

Pero remarcó que respecto de hace cinco años “aumentó en 20 puntos porcentuales”.

ANEP registra datos de las Trayectorias Educativas de los egresados de las escuelas públicas del año 2015. Dicho seguimiento muestra que “mejoró la cobertura entre los 12 y los 17 años, la retención es mayor, los niveles de promoción mejoraron y la desvinculación disminuyó”.

“Hoy seguimos a un tercio de los que se seguía hace seis o siete años”, indicó el jerarca de ANEP.

Manifestó que la mejora de dichos indicadores “se debe al seguimiento de las trayectorias y a las políticas para favorecer la concurrencia a los centros educativos”.

“No existió nunca en el país una década de tal nivel de inversión en infraestructura y acompañamiento docente. Además, funcionan 478 centros, es decir, 88 centros nuevos en educación media. Hoy cada joven del país tiene una plaza para culminar la educación media”, resaltó Netto.

Fuente de la entrevista: http://www.lr21.com.uy/educacion/1405510-wilson-netto-anep-monitor-educativo-liceal
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