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Yo ya creia que el estado era asesino antes de Ayotzinapa y lo seguiré creyendo.

América del Norte/México/01.11.2016/Autor:Demian Paredes. Rebelión/ Fuente:http://insurgenciamagisterial.com/

Entrevista al poeta mexicano Óscar de Pablo

Segunda parte de un extenso diálogo con el poeta y escritor mexicano Óscar de Pablo (en el café La Paz), invitado a la Argentina por la editorial Audisea para presentar su libro El baile de las condiciones. La charla discurre sobre el escritor Gerardo Deniz y las jóvenes generaciones de poetas, sobre la escena contemporánea cultural y política mexicana, y sobre los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.

-Óscar, te pregunto por Gerardo Deniz [poeta y escritor mexicano, 1934-2014], si tuvo influencia en vos y en otros poetas más jóvenes.

-Es curioso que con Gerardo Deniz fuera un encuentro maduro –en mi caso–. Para nada fue una influencia. Ya había publicado este libro del que estamos hablando [El baile de las condiciones], y fue una gratísima sorpresa darnos cuenta de que –aunque fuera tardíamente– había en la literatura mexicana anterior fuentes inexploradas con las que teníamos mucha más afinidad que la conocida. Pero la verdad, en mi caso al menos, sería injusto decir que fue una influencia –porque también sería injusto decir que yo de joven hubiera entendido a Gerardo Deniz, que es bien complejo–. Incluso ahora es una influencia muy grande para mí, a través de su prosa que salió este año, y de su conversación. Paula Abramo y yo fuimos muy cercanos a Gerardo Deniz el último año y medio de su vida, era un conversador fascinante… Y es muy paradójico: odiaba a los escritores “progresistas”, bienpensantes. (En su mente, comandados por José Emilio Pacheco.) Odiaba a los escritores como “izquierdosos”, que siempre estaban a favor de las “causas nobles”, por su hipocresía. Y no es que él fuera un izquierdista real; era furiosamente apolítico; pero –digamos– por muy buenas razones. Detestaba el progresismo del medio intelectual en uso (que sigue existiendo); el que yo también odio, por mis propias razones.

Tengo muy poco en común con los escritores normales que escriben poemas de coyuntura, o cuando algo pasa: “Bombardearon tal país”; “Pobres los serbios…”, etc. Lo políticamente correcto. Las modas. Y él tenía una actitud ética, propia –ahora sí– de un trosko o de un anarquista, de integridad: “yo voy a decir la verdad, no me importa quien se ofenda”. Y entonces, por ejemplo, destruyó en un texto crítico un poema de José Emilio Pacheco, y eso lo aisló mucho. No es que Pacheco le respondiera, jamás le respondió.

Si tú le dices tonto al ídolo de las masas, le estás diciendo tontas a las masas, y entonces eso lo alienó mucho del medio literario. Para mí, murió aislado del medio literario, con algunos reconocimientos. Y era un genio. Era un químico destacadísimo, un tipo que autodidactamente estudiaba unos veinte idiomas –no indoeuropeos–, por hobby, y a eso no le daba salida, no publicaba nada… así era. Te decía: “Tú qué estás haciendo; yo me saqué una gramática del turco y ahora lo estoy estudiando ¿Tú no?”. (Risas.) Le parecía que eso era normal, y a la gente le parecía que era muy arrogante, cuando en realidad era lo contrario: jamás presumía de eso. Y eso que las lenguas eran para él muy-muy secundarias. La onda era para él era la química orgánica. Pero aun así, aun siendo un genio –el único genio que conocí en mi vida–, tuvo muy poco reconocimiento, pero me parece que fue una decisión de integridad… Cada quien decidirá si estuvo bien o no. Quizás sufrió bastante, pero me parece que –como decía al principio– su trabajo fue libre. Su trabajo poético, intelectual, incluso diría su conversación, fue un acto de libertad en el sentido de que fue dueño de su trabajo. No tenía nada alienado, concesión a la moda y la corrección política. Y creo que, aunque murió aislado y solo, fue una persona fantástica. De todos modos la ancianidad siempre te agarrará solo. (Risas.)

-Y más en general ¿cómo ves la escena literaria contemporánea en México?

-Procuro no volverme ningún tipo de especialista aunque, desde luego, algo sé. Y ver más allá. Soy muy patriota de mi generación, en el sentido de que, cuando yo empecé a escribir, varios empezaron a cambiar su manera de escribir –no sé si es eso bueno o malo–, y a mí me gustó mucho lo que empezaron a hacer algunos colegas, aproximadamente de mi edad, empezando por Luis Felipe Fabre, que escribió un libro que se llama La sodomía en la nueva España [publicado en 2010], que se me hace una incorporación de la historia a la poesía, fabulosa. Alejandro Barrán, Paula Abramo, Marisela Guerrero, Minerva Reinosa, son una generación que a mí me parece mucho más interesante que la poesía mexicana anterior.

-Hablamos de autores que han publicado desde el año 2000 a la actualidad?

-Sí. Incluso del 2010 para acá.

-Sería “literatura reciente”.

-Sí, pero no tanto… Hay gente que nació en los 90 ya está publicando, y eso me aterroriza, pero no voy a opinar. (Risas.) Algunos me gustan; pero bien, conozco a muy pocos. Algunos me gustan, pero no opinaría sobre esa generación. Sé que existe, que es pujante, y espero a ver qué sale de ahí. Y veo que la disidencia se puso de moda ¡y qué bueno! entre la intelectualidad. Cuando yo comencé a publicar era anti-moda (y no hablemos del marxismo) toda la política disidente –la indignación contra lo que estaba pasando–, incluso la corrección política. O sea: incluso ser consciente de la cuestión de la mujer era “fuera de moda”. Y ahora, afortunadamente, hay mucha más conciencia en el medio intelectual de esas cosas.

-Aunque sé que estuviste pocos días acá, te pregunto si pudiste hacer alguna comparación entre la escena literaria mexicana y la argentina. ¿Hay –por ejemplo– proyectos de editoriales “independientes” y “autogestivas”? Leí hace poco una entrevista a Diego Rabasa, de la editorial mexicana Sexto Piso, donde le dijo a un diario argentino que no se compara en nada en toda Latinoamérica la cantidad de proyectos editoriales que existen en Argentina.

-En México hay muchísimas editoriales, y muchísimos poetas, y acá también; y quien dice que no, es porque no sabe buscar. Y es curiosísimo: en todo pueblo, del mundo, hay un poeta. (Risas.) Y en muchos pueblos hay muchos poetas. (Que te gusten es otra cosa.) En todos lados hay muchísimos. Y quien dice: “Pero yo publiqué puros hombres porque no hay mujeres”… No. Es porque no saben buscar. Que hay, hay.

La intervención del Estado hace en México a una cultura muy extraordinaria. Y eso tiene un efecto para bien y para mal, aunque es un lugar común decir que “te cooptan”, pese a que las autoridades estatales de México jamás han leído unpinche libro. (Risas.) No es Peña Nieto quien te va a juzgar, pero son tus colegas: y eso hace que la crítica sea vea muy castrada, porque, lo que ocurre, no es que te vuelvas pro-gobierno. No hay poetas mexicanos pro-gobierno.

Es rarísimo, cuando hay un gobierno progresistón en América Latina, como hubo aquí, que haya muchos colegas a favor del partido del gobierno. ¡En México eso nunca ha pasado en la memoria viva…! (Risas.) Los que están a favor del gobierno no lo dicen. Porque es súper-mal visto. Son los “apolíticos” versus los “disidentes”. Nunca los pro-oficialistas. Los oficialistas son “apolíticos”. O “políticamente correctos”. En fin… Lo que quería decir es que el efecto no es tanto que se vuelven oficialistas como que se vuelvan tímidos en la crítica porque quienes sí te van a juzgar son tus colegas. Entonces eso en el caso de Deniz es muy claro: ninguno de los dos hubiera dicho “Viva el partido gobernante” (si alguno de los dos lo hubiera dicho ¡hubiera sido Deniz! pero como un “gesto loco”), pero, que Deniz hiciera una crítica puntual (literaria) a un poema de Pachecho, lo condenó a algo grave…¡La pobreza es una cosa bastante fuerte! No es poco decir que un poeta que sabes que nunca va a vender para vivir –ni aquí, ni en México, ni en ningún lado– lo dejan sin lo que viven los poetas en México, que son los “apoyos públicos”. No diría necesariamente estatales, sino públicos, incluyendo fundaciones privadas o lo que sea; pero no es el mercado, sino los colegas que dicen: “Ah, fulanito es poeta, y merece nuestro reconocimiento. Entonces démosle el premio Xavier Villaurrutia”. Y Deniz se quedó sin eso por decir la verdad. Pero es la lección… en México eso ha inhibido mucho la crítica literaria… Pero, al mismo tiempo, en una sociedad tan jerárquica, tan clasista y –por decirlo así– castista como en México (donde hay muy poca movilidad social), sin la intervención pública la cultura sería una cosa horriblemente elitista, porque la gente o trabaja, o escribe.

Lo que logra la intervención del Estado es un efecto contradictorio. Y además –por cierto–, como todo lo que hace el Estado, no es una concesión, sino una conquista histórica: ese “gasto cultural”, incluyendo a la Universidad pública, es una conquista de masas, que hay que defender. En la medida en que la quieran quitar, hay que defenderla. En la medida que te censures por ella, hay que atacarla –entre los escritores–.

-La última pregunta tiene que ver con los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala, acontecimiento que acaba de cumplir dos años. ¿Cómo está la situación hoy?

-Ni siquiera los hechos son una obviedad. Hay quien ha tomado esto como un caso de delincuencia (“Hay mucha delincuencia en México, por eso los han matado”), incluso la prensa internacional –no sé aquí, pero por ejemplo sí la de los Estados Unidos–. O sea: “Los narcotraficantes mataron a unos estudiantes, y el Estado pecó de omisión” (o “y el Estado lo permitió”). Un actor “que no intervino”. No fue así. Fue un acto de represión política, donde el Estado operó coaligado con el narco. Incluso si reconociéramos que fue el narco, el narco cumplió una función –es así– estatal. Digamos: la función básica del Estado es la represión. Y además fue un crimen de clase. No solo eran chicos de un sector muy pobre de México, sino que no eran cualesquiera pobres. Eran militantes populares de los pobres –por decirlo de alguna manera, en términos más generales–. Normalistas que se consideraban comunistas revolucionarios, y por eso fueron atacados en una forma de asesinato que es… la desaparición. No los asesinaron: los desaparecieron. No estoy diciendo que necesariamente estén vivos.

Al crimen que cometieron se añade la cobardía; no sabemos si están muertos, y es importante aclarar eso. Hicieron algo peor que matarlos, que fue desaparecerlos. Ojalá estén vivos –no lo descarto, no se descarta–, pero aun si no están vivos es importante decir que no los mataron, los desaparecieron, que es un agravante.

Y creo que porque no eran cualesquiera muertos, esto juntó varias indignaciones: el intelectual de clase media se juntó con el militante de los trabajadores, con la persona que simplemente se conmueve con la juventud, y por eso creo que fue un movimiento tan grande. Juntó muchos agravantes. Y a mí eso hasta la fecha me conmueve muchísimo, y que aquí se sepa y se discuta esto, también.

No me parece un tema coyuntural. También por eso no escribí un poema concretamente, como muchos ya hicieron, sobre Ayotzinapa. Yo ya creía que el Estado era asesino antes de Ayotzinapa y lo seguiré creyendo cuando haya nuevos casos. Pero me parece fantástico que se sepa, que haya caído esa cortina. Ahora Peña Nieto tiene muy poca popularidad. Mucha gente, dado el idiota tipo que es, enfoca todo el problema de México en su persona. Pero la estructura de clases mexicana fue la causante de este crimen. Digo: fue un crimen de clase; no fue Peña Nieto. Peña Nieto fue un representante de una clase dominante asesina, racista, que desprecia totalmente a su propia población… pero si no hubiera sido Peña Nieto [del PRI] hubiera sido el del otro partido, el del PAN. Entonces, para mí sí es una cuestión de solidaridad social, no solo política, o de condena social, contra una clase dominante asesina que desprecia a la nación que domina (me refiero a la burguesía; no solo a la casta política –que, claro, está podrida también. Correspondientemente también está podrida y es asesina–). Pero no solo a los políticos, sino a la estructura de clase que esos políticos defienden.

Y además hay muchas cosas que lo hacen –y perdón por la palabra, que suena un poco terrible– interesante. El hecho de quién los mató: fue un gobierno local –con complicidad federal–, un partido nacionalista burgués “de izquierda”, que se llama PRD, mostrando que no es tal. El gobierno federal también estuvo implicado; ha hecho horribles crímenes de encubrimiento. No le estoy lavando en lo más mínimo las manos al gobierno federal, pero es interesante ver que el nacionalismo burgués está totalmente implicado en este crimen. Y ahora este nacionalismo burgués se ha escindido recientemente: los menos indecentes se salieron del PRD para formar MORENA.

Fuente:

http://insurgenciamagisterial.com/yo-ya-creia-que-el-estado-era-asesino-antes-de-ayotzinapa-y-lo-seguire-creyendo/

Imagen:

http://insurgenciamagisterial.com/wp-content/uploads/2016/10/encuentrodepoetasunam.jpg

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Entrevistas Ana María Sanllorenti: Bibliotecas digitales y acceso a la información en nuevos formatos.

América del Sur/Argentina/01.11.2016/Autor y Fuente:http://coleccion.educ.ar/

Es bibliotecaria, egresada de la Universidad Nacional de La Plata, y profesora de nivel medio en Filosofía. Desde marzo de este año dirige la Biblioteca Central Dr. Federico Leloir, de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, donde continúa un proceso de modernización. Dirigió además durante varios años la biblioteca de la Facultad de Ciencias Económicas de esa misma universidad. Durante los años 2004 y 2005 estuvo a cargo de la Dirección de Atención al Usuario de la Biblioteca Nacional, y organizó el programa Inventario –sobre el que habla en esta entrevista–, mediante el cual se registró un total de 763.000 libros. Actualmente, lleva a cabo un importante trabajo de catalogación de los recursos digitales educativos de educ.ar, en el marco de un convenio con la Red Latinoamericana de Portales Educativos (Relpe).

En esta entrevista analiza la importancia de la catalogación y los metadatos en la Web, y las iniciativas orientadas a establecer criterios comunes para la descripción de los objetos digitales. Comenta también los proyectos de bibliotecas digitales en el país, y las distintas etapas en la incorporación de las nuevas tecnologías en las bibliotecas.

Por Cecilia Sagol

—El campo de la educación y las nuevas tecnologías es por definición un campo interdisciplinario: debe construirse a partir de voces y disciplinas diferentes. Podríamos decir que hoy el conocimiento no puede construirse de otra manera. Las entrevistas de educ.ar son un espacio “a la medida” de ese modo de construcción: un repertorio de perfiles diferentes. A nuestros usuarios no les llama la atención encontrar una entrevista a un humorista, a un programador experto, un epistemólogo, un empresario del sector. Pero, ¿qué hace una bibliotecaria en internet? ¿Para qué sirve la catalogación en el mundo de los contenidos web?

—Si pensamos que catalogar es representar o describir de forma normalizada objetos –que en nuestro ámbito son objetos de información– para hacer luego más precisa la búsqueda y acceso a esos objetos, no podemos dejar de advertir la importancia que tiene la catalogación en la Web. Mundo infinito, heterogéneo, no estructurado, que, si bien ha dado por tierra con toda pretensión de “control universal”, demanda posibilidades de filtrar, ponderar relevancia, evaluar, seleccionar rápidamente, organizar, clasificar. Eso se facilita con la catalogación.

Por supuesto que muchas cosas han cambiado en la catalogación desde la utilización de fichas que se arreglaban en forma alfabética a las bases de datos con registros de múltiple acceso, y a los “metadatos” –datos sobre los datos– ocultos tras etiquetas en las páginas web. Pero en todos los casos decimos: “esto es el autor”, “esto es el tema”, “esto el título”. En las fichas nosotros mismos reconocíamos los datos: en las bases de datos y con los lenguajes de marcado en la Web es el software el que reconoce y manipula el nombre de un dato. Y eso es lo que permite, por ejemplo, que un buscador responda ordenando primero un sitio en el que la palabra que buscamos aparece en el título, respecto de otro en el que la palabra figura en el texto.

Y si antes la información de los catálogos se registraba en libros o en ficheros, ahora son múltiples los espacios en los que se acumula y se puede consultar el producto de la catalogación: buscadores que agregan alguna descripción o clasifican los sitios que registran; sitios web que seleccionan y catalogan sitios web como educ.ar,Cyberstacks o Internet Public Library; portales de información especializada que recogen la información de infinidad de artículos de revistas científicas como Scopus o catalogan sus propios recursos como educ.ar; catálogos de decenas de miles de bibliotecas… En internet no sólo crecen exponencialmente los contenidos: también se multiplican las formas de los catálogos.

—Internet nos mete de lleno en el mundo global, nos conecta con otros datos que están organizados por diferentes formas de pensamiento. ¿Qué están haciendo los catalogadores para solucionar esta Babel?

—Además de catalogar, hay muchos grupos y organizaciones que analizan las características de los objetos que se encuentran en internet y piensan cómo describirlas. Y, lo que no es poco, están intentando ponerse de acuerdo. Son muchas las iniciativas que establecen cuáles son los datos que deben señalarse en la descripción de los objetos digitales; una de las más difundidas es el esquema Dublin Core, que fija 15 datos mínimos (título, creador, editor, fecha de creación, entre otros). También hay iniciativas en áreas temáticas específicas o en áreas de actividad, como por ejemplo el esquema LOM (Learning Object Metadata), para describir objetos destinados al aprendizaje.

Para comprender algo del porqué de esta complejidad tenemos que detenernos en los atributos de un objeto digital. Pensemos en un diario en la Web: tal como a un diario de papel, puedo pensarlo como una publicación periódica en su conjunto o puedo describir cada número, o cada artículo: esto es el nivel de análisis para su catalogación. Pero un diario en la Web tiene fotos, imágenes, animaciones que a su vez son objetos digitales que podrían considerarse por separado. Y además contiene hipervínculos a otros objetos y otros sitios. Cada uno de esos elementos, también objetos digitales, está editado en un formato de archivo particular, tiene derechos de autor y condiciones de acceso particulares, puede tener diferentes versiones, etcétera.

Y los enfoques cambian de acuerdo con la finalidad de la catalogación: si describimos para encontrar, para enseñar, para reutilizar, para almacenar y preservar a largo plazo, los datos que interesan son diferentes. Habrá un núcleo de datos común y muchos otros metadatos distintos según la finalidad de la catalogación.

—¿Cómo ves el panorama de las bibliotecas digitales de nuestro país?¿Y en otros lugares?

—Me parece oportuno puntualizar aquí qué entiendo por biblioteca digital. Una biblioteca digital es una organización que procura la selección, evaluación, registro y sistematización de recursos de información en formato digital, asegurando su persistencia en el tiempo y el acceso local o a distancia por parte de una comunidad de usuarios locales o remotos. Un conjunto de objetos digitales sin el adecuado procesamiento, sin una política de crecimiento y sin la organización como para sostener su integridad y los servicios de acceso, no es una biblioteca digital. Las colecciones de las bibliotecas digitales pueden integrarse con contenidos nacidos digitales y con la digitalización de materiales analógicos.

En la Argentina son muy numerosas las iniciativas para conformar bibliotecas digitales por parte de entidades de diverso tipo. Doy algunos ejemplos: organismos oficiales (Biblioteca Nacional, Acceder-Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Biblioteca Electrónica de la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Proyecto SCIELO del CAICYT -Centro Argentino de Información Científica y Tecnológica); organismos del área de la educación: (Biblioteca Nacional de Maestros, educ.ar), Bibliotecas o sistemas de bibliotecas universitarias públicas y privadas (SISBI-Sistema de Información y Bibliotecas de la UBA, Proyecto Roble de la Universidad Nacional de La Plata, el Sistema de Información y Documentación de la Universidad Nacional de Cuyo); otras instituciones académicas o científicas (Biblioteca Virtual de Clacso, BVS- Biblioteca Virtual de Salud), e infinidad de proyectos con fines culturales, profesionales o comerciales.

Creo que nos encontramos en un estadio inicial, con grandes posibilidades de desarrollo. Por supuesto, hay cuestiones a enfrentar de tipo tecnológico, legal –la tensión entre el derecho a la información y la propiedad intelectual–, económico. Entre ellas quiero destacar que nos falta recorrer mucho camino respecto de la cuestión de la catalogación, es decir los metadatos de los objetos digitales, en cuanto a adoptar estándares que permitan compartir, mediante la ejecución de procesos automáticos, las catalogaciones de los objetos, y construir grandes catálogos que permitan buscar en todos ellos mucho más fácilmente.

Y un aspecto más crítico aún es la cuestión de cómo preservar las colecciones digitales a lo largo del tiempo. En la Argentina poco se sabe y se hace para que en el mediano y el largo plazo se pueda acceder a los documentos digitales hoy generados o incorporados a una organización. La obsolescencia de formatos, las diferentes capas de software y el hardware, así como el deterioro de los soportes físicos de la información digital, entre otras condiciones, obstaculizarán o impedirán que puedan “leerse” textos, audio, imágenes, bases de datos, documentos web en no demasiados años, tal como ocurre hoy con documentos generados, por ejemplo, por procesadores de texto propietarios que ya no tienen vigencia, o que se encuentran almacenados en disquetes de una medida para la que no existen actualmente dispositivos de lectura. Esto es válido para la información de cualquier tipo: científica, cultural, administrativa, histórica, etc., en cualquier clase de institución. Este tema está en investigación en el mundo, pero en el país casi no hay conciencia sobre los riesgos que encierra.

—¿La introducción de la informática en la biblioteca fue instrumental o bien modificó estructuras más profundas?

—Las bibliotecas comparten con la mayoría de las organizaciones el reto de adaptarse a los cambios permanentes producidos desde las tecnologías de la información. Pero al ser instituciones cuya misión es la de seleccionar, organizar, preservar y dar acceso a información en variados soportes, viven con particular intensidad los impactos y la complejidad de los procesos de adecuación a estos cambios.

Miremos un poco la historia: la biblioteca, en su etapa preinformática –desde la Antigüedad hasta la primera mitad del siglo XX–, atendía las necesidades de información de usuarios locales, contando principalmente con una colección bibliográfica local enteramente en papel y los catálogos manuales para facilitar la búsqueda y recuperación. Sus colecciones estaban compuestas por libros, folletos y publicaciones periódicas, todas ellas impresos, que se distribuían en diferentes depósitos y salas. Para facilitar las búsquedas existían los catálogos, que duplicaban fichas en diferentes ordenamientos. Tanto los procesos de catalogación y clasificación, la confección de ficheros y bibliografías y los registros de usuarios y préstamos se realizaba manualmente.

A fines de la década de los 60, en Estados Unidos, la Biblioteca del Congreso desarrolló las primeras experiencias de automatización de catálogos y creó el formato de descripción bibliográfica automatizada MARC, adoptado ampliamente en todo el mundo. Fue el inicio de la segunda etapa en esta evolución tecnológica de las bibliotecas: la de la automatización de catálogos y procedimientos. En nuestro país, comienza a fines de la década del 70 en algunas bibliotecas especializadas, y tuvo una mayor expansión en los 80, especialmente con la difusión del programa MicroIsis que distribuyó la Unesco en forma gratuita.
La etapa de la biblioteca automatizada se caracteriza porque utiliza las computadoras conectadas en red para los procesos de control bibliográfico (adquisición, inventario, catalogación y clasificación), para el catálogo público, el control de usuarios y el préstamo. Sin embargo, las colecciones siguen siendo mayoritariamente impresas y se encuentran localizadas entre las paredes de la institución. Como en la etapa anterior, los usuarios deben concurrir a la Biblioteca para acceder a sus servicios.

Y entramos en la era digital, con la explosión de la producción de información en formato digital y la expansión de internet. Por una parte, se inicia el proceso de incorporación de fuentes de información en formato digital, CD-ROM por ejemplo. Por otro lado, internet, con su potencia para el acceso a la información a distancia y sus posibilidades para la comunicación, desmorona los límites físicos de la biblioteca: cualquier persona puede alcanzar información en recursos de cualquier lugar del mundo; complementariamente, a través de las páginas web pueden recurrir a la biblioteca usuarios de cualquier latitud. Y en la pantalla es posible pasar de un registro de un catálogo al libro o artículo descrito sin buscar en un estante. Estos son los rasgos esenciales de las bibliotecas de la era digital.

El ingreso de la biblioteca en cada etapa de las que hemos descrito no implica el abandono de la anterior sino que las características de la biblioteca preinformática, la automatizada y la de la era digital coexisten en las instituciones. Además del cambio instrumental, que ha sido enorme e implica el reciclaje permanente de conocimientos y habilidades para los que trabajamos en las bibliotecas, la falta de límites en cuanto a los recursos de información y los usuarios está produciendo otra importante transformación: de la biblioteca que administra la propiedad de materiales bibliográficos locales se está cambiando hacia una organización que gestiona el acceso al conocimiento de muchas y diversas maneras.

En este proceso, muchas bibliotecas han recogido el guante y están fortaleciendo y modificando roles de forma particular: mediante la digitalización y la construcción de bibliotecas digitales encontraron un poderoso recurso para almacenar, preservar y dar acceso a la producción intelectual, artística y cultural. También están robusteciendo su papel docente en cuanto a la formación de usuarios para el acceso y uso de la información. Por último, las bibliotecas tienen una enorme responsabilidad para asegurar el acceso democrático a al información, muchas veces amenazado por fuertes intereses comerciales y corporativos o por la falta de recursos de vastos sectores de la población.

—Trabajaste en el Programa Inventario en la Biblioteca Nacional. ¿En qué consistió? ¿Qué objetivos tenía o tiene este trabajo?

—Con profunda alegría puedo decir que hace pocos días la Biblioteca Nacional finalizó el inventario de libros, con un resultado de 763.000 libros registrados. En el 2004, durante la gestión de Elvio Vitali y frente al hecho de que a casi 200 años de existencia la Biblioteca Nacional no había construido un inventario completo y unificado de su patrimonio bibliográfico, comenzó el diseño, la planificación y ejecución del Programa Inventario 2005, orientado a la creación de una base de datos de libros o monografías, con una catalogación abreviada y el nuevo número de inventario, para que luego sea implementada para el resto del patrimonio documental.

Entre octubre de 2004 y enero de 2005 quedó concretada la planificación, la compra e instalación del equipamiento informático y la red, el acondicionamiento de un sector de 500 metros cuadrados del segundo subsuelo y la adquisición de escritorios, sillas y carros especiales para libros, proyectando el trabajo de 40 puestos simultáneos, en tres turnos diarios de cuatro horas cada uno. También se llevó a cabo la selección y adaptación del software, el diseño de la estructura de datos, la confección de manuales e instructivos, y la extracción y adaptación de los datos normalizados, como autores, editoriales, ciudades, entre otros, con el fin de unificar la tarea de los catalogadores y minimizar los errores.

Desde febrero de 2005 hasta agosto de 2006 trabajaron en tres turnos 110 pasantes universitarios y 25 bibliotecarios. El circuito de trabajo incluyó la limpieza de libros y estanterías, la colocación de libros en carros y su traslado hasta los puestos de trabajo, la asignación de número de inventario mediante etiqueta de código de barras, la catalogación abreviada de los libros y el señalamiento de los ítems que necesitaban restauración, la separación de materiales que correspondían a otros sectores como revistas o libros propuestos para ser incorporado al Tesoro y el traslado y reubicación de los libros en los estantes.

La Biblioteca Nacional, ahora en la gestión de Horacio González, se propone continuar con el inventario de partituras musicales, las revistas y otros materiales que conserva la institución. Por eso mi alegría y satisfacción: la Biblioteca Nacional está dando pasos importantes en el cumplimiento de su misión de registrar, preservar, y difundir la memoria impresa de la cultura del país, en cualquier soporte permanente de información.

—¿En qué consiste el trabajo que estás realizando en educar?

—educ.ar es un portal que, entre otras actividades, produce y reúne miles de objetos digitales para que puedan ser utilizados en el ámbito de la educación: recursos para el aprendizaje, libros y artículos digitales, enlaces comentados a otros sitios web, comentarios de libros, entre otros. En su breve e intensa existencia se produjeron modificaciones explícitas y no tanto en la manera de catalogar estos objetos, y clasificarlos para que puedan ser encontrados y accedidos a través de la Web. Esta situación produjo inconsistencias en la catalogación y la organización de los objetos digitales y, por lo tanto, en la posibilidad de administrarlos y reutilizarlos.

Por otra parte, educ.ar estableció un convenio con la Red Latinoamericana de Portales educativos –Relpe–mediante el que integrará un catálogo latinoamericano de recursos educativos digitales. Los compromisos con esta red de portales incluyen, entre otros, la adopción del estándar de catalogación Dublin Core y otros requerimientos. Además, educ.ar se encuentra en un proceso de cambios tecnológicos para mejorar y potenciar la gestión de contenidos.

Estas tres situaciones plantearon la necesidad de revisar las estructuras de metadatos, los instrumentos para clasificar los objetos digitales, establecer nuevos criterios y corregir la catalogación actual, así como realizar los ajustes necesarios para hacer compatible la catalogación de educ.ar con la de los portales latinoamericanos en Relpe.

Junto a un grupo de especialistas en contenidos y bibliotecarios de educ.ar estamos realizando esta tarea, para la que hemos analizado estándares internacionales de catalogación de objetos digitales y experiencias nacionales de adaptación de esas normas a las realidades educativas y tecnológicas de los países. Actualmente tenemos una primera versión de un nuevo esquema de metadatos y hemos logrado formular procesos automáticos para convertir la catalogación de recursos educativos al esquema de metadatos requerido por Relpe.

Fuente: http://coleccion.educ.ar/CDInstitucional/contenido/entrevistas/ana_maria_sanllorenti.html

Imegen:

http://4.bp.blogspot.com/-BSRQhYcYDrY/URUxnWuUfdI/AAAAAAAAAAY/4eiD4abFy70/s1600/BIBLIOTECAS+VIRTUALES.jpg

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«El motor de la innovación educativa es la escuela, sus profesores y sus alumnos»

01 de noviembre de 2016/Fuente: laopinion.es

«España tiene buen ecosistema para cambiar la enseñanza pero falta darle forma», afirma el psicólogo y autor de ‘Viaje a la escuela del siglo XXI’, Alfredo Hernando

Psicólogo e investigador, Alfredo Hernando decidió hace unos años buscar en todo el mundo, literalmente, las escuelas más innovadoras. Durante dos años, viajó por el planeta descubriendo proyectos que han elevado el éxito escolar de una forma poco tradicional y ha recogido su experiencia a través de la publicación de Viaje a la Escuela del Siglo XXI. Así trabajan los colegios más innovadores del mundo. Durante la semana pasada participó en TEA en la Feria de Innovación Fi2, en la que pronunció la ponencia inaugural, y el sabado intervino en un congreso internacional sobre aprendizaje celebrado en el colegio Salesianos de La Cuesta.

¿Qué es Escuela 21?

Es un proyecto que tomó forma de viaje en el que decidí visitar escuelas innovadoras para descubrir buenas prácticas en el aula, cosas que se están haciendo con éxito por todo el mundo. El resultado fue una publicación que pretende dar a conocer este tipo de proyectos para que se descubran y dar así la oportunidad de replicarlos. Por eso, gracias a la Fundación Telefónica, se puede acceder de manera gratuita a través de la web y ya vamos por más de 260.000 descargas en algo menos de un año.

¿Cuántas escuelas visitó en este proyecto?

Fueron un total de 50 escuelas seleccionadas previamente. Para ello me basé en tres criterios. Por un lado que tenga una historia de éxito documentada, en la que se demuestre que ha habido un cambio de resultados. En segundo lugar que hayan afrontado de forma pionera la metodología y por último que se trata de experiencias que permitan la réplica o que incluso ya se hayan copiado.

¿Alguna de estas experiencias le habrá sorprendido?

En realidad, las visitas no se trataron solo de descubrir. Antes de ir había un trabajo previo, miraba muy bien lo que estaban haciendo y lo que había provocado, cómo se hacía,… El pretrabajo para este proyecto ya fue un descubrimiento. Por eso no había grandes sorpresas, porque al final iba a aprender de lo que otros estaban haciendo y me encontré lo que iba buscando. Quizá más de lo que esperaba.

Dice que la publicación permite a otros centros copiar de alguna manera los proyectos de éxito, ¿cree que un modelo educativo realizado en otro contexto puede tener los mismos resultados aquí?

En parte sí. En mi caso se trataba de una obsesión por encontrar la inspiración. Quizá sea una forma de copia, pero al final también debe haber mucho de adaptación. Al final de lo que se trata es de entender que la escuela es una comunidad de aprendizaje individualizado.

Si es individualizado, ¿cómo se genera éxito escolar a través de la copia o la réplica?

Porque al final en los primeros pasos de la innovación lo que haces es copiar algunos elementos que ya existe para mejorarlos. Ha pasado por ejemplo con la automoción: el coche parte de la mejora de otro medio de transporte tirado por caballos y se ha ido adaptando, a través de la innovación. Lo mismo ocurre con la imprenta que después se transformó en máquinas de escribir, luego en ordenadores y ahora tenemos tablets. El proceso de innovación parte de un origen, pero debe ser un modelo que busque la mejora.

Tras su experiencia, ¿cree que en España o Canarias puede encontrar proyectos de ese nivel de innovación?

Desde luego, aquí también están funcionando y hay proyectos muy interesantes. Además, la mayoría de ellos en centros públicos o al menos sostenidos con fondos públicos. De hecho, en el viaje que emprendí buscando la escuela del siglo XXI elegí 50 centros y estoy seguro de que si lo hiciera ahora tendría una buena recámara de colegios a los que acudir para conocer ese cambio. Desde luego creo que existe un ecosistema potente al que es necesario darle forma y cuerpo.

¿Conoce lo que se está desarrollando en el Archipiélago? ¿Cómo lo valora?

Precisamente en la Feria de Innovación se están presentando proyectos muy interesantes. Además, hay un movimiento impulsado por docentes y que demuestra que hay gran interés en cambiar las cosas, en buscar otra metodología. Se está llevando a cabo y se va ampliando. La prueba es la propia feria o el congreso en Los Salesianos del fin de semana.

En ese caso, ¿por qué parece que no mejora el sistema educativo? ¿Hay que esperar a que suceda centro a centro?

El problema es que en el fondo son cambios cualitativos: en la metodología de enseñanza, en la forma de evaluar,… Conlleva cambiar la rutina del profesorado y una gran implicación. Al final se trata de un proceso muy personal, aunque tenga resultados a nivel más global.

Y los alumnos, ¿se implican en este tipo de proyectos o metodologías?

Sí, sí, desde luego. Los estudiantes son los primeros en implicarse en este tipo de cambios.

¿Pero de dónde debe partir ese cambio?

El verdadero motor es la propia escuela, el trabajo que desarrollan sus profesores y equipos directivos, el apoyo del entorno y la actitud de los alumnos. Son el epicentro y la escuela solo puede mejorar a través de ellos. Hay que tener en cuenta que se requiere una fase de adaptación. En el caso de España creo que vivimos una primavera de la innovación educativa que quizá ya estaba en marcha cuando inicié el viaje en busca de la escuela del siglo XXI. En aquel momento intenté ampliar horizontes porque sabía que había muchos colegios trabajando en proyectos y métodos innovadores pero se trata de activar esa inspiración.

¿Cómo influyen las nuevas tecnologías en ese cambio de modelo?

El mundo digital transforma la sociedad y en las aulas el impacto de todas las tecnologías es mayor. No se puede entender que en el siglo XXI se practique un sistema de aprendizaje basado solo en la transmisión de información. Hay que tener en cuenta que estos alumnos pueden usar modos diferentes de trabajo pero también son capaces de sacar información del mundo que les rodea. Aún así el cambio no se queda en eso, las nuevas generaciones tienen que aprender de una manera más colaborativa y, sobre todo, comenzar a desarrollar otras habilidades que es lo que se conoce como competencias.

Fuente: http://www.laopinion.es/sociedad/2016/10/31/motor-innovacion-educativa-escuela-profesores/719425.html

Imagen: www.cityguideny.com/uploads2/99118/innovate-manhattan-charter-school.jpg

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Entrevista a Jorge Cardona sobre inversión publica en primera infancia

01 de noviembre de 2016/Fuente: el tiempo

‘En infancia no se trata de invertir más, sino de invertir mejor’

Por cada dólar que se invierte en la infancia, se recuperan diez, dicen estudios.

Desde hace aproximadamente un año, el Comité de los Derechos de los Niños, de la ONU, viene trabajando con los estados para que adopten su Observación No. 19, que tiene como fin garantizar la inversión presupuestal necesaria para el cumplimiento de los mandatos de la Convención sobre los derechos de esta población, creada hace 27 años y ratificada, hasta la fecha, por más de 190 países.

Esta semana el turno para la socialización de la Observación General sobre Presupuestos Públicos para la Realización de los Derechos del Niño, nombre oficial del documento, le tocó a Colombia. El responsable fue el español Jorge Cardona, miembro del Comité, quien, por invitación de la ONG internacional Save The Children, se reunió, en Bogotá, con diferentes actores estatales y de la sociedad civil para hacer pedagogía en el tema.

Cardona, doctor en derecho público internacional, de la Universidad de Valencia, ha dedicado la mayor parte de su vida al mundo académico y a asesorar a los estados en Derechos Humanos; sin embargo, desde hace seis años integra el Comité, desde donde, trabajando como voluntario, debe convencer a los firmantes de la Convención de que invertir en la niñez, no es un gasto, sino una prioridad necesaria para su bienestar y desarrollo. Algo que se debe hacer siguiendo los principios de transparencia, equidad y eficiencia.

De acuerdo con Cardona, una de las medidas que el país debe adoptar es la de aumentar la inversión; según él, el dinero que Colombia debe destinar para el cumplimiento de los Derechos de los niños, es de, por lo menos, 89 billones de pesos de aquí al 2020, cifra equivalente al 10 por ciento del Producto Interno Bruto nacional. “Esta -dice- es una obligación que Colombia no puede evadir”.

¿Qué propuestas concretas trae el comité?, ¿de donde debe salir el dinero para garantizar los derechos de los niños?

Muchas veces no se trata de invertir más, aunque en ocasiones hay que hacerlo, sino de invertir mejor. Nosotros no les estamos inventando ninguna obligación nueva a los estados, sino que nos basamos en las que ya tienen, porque son las que han asumido en la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN). Lo que hacemos es explicarles a los estados cómo deben respetar esas obligaciones en todo el ciclo presupuestal, tanto cuando diseñan el presupuesto como cuando lo aprueban, ejecutan y supervisan, siempre teniendo presentes las nociones básicas de la convención: la no discriminación, el interés superior del niño a la vida y su supervivencia, y el de participación; esto hay que hacerlo siguiendo los principios presupuestarios de eficacia en el gasto, eficiencia, equidad, transparencia y sostenibilidad.

Ustedes proponen invertir el 10 por ciento del PIB en la infancia y, aunque deseable, esa parece una meta utópica…

Esa cifra no es utópica. De hecho, es la media de américa latina. Mientras hay países que invierten el 10 por ciento, otros el 14 y otros el 6. Estados como Chile están solamente en el 7.5. En este sentido hay que pedirle a Colombia que, por lo menos, se ubique en la media de la región. Lo que también hay que ver es cómo hacemos que ese dinero sea eficiente, porque cuando hablamos de gastos en infancia estamos hablando de educación, salud, del sistema social de protección, de la lucha contra la violencia, del derecho a la participación. No hay ni un solo derecho que sea gratis, todos los derechos necesitan inversión. De todos los estudios económicos que se han lanzado, el más malo nos dice que por cada dólar que el Estado invierte en infancia, recupera 5. Mejores estudios indican que por cada dólar se recuperan diez. No me extrañaría que la población de niños de 0 a 6 años fuera el 30 por ciento de la población colombiana, por lo que invertir el 10 por ciento del PIB en ellos no me parece mucho.

¿Colombia debería replicar el modelo de inversión en infancia de algún país?

Lo que el país tiene que hacer, y esa es la primera recomendación, es una radiografía de la situación de su infancia, porque si no se tienen bien los datos, desagregados geográficamente, por género, etnia y situación socioeconómica no se puede hacer una buena política presupuestaria que, además, sea equitativa. Si yo le digo que Finlandia es un país que está muy bien, usted rápidamente me va a decir que Colombia no puede mirar a Finlandia si no tienen el mismo tamaño, situación, nivel económico, y su sociedad no tiene una estructura semejante. Sí tenemos ejemplos de América Latina donde se avanza mucho más en este terreno, pero Colombia también tiene cosas que enseñar a otros estados de la región, como sus sistemas de participación infantil, que son ejemplares. Hay otras cosas en las que debe mejorar totalmente, como el ámbito presupuestario, en asuntos como la transparencia, eficacia y sostenibilidad.

¿Cuáles son las luchas actuales del CDN?

Por una parte está nuestro trabajo ordinario y que es un reto de todos los días, porque los 196 países parte de la Convención deben pasar cada 5 años por el comité y preparar ese dialogo es un reto todos los días; también nos vamos percatando de situaciones generales y regionales que nos preocupan. En América Latina nos damos cuenta de que hay problemas serios como la violencia, que cada vez más es armada. Algunos problemas globales son la migración, la situación de la adolescencia, en la que se está yendo hacia atrás en muchos terrenos; la desigualdad entre niños y niñas sigue siendo muy grande en un gran número de estados, los estereotipos de género y las figuras patriarcales son otros puntos en los que debemos cambiar la mentalidad. Tenemos que comprender que los niños no son el futuro sino el presente de los estados.

¿Cómo han cambiado esos desafíos desde hace 27 años, cuando se conformó el CDN?

Si uno compara la situación de la infancia hace 27 años con la de hoy, uno se llena de satisfacción, porque hemos avanzado mucho en todos los terrenos: en derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales. Hoy la educación esta muy universalizada. Sin embargo, los retos que tenemos por delante son enormes y, aunque se ha avanzado mucho, todavía nos queda machismo por hacer.

¿Cuál es el derecho de los niños que más se incumple?

Nos preocupan la no discriminación, el derecho a la vida y la no violencia, ámbito que Colombia conoce muy bien, en parte por el conflicto, pero también por su cultura violenta; nos preocupa la venta de niños, que se sigue produciendo masivamente; el uso de niños en la pornografía, la prostitución infantil, los abusos sexuales. Desgraciadamente hay lacras que todavía están ahí como verdaderas epidemias y tenemos que combatirlas.

¿Qué acciones debe tomar el Estado colombiano para garantizar los derechos de los niños víctimas de la guerra en un eventual posconflicto?

La experiencia de conflictos civiles enseña la necesidad de adoptar medidas urgentes para la rehabilitación y reinserción. Hay que intentar recuperar todo lo posible en materia de educación y de desarrollo holístico, cultural, social y moral del niño, Hay programas muy buenos que se han desarrollado en estados que terminaron conflictos y Colombia tiene que saber aprovechar todas esas experiencias y enriquecerse para insertarlas lo antes posible. Pondría el acento también en las niñas que fueron reclutadas o utilizadas como niñas peluche, es decir que han sido abusadas sexualmente.

¿Cómo mantener a los niños por fuera de los conflictos de los adultos?

El primer procedimiento es que no haya conflictos, porque es muy difícil que cuando estos se presentan los niños no se vean afectados. Una de las primeras cosas que hay que hacer es que evitar el reclutamiento forzado, tanto por fuerzas armadas estatales como por grupos no estatales. Lo principal es la prevención y esto nos lo acaba de recordar Siria, donde no se paró el conflicto cuando se pudo y ahora la situación es terrible, con muertes todos los días de centenares de niños. En este sentido, me gusta poner el ejemplo de Ruanda: en las actas del Consejo de Seguridad de la ONU quedó registrado un informe del líder de la misión en ese país pidiendo 400 soldados y tres millones de dólares para evitar el genocidio. Le dijeron que no había recursos y después de 800 mil muertos hubo que invertir miles de millones para parar el conflicto.

Últimamente, los medios y las redes sociales les dan mucha difusión a los hechos en los que son víctimas los niños. ¿Cree que hoy en día hay más niños víctimas que en el pasado o es esta una ilusión mediática?

Es muy posible que estemos viviendo una etapa histórica en la que los niños están sufriendo mucho más los conflictos que en etapas anteriores, porque muchas de los que eran principios morales y que luego se tradujeron en armas jurídicas en los Convenios de Ginebra de Derecho Intencional humanitario están siendo olvidadas. Ahora hay grupos armados salvajes que utilizan a niños como no los habían utilizado nunca, hay redes de trata sin escrúpulos y hay estados desarrollados que hablan de daños colaterales, como si el daño colateral no fueron personas afectadas por sus acciones. El problema con mostrar estas imágenes en los medios es que se corre el riesgo de que se normalice la situación y la herida se cauterice muy rápido.

Nicolás Bustamante Hernández

Fuente: http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/educacion/entrevista-a-jorge-cardona-sobre-inversion-publica-en-primera-infancia/16738922

Imagen:www.diariolibre.com/documents/10157/0/693×463/0c0/693d370/none/10904/LTBT/image_content_6779736_20160615225537.jpg

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Diego Vera: «Una universidad no es buena o mala por lo que indique un ‘ranking’»

Entrevista a Diego Vera

La internacionalización y la vinculación con el tejido empresarial y productivo, entre los objetivos del director general de la Fundación General de la Universidad de Málaga.

Diego Vera fue el primer catedrático de Derecho administrativo en salir de las aulas de la propia Universidad de Málaga, algo de lo que se siente especialmente orgulloso. Lleva 33 años ejerciendo la docencia y la investigación y tiene cientos de publicaciones. Es director del Máster oficial sobre ‘Ordenación del Territorio y Urbanismo’ de la Universidad de Málaga, presidente de la Junta Rectora del Parque Natural de los Montes de Málaga –desde la que impulsa el proyecto de ampliación del Parque Natural–, dirige un estudio internacional sobre el derecho de los pueblos indígenas de Latinoamérica y, entre sus múltiples funciones, la pasada primavera se añadió la de ser Director General de la Fundación General de la Universidad de Málaga. Desde su llegada se han visto cambios evidentes, refrendados por el éxito de los cursos de verano. Además defiende que «la Universidad es investigación» y que por tanto la burocratización de la misma debe resolverse pronto.

–¿Qué ha sido de la Fundación en el pasado y qué pretende usted que sea en el futuro?

–Cada nuevo equipo de gobierno tiene sus proyectos y su impronta a la hora de ejecutarlos. En el pasado había unos proyectos y en este nuevo periodo hay otros, diferentes. Lo que conozco bien es el presente, los cambios que hemos realizado y queremos realizar y los proyectos de futuro.

 –Entre esos cambios, se ha visto cierta impronta más aperturista, sobre todo en los cursos de verano, con cursos de indudable éxito sobre cómic y sobre la serie ‘El Ministerio del Tiempo’.

–A través de estos cursos la Universidad se visualiza para determinados colectivos y en determinados lugares donde no lo hace habitualmente. Este año se han realizado muchos cambios y el resultado ha sido muy positivo. Hemos incrementado sustancialmente los alumnos matriculados, la presencia en medios de comunicación y el impacto en los municipios. Además, la complicidad con Ayuntamientos y entidades privadas ha sido absoluta. Vamos a intentar renovar aún más para el año que viene.

–También tuvo piedras por el camino, como el curso que se iba a hacer sobre terapias alternativas en la que profesores de la Universidad mostraron su desacuerdo, ¿no tiene la sensación de que la universidad a veces vive de espaldas al mundo?

–Creo que la universidad como colectivo no vive de espaldas al mundo, eso no significa que existan casos puntuales. Sí creo firmemente que la universidad pública no debe rechazar ningún debate. El único límite está en la vulneración de las leyes. También creo en la libertad de pensamiento y expresión. Hay que tener mucho cuidado en estigmatizar temas, actividades, materias… Es un camino muy peligroso. Mucho más cuando estamos hablando de un curso de verano.

–¿El carácter privado de la Fundación le causa algún problema a la hora de diseñar sus estrategias?

–En absoluto. No solo no causa problemas sino que es un buen instrumento para ayudar en la consecución de los objetivos que tiene encomendada la universidad pública. Un número importante de las universidades españolas y europeas tienen instrumentos parecidos. Esta fórmula de régimen privado que no debe ser utilizada para realizar determinadas actividades y funciones, es un magnífico instrumento para conseguir otros. Lo importante es que la Fundación no sea un objetivo en sí mismo, sino un instrumento –otro más–para ejecutar la política pública universitaria.

–Y en este sentido de instrumento ¿cuáles son los objetivos reales de la Fundación al margen del tópico de difundir la cultura, el deporte…?

–Lo que pretendemos es que la Fundación sea un instrumento eficaz en manos de la Universidad de Málaga, que tenga mecanismos de funcionamiento eficaces y transparentes. Me reitero en la idea de que nuestros objetivos son los objetivos de la Universidad de Málaga. No vamos a dejar de potenciar muchas de las actividades que ya hacíamos, aunque de manera diferente: la formación, cursos de verano y otoño, idiomas, investigación médica, español para extranjeros, cátedras especializadas, fomento del emprendimiento….

–¿Y los nuevos objetivos?

–La internacionalización, con especial referencia a Latinoamérica, para ello ya tenemos una serie de proyectos de envergadura en marcha. Otro es la vinculación con el tejido empresarial y productivo de Málaga, a través de algo que hemos denominado Empresa amiga, con la posibilidad de creación de un Observatorio de Estudios Portuarios. Por último, actuar en el estudio y puesta en valor del patrimonio histórico-cultural, material o inmaterial, de Málaga y su provincia.

–Establecer lazos con Latinoamérica parece lógico…

–La Universidad de Málaga tiene mucho que ofrecer, también mucho que aprender, en el inmenso escenario latinoamericano. Y en este sentido tenemos que ordenar e intensificar todas nuestra relaciones.

–¿Por qué considera que ninguna universidad española figure entre las cien primeras del mundo?

–Probablemente son múltiples motivos. La financiación puede ser una de ellos. También dependerá del ‘ranking’ que se utilice. Pero con independencia de nuestro lugar real, creo que las universidades españolas no se han tomado muy en serio la aportación y la visualización de los datos que justifican el lugar que se ocupa. Los méritos existen pero muchas veces no se ponen de manifiesto en tiempo y forma.

–¿Y no es un tema que preocupe?

–Esa es una cuestión diferente. No seremos una buena o mala universidad por lo que indique un ‘ranking’. Nuestra virtud estará en el nivel de cumplimiento de la función que tenemos encomendadas como servicio público. Tener un premio Nobel en plantilla te permite ascender en el ‘ranking’, pero ello no asegura que estés cumpliendo tu función docente e investigadora, tu formación de ciudadanos y profesionales.

–Entonces, ¿qué modelo defiende usted?

–Hay que defender un modelo social de Universidad, que no sólo aspire a la calidad académica, sino que también se comprometa en el uso del conocimiento que genera y difunde. Que la universidad sea también un agente activo de desarrollo socioeconómico, hacia un país basado en el conocimiento. No conozco ningún país avanzado sin un sólido sistema universitario, y al revés.

–¿Cómo?

–La función social de la Universidad es múltiple. Debe crear y difundir los conocimientos cada vez más completos que se alcancen por la investigación. Debe preparar buenos profesionales que apliquen técnicas y métodos útiles a la sociedad presente y futura, y que sean capaces de seguir atentamente el adelanto de sus profesiones durante toda la vida. Y, sobre todo y ante todo, debe formar ciudadanos capaces de pensamiento y de acción inteligente, decididos y realizadores.

–Y, sin embargo, en ninguna universidad europea los profesores tienen tanta carga administrativa que le impide la imprescindible actividad investigadora…

–Sin duda. Creo que la universidad española tiene que solucionar urgentemente este tema. El sistema se está burocratizando y, además, todas las reformas se quieren realizar a coste cero. Todo ello está limitando la investigación. La Universidad es investigación.

Fuente: http://www.diariosur.es/universidad/201610/30/diego-vera-universidad-buena-20161030002432.html

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Entrevista a Luciana Gentinetta y Sofía Montenegro: ¿Cómo tomar la educación en serio?

¿Cómo tomar la educación en serio?

Por Sebastián De Mitri*

Este martes 25 de Octubre se llevará adelante una Marcha Federal convocada por distintas organizaciones estudiantiles que durante la anterior semana participaron activamente en varias de las tomas de colegios que se realizaron en zona Sur.

El movimiento estudiantil está de pie. Resiste frente a la avanzada de la mercantilización de la enseñanza pública y profundiza sus métodos de lucha, volviendo a hacer propio lo que cotidianamente se le usurpa: la escuela y el sentido público de la misma.

La instancia de toma de una escuela es un paso gigante en la lucha de las y los estudiantes como forma de visibilizar no sólo sus reclamos históricos o coyunturales, sino también de hacer un llamado de atención a los CEOs de la educación, demostrando que existe una fuerza que se organiza por abajo y que no está dispuesta a aceptar proyectos de laboratorio que se le cuelen a las escuelas por la ventana y sin pedir permiso.

Marcha entrevisto a Luciana Gentinetta (ex estudiante del ENAM de Banfield) y Sofía Montenegro (presidenta del Centro de Estudiantes de la ENAM), quienes participaron en la toma de su colegio y nos contaron cómo se organizó y desarrolló la toma, también cuál fue su saldo.

¿Cómo fue el proceso de discusión que atravesó la comunidad estudiantil-docente para decidir la toma de la ENAM?

Sofía: Cuando desde la comisión directiva nos enteramos del Operativo Aprender comenzamos a informarnos y a investigar un poco sobre todo esto. Nos juntamos durante dos semanas con otros centros de estudiantes de colegios de la zona y decidimos que el ENAM, (al ser el colegio foco), tenía que ser la punta de la lanza, ya que si hacíamos una medida tan grande como una toma muchos colegios se sumarían a tomar medidas en contra del operativo. En estas dos semanas nos juntamos con docentes y ex estudiantes, contamos con su apoyo, pero al mismo tiempo algunos creían que era una medida extrema y podía salir mal.

Luciana: A pesar de no estar del todo convencidos de la medida en principio, las y los compañeros supieron argumentar el porqué de la toma tanto con las y los ex estudiantes, como con docentes. Otras medidas llevaban a ser consideradas en el porcentaje de ausentismo del Aprender 2016 y no conducían a frenar el examen. Finalmente la toma del ENAM se decidió por mayoría en una asamblea extraordinaria, contando con el apoyo de la inspectora de la escuela, previo aviso a toda la comunidad educativa.

¿Cuál fue su eje y forma de comunicar para intentar que el barrio y el resto de la comunidad educativa no mire con malos ojos la toma, sino que se sume en defensa de la educación pública dado el ajuste que vive?

L: La difusión dentro y fuera del colegio estuvo centralizada por la comisión de difusión. Quienes participamos allí nos encargamos de contactar a la prensa, de redactar los comunicados diarios y difundir las actividades dentro de la institución. Absolutamente toda la comunidad educativa (en contra o no de la medida y del Operativo), estuvo invitada a acercarse y debatir. A pesar de ello, nadie (de todas las y los que desprestigiaron esta lucha desde la comodidad de sus casas) se asomó por la puerta de la escuela para conversar. Los medios hegemónicos quisieron instalar que sólo queríamos perder clase y que nuestros docentes eran vagos. Para nosotros y nosotras el objetivo estaba cumplido: frenar el Operativo e instalar el tema en todos los medios de comunicación.

Se organizaron por comisiones específicas para garantizar que nada de lo que implica hacer una toma de colegio se les escape. ¿Cómo fue su desenvolvimiento, cuáles fueron los ejes a discutir y las propuestas que salieron de esa instancia?

L: Respecto de las comisiones de trabajo, fue una organización estratégica que planteó la comisión directiva del CEENSAM (centro de estudiantes) desde un principio. El ENAM es muy grande y las y los compas sabían muy bien la responsabilidad que estaban asumiendo. Su organización durante la toma fue excelente: durante las noches la comisión de seguridad se relevaba para verificar que en ningún sector hubiese problemas, en tal caso serían discutidos con los padres, madres y docentes presentes. Todos los días hubo actividades pautadas desde muy temprano a la mañana cuando desayunabamos entre 150 y 270 personas en el gimnasio. Por la noche antes de comer repasábamos las normas de convivencia y debatíamos sobre el Aprender 2016.

Los ejes de discusión partían de las instancias de asamblea. Desde un principio toda la comunidad tuvo las puertas abiertas para debatir y construir respuestas entre todos y todas, y así fue: sea quien sea, participando de la toma, todas y todos estaban en condiciones de argumentar por qué estaban haciendo lo que hacían.

También hay que decir que nos acusaron de antidemocráticos y criticaron la medida de fuerza (corriéndose de lo importante que era la causa), pero lo que no hicieron fue acercarse, participar y argumentar posturas con criterio, como sí lo hicieron las y los estudiantes.

Aunque se esmeren profundamente para desviar la corriente del problema, ni Macri ni Bullrich pueden esquivarle el bulto a semejante repudio frente al Operativo Aprender. En 6 de los 21 distritos escolares de la CABA, el rechazo a las evaluaciones impuestas rondó entre el 50 y el 90%. En algunos casos las y los docentes se opusieron llevando carteles con la consigna “Nosotrxs enseñamos, nosotrxs evaluamos”, en otros, las y los estudiantes rompieron las evaluaciones y denunciaron que las mismas no eran anónimas dado que cada una tenía un número asociado al lugar de la lista que ocupaba cada estudiante. Es claro que el gobierno no se hará cargo frente al llamado de atención que está haciendo la comunidad educativa; en ese sentido, ¿existe una lectura y postura de conjunto de las y los docentes frente al cómo seguir luego de haber finalizado la toma más allá de la Marcha Federal del próximo martes 25?

L: Como desde el principio, este gobierno dice y se desdice todo el tiempo jugando cínicamente con todas las y los argentinos frente a cada política llevada a cabo. Constatamos que los exámenes no eran anónimos, pero en la página del Ministerio de Educación decía algo diferente. Dicen querer tener una radiografía de la educación pero prejuzgan que a las escuelas públicas les va a ir mal, dicen querer profundizar la educación con datos fehacientes invirtiendo 150 millones de pesos en el examen pero subejecutan el presupuesto en el resto de las áreas votado en el Congreso el año pasado. Nuestro ministro debería enterarse que los problemas en educación no son sólo de evaluación: son de infraestructura, salario, de contención para nuestros pibes, pero pareciera no importar.

La postura de conjunto con las y los docentes es que la lucha por la educación pública debe mantenerse y que el debate debe ser dado en las aulas y el resto de los espacios educativos. Frente a un blindaje mediático importante y un Estado que no se responsabiliza de sus políticas de ajuste y busca culpas afuera, es necesario informarnos y generar conciencia, estudiar y poder ser críticos más allá de lo que vemos en televisión. Después de años, la Coordinadora Independiente de Centros de Estudiante de Zona Sur se ha conformado y ese es el mayor ejemplo de que esta lucha continúa.

¿Qué mensaje quieren dejar para las y los estudiantes que vienen sufriendo la avanzada de la derecha sobre el derecho de aprender dignamente bajo el ala de la gestión estatal y pública?

No bajar los brazos es el mensaje más sincero que podemos dar ahora. No creímos llegar tan lejos y lo logramos porque estamos juntos y organizados. Acá hay pibes que quieren estudiar, formarse dignamente y que el pueblo tenga esa misma posibilidad. No vamos a dejar que pisoteen nuestros derechos y hagan de nuestra educación una mercancía. Esta generación es de lucha y está más consciente que nunca.

Fuente: http://www.marcha.org.ar/como-tomar-la-educacion-en-serio/

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Entrevista a Ada Montano: La deserción escolar es un reflejo de la exclusión

«Romper un modelo social de exclusión incorporando prácticas concretas en el aula, modificando los programas educativos y ante todo aplicando una política educativa diferente a la tradicional» plantea la licenciada Ada Montano para lograr una educación inclusiva.

La especialista llegó a Mendoza desde su país, El Salvador, para dar una conferencia en el 4º Encuentro Internacional de Inclusión Educativa y Social y el 1º Congreso Latinoamericano La Escuela Inclusiva en el Sistema Educativo.
«Si tuviese que elegir un lugar para vivir, sin dudas sería Mendoza. Es la tercera vez que vengo y cada vez me gusta más», comenta la mujer que sonríe mientras habla de lo que siente por nuestra provincia.
–¿Es clave fomentar el tema de la inclusión en las escuelas?
–En realidad estamos hablando de una transformación social, de aprender nuevas prácticas sociales, de un replanteamiento en ese sentido y para esto es necesario mirar todas las condiciones que generaron exclusión para ver cuál es el camino a retomar. La Unesco dice que nuestra región es la más desigual, no la más pobre. Y esto tiene que ver con las historias de exclusión que tuvo y padeció históricamente Latinoamérica.
–¿Cuál sería el camino para cambiar el modelo?
–Por empezar, faltan políticas de Estado que se sostengan en el tiempo. No vamos a poder abordar una problemática multifactorial que ha sido construida en el tiempo en 5 años. Esto lleva más tiempo, ya que siempre hemos tenido visiones parciales de cómo se debe abordar este tema.
–¿Quiénes sufren mayor exclusión en la educación?
–Las niñas son un claro ejemplo, ya que tradicionalmente el niño es el que tiene prioridad, el que debe estudiar una carrera universitaria, mientras la mujer a veces está relegada a otros tipos de estudios. También los niños con discapacidad, deberían recibir una educación más adecuada a sus necesidades. Y también los pueblos originarios, porque la escuela no responde a lo que ellos requieren.
«En realidad, cada niño es diferente y la educación inclusiva plantea un sistema que sea capaz de responder a las necesidades de la sociedad que atiende».
–¿Es difícil a veces, en el contexto que viven los docentes, darles respuestas diferenciadas a todos?
–No queremos descargar este tema solamente en el docente. Hay que hacer una revisión integral del sistema educativo, su estructura, el gobierno debe plantearse esto. Hay que hacer una revaloración del docente, una dignificación del magisterio, y esto tiene que ver con un salario pero no sólo con eso, sino que se debe apuntar a un reconocimiento social que ha ido perdiendo. La escuela es una gran posibilidad del cambio, pero si el docente esta insatisfecho cae en la frustración y el sistema colapsa.
–¿La deserción se relaciona con la exclusión?
–Sí, la deserción escolar es reflejo de la exclusión del sistema educativo ya que no atiende a los chicos de acuerdo con sus necesidades. También la repitencia tiene que ver con un sistema que no es capaz de dar respuesta. En mi país hay un ingreso a la escuela del 99%, pero el 40% no termina la secundaria.
40% de los alumnos. Son los que comienzan la escuela secundaria y no terminan sus estudios en El Salvador, el país de la licenciada Ada Montano.
El programa
El 4º Encuentro Internacional de Inclusión Educativa y Social y el 1º Congreso Internacional sobre la Escuela Inclusiva comenzó ayer en la Nave Universitaria y finaliza mañana. Está organizado por la Universidad de Congreso, la UNCuyo y la Fundación Bologna en Mendoza.
«El encuentro tiene como propósito reiterar en la agenda política, educativa y social temas reivindicativos vinculados con el derecho a una educación para todos, así como dejar planteados instrumentos prácticos que favorezcan el desarrollo de competencias para que todos los ciudadanos contribuyamos a la construcción social desde el saber hacer y el ser como la máxima aspiración individual y social», explicó José Jorge Chade, presidente de la Fundación Bologna y coordinador del encuentro.
Este viernes la jornada comenzaba a las 9 con la charla Apreciación sobre educación intercultural, a cargo de las licenciadas Mercedes Sola y Cristina Isenrath, de la Universidad de Congreso.
Al finalizar el encuentro, se hará una mesa redonda interactiva coordinada por la licenciada Ada Montano. Mañana a las 9 será el turno del licenciado de Córdoba Diego Beltramone, quien hablará sobre el aprendizaje significativo en alumnos de una escuela especial. Y desde las 17 se hará un encuentro que tiene como fin la clausura de los dos congresos, que contaron con exponentes locales y del exterior.
Fuente: http://www.diariouno.com.ar/afondo/la-desercion-escolar-es-un-reflejo-la-exclusion-20161014-n1262917.html
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