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Ingrid Robeyns: “Debe haber límites para lo que queremos tener”

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Entrevista a Albert Sangrà: “La mayor angustia de alumnos, familias y docentes es que desconocíamos lo que se nos venía encima”

Entrevista/09 Julio 2020/Autor: Nacho Meneses/elpais.com

El posible impacto de los rebrotes de coronavirus una vez iniciado el curso hace necesario avanzar a un modelo de escuela híbrida, bien diseñado y con los recursos suficientes

La crisis sanitaria provocada por la pandemia de covid-19 ha supuesto un verdadero terremoto para la educación de muchos países. En España, más de 10 millones de alumnos se vieron de la noche a la mañana empujados a un largo confinamiento que obligó a repensar, de urgencia, todo un sistema educativo, y la posibilidad de que surjan nuevos rebrotes de la enfermedad en el otoño obliga a considerar todos los escenarios posibles. Entre ellos, el de la escuela híbrida, que de una u otra manera combina periodos de enseñanza presencial y online, se erige como uno de los más probables. Pero ¿cómo debería ser esta educación mixta? ¿De qué manera es necesario prepararse? De ello hablamos con Albert Sangrà, profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

Pregunta. ¿Cómo debería ser un modelo híbrido presencial y online?

Respuesta. Hay a quien le gusta decir que los modelos híbridos son la solución a todo porque toman lo mejor de los dos mundos, el presencial y el virtual. Pero lo cierto es que eso depende de muchas cosas. Tenemos que prepararnos para modelos híbridos no programados, aquellos que, desgraciadamente, sean el resultado de un nuevo confinamiento general o parcial, o de la necesidad de no disponer de todo el espacio en las aulas, y tener que funcionar con grupos alternos, en los que unos días van unos y otros días van otros.

Si la escuela no puede ser presencial, ¿cómo actuamos? No podemos repetir lo que hemos hecho hasta ahora, porque entonces sí que demostraríamos ser incapaces de gestionar de forma adecuada nuestro sistema educativo. Si ya sabemos que esto puede suceder, vamos a establecer protocolos y mecanismos que nos permitan hacer frente a modelos híbridos no programados, que no sabemos cuándo van a suceder; son los que nos sacarán mejor las castañas del fuego.

P. Pero no todos los centros tienen los mismos recursos.

R. Los modelos han de ser lo suficientemente flexibles en su aplicación como para tener en cuenta la diversidad entre centros. Más que de muchas directrices, soy partidario de desarrollar unos modelos híbridos que permitan a los centros tener una cierta capacidad de actuación.

A los centros educativos se les está dando la responsabilidad de aplicarlo, pero no sé si se les proporciona la formación y las herramientas necesarias para hacerlo. Si no se hace, la sensación es que tenemos que volver a clase a cualquier precio, y en estos momentos ese precio es muy alto. Vamos a empezar el curso de manera presencial, pero nadie nos dice cuántas veces tendremos que dejar de hacerlo a lo largo del próximo año o de los dos próximos cursos.

P. ¿El modelo mixto es siempre preferible a un modelo puramente virtual?

R. Si nos encontramos en una situación en la que nos dicen que mañana no se puede ir a clase, tengo que tener una solución preparada, y si no puedo ir a la escuela, a lo mejor no es híbrida. Es necesario desarrollar una buena solución online, no un parche, como hemos intentado poner hasta ahora, con muy buena voluntad. Claro que tendríamos que dar un enorme reconocimiento a todos los profesores y profesoras, y a los directores y directoras de centros, que durante ese periodo han hecho lo posible (y más) para dar servicio a todos los alumnos y alumnas; pero eso no significa que fuera lo mejor: es lo que era posible y viable en esos momentos y condiciones.

Ahora es diferente, porque lo podemos ver venir. Por eso, si no nos preparamos para otra eventualidad semejante, es que somos tontos de remate. Hay que hablar de cómo tiene que ser una educación online de calidad, que nos permita alcanzar resultados parejos e incluso superiores a lo presencial. Cuando podamos, volveremos a hacerlo presencial y, a lo mejor, como hemos aprendido mucho al hacer lo otro, podremos pasar por periodos en los que digamos “mira, esto lo podéis hacer desde casa, en el entorno virtual”. Hibridizar eso nos resulta más fácil, porque sabemos hacerlo y porque vemos que tiene unos beneficios que antes desconocíamos y que ahora pueden dar un valor añadido.

El profesor Albert Sangrà.
El profesor Albert Sangrà. UOC

P. ¿No sería mejor comenzar el curso con un modelo ya híbrido establecido, sin esperar a ver si pasa algo?

R. Yo creo que sí, y por eso te hablo de un modelo híbrido no programado. Hay que diseñar las actividades que vayamos a realizar de manera que puedan ser reversibles, y que si sucede algo puedan continuarse de manera online. Eso significa diseñarlas muy bien, y dedicarles mucho más tiempo. Las familias y la sociedad a veces no se dan cuenta del tiempo que implica trabajar como docente; no es solo las horas físicas delante de los alumnos, sino todas aquellas de programación para que luego todo funcione como es debido. En un entorno online, eso es todavía más exigente y necesario.

Es imprescindible formar a nuestros estudiantes en este tipo de actividades, que a veces serán presenciales y a veces virtuales; sobre cómo funcionan y cómo pasar de un momento a otro. Debemos tener transiciones fluidas, y esto solo puede suceder si están ya diseñadas y si hemos formado a las personas para que sepan cómo actuar llegado el momento. La mayor angustia que estos días han sentido muchos alumnos, alumnas, docentes y familias, se ha debido a que desconocíamos lo que se nos venía encima. No sabíamos lo que iba a pasar después.

P. ¿Tenemos tiempo para formar a los docentes?

R. Lo primero que es necesario es un cambio de cultura, pero también hay que asumir que no va a suceder de un día para otro. Probablemente nos costará bastante la primera vez; pero si lo vamos trabajando, cada vez tendremos más facilidad. Yo doy por sentado que vamos a empezar el curso presencialmente, pero supongamos que tenemos un rebrote a mediados de octubre o principios de noviembre. Si en septiembre hemos empezado a formar a los estudiantes sobre lo que pueda venir, sobre cómo se tienen que preparar y cómo vamos a cambiar el tipo de actividades, cuando tengamos que migrar a un entorno completamente online, es posible que muchas cosas ya sepan hacerlas.

En estos entornos, es fundamental desarrollar al máximo la autonomía de trabajo personal. Es verdad que en edades más tempranas esto es más difícil, porque aún no se ha generado, pero hay que empezar a trabajar en ello. Para el curso próximo, la competencia básica de aprender a aprender tendría que trabajarse en todos los centros de España, porque eso permitirá a los alumnos organizarse y sacar más provecho de los momentos de no presencialidad.

P. La brecha digital no facilita la implantación de un modelo como este…

R. La situación actual ha puesto de manifiesto una serie de problemas del sistema educativo que ya vienen de antes, y que nadie puede esperar que lo solucionen ni la educación digital ni la híbrida. Las desigualdades sociales existen con y sin online, solo que de esta manera se ponen más de manifiesto y no se pueden esconder.

Tenemos que resolver un problema de recursos, empezando por la conexión a Internet de todo el mundo. El acceso a Internet tendría que ser un derecho universal, porque a través de él accedemos a la mayor parte de la información; es lo mismo que cuando se desarrollaron las bibliotecas populares en el siglo pasado, para que todo el mundo tuviera acceso a los libros y a la lectura. En este momento, garantizar el acceso a la alfabetización significa darles acceso a Internet para que puedan ser competentes digitales, con el criterio necesario para poder usar los dispositivos a su alcance, ya sean móviles, tabletas u ordenadores portátiles.

Las administraciones y gobiernos deberían de ocuparse de este aspecto tecnológico, porque sería su contribución para eliminar la brecha digital: esta existe solo si queremos que exista, y hasta ahora, los gobiernos no han puesto de su parte para eliminarla. Ahora nos damos cuenta de que, si no hubiera habido brecha digital, la situación vivida hubiera sido mucho más llevadera para todos. En algunas comunidades, como es el caso de Cataluña, el Gobierno ha facilitado ese acceso a través de paquetes de conectividad para las familias que no lo tenían, e incluso ha facilitado tabletas y computadoras en préstamo o dación. No significa un gasto excesivo para el erario público, y te resuelve un problema de brecha digital. No sé a qué estamos esperando.

P. ¿Qué otras necesidades hay?

R. Es necesario formar tanto a los alumnos como a los docentes, para que el uso de estos mecanismos digitales no sea una mera trasposición en el entorno digital de lo que hacemos en clase presencialmente. Y eso requiere un cierto tiempo. A veces me dicen: “Bueno, pero es que los alumnos de eso saben más que nosotros”. No, perdone. Sus alumnos saben usar más Instagram y TikTok, y si me apuran, en algún caso Tinder. Pero no saben utilizarlo con una finalidad de aprendizaje.

Por otro lado, tenemos de educar también a las familias, para que estas crezcan en su propia competencia digital ciudadana y que entiendan mejor el trabajo que hacen los alumnos en casa, y también la labor de los profesores. Hay un gran nivel de incomprensión sobre el trabajo escolar en entornos digitales, porque las familias, en general, tienen su propia imagen de lo que tiene que ser la escuela, que proviene de cuando ellos mismos iban a la escuela. Pero de eso hace 30 o 40 años, en los que han pasado muchas cosas, los métodos han cambiado y los contenidos no son exactamente los mismos.

Hay quien piensa que la docencia en línea requiere menos trabajo, pero es justo al revés. Y si alguien tiene que gestionar a la vez un entorno virtual y presencial, su carga de trabajo va a ser muy alta. Aquí valdría la pena empezar a introducir en los centros figuras docentes (profesionales de la educación) que sean asistentes de los profesores en esos entornos online. El concepto adecuado sería tender a escenarios de codocencia en los que nos distribuimos lo online y presencial a partes iguales. Hay multitud de mecanismos para poderlo hacer; muchísimos docentes que están en situación de interinaje, y que no tienen plaza en estos momentos; otros que están esperando oposiciones o haciendo sustituciones temporales; estudiantes en prácticas que también podrían ayudar… Si repensamos la organización de los centros escolares a partir de la idea de ese modelo híbrido no programado, lo haremos de otra manera, y la Administración ha de ayudar.

P. ¿Debemos adoptar un sistema de enseñanza basado en las competencias?

R. Sí, pero tengo que recordar que esto no es nuevo; el currículum por competencias hace años que está instalado y que teóricamente funciona. El gran problema que tenemos es que seguimos evaluando por contenidos, no por competencias. Una de las grandes asignaturas pendientes de nuestro sistema es cambiar el sistema de evaluación, porque parece que todo gira en torno a la evaluación; que lo más importante es si vamos a realizar exámenes o no, cuando en realidad lo verdaderamente relevante es que los estudiantes aprendan. Y luego ya veremos de qué forma disponemos de evidencias para saber lo que han aprendido.

Para basarse en competencias, yo recomendaría desarrollar metodologías globalizadas, tendentes hacia el aprendizaje por proyectos, basado en problemas y casos, que integren conocimientos de distintos campos disciplinarios. Se trata de romper un tanto la estructura en asignaturas por otra que nos permita adquirir las competencias, a la vez que desarrollamos conocimientos a partir de situaciones reales.

P. Si esta situación se prolonga mucho en el tiempo, ¿qué impacto podría llegar a tener en la socialización y el desarrollo de los estudiantes?

R. Es importante que la socialización sea presencial, si es posible. Pero si no puede ser, vamos a desarrollar mecanismos que nos permitan socializar en los entornos virtuales. Si me conecto en un entorno de forma síncrona, pero lo hago con seis alumnos en vez de con 30, más que dar una clase lo que tengo que intentar es que sea un espacio de socialización, que nos comprendamos, que nos entendamos y expliquemos lo que pensamos o lo que nos sucede. Después, los contenidos se pueden a aprender de otras maneras, no hace falta que siempre haya una persona que lo dicte. En estos modelos híbridos, el profesorado debería diseñar, y tener preparadas, actividades que sean tendentes a esta socialización.

P. Un modelo híbrido de esta naturaleza puede presentar serios problemas de conciliación a las familias…

R. Es un tema más delicado, ya que si hablamos de empresas no siempre puedes intervenir de la misma forma. Se podrían desarrollar ayudas para las familias que no puedan atender a su hijo, porque por ejemplo los dos trabajen fuera. Creo que una de las estrategias que se va a utilizar, de entrada, es reducir al máximo que estos alumnos tengan que quedarse en casa. En países europeos como Bélgica u Holanda, donde el índice de contagios no había superado un umbral determinado, se ha resuelto sin hacer confinamientos totales: los niños de las familias con ciertas dificultades han podido seguir yendo a la escuela, atendidos por un retén de maestros. Hay que ser muy creativos e imaginativos, para identificar todas las casuísticas que pueden darse, y a partir de ahí vehicular mecanismos que ayuden.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/economia/2020/07/08/actualidad/1594200109_228848.html

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Entrevista a: El rector de la Universidad de Córdoba y presidente del Sistema Universitario Estatal, SUE, Jairo Torres Oviedo»Gratuidad en universidades públicas costaría $677 mil millones»

Entrevista/09 Julio 2020/Autor y fuente: Semana.com

Según el Sistema Universitario Estatal, la matrícula de 621 mil estudiantes de pregrado de las 32 instituciones está garantizada para el segundo semestre.

El rector de la Universidad de Córdoba y presidente del Sistema Universitario Estatal, SUE, Jairo Torres Oviedo, destacó el esfuerzo que han hecho el Gobierno y los entes territoriales para garantizar la educación de los más de 621 mil estudiantes de pregrado de las 32 universidades públicas del país. No obstante, hizo un llamado a mantener esta política en el tiempo y no aplicarla solo por la pandemia.

SEMANA: ¿Cómo ha avanzado el semestre académico para las universidades públicas en medio de la pandemia?
Jairo Torres Oviedo (J.T.O.): Desde 2018, las universidades públicas hemos tenido anormalidad académica, el paro nacional, que tuvo como resultado unos acuerdos históricos por 4,5 billones de pesos para las universidades. Eso retrasó a algunas instituciones. En 2019, las marchas y movilizaciones también afectaron el calendario académico. Por esta razón, cuando empieza la pandemia, 12 de las 32 universidades públicas no habían terminado ni siquiera el segundo semestre académico de 2019. Todo el tema del coronavirus, como es bien conocido, cambia el panorama de la educación superior y nos enfrenta a unas realidades que en este país nos han significado un verdadero reto para dar continuidad a la educación; por ejemplo, el tema de la brecha tecnológica.
SEMANA: ¿Pudieron terminar el semestre las universidades públicas?
J.T.O.: Hubo plataformas estudiantiles pidiéndonos que suspendiéramos el semestre debido a todas las dificultades. Mantuvimos el pulso, cada una de las universidades hizo esfuerzos importantes y las 12 universidades que venían culminando el pasado semestre académico lo hicieron y se disponen a iniciar el primer semestre académico de 2020. En las otras universidades culminamos semestre a tiempo.
SEMANA: ¿Qué balance tienen las universidades públicas tras cuatro meses de pandemia?
J.T.O.: Es positivo haber acabado el semestre y también lo es el hecho de que pudimos recibir apoyos por $97.500 milones por parte del Gobierno, para garantizar la educación de estratos 1 y 2, que están en condición de vulnerabilidad en las universidades públicas. Hemos solicitado apoyo para superar las brechas en materia de conectividad y hemos conseguido recursos. Esa parte es positiva.
SEMANA: Muchas universidades prevén un desplome en las matrículas. ¿Cuál es la proyección en las públicas?

J.T.O.: Como SUE hicimos un sondeo y evidenciamos que la deserción para el próximo semestre sería muy compleja debido a la crisis económica que ha generado el coronavirus. Hay que tener en cuenta que el 70,9 % de los 621 mil estudiantes matriculados en las 32 universidades públicas son de estratos 1 y 2. Sin duda, la deserción nos preocupa porque, por la pandemia, las familias de esos estudiantes se han visto afectadas, han perdido sus empleos. Por esa razón, para evitar esa deserción que creemos podía ser del 50 %, propusimos el modelo de gratuidad en la educación para las universidades públicas.

SEMANA: ¿Qué le propusieron al Gobierno respecto a la gratuidad?

J.T.O.: Pusimos como ejemplo lo que hicimos en la Universidad de Córdoba y que se ha replicado en otras universidades públicas. Hay que tener en cuenta varios factores. El 48 % de los recursos de las 32 universidades del SUE son propios. Eso equivale a 3,5 billones de pesos al año. De esos 3,5 billones, 1,1 billones equivalen a las matrículas, que 677 mil millones son de matrículas de pregrados y el resto son de posgrados. En ese orden de ideas, si el Gobierno quisiera montar una política pública de gratuidad para los estratos 1 y 2, eso costaría 677 mil millones de pesos al año. Eso les planteamos.

SEMANA: ¿Es factible tener esos recursos?
J.T.O.: Lastimosamente, no es la realidad. Por esa razón, las universidades buscan otras fuentes de financiación. Primera fuente: las matrículas de pregrado. Por eso, las matrículas en universidades públicas tienen un valor que oscila entre 380 mil y un millón de pesos en las universidades regionales. Por ejemplo, en Córdoba una matrícula de pregrado cuesta 500 mil pesos. Además, están las matrículas de posgrado, venta de servicios, laboratorios, diplomados, seminarios y cursos, que nos ayudan a constituir los recursos de ese 48 %. El Gobierno nos dio la línea de crédito para solventar nómina y los 97.500 millones para repartir entre las 32 instituciones públicas. Algunas recibieron 3.000 millones pesos; otras más y otras menos.
SEMANA: ¿Alcanzaron los 97.500 millones para el modelo que proponen? 

J.T.O.: En Córdoba, las matrículas de los 17 mil estudiantes nos cuestan 13 mil millones de pesos al año, es decir, por semestre son 6.500 millones. Una fuente fueron los $2.500 millones que nos tocaron del total que dio el Gobierno, la Gobernación nos dio 1.000 millones de pesos, la Alcaldía de Montería nos dio 600 millones, a lo que sumamos otros recursos que teníamos del monto que se consiguió durante el paro de 2018. Los teníamos destinados para otras cosas pero se usaron para la gratuidad. Ese mismo modelo lo hicieron Magdalena, Cartagena, Cundinamarca y la gran mayoría de instituciones. Pero es un modelo transitorio. El reto es volver este modelo permanente en el tiempo, porque después del segundo semestre la crisis no desaparecerá como si nada.
SEMANA: ¿Cómo establecer ese modelo de gratuidad de manera permanente?

J.T.O.: Proponemos al presidente Duque que se incrementen esos 97.500 millones a 200 mil millones en forma permanente para la gratuidad. En Córdoba, a través de ordenanza de la asamblea, se creó el Fondo de Educación Superior, que lo componen 15 % del impuesto de registro y 5 % de licores; es decir, que va a manejar 3.200 millones fijos que se actualiza año tras año. Nosotros con ese fondo, que va a perdurar, tendremos la fuente de recursos. Propusimos al alcalde de Montería que haga un fondo similar. Creemos que ese modelo se puede replicar en todo el país.

SEMANA: ¿Entonces está asegurada la educación de los 620 mil estudiantes de universidades públicas de cara al segundo semestre?
J.T.O.: La educación de nuestros estudiantes en las 32 universidades públicas está garantizada. Como digo, por la procedencia de nuestros estudiantes, esos estratos 1 y 2 tienen su gratuidad. Eso está garantizado. Hay que reconocer el esfuerzo del Gobierno nacional y los entes territoriales.
SEMANA: ¿Qué pasa con el 30 % de otros estratos? La crisis ha tocado prácticamente a todos los sectores…
J.T.O.: La clase media está sin empleo. Sé que las prioridades de un padre de familia en esa situación no es el estudio para sus hijos. En las universidades públicas, al haber hecho el esfuerzo tan grande para la gratuidad en los estratos 1 y 2, también incluimos al resto de comunidad estudiantil. En Córdoba eran 350 muchachos. Los vinculamos en estos modelos de gratuidad y lo mismo se está aplicando en otras regiones. En un futuro se debe mirar el tema de esos sectores, teniendo en cuenta las posibilidades de cada estudiante y su familia. De eso se trata un modelo de gratuidad justo y equitativo: que cada quien aporte de acuerdo con sus posibilidades para garantizar la educación de los más vulnerables.
SEMANA: ¿En el segundo semestre del año volverán a la presencialidad?
J.T.O.: En el caso de las ocho universidades del Caribe, decidimos que no retomaremos la presencialidad, ya que esta región ha sido muy impactada por la pandemia. No queremos correr ningún riesgo con la alternancia. En las otras regiones cada universidad será autónoma, aunque otras se han sumado, como es el caso de la Universidad Nacional. Hay que tener en cuenta que adoptar los lineamientos del ministerio costaría a las universidades grandes inversiones, y en el momento no están los recursos.
Fuente e imagen tomadas de: https://www.semana.com/educacion/articulo/es-posible-la-educacion-superior-gratuita-entrevista-al-presidente-del-sue/683724
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Entrevista a Carlos Ocampo: Niños: «La falta de estimulación puede retrasar la ganancia de habilidades”

Entrevista/09 Julio 2020/Autor y fuente: Semana.com

El neurólogo infantil Carlos Ocampo advierte las graves consecuencias que puede tener el encierro en el desarrollo de los menores de cinco años.

La salida de un niño del jardín infantil es un drama en múltiples frentes. Por un lado, tiene al borde de la quiebra a muchas de estas instituciones, que son esenciales no solo en la cadena de aprendizaje de los niños pequeños, sino en su alimentación y su ingreso a la vida en sociedad. Se estima que en todo el país hay cerca de 4.000 jardines debidamente inscritos, aunque cientos más funcionan de manera informal, de los cuales dependen 40 mil empleos directos, la mayoría de mujeres.

Pero el problema va mucho más allá de esos números ya que retirar un niño de estos centros también puede tener consecuencias severas en su desarrollo, más teniendo en cuenta la importancia de la educación en la primera infancia. El neurólogo infantil y experto en comportamiento y conducta Carlos Ocampo advierte las graves e irreversibles consecuencias que pueden traer en el desarrollo de los niños menores de cinco años estos meses de cuarentena.

SEMANA: ¿Por qué la primera infancia es tan importante en el aprendizaje de un niño? 

Carlos Ocamo: La primera infancia es el periodo comprendido desde el nacimiento hasta los 8 años de edad. Este periódico es importante dado que se generan conexiones y redes neuronales continuas que favorecen la adquisición de habilidades desde el periodo del neurodesarrollo inicial hasta la escolaridad ya establecida.

SEMANA: ¿Qué factores inciden en que el cerebro no se desarrolle de manera adecuada?

Carlos Ocampo: Existen muchos factores que pueden alterar proceso normal del desarrollo. Entre ellos están los problemas durante el embarazo, inconvenientes en el momento del nacimiento y durante el periodo posterior a este. Estas situaciones conllevan a complicaciones como las hipoxias (falta de oxígeno) al nacer, la desnutrición, las enfermedades como el hipotiroidismo, enfermedades cardíacas o enfermedades genéticas entre muchas otras.

SEMANA: ¿Qué factores positivos pueden estimular ese desarrollo?

Carlos Ocampo: La estimulación temprana es ese arte de iniciar lo más rápido posible el acompañamiento y la enseñanza en todas las áreas de la vida diaria, estimulando la comunicación efectiva, la motricidad fina y gruesa, la socialización, y la estimulación para el aprendizaje matemático y de lecto/escritura.

SEMANA: En esta cuarentena muchos niños han estado encerrados por meses. ¿Qué implicaciones tiene esto en el desarrollo de los niños?

Carlos Ocampo: La falta de estimulación adecuada puede retrasar la ganancia de habilidades y generar la pérdida o el olvido de algunas destrezas ya adquiridas, tanto en las áreas académicas como a nivel comportamental.

SEMANA: Ese encierro va acompañado de cosas como un aumento del tiempo en pantallas y una disminución de otras actividades más lúdicas. ¿Qué impacto tiene eso?

Carlos Ocampo: El uso de la tecnología es un camino de doble vía. Cuando se utiliza de forma adecuada, puede favorecer el aprendizaje y apoyar muchas actividades de recreación. A su vez esta misma tecnología, sin un propósito y sin control, puede generar conductas disruptivas (negativas) que terminan en el incumplimiento de normas, horarios y trastornos de alimentación y de trastornos del sueño.

SEMANA: Las familias viven situaciones difíciles: pérdida de empleo, trabajo en casa, enfermedades etc, ¿Cómo afecta esa tensión el desarrollo de los niños a esa edad? 

Carlos Ocampo: Todo ambiente negativo (por estrés, conflictos intrafamiliares, ausencia de recursos básicos para el sostenimiento del hogar, ausencia de algún miembro importante por enfermedad u otra causa) puede producir actitudes, reacciones y expresiones negativas en los cuidadores que generan un retroceso comportamental en los niños, con criterios de ansiedad, depresión, hiperactividad. En muchas ocasiones, esto se da por la falta del conocimiento y del acompañamiento que lleven a un proceso de adaptación y comprensión más adecuado.

SEMANA: ¿Qué podría hacer un jardín infantil para que no se estropee el proceso de aprendizaje?  

Carlos Ocampo: Continuar con el proceso de acompañamiento para la educación, estructurando estrategias de aprendizaje para las niños y enseñando a los cuidadores mecanismos que faciliten el cumplimiento de los objetivos académicos.

SEMANA: ¿Qué tan importante es el relacionamiento a esa edad con otros niños? 

Carlos Ocampo: El relacionamiento de los niños en la primera infancia es de gran importancia. En este periodo se construyen los vínculos sociales iniciales, con el aprendizaje de normas. Las conductas adaptativas ayudan a tener tolerancia a los diferentes desenlaces (alegría, frustración, triunfo  o derrota) de la vida diaria.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.semana.com/educacion/articulo/cuales-son-los-efectos-de-retirar-a-un-nino-del-jardin-o-el-colegio/683311

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Entrevista a Franco “Bifo” Berardi: Estamos entrando en la época de la extinción”

Por: Núria Navarro

El filósofo italiano alerta de que solo se puede evitar la caída apostando por la igualdad en la era poscovid.

Uno de los astros de la filosofía que no ha pedido tiempo añadido para reflexionar sobre las consecuencias del covid -ha firmado artículos y dado charlas en ‘streaming’ como la organizada por el Palau Macaya de la Fundació La Caixa– es el italiano Franco (Bifo) Berardi (Bolonia, 1949), un rebeldón que germinó en mayo del 68 y que llevaba tiempo avisando de que vivíamos en el interior del “cadáver del capitalismo” y no nos dábamos cuenta.

-¿Esta era la vía de salida del “cadáver”? ¿Una pandemia?
-Sí. Ha venido de una dimensión biológica, ha circulado por la órbita mediática y se ha insertado en la esfera psíquica, cambiando la perspectiva. Pero salir del ‘cadáver’ no es suficiente.

-¿Toca hacer limpieza?

-Toca inventar formas de sobrevivir que privilegien lo útil por encima de la acumulación del (abstracto) valor monetario. Pienso que salimos de la época en que la expansión era posible y deseable para una parte de la sociedad, y estamos entrando en la época de la extinción.

-¡No más malas noticias, por favor!
-Para perseguir la expansión, el capitalismo empezó a destrozar masivamente los recursos físicos del planeta y las energías nerviosas de los humanos. Puso las bases de la extinción. Cuando la depresión produzca efectos políticos de agresividad, enemistad y miedo, la extinción es probable.

-¿No hay vuelta de hoja?
-No, si no logramos permanecer en el exterior del ‘cadáver’, si aceptamos volver a la normalidad del mercado, del capitalismo, de la aceleración psicótica. La condición pandémica -sumada al cambio climático- es el momento de redefinir el horizonte de la economía, de la relación social, de la intimidad misma.

-¿Por dónde pasará la felicidad fuera de la idea de crecimiento?
-‘Felicidad’ y ‘crecimiento’ son términos incompatibles. Propongo que olvidemos palabras complicadas como ‘felicidad’. ¿Me permite reformular la pregunta?

-Adelante.
-La pregunta es: ¿por dónde pasará la satisfacción de las necesidades básicas de la comunidad?

-¿Y la respuesta?

-En lo que ya existe: en nuestro saber, tecnología y potencia de producción, pero enfocados al interés de todos. En los próximos meses –y años– nos veremos obligados a elegir entre una miseria creciente y la redistribución de la riqueza existente. Si una minoría explotadora pretende mantener sus privilegios, vendrán años de guerra civil en todos los lugares de la Tierra. ¿La manera de evitarlo? ¡La igualdad!

-¿Qué entiende por ‘igualdad’?
-No me refiero a la renuncia, sino a una percepción frugal del gozo y de la riqueza. ‘Riqueza’ es el placer de las cosas y de los acontecimientos, y sobre todo es el tiempo para gozar de lo que tenemos. La reconquista del tiempo –que paradójicamente ha posibilitado el covid– es crucial. Debemos de ser capaces de conjugar seguridad y sensualidad.

-Usted solía invitar a “reconocer el placer en el cuerpo del otro”. Y ya ve.
-Cuando pienso en el futuro, lo más difícil de imaginar es cómo percibiremos el cuerpo del otro en la calle, en el café, en la cama. Es probable que salgamos del distanciamiento social con un miedo instintivo al cuerpo del otro, a sus labios.

“Puede que la dimensión ‘on line’ nos recuerde a una época angustiosa y volvamos a la sensualidad”

-Como ocurrió en los años 80, con el sida.
-Fue una bomba psíquica, sí. Pero ahora puede también que se manifieste un poderoso movimiento de acercamiento y de sensualidad, porque la dimensión ‘on line’ se volverá un recuerdo de una época angustiosa, como un síntoma de la enfermedad. Aquí veo el germen de un verdadero movimiento cultural, estético y social.

-Afectos, trabajo, escuela y ocio, de momento, pasan por las pantallas.
-La pantalla es el lugar de la seguridad, pero es también el lugar de la anestesia, de la ablación de la sensualidad. ¿Podemos imaginar una humanidad que se libere definitivamente de la ternura física, de la seducción de los ojos, de los labios, de las manos que se tocan delicadamente?

-¿Puede usted?
-Yo no lo puedo imaginar, y punto. Si lo imagino, es la peor distopía: un mundo eficiente, exacto, perfectamente compatible con la matemática financiera, pero muerto. Me hundiría.

‘Colomba e corvo’, un collage de Bifo Berardi realizado durante el confinamiento.

-Cuando está hundido, pinta. ¿Qué motivo se ha repetido estos meses?
-Hay una imagen que vuelve en mi cabeza y en mis collages: el papa Francisco lanza dos palomas blancas para simbolizar el amor, la paz, la alianza con Dios. Un cuervo negro se acerca a la paloma y la devora. Yo soy ateo, pero cada vez que pinto esta imagen me digo que la casualidad da pie a fantasías estéticas aterradoras.

Fuente: https://www.elperiodico.com/es/la-contra/20200621/franco-berardi-estamos-entrando-en-la-epoca-de-la-extincion-7957744

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Andreas Schleicher: “Los docentes deberán cambiar su forma de enseñar en septiembre”

Por: Ana Torres Menárguez.

Andreas Schleicher (Hamburgo, 55 años), director de Educación de la OCDE y máximo responsable del informe PISA —que mide el nivel de conocimiento de los alumnos de 15 años de 75 países en ciencias, matemáticas y comprensión lectora— cree que la peor consecuencia del cierre de las aulas por el coronavirus es la desaparición durante meses del mayor igualador social: la escuela. En su opinión, es el único lugar donde todos los niños reciben el mismo trato, lejos de la situación personal que cada uno tiene en casa. “Allí ven otra forma de pensar, de actuar y hasta de andar… Aprenden el concepto de responsabilidad social”. Por eso, su máximo miedo es que la “fábrica social” en la que se han convertido los colegios se fracture.

Pregunta. Uno de los últimos estudios de la OCDE señala que uno de cada 10 estudiantes no tiene un escritorio en casa. ¿Cuál es la mejor solución para los alumnos más desaventajados, pasar al siguiente curso junto al resto de sus compañeros?

Respuesta. Es una pregunta complicada. Creo que hacer que la gente joven repita curso es probablemente la peor solución, porque además de perder un año, se les va a estigmatizar. Los sistemas educativos deben encontrar la forma de redoblar sus esfuerzos y analizar cómo pueden los alumnos con menos recursos en casa seguir aprendiendo. Hay una gran expectación puesta en los profesores y son ellos los que tienen que hacer de mentores, incluso de trabajadores sociales y estar en contacto permanente con sus alumnos.

P. ¿Puede ser problemático que en septiembre las aulas se encuentren con una proporción elevada de alumnos que no asimilaron bien los conocimientos del curso anterior?

R. En septiembre el entorno de aprendizaje y el ambiente de las aulas será más diverso que cualquier otro año. Habrá alumnos que vuelven entusiasmados, con muchos aprendizajes online que les habrán enriquecido, gracias al apoyo de sus familias. Otros llegarán desmotivados y ese es el reto, aumentar el refuerzo escolar para esos niños.

P. La reapertura de los centros lleva diferentes velocidades en Europa. Los expertos insisten en que cada mes crece exponencialmente la desigualdad.

R. El coste social del cierre de las escuelas es dramático. Diferentes investigaciones muestran que no es cada mes, sino cada día. Inevitablemente, la brecha de desigualdad va a aumentar y necesitamos encontrar fórmulas para mitigarlo: los estudiantes tendrán que dedicar más horas al estudio, habrá que involucrar a las familias… No hay una respuesta clara. Las familias con más recursos lo podrán compensar con clases extraescolares pagadas de su bolsillo. Lo que quieren las familias para sus hijos es lo que el Gobierno tendrá que asegurar para todos.

P. Teniendo en cuenta la crisis económica en ciernes, ¿es realista pensar que los Gobiernos van a priorizar el presupuesto educativo para asegurar ese refuerzo?

R. El futuro de nuestros países depende de la educación; las escuelas de hoy serán la economía de mañana. Desde que empezó la pandemia, el caso de China me ha impresionado. Una de sus prioridades fue la educación. El Gobierno lanzó una plataforma gratuita de aprendizaje en la nube con 7.000 servidores y 90 terabytes de banda ancha que permite que 50 millones de estudiantes se conecten simultáneamente. Apostar por la educación es una decisión que toda nación debería tomar.

P. ¿Es una cuestión de dinero o de voluntad política?

R. Efectivamente, esa medida ha costado mucho dinero y gran parte ha sido donado por compañías tecnológicas. Hay dos puntos de partida que son importantes. Desde el primer día, todos los profesores en China se involucraron con el uso de esa plataforma. No se limitaron a decir a los estudiantes que la usaran, sino que además los llamaron por teléfono diariamente para tener claras sus necesidades. Se prestó mucha atención a los estudiantes sin posibilidad de acceder a Internet y se les envió libros de texto y material dentro de un plan organizado por los centros.

P. ¿Por qué en países como España o Francia no se ha intentado lanzar ese tipo de plataformas cuando las ya existentes no tienen suficiente capacidad?

R. El Gobierno español ha hecho un gran esfuerzo por usar herramientas digitales y lo ha hecho bien en la búsqueda de aliados de la industria tecnológica. Creo que lo más difícil para ellos ha sido involucrar a los docentes, ahí es donde probablemente se deben concentrar los esfuerzos, en conseguir que los profesores sean parte activa en este cambio. La enseñanza online va a ser crucial en el futuro de la enseñanza, los profesores deberían esforzarse más.

P. ¿Cuál es su recomendación para que el trabajo estos días sea eficiente?

R. Como profesor, en estos momentos no puedes resolver los problemas tú solo, sino en equipo. En eso España tiene mucho trabajo que hacer. Según los resultados del informe Talis, los docentes españoles son de los que menos colaboran, trabajan de forma aislada en su aula. Solo el 24% declara participar en una red de colaboración para diseñar planes de docencia o compartir material pedagógico, frente al 40% de media de los países de la OCDE. Es importante respetar la autonomía de los docentes, pero en este momento hay que fomentar la cultura colaborativa y no estar esperando instrucciones de los Gobiernos, sino tomar la responsabilidad de la situación y contactar con colegas para poner en marcha medidas innovadoras. Los líderes de cada centro tienen que conectar a los profesores, crear comunidades y comités entre diferentes colegios. Uno de los resultados de PISA es que el 50% de los profesores a escala mundial no se sienten cómodos en el entorno de enseñanza digital.

P. Los datos de Talis dicen que solo el 59% de los directores desarrollan acciones para conseguir la colaboración entre docentes. ¿Quién debe mandar ese mensaje?

R. La crisis amplifica la necesidad de estar conectados. Ese cambio se debe iniciar desde la propia comunidad educativa. Los buenos líderes no están en los despachos decretando órdenes, están involucrados en la solución, de forma activa. El Gobierno al final está muy lejos de tener un efecto sobre lo que pasa en las aulas. Los profesores en España siguen muy pendientes de lo que dicta la Administración.

P. ¿Los docentes deberán modificar su forma de enseñar en septiembre?

R. Absolutamente. El gran precio que vamos a pagar por la crisis no es solo la pérdida de aprendizaje, sino la gente joven afectada por la desafección, la decepción y que ha perdido su confianza en el sistema educativo. Van a tener que escuchar más, detectar la necesidad de cada uno y diseñar nuevas formas de aprendizaje para encajar los diferentes contextos personales. No puedes volver como si nada hubiese pasado.

P. ¿Cómo se debe evaluar durante el confinamiento?

R. Debemos realizar la máxima evaluación posible. Educación y evaluación van de la mano. Cuando estás en la escuela sabes cómo está evolucionando cada estudiante, pero, cuando no les ves día a día, hay que usar herramientas online para ver si está aprendiendo. Soy muy optimista y creo que podemos ser muy creativos con nuevos formatos de evaluación.

P. ¿Se debe mantener la evaluación estos meses de confinamiento o poner el foco en proporcionar apoyo emocional?

R. Quizás haya que cambiar la naturaleza de la evaluación, pero insisto en que es importante mantenerla para poder seguir la evolución del alumno. De no hacerlo, los profesores se volverían ciegos y también es una forma de conseguir que los alumnos no desconecten.

P. Usted ha criticado que no haya una mayor colaboración público-privada para afrontar la crisis educativa por la covid-19.

R. La innovación educativa requiere colaboración entre lo público y lo privado y en España hay una cultura de confrontación entre lo público y lo privado. Parece que la educación es solo cosa del Gobierno y hace falta que la sociedad se involucre y aporte ideas creativas. Las empresas también tienen que tomar partido y proponer soluciones, por ejemplo, para las prácticas de los alumnos de Formación Profesional. El futuro del país depende de cómo se gestione esta crisis educativa.

Fuente de la entrevista: https://elpais.com/sociedad/2020-04-22/los-docentes-deberan-cambiar-su-forma-de-ensenar-en-septiembre.html

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Valcárcel: «El feminismo es una apelación al sentido común de la humanidad»

Por La Voz de Asturias

La filósofa Amelia Valcárcel ha hecho un llamamiento al movimiento feminista a desarrollar una constante argumentación ética para desarmar la moral del patriarcado según la cual no valen lo mismo los hombres que las mujeres. «Todas las sociedades han creído que los hombres y las mujeres no valen los mismo y esa idea tan arraigada requiere de una constancia ética para desarmarla», ha afirmado Valcárcel.

Ante un auditorio reducido a sólo 20 personas por las medidas sanitarias derivadas de la COVID-19, la filósofa ha pronunciado en Gijón la conferencia inaugural de la Escuela Feminista Rosario Acuña. Valcárcel ha dicho que el feminismo es «una apelación al sentido común de la humanidad», que está íntimamente ligado a la democracia como sistema político y es propio de sociedades abiertas. La relación entre feminismo y democracia es tan estrecha que si el sistema político se debilita, también se debilita el feminismo, ha destacado.

La catedrática de Filosofía ha explicado que las sociedades abiertas progresan en la idea de que «cada vez se pude conseguir algo mejor, pero si en esa mejora general no se contempla el feminismo no salen las cuentas». Ha añadido que «la democracia opera sobre una sucesión de grupos en el que cada grupo tiene su propia idea de la moral» y en ese esquema se tiene que mover el feminismo para defender que «la igualdad es un bien que no se le puede negar a las mujeres». Valcárcel ha considerado que el feminismo ha sido el motor del «gran cambio del siglo XX» y ha abogado por desarrollar «sociedades de apego que recuperen el concepto de virtud».

La filósofa ha estado acompañada en el acto inaugural por la alcaldesa de Gijón, Ana González, que ha valorado el papel de la Escuela Rosario Acuña en la lucha por la igualdad de género. González ha reconocido que en este campo se han producido «algunos avances», pero insuficientes para cambiar el «estamento patriarcal desigual que vertebra en todo lo demás». La alcaldesa ha considerado necesario el debate sobre el feminismo «para quitar los velos que ocultan la realidad social».

Fuente: https://www.lavozdeasturias.es/noticia/gijon/2020/07/01/valcarcel-feminismo-apelacion-sentido-comun-humanidad/00031593632770216815370.htm

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