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Pablo Stefanoni: “no alcanza con deconstruir todo”

Por: Federico Fuentes

Pablo Stefanoni es jefe de redacción de la revista latinoamericana Nueva Sociedad e investigador asociado en la Fundación Carolina de España. Es autor de ¿La rebeldía se volvió de derecha?, un libro sobre mutaciones de las extremas derechas y los obstáculos a los que se enfrentan las izquierdas. En esta entrevista, habló con Federico Fuentes sobre la situación en América del Sur tras las elecciones brasileñas, los desafíos que plantean las nuevas derechas, el impacto de la guerra de Ucrania y las perspectivas para las izquierdas regionales.

Las recientes elecciones en Brasil se pueden analizar desde dos lecturas diferentes. De un lado, se puede hablar de la confirmación de una nueva ola de gobiernos progresistas -o Pink Tide- ya que el regreso de Luiz Inácio Lula da Silva al gobierno sigue los pasos de los triunfos progresistas en Chile, Perú, Colombia, Honduras y Bolivia. Del otro lado, se puede ver la consolidación de la nueva derecha –o mejor dicho nuevas derechas, dado las diferencias que existen entre ellas– que en varios países viene desplazando a la derecha tradicional y mejorando su performance electoral. ¿Cuál es tu análisis del resultado en Brasil y cuánto énfasis pondrías en estas dos visiones al analizar la actual dinámica política en el subcontinente?

En mi opinión, ambas lecturas son correctas, y ambas requieren de matices. Por un lado, en Brasil vimos el triunfo de una alianza electoral muy amplia en torno de la figura de Lula da Silva, que abarcó desde la izquierda socialista hasta sectores de centroderecha y de la elite económica, mediática y judicial, distanciada de Bolsonaro. Eso fue en parte el resultado de la imposibilidad del centro de armar una oferta electoral atractiva. El de Lula fue un proceso de resurrección política muy impresionante, pero su victoria estuvo lejos ser resultado de un clivaje pueblo/oligarquía o izquierda/derecha. Lo que ganó fue una suerte de frente democrático, liderado por Lula, contra el enorme deterioro de la vida cívica, social e institucional que constituyó el bolsonarismo y la derecha lúmpen y pandillera que encarnaba. Y si bien Lula “resucitó”, el PT sigue siendo muy cuestionado. Hay sectores dinámicos a su izquierda como el Partido Socialismo y Libertad (Psol), pero son partidos aun relativamente pequeños. Con esta victoria, los principales países de la región son gobernados por el progresismo.

Pero es cierto que Bolsonaro mostró que es la expresión de un sustrato de derecha radicalizado en estos años, de amplio alcance, y que lo trasciende. Un movimiento que rechaza los avances de género y raciales de los últimos tiempos y representa posiciones negacionistas en el ámbito climático. Además vimos un voto muy regionalizado, con el PT muy dependiente de los sectores más pobres del Nordeste. Detrás del bolsonarismo hay intereses concretos: agroindustriales, milicias y sectores de las fuerzas de seguridad, evangélicos conservadores… lo que se llama en Brasil las tres B: Buey, Bala y Biblia. Bolsonaro es la cuarta B que federó a todos esos sectores desde 2018. Veremos si puede sostener su liderazgo en el futuro -ni siquiera pudo crear un partido en estos años- o surgen otros liderazgos de derecha en competencia con él; pero en el Parlamento y las gobernaciones quedó claro que estos sectores mantienen una fuerte presencia institucional.

 El de Lula fue un proceso de resurrección política muy impresionante, pero su victoria estuvo lejos ser resultado de un clivaje pueblo/oligarquía o izquierda/derecha. Lo que ganó fue una suerte de frente democrático, liderado por Lula

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Hay varias razones para explicar por qué la nueva derecha ha logrado estos resultados. Las explicaciones más corrientes se enfocan en el papel de los medios de comunicación (tradicionales y alternativos, como las redes sociales), la circulación de fake news o el crecimiento de las iglesias evangélicas. ¿Cuánto peso das a estos factores? ¿Habría que sumar además el impacto del neoliberalismo sobre la sociedad, que ha venido creando un sujeto social receptivo de las ideas y visiones de estas nuevas derechas? ¿Cómo explicas la cosecha electoral que ha logrado la nueva derecha? ¿Llegaron para quedarse estas derechas radicalizadas?

En el caso de Brasil, muchos de los grandes medios apoyaron a Lula. Hay videos de periodistas de grandes diarios festejando la derrota de Bolsonaro. Al mismo tiempo, el bolsonarismo se mostró eficiente como fábrica de fake news, en redes, en WhatsApp, que en Brasil es muy importante, y mucha de esa guerra sucia virtual tiene como terreno fértil de cambios en la sociedad como el crecimiento del evangelismo. Había infinidad de fakes news que decían que Lula iba a cerrar iglesias e incluso que tenía un pacto con el diablo, y la campaña del PT debió salir a “desmentirlo”. También los discursos anticorrupción siguen siendo importantes para desacreditar al PT. Bolsonaro se refiere siempre a Lula como “ex reo”, por su paso por la prisión.

Pero en efecto, hay cambios societales sobre los que hay que profundizar. Transformaciones en el mundo religioso, movilizad social truncada, mejoras bajo los gobiernos del PT sostenidas en el consumo más que en los servicios públicos, los bienes comunes y el Estado de bienestar… todo eso generó a menudo frustraciones en sectores de las llamadas “nuevas clases medias” y reacciones en otros, contra la “invasión” plebeya de universidades, aeropuertos, centros comerciales. Aunque el PT promovió una distribución sin lucha de clases -darle a los pobres sin quitarle a los ricos-, en el plano simbólico sí hubo, según varios estudios, reacciones clasistas contra las transformaciones en curso. Adicionalmente, como recuerda en un artículo el académico Roberto Andrés, el período lulista también supuso un salto en la importancia de la agroindustria en el país. La desindustrialización en el sureste fue acompañada por el crecimiento de la producción de commodities y la consolidación de un fuerte sector agrícola en el centro-oeste. En esa zona, Bolsonaro obtuvo sus mejores resultados. La regionalización del voto fue muy importante en la elección, y en la resistencia electoral de Bolsonaro.

Finalmente, a escala más regional, no hay que olvidar que casi la mitad de la población latinoamericana trabaja de manera no registrada. Dentro de esa economía existe un capitalismo popular que es permeable a los discursos meritocráticos, contrario a la asistencia social, e incluso anti-Estado. Hay un discurso contra los “vagos” pero también de gente que no quiere ser tratada como “asistida”. En América Latina, muchos se consideran pequeños empresarios, incluso en el marco de economías de la precariedad, que hace que los discursos de estas nuevas derechas, mezcla de libertarianismo y conservadurismo, tengan una base más grande de lo que a veces la izquierda imagina (el apoyo de los libertarios de Javier Milei entre la clase media baja e incluso en los sectores populares de Argentina es un buen ejemplo de ello). Todo esto no se resuelve diciendo que votan contra sí mismos o que tienen “falsa conciencia”. La propia izquierda en la región, y en Brasil en particular, ha hecho del consumo la base de su política, sin fortalecer al mismo tiempo los bienes comunes y los servicios públicos. No es casual que las protestas contra Dilma Rousseff en 2013 comenzaran con el transporte y pidieran “servicios públicos calidad FIFA”, en referencia a los gastos por el mundial de fútbol y los Juegos Olímpicos.

 Creo que hoy hay un agotamiento significativo de los discursos “populistas” -sobre todo, los de matriz bolivariana- del primer ciclo. Y el horizonte de cambio se ha reducido. Dicho eso, el triunfo de la izquierda en Chile y Colombia, con sus problemas, ha redefinido la geopolítica regional

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Mientras el establishment apoyó a Bolsonaro cuatro años atrás para evitar una victoria del PT, hoy en gran parte apoyó a Lula. A esto se puede añadir el hecho que los nuevos presidentes progresistas fueron elegidos con un programa más moderado comparados con los candidatos de la primera ola (Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa, etc.). Hasta el mismo Lula de 2022 no es el mismo que fue electo por primera vez en 2002. ¿Qué nos dice esto del estado de la izquierda hoy? ?Y que quisiste decir en tu libro cuando escribiste que las izquierdas podrán seguir ganando elecciones, pero sienten que pueden muy poco cuando ganan?

Con Bolsonaro pasó algo parecido a lo ocurrido Trump, terminó siendo una suerte de derecha vulgar y violenta que además acabó con la reputación internacional de Brasil y obstaculizó el desarrollo del propio sistema (ni siquiera las derechas regionales miraron con demasiada simpatía a Bolsonaro, salvo pequeños grupos). Hay una dimensión en estas derechas “alternativas” que termina siendo antisistema dentro del sistema, cuestionando las instituciones y a parte de las elites, y generando incertidumbre por arriba. Solo eso explica que sectores que odiaban a Lula lo “amnistiaran” ahora.

Pasando a la segunda parte de la pregunta, es cierto que hoy la izquierda parece tener menos energía ideológica, digamos, que en la primera pink tide o marea rosa de los años 2005-2015. De todos modos, creo que es importante volver sobre la supuesta radicalidad de ese momentum. Es cierto que en varios países hubo transformaciones importantes, sobre todo cambios de elite que habilitaron la llegada al poder de sectores tradicionalmente excluidos, y eso fue muy importante. Al mismo tiempo, creo que el clivaje reforma/radicalidad para analizar ese periodo debe ser relativizado. El país más “radical”, el único nuevo que se definió socialista después de la caída del Muro de Berlín, que fue Venezuela, acabó con una mezcla de ineficiencia, corrupción y autoritarismo, con servicios públicos derrumbados, particularmente el sistema de salud, y una economía dolarizada, una desigualdad muy alta y en crecimiento y una enorme ola migratoria. En el caso de Bolivia, aunque el gobierno de Evo Morales fue muy eficiente en el ámbito de la economía, combinando nacionalización del gas con prudencia macroeconómica, en términos de Estado social los avances fueron mucho más modestos, y el propio Morales reconoció hacia el final de su tercer mandato que la deuda del “proceso de cambio” respecto al sistema de salud (algo central para la vida de los sectores populares, que hace la diferencia entre la vida y la muerte).

De manera más general, los discursos más radicales que vimos en la primera ola a menudo no tuvieron capacidad para plasmar los cambios en nuevas instituciones, y hubo muchas políticas ad hoc del Estado, como las “misiones” en Venezuela, y, al mismo tiempo, parte del discurso “revolucionario” se tradujo en formas de autoritarismo o visiones antipluralistas de la política. Hay que recordar que Evo Morales desconoció el resultado del referéndum de 2016 por su reelección, lo que le entregó la bandera democrática a la derecha, que al final logró derrocarlo por una vía antidemocrática, o que el presidente boliviano le entregó la máxima condecoración del Estado al dictador de Guinea Ecuatorial Teodoro Obiang (que está en el cargo desde 1979) y dijo que quería aprender del “hermano Teodoro” cómo ganar con 90% de los votos (todos sabemos cómo se logra eso). Venezuela entró en formas de autoritarismo mucho más graves -que hoy denuncia incluso el Partido Comunista venezolano- y Nicaragua directamente se transformó en una dictadura.

A diferencia del primer ciclo, hoy hay un sector de la izquierda que denuncia estas derivas, sobre todo Gabriel Boric en Chile, pero también Gustavo Petro en Colombia, y sectores de las izquierdas radicales que vienen de tradiciones disidentes del comunismo oficial. También vemos una izquierda que ha tomado la bandera ambiental, ausente en los populismos de izquierda. Esas transiciones no son fáciles pero es necesario comenzar a discutirlas. En resumen: sí creo que hoy hay un agotamiento significativo de los discursos “populistas” -sobre todo, los de matriz bolivariana- del primer ciclo. Y el horizonte de cambio se ha reducido. Dicho eso, el triunfo de la izquierda en Chile y Colombia, con sus problemas, ha redefinido la geopolítica regional. Ya no existe la Alianza del Pacífico como espacio liberal conservador que se postulaba como alternativa a la izquierda, y las extremas derechas fueron frenadas en Brasil y Chile. Es cierto que el horizonte “utópico” de los cambios, y los discursos refundacionales se han debilitado, pero creo que hay que evitar contraponer estas dificultades a una supuesta edad de oro de la izquierda en los primeros años 2000.

 Parte de las dificultades que tiene la izquierda para cambiar el mundo las tienen también las derechas radicales. No estamos en los años 30 aunque encontremos algún aire de familia con algunos aspectos de aquellos años

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Al hablar en mi libro de lo “poco” que pueden las izquierdas cuando ganan me refería a un clima más global, a las decepciones en Grecia, en parte en España, con las fuerzas a la izquierda de la socialdemocracia que llegaron al gobierno. Hay, en mi opinión, una discusión pendiente sobre cómo repensar la economía política del cambio social más allá del discurso contra los mega ricos; el discurso de Oxfam es atractivo pero en mi opinión limita la discusión. La escritora argentina Mariana Heredia escribió sobre eso en un libro reciente.

Has escrito que las nuevas derechas se han construido sobre las bases de un antiprogresismo o suerte de Frente Único Antiprogresista. También se podría decir que sectores de la izquierda han intentado movilizar a sus bases sobre una suerte de antifascismo, intentando etiquetar todas las nuevas derechas como una amenaza fascista. ¿Creés que esto ha tenido logros hasta ahora? ¿O ves debilidades en esa estrategia?  

Creo que el antiprogresismo (ahora anti-wokeísmo) es el pegamento de extremas derechas muy diversas entre sí pero que funcionan -no sin tensiones- en un terreno común (el libro de Steven Forti explica de manera pedagógica esas diferencias). La idea de que hay una dictadura woke (término usado por la extrema derecha contra la izquierda que se expandió desde Estados Unidos a otros países), que las elites son de izquierda, que el marxismo cultural ha capturado los cerebros y los espíritus, circula entre el Norte y el Sur, entre las derechas partidarias y derechas virtuales. El problema de hablar de fascismo es que no permite captar las diferencias entre estas derechas y el fascismo clásico. Hoy, como recuerda Forti, no hay milicias, estos movimientos no son palingenésicos (no se busca el “hombre nuevo”) y juegan de una manera compleja y ambivalente en la democracia.

Dicho eso, los frentes democráticos han logrado frenar a las extremas derechas en muchas partes, en particular en Francia, Brasil, Chile… Lo que ocurre es que el “todos contra el fascismo” puede confirmar las denuncias de las derechas de que esos “todos” son parte del mismo bloque, y a menudo coloca a la izquierda a remolque de fuerzas neoliberales. De todos modos, las extremas derechas han logrado avanzar en su desdemonización: en Francia, el lepenismo rompió los cordones republicanos en las legislativas y pasó de 8 a 89 diputados; Giorgia Meloni llegó a la primera magistratura de Italia aliada al centroderecha; Vox se alió al Partido Popular en varias regiones; José Antonio Kast en Chile consiguió el voto se vastos sectores de las derechas “moderadas”.

Entonces, al no verse a los camisas negras marchando por las calles, muchos se preguntan: ¿dónde está el fascismo del que habla la izquierda? Hay en esto algo paradójico: es cierto que la normalización de la extrema derecha corre los límites de lo pensable, rompe acuerdos tácitos de la posguerra, pero al mismo tiempo pone a estas derechas ante el riesgo de ser demasiado “normales”, parte del sistema, de la elite o la “casta” política. Parte de las dificultades que tiene la izquierda para cambiar el mundo las tienen también las derechas radicales. No estamos en los años 30 aunque encontremos algún aire de familia con algunos aspectos de aquellos años. En el caso europeo, esto ocurre por la propia Unión que pone muchísimos límites, para mal y para bien. Todos tienen menos poder hoy frente al “sistema” si tomamos por sistema el capitalismo globalizado que vivimos en la actualidad. Y todos parecen decepcionar a quienes esperan cambios profundos, no solo la izquierda.

Analizando la respuesta de la izquierda a la guerra en Ucrania en abril, el traductor y editor Marc Saint-Upéry escribió que “como ideología movilizadora de masas y brújula unilateral para proyectos de desarrollo nacional creíbles, el antiimperialismo antiestadounidense está muerto y enterrado en América Latina”. ¿Cómo definirías las posiciones de la izquierda -y de las nuevas derechas- en América Latina frente a la guerra? ¿Crees que es tal como dice Saint-Upéry en cuanto al antiimperialismo? ¿O más bien prevalece, como dicen otros autores, una visión de no alineación donde la región se niega a ser parte de la cruzada de OTAN contra Rusia?    

El antiimperialismo antiestadounidense tiene sin duda una rica tradición en la región, que por razones obvias debió resistir la injerencia de Estados Unidos, que consideraba a América Latina, y sobre todo México y América Central, su patio trasero. El problema es que el antiimperialismo, como sabemos, puede tener muchas declinaciones. Por ejemplo, la dictadura militar argentina de Videla también denunció la injerencia de Estados Unidos, a la OEA, a la CIDH que investigaron las desapariciones e incluso se acercó a la URSS. El problema no es el antiimperialismo sino usarlo para contrabandear cualquier cosa. En el caso de la izquierda, a menudo más que antiimperialismo hay “campismo”: pensar la política como dos campos en el que hay que tomar partido, en piloto automático, por quien se opone a Estados Unidos.

Se trata de una versión degradada del viejo campismo, que dividía el mundo entre el campo capitalista y el campo socialista. Si la URSS proyectaba, a su manera, desnaturalizando viejas utopías, la perspectiva de un mundo alternativo al capitalismo, el campismo post-1989 sirve solo para justificar a tiranos puros y duros, como Bachar el Asad, Gadafi, o sistemas como el iraní. Varios referentes de las izquierdas latinoamericanas llenan de flores a estos “antiimperialistas”. Así, Evo Morales pudo felicitar a Vladímir Putin para su cumpleaños, con un tuit que vale la pena citar completo: “Muchas felicidades al hermano presidente de Rusia, Vladímir Putin en el día de sus cumpleaños. Los pueblos dignos, libres y antiimperialistas acompañan su lucha contra el intervensionismo armado de EEUU y la OTAN. El mundo encontrará paz cuando EEUU deje de atentar contra la vida”. Que Putin financie a la extrema derecha europea, que plantee la guerra de Ucrania como una guerra santa contra el Occidente satánico, no tiene importancia para estas izquierdas que compraron el discurso de la “desnazificación” o la idea de que todo esto es producto de la “expansión de la OTAN”, sin analizar las propias dinámicas imperialistas de Rusia ni el hecho de que para muchos vecinos entrar en la OTAN sea bastante racional si Rusia opera como el matón grandote del barrio. Es una izquierda que tampoco dice nada sobre Nicaragua, donde cada vez más disidentes están presos, incluso reconocidas figuras de izquierda. El caso nicaragüense es interesante porque Daniel Ortega desarrolló buena relaciones con el Comando Sur, el FMI y otras instituciones “imperiales”.

 Todos tienen menos poder hoy frente al “sistema” si tomamos por sistema el capitalismo globalizado que vivimos en la actualidad. Y todos parecen decepcionar a quienes esperan cambios profundos, no solo la izquierda

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Por otro lado, como mostró el mismo Saint-Upéry, y mostramos también en otro artículo, en última instancia y a la hora de fijar el sentido del voto en Naciones Unidas y otros organismos, las posiciones de los gobiernos de la región han respondido mayoritariamente a la tradicional visión normativa de las relaciones internacionales que ha caracterizado a la cultura política y su visión del mundo latinoamericanas, y en particular a la tradición de política exterior de las cancillerías y la diplomacia. De manera sumaria, las políticas exteriores latinoamericanas están enraizadas, en primer lugar, en los principios de respeto de igualdad soberana de los Estados y no intervención.

Pero no es solo la izquierda la que se muestra ambivalente con esta cuestión. Como señalaba un artículo de la BBC en portugués, “el ala más radicalizada de la derecha brasileña está dividida en este conflicto, ya que una parte coquetea con la derecha ucraniana, mientras que otra admira a Putin”. Al viajar a Moscú, Bolsonaro declaró que “Putin es conservador, gente como nosotros”. De hecho, la segunda parada ideológica de la gira fue una visita a Viktor Orbán donde señaló que “los gobiernos de Brasil y Hungría comparten ideas que pueden resumirse en cuatro palabras: dios, patria, familia y libertad”.

Por último, las izquierdas radicales en general suelen decir que la respuesta a las nuevas derechas está en las calles y en los movimientos sociales. ¿Creés que en la situación actual eso es suficiente? ¿Qué le falta a la izquierda de hoy? O, dicho de otra manera, ¿cuál es el desafío más grande que enfrenta la izquierda que verdaderamente quiere implementar cambios?

En mi opinión, el desafío es rearticular de otro modo la dupla reforma/revolución. Sin la revolución como horizonte disponible (para mal y para bien, dados los resultados de las experiencias que conocemos), es necesario dar nueva vida a la reforma social, abandonada por los reformistas. Hay una serie enorme de problemáticas para abordar: cambio climático, nuevas formas de alienación -¿cómo pensar las nuevas tecnologías?- y precariedad, necesidad de reconstruir de alguna forma los Estados de bienestar. En Madrid se movilizó medio millón de personas hace unos días por la sanidad pública: para conseguir una cita con un especialista se puede esperar meses, y hasta un año. Eso posiblemente no se pueda hacer bajo parámetros de hipercorrección política ni sedimentando identidades de nicho, sino combinando perspectivas emancipatorias en temas como el feminismo y las diversidades sexuales con capacidad para atraer sectores populares más amplios con sensibilidades diversas y contradictorias sobre una multiplicidad de problemas societales. En un mundo precarizado y con un futuro amenazante no alcanza con deconstruir todo, es necesario construir imágenes de cómo puede ser una vida mejor.

Es necesario, creo, cierta des-hipsterización del progresismo, reconectar con los de abajo, volver sobre cuestiones económicas “duras” -hoy se habla de pos capitalismo casi sin hablar de economía, salvo en círculos muy especializados-. El catastrofismo puede ser pedagógico pero no creo que nos ayude a refundar proyectos emancipatorios. No sé cómo se hace todo esto, dependerá de experiencias concretas que permitan cierta universalización, formas de reconstruir comunidad, espacios de deliberación… El ecosocialismo, en este contexto, podría proporcionar algunas imágenes para reconstruir imaginarios positivas y deseables del futuro que trascienda el mero colapsismo.

A pesar de haber escrito un libro que parece pesimista yo no creo que la derecha esté ganando todo, incluso creo que su radicalidad es menudo es porque está perdiendo. Pero quien “gana” es un capitalismo desigualitario y al mismo tiempo “progresista” en sus discursos sobre género, raza, minorías sexuales… por eso hay una gran confusión. El problema, en todo caso, es que parte de la izquierda se ha centrado en discursos que ha abandonado en gran medida una perspectiva más universalista/de clase. Si bien se habla todo el tiempo de interseccionalidad, la dimensión de clase de esa ecuación de las desigualdades es la menos abordada. Sin recuperar algún tipo de identidad de clase —que no será como las del pasado ni se resuelve asumiendo posiciones conservadoras o anti-woke— no parece fácil enfrentar los combates que nos esperan.

(Una versión en inglés de esta entrevista fue publicada en la revista LINKS International Journal of Socialist Renewal).

Fuente de la información e imagen: https://panamarevista.com

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Entrevista a Hebe de Bonafini: un giro por la vida

Por: María Gabriela Mizraje

La primera vez que entré a la Casa de las Madres también era noviembre, hace justo 30 años. Y fue para hablar con ella. El impacto que tuve en aquel interior y en el mano a mano con Hebe de Bonafini fue tan poderoso que luego, al comentárselo a David Viñas, quien cada tanto imprimía sus pasos junto a ellas alrededor de la pirámide, éste me sugirió que escribiera esas impresiones.

No seguí su solicitud; entonces Viñas, que sabía ser muy insistente cuando se proponía algo, repetía: te pido por favor, todo esto que estás diciéndome es único y con el tiempo no vas a poder reconstruirlo como ahora, hay que compartirlo, por favor, escribílo.

Fue una pena no haberle hecho caso, pues yo era joven y simplemente estaba viviendo, atravesando mis propias ideas y sensaciones con suma intensidad, y quizá no llegué a comprender la dimensión de lo que él escuchaba en mi relato. Sólo guardé aquel episodio en mi memoria y la grabación de la entrevista que aquella tarde le hice a esa mujer, esa madre, con el objetivo de incorporarla a un libro sobre mujeres argentinas. Pero al final opté por incluir en el mismo otros textos, discursos que Hebe había dado y que me parecían representativos para esa antología que saldría publicada por el Instituto Movilizador de Fondos Coooperativos poco después, como volumen bastante temprano de la que sería una extensa e inolvidable colección.

La entrevista quedó inédita, en dos formatos, en un cassette y en una desgrabación que realicé enseguida, absolutamente fidedigna, conservando todas las marcas de oralidad. Y ha permanecido intacta hasta ahora.

Hoy, ante el impacto del adiós, en una de esas ceremonias privadas con las que el recuerdo revuelve entre las cosas y recupera imágenes, voces, textos, retorno a aquel encuentro, a aquella otra tarde de sol, a aquel diálogo generoso y distendido; veo la mesa y nos veo a ambas en ese ambiente tan pero tan familiar, tan de puerta abierta de nido, tan de pájaros que se asomarían por siempre.

Se han dicho tantas cosas, de las mejores y de las otras, se han trillado tantos elementos; como cada vez que se va una figura grande, son muchas las personas que pueden acercar su anécdota, muchas las que pueden hacer una valoración general, de cualquier índole, muchas las que pueden abocarse al estudio de la misma.

Hebe es insoslayable, guste o no. Y es alguien que también parte la historia al medio. Es un ícono mientras no deja de ser una mujer bien de carne y hueso, con todas sus vicisitudes y zozobras. Por encima de lo que se advierte como desacierto recargado de énfasis en sus momentos de mayor crispación, está su dolor y además su valentía. Antes, durante y después, su pérdida inconmensurable; antes, durante y después, esa valentía. Con una franqueza que detestó las medias tintas, sin voluntad de esmirriada retórica diplomática y con clara decisión combativa, fue creciendo en el ring de su lucha incansable y alzando la voz.

En aquella misma década de 1990, sí escribí algo que ahora quiero retomar porque grafica con intensidad el periplo de las injusticias, de los amores maternos, de los desvelos inclaudicables hasta “la locura”, entre los vericuetos de los uniformes y la política en Argentina.

Eduarda Mansilla, mujer pionera de nuestras letras, ofrece, entre otras obras, una novela riquísima, titulada Pablo o la vida en las Pampas. Con estupor, mientras exhumaba ese texto y lo comparaba en sus distintas versiones decimonónicas (un original francés, primero en folletín y luego en libro, y después el mismo traducido por su hermano Lucio Victorio para otro folletín publicado en Buenos Aires), tracé un arco estremecedor.

La protagonista de E. Mansilla, llamada Micaela, clama por la aparición de quien le fuera arrebatado sin ninguna palabra explicativa por parte de las autoridades y se atreve a reclamar al poder: “deben devolverme a mi hijo, mi Pablo”, les dice cara a cara, pero todo lo que intenta resulta en vano. Se queda esperando en la plaza, por siempre. “Los curiosos no dejan de decir: Vamos a pedirle a la loca que nos lea la carta del Gobernador”.

La loca de la plaza, a quien viéramos con un pañuelo en la cabeza en esta novela de 1868, guarda vivos los rasgos que serán un plural en las Madres de Plaza de Mayo. La plaza es la misma, en cuanto mira a la Casa de Gobierno y la “locura” también, la de una madre pujando por echar luz sobre la desaparición — y posterior fusilamiento– de su hijo. En las muescas de la historia (literaria) argentina, podemos leer esta trágica anticipación.

Si el pañuelo blanco es un pañal resignificado, Hebe, como otras compañeras pero muy especialmente ella, ha sido blanco de dardos de todo tipo.

Las cosas que aquella tarde me comentó y que hoy quedan registradas en la transcripción muestran ya, luego de tres décadas, muchas continuidades con sus definiciones y declaraciones y asimismo algunos puntos de inflexión, de cambio, que pueden sopesarse en la actualidad respecto de aquel presente histórico, cuando el país inevitablemente era el mismo y a su vez tan distinto, cuando los feminismos revestían otras formas, cuando el esforzado retorno a la democracia aún estaba tan fresco, cuando algunas leyes dispuestas a encarar el período previo, de la dictadura cívico-militar, ardían en el candelero.

“La salvación del país depende entonces […] de la energía moral de sus fuerzas vivas […] ellas deben depositar su última fe en la superioridad moral que la desesperación concede al verdadero coraje”, proponía Karl von Clausewitz. Es precisamente de la desesperación dictada por el amor que emerge el coraje de las Madres y que ellas saltan del individuo a la sociedad, del hogar a la calle, de la soledad a la política; es a partir del llanto que riegan la Plaza y la lavan de tanta inmediata ignominia.

Por eso, cualquier cosa que se diga resulta insuficiente y cualquier crítica que se haga hoy es improcedente y suele estar ligada al negacionismo. Momento de sopesar y agradecer. Mejor preguntar con el poeta para qué escribir versos y responder, para seguir preguntado, “¿para volver al vientre donde cada palabra va a nacer?/ ¿por hilo tenue?”, tal cual sollozaba Juan Gelman en Carta a mi madre.

O reflexionar con el filósofo del Materialismo ensoñado, León Rozitchner, que se estremece a sí mismo interrogando una suspensión realizada por las madres: “¿Y allí haya anidado y desarrollado el huevo de la nueva vida histórica –

-la memoria indeleble de una vida feliz, sin violencia ni muerte, que en el hijo permanecerá grabada para siempre– que toda madre incuba para que vida humana haya, que si no, no existiría como ideal ni en la religión ni en el Estado ni en la ética?”.

Las cenizas sobre nuestra Plaza madre mantendrán vivo el fuego de la entraña combativa de Hebe de Bonafini y de su corazón. La Plaza que la vio, que las vio y aún las ve, ir y venir sin descanso, girando como un planeta sobre su propio eje, mientras exista patria, jamás tendrá fin en la memoria, con todos los hitos eslabonados desde el siglo XIX y el eco inextinguible de las Madres.

En esa matriz urbana, vientre vertido en consignas de Derechos Humanos, cobijo de toda intemperie cuando la crueldad arrecia, donde la lengua materna permite oír y retumbar el trino de los vocablos escogidos, que no pierden vigencia: Memoria, Verdad y Justicia, nos seguiremos reconociendo.

Por los hijos de los hijos, AMEN.

Buenos Aires, 24 de noviembre de 2022

Hebe de Bonafini y la reivindicación de la entrega

Por María Gabriela Mizraje, 30 de noviembre de 1992

MGM: ¿Cómo considera el hecho de que algunos ciudadanos las asocien a una práctica feminista?

HB: Nosotras nunca nos asociamos a una práctica feminista porque no nos consideramos feministas, nosotros (sic) creemos que hacemos un trabajo de mujeres, que defendemos la lucha de la mujer, que hemos reivindicado el hecho de ser madre, lo hemos elevado, ¿no?, porque siempre parecía que la madre estaba solo preparada para lavar, planchar y cocinar, y nosotros hemos demostrado que podemos hacer muchas otras cosas, sin dejar de lavar, planchar y cocinar; así que no, no somos un movimiento feminista, trabajamos con muchas mujeres, con muchos movimientos feministas de todas partes del mundo, pero realmente no somos feministas, para nada, creemos que la liberación va a venir del hombre y la mujer juntos; pero sí defendemos la lucha de la mujer, la reivindicamos y nos parece que la mujer ha estado muy postergada… todo eso, está claro…

MGM: Eso, desde ya, la pregunta sería no tanto por una autodefinición (yo entiendo que no se autodefinen como feministas), sino por el encuadre que algunos le dan al Movimiento, la visión que otros tienen de las Madres como feministas, ¿qué opina usted (o ustedes) sobre esa visión?

HB: Bueno, cada uno nos ve desde el punto que nos puede ver, eso no es –vamos a decir– específico, nos parece que algunos nos ven más feministas, otros nos ven muy politizadas, otros nos ven muy anarquistas, cada uno nos ve desde el lado que le viene a él, desde su punto de vista; no me parece mal, porque como nos ven de tantas maneras -vos sabés que estamos tan analizadas-, los psicólogos, los soció- logos, los antropólogos, todos nos analizan, los que estudian el lenguaje, los que estudian los discursos, todo el mundo hace tesis, los teólogos, todos hacen tesis de las Madres, así que nos sentimos requeteobservadas, entonces somos lo que cada uno quiere que seamos.

MGM: ¿Existen divisiones internas dentro del grupo de las Madres?

HB: No, no, no, sólo una vez que se fueron ocho personas de la Asociación; nada más, se fueron y chau, no vinieron más, no pertenecen más a la Asociación.

MGM: Si tienen que tomar decisiones ¿votan…?, ¿hay acuerdo general…?

HB: Sí, nosotros tenemos una reunión semanal de la comisión, después los jueves nos reunimos con las madres y hacemos cinco reuniones por año, o cuatro, con todas las madres del país; se acaba de hacer una en Santa Fe, para debatir los lineamientos a seguir durante el año; después cada uno opera a partir de lo que sucede en la provincia o en el lugar donde está trabajando. A veces para cosas importantes nos llamamos; decimos: mirá, con esto se hace tal cosa; y, si no, cada encuentro. También las marchas, como ser ahora la Marcha de la Resistencia es casi un encuentro, porque vienen todas las madres del país y ahí también hacemos pequeñas reuniones. Además nosotras visitamos permanentemente también los lugares, estamos yendo constantemente a los lugares donde las madres preparan tareas y charlas y debate; y ahí ya estamos también con las madres de unidad.

MGM: Pero, entonces ¿no hay divisiones internas como en cualquier agrupación política?

HB: No, no, no, no, acá sólo la que hubo fue la de las que se fueron, que se llaman fundadoras, pero que no tienen nada que ver con nosotras.

MGM: Sin embargo sí es una agrupación política.

HB: Claro, hacemos política… no partidista. Una manera diferente de hacer política, nada que ver con lo que la gente cree. Por eso la película La voz de los pañuelos es tan buena para que la gente la vea, porque ahí uno ve cómo funcionamos, cómo determinamos lo que hacemos, cómo discutimos…

MGM: A veces lo que menos se conoce es justamente eso, cómo se deciden las cosas…

HB: Mirá, nosotros tenemos una manera muy particular de reunirnos; por ahí estamos haciendo la comida y estamos debatiendo un tema requete-importante… bueno, los temas más, más, más álgidos se debaten en la reunión de comisión, que son once miembros, pero donde después también participan todas las madres de la casa, las que trabajan, que son unas veinticinco madres, y después se las participa de lo que se resolvió en la comisión. Y si la cosa es muy álgida, muy difícil, nos reunimos todas para debatirlo, como ser para discutir si íbamos o no al programa de Mirtha Legrand lo discutimos casi una semana entera, con todas las madres que iban y venían, que se enteraban y que venían a dar su opinión, y las del jueves y las del martes y las de todos los días. Hay un grupo de Madres que hace el envío del periódico, hay un grupo de Madres que se encarga de lo que son las tareas de la casa, del dinero, de las compras y de eso. Todas participan de todo, también cuando hay decisiones participan todas, no somos las elegidas, participamos todas.

MGM: ¿Las reuniones de comisión son semanales?

HB: Son semanales, todos los martes. Después de la reunión de comisión, todas las Madres de la casa participan de cosas que nos comprometen a todas, queremos saber qué piensan todas y entonces vienen todas. No es una cosa de llamado, sino que estamos, vienen, todas saben, quieren saber qué pasó, les cuento un viaje…

MGM: Pareciera una cosa mucho más espontánea…

HB: Claro, porque nosotras no somos burocráticas, queremos romper con todo lo que sea burocrático; bueno, por supuesto, hacemos un acta de la reunión. Ahora estamos reunidas con la gente para la Marcha de la Resistencia, estamos trabajando tres Madres. Esas tres tienen que contarles a las otras qué pasó, qué se discutió, qué se arregló. Lo que pasa es que ahora, cuando salimos de ahí, nos reunimos de vuelta. Hay días que estamos reunidas todo el día, ¡porque hay tanto trabajo!, vamos debatiendo los temas que nos van dejando. Los diputados italianos que recién vinieron nos dejaron una inquietud, ahora tenemos que reunirnos con todas para ver qué piensan.

MGM: Ahora que dice lo de los “temas”, querría preguntarle si se reúnen a estudiar o alguna otra actividad similar, leer leyes…

HB: No. Los jueves a la mañana, por medio del periódico o de los temas que salgan, hacemos una discusión política, o sea que ahí tenemos charlas políticas o las Madres me traen problemas o los discutimos entre todas o vemos cómo en cada periódico sale una cosa diferente, y ahí discutimos política, qué pasa, por qué sacan esto o por qué no lo sacan, por qué se dice esto, si tapa lo otro, por qué no se tapan o por qué se tapan las cosas. De ahí salen las cosas que vamos a decir en la radio, porque tenemos, los días jueves, muchas radios alternativas que vienen y nos graban, y también sale el discurso de la Plaza; aunque es corto, es siempre de acuerdo al tema que elegimos.

Ese día no cocinamos acá, comemos cualquier cosa y después vamos a la Plaza. Y ahí es la locura, entrevistas y gente, viene cualquier cantidad de gente del exterior; gente del país, maestras, alumnos, de todo.

MGM: Esas visitas tan numerosas de la gente del exterior, ¿cómo las viven?, ¿piensan que las consideran algo pintoresco?

HB: No, la gente que viene a la Plaza viene a darnos siempre solidaridad, no viene a vernos como a una cosa extraña, mucha gente que va a la Plaza hasta a veces habla. Es una cosa bien profunda. Los que dicen que es folklórico son los que no entienden a toda la gente que nos apoya o no lo quieren ver.

MGM: La autodenominación de Madres implica, desde ya, definirse en función de sus hijos; la pregunta sería ¿se consideran hijas de las ideas de sus hijos, construyeron su aparato ideológico a posteriori del de sus hijos o era preexistente?

HB: Nosotros (sic) decimos que ellos nos parieron y que levantamos sus banderas porque son las mismas por las que ellos lucharon, lo que reclamamos nosotras ahora, tal vez con una ideología más tibia, porque ellos eran tan combativos, tan claros, tan serios, tan íntegros en lo que hacían, ¿no?, nosotros tal vez no lo hacemos con la misma fuerza que ellos, tratamos de hacerlo lo mejor que pode- mos, de defender los principios que ellos defendían y que son los nuestros, y, bueno, de sentir la lucha de ellos como propia, ¿no?, eso es lo que tratamos de hacer, no sé si nos sale.

MGM: ¿Cuál es su opinión actual acerca de la lucha armada?

HB: Yo creo que todos los pueblos tienen derecho a levantarse en armas cuando son sometidos, cuando son postergados, cuando son marginados; cuando alguien perdió todo y ya no tiene más nada, yo creo que tiene derecho a levantarse en armas. Yo creo que la lucha armada tiene que ser hecha con mucho criterio, que tiene que haber mucha gente dispuesta a dar la vida en contra de la opresión; porque, si no, se pierden muchas vidas y no se recuperan; yo creo que los pueblos que se han levantado en armas, como en Nicaragua, como en Salvador, han demostrado que era necesario para conseguir un poquito de libertad; ahora después, claro, como pasa- ron tantas cosas, y en Nicaragua está Violeta Chamorro y en El Salvador están ahora pensando qué van a hacer, si van a seguir o no, y hay lucha armada en otros países, yo no sé, yo creo que la lucha armada, que es algo tan serio y tan importante, ¿no?, para un pueblo, para un país tiene que ser de todos, no puede ser de un pequeño grupo. Tenemos que ser muchos los que estemos…

MGM: …dispuestos…

HB: …dispuestos; si no, no sirve. Yo creo que se puede hacer la revolución más lentamente, con mucho fundamento y con mucha fuerza y tal vez arriesgando la menor cantidad de vidas posible. Esa es la idea nuestra.

MGM: Si tuviera que hacer una autocrítica, de las Madres en general, de usted en particular…

HB: Yo creo que las Madres en un principio fuimos muy ingenuas, creíamos muchas cosas que no eran, creíamos que Videla era un presidente y era un asesino. Creo que no nos abrimos como debiéramos haberlo hecho antes y lo comenzamos a hacer mucho tiempo después, o sea no hace tanto tiempo que las Madres abrimos la lucha a otras luchas, hará unos seis o siete años y creo que nos debíamos haber abierto antes, pero, bueno, teníamos temor, no queríamos que nos dijeran que hacíamos política, nos parecía –como los políticos decían: ah, hacen política– ah, no no, políti- ca, no, claro, porque nos metían la idea de que era malo hacer política; cuando nos dimos cuenta de que era bueno, empezamos a reconocerlo, ¿no? Creo que esa fue una cuestión que debíamos haberla… y que debíamos haber sido más duras de lo que fuimos; sí, en algunas ocasiones hubiéramos debido ser mucho más duras, más terminantes; pero, bueno, ya está, ahora está así.

MGM: ¿A qué argentina, de la historia o del presente, elegiría, si tuviera que rescatar una figura de mujer?

HB: Y por ahí a la más anónima, ¿no?, a mi mamá, por ahí, que toda la vida trabajó y ahorró… y… ahora, a una figura pública, me parece que Eva Perón y la señora Moreau de Justo son dos mujeres… brillantes, opuestas tal vez en su pensamiento pero con ideales tan claros, ¿no? Yo creo que son dos mujeres para pensar.

MGM: ¿Cómo se siente incluida en la serie: Alicia Moreau de Justo – Eva Perón – Hebe Bonafini?

HB: Bueno, me siento muy honrada, no sé, me da mucho miedo, porque son dos gigantes para mí, Eva Perón y la señora Moreau de Justo. Vos sabés que en la última exposición que hicimos las Madres, vino alguien a reprocharnos que no teníamos ni una foto de la señora Moreau de Justo con nosotras, es que nunca nos sacamos una foto con ella, no sabemos por qué, en algún lugar estarán pero nosotras no las tenemos. Y yo me quedé muy mal, porque ella me dijo “¿cómo en esta exposición no está la señora?”, no es que no la sintamos, sentimos que está aquí pero no teníamos ni una sola foto de ella con nosotras, con tantas veces que estuvimos juntas. Yo he leído la vida de Eva Perón de muchas maneras, muchos libros he leído sobre ella, el último que leí es uno de Marisa Herrero [Navarro], una historiadora, me pareció excelente, porque uno conoce muchas más facetas de lo que vio, y a la señora Moreau de Justo la conocimos y estuvimos con ella y sabíamos de su pensamiento y de su lucha, su entrega, ¿no?; porque lo más importante de ellas dos yo creo que fue la entrega, la entrega así sin pensar en nada, entregadas por entero a lo que creían, en su objetivo, que es una cosa tan fuerte.

MGM: Sin duda por eso mismo es que la serie no tiene que darle ningún temor, porque yo creo que las condiciones, a pesar de las diferencias, en ese punto son las mismas. Y usted dice que leyó textos sobre la vida de Eva ¿y textos de ella, La razón de mi vida, por ejemplo?

HB: Me gustan más los libros que cuentan sobre ella, que son muy interesantes. Ese de Marisa Herrero [Navarro] me pareció brillante, porque no está ni la parte donde se la condena ni donde se la subestima ni se la alaba demasiado, sino que está la Eva Perón, la que yo quiero, esa Eva Perón. En sus contradicciones y en todo, pero esa Eva Perón, esa que se jugó, esa es la que está en ese libro, por eso me gustó.

MGM: Volviendo a las Madres, aunque los términos cuantitativos suelen ser molestos, nos consta que los números a veces ayudan por su fuerza; en función de esto, otra cosa que quiero preguntarle es ¿siendo los desaparecidos tantos como lamentablemente sabemos, cómo se explica que las Madres hayan sido tan pocas en relación y sigan siéndolo?

HB: Porque no es lo mismo ser Madre de Plaza de Mayo que madre de desaparecido. Hay 30.000 desaparecidos y hay 15.000, porque algunas tenemos dos o tres, o 18.000 madres de desaparecidos, pero no hay 18.000 Madres de Plaza de Mayo, porque las Madres de Plaza de Mayo fuimos las que entendimos la lucha de los hijos, las que nos entregamos de lleno a luchar por otros hijos que no son los nuestros pero que encontramos en ellos a los nuestros, somos las que no estamos dispuestas a aceptar ningún tipo de reparación, porque la única reparación posible, si es que hay una, es la justicia, entonces por eso es que no hay, porque no todas las madres ni todas las mujeres que han perdido a los hijos están dispuestas a esto que te lleva la vida, esto es una entrega total. Es una lección de vida, y nuestra generación era una generación egoísta, individualista, y cambiar y transformarse a los 49 años, como empecé a transformarme yo cuando me llevaron a mis hijos, no es fácil; no es fácil, porque es como que cada mañana alguien te da dos o tres trompadas para que sigas cambiando, cuando querés entrar en esta cosa del individualismo decís no, pero cómo, si yo estoy haciendo esto no puedo ser individualista, para ninguna de las co- sas que hago en el día, y no es fácil. No es fácil. No todas están dispuestas. Además, por la vida a veces cómoda, acá te tenés que mojar, tenés que estar abajo de la lluvia, bajo el sol, bajo el frío, bajo el calor, no hay horarios… Ya la vida personal no cuenta, no hay más nada personal. Yo no me compro ni la ropa, yo me pongo lo que me dan, me regalan, jamás salgo a mirar una vidriera, a elegirme nada, no tengo tiempo, no puedo. Si tengo tiempo, leo porque me encanta leer.

MGM: Ahora que dice esto de la lucha que sigue, etc., ¿cómo se explican las consignas principales que continúan levantándose: aparición con vida, y juicio y castigo? Cómo se explican actualmente, quiero decir, cuál es su vigencia ahora, sobre todo la de la primera.

HB: Bueno, aparición con vida es el cuestionamiento a un sistema, ¿no?, aparición con vida: mientras los asesinos estén en libertad, nosotros no vamos a reconocer la muerte, nunca se puede reconocer la muerte de un hijo si los demás no dicen qué pasó, porque nadie nos dijo que los mataron o que están enterrados en algún lugar o que los quemaron o que murieron en la tortura. Quieren que nosotros aceptemos las muertes sin que nadie lo diga y sin que nadie pague por ellas. Entonces mientras los asesinos estén en libertad, nosotros no vamos a reconocer la muerte de nuestros hijos, nunca, porque la desaparición es un delito permanente, entonces para nosotros siguen estando desaparecidos.

MGM: Bueno, después de esto casi no me atrevo a preguntar nada más. Muchas gracias.

HB: No, querida, al contrario.

Fuente de la información e imagen: https://lobosuelto.com

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“Al mapuche lo quieren sumiso y empobrecido, no se bancan que tengamos un camino autónomo”

Por: Ezequiel Luque

 

El 4 de enero, se cumplieron tres meses desde que fuerzas federales irrumpieron en el territorio de la Lof Lafken Winkul Mapu en Villa Mascardi (Bariloche) y se llevaron detenidas a mujeres y niños mapuche. Cuatro de ellas permanecen todavía con prisión domiciliaria, entre las que se encuentra la machi Betiana Colhuan Nahuel, autoridad espiritual de la comunidad. Desde La tinta, visitamos la casa donde permanecen alojadas y dialogamos con ellas para comprender su reclamo y su vínculo con las tierras ancestrales que reconocen como hogar y son fundamentales en su espiritualidad.

La recuperación de las tierras en 2017 y la formación de la Lof Lafken Winkul Mapu; el inicio de la causa de Parques Nacionales y los operativos de la entonces ministra, Patricia Bullrich; el asesinato de Rafael Nahuel por parte de Prefectura; la campaña coordinada de estigmatización mediática; el crimen de odio contra Elías Garay; las amenazas de desalojo; las humillaciones; los ataques de falsa bandera; las decenas de causas abiertas… todo un extenso y sistemático camino de persecución policial, judicial y política que tuvo su episodio más reciente el pasado 4 de octubre de 2022, cuando el Comando Unificado de Seguridad -formado hace meses por el Gobierno nacional- ingresó a territorio mapuche en Villa Mascardi y desalojó a la comunidad que hacía cinco años vivía allí.

Sin intenciones de profundizar sobre este operativo -que bien ha sido relatado por las damnificadas a través de medios colegas-, es fundamental contar cómo sigue la vida de las cuatro mujeres y la decena de niños que aún permanecen con prisión preventiva y domiciliaria en el Centro Mapuche de Bariloche. Porque se trata de personas que, de manera abrupta, vieron interrumpidaero su vida en la montaña y ahora tienen que acomodarse a otro entorno, otros vínculos, otra espiritualidad, lejos de su hogar.

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(Imagen: Ana Medero para La tinta)
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(Imagen: Ezequiel Luque para La tinta)

La Lof Lafken Winkul Mapu hacía más de cinco años que estaba instalada en Villa Mascardi, en una porción de territorio que le disputa a Parques Nacionales, a quien acusa de hacer negocios con las tierras. De hecho, la mayoría de las parcelas con las que colinda la Lof pertenece a privados particulares, salvo una porción perteneciente al Obispado de San Isidro.

Desde 2017 a esta parte, la comunidad comenzó a trabajar con animales, tenía una huerta y hierbas medicinales, y había construido una docena de casas de madera (rukas) donde vivían cerca de 30 personas, entre ellas, niños y niñas que habían pasado toda su vida allí. Durante el desalojo, perdieron sus casas y sus pertenencias, ya que, hasta ahora, no las dejaron volver y el territorio se encuentra extremadamente custodiado por fuerzas federales.


“Nos destruyeron todo lo que habíamos construido con mucho esfuerzo estos años, pero no nos importa lo material ni lo económico. No lo vemos como un negocio para el turismo, como lo ve Parques Nacionales. Podemos volver a empezar de cero y levantar todo. Pero tenemos que volver. Lo que nos da ánimo es el territorio. El día a día en esa montaña nos cargaba de energía”, relata la machi Betiana Colhuan Nahuel, desde el otro lado de la mesa en la que compartimos unas tortas fritas con mate amargo.


El lugar en el que están ahora alojadas -apresadas- es una estructura cuadrada de cemento de dos pisos, en la que conviven Betiana Colhuan Nahuel, Luciana Jaramillo, Romina Rosas y Celeste Ardaiz Guenumil, junto a una decena de niños y niñas que van desde apenas unos meses de vida a, quizás, unos 9 o 10 años. Todos son criados en comunidad. Los adolescentes de la comunidad no están aquí. Me cuentan que ellos tenían aún el recuerdo latente de la represión de 2017 en la que murió Rafael Nahuel, por lo que huyeron montaña arriba apenas escucharon que se desató la represión de las fuerzas de seguridad.

“No tenemos otra opción de vida que volver al territorio. Nuestros hijos nacieron ahí, tienen sus placentas ahí y sus raíces ahí. No se les puede sacar de ahí y llevarlos a otro lugar para que sigan con su vida. Es como sacar a una planta de su entorno natural. No van a crecer como lo harían en su lugar nativo. Nosotras aspiramos a volver, por nuestra salud, por la de nuestros hijos. Tenemos todo ahí: nuestro bienestar de pueblo, nuestra salud física y espiritual“, sostiene firme la machi, mientras amamanta a su bebé apenas por encima de su vestimenta y platería tradicional.

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(Imagen: Ezequiel Luque para La tinta)
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(Imagen: Ana Medero para La tinta)

Las machi son las autoridades espirituales máximas del pueblo mapuche, que “vienen a este mundo a sanar con sabiduría natural”, tanto a personas mapuche como no mapuche. Después de 50 años, Betiana Colhuan Nahuel es la primera machi de este lado de la frontera, en el Puel Mapu, y es reconocida como referente espiritual de ambos lados de la cordillera.

En la Lof Lafken Winkul Mapu (Villa Mascardi), se encuentra también el único rewe que hay en pie en el país y se trata de un lugar donde la machi contacta a sus energías espirituales, renueva su fuerza y sabiduría, neutralizando energías espirituales causantes de enfermedades y males.

Tal vez sea difícil de entender desde una cosmovisión occidental, pero, desde la filosofía mapuche, son muy profundas las razones por las que una machi tiene que estar junto a su rewe. “No es un altar que se visite cada tanto. Es un newen, una fuerza que está ligada a la machi que allí desarrolla su trabajo y a ese rewe también quedan ligadas las personas que están en tratamiento y las comunidades que se vincularon. Todo rewe es un ser con vida que debe ser cuidado, acompañado y alimentado. Se preocupan por nuestra salud, pero nosotras decimos que la salud que está primero en peligro es la del rewe, la mapu y los kujfikecheyem. Por eso, también estamos todos en peligro”, expresaron las mujeres detenidas en el último Parlamento Autónomo convocado por diferentes autoridades ancestrales mapuche-tehuelche que se realizó a fines de noviembre.

La detención y desalojo de la machi Betiana Colhuan Nahuel tiene antecedentes similares en Chile, donde muchos pu machi han sido separados de sus pu rewe, como es el caso del machi Celestino Córdova, la machi Francisca Linconao y la machi Millaray Huichailaf, quienes también han manifestado públicamente la urgencia por regresar a sus territorios y evitar así las graves consecuencias que un rewe debilitado tiene para el pueblo mapuche.

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(Imagen: Ana Medero para La tinta)
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(Imagen: Ana Medero para La tinta)

Luciana Jaramillo es otra de las mapuche detenidas. Antes de arrancar a charlar, me pregunta si después voy a poder editar el audio de la grabadora y le aclaro que es solo para la nota, que no va a salir en ningún lado. Se la ve ahora más cómoda. Dice que recién están aprendiendo a dar entrevistas, que, hasta hace unos meses, nunca habían tenido que hacerlo. Aun así, comienza de manera contundente: “Toda esta persecución, todo este hostigamiento y criminalización es porque somos mapuche. Se vuelve a repetir lo que le ha pasado a nuestros abuelos. Es claramente un escarmiento, un castigo. Buscan disciplinar, no solo a nuestra comunidad, sino al pueblo mapuche entero“.


“Nuestro pueblo es preexistente al Estado. Nosotros retornamos al lugar de donde, en algún momento, fueron sacados nuestros abuelos. Por herencia nos corresponde. No somos usurpadores, cómo vamos a usurpar nuestra propia tierra, cómo vamos a comprar nuestra propia tierra (…) La solución a este conflicto es que reconozcan sus propias leyes y dejen de perseguirnos”, dice Jaramillo, en referencia a las leyes internacionales y a la propia Constitución Nacional (Art 75. inciso 17) que reconoce los derechos y la preexistencia de los pueblos originarios en el territorio nacional.


El edificio en el que transcurren la prisión domiciliaria se encuentra en el extremo noroeste de la ciudad de Bariloche, sobre una loma repleta de retama amarilla. En una de sus paredes laterales, hay ilustraciones de la simbología mapuche que permiten reconocer la casa casi desde la ruta costanera. De vecinos, tienen al Destacamento de la Policía Criminalística, en el que, todos los días, una formación militar realiza el izamiento de la bandera argentina.

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(Imagen: Ezequiel Luque para La tinta)
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(Imagen: Ezequiel Luque para La tinta)

Luciana cuenta, además, que autoridades gubernamentales les ofrecieron viviendas en la ciudad de Bariloche y dinero para que puedan sustentarse por seis meses, propuesta que rechazaron de manera inmediata.


“Al mapuche lo quieren así, en el medio de la ciudad, empobrecido, siendo la mano de obra barata de ellos, construyéndole la casa; siendo la sirvienta de ellos, cuidándole los hijos y lavándole la ropa. Así nos quiere el winka (hombre blanco), sumisos. No se bancan que tengamos un camino autónomo, porque quieren que les estemos besando los pies. Nosotros no estamos más en esa, queremos ser un pueblo digno y buscamos dignidad en nuestro territorio, si la sierra nos da todo lo que precisamos, no necesitamos nada de la ciudad estando allá. Sabemos sembrar, sabemos tejer, criar animales… y estamos construyendo nuestra espiritualidad que es lo más importante”, expone la joven.


La machi Betiana sostiene algo similar: “Queríamos tener una vida más propia del pueblo mapuche. Y damos el mensaje de aliento de que se puede lograr. Por eso, creo que el Estado nos tiene miedo. En la ciudad, nos sentimos despojados, no parte. Esa es nuestra herencia reciente. Nuestros padres y madres han sido la mano de obra barata, analfabetos, sin encajar en la sociedad. Es parte de la opresión que conquistó y esclavizó al pueblo mapuche. Seguimos siendo esto, de otras formas, pero seguíamos siendo sus esclavos. Por eso, decidimos no vivir más de rodillas, levantarnos y eso tiene consecuencias que debemos asumir“.

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(Imagen: Ana Medero para La tinta)

El pueblo mapuche tiene, como colectivo, derecho a la salud y a la espiritualidad. Y para su cosmovisión, esos dos pilares de la vida no están garantizados si la machi no retorna a su rewe.

Sumado a esto, hay infancias a las que se les está privando de su derecho a crecer en pleno ejercicio de su identidad cultural y religiosa. Desde que ocurrió el desalojo, algunos de los niños están sufriendo desequilibrios físicos y emocionales por estar fuera de su tierra, y lo demuestran con falta de habla o exhibiendo un estado de sobreexcitación. “Los más chicos nos dicen: ‘¿Por qué estamos acá? Vayamos para la ruka’. Ellos lo único que quieren es volver allá, a su lugar. Hacía cinco años que estábamos viviendo ahí, no conocen otra cosa”, señala Luciana.

Mientras, Betiana complementa: “Nosotras intentamos transmitir la cultura mapuche, no en un pizarrón ni como enseñanza de escuela, sino desde la crianza día a día, con las costumbres en el territorio. Que ellos lo vean como una forma de vida, más propia de nuestro pueblo. Hoy, se sienten muy despojados y reprimidos, porque se cortó mucho de esa crianza. Pero entienden lo que pasó y que les pasó por ser mapuche, por vivir en el territorio”.

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(Imagen: Ana Medero para La tinta)
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(Imagen: Ezequiel Luque para La tinta)

El próximo 12 de enero, se realizará una mesa de diálogo entre el presidente Alberto Fernández y referentes de comunidades mapuche de Río Negro, Chubut y Neuquén, para abordar la persecución a las comunidades, en general, y la problemática de Villa Mascardi en particular.

Consultadas sobre cuál sería la solución al conflicto, Betiana y Luciana respondieron: “La decisión es política. El conflicto que ellos mismos han generado con nosotros se resuelve con una firma del presidente, donde diga que nos cede ese territorio a nosotros, donde ya teníamos una vida y que, por derecho, nos corresponde”.

Imágenes: Ana Medero y Ezequiel Luque

Fuente de la información e imagen: La Tinta

 

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Rita Segato: “La soberanía de las mujeres sobre su propio cuerpo haría caer todo el edificio de las desigualdades”

Por: Canal net

La escritora y antropóloga es una de las pensadoras más lúcidas sobre el feminismo. En Periodismo Puro, la intelectual explicó cómo los reclamos de las mujeres desafían al poder real.

Rita Segato es una de las intelectuales feministas más respetadas y escuchadas en el último tiempo. Es una referente en cuanto a violencia de género, delito que define como “un crimen del poder”.

Para la antropóloga, “el sujeto político, que engloba y va a representar a todas las personas, es un sujeto que lo representamos y lo concebimos como masculino”. Quizás por eso, cuando la mujer ocupa cargos de poder recibe una agresión que no reciben los hombres. “En las estadísticas sobre los discursos de odio, por ejemplo, la Universidad Nacional de San Martín, el resultado es sorprendente. El 75% de los discursos de odio, en otro resultado leí 78%, tienen como foco a la mujer, 5% a las sexualidades disidentes” señala Segato. “Entonces debemos concluir que los discursos de odio son característicos de los grupos que respaldan el poder económico” y “preguntarnos cuál es la relación entre la riqueza y un cuerpo de mujer, por qué el cuerpo de mujer, por qué la soberanía de una mujer sobre su propio cuerpo, por qué el cuerpo de una mujer embarazada y queriendo abortar es el enemigo político de la gran riqueza” explica Segato. Cuando la antropóloga se pregunta “”por qué el poder real se dirige al combate contra las mujeres” llega a la conclusión de que “el poder femenino es realmente una fortísima amenaza a la concentración de la riqueza”. Para Segato, “el patriarcado, la desigualdad de género, es la primera y más fundante, estructurante y más arcaica forma de extracción de plusvalía”. Por eso, afirma la escritora, “una liberación de la mujer, la soberanía de las mujeres sobre su propio cuerpo, haría caer todo el edificio de las desigualdades”. Segato se muestra convencida de que si “retirás la jerarquía de género, el mundo se rehace y camina en otra dirección más benigna. Camina, se reorienta hacia un horizonte más benigno para más gente”. Mirá la entrevista completa: VER VIDEO

Rita Segato: “La soberanía de las mujeres sobre su propio cuerpo haría caer todo el edificio de las desigualdades” (canalnet.tv)

 

Fuente de la información e imagen: https://www.canalnet.tv

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Entrevista a Ramón Grosfoguel: «La decolonialidad ha muerto: ¡que viva la decolonialidad!»

POR:  GONZALO ARMÚA, LAUTARO RIVARA

ALAI conversó en exclusiva con el sociólogo puertorriqueño Ramón Grosfoguel sobre la muerte ¿y posible resurrección? de la perspectiva decolonial.

Fue en su último paso por Buenos Aires, invitado a la Feria Internacional del Libro, que nos encontramos con Ramón Grosfoguel. Conversamos allí sobre una serie de temas que le desvelan tanto como a nosotros: el antiimperialismo, la actualidad del pensamiento crítico, la caracterización del gigante asiático, el sombrío panorama social de los Estados Unidos y las complejas perspectivas de futuro para nuestra región, que aún no tiene garantizado un pedazo de sol bajo el cielo del nuevo orden mundial que comienza a emerger.

Varias cosas fueron singulares en ese encuentro: desde la duración inusitada de una entrevista que discurrió por diversos temas a lo largo de casi 3 horas de duración, hasta la beligerancia del polemista que encarna Grosfoguel, tan a contramano de los usos y costumbres que uno podría imaginar en un académico de la Universidad de California en Berkeley.

Grosfoguel fue uno de los fundadores y principales animadores del llamado Grupo Modernidad/Colonialidad, que pasó a mejor vida sacudido por los recurrentes cismas que la política latinoamericana y caribeña impone de forma recurrente a sus intelectuales, o al menos a los que aún se preocupan de participar, de vez en cuando, de lo que hacen los mortales afuera de la torre de cristal. Como él mismo se encargará de explicar, la fractura se produjo por una auténtica «guerra de solicitadas» en torno a la candente cuestión venezolana. 

Grosfoguel es autor de numerosos libros y artículos sobre descolonización, racismo, interculturalidad, economía política, migraciones y tantos otros tópicos. Su último libro, “De la sociología de la descolonización al nuevo antiimperialismo decolonial” (Akal, 2022), aborda muchos de los temas de la primera parte en que decidimos dividir la siguiente entrevista, exclusiva para ALAI.

Gonzalo Armúa y Lautaro Rivara: En varias ocasiones planteaste una crítica a una corriente de intelectuales y académicos que llamás los “decoloniales coloniales”. ¿Cuál crees que es o debería ser el vínculo entre decolonialidad y antiimperialsimo? ¿Por qué se produjo esa ruptura entre un sector de la academia crítica y diferentes procesos populares del continente como los de Venezuela o Cuba?

Ramón Grosfoguel: Siempre he asumido, quizás ingenuamente, que cuando uno dice decolonial presupone allí el antiimperialismo. Porque, ¿de qué te estás descolonizando si no eres antiimperialista? Yo fui en gran medida responsable de la organización de la Red Modernidad/Colonialidad. Pero esa red murió en Venezuela. Hubo allí una división insalvable, porque un sector de la red, encabezada por [Edgardo] Lander, tomó partido por una posición inadmisible, firmando un documento escrito en medio de una agresión imperialista contra Venezuela, durante las llamadas guarimbas. Las guarimbas eran grupos paramilitares que estaban por ese entonces matando gente en las calles, como lo pude ver en el verano de 2019 con mis propios ojos. Esto no solo lo han hecho en Venezuela: lo hicieron en Siria, en Ucrania en el 2014 durante el golpe de estado, en muchos otros lugares. Fue en ese marco que apareció un documento repitiendo las mismas tesis del imperio. Lo mismo volvió a suceder en enero de 2019, cuando el intento de golpe de [Juan] Guaidó. Incluso este grupo se reunió con él, afirmando a la prensa que Guaidó era democráticamente más legítimo que Nicolás Maduro.

Pero hubo mucha otra gente de la izquierda o seudo-izquierda latinoamericana que firmó los documentos también. Pude ver a Lander en Democracy Now, un programa de la izquierda estadounidense, afirmando que lo que Trump decía del gobierno de Venezuela, que era autoritario, que era una dictadura, pues era cierto. Estaba minando el apoyo de la izquierda, el único que queda a Venezuela. Esta gente se dedica a socavar estos apoyos, a desmovilizar a la izquierda.

“Yo fui en gran medida responsable de la organización de la Red Modernidad/Colonialidad. Pero esa red murió en Venezuela. Hubo allí una división insalvable”.

Once meses después, en noviembre de 2019, fue el golpe de Estado a Evo [Morales]. Otra vez aparecieron los mismos documentos contando la misma historia: aduciendo muchos de ellos que no era un golpe de Estado, que era una rebelión popular, blanqueando en suma el golpe de estado imperialista. Incluso hubo tesis risibles que decían que Evo era un machista y que el golpe de estado se produjo porque era un machista. En medio de un golpe, no estaban denunciándolo, no estaban saliendo a la calle a defender al presidente democráticamente electo. Estaban tirándole fuego a la víctima. Entonces, ¿de qué decolonialidad estamos hablando?

Todo esto me llevó a pensar que ya no puedo decir que soy decolonial a secas, habiendo una serie de intelectuales «decoloniales coloniales». Por eso afirmo que soy «decolonial antiimperialista». Para mí aquí hay un antes y un después. ¿Por qué? Aquí estuvimos un grupo de personas, entre ellos la Escuela Descolonial de Caracas, en aquel momento con Juan José Bautista, con Karina Ochoa, Enrique Dussel, que tomamos partido por Venezuela y su gente. Yo siento la responsabilidad de llamar la atención sobre este monstruo de siete cabezas que se llama Modernidad/Colonialidad. Por eso decidimos trazar una línea roja. Por eso digo que la red murió en Venezuela. Ya no podemos trabajar juntos.

G.A y L.R: ¿Por qué crees que esos intelectuales llegaron a esos posicionamientos? ¿Cuál es la razón de fondo?

R.G: Intenté dar respuesta a eso en una serie de videos que llevan por título «La bancarrota de la izquierda». Lo que intento allí es tratar de no caer en el reduccionismo de «esta gente se vendió», de complejizar el asunto y entender que les llevó a esas posiciones. ¿Cómo es que esas personas que en cierto momento de sus trayectorias estuvieron de este lado, cruzaron la avenida y ahora están disparando desde la otra trinchera? Esa gente ya no es parte de la decolonialidad. Hay que dejar de referirse a ellos de esa manera: Dussel me llamó la atención sobre eso. Entonces, ¿qué los llevó allí?

Pensando en el marco categorial, podemos señalar varias cosas. El primero es el abandono de la comprensión de lo que es el imperialismo. Ellos abandonaron esa categoría, o ven al imperialismo como una cosa puramente exterior, abstracta. Algo parecido a lo que hacían [Fernando Henrique] Cardoso y [Enzo] Faletto en su ensayo «Teoría de la dependencia». La teoría de la dependencia tenía dos vertientes: la de Cardoso daba mucho énfasis a las situaciones internas de cada país, debilitando el análisis internacional del imperialismo, priorizando las relaciones de fuerza dentro de los propios estados. Pero tú no puedes desvincular lo que sucede dentro del Estado de las estrategias globales del imperialismo. La otra vertiente provenía de la escuela brasilera: Theotônio dos Santos, Ruy Mauro Marini, Vânia Bambirra y el mismo André Gunder Frank: ellos nunca perdieron de vista la relación centro-periferia, la propia dialéctica de la dependencia, el hecho de que la acumulación de capital a escala global está mediada por el sistema imperialista de super-explotación de las periferias. Yo me identifico, por supuesto, con esta segunda corriente. Entonces, el primer problema de esta línea decolonial-colonial es que carece de una teoría del imperialismo. O a lo sumo ésta aparece de forma laxa.

“[Lo primero] es el abandono de la comprensión de lo que es el imperialismo. Ellos abandonaron esa categoría, o ven al imperialismo como una cosa puramente exterior, abstracta”.

El segundo problema es una tendencia de tipo culturalista, donde todo aparece reducido a la epistemología y se pierde de vista la economía política. Aclaro que soy de los que han llamado la atención sobre la necesidad de descolonizar los paradigmas de la economía política, de hacer una cartografía crítica del legado de diferentes corrientes marxistas. Pero no se trata de tirar a la basura la economía política. Este culturalismo, al estilo del de [Walter] Mignolo, termina en una concepción muy identitaria -en su sentido más colonial- en donde las relaciones de dominación de la economía política no aparecen, o lo hacen de modo muy tangencial.

En tercer lugar, hay un problema con el Estado: son fundamentalmente antiestatistas. El propio [Aníbal] Quijano, que tuvo una enorme influencia en esta red, era antiestatista, anarquizante. Entonces, cualquier cosa que tú hagas dentro del Estado o con el Estado invalida desde ya cualquier proyecto, y se supone que tú no lo puedas apoyar, porque se trataría de un “proyecto de poder”. Pero la cuestión es mucho más compleja, más cuando hablamos de procesos antiimperialistas en nuestra región. El propio Lander hablaba -hace ya casi 20 años- de un apoyo crítico a Hugo Chávez y la revolución bolivariana. Pero había mucha más crítica que apoyo.

Una vez invité a Lander a debatir con un opositor al chavismo, un alemán radicado en Venezuela, en la Universidad de Berkeley. No hubo ningún debate, porque Lander terminó diciendo casi lo mismo que el alemán. Fue realmente muy decepcionante. De hecho, la manera como hablaba Lander de Chávez era, como dicen los venezolanos, bien sifrina. Me refiero a la manera despectiva con la que hablaría un blanco rico de un sujeto popular que no tenía las formas sociales propias de las élites. El decía que prefería que a veces Chávez cerrara la boca, que le daba vergüenza su manera de hablar. Lo mismo que tiempo después le diría el mismo Rey de España, cuando le exigió que se callase. Yo me quedé sorprendido de escuchar a quien se asumía como un decolonial, diciendo cosas tan racistas, elitistas, clasistas y coloniales como aquella. Si algo ha sostenido al pueblo venezolano hasta el día de hoy es la educación antiimperialista que proporcionó a su pueblo la palabra de Hugo Chávez, en programas como Aló Presidente, del que tanta gente se burlaba. En síntesis, aquel antiestatismo anarquizante impregnó todas las concepciones de aquel grupo.

Otro tema es el liberalismo: tienen en el fondo una visión liberal, individualista. Parten de un concepto demoliberal que les impide comprender la política imperialista. No pueden ni quieren ver otras formas de democracia, de democracia popular: creen que el eje principal es autoritarismo-democracia (liberal), y desde allí se terminan posicionando con el imperialismo.

Hay también un anti-extractivisto extremo y ahistórico, como si los gobiernos progresistas y de izquierda de América Latina y el Caribe hubieran creado el extractivismo, cuando es una herencia de la división colonial e imperialista del trabajo. El extractivismo no fue un invento de Chávez, [Rafael] Correa ni Morales. Puede llevar 30, 40 o más años superar este fenómeno. Veamos sino a Corea del Sur: le tomó 40 años abandonar una economía agrícola y reemplazarla por una economía industrial altamente tecnologizada. ¡40 años! Y con el apoyo político y los subsidios de Occidente, que no hemos tenido en nuestros países. Imagínate el esfuerzo y el tiempo que llevaría abandonar una economía monoexportadora con la embestida del imperialismo, en un contexto de bloqueo y una guerra permanente de sanciones. Esto va a llevar tiempo. No puedes simplemente eliminar la materialidad de la economía política con un decreto presidencial o una ley en el parlamento. Si no lo haces, pasas a ser considerado cómplice de la destrucción planetaria y enemigo de la humanidad, y al mismo nivel que cualquier multinacional o gobierno imperialista.

“No pueden ni quieren ver otras formas de democracia, de democracia popular: creen que el eje principal es autoritarismo-democracia (liberal), y desde allí se terminan posicionando con el imperialismo”.

No es que estemos ciegos a los problemas de los gobiernos progresistas. Soy muy consciente de las críticas que es necesario hacer. De hecho pueden ver esas mismas críticas en las clases de la Escuela Descolonial de Caracas. Pero las críticas tienen que ser dentro de la revolución, no contra la revolución. Las críticas son para mejorar los procesos, no para destruirlos. Tenemos que trazar una línea roja con estas posturas destructivas.

G.A y L.R: Incluso se coloca mucho más énfasis en la crítica a los gobiernos populares que en aquellos alineados con la geopolítica de los Estados Unidos y comprometidos con las políticas económicas ultraneoliberales…

R.G: Exacto. Si te fijas, nunca dedicaron atención ni solicitadas contra el gobierno de [Sebastián] Piñera en Chile, ni contra el gobierno narco-paramilitar de [Álvaro] Uribe en Colombia. No: el foco está siempre puesto en la denuncia de Venezuela, Ecuador y Bolivia. Veamos sino lo que pasó en Ecuador: no quisieron apoyar a Correa porque era extractivista, y terminaron apoyando la política pro-imperial y oenegeista de Yaku Pérez, un tipo apoyado por los Estados Unidos para dividir los votos de la izquierda. Cuando se produjo la segunda vuelta, esta vez entre el candidato de Correa y Guillermo Lasso, ni siquiera llamaron a votar en contra del banquero. Lo mismo sucedió con la instrumentalización de la crítica al patriarcado por parte de cierto feminismo imperialista, cuando se retiró el apoyo a Evo Morales por “machista” en medio de un golpe de Estado, como lo hizo Rita Segato. ¿Qué decolonialidad es esa? ¿Cuál es la descolonización posible si no tienes en claro la cartografía del poder en la región y el rol que juega en ella el imperialismo estadounidense?

Por eso hay que preguntarse por los intereses detrás de estos personajes que desmovilizan a las izquierdas en América Latina. Por eso siempre me pregunto quién es el que paga. Si buscamos y trazamos la ruta del dinero y los apoyos vamos a encontrar varias fundaciones alemanas. En Asia por ejemplo éstas tienen ya un historial de más de 50 años de actuación. Estas fundaciones socialdemócratas canalizan el dinero que el imperialismo norteamericano no puede entregar directamente. La Fundación Willy Brandt, por ejemplo, cumplió ese papel en los años 50, 60 y 70, dado que a la CIA le interesaba y le interesa producir una seudo-izquierda: su rol no es sólo el de apoyar a las derechas y los golpes de Estado.

Yo sabía por ejemplo que se venía un golpe de Estado en Bolivia dos meses antes. ¿Por qué? Porque empecé a constatar las movilizaciones que en toda Europa comenzaban a instalar que Evo Morales había quemado el Amazonas. No Bolsonaro, sino Evo Morales. Circuló toda una campaña internacional en Europa y los Estados Unidos asociada a estas mismas fundaciones alemanas. Esto es un hecho, más allá de que esta gente sea o consciente o no de quien pone ese dinero. Obviamente es gente que ha escrito cosas importantes, interesantes, que pueden ser útiles. Pero, ¿para qué me sirve un intelectual que a la hora de la verdad se posiciona en la otra trinchera? ¿Para qué sirven sus teorías?

G.A y L.R: ¿Y qué hay de las condiciones materiales que impone el propio ámbito académico, incluso más allá del sostén económico? ¿No hay una colonialidad específicamente universitaria? ¿Por qué se da este alejamiento de la praxis por parte de una intelectualidad latinoamericana y caribeña que en otras épocas formaba políticamente a los sindicatos, hacía parte orgánica de los movimientos populares y hasta ejercía roles de conducción y liderazgo?

R.G: Definitivamente. Todo el sistema académico está organizado para la cooptación de pensadores radicales. Es un sistema que ofrece buenos salarios, otorga privilegios y lleva compulsivamente a publicar en revistas indexadas del Norte Global. Para cuando el intelectual abrió los ojos, ya dejó de ser radical: de pronto escribe lo que hay que escribir para ser publicado, promocionado y premiado. Esta decolonialidad descafeinada es el precio a pagar para tener una carrera académica exitosa. La idea es preservar cierta distancia y pureza que otorga prestigio, permanecer en un limbo y no tomar posición de forma decidida ni por esto ni por aquello. Pero yo no lo veo solo como un solapamiento entre conveniencia y convicción. Yo lo veo como un problema profundamente ideológico, ligado al marco categorial equivocado que ya mencioné.

“Si buscamos y trazamos la ruta del dinero y los apoyos vamos a encontrar varias fundaciones alemanas […] Estas fundaciones socialdemócratas canalizan el dinero que el imperialismo norteamericano no puede entregar directamente”.

Yo me relaciono con la decolonialidad de una manera política. Siempre fui un activista antiimperialista en Puerto Rico, durante toda mi vida. Para mi la decolonialidad es un proyecto político de transformación del mundo, no una moda académica.

G.A y L.R: Hecho el diagnóstico, ¿cómo crees que esta corriente, esta agenda decolonial y antiimperialista se puede masificar? ¿Cómo puede arraigar en movimientos de masas, como lo hizo el marxismo, el nacionalismo popular, el indianismo y otras tradiciones revolucionarias? ¿Cómo llegar a una educación recíproca entre intelectuales y organizaciones populares?

R.G: Hay numerosos movimientos decoloniales que existen y operan actualmente en el mundo. Por ejemplo los movimientos indígenas en Bolivia, que no necesitan de intelectuales decoloniales para ser decoloniales. Los hay indígenas, los hay afrodescendientes, de todo tipo: por ejemplo el del pueblo nasa en Colombia, el de pobladores en Venezuela o Chile, etcétera. Independientemente de que hayamos incidido o no en su formación y debates, como lo hizo Juan José Bautista en Bolivia, lo decolonial nos precede, por supuesto. Debemos tomarnos muy en serio el pensamiento crítico que se produce desde esos movimientos para hacer jirones el pensamiento hegemónico colonial y eurocéntrico. Metodológicamente debemos pensar junto con los movimientos y no sobre ellos: no son algo objetivable.

En Sudáfrica, por ejemplo, construimos una Escuela Decolonial que tuvo un impacto enorme sobre el movimiento social sudafricano: allí lo decolonial ya es sentido común en diferentes sectores de la sociedad. Ha habido huelgas estudiantiles llamando a descolonizar las universidades sudafricanas. En Venezuela también hemos sido una influencia a partir de las Escuelas Decoloniales, contando ahora con un Instituto Nacional para la Descolonización dentro del Ministerio de Cultura, incidiendo en el sistema escolar, en las universidades. Incluso el Plan de la Patria incluyó como uno de sus ejes la descolonización.

Siempre estamos buscando cómo hacer ese vínculo entre la producción intelectual y la producción de luchas políticas y sociales. Yo lo considero un mandato de la huelga que creó mi departamento en la Universidad de Berkeley: nosotros estamos ahí como un caballo de Troya para potenciar los movimientos antiimperialistas en el mundo. Nosotros utilizamos esa brecha en la universidad blanca imperialista, una de las mejor posicionadas en el mundo, y la usamos como plataforma para tener un impacto. Quienes protagonizaron esa huelga en el año 69 eran del Frente de Liberación para el Tercer Mundo: eran estudiantes negros, latinos, asiáticos e indígenas estadounidenses. Nosotros nos consideramos como el Tercer Mundo dentro del Primero.

G.A y L.R: Si tuvieras que sintetizar la agenda decolonial antiimperialista, ¿cuáles serían sus puntos esenciales?

La agenda decolonial tiene diferentes registros. En primer lugar, tiene que ser necesariamente antiimperialista. Ese es el horizonte. Tenemos que ir contra la civilización de muerte que reproduce el mundo que vivimos. Esa civilización a combatir tiene nombre y apellido: es el sistema imperialista mundial. Cuando estos decoloniales de los que hablamos antes hablan de lo civilizatorio nunca lo vinculan a este sistema concreto: la civilización no es una cosa abstracta. El horizonte tiene que ser trans-moderno, debe superar la civilización moderna, capitalista y occidental. Este sistema tiene por supuesto varios ejes de dominación: patriarcales, racistas, pedagógicos, cartesianos, etcétera. Yo identifico 16 jerarquías de dominación distintas. Lo que intento es descolonizar paradigmas como los de la economía política: lo que antes se identificaba como superestructuras son en realidad jerarquías de dominación, principios organizadores de la acumulación de capital. El carácter genocida, racista, feminicida, ecologicida, epistemicida, anticomunitarista, es consustancial al proceso de acumulación y al proyecto civilizatorio occidental. En otras palabras: el capitalismo es el sistema económico de una civilización.

“Debemos tomarnos muy en serio el pensamiento crítico que se produce desde esos movimientos para hacer jirones el pensamiento hegemónico colonial y eurocéntrico”.

El problema con el paradigma del socialismo del siglo XX es que siempre concibió la relación entre el capitalismo y otras formas de dominación como infraestructura-superestructura. Por eso no sólo no se superaron diversas formas de dominación, sino que ni siquiera se pudo resolver lo que se planteaba: la transformación radical del sistema económico. Esto, de nuevo, porque no estamos haciendo frente sólo a un sistema económico, sino a una civilización. Por eso es que jamás vas a lograr destruir el capitalismo histórico reproduciendo sus mismas lógicas sexistas, egocéntricas, dualistas, etcétera. Es por esto que la decolonialidad no es una discusión académica, teórica, es una discusión política que nos plantea una nueva cartografía del poder. Es ahí en dónde Chávez estaba clarísimo. Él decía que había que aprender de los problemas y errores del socialismo del siglo XX para pensar el socialismo del siglo XXI. Eso es lo que Dussel llama la transmodernidad: aún no podemos darle nombre, porque estamos en un proceso de transición. ¿Cuál será finalmente la civilización emergente? Lo veremos en el proceso.

Fuente de la información e imagen:  https://www.alai.info

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Reducción de jornada laboral: el trabajo en disputa

Por: Santiago Torrado

Seis países del norte político implementaron la jornada laboral de 4 días durante un año y se prevé que el experimento crezca en 2023 con respaldo y financiamiento estatal. EE. UU., Nueva Zelanda, Irlanda o Reino Unido reconocen los beneficios de la jornada reducida tanto para los empresarios como para los trabajadores. ¿Funcionará un esquema de reducción de días en Latinoamérica? ¿Qué beneficios traería un proyecto similar en una región que acusa las jornadas de trabajo más largas del mundo y donde aún quedan derechos postergados? Hablamos con Camila Barón para explorar las nuevas -y viejas- disputas del trabajo.

La disputa por las nuevas formas del trabajo es global y es política. Al impasse de la pandemia y el teletrabajo, se suma la precariedad como característica en todo el mundo, el incremento de trabajadores que, aún con empleo, no superan la línea de pobreza. También la desigual retribución económica por igual tarea y la siempre postergada discusión sobre el trabajo no pago y los cuidados. Una iniciativa progresista recorre desde hace algunos años los programas electorales de la izquierda política y los discursos de algunos sindicatos y organizaciones de trabajadores: trabajar menos, trabajar todes, producir lo necesario, redistribuir todo. En el amplio abanico de posibilidades que esta consigna tiene, una viene calando hondo y se está por convertir en una realidad: la reducción de las jornadas laborales.

Durante este 2022, ​​EE. UU., Canadá, Irlanda, Reino Unido y Australia implementaron parcialmente la jornada laboral de 4 días sin reducción de salario. Los resultados fueron notables: los beneficios de las 33 empresas que participaron de la prueba piloto se incrementaron en promedio un 8%. De los 1.000 trabajadores que participaron, el 97% prefiere esta modalidad y 9 de los 10 emprendimientos mantendrá la reducción horaria en el futuro. El próximo 2023, varios países de la UE confirmaron que impulsarán su propio experimento de jornada reducida a partir de junio. Sin embargo, que hayan sido países del norte político los que impulsaron esta primera toma de contacto con esta modalidad de trabajo sin afectación al salario no es casualidad.

Para aproximarnos a este debate, desde La tinta dialogamos con la economista, periodista e investigadora de CEPAL, Camila Barón. “La jornada laboral de 4 días es una reivindicación muy importante en estos momentos para los trabajadores, es decir, para quienes viven de su salario, y es una discusión que está claramente más avanzada en los países centrales. En Latinoamérica, tenemos altos índices de informalidad y, por lo tanto, esta reivindicación corre el riesgo de ampliar la brecha entre trabajadores registrados y no registrados. Según CEPAL, la tasa de informalidad promedio para América Latina en 2022 se estima en 48,1% y se proyecta un aumento para 2023 que llegaría a 48,4%. Es decir, la mitad de los trabajadores de todo el continente no podrían beneficiarse directamente de esta reducción de jornada.

Por otro lado, es importante pensar qué otras reivindicaciones están antes que la reducción de días. Latinoamérica tiene un problema generalizado por lo excesivamente extensas que son las jornadas laborales. Hay una gran cantidad de países donde se trabaja más de 48 horas por semana (esto es, más de 10 horas al día), ahí la diferencia con Europa es grande. Lo mismo sucede con derechos que se suponían conquistados desde el siglo pasado, como las vacaciones o las licencias pagas”.

El problema del trabajo en la actual fase del capitalismo profundiza los rasgos desiguales preexistentes en cada país y cada región. A diferencia de las crisis de finales del siglo pasado, ahora, el problema no es la desocupación, sino la ocupación precaria. Al prolongado desmoronamiento del mercado de trabajo como lo conocíamos, se le suman las particularidades nacionales en cada país latinoamericano. ¿Cómo podría, entonces, la reducción de horas impactar positivamente en la economía de una de las regiones más desiguales del mundo? Si la alta informalidad excluye a quienes trabajan, pero no son considerados trabajadores, ¿hay que ampliar el concepto de trabajo?

Según Barón, “es necesario analizar este tipo de propuestas en cada territorio y en función de cuáles son las prioridades que cada sociedad tiene. En América Latina, las largas jornadas laborales (considerando trabajo remunerado y no remunerado) afectan más a las mujeres. Tanto las jornadas máximas legales como las jornadas reales son muy largas y una gran proporción de hombres y mujeres trabajadoras supera el límite máximo legal. Según datos de CEPAL de este año, entre la población ocupada de 20 a 64 años de edad, se observa que, si bien la semana laboral de las mujeres es más corta que la de los hombres (varía entre 0,7 horas semanales para el grupo de 55 a 69 años en Costa Rica y 18,3 horas semanales para el grupo de 30 a 34 años en el Perú), en promedio, alcanza a alrededor de 40 horas, es decir, corresponde a una semana laboral completa.

Sin embargo, la mayor diferencia en la asignación de tiempo corresponde al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, al que las mujeres dedican entre 6,3 y 29,5 horas más por semana que los hombres. Esto hace que, en todos los países y todos los grupos de edad, la carga total de trabajo de las mujeres sea superior a la de los hombres, con diferencias que varían entre 2 y 20 horas semanales. Entonces, cabe la pregunta, en estas latitudes, ¿deberíamos avanzar en la reducción de la jornada semanal a 4 días o en la reducción de las jornadas diarias y en la inversión en infraestructura de cuidados para que sea posible reducir la jornada de trabajo no remunerado?

*Por Santiago Torrado para La tinta / Imagen de portada: Página/12.

Fuente de la información: https://latinta.com.ar

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Ken Robinson: ‘se están produciendo cambios en la educación.’

Por: bloghemia

«La educación no es monolítica. No está configurado. No es sin cambios. Al contrario, es un sistema humano, por lo que está cambiando. Es como si las ciudades no estuvieran establecidas. Dondequiera que haya gente pensando, está ocurriendo un cambio. Se están produciendo cambios en la educación. » Noam Chomsky

Transcripcion completa y en español, de una entrevista realizada al educador británico Ken Robinson en el postcast de Art Ed Now.    

Bienvenidos a Art Ed Radio, el podcast para profesores de arte. Este programa es producido por Art of Education, y yo soy su presentador, Tim Bogatz. Tengo la suerte de estar aquí en Los Ángeles, California, para grabar un episodio muy especial del podcast con el único e inigualable Sir Ken Robinson.

La oportunidad de esta entrevista surgió porque Sir Ken será nuestro presentador destacado en la Conferencia en línea de verano de 2017 de Art Ed Now. Lo que creo que es realmente especial acerca de su presentación en Art Ed Now es lo específico que será para los profesores de arte. Hemos escuchado a Sir Ken hablar sobre escuelas, sobre educación, sobre creatividad, y siempre pudimos aplicarlo a lo que hacemos.

Acerca de este podcast, Sir Ken es un narrador increíble y un hombre increíblemente inteligente e inventivo. Así que este podcast durará un poco más de lo que están acostumbrados los oyentes habituales.

Como dije, tengo un puñado de preguntas que realmente quiero saber, algunas cosas que van más allá de sus ideas y sus escritos. Quiero hablar con él sobre su vida, su historia, cómo llegó a la educación y qué sigue inspirándolo.

Más allá de eso, solo veremos a dónde nos lleva la conversación. Definitivamente estoy emocionado de ver lo que sucede. Déjeme seguir adelante y traer a Sir Ken Robinson. Estoy aquí con Sir Ken Robinson. Muchas gracias por acompañarnos. ¿Cómo estás?

Sir Ken : Estoy muy bien.

Tim : Bien.

Sir Ken : Bien. Es un placer estar aquí. Gracias.

Tim : Ahora, la gente de todas partes ha visto tu Ted Talk. Han leído tus libros. Están muy familiarizados con todas tus ideas, pero quiero preguntarte un poco sobre ti personalmente. ¿Puedes contarnos un poco sobre ti, dónde creciste, dónde se estableció el amor por las artes y, supongo, qué te inspiró a dedicarte a la educación y específicamente a la educación artística?

Sir Ken : Bueno, gracias. Nací en Liverpool en Inglaterra. No te contaré todo el asunto, sabes, pero nací allí. Soy de una familia numerosa. Hay siete niños. Cinco hermanos y una hermana. Me he preguntado cómo fue eso para ella.

Tim : Sí.

Sir Ken : Me interesé en las cosas que he estado haciendo, como hace la gente, de manera impredecible. Cuando estaba en la escuela, no tenía idea de lo que iba a hacer. Absolutamente ninguno. Tenía cierto interés en la escuela. Me involucré en poner algunas obras de teatro. Cuando estaba en lo que es el equivalente en el Reino Unido del tercer año. Aquí lo llamamos la 6ta forma entonces.

Entonces, en el Reino Unido, todavía es en gran parte cierto, cuando llegas a los 16 años tomas exámenes escolares en una amplia gama de disciplinas diferentes. Luego puedes elegir tres o cuatro que quieras estudiar con un poco más de profundidad durante los próximos dos años. Solían llamarse A Levels. Hay diferentes versiones de él ahora.

Así que elegí hacer inglés, latín y francés. Todos hicimos algo llamado Estudios Generales, que es vagamente artes liberales y política. Eran las áreas que más me interesaban y debido a mi interés por el inglés, también leíamos muchas obras de teatro en la escuela, pero no habíamos puesto ninguna. Yo y un grupo de personas, amigos en la escuela, pensamos: «Deberíamos». Sería interesante y agradable producir algunas obras de teatro. Así que le preguntamos a uno de nuestros maestros si él podría dirigir la obra.

Si no recuerdo mal, era profesor de geografía, pero simplemente nos gustaba y tenía interés en el teatro. Así lo hizo. Dirigió una obra en la que estábamos todos. Hicimos todo el trabajo pesado. Era una cosa después de la escuela. Imprimió los boletos, vendió los boletos, hizo los folletos, vendió los folletos. Fui de puerta en puerta organizando todas las cosas y fue muy interesante. Nos gustó tanto que hicimos otro. Creo que esa se llamaba She Stoops to Conquer de Goldsmith.

Luego decidimos hacer otro, pero fue muy indulgente. En ese momento se dio por vencido y dijo: «Sabes, realmente no puedo dirigir el próximo, pero estaría feliz de hacerlo». Así que todos nos sentamos en círculo, pero para entonces ya habíamos reclutado a algunas chicas de la escuela de niñas. Me gustan las chicas reales porque realmente no queríamos hacer los papeles femeninos travestidos. Era una obra de Oscar Wilde llamada La importancia de ser Ernest, y él se sentó alrededor del círculo, todos lo hicimos, y repartió los papeles.

Esperaba, ya sabes, un papel decente en la obra. Había estado en un par de ellos antes. Actuar no es lo mío, la verdad. Particularmente, no quiero tener el papel principal, pero tuve un papel en los otros y dirigí el escenario en el primero. Pasó por todas las partes y yo no obtuve ninguna. Pensé: “Oh, bueno, aquí vamos. Probablemente dirección de escena otra vez”. Él dijo: “Sabes, no tengo tiempo para dirigir la obra este año, pero tengo una sugerencia. Creo que Ken debería hacerlo”.

Bueno, casi me caigo por un agujero en el suelo. Pensé: “Eso no puede ser verdad. Quiero decir, no puedo dirigir una obra de teatro. Eso es ridículo.» Esperaba con confianza que todos los demás en la sala estuvieran de acuerdo y dijeran: «¿Hablas en serio?» ¿Sabes? no lo hicieron Todos asintieron y dijeron: «Bueno, sí, eso sería genial». Así que pensé: «Bueno, si creen que puedo hacerlo, entonces no voy a dar marcha atrás», así que lo hice y realmente disfruté haciéndolo.

Fue un gran éxito en nuestros términos y en parte fue por eso que fui a la universidad para hacer inglés y teatro. En la universidad me interesé. Era un lugar maravilloso llamado Breton Hall en Yorkshire y fue por eso que me interesé en el lugar del teatro en las escuelas. Pensé: “Esta fue una experiencia tan buena. ¿Por qué no hay más en las escuelas? ¿Por qué dedicamos tanto tiempo a leer obras de teatro en las lecciones, pero muy poco a interpretarlas? Es un poco como pasar el tiempo en lecciones de música leyendo partituras musicales, pero sin tocar nunca un instrumento”.

De todos modos, durante ese período, me interesé en eso y, a través de eso, el interés en la idea general de un enfoque más holístico de la educación, y me gradué como profesora de inglés en teatro. Quiero investigar un poco por mi cuenta, ya sabes, antes de asentarme. Había todo tipo de preguntas sin respuesta que tenía, así que tomé el camino de la investigación bastante rápido y me involucré en el Proyecto Nacional de Investigación.

Luego, cuanto más me interesaba el teatro, más me interesaba hablar con otras personas que trabajaban en las artes. Había hablado con muchos profesores de arte. Salí con músicos. En ese entonces vivía en Londres y asistí a muchos programas culturales y de artes comunitarias. Había muchas cosas muy interesantes sucediendo en Londres en ese momento. Hubo un gran movimiento de laboratorio de artes y hubo personas que usaban el teatro de manera bastante radical en su comunidad y escuelas.

Sí, pero nada de eso era un plan, ¿sabes? No es que estuviera pensando que en aquel entonces, si todo salía bien, estaría contigo haciendo este podcast o algo así. Era sólo lo que era interesante a mi lado. Encontré como me interesé y llegué a hablar más con la gente. Mi interés en él se profundizó y estaba viviendo otra vida además de todo esto. Quiero decir, esa es la cosa. Ahora estaba tratando de ganarme la vida y mantener el cuerpo y el alma juntos como lo haces cuando tienes 20 años.

Con el tiempo me pidieron que impartiera cursos sobre las cosas que estaba averiguando. El primer trabajo que conseguí, un trabajo en condiciones, fue para el Proyecto Nacional de Investigación sobre Drama, que coincidía con mi interés y estaba siendo ejecutado en la misma universidad donde estaba haciendo mi carrera. Así que tuve un trabajo remunerado durante un par de años y luego se extendió por un año. Estábamos obligados a realizar cursos como parte del contrato y tuve que ir y hablar de ello.

Escribimos un libro y tuvimos que ir y hablar sobre el libro. Nunca se me pasó por la cabeza dar charlas a nadie sobre nada, ¿sabes? No es mi modo natural. No es como si me despertara por la mañana, «¿A quién le puedo dar una charla ahora?» Por el contrario, en realidad soy bastante retraído de varias redes sociales… No lo busco, pero descubrí que podía hacerlo y lo disfruté cuando lo hice. Impartir los cursos fue interesante y muy gratificante.

Entonces fue así y luego me involucré en los programas de arte, y ya sabes, a su debido tiempo, resulta que miras hacia atrás y te das cuenta de que se suma a algún tipo de carrera. Ha sido impulsado por un par de intereses. Uno de ellos es un profundo interés en el talento y la creatividad, y la naturaleza del mismo, y cómo las personas hacen su vida por un lado. Siempre he sentido que muchas personas no han descubierto esas cosas en la educación o cuando lo han hecho, a menudo sienten que no importan.

Eso no es culpa de los maestros ni de los principios escolares. No estoy señalando con el dedo a nadie. Es la forma en que funciona el sistema y es un sistema. La gente tiene que saber eso. Es un sistema con sus propias funciones y características. No prioriza estas cosas. Esa fue la segunda cosa. ¿Bueno, por qué no?

Sé que había mucha gente en educación que piensa que estas cosas también son importantes. Muchos de ellos trabajan en las artes. No todos ellos, pero muchos de ellos. Entonces, además de ser un interés, también se convirtió en el foco de investigación, promoción y campaña.

Creo que realmente importa y he tratado de promover el caso para que sea importante y mostrar cómo se puede proporcionar mejor. Así que de repente miras hacia atrás y son 40 años y entonces piensas, “¿Qué pasó? Debería haber empezado a dirigir restaurantes. Al menos habría comido con regularidad.

Tim : Como parte de tu carrera, sé que te mudaste aquí a Los Ángeles en 2001 creo que dijiste. Trabajabas como asesor educativo en el Getty y supongo que mi gran pregunta para ti es: «¿Qué te hizo querer dejar el Reino Unido y venir a los Estados Unidos?» Entonces supongo que como consecuencia de eso, ¿qué tipo de diferencias has visto, ya sabes, viviendo aquí en los Estados Unidos? Ya sean educativos, culturales o lo que sea, ¿cuál ha sido el mayor cambio para ti viviendo aquí?

Sir Ken : Bueno, sí. Me mudé aquí en 2001. Tuve alguna conexión con el Centro Getty en Los Ángeles en los años 90 cuando era profesor trabajando en la universidad porque el Getty en ese momento tenía un programa muy grande en educación de artes visuales. Se llamaba Educación Artística Basada en Disciplinas y también se aplicaba a otros campos, pero al ser el Getty una organización de artes visuales, tenía un enfoque particular en las artes visuales.

Debido a que estaba involucrado en la educación artística, fui profesor de educación artística en la Universidad de Warwick y dirigí un gran departamento allí. Por supuesto, estaba al tanto del trabajo que hizo Getty y algunas de las personas allí sabían lo que estaba haciendo y me invitaron a mediados de los 90 a hablar en su conferencia anual en The Art Education Institute en Washington, lo cual hice. . Posteriormente, me preguntaron si estaría interesado en pasar algún tiempo en el antiguo instituto de educación artística del Getty. Lo cual hice y también hice un recorrido por algunos de los institutos regionales que estaban apoyando.

Pasé unas seis semanas en Estados Unidos. Luego, en 2000, me pidieron que fuera al Getty para hablar en una conferencia de filántropos que estaban involucrados en la educación. Para entonces, el Getty tenía un nuevo presidente y tenían una revisión interna y habían cerrado todo el programa de educación artística. El instituto separado. Eso había causado un verdadero temblor en el mundo de la educación artística en Estados Unidos porque el Getty, como solían decir, era el gorila de 800 libras en la sala donde no solo apoyaban intelectualmente a DBAE, sino que financiaban una gran cantidad de trabajo de DBAE.

La gente estaba muy ansiosa y preocupada por lo que eso significaba que se habían retirado. Bueno, conocí al presidente en ese momento y me invitaron a regresar después de esta conferencia en 2000 para ayudar a hacer una revisión del trabajo educativo en el Museo Getty. Al final de eso, me reuní con el presidente y hablamos sobre las formas en que estaban tratando de fusionar la educación. Le dije: «Entonces, ¿por qué cerró el instituto de educación?»

Él dijo: “Porque después de un tiempo sentimos que el DBAE, a pesar de lo importante que era, no era la única manera de hacer esto. Nos asociamos mucho con él, pero hay otras formas de abordar la educación artística y pensamos que también deberíamos estar abiertos a apoyar otros enfoques. Hemos apoyado esto durante 15 años y, ya sabes, somos una institución privada. Pensamos que deberíamos seguir adelante y, en cualquier caso, ya sabes, somos una organización cultural y, por lo tanto, somos una organización educativa. Pensamos que era hora de infundir educación en todo el sistema que tenemos aquí”.

Así que le dije: «¿Qué vas a hacer ahora?» Él dijo: “Bueno, todavía no lo sabemos. Vamos a tratar de resolver eso”. Entonces me invitaron y me uní a una serie de think tanks el verano siguiente y los ayudé a pensar en lo que podrían hacer en educación y unos meses después, me contactaron y me preguntaron si estaría interesado en ir. y ayudarlos a hacerlo.

Sinceramente, Tim, sabes que me preguntaron el día correcto. Había completado todo un ciclo de trabajo en el Reino Unido. Había trabajado mucho en Irlanda del Norte como parte del proceso de paz. Había estado dirigiendo una comisión nacional en el Reino Unido a pedido del gobierno para analizar la promoción de la creatividad en la educación en todo el sistema escolar. Llegarían momentos en tu vida en los que pensarías: «Estoy listo para lo siguiente ahora». Si me lo hubieran pedido el año anterior no podría haberlo hecho. Al año siguiente, me habría metido en otra cosa.

El día que me preguntaron, que fue a principios de enero de 2001, mi esposa y yo habíamos estado pensando en pasar algún tiempo en Estados Unidos. Nos gustó aquí y pensamos que sería interesante. Tal vez teníamos algo que aportar. Además, era Inglaterra y estaba lloviendo y la pregunta era: «¿Te gustaría venir a vivir a California?» Nos fuimos inmediatamente. Creo que ni siquiera pregunté quién estaba llamando. Solo dije: «¿Cuándo obtenemos los boletos?»

Salimos y fue un buen arreglo. Fue para ayudar, ya sabes, para ser parte de su proceso de elaboración de políticas. Para mirar el futuro de su papel en la educación. También estuve involucrado en muchos otros proyectos y nuestro acuerdo me incluía continuar con muchas de esas cosas, así que estábamos encantados. Hemos estado aquí desde entonces. Ya han pasado 16 años. Estuve en el Getty durante unos cinco años, pero para entonces ya habíamos pasado a otras cosas.

Ya sabes, es similar y es diferente a lo que está sucediendo en Europa. Hubo algunos problemas muy similares que enfrentan la educación aquí. Una de ellas es que este período de mi presencia aquí ha coincidido, de hecho comenzó un poco antes, con este crecimiento de la cultura de las pruebas a través de No Child Left Behind, que tuvo su propia prehistoria. Hubo un llamado movimiento de reforma en el Reino Unido, o en Inglaterra, debería decir, también durante varios años.

Escribí un informe con otros a principios de los 80 llamado Las artes y las partituras y eso fue en el contexto de un intento de reformar la educación, que se puso de manifiesto en una legislación de 1988. Las artes estaban siendo marginadas allí. Fue el comienzo de la gran cultura de las pruebas en el Reino Unido. Otros países se han sumado desde entonces. Hay un hombre maravilloso llamado Pasi Solberg, que ha escrito mucho sobre lo que está pasando en Finlandia y habla sobre GERM, el Movimiento de Reforma de la Educación Global, y resulta contagioso.

En Estados Unidos, ha sido un período de pruebas intensas. Se han gastado miles de millones de dólares en la cultura de las pruebas aquí. Entonces, ya sabes, no se trata solo de las artes. Tengo muchas ganas de decir eso. No quiero asociar la creatividad exclusivamente con las artes. Puedes ser creativo en ciencia, en tecnología. Cualquier cosa que involucre la inteligencia humana es un escenario de posibilidades creativas.

Las artes no son la parte creativa del currículo. No necesitan serlo. No deberían ser vistos de esa manera. También son creativos, pero son otras razones por las que las artes también son importantes. Tienen que ver con el desarrollo de la sensibilidad, de la autocomprensión, de la alfabetización cultural y del conocimiento cultural. De tener un sentido de comunidad humana y comprometerse con algunas de las mejores obras que la conciencia humana haya producido jamás.

Hay todo tipo de razones para las artes. Intelectuales, sociales, culturales, e incluyen el hecho de que estas también son áreas de actividad creativa. La ciencia también es profundamente creativa, al igual que la ingeniería. Así que fue mirar ese tipo de áreas de sinergia que me pareció muy importante. Así que hay algunos temas comunes.

Si estás en la Tierra y te involucras en la educación, la encontrarás surgiendo en todas partes. En Australia, en toda Europa, en Asia. He hablado en eventos, trabajado en instituciones en el sudeste asiático, también en Australia y en toda Europa. Te sentirás como en casa en muchos de estos debates sin importar a dónde vayas. Por supuesto, también hay variaciones culturales locales.

Creo que en Estados Unidos una de las cosas distintivas… Diría que es más el caso aquí, diría que en otros lugares. Ciertamente en partes de Europa. Los políticos aquí están comprometidos en gran medida con las pruebas y han gastado cantidades extraordinarias de dinero en lo que es un experimento fallido. Miles de millones de dólares y el efecto no ha sido mejorar los estándares en las áreas a las que se dirigen. No ha sido para mejorar la motivación. No ha sido para mejorar el desempeño económico del país. No ha satisfecho a los empleadores ni a los padres y no ha hecho nada por la tasa de no graduación.

Ha habido una fe en él combinada con la liberación de la fuerza del mercado en la educación, lo que creo que en general ha sido contraproducente. Es algo divertido que sabes cuando piensas en la cultura británica porque hay todo tipo de peculiaridades sobre la cultura británica. No me malinterpretes. Sé lo que son. Quiero decir, vivo aquí, así que me siento calificado para decir algo al respecto. Es interesante para mí, supongo que las cosas que la gente da por sentado porque están en su cara todo el tiempo. Ni siquiera creen que eso sea una cosa.

Una de las cosas que me llama la atención al venir a Estados Unidos es cuán impulsada por los números es la cultura. Como por ejemplo, si vas a las ciudades, todas las calles están numeradas. Ya sabes, es como la calle 42, la calle 43. Eso no sucede en los países europeos. Ya sabes, se llama Pudding Lane o Edgware Road. No caminamos por West 58th Street. En general, en Estados Unidos, porque la forma en que evolucionaron las ciudades cuando lo hicieron y con el automóvil, y están construidas sobre estos sistemas de cuadrícula, están todas numeradas.

Quiero decir, hay algunos cruces de calles, que tienen nombres, pero ya sabes a lo que me refiero. Las escuelas están todas numeradas. Los distritos están numerados. Ya sabes, entonces es como, «Escuela Número 1 y Escuela 32». Están todos numerados. Todos los presidentes tienen números. El 44. Nos referimos al presidente como Número 44. Eso no sucede en ningún otro lugar. No sabemos qué número es nuestro primer ministro en este momento. No tenemos idea. Sabemos quién es Jorge III. Reyes, sí. Reinas, si. Isabel II, sí. Es fácil hacer un seguimiento de eso y es solo una forma de distinguirlo, pero no hablamos de la reina como 42. Es solo porque hubo una Isabel antes de eso.

Ahora está en el torrente sanguíneo para cuantificar. Para numerar cosas. No es ni bueno ni malo en sí mismo, pero se puede ver con qué facilidad se cruza con las ideas de reforma. Que son los números los que importan. Como las calificaciones. Los números. Ahora, otros sistemas, otros sistemas escolares, tienen calificaciones y números, pero yo diría que la dependencia de las pruebas estandarizadas y la cantidad de dinero y fe que se ha invertido en ellas es probablemente más característica aquí que en la mayoría de los otros lugares que conozco.

Ahora no quiero decir que las presiones sean menos intensas. Quiero decir, en el sudeste asiático, hay presiones intensas sobre los niños. Creo que los políticos simplemente van allí, ¿sabes? Es un juego de números. Está en todas partes, pero creo que es particularmente intenso aquí. Por lo tanto, es un poco más difícil hacer que la gente piense de manera diferente al respecto y sacarlos de ahí.

Tim : Sí. Así que supongo que si puedo seguir con eso un poco, si pudieras, ya sabes, ver reformado nuestro sistema educativo y, ya sabes, concentrarte menos en los números, en las pruebas, ya sabes, ¿dónde te gustaría ver las cosas ir? ¿Qué crees que sería más beneficioso para los estudiantes y los maestros si pudiéramos, ya sabes, crear una buena manera de reformar nuestro sistema?

Sir Ken : Bueno, creo que las reformas están ocurriendo. Los cambios están ocurriendo. Hace poco publiqué un libro. Se llama Escuelas Creativas. En realidad, el subtítulo en inglés es Revolutionizing Education from the Ground Up. El subtítulo americano, quiero decir, no elegí los diferentes subtítulos. Los editores lo hicieron, pero el estadounidense es La revolución de base que está transformando la educación.

La cosa es que la educación no es monolítica. No está configurada. No es sin cambios. Al contrario, es un sistema humano, por lo que está cambiando. Es como si las ciudades no estuvieran establecidas. Dondequiera que haya gente pensando, está ocurriendo un cambio. Se están produciendo cambios en la educación. Algunos de ellos son internos porque los maestros, los niños, los padres y los superintendentes están inquietos en todo tipo de formas sobre el impacto que ha tenido esta cultura de evaluación en los últimos 15 años.

Puedo hablar con gente de todo el país. Hablo con juntas escolares, administradores, superintendentes. En mi experiencia, es muy raro que la gente se involucre y diga: “No, no. Confía en mí. Todavía no ha funcionado, pero lo hará. Sea paciente.» La gente puede ver que no funciona. Incluso en Texas. Texas es realmente donde se arraigó la cultura de las pruebas y desde donde se difundió. Hace poco estuve con la Asociación de Administradores Escolares de Texas hablando sobre estas cosas en su conferencia anual y hay un gran cambio en algunas partes de Texas.

Hablamos un poco de eso en el libro. Así que hay presiones internas para el cambio. Hay mucho malestar y muchos educadores lo saben… Ni siquiera está en sus corazones. Siempre lo han sentido. A menudo les digo a los padres, ya saben, los padres se quejan de todas las pruebas y la estrechez del plan de estudios que ha resultado en las escuelas como si las escuelas quisieran eso. Sigo diciéndoles: “Ya saben, pero ellos no. Están bajo tanta presión como tú. Así no es como los profesores quieren trabajar. Lo encuentran absolutamente catastróficamente asfixiante. No quieren trabajar de esta manera”.

Por cierto, no es decir: «Sí, los datos no tienen ningún papel en la mejora de la educación». Claro que lo hace. Hay todo tipo de formas en que los datos de diagnóstico son útiles. Es como ir a un examen médico. Ya sabes, «Dame algunas pruebas», pero quieres algo más que ser probado. Quieres que la gente use esas cosas en aras de mejorar. El problema en la cultura de las pruebas escolares es el tipo de datos que se recopilan y el uso que se les da.

Si se usara genuinamente para ayudar a los maestros a comprender mejores formas de enseñar, formas en que pueden mejorar su práctica, si se usara para ayudar a los niños a comprender dónde deben mejorar y cómo podrían hacerlo, está bien, pero se ha convertido en un una especie de carrera de obstáculos en aras de la competencia y la financiación.

Así que hay una inquietud dentro de la profesión. Yo sé eso. Estoy seguro de que todos los que escuchan esto son parte de esto y también lo saben. Esa es una gran fuerza para el cambio, pero también están ocurriendo cambios destructivos fuera del sistema escolar K-12. Uno de ellos es el crecimiento explosivo de las tecnologías digitales, que están poniendo a disposición de las escuelas nuevas formas de perfilado y también acceso a nuevas herramientas para la enseñanza.

Los niños están al tanto de estas cosas y los maestros están comenzando a ver, algunos más que otros, cómo podemos usarlos para lograr un mayor efecto. Entonces, eso en sí mismo es disruptivo. Las personas se conectan en línea para saber quién de otro modo podría haber ido a la universidad. Sé que eso es parte de lo que Art ed ahora está aprovechando y con razón. Otra gran fuerza disruptiva es que el valor de los títulos universitarios está cayendo con un porcentaje importante de graduados que no pueden encontrar trabajo en su campo a pesar de que tienen un título. Muchos más de ellos están empleados en áreas donde su título es irrelevante.

Ya sabes, resulta que tienen un título. Bueno, esa es una gran influencia disruptiva porque es el sistema universitario la piedra angular que ha mantenido este sistema en su lugar durante mucho tiempo, y los crecientes costos de obtener un título universitario y los crecientes problemas de la deuda estudiantil están alejando a la gente.

Las personas que podrían haber ido a la universidad piensan: «Bueno, ¿realmente vale la pena?» Así que las universidades están teniendo que cambiar. Las universidades están cambiando. Están comenzando a surgir nuevos tipos de universidades. Ya sabes, los MOOC son una evolución interesante, pero la gente aún no ha descubierto cómo hacer que funcionen correctamente. Algunas personas tienen.

Hay uno o dos que se están acostumbrando a esto, pero ese también es un paso evolutivo. Luego están los cambios globales. Cambios en la población. Cambios en la forma en que funcionan las economías. Creo que la mayor disrupción hasta ahora en el mercado laboral será la inteligencia artificial y la robótica. Eso va a acabar con todo tipo de trabajos que la gente ha tenido en el pasado.

También inevitablemente, porque estas cosas lo hacen, creará nuevas oportunidades que aún no hemos descubierto. Así que no es que el mundo se detenga o que la educación se detenga. Las cosas están cambiando y yo soy solo una de varias personas que están llamando la atención sobre estos cambios y alentando a las escuelas a cambiar con ellos y estar a la vanguardia, no a la zaga. Es en nuestro mejor interés, o en el mejor interés de los niños, que debemos hacer eso.

Inevitablemente, cuando las personas trabajan solas en las escuelas y se sienten aisladas, pueden sentir estos cambios, son las únicas personas afectadas por ellos y es importante que vean que hay un movimiento más grande aquí del que pueden ser parte. Es igualmente importante que los políticos entiendan también que están frenando cambios importantes en las escuelas por esta creencia aparentemente inquebrantable de que el sistema de pruebas es la mejor manera de lograr los cambios que creen que son importantes y no lo son.

Tim : Sí, ese es un muy buen punto. Ya sabes, si podemos sumergirnos un poco en la idea de ese cambio externo e impulsar lo que están haciendo las escuelas, ya sabes, cuando hablas sobre el futuro, para lo que nuestro sistema educativo debería preparar a los niños. Supongo que una pregunta de dos partes. ¿Qué papel crees que jugará la creatividad en ese tipo de carreras futuras y cómo preparamos a nuestros hijos para eso? ¿Cómo podemos usar esa creatividad o usar lo que podemos enseñarles para prepararlos para lo que viene?

Sir Ken : Bueno, debo decir en primer lugar que no estoy, contrariamente a toda evidencia sin duda, no estoy obsesionado con la creatividad. No creo que sea la respuesta a todo. No es lo único que me interesa. Es de lo que por suerte llevo un tiempo hablando. Es de lo que hablé en TED, pero para mí, es parte de un conjunto de ideas mucho más grande.

Solo para hablar de creatividad por un momento, lo he argumentado durante mucho tiempo. Que hay pocas cosas que nos diferencien del resto de la vida en la Tierra. Muy pocos cuando lo piensas. Ya sabes, somos criaturas mortales. Nuestra esperanza de vida es relativamente corta. Somos perecederos. Dependemos del planeta para estar aquí y sobrevivir en cualquier forma.

Sé que la gente que vive en el centro de la ciudad a veces piensa que McDonald’s es la principal fuente de prosperidad humana, pero la gente que vive en zonas agrícolas no, no, no. Hay una relación más íntima con el planeta que la que obtenemos de IHOP.

Algunas cosas claramente nos distinguen. Estamos sentados aquí en un hotel haciendo un podcast. Esta no es una institución dirigida por gatos y perros que nos han dejado entrar por el momento mientras hacen su propio podcast. Los seres humanos son criaturas intensamente creativas. Construimos civilizaciones. Creamos tecnologías. Nuestro progreso cultural está cambiando y cambiando constantemente. Siempre hemos vivido en una realidad virtual mucho antes de Oculus y Facebook.

Los seres humanos vivimos en un mundo que está enmarcado por nuestras ideas, nuestros idiomas, nuestras creencias, nuestros sistemas de valores. Muchos de los cuales tenemos porque crecimos con personas que los tienen. La palabra que tenemos para eso es cultura, pero no solo vivimos en un mundo de experiencias sensoriales. Vivimos en un mundo de concepciones, teorías e ideologías. Tú lo sabes.

Conoces gente en comunidades particularmente ricas, ven el mundo de una manera diferente a otras comunidades. Te encuentras con personas que viven en una tradición cultural o comunidad particular. Ellos ven el mundo de manera diferente. No quiero decir totalmente diferente. Quiero decir, si ves una mesa, ellos también ven una. Es decir, quizás vean algún otro propósito en el que no habíamos pensado, pero lo que impulsa a los seres humanos es nuestro compromiso con las ideas.

Ya sean explícitos o que estén marinados en nuestra conciencia de alguna manera. inventamos. Dirigimos nuestra atención a las cosas. Creamos tecnologías. Creamos sistemas de gobierno. Creamos formas de convivencia. Ninguna otra criatura en la tierra hace algo que se acerque al nivel de sofisticación que hacemos. Es lo que nos hace quienes somos.

Para mí, uno de los manantiales, es una frase general para usarlo, pero no es un solo poder, ¿sabes? No es como tu audición. Tenemos un conjunto de capacidades que son capturadas por la palabra imaginación. Es la capacidad de traer a la mente cosas que no están presentes. Hipotetizar, suponer. Estuve en París recientemente en el Museo Rodin y en el jardín, quiero decir, la próxima vez que estés allí en París, ve y compruébalo. Es fantástico.

En el jardín está, ya sabes, uno de los moldes, porque hizo bronces, uno de los moldes de El Pensador. Esa escultura icónica de un chico. Sucede que es un tipo que está algo inclinado sentado con el codo en la rodilla y el puño debajo de la barbilla pensando. Bueno, ya sabes, es más que una declaración sobre un tipo que está luchando contra la depresión. No se trata de eso. De lo que trata la imagen es de la conciencia reflexiva de los seres humanos. La forma en que ponderamos nuestras circunstancias y nuestras posibilidades.

La creatividad es una especie de rama ejecutiva de eso. Es poner tu imaginación a trabajar y es aplicar nuestra imaginación y nuestros poderes prácticos para hacer cosas, ya sea para ver nuevas posibilidades y hacerlas realidad, creando soluciones a los problemas que ya tenemos. A menudo se desencadena por restricciones, por algo práctico que estamos tratando de resolver. Hace poco estaba hablando de esto. Sobre el tiro a la luna.

Cuando Kennedy dijo: “Queremos poner a un hombre en la luna dentro de 10 años”, animó a cientos de miles de personas a trabajar en colaboración para resolver ese problema en todo tipo de disciplinas. Tuvo un efecto masivo en el sistema educativo y fue patrocinado por el Sputnik que se elevó en el aire. Fue como si un temblor recorriera el país. Sabes, los rusos se nos estaban adelantando aquí. Así que fue un gesto. Era algo a lo que aspirar.

No era que estuviera pensando: «Lo que podríamos hacer es quizás tener una casa de verano en la luna». Fue como, «Si podemos hacer eso, piensa qué más podríamos hacer». Era un enfoque, pero también era una gran limitación. La creatividad a menudo se salva de restricciones como esa. Ya sabes, la comunidad científica y la comunidad artística tienen que participar en ese proceso. No dijeron, “Mira, podemos hacer esto. ¿Hay alguna manera de que podamos acercar un poco más la luna? ¿Podríamos hacer eso?

Es como, “Podemos llegar a la mitad del camino. Ahora, si pudiéramos hacer eso en cinco años, si está bien, señor presidente”. La restricción ayudó y eso es lo que sucede. La creatividad se genera cuando volvemos nuestra atención a las cosas diciendo: «¿Cómo podríamos hacer eso?» Está en todos los campos. Quiero decir, llegar a la luna es una cosa, pero sería difícil decir que cuando Beethoven escribió su Novena Sinfonía estaba resolviendo algún tipo de problema práctico. No fue como, «No podemos arreglar esto sin el Noveno».

Volcamos nuestras capacidades creativas a problemas de sensibilidad. Problemas de comprensión. Tipo de problemas existenciales de nuestro ser en el mundo. Entonces, creatividad, el concepto de creatividad para mí es un portal hacia una conversación mucho más amplia sobre qué es ser un ser humano y qué puede hacer la educación para cultivar los poderes que nos hacen humanos sin olvidar que somos parte de un ecosistema. también.

Ahora, para mí, es esencial porque es una forma de realizar nuestras propias posibilidades humanas, pero también ahora estamos superpoblando este planeta. Somos 7 mil quinientos millones de personas. Nos dirigimos a ser 10 mil millones de personas. Más personas de las que han vivido en la tierra al mismo tiempo antes. Estamos agotando el planeta en la forma en que nos comportamos. Quiero decir, el planeta va a estar bien por cierto.

La gente sigue diciendo que debemos salvar el planeta. No estoy preocupado por el planeta. El planeta estará bien. Nos sacudirá como un sarpullido. “La humanidad probó, no tan bien. Nos estamos quedando con las bacterias. Ellos son fantásticos.» Nos hemos creado desafíos existenciales ahora porque la forma en que hemos vivido desde el industrialismo y la forma en que nos hemos relacionado con la Tierra, la forma en que hemos construido nuestras ciudades, la forma en que estamos educando a nuestros hijos se basan en sistemas artificiales impersonales y el planeta está reaccionando a ellos.

Están siendo causados ​​por nuestra creatividad y la única forma en que los solucionaremos es ser más creativos, no menos creativos, y repensar algunos de los principios sobre los que funcionamos como especie. La educación es cómo se supone que debemos hacer frente a esta tarea. Entonces, la creatividad es una de un conjunto de ideas que tienen que ver con lo que nos hace humanos y cómo podemos crear las condiciones para nuestro florecimiento perpetuo en nuestras vidas y juntos en el planeta.

Eso no tiene nada que ver con PISA y sus tablas principales o Pearson y sus pruebas. Aquí hay una misión más grande para que los educadores se involucren y la razón por la que comencé en el campo de la educación artística es porque creo que las artes se tratan de lo que es ser humano. No son más importantes que las ciencias, pero son igual de importantes. Hasta que comprendamos que son tan importantes, no tendremos los sistemas educativos que necesitan nuestros hijos.

Tim : Sí. Ese es un muy buen punto. Has mencionado un par de veces sobre, ya sabes, cómo la creatividad no es exclusiva de las artes y cómo, ya sabes, las disciplinas pueden y deben trabajar juntas. Eso me recuerda el capítulo de Creative Schools sobre alta tecnología en San Diego, donde se están alejando de ese horario de campana donde son 50 minutos aquí, 50 minutos aquí, 50 minutos aquí.

Van por una experiencia mucho más inmersiva donde se hacen todas estas conexiones interdisciplinarias, las materias se estudian juntas. ¿Crees que, ya sabes, ese tipo de formato, ese tipo de marco de la educación, es un camino a seguir que vale la pena? ¿Crees que más escuelas deberían explorar eso?

Sir Ken : Absolutamente. Sí. La alta tecnología es un ejemplo famoso en este momento. Creo que es un enfoque realmente interesante y claramente productivo. No es la única manera de hacerlo. Sabes, hay más de una manera de escribir una canción de rock and roll. Ya sabes, hay más de una manera de ser una banda y hacer hip-hop.

El punto es ser creativos en la forma en que hacemos la escuela. También hablo en escuelas creativas sobre escuelas de panorama general que están teniendo excelentes resultados. No solo en términos de pruebas, sino en términos de la participación de los jóvenes en la educación y las oportunidades que la educación les brinda posteriormente. Su modelo particular es trabajar en estrecha colaboración con las empresas de la comunidad y sacar a los niños al mundo más allá de la escuela mientras están en la escuela.

Hay muchas maneras de hacerlo. Hay un movimiento escolar democrático en el Medio Oriente que surgió originalmente del trabajo de un hombre maravilloso llamado Yaccov Hecht en Hadera en Israel. Las escuelas son parte de lo que se llama ciudades educativas donde toda la ciudad está involucrada en el sostenimiento y desarrollo de la escuela. Hay ejemplos de esos en otras partes del mundo, incluidos algunos aquí en Estados Unidos.

Lo que siempre quiero enfatizar es que el corazón de esto, una escuela, no es necesariamente lo que pensamos que es una escuela. No solo la forma en que nos hemos acostumbrado a hacer las escuelas. Una escuela es esencialmente una comunidad de estudiantes. Eso es todo, de verdad. Por eso, ya sabes, tienes una escuela en línea. Es por eso que la educación artística ahora será una escuela mientras está sucediendo. Una escuela es una comunidad de estudiantes que se unen con la intención de aprender unos de otros.

Es importante porque aunque el aprendizaje es un proceso personal, mucho de lo que aprendemos es social. Lo aprendemos de otras personas. Yo no inventé el inglés, ni tú tampoco. Lo hablamos porque crecimos con gente que lo hablaba. Ya sabes, si todos tuviéramos nuestro propio idioma para hablar, ya sabes, este sería un podcast muy corto, ¿no? De hecho, tendríamos otro trabajo por completo.

Ya sabes, el conocimiento y la comprensión es un tejido y lo tejemos juntos. Ya sabes, es por eso que cuando los niños aprenden a hablar, hablan el idioma de las personas con las que están. Sería muy extraño que un niño se criara en el Bronx y de repente empezara a hablar rumano de forma espontánea.

Tim : Correcto.

Sir Ken : Por supuesto que no. Es un aforismo decirlo. Eso es algo importante para recordar cuando pensamos en una escuela. Una escuela es una comunidad de aprendices. Entonces, la pregunta es: «Bueno, ¿qué hace que una gran comunidad funcione?» En los últimos 150 años más o menos, las escuelas han tomado una forma particular. Se han convertido en ciertos tipos de instituciones. Están en edificios imponentes. Tienen salas separadas donde se enseñan materias separadas con mucha frecuencia. Tienen horarios y campanas que suenan y festivos.

Bueno, ya sabes, todos estos son inventos que aumentan con el tiempo para servir a un conjunto particular de propósitos, pero no tienen por qué ser así. Pueden ser de cualquier manera que funcione. Sabes, podemos tener seis personas aquí ahora y de hecho las tenemos, pero podemos tener una escuela aquí mismo. Entonces, parte de esto es animar a los administradores escolares, a los directores, a los padres y a los niños a pensar: «¿Hay mejores maneras en que podríamos hacer la escuela en interés de todos los involucrados?»

Quiero decir, por ejemplo, hay algunas escuelas donde los padres aprendieron junto con los niños. Absolutamente. Hay muchos adultos que se perdieron la educación y que les gustaría volver a la escuela, pero tendrán que ir a otra escuela. Podrían estar en el mismo salón de clases con los niños y ayudarlos. Escribí sobre algunos de ellos en Creative Schools.

La alta tecnología es un ejemplo de personas que hacen eso y dicen: “Bueno, podríamos tener ciencia allí. Podríamos tener tecnología allí. Podríamos tener arte allí, pero ¿y si todos se juntaran y trabajaran en el mismo tipo de proyectos? No es a expensas de sus disciplinas. No es pedirle a los artistas que dejen de ser artistas y se conviertan en científicos o viceversa.

Es ver lo que puede suceder cuando las personas aportan sus diferentes conocimientos para influir en el mismo tipo de problemas. Así que sí, había un montón de eso. Esa es la parte emocionante de esto. Hay muchas otras formas de hacer escuela. Parte de la aventura aquí no es solo cultivar la creatividad de los niños, sino fomentar la creatividad en la forma en que pensamos acerca de la escuela.

Tim : Sí. Diré que, aunque a los maestros les encanta pensar en estas cosas y se inspiran en este tipo de ideas, sé que muchos de ellos todavía se sienten atrapados por lo que sucede en sus propias escuelas y sus propias aulas. . Sienten mucho rechazo, supongo, incluso contra la creatividad o la innovación, o simplemente tratando de hacer las cosas de manera diferente.

Entonces, supongo, ¿qué consejo le daría a esos maestros que se sienten frustrados por el rechazo, o frustrados o agotados por el sistema en el que están? ¿Supongo que ve un camino para desarrollar la resiliencia de los maestros? ¿Para contenerse de lo que está pasando pero también ayudarlos a crear un camino para ello e incorporar algunas de esas ideas diferentes en su salón de clases?

Sir Ken : Sí. Tienen razón en estar frustrados. No minimizo eso en absoluto. He trabajado en instituciones y las he encontrado a veces liberadoras, a veces terriblemente frustrantes. Así son las instituciones. Establecieron límites. Algunos son buenos. Algunos son malos. Tienen hábitos, roles y varían en su cultura interna.

Además, las escuelas están trabajando bajo intensas presiones externas. Así que no estoy por un momento, ya sabes, siendo utópico sobre esto y diciendo: «Vamos, muchachos, agítenlo». Por supuesto, es difícil, y la gente está trabajando bajo una presión intensa, y también tienen una vida por encima de todo eso. ¿Usted sabe lo que quiero decir? Los maestros no se guardan en un armario al final del día. Se van a casa y tienen todas sus otras cosas con las que lidiar.

Pueden tener familias. Pueden estar en, ya sabes, relaciones complejas. De hecho, si estás en una relación, ya estás en una compleja. Es la manera de hacerlo, ¿no es así? Algunos de ellos son simplemente horribles. Tienen sus propias vidas y aspiraciones, y las cosas por las que se duermen preocupándose y las cosas en las que se despiertan pensando.

Así que no, es la vida real y algunas escuelas son mejores que otras. Siempre tengo ganas de decirle a la gente que, ya sabes, «Esta es tu vida también y si la situación es genuinamente imposible en este momento o simplemente tan poco apetecible que no puedes lidiar con ella, entonces hazlo». ¿tienes que?» No le digo a la gente que se vaya. Solo digo que lo pienses.

Es lo de la rana hirviendo, ¿no? Ya sabes, la situación empeora con el tiempo, pero tan lentamente que no te das cuenta de que se está volviendo posible. Algunas situaciones son realmente imposibles. Recuerdo que un viejo amigo mío contaba esta cosita poética, no sé de dónde salía, pero decían que era imposible, pero él se reía y le pegaba. Abordó ese trabajo que no se podía hacer y no pudo hacerlo.

Hay una cierta verdad. A veces piensas eso y, de hecho, no sé, o tal vez no puedo lidiar con esto ahora. De todos modos, no estoy predicando y pidiéndoles que ahorren nada, pero los maestros viven vidas complejas y exigentes. También pueden ser tremendamente gratificantes, pero es tu vida, por lo que debes pensar: «¿Es esto más dolor que placer?»

En términos de tu propio equilibrio de cosas, solo piensa en eso también. No se trata solo de los niños. No todo sobre todos los demás. También se trata de ti. Así que piensa en eso. Sobre tu propio ecosistema interno. Dicho esto, a menudo hay más espacio para el cambio de lo que la gente cree. Por ejemplo, ya sabes, cuando… Estaba diciendo esto en Creative Schools cuando la puerta se cierra en tu salón de clases o tu estudio, para los niños en el salón, lo que haces a continuación es el sistema educativo.

No es lo que Betsy De Vos podría estar tramando. No es lo que está pasando en Washington. Para los niños que están sentados frente a usted o parados frente a usted, usted es el sistema educativo y lo que debe hacer a continuación es eso. Así que si les dices a todos que se sienten y se crucen de brazos, es una decisión que has tomado.

Si ha dicho, “Vamos a deshacernos de los escritorios por un minuto. Vamos a entrar en algunos grupos. Si dice, “Aquí hay una hoja de trabajo. Empieza a revisarlo”. Si les dices, “Aquí hay una pregunta. Quiero que se reúnan en grupos de cuatro y vean cómo pueden resolver esto y nos reuniremos de nuevo en 20 minutos y compartiremos algunas ideas”, tiene la discreción de hacerlo.

Enseñar, en el mejor de los casos, es una profesión creativa y es por eso que la mayoría de la gente se dedica a ella. Creo que es importante que la gente crea en sus propios caminos creativos, pero que los cultive. Sabes. No es fácil tener ideas frescas. Es por eso que estamos haciendo un escándalo al respecto, pero tienes que practicar en eso. Hay espacio, digo, en la mayoría de las aulas para que la mayoría de los maestros puedan mover las cosas y probar las cosas de manera diferente.

Ahora, obviamente, algunas aulas son intensamente difíciles. Depende de dónde estén y quién esté sentado en la habitación. Ese es el punto de querer empoderar a los maestros y brindarles el desarrollo profesional, el apoyo y el respaldo adecuados. Si arrojas a los maestros a una especie de caldero de mal comportamiento, es difícil enseñar algo en ese momento. Es profundamente exasperante.

Así que depende de tu situación. Puede hacer un balance de su situación, pero en general hay margen de mejora en lo que hace. También hay espacio en cualquier escuela para que las cosas cambien, pero depende de que el liderazgo de la escuela esté dispuesto a hacer un cambio. He estado en escuelas, que han pasado de ser fábricas de abandono escolar, como a veces se les llama, a prósperos centros de compromiso porque llegó un nuevo director. Entró un nuevo director y dijo: «Hagamos esto de manera diferente».

He escrito sobre ellos en el libro y hay muchos ejemplos por ahí. Con la visión, el liderazgo y el apoyo adecuados, las cosas pueden empezar a cambiar. Siempre quiero decirles a los directores también que ustedes son el sistema. ¿Qué puedes hacer para cambiar esto? Si cambia suficiente gente, el sistema empieza a cambiar. Así que no está arreglado.

Ese es realmente el punto, pero depende mucho de que la gente sienta que ellos mismos se están realizando en el proceso. Conozco personas que dicen que solo necesitan participar en un programa por un tiempo. Ya sabes, con la enseñanza del arte, necesitas hablar con otros profesores de arte. Compartir ideas. Hay un gran movimiento en Estados Unidos ahora mismo. Se ha convertido en algo global y creo que es fantástico.

Se llama ed camp y acabo de hacer una breve introducción a uno que estaba ocurriendo en Ucrania. Es interesante. Creo que Creative Schools ahora está en 23 idiomas y recién se publicará en Ucrania. Han tenido reuniones por toda Ucrania al respecto. Esto es en un país que está enseñando al borde de un terrible conflicto y partes de él ya están sumergidas en él, pero pueden ver que estos son temas que son importantes.

Quiero decir, no fui a Ucrania y dije: «Déjame resolver esto por ti». Me contactaron y me dijeron: «Creemos que este libro es importante aquí y es una conversación importante para nuestros maestros». Acaban de tener su segundo campamento de educación anual. Ed camp es básicamente una reunión de maestros sin discursos de apertura. Quiero decir, hice el programa de bienvenida al campamento de Ed, pero es un lugar orgánico donde la gente simplemente se reúne para aprender unos de otros.

Creo que es lo que estás haciendo, ya sabes, a través de Art Ed Now. Está poniendo a los maestros en contacto entre sí para compartir ideas y fortalecerse a partir de los recursos de los demás y un sentido de compromiso corporativo. Ya sabes, compromiso colectivo. Eso realmente importa porque si estás solo trabajando en silencio, o tal vez ni siquiera en silencio, pero sientes que la administración no te quiere o que eres la única voz en el desierto.

Es muy difícil mantenerse en marcha sobre esa base. Creo que los maestros deben ser empoderados. Necesitan saber que también hay otras personas involucradas en esto y hacer causa común y conectarse con ellos. Para aprender de ellos. Ese ha sido uno de los problemas con la cultura de las pruebas. Se fomenta una dinámica de competencia.

Sobre todo, la educación es un proceso colaborativo. Así que creo que más maestros pueden conectarse entre sí y tal vez solo hacer algunos pequeños cambios. Prueba algo diferente, ya sabes, que no hayas hecho antes. Simplemente rompa un poco el patrón y vea si ayuda.

Tim : Sí. Creo que es un excelente consejo. Sólo tengo una última pregunta para ti. ¿Puedes contarnos un poco sobre en qué estamos trabajando ahora y lo que tienes por venir en el futuro? Sé que está trabajando en un nuevo libro sobre educación para padres, entonces, ¿puede hablar un poco sobre lo que surge de eso y en qué más podría estar trabajando?

Señor Ken : Sí. El libro que estoy escribiendo ahora es un libro para padres. No se trata de cómo ser un buen padre, ya sabes. Yo no tendría el valor, francamente. Sabes, no estoy seguro de saber cómo ser un buen padre. Tengo opiniones al respecto, pero no, se lo voy a dejar a las mamás tigre y al Doctor Spock.

De lo que trata el libro es de la educación de los padres porque los padres, por supuesto, están profundamente comprometidos con la educación. A menudo no saben más sobre educación que la educación que recibieron, sobre lo que leen o la escuela a la que asisten sus hijos. Los padres me preguntan constantemente mientras viajo. Quiero decir, me preguntan sobre las grandes preguntas y la mayoría de las veces, ya sabes, «¿Qué pasa con Michael o nuestra Susan o Britney?» o, “Sabes, tengo este problema. ¿Puedo ir y hablar contigo sobre eso?

Bueno, no puedes. No tengo ese tipo de consultoría u organización para ayudar a la gente así, pero lo sé porque he sido padre, y lo sigo siendo, y salgo con otros padres, y muchas personas con las que hablo en cualquiera que sea la capacidad, los maestros también son padres. Bueno, ya sabes, los padres están en todas partes. Creo que es importante que obtengan información, consejos donde creo que es posible darlos, sobre el tipo de educación que sus hijos necesitan en estos días porque, a menudo, en contra de su voluntad, los padres pueden convertirse en parte del problema que están tratando de resolver.

Por ejemplo, para tomar el tema particular de nuestra conversación, a menudo los padres no ven por qué su hijo debería hacer arte en la escuela. Piensan que es una pérdida de tiempo. Bien, pero creo que no todos piensan eso, pero sabes que algunos de ellos sí piensan eso. No pueden ver por qué un niño debe hacer música necesariamente en la escuela. “¿No es importante que solo obtengan sus resultados? ¿Resolver el GPA?

Pueden estar presionando mucho para que sus hijos vayan a la universidad y obtengan una licenciatura en derecho cuando su hijo podría estar configurado para hacer algo completamente diferente y podría estar mejor haciendo algo completamente diferente. Así que parte del propósito del libro es exponer un poco cómo es el paisaje. Lo que tienen todo el derecho a esperar de la educación y qué tipo de educación podría ser mejor para su propio hijo.

El libro se llama provisionalmente Tú, tu hijo y la escuela. Ofrece consejos y una especie de hoja de ruta sobre cómo pueden obtener la mejor educación para sus hijos en sus circunstancias. Además, la situación es complicada ahora debido a la forma en que las escuelas chárter y las corporaciones privadas se están involucrando en la educación.

Antes, todos los padres enviaban a sus hijos a la escuela pública local. Todavía lo hacen en su mayoría. Todavía más del 90% de los niños van a escuelas públicas, pero para un número creciente hay escuelas alternativas, escuelas en línea, escuelas virtuales. Hay escuelas chárter, escuelas magnet. Para el padre promedio, es solo un laberinto, ¿sabes?

Así que estamos tratando de, ya sabes, darles una guía sobre esas cosas también, pero en el camino para que piensen sobre la educación de manera un poco diferente. Entonces, ya sabes, ha sido un libro interesante para mí porque significa que tienes que salirte de tu propio dialecto y no dar por sentado cosas que para las personas que trabajan en educación parecen obvias.

Así que estoy haciendo eso. Está previsto que salga la próxima primavera. Estoy haciendo una tercera edición de Out of Our Minds porque el editor me lo pidió. Siempre es un error abrir un libro que escribiste hace 10 años porque te darán ganas de reescribirlo por completo. No porque haya cambiado de opinión sobre algo en particular, sino que han sucedido otras cosas desde entonces.

La última edición de Out of Our Minds salió, creo, en 2011. Bueno, han pasado muchas cosas desde entonces. Así que solo lo estoy actualizando. Aclarándolo aquí y allá. Entonces, eso va a salir en el otoño. La otra cosa en la que estamos trabajando en este momento es tomar las ideas, los principios y las prácticas de los libros de Element, The Element y Finding Your Element, y crear algunas plataformas digitales y materiales para ellos porque la gente me pregunta al respecto.

A algunas personas les gusta sentarse y leer un libro y otras no. Algunas personas aprenden mejor de forma más activa y hay formas en que esas ideas pueden hacerse más accesibles, creo, en formato digital. Así que estoy trabajando en realidad con un equipo que trabaja en eso. Una empresa llamada Nevergreat. Espero sacar esas cosas el próximo año también.

Tim : Está bien. Eso suena como un montón de cosas realmente buenas que podemos esperar.

Sir Ken : Eso espero.

Tim : Bueno, muchas gracias por tu tiempo. Ha sido genial hablar contigo y, sí, realmente aprecio que te hayas tomado unos minutos para sentarte y conversar.

Sir Ken : Bueno, gracias, Tim. Lo aprecio. Me gustó mucho. Gracias.

Fuente de la información e imagen: https://www.bloghemia.com

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