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Educación política en el pensamiento de Gramsci

Por: Marlon  Javier López/ Kaos en la Red

Una educación liberadora debe comprender un proceso gradual que busque estimular la personalidad de los grupos sociales en su totalidad, desde sus primeros años hasta la edad madura.

En virtud del deterioro actual de la democracia, la elaboración de un lenguaje crítico y de posibilidad se vuelve una necesidad imperiosa. Se trata de reconstruir nuevas formas discursivas que no solamente fijen su mirada en los aspectos antihumanistas y antidemocráticos del capitalismo actualmente existente, sino que, al mismo tiempo, irradien alternativas esperanzadoras. La obra de Gramsci cobra especial importancia en este sentido, en la medida en que nos permite entender a las escuelas como parte de un conjunto mayor de relaciones de poder. De este modo, la lucha por la escolaridad implica “no olvidar ni alejarse de la lucha en favor del cambio social” (Giroux, 2000, p. 124). Antonio Gramsci, gracias a conceptos como el de Hegemonía cultural y su idea deIntelectuales orgánicos, redefinió completamente el modo de entender la política, centrando la atención en los aspectos que la vinculan con las prácticas culturales, relaciones y discursos educativos.

Cultura y política

Aún en la actualidad la izquierda no ha sido capaz de vislumbrar correctamente la relación entre la cultura, la política y la producción de identidades. La obra de Gramsci, apunta en esa dirección, constituyendo uno de los más profundos y vigorosos esfuerzos por poner de manifiesto el papel de la educación en las configuraciones políticas, mediante el análisis del contexto emergente de inicios del siglo XX. No se trata simplemente de comprender la nueva función de la cultura y sus consecuencias políticas, se trata, ante todo, de esclarecer cómo transformar las distintas esferas culturales en espacios de lucha y resistencia, animados por un nuevo tipo de intelectuales capaces de romper con la polarización característica de la sociedad contemporánea, entre una intelectualidad, que sabe pero no comprende, y el elemento popular que siente, pero no sabe. Es un error creer que se puede saber sin comprender, “no se hace historia-política sin pasión, esto es, sin estar sentimentalmente unidos al pueblo, esto es, sin sentir las pasiones elementales del pueblo, comprendiéndolo, o sea explicándolo”. (Gramsci, 1981, p. 164)

Al igual que el resto de esferas culturales, las escuelas son el resultado de luchas de significado, sometidas a mecanismos permanentes, que involucran al conjunto total de los actores sociales. En este punto cobra relevancia lo que Gramsci denominó sociedad civil, la cual define como la “hegemonía política y cultural de un grupo social sobre la sociedad entera como contenido ético del Estado”. (Gramsci, 1984, p. 28) Se trata pues del espacio público desde el cual es posible reorganizar las energías de la ciudadanía en torno a actos de afirmación, resistencia y lucha.

Bajo estas coordenadas, la educación se vincula a un proyecto de democracia radical, en oposición a las visiones conservadoras, las cuales la relegan a ser una actividad centrada en la producción de tecnócratas y toda clase de expertos profesionales (Giroux, 2000). El dedicado esfuerzo llevado a cabo por Gramsci, con el propósito de entender cómo se vincula la cultura, el conocimiento y el poder, así como sus estudios acerca de las relaciones de la vida cotidiana, nos permite extender la esfera de lo político, señalando los diversos espacios en los que se despliega el poder. Permiten asimismo entender de manera acertada la relevancia de la cultura popular, evidenciando el vasto espacio público en el que tiene lugar la educación y el ejercicio de la política.

Educación y cultura

Una pedagogía radical debe tener muy presente que la educación es una forma de intercambio y de producción cultural. En este sentido, los educadores críticos deben abordar el modo en el que el conocimiento es producido, mediado y representado dentro de relaciones de poder tanto dentro como fuera de las instituciones educativas.

Es necesario prestar atención a la forma en la cual los estudiantes construyen activamente las categorías de significado que prefiguran el modo en el que ellos producen el conocimiento y reaccionan ante él; aquellas instancias que moldean sus experiencias, permitiéndoles definir y construir su sentido de identidad política y cultural (Giroux, 1997).

El estudio de la cultura popular adquiere en este punto una importancia crucial, proporcionando la posibilidad de entender el modo en el que las formas culturales, centradas en la afección y el placer, condicionan las relaciones de la gente con los procesos de aprendizaje, así como la política de la vida cotidiana, en aras de considerar la totalidad de elementos que organizan las subjetividades; pues si bien es cierto que la producción de significado constituye un elemento esencial en la configuración de la subjetividad, dista mucho de ser el único que interviene. La producción de significado es inseparable de las implicaciones emocionales y de la producción de placer. Estos aspectos, en su conjunto, determinan las identidades de los individuos y grupos sociales en relación a sí mismos y a su visión del futuro.

La dialéctica de la cultura popular

En contraposición a las visiones unilaterales que prevalecen acerca de la cultura popular, la obra de Antonio Gramsci proporciona una base teórica profunda para su análisis. El término Gramsciano de hegemonía redefine los principios que moldean las relaciones entre las clases en las sociedades contemporáneas. El liderazgo hegemónico es el que explica, más que el uso de la fuerza, el ejercicio de control de parte de las clases dirigentes en una determinada sociedad. El concepto de hegemonía hace referencia a la lucha por asegurar el consentimiento de los grupos subordinados ante el orden social existente.

En su esfuerzo por señalar los diversos aspectos por los cuales tienen lugar los procesos de construcción hegemónicos, Gramsci ilumina los modos complejos mediante los cuales el consentimiento se estructura, como parte de un proceso pedagógico activo en la vida cotidiana. De esta forma, el concepto de hegemonía señala importantes consideraciones relacionadas con la forma en que las distintas prácticas culturales, políticas y económicas definen lo que él llama “sentido común”. La disputa por el consentimiento posee una carga política y pedagógica, en la medida en que atraviesa una serie de procesos constantes de aprendizaje, elaboración y reelaboración de valores y reestructuración de las relaciones de poder.

Es importante subrayar que no se trata de ninguna polaridad entre una cultura dominante y una cultura subordinada. El proceso de lucha por la hegemonía relaciona la cultura popular con el consentimiento, no dejando lugar para ningún tipo de “esencialismo cultural” (Giroux, 1997, p. 221). En lugar del desplazamiento entre visiones del mundo rivales, lo que tiene lugar es una permanente transformación del terreno ideológico y cultural. Los grupos dominantes, en aras de lograr el consentimiento de los grupos dominados se ven obligados a articular algunos intereses y valores de estos. Del mismo modo, los distintos espacios de resistencia y afirmación de las culturas subordinadas, llevan la obligación de negociar aquellos aspectos apropiados por la cultura dominante y aquellos que mantienen como seña de clase de sus deseos e intereses. Por ello, es imposible pensar que la cultura dominante se encuentre en algún momento en “estado puro”, no contaminado; lo mismo vale para el caso de la cultura de los grupos subordinados.

En el pensamiento de Gramsci, la hegemonía y la educación establecen una relación dialéctica. La realidad social es asumida por el filósofo como una red de relaciones móviles, que transforman y reconstituyen permanentemente al sujeto, tanto en su dimensión individual como colectiva. En tal sentido, la hegemonía implica un proceso siempre en permanente construcción, disputa y renegociación del sentido común.

No se trata de un proceso externo a los sujetos, sino puesto en marcha por ellos mismos. Por tanto, la dominación nunca es ejercida por imposición, sino más bien, por medio de una naturalización del control social. (Jarpa, 2015) El sentido común se construye bajo la complicidad de los dominados, alimentando el conformismo y creando un estado de aceptación y naturalización de las condiciones impuestas por la ideología hegemónica.

La educación es crucial en la construcción de lo que Gramsci denomina “bloque histórico”. Los intelectuales no se definen por el trabajo que hacen, sino por el rol que desempeñan, como aquellos destinados a liderar técnica y políticamente a la sociedad. Resulta falaz, entonces, caracterizar a la educación como una actividad neutral, en la medida en que se encuentra vinculada a la realidad cultural, social, política y económica sedimentada como concepción del mundo en la ideología dominante. Gramsci se opondrá, tanto a los enfoques positivistas que defienden un conocimiento sin sujeto, como a los enfoques libertarios que insisten en el sentimiento y la emoción desligándolos de la realidad social e histórica:

El interés de Gramsci por los “hechos” y el rigor intelectual en sus escritos sobre educación únicamente tienen sentido como una crítica debidamente razonada de aquellas formas de pedagogía que separan los hechos de los valores, el aprendizaje de la comprensión y el sentimiento de la inteligencia. (Giroux, 1990, p. 254)

Por otro lado, la educación agrega una dimensión moral, en el deber ser inherente a su fin. Es por eso que “toda relación hegemónica es una relación pedagógica” (Gramsci, 1986, p. 210). Todo educador tiene que elegir, de manera responsable, entre generar los vínculos orgánicos que perpetúen la ideología dominante, o elevar el nivel de consciencia para construir disenso o cuestionamiento, asumiendo posiciones de liderazgo que contribuyan a generar sociedades humanas, emancipadas de la explotación.

Conclusiones

La educación cumple una función política en el pensamiento de Gramsci. Esto es así en un doble sentido. Primero, a medida que prepara a los ciudadanos para ejercer un rol en la sociedad, dotándolos del nivel cultural y técnico indispensable para el mantenimiento del orden imperante. En segundo lugar, porque como parte de la superestructura se vuelve productora y transmisora de ideología.

La escuela es uno de los principales medios a través de los cuales todo Estado cumple la función de construir y difundir las costumbres, prácticas y actitudes que sostienen un específico tipo de civilización. La profunda comprensión de este hecho constituye un importante aporte a la educación de parte del filósofo italiano.

Los educadores, como intelectuales orgánicos, tienen la tarea de consumar el nexo entre la instrucción y la educación. En el proceso de construcción hegemónica, la escuela actúa sobre un entramado de relaciones sociales, configurando un sistema de valores culturales, activo y dinámico, en permanente transformación.

En este sentido la educación posee un importante aspecto ético, el cual está definido por la norma de conducta que debe regir a la humanidad en términos genéricos. Existe, entre la moral y la política, una tensión dialéctica. En esta relación, el lugar predominante pertenece siempre a lo político, dada la imposibilidad para cada individuo de abstraerse de lo social. Por esta razón, la escuela opera desde una función ética y política, la cual le otorga la tarea de organizar los aspectos centrales dentro de la formación del Estado, -y por tanto, dentro de la superestructura ideológica de la sociedad- en la formación de consenso hegemónico. Dicha tarea, en definitiva, se reduce a elevar formativamente a la población al nivel correspondiente con las necesidades de las clases dominantes.

En ese sentido, una educación liberadora debe comprender un proceso gradual que busque estimular la personalidad de los grupos sociales en su totalidad, desde sus primeros años hasta la edad madura; especialmente la de los grupos explotados, marginados y subordinados dentro del capitalismo. La educación debe ser capaz de dotar a los oprimidos de la capacidad de cuestionar la realidad, asumir liderazgo y crear nuevos argumentarios favorables a una propuesta de cambio radical.

Referencias bibliográficas

Giroux, H. (1990). Los profesores como intelectuales. Hacia una pedagogía crítica de los aprendizajes. Barcelona: Paidos/M.E.C.

Giroux, H. (1997). Cruzando Límites. Trabajadores culturales y políticas educativas. Barcelona: Editorial Paidós.

Giroux, H. (2000). La inocencia robada. Juventud, multinacionales y política cultural. Madrid: Ediciones Morata, S. L.

Gramsci, A. (1984). Cuadernos de la cárcel (Vol. 2). México D.F.: Ediciones Era S.A. de C.V.

Gramsci, A. (1981). Cuadernos de la cárcel (Vol. 3). México D.F.: Ediciones Era S.A. de C.V.

Gramsci, A. (1986). Cuadernos de la cárcel (Vol. 4). México D.F.: Ediciones Era S.A. de C.V.

Jarpa, C. G. (2015). Función política de la educación en el pensamiento de Antonio Gramsci. Cinta moebio, 124-134.

 

Fuente: https://kaosenlared.net/educacion-politica-en-el-pensamiento-de-gramsci/

 

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América Latina. Socialismo y feminismo en el horizonte estratégico de las luchas populares

Redacción: Kaosenlared

En las luchas de resistencia nos encontramos, y nos vamos reconociendo. No solo en los dolores y en las rabias. También en las esperanzas. Nos miramos primero con desconfianza, mientras las energías de nuestras batallas van permitiendo descubrirnos en la posibilidad de un horizonte que nos anime a marchar juntas. Mujeres trabajadores, campesinas, amas de […]

En las luchas de resistencia nos encontramos, y nos vamos reconociendo. No solo en los dolores y en las rabias. También en las esperanzas.

Nos miramos primero con desconfianza, mientras las energías de nuestras batallas van permitiendo descubrirnos en la posibilidad de un horizonte que nos anime a marchar juntas.

Mujeres trabajadores, campesinas, amas de casa. Mujeres indígenas, mestizas, negras. Mujeres sin trabajo, sin tierra, sin educación. Mujeres sin derecho a decidir sobre nuestros cuerpos. Mujeres migrantes estigmatizadas por la xenofobia. Mujeres condenadas por la lesbofobia y por las muchas discriminaciones que se ejercen hacia quienes se apartan de los modelos de familia impuestos. Mujeres pobres, mujeres maltratadas. Mujeres olvidadas, negadas, prostituidas, traficadas, asesinadas… por ser mujeres.

Mujeres del pueblo que cotidianamente somos parte y víctimas de la producción y reproducción del capitalismo, del racismo y del patriarcado, en un continente marcado por la historia colonial.

Nuestro horizonte estratégico en América Latina es –necesitamos que sea– una acción cotidiana que apunte a cuestionar y a terminar con todas las opresiones. No con una primera y otra después. Desaprender la dominación en sus distintas maneras de expresarse (ya sabemos que un cambio en la estructura económico-social no determina un cambio mecánico en las maneras de relacionarnos, aunque puede favorecerlo… Y también aprendimos que no hay socialismo sin un profundo trastocamiento de las conciencias, de las subjetividades, de las maneras de sentir y desear, de vivir cada día).

Socialismo y feminismo son, en esta perspectiva, proyectos que integran en un mismo sueño la posibilidad de que nuestras vidas pasen a ser plenamente decididas por nosotras mismas, terminando con la enajenación, que es producto de más de 500 años de imposición de un sistema que estableció a sangre y fuego el dominio del capital y de la cultura patriarcal –propios de la mal llamada “civilización”–.

La propiedad privada de la tierra, de los medios de producción, de las riquezas generadas por el trabajo, se estableció en América Latina como parte de los mecanismos de saqueo, de devastación de la naturaleza. Si los invasores se pudieron establecer en estas tierras, negando y aplastando a las culturas pre-existentes, fue a costa de una enorme violencia, de crueles genocidios, de la esclavización y el sometimiento a servidumbre de miles de hombres y mujeres.

Genocidio e impunidad son las cartas de presentación de la “civilización” occidental en Nuestra América, que hoy continúan con las políticas imperialistas de militarización del continente, de establecimiento de bases militares en nuestros territorios, con la criminalización de la pobreza y la judicialización de la protesta social.

En pleno siglo 21 volvemos a tener en el continente golpes de Estado y dictaduras, como la hondureña, que busca ser “legitimada” por gobiernos que se dicen “democráticos”, en el marco del Sistema de Integración de Centro América (SICA) o en la OEA. Sufrimos también desgobiernos como los de Colombia, elegidos en procesos fraudulentos, financiados por los fondos norteamericanos y europeos. Sigue habiendo intervenciones militares, como en Haití, que profundizan las políticas de pobreza y de represión, e incluso articulan respuestas militares frente a las catástrofes naturales. El colonialismo no sacó la bota de América Latina, que continúa aplastándonos en el imperialismo y en los mecanismos renovados de saqueo y de violencia.

Hace más de 500 años la extracción de las riquezas en el continente, mediante el trabajo esclavo, fue una de las fuentes decisivas para sostener y enriquecer al capitalismo naciente en Europa, y una clave fundante de los procesos coloniales. Su legitimación implicó una operación cultural de “naturalización” de estos mecanismos brutales, que requerían la inferiorización de las mujeres y su domesticación. Se estableció así una íntima conexión entre el patriarcado, como sistema de opresión de la mujer, y el capitalismo, como sistema de explotación de los trabajadores y trabajadoras por el capital.

La cultura patriarcal contribuye a mantener a la gran mayoría de las mujeres en una situación de desvalorización social, de marginación económica, de “invisibilidad”, de negación de su lugar en la historia, de mercantilización de sus cuerpos. Esto está ligado tanto a la necesidad de mantener bajo control la propiedad, como a la de vigilar la sexualidad de las mujeres, y así la “herencia” patrimonial. La forma de organización familiar compatible con ambos objetivos es la familia monogámica, cuyo “par complementario” es la prostitución.

La familia monogámica está organizada sobre la base de la opresión patriarcal de todas las mujeres, que impone sobre unas –las mujeres destinadas a esposas– control y vigilancia sexual, a la vez que destina a las otras a la prostitución pública.

Los cuerpos de las mujeres, en esta historia, han sido y siguen siendo parte del botín colonial. Apropiados salvajemente, avasallados, violados, torturados, secuestrados, no solo en los marcos de las invasiones, de las guerras, de las dictaduras, sino incluso como parte la “normalidad” del sistema en el que los femicidios, la trata de mujeres, la sobre-explotación de las mujeres, la división sexual del trabajo, son parte del cotidiano que sufrimos.

Situaciones constitutivas de las súper ganancias de los poderosos, y del “plus” que es plusvalía –explotación del capital al trabajo–, y también es plus de opresión en el hogar, donde las mujeres gastamos nuestras energías y nuestro tiempo “al servicio de…”, siempre para otros, en nombre… “del amor”.

La dominación de las mujeres no ha sido, ni es solamente producto de la subordinación a los hombres colonizadores, sino también a los hombres colonizados.

La cultura de los violentos vencedores se volvió dominación, pero también sentido común entre los vencidos y vencidas.

Cuando denunciamos la marca colonial de esta dominación, tenemos en cuenta que la “civilización” occidental, que sojuzgó –y continúa sojuzgando– a las mujeres, tiene como antecedente histórico directo el feminicidio –a través de la caza de brujas– a lo largo de varios siglos en Europa, ordenada por la “Santa Inquisición”. Cuando en la actualidad los sectores hegemónicos de las Iglesias reaniman el fundamentalismo como doctrina de guerra contra las mujeres, están actuando en continuidad con aquellos antecedentes.

El proceso de acumulación primitiva del capital se produjo a partir de la expropiación violenta de los campesinos en Europa, de la conquista y el saqueo del Tercer Mundo, y de la ruptura de la propiedad –el quiebre de la relación directa entre el ser humano y la tierra–.

En este proceso se desposeyó a la masa campesina de la tierra y de su relación histórica con ella, y simultáneamente se separó a las mujeres de la esfera productiva, convirtiéndolas en amas de casa –cuyo aporte al trabajo doméstico es negado– o en obreras sobreexplotadas.

La división sexual del trabajo fue la primera forma de la división social del trabajo.

Federico Engels analizó que el tránsito del matrimonio por grupos hacia la organización de la familia monogámica implicó, por parte de las mujeres, la pérdida del valor social de su trabajo: productoras de bienes de uso, las mujeres quedaron recluidas en el espacio doméstico.

En los últimos años, como consecuencia de la profundización de la crisis capitalista y de su impacto en el Tercer Mundo, se acentuó la “feminización de la pobreza”, que ha tenido como contrapartida, la “feminización de la resistencia”.

El concepto de “feminización de la pobreza” se refiere no solo a las diferencias objetivas existentes entre hombres y mujeres en lo que se relaciona con el acceso al trabajo, el salario, a los derechos laborales, sino también a las distintas maneras en que hombres y mujeres experimentan la pobreza.

En las mujeres esos efectos se agravan, tanto por el rol social que se nos asigna en el plano de la vida privada, como por la amplia gama de discriminaciones y estereotipos a los que estamos sujetas. En el contexto del ajuste neoliberal, las mujeres funcionamos como fuerza laboral secundaria y marginal, utilizada por el sector empresario para bajar los costos de producción.

El retiro del Estado de los servicios sociales de salud, transporte, educación, etc., ha significado un incremento del trabajo doméstico y de los trabajos “flexibilizados”, sin cobertura social, a través de los cuales las mujeres tratamos de compensar estas carencias. Las dobles y triples jornadas, la extensión e intensificación del trabajo femenino, sigue siendo la base para la acumulación y ganancia capitalista.

La inserción de las mujeres en el mercado de trabajo, sin superar la división sexual del trabajo, ha llevado a ubicar a las mujeres en las áreas de peor calidad de empleo, manteniendo brechas de ingresos, con tasas de desempleo que son el doble de las masculinas, y sin protección social. Hay una avalancha de mujeres jóvenes en el mercado laboral. Las economías volcadas a la exportación reprimarizada –como lo son la mayoría de las economías latinoamericanas–, incluyen cada vez más la “exportación” de seres humanos. Es el fenómeno de las migraciones masivas, que en el caso de las mujeres vienen marcadas por la migración para el servicio doméstico, la trata de personas y la explotación sexual.

La situación actual aumenta la vulnerabilidad de las mujeres campesinas e indígenas, expulsadas a diario de las tierras por las políticas de concentración y destrucción, llevadas a cabo por las transnacionales, en convivencia de los gobiernos nacionales y locales. Frente a esto crecen las organizaciones campesinas, y el lugar en ellas de las mujeres que defienden la soberanía de los bienes naturales como la tierra, el agua, los territorios, la soberanía alimentaria, revalorizando la agricultura campesina, y denunciando las destrucción de las tierras, de vida de los pobladores y pobladoras por el uso del monocultivo, y por los daños que causan las transnacionales en nuestros países.

Estas iniciativas son parte de una cultura socialista y feminista, que va creciendo en la práctica social concreta, apuntando a recrear los vínculos solidarios entre hombres y mujeres, y de estos y estas con la naturaleza.

El encuentro del socialismo y del feminismo es fundamental a la hora de pensar, en nuestro continente, la interacción de las diferentes opresiones: clase, raza, género, y para poder proyectar tanto las alianzas necesarias, como una teoría de la transformación social que permita constituir un sujeto colectivo que abra caminos emancipatorios, y que conjugue a un mismo tiempo la lucha por todas las libertades.

Socialismo y feminismo son parte del horizonte estratégico de las luchas de las mujeres, pero podrían y sería interesante que se volvieran parte también de los objetivos de todas las organizaciones emancipatorias, volviéndose una meta también de los hombres, de las diversidades sexuales, es decir, de todos y todas las que pretenden crear una nueva sociedad, un nuevo mundo en el que quepan todos los mundos, todas las sensibilidades, todas las subjetividades históricamente oprimidas.

La experiencia anticolonial en América Latina, los cinco siglos de resistencia indígena, negra, feminista, popular, se vuelve así un camino para inventar nuevas relaciones entre los seres humanos, y de los seres humanos con la naturaleza, superando las visiones occidentales de dominación y explotación, en todas las dimensiones vitales.

Hablamos de un feminismo popular, insumiso, socialista, que cuestiona a las concepciones patriarcales de ciertas izquierdas, y también a las perspectivas domesticadoras de un feminismo burgués, funcional a las políticas de explotación capitalista.

Hablamos también de un socialismo construido desde abajo… que cuestiona las concepciones que en nombre del socialismo sostuvieron y reprodujeron opresiones.

Un socialismo que, al decir de Mariátegui, no será calco ni copia, sino creación heroica de los pueblos.

Feminismo y socialismo de los pueblos, como parte del desafío de unir en un mismo cuerpo colectivo las rebeldías frente a la explotación capitalista, a la violencia imperialista que mata/ invade/ destruye en nombre de la absurda racionalidad occidental; para desafiar la opresión patriarcal, el racismo, la xenofobia, el neocolonialismo transnacionalizado.

Es imprescindible asumir todas las dimensiones de esta batalla cultural, como un gesto cotidiano de descolonización, como una creación que se reconoce en cada cicatriz, en la que nuestros cuerpos se vuelvan los territorios complejos de los que partimos para el amor y para la rebeldía, y en los que la revolución no quede inscrita como un sueño eterno, sino como una vivencia permanente y cotidiana, como una revolución en las revoluciones conocidas y en las revoluciones que seguimos inventando, con voluntad, trabajo, imaginación, y el deseo liberado de cambiar al mundo.

Fuente: https://kaosenlared.net/america-latina-socialismo-y-feminismo-en-el-horizonte-estrategico-de-las-luchas-populares/

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Colombia. La gran estafa educativa: Compra de títulos universitarios y la lucha por la enseñanza

América del sur/Colombia/07 Febrero 2019/Fuente: Kaos en la red

Hoy en Colombia, los tres cargos más importantes en el Gobierno como lo son la presidencia de la república, la presidencia del senado y la alcaldía de Bogotá, son ocupados por personajes que han mentido sobre sus títulos profesionales con el fin de alcanzar dichos cargos burocráticos, mientras millones de jóvenes en Colombia están en […]

Hoy en Colombia, los tres cargos más importantes en el Gobierno como lo son la presidencia de la república, la presidencia del senado y la alcaldía de Bogotá, son ocupados por personajes que han mentido sobre sus títulos profesionales con el fin de alcanzar dichos cargos burocráticos, mientras millones de jóvenes en Colombia están en la incertidumbre debido a la falta de garantías para acceder y permanecer de la educación superior.

La cualificación de la mano de obra barata beneficia el modelo extractivista y del libre comercio, fortaleciendo la educación técnica y tecnológica, trasladando dinero del presupuesto para educación superior de carácter público hacia instituciones privadas con programas, como ‘pilo paga SPP’ y generación E.

Hasta 2017, el 83.8% de los estudiantes beneficiados por este programa fueron enviados a universidades privadas, tan sólo el 15,6% a universidades públicas y el 0,6 % a instituciones de carácter especial. Ello permite inferir que para el año 2018 más del 90% de los recursos del programa SPP serán destinados a las universidades privadas agudizando de esta manera la crisis financiera por la que pasan las universidades públicas a nivel nacional.

La actual crisis de la educación superior en el país tiene su raíz en el déficit histórico de las Instituciones de Educación Superior (IES) profundizado por el congelamiento de la base presupuestal a partir de la entrada en vigencia de la ley 30 de 1992, que regula el crecimiento del presupuesto a partir del Índice de Precios del Consumidor (IPC) y disminuyendo la participación del Estado en los presupuestos de las IES estatales, pasando del 79% en 1993 al 48% aproximadamente en 2016, dejando un déficit de alrededor de $18,2 billones a las IES públicas, de los cuales 3,2 billones son para funcionamiento y 1.5 para para instituciones técnicas tecnológicas.

El crecimiento de la cobertura de las IES públicas es por mucho muy superior a los aportes anuales del Estado. Esto se intenta resolver con los recortes constantes a los rubros de bienestar universitario con el fin de solventar los recursos necesarios para funcionar, generando más inestabilidad en la comunidad educativa.

Como Asociación Nacional de Jóvenes y Estudiantes de Colombia –ANJECO- entendemos la educación como un elemento estratégico en el desarrollo y la transformación socio económica de la sociedad en favor de las comunidades oprimidas ante la imposición del modelo neoliberal, por la construcción de una educación de calidad, gratuita y que responda las necesidades del pueblo.

En este sentido se hace necesario fortalecer los escenarios de unidad los cuales logren articular a grandes sectores en la lucha por la educación, como lo es la Unión Nacional de Estudiantes de Educación Superior UNEES, la cual desde escenarios asamblearios de amplia participación en donde se recogen estudiantes de universidades públicas, privadas y el SENA, tiene como tarea fundamental la unidad política de lucha estudiantil y la agremiación de otros sectores educativos como la educación primaria y básica en el campo y la ciudad con el fin de exigir:

– Plan de pago de la deuda histórica con la educación superior de 18 billones de pesos, entre estos 3.2 billones para la base presupuestal de las universidades públicas y 1.5 billones para instituciones técnicas tecnológicas

– Congelamiento de matrículas universidades privadas
– 100% más de presupuesto a Colciencias
– Garantías para la movilización y lucha política

Con esta serie de exigencias buscamos que sociedad discuta el problema de la educación en Colombia y comprenda que las luchas de los estudiantes van más allá de la lucha de un sector en particular.

Fuente: https://kaosenlared.net/colombia-la-gran-estafa-educativa-compra-de-titulos-universitarios-y-la-lucha-por-la-ensenanza/

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La mercantilización de la universidad y el cuento del ascenso social

KaosenlaRed/Xabier

El sistema capitalista nos presenta cada día una nueva contradicción. Y es que por una parte aúna el discurso de la cultura del esfuerzo, y por otra nos demuestra que el esfuerzo no vale para nada, sino que lo que importa es el enchufe y la clase social a la que pertenezcas. También nos educó en la necesidad de la titulación universitaria, cuando en la vida real, de poco valen los títulos cuando ninguno nos va a salvar de la permanente precariedad en la que vivimos.

La crisis del capitalismo, con sus instituciones educativas corruptas, no hace más que mostrarnos que es imposible conciliar los intereses de la clase dominante con los de la clase trabajadora. 

El cuento del ascenso social

Desde hace décadas, nos vienen presentando la universidad como una oportunidad, un trampolín para saltar de una clase social a otra. Más lejos de la realidad, la universidad como institución educativa, no es más que un engranaje de perpetuación de los sectores más pudientes. Una institución donde hoy por hoy, tan sólo las clases acomodadas son capaces de permitirse pagar una tasa anual que no ha parado de subir, y que resulta insostenible para el conjunto de la clase trabajadora. Además, las sucesivas leyes educativas, que desde el régimen del 78 y sus sucesivos gobiernos del PSOE como del PP, no sólo han contribuido a expulsar a los sectores obreros de la universidad, también se han dedicado a construir un modelo cada vez más concentrado donde resulta casi imposible compaginar la jornada laboral con la realización de los estudios universitarios.

Nos referimos concretamente a la LOE, aprobada a comienzos de la década del 2000 y a la profundización de este plan con la aplicación del Plan Bolonia. Que implicaron, entre otras cosas, el mercadeo de los másteres como una “obligada recomendación” terminada la carrera, ya que hoy por hoy, una licenciatura sin un máster, no permite siquiera la validación técnica del título en muchas carreras. Es un “paso por caja” obligatorio donde el desembolso en la mayoría de los casos es enorme y al alcance de muy pocos.

Precisamente esta mercantilización de los másteres generó un mercado paralelo donde lo que menos importa es el conocimiento, y si el cumplir como herramienta segregadora de las clases sociales. Desde la aplicación del plan Bolonia, lo primero que te dicen nada más entrar en la facultad es que sin el máster, no vas a ninguna parte, y por otra parte, un sólo máster tampoco llega. Empujando de esta manera al estudiantado a renunciar, o a endeudarse para costearse la media docena de másteres que exige el mercado laboral.

Tras ese enorme esfuerzo para conseguir un diploma universitario tenemos que enfrentarnos ante un panorama laboral sin expectativas, que nos devuelve al desempleo y a la precariedad.

Es en este contexto de constante privatización y elitización de la universidad, donde estalla el escándalo de los másteres de las élites políticas. Una burla a la cara de todos los estudiantes que con  mucho esfuerzo, han visto, no sólo que sus titulaciones no sólo no valen para nada, sino que las propias universidades públicas son un chiringuito donde desde la clase política se reparte alegremente titulaciones, sin tener siquiera que presentarse un sólo día de clase. Es vergonzoso ver como día tras día, aparecen nuevos casos de currículums con falsas titulaciones y sin embargo, las dimisiones se cuentan con los dedos de una mano. Unas titulaciones que sólo sirven para demostrar lo corrupta que está la universidad, y dónde las élites políticas quieren aparentar conocimientos y capacidades que no se tienen.

Esta fiebre de la titulitis también responde a un sentimiento generalizado de la clase obrera que jamás quiso reconocerse como clase obrera, y por eso el conseguir acceder a la universidad suponía la vía de escape hacia un ascenso social.

La crisis del capitalismo, con sus instituciones educativas corruptas, no hace más que mostrarnos que es imposible conciliar los intereses de la clase dominante con los de la clase trabajadora. No queda más remedio que empezar a desprendernos de esa idea del ascenso social, de un empleo que nunca acaba llegando y de empezar a hacerse a la idea de que esta crisis no tiene fin. De modo que contra sus intereses, nuestra lucha.
Fuente: http://kaosenlared.net/la-mercantilizacion-de-la-universidad-y-el-cuento-del-ascenso-social/
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Colombia: Guerra a la educación, paz al mercado.

Por: Kaos en la Red. 31/10/2018

 En Colombia, actualmente la deuda histórica para las universidades públicas asciende a los 18,2 billones y el déficit de funcionamiento se calcula en 3,2 billones. Si señores y señoras, es la educación la que se pelea hoy en Colombia. Ya informábamos en nuestro pasado programa que el pasado 10 de octubre, más de un millón de personas se movilizaron a lo largo y ancho del país exigiendo mayor presupuesto ante la desfinanciación de la educación pública. Pues bien, este 15 de octubre, una vez más los estudiantes se han reunido, anunciando una nueva movilización para este 17 de octubre, pero también se habla de un paro nacional educativo. En rueda de prensa los estudiantes manifestaban a nombre de la unión nacional de estudiantes, UNES, entre otras lo relacionado con la movilización del 17 de octubre y su disposición a llevar hasta las últimas consecuencias la lucha por la educación.

Al cierre de esta edición se anunciaba de parte de la Federación colombiana de trabajadores de la educación FECODE, que “La Junta Nacional de Fecode convocó a Paro Nacional del Magisterio de 24 horas para el martes 23 de octubre. Tras sesionar en la tarde de este jueves 18 de octubre, se decidió realizar ese día una Gran Toma a Bogotá, tomas a capitales y movilizaciones en los municipios”. http://www.fecode.edu.co/index.php/notas-principales-1

Desde el año 2011 no se había vuelto a ver al estudiantado movilizado como ahora, aunque las exigencias siguen siendo las mismas, quizás ahora más agudizado. Según lo refiere Andrés Fuerte Posada en el portal de “la siniestra” en su artículo “la economía política de la crisis de la universidad pública”, se lee: “el presupuesto de las universidades está congelado desde 1992, pero los gastos y la cobertura han aumentado considerablemente. Entre 2007 y 2015, el número de estudiantes inscritos en instituciones oficiales se incrementó un 85%. Además, los gastos en infraestructura, tecnología e investigación, son crecientes, mientras el presupuesto del estado es el mismo” puntualiza Posada. https://lasiniestra.com/la-economia-politica-de-la-crisis-de-la-universidad-publica/

De otro lado, el 11 de octubre se realizó en el congreso de la republica un foro por la dignidad de la educación pública superior y allí Pedro José Hernández Castillo, presidente de la Asociación sindical de profesores universitarios ASPU, les dejo claro la obligación que tiene el estado para con la educación, e igualmente, les demostró que contrario a lo que dice el ministro Carrasquilla, plata si hay.

Por su parte, el comunicado de la Federación colombiana de trabajadores de la educación agrega además, “Fecode coincide con los estudiantes, rectores y profesores universitarios en conformar un bloque amplio que convoque a más sectores, con el objetivo común de no sólo conseguir mayor presupuesto para educación pública; sino plantear soluciones de fondo al actual déficit que amenaza con agravar la crisis. Tal como se planteó el año pasado, una reforma constitucional al Sistema General de Participaciones hoy se evidencia urgente”. Puntualiza.

“Desde hace un par de años, el gobierno anuncia con orgullo que la educación es el sector que más recursos recibe”, continúa informándonos Andrés Posada y agrega, “en verdad, el principal gasto del estado colombiano es la deuda pública”. Puntualiza entonces Posada, “este es un dato que no debe verse aislado, sino en el marco del predominio del capital financiero en las sociedades (lo que algunos llaman la financiarización), que succiona también los recursos del estado como un vampiro”. Añade entonces Andrés Posada, “el presupuesto público para 2019 ha tenido dos versiones. La primera radicada por el saliente presidente Santos y su ministro Cárdenas. Allí se preveía pagar en deuda $66 billones, de los cuales $29,5 billones iban al pago de intereses. Es decir, no contribuían a disminuir los $516 billones del monto total de la deuda pública correspondiente al 56% del PIB, que aumentan año tras año. Mientras el presupuesto total se incrementaba un 10,9% para 2019, la deuda crecería 38,6%, casi cuatro veces más”, finaliza posada.

Para el profesor Pedro José Hernández Castillo, por su parte, y en el marco del foro en el congreso, ha señalado, entre otras: “parece que no hay plata?, si hay plata. Ustedes el congreso de la república, y estuvimos adelantando eso en las reformas tributarias del año 2012, en las reformas tributarias del año 2016, que hubiese recursos con destinación específica para las instituciones de educación superior pública. Y a bien ustedes tuvieron de apoyarnos. Y a bien, en la ley 1819 del 2016, aparece el artículo 102, el 142, y el 184 del IVA social, que dice que de cada una de esas rentas, que estamos percibiendo del año pasado, debe haber una destinación para las instituciones de educación superior públicas”. Más adelante en su intervención Pedro Hernández puntualiza, “pero de donde va a salir esa plata? Estamos pidiéndole al Niño dios? No. Estos artículos de la reforma tributaria, en los años 2017 y 2018, el gobierno está recogiendo 1 billón, quinientos mil millones de pesos, y hay que cumplir la ley, ¿cierto, señores parlamentarios?… nosotros le pedimos al congreso, le pedimos al gobierno nacional, le pedimos al presidente Duque, quien debe velar porque se cumpla la ley. Entonces hay ya hay un billón, quinientos mil millones de pesos; por eso en la plaza de Bolívar decíamos, no aceptamos quinientos mil, porque ya tenemos ganado tres veces esa cifra y nos la tienen que dar, o si no, se estaría cometiendo un peculado técnico”, acotó Pedro Hernández.

“El gobierno de Duque propuso una segunda versión del presupuesto, en la que recortan $14 billones del pago de la deuda y se reajustan en diferentes sectores”. Continúa desarrollando su artículo Andrés Posada y agrega, “en ambas versiones el pago de intereses queda intacto, lo que reduce es la amortización. Esto indica que hay un margen de maniobra en el pago de la deuda y que las demandas sociales y las presiones de la opinión plantean un costo político alto al destinar semejante monto a pagar las obligaciones contraídas con el sector financiero”. Más adelante Posada agrega: “el pago de la deuda en 2019 será entonces $51.9 billones. Es decir, $10.7 billones más que el gasto en educación. La deuda es 1,5 veces mayor que el gasto en defensa, el tercer sector que más recursos recibe. Esto para no hablar del sector agropecuario, al que la deuda supera 21 veces; el medio ambiente, que supera 74 veces; o la cultura, superada 129 veces por el pago de obligaciones y préstamos”.

Según lo informo el sistema informativo del canal uno, los rectores de las 32 universidades públicas del país le pidieron al gobierno destinar la totalidad de los 500 mil millones de pesos anunciados la semana pasada para financiar el funcionamiento de las instituciones de educación superior. Durante una reunión con el Viceministro de educación, Luis Fernando Pérez, los rectores reiteraron que ese dinero debe destinarse exclusivamente a la base presupuestal de las 32 universidades públicas para atender el funcionamiento y gastos asociados a la calidad académica. https://canal1.com.co/noticias/nacional/rectores-piden-destinacion-exclusiva-recursos-las-universidades-publicas/

En otro campo, aunque en el mismo marco de las imposiciones del sistema financiero, se ha anunciado de parte de la corte constitucional, que las consultas populares no pueden frenar los proyectos de explotación de hidrocarburos como parte del desarrollo económico del país y muy seguramente apuntara a dejar sin dientes a las comunidades para defensa de sus territorios y que pareciera, además, querer frenar las consultas populares en curso.

El diario “el Espectador” ha producido un artículo titulado “municipios si pueden prohibir actividades mineras: consejo de Estado” y publicado además en el portal de Kavilando, en el que se lee: “Un fallo del alto tribunal ratificó la competencia que tienen los territorios para vetar proyectos extractivos. La decisión choca con la reciente sentencia de la Corte Constitucional que aseguró que las consultas populares ya no pueden usarse para parar este tipo de actividades”. https://kavilando.org/lineas-kavilando/formacion-genero-y-luchas-populares/6460-municipios-si-pueden-prohibir-actividades-mineras-consejo-de-estado

Por su parte, Rodrigo Negrete, abogado experto en temas ambientales ha dado su concepto acerca del comunicado de la corte frente a la continuidad de las consultas populares de Fusagasugá y San Bernardo en el Departamento de Cundinamarca y sus implicaciones frente a las consultas en curso como las de los municipios de Iquira, Oporapa y Argentina en el Departamento del Huila. https://kavilando.org/lineas-kavilando/historia-de-las-organizaciones-sociales/6454-claridades-sobre-la-continuidad-de-las-consultas-populares-en-colombia

Negrete, también ha ratificado el compromiso del II encuentro de Ríos Vivos, a organizar el paro cívico popular para el primer semestre de 2019 contra el extractivísmo, el despojo, el ecocidio, el asesinato y judicialización de líderes sociales, por los derechos al trabajo digno, la educación y salud publicas financiadas totalmente por el estado, contra la dictadura constitucional minero energética y por una transición energética y alimentaria soberana, autónoma democrática, descentralizada, gestionada desde lo público y comunitario, según las necesidades de las poblaciones.

Será la lucha entonces la forma de ganar la paz y de enfrentar las intencionalidades del sistema financiero, según lo manifiestan diferentes organizaciones sociales.

En cuanto a la paz que ofrece el estado por estas calendas, se ha limitado a desmovilizar a las FARC incumpliéndole buena parte de lo pactado, y en cuanto a la negociación con el ELN, escucharemos un aparte del video del ELN, “Pablo Beltrán, estado actual de las conversaciones”. https://www.youtube.com/watch?v=gFaroVtejyY&feature=youtu.be

Este 20 de octubre, en información aparecida en el portal de HispanTV, “El proceso de paz enfrenta su peor crisis” el ELN ha manifestado que, “Beltrán denunció un plan de Gobierno para intensificar los ataques contra el grupo hasta noviembre, cuando concluirán los primeros 100 días del mandato de Duque. A su juicio, el objetivo es debilitar la posición negociadora de la guerrilla”. https://www.hispantv.com/noticias/colombia/391259/eln-crisis-negociaciones-paz-pablo-beltran

Por otro lado y como petición de los jóvenes tolimenses les informamos que se llevó a cabo en la ciudad de Ibagué capital del Departamento del Tolima y ciudad musical de Colombia, la decimoséptima edición de Ibagué Ciudad Rock 2018 a la que asistieron aproximadamente 10.000 personas. 15 agrupaciones locales pasaron por la tarima, dejando claro que este es un escenario importante para la consolidación de proyectos musicales de los artistas regionales. Al acto se hizo presente el Alcalde de la Ciudad, Guillermo Alfonso Jaramillo quien fue entrevistado por Mauricio Giraldo de Morfosis Radio, manifestando que “nosotros hemos querido apoyar y hemos apoyado durante estos tres años, pero el año entrante esperamos verdaderamente hacer algo muy importante; estamos proyectando a ver si podemos construir un escenario, que sea un escenario para posibilidades de impulsar estos eventos masivamente” señalo el mandatario. Traemos un aparte de la entrevista por su importancia y lo que significaría para la juventud Ibaguereña y del país, quienes también manifiestan, que ojala no sea solo retórica y más bien sea una realidad. https://www.facebook.com/notes/ibagu%C3%A9-ciudad-rock/con-lleno-total-se-celebraron-los-17-a%C3%B1os-del-festival-internacional-ibagu%C3%A9-ciud/10155928254672794/

EN EL SIGUIENTE ENLACE PODRAN USTES ESCUCHAR Y/O DESCARGAR ESTE PROGRAMA

https://www.ivoox.com/guerra-a-educacion-paz-al-mercado-audios-mp3_rf_29484124_1.html

Fuente: http://kaosenlared.net/colombia-guerra-a-la-educacion-paz-al-mercado/

Fotografía: Kaos en la Red

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