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Habemus Modelo educativo .

Por: La Jornada.

Aunque con cierto retraso de acuerdo al plazo que originalmente se había anunciado, se ha dado a conocer la novísima propuesta educativa que habrá de acompañar a la reforma idem impulsada en el actual sexenio. De acuerdo a los tiempos que fijó la SEP, desde el 31 de mayo debieron haberse conocido planes y programas de estudio para los niveles básico (preescolar, primaria y secundaria) y medio superior (preparatoria o bachillerato) que comenzarían hipotéticamente aplicarse a partir del ciclo escolar 2018-2019, es decir, hasta dentro de un año. De esta forma, el nuevo modelo educativo arrancara de no enfrentarse a contingencias políticas o causas de fuerza muy mayor que se presenten en la ya inminente transición sexenal, cuando vaya de salida el gobierno que impulsó a la actual Reforma. Reforma que por lo demás, después de cuatro años de iniciada solo se conoce su vertiente laboral administrativa a través de la aplicación de la Ley del Servicio Profesional docente y su maratón de evaluaciones.

El retraso de dos meses obedeció según pretextaron las autoridades del ramo a los ajustes que tendrían que hacerse al aspecto de la vinculación entre los niveles básico y medio superior. Cosa no menor. De planearse y hacer bien las cosas, los periodos posteriores inmediatos a los recesos de clases (entiéndase vacaciones) de este y el próximo inicio de los ciclos escolares, en teoría habrán de ser muy intensos. Las tareas que a los profesores les esperan serán las reuniones de trabajo, análisis y discusión de colegios de sus respectivos consejos técnicos.

Como sentencia Perogrullo, nadie puede enseñar lo que no sabe y si se va a enseñar y sobre todo aprender con un nuevo enfoque y método, habrá que empezar por conocer el contenido y naturaleza de la nueva propuesta pedagógica. Los docentes que en un buen porcentaje no les gusta ni tienen el hábito de la lectura, tendrán que ponerse a machetear los mamotretos de documentos en que se han vaciado planes y programas y demás aspectos del modelo incluido su sustento teórico pedagógico. Acostumbrados muchos de ellos a recibir y aplicar recetas, el trabajo que les espera no es poca cosa. Porque no solo será leer lo que tiene que ver con el nuevo paradigma educativo, sino entenderlo y aplicarlo.

El estudio será obligado además porque podría ser motivo de una próxima evaluación para mantener la plaza (y con ella la categoría) o para futuros ascensos y promociones con sus respectivos estímulos económicos que vinieron a sustituir a la carrera magisterial.

El nuevo “Modelo educativo para la Educación Obligatoria” que con este nombre Peña Nieto en la voz de Aurelio Nuño ofrece a los mexicanos pone como uno de sus objetivos centrales además de “educar en libertad y para la creatividad”, promover la autonomía escolar. Esto no es otra cosa que los planteles puedan adaptar los contenidos educativos a los requerimientos de su entorno. Es esta una de las premisas de modelos exitosos como el finlandés.

Esta característica de buscar que las escuelas sean autónomas, proceso que podrá lograrse gradualmente, está contemplada en la legislación de la Reforma que pugna por transformar la organización del sistema educativo para darle mayor autonomía de gestión a los establecimientos educativos. Condición que se cumplirá sujetándose a los lineamientos que imponga la SEP. En otras palabras, la autonomía escolar será dirigida, como lo es nuestra democracia. La autoridad del ramo pareciera estarle diciendo a los profesores y directivos reunidos en sus Concejos Técnicos: miren mis hijitos, tendrán (cierta) “libertad” para gobernarse con sus propias reglas, gozaran de una relativa independencia en sus decisiones y acciones, ya no dependerán para la operatividad de los planteles del patrón y gozaran de una relativa potestad particular; pero todo esto se hará bajo los lineamientos que a mí como autoridad y gobierno convengan.

El nuevo modelo en su flexibilidad permitirá agrupar a los alumnos obedeciendo a sus propias habilidades e intereses hasta en cinco diferentes ámbitos. Esto que pareciera un galimatías en desafío contra una educación integral y holística, consiste en forma resumida en lo siguiente: el primero tiene que ver con los aspectos propiamente académicos del lenguaje, comunicación, pensamiento matemático, conocimiento de las parcialidades de los mundos natural y social.

En el segundo ámbito los alumnos aprenderán a potenciar el desarrollo personal y social en el que se incluye el deporte y la cultura. El tercero busca insertar a los futuros ciudadanos en las necesidades de la posmodernidad del siglo 21 que tienen que ver con la educación financiera (sic), la programación, robótica y el aprender a ser emprendedores. El cuarto ámbito de aprendizaje le da cabida a la microhistoria o historia local, tecnologías, artesanías, cultivo de hortalizas y educación ambiental. Una cierta re visitación a la escuela del trabajo de Dewey y Ramírez.

Y en el último de los ámbitos se propone que los alumnos acompañados de sus maestros se involucren en labores sociales como colecta de basura, potabilización del agua y práctica de la democracia escolar en escuelas que si algo las ha caracterizado es su carácter vertical y autoritario. El imaginario prefigura acaso otro regreso a los años dorados de la escuela rural mexicana.

Además de estos cinco ámbitos que conforman al nuevo “Modelo Educativo para la Educación Obligatoria en México”, la propuesta que recién se ha dado a conocer contempla también cinco ejes formativos. Por cuestiones de espacio nos ocuparemos de ellos en una próxima entrega.

Fuente: http://ljz.mx/2017/07/07/habemus-modelo-educativo-primera-de-dos-partes/

Imagen: http://ljz.mx/wp-content/uploads/2015/07/default-imagen-destacada-ljz-2.jpg

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México: Una lucha histórica por el derecho a la Educación

América del Norte/méxico/17 Junio 2017/Fuente: La Jornada

Existe una deuda histórica con las escuelas normales rurales de nuestro país, que después de la revolución mexicana fueron concebidas como un proyecto encaminado a generar actores clave para relación entre el gobierno y el sector campesino. Constantemente en pie de lucha debido a los condicionamientos de recursos (basta con comparar la infraestructura y equipamiento de cualquier universidad o instituto tecnológico con las escuelas normales), las y los estudiantes reclaman entre otras cosas: las malas condiciones de las escuelas, la insuficiencia de sus becas y los topes a la matrícula. Adicionalmente, cargan con el estigma social que se les ha creado por levantar la voz, denostando su capacidad y la legitimidad de sus peticiones.

 Lo que ha sucedido en los días recientes contra las estudiantes de la Escuela Normal Justo Sierra Méndez en la exhacienda de Cañada Honda en nuestro estado, no es la excepción. Militantes de partidos políticos e integrantes de medios masivos de comunicación y gran cantidad de gente en las redes sociales han expresado opiniones hostiles que las descalifican, vilifican y agreden; se les amenaza con violencia sexual y destrucción; se les describe como seres que sobran en la sociedad. Se circulan infografías y datos descontextualizados sobre el presupuesto destinado a la Escuela, pareciera con el ánimo de exaltar la opinión social en contra de las normalistas, sin hacer un análisis completo  de la situación compleja en el origen, función e impacto que esta escuela normal ha representado para las comunidades rurales en las que sus egresadas se han insertado.

Por  otro  lado,  el  gobierno  estatal  quiere  imponer  la  medida  de  hacer  la  Escuela Normal mixta, haciendo una mala interpretación de la equidad de género y sin considerar las razones de fondo por las cuales es conveniente que este plantel permanezca  como  una  opción  educativa  específica  para  mujeres.  Esta  escuela funciona  como  un  internado  en  el  que  las  estudiantes,  mujeres  jóvenes  rurales, cuentan con pocos o nulos recursos para acceder a otras modalidades educativas fuera de su comunidad.   Esta medida vertical   y no   consensuada, sin considerar el contexto y características de las estudiantes, no puede ser bienvenida.

 Las normalistas de Cañada Honda hoy requieren de la sociedad de Aguascalientes un juicio más justo, una atención más empática, una mirada más abierta, una actitud más  imparcial, de la que en los últimos días se ha manifestado en medios de comunicación,  redes   sociales   y   declaraciones   gubernamentales.   Bloqueos,   marchas,   pintas   y presencia de normalistas de otras entidades son la respuesta a la falta de escucha social en general y a la falta de receptividad y habilidades de negociación del gobierno en particular.  Son la reacción -quizá no la más afortunada, sobre todo la del bloqueo de las vías de comunicación‐ de un sector de las comunidades rurales, que busca defender una   opción formativa y laboral que   ha representado para sus familias la posibilidad de mejorar generacionalmente sus condiciones de vida.

Lamentable e históricamente también, la estrategia del gobierno ha sido cortar los suministros  cuando están en paro, ya que conocen las condiciones tan limitadas de sobrevivencia con las que cuentan, además de amenazar con medidas impositivas no contextualizadas, sin resolver las condiciones de origen.

El enfoque de las normales rurales se ha fortalecido en medio de la adversidad, del clasismo y del desprestigio, formando líderes, personas autónomas, responsables y con autonomía, jóvenes que son observadoras de las necesidades del medio rural. El recuerdo presente de Ayotzinapa, debe servir para que repudiemos cualquier respuesta  violenta  del  estado,  que  tiene     la  obligación  de  elevar  su  nivel  de negociación para resguardar ante todo la integridad física y psicológica de las jóvenes, con pleno respeto a sus derechos humanos, demostrando su comprensión histórica y social de la situación de las normalistas de Cañada Honda.

Exigimos un gobierno que esté a la altura de ello,  demostrando su capacidad de conciliar por vía pacífica. Lo contrario significaría un agravio a la ciudadanía de Aguascalientes y dejará en entredicho su habilidad para gobernar ante los retos que se le presentan sin la tentación del uso desproporcionado de la fuerza pública.

Todas y todos estaremos observando.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/una-lucha-historica-por-el-derecho-a-la-educacion/

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Niñez: ¿tan malo el futuro como el presente?

Por: La Jornada

El Día del Niño que hoy se celebra en México (la fecha varía en distintos países), destinado a enfatizar y reafirmar los derechos universales de la infancia, no ofrece muchas oportunidades para el festejo a la luz de los datos que arrojan estudios de diversas instituciones ocupadas y preocupadas por el tema. Todo lo contrario: investigaciones y encuestas realizadas por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la Red por los Derechos de la Infancia y otras organizaciones de parecido perfil describen, en conjunto, una situación alarmante para un elevado porcentaje de nuestros niños y adolescentes.

En el territorio nacional, los más de 21 millones de menores que viven en situación de pobreza (de los cuales 4.6 millones se encuentran en pobreza extrema) se ven afectados por problemas que van desde carencia en materia de nutrición y salud hasta situaciones de abierta desprotección, violencia impunemente ejercida en su contra, privaciones y rezagos educativos, y una variada gama de perjuicios que incluyen explotación laboral y sexual, así como matrimonios tempranamente impuestos o de niñas con adultos, y la vasta secuela de daños físicos y sicológicos que ellos implican.

El paulatino agravamiento de las condiciones de vida en que nacen y crecen quienes en teoría constituyen el futuro de nuestro país, así como el constante incremento de la niñez en las filas de la marginación y la vulnerabilidad, configuran un desolador panorama aquí y ahora, y se proyecta como una oscura sombra para los años venideros.

Esta noción de los niños y niñas como constructores del mañana, sin embargo, tiende a encubrir que para quienes se encuentran en condiciones de marginación las desventajas y las privaciones no les aguardan en el futuro, sino que los golpean en el presente, les niegan las esperanzas y las aspiraciones a que tienen derecho hoy, en su carácter de ciudadanos mexicanos. Ese derecho incluye un ambiente seguro, la protección familiar y el acceso a buena alimentación, servicios de salud y un entorno que les permita un desarrollo pleno, lugares comunes que se repiten en cada reunión, seminario o congreso sobre el tema, pero que en el terreno de los hechos parecen constituir un objetivo difícil de alcanzar, al menos a corto plazo.

Se puede admitir que a lo largo del tiempo se han adoptado medidas que han logrado progresos aquí y allá en la situación de nuestra niñez, pero lo cierto es que el alcance de esas acciones, y especialmente su ritmo de aplicación, no han resultado suficientes para pensar en una mejora uniforme, sostenida y pronta de dicha situación.

El diseño e implementación de instrumentos específicos (como el Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes y la ley respectiva) son signos alentadores, pero el problema es sólo una faceta de otro más grande, que se relaciona de manera directa con el modelo económico vigente. Los planes y proyectos para sacar del pozo en que se encuentra a un vasto sector de la niñez mexicana necesitan, para ser funcionales, asignaciones presupuestarias mayores que las actuales, pero la restrictiva política de inversión social que el gobierno lleva adelante no permite alimentar demasiadas esperanzas al respecto.

No es éste, en suma, un Día del Niño que esté a la altura de sus postulados en materia de derechos.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2017/04/30/opinion/002a1edi

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