Page 2 of 17
1 2 3 4 17

Brasil: ¿Vamos al encuentro de nuestra propia destrucción?

¿Vamos al encuentro de nuestra propia destrucción?

Leonardo Boff

La historia del ser humano en la Tierra se resume en gran parte en un permanente conflicto contra el ambiente. Este proceso ha ido tan lejos que el ser humano ha llevado adelante una verdadera guerra contra la Tierra en todos sus frentes: en el suelo, en el subsuelo, en el aire y en el mar, siempre con la perspectiva de saquear y extraer más y más beneficios. En círculos científicos se dice que la acción humana sobre la tierra como un todo ha fundado una nueva era geológica: el antropoceno, que significa que los daños a la naturaleza no vienen de afuera, sino de la propia acción del ser humano, pensada y orquestada en su afán de extraer más y más beneficios para su vida. Tal hecho ha tenido como consecuencia el desequilibrio del planeta, que ha reaccionado enviándonos más calor, eventos extremos como inundaciones, huracanes y sequías, además de una gama creciente de virus, muchos de ellos letales, como el coronavirus.


       El hecho es que hemos perdido la perspectiva del Todo. Nos hemos quedado únicamente con la parte. Ha ocurrido una verdadera fragmentación y atomización de la realidad y de los respectivos saberes. Se sabe cada vez más sobre cada vez menos. Tal hecho tienen sus ventajas pero también sus límites. Las ventajas, especialmente en la medicina que ha conseguido identificar los diferentes tipos de enfermedades y cómo tratarlas. Pero hay que recordar que la realidad no está fragmentada. Por eso los saberes sobre ella tampoco pueden estar fragmentados.       

       Dicho figurativamente: la atención se ha concentrado en los árboles, considerados en sí mismos, perdiendo la visión global del bosque. Peor aún, se ha dejado de considerar las relaciones de interdependencia que todas las cosas guardan entre sí. Ellas no están lanzadas ahí al azar, una al lado de la otra, sin las necesarias conexiones entre ellas que les permiten solidariamente vivir, autoayudarse y juntas coevolucionar,

       Veamos los árboles: ellos tienen un lenguaje propio, distinto del nuestro, fundado en la emisión de sonidos. Los árboles hablan mediante olores que emiten y produciendo toxinas que envían a los otros árboles. Entre los iguales se establecen una relación de reciprocidad y colaboración. Con árboles distintos se entablan verdaderas batallas químicas en el afán de cada uno tener más acceso a la luz del sol o a nutrientes del suelo. Pero se hace siempre sin exceso, en una medida justa, de tal forma que el conjunto de árboles forman un rico y diverso bosque o selva.

       En el caso humano, hemos perdido este equilibrio y la justa medida: se ha erosionado aquella corriente que relaciona a todos con todos, llamada Matriz Relacional. No hemos tenido en cuenta la amplia red de relaciones e interconexiones que envuelven al propio universo y a todos los seres existentes. No existe nada fuera de la relación. Todo está relacionado con todo en todas las circunstancias. Esa es la realidad de todas las cosas existentes en el universo y en la Tierra, desde las galaxias más distantes a nuestra Luna, y hasta las hierbas silvestres. Ellas tienen su lugar y su función en el Todo. En una elegante formulación del Papa Francisco en su encíclica Laudato si: sobre el cuidado de la Casa Común (2015) se afirma: «Todo está relacionado y todos nosotros, los seres humanos caminamos juntos como hermanos y hermanas, en una maravillosa peregrinación que nos une con tierno cariño al hermano Sol, a la hermana Luna, al hermano río y a la hermana y Madre Tierra… el sol y la luna, el cedro y la florecilla, el águila y el gorrión no existen sino en dependencia unos de otros, para complementarse y servirse mutuamente» (n.92; 86).

       Si realmente todos estamos entrelazados, entonces debemos concluir que el modo de producción capitalista, individualista, que busca el mayor lucro posible a costa de la explotación de la fuerza de trabajo y de la inteligencia humana y especialmente de las riquezas naturales, sin darse cuenta de las relaciones existentes entre todas las realidades, contaminando el aire y envenenando los suelos con pesticidas, va a contracorriente de la lógica de la naturaleza y del propio universo que ligan y religan todo con todo, constituyendo el esplendoroso gran Todo.

       La Tierra nos creó un lugar amigable para vivir pero nosotros no nos estamos mostrando amigables con ella. Por el contrario, la agredimos sin parar hasta el punto de que ella no aguanta más y comienza a reaccionar como si fuera un contraataque. Este es el significado mayor de la irrupción de toda una gama de virus, especialmente del Covid-19. De cuidadores de la naturaleza (Génesis 2,15) nos hemos vuelto su Satán amenazador.

       Hasta la llegada de la modernidad entre los siglos XVII-XVIII, la humanidad se entendía normalmente como parte de la Madre Tierra y de un cosmos viviente y lleno de propósito. Se percibía ligada al Todo. Ahora la Madre Tierra ha sido transformada en un almacén de recursos y en un baúl lleno de bienes naturales a ser explotados.

       En esta comprensión que ha acabado por imponerse, las cosas y los seres humanos están desconectados entre sí, siguiendo cada cual un curso individual. La ausencia del sentimiento de pertenencia a un Todo mayor, el no hacer caso al tejido de relaciones que liga a todos los seres nos ha vuelto desenraizados y sumergidos en una profunda soledad. Estamos poseídos por el sentimiento de que estamos solos en el universo y perdidos, cosa que la visión integradora del mundo, que existía anteriormente, lo impedía. Hoy nos damos cuenta de que debemos establecer un lazo de afectividad con la naturaleza y con sus diversos seres vivos e inertes, pues tenemos el mismo código genético de base, por lo tanto somos hermanos y hermanas (árboles, animales, pero también las montañas, lagos y ríos). Si no ponemos corazón en nuestra relación –de ahí la razón cordial– difícilmente salvaremos la diversidad de la vida y la propia vitalidad de la Madre Tierra.

       ¿Por qué hemos hecho esta inversión de rumbo? No hay una única causa, sino un conjunto de ellas. Pero la más importante y perjudicial ha sido haber abandonado la llamada Matriz Relacional, es decir, la percepción del tejido de relaciones que entrelazan a todos los seres. Ella nos daba la sensación de ser parte de un Todo mayor, de que estábamos incluidos en la naturaleza como parte de ella y no simplemente como sus usuarios y con intereses meramente utilitaristas. Perdimos la capacidad de encantamiento por la grandeza de la creación, de reverencia ante el cielo estrellado y de respeto por todo tipo de vida.

       Si no cambiamos, podrá realizarse lo que el Papa Francisco advirtió en la encíclica Fratelli tutti: «estamos en el mismo barco: o nos salvamos todos o nadie se salva» (n.32). No estamos llamados a ser los agentes de nuestra propia destrucción sino a ser la mejor floración del proceso cosmogénico.

 

*Leonardo Boff ha escrito con el cosmólogo Mark Hathaway, El Tao de la liberación: explorando la ecología de transformación, Vozes 2010/ Orbis Books, Nueva York 2010, prefacio de F. Capra.

Traducción de MªJosé Gavito Milano

Fuente de la Información: https://www.atrio.org/2022/12/vamos-al-encuentro-de-nuestra-propia-destruccion/

 

 

Comparte este contenido:

Brasil: La Tierra con dolores de parto: ¿vendrá el gran salto salvador?

La Tierra con dolores de parto: ¿vendrá el gran salto salvador?

Leonardo Boff

Nadie puede negar que nuestro Hogar Común, la Tierra viva, se está preparando para una gran transición. Lo que hemos vivido en los últimos siglos como paradigma de civilización, es decir, la forma como habitamos y organizamos la Casa Común, a base de la explotación ilimitada de sus recursos naturales, no puede continuar. Este paradigma ha agotado sus potencialidades de realización. Ha entrado en agonía. Pero ésta todavía puede prolongarse un buen tiempo.


       Él se tendió involuntariamente una gran trampa: comenzó con el mayor acto terrorista cometido por Estados Unidos al lanzar dos bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, devastando todo tipo de vida. J. P. Sartre reaccionó entonces diciendo: nos hemos adueñado de nuestra propia muerte y podemos poner fin a nuestra especie. Uno de los más importantes historiadores modernos, Arnold Toynbee. fue severo al constatar consternado: “cupo a nuestra generación presenciar la manera de autodestruirnos; ella no será obra de Dios sino de nosotros mismos”. Inventamos las más diferentes formas del principio de autodestrucción. La tecnociencia moderna, que tantos beneficios nos ha traído, se ha vuelto irracional y enloquecida porque es suicida.

       Las múltiples crisis por las que está pasando todo el planeta son como una especie de dolores de parto. La mayor de ellas ha sido y es la irrupción del coronavirus. Este afectó solamente a los seres humanos. No respetó los límites de soberanía de los países e hizo que la máquina de matar de las potencias militaristas pareciese ridícula.

       Quien no solo constata los hechos sino que procura discernir el mensaje oculto en ellos, debe preguntarse: ¿qué nos quiere comunicar Gaia, la Tierra viva, con la Covid-19 que ha causado ya diez millones de víctimas?

       Seguramente es una respuesta de la Madre Tierra contra las violencias sistemáticas que sus hijos e hijas están llevando a cabo contra ella desde hace siglos, una verdadera Guerra, sin ninguna posibilidad de ganarla. Hemos sobrepasado los límites soportables del sistema-Tierra de tal modo que necesitamos más de un planeta y medio (1,7) para mantener nuestro estilo consumista de vida. Es la llamada Sobrecarga de la Tierra (Earth Overshoot). Todos las señales se han puesto en rojo: tenemos un cheque sin fondos. En otras palabras: los bienes y servicios necesarios para garantizar la vida se están agotando.

       Con un poco más puede ocurrir un colapso de las bases que sustentan ecológicamente la vida en el planeta. ¿Quiénes de los jefes de Estado y grandes gerentes (CEOs) de las megacorporaciones reflexionan y toman decisiones ante tal situación-límite de nuestra Casa Común? Tal vez tengan conocimiento de la situación real, pero no le dan importancia, porque si se la dieran deberían cambiar completamente el modo de producción, renunciar a las fabulosas ganancias económicas, cambiar su relación con la naturaleza y acostumbrarse a un consumo más frugal y más solidario.

       Porque no ocurre eso, entendemos las palabras del Secretario General de la ONU, António Guterrez, hace poco en Berlín en un encuentro sobre el cambio climático: “Tenemos una única elección: la acción colectiva o el suicidio colectivo”. Antes, en Glasgow, con ocasión de la COP 26 sobre el cambio climático, afirmó perentoriamente: “o cambiamos o estamos cavando nuestra propia sepultura”.

       Tal vez el peligro más inminente del cambio de situación de nuestra Casa Común sea el alarmante calentamiento global, constatado en los últimos tiempos. En el Acuerdo de París de 2015 se había acordado restringir hasta 2030 la subida de 1,5 grados centígrados para evitar grandes daños a la biosfera. Con el desprendimiento masivo de metano, debido al deshielo de los cascos polares y del premafrost (que va desde Canadá hasta los confines de Siberia) han sido liberadas millones de toneladas de metano. Este es 28 veces más dañino que el CO2. Debido a estos cambios, el ICLL admitió que no en 2030 sino en 2027 se produciría un aumento de la temperatura de entre 1,5 y 2,7 grados centígrados.

       Los eventos extremos que actualmente están ocurriendo en Europa, India y otros lugares, con grandes incendios y un calor nunca antes experimentado, y al mismo tiempo el frío inusitado en el Sur del mundo, están dando muestras de que la Tierra ha perdido su equilibrio y está buscando otro.

       Resumiendo el discurso: de seguir esta tendencia ¿qué futuro nos espera? ¿Podrá la especie humana haber alcanzado su clímax, como todas las especies a su tiempo, y desaparecer? ¿O puede ocurrir, gracias al ingenio humano o a las propias fuerzas del planeta Tierra conjugadas con las energías del universo, que dé un salto de calidad e inaugure así un nuevo orden, dando continuidad a la especie humana? Si esto ocurre, situación que auguramos, no se hará sin muchos sacrificios de vidas de la naturaleza y de la propia humanidad.

       Hace 67 millones de años cayó en el Caribe un meteoro de casi 10km de extensión que destruyó a los dinosaurios y al 75% de todas las formas de vida, pero respetó a nuestros ancestros. ¿No podría ocurrir algo semejante con nuestro planeta Tierra? Probablemente no un meteoro rasante, pero sí cualquier otro inconmensurable desastre ecológico-social.

       Si sobrevivimos, la Tierra habrá dado el salto salvador y realizado el parto tan esperado. Los dolores de parto habrán pasado y finalmente se habrá generado el bioceno y el ecoceno. La vida (bio) y el factor ecológico (eco) ganarán centralidad, comprometiendo nuestro cuidado y todo nuestro corazón.

       Que este desiderátum sea una utopía viable que nos permita continuar sobre este bello y sonriente planeta.

 

*Leonardo Boff ha escrito El doloroso parto de la Madre Tierra, Vozes 2021.

Traducción de Mª José Gavito Milano

Fuente de la Información: https://www.atrio.org/2022/09/la-tierra-con-dolores-de-parto-vendra-el-gran-salto-salvador/
Comparte este contenido:

Brasil: Las próximas elecciones como referéndum: biofilia versus necrofilia

Las próximas elecciones como referéndum: biofilia versus necrofilia

Leonardo Boff

En la Misa de Pascua se canta uno de los himnos más bellos del gregoriano en el que se dice: «la muerte y la vida, mirándose, se batieron a duelo» ( mors et vita duello conflixere mirando ). Y concluye: “el señor de la vida, reina vivo” ( dux vitae, regnat vivus ).

Me refiero a este texto litúrgico como una metáfora de lo que veo ocurrir en las próximas elecciones: un plebiscito en el que efectivamente se libra un duelo político entre dos proyectos para Brasil y dos modelos de Presidente. No quiero decirlo, pero una de las inteligencias jurídicas más brillantes de nuestro país, el exgobernador de Rio Grande do Sul, exministro de justicia, Tarso Genro, lo afirma:

“Para Jair Bolsonaro, no hay opositores, sólo hay enemigos a los que abatir con armas …, el fin de la democracia política, que sostiene que el error de la dictadura no fue torturar, sino » no matar «, lo que expresa públicamente su admiración por Hitler y se burla de la tortura sufrida por una mujer digna -que estaba siendo destituida de la Presidencia-, cómo este político fue cobardemente naturalizado por el “establishment” neoliberal y por las grandes cadenas de comunicación, después de haber cometido y repetido muchos crímenes bárbaros. y todavía haber hecho una propaganda genocida consciente contra la vacunación?

Aquí está claro un proyecto de muerte que, si Bolsonaro es reelegido, lo implementará. Es el dominio de la necrofilia, la promoción de la muerte y sus derivados como el odio y la mentira.

Del otro lado del duelo, hay otro representante, Luis Inácio Lula da Silva. No quiero ser un maniqueo que solo considera lo bueno por un lado y lo malo por el otro. Mezcla del bien y del mal. Pero hay que reconocer que en Lula el bien gana más expresión. Presenta un proyecto cuya centralidad está en la vida, empezando por los que menos vida tienen: los 30 millones de hambrientos, los 110 millones con insuficiencia alimentaria, los millones de desocupados o subempleados, trabajadores y jubilados que han visto mermados sus derechos, con los Salario mínimo congelado. En resumen, lo primero que hay que hacer es garantizar lo mínimo: alimentación, salud, trabajo, educación, vivienda, tierra para producir alimentos para el pueblo, seguridad y oportunidad para quienes históricamente son descendientes de los barrios esclavistas (54% de la población) para poder ingresar a la educación superior, universitario o técnico. Gobernar es cuidar de todos, pero siempre a partir de los humillados y ofendidos. La inspiración viene de Gandhi quien dijo: hacer política es tener un gesto de amor hacia el pueblo y cuidar las cosas comunes. O en palabras del Papa Francisco en suFratelli tutti : la política hay que hacerla con ternura “es decir, el amor se hace cercano y concreto, un movimiento que sale del corazón y llega a los ojos, a los oídos ya las manos” (n. 196). Es el reino de la biofilia, del amor a la vida.

Estos dos proyectos, como en un duelo, se enfrentan en esta elección. Corresponde a los ciudadanos hacer su discernimiento: finalmente, ¿qué país queremos? ¿Qué presidente es el más portador de vida, medio de sustento, esperanza y gusto por vivir? No somos piedras que simplemente existen. No solo queremos existir, queremos vivir y vivir en paz unos con otros.

Lo que hemos vivido en el gobierno del actual Presidente es la merma de nuestra humanidad, el abandono de miles entregados a la virulencia del Covid-19 y que murieron cuando podrían haberse salvado si no fuera por el tenaz negativismo oficial.

Lo que más nos duele y nos avergüenza es la falta de compostura de la máxima autoridad de la nación, que debe vivir las virtudes que le gustaría ver realizadas en el pueblo, como son la solidaridad, el cuidado de los demás y de nuestras riquezas naturales. y la promoción de nuestra ciencia y cultura, atacada por él de manera vejatoria. Por el contrario, predominó la propagación del odio, fake news, estupideces, blasfemias y todo tipo de discriminación contra afrodescendientes, pueblos indígenas, quilombolas, mujeres, pobres y LGBT+ entre otros. Solo podremos vencer este flagelo político-social y necrofílico si, en el duelo, optamos por el proyecto de la biofilia. Aquí sigo utilizando al exgobernador Tarso Genro: “A una semana de las elecciones hay que hacer un gran acuerdo político de gobernabilidad y gobernabilidad, derrotando en primera vuelta a Jair Bolsonaro, unidos en torno al nombre más fuerte para ganar y llevar a la nación al destino democrático y social que merece nuestro pueblo”.

Ese nombre está emergiendo como favorito de los votantes, Lula da Silva. Es un sobreviviente de la gran tribulación nacional, demostró que supo humanizar la política, sacando a Brasil del mapa del hambre y creando políticas sociales y populares que crearon oportunidades para los excluidos, para muchos otros y, sobre todo, devolvieron la dignidad a los empobrecidos

El destino de nuestra nación está en nuestras manos. Depende de la opción por lo que saque a Brasil del foso en que fue arrojado y nos permita reducir la nociva desigualdad social y, finalmente, concedernos la gozosa celebración de la vida. El próximo duelo electoral del 2 de octubre significará la gran prueba: qué Brasil y qué presidente queremos realmente. Que triunfe el proyecto de la biofilia, del amor a la vida, especialmente el que sufren las grandes mayorías.

Leonardo Boff es teólogo, filósofo y escritor y publicó: Brasil: concluir la refundación o prolongar la dependencia, Vozes 2018.

Fuente de la Información: https://leonardoboff.org/2022/09/14/a-proxima-eleicao-como-plebiscito-biofilia-versus-necrofilia/

Comparte este contenido:

La independencia inconclusa de Brasil, pero promesa de un futuro para toda la humanidad

La independencia inconclusa de Brasil, pero promesa de un futuro para toda la humanidad

Leonardo Boff

El día 7 de septiembre de cada año celebramos el día de la Independencia de Brasil. Pero se trata de una independencia inconclusa. Fue proclamada por Don Pedro I montado encima de un burro, no como épica y falsamente lo pinta Meireles montado en un hermoso caballo.

Al independizarse se mantuvieron en Brasil las mismas relaciones de la época colonial, de los señores de la Casa Grande y de los esclavizados de la senzala. No olvidemos el hecho de que la Independencia se hizo todavía en el marco de la esclavitud, que fue brutal y cruel para millones de personas traidas de África y esclavizadas aquí. Incluso después de la Ley Áurea de 1888, los esclavizados no tuvieron ninguna compensación en tierras, trabajos u oportunidades. Fueron lanzados al dios-dará sin absolutamente nada.

Hoy los afrodescendientes son el 54% de nuestra población; nunca saldaremos nuestra deuda por todo lo que sufrieron y ayudaron a construir esta nación.

Como país, siempre fuimos dependientes. Primero de Portugal, después de Inglaterra, luego de USA y actualmente de los países opulentos con sus megacorporaciones que explotan nuestras riquezas.

Nunca hubo un proyecto de nación. Predominó siempre, como ha sido demostrado ampliamente por los historiadores, una política de conciliación de las clases adineradas entre sí y de espaldas al pueblo, excluido y cobardemente despreciado y odiado. Ellas ocuparon el Estado y sus aparatos para garantizar sus privilegios, usufructuar los beneficios de los grandes proyectos, los sobornos y la corrupción simplemente naturalizada. Por eso tenemos un país profundamente dividido entre un pequeño número de millonarios y multimillonarios, una porción de clase media y grandes mayorías marginalizadas y excluidas de los bienes de la civilización.

En la época colonial hubo resistencias y revueltas de gente del pueblo, de negros e indígenas, todas violentamente aplastadas con ahorcamientos, fusilamientos o, en el mejor de los casos, con el exilio, y con golpes y dictaduras en la época republicana.

A decir verdad, aquí la democracia fue y sigue siendo de baja y hasta de bajísima intensidad, con una libertad puramente formal y jurídica pero sin su insustituible complemento, la igualdad. Por eso existe una desigualdad vergonzosa, de las mayores de mundo, que es una injusticia social tan grave que clama al cielo por las víctimas que produce.

Mirando hacia atrás, nuestra historia patria está marcada por las oscuras sombras del genocidio indígena, de la colonización, de la esclavitud y de la dominación de las élites del atraso, como las califica el sociólogo Jessé Souza. Cuando alguien venido del piso de abajo, sobreviviente de la gran tribulación brasilera, llegó al poder, Luis Inácio Lula da Silva, con su sucesora Dilma Rousseff introdujeron políticas sociales de inserción de millones de personas pobres y hambrientas, pronto se armó contra ellos un golpe jurídico-parlamentario-judicial. De esta forma se salvó el viejo orden (del desorden social) que halló continuad en una figura insana e psicópata que sacó del armario de una parte importante de la población todo el odio y perversión que había reprimidos, fruto tardío del tiempo de la esclavitud.

Los esclavizados eran simplemente “piezas” a ser vendidas y compradas en el mercado y tratadas con las famosas tres pes: palo, pan y paño; palo como latigazos inhumanos, pan para que no muriesen de hambre y paño para esconder sus vergüenzas. La práctica era la violencia que continúa todavía hoy con la población negra y pobre.

Fine finaliter: aquí nuestra independencia fue manca e inacabada, lo que nos quita cualquier sentido de celebración. Como nunca hubo una revolución que, como en los grandes países que dieron su salto de calidad, apease del poder-dominación a la clase del privilegio y del enriquecimiento fácil, nunca tuvimos la oportunidad de fundar una nación con un proyecto para todos, altivo y activo. Solo hemos prolongado el régimen de dependencia de varios otros poderes foráneos hasta el día de hoy.

¿Cuál sería nuestra oportunidad y nuestro destino? Mirar hacia delante y al futuro. Somos una nación continental, con la mayor riqueza ecológica del planeta en términos de agua dulce, selvas tropicales, suelos fértiles, inmensa biodiversidad y un pueblo abierto, hábil e inteligente que ha conseguido sobrevivir a todo tipo de opresión.

Sabemos que la Tierra ha llegado a su límite. El día 28 de julio de 2022 ocurrió el Día de la Sobrecarga de la Tierra (The Earth Overshoot Day) o sea, que ya hemos gastado todos los bienes y servicios naturales indispensables para la vida en este año. Estamos en números rojos. En los siete meses pasados hemos usado todas las aguas, minerales, vegetales y energía que el planeta puede producir y regenerar en el período de 365 días.

Para poder seguir viviendo sería necesaria la biocapacidad de 1,75 Tierras, que no tenemos.

Con el aumento inesperado del calentamiento global y con el CO2  y el metanoque ya existen acumulados en la atmósfera, los eventos extremos serán inevitables. Hemos llegado con retraso. Con ciencia y técnica podemos solo mitigar los efectos extremos que vendrán con destrucción de ecosistemas y miles de vidas humanas. Según los datos de este año del IPCC esto podrá suceder en los próximos 3-4 años. Hay muchas naciones que no consiguen producir lo que su población necesita, situación agravada por la irrupción de la Covid-19.

Esta realidad sombría puede llegar a ser una catástrofe global. Y en este punto es donde entra la independencia posible y real de Brasil. Él puede ser la mesa puesta para las hambres y las sedes de toda la humanidad. Esta dependerá en gran parte de Brasil, de la humedad de nuestra Amazonia, de la proteína de nuestro ganado y aves, y de la producción de alimentos de nuestros suelos. Gran parte de los países, hoy independientes, serán dependientes de nosotros. Finalmente habremos alcanzado nuestra real independencia, no para nuestro orgullo y beneficio, sino como servicio para la vida en la Tierra y la supervivencia de la humanidad.

Finalmente podremos entonar la canción carnavalesca: “¡Libertad, Libertad! Abre tus alas sobre nosotros Y que la voz de la igualdad sea siempre nuestra voz” y de toda la humanidad.

*Leonardo Boff, teólogo, filósofo y escritor, ha escrito El doloroso parto de la Madre Tierra, Vozes 2021; Habitar la Tierra, Vozes 2022.

Traducción de MªJosé Gavito Milano

 

Fuente de la Información: https://leonardoboff.org/2022/09/09/la-independencia-inconclusa-de-brasilpero-promesa-de-un-futuro-para-toda-la-humanidad/

Comparte este contenido:

Brasil: Pueblos indígenas: nuestros maestros y doctores en ecología

Pueblos indígenas: nuestros maestros y doctores en ecología

Leonardo Boff

La cuestión de los pueblos originarios ha los titulares nacionales e internacionales con el reciente asesinato del indigenista Bruno Pereira y del periodista inglés Dom Phillips en el Valle del Jari amazónico y sobre todo por el abandono que aquellos han sufrido por parte del gobierno actual, de corte genocida, por largo tiempo y en particular durante la pandemia de Covid-19 que debe haber costado la vida de cerca de mil indígenas.

Sorprendente, aunque tardía, fue la petición de disculpa del Papa Francisco, en su visita a Canadá en julio, a las familias de niños indígenas, arrancados de su medio e internados en colegios católicos en los que hubo muchas muertes. Ellos no se contentaron con esa disculpa papal. Uno de los líderes dijo valientemente al Papa: dejen de empujarnos a superar esta tragedia, queremos que nos entiendan, que respeten nuestra sabiduría ancestral, que favorezcan nuestra curación y nos dejen vivir según nuestras tradiciones. Algo parecido dijeron los indígenas bolivianos con ocasión de la visita del Papa Juan Pablo II: la Biblia que nos traen, dénsela a los europeos, ellos la necesitan más que nosotros porque fueron ellos quien de forma deshumanizadora nos colonizaron y casi acabaron con nosotros.

Nunca hemos pagado la deuda centenaria que tenemos con los pueblos originarios brasileros, latinoamericanos y caribeños. Ellos son los huéspedes originarios de estas tierras que les están siendo invadidas y robadas en función de la voracidad de los madereros, los buscadores de oro y la minería.

El cuidado hacia todo lo que existe y vive

Ahora que estamos en alarma ecológica planetaria, sin saber qué soluciones encontrar ante el creciente calentamiento del planeta, descubrimos finalmente cómo esos pueblos tratan con sabiduría la naturaleza, el cuidado de las selvas y de la Madre Tierra. Ellos son nuestros maestros y doctores en el sentimiento de pertenencia, de hermandad y de respeto por todo lo que existe y vive. Alimentan una profunda concordia entre ellos y con la comunidad de vida, cosa que nosotros hemos perdido desde hace siglos. Estamos sufriendo los daños irreversibles de nuestra devastación. Aún no hemos sacado las lecciones que Gaia, la Pachamama y Madre Tierra nos está dando con la irrupción del Covid-19. Buscamos volver al orden anterior, que es justamente el que propició la irrupción de numerosos virus, el último, la viruela del mono.

ntegración sinfónica con la naturaleza

El indio se siente parte de la naturaleza y no un extraño dentro de ella. Por eso en sus mitos, los seres humanos y otros seres vivos conviven y se casan entre sí. Intuyeron lo que sabemos por ciencia empírica: que todos formamos una cadena única y sagrada de vida. Ellos son eximios ecologistas. La Amazonia, por ejemplo, no es tierra intocable. A lo largo de miles de años, las decenas de naciones indígenas que viven allí interactuaron sabiamente con ella. Casi el 12% de toda la selva amazónica de tierra firme ha sido manejada por ellos, promoviendo “islas de recursos”, desarrollando especies vegetales útiles o bosques con alta densidad de castaños de Brasil y frutas de toda especie. Fueron plantadas y cuidadas para sí y para aquellos que por ventura pasasen por allí.

Los Yanomami saben aprovechar el 78% de las especies de árboles de sus territorios, teniendo en cuenta la inmensa biodiversidad de la región, que es del orden de 1200 especies por área del tamaño de un campo de fútbol . Para ellos la Tierra es la Madre del indio. Está viva y por eso produce todo tipo de seres vivos. Debe ser tratada con la reverencia y el respeto que se debe a las madres. Nunca hay que abatir animales, peces o árboles por puro gusto, sino solo para atender necesidades humanas. Incluso así, cuando se derriban árboles o se hacen cazas y pescas mayores, organizan ritos de disculpa para no violar la alianza de amistad entre todos los seres.

Esa relación sinfónica con la comunidad de vida es imprescindible para garantizar el futuro común de la propia vida y el de la especie humana.

Sabiduría ancestral

Conociendo un poco las distintas culturas indígenas, identificamos en ellas una profunda capacidad de observación de la naturaleza con sus fuerzas y de la vida con sus vicisicitudes. Su sabiduría se tejió a través de la sintonía fina con el universo y de la escucha del lenguaje de la Tierra. Saben mejor que nosotros unir el cielo con la tierra, integrar vida y muerte, compatibilizar trabajo y diversión, confraternizar el ser humano con la naturaleza. En este sentido ellos son altamente civilizados aunque su tecnología sea finísima pero no contemporánea.

Intuitivamente acertaron con la vocación fundamental de nuestro efímero paso por este mundo que es captar la majestad del universo, saborear la belleza de la Tierra y sacar del anonimato al Ser que hace ser a todos los seres, llamándolo con mil nombres Palop, Tupã, Ñmandu y otros. Todo existe para brillar. Y el ser humano existe para danzar y festejar ese brillo.

Esa sabiduría necesita ser rescatada por nuestra cultura secularista y nada respetuosa de las distintas formas de vida. Sin ella difícilmente pondremos límites al poder que será capaz de destruir nuestro sonriente Planeta vivo.

Actitud de veneración y de respeto

Para los pueblo indígenas, así como para algunos de nuestros pensadores contemporáneos, como el recientemente fallecido James Lovelock, el formulador de la teoría de la Tierra como Gaia, todo está vivo y todo viene cargado de mensajes que hay que descifrar. El árbol no es solo un árbol. Él se comunica por sus olores. Tiene brazos que son sus ramas, tiene mil lenguas que son sus hojas, une el Cielo con la Tierra por sus raíces y por la copa. Ellos consiguen naturalmente captar el hilo que liga y re-liga todas las cosas entre sí y con la Divinidad. Cuando danzan y toman las bebidas rituales realizan llevan una experiencia de encuentro con lo Divino y con el mundo de los ancianos y de los sabios que están vivos en el otro lado de la vida. Para ellos lo invisible es parte de lo visible. Es importante aprender esta lección de ellos.

La libertad, la esencia de la vida indígena

La falta de libertad de los días actuales nos atormenta. La complejidad de la vida, la sofisticación de las relaciones sociales generan sentimientos de prisión y de angustia. Los pueblos indígenas nos dan testimonio de una inconmensurable libertad. Bástenos la declaración de los grandes indigenistas, los hermanos Orlando y Cláudio Villas Boas: “El indio es totalmente libre, sin tener que dar satisfacción de sus actos a nadie… Si una persona da un grito en el centro de São Paulo, una radiopatrulla puede llevarlo preso. Si un indio diera un tremendo chillido en medio de la aldea, nadie le mirará ni le preguntará por qué gritó. El indio es un hombre libre”. Esa libertad está muy bien representada por el extraordinario liderazgo de Ailton Krenak y por sus escritos.

La autoridad, el poder como servicio y despojamiento

La libertad vivida por los índígenas confiere una marca singular a la autoridad de sus caciques. Estos nunca tienen poder de mando sobre los demás. Su función es de animación y de articulación de las cosas comunes, respetando siempre el don supremo de la libertad individual. Especialmente entre los Guaraní se vive ese elevado sentido de la autoridad, cuyo atributo esencial es la generosidad. El cacique debe dar todo lo que le piden y no debe guardar nada para sí. En algunas comunidades se puede reconocer al jefe en la persona de quien lleva los ornamentos más pobres, pues todo el resto ha sido donado. Nosotros los occidentales definimos el poder bajo su forma autoritaria: “la capacidad de conseguir que el otro haga lo que yo quiero”. Debido a esta concepción, las sociedades están desgarradas permanentemente por conflictos de autoridad.

Imaginemos el siguiente escenario: en el caso de que el cristianismo se hubiese encarnado en la cultura social guaraní y no en la greco-romana, tendríamos entonces curas pobres, obispos miserables y el papa, un verdadero mendigo. Pero su marca registrada sería la generosidad y el servicio humilde a todos. Entonces sí, podrían ser testigos de Aquel que dijo: “estoy entre vosotros como quien sirve”. Los indígenas habrían captado ese mensaje como connatural a su cultura y, tal vez, se habrían adherido libremente a la fe cristiana.

Como se deduce de todas estas cosas, reafirmo, los indígenas puede ser nuestros maestros y nuestros doctores, como se decía de los pobres en la Iglesia primitiva.

*Leonardo Boff ha escrito El casamiento entre el Cielo y la Tierra, cuentos de indígenas brasileros (con un suplemento sobre datos actualizados de su universo), Planeta 2022.

Traducción de Mª José Gavito Milano

Fuente de la Información: https://leonardoboff.org/2022/08/08/pueblos-indigenas-nuestros-maestros-y-doctores-en-ecologia/

 

Comparte este contenido:

Brasil: Presente en nuestro ADN, el amor vencerá el odio del bolsonarismo

Presente en nuestro ADN, el amor vencerá el odio del bolsonarismo

Leonardo Boff

Una figura siniestra, claramente poseída por la pulsión de muerte y de odio fue elegida presidente de Brasil. Parece haber sufrido una lobotomía, pues extrañamente está ausentes en él cualquier sentimiento de empatía hacia los millones de familias enlutadas por la acción mortal del Covid-19. Se hizo aliado suyo, pues lo minimizó, ridiculizó y combatió, siendo responsable de gran parte de las más de 600 mil víctimas. La distorsión de la realidad, las fake news y la mentira componen el menú de la política gubernamental. Ha sembrado odio y espíritu de venganza entre sus seguidores, ha apoyado prácticas criminales con respecto a la Amazonia y discriminatorias contra la población indígena, negra, quilombola, de otra condición sexual y, en general, contra los pobres y marginalizados.

 Esta triste figura, que no posee un centro psíquico, consiguió sacar a la luz las distintas sombras que acompañan a nuestra sociedad, desde el genocidio indígena, la colonización, la esclavitud y la dominación de las élites opulentas que siempre ocuparon el estado y sus aparatos en beneficio propio y a costa del bienestar de las grandes mayorías. Ha liberado la dimensión dia-bólica (que divide) que habita en los sótanos oscuros de la psique personal y colectiva, hasta el punto de hacer desaparecer la dimensión sim-bólica (la que une), la que nos hace verdaderamente humanos y sociables. El asesinato por razones políticas cometido por un bolsonarista en Foz de Iguaçu, no exime de responsabilidad moral al presidente, pues él dio luz verde para el uso de la violencia.

 Esta ola de odio que está inundando varias naciones en el mundo, pero de forma exponencial entre nosotros, hizo que el eminente intelectual norteamericano Noam Chomsky, casado con una brasilera, dijese recientemente: “Brasil es un caso especial; raramente he visto un país donde elementos de la élite tengan tanto desprecio y odio hacia los pobres y hacia el pueblo trabajador”.

 A ese odio debemos contraponer el amor, la amorosidad, que decía Paulo Freire, promover aquellos valores a los que el presidente, sus hijos y sus seguidores jamás podrán referirse: el amor, la solidaridad, la fraternidad, el cuidado de unos a otros y a la naturaleza, el derecho de cada uno a tener un pedacito de Tierra, la Casa Común, que Dios destinó a todos, una vivienda decente, el cultivo de la compasión con los que sufren, el respeto, la comprensión, la renuncia a todo espíritu de venganza, la transparencia de los actos gubernamentales y el derecho a ser feliz. Todos estos valores son negados teórica y prácticamente por la verdadera secta bolsonarista.

 Abordaré el tema del amor, no en el sentido ético/moral, filosófico y teológico. Me basaré solo en su base biológica, tan bien formulada por los científicos Humberto Maturana y James D. Watson, que junto con Francis Crick decodificó en 1953 el código genético.

 El biólogo chileno Humberto Maturana, en sus estudios sobre la autopoyesis, es decir, sobre la autoorganización de la materia de la cual resulta la vida, mostró cómo el amor irrumpe desde dentro del proceso evolutivo. En la naturaleza, afirma él, se constatan dos tipos de conexiones (él las llama acoplamientos) de los seres con el medio y entre sí: uno necesario, ligado a la propia subsistencia y otro espontáneo, vinculado a relaciones gratuitas, por afinidades electivas y por puro placer, en el fluir del propio vivir.

 Cuando ocurre esta última, incluso en estadios primitivos de la evolución hace miles de millones de años, surge ahí la primera manifestación del amor como fenómeno cósmico y biológico de relaciones mutuas. En la medida en que el universo se expande y se vuelve más complejo, esa conexión espontánea y amorosa tiende a incrementarse. A nivel humano gana fuerza, se hace un proyecto consciente de vida y se convierte en el móvil principal de las acciones humanas (Cf. El árbol de la vida: la base biológica del entendimiento humano, 1955).

 El amor se orienta siempre hacia el otro. Significa una aventura abrahámica, de dejar su propia realidad e ir al encuentro del otro, hombre o mujer, y establecer una relación de afectividad, de alianza vital y de amor.

 Whatson, en su voluminoso libro DNA: el secreto de la vida (2005) afirma explícitamente: «En el DNA, el manual de instrucciones de la creación humana, el amor pertenece a la esencia del ser humano. Aunque yo no sea religioso no dejo de ver elementos profundamente verdaderos, escritos por San Pablo en su primera Carta a los Corintios (13,1-13): “aunque hablase en lenguas, las de los hombres y las de los ángeles… y tuviese el don de la profecía, el conocimiento de todos los misterios y de toda la ciencia… si me falta el amor, no sería nada”. Continúa Whatson: «Pablo, a mi entender, reveló con claridad la esencia de nuestra humanidad; el amor, ese impulso que nos hace tener cuidado del otro, fue lo que permitió nuestra supervivencia y éxito en el planeta; es impulso creo que es el que salvaguardará nuestro futuro… tan fundamental es el amor para la naturaleza humana. Estoy seguro de que la capacidad de amar está inscrita en nuestro ADN; un Pablo secular como yo diría que el amor es el mayor don de nuestros genes a la humanidad» (p.413-414).

 Como podemos ver, quienes hacen tales afirmaciones son científicos de la mayor seriedad y reconocimiento internacional. El amor pertenece a nuestra naturaleza esencial. Obrando en contra de él, como lo hace el presidente y el bolsonarismo, se sitúan a contramarcha de la humanidad y de la lógica del universo. De ahí su maldad y perversidad.

 La sociedad brasilera no puede construirse sobre esta barbarie y antihumanismo. El pueblo deberá rechazar su reelección, no solo por razones ético-morales-políticas y de buen sentido, sino también por razones científicas.

 De su boca oí y de su ejemplo aprendí lo que mi padre legó a toda la familia: “Quien no vive para servir, no sirve para vivir”. El presidente actual no sirve al pueblo brasilero, peor aún, niega aquella energía única que crece y se renueva cuanto más es vivida y donada: el amor. Amor, repito, negado al pueblo brasilero, a la naturaleza y a la Madre Tierra.

 *Leonardo Boff es teólogo, filósofo y ha escrito: Brasil: concluir la refundación o prolongar la dependencia, Vozes 2018; La busca de la justa medida, Vozes 2022.

 

Traducción de MªJosé Gavito Milano

 

Fuente de la Información: https://amerindiaenlared.org/contenido/21806/presente-en-nuestro-adn-el-amor-vencera-el-odio-del-bolsonarismo-/

Comparte este contenido:

Mundo: Guerra global. Detengámoslo

Guerra global. Detengámoslo

Leonardo Boff

Por un pacto mundial, ahora, por un devenir común y universal de justicia y paz

                   Sobre la “guerra en Ucrania”

Publicamos este texto de extrema importância, elaborado pelo movimento mundial, aqui por seu ramo italiano,            

AGORA DOS HABITANTES DA TERRA- Itália.

Sem deixar de denunciar o ato criminoso da Rússia invadindo a Ucrânia, trata-se de desvendar o que se esconde por detrás desta guerra devastadora (o enfrentamento dos USA/NATO) contra a Russia/China).Verifica-se uma transformação geopolítica de graves consequências: a substituição da soberania dos estados pelos interesses e as estratégias das grandes corporações globais, a maioria estadounidenses, que tomam as principais decisões politico-economico-geoestratégicas e trabalham para menter a hegemonia global, com a possibilidade de uma guerra total. Se ela ocorrer, será realmente total : sobrarão poucos para contar a história e estes terão que recomeçar a aventura humana, sob terrível empobrecimento e pesadíssimas dificuldades. Daí a importância de tomarmos conhecimento deste texto, divulgado pelo principal promotor da AGORA DOS HABITANTES DA TERRA : Riccardo Petrella, notório economista que por anos chefiou o centro de investigações científicas da Comunidade Europeia em Bruxelas e o articulador da busca de um Pacto Mundial ao redor do tema da AGUA da qual todos dependem. L.Boff  

*****************         

Declaración del Ágora de los Habitantes de la Tierra – Italia

La naturaleza de la “guerra en Ucrania”

La inadmisible invasión de Ucrania por parte de la Rusia de Putin es un acto criminal, contrario a todas las normas del derecho internacional y de los derechos humanos. Se trata, a primera vista, de una “guerra entre rusos y ucranianos”, cuyos motivos estallaron sobre todo tras el colapso de la Unión Soviética en 1989 y la declaración de independencia de Ucrania en 1991. Dio lugar a violentos conflictos en 2004 y, en 2014, tras el golpe de Estado perpetrado por un grupo de nacionalistas ucranianos, fascistas-nazis, con el fuerte apoyo (ampliamente documentado) de Estados Unidos El golpe de Estado llevó a la sustitución del presidente prorruso elegido por un presidente no elegido, antirruso y prooccidental/proamericano. Estados Unidos lleva años pilotando el giro antirruso de la “nueva” Ucrania con muchos dólares y ayudas. La recuperación del control de Crimea por parte de Rusia en 2014 y su apoyo al levantamiento independentista contra el gobierno ucraniano de las poblaciones rusas de las regiones de Donetsk y Lougansk se consideraron inevitables. Por su parte, Estados Unidos intensificó y aceleró su acción, a través de la OTAN, presentándose como los defensores y liberadores de Ucrania y de toda Europa del Este frente a los objetivos expansionistas de Rusia.

Como se desprende de lo anterior, las razones internas ruso-ucranianas por sí solas no habrían conducido a la actual invasión masiva si no hubiera habido otras razones que demuestran que la “guerra en Ucrania” es sobre todo y esencialmente la última (?) fase de la guerra entre Estados Unidos y la URSS (más tarde Rusia), que durante décadas dividió el mundo en dos bloques y sembró la semilla del odio, el conflicto y las guerras entre los pueblos y entre grupos sociales dentro de los propios pueblos.

 Para ser más precisos, todo indica que vivimos, desde hace unos veinte años, una nueva fase histórica, la de la “guerra global”. ¿Qué se entiende por “guerra global”?

               Una guerra global

Podemos definir la actual “guerra en Ucrania” como una de las principales expresiones violentas en curso de una “guerra global” a escala planetaria. Por tres razones.

La primera razón. Dado el gran desequilibrio que se ha acumulado en los últimos treinta años entre EE.UU. y la OTAN, por un lado, y Rusia, por otro, en beneficio de EE.UU., el principal interés que lleva a EE.UU. y a (“su”) OTAN a apoyar activamente la guerra en Ucrania no es la defensa del pueblo ucraniano. Es, sobre todo, la oportunidad que se les ofrece de reducir en gran medida la “potencia mundial Rusia” militar y políticamente. Durante al menos veinte años, Estados Unidos se ha estado preparando para la guerra contra Rusia intentando sistemáticamente ampliar la presencia operativa de la OTAN en todos los territorios fronterizos con Rusia, incluida la Ucrania “independiente”. Y esto, a pesar de las promesas hechas en repetidas ocasiones y los acuerdos firmados con Rusia sobre la no ampliación de la OTAN hacia el Este. Y lo hicieron, a pesar de las protestas de Rusia, con el golpe de Estado de 2014. Con la petición oficial de Finlandia y Suecia de ingresar en la OTAN estos días, todos los vecinos europeos de Rusia (considerando a Bielorrusia como aliado de Rusia) forman ya parte de la OTAN. Así es el Muro de Berlín. El muro ofensivo armado de Estados Unidos contra Rusia en suelo europeo tiene más de 2.000 km de longitud, y lo más importante es que está repleto de armas, incluidas cabezas nucleares, a sólo unos minutos de Moscú.

Para Estados Unidos, y la gran mayoría de los Estados miembros de la OTAN, el objetivo de la “guerra de Ucaina” está claro: a) ganarla para reducir el poder mundial ruso, b) mantener así la supremacía militar y política mundial, c) reducir la dependencia energética y alimentaria de Occidente con respecto a Rusia y promover los intereses de poder económico de los grandes grupos multinacionales estadounidenses y europeos, también para “legitimar” inversiones cada vez más masivas en energía nuclear e incluso en energías falsamente renovables (como el gas de esquisto), desafiando los objetivos del desarrollo sostenible mundial.

Esto explica por qué, en respuesta a una reciente insinuación del ucraniano Szelenski sobre una (¿sincera?) apertura a las conversaciones de alto el fuego, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, declaró enfáticamente que la UE quiere que Ucrania gane la guerra, y el secretario general de la OTAN, el sueco Stontelberg, anunció que se necesitaría un tiempo más largo y doloroso para lograr la victoria final de Ucrania sobre Rusia. La decisión del presidente Biden de destinar 33.000 millones de dólares(trilhões em português) a la reconstrucción de Ucrania va en la misma dirección: no a la paz, sino a ganar la guerra contra Rusia y a reducir a Ucrania a una nueva colonia y a un nuevo Estado “aliado” (satélite).u Los llamamientos a no ayudar a Ucrania con armas, sino a buscar lo más rápidamente posible el cese de la guerra con Rusia, han quedado fuera de lugar. El poder de los ucranianos para decidir sobre la guerra es muy reducido. Estados Unidos y la UE, a través de la OTAN, deciden. Así es la “libertad para los ucranianos”. La declaración del 14 de mayo en Florencia de Josehp Borrel, Alto Representante de la UE para Asuntos Internacionales, “Al ayudar a Ucrania, nuestra voluntad es defender a los más débiles de los más fuertes” es pura mistificación.

Denunciamos como irresponsable y criminal esta voluntad declarada de guerra y destrucción de la que las principales víctimas directas son los pueblos ucraniano y ruso e, indirectamente, los pueblos más pobres de África y Asia que están sufriendo y muriendo de hambre en mayor número que nunca debido a los efectos desastrosos en la distribución del grano producido en Ucrania como resultado de las sanciones económicas (y las represalias rusas). adoptadas por la UE para castigar y poner de rodillas a la economía rusa.

Las ambiciones dictatoriales de Putin para reconstituir el poder de la Gran Rusia zarista no son los únicos factores clave en la guerra de Ucrania.  También denunciamos las mistificaciones, las mentiras y la hipocresía de los beligerantes no declarados, pero reales, que, desafiando los tratados, los acuerdos y las promesas, han cometido claras violaciones del derecho internacional y han contribuido masivamente a exacerbar y alimentar la guerra en curso con la voluntad de ganarla.

La segunda razón muestra la importancia de las estrategias geopolíticas y militares globales en relación con la “guerra en Ucrania” . La premura y el empecinamiento con que Estados Unidos/OTAN y, en posiciones subordinadas, la UE, quieren ganarse a Rusia empezando por Ucrania se debe a un elemento crucial. . Desde hace algunos años, Estados Unidos no hace más que atacar abiertamente a China, alegando que la considera su nuevo enemigo sistémico. Y Europa ha adoptado la misma línea estratégica: el Presidente de la Comisión Europea ha declarado que China es el enemigo sistémico de Europa.

En realidad, los cambios científicos y tecnológicos unidos a los cambios económicos y sociales de los últimos 30 años- han consolidado la supremacía mundial militar y política de Estados Unidos, a pesar de su indecorosa derrota (el abandono precipitado de los estadounidenses en Afganistán) y su desastrosa presencia militar en Siria – han hecho desaparecer el enfrentamiento ideológico-cultural entre el capitalismo y el comunismo, habiendo adoptado la inmensa mayoría de las potencias mundiales (Estados miembros del G20), incluida Rusia, los principios básicos de la economía global de mercado, competitiva y financiera a nivel internacional. El comunismo ha desaparecido como enemigo radical del capitalismo. Lo mismo puede decirse del socialismo histórico;

– Durante un tiempo, surgieron en su lugar movimientos islamistas extremistas, que han sido y siguen siendo el origen de algunas crisis y guerras “locales”;

– han cambiado la naturaleza de los titulares del poder político y la “soberanía del pueblo”. El poder político de los Estados y de los parlamentos “nacionales” ha pasado laxamente a manos de entidades privadas, especialmente de las grandes empresas multinacionales, globales, industriales, comerciales y financieras. El poder de control e influencia de estos sujetos sobre las decisiones y estrategias políticas de los estados se ha hecho cada vez más fuerte y, curiosamente, también aceptado por la mayoría de los ciudadanos. Por lo tanto, se puede afirmar que la soberanía “nacional” sigue siendo, a nivel jurídico e institucional y formal, la de los estados, mientras que la soberanía real del pueblo está hoy en manos de un “pueblo” muy restringido e “irresponsable” políticamente de los pocos poderosos financieros, industriales, comerciales y tecnológicos del mundo. Piense en el mundo de los negocios y las finanzas en los sectores de la energía, la agroindustria, el medio ambiente, la salud, la información y la comunicación.  El control y el uso, por ejemplo, de las tecnologías de procesamiento de datos, de la información y de la comunicación juegan un papel crucial en la “guerra de Ucrania”, ‘ especialmente por parte de la OTAN-EEUU, que está bastante más avanzada que Rusia en este campo gracias a las grandes empresas “globales” estadounidenses ;

Así, la seguridad económica de un país se ha convertido, de facto, tras la coartada de la cortina de humo de la “seguridad nacional”, en la seguridad de los intereses de las empresas multinacionales más fuertes de los distintos países. Este es el caso macroscópico de los tres fondos de inversión privados más poderosos del mundo, los tres de Estados Unidos. Sólo el fondo de BlackRock gestiona 9,5 billones de dólares, ¡el doble de la riqueza producida por Alemania en 202!  Lo mismo ocurre con GAFAM (Google, Apple, Facebook,Amazon, Microsoft), y Big Pharma (de las quince primeras empresas del mundo, 12 son estadounidenses)…

La combinación de estos “senores de la Tierra” ha convencido a Estados Unidos, apoyado por sus alianzas militares en todos los continentes, como la OTAN, de que la supremacía mundial político-militar, tecnológica y económica de Estados Unidos sigue siendo buena para el mundo, renovando un eslogan en boga a principios de los años 50: “Lo que es bueno para Estados Unidos es bueno para el mundo“.  Cualquier intento o desarrollo que ponga en peligro el mantenimiento de esta supremacía se considera un enemigo de la supremacía mundial de los Estados Unidos y, por tanto, según ellos, del buen estado del mundo y del bienestar de la población mundial.

Ahora, la globalización económica y las “revoluciones” tecnológicas han contribuido a que China se convierta en la segunda gran potencia económica moderna del mundo, incluso la primera en términos de producto interior bruto.  La supremacía de Estados Unidos está en cuestión. Estados Unidos teme que China logre imponer el yuan como moneda preferida para el comercio mundial en lugar del dólar y que llegue a ocupar una posición de liderazgo en los mercados financieros gracias a las monedas virtuales, en particular los BitCoins. La supremacía de Estados Unidos en los medios de comunicación actuales en la red también está amenazada por la nueva generación asiática, bajo el impulso del enorme mercado potencial chino.

El interés directo de Estados Unidos/OTAN en la guerra de Ucrania encaja en este contexto global. Su victoria sobre Rusia en nombre (?) de los valores occidentales y mundiales de libertad y justicia contribuiría, según sus expertos, a devolver la credibilidad y la luz a Estados Unidos en la escena mundial.

Considere el hecho de que estamos en presencia de una guerra lanzada por los Estados Unidos simultáneamente a) contra el mundo y b) contra la vida de la Tierra.

La tercera razón cierra el círculo de la “lógica” y las características de la “guerra global”.

Cuando el presidente Biden advirtió a Putin de que Estados Unidos no toleraría ni un centímetro de ocupación rusa en suelo ucraniano, expresó claramente la visión de la dominación mundial según la cual Ucrania “es nuestra”. De la misma manera que en los siglos XIX y XX afirmaron que América (las dos Américas en su conjunto) “es nuestra” (bajo la Doctrina Hoover. (principios de 1900)

Y cuando el pasado mes de octubre, la empresa privada NYSE, que gestiona la Bolsa de Wall Street, la más importante del mundo, decidió con plena soberanía e independencia jurídica abrir una nueva clase de activos financieros, es decir, todos los elementos del mundo natural del planeta, según la propuesta del fondo de inversión BlackRock, estamos claramente ante una oferta de apropiación financiera privada  de la vida por parte de los operadores bursátiles del mundo sobre una base globoamericana. Además, esto ya está ocurriendo en el sector de los cereales en los mercados mundiales. Miles de accionistas de las grandes empresas agroalimentarias obtienen pingües beneficios (por ejemplo, Syngenta) mientras cientos de millones de personas que ya padecen hambre ven cómo sus condiciones empeoran, sufren y mueren de inanición. Así, cuanto más continúan las guerras, más se maltrata, empobrece y priva a las poblaciones de los países más débiles (incluidos los migrantes), y más aumentan los beneficios de los fabricantes y exportadores de armas, entre los que sobresalen Estados Unidos, el Reino Unido, Francia y Alemania….; y luego China, Rusia y la India de Modi.

Denunciamos la transformación y reducción del mundo en un campo global de guerra tecnológica, militar, política, económica, social y cultural. Haber transformado la seguridad del poder global y la supremacía de las corporaciones y grupos dominantes estadounidenses globales en seguridad económica global y, a partir de ahí, en seguridad militar global es un acto de dominación e irresponsabilidad global. Es inaceptable que la estrategia de la agenda mundial para los próximos 15 años se defina y subyugue a la guerra global lanzada por Estados Unidos contra China. Es un robo del futuro del mundo.

Pensemos, por poner sólo un ejemplo muy paradigmático, en la forma en que los grupos gobernantes estadounidenses intentaron desacreditar las vacunas chinas (y también las rusas y cubanas) contra el cólera 19 alegando que las vacunas buenas, sicuras, eran sólo las estadounidenses y, en segundo lugar, las europeas. No sólo eso, sino que lucharon ferozmente contra la petición de Sudáfrica y la India hace dos años de suspender temporalmente las normas de la OMC (Organización Mundial do Comercio) sobre derechos de propiedad intelectual privada (patentes sobre la vida). Para los dirigentes estadounidenses, los derechos privados de las patentes sobre organismos vivos, de los que poseen una gran parte, son un principio inalienable e inexpugnable de su supremacía y no quieren perderlo. No quieren transferir las competencias en este ámbito a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la ONU porque corren el riesgo de ser superados. Por el contrario, mantienen las competencias de la OMC (Organización Mundial del Comercio) porque allí conservan un poder decisivo de decisión.   La salud de casi tres mil millones de personas no cuenta. Sólo cuenta la defensa de los intereses de poder económico de los grandes grupos globales estadounidenses.

Nunca antes había existido una lógica de dominación tan explícita.

¿QUÉ HACER?

Como Ágora de los Abiotats de la Tierra, consideramos urgente denunciar la inaceptabilidad e ilegalidad de esta guerra global fundada en el principio de la dominación y la mercantilización y privatización de la vida.

Los universos del “yo” han aniquilado los universos del “nosotros” (excepto el nacional-corporativista, socio-racista y xenófobo, y el ultraliberal “Sólo el más fuerte sobrevivirá”).

Denunciamos el espíritu corrosivo y destructivo de despojo de los derechos universales de todos los habitantes de la Tierra, los seres humanos y las demás especies derrotadas de la comunidad de vida de la Tierra.

Deploremos la cultura del odio que esta guerra global está reforzando contra todos aquellos que no aceptan ser sometidos a la actual dominación neocolonial global. en particular de la superpotencia EEUU/OTAN/UE.

¡Un pequeño ejemplo de la gran hipocresía y cinismo al que ha llevado la actual guerra de globos: la UE también ha sacado para financiar su ayuda económica y militar a Ucrania de un fondo ad hoc “para acciones a favor de la paz” (sic)!

Denunciamos la ausencia de formas de gobierno mundial plural, democrático y participativo desde lo local a lo global, pluricomunitario, promotor y defensor de los derechos de y a la vida de todos los habitantes de la Tierra.

Los actuales grupos dominantes no quieren ese gobierno. Quieren dominar. Son depredadores.

Luchamos por el reconocimiento de la Humanidad como sujeto institucional jurídico y político para regular la convivencia global.

La invasión militar de Rusia en Ucrania es un desastre, un acto criminal. Es el producto nefasto e inaceptable de la igualmente nefasta e inaceptable “guerra global” en curso.

La guerra nunca ha resuelto los problemas, sólo ha destruido vidas humanas y la vida de los militares de la Tierra.

Por lo tanto, proponemos

a) Lo obvio: el cese de las operaciones militares, con el compromiso por parte de Rusia de retirar sus tropas más allá de las fronteras de los territorios invadidos el pasado mes de febrero, y por parte de Ucrania de dejar de recibir ayuda militar de EE.UU. y la UE de acuerdo con los Tratados de Minsk, y por parte de EE.UU. de dejar de obligar a Ucrania a entrar en la OTAN;

b) La apertura de negociaciones de paz entre rusos y ucranianos para un pacto de “No más guerra entre Rusia y Ucrania”;

c) Negociaciones entre Rusia y la Unión Europea para un nuevo acuerdo para el siglo XXI de cooperación y seguridad paneuropea, sin la participación de EE.UU., China, India, Brasil, pero invitados a asistir como observadores amistosos;

d) La salida de la OTAN de aquellos países europeos que lo deseen en el contexto de una revisión en profundidad del estatus y las funciones “atlánticas” de la OTAN para tener en cuenta los cambios mundiales y las nuevas necesidades sociales y medioambientales;

e) La apertura de un proceso “fundacional” de una Comunidad Europea basada en la paz mediante, entre otras cosas, i) la propuesta de abandono unilateral de las armas nucleares por parte de la nueva ONU y ii) la coforamción de un ejército civil europeo;

f) La puesta en marcha en la ONU a partir de 2025, incluso antes de que finalice la Agenda 2015-2030, de la definición de un Pacto Global por la Paz, la Seguridad y la Solidarisa  entre todos los habitantes de la Tierra para la preservación y el cuidado de la comunidad global de vida de Tezrra.  Proponemos que este Pacto se llame “La Agenda 2045” en honor al centenario de la naciación de la ONU.

Hay que liberar el devenir de la vida, de los pueblos y de la comunidad mundial de las hipotecas excluyentes y piratas del nacionalismo, de la apropiación privada mercantil de los bienes comunes esenciales e insoportables para la vida, del rendimiento financiero totalitario, de los imperativos tecnocráticos que anteceden a la vida y a la fraternidad.

La libertad y la justicia son asesinadas cuando son dominadas por la libertad del poder adquisitivo. El sentido y los derechos de la vida no están en venta y no se pueden comprar.

17 de mayo de 2022

 

Fuente de la Información: https://leonardoboff.org/2022/05/21/guerra-global-detengamoslo/

Comparte este contenido:
Page 2 of 17
1 2 3 4 17