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Formación y Evaluación Docente como mercancía del Complejo Cultural Industrial

Por: Lev Moujahid Velázquez Barriga.

 

La educación no es ajena a los cambios que se están dando con las reconfiguraciones del sistema mundo capitalista. Las compañías digitales, de la información, el conocimiento y del complejo cultural industrial ven en las evaluaciones estandarizadas y la formación docente un medio de producción para movilizar la economía cognitiva, generando necesidades formativas, mercancías culturales e inmateriales para el hiperconsumo provocado por las modas pedagógicas y por la incertidumbre laboral que depende del desempeño de los exámenes, presentándolas como imprescindibles para alcanzar la calidad industrial de los sistemas educativos, desviando recursos estatales hacia el sector empresarial.

Palabras clave: formación, evaluación, docente, educación, capitalismo, cognitivo, cultural, industrial.

En los últimos tiempos hemos vivido cambios sustanciales que han impactado en las formas de reproducción del capitalismo, un nuevo tipo de empresa repunta hacia la cima de la acumulación de riqueza. De pronto, los dueños de compañías de ventas por internet como “Amazon.com”, de administración de redes sociales como “Facebook” y “Whatsapp”, de buscadores de internet como “Google” ocupan los primeros lugares entre las personas más acaudaladas del planeta (Forbes, 2018).

Esta nueva economía tiene como base de su desarrollo la digitalización, el conocimiento, la información, la comunicación y la innovación; todas esas cosas en su conjunto son parte de las mercancías que Ricardo Antúnez llama abstractas, intangibles o inmateriales (Antúnez, 2008) y que se han convertido en elementos imprescindibles para dinamizar el sistema mundo de nuestro tiempo, caracterizado como capitalismo cognitivo (Mejía, 2008) (Moullier, 2014). Las economías digitales y del conocimiento han trastocado las bases organizacionales de las empresas, la estructura de las unidades productivas, la circulación de las mercancías y los patrones de consumo; los centros comerciales abiertos o cerrados a donde la gente acudía masivamente a comprar están siendo cada vez más desplazados por el consumo online, el mundo del capital cabe en una casa, parafraseando a Luis Bonilla (Bonilla-Molina, Síntesis, 2017).

Estas transformaciones radicales en lo económico, también trastocan la composición y el funcionamiento del Estado, del consejo corporativo que lo ha de administrar, así como la orientación de sus políticas gubernamentales en todos los sentidos; desde luego, la política educativa y el sistema nacional en donde se aterriza no están exentos de dichos cambios. Detrás de cada peón en el tablero de las instituciones educativas estatales avanzan los intereses privados de los magnates del capital cognitivo y del complejo cultural industrial (Bonilla-Molina, Rebelión, 2017)[1]; hablamos de los corporativos de las telecomunicaciones, la industria cultural, las tecnologías de la información y la comunicación, que a través de sus compañías transnacionales cogobiernan y toman rectoría del sistema educativo en sus manos para reproducir sus valores de consumo, formar el capital humano que necesitan y transferir valores monetarios o inmateriales para su proceso de acumulación.

Estos poderes económicos del capitalismo cognitivo y del complejo cultural industrial han demandado hacer toda una reingeniería de la educación, pero además colocando directamente a sus empleados para dirigirla; no es fortuito que al frente de la Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente, institución responsable de la formación de los maestros, designaran a quien fuera nombrada como “vendedora diamante” de la empresa multinivel para venta de productos en red, por catálogo, de mano en mano y por internet, “Amway” (Hernández, Miss Amway y la evaluación universal, 2012), aun cuando carece de antecedentes dignos de mención en la academia, en la investigación educativa o como profesora.

Tampoco es una casualidad que la formación continua de los docentes haya retomado el estilo motivacional, del éxito personal, del positivismo excesivo, de la capacitación en grupos pequeños, la actualización por internet y el acompañamiento upline-downline, muy parecido al de las compañías piramidales; del mismo modo que estas empresas, el nuevo servicio de carrera docente individualiza al trabajador sindicalizado, elimina el contrato colectivo e introduce al maestro en una lógica de ascenso en la escala profesional que depende de su rendimiento personal medido por las constantes evaluaciones, se le asigna un tutor (upline) que ya ha sido previamente evaluado como idóneo, pero que además es su modelo a seguir. La formación estratégica a través de posgrados pierde valor (OCDE, 2011)[2], en sustitución están las reuniones mensuales de un día por escuela en las que se hace el plan de periodo, la estrategia del grupo escolar para alcanzar la metas y vienen después los cursos en línea para reforzar lo establecido.

Recientemente en el estado de Sinaloa fue nombrado secretario de educación el ex director de la organización empresarial de derecha Mexicanos Primero presidida por el magnate de las salas de cine “Cinépolis” y por el expresidente de Fundación Televisa, que junto a Tv Azteca han sido esenciales para la manipulación informativa, la alienación social, así como el diseño de estrategias de comunicación para atacar a los movimientos magisteriales de izquierda que se oponen a la oleada de reformas educativas neoliberales (Hernández, La cal(am)idad educativa y la resistencia magisterial, 2013)[3]. Este es uno de los casos más actuales, pero no es el único, los sectores patronales tienen décadas tejiendo una compleja red de empleados, voceros, académicos e intelectuales orgánicos que ocupan mandos medios y altos dentro del aparato estatal que dirige la educación (Jarquín, Empresarios al asalto de la educación, 2018). La presencia de los alfiles del empresariado trasciende a los gobiernos administrados por la derecha o por la izquierda electoral, véase el caso de Esteban Moctezuma Barragán quien al tiempo de ser propuesto por el presidente electo de México como próximo secretario de educación fungía como presidente de Fundación Azteca, poco antes había sido vicepresidente de Empresarios por la Educación Básica (Jarquín, Los secretos de Esteban Moctezuma , 2018)[4] y forma parte del equipo del empresario regiomontano Alfonso Romo dueño de la Universidad Metropolitana de Monterrey y segundo al mando en lo que será el gobierno de López Obrador.

En la reingeniería de los sistemas educativos, la evaluación docente ha sido un elemento transversal de todos sus componentes orgánicos, se le muestra como medio y fin en sí misma para lograr la calidad empresarial. Al amparo de la evaluación, las compañías del capitalismo cognitivo se han encargado de vender sin éxito en sus resultados, por millonadas a cargo de los erarios públicos: información, cifras, datos y consultorías estériles que presentan panoramas cada vez más desastrosos, para luego vender estándares e instrumentos evaluadores todavía más estériles para mejorar la calidad educativa (Aboites, 2016)[5].  La evaluación se ha convertido en una industria, incluso el carácter punitivo que desencadenó incontables muestras de rechazo en el magisterio puede no ser una preocupación para los empresarios si a la maquila de exámenes estandarizados se le sigue inyectando dinero público y la incertidumbre sigue produciendo trayectos formativos de bajo costo, pero bien vendidos.

A través de la evaluación para el ingreso se activan los flujos de desempleados, desorganizados y despolitizados de portadores de competencias digitales, lingüísticas y organizacionales que se formaban en y para la escuela privada, pero que ahora están desplazando a la tradición normalista de la escuela pública, su arraigo en la defensa de los intereses públicos, el desarrollo comunitario y la protección de las clases sociales más vulnerables. Los portavoces políticos de la economía cognitiva en México, han llegado al cinismo de tomar como bandera la falacia de que cualquiera puede ser maestro; basta con tener la aprobación del fetiche de la evaluación estandarizada para desempeñarse como tales[6]. En consecuencia, abrir la carrera docente a todas las profesiones en un país con un elevado grado de desempleo en personas con alto nivel educativo (INEGI, 2016), tiene como obvia finalidad abaratar y precarizar en la competencia la vida laboral de los trabajadores del conocimiento, pero también darle sentido a la formación de las universidades privadas para que sus egresados puedan integrarse al mercado laboral.

En la formación continua de los docentes, los estándares de evaluación que plantean las consultoras privadas del gobierno, fomentan el desplazamiento de la dimensión pedagógica de la educación. En su lugar se promueve la adquisición de competencias laborales en el manejo instrumental y técnico del currículo y la evaluación, así como de las leyes educativas; para tal efecto, la formación estratégica e inicial de los educadores es sustituida por la capacitación focalizada en las necesidades gerenciales de la escuela, esto es parte del proceso que Bonilla denomina Apagón Pedagógico Global (Bonilla-Molina, OVE, 2016).

Con las transformaciones vertiginosas y profundas que acontecen en el sistema mundo capitalista, los espacios donde parecía que el aprendizaje y la producción de conocimientos eran más una necesidad vinculada al control ideológico, cultural y político de las clases dominantes, hoy se observa la oportunidad de lucrar y de extraer ganancia con el crecimiento de la oferta de iniciativas privadas o a partir de transferencias de recursos estatales a los particulares.

De nueva cuenta son los empresarios de las economías de la industria cultural y del conocimiento los que abren un amplio mercado de cursos en línea por su bajo costo, licenciaturas y posgrados chatarra que se cursan en el menor tiempo posible; sin embargo, detrás de lo que parecen pequeñas universidades express, están los grandes corporativos del negocio educativo; incluso, cuentan con información privilegiada del sector público para diseñar trayectos de capacitación con simulacros semejantes a las evaluaciones estandarizadas. Corporativos de la educación privada como el Tecnológico de Monterrey han visto la ventaja de exigir al gobierno federal techos financieros mayúsculos para proyectos de capacitación continua de los docentes, so pretexto de regularizar a los que fueron evaluados como insuficientes y preparar a los que enfrentarán en el futuro la evaluación para el desempeño, siempre que los contratos millonarios sean para sus filiales y no para las normales públicas del Estado (Hernández, La conexión regia de la reforma educativa, 2016).

Las modas pedagógicas son fundamentales para alimentar otro campo del complejo cultural  industrial en el que se acrecienta la producción a gran escala de  libros, materiales didácticos, asesorías, conferencias y pre diseños curriculares. Un ejemplo es la introducción de la autonomía curricular en México a través de clubes que sustituyeron a los talleres de formación para el trabajo; al respecto  un grupo de investigadores de la Universidad Pedagógica Nacional (Rivera, Lucía; Guerra, Marcelino; González, Roberto, 2018) dejaron al descubierto que tal autonomía no existe, en realidad la Reforma Educativa le abrió las puertas a  una serie de ofertas en donde intervienen principalmente multinacionales o filiales de empresas globales que ya cuentan con materiales para todos los niveles de educación básica pre elaborados y disponibles para comprarlos. Un caso similar son los libros de texto, aunque siguen siendo gratuitos, en el portal oficial para bajarlos de la red aparecen otros que son de editoriales particulares que son igualmente válidos para la Reforma Educativa, pero que no son de acceso libre.

Lo que debería ser un ejercicio para recuperar saberes locales y contextuales, la oportunidad para desarrollar la práctica creativa de los docentes, las planeaciones comunitarias o donde se involucre a la comunidad de aprendizajes, termina siendo un espacio cooptado por el negocio, pero también por la privatización directa del currículo; ya no se trata de una práctica velada de los empresarios para definir los contenidos de los planes y programas de estudio, sino de su intervención abierta, que además no les representa una inversión sino el negocio redondo donde la escuela pública forma el capital humano que necesitan y además le paga a la empresa por hacerlo.

El proceso para despojar al docente de su materia de trabajo ha sido sistemático: se  desmantelaron los Centros de Maestros de carácter público donde se realizaba la formación continua; se reformó la escuela normal para quitarle el carácter humanista, para que el examen de ingreso al servicio docente se convirtiera en el perfil real de egreso del currículo y mediante la represión física e incluso la desaparición forzada de los alumnos se creó un clima de terror que provocó la caída estrepitosa de la matrícula estudiantil; se fortaleció el gasto público en evaluación como la guillotina de los derechos laborales y  el mecanismo de subjetivación de la mentalidad del maestro desposeído de autonomía cognitiva; por el contrario de la evaluación, la poca inversión pública en formación continua y la introducción de un sistema de incertidumbre laboral convirtió al profesor en un hiperconsumidor de cursos de capacitación chatarra que benefició a las universidades privadas. Todo lo anterior creó las condiciones para que los docentes no se apropien de su materia de trabajo ni desborden sus capacidades creativas, sino que se les prepara para la dependencia de mercancías cognitivas hechas externamente a sus vivencias cotidianas en el contexto escolar y para asimilar el lenguaje de la homogeneización cultural del capital.

Para enfrentar las formas de dominación del capitalismo cognitivo, los maestros deberán ir más allá de la lucha por sus derechos laborales: es necesario disputar el proyecto educativo, el lenguaje emergente que se produce en coyunturas de cambio, el currículo,  el conocimiento, la producción de saberes y significados para la vida, la aplicación de la ciencia en tecnologías alternativas y la presencia en los espacios virtuales para la educación; se trata en última instancia de la independencia cognitiva, de recuperar lo pedagógico ante el avance de la racionalidad economicista y de liberarnos en el territorio de la subjetividad cooptado por la psicopolítica del poder.

Trabajos citados

Aboites, H. (30 de agosto de 2016). Voces Normalistas. Obtenido de Voces Normalistas: http://vocesnormalistas.org/2016/08/30/evaluacion-100-anos-de-devastacion/

Antúnez, R. (15 de Diciembre de 2008). CLACSO. Obtenido de CLACSO: https://www.forbes.com.mx/las-5-personas-mas-ricas-del-2018/

Bonilla-Molina, L. (15 de agosto de 2016). OVE. Obtenido de OVE: http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/139174

Bonilla-Molina, L. (3 de octubre de 2017). Rebelión. Obtenido de Rebelión: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=233433

Bonilla-Molina, L. (29 de mayo de 2017). Síntesis. Obtenido de Síntesis: http://www.sintesis.com.ve/mundo-cabe-una-casa

Forbes. (28 de Marzo de 2018). Forbes. Obtenido de Forbes: https://www.forbes.com.mx/las-5-personas-mas-ricas-del-2018/

Hernández, L. (27 de marzo de 2012). Miss Amway y la evaluación universal. La Jornada.

Hernández, L. (2013). La cal(am)idad educativa y la resistencia magisterial. El Cotidiano, 5-25.

Hernández, L. (23 de agosto de 2016). La conexión regia de la reforma educativa. La Jornada.

INEGI. (2016). Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática. CDMX.

Jarquín, M. (25 de septiembre de 2018). Empresarios al asalto de la educación. (L. Hernández, Entrevistador)

Jarquín, M. (25 de agosto de 2018). Los secretos de Esteban Moctezuma . La Jornada.

Mejía, M. R. (2008). Maestros Gestores Pedagogías Críticas y Resistencias. Las Pedagogías Críticas en tiempos de Capitalismo Cognitivo, (pág. 27). Medellín. Obtenido de http://www.cepalforja.org/sistem/documentos/pedagogias_criticas.pdf

Moullier, B. Y. (2014). Capitalismo Cogniivo. Explotación de Segundo Grado. Hipertextos, 15-22.

OCDE. (2011). Establecimiento de un marco para la evaluación e incentivos docentes. Consideraciones para México. OCDE.

Rivera, Lucía; Guerra, Marcelino; González, Roberto. (5 de junio de 2018). Insurgencia Magisterial. Obtenido de Insurgencia Magisteria: http://insurgenciamagisterial.com/el-primero-es-gratis-multinacionales-en-la-autonomia-curricular/

[1] Luis Bonilla Molina define por complejo cultural industrial “a la red de instituciones y medios de prensa, televisión, radio, cine, digitales y construcción de discursos, que tienen como norte la producción de mercancías culturales para el modelamiento social, el control de las disidencias y la eliminación de narrativas que obstruyan la hegemonía ideológica del mundo capitalista”

[2] Según la OCDE, apostar a elevar el nivel de estudios de los maestros no ha traído mejores resultados en los alumnos, es mejor un sistema de cursos focalizados que sea acompañado de incentivos económicos.

[3] En el texto ¿qué es el complejo cultural industrial? arriba citado, Luis Bonilla-Molina explica cómo algunas de las mercancías del complejo industrial cultural “son en sí mismas instrumentos de guerra, usadas como disuasión, persuasión, simulación, distracción y atemorización suave”.

[4] Mauro Jarquín ha realizado una profunda investigación sobre las alianzas público privadas en la educación a través de su tesis Empresarios y Educación en el México Mundializado: el momento de la ciudadanía corporativa y la nueva derecha.

[5] En casi 40 años de neoliberalismo se han aplicado en México 120 millones de pruebas estandarizadas y no se ve ninguna mejoría en sus resultados.

[6] En la página electrónica de la Coordinación del Servicio Profesional Docente se instruyó a las entidades federativas para que emitieran convocatorias estatales para el ingreso al servicio docente abierto no sólo a las escuelas formadoras de maestros, sino también a todas las universidades públicas y privadas: http://servicioprofesionaldocente.sep.gob.mx/ba/ingreso_2016/ordinaria/

 

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La ruta de la desobediencia

Autor: Lev M. Velázquez Barriga

El go

obierno actual gastó cuatroveces más para evaluación que para formación de los docentes; la campaña mediática de desprestigio que presentó a las oposiciones magisteriales como un sector negativo a evaluarse y profesionalizarse fue más costosa que los programas de capacitación del magisterio. De inicio, los autores intelectuales de la reforma educativa vieron que la evaluación y la formación contenían los medios esenciales para que, además de crear una subjetividad docente que se apropiara del discurso y las prácticas pertinentes al proceso de acumulación de sus empresas, les abriera campos de oportunidad para detonar la economía cognitiva, siguiendo el ejemplo estadunidense donde se obtienen más ganancias por la industria de los exámenes estandarizados que por las entradas a las salas de cine.

El bajo presupuesto para la formación docente no ha limitado el desarrollo de un mercado prominente. La vieja carrera magisterial, siendo opcional, no garantizaba la interiorización universal de la pedagogía de la rentabilidad basada en competencias, la formación de maestros representó una carga logística y presupuestal para el Estado; en cambio, el nuevo servicio profesional docente es obligatorio, transfiere dinero público a los particulares para que se hagan cargo de una parte de la capacitación y de manera paralela dinamiza el mercado privado de la formación, impulsado por el temor a las consecuencias de la evaluación y por una nueva moda pedagógica que sustituye las competencias por los aprendizajes clave. Esta moda y las distintas etapas de la evaluación alimentan la producción industrial de libros, materiales didácticos, cursos, asesorías, conferencias y prediseños de clubes que harán de falsa autonomía curricular, de modo que al maestro no se le forme para que se apropie de su materia de trabajo y desborde sus capacidades creativas, sino que se le prepara para el consumo desmedido de mercancías cognitivas hechas externamente a sus vivencias cotidianas en el contexto escolar para asimilar el lenguaje de la segunda homogeneización cultural del capital (la primera fue la colonización europea).

Frente a estos procesos de mercantilización e industrialización de la evaluación y la formación, de interiorización docente de los valores educativos neoliberales, de capacitación para promover la estandarización o segunda homogeneización de la cultura capitalista, las disidencias magisteriales están respondiendo con trayectos formativos que avanzan en lógicas opuestas. Por estas semanas de receso escolar, desde hace 13 años se desarrolla la Guelaguetza Magisterial y Popular, organizada por la Sección 22 para desprivatizar, desmercantilizar y arrancar de las élites neocoloniales lo que en realidad es una manifestación solidaria de las clases subalternas y de las cosmovisiones de los pueblos comunales de Oaxaca; también se dan cita, en la Primera Comunidad Pedagógica Estatal, cientos de maestros disidentes de Chiapas para compartir sus experiencias alternativas emancipadoras y para consolidar un proyecto de educación propia.

En Morelia, la sección XVIII-CNTE realizó el décimo quinto Taller del Educador Popular, que en algunos años albergó hasta 6 mil participantes, quizás es el espacio regional de confluencia de los educadores populares más grande de América Latina. Mediante conferencias, mesas de trabajo y talleres específicos se analizan los contextos glocales de las reformas educativas; se aprenden las pedagogías críticas y del sur, entendido como locación geográfica para construir los saberes pluriversales de los pueblos oprimidos del mundo; se apropian de las herramientas para la implementación de una economía endógena, solidaria y de la sustentabilidad ambiental desde la escuela; se aprenden los conocimientos teóricos necesarios para la planeación escolar en la comunidad; se desarrollan habilidades para la educación lúdica, deportiva, artística y cultural, demeritada por la reforma tecnocrática.

La síntesis histórica de 15 talleres del educador popular, de cuatro congresos pedagógicos, dos décadas intercambiando experiencias regionales y latinoamericanas, es el Programa Democrático de Educación y Cultura para el estado de Michoacán (PDECEM), un modelo que vincula el proyecto escolar-comunitario con la edificación del proyecto nacional para la soberanía popular y el buen vivir, donde los docentes han sistematizado libros de texto propios para todos los grados de educación básica y diseñado formas de evaluación alternativa.

El PDECEM pasa por 4 mil 500 escuelas de Michoacán. Para seguirlo impulsando, así como apropiarse de sus principios y metodología, los docentes en desobediencia no asistirán a la capacitación para el nuevo modelo educativo que la SEP convocó del 6 al 10 de agosto, en su lugar replicarán 22 talleres regionales del educador popular, tampoco irán a las reuniones oficiales de consejo técnico escolar de inicios de ciclo ni a las planificadas cada mes en el año lectivo; cada zona escolar dará vida a la célula orgánica del movimiento pedagógico mediante los colectivos de planeación alternativa.

Rutas similares de desacato al calendario de capacitaciones de la SEP, de autoconstrucción de subjetividades docentes decoloniales, críticas, autónomas y rebeldes, que se niegan a un tipo de formación para el consumo de mercancías cognitivas y para ser forjadores de sujetos útiles a las transformaciones del capitalismo, se constituyen en los diferentes contingentes de la CNTE y de múltiples colectivos magisteriales democráticos con el firme propósito de cancelar el nuevo modelo educativo por la vía de la implementación de propuestas creadas con la inteligencia colectiva e insumisa de los maestros.

Fuente: http://www.jornada.com.mx/2018/08/04/opinion/015a1pol

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Educación: las propuestas de los presidenciables

Por: Lev M. Velasquéz Barriga

La semana anterior, los candidatos presidenciales de las tres grandes coaliciones electorales tuvieron la oportunidad de ahondar en sus propuestas educativas; dos decidieron hacerlo frente a los organismos empresariales articulados por Mexicanos Primero en el foro 10 por la educación, y uno solo encarando a las diversas expresiones del magisterio; es decir, a la comunidad de aprendizajes que vive cotidianamente en carne y hueso las condiciones del sistema nacional de educación. Los temas que se desprenden son varios, pero voy a recuperar tres que considero los principales agravios de la reforma educativa: evaluación contra los derechos de los maestros, modelo educativo para la explotación laboral y privatización escolar.

Ninguno de los tres abanderados negó la importancia de las evaluaciones, ni la atención a la formación de los educadores, aunque para tal efecto sólo Andrés Manuel López Obrador dijo que fortalecería las escuelas normales y la Universidad Pedagógica Nacional; a diferencia de los otros, se manifestó por una evaluación que no vulnere los derechos de los docentes, incluso por la cancelación de la reforma educativa, lo cual no significa la abrogación total, pero sí detener sus efectos laborales y administrativos, que han tenido como consecuencia docentes cesados y presos políticos.

La agenda pedagógica de los organismos multinacionales con el inglés, las tecnologías digitales y el desarrollo socioemocional como las tres habilidades para potenciar el trabajo en el capitalismo de siglo XXI, que transita de la producción fabril a la producción automatizada y digital, permea en las propuestas difundidas por los tres candidatos, como si el más urgente problema que la educación debe atender de la sociedad fuera educar en las necesidades laborales de las empresas. En tal caso, Meade y Anaya no dejaron ver ninguna posibilidad de ruptura con esa ruta hacia las nuevas formas de explotación humana; Obrador, por su parte, abre una puerta a la inclusión de las propuestas alternativas de educación que han sido creación auténtica de los maestros democráticos y que, en sentido opuesto a los grupos de poder, colocan en el centro tres planos indispensables de la formación: el desarrollo humano, la democratización del país y el buen vivir.

Por lo que respecta a la dimensión privatizadora de la escuela, los candidatos de las coaliciones Todos por México y Por México al Frente se mostraron en favor de los modelos de endeudamiento y privatización por medio de los certificados de infraestructura educativa nacional (CIEN); Anaya fue más allá al proponer favorecer a las escuelas privadas con estímulos fiscales. Por su parte, el abanderado de Juntos Haremos Historia proclama en su decálogo a la educación como un derecho y no un privilegio, por tanto, la necesidad de fortalecer su carácter público, gratuito, de calidad, además de la suspensión de las cuotas que pagan los padres de familia.

Quiero resaltar una peligrosa coincidencia. Los tres candidatos se muestran en favor de la descentralización educativa y la autonomía presupuestaria; ambos elementos constituyen el último escaño para desresponsabilizar al Estado del financiamiento de la educación que antes había pasado por traspolar responsabilidades de la Federación a las entidades, de ahí a los municipios y ahora directamente al centro escolar. La administración escolar descentralizada es una propuesta de la OCDE para focalizar los recursos públicos, esto es lo que la reforma mexicana llamó escuela al centro, que tiene como objetivo reducir la capacidad de atención excluyendo a las escuelas indígenas, rurales, comunitarias y periféricas de las ciudades.

La autonomía presupuestaria, es decir, la entrega de recursos económicos para el ejercicio directo en la escuelas, es el primer paso hacia los centros educativos concesionados, subvencionados o concertados, según sea el nombre que aparezca en las reformas educativas neoliberales en el mundo. Un grupo de negociantes de la educación, activos en México como consultores desde hace años en nombre de la sociedad civil en las instituciones educativas y los consejos de participación social, terminaría siendo el administrador de la escuela semiprivada con financiamiento estatal.

Caso aparte merece la propuesta de José Antonio Meade para ampliar las escuelas de tiempo completo de 25 mil a 100 mil. El engañoso propósito debe ser leído en otro sentido, pasar de 230 mil existentes a sólo 100 mil; la tendencia actual de las escuelas de tiempo completo apunta a reducir al máximo el universo de centros escolares, agilizando la compactación de grupos, la movilidad obligatoria de los docentes, descobijando escuelas de organización incompleta y la desaparición de los dobles turnos. El modelo curricular que las rige no cambia, tal pareciera que se trata de entretener, pero no de aprender. Los docentes y directivos gestionan actividades de aprendizaje extraoficial, en muchos de los casos con personal subcontratado o a cargo de los bolsillos de los padres de familia, apuntalando así la precariedad laboral y la privatización educativa.

Finalmente, ninguno de los espacios donde los candidatos tuvieron la oportunidad para recuperar propuestas venidas desde los actores de la educación fue el más democrático. Diez por la educación estuvo secuestrado por la sociedad civil pro empresarial y el encuentro de Guelatao, que prometía ser un congreso pedagógico, terminó siendo mitin de campaña.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2018/05/16/opinion/022a2pol

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En la calle la protesta, en la escuela la propuesta

Lev M. Velázquez Barriga

La vida orgánica de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE) no se reduce a sus funciones sindicales, ni a su dimensión gremial y magisterial. Como organización social, el escenario para la movilización política de sus militantes y simpatizantes tampoco se agota en los centros comerciales, en las carreteras, plazas y edificios públicos, sino que se extiende a los espacios áulicos y de las relaciones cercanas que se entretejen en los barrios y comunidades que circundan las escuelas donde laboran los maestros.

Es ahí, en el lugar común que habitan dentro y fuera de los centros escolares las comunidades de aprendizaje, donde el movimiento popular se vuelve pedagogía y ésta se convierte en proceso de emancipación social. Es precisamente en este escenario, donde se confrontan los proyectos de nación, de civilización incluso, donde se desarrolla de manera cotidiana la disputa por el currículo, por lo cual se enseña y aprende, por la educación de los futuros ciudadanos, así como por el tipo de sociedad que se pretender conformar.

La CNTE no es la expresión rígida del sindicalismo mexicano, cualitativamente y de forma atípica entre los sindicatos magisteriales del nivel básico, medio y superior, ha transitado a lo largo de tres décadas sin renunciar a ninguna lucha: de la izquierda sindical a la izquierda pedagógica, de la democratización del SNTE a la democratización de la educación pública, de la movilización política a la movilización cultural, de la protesta en la calle a la propuesta en la escuela.

A la vez que se involucra en el largo plazo para propiciar los cambios políticos y económicos necesarios para democratizar al país y a la educación, se aboca a la realización cotidiana e impostergable de transformaciones urgentes en la organización escolar, curricular y de las prácticas para la insurgencia pedagógica que ya serían propias de una sociedad libre. Infinidad de colectivos y vivencias que se oponen a la pedagogía de la rentabilidad económica y de la opresión han hecho imposible la reforma educativa neoliberal en los hechos, lo mismo en pequeñas experiencias rurales del suroeste de Hidalgo que en la zona urbano marginal de la ciudad de Durango o en la montaña alta de Guerrero.

Se trata de traer al aquí y ahora la utopía de la emancipación, de ensayar en la escuela las nuevas relaciones productivas sin explotación humana en los huertos escolares o talleres de economía solidaria; de producir tecnologías alternativas para lograr la sustentabilidad ambiental; de conocer las contra historias de las clases subalternas que han ocultado las narrativas oficiales; de pasar de la geografía muerta que memoriza ríos, lagos, mares y linderos, al conocimiento y la defensa de territorio vivo amenazado por los proyectos de muerte; de reconocer en la diversidad lingüística las cosmovisiones de los pueblos originarios y los saberes ancestrales no occidentales; de aprender a construir autonomía y el poder popular, en la medida en que se develan y fragmentan formas de sujeción al capital; de romper el militarismo y la rigidez escolar por medio del pensamiento creativo y la actividad lúdica; de educarse en el antipatriarcado y el reconocimiento de la diversidad sexual; de buscar el desarrollo pleno de todas las facultades del ser y la felicidad como fin último de la humanidad.

La vida pedagógica de la CNTE no es nueva, pero ha sido más tangible en los últimos años, al grado que hoy existe un proyecto nacional de educación alternativa, horizontal, pluriversal, liberador, descolonizador y democrático, causa de un mosaico de proyectos educativos alternativos regionales y consecuencia donde no los había, porque no se trata de un formulario de instrumentación acrítica, sino de una provocación a la revolución educativa desde abajo, en las condiciones contextuales de cada colectivo.

Lejos de ser una organización pasiva, la protesta ha sido acompañada por la propuesta teórica, pero también tangible; su proyecto general de educación alternativa y sus experiencias en lo particular han sido la respuesta inteligente de los maestros a tres décadas de educación neoliberal, de procesos de invasión cultural neocolonial y del intento más reciente del capitalismo por imponer una nueva etapa histórica de aberrante homogeneización, de estandarización de la humanidad por medio de la escuela.

De modo que en 2018, año de la aplicación del nuevo modelo educativo, se agudizará la confrontación pedagógica de los maestros disidentes ante el intento descarado del despojo cultural y el reduccionismo economicista de la propuesta del Estado que pretende simplificar a los alumnos en portadores de habilidades rentables para el capitalismo del siglo XXI. Se trata de una tarea vigente, aun después del resultado menos catastrófico en las elecciones, porque la experiencia conocida de los gobiernos progresistas en Latinoamérica (salvo Bolivia) no logró detener el avance de los organismos de la globalización económica en las aulas, ésta tendrá que ser una batalla más personal, metro a metro, por la independencia cognitiva y en la que sería grandioso declarar a miles de escuelas territorio libre de reforma educativa.

Fuente:  http://www.jornada.unam.mx/2018/01/06/opinion/013a1pol

Imagen tomada de: http://e-oaxaca.com/sites/default/files/021115bbf316537med.jpg

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Magisterio, Tensiones y Disyuntivas Electorales

Por: Lev M. Velázquez Barriga

La diversidad de manifestaciones políticas que se expresan entre militantes y simpatizantes de la CNTE siempre trae posiciones diferentes y en ocasiones encontradas cuando se atraviesan las coyunturas electorales. En la actual ruta hacia 2018, estas tensiones ya se viven en los órganos deliberativos y de toma de decisiones de los maestros, porque los principios del movimiento magisterial por un lado orientan hacia la autonomía con respecto de los partidos políticos y por otro reconocen como válidas todas las formas de lucha, incluida la electoral; también porque se trata de enunciaciones que definen el carácter ético del movimiento en general y no de normas que regulen de manera impositiva la vida de cada miembro. Este último, como individuo, ya no en nombre de la organización sindical, decide su simpatía o no con los partidos.

Un ejemplo de estas tensiones se vivió en las pasadas elecciones intermedias, cuando la Coordinadora definió desde sus organismos de representación nacional, que participaría mediante el boicot al proceso electivo; efectivamente, en diferentes modalidades y tiempos del proceso, que no sólo se remite al momento del sufragio en las urnas, se llevó a cabo el boicot en varios estados donde el magisterio disidente tiene presencia, siendo Guerrero, Chiapas, Oaxaca y Michoacán los focos de mayor algidez en la movilización antielectoral.

Paralelamente se desarrollaron formas de influir que convivieron con las reglas del juego electoral; por ejemplo, en Michoacán se buscó el registro de candidaturas ciudadanas emanadas del movimiento popular mediante el Frente Cívico Social; en el caso de Oaxaca, expresiones colectivas de profesores se aliaron a Morena al margen de los acuerdos de la Sección 22 y en Veracruz el Movimiento Magisterial Popular Veracruzano obtuvo varias candidaturas por Morena y de hecho una diputación al congreso local.

Si a la distancia hacemos un balance, encontraremos cosas que la Coordinadora no esperaba con el boicot: los resultados en varias entidades federativas reflejan que se pudo haber inhibido más el voto de la izquierda electoral, mientras el voto de la derecha se mantuvo con cierta estabilidad. Si a lo anterior sumamos que los costos en vidas perdidas, reprimidos y encarcelados fueron muy altos para los maestros y para sus organizaciones populares aliadas, podemos advertir que en el futuro cercano, será muy complicado decidir por la misma experiencia.

Por lo que respecta a las candidaturas ciudadanas, no se ven en los posibles escenarios de la CNTE. Ahora, los acuerdos mutuos de varias secciones sindicales o expresiones al interior de ellas, que se dieron con la izquierda electoral tuvieron lugar en circunstancias muy específicas, de las cuales me gustaría rescatar dos elementos: en primera instancia, siendo la primera elección en la que Morena se presentaba como partido político, no podía ir en coalición con otros partidos, su opción más viable era buscar aliados y compromisos con el movimiento social para conseguir su apoyo; en segunda instancia el compromiso firmado y explícito más importante de estos acuerdos fue que se echaría atrás la reforma educativa.

En la actual coyuntura, me parece que ninguno de estos dos elementos que hicieron factibles aquellas alianzas está presente del todo. La izquierda electoral prioriza vínculos con otros partidos, recicla actores clave de los mismos esperando que atraigan sus seguidores a su fuerza política, muchas veces con criterios tan laxos que se ha permitido el ingreso en sus filas y también en sus órganos de dirección a quienes firmaron y promovieron las 11 reformas del Pacto por México, donde la educativa ha sido parte vertebral de los acuerdos ahí establecidos, además están las observadas relaciones con empresarios y personajes ligados a la derecha en el poder.

Su posicionamiento sobre el destino de la reforma educativa ha sido cada vez más ambiguo conforme se acercan las elecciones del próximo año. Aquél compromiso de las elecciones intermedias para revertirla, se va decolorando en matices cada vez más grises que pasan de un vamos a revisarla a otro donde se considera necesario ponerla a consulta, con el peligro que se corre cuando se pregunta sobre conceptos polisémicos como el de calidad educativa que han sido coptados por el lenguaje de la educación neoliberal y van ganando la batalla a las posturas críticas en el terreno de las ideas pedagógicas.

Podríamos afirmar con cierta seguridad, que en lo nacional la CNTE no se inclinará por ningún partido, pero esa misma afirmación pierde certeza si consideramos las particularidades contextuales en cada sección sindical, y creo con mayor convicción, que aún con un cambio de rumbo favorable a la izquierda electoral en 2018, el factor más decisivo para revertir la reforma educativa seguirá siendo la movilización social, la correlación de fuerzas en el sector magisterial y ante el nuevo gobierno.

No pretendo negar la creciente simpatía de los maestros disidentes hacia López Obrador, sino colocar algunas valoraciones en su justa dimensión, entre ellas que la idea explícita de echar atrás la reforma educativa proviene más de las esperanzas de cambio de los docentes, que de las definiciones claras y públicas del líder de Morena, quien tampoco lo deja escrito en las escasas líneas que dedica al problema educativo, lo mismo en su libro 2018 La salida. Decadencia y renacimiento de México, que en su autobiografía política Esto soy.

*Fuente: www.jornada.unam.mx/2017/11/02/opinion/017a2pol

Fotografía: netambulo

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Evaluación magisterial y sismos

Por: Lev M. Velázquez Barriga

De manera conjunta, el gobierno gederal, la Secretaría de Educación Pública y el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación decidieron posponer la evaluación del ­desempeño en Ciudad de México y otras nueve entidades de la República, si los docentes así lo solicitan. El principal motivo es que se trata de zonas afectadas por los sismos; sin embargo, aunque ciertamente lo están, existen otras explicaciones de carácter político que no deben ser desestimadas.

Cuatro de las entidades federativas en cuestión corresponden a lo que se puede nombrar como el territorio histórico de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE): Guerrero, Michoacán, Chiapas y Oaxaca; sobra decir que en este corredor geográfico se encuentra el foco rojo de la oposición a la reforma educativa, ahí la participación en los procesos evaluativos es mínima, al grado de que la autoridad ha tenido que violar la legislación para convocar en más de tres oportunidades a los maestros, para intentar obligarlos o convencerlos con prebendas y aun así la asistencia ha sido insignificante, lo demuestra la realidad sin importar las maquilladas cifras oficiales.

La lectura de esta decisión, que particularmente me parece la más engañosa, es que el régimen esté enviando señales para una tregua política de cese al fuego con los maestros disidentes, en la idea de garantizar la estabilidad de todo el proceso electoral; es decir, hasta septiembre de 2018, en los últimos meses del presente gobierno, cuando se reanudaría la evaluación con la que se define la permanencia de los trabajadores de la educación.

Tal medida, también debe ser interpretada como una táctica de aislamiento hacia la CNTE, cuyo objetivo es acordonar el foco rojo de la disidencia magisterial a la evaluación y arrancarle lo que había levantado como estandarte de lucha nacional: que la reforma es de carácter federal y afecta por igual a todos los profesores del país, independientemente de su simpatía con cualquiera de las expresiones gremiales.

Con el aislamiento se busca mediatizar las demandas de la CNTE a la solución de sus problemas regionales o particulares de cada sección sindical; además, con ello se desprotegería a los maestros que están fuera de la franja geográfica en la que se ubica la desobediencia hacia la evaluación y que no han logrado consolidar una organización fuerte para defender por medio de la movilización social su estabilidad laboral.

En el mismo sentido y de manera complementaria a la táctica política del Estado, se puede leer la intención de desarticular las oleadas magisteriales del centro del país, que por su cercanía o pertenencia a Ciudad de México, pueden desplazarse en grupos pequeños, y en ocasiones numerosos, con mayor facilidad a los puntos de concentración, o bien, de dispersión de las movilizaciones callejeras contra la reforma educativa.

Todas estas pretensiones juntas –la supuesta tregua en periodo electoral, aislamiento de la CNTE, descobijo de los sectores educativos con mínima organización, así como la desarticulación de los profesores de las regiones cercanas a Ciudad de México– conforman la estrategia para la desmovilización del magisterio. Intentan recrear el efecto mediático y político presumido por Aurelio Nuño desde el ciclo escolar anterior, cuyo mensaje es que la reforma educativa se estabiliza y en consecuencia avanza sin resistencias ni descontentos y, si acaso hubiera, están focalizados.

La estrategia gubernamental coloca a la capital del país, en el centro neurálgico de los poderes y de la política nacional, fuera del escenario para la lucha de los maestros, pero también de su posible integración en la confrontación contra todo el régimen de corrupción y despojo que está tomando cuerpo en torno de la Asamblea Ciudadana por la Reconstrucción Nacional después de los desastres provocados por los sismos y las lluvias.

Los reformadores neoliberales no hicieron más que un stop en la dimensión evaluativa de la reforma educacional, donde ya sabían que se iban a encontrar con resistencias que la ponen en riesgo; incluso, ven una oportunidad para borrar las letras en rojo que demeritan los informes oficiales. Paralelamente al aplazamiento focalizado de la evaluación, el gobierno federal se dispone a continuar con el proceso de despojo de los derechos laborales en los otros 22 estados de la República.

En la gran mayoría de las entidades, los profesores no tendrán ni esa miserable opción de posponer para el próximo ciclo escolar la guillotina de su estabilidad en el empleo. No es suficiente la suspensión temporal de la evaluación obligatoria, para que sea un verdadero momento de júbilo tiene que ser una decisión definitiva y además que se aplique para todos sin excepción geográfica; para que eso sea posible, será necesario romper con la estrategia desmovilizadora del régimen que se presenta como acto de voluntad y sensibilidad social.

Fuente del artículo:  http://www.jornada.unam.mx/2017/10/10/opinion/018a2pol

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Rescatar las escuelas públicas, la otra emergencia

Por: Lev M. Velázquez Barriga

Ante los trágicos acontecimientos, los maestros y maestras de la CNTE irrumpieron el desarrollo de su vida política, que entre los meses de septiembre y noviembre agitaría una jornada nacional de movilizaciones contra las evaluaciones docentes. A partir de la emergencia nacional, la movilización de sus núcleos y estructuras orgánicas, locales y nacionales, grandes o pequeñas, según sea su presencia en cada estado de la República, ha tenido como prioridad la ayuda humanitaria hacia los damnificados por las lluvias y por los sismos.

Con el hostigamiento oficial de la evaluación para el despido encima y sin contar con las cuotas sindicales, secuestradas por el SNTE, la CNTE se ha hecho valer por su capacidad logística, por la solidaridad de sus militantes, así como su gran disposición a la cooperación moral, física y monetaria, con la misma autonomía que solventa cualquiera de sus formas de protesta; pero, mientras los maestros decidieron que no era el momento de la confrontación abierta a la reforma educativa, sino de anteponer la necesidad de atender las labores humanitarias, de sumarse activamente a resolver las secuelas del siniestro, por su parte el gobierno, decidió seguir avanzando en su plan estratégico contra la escuela pública y los derechos laborales de los docentes.

En contextos de tragedia y vulnerabilidad, los neoliberales ven condiciones propicias para imponer sus políticas de saqueo; dice Naomi Klein, que luego del huracán Catrinaen Estados Unidos, el ideólogo del neoliberalismo Milton Friedman, vio en las zonas devastadas la oportunidad para que se privatizara la educación. Así, con el pretexto de la recuperación de los planteles, crecieron las escuelas charter mediante financiamiento público, pero administradas por la iniciativa privada.

Siguiendo el consejo del ideólogo del neoliberalismo, la SEP confirma lo que ya habían denunciado los profesores de la Sección 22 de la CNTE. Para restaurar las escuelas dañadas se necesitarían 13 mil millones de pesos, mil 800 podrían obtenerse de la aseguradoras, otros 700 millones provendrían de la reserva para daños menores, un número no preciso del fondo de desastres que en realidad es mínimo, pero todo indica que la parte sustancial será del programa de bonos de infraestructura conocido como Escuelas al Cien; es decir, del endeudamiento público, de comprometer el futuro de los mexicanos con los usureros de cuello blanco, estamos ante el peligro de perder nuestro patrimonio escolar a manos del capital privado.

Las 12 mil 931 escuelas que Aurelio Nuño reportó como afectadas por los sismos del 7 y el 19 de septiembre, tanto en Ciudad de México como en los demás estados, no reflejan la cifra real, innumerables denuncias muestran que miles de planteles no han sido visitados, otros que presentan severos daños visibles fueron evaluados sin problema por los organismos progubernamentales, pero no así por otros como los colegios de ingenieros o departamentos de universidades locales.

Ocultar el número real de centros académicos afectados tiene como propósito negar toda intervención financiera por parte del Estado; los neoliberales mexicanos están frente al escenario óptimo para acelerar la privatización de la escuela pública mediante lo que denominaron autonomía de gestión; el desastre les ahorra años de abandono a la infraestructura física y obligaría en poco tiempo a los padres de familia a hacerse responsables, por sí mismos, de la reconstrucción de los inmuebles escolares, por eso la SEP presiona para que se inicie a la brevedad la normalidad de las clases en las zonas afectadas.

Los consejos de participación social con los que se opera la autonomía de gestión se inscriben en una lógica opuesta al creciente proceso de empoderamiento ciudadano que se muestra hoy por todo el país. Estos consejos crean las condiciones para el control social, para inhibir la auto organización fuera de los márgenes del sistema, para ejercer y disfrazar la centralidad del poder; en todo caso, servirían de contención ante un posible desencadenamiento y/o despertar político que ponga en riesgo las estructuras de la democracia burguesa, una vez terminada la emergente organización social ante los desastres naturales.

Lo que también está generando desconfianzas, es la inscripción obligada de los trabajadores de la educación para darse de alta en el Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y Gasto Operativo (Fone), porque esta medida hacendaria busca recabar el número de alumnos de cada maestro, poniendo en situación de mayor vulnerabilidad a las escuelas de turno vespertino, comunitarias, rurales, indígenas y multigrado donde la matrícula es baja. El temor no es infundado, es ahí donde las reformas educativa y fiscal han dejado más grupos sin docente, donde pesa la amenaza constante por la reconcentración de escuelas.

En esta emergencia nacional, una tarea no menos urgente de los maestros, pero también de la ciudadanía, es la exigencia para la restauración de los inmuebles académicos, sin hipotecar el futuro de los mexicanos; el resguardo de las escuelas públicas y del carácter gratuito de la educación; la vigilancia de los padres de familia para que los buitres empresariales del presupuesto público y la rapiña política, no se robe nuestro patrimonio ni detenga el crecimiento organizativo de la conciencia popular con sus organismos de cooptación para la falsa autonomía.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/rescatar-las-escuelas-publicas-la-otra-emergencia/

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