Page 8 of 12
1 6 7 8 9 10 12

Educación socioemocional: la nueva ruta para la explotación laboral

Lev Moujahid Velázquez Barriga*

El siglo XXI fue el escenario de una nueva oleada de reformas curriculares neoliberales que secundaron a las de los años 90, cuyo eje articulador continuó siendo el modelo estandarizado basado en competencias; no obstante, éstas hicieron un primer intento de quitarse el estigma empresarial. Fue así que las competencias holísticas y para atender la complejidad entraron en escena con un discurso renovador, para sustentar la invasión mercantilista de la pedagogía; sin embargo, uno a uno de los planteamientos (propiciar el diálogo entre materias, aprendizajes que permitirían seguir obteniendo otros aprendizajes, aprender por proyectos y la movilización amplia de saberes, emociones, valores, aptitudes y no sólo capacidades para el trabajo) fueron sepultados con la perversa reducción del currículo a los contenidos de las pruebas estandarizadas.

Un segundo intento viene con el nuevo modelo educativo del actual sexenio, cuyos planes y programas de estudio tienen ligeros cambios, pero sin modificar la orientación empresarial. De la misma forma engañosa que el proceso anterior, aparenta tener una concepción integradora del alumno, que consiste en incorporar el desarrollo de su dimensión socioemocional; en realidad, mantiene la misma matriz economicista que se propone formar capital humano o, en otras palabras, que la escuela pública siga siendo el espacio gratuito de la iniciativa privada para la capacitación de fuerza física, intelectual y emocional para el trabajo.

El nuevo modelo educativo es el producto de un set renovado de competencias laborales que demandan los procesos reorganizativos de las empresas del capitalismo del siglo XXI, las nuevas formas de consumo personal y online, pero también de control y dominación que han adquirido otras dimensiones relacionadas con los avances científicos y tecnológicos. Por ejemplo, las neurociencias han abierto un nuevo campo de colonización que hasta hoy había sido impenetrable para el sistema de dominación: el cerebro humano, pues han descubierto que es posible la manipulación de sus funciones para hacer más eficientes las dinámicas de producción y consumo de mercancías.

Hace varios años, antes incluso que en el ámbito educativo, el mundo empresarial experimenta la estrecha relación que existe entre el desarrollo emocional de sus empleados y el crecimiento de las ganancias, entre la invención de identidades familiares de los trabajadores con la empresa y el cumplimiento de altas metas de productividad que arrastran hasta niveles inusitados de superexplotación. Un manejo adecuado del estrés en circunstancias de excesiva flexibilidad laboral ha sido esencial para contener disfuncionalidades en estos procesos de precarización del trabajo y esclavización emocional.

Lo que hay detrás de la reforma y su propuesta educativa es el modelo coaching, desarrollado para la esfera de la empresa, pero trasladado al ámbito escolar; en él juega un papel muy importante la ilusión de ser un emprendedor, que tiene como base la programación neurolingüística con el sí se puede. El reforzamiento de la autoestima cotidiana y la actitud de liderazgo autorregulan la condición opresiva en el trabajador explotado, le crean la falsa expectativa de ser ejecutivo o de llegar a serlo; las capacitaciones mediadas por la emocionalidad le impiden reconocer con claridad la sutileza de estos mecanismos de sometimiento, en los que las relaciones de seguridad social y laboral son obviadas tras estas interconexiones emocionales que le hacen sentirse un socio libre y no trabajador explotado.

La inteligencia emocional, como la denomina Daniel Goleman en su best seller del mismo nombre, ha sido también adoptada con éxito por la mercadotecnia. Los estudios de las neurociencias aplicadas a los patrones de consumo estiman que 70 por ciento de las razones que motivan una compra están asociadas a cuestiones emocionales y en menor porcentaje porque la gente realmente necesita lo que adquiere, de suerte que la contaminación propagandística empieza a utilizar de manera excesiva la posibilidad de recrear la vivencia socioemocional mediante consumo. El eslogan Destapa la felicidadejemplifica muy bien cómo una marca de bebidas azucaradas utiliza recursos emotivos para incitar a consumir sin culpa ni raciocinio sobre las implicaciones para la salud que tienen sus productos.

En nuestra sociedad, los patrones de consumo en lugares masivos se han ido individualizando paulatinamente; entonces, cada sujeto es visto como portador personal de mercancías que siguen siendo de producción masiva, pero ofertadas de forma directa, por catálogo, desde sus redes sociales y en sus dispositivos personales, por teléfono o sin salir de casa. Por eso el nuevo modelo educativo se propone formar vendedores de mercadurías capaces de conectarse emocionalmente con los deseos, intimidades, empatías, vacíos, estímulos, miedos y necesidades comunicativas y existenciales de los consumidores.

Siguen viendo a los alumnos como potenciales portadores de habilidades para producir, vender y consumir. Educar para el desarrollo socioemocional resulta significativo para su propuesta en la medida en que es parte de las nuevas competencias que las empresas ya han incorporado a sus lógicas de producción y consumo, de superexplotación y precarización laboral, de biopoder y colonización sobre la mente humana. El humanismo que profesan es sólo una máscara y detrás de ella se esconde el rostro demacrado del mercado, la ganancia para los de arriba como fin superior de la educación neoliberal.

*Doctor en pedagogía crítica

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2017/08/05/opinion/014a1pol

Comparte este contenido:

Inglés, el corazón del cambio educativo en las normales.

Por: Lev M. Velázquez Barriga

Tras el show mediático montado por el candidato Aurelio Nuño para presentar públicamente la Estrategia de Fortalecimiento y Transformación de las Escuelas Normales, el presidente del INEE, Eduardo Backhoff, en una clara muestra de descoordinación entre el instituto que preside y la SEP, dijo desconocer en qué consiste la propuesta completa y si ésta recupera las recomendaciones que habían realizado desde 2015. La misma desinformación ha prevalecido desde que se impuso esta reforma constitucional en el ámbito de las escuelas formadoras de docentes, pero que hoy son sujeto pasivo de cambios anunciados de manera vertical.

Lo que sí pudo identificar Backhoff entre los planteamientos todavía parciales e inconclusos de la propuesta oficial, es que el inglés no había sido parte de sus directrices; quizá, el INEE debería consultar no a la SEP, sino a las fuentes directas, a los autores intelectuales de lo que se dio a conocer como el corazón del cambio educativo y echar una mirada al estudio Sorri(y). El aprendizaje del inglés en México, de los empresarios Mexicanos Primero.

De entre las opacidades de la Estrategia de Fortalecimiento, las tesis repetidas y las ínfimas distracciones monetarias para llevarla a cabo, es inevitable percibir que se coloca a la enseñanza del idioma inglés como el verdadero núcleo transformador de las escuelas normales y de la educación básica por consecuencia, según se desprende de su propia lógica. Nada más descorazonador que la pobreza educativa y cultural de ese discurso pedagógico, en un país caracterizado tanto por su riqueza plurilinguística como por su multiculturalismo.

En Sorri(y), aprender en inglés y no sólo aprender inglés aparece como un derecho humano que abre la puerta de acceso al conocimiento universal. La premisa sería convincente si la analizamos de forma ahistórica, pero no podemos olvidar que ya vivimos un primer proceso epistemicida que impostó el monolingüismo como instrumento para la sumisión de los saberes y conocimientos de los pueblos no occidentales, cada nación invasora europea colonizó con su propia lengua civilizaciones ancestrales, nombró desde su mirada eurocéntrica lo que se propuso como el único modo de pensar y de ser en el mundo.

En nuestro tiempo, ya no son naciones las que buscan nombrar el mundo, sino las corporaciones económicas que trascienden las fronteras nacionales y que necesitan globalizar el lenguaje de la cultura mundo basada en el consumo. Estas corporaciones no ven ciudadanos ni seres humanos con derechos, sino capital cognitivo, el inglés como valor agregado a la fuerza de trabajo; tal como lo dicen en Sorri(y): Las empresas mexicanas no crecen lo suficiente y se diversifican, entre otras cosas, por su incapacidad de participar en el contexto global como opción competitiva de mercado abierto, sino como nicho de materias baratas o de manufactura con mano de obra de bajo costo, precisamente por no tener dirigentes con dominio fluido del inglés.

La necesidad imperiosa del capitalismo para mundializar el inglés no es porque se le conciba como una puerta de acceso a la interculturalidad, sino como la única posible y entonces lo convierte en el vehículo por excelencia para la recolonización de la humanidad. La premisa de Mexicanos Primero, en tanto que con esta medida se rompe con el monolingüismo, ya sea del español o de cualquiera de los muchos idiomas que se hablan en el país es equívoca; por el contrario, lo fomenta, sólo que ahora coloca al inglés como la lengua dominante a escala planetaria.

Aprender en inglés trasciende los límites de la convivencia entre idiomas, implicar pensar y codificar los aprendizajes en inglés, no mientras te lo apropias o lo practicas, eso sería lo más lógico, sino algunas jornadas enteras, como dos o tres, o algunas asignaturas del plan de estudios, como ciencia o matemáticas. Pasar del incremento de horas de una lengua extranjera a suplantar las cosmovisiones es una amenaza de epistemicidio que no se le puede tomar por inocente; los idiomas no son sólo expresiones orales y escritas en estricto sentido, son sistemas de pensamiento, que también expresan formas de vida, cuando éstos mueren se llevan a la tumba saberes, conocimientos y maneras de construirlos que sólo podían manifestarse y vivirse dentro de sus dinámicas lingüísticas.

En este sentido, la estrategia debilita la fuerza de las normales y sus posibilidades transformadoras de la sociedad a través de la educación, porque está dejando fuera del currículo las cosmovisiones que han hecho posible la irrupción del proceso involutivo de la modernización capitalista, reproduce los mismos patrones de colonialidad de aquellos saberes que fueron castellanizados, pero que hoy emergen desde sus raíces ancestrales para abrir nuevas rutas de vida viables y urgentes frente a la crisis civilizatoria.

La intención reformista de las normales que se propone reclutar un ejército de maestros de inglés, no contempla la misma cruzada para cumplir con la Educación Indígena e Intercultural que enuncia como uno de sus cinco ejes; podemos deducir con toda certeza que la correlación entre la formación normalista y la inclusividad que se presume para la educación obligatoria, es una falsedad. La de Nuño y los empresarios no es una estrategia de fortalecimiento nueva, sino la misma que se propone exterminar al normalismo y su proyecto cultural que se mantiene vivo, aún en medio de todas estas tácticas de ataque a fuego abierto, represión física y de recolonización cultural.

*Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2017/07/18/politica/014a2pol
*Fotografía:eldebate
Comparte este contenido:

La Reforma patas arriba y la escuela al revés

Por: Lev M. Velázquez Barriga.

En el libro de Eduardo Galeano Patas arriba: la escuela del mundo al revés se describe un modelo de sociedad y de escuela que rompe con la lógica del sentido común, lleno de antivalores y prácticas opuestas al humanismo, la democracia y la justicia social. Mostrar de manera inversa una realidad cosificada, inhumana, carente de ética, deshonesta, en la que lo más importante no son los seres humanos, sino la ganancia, es tan sólo un recurso didáctico que nos ilustra lo cruda que es la educación en y para el mundo del capitalismo.

Cuando se consulta la versión acabada del Modelo educativo para la educación obligatoria, cuyos planes y programas fueron presentados por Aurelio Nuño hace unos días y publicados en el Diario Oficial de la Federación el pasado 28 de junio, nos recuerda la paradoja que evoca Galeano y pareciera que la Secretaría de Educación Pública (SEP) está planteando la reforma educativa al revés. El esquema contiene una serie de contradicciones que pueden ser leídas de forma opuesta a lo que discursa; de esa manera es posible develar su verdadera esencia.

En el modelo educativo al revés, el gobierno mexicano se propone educar para la libertad, pero impulsa una estrategia de censura propia de las dictaduras políticas, en la que se asesina a los periodistas que luchan por ella; balea y reprime a los estudiantes que la ejercen; encarcela, desaparece y persigue a quienes la buscan; espía a la ciudadanía y a sus opositores; además, amenaza a quienes denuncian las violaciones a la privacidad.

El modelo educativo al revés dice que los alumnos tendrán una formación integral, es decir, el desarrollo pleno de todas sus facultades, por eso propone enseñar menos para aprender más, reduciendo los aprendizajes a las competencias laborales para la sociedad del siglo XXI. Su pedagogía de la rentabilidad concibe al estudiante como capital humano, es decir, en su única dimensión económica y no en la complejidad ecobiosicosocial que lo define. Aun el desarrollo socioemocional está ligado a la transferencia de inteligencias, valores y habilidades de la escuela a los nuevos patrones organizativos empresariales del estilo Oxxo, que para seguir garantizando el éxito demandan empleados con mayor flexibilidad, capacidad para la autorregulación de las relaciones personales en el trabajo y manejo del estrés grupal.

Para ser inclusiva, la escuela al revés tiene que ser excluyente: sólo así niega a los alumnos con discapacidades el derecho a recibir educación y atención especial, confunde terriblemente integración con inclusión. La escuela de la diversidad está patas arriba, reconoce las diferencias, pero fomenta la evaluación estandarizada, de modo que para atender las muchas formas de aprender y de enseñar tiene una sola pedagogía universal que elimina a todas las demás, el enfoque por competencias.

Está tan de cabeza que por poner la escuela al centro deja a los alumnos fuera. El cierre masivo de escuelas multigrado o reconcentración escolar, que ya está en marcha, dejaría sin educación a millones de alumnos de comunidades rurales e indígenas, y a otros tantos los desplazaría de sus lugares de origen. Para crear oportunidades para los más vulnerables oferta becas en vez de escuelas y cierra las que están más cercanas, para que puedan ir a las más lejanas.

Fortalece la educación pública privatizándola; para garantizar que la educación sea gratuita, pide aportaciones económicas a los padres. El presidente de la República dio un gran discurso ejemplificando los beneficios de la autonomía de gestión: cuando falte algún vidrio o haya que arreglar alguna puerta, ya no tendrán que hacer engorrosos trámites burocráticos para que la SEP se haga cargo: ahora tendrán toda la facultad para hacer las cosas por sí mismos y pagar de su bolsillo lo que se necesite. La más innovadora de las propuestas trae dinero del futuro para invertir en el presente, dejando muy claro que eso no es deuda pública, pero hay que pagar intereses a 25 años.

En la reforma educativa al revés los profesores no son profesores, pues no hace falta estudiar esa profesión. Para fortalecer la formación inicial de los maestros se exterminan las normales y se contrata a quienes no tienen formación inicial docente. La escuela al revés profesionaliza al maestro desprofesionalizándolo, premia el individualismo y castiga su antigüedad con la evaluación para el despido, desconoce su experiencia y no le importa su preparación académica. Quizá lo que más puede presumirse en este tema es que busca la calidad de la enseñanza con la precariedad en el trabajo.

En el gobierno también se actúa al revés: el modelo educativo se anuncia al principio y se hace al final; el secretario de Educación cobra como funcionario, pero actúa como candidato; uno de los grandes estatistas de la reforma educativa no supo escribir su propia tesis y el otro no sabe hablar. Los planes y programas de estudio no serán para llevarse a cabo en este sexenio, sino en el otro; no obstante, dejan márgenes estrechos para enderezar la reforma patas arriba durante los próximos 12 años, de suerte que la solución no vendrá desde arriba ni con el cambio de gobierno; sólo será posible si los maestros son capaces de consolidar en cada escuela las contrapropuestas pedagógicas que ya se practican y construyen en varios estados.

*Doctor en pedagogía crítica

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2017/07/05/opinion/014a1pol?partner=rss
Fotografía: revistacapital
Comparte este contenido:

La defensa pedagógica del normalismo

Lev M. Velázquez Barriga*

El internado de Tiripetío es una de las 15 normales rurales mexicanas con esta modalidad que han sobrevivido al cierre violento o velado de más de una veintena de ellas, desde los años sesentas. Es el pilar que ha sostenido y articulado la defensa del normalismo en Michoacán; la solidaridad y el compromiso político de sus estudiantes es tan alto, que son incontables las veces en que han cobijado otros movimientos estudiantiles que luchan por el derecho a la educación pública, justamente como sucedió recientemente en Cañada Honda o meses antes, cuando apoyaron a cientos de jóvenes rechazados de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo que estaban siendo hostigados por el gobierno de Silvano Aureoles, al exigir un lugar en la universidad pública.

Tiripetío es la voz más crítica entre las normales michoacanas. Desde ahí se ha convocado a diversos investigadores que destacan entre las instituciones de mayor prestigio del país, a los representantes e intelectuales de la izquierda pedagógica latinoamericana, a la comunidad académica nacional de sus escuelas hermanas, urbanas y beneméritas, para debatir a conciencia la situación actual, así como los horizontes del normalismo mexicano que con la reforma educativa se quiere llevar hasta la tumba, provocando la muerte pedagógica de la profesión docente.

Contra el currículo oficial, los alumnos y los maestros mantienen vivo el espíritu original del normalismo rural, el currículo real del internado sigue contemplando los ejes: académico, deportivo, cultural, político y productivo, estos últimos sin ningún apoyo económico o institucional y bajo la autorganización del estudiantado que observa en la dimensión económica agropecuaria un vínculo con las comunidades rurales y en la formación política la continuidad del compromiso ético en favor de los sectores sociales populares.

Ciertamente, la defensa del normalismo desarrollado por los jóvenes de Tiripetío los ha orillado a escenarios de confrontación en los que exponen su integridad física, ante la constante amenaza del Estado que mantiene de manera permanente un dispositivo policiaco que ha intentado en varias ocasiones invadir el espacio físico de la normal para desalojarlos; que vigila y persigue la movilidad de los estudiantes a cualquiera de sus actividades, que realiza acciones de vandalismo para después culpar a los jóvenes y justificar su represión ante la opinión de la ciudadanía.

A falta de un proyecto oficial que fortalezca la formación inicial de los profesores, hasta hoy desconocido por la propia comunidad educativa de las escuelas normales, el Estado mexicano optó por exterminarlas. Esta guerra abierta contra ellas tiene una faceta de violencia simbólica, que alienta el desprestigio académico, el odio racial, clasista y patriarcal contra la condición humilde e indígena de sus estudiantes y aviva las posiciones ultraderechistas que claman por su cierre inmediato.

Otra de sus dimensiones es la provocación sistemática de ambientes de violencia física que aterrorizan a la sociedad, que buscan inhibir el deseo de los jóvenes por ingresar a estas escuelas o los orillan a desertar si ya forman parte de ellas. Antes de la reforma de 2013, Tiripetío tenía una demanda anual de más de mil aspirantes, en 2015 disminuyó a 400, en 2016 a 200 y en 2017, en medio del clima represivo que se vivió, prácticamente a la par de su convocatoria de nuevo ingreso, sólo llegaron 159 solicitudes. La eficiencia terminal era de 99 por ciento, pero ahora vemos deserciones desde los primeros años de la carrera, que antes eran atípicas.

El aumento al presupuesto 2017 de 2 mil 829 millones de pesos para seguridad pública en Michoacán, contrasta con las constantes retenciones de los subsidios estatales a las normales, pero dan cuenta de que el objetivo subyacente es la criminalización estudiantil y la muerte del normalismo por inanición. Precisamente el detonante del conflicto en Tiripetío fue la exigencia del pago atrasado de becas para garantizar la alimentación de los moradores del internado, cuyas condiciones sociales son precarias; el mismo Gael Solorio, joven que recibió un disparo con arma de fuego en la cara, es originario de una comunidad rural que pertenece al municipio de Turicato, región de la Tierra Caliente cuya actividad económica está asolada por el narcotráfico y no tuvo más opción que buscar superar las pocas expectativas que había en su contexto, ingresando a la normal.

Esta política de exterminio, más aguda contra la normal rural, se evidenció de nueva cuenta en la represión del 21 de junio en Michoacán. Tiene que ver con la desruralización de la escuela, de su identidad campesina e indígena, con desabastecerla de maestros y acelerar el cierre de las escuelas comunitarias (ya iniciaron en Conafe) y el desplazamiento de la población explotable a zonas de concentración que vulneran aún más las condiciones sociales de las personas y las vuelven presa fácil de la esclavitud moderna.

En este contexto, me parece necesario, que junto a la creciente defensa política de las normales, en la movilización, la denuncia pública y la observancia ciudadana, habrá que fortalecer su defensa pedagógica, hacer más visibles y más ricas las resistencias educativas que se desarrollan en escuelas como Tiripetío, porque ahí radica en gran medida la relevancia de que sigan existiendo, además reivindica la capacidad propositiva de los alumnos, de los profesores y contrarresta la propaganda de odio que impulsa el Estado.

*Doctor en pedagogía

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2017/06/28/politica/017a2pol

Imagen tomada de archivo OVE

Comparte este contenido:

Reformas educativa y fiscal, las dos caras de una moneda

Por Lev M. Velázquez Barriga

Desde que se creó el servicio profesional docente como la guillotina para cercenar al magisterio, se diseñó casi a la par, en 2014, la Ley de Coordinación Fiscal para secundar cualquier intento inconcluso de eliminarlo a través de la evaluación. Si bien la faceta evaluativa de la reforma educacional no se ha agotado, sí pasa por una etapa crítica. Por tal razón han activado de manera paralela mecanismos complementarios de despido, dispositivos administrativos que van reduciendo las plantillas escolares y que precarizan su salario. Tales medidas han ido avanzando de manera lenta, esparciéndose como un cáncer por el sistema educativo, pero hoy están provocando verdaderas situaciones de caos, a tal grado que suman descontentos en distintas partes del país.

La amenaza continua de una evaluación que atenta contra la estabilidad laboral de los profesores de mayor antigüedad ha sido suficiente para expulsarlos, por medio de la jubilación obligada; hablamos de por lo menos veinte por ciento del universo total de mentores mexicanos que desde 2013 han visto en el retiro la vía más segura para no perderlo todo. La situación es aún más preocupante después de la reforma fiscal, porque a partir de ella la aritmética tecnocrática para renovar, contratar y cubrir el salario a los maestros cambia radicalmente.

Para hacerlo gráfico, pongo de ejemplo a Michoacán: sólo en 2016 se tramitaron 3 mil 300 jubilaciones de claves docentes; por consecuencia, debieron darse de alta un número igual para llenar los vacíos, más otras tantas si consideramos el crecimiento natural de la población escolar; sin embargo, el gobierno sólo cuenta con 200 profesores idóneos disponibles con contratos de cuatro meses que terminarían en julio del presente año, resultado de las evaluaciones para el ingreso al servicio docente.

La situación dejaría en el abandono a más de 3 mil grupos, de no ser porque los profesores han decidido por propia voluntad no irse de las escuelas. En la otra cara de la moneda, las secretarías de Educación federal y de Michoacán se niegan a contratar a mil 200 egresados de las normales públicas de la generación 2016, cifra incluso menor a las necesidades reales. Esto no es nuevo, se han negado desde que entraron en vigor las reformas educativa y fiscal, tal pareciera que la finalidad es reducir al máximo la nómina educativa, pero a su vez cumplir el propósito de Aurelio Nuño de eliminar las escuelas rurales.

El problema crece exponencialmente con el control centralizado en la planificación de grupos escolares, porque los nuevos reglamentos administrativos tienen como requisito un mínimo de alumnos por encima del promedio de la OCDE; esto ha traído como consecuencia que en las escuelas de baja matrícula donde sus profesores piden cambio para salir ya no les sean reintegrados sus recursos humanos, pero también se advierte la tendencia a la fusión de grupos, incluso a la desaparición de los dobles turnos y por tanto de las dobles plazas.

La reforma fiscal y el régimen de negociación salarial única a escala nacional ha precarizado sistemáticamente el salario, la tendencia de los últimos años apunta al encasillamiento, como sucede en Chile, donde el aumento depende de los resultados de la evaluación, por lo que podrían pasar varios ciclos cuatrienales sin ninguna mejora. Sumemos a estos agravios que con el recorte del calendario escolar a 185 días (promedio de la OCDE) se pretende aumentar la jornada diaria, por si no fuera suficiente que los maestros mexicanos se encuentran entre los que más horas trabajan al año y los que menos ganan.

Los más afectados con la precarización son los docentes cuyas claves presupuestales fueron creadas con techos financieros estatales después de la descentralización escolar de los años noventa, pero que ahora penden de un hilo con el proceso de reconcentración de la nómina magisterial. A lo anterior le sumamos que entidades altamente endeudadas –tal es el caso de Michoacán–, han encontrado la justificación para sus desvíos financieros, de ese modo vemos un Silvano Aureoles que cobra oficialmente como gobernador, pero gasta y actúa como todo un candidato presidencial. Reforma fiscal y corrupción son la combinación perfecta que ha privado a los profesores estatales, por más de dos años, de las prestaciones que por ley les corresponden, una de ellas fue precisamente la del Día del Maestro. Los abusos contra el salario docente han llegado hasta niveles inconcebibles, en los que los descuentos vía nómina para pagos por concepto de créditos personales no llegan al destino de los acreedores, sino que se quedan como un vil robo en las arcas del gobierno.

Estas problemáticas derivan de una misma reforma con dos vertientes: una educativa y otra fiscal, ambas hacen de Michoacán y otros estados que hoy sostienen movilizaciones sociales decididas, un caldo de cultivo que comienza a agitar rebeliones magisteriales de dimensiones nacionales, acumulan la necesidad de transitar de los descontentos focalizados a las jornadas de lucha concentradas en la capital de la República o por lo menos coordinadas en las distintas regiones del país, de otro modo se pierde de vista que se enfrenta una política de Estado a escala federal.

Fuente artículo: http://www.jornada.unam.mx/2017/05/27/politica/014a1pol

Comparte este contenido:

La partida de Sylvia Schmelkes

Por: Lev Moujahid Velásquez Barriga 

Sylvia Schmelkes, socióloga e investigadora reconocida a nivel nacional e internacional, llegó a la presidencia de la junta de gobierno del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) generando grandes expectativas. Hasta antes de ocupar el cargo, había cosechado un prestigio envidiable entre la comunidad educativa. Sin temor a equivocarme, me atrevo a decir que prácticamente no hay escuela de educación superior en el ámbito universitario y de la formación docente que no haya estudiado sus aportaciones en el tema de la interculturalidad. No es para menos, en un país como México que se caracteriza por su riqueza pluriétnica.

No obstante, a unos días de terminar su gestión al frente del INEE, se va, contradiciendo sus propias convicciones intelectuales. Lamentablemente, lejos de haber implementado un modelo de evaluación respetuoso de la diversidad regional, cultural y lingüística, impulsó una propuesta que camina en dirección contraria a estos principios, cuya lógica orientada hacia la estandarización es invasiva, aculturizadora, discriminante de los pueblos originarios y reduccionista de los muchos Méxicos que se expresan en la diversidad social y geográfica, pero también de las formas varias en que los niños construyen, demuestran e interiorizan los aprendizajes escolares.

Schmelkes fue miembro connotada y reconocida en el medio académico, donde cultivó muchas amistades. Fue integrante del Consejo Mexicano de Investigación Educativa (Comie), el órgano de mayor prestigio en este campo, de donde emergen los primeros miembros de la junta de gobierno del INEE, ella incluida. Sin embargo, hoy se retira de la presidencia de este organismo desoyendo y faltando a la confianza que sus compañeros depositaron en ella. Su actitud estrecha ante la opinión, muchas veces mesurada, del Comie, provocó la ruptura de un sector de este consejo (que se distanció de ella), con importante presencia en los medios de comunicación, en la opinión pública, credibilidad en el magisterio y las instituciones de gobierno.

La CNTE, que siempre ha sido escéptica de la reforma educativa, así como de las personas e instituciones que la instrumentan, confirmó las sospechas iniciales que relacionaban la poca independencia de la consejera presidenta, por sus antecedentes como asesora de la OCDE, los cuales marcaron el sometimiento de su gestión a los lineamientos empresariales que promovieron una evaluación para la precarización laboral. Para los profesores que quizás nunca se pensaron involucrados en ninguna actitud de oposición a la reforma, la presidenta se va, dejando en ellos el descrédito y la decepción de quien fue parte de su formación inicial y de su preparación continua. Priva en muchos de ellos la convicción de que, con la evaluación punitiva, les da la puñalada por la espalda, ningunea la profesión docente, desconoce sus años de seguridad laboral y quebranta la satisfacción personal de haber escalado en el mérito a la carrera magisterial.

Sylvia Schmelkes deja resultados mediocres al frente del INEE. Nunca pudo consolidar un instrumento que superara los errores que llevaron al examen Enlace a su desaparición. El Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (Planea) sigue siendo una prueba que hace tabula rasa de los alumnos. Además, ha padecido dificultades para aplicarse desde su origen: desde la insuficiencia presupuestal hasta la carencia de recursos humanos para llegar a un amplio sector. Su impacto en la interpretación del estatus cognitivo, social y escolar de los estudiantes no fue el esperado. La prueba internacional Pisa, diseñada por una institución ajena a lo educativo como la OCDE, es hasta hoy el principal termómetro para orientar la política gubernamental y se impone desde los grupos de empresarios nacionales, por encima de la supuesta autonomía del órgano evaluador reconocido constitucionalmente.

Los fracasos de la socióloga al frente del instituto no son pocos ni son defendibles. Antes que reconocer la inviabilidad de la reforma no educativa y la necesidad imperiosa de cambiarla, por sus incongruencias constitucionales y por las evidentes incapacidades institucionales para instrumentarla, prefirió violar sistemáticamente la legislación que el INEE, los empresarios y el gobierno federal promovieron. En lugar de escuchar el descontento social y el desacato magisterial a la evaluación antipedagógica, prefirió ignorarlos.

Las omisiones saltan a la vista en sus últimos informes: apenas 10 por ciento de los docentes se han evaluado en tres años. En el mejor de los casos, la expectativa más optimista prevé que en la última calendarización en curso la cifra pueda llegar a 20 por ciento. Este hecho muestra que no se está cumpliendo con la legislación, la cual establece que en 2018 todos los maestros deberían estar evaluados en un lapso de cuatro años. Es así como podemos hablar de una muerte lenta de la reforma. Si accediera a darle un giro más formativo, voluntario y no castigador a la evaluación, se podría evitar la agonía de los próximos 10 años.

De cara a su retiro, Silvia Schmelkes no puede ignorar que su investidura quedó manchada con la sangre de los muertos que fueron víctimas de la evaluación policiaca y militarizada. No puede dejar de lado que, con su complicidad, fueron despedidos más de 600 maestros que se negaron a evaluarse en legítima defensa de su derecho a trabajar dignamente y a no arriesgar el sostén de sus familias.

Seguramente la despedirán en medio de un acto solemne, en el que le reconozcan sus logros y cualidades. Sin embargo, para los maestros, normalistas, académicos, padres de familia e intelectuales de bien, quedará en las páginas de la educación mexicana como anfitriona de una historia de ineptitudes, fracasos, entreguismos y represiones.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2017/04/22/politica/014a2pol

Fuente de la imagen: http://snte.org.mx/seccion56/images/big/20150709/224617219.jpg

Comparte este contenido:

Modelo educativo: estrategia electoral y privatizadora

Por: Lev Moujahid Velásquez

El nuevo “Modelo Educativo para la Educación Obligatoria. Educar para la Libertad y la Creatividad” se presenta en un gran evento de relumbrón que no podría entenderse sino en el contexto coyuntural que se define por la abierta carrera hacia la sucesión presidencial y la conducción de la nación, así como la crisis de legitimidad que atraviesa la administración de Enrique Peña Nieto, pero también el PRI y sus posibilidades transexenales en el poder.

1
Entre los varios síntomas de ingobernabilidad que se han manifestado en el presente sexenio destacan los cuatro meses de paro magisterial –que de mayo a septiembre de 2016 consolidaron un ambiente generalizado de rechazo a la reforma educativa– que fue documentado ampliamente por los medios de comunicación, expresado en los análisis de las políticas de gobierno y reflejado entre los informes de los centros de inteligencia, en los que la resistencia docente aparece como un foco rojo para la seguridad nacional.

De suerte que el modelo educativo, inexistente en la praxis después de cinco años de oscurantismo pedagógico, se parece más a una plataforma electoral para recuperar la legitimidad y la gobernabilidad desde su punto más crítico: la reforma educativa. Tal plataforma comenzó, incluso, con el arribo de Aurelio Nuño a la SEP, pero toma mayor consistencia a través de una etapa prolongada de propaganda mediática so pretexto de consultar lo que se dio a conocer como documentos de discusión en 2016.

El nuevo modelo sólo será útil mientras aparezca en el discurso presidencial echando las campanas al vuelo porque ha nacido una “revolución educativa”, en tanto sirva para la persuasión del voto y el activismo político cada vez que los altos funcionarios públicos puedan seguir declarando, con sus matices cada uno, que los avances y la viabilidad de la reforma educacional se verán concretados si se da la continuidad del priismo en el próximo gobierno, de otro modo, un proyecto diferente que plantee la ruptura con el actual, pondría en riesgo el esfuerzo de todos los mexicanos.

Los tiempos del modelo educativo están encadenados a los del proceso electoral, más allá de éste perderá importancia en la agenda nacional; la evidencia implacable de su intrascendencia está en la ruta de aplicación en las escuelas, habrá que esperar hasta agosto-septiembre de 2018; es decir, después de las elecciones, en los últimos cuatro o cinco meses del actual gobierno, cuando ya estén empacando sus maletas para irse y al margen de poder concretar cualquier política pública por la transición hacia la nueva administración.

De ahí que sus conceptos pedagógicos repetidos, desgastados por la incongruencia entre el discurso y la realidad cotidiana de las escuelas –pero también de la sociedad– no hayan encontrado un lugar común donde habitar y que sean ejemplos palpables, vivos y orgánicos de que lo escrito en papel tenga evidencias; primero de que la reforma sea educativa y segundo de que haya dado muestras exitosas dignas de recuperarse. El propio slogan “educar para la libertad y la creatividad”, es la antítesis con la que se gobierna en México: el ejército en la calle intimidando a la sociedad civil es indicativo suficiente de tal incongruencia.
Además de ser una plataforma política, este modelo es la estrategia con la que hace dos décadas se inició el desmantelamiento del sistema educativo nacional público, el cual ha pasado de la descentralización federal a los estados, en algunos casos hasta la municipalización y ahora transita por esta nueva fase que coloca la “escuela al centro” como su atomización en núcleos separados de unidades autofinanciables, con la intervención cada vez más activa de la sociedad en el sostenimiento económico de las escuelas.

La pulverización de los sistemas educativos públicos no es la intención ocurrente de los políticos mexicanos, sino parte de las reconfiguraciones que se dan en la nueva organización de los consorcios económicos exitosos que se han acoplado a los cambios del capitalismo y sus revoluciones tecnológicas.

Betsy DeVos, la recién nombrada secretaria de educación en Estados Unidos, y además esposa del director ejecutivo de Amway, encarna el ideal de nueva empresa cuya base es el trabajo piramidal, en redes personales de vendedores y vendedoras, que sin ningún sistema de interrelaciones físicas o laborables que los vincule, generan nuevos patrones de autogestión individual de la economía empresarial y de consumo personal en línea. De hecho, para la señora DeVos, el sistema educativo conocido hasta hoy es obsoleto y debería funcionar en la misma lógica de su emporio familiar, para tal efecto la inversión estatal tendría que hacerse de forma directa a los centros escolares, tanto públicos como privados para la autogestión de escuelas, currículos y modelos de aprendizaje que sean ofertas diversas en el mercado educativo. De hecho su propuesta más fina es la financiación personal a través de un sistema de vouchers para el ejercicio real de la libertad de consumo, así que no sería difícil imaginar escenarios similares para el contexto mexicano como parte del proceso descentralizador que forma parte de este modelo educativo.

Cuando el modelo para la educación obligatoria mexicano plantea que el desafío del siglo XX fue la cobertura y que el del siglo XXI debe ser la calidad, nos está anunciando el abandono de cuatro millones de menores en edad de estudiar que no están en la escuela, de miles de planteles rurales o urbano marginales en los que aún prevalecen carencias estructurales, pero que no serán parte de esa concreción de la política educativa que se presume llegará a cada centro escolar, porque no los incluye a todos por igual, sino que dependerá del número de alumnos y sus resultados.

Asimismo, la reconcentración escolar es una medida de la escuela al centro, en la que Aurelio Nuño propuso eliminar 100 mil planteles de organización incompleta, los cuales atienden una población dispersa que representa un 15 por ciento en el universo total de alumnos, absolutamente prescindibles, porque no son sujetos de consumo, porque su capital cognitivo no servirá para acrecentar la economía del empresario, según demuestran los bajos niveles de aprendizaje medidos en las evaluaciones externas que justifican su exclusión.

El derecho universal a educarse en el lugar de residencia, por el sólo hecho de ser mexicano, ya no será una prioridad, mucho menos es una propuesta inclusiva según sus propios preceptos, porque la calidad educativa sólo llegará a las ciudades, a las zonas de crecimiento poblacional y desarrollo económico del campo; será accesible únicamente para los que cumplan con las mediciones estandarizadas de los aprendizajes, con lo cual se violenta el principio pedagógico de la educación integral y humanista que se pregona en el modelo educativo.

Este proceso de pulverización va en avanzada en el sector de la formación docente, donde Ana María Luz Aceves Estrada, quien fuera premiada como “vendedora diamante” por la empresa Amway –propiedad de la familia de Betsy DeVos– es la actual titular de la Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente. Hasta hoy, la exvendedora estelar de Amway no ha aplicado ninguno de los trece principios pedagógicos de la labor docente que se describen en el modelo educativo, pero sí ha llevado a cabo los de su matriz ideológica economicista: la entrega de recursos públicos a través de contratos exclusivos con instituciones privadas como el Tecnológico de Monterrey, la capacitación docente precarizada desde espacios virtuales y la eliminación de instituciones públicas para la formación continua, como es el caso de los Centros de Maestros.

Finalmente, es necesario decir que sí hay una revolución educativa, pero no por decreto presidencial, sino que se gesta desde seno del magisterio democrático, se cultiva en las comunidades autónomas y experiencias colectivas de educación popular; se discute, construye y valora de forma permanente en encuentros de redes y congresos pedagógicos alternativos. Sin embargo, ninguna de sus aportaciones que han hecho crisis en el paradigma impuesto por la globalización económica, están presentes en el nuevo modelo educativo para la educación obligatoria.

Fuente: http://educacion.nexos.com.mx/?p=492

Comparte este contenido:
Page 8 of 12
1 6 7 8 9 10 12