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El BID destina un millón de dólares a la educación en Honduras y El Salvador

El monto procede del fondo japonés. La institución aclara que se trata de una transacción «no reembolsable». El apoyo se prolongará por dos años.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) anunció el miércoles una partida de un millón de dólares para apoyar el sistema educativo en Honduras y El Salvador para ayudar a paliar los efectos de la pandemia de coronavirus.

El monto del fondo japonés y –según declaración del BID– “permitirá reducir el impacto del COVID-19 en el aprendizaje para jóvenes vulnerables de ambos países.

El BID informa que se trata de una cooperación técnica “no reembolsable” que busca apoyar “la reinscripción escolar y la recuperación de resultados de aprendizaje”.

Según estimados de la institución, teniendo en cuenta crisis económicas anteriores, “cerca de un millón de jóvenes no regresarán a la escuela en Mesoamérica”, lo que representa al menos un 19,4% de aumento en el ausentismo estudiantil.

Las dos naciones beneficiadas recibirán apoyo por dos años, con objetivos centrados en asegurar entornos seguros para el aprendizaje y reducir el impacto de la pandemia en materia de escolaridad.

Además “apoyará a las autoridades educativas a desarrollar una estrategia y plan de incentivos monetarios y no monetarios para motivar a los niños, niñas y jóvenes a que regresen a las aulas y promover su permanencia en el sistema educativo”, concluye la comunicación.

Fuente: https://www.voanoticias.com/centroamerica/eeuu-bid-donacion-educacion-honduras-el-salvador

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Un “gran confinamiento” devastador en el Tercer Mundo

Por: Por Gilbert Achcar

Con la pandemia de la covid-19, el planeta está sufriendo la peor crisis económica desde el periodo de entreguerras. Desempleo, inseguridad alimentaria, abandono escolar… los efectos del «gran encierro» se hacen sentir en todas partes, pero es en los países pobres donde sus repercusiones afectan con más dureza. Con una estructura laboral en la que predomina el sector informal, muchos trabajadores carecen de protección social alguna.

Así como las consecuencias del cambio climático se sienten en todas las latitudes, la pandemia de covid-19 no perdona a nadie, rico o pobre, jefe de Estado o refugiado. Sabemos, dicho esto, que esas crisis planetarias no afectan por igual a todos los humanos. Además de suponer diferentes vulnerabilidades según la edad y diversos factores de riesgo, la pandemia, al igual que el calentamiento climático, tiene una incidencia muy diversa a escala mundial, así como dentro de cada país, en función de las tradicionales líneas divisorias entre ricos y pobres, blancos y no blancos, etc. La infección de Donald Trump confirmó, desde luego, que el virus no tenía consideración con el rango político, pero el excepcional tratamiento que recibió el presidente de Estados Unidos, con un coste estimado que supera los 100.000 dólares por tres días de hospitalización (1), demuestra que, si bien todos los seres humanos son iguales ante la enfermedad y la muerte, algunos, como escribió George Orwell en Rebelión en la granja, son “más iguales que otros”.

Como es costumbre, el Tercer Mundo es el que más sufre los embates de la actual crisis económica, denominada “Gran Confinamiento” por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su informe semestral de abril de 2020 (2), una crisis que ya es la más seria desde la Gran Depresión del periodo de entreguerras. El Tercer Mundo es el tercer estado mundial del que solo unos pocos países de Asia oriental han logrado salir desde que el economista Alfred Sauvy acuñó el término en 1952. Lo definiremos aquí como el conjunto de países de ingresos bajos, añadiéndoles los países de ingresos intermedios (franja inferior y superior), según la clasificación del Banco Mundial, exceptuando a China y a Rusia, que, aunque son países de ingresos medios superiores, sí son potencias mundiales.

A escala internacional, el Gran Confinamiento ha acarreado una fuerte agravación del desempleo. Ahora bien, el impacto social de este desempleo es mucho mayor en los países del Tercer Mundo que en los países ricos, que a menudo han implementado costosas medidas con el fin de mitigar sus consecuencias. A lo largo de los tres primeros trimestres de 2020, se ha destruido en todo el mundo el equivalente prorrateado a 332 millones de puestos de trabajo a tiempo completo, es decir una merma del 11,7% en comparación con el último trimestre de 2019. De ellos, 143 millones se perdieron en los países de ingresos medios inferiores (-14%), 128 millones en los países de ingresos medios superiores (-11%) y 43 millones (-9,4%) en los países ricos, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) (3). Y si bien los países de ingresos bajos perdieron “solo” el equivalente a 19 millones de puestos de trabajo (-9%) durante el mismo periodo, esta cifra no da un reflejo adecuado del impacto socioeconómico de la crisis que han sufrido. Y es que, en estos países, al igual que en los países de ingresos medios inferiores, la gran mayoría de empleos y actividades por cuenta propia se sitúan en el sector informal, que absorbe el 60% de la mano de obra mundial y, por definición, carece de cualquier tipo de protección social.

En un informe reciente, el Banco Mundial estima que la pobreza extrema –definida como el hecho de tener que sobrevivir con menos de 1,90 dólares al día– aumentó en 2020, como resultado de la pandemia, por primera vez desde 1998, tras la crisis financiera asiática de 1997 (4). En términos absolutos, Asia meridional es la región más afectada: entre 49 y 56,5 millones de personas más de lo previsto antes de la pandemia deberían de caer por debajo del umbral este año, o no superarlo. En el caso del África subsahariana, serán entre 26 y 40 millones, confirmándose así el estatus del subcontinente como región con la tasa de pobreza extrema más alta del mundo. La variación será de entre 17,6 y 20,7 millones de personas para los países en desarrollo de Asia oriental (5); podría alcanzar los 4,8 millones en América Latina y los 3,4 millones en el área que forman Oriente Próximo y Norte de África. En suma, según el Banco Mundial, entre 88 y 115 millones de personas caerán o permanecerán en 2020 bajo el umbral de 1,90 dólares como resultado de la pandemia. El incremento neto del número de personas muy pobres en comparación con 2019 será de entre 60 y 86 millones.

Desde 2013, la aceleración del cambio climático, del que las poblaciones más pobres son las primeras víctimas, y nuevos conflictos armados, como los de Siria, Yemen y Sudán del Sur, provocaron que se frenara la disminución de la pobreza. El Gran Confinamiento ha hecho definitivamente inalcanzable el “objetivo de desarrollo sostenible” sobre la extrema pobreza que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) fijó para 2030, con miras a reducir la tasa mundial de extrema pobreza al 3%. La tasa seguía siendo del 10% en 2015, lo que corresponde a 736 millones de personas. Mientras que el Banco Mundial la sitúa en alrededor del 7% en 2030.

La pandemia ha agravado las hambrunas

En julio, la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés) hizo sonar la alarma. Mark Lowcock, secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas, resumió así la situación en el prólogo del informe: “Estimaciones recientes sugieren que hasta 6.000 niños podrían morir cada día por causas evitables, como consecuencia de los efectos directos o indirectos de la covid-19. La derivación de recursos sanitarios podría provocar una duplicación del número de muertes por sida, tuberculosis y malaria. El cierre de escuelas erosionará la productividad, reducirá los ingresos a lo largo de toda la vida y acrecentará las desigualdades. La desaceleración económica, el aumento del desempleo y una menor asistencia a la escuela aumentan la probabilidad de guerra civil, con consiguientes hambrunas y desplazamientos de poblaciones” (6).

Aun sin nuevas guerras, ha habido una gran extensión de la hambruna. Según el informe de la OCHA, la pandemia la ha agravado en zonas ya castigadas y ha creado nuevos núcleos donde no existía. A falta de una asistencia masiva y rápida por parte de los países ricos, el número de personas en situación de inseguridad alimentaria extrema se incrementará hasta los 270 millones a finales de año, frente a los 149 millones de antes de la pandemia. En septiembre, no obstante, solo se habían desembolsado 2.500 de los 10.300 millones de dólares solicitados por la OCHA, según el informe anual del secretario general de la ONU (7). Y esa diferencia no la va a tapar el millón de dólares del Premio Nobel de la Paz otorgado al Programa Mundial de Alimentos. ¿Será porque la hambruna no se contagia ni cruza las fronteras con los migrantes, a diferencia del virus? El pasado 13 de octubre, el Banco Mundial asignó 12.000 millones de dólares a los países en desarrollo para un programa de vacunación y pruebas de detección de covid-19.

El programa “Todas las mujeres, todos los niños”, puesto en marcha por la ONU en 2010 y gestionado conjuntamente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), advierte por su parte en su último informe que el cierre de escuelas por la pandemia hace que muchos niños y adolescentes probablemente nunca vuelvan a ellas en los países del Tercer Mundo (8). Se encontrarán consiguientemente expuestos a mayores niveles de violencia doméstica y a un riesgo alto de embarazo precoz. En el mismo informe se estima que el Gran Confinamiento podría reducir en un tercio los progresos conseguidos en la eliminación de la violencia de género de aquí a 2030, y causar 13 millones de matrimonios infantiles adicionales en la próxima década.

“No es inevitable. Se puede prevenir con dinero y con voluntarismo por parte de las naciones más ricas –asevera Lowcock–. Estimamos que el coste de proteger al 10% más pobre de los peores efectos de la pandemia y de la recesión supone 90.000 millones de dólares, es decir, menos del 1% del plan de estímulos que los países ricos han puesto en marcha para proteger sus economías”. De hecho, según el FMI, el monto total de los paquetes de estímulos anunciados en el mundo entero alcanzaba los 11,7 billones de dólares en septiembre, es decir, el 12% del producto interior bruto (PIB) mundial, la mayoría de ellos en países de altos ingresos (9). El nivel global de deuda pública real en estos países ha superado ya el 120% del PIB, un nivel que solo se había alcanzado una vez en la historia del capitalismo: al final de la Segunda Guerra Mundial. Y frente a eso, según la OIT, con 937.000 millones de dólares se compensaría la pérdida de puestos de trabajo en los países de ingresos medianos inferiores, y 45.000 millones de dólares bastarían para los países de ingresos bajos, lo que supone un total de 982.000 millones de dólares para un grupo de Estados que constituyen la gran mayoría de la población mundial.

Modesta en comparación con las medidas adoptadas por los Estados más ricos, la ayuda que requieren los países pobres también es urgente. Tres investigadores del FMI han advertido de los efectos a largo plazo de la crisis en los países de bajos ingresos. Usan el término scarring (literalmente: “dejar cicatrices”) para designar una pérdida permanente de capacidad productiva. “El scarring ha sido el legado de pandemias anteriores: mortalidad [más alta]; deterioro en salud y educación que reduce los ingresos futuros; extinción del ahorro y de los haberes que conduce imparablemente al cierre de empresas –especialmente las pequeñas empresas sin acceso a crédito– y provoca trastornos irreversibles en la producción; y un sobreendeudamiento que pesa en los préstamos del sector privado. De esta manera, tras la pandemia por el virus del ébola en 2013, la economía de Sierra Leona nunca volvió a la senda de crecimiento anterior a la crisis” (10).

El temor a morirse de hambre

La India, el país más poblado del Tercer Mundo, es también uno de los más afectados por el Gran Confinamiento. Su PIB ha caído en casi una cuarta parte (23,9%) en el segundo trimestre de 2020, lo que ha supuesto un duro golpe para su “ambición de convertirse en potencia mundial, salir de la pobreza y modernizar sus fuerzas armadas”, explica Jeffrey Gettleman, jefe de la corresponsalía de The New York Times en Nueva Delhi. Mucho ha tenido que ver en ello la errática gestión del primer ministro de extrema derecha, Narendra Modi, evidenciándose así los riesgos que entraña el reproducir tal cual unas medidas adoptadas en países con características sociales y demográficas muy diferentes.

Cuenta Gettleman: “El 24 de marzo, a las 8 de la tarde, tras dar a todos los habitantes la orden de permanecer confinados, Modi cerró la economía –oficinas, fábricas, carreteras, trenes, fronteras interestatales [de la Unión India], casi todo– con cuatro horas de preaviso. Decenas de millones de indios perdieron su trabajo inmediatamente después. Muchos trabajaban en fábricas, obras de construcción o como empleados domésticos en la ciudad, pero eran migrantes de la India rural. Con el temor a morirse de hambre en las chabolas, millones de ellos abandonaron los centros urbanos a pie, en bicicleta o haciendo autoestop, en un intento desesperado por volver a sus pueblos; una migración épica de la ciudad al campo, al revés de lo que suele suceder, que la India nunca había conocido, y que propagó el coronavirus hasta el lugar más recóndito de este país de 1.300 millones de habitantes” (11).

Tampoco la clase media india quedó a salvo, con 6,6 millones de oficinistas abocados al paro y un aumento de la tasa de suicidios entre ejecutivos y profesiones liberales (12). El Gobierno de Modi respondió a esta colosal crisis con un plan de recuperación de… 10.000 millones de dólares, anunciado el 12 de octubre (como punto de comparación, el plan de 2 billones de dólares adoptado en marzo en Estados Unidos, cuya población es cuatro veces menor).

El pasado 6 de octubre, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, celebró que las medidas excepcionales hayan permitido a la economía mundial resistir el impacto del confinamiento mejor de lo previsto. Consideró que si hasta la fecha se ha podido evitar lo peor “es en gran parte gracias a las medidas extraordinarias que han permitido mitigar la caída de la economía mundial. Los Gobiernos han destinado aproximadamente 12 billones de dólares en respaldo fiscal a hogares y empresas. Asimismo, se han aplicado medidas de política monetaria inauditas para mantener los flujos de crédito y evitar que millones de empresas tuviesen que cerrar” (13). Con todo, la directora gerente del FMI añadió a continuación: “No obstante, algunas intervenciones tuvieron mejores resultados que otras. En las economías avanzadas se trata de hacer todo lo necesario. Los países más pobres se esfuerzan por hacer todo lo posible”.

Su diagnóstico para los países del Tercer Mundo es el siguiente: “Los mercados emergentes, los países con ingresos bajos y los Estados frágiles siguen enfrentándose a una situación precaria. Sus sistemas de salud tienen más carencias, y están muy expuestos a los sectores más afectados, como son el turismo y las exportaciones de materias primas. Además, dependen enormemente de la financiación externa. La abundante liquidez y las bajas tasas de interés ayudaron a muchos mercados emergentes a recuperar el acceso al crédito, pero desde marzo ni un solo país del África subsahariana ha emitido deuda externa”.

En efecto, y una vez más, el continente africano es el peor librado. Según el Banco Africano de Desarrollo (BAFD), la contracción de crecimiento prevista en 2020 podría suponer para África unas pérdidas de entre 145.000 y 190.000 millones de dólares, con relación a los 2,59 billones de dólares de PIB previstos antes de la pandemia (14). El BAFD calcula que el año 2021 podría cerrarse con una pérdida de ingresos de entre 28.000 y 47.000 millones de dólares en comparación con las estimaciones anteriores. Son especialmente vulnerables los Estados “muy endeudados y cuya economía depende en gran parte de aportes financieros internacionales hoy por hoy volátiles”.

Dichos Estados sufren de hecho una atrofia considerable. Además de los efectos mundiales del Gran Confinamiento en las propias economías, el Tercer mundo en su conjunto sufre de lleno los efectos derivados de la crisis que afecta a los países ricos. Cabe señalar la súbita caída de los flujos monetarios e inversiones hacia los países en desarrollo, y especialmente las remesas de los trabajadores migrantes. Uno de los efectos de la globalización, considerando el doble movimiento de personas y dinero, es que estos envíos –conocidos como “remesas migratorias”– han ido creciendo de forma sostenida desde el cambio de siglo. Con una cifra récord de 554.000 millones de dólares en 2019, superaron por primera vez la inversión extranjera directa (IED), que ha ido decayendo en los países en desarrollo a lo largo de la década, tras culminar en más de 700.000 millones de dólares (15). Valga decir que, desde el cambio de siglo, las remesas migratorias han superado sistemáticamente tanto los flujos privados de inversiones de cartera en préstamos y acciones hacia los países del Tercer Mundo como la ayuda pública al desarrollo, con mucha diferencia en este caso, por más que alcanzó un máximo histórico de 152.800 millones de dólares en 2019 (16).

La contribución de los trabajadores expatriados ronda o supera el 10% del PIB en muchos países africanos, como Senegal, Zimbabue y Sudán del Sur (por encima del 34% en este último). También en las antiguas repúblicas soviéticas del Cáucaso y Asia central, que carecen de riquezas en hidrocarburos (casi el 30% en Kirguizistán y Tayikistán), así como en Jordania, Yemen, el Líbano y los territorios palestinos de Oriente Próximo. En Asia meridional alcanza el 27% en Nepal y cerca del 8% en Pakistán y Sri Lanka. Añádanse Filipinas, en Asia oriental, y varios Estados de Centroamérica, entre ellos, El Salvador y Honduras (más del 20%) y Haití (37%) (17).

La realidad de la deuda y las «buenas intenciones»

Ocurre que, según el Banco Mundial, las remesas a los países en desarrollo van a caer un 20% en 2020, es decir, en más de 110.000 millones de dólares debido a que los migrantes son los más afectados por los despidos y los recortes salariales. Además, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés) calcula que en 2020 la IED hacia los países africanos habrá caído entre un 25 y un 40%, tras sufrir ya un descenso de un 10% en 2019 (18). En el caso de los países en desarrollo de Asia, especialmente sensibles a la alteración de las cadenas mundiales de suministro, se prevé que la caída de la IED alcance entre el 30 y el 45%, y hasta el 50% para América Latina.

A todo eso se añade el creciente problema de la deuda, cuyos pagos por parte de los países en desarrollo han alcanzado el nivel más alto desde el cambio de siglo (19). En promedio, deberían de representar en 2020 el 14,3% de los ingresos de los Estados concernidos, frente al 6,7% en 2010. Pero muchos se enfrentan a situaciones dramáticas, como Gabón, cuyos reembolsos absorben el 59,5% del total de ingresos públicos, Ghana (50,2%), Angola (46%) o Pakistán (35%). Actualmente, 52 países dedican más del 15% de sus ingresos a este reembolso, frente a 31 en 2018, 27 en 2017, 22 en 2015…

Ante esta situación de emergencia, los responsables financieros internacionales multiplican las declaraciones de buenas intenciones, y proclaman la necesidad de aliviar la deuda de los países del tercer mundo por mor de la pandemia. Entre ellos están el presidente del Banco Mundial, David Malpass, o su economista jefe, Carmen Reinhart, quien aboga por condonar deudas para que los países en desarrollo puedan contraer otras (20). Pero la realidad es menos alentadora, como lo explica el Comité para la Abolición de las Deudas Ilegítimas (CADTM, por su nombre anterior: Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo): “A raíz de la pandemia, los países del G20 concedieron una moratoria sobre los reembolsos de la parte bilateral de la deuda para el periodo entre mayo y diciembre de 2020. […] Si bien 73 países resultaron elegibles, en realidad solo 42 consiguieron un acuerdo con el Club de París” (21). ¿Por qué tan pocos? Una explicación podría ser el “chantaje de los acreedores privados y de las agencias de calificación”. Dichos acreedores “indicaron que los países que solicitaban moratorias se arriesgaban a que las agencias rebajaran su nota, cerrándoseles así el acceso a los mercados financieros”. En resumidas cuentas, “estos países van a encontrarse en la tesitura de tener que reembolsar una cantidad mayor con menos recursos” (22).

Los países del Tercer mundo, acorralados por la crisis, piden un alivio de la deuda más consecuente (23). Se está gestando la revuelta. En un artículo publicado en el Financial Times, el ministro de Finanzas de Ghana, Ken Ofori-Atta, hizo un llamamiento a los Estados africanos para que “se adelantaran y crearan una dirección coordinadora de los distintos grupos de interés y centros de poder, con el fin de proponer una reestructuración de la arquitectura financiera mundial” que se adaptase “a las necesidades de África y demás países en desarrollo, en esta circunstancia en que tenemos que gestionar la recuperación pos-covid-19” (24). También hay quienes, a imagen del filipino Walden Bello, profesor universitario de izquierdas, abogan por que los países del Tercer mundo se salgan colectivamente de las dos instituciones fundamentales de la arquitectura financiera mundial, el FMI y el Banco Mundial (25).

A fin de cuentas, el Gran Confinamiento no ha hecho sino reafirmar la posición subordinada del Tercer mundo dentro del sistema político y económico del mercado mundial. Asimismo, habrá frustrado aún más las esperanzas de poder salirse de él sin romper con la lógica neoliberal, cuya incompatibilidad con las necesidades de una humanidad enfrentada a una catástrofe resulta más patente cada día.

Gilbert Achcar, profesor de la Escuela de Estudios Orientales y Africanos (SOAS) de la Universidad de Londres. Autor, entre otras obras, de Symptômes morbides. La rechute du soulèvement arabe, Actes Sud, París, 2017 y, junto a Noam Chomsky, de Estados peligrosos: Oriente Medio y la política exterior estadounidense, Paidós, Barcelona, 2007.

Notas

(1) Sarah Kliff, “How much would Trump’s coronavirus treatment cost most Americans?”, The New York Times, 7 de octubre de 2020.

(2) “The Great Lockdown”, World Economic Outlook, FMI, Washington, DC, abril de 2020.

(3) “ILO Monitor: Covid-19 and the world of work. Sixth edition”, OIT, Ginebra, 23 de septiembre de 2020.

(4) “Reversals of fortune – Poverty and shared prosperity 2020”, Banco Mundial, Washington, DC, 2020.

(5) “From containment to recovery: Economic update for East Asia and the Pacific”, Banco Mundial, octubre de 2020.

(6) “Global Humanitarian Response Plan: Covid-19 (April-December 2020)”, OCAH, Ginebra, julio de 2020.

(7) “Informe del secretario general sobre el trabajo de la Organización / 2020”, ONU, Nueva York, 2020.

(8) “Protect the progress: rise, refocus, recover”, OMS y UNICEF, Ginebra, 2020.

(9) “Fiscal Monitor: Policies for the recovery”, FMI, octubre de 2020.

(10) Daniel Gurara, Stefania Fabrizio y Johannes Wiegand, “Covid-19: Without help, low-income developing countries risk a lost decade”, IMFBlog, 27 de agosto de 2020.

(11) Jeffrey Gettleman, “Coronavirus crisis shatters India’s big dreams”, The New York Times, 5 de septiembre de 2020.

(12) Stephanie Findlay, “Suicides rise after virus puts squeeze on India’s middle class”, Financial Times, Londres, 6 de octubre de 2020.

(13) Kristalina Georgieva, “Un largo camino cuesta arriba: cómo superar la crisis y construir una economía más resiliente”, FMI, 6 de octubre de 2020.

(14) “Perspectives économiques en Afrique 2020” (PDF), BAFD, Abiyán, 30 de enero de 2020.

(15) “Covid-19 crisis through a migration lens”, Migration and Development Brief, n.° 32, Banco Mundial y Asociación Mundial de Conocimientos sobre Migración y Desarrollo (Knomad, por sus siglas en inglés), Washington, DC, abril de 2020.

(16) “ODA 2019 preliminary data” (PDF), Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), www.oecd.org

(17) “Covid-19 crisis through a migration lens”, op. cit.

(18) “Informe sobre las inversiones en el mundo 2020: la producción internacional después de la pandemia”, UNCTAD, Ginebra, 2020.

(19) “Debt Data Portal”, Jubilee Debt Campaign, data.jubileedebt.org.uk. Léase también “Faut-il payer la dette?”, Manière de voir, n.° 173, octubre-noviembre de 2020.

(20) Larry Elliott, “World Bank: Covid-19 pushes poorer nations ‘from recession to depression’”, The Guardian, Londres, 19 de agosto de 2020, y Jonathan Wheatley, “Borrow to fight economic impact of pandemic, says World Bank’s chief economist”, Financial Times, 8 de octubre de 2020.

(21) El Club de París es un grupo de acreedores públicos que reúne a la mayor parte de los miembros de la OCDE, así como Brasil y Rusia.

(22) Éric Toussaint y Milan Rivié, “Les pays en développement pris dans l’étau de la dette”, CADTM, Lieja, 6 de octubre de 2020.

(23) Jonathan Wheatley, David Pilling y Andres Schipani, “Emerging economies plead for more ambitious debt relief programmes”, Financial Times, 12 de octubre de 2020.

(24) Ken Ofori-Atta, “Ghanaian finance minister: Africa deserves more Covid help”, Financial Times, 12 de octubre de 2020.

(25) Walden Bello, “The Bretton Woods twins in the era of Covid-19: Time for an exit strategy for the global south?”, Focus on the Global South, Bangkok, 10 de octubre de 2020.

Fuente: https://mondiplo.com/

Fuente de Réplica: https://rebelion.org/un-gran-confinamiento-devastador-en-el-tercer-mundo/

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«El gran reseteo» del FMI anuncia nueva etapa del fascismo global

Por: Carlos Julio Díaz Lotero/ ail.ens.org.co

Las medidas que pide el FMI no ayudarán a un verdadero reseteo mundial. Aquí hay 4 acciones que si harían posible el cambio.

El FMI, por medio de su directora, Kristalina Georgieva, ha respaldado un “gran reseteo” de la economía como respuesta a la profundización de la crisis global a causa de la pandemia del COVID-19. Como se sabe, el mal manejo de la pandemia en Europa, y mucho peor en las Américas, ha representado no solo cientos de miles de muertos, sino una grave alteración de la cadena económica de suministro y la parálisis de sectores económicos con importante participación en la ocupación total. Dejó al desnudo la tremenda precariedad del desarrollo empresarial y las consecuentes altas tasas de desempleo e informalidad laboral.

La iniciativa fue lanzada por el Foro Económico Mundial como un “Gran Reseteo” de la economía mundial. Se basa en tres pilares, según se desprende del discurso de la directora gerente del FMI en el foro del gran capital financiero: crecimiento verde, crecimiento inteligente, y crecimiento más justo.

 El “crecimiento verde” busca el rescate de una burbuja financiera cercana a los US$ 2.000 billones en proceso de desplome. Se hace mediante la imposición de los llamados “créditos verdes”, para el gasto público masivo de los gobiernos y empresas en inversiones hacia la llamada “transición energética” y una economía “libre de carbón”. Desde hace muchos años las energías renovables se convirtieron en un producto financiero que juega en el mercado especulativo apalancado por los incentivos fiscales y las regulaciones que favorecen al capital financiero. ¿Se podrá rescatar una burbuja financiera sin precedentes con una nueva “burbuja verde”?

Además de lo anterior hay otros debates como los promovidos por el presidente de México, López Obrador, que viene adelantando un programa de rescate de la estatal petrolera Pemex (Petróleos de México) y de la Comisión Federal de Electricidad, que fueron desmanteladas durante décadas de saqueo neoliberal, que entregó el mercado interno a empresas extranjeras de gas y de las llamadas energías limpias, a las que señaló como un sofisma, pues éstas, además de ser intermitentes y más costosas, deben ser subsidiadas por el presupuesto público.

El “crecimiento inteligente” no es otra cosa que la llamada “economía digital”, que ha tenido un desarrollo importante en el marco de la pandemia del COVID 19, algo muy cercano a parte de la “economía naranja” del Presidente Duque. La directora del FMI afirma que es necesario reducir la brecha en tecnologías digitales existente en el mundo, y aun dentro de los países. No obstante, si bien estas tecnologías son necesarias y es urgente garantizar la conectividad digital de los países y sectores sociales más pobres, éstos seguirán en el atraso sino se hacen fuertes inversiones en el desarrollo de energías más densas, en líneas ferroviarias, carreteras, túneles, distritos de riego, y otras infraestructuras básicas necesarias para el desarrollo de la economía productiva como son, entre otros, los sectores agropecuario y manufacturero de alto valor agregado.

El “crecimiento más justo” se reduce a la “expansión de programas sociales” para administrar la pobreza mediante subsidios miserables y políticas asistenciales. En vez de eliminar la pobreza de raíz, como lo ha logrado la República Popular China con un impresionante desarrollo productivo, de infraestructura, de ciencia y tecnología, y de rediseño de los sistemas crediticios y monetarios.

El “Gran Reseteo” del FMI solo se propone rescatar los activos financieros devaluados de las elites oligárquicas financieras, acabar con la clase media y mantener en condiciones de esclavitud a la mayoría de las capas empobrecidas de la sociedad.

Un auténtico programa de reinicio de la economía global debe empezar por restablecer, en primer lugar, una separación de la banca especulativa (banca de inversión) de la banca comercial como lo hiciera en 1933 el Presidente Franklin Delano Roosevelt con la ley Glass – Esteagall en los Estados Unidos.

En segundo lugar, se debe acabar con el sistema monetario de tasas de cambios flotantes y regresar al sistema monetario de paridades fijas del sistema de Bretton Woods, el cual dominó los cambios internacionales hasta 1971 cuando el Presidente Nixon lo desmanteló al separar el dólar del oro.

En tercer lugar, se debe crear un sistema de banca que responda a los intereses nacionales para el desarrollo de obras de infraestructura y de la economía productiva. Debemos retornar a las exitosas políticas del pasado, como el crédito de fomento, la protección de la producción de alimentos, los precios de garantía o de sustentación que hoy reclaman en nuestro país, a vía de ejemplo, los productores de papa, y una política de aranceles para proteger las industrias nacientes y la producción nacional, según el enfoque del gran economista Alemán Federico List de los aranceles decrecientes.

En cuarto lugar, debemos aumentar las tasas de inversión en ciencia y tecnología para mejorar la eficiencia de los procesos productivos y los retos de salud pública que nos traen las pandemias tanto de viejas como de nuevas enfermedades.

Para superar la crisis global de las finanzas y la economía, de las altas tasas de desempleo, de la hambruna que ya nos corroe, del deterioro de las condiciones sociales y laborales, y del COVID 19 que ha cobrado miles de vidas humanas, necesitamos fortalecer el Estado Nacional Soberano y promover una gran cooperación mundial para crear las nuevas instituciones económicas, financieras, y políticas que se necesitan. Y sobre todo un sistema de salud pública global que responda a las amenazas planetarias diversas que hoy tenemos tras casi 50 años de neoliberalismo que destruyó la infraestructura social y los programas sanitarios.

Carlos Julio Díaz Lotero es Contador Público de la Universidad de Medellín. Especialista en Planeación urbano regional de la Universidad Nacional. Expresidente de la CUT Antioquia. Actualmente es Director Encargado de la Escuela Nacional Sindical.

Fuente: https://ail.ens.org.co/opinion/el-gran-reseteo-de-fmi-anuncia-nueva-etapa-del-fascismo-global/

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Argentina: Quemas ilegales en Misiones: forestadores y profesionales sostienen que los incendios de pinares en el norte de la provincia son intencionales

Hay gran preocupación entre productores y empresarios forestales del norte de Misiones por los recurrentes focos de incendios que afectaron centenares de hectáreas de pinos de empresas de Iguazú, Wanda, Puerto Esperanza, Libertad, Eldorado y San Pedro, entre otros campos rurales y áreas de bosque nativos. «Un grupo reducido de individuos deliberadamente está prendiendo fuego las plantaciones forestales de todos los productores en la zona», sostuvo el coordinador del Consorcio de Protección Forestal Iguazú, Hernán Patzer, en diálogo con Argentina Forestal.

Fuentes del sector que fueron consultadas advierten que hay múltiples indicios que sugieren que las quemas serían intencionales. Resaltan que en casi todos los casos registrados al menos en los últimos 15 días se pudo determinar que los incendios comenzaron con varios focos que se encendieron simultáneamente, lo que sería ilógico que se produjera por causas naturales.  La situación ameritó que los propietarios, tanto productores forestales como empresarios industriales, decidan reunirse días atrás para analizar la situación.

Este escenario fue confirmado por el coordinador del Consorcio de Protección Forestal Iguazú, Hernán Patzer, que  nuclea a siete empresas del sector en la zona centro oeste y norte de Misiones.

“El incremento en cantidad de incendios creció significativamente en los meses de setiembre, octubre y lo que va de noviembre. En la medida que la sequía se agrava –por lo prolongada-  también los daños e impactos producidos por cada incendio, con importante afectación a plantaciones forestales, fajas ecológicas de monte nativo, con la consecuente pérdida económica y daño ambiental. Tan solo en una región como la conocida por 12 Octubre en el Municipio de Puerto Esperanza, situación que se extiende a zona Istueta y Delicia, los productores forestales están teniendo una ocurrencia de dos  a seis incendios por día con superficies que van de los pocos metros cuadrados y hasta más de 100 hectáreas, afectando todo lo que el fuego encuentra en su camino”, detalló el coordinador en una entrevista con ArgentinaForestal.com.

 

Quemas ilegales en Misiones: forestadores y profesionales sostienen que los incendios de pinares en el norte de la provincia son intencionales

“Son intencionales”

En ese contexto, Patzer respondió respecto a los motivos o causas a las que atribuyen el aumento de incendios, además de la negligencia en el uso cuando rige la prohibición de quemar: “Siempre se analizan varios aspectos para determinar las causas, en función de ello y para el caso puntual de la zona mencionada con un alto grado de acierto podemos afirmar que prácticamente todos los incendios de esa zona están ocurriendo por motivos intencionales. Un grupo reducido de individuos deliberadamente está prendiendo fuego las plantaciones forestales de todos los productores en la zona”, aseveró.

Asimismo, agregó que “en algún momento, personal que trabajaba en el combate de incendios fue amenazado por personas con la frase ¨vamos a prender fuego todas las plantaciones forestales¨, relató Patzer respecto a las situaciones que vivieron en la zona y que fueron denunciadas ante la Policía local.

En ese contexto fue creciendo la preocupación en la última semana, y días atrás se concretó una reunión entre varios productores, empresarios y vecinos. “En el encuentro se planteó pensar entre todos cómo nos organizamos para atender esta situación, una de las medidas que se fueron cumpliendo, las denuncias policiales correspondientes ante estos hechos, la organización y coordinación entre los vecinos, y finalmente la comunicación que ya generamos a todas las instancias posibles institucionales de Gobierno como también de organizaciones afines”, adelantó Patzer.

El consorcio privado monitorea una superficie de unas 274.000 hectáreas, de las cuales 145 mil son bosques de cultivo (pinos, eucaliptus, araucaria y otras especies). “Disponemos de una red de detección de incendios de 20 torres y 7 cámaras domo, contamos con todas las herramientas y equipos específicos para el combate de los incendios. Todas las empresas socias al consorcio trabajan en planes de prevención que consideran desde actividades en escuelas rurales, vínculo con vecinos y otros productores y la coordinación de planes con instituciones como Bomberos Voluntarios”, explicó el ingeniero Patzer (Arauco Argentina).

Para el coordinador, “la intencionalidad de incendios es uno de las principales causas, le sigue el uso de fuego para preparación de terreno. Algunas personas hoy día, ante la situación de peligro extremo y a pesar de todos los avisos que existen de prohibición, continúan quemando rastrojos y lógicamente causando incendios y daños a sus vecinos. Hemos tenido también casos donde algunos niños que en su inocencia prenden fuego para tal vez divertirse o llamar la atención”, relató el profesional.

Finalmente, remarcó Patzer que “lo más preocupante y que todo el sector productivo necesita, es que se investiguen los incendios intencionales y que a esos delincuentes se les aplique todo el rigor de la ley para frenar urgente estos eventos, en el caso de las quemas para preparación de terreno evidentemente es necesario una mayor campaña de prevención y actuación legal ante ocurrencia, y el caso de los niños un trabajo más fuerte en las escuelas y las casas de familia”.

Quemas ilegales en Misiones: forestadores y profesionales sostienen que los incendios de pinares en el norte de la provincia son intencionales

Alerta máxima y déficit hídrico hasta marzo de 2021

Desde el consorcio forestal privado de Iguazú cuentan con indicadores meteorológicos del Sistema Canadiense adaptado a la Argentina y con ajustes para Misiones. “Nuestra base de datos es de más de 35 años, el índice de sequía en este momento está en valores de >500% sobre los valores históricos promedios, el Índice de Peligro de Incendios varía mucho en función de los vientos y la temperatura pero en general está en valores de >300% sobre valores históricos. En función de los pronósticos conocidos, se espera que la temporada de déficit hídrico se extienda todavía hasta los primeros meses del 2021”, pronosticó el profesional, en coincidencia con la advertencia de una temporada crítica y de riesgos extremos de propagación de incendios desde el Ministerio de Ecología de la provincia.

 

En este contexto, cuando rige la resolución ministerial de prohibición de todo tipo de quema, sea en zona rural, forestal, urbana o semi-urbana, las autoridades provinciales y municipales recuerdan que toda quema es ilegal: «No se puede usar el fuego».

 

Quemas ilegales en Misiones: forestadores y profesionales sostienen que los incendios de pinares en el norte de la provincia son intencionales

 

Prevención y más control en el Norte

La semana pasada Bomberos Voluntarios de Iguazú, Wanda, Libertad y Puerto Esperanza socorrieron al Consorcio forestal para poder controlar focos simultáneos en las zonas de pinares de conocidas empresas y productores, desde Arauco,  Kunz, Rotahelmer, Reig, Lipsia, Pindo. Entre algunas de las zonas, desde Dorado, Residencia, Istueta, 12 de Octubre, y otras zonas donde fueron recurrentes los inicios del fuego.

En Esperanza incluso llevan días combatiendo incendios para poder extinguirlos y hasta han tenido que salir a terrenos al menos 8 veces en un solo día. En tanto, en Andresito los Bomberos Voluntarios han respondido hasta 12 veces en un solo día por la quemas ilegales.

El ingeniero forestal Hugo Reis (Pindo SA) se expresó a través de las redes sociales este lunes, ante el esfuerzo mancomunado de los últimos días de productores, vecinos y Bomberos Voluntarios de Wanda y Esperanza, por tratar de contener gran cantidad de incendios rurales y forestales “provocados intencionalmente vaya uno a saber por qué”, indicó.

En sus reflexiones que “hasta ahora grandes se provocaron daños ambientales y económicos, pero esperemos que no tengamos que lamentar daños a la salud humana de los combatientes. Recordemos que van presos los incendiarios”, remarcó el profesional.

Asimismo, en su mensaje pidió por redes sociales “que las diferentes autoridades municipales, provinciales y nacionales tomen nota”, reclamó públicamente.

 

Quemas ilegales en Misiones: forestadores y profesionales sostienen que los incendios de pinares en el norte de la provincia son intencionales

Pozo Azul. Desde la ruta se observaba este fin de semana quemas ilegales en zonas de comunidades indígenas

QUEMAS AFECTARON UNA RESERVA PRIVADA EN YABOTÍ

En tanto, el propietario de la Reserva Natural El Cantar de la Pachamama en el Soberbio, ubicada dentro del área de la Reserva de Biosfera Yabotí, denunció también a través de las redes sociales una quema día atrás en su propiedad provocada “por un ocupante ilegal, que viene haciendo quemas y rosado en varias partes de la Reserva, y la Justicia duerme», expresó el propietario

Quemas ilegales en Misiones: forestadores y profesionales sostienen que los incendios de pinares en el norte de la provincia son intencionales

Intrusión. Propietario denunció quemas ilegales en su reserva natural El Cantar de la Pachamama.

«Mientras, los legítimos propietarios vemos desde afuera como destruyen todo. La intrusión es la principal amenaza sobre de la biodiversidad. Las lluvias de hoy en la zona de San Pedro son una bendición que achica la posibilidad de que llegue a quemarse toda mi reserva. Una reserva declarada de interés provincial, pero que nada podemos hacer los propietarios para terminar con esta injusticia”, expresó el ingeniero Diego Teza.

Fuente: https://misionesonline.net/2020/11/10/quemas-ilegales-en-misiones-serian-intencionales-los-incendios-en-pinares-en-el-norte-de-la-provincia/

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Cuando el colegio es un recuerdo: la dramática realidad del 97% de niños en América Latina y el Caribe

La covid-19 deja a 137 millones de alumnos de la región sin escuela durante más de 170 días, según el informe Educación en Pausa, de Unicef. Con una enorme brecha digital, riesgos de mayor abandono escolar y meses perdidos para los pequeños con discapacidad, la incertidumbre es una constante.

Hoy Joel Young debería estar en la escuela. Tiene 11 años y vive junto a sus seis hermanos y su padre en Little Bay, una pequeña comunidad de pescadores en la costa oeste de Jamaica. A mediados de marzo ―como en gran parte del globo― decretaron el confinamiento en la isla, lo que para este niño se tradujo en el fin del colegio. Desde entonces, no ha vuelto. Llevar la educación a la casa es una tarea casi imposible cuando el esqueleto educativo ya está fuertemente golpeado, internet solo llega al 55% de los hogares y un 34% de las familias ni siquiera tiene un dispositivo desde el que conectarse. Esta es la realidad de Jamaica. Y de Joel.

Con distintos nombres e historias, esta carrera de obstáculos para recibir formación durante la pandemia ha sido la constante de más de 137 millones de estudiantes en América Latina y el Caribe. Así lo detalla el último informe de Unicef Educación en pausa, que alerta de unas pérdidas económicas de 1,2 mil millones de dólares (mil millones de euros) y unas nefastas consecuencias sociales para esta generación de niños que lleva más de 170 días sin clases presenciales. Para ellos, los lunes ya no se parecen en nada a los de antes.

 

Mientras muchas escuelas en África, Asia y Europa están reabriendo gradualmente, en 18 de los 36 países y territorios de la región estudiada en el informe, las puertas de las aulas permanecen completamente cerradas. Y, hasta finales de octubre, solo 13 países ―en su mayoría islas del Caribe con poblaciones estudiantiles muy pequeñas― habían vuelto a la presencialidad absoluta. El 97% de los estudiantes no ha vuelto a las aulas. Kenon King, de 35 años, no quiso esperar el turno de Jamaica, cuyas aulas aún no han reabierto. Es el director de la Escuela Primaria de Little Bay, donde estudia Joel Young, y otros 185 alumnos, cada uno con realidades muy diferentes. Es por ello que el colegio apostó por un sistema mixto para llegar a todos, desde clases virtuales hasta entregas de tareas a domicilio. Para el mensajero de los deberes, “el coronavirus no podía robarles el derecho a la educación”.

Por un lado, Unicef, en alianza con el Ministerio de Educación de Jamaica y el esfuerzo de un equipo de profesores entregados, puso en marcha un proceso de transformación digital en el que capacitaron a 1.200 docentes en técnicas de enseñanza a distancia y lograron impartir las lecciones a través de Google Classroom y llamadas de WhatsApp. Y, por otro, King recoge y entrega las tareas a los 80 alumnos que no tienen internet o un dispositivo desde el que seguir la clase. Una vez por semana, King inicia la ruta subido a su moto con los deberes en una mochila. Con mascarilla, distancia de seguridad y mucha ternura va de puerta en puerta asegurándose de que “sus chicos” siguen estudiando: “No nos podíamos olvidar de ninguno”, cuenta sonriente a través de una videollamada.

Rezo todos los días para que esto pase rápido y Joel pueda seguir estudiando ya desde la escuela. Rezo y rezo para que tenga un futuro

A su lado, Wayne Young, el padre de uno de los beneficiarios del programa le escucha con admiración: “No sé cómo agradecérselo. Nunca dejó de educar a mi hijo”. Young no esconde lo difícil que han sido estos últimos meses para su familia, de ocho miembros. Es pescador y hace unas semanas que su barca se rompió y ya no puede buscar su sustento habitual. “Rezo todos los días para que esto pase rápido y Joel pueda seguir estudiando ya desde la escuela. Rezo y rezo para que tenga un futuro”, cuenta con la preocupación anclada en los ojos. “Cada vez que King toca la puerta, a mi hijo se le cambia la cara”, añade. Alrededor de 42 millones de estudiantes han recibido formación remota en sus casas, apoyados por Unicef, a través de la radio, televisión e Internet, en función de las características y accesos de cada país.

Joel Young estudia con el material que le entrega su profesor semanalmente, ya que no tiene internet para acceder al aula virtual. En el vídeo, su historia.UNICEF

“Dejar de ir al colegio es mucho más que no recibir formación académica”, asegura Ruth Custode, especialista de educación en emergencias de la oficina regional de la organización. “Es dejar atrás la socialización, el contacto físico con los profesores y sus compañeros, es, para muchos, no tener un espacio seguro o perder la comida más nutritiva del día… La escuela es mucho más que aprender a leer y escribir”.

Los Ramírez lo saben. Crispin Evenilda, 11 años, e Iker Rufu, de siete, son los únicos hijos de Óscar Ovidio Ramírez que iban al colegio. Hasta hace siete meses, Ramírez tenía asegurada la alimentación de ambos en la Escuela de Tishmutique Olopa, al sur de Guatemala. Desde que la pandemia estalló, este agricultor tuvo que renunciar a la venta ambulante y la bolsa de alimentación que comenzó a recibir por Crispin e Iker se convirtió en el sustento de los diez miembros de la familia. El menor tiene 14 meses. Como ellos, 80 millones de estudiantes de América Latina y el Caribe están perdiendo la comida más saludable del día, según el informe.

Para muchas familias, que la escuela tenga comedor es un aliciente para mandar a sus hijos. Tememos que muchos se desvinculen después de la pandemia

Ramírez lamenta no poder darle a sus hijos una vida más fácil. “Este año se juntó todo. La cosecha fue muy mala a causa del cambio climático y encima no pude vender ni en la calle ni en los negocios. Todo cerró y ahorita estoy muy falto de recursos económicos”, explica incómodo este padre de 42 años a través de una videollamada que realiza con el móvil de su vecino. Los últimos tres meses ha recibido varias entregas de comida con la que espera “ir escapando”. Custode insiste: “La alimentación es otra de las patas principales de la educación: si no estás bien alimentado, no estás sano y no puedes estudiar en tu máximo rendimiento. Además, para muchas familias, que la escuela tenga comedor es un aliciente para mandar a sus hijos. Tememos que muchos se desvinculen después de la pandemia”.

Tres millones de escolares no volverán a las aulas tras la pandemia

La Unesco estima que cerca de 3,1 millones de niños y adolescentes en América Latina y el Caribe no regresará nunca a la escuela tras la pandemia del coronavirus. Los indicadores apuntan, además, que esta región sufrirá uno de los mayores descensos en la matrícula escolar, 1,83%, entre el resto de zonas del globo, ya que el porcentaje de menores que no recibe ningún tipo de formación (ni remota ni presencial) se ha disparado del 4% al 18% en los últimos meses. Según los hallazgos de Unicef, esta cifra escala hasta el 21% en los hogares más pobres de la región.

La familia Alemán-Téllez siguen la terapia virtual de su hija a través de un móvil. En el vídeo, la historia de la pequeña Rouss.UNICEF

El cierre de las escuelas afecta a todos los estudiantes, pero no todos se ven afectados por igual. Los pequeños con discapacidad han sido doblemente impactados por este parón. María Delia Espinoza, especialista en Supervivencia y Desarrollo Infantil de Unicef en Nicaragua, advierte en el estudio de las terribles consecuencias: “Un niño que no continúa con su terapia regular puede retroceder hasta seis meses por cada mes perdido”. Rouss Alemán-Téllez, de dos años, nació con mielomeningocele, una forma de espina bífida que podría impedirle caminar. A principios de año, la pequeña comenzó a moverse e, incluso a caminar, gracias al trabajo de los terapeutas y el empeño de sus padres. El paréntesis por el coronavirus habría sido nefasto. Pero su centro educativo, Los Pipitos, organización socia de Unicef, adaptó los formatos para que pudieran continuar virtualmente 164 terapias de los 787 niños y adolescentes que atienden normalmente. La meta, inciden todos, es llegar a todos.

Fuente: https://elpais.com/planeta-futuro/2020-11-09/cuando-el-colegio-es-un-recuerdo-la-dramatica-realidad-del-97-de-ninos-en-america-latina-y-el-caribe.html

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Monja Coen: «No sirve de nada querer que las cosas sean como antes porque la Tierra no para y vuelve hacia atrás»

Monja Coen es una de las representantes más conocidas del budismo en Brasil. En entrevista con BBC Mundo, nos contó por qué el mejor consejo es siempre «respira».

Incertidumbre. Pérdidas. Miedo. En época de coronavirus, y también en otros momentos, la realidad puede agobiarnos, desestabilizarnos.

Pero siempre tenemos un «cable a tierra», y ese refugio es la respiración consciente, según señaló a BBC Mundo Monja Coen, una de las representantes más conocidas del budismo zen japonés en Brasil.

«Coen» es un término japonés que significa «un solo círculo», explica.

Su encuentro con esta práctica se dio tras una larga búsqueda que comenzó con poco más de 20 años, cuando trabajaba como periodista en un diario local.

Para ese entonces ya tenía una hija, fruto de un breve matrimonio cuando era adolescente. Actualmente tiene dos bisnietos.

Su último libro, «Zen para distraídos», recopila algunas de las enseñanzas compartidas en su programa de radio «Momento zen», en el que responde preguntas de los oyentes.

¿Qué es zen en pocas palabras?

Zen es una palabra que viene de la India antigua y quiere decir meditar.

Yo creo que meditar, que es el autoconocimiento, es la liberación de la mente humana. Porque si te conoces a ti misma no serás manipulada por nada ni por nadie y podrás elegir.

– ¿Es entonces una forma de encontrarnos a nosotros mismos? ¿A qué esperamos tener acceso a través de la meditación?

A la esencia de la mente humana, a lo que es un ser humano: pensamientos, conexiones neuronales, sentimientos.

No analizo una mente fuera de mí, sino que estoy en un proceso de autoconocimiento que trasciende mi historia personal.

Mujer respirando con los ojos cerrados
«El efecto principal de la meditación es el autoconocimiento. Con esto respondes al mundo, en lugar de reaccionar».

Al principio la gente busca la meditación porque quiere más tranquilidad, dormir mejor, mejores relaciones humanas, pero todo eso son efectos colaterales.

El efecto principal es ese autoconocimiento, y con esto respondes al mundo, en lugar de reaccionar.

– ¿Cuál es la diferencia entre responder y reaccionar a lo que sucede?

Reacción significa que si alguien me insulta yo lo insulto.

Responder es otra cosa, y es muy parecida a lo que decía Jesús con «dar la otra mejilla», es decir, no reacciones haciendo lo mismo que el otro te está haciendo.

Si te insultan, no necesitas insultar.

Puedes comprender en cambio de dónde viene esa acción, piensas y puedes escoger una respuesta adecuada para cesar el sufrimiento.

– En términos bien simples, si alguien nos hiere o insulta, ¿cómo puede la meditación ayudarnos a responder de una forma hábil y no destructiva?

Pongamos un ejemplo. Vives con alguien que pelea todo el tiempo, esa relación sólo va a cambiar cuando tú cambies.

Tú quieres que el otro cambie, pero si esperas que el otro diga algo estás manteniendo el círculo vicioso.

Con la meditación vas a estar presente en ti misma, vas a entender. Vas a decirte, esto es un insulto, pero ¿tiene que ver conmigo?

Puedo preguntarme si debo cambiar algo. Pero no tengo nada de que defenderme porque me conozco, yo sé cuáles son mis partes débiles y fuertes.

Entonces aquello que sería un insulto son palabras en el aire.

Monja Coen con las manos en posición de rezo
«Yo siempre digo, cada uno de nosotros es el todo manifiesto, todo se manifiesta en cada uno de nosotros».

Esto sucede en cuestión de segundos, la energía perjudicial que alguien nos lanza con rabia, rencor, celos, es como un rayo de energía.

Tú sientes eso, no puedes negarlo. Te dices a ti misma, ‘esto me ofendió’, y entonces respiras.

Nosotros trabajamos mucho con la respiración consciente. Porque la respiración emocional es rápida y superficial, pero la respiración consciente es más profunda.

Ahí ves qué puedes hacer para que esta guerra no tenga continuidad, tal vez puedes dialogar con la persona.

Pero yo también tengo mis propios momentos de estupidez, todos los tenemos.

– En su libro menciona al maestro zen Thich Nhat Hanh, de otra tradición budista. Él siempre dice que la compasión es la mejor defensa. ¿Cómo ver a quienes nos causan sufrimiento con compasión?

Lo primero es la respiración consciente.

Thich Nhat Hanh enseña mucho también la meditación caminando.

A veces la agresión te deja tan nerviosa que no puedes quedarte sentada, pero puedes caminar haciendo respiración consciente, y de esa forma oxigenas más tu cuerpo y tu cerebro.

Monja Coen enseñando en su templo en Sao Paulo
«Debes volver a tu postura física, a la respiración consciente para no entrar en esa dinámica de enfrentamientos».

El Dalai Lama dice que la compasión a veces no es visceral, no es algo que nos nazca fácilmente.

La compasión tiene que ver con comprender, y esto no significa aceptar.

Por ejemplo, yo comprendo que la persona que hace propaganda neonazi tuvo una educación en su familia que tal vez la llevó a eso.

Sin embargo, no acepto que eso esté bien y manifiesto que estoy en contra.

Pero esa manifestación no viene del odio, no es rabia, porque cuando dejas que te dominen las emociones pierdes la capacidad de diálogo.

Entonces, debes volver a tu postura física, a la respiración consciente para no entrar en esa dinámica de enfrentamientos. Es difícil, y como todo requiere entrenamiento.

La respiración consciente nos da un eje de equilibrio para poder hacer lo que estamos haciendo un poco mejor, no es para sacarnos de la realidad, sino para colocarnos en la realidad más efectivos, más conscientes, más hábiles.

(Al pie de la nota Monja Coen comparte una breve guía de meditación para principiantes).

Una pila de piedras una sobre otra en delicado equilibrio frente al mar
«La respiración consciente nos da un eje de equilibrio para poder hacer lo que estamos haciendo un poco mejor».

– En su libro también menciona que la meditación nos permite sentir la interconexión con todos los seres vivos…

Estos días hablé con un neurocientífico que me dijo cómo en su disciplina están usando resonancias magnéticas del cerebro para entender qué pasa en el proceso meditativo.

Cuando estamos en meditación profunda el cerebro está muy estimulado, despierto. Meditar no es descansar, como piensan algunas personas, es conocimiento.

En las resonancias se vio que hay dos áreas del cerebro que durante la meditación no están estimuladas, y son las áreas que permiten la separación entre mi yo interno y la realidad a mi alrededor.

O sea que durante la meditación profunda te sientes en conexión, en comunión con todo lo que existe. Todas las formas de vida, todo eres tú, no estás separada de nada.

Yo siempre digo, cada uno de nosotros es el todo manifiesto, todo se manifiesta en cada uno de nosotros.

La gente quiere resolver todo en su vida a nivel de la conciencia más superficial.

Por esto, también usamos lo que se conoce como koans, cuestionamientos que la lógica no consigue alcanzar, para de esa forma trascender la mente lógica y poder adentrarnos en áreas más profundas de nuestra conciencia.

Plato de vegetales muy variados
«Toda la vida en la Tierra está en ese plato de comida, se trata de aprender a observar en profundidad».

– A la hora de comer, usted sugiere en su libro una práctica, inspirada en esa interconexión…

Antes de comer pon el plato delante de ti y piensa, cómo llegaron a mí todos estos alimentos, cada plantita, tantas formas de vida.

No es que vayas a rezar, sino a agradecer no solo por los vegetales sino por quien los plantó, quien los cosechó, los comercializó, la persona que hizo el plato, de qué material es.

En fin, toda la vida en la Tierra está en ese plato de comida, se trata de aprender a observar en profundidad.

– ¿Qué consejo nos da para sobrellevar estos tiempos de pandemia? Mucha gente habla de la ansiedad generada por la incertidumbre…

Primero quiero decir que tenemos una tristeza colectiva, una preocupación y un miedo colectivos.

Los científicos ya hablaban desde hace años de la posibilidad de virus devastadores y ahora esta aquí.

Hay inestabilidad.

Pero Buda decía que no hay nada seguro en este mundo, nunca hubo.

La idea de seguridad, de estabilidad, es una creación mental nuestra porque el mundo es transformación y movimiento.

Si ahora no tengo seguridad sobre cómo será el mañana, nunca la tuve, era una ilusión.

Nuestra vida es frágil, temporaria y finita. Lo primero es percibir la impermanencia, que no es perjudicial, porque también significa que lo que no está bien puede mejorar.

Mujer con mascarilla mirando con nostalgia por una ventana
«Cuando estás afligido, ansioso, desesperado, respira, oxigena tu cuerpo y tu mente».

Tengo que adaptarme a la realidad en la que estamos.

Y además, todo lo que tenemos es este momento, el ahora. No sirve de nada querer que las cosas sean como antes porque la Tierra no para y vuelve hacia atrás.

Tenemos que atravesar esta pandemia que nos atraviesa, nos lastima. Debemos percibir que nuestras tristezas, nuestros lutos son colectivos.

– ¿Entonces qué podemos hacer?

Yo he dado muchas entrevistas aquí en Brasil y me preguntan siempre qué podemos hacer en estos momentos.

Mi respuesta es: respira, vuelve a la respiración consciente. Cuando estás afligido, ansioso, desesperado, respira, oxigena tu cuerpo y tu mente y ve qué puedes hacer para disminuir el dolor y el sufrimiento.

¿Tienes mucha comida en casa? Coloca una mesita en la calle y ofrece comida para quien precisa. ¿Tienes mucha ropa? Dona a quien precisa ropa y tiene frío.

Este es también un momento del despertar de la conciencia de solidaridad, de percibir que estamos todos en el mismo barco.

Usa este tiempo para meditar, pare reflexionar sobre lo que es esencial en la vida.

Monja Coen sonriendo
«La idea de seguridad, de estabilidad, es una creación mental nuestra porque el mundo es transformación y movimiento».

Cuando la muerte está cerca tenemos que pensar en qué es esencial, qué he hecho de bueno y qué puedo hacer con el poco tiempo que me queda. Aunque te queden 40 años, porque la vida humana es corta.

¿Qué hago con mi vida? ¿Qué es esencial, fundamental?

Algunos huyen drogándose o bebiendo, todas estas posibilidades están en nosotros. Pero tenemos la capacidad de elegir.

Y la meditación nos puede ayudar a hacer elecciones adecuadas para nuestros propósitos, a tener claridad de conciencia de qué estoy escogiendo, de a dónde me lleva lo que elijo.

La meditación no es un milagro, pero facilita el autoconocimiento y las decisiones adecuadas para las situaciones que estamos viviendo.

– Para muchas personas la inestabilidad también tiene que ver con la pérdida de empleo.

Hay muchos empleos que están desapareciendo. Pero también hay otros que están abriéndose.

Ahora todos hacen compras online, si tienes un comercio abre una página en internet, si no puedes abrir tu restaurante haz que el trabajador que atendía las mesas ahora haga entregas a domicilio. Así no perderás a ese funcionario.

El mundo está cambiando y continuará híbrido, aún cuando se vuelva a lo presencial habrá muchas cosas remotas.

Pregúntate, ¿para dónde está yendo el mundo y en qué me especializo para atender las necesidades del mundo? No te quedes lamentándote por lo que perdiste.

Mujer meditando con las manos en posición de rezo
«La meditación no es para sacarnos de la realidad, sino para colocarnos en la realidad más efectivos».

– Muchas personas también perdieron a seres queridos por el covid.

Cuando alguien muere yo le digo al familiar, no perdiste nada. Tú conviviste con una persona querida, esa persona dejó memorias maravillosas en ti. No la mates de nuevo, ella vive en ti.

Una señora portuguesa me mandó unas fotos. Perdió una tía querida por covid, y fue y compró un ramo de rosas blancas y las lanzó al mar diciendo un Ave María y un Padre Nuestro, porque es católica. Así se despidió.

Encontramos formas de despedirnos de nuestros muertos y de despedirnos de nuestras expectativas.

Porque el luto no es solo por la muerte, el luto puede ser por la pérdida de mi negocio, de una relación en la que la convivencia terminó.

Tienes entonces que rehacer tu vida. Estoy escribiendo ahora un libro con un monje benedictino alemán. Él escribe en Alemania y yo en Brasil y luego la editorial va a juntar todo.

Es un libro precisamente sobre ese redescubrimiento de la existencia, cuando todo en lo que creíamos se acabó desmoronando como un castillo de naipes. Pero podemos hacer otras cosas.

Flores de loto emergiendo del agua
«El luto no es solo por la muerte, el luto puede ser por la pérdida de mi negocio, de una relación en la que la convivencia terminó».

– ¿Cómo mantiene la sonrisa en estos tiempos no solo de pandemia sino de cambio climático, un tema que preocupa mucho a los jóvenes?

Yo pienso, ¿qué estoy haciendo de mi parte para que el tema se torne visible y haya acciones adecuadas?

Yo escribo, firmo manifiestos, doy entrevistas, participo en redes sociales y me siento parte de una sociedad en transformación.

Esa juventud linda que está llegando ya percibió que nuestra supervivencia humana en el planeta va a depender de acciones humanas. Hay una generación nueva que está llegando y que es muy efectiva, creo en ella.

Las personas tienen que involucrarse más con el calentamiento global, con la desforestación en la Amazonia. Hay muchas especies que están desapareciendo.

¿Será que podemos hacer algo para retardar ese proceso? Va a depender de cada uno de nosotros, y cada uno tiene que hacer su parte, no vale llorar y flagelarse.

Jóvenes marchando en la calle con un cartel que pide acciones urgentes contra el cambio climático
«Esa juventud linda que está llegando ya percibió que nuestra supervivencia humana en el planeta va a depender de acciones humanas. Hay una generación nueva que es muy efectiva, creo en ella».

Yo tengo bisnietos y quiero que ellos y los hijos y nietos de ellos, que yo nunca voy a ver, tengan una buena vida en el planeta.

Tenemos que movilizarnos. Si no podemos ahora salir a la calle podemos comunicarnos, escribir a los legisladores, lo que sea.

Lo que no podemos es quedarnos quietos.

– Un último pensamiento para los lectores en estos tiempos de coronavirus.

Veamos…

Presencia pura, estar completamente presente, despierto a lo que está sucediendo. Y tomar acciones adecuadas que sean beneficiosas para el mayor número de seres.

Fuente: https://eldeber.com.bo/bbc/no-sirve-de-nada-querer-que-las-cosas-sean-como-antes-porque-la-tierra-no-para-y-vuelve-hacia-atras_207994

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Ecuador: Biodiversidad, sustento y culturas

Poco a poco podremos reactivar nuestras posibilidades creativas comunes pese a la crisis generalizada en que nos metió la pandemia del Covid-19, sólo si entendemos las condiciones que nos pusieron en esta situación. Son muchos los momentos, los procesos, las estructuras que se impuesto, con engaños y por la fuerza, a un sin fin de poblaciones por todo el planeta. Pero comenzar a prestar atención a nuestras propias condiciones, comenzar a entenderlas y buscarles sentido en nuestra experiencia acumulada común, es fundamental para construir un futuro con otras posibilidades de respeto, justicia, equidad y alegría compartida.

Biodiversidad, sustento y culturas abre su abanico a lo que la gente que habita Ecuador pueda decir de sí misma y su condición. De las interrogantes, las incertidumbres y los agravios que le muerden el alma, y de las certezas y logros acumulados. Ecuador dibuja un autorretrato del pueblo en lucha que lo configura y reconfigura para alojar las tradiciones ancestrales y los vuelcos del futuro.

CONTENIDOS

* Durante los próximos días estaremos subiendo todos los artículos en formato digital.

– Editorial #106

– Ecuador entre mascarillas

– La responsabilidad de actuar

– La pandemia y el doble discurso de la minería como sector estratégico

– Ríos represados, pueblos movilizados

– Soberanía alimentaria, una alternativa desde la agricultura campesina en tiempos del Covid-19 en el Ecuador

– Colectivo YASunidos y el futuro del Yasuní

– Un vistazo, muchas aristas #106 – Autorretrato de un Ecuador en Lucha

– Es necesaria la soberanía alimentaria en el territorio y el espacio político

– Acaparamientos mediante fondos privados y cercas digitales en el Brasil de Bolsonaro Descargar la revista en PDF (6,60 MB)

Fuente e imagen: Biodiversidad América Latina

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