Ofrecer formación mediante realidad aumentada, va a permitir que conceptos más complejos sean mucho más fáciles de asimilar para los estudiantes
La pandemia aceleró el proceso de transformación digital y el sector educativo se ha tenido que adaptar a las nuevas tendencias y trascender en la integración de mundos virtuales.
Especialistas consideran que, así como las aulas virtuales e híbridas que ya están sustituyendo paulatinamente el aula tradicional por la nueva era de la educación, es prácticamente un hecho que pronto el metaverso emergerá como el entorno natural de enseñanza-aprendizaje para las nuevas generaciones.
De acuerdo con un estudio reciente de Wunderman Thompson, 75% de las personas económicamente activas dependen en mayor o menor medida de herramientas tecnológicas para sus actividades diarias.
Metaverso
La plataforma Smartraining señala que estamos en medio de un cambio cultural respecto al crecimiento exponencial en el uso de los entornos virtuales, ya que un estudio realizado por The New Consumer concluye que cerca del 50% de las personas de la Generación Z se sienten más identificados con ellos mismos dentro de los entornos en línea.
“En los últimos años, los gigantes de la tecnología como Microsoft y Facebook ahora llamado Meta (su nuevo nombre adoptado proyectando el impacto del metaverso) han comenzado a apostar por la innovación en los entornos de realidad virtual basados en los comportamientos y preferencias de las nuevas generaciones en relación con la tecnología y como esta está cada vez más arraigada en su día”, señala Gustavo Aguilar Joussé, CEO de Smartraining.
De tal manera que esto marca una tendencia en la transformación en varios sectores como el de la tecnología educativa o EdTech generando un impacto en el ramo y mostrando la revolución de cambios que se generarán en el mismo.
Smartraining señala seis tendencias que nos indican como las tecnologías del metaverso cambiarán la educación universitaria y la capacitación empresarial:
1. Potencial en los entornos virtuales: Se han masificado diversas plataformas que han aportado importantes avances para cimentar en las mentes de los estudiantes las dinámicas y códigos de comportamiento así como hábitos saludables de uso y medidas de seguridad. Este nivel de alfabetización digital sería impensable sin el boom de plataformas como Roblox, Minecraft o Fortnite que a temprana edad ayudan a los más jóvenes a adquirir habilidades formativas de la próxima década.
2. Incremento en la calidad del aprendizaje. Veremos un salto cuántico en la manera como las instituciones educativas reconfiguran su oferta académica para crear programas más flexibles y efectivos.
3. Gamificación y la enseñanza: La implementación de tecnologías inmersivas en el proceso educativo permitirá una experiencia más intensa y lúdica para los estudiantes que no solo mejorará su engagement con su propia preparación, también mejora la efectividad del aprendizaje.
4. Democratización de la educación. Con el desarrollo del metaverso para el sector educativo se presenta una oportunidad de un mayor mercado para el negocio de las instituciones educativas, incrementando su matrícula a geografías antes no exploradas, para crecer en sus mercados existentes o beneficiarse de mercados adyacentes.
5. Nuevas formas de entender al estudiante y al profesor: El profesor deberá adoptar más un rol de facilitador, mentor y guía. Mientras el estudiante dejará de ser pasivo para convertirse en el protagonista de aventuras que elegirá qué islas del conocimiento humano quiere conocer y dominar.
6. Inclusión de nuevos socios en los programas formativos: Las instituciones educativas comenzarán a generar sociedades más estrechas con empresas de tecnología y alianzas con los diversos sectores industriales para el desarrollo de contenidos para el metaverso educativo, generando en conjunto programas educativos cada vez más vivenciales y específicos para las necesidades del mundo empresarial.
“La implementación del metaverso en el sector educativo conlleva múltiples ventajas y un cambio cultural sin precedentes, estamos todos juntos dando este salto cuántico hacia una forma completamente nueva de concebir la experiencia educativa. Una colaboración más estrecha de las Universidades con las empresas de tecnología y los sectores industriales permitirá transformar la manera en la que se capacita a los alumnos como al personal para exponenciar el aprendizaje de la nueva generación a niveles nunca antes vistos en la historia de la humanidad”, aseguró el CEO de Smartraining.
Ejemplos del metaverso en la educación
De acuerdo con la empresa de aprendizaje Pearson, muchas empresas alrededor del mundo están comenzando a desarrollar tecnología inmersiva 3D orientada a fines educativos. Facebook, en su sitio web indicó que actualmente están invirtiendo 150 millones de dólares en recursos de realidad virtual para el aprendizaje.
“Aprovechar el metaverso en la educación requiere que las instituciones se familiaricen con las tecnologías inmersivas que impulsan los entornos virtuales y que permiten proporcionar a los estudiantes una experiencia más próxima al mundo real”, señalan.
1. Campus virtuales en el metaverso. Una de las metas a mediano plazo de muchas instituciones de nivel superior es comenzar una migración digital radical hacia el metaverso. El objetivo es que alumnos de todo el mundo puedan asistir a un campus 100% virtual, idéntico al campus universitario real, y convivir simultáneamente con colegas y docentes en modalidad remota y presencial.
2. Simuladores con alta fidelidad contextual. Actualmente ya existen simuladores para estudiantes de carreras como medicina, aeronáutica o ingeniería civil, que implican un elevado nivel de complejidad y en las cuales un movimiento en falso puede llegar a ser fatal. Gracias a la tecnología, antes de salir a ejercer al mundo real los alumnos pueden practicar operaciones críticas en ambientes controlados.
3. Visitas virtuales alrededor de la Tierra (y otros planetas). Museos, ciudades lejanas, ecosistemas naturales e incluso diferentes épocas geológicas se pueden explorar gracias a la realidad virtual. Por ejemplo, el metaverso permitirá a un estudiante de inglés en Colombia o Brasil escuchar y practicar el idioma en entornos que emulan una ciudad de habla inglesa y con hablantes nativos.
4. Aprendizaje on the go. Si el alumno cuenta con unas gafas inteligentes, podría complementar sus recorridos por sitios de interés académico con toda clase de información adicional.
El sindicato magisterial saludó el aumento de sueldo a los auxiliares y el pago de un bono de S/ 950 que se dará a partir del 1 de enero.
El Sindicato Unitario de Trabajadores de la Educación del Perú (Sutep), levantó la huelga de hambre de docentes y auxiliares llevaron a cabo por 14 días luego de que el Congreso atendiera sus demandas en el presupuesto de la República para el año 2023.
Entre las medidas acogidas por el Legislativo están el aumento de sueldo para los auxiliares de educación, el pago de un bono de S/ 950 que se dará el 1 de enero, el proceso de nombramiento docente respetando la meritocracia y la eliminación del artículo 66 del proyecto de ley de presupuesto.
“El sacrificio de los maestros y auxiliares en huelga de hambre por 14 días, poniendo en riesgo su vida y su salud, frente a la traición de Pedro Castillo, ha conquistado el reconocimiento de nuestras demandas. ¡Sin luchas no hay victorias!”, expresó el sindicato del magisterio.
Cabe señalar que esta medida se tomó por la “desateción” del Gobierno al sector educación y por la demanda de destinar el 6% del Producto Bruto Interno (PBI) a dicho pliego, debido a que es lo que manda la Constitución.
En Saraguro, al sur de Ecuador, la vida parece un mandala. Todo se aprovecha en este sistema ancestral de producción circular. Para llegar a eso, las mujeres debieron luchar y resistir, cuidar el agua y las semillas. En los momentos de tejido, además, las mujeres conversan, se cuidan, construyen soluciones, hacen comunidad.
Con las yemas arrugadas de sus dedos, Mercedes Quizhpe, mujer indígena del pueblo Kichwa Saraguro, una a una va lavando las hortalizas apenas cosechadas de su huerto. Ella, parada en un pequeño banco, con sus manos bajo el fuerte torrente del agua helada y el frío viento de las 6 de la mañana, revisa que cada una de sus hortalizas estén listas para el día de feria. En aquella acción se guarda una historia de resistencia histórica que prioriza el cuidado de la vida por medio de la defensa del territorio y la soberanía alimentaria.
El pueblo Saraguro está ubicado al sur del Ecuador, en la provincia de Loja, y comienza sus labores antes de que salga el sol. A las 5:00 de la madrugada ya se escuchan los ladridos de los perros, guardianes de cada casa, que sin miedo defenderán su morada cuando un intruso pase por ella. El suelo desprende aquel olor tan característico de la tierra húmeda del rocío de la mañana. A su vez, ya se escuchan a las ovejas, que serán una constante en toda la jornada. Con toda esta vida, los cantos de los gallos madrugadores no se escuchan tan solitarios.
El domingo es un día importante para Mercedes. Es el momento de la feria, donde podrá vender sus productos. Ella sabe que no tiene tiempo que perder y muy ágil se pone unas botas de caucho y toma su cuchillo para cosechar. Mercedes prefiere sembrar “de todo, un poquito”, así, las plantas, en su variedad, se nutrirán unas a otras sin desgastar el suelo del que vive. En su huerto sabe bien cómo moverse. Rápidamente identifica qué plantas están listas para la cosecha: un poco de lechugas, un poco de romero, un poco de perejil.
Mercedes Quizphe es presidenta de la fundación Mashi Pierre y coordinadora de la Red de Mujeres Rurales. ‘Mechita’ se define como una warmi (mujer) chasqui del pueblo Saraguro. Hace más de 20 años, Mercedes enviudó y se quedó a cargo de sus 8 hijos e hijas. Al poco tiempo falleció su madre, quien había sido también su refugio. Mercedes tendría que enfrentar una realidad de muchas: según el último censo nacional, realizado en 2010 en Ecuador, 339 656 (4.7%) mujeres son “madres solteras”, según la identificación estatal. Tras su nueva realidad, sus amigas y vecinas la invitaban a cosechar, a actividades y a talleres que, aunque en ese momento no lo sabía, la involucrarían en una vida de activismo por la soberanía alimentaria.
Una a una, fue limpiando las hortalizas para que estén ‘bonitas’ para la venta. Orgullosa dice que las hojas secas servirán de abono. “Aquí nada se desperdicia”, menciona en un tono fuerte. Las cenizas de la leña, las plantas que no serán para la venta, las heces de las gallinas y cuyes sirven para hacer abono natural con lo cual cumple con el objetivo de alimentos libres de químicos, además de un sistema de producción circular, muy diferente a lo que sucede en el mundo.
Las cenizas de la leña, las plantas que no serán para la venta, las heces de las gallinas y cuyes sirven para hacer abono natural con lo cual cumple con el objetivo de alimentos libres de químicos, además de un sistema de producción circular, muy diferente a lo que sucede en el mundo.
Isabel Pazmiño, miembro del Banco de Alimentos, asegura que según el Diagnóstico cualitativo y cuantitativo sobre la Situación de las Pérdidas y Desperdicios de Alimentos (PDA) en Ecuador del 2017, en el país se desperdicia 939 000 toneladas de alimentos al año. Con ello se alimentaría a 1,5 millones de personas, es decir, el 8,8% de la población. Además, sólo el desperdicio en supermercados está valorado en $144 000. Según el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), mundialmente el despilfarro de alimentos llega a 1 600 millones de toneladas. Esto también tiene impactos ambientales. “La huella de carbono del despilfarro de alimentos se estima en 3 300 millones de toneladas equivalentes de CO2 de gases de efecto invernadero liberados a la atmósfera por año”, asegura el informe.
Según United Explanations, una de las principales causas del desperdicio de comida es el “mito de la perfección”, reforzado por una industria, que enfatiza que los productos en las estanterías son los de “mejor calidad” por su apariencia. Sin embargo, la estética del producto no tiene relación con su valor alimenticio. Pero aún así, esto provoca que muchas frutas y hortalizas, en especial, sean descartadas desde las primeras fases de recolección, ya que según estos estándares, como tamaños específicos o cierto tipo de texturas, no llegarán a ser ni siquiera aceptadas por la industria para exhibirse en los supermercados. La organización Imperfect Food, que se encarga de darles una segunda oportunidad a aquellos alimentos que fueron descartados por su apariencia de los supermercados, asegura que lo imperfecto no son los alimentos, sino el sistema alimenticio.
Mientras tanto, en el horno de piedra de Rosita Medina, parte de las ‘chasquis’, suena la leña quebrarse por las fuertes llamas. Rosita forma parte de la red de turismo comunitario de Saraguro. Desde su mirador en la comunidad Gera, lxs viajerxs además de deleitarse con sus bellos paisajes, también comparten de las actividades de la comunidad. “Hay que ser habilidoso”, dice Javi, uno de los visitantes desde España, que junto a Laia y más amigxs, tratan, con grandes esfuerzos, moler el trigo tal y como la mamá y abuela de Rosita solían hacer, con una gran y pesada piedra.
Al otro lado del pueblo Saraguro, en la casa de Mercedes, de repente el chorro del agua deja de sonar, ella baja del banco, pone sus hortalizas, rápido, pero con cuidado en tres cestos. Limpia el espacio y relata todas las veces que se ha enfermado por lavar las hortalizas en el agua fría en la madrugada. Corre a tomarse una ducha, se cambia de ropa y se pone el atuendo típico de su comunidad. Una falda larga negra con un fajín con bordados dorados, una blusa color rosa pastel bordada, un poncho azul, un sombrero de ala interna que imita la textura de las vacas que acompañan su casa de barro y un distintivo collar de mullos que Mercedes misma lo tejió y simboliza una de las artesanías más reconocidas de su pueblo. Para el pueblo Saraguro es de gran importancia siempre llevar su identidad a todos los espacios que habitan. “Que nos vean con nuestro atuendo es la elegancia de nosotros y con eso demostrar, con esa sonrisa, que nuestra identidad es muy importante, con ese orgullo que llevamos como pueblos y nacionalidades indígenas. Para el mercado es más tranquilo que en las fiestas, pero nuestra identidad no se puede perder en ningún momento”, con alegría comenta Mercedes.
Para el pueblo Saraguro es de gran importancia siempre llevar su identidad a todos los espacios que habitan. “Que nos vean con nuestro atuendo es la elegancia de nosotros y con eso demostrar, con esa sonrisa, que nuestra identidad es muy importante, con ese orgullo que llevamos como pueblos y nacionalidades indígenas.
El camino hacia la feria en el centro de Saraguro es largo, más aún cuando las muñecas empiezan a quejarse por cargar el peso de los cestos por un tiempo prolongado de casi 20 minutos, aunque sean unas cuantas hortalizas. Cuando la carga es demasiada, Mercedes debe tomar un taxi, que le cobrará aproximadamente $1.50. Un precio representativo ya que ganará entre 50 y 75 ctvs. por una lechuga que tuvo aproximadamente 3 meses de cuidado hasta ser cosechada. Aun así, la retribución por su trabajo empeora con los intermediarios. Según el Centro de Estudios Asia-Pacífico, alimentos como las lentejas, se venden 117% más caro desde que salen del sitio de producción. Es decir, en las ciudades puede llegar a ser vendidas seis veces más costosas. Sin embargo, quienes sembraron y cosecharon estos productos no reciben una ganancia extra del mismo, independientemente de la cadena de comercialización. “Desde antes es duro ver que tú trabajas para ganar y no te pagan lo justo, nunca se paga lo justo, y uno se desgasta el cuerpo, la energía, la mente. Queremos que se reconozca lo justo”, exige Mercedes, quien comienza amistosamente a saludar a sus amigas del mercado.
El mercado ‘3 de mayo’, ubicado en el centro de Saraguro, se distingue por dos colores: el celeste y verde. El celeste por el color del que están pintados cada puesto de venta y verde por el color de las arvejas, las lechugas, las vainas, las coles. Se oyen a las personas ofreciendo sus productos y comprándolos. Al fondo suena algo que parece ser una canción ranchera. Este pasillo tiene una característica especial en todo el mercado, es un corredor exclusivo de agroecología sostenido por mujeres. “La diferencia es que las compañeras tienen un certificado que garantiza que todos los productos están sembrados como en mi huerta, nada de químicos, nada de fumigación y hechos por mujeres”, cuenta Mercedes.
Al igual que en el corredor ecológico, y los espacios en los que las mujeres se encuentran, conversan entre ellas. Hablan de la vida, los hijos, la subida de los precios, la huerta, el gobierno, los amores, los maridos, los cuidados, las violencias, los temores. Mercedes sabe de eso. “Ese miedo de muchas compañeras que dicen: no, yo no me quiero separar de mi marido, no voy a salir adelante; pero yo he tenido la oportunidad de pasar por todo eso y sí se puede salir, sí se puede vivir”. La historia de Mercedes es la de muchas mujeres indígenas que han crecido con la frase “aunque pegue o mate, marido es”, que por medio de procesos sociales se fortalecieron para salir de sus entornos de violencia.
La historia de Mercedes es la de muchas mujeres indígenas que han crecido con la frase “aunque pegue o mate, marido es”, que por medio de procesos sociales se fortalecieron para salir de sus entornos de violencia.
Son mujeres admirables, como Rosita, que en su mirador, levanta ágilmente la piedra, de lado a lado, para moler el trigo con el que ella y sus visitantes harán pan. Ese largo y cansado procedimiento lo podría hacer con un molino, pero ella se niega, ya que esa práctica es lo que la comunidad llama “tecnología ancestral” y es una forma de resistencia muy importante para preservar la cultura. “¡No!, hay que hacer como mi mamá y mi abuela sabían hacer. Yo sabía ver cómo lo hacían y ahora estoy recordando. Pelaban el trigo así, sin chancar, sin destruir”.
Ella al ver los intentos de sus visitantes, rápidamente les toma fotografías y les pide que anoten un mensaje de su estadía en su cuaderno de hojas a cuadros. Rosita orgullosa dice: “estamos haciendo conocer cómo es nuestra vida para que lleven el mensaje”, tal y como los chasquis, mensajeros del imperio incaico, solían hacer. Finalmente, antes de despedirse, les ofrece uno de los varios libros que las chasquis han escrito. Entre la multitud, uno resalta frente a los demás.
El libro “Cómo aprendimos a volar” recoge los testimonios de las mujeres indígenas de Saraguro que a través de los procesos colectivos y de militancias han cortado ciclos de violencias. “Con mis compañeras tuve otro tipo de aprendizaje, compartíamos nuestros problemas en las casas, nos dábamos abrazos fuertes, nos confiábamos muchas cosas” menciona el libro. Mercedes, muy segura de sí misma y con una gran fortaleza en el tono de su voz dice: “No me hace vergüenza contar mi historia porque es la que viví y les pasa a muchas mujeres, y les digo que no tienen que pasar lo que yo pasé porque no podía entender”. Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), 6 de cada 10 mujeres en Ecuador ha experimentado algún tipo de violencia de género, y son las mujeres indígenas las más afectadas con un 67,8%.
Mercedes en los talleres que da sobre tejido de collares y manillas, con las propias semillas de la comunidad, también enfoca el taller en que las mujeres puedan hablar de las violencias que han vivido, de lo que tienen en común.
Mercedes en los talleres que da sobre tejido de collares y manillas, con las propias semillas de la comunidad, también enfoca el taller en que las mujeres puedan hablar de las violencias que han vivido, de lo que tienen en común. Mercedes les cuenta su historia. Para ella no es solo hacer una pulsera, sino hacer nudos con las mujeres para tejer y fortalecerse entre todas. Una forma de apoyarse es con los cuidados, con las maternidades compartidas. Es lo que llaman “hacer solidaridad”. “Si una vecina o familiar tiene una necesidad nos echamos la manos para ayudar a cuidar a los niños, para que puedan hacer sus trámites. En nuestras comunidades todavía mantenemos eso de ser solidarias, sobre todo con las mujeres”.
Hasta el 2022, desde la Fundación Mashi Pierre, en la que Mercedes Quizhpe es presidenta, se apoyó a las madres que trabajaban en el mercado, al recibir durante las tardes a sus hijxs en la fundación y brindar asistencia con las tareas escolares pero también con actividades lúdicas como proyectos de artesanías, comida y deportes. Se espera retomar estas actividades el próximo año con 8 centros educativos bilingües en diferentes comunidades. Según el estudio de casos del pueblo Saraguro: ‘Impunidad ante la violencia hacia las mujeres indígenas en el acceso a las justicias’, la violencia de género limita la participación de las mujeres, tanto dentro como fuera de la comunidad. Además de generar una afectación psicológica que afecta directamente a la autoestima y provoca estados depresivos, que han provocado casos o tentativas de suicidios. Por ello, el apoyo y el “hacer solidaridad”, es tan importante para estas mujeres.
Mercedes se reconoce como una mujer indígena feminista que ha participado en plantones, marchas y ha fortalecido procesos con mujeres de su comunidad. Con fortaleza relata cuando ella y sus compañeras estaban en un plantón en la provincia de Loja para exigir justicia por una chica que había sido violada en Saraguro. Ellas se enfrentaron a los policías que querían desplazarlas, pero como los collares que tejen, se unieron de brazos, se tejieron entre ellas y no permitieron que las separaran o movieran.
Mercedes y sus compañeras se identifican como Chasqui Warmi Quna y realizan activismo a favor de la vida desde la protección de las semillas, el turismo comunitario y sensibilización sobre la violencia de género. Han realizado talleres de liderazgo, artesanías, pesticidas ecológicos, autoconocimiento desde una mirada crítica al sistema patriarcal y capitalista . “El turismo comunitario no es barrer la casa para que venga el turista, es barrer la casa para la familia y juntos compartir actividades”, dice Ricardo, hijo de Mercedes. Esta serie de actividades son importantes para su comunidad porque mantienen su cultura y se oponen a un sistema que todo el tiempo exige producción a gran escala. Mercedes explica que sería muy sencillo introducir la maquinaria, pero esto provocaría que se pierdan los procesos sociales que se forman, por ejemplo, en una minga. Mercedes reafirma la importancia de la protección de la tecnología ancestral que ayuda a prevalecer su cultura. “Para nosotras es ir y apoyar desde tu sentir, desde el compartir, relacionar con las otras personas, de reír y armar fuerza, eso teje a la comunidad”.
El domingo avanza y Mercedes, con la compañía de Cuco, un perro café pequeño, de orejas levantadas y mucha seguridad en sí mismo, la escolta por las calles de Saraguro. A esta altura del día, se llenaron de carpas, automóviles y vendedorxs. Mientras Mercedes ‘ojeaba’, recuerda con ternura que no siempre fue la lideresa que es hoy. Mercedes le tenía terror a hablar. Recuerda un momento de su infancia, en un colegio religioso y mestizo, en el cual por no responder la encerraron en un cuarto oscuro, lleno de palos y basura. “Cuando empecé a dar talleres le perdí el miedo a hablar. Así empecé a decir lo que sientes, a no quedarte callada. Ahora ya no tengo miedo. Por eso no puedo callarme, así no diga con palabras técnicas nosotras somos personas sabias y ese conocimiento está guardado en nuestro práctico vivir”.
La voz, aprendizajes y sabiduría de Mercedes ha trascendido del pueblo de Saraguro y ha llegado hasta diferentes ciudades del país, una de ellas, Quito, capital del Ecuador. Relata llena de anhelo cuando en el 2012 caminaron desde Zamora Chinchipe a Quito, junto a 66 compañeras por la defensa del agua. Un tramo que demoró aproximadamente 15 días de caminata. Al llegar a Quito en este septiembre, diez años después, se asombra al recordarse sentada junto a ONU Mujeres en la capital del Ecuador, denunciando las violaciones de derechos que sucedían en Saraguro.
Si no tenemos una buena alimentación, no tenemos una buena educación, ni una buena salud. Todo eso ha sido un proceso de lucha que hemos tenido, ya que los gobiernos nos quieren impedir que nuestras semillas sigan produciendo.
“En estos encuentros he tenido la oportunidad de contar las experiencias que he tenido que vivir, una historia de lucha por nuestros derechos como mujeres, sobre la alimentación y la salud que está dentro de nuestras comunidades. Como se dice: diciendo y haciendo. Haciendo en la práctica. Si no tenemos una buena alimentación, no tenemos una buena educación, ni una buena salud. Todo eso ha sido un proceso de lucha que hemos tenido, ya que los gobiernos nos quieren impedir que nuestras semillas sigan produciendo. Ellos dicen: ustedes no producen a grandes cantidades porque sus semillas no sirven y nos quieren implantar las semillas transgénicas de grandes productoras, de grandes capitalistas que nos quieren dominar”, menciona con rabia Mercedes.
Todo esto sucede a pesar de que el artículo 13 de la Constitución ecuatoriana establece que “Las personas y colectividades tienen derecho al acceso seguro y permanente a alimentos sanos, suficientes y nutritivos; preferentemente producidos a nivel local y en correspondencia con sus diversas identidades y tradiciones culturales”.
El enojo que siente Mercedes le recuerda el origen de las manifestaciones de 2015. Ese fue el año de la “huelga nacional y el levantamiento” contra una serie de enmiendas constitucionales, el rechazo de la minería a gran escala, la explotación petrolera en el Parque Nacional Yasuní, nuevas leyes de tierras y aguas, y en defensa de la educación intercultural bilingüe. El conflicto duró semana y el Estado respondió con represión y detenciones. “Yo me salvé por mis nietos”, menciona. Mercedes siempre estuvo al frente con su tambor en Saraguro. Sin embargo, una noche sus hijas decidieron vender empanadas y café a los militares, ya que ahí encontraron una oportunidad de tener un ingreso económico que les hacía mucha falta. Por ello, Mercedes quedó al cuidado de sus nietos. “Empezó la guerra y me salvé de que me llevaran presa. Yo quería ir a protestar a Quito, pero no me dejaron por la fuerte represión que se vio aquí”. En aquella noche, 29 personas del pueblo de Saraguro fueron criminalizadas y encarceladas. Entre ellas, 14 mujeres indígenas, según el informe de la Coalición Nacional de Mujeres del Ecuador. Durante su detención policías y militares las agredieron por medio de golpes en partes sexuales, jalones de cabello, humillación y amenazas de violencia sexual: “la Policía les levantaba la blusa, les sacaban el anaco”, dice el informe. A quienes fueron criminalizadxs se lxs conoce como ‘los 29 de Saraguro’ y eran pobladores, campesinxs, madres, padres de la comunidad. Sin embargo, no se judicializó a los policías que agredieron física y sexualmente a lxs manifestantes.
“Todo ha sido una lucha fuerte de estar yo en Quito, en las mesas, con otras compañeras, la lucha social de defender un territorio, de hablar, de amanecer con la ceremonia. Todos estos espacios me han dado la oportunidad de participar como una mujer emprendedora, fuerte y valiente”. La jornada cierra con una ligera llovizna, con la luz de la luna y el constante sonido del tambor de Mercedes, en la parte central de su casa. Ese tambor le ha acompañado en los movimientos sociales, pero también en el sostenimiento espiritual. Termina el día en las tierras altas del sur de Ecuador.
*Este artículo fue realizado en el marco de Semillera, el programa de becas y mentorías para periodistas de LatFem, con apoyo de We Effect. Se trata del primer concurso de crónica latinoamericana y caribeña sobre mujeres indígenas, campesinas y afrodescendientes que defienden el derecho a la alimentación, el medioambiente y la tierra.
Créditos
Dirección: Flor Alcaraz, Vanina Escales y Agustina Paz Frontera
Coordinación institucional: Mariana Paterlini
Jurado: Azul Cordo, María Paz Tibiletti y Edward Rodwell Arrazola
Edición y mentorías: Flor Alcaraz y Vanina Escales
Autoridades Educativas entregan sitio donde se construirá el Colegio Chiquilistagua en el Distrito III de Managua
En presencia de estudiantes, docentes, madres y padres de familia, autoridades del Ministerio de Educación (MINED), realizaron la entrega de sitio a la empresa constructora que edificará las nuevas instalaciones educativas.
Sergio Mercado, delegado departamental de Managua, explicó que estas nuevas instalaciones forman parte del trabajo por la calidad educativa que realiza el MINED y con ella se garantizan mejores condiciones de estudios a protagonistas de la comarca de Chiquilistagua, Nejapa y otras localidades semirurales de la zona.
Henry Ernesto Jaime Sánchez, director general de Infraestructura Escolar, detalló que la construcción será moderna con: 24 aulas de clases, aula TIC con acceso para las personas que presentan alguna discapacidad, cocina y bodega para Merienda Escolar, instalaciones deportivas para la práctica de baloncesto, fútbol y voleibol.
Agregó, que se construirán: ambiente administrativo, sala para docentes garantizando condiciones óptimas, las que además serán equipadas con tecnología y mobiliario.
Por su parte Andrea Corea, estudiante del colegio, dijo estar contenta con el proyecto que mejorará los espacios para recibir clases, además de ser moderno.
Fuente de la Información: https://www.mined.gob.ni/autoridades-educativas-entregan-sitio-donde-se-construira-el-colegio-chiquilistagua-en-el-distrito-iii-de-managua/
Novena sesión del Comité Regional de Naciones Unidas en Gestión Global de Información Geoespacial para las Américas (UN-GGIM: Américas)
Esta reunion busca fortalecer los procesos nacionales y promover la cooperación intrarregional en materia de gestión de datos geoespaciales y estadísticos.
Esta reunión es organizada entre el Comité Regional de Naciones Unidas en Gestión Global de Información Geoespacial para las Américas (UN-GGIM: Américas) y la CEPAL, la cual cumple el rol de Secretaría Técnica.
El objetivo de esta reunión es compartir los avances y proyectar las acciones futuras de la agenda de trabajo de este comité regional, enfocada en fortalecer los procesos nacionales de gestión de información geoespacial; apoyar la integración de la información estadística y geoespacial; y promover el uso de información geoespacial como soporte a la atención de desastres. Igualmente, examinar las oportunidades de colaboración entre países y también desde otros organismos geoespaciales de la región, que participarán del evento.
Este comité forma parte de la arquitectura regional de la instancia global de Naciones Unidas sobre esta materia (UN-GGIM), que reporta al ECOSOC y que cuenta con una nutrida agenda de trabajo enfocada a fortalecer el uso de la información geoespacial para dar soporte a la toma de decisiones y las políticas públicas, con especial atención a la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible. UN-GGIM: Américas se creó en el año 2013 con el objetivo de potenciar los procesos nacionales de gestión de información geoespacial en los países de la región, a partir de la implementación de los lineamientos que genera el Comité de Expertos de UN-GGIM a nivel global. La presidencia para el período 2021-2025 recae en Chile a través del Sistema Nacional de Coordinación de la Información Territorial (SNIT) del Ministerio de Bienes Nacionales de Chile, organismo que conduce el desarrollo de la infraestructura nacional de datos geoespaciales (IDE-Chile).
Es la primera vez que esta reunión regional se realizará en las dependencias de la CEPAL, con la participación de las delegaciones de 22 países, integradas por los directores de las agencias geoespaciales nacionales y otros organismos expertos en la materia.
28 Nov 2022
Palabras de bienvenida y apertura
10:00 a 11:10
▪ Sofía Nilo Crisóstomo, Presidenta de UN-GGIM: Américas
▪ Rolando Ocampo, Director de la División de Estadísticas, CEPAL
▪ Stefan Schweinfest, Director de la División de Estadísticas, Naciones Unidas
▪ Paloma Merodio, Copresidenta UN-GGIM
▪ Javiera Toro Cáceres, Ministra de Bienes Nacionales de Chile
– Foto oficial
– Verificación quórum y aprobación de la Agenda
Sesión 1: Presentación de informes regionales
11:00 a 12:00
Sofía Nilo Crisóstomo, UN-GGIM: Américas
Reporte 2021-2022 UN-GGIM: Américas
Rolando Ocampo, CEPAL
Reporte 2021 2022 CEPAL
Sesión 2: Nuevas herramientas para la diseminación de información geoespacial regional
12:00 a 12:30
Sofía Nilo Crisóstomo, UN-GGIM: Américas y Alvaro Monett, CEPAL
Presentación nuevo Sitio Web UN-GGIM Américas
Jesús Suniaga, CAF, Álvaro Monett, CEPAL y Antonio Campuzano-IPGH
Presentación del Sitio Web IDE Américas
Sesión 3: Situación, necesidades y desafíos de los Estados Miembros del Comité Regional
El libro póstumo de Hebe de Bonafini, una reivindicación a las Madres
Desde mayo del año pasado trabajó en las memorias de las Madres de La Plata con la Subsecretaría de Derechos Humanos bonaerense. La publicación saldrá a la luz en marzo próximo.
Hebe de Bonafini
A mí me gustaría que esto sirva como una reivindicación de las Madres que lucharon en La Plata y mucho. Con ese criterio lo estamos haciendo, para que se las recuerde. Porque si no parece que son solo un grupo de Madres de Capital, pero hubo Madres en todo el país, y en La Plata hubo Madres muy trabajadoras, hubo muchas. Recordamos a las que trabajaron, a las que pusieron el cuerpo, a las que no faltaron a la plaza, a las que nunca dijeron que no a nada. Porque son compañeras que hicieron mucho y que trabajaron mucho para reivindicar a sus hijos.
Me gustaría que sirva para eso. Para que las familias lo lean y se sientan orgullosas, porque algunas de las familias no saben nada de lo que hicieron esas abuelas. Algunas familias sí saben y me sorprenden, porque a veces me vienen a ver y me dicen, y eso me pone contenta. A veces vienen sus nietos, sus bisnietos. Pero yo quisiera que todas las familias supieran qué hicieron. Porque esta historia no terminó todavía, y hay mucho que hacer en eEscrito original de Hebe Bonafiniste país. Y cada vez que se haga algo, van a tener que acordarse de las Madres, y de todas las Madres. De las que no vendieron a sus hijos, de las que los reivindicaron siempre por lo que fueron, por lo que hicieron y por lo que nos dieron, por todos esos pibes y pibas maravillosas que corrían de un lado para el otro, como mi nuera que venía y me decía: “¡Mi suegra! ¿No me da una manito?”, otra que una manito tenía que darle. Eran trabajadoras, contentas, felices de lo que hacían. Y me transmitieron esas ganas a la lucha, esas ganas de pelear siempre. De cualquier manera y con lo que había. Porque esa es otra cosa también, luchar sin plata no es muy fácil, pero se puede. Y ellos me lo mostraron, me lo demostraron. Nada de interés en la riqueza, en el capitalismo, que cada vez es más salvaje y más asesino.
Así que con ese interés queremos hacer esto, que ojalá sirva para que esta ciudad sepa, se entere. Para que en las escuelas, sobre todo donde no se habla de las Madres, se sepa cuántas Madres hubo en esta ciudad de La Plata. No solo las madres que tienen hijos desaparecidos, sino las que trabajaron y lucharon por sus hijas y sus hijos. Porque desaparecidos en esta ciudad hay miles, ahora, Madres que trabajaron, treinta y… tantas, por eso hay que reivindicarlas. Porque pusieron lo mejor que tenían. Así que bueno, por ellas y para ellas es esto.
Colonia: un lugar para los nietos y las nietas
Lo de la colonia sí que es algo que no se conoce bien. No se ha hablado nada. Y hay un montón de fotos, que son casi toda la vida de la colonia porque en realidad, está todo en las fotos. La familia Salomone fue la que nos prestó la quinta. Haydeé, Gladys Ponti, una familia que vivía por calle 36, que tenían dos hijos desaparecidos, que él era abogado. Estaba Poce, también Zulema Peña que tenía auto. Ellas eran las que buscaban a los chicos en las casas. Casa por casa. Y traíamos cosas que hacían otras Madres también, Virginia Matheu también. Entonces llevábamos tortas, comida, todo lo necesario. Y ahí había pileta, había cancha de básquet, había mucha comodidad y la pasábamos re bien con los chicos. La hicieron entre mi hija Alejandra, Ana Sabio (que está en Suecia) y Claudia Bellingeri. Organizaban a los chicos que venían, se encargaba cada una de cuidarlos, de que no tomaran frío, de secarlos, de decir basta de agua, ahora jugamos a esto o aquello. Eso lo hacían las chicas, nosotras no podíamos hacer eso, eso lo hacían ellas, los hacían jugar, todo el día se divertían. Yo me bañaba también con ellos. Y eso se hacía varios días en la semana, en el verano. No sé si era una contención, pero era algo bueno para los pibes, que estaban todos con esa confusión de qué pasaba con los padres, que cada abuela le decía una cosa diferente. Las abuelas pobres, lo que más querían era que los chicos estuvieran bien, que disfrutaran, que se juntaran con otros pibes. Tampoco era bueno que se juntaran nada más que entre ustedes (solo entre hijos de desaparecidos), era bueno que se juntaran con otra gente también. Pero a veces era difícil, no era fácil eso.
Y no era que tampoco eran todas abuelas que venían a la plaza. Muchas de ellas eran muy pobres y algunas tenían un montón de hijos, más los nietos que les habían quedado. Entonces era más complicado eso. Nosotras llevábamos todo, la comida, todo, todo. Y todo eso lo hacíamos con dinero que juntábamos entre nosotras, porque en La Plata había Madres que tenían bastante dinero y ponían, nunca se fijaban. Todas las que podían ponían un montón. Y ponían el auto también. Virginia Barbero, que aprendió a manejar de grande, manejaba rarísimo, era muy gracioso. Para ir a algún lado iba atrás del micro que iba al lugar. Entonces era una locura, te subías con Virginia y no llegabas más, tardaba un montón. Porque, claro, aprendió de grande. Zulema Peña también, manejaba en cuadradito, pero no como Virginia que iba atrás de los micros. Zulema sabía ir así, así (haciendo líneas rectas), no agarraba un diagonal ni de casualidad. Para Zulema, las diagonales no existían. Pero más allá de lo divertido, era una mujer que tenía el auto las 24 horas dispuesto, como Haydeé Ramirez Abella. Zulema y Haydeé eran las dos que ponían el auto las 24 horas.
Fuente de la Información: https://www.pagina12.com.ar/501978-el-libro-postumo-de-hebe-de-bonafini-una-reivindicacion-a-la
El SNTE en el barco de la 4T: celebra la fuerte legitimidad y un amplio respaldo popular de AMLO
El SNTE señaló que gracias al Presidente López Obrador, se han consolidado las bases de un futuro con desarrollo, justicia, equidad y bienestar.
El Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE) lanzó este día un pronunciamiento para celebrar cuatro años de gestión del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
En el marco de la marcha para celebrar cuatro años de gobierno a la que convocó el mandatario del País, el organismo sindical le expresó su más amplio reconocimiento y apoyo al proceso de transformación de la vida del país.
En el pronunciamiento, el SNTE celebró que el Gobierno de México tenga una fuerte legitimidad y cuente con un amplio respaldo popular.
Agregó que tras cuatro años de perseverancia del Presidente López Obrador, se han consolidado las bases de un futuro con desarrollo, justicia, equidad y bienestar, especialmente para los que menos tienen.
Afirmó además que la Nación marcha con paso seguro, con unidad, estabilidad política, paz social, ejercicio pleno de las libertades, legalidad, respeto a los derechos humanos y a la democracia.
Así también destacó que en actual Gobierno de la ‘Cuarta Transformación’, se ha fortalecido el Estado de Derecho con el combate a la corrupción y la impunidad.
Destacó que al iniciar el quinto año de gobierno del gobierno de López Obrador, el SNTE como organización sindical, actor educativo y fuerza social, reiteró su compromiso con el fortalecimiento de la educación y la escuela públicas, y su total respaldo al Presidente.
“En la consolidación de la transformación, y ante cualquier desafío, el pueblo de México y el Gobierno de la República cuentan con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación”, puntualizó.
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