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La reforma educativa de la cuarta transformación nacional. 2 La problematización

Por: Roberto González Villarreal, Lucía Rivera Ferreiro y Marcelino Guerra Mendoza

Una Iniciativa de reforma constitucional es parte de un dispositivo de gobierno. Se trata de la regulación de las interacciones educativas, con objetivos particulares, que se ejercen sobre objetos específicos, con medios, mecanismos y procedimientos adecuados, realizados por organismos específicos. Ese es el método general para analizar las relaciones de gobierno: formulación de problema, identificación de los objetos de intervención, definición de objetivos, elección de los medios de acción y determinación de los agentes y organismos responsables.

Se dirá que no es la única. Es cierto. Hay otras, basadas en las doctrinas del derecho, en la teología, la antropología de las decisiones, el análisis del discurso y muchas más. Nosotrxs queremos destacar el análisis político, el de las relaciones de poder, entendido como la conducción de conductas (Foucault).

Para eso, repetimos, se trata de

  • Formular el problema, es decir, las dificultades que aparecen, se reconocen, se articulan, nombran y tratan de resolver;
  • Identificar los blancos de intervención, es decir, los objetos que se van a intervenir, que pueden ser conductas, aspiraciones, cuerpos, mentes, corazones, expectativas, saberes, aptitudes, tierras, aires, etc;
  • Definir los objetivos y efectos buscados;
  • Determinar los medios de acción;
  • Reconocer los organismos responsables.

Podríamos abundar más en esta orientación teórica y metodológica. Dejémosla ahí para no aburrir. Se trata de mostrar los instrumentos del análisis, no de hacer comentarios a autores o vanagloriarse con el conocimiento de textos y citas de autoridad.[1]

Preferimos mejor detenernos en las cuestiones metodológicas, como lo harían los técnicos cuando las usan para analizar las situaciones, definir los problemas, las dificultades, arreglarlas o desmontarlas. En el caso de Cortocircuitos: desmontar los dispositivos para interrumpir, hacer saltar, interrumpir, hacer estallar las redes del poder.

Empecemos, como se dice, por el principio. ¿Cuál es el problema o los problemas que plantea la reforma a los artículos 3º, 31 y 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos?

La exposición de motivos procede por partes. Aun cuando la retórica es parte sustancial de los discursos del poder, pocas veces se hace a partir de grandes narrativas, como en este caso. Recordemos, una meta-narrativa es un discurso totalizador, que abarca todo, que explica todo y es consistente consigo mismo, auto-referencial dicen los que saben de esto. Ese es el papel que juega el relato de la IV Transformación Nacional.

La Iniciativa comienza justamente así. El primer párrafo es la gran historia de las transformaciones nacionales, que inician con la Independencia, que aportó el gran valor de la Libertad. La segunda, la Reforma, cuando se crean las instituciones que consolidaron la Nación, el régimen de la Legalidad. La tercera, la Revolución, que proclamó la Igualdad mediante la instauración de los derechos sociales como sustrato de la convivencia colectiva. Y aquí comienzan los problemas, pues la igualdad es solo formal: “las desigualdades reales que padecemos los mexicanos han impedido la realización de nuestro ser nacional”.  Dejemos de lado, por ahora, esa alienación del ser nacional y detengámonos en la cuestión de las desigualdades reales, que son el problema fundamental de nuestro tiempo y hacen indispensable la IV Transformación Nacional, a partir de un nuevo valor: la Equidad.

¿Cuáles son las desigualdades que forman el lastre de la convivencia colectiva? La Iniciativa lo dice claramente: económicas, sociales, culturales y regionales. Combatirlas, dice la iniciativa,

“es tarea ingente de la que depende nuestra viabilidad como Nación. La libertad, la legalidad, la igualdad y la equidad no pueden existir en un ambiente carente de educación. Si el pueblo desconoce sus derechos no puede defenderlos y si no adquiere las habilidades y conocimientos que le permitan su desarrollo personal y colectivo, se encuentra imposibilitado para llevar una vida digna la cual constituye el objetivo supremo de nuestro orden constitucional” (p.2).

La gran narrativa de la IV transformación se acompaña también con otro conjunto que podríamos llamar coyuntural, derivado de la reforma constitucional de 2013, la reforma neoliberal o reforma del Pacto por México.

En este punto, la Iniciativa procede secuencialmente. Tres son los pasos argumentales:

  1. “La visión del Poder Ejecutivo a mi cargo es que se debe priorizar el diálogo ante cualquier otro mecanismo de imposición de estructuras normativas que no obtengan el impacto deseado ante la ciudadanía. De igual forma, se considera que el uso de la fuerza y la imposición, no es la forma idónea para la construcción de los grandes acuerdos que necesita el país para lograr la verdadera transformación del sector educativo de México”…
  2. “El Ejecutivo a mi cargo considera un error aplicar criterios sancionadores y persecutorios que parten de la desconfianza hacia los profesionales de la docencia y pretenden poner todo el énfasis de la supuesta mejora de la enseñanza en la sujeción a procedimientos mecánicos de evaluación, alejados de las vivencias compartidas por profesores y alumnos, y de las necesidades específicas de diferentes culturas, regiones, costumbres y otros factores que inciden en la educación, los cuales no pueden ser medidos a través de programas computacionales que solo registran uno de los muchos aspectos que deben ser tomados en consideración para impartir una educación de excelencia y la preparación de quienes la imparten”… (subrayado y negritas en el original).
  3. …”La mencionada reforma se proyectó como el parteaguas en la educación de México, con el fin de fortalecer el derecho constitucional a recibir una formación integral que transformara la realidad de nuestro país, sin detrimento de los logros y derechos laborales obtenidos por las y los maestros de México. Desafortunadamente, en la aplicación de la Reforma Educativa han existido expresiones fuertes de rechazo por dicho sector, en virtud de considerar que el nuevo esquema de evaluación resulta retroactivo en su perjuicio, toda vez que la autoridad educativa podría privar al docente de su plaza laboral sin absolutamente ninguna responsabilidad a través de una evaluación estandarizada que no toma en consideración los contextos económicos, sociales y demográficos que inciden en los procesos educativos…Se ha observado que las expresiones de descontento hacia la “Reforma Educativa”, han tenido como consecuencia que exista resistencia a la aplicación de la misma por parte de los docentes, y que estos se adhieren a los procesos de evaluación de su desempeño, de promoción, reconocimiento y permanencia que establece la ley de una forma no participativa, generando que el objeto por el que la misma fue aprobada, no cumpla con los impactos deseados en el aprendizaje de las niñas, niños y jóvenes que es nuestra propiedad”.

La Iniciativa de AMLO, en consecuencia, formula una problematización articulada por dos cuestiones: por una parte, las múltiples desigualdades sociales que laceran la vida individual y lastran el destino nacional; por otra, los problemas de implementación de la reforma educativa de 2013, derivados de la imposición de una norma por vías no dialógicas, por una estrategia evaluadora estandarizada que no tomó en consideración los contextos regionales y culturales, por  las resistencias a la misma reforma que hacían que no se cumpliera cabalmente con los impactos deseados en el aprendizaje de los niños.

La Iniciativa, entonces, articula cuestiones estructurales de la IV Transformación, como son las desigualdades sociales, con los problemas de implementación de la reforma educativa precedente, sobre todo, diríase única y exclusivamente, en las afectaciones laborales al magisterio, y sus efectos contraproducentes en el aprendizaje escolar.

En un doble movimiento, la Iniciativa de la IV Transformación Nacional problematiza la desigualdad social con problemas de implementación de la reforma precedente, para encontrar cómo se reproducen los problemas de aprendizaje debido a los mecanismos utilizados para pretendidamente elevar su calidad.

La particularidad de la Iniciativa, en lo relativo a su problematización, se advierte más claramente cuando se compara con la del pacto por México:

Para que los alumnos reciban una educación que cumpla con los fines y satisfaga los principios establecidos por la norma constitucional, resulta imprescindible la calidad educativa. Ésta existe en la medida en que los educandos adquieren conocimientos, asumen actitudes y desarrollan habilidades y destrezas con respecto a los fines y principios establecidos en la Ley Fundamental. Así como en la medida en que las niñas y niños tengan una alimentación suficiente, conforme a los estándares internacionales de nutrición sana, y garantía de acceso a la salud; e igualmente se cuente con los nuevos instrumentos del desarrollo científico y tecnológico para su formación…

La evaluación educativa, instituida como parte de esa búsqueda de transformación, ha contribuido a un mejor conocimiento de nuestro sistema educativo y ha proporcionado nuevos elementos que permiten entender con mayor claridad lo mucho que hay por hacer para mejorar el aprendizaje de los alumnos. Las evaluaciones internacionales en las que nuestro país ha participado, han hecho posible la comparación de nuestra realidad con las de otras naciones. Los retos son especialmente serios en la atención a los alumnos que provienen de hogares en condiciones de pobreza (Ejecutivo Federal, 2012).

No hay en la iniciativa de reforma constitucional de 2012, ninguna ubicación histórica trascendente, solo la retórica consabida de la importancia de la educación; lo que hay, de manera reiterada, es la problematización de los estándares de aprendizaje, de los signos rojos en los resultados de las pruebas nacionales e internacionales. De ahí se identifica un problema: la deficiente calidad en la educación mexicana, su definición como máximo logro de aprendizaje, los factores que inciden sobre ella y la elección del más importante: el desempeño docente, luego transformado en idoneidad, y de ahí la deriva estratégica: el dispositivo evaluador, sus fases, sus procedimientos, sus objetivos, el o los organismos responsables, las modificaciones institucionales, organizativas, normativas que produce, etc.

En resumen, la iniciativa de 2012 tenía una serie racional muy clara:

El problema: la calidad deficiente, observada por resultados en pruebas internacionales.

Las causas: las prácticas indebidas e inmorales que sufrían los maestros por el régimen corporativo.

La estrategia: el dispositivo evaluador, con cuatro tipos y varias fases, articuladas por el concepto de idoneidad.

El organismo responsable: un instituto autónomo, el INEE.[2]

Esta serie se acompañaba además, de una problematización vuelta sentido común de la época, con las campañas de desprestigio al magisterio (documental De Panzazo) y campañas mediáticas encabezadas por opinólogos, comentaristas, académicos, etc.

Si se observa, las problematizaciones que formulan las iniciativas de 2012 y 2018 no pueden ser más diferentes. He aquí un listado inicial de sus contrastes:

  1. La de 2012 se focaliza en los problemas de calidad, definidos por los resultados de estándares internacionales. La de 2018, por los problemas estructurales de la desigualdad social múltiple, y los coyunturales derivados de la implementación de la reforma anterior, de sus contrahechos y límites estructurales al estar basada en la imposición y en la desvalorización y castigo del magisterio.
  2. La de 2012 resulta de un proceso de negociación también focalizada, con agentes empresariales, académicos, ONG’s nacionales e internacionales, la Coalición Ciudadana por la Calidad de la Educación. La de 2018 después de una convocatoria a foros nacionales, después de compromisos de campaña con distintas fuerzas magisteriales, sociales y políticas.
  3. La de 2012 era parte de un programa de transformaciones estructurales conceptualmente dirigidas por la racionalidad neoliberal; la de 2018 pretende formar parte de un movimiento de resistencia contra las reformas neoliberales, organizado gubernamentalmente por la Coalición Juntos Haremos Historia, con responsabilidades en el Poder Ejecutivo y mayoría simple en el Poder legislativo federal, además de movimientos sociales, regionales, culturales y políticos.
  4. La reforma de 2012 continuaba los programas de reconfiguración neoliberal del país, de las instituciones, de la subjetividad de docentes estudiantes y funcionarios; la de 2018 forma parte, o debería formar parte de una crítica gubernamental y una redirección de los procesos educativos, a partir de la ubicación de las desigualdades y los efectos causados en el aprendizaje y en los docentes, de las iniciativas neoliberales.

Para resumir: los problemas planteados en la Iniciativa de reforma a los artículos 3º. 31 y 73 constitucionales, enviada por el presidente Andrés Manuel López obrador a la Cámara de Diputados el 12 de diciembre de 2018 son de dos tipos: los de la lucha contra las desigualdades, una lucha histórica, que da fundamento y destino a la IV Transformación nacional; y los problemas derivados de la implementación de la reforma neoliberal de 2012-2013.

Analizar las estrategias de solución, los conceptos involucrados, los objetos de intervención elegidos y los objetivos, es el siguiente paso del análisis. Pero esa es otra historia, será el tema de otro Cortocircuito.

Referencias

[1] Quien quiera hacerlo, aquí hay algunos elementos. El sujeto y el poder

[2] Para analizar la producción legislativa de la reforma de la reforma de EPN y su racionalidad neoliberal, véanse nuestros libros Los poderes percutidos   y Anatomía política de la reforma educativa

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/la-reforma-educativa-de-la-iv-transformacion-nacional-2-la-problematizacion/

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La Educación Neoliberal y la Guerra por el Territorio Educativo

Por: Marcelino Guerra Mendoza; Lucía Rivera Ferreiro; Roberto González Villarreal. 26/06/2018 

En entregas anteriores hemos planteado que la reforma educativa 2013 es el dispositivo de la guerra neoliberal para la ocupación del territorio educativo. A partir de esta idea, trazamos las coordenadas tanto del dispositivo como del territorio educativo. Desmontamos la forma en que desde el texto constitucional, la calidad educativa entendida como el máximo logro de aprendizajes en los alumnos, sirvió de fundamento para establecer la idoneidad docente y justificar una estrategia de intervención utilizando diferentes medios.

Estos medios han sido la evaluación docente obligatoria y permanente a cargo de un INEE dotado de autonomía, para el ingreso, promoción y permanencia en el servicio docente; el control de la información mediante el censo educativo y la creación del SIGED; la autonomía de gestión de las escuelas acompañada del programa escuela al centro, la normalidad mínima, la ruta de mejora; la centralización de recursos a través del FONE, que condiciona el pago de salarios y prestaciones; el uso constante de la violencia política, simbólica y física contra los maestros por protestar y realizar plantones en el zócalo capitalino y distintas ciudades a lo largo y ancho del país.

Queremos reiterar aquí, tres ideas clave del análisis que venimos realizando desde hace tiempo: la reforma es un dispositivo de reconfiguración del sistema educativo, un proceso que comenzó con campañas sobre la calidad de la educación, instalando la percepción de que el magisterio es el responsable de todos los problemas. En este proceso, ocurre un ensamblaje de programas y acciones que si bien surgen en momento distintos y caminan a su propio ritmo, en la práctica se auto-organizan y potencian mutuamente.

El ensamble de los medios de la reforma educativa apunta a la construcción de un maestro idóneo para que a su vez, los alumnos alcancen el máximo logro educativo, en función de perfiles, parámetros e indicadores para toda la educación básica y media superior.

Por todo esto, consideramos que la reforma educativa 2013 es un acontecimiento, de ninguna forma un asunto circunstancial, mal pensado, menos aún sexenal, hasta ahora los medios para reconfigurar el sistema educativo no dejan de ampliarse ni de fluir, siguen activos y lo harán por un largo tiempo. Sin temor a exagerar, afirmamos que la reforma se encuentra en este momento, recorriendo un camino libre de obstáculos para consolidarse en las escuelas, con padres de familia y alumnos a partir del modelo educativo, planes y programas de estudio, programas de escuela al centro y los CIEN, la ruta de mejora y la autonomía de gestión escolar.

La SEP se ha asegurado de que los maestros realicen un conjunto de prácticas y actividades de planeación, evaluación, rendición de cuentas y elección de horarios, así sea en forma simulada, en las aulas, los consejos técnicos escolares y de participación social.

Lo hemos dicho todo el tiempo y lo repetimos una vez más: la reforma al artículo tercero constitucional es educativa, no solamente laboral o administrativa. Es educativa principalmente por sus efectos y producciones, porque busca formar, construir y desarrollar subjetividades que orientan, conducen formas de pensar, promueven determinados comportamientos con base en los principios, valores y filosofía del sistema económico, social y político vigente. Hoy día, la educación escolarizada se encuentra asentada en el concepto de calidad neoliberal que aparece en el 3° constitucional, cuyo centro de atención es el máximo logro de aprendizaje de los alumnos, para lo que es necesario un maestro idóneo evaluado a lo largo del tiempo.

Estos son los rasgos característicos de una reforma educativa que ha desatado una guerra por la ocupación del territorio educativo. En esta guerra, el adversario no es únicamente la SEP y las autoridades responsables del sistema educativo; existen otras fuerzas especialmente interesadas en la formación de un nuevo individuo exitoso, formado a imagen y semejanza de los principios, valores y filosofía del neoliberalismo. Un emprendedor, competitivo, flexible, insolidario, aislado y empresario de sí mismo, que se gobierne a sí mismo para enfrentar la inseguridad, incertidumbre y precariedad que el mismo neoliberalismo ha provocado y le ha impuesto.

Para librar esta guerra, es necesario reconocer y conocer al adversario; en las últimas décadas, éste ha cambiado, es un enemigo distinto, con mayores ambiciones, que no duda en echar mano de estrategias más efectivas y de mayor alcance. No busca solo la explotación del hombre por el hombre; esta ya no es una lucha entre capitalistas y proletariado, tampoco entre dueños de los medios de producción y los desposeídos, porque para empezar, la producción y la explotación ya no es lo que antes era. Lo de hoy, es la explotación de las subjetividades, de eso quiere adueñarse el adversario a través de diversas estrategias.

El enemigo entonces, no es uno solo, no tiene una misma cara, está conformado por todos aquellos que han construido, impulsan y defienden la gobernanza como forma de incidir y tomar decisiones en todas las esferas: económica, social, cultural y política. En el terreno educativo, su interés principal es formar un nuevo capital humano que mantenga y sostenga las condiciones de vida actuales; para conseguirlo, ha desatado una guerra de ocupación del territorio, con la finalidad de reconfigurar el sistema educativo en su totalidad.

De este modo, la guerra inició contra el maestro por ser quien forma a las nuevas generaciones; así ha sido a lo largo de los tiempos. Por tanto, el primer paso fue confrontar al maestro, arrancarle sus vínculos gremiales, minar su identidad profesional, provocarle inseguridad e incertidumbre laboral, acostumbrarlo a la precariedad, rompiendo sus de por sí frágiles relaciones sociales y educativas con alumnos, padres de familia y comunidad; aislarlo, expropiarle su experiencia y crear una nueva cultura profesional orientada por la competitividad, flexibilidad e insolidaridad. La evaluación fue la estrategia para conseguir todo esto.

La efectividad subjetiva de la evaluación no radica en sí misma, sino en todo lo que la envuelve y acompaña, en todo lo que provoca. No se trata nada más de la presentación de los exámenes, sino de involucrarse en un proceso tortuoso e incierto, de cubrir una serie de criterios, requisitos y procedimientos que las maestras y maestros deben cumplir para poder presentarla; luego sigue el viacrucis de los resultados y el cumplimiento de las promesas.

Desde ahí se empezó a configurar un nuevo maestro, altamente emprendedor y empresario de sí mismo, responsable de su éxito o de su fracaso por ser o no idóneo, todo esto sin necesidad de cuestionar las condiciones adversas y precarias a las que es sometido. La producción mayor del neoliberalismo, lo que representa su mayor triunfo, es el hecho de lograr que la población se gobierne a si misma sin necesidad de la coerción física permanente y la educación no es la excepción.

Por tanto, la guerra en el territorio educativo es por la subjetividad, no por los medios de producción sino por los de subjetivación. Es una guerra no contra el proletariado en abstracto sino por el trabajo inmaterial concreto y sus prácticas educativas de subjetivación. De ahí que la reforma sigue fluyendo a través de diferentes medios hasta llegar a la escuela, a las aulas y los alumnos. Cuando decimos que el fin último es reconfigurar al sistema educativo, esto no se limita a un plano general, sino que pretende aterrizar particularmente en los modos de pensar y actuar de los maestros, directivos, padres de familia y alumnos.

Veamos algunos elementos que dan cuenta de la forma en que se expresan las subjetivaciones en las prácticas, decires y haceres escolares cotidianos, facilitando la instalación de la reforma.

  1. El Modelo Educativo surgió en el escenario político en el 2016, pero antes ya se había afianzado la ruta de mejora para la Autonomía de Gestión en la Escuela y el Plan y Programa de Escuela al Centro, propuesto desde el Programa Sectorial 2013. Como la atención estuvo centrada por parte de especialistas, investigadores, asesores y críticos en sostener hasta el cansancio que la reforma educativa era laboral y administrativa y la evaluación punitiva, o sea, todo menos educativa, en ningún momento cruzó por sus mentes la necesidad de problematizar el avance, desarrollo y enquistamiento de la propia reforma en la escuela, directivos, maestros, padres de familia y, finalmente, en los alumnos. Mientras la mayoría, incluida la resistencia magisterial, se enfrascó en el debate de la evaluación y sus consecuencias laborales, de forma discreta, constante e ininterrumpida, se instalaron los demás programas y acciones a nivel escolar, que hoy recoge y articula el Nuevo Modelo Educativo.
  2. El Programa Escuela al Centro anunciado por la SEP en 2016, no fue un hecho aislado, mucho menos una ocurrencia. Su creación e instrumentación abonó el terreno para que otras acciones y programas que ya operaban en la escuela, como la normalidad mínima, contribuyeran al logro del fin último de la reforma: reconfigurar el Sistema Educativo. Al mismo tiempo, las afectaciones que la evaluación docente ya había provocado, sembraron el terreno para la entrada en acción del Modelo Educativo.
  3. La evaluación ahora presente en la escuela y no nada más en los maestros, permitirá seguir alimentando el censo, aceitando la maquinaria de control de información que es el SIGED. Este sistema continuará organizando la información de las escuelas, de modo que se vean obligadas a seguir al pie de la letra, los lineamientos de la autonomía curricular; mientras tanto, los alumnos continuarán expuestos a mediciones estandarizadas y los maestros a presiones para mantener actualizada la información de un sistema que entre otras cosas, verifica el cumplimiento de la normalidad mínima en cada escuela, y condiciona el presupuesto correspondiente.
  4. El Programa Escuela al Centro, guarda estrecha relación con el Programa Sectorial 2013 con respecto a la autonomía de gestión. Esos planteamientos han estado ahí, prácticamente desde que inició la reforma, pero han pasado desapercibidos en los análisis, ocupados como estaban los críticos, en la evaluación. Aquí se encuentra la clave para entender el significado que tiene considerar a la escuela como el centro del sistema educativo, adjudicándole la obligación de rendir cuentas sobre el financiamiento, los CIEN, desde luego contempla también el cumplimiento de la normalidad mínima en la escuela. Está también el tema de la gestión del tiempo y el espacio como ejes orientadores para el control, la disciplina y el gobierno de los maestros y personal administrativo en las escuelas. De todo esto depende ahora la posibilidad de recibir recursos y financiamiento que finalmente puede convertirse en deuda para la escuela, en gasto para los padres y muy claramente, lo será para las entidades federativas. En resumen, Escuela al Centro es una herramienta para gestionar el tiempo y el espacio, así como la búsqueda de recursos para la compra de cursos, clubes, materiales pedagógicos y didácticos ofrecidos ni más ni menos, por quienes integran lo que hemos llamado el cartel de la reforma educativa.
  5. El programa Escuela al Centro, como medio de cristalización de la escuela armadora del sujeto emprendedor, tiene en el Nuevo Modelo Educativo su complemento perfecto. Estructurado en cinco grandes ejes (Planteamiento Curricular; Escuela al Centro del Sistema Educativo; Formación y Desarrollo Profesional Docente; Inclusión y Equidad; Gobernanza Educativa), el modelo educativo establece los aprendizajes clave que se demanda a los maestros desarrollar en los alumnos a nivel nacional (Aprendizajes clave) Tales aprendizajes no son más que las competencias de las reformas curriculares del Foxismo y Calderonismo. Estas competencias, hoy traducidas como aprendizajes clave, son una libre adaptación de los pilares de la educación planteados por Jaques Delors e impulsados por la UNESCO en 1998 para la educación del siglo XXI.  A partir de los ejes curriculares mencionados, el modelo propone tres campos de Formación Académica, igual número de  Áreas de Desarrollo Personal y Social y cincoÁmbitos de Autonomía Curricular. Este ultimo componente curricular, a diferencia de los dos primeros, depende de la gestión que realice la escuela, en particular, el consejo técnico escolar, para llevarlo a cabo. Y aquí entra de nuevo en escena, la escuela al centro.

El próximo ciclo escolar, la guerra por el territorio educativo entrará en una nueva fase; la lucha se librará en y por la escuela. De ahi que nos parezca urgente iniciar un debate en cada comunidad escolar sobre las cuestiones aquí planteadas.

Para estar en posibilidad de resistir los embates de esta reforma ultraneoliberal, es necesario comprender frente a qué estamos, analizar el modelo educativo, los planes y programas así como los flamantes libros de textos que serán entregados a las escuelas para el ciclo escolar 2018- 2019, sin perder de vista el contexto ni los demás elementos del dispositivo de reconfiguración del Sistema educativo.

Por lo pronto, y a manera de cierre, dejamos aquí anotadas algunas preguntas para continuar la reflexión y el debate.

¿Cómo se ha enquistado la reforma en la escuela, entre los maestros, padres de familia y alumnos? ¿La calidad educativa como máximo logro de aprendizaje de los alumnos, es aceptada por los profesores?, ¿Qué repercusiones tendrá el Modelo Educativo y la autonomía curricular en la escuela pública? ¿Qué tanto se ha subjetivado el aprender a aprender, aprender a ser y aprender a convivir como aprendizajes clave para formar niñas y jóvenes exitosos en el siglo XXI?

Fotografía: iebem

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/la-educacion-neoliberal-y-la-guerra-por-el-territorio-educativo/
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La autonomía curricular: Más trabajo, mismo sueldo, menos libertad.

Por: Lucía Rivera Ferreiro, Roberto González Villarreal, Marcelino Guerra Mendoza. 

A escasas semanas de que concluyan las campañas electorales y el ciclo escolar también la SEP acelera el paso, empeñada en aceitar la maquinaria institucional para dejar todo a punto. El Nuevo Modelo Educativo (NME) presentado en sociedad desde el 2016, comenzará a aplicarse en todas las escuelas de educación básica y media del país a partir de agosto de este año.

Desde la difusión de la primera versión en junio de 2016, hasta la presentación de la versión definitiva en marzo de 2017, se organizaron diversas mesas de análisis en las que se criticó lo tardío de la presentación, los errores de procedimiento, la escasa participación de quienes lo aplicarán en las aulas, el tiempo insuficiente de la actual administración; se cuestionó su novedad, por considerar que recupera conceptos pedagógicos acuñados desde el siglo pasado, también las supuestas inconsistencias en el tratamiento de conceptos como “aprender a aprender”, que es diferente de “aprender a conocer” (Aprender a aprender o aprender a conocer), o sus contradicciones internas como defender una educación humanista, y al mismo tiempo sostener una visión claramente instrumental con respecto a lo que deben aprender los alumnos (Desvelando el lado obscuro del nuevo modelo educativo).

Los problemas más serios, dijo en su momento Díaz Barriga, emergen de la contradicción entre la cara autoritaria y democrática del Estado, pues mientras para definir el modelo educativo no hubo ninguna prisa y se abrieron consultas, no fue así para el caso de la reforma constitucional y la aprobación de la LGSPD, como si de asuntos diferentes se tratara. En suma, sentencia el especialista, el modelo es un ejemplo de política al revés, porque primero fue la evaluación docente y después el modelo, “primero se construyó el piso 15 del edificio y luego se definió el modelo del edificio de la planta baja hasta el piso 12” (Pistas para analizar el nuevo modelo educativo 2016).

¿Para qué y a quién le sirve decir que el modelo educativo es un ejemplo de política al revés?, ¿cuál hubiese sido la diferencia si primero se presenta el modelo y luego se realizan los cambios constitucionales y legales?, ¿su presentación fue tardía para quién y por qué?, ¿no será más bien que se presentó en el momento políticamente oportuno? Recordemos que la versión preliminar se anunció y difundió en junio de 2016, precisamente cuando el movimiento magisterial se encontraba en su punto más álgido.

Las opiniones y señalamientos planteados en los diversos debates, encuentros, artículos y comentarios que nos prodigaron los analistas críticos entre el 2016 y 2017, enfatizaron lo que a su juicio eran inconsistencias pedagógicas, filosóficas, didácticas e incluso procedimentales.

Ahora que la SEP del PRI está a punto de concluir su gestión y se apresura para imponer una estrategia de instrumentación del NME, por cierto prevista desde hace más de un año, los analistas callaron, como si luego de los profusos debates y sesudos análisis, no hubiese ocurrido absolutamente nada más.

Si esto es lo que creen, si es lo que tienen en mente cuando afirman que la reforma educativa ha muerto o será enterrada de inmediato nada más gane AMLO, nosotros les decimos que se equivocan. La reforma está vivita y coleando. Tan es así, que desde hace varios meses los maestros están siendo bombardeados con información sobre los aprendizajes clave, se les presiona para que tomen cursos en línea o se les anuncia en forma amenazante que tendrán una semana de capacitación obligatoria durante el receso escolar, que no vacaciones (¡Maestros a capacitación obligatoria!). No vayamos más lejos; en la guía para la sesión 7 del Consejo Técnico efectuada recientemente, la SEP volvió a poner en la mesa el tema del calendario escolar como un requerimiento fundamental para poner en marcha la fase 0 de uno de los componentes del NME: la llamada autonomía curricular.

Al parecer, el NME fue considerado por los analistas como un acto de gobierno aislado, no como un componente más de una reforma educativa cuyo propósito central es reconfigurar el sistema educativo nacional.

Pese a que hoy puede mirarse con cierta claridad en qué dirección camina el NME y cómo se relaciona con otros aspectos de la reforma, atrás quedaron los debates, foros y mesas de análisis, como si la presentación oficial hubiese sido un acto de gobierno aislado de la evaluación y todos los demás cambios de que ha sido objeto el sistema educativo.

Por tal motivo, decidimos escribir acerca del tema. Nuestro objetivo es señalar de qué forma la estrategia de instrumentación del NME por parte de la SEP, y en particular la llamada autonomía curricular, no solo responde a los objetivos de la reforma educativa sino que está contribuyendo a su consolidación en la escuela.

  1. El modelo educativo no llegó tarde, sino cuando tenía que llegar

El modelo educativo, ni llegó tarde ni se adelantó, surgió en un momento políticamente conveniente, era la pieza que faltaba, lo que seguía después de legalizar el sometimiento y despojar de la seguridad laboral a los maestros, controlándolos por distintos medios, entre ellos la evaluación y la normalidad mínima, construyendo de golpe, un escenario laboral y profesional en el que la estabilidad es cosa del pasado y la incertidumbre el pan nuestro de cada día. En este sentido, el ME no sólo llegó en el momento justo, también posee las características necesarias para aterrizar, en las escuelas y sobre todo en las aulas, la producción de nuevas subjetividades.

Más que una acción tardía, habría que pensar en que el ME, y esta es nuestra postura, constituye un elemento más del conjunto de acciones concatenadas, que busca complementar y fortalecer el proceso de reconfiguración del sistema educativo que comenzó en diciembre de 2012, con la iniciativa de reforma constitucional al artículo 3°. En tanto forma parte de lo que hemos llamado la guerra por el territorio educativo, constituye un elemento clave en la batalla por la educación pública que ha transcurrido no sin sobresaltos, en busca de producir efectos que han sido calculados políticamente.

  1. La estrategia de la SEP: abrumar a los maestros

Desde junio de 2017, la SEP difundió un documento de más de 150 cuartillas (Ruta para la implementación del nuevo modelo educativo) en el que describe el planteamiento curricular para la educación básica y media, considerando planes, programas y materiales educativos; la escuela al centro del sistema incluyendo el tema de infraestructura a través del Programa Escuelas al CIEN, cultura del aprendizaje, la escuela como una comunidad con autonomía de gestión, la asistencia, acompañamiento y supervisión pedagógica y la participación social; la formación y desarrollo profesional docente, que comprende la formación inicial y continua; inclusión y equidad, justificando la desaparición de la educación especial, incorporando el  tema de becas, PROSPERA, padres educadores, NiñaSTEM Pueden, entre otras iniciativas; finalmente la gobernanza del sistema educativo, centrada en mecanismos de colaboración entre diferentes niveles de gobierno, la coordinación regional SEP-CONAGO y la administración del sistema educativo a través del Sistema de Información y Gestión Educativa (SIGED).

En cada uno de los cinco apartados en los que se estructura el documento, se definen actividades, metas y fechas que abarcan desde agosto del 2017 a junio de 2019, es decir, la ruta contempla acciones y metas a ser cumplidas más allá del actual sexenio. A partir de esta ruta, desde agosto de 2017 la SEP anunció lo que llama fase Cero de implementación de la autonomía curricular, misma que contempla cinco ámbitos:

  • Ampliar la formación académica: estrategias de aprendizaje y técnicas de estudio; lenguaje y comunicación, con taller de escritura creativa, inglés y debates; taller de matemáticas; taller de tecnología, y taller de exploración de condiciones del medio y cambio climático.
  • Potenciar el desarrollo personal y social: ligas deportivas, orquestas escolares, y talleres de teatro, danza, pintura, y convivencia escolar.
  • Nuevos contenidos relevantes: educación financiera, programación y robótica, y emprendimiento.
  • Conocimientos regionales, con microhistoria; taller de tecnología y artesanías locales; cultivo, hortalizas y plantas medicinales de la localidad; educación ambiental contextualizada, y lenguas originarias.
  • Proyecto de impacto social, con limpieza de basura; potabilización del agua; cuidado de la salud; huertos y elaboración de composta, y herbolaria.

En la Ruta de Implementación, la SEP se ufana de que la autonomía curricular no requerirá mayor inversión de recursos. Aquí también hay cálculo político; estamos en época electoral. Se decidió comenzar por este componente no solo porque no hay dinero público en las arcas; la forma en que está concebido el asunto, contempla dar entrada directa a las entidades de la sociedad civil y a particulares, en las escuelas, a través de los llamados proyectos.

Otro aspectos que nos parece importante tener en cuenta como parte de la operación de la autonomía curricular, es que las escuelas tendrán acceso a una plataforma en la que podrán seleccionar entre un mínimo de dos y un máximo de cinco alternativas de proyectos. Cabe mencionar que la SEP cubrió una fase piloto para poner a prueba la estrategia de aplicación de la autonomía curricular, contando con la participación de un Comité Técnico, integrado ni más ni menos que por dos organizaciones de la sociedad civil y dos representantes de la iniciativa privada (Componente autonomía curricular).

Como resultado de esta fase, la SEP ha elaborado unos lineamientos (Lineamientos generales para el ejercicio y desarrollo de la autonomía de gestión escolar y de la autonomía curricular) que pronto serán publicados en el Diario Oficial de la Federación (DOF) al igual que el libro de aprendizajes clave.

En la guía de la última sesión del Consejo Técnico definida por la administración local (que al cabo para eso hay autonomía de gestión), se indica que cada escuela, a través del CTE, deberá determinar su oferta curricular, eligiendo de entre los cinco ámbitos antes mencionados, para formular proyectos a desarrollar en la modalidad de clubes.

En resumen, la SEP ya definió los ámbitos e incluso las horas semanales que se dedicarán a los clubes, dependiendo del nivel educativo y tipo de jornada escolar (Ámbitos y horas lectivas).

  1. ¿Y los maestros?

Desde la lógica gubernamental, la autonomía curricular se reduce a la definición de cuestiones operativas, como diseñar espacios curriculares que respondan a los ámbitos ya definidos por la SEP, a la selección de enfoques metodológicos y a la asignación de recursos para desarrollar los proyectos elegidos en los llamados clubes, utilizando el análisis FODA para realizar el diagnóstico de las necesidades e intereses de los alumnos.

Todo indica que los maestros se aprestan a instrumentar una autonomía curricular que la SEP se ha encargado de definir en sus aspectos sustantivos. Muchxs ya están enfrascados de lleno en la operación, sin detenerse a reflexionar sobre el sentido y consecuencias de una autonomía altamente regulada, lo cual en sí mismo es una paradoja.

Pero sus comentarios en redes sociales, reflejan también  enojo y preocupación : “Hay muchas lagunas y cosas hechas al vapor”; “realmente debería ser preocupante la situación en la que nos están poniendo, nuestra profesión está en tela de juicio en estos últimos meses del ciclo”; “más trabajo, menos tiempo para la familia por el mismo sueldo”.

En términos generales, este es el panorama actual con respecto al NME de una reforma dada por muerta por más de uno.

A estas alturas del proceso, y considerando lo que está ocurriendo en las escuelas con la llamada autonomía curricular fase 0, decir que la reforma educativa ha muerto o que no se puede abrogar porque nunca ha existido, es cuando menos una postura política irresponsable.

Una vez más, es preciso insistir en lo que hemos venido señalando reiteradamente: la reforma educativa es mucho más que la evaluación. Toca el turno al NME; la SEP está bombardeando a los profesores con información sobre el nuevo modelo educativo, los está obligando a tomar cursos de actualización que más parecen sesiones de adoctrinamiento. Además, la autonomía curricular está atada al SIGED, pues cuando cada escuela defina los proyectos que haya decidido trabajar, tendrá que registrarlos en el sistema de información.

La reforma educativa es un monstruo de muchas cabezas, las visiones parciales no ayudan en absoluto a mirar su complejidad. Si no estamos de acuerdo con la reforma y queremos luchar contra ella, lo primero que necesitamos saber es a qué nos estamos enfrentando, entender de qué tamaño es el problema para poder definir estrategias eficaces de resistencia y alternativas efectivas.

De ahí que es necesario construir explicaciones que nos ayuden a ir más allá de las críticas convencionales que no ofrecen salidas para luchar desde abajo. Nos enfrentamos a una reforma que en muy poco tiempo, ha logrado cambiar el estatuto de la profesión, y junto con ello, las prácticas, los saberes, los modos de pensar y actuar de los profesores.

Ahora la reforma viene por la escuela, busca transformarla en una agencia que cumpla otros objetivos: formar al empresario de sí, al futuro hombre endeudado. Intenta hacerlo aplicando un modelo educativo retóricamente seductor –educar para la libertad y la creatividad reza la publicidad oficial- pero que en los hechos, amenaza con expandir los modos de expoliación del sistema educativo público al tiempo que se empobrece aún más la escolarización.

*Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/la-autonomia-currricular-mas-trabajo-mismo-sueldo-menos-libertad/

Contacto: labandadelxs3@gmail.com 

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