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Crisis de servicios y organización en las comunidades

Por: Roberto Patiño

El modelo dictatorial, que impone el grupo encabezado por Nicolás Maduro, ha llevado al país a una situación de colapso y caos sin precedentes en nuestra historia. La vida diaria de los venezolanos es de grandes esfuerzos y sacrificios para poder acceder a cosas tan básicas y elementales como el servicio de agua, de electricidad o de gas.

El Estado no cumple con sus responsabilidades y estas condiciones de precariedad y emergencia son tanto generadas como aprovechadas por el régimen. De esta manera, establece relaciones de subyugación y control sobre las personas y desconoce la realidad y los problemas a través de un masivo aparato de propaganda.

Un ejemplo de esto lo vivió la comunidad de La Vega en días pasados. Como lo denuncia Esteban, uno de los líderes que hacen vida allí, el gobierno afirma responder a la grave crisis de gas doméstico enviando un camión con bombonas a la parte alta de esa importante barriada. El hecho se publicita y se anuncia con grandilocuencia, pero termina siendo un engaño: las bombonas están vacías. Todo ha sido producido con fines meramente propagandísticos.

La irregularidad de la distribución, el encarecimiento y precariedad del servicio, son la realidad con la que deben lidiar en las comunidades. Como lo afirma Yusbel, una de nuestras madres líderes en el sector El Cardón, en Carapita, cada vez es más errática y espaciada la distribución de las bombonas, con sectores que pasan semanas y meses sin ser abastecidos. Las bombonas llegan a costar hasta 5 dólares, con recargas que antes duraban un mes y ahora difícilmente llegan a la semana. Además, ya son varias las denuncias acerca de los fallos en las boquillas de las bombonas y como algunas están llegando llenas de agua. Estas condiciones han dificultado aún más el desempeño de nuestros comedores, por ejemplo, que deben atender a grupos de 40 o 50 niños, consumiendo las bombonas en tres días o menos.

La respuesta de las comunidades a esta situación es de organización civil y creación de redes de apoyo. De esta forma no solo se generan iniciativas mancomunadas que ayudan a paliar la emergencia, sino también se estructura la movilización organizada para la denuncia y la protesta. Así lo evidencian las manifestaciones que vienen sucediéndose en todo el país, mayoritariamente por agua, electricidad y gas, que se han producido en respuesta al deterioro radical de las condiciones de vida y que el Estado victimario, lejos de reconocer y atender, por el contrario niega y reprime.

Nuestro trabajo en el Movimiento Caracas Mi Convive nos demuestra la necesidad prioritaria de construir nuevos pactos convivenciales para abordar los problemas desde la organización y la articulación, restituyendo el tejido social y empoderándonos como individuos y comunidades.

Es el momento de hacer causa común en torno a los problemas y emergencias que nos afectan a todos y convertirlas en puntos de encuentro reales, que sean las verdaderas bases de nuestro desarrollo. La crisis alimentaria, las violaciones masivas de derechos humanos, la hiperinflación, el colapso de los servicios básicos, nos afectan a todos y es necesaria la articulación mancomunada y organizada de los diversos sujetos sociales alrededor de estas emergencias, para poder enfrentarlas de manera efectiva.

Esta organización y encuentro debe servirnos de base para enfrentar no solo la emergencia y la crisis, sino también para iniciar los procesos de cambio y transformación por los que la inmensa mayoría de los venezolanos estamos clamando.

robertopatino.com

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/opinion/crisis-de-servicios-y-organizacion-en-las-comunidades/

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Contra el Estado victimario

Por: Roberto Patiño

El informe de la Misión Internacional independiente de la ONU revela lo que los venezolanos hemos venido denunciando desde hace varios años: que el régimen utiliza la estructura del Estado para asesinar, hostigar y reprimir a sus ciudadanos, violando derechos humanos a la manera de las dictaduras de Pinochet o Videla que asolaron nuestro continente en el siglo pasado.

El Estado venezolano no actúa en función del bienestar de los ciudadanos sino en contra de estos.

Las “políticas de seguridad del Estado” significan la creación de planes policiales, cuerpos de seguridad y operativos que se ceban sobre comunidades vulnerables, liderazgos locales, jóvenes, familiares, gremios como los de la salud y la educación, grupos políticos opuestos al oficialismo. El informe también confirma como los distintos poderes públicos que deberían frenar o actuar ante estos desmanes atroces refuerzan, por el contrario, estos comportamientos. Ni la Defensoría del Pueblo, la Fiscalía o el Poder Judicial han cumplido con su responsabilidad constitucional.

Debemos resaltar que este informe ha sido posible no solo por los esfuerzos del grupo de las Naciones Unidas, sino también por el trabajo de organizaciones locales de derechos humanos y la valentía de víctimas y familiares que han dado su testimonio. Desde organizaciones como Provea, Cofavic, Orfavideh, Monitor de Víctimas, entre muchas otras, hemos mantenido el trabajo de visibilizar, denunciar y documentar estos crímenes. Debemos denunciar que integrantes de estas organizaciones como las víctimas y familiares, están constantemente bajo la amenaza y persecución constante del gobierno, y las denuncias son tergiversadas e ignoradas por la institucionalidad pública, coaptada por la dictadura.

La escala de las atrocidades que está cometiendo el Estado venezolano señalan la ruptura definitiva de cualquier forma de convivencia desde el poder. Los venezolanos vivimos bajo un Estado victimario que establece relaciones con las personas desde la violencia y la intimidación.

La conmoción que este informe está causando en la opinión pública nacional e internacional, debe ayudar a promover el apoyo y la vinculación a organizaciones que denuncian y visibilizan estos hechos. Es de enorme importancia que entendemos que esta realidad nos afecta a todos. Podemos vincularnos a iniciativas de activismo social y político que aborden esta emergencia desde la acción organizada.

El contexto de vulneración de derechos humanos, desinstitucionalización, y violencia de Estado que estamos viviendo, requiere de la cohesión de la sociedad civil para enfrentarlo. Es necesaria una denuncia constante y cada vez más extendida que llame a impulsar procesos judiciales que castiguen a los perpetradores y contribuyan con el cese inmediato del secuestro, tortura y asesinato estatal.

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Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/opinion/contra-el-estado-victimario/

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Continuar respondiendo ante la crisis alimentaria

Por: Roberto Patiño

La crisis alimentaria sigue siendo una de las principales emergencias que vivimos los venezolanos, ahora profundizada en la coyuntura inédita de la pandemia del covid-19.

Todos los vectores del problema del acceso a alimentos se han agravado. La crisis hiperinflacionaria, la escasez de combustible, el colapso de servicios, además del decrecimiento en la producción agrícola, convergen para continuar poniendo a un número cada vez mayor de venezolanos en situaciones de riesgo y emergencia alimentaria. Se afectan de manera significativa poblaciones tan vulnerables como la infantil y la de la tercera edad.

El Banco Central de Venezuela reconoce variación de precios acumulada en 7 meses (enero-julio) de 505,74% y en un año 2.239%, mientras que Fedeagro señala que esta es la peor situación de la agroindustria en 50 años. Esto significa que en medio de una brutal crisis económica (ahora global a causa de la pandemia) los venezolanos tienen menos dinero con el que comprar alimentos en una oferta aún más limitada.

Esta situación es más extrema en el interior del país, como reportan líderes de Alimenta la Solidaridad en estados como Falcón y Zulia, en los que el acceso a alimentos se ha restringido sustancialmente en mercados y cadenas de distribución. De igual forma, la crisis de combustible y servicios básicos dificultan el transporte, preparación y preservación de la comida. En las comunidades del país se está cocinando con leña ante la falta de gas y los constantes cortes y fallos del sistema eléctrico afectan el uso de refrigeradores y neveras.

En el movimiento Caracas Mi Convive hemos estado enfocados en enfrentar la crisis alimentaria desde sus primeros momentos, a través de iniciativas como Alimenta la Solidaridad, en la que los más afectados tiene un rol protagónico en el funcionamiento y sostenibilidad de las soluciones a la emergencia.

Estos emprendimientos cobran una nueva dimensión ante el contexto de imposición de un régimen dictatorial que estamos viviendo. El Estado no genera soluciones para la crisis, sino que por el contrario la instrumentaliza para fortalecer sistemas de control y represión, o la manipula con fines propagandísticos. Sin el apoyo de instituciones, y muchas veces bajo hostigamiento oficial, los ciudadanos buscan formas de vinculación y encuentro que les permitan dar respuesta a la emergencia diaria.

En el contexto del agravamiento de la crisis alimentaria que estamos viviendo en el país, el fortalecimiento y la ampliación de las redes de apoyo y de iniciativas autogestionadas desde la sociedad civil es de una importancia vital. En muchos casos, representan la única opción de acceso a comida para grupos familiares, así como la posibilidad de vinculación a agrupaciones y organizaciones de apoyo.

Nuestros comedores de Alimenta la Solidaridad Petare, por ejemplo, se han mantenido en funcionamiento no solo bajo las difíciles condiciones de la pandemia y la cuarentena general, sino también lidiando con la grave situación de violencia desbordada que vive la comunidad petareña desde hace varios meses.

Hace pocos días, Alimenta la Solidaridad Petare celebró 3 años de funcionamiento. Esta es solo una muestra de las difíciles condiciones que estamos viviendo, pero, también, de los logros y esfuerzos que las personas están realizando para continuar respondiendo a la crisis nacional desde el encuentro y la convivencia.

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Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/opinion/continuar-respondiendo-ante-la-crisis-alimentaria/

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Movilizarse ante la crisis y la emergencia

 Por: Roberto Patiño

Esteban es un líder en La Vega.  En medio de la emergencia y la pandemia cumple con sus responsabilidades laborales y familiares, mientras está todo el día inmerso en actividades relacionadas con su comunidad.

Puede estar apoyando un comedor de Alimenta la Solidaridad o denunciando la ruptura de una tubería que afecta la vialidad y el servicio de su zona, contactando y presionando a las autoridades responsables. Pero también puede estar coordinando con otros vecinos la recuperación de un espacio público o la realización de una actividad cultural o deportiva.

En el contexto actual de colapso, los servicios básicos, como en todo el país, están muy afectados en La Vega. Esteban tiene que buscar a contactos en los organismos públicos que pueda atender las denuncias, pero en muchos casos estos aducen que no pueden hacer nada por falta de recursos. Esteban debe coordinar entre vecinos, organizaciones y otros aliados para encontrar soluciones a estos problemas que, como la tubería rota o la dificultad del acceso a gas, por ejemplo, deben ser abordados en lo inmediato porque afectan significativamente la vida de la comunidad.

Por diferentes chats en WhatsApp, Esteban puede recibir a cualquier hora  la petición de un vecino de algún medicamento específico o el reporte de un miembro vulnerable de la comunidad  en una situación de riesgo: personas de la tercera edad sin familiares que puedan ayudarlos o niños  en situación de desnutrición que deben ser evaluados o necesitar alimentos con urgencia.

En medio de la pandemia, Esteban monitorea los contagios en su zona y establece redes de comunicación con otros líderes de diferentes parroquias. Esto puede permitirles respuestas más efectivas y rápidas en los casos que puedan presentarse, y ser más asertivos en las iniciativas para lidiar con la cuarentena.

Esteban es consciente de que es un representante de las personas y que su liderazgo será exitoso en la medida en la que puede encontrar soluciones reales en las que participe la misma comunidad. Su trabajo de organización, iniciativa, denuncia y apoyo involucra a las personas y construye ciudadanía en ellas, empoderándolas y desarrollando sus potencialidades.

Esteban es uno de los 1.000 líderes que a lo largo de todo el país hemos venido fortaleciendo a través de nuestras iniciativas como Alimenta la Solidaridad y Mi Convive. Es un ejemplo de una visión del trabajo social y político desde lo civil y lo local, basado en la convivencia y la solidaridad. Una visión en la que la manera de enfrentarse a la crisis, al colapso e incluso a la misma pandemia, es movilizándose y propiciando el encuentro en la generación de soluciones mancomunadas. Una visión de una posible Venezuela que se está construyendo en las comunidades populares como una alternativa real al modelo represivo y dictatorial que hoy busca imponerse con violencia desde el poder.

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Fuente: https://www.elnacional.com/opinion/movilizarse-ante-la-crisis-y-la-emergencia/

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Un Estado de pobreza y dependencia

Por:  Roberto Patiño

Se acaba de publicar el informe Encovi 2019-2020 realizado por la UCAB. Las cifras contenidas en el mismo muestran la realidad de ruina y empobrecimiento agudo que fomenta y aprovecha el régimen autoritario y dictatorial. Este informe de condiciones de vida sale a pocos días del de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU mostrándonos el cuadro completo de violaciones masivas de los derechos humanos y el deterioro que en lo social, económico y político han generado quienes hoy ocupan el poder.

Esta realidad es la que conocemos los venezolanos, viviéndola diariamente y afectados en todos los aspectos de nuestra cotidianidad.  Las cifras del informe son palmarias: un tercio de la población padece inseguridad alimentaria severa y solo 3% de los hogares venezolanos no tienen ningún tipo de inseguridad alimentaria. Solo un cuarto de la población tiene acceso diario a agua. Impacta un nivel de pobreza de 90% de la población, con más de 40% en condiciones de pobreza extrema.

De igual forma, se evidencia el aumento sostenido de indicadores de desnutrición, empobrecimiento, colapso de servicios y niveles de educación que muestra la política de colapso y empobrecimiento que ha llevado el régimen para sostenerse en el poder, generando condiciones de sometimiento, control y dependencia sobre la población.

Lo cierto es que el país vive una realidad de colapso sistémico que solo puede revertirse desde la implementación de un plan de emergencia y un proyecto democrático y solidario de reconstrucción, inclusivo y sostenible en el tiempo. Acciones imposibles de llevarse a cabo bajo el actual régimen autoritario y violento.

En las comunidades esta realidad es reconocida en toda su crudeza. Como testimonian madres, líderes locales, activistas sociales y vecinos comprometidos en redes de apoyo, el estado actual de colapso y caos es solo comparable al de una guerra o una catástrofe natural, y solo puede ser abordado desde el encuentro de las fuerzas vivas de la sociedad en su conjunto. El nivel de destrucción y empobrecimiento en el que ha caído el país solo puede superarse con el esfuerzo mancomunado de todos. Sobre todo, a propósito de la pandemia de COVID-19, cuyos efectos, en nuestro caso, solo agravan a niveles agudos los graves problemas que en lo social y económico estamos sufriendo.

Nuestra actual situación solo puede describirse como desastrosa, sin paliativos que minimicen el grave cuadro en el que nos encontramos. La necesidad de un cambio inmediato y la vinculación de todos alrededor de la solución a la emergencia y el empobrecimiento que padecemos es ya un llamado alrededor del que debe cohesionarse toda Venezuela.

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Fuente:  https://www.elnacional.com/opinion/un-estado-de-pobreza-y-dependencia/

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Articularse, organizarse, solidarizarse

Por:  Roberto Patiño

En el actual contexto adverso, en el que la deriva autoritaria viola los canales democráticos, es prioritario que los ciudadanos nos organicemos para la articulación de las diversas fuerzas sociales. Y este encuentro puede producirse alrededor de nuestros problemas y emergencias comunes.

Actualmente, los venezolanos vivimos la emergencia de la crisis y las consecuencias de la pandemia de COVID-19 sin el apoyo de las instituciones del Estado. Por el contrario, el régimen de Nicolás Maduro instrumentaliza la emergencia y recrudece políticas de represión, sistemas de control y propaganda, en contra del bienestar de los venezolanos.

El Estado no ejecuta medidas profilácticas efectivas ni se coordina con el resto de la sociedad para enfrentar la pandemia. El régimen ataca a los trabajadores sanitarios y médicos, criminaliza a los contagiados. El rechazo y la desconfianza popular al gobierno dificulta también la implementación efectiva de protocolos de distanciamiento social y descontaminación, en una situación que se agrava en momentos en el que aumenta el número de afectados por la enfermedad.

Ante esta falta de Estado, en el que además se han bloqueado vías democráticas y pacíficas para el cambio, resulta prioritaria la labor de los distintos grupos, redes y organizaciones civiles que en nuestro país abordan nuestras emergencias más urgentes, funcionando como bastiones de convivencia e inclusión. En estas agrupaciones se monitorea y visibilizan los problemas, y se generan acciones concretas para enfrentarlos a través de programas y emprendimientos. Emprendimientos que resultan fundamentales porque en muchos casos representan la primera -o única- ayuda que reciben los grupos más vulnerables a la emergencia.

En nuestro caso, por ejemplo, Alimenta la Solidaridad ha mantenido el funcionamiento de su red de comedores a nivel nacional, sorteando los graves problemas de hiperinflación, colapso de servicios básicos y crisis de combustibles. Situaciones que han sido enfrentadas gracias al involucramiento de madres, líderes locales, comunidades, voluntariado y aliados.

El alcance de este emprendimiento llega a más de 15.000 niños en todo el país. Durante la cuarentena, con algunos comedores funcionando con leña y comidas entregadas en bicicleta ante la falta de gasolina, se han abierto nuevos comedores en estados como Táchira y se ha continuado trabajando manteniendo los protocolos contra el COVID-19.

Un factor determinante para sostener este esfuerzo es el involucramiento directo de las comunidades en el mantenimiento de comedores. Un trabajo logrado gracias al establecimiento de relaciones de confianza con las personas de la comunidad, así como líderes locales. De igual forma, también es significativa las distintas alianzas con otras redes y organizaciones civiles, en esfuerzos que además posibilitan la reconstrucción del tejido social fragmentado por la crisis y el modelo dictatorial.

Por ello insistimos en la necesidad de enfrentar el actual estado de orfandad institucional y emergencia continuada desde la base del encuentro activo de la sociedad. Un encuentro alrededor de la solución concertada de nuestros problemas más importantes, desde la articulación, la organización y la solidaridad de los ciudadanos.

Creemos que este encuentro es vital en la generación de nuevas estrategias que deben implementarse para los escenarios que estamos viviendo de continuación de la pandemia y radicalización del modelo dictatorial del actual régimen.

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Fuente: https://www.elnacional.com/opinion/articularse-organizarse-solidarizarse/

Imagen: https://www.flickr.com/photos/_gdm_/8096036127

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