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Zombie-based Learning?

North America/USA/27-10-2019/Author(a): Sofía García-Bullé/Source: observatory.tec.mx

By: Sofía García-Bullé

To escape a zombie apocalypse, one has to have notions of geography.

Teaching geography is not easy. In previous articles we have covered the issue of the silent crisis of geographic illiteracy, especially when there is a growing need for professionals who can perform in fields of work where geographic knowledge is important. Geographic educational programs face a major challenge in keeping students motivated to learn hard data like country names, states, capitals, and resources that each has.

David Hunter, a geography teacher in Seattle, Washington (USA), might have found the key to capturing the interest of the students in the subject through a survival game. Hunter’s two greatest passions are things that would not normally come together, but with the right approach, they could become a creative educational strategy never before seen.

Outside the classroom, the teacher is a loyal follower of zombie fiction. Movies, series, video games, anything that has any version of the undead in its content is eagerly consumed by the professor. However, his pastime never mingled with his teaching side until he wondered, for fun, where he would flee in the event of a zombie apocalypse and why. How would it be located? What resources would the places have for them to be attractive to a group of people fleeing monsters in search of their brains?

«When I started with zombie-based learning, I wanted to create a meaningful example of how you can teach creatively still using established standards,»

It was then that he realized that the narrative of a zombie epidemic would be an excellent platform for teaching his students the value of a sense of direction and the places they can discover and map with it. «When I started with zombie-based learning, I wanted to create a meaningful example of how you can teach creatively still using established standards,» explains Hunter.

Hunter’s main goal was to get the attention and motivation of typically apathetic students. He used gamification elements to challenge his students to develop escape strategies, contingencies, and selections of places for possible refuge and reconstruction under a fictional narrative about a zombie apocalypse.

This narrative is developed in a graphic novel written by Hunter himself to fulfill the purpose of a friendlier textbook. The teacher was concerned about having written documents and resources that he could share with other teachers who might like to apply this method to revitalize geography classes or adapt it to other environments of gamification and project-based learning.

The principal advantage of Hunter’s project is that it allows students to apply geographic knowledge in a practical situation. Not only are they memorizing data, they are applying what they have learned to solve problems that are fictional, but also concrete and which provide an element of entertainment. Importantly, an intriguing scheme of gamification is one that provides immediate feedback and gratification while the narrative or storytelling behind it keeps students interested. This lengthens the useful life of the project, allowing it to be used throughout its time or with different classes, without losing its effectiveness.

If you want to know more about the bases and applications of gamification, check out our Edu Trends report that delves into this attractive educational trend.

Source of information: https://observatory.tec.mx/edu-news/zombie-based-learning

Image:  ahmadreza heidaripoor en Pixabay

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Educación, flexibilidad y cuidados en la tercera edad: una necesidad patente

Por: Sofía García-Bullé

En un futuro no tan lejano, la fuerza de trabajo tendrá muchas más personas mayores de 65 años.

Durante mucho tiempo, la edad que marcaba la jubilación o los últimos años de trabajo antes de llegar al final de una carrera profesional, eran los 50 años. Hoy en día, el escenario ha cambiado. La inviabilidad del plan pensionario mexicano y la condiciones económicas actuales del país, han construido una realidad distinta para los adultos jóvenes y los nuevos profesionales que entran al mercado laboral.

Actualmente la edad legal de jubilación en México es de 65 años, pero la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos sostiene que la edad efectiva de retiro de la población promedio rondará por los 72 años. ¿Qué significa esto en términos de salud y educación?

La aproximación del tema suena sombría, incluso alarmista, pero un mercado laboral poblado por personas mayores no tiene que ser una situación negativa si comenzamos a preparar el terreno desde hoy.

Un nuevo perfil del adulto mayor

Cada vez son más los países cuya demografía se torna hacia las personas de edad mayor. España, por ejemplo, es actualmente el cuarto lugar en población de personas de la tercera edad, sin embargo, se calcula que para el 2040 sea el país más longevo del mundo con una esperanza de vida de 85,8 años. Lo que entendemos por longevidad está cambiando y nuestras percepciones sobre la misma también deben cambiar.

La longevidad siempre ha sido vista como algo problemático, asociamos la tercera edad y la vejez con la disminución de las capacidades físicas y mentales, por ende, vemos a la población mayor de 65 años como personas que debemos cuidar, no como miembros de la sociedad que todavía son útiles y activas, si abrimos nuevos caminos para habilitarlos.

El recurso más valioso que tienen las personas de la tercera edad es su conocimiento, su experiencia y el set de habilidades específicas que han desarrollado por un promedio de 30 a 40 años de carrera profesional y experiencias personales. Sería imprudente ignorar que pueden verse afectados estos recursos por enfermedades ligadas la senilidad, sin embargo, estos no son descalificadores de la población de la tercera edad, si se generan y aplican estrategias adecuadas para mantenerlos en buen estado de salud, además de procurarles oportunidades de trabajo que les permitan seguir activas y ejerciendo su independencia económica.

El caso de Japón

Japón cuenta no solo con una de las poblaciones más longevas a nivel mundial. También tiene uno de los niveles más altos de calidad de vida y bienestar para las personas de la tercera edad. Esto se logró cambiando el esquema de la cultura laboral y progreso social.

Usualmente, la trayectoria profesional comprende tres fases: educación, trabajo y retiro. Hoy en día, las instituciones educativas y el mercado laboral nos han mostrado que no siempre funciona así, ya no se deben tratarse como canales separados sino como caminos que se interconectan para el desarrollo personal y profesional.

Muchas universidades ya cuentan con programas para otorgar a los estudiantes oportunidades de trabajo antes de graduarse, para que obtengan experiencia; recursos como el del aprendizaje a lo largo de la vida permite a los profesionales ya graduados seguirse capacitando para ser más eficientes en su trabajo y escalar posiciones; también se ha vuelto común que los jóvenes tomen periodos de hiatus en lo que formulan un plan de vida o que cambien de carrera o área profesional.

Si ya no hablamos de un proceso lineal en lo que respecta a las trayectorias laborales, entonces ya no tiene sentido poner fechas de caducidad tan exactas e inamovibles a la vida útil de los trabajadores.

Japón entendió esto y por eso destinó recursos a la creación del Consejo para la Sociedad de los 100 años, una organización dedicada no solamente a asegurar cuidados básicos para las personas de la tercera edad, sino su inserción en el mercado laboral, la economía y la vida social.

Las primeras recomendaciones de esta organización fueron incrementar significativamente la paga del personal encargado del cuidado de las personas mayores, invertir en la creación de programas educativos específicamente dirigidos a ellos y facilitar las condiciones para mantenerlos empleados en las empresas.

En el resto del mundo puede también existen iniciativas que han llevado a cabo instituciones educativas para dirigirse al adulto mayor, presente hoy en día en la generación Baby boomer. Una de estas iniciativas es la “Red global de universidades amigables con la edad” en la que 51 universidades alrededor del mundo se unieron a esta red global especializada para personas mayores para motivar su participación en la oferta educativa y encontrar estrategias para reforzar sus aprendizajes.

Personas mayores y empresas: ¿Cómo mantenerlos juntos?

La tendencia demográfica mundial apunta hacia poblaciones más grandes de personas mayores, algunos países ven esta tendencia desarrollarse más velozmente que otros, en el caso de México, puede verse un crecimiento estable pero progresivo.

Según datos del INEGI, entre 1970 y 1990, el porcentaje de adultos mayores respecto a la población total pasó de 5.6 % a 6.2 %; en 2017 dicho porcentaje es de 10.5 %. Para 2030, esta población crecerá hasta un 55 %, por lo que habrá 14 millones de mexicanos por encima de los 65 años para entonces. Las empresas no pueden seguir evadiendo este asunto, necesitan encontrar maneras de emplear a más personas en este rango de edad.

Por parte de las empresas, ¿qué es lo más atractivo que puedes ofrecerle a un empleado de 65 años o más? Flexibilidad. Los empleados de la tercera edad tendrán más experiencia y facilidad para realizar un trabajo que tienen dominado en comparación con los empleados más jóvenes, pero necesitarán más disponibilidad de tiempo para administrar los descansos y cuidados extra que necesitan, en comparación con la población más joven.

Para adaptarse a un nuevo mercado laboral inclusivo con la edad, es necesario que las empresas incluyan otros indicadores en sus métricas de desempeño. La productividad no solo se mide con horas, sino con talento, experiencia y resultados.

Un buen programa de registro, capaz de tomar en cuenta los resultados de un trabajo basado en la experiencia y habilidades ya desarrolladas de una persona mayor, permitiría a las empresas tener una mejor idea de las ganancias que obtendrían del trabajo de las personas de la tercera edad.

El enfoque de aprendizaje a lo largo de la vida se volverá el mejor aliado del adulto mayor a largo plazo, pues puede proporcionarle la misma flexibilidad que necesita de sus empleadores para seguirse capacitando.

El esquema ya está cambiando, gracias al poder de la “ola de plata”, que representa el poder económico de los Baby boomer en edad de retiro y que demandan productos y servicios dirigidos especialmente a ellos. La educación es uno de estos servicios; los estudiantes mayores pagan entre 440,000 y 1.4 millones de dólares en cuotas de estudio y alojamiento cuando regresan a la universidad a continuar sus estudios.

Es posible tomar nota de estos aprendizajes y cambiar la manera en que vemos tanto el mercado laboral como la educación, para ser más inclusivos con los trabajadores de la tercera edad que formarán un parte importante del mercado laboral a futuro.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/educacion-tercera-edad

Imagen: pasja1000 en Pixabay

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Opinion: Universities Don’t Prepare Students for Freelance Life (and They Should)

By: Sofía García-Bullé

Universities should prepare students for independent work and the gig economy.

The labor market has been transformed in the last decade to such an extent that today, self-employment and independent workforce dominate its structure. Recruitment and staff management practices are pointing to a severe reduction in permanent job positions. The backbone of the workforce today is made up of freelancers, also known as independent or autonomous workers.

In Mexico, 14 million people are classified as self-employed or freelancers; in India, they totaled 15 million in 2016 and the number is currently estimated to 20 million; in the United States, self-employed workers number up to 57 million. As for the share of their respective national economies, the informal Mexican workforce produced 22.7% of Gross Domestic Product (GDP) during 2018; US freelancers contributed 1.3 trillion dollars; amounting to 6.7% of GDP (2018), and in India, the informal labor market is estimated to grow from 20 to 30 trillion rupees by 2025.

Despite the steady growth of global independent workforces, there is still no formal effort in universities to prepare students for the freelance life and the gig economy. True, there are many educational courses and programs focused on instructing and inspiring young people to start their own businesses as entrepreneurs. The problem is that often, educational institutions do not discern that undertaking their own business is not the same as working independently.

The difference between an entrepreneur and a freelancer

An entrepreneur is a person who starts a company and takes financial risks intending to make economic profits; a freelancer is an independent professional who offers his/her services by projects to a specific company or organization.

In theory, the definitions look very different; in practice, not so much. Both figures, the entrepreneur and the freelancer, have to make their own schedules, respond to their clients, manage their finances, and in some cases, manage staff. The biggest difference would be that the entrepreneur owns and is responsible for the business, while the freelancer is an outsourced person who operates independently. This is why the preparation given to each one should also be different. What skills should a freelancer possess to have a successful career in the non-traditional workforce?

The skills of a good freelancer

The road to any successful career trajectory begins by learning and knowing yourself. The starting point for a stable platform of independent work is to know which skillsets are useful in the chosen workforce, to investigate how much they are worth in economic terms, which companies are soliciting people with those skills, and whether the skills will continue to have value in the future.

Mastering the formation of business relationships or “networking” is crucial to maintaining stable sources of work in the independent sphere; to achieve this, constancy and cultivation of emotional intelligence are indispensable tools. Time management and task organization are also vital to ensure a manageable workflow that allows tending to multiple projects at one time and maximizing the profits of the freelancer.

Independent work has the advantage of allowing the freelancer to manage their time as they see fit, but the disadvantage is not having the stability of a plant job. Many freelancers live on unequal income receipts that they must distribute throughout the year. For this reason, financial education should be an essential subject for all people who want to pursue independence and work as a freelancer.

Knowing how to sell and value their own work would help self-employed workers to make a profit commensurate with the time they invest and the quality of their work. To stay up to date, independent workers need to commit to lifelong continuing education to provide themselves with new skills and increase the economic value of their work.

These are all notions that most freelancers learn on the fly, but these considerations are not included in programs of higher education. Most of the efforts of educational institutions focus on the formal labor market, with things such as job fairs, entrepreneurial startups, business incubators, grants, and networking events.

What are the areas of opportunity for universities?

It would be wrong to say that universities have made no effort to prepare students for the independent job market; however, these initiatives need a wider lens. Most of the educational bodies that offer training outside the formal labor market focus on business professionals and entrepreneurs.

Today, one of the most populated markets in the freelancer sphere is computer science, which encompasses cybersecurity, equipment repair, technical support, and so on. Due to the constant need for information systems and equipment in companies, these careers have a very close relationship with business and entrepreneurship. However, writing, editing, and proofreading (or correction of proofs) are more perceived as niche services, despite the growing need for content that establishes a brand presence. Universities have therefore failed to see the need to educate professionals in this area for the management of self-employment and freelance work.

There are many agreements between companies and universities to help students integrate into independent work. Still, there are very few associations that higher education institutions have intending to connect students to project work, give them an idea of how to value their work and point them to which companies have best practices and more job opportunities.

Until independent work is regarded as a widespread trend, students will not be well prepared for the management of self-employment and will have fewer tools to assure themselves opportunities for the non-traditional workforce.

Source: https://observatory.tec.mx/edu-news/universities-do-not-prepare-students-for-freelance-professional-life

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Cinco ventajas didácticas de los audiolibros

Redacción: Observatorio de la Innovación Educativa

La lectura es la herramienta más básica para acceder al aprendizaje, la gran mayoría de los materiales didácticos se produce en textos impresos o digitales, por lo que aquellos estudiantes con problemas de lectura tienen una amplia desventaja.

Los alumnos con debilidad visual, problemas de atención, hiperactividad, o dislexia, enfrentan un reto más grande cuando sus materiales de aprendizaje son principalmente textuales.

Los audiolibros son una herramienta útil para los educandos que viven con este sesgo de aprendizaje. Representan un refuerzo que afianza el mensaje de los contenidos de texto y habilitan una lectura de comprensión más profunda que beneficia inclusive a alumnos sin problemas de aprendizaje. Si aún tienes dudas de porqué es importante considerar la inclusión de audiolibros en la lista de materiales didácticos, a continuación te compartimos cinco ventajas que brindan los audiolibros para mejorar las oportunidades de aprendizaje en el aula y fuera de esta.

Cinco ventajas didácticas de los audiolibros

1. Aumentan la exposición a las palabras y su vocabulario de una manera amigable

Los audiolibros ayudan a los estudiantes a aprender palabras sin el proceso de decodificación entre letra, sonido y comprensión de la composición que forman. Para algunos estudiantes, también es más cómodo; la primera forma de comunicación que aprendemos es la lengua hablada, es lógico que algunos estudiantes se sientan menos estresados y registren mejor las cosas que escuchan que las cosas que leen.

2. Como refuerzo, representan un estímulo doble de aprendizaje

Cuando el material didáctico es presentado en texto y audio, los alumnos cuentan con dos formas de recibir la información. Para algunos estudiantes, leer no es suficiente para formarse una idea completa de lo que están leyendo y comprenderlo al máximo. Entre más sentidos estemos usando para interactuar con determinado contenido, mejor retención y comprensión tendremos del mismo.

3. Ayudan a estudiantes con problemas de memoria

Los estudiantes que tienen problemas con las mecánicas de decodificación invierten leyendo y releyendo para retener las palabras de los contenidos escritos. La adición de un audiolibro les ayudará a recordar con más facilidad, tener las respuestas más frescas al momento de contestar un cuestionario y mejorar el proceso de comprensión a través de estos.

Al construir una memoria alrededor de la lectura se facilitan las demás tareas mecánicas para decodificar y comprender, en algunos casos incluso pueden mejorar significativamente algunos problemas de aprendizaje relacionados con la lectura.

4. Son auxiliares en las estrategias para alumnos con dislexia y debilidad visual

Los estudiantes con problemas de aprendizaje, como la dislexia o debilidad visual, tienen una curva de aprendizaje más amplia para dominar la lectura, especialmente en el proceso de decodificación. Al tener el complemento de un audiolibro que confirme palabra por palabra lo que están leyendo, los estudiantes pueden aprender cómo van escritas las palabras y este apoyo auditivo los ayuda a disminuir los síntomas de la dislexia, así como cultivar su autoestima al sentirse capaces de entender lo que leen.

5. Les ayuda a crear un sentido de aprendizaje independiente

Los audiolibros son materiales de aprendizaje que pueden llevarse a cualquier lado en un dispositivo móvil y ser usados en cualquier momento, al igual que los contenidos escritos, sin embargo, los audiolibros tienen la ventaja de que se pueden llevar varios libros o en un mismo dispositivo, lo que los hace más prácticos. Si bien es cierto que por sí solos no ofrecen el mismo potencial de retención, la repetición de los contenidos vía auditivo aumenta el nivel de recordación y les permite a los estudiantes recibir la información fuera del salón de clases, cuantas veces deseen. Gracias a esto pueden volver suya una parte importante del proceso de aprendizaje y ser independientes en el ritmo con que lo abordan.

Los audiolibros abren caminos para que el aprendizaje pueda darse por distintos medios y no solamente a través de la lectura textual, activan el uso de otros sentidos durante el proceso didáctico y aportan más dimensiones, facilitan el proceso de socialización, fomentan la empatía y ayudan a desarrollar la escucha. Por lo tanto, es recomendable para las instituciones educativas evaluar la integración de un equivalente de materiales auditivos para todos sus contenidos escritos.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/ventajas-didacticas-de-los-audiolibros

 

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¿Qué es la inteligencia social y por qué deberían enseñarla en las escuelas?

Por: Sofía García-Bullé

La inteligencia social es una de las aptitudes mejor valuadas hoy en día en el mercado laboral.

La inteligencia social se define como la capacidad de una persona para comunicarse y relacionarse con otros en forma empática y asertiva. Esta capacidad parte de conocerte a sí mismo y tener una buena gestión de emociones, por esto podemos decir que está muy ligada a la inteligencia emocional, pero no son exactamente la misma cosa.

La inteligencia emocional parte de la introspección y cubre aspectos como la conciencia emocional y la aplicación de emociones en el proceso cognitivo para resolver problemas; tiene más que ver con los procesos que lleva una persona por sí misma antes de entrar al momento de una interacción.

Cuando ya se está en una interacción es cuando la inteligencia emocional une fuerzas con la inteligencia social, que cubre tareas como la expresión, el diálogo, la escucha, la conciliación y el aprendizaje consecuente de la comunicación con otros.

¿Qué habilidades incluye el desarrollo de la inteligencia social?

La inteligencia social contiene las habilidades necesarias para comunicarse efectivamente con base en la empatía, el autoconocimiento, la escucha y la lectura de emociones en otras personas. Entre estas se listan:

1. Capacidad verbal, no verbal y conversacional fluida

La parte más básica de la inteligencia social es simplemente expresión verbal. El habla y el dominio del lenguaje no verbal es la plataforma principal por la cual un mensaje es transmitido. El usar las palabras correctas, el tono idóneo y una intención certera es el primer paso de que una comunicación efectiva.

2. Conocimiento sobre roles sociales y costumbres

Estar al tanto de las reglas sociales, costumbres e idiosincrasia de determinado grupo es parte de las aptitudes manejadas por la inteligencia social. Facilita la interacción con personas de diferentes edades, orígenes geográficos, religiones e identidades culturales.

3. Capacidad de escucha

El ejercicio de la escucha efectiva es fundamental para el desarrollo de la inteligencia emocional, ayuda a conectar con los interlocutores, prevenir conflictos y obtener aprendizajes a través del diálogo. Esto contribuye al crecimiento personal.

4. Entendimiento sobre cómo funciona la sensibilidad del otro

Entender lo que activa las emociones de las personas, ya sean negativas o positivas, es en sí el ejercicio de la empatía, y facilita la comunicación con las demás personas, ya que incluye en nuestro discurso las particularidades de los interlocutores.

5. Ejecución de rol y eficacia social

Esta habilidad permite adaptarse a diferentes entornos sociales, tener una idea clara de lo que socialmente se espera de nosotros en un ambiente, ya sea familiar, laboral, amistoso, de soporte o algún otro ayuda a reducir el estrés y asegura interacciones más constructivas.

6. Construcción y mantenimiento de una imagen externa

Consiste en la habilidad de presentarnos a otros en forma que conecte con las demás personas sin alejarnos de lo que define la nuestra. El objetivo es manejarse en una forma sincera hacia la persona que somos pero abierta a adoptar conductas que muestren empatía, consenso y comprensión de las particularidades de los demás.

¿Por qué la inteligencia social debe ser considerada en la experiencia educativa?

La educación emocional forma personas sanas que son capaces de manejar eficientemente sus emociones, la inteligencia social utiliza las habilidades otorgadas por la emocional y las propias para generar una aptitud de liderazgo y realización de tareas cognitivas especializadas, únicas y altamente valuadas.

El problema de un posible aumento del desempleo provocado por el avance de la automatización ha sido muy discutido. La capacidad del trabajador de adaptarse y gestionar sus habilidades va a ser clave para mantenerse vigente en un mercado laboral en el que más máquinas están siendo capaces de tomar tareas anteriormente realizadas por humanos.

Entre menos susceptible sea una tarea a la mecanización, más seguro será que ese puesto laboral esté ocupado por humanos. El análisis que el comentarista político y comediante, John Oliver, comparte en uno de sus reportajes, con el tema de automatización, ofrece una perspectiva completa y certera de por qué la inteligencia social es tan importante para la educación de las generaciones futuras.

“Esto es lo que puedes hacer: una serie de tareas no rutinarias, que requieran inteligencia social, pensamiento crítico complejo y resolución creativa de problemas”, sostuvo Oliver para responder a un niño que preguntaba por posibles trabajos futuros que no pudieran ser realizados por robots.

La inteligencia social es la clave para desbloquear las habilidades que conforman a un trabajador que sabe comunicar, dialogar, trabajar en equipo y colaborar en la creación de un ambiente de trabajo empático y productivo.

Hasta hace poco se trataba de una aptitud que pocos tenían y que era aprendida sobre la marcha por un puñado de personas con el proceso de pensamiento predispuesto para observar y aprender de su entorno social. Hoy es un recurso indispensable para mantener la calidad de la cultura empresarial y proteger trabajos de la mecanización.

Es recomendable que las instituciones educativas evalúen la utilidad de incluir en sus programas instancias que ayuden a desarrollar la inteligencia social desde temprana edad y faciliten su dominio en la vida adulta.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/inteligencia-social

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Why intelligence tests do not tell us anything about the real human potential

América del Norte/México/22.09.2019/observatorio.tec.mx

By: Sofía García-Bullé

We live in a culture that sees intelligence as part of a person’s value. Smart people get into the best schools, obtain the best jobs, receive the highest salaries, are the leaders, the examples everyone else should follow. If you are the smartest person of a designated group, it is normal that people follow you and that a lot of doors open for you, figuratively. Being smart is a crucial component of success, but… do we measure it correctly?

IQ tests are a fundamental tool to measure student intellectual capacity. We consider them mathematically and scientifically precise, but are they really that? Or are we purposely blinding ourselves to the cultural contexts that power the biases behind the very concept of the intelligence quotient and the tests we use to measure it?

A historical overview of IQ tests

Ideally, to generate a resource that helps us understand cognitive capacity and the potential for success is so necessary that we cannot even imagine an educational system without this. Nonetheless, IQ tests are barely a century old, and their origins are not as noble as we might believe. The purpose of these tests was not to enrich the educational offerings but to filter them.

In the early 1900s, psychologists, academicians, and politicians were looking for criteria to rank access to education. From the general population, those who were on the higher strata would get the best education. Those who faired lower would have their educational opportunities diminished in comparison. The Lewis Terman intelligence test gave them just what they needed to build this filtering system.

In 1916, Terman published a revised version of the Binet-Simon scale, created by the French psychologists Alfred Binet and Theodore Simone. The test classified children’s performances according to their intellectual aptitudes and their skills to solve exercises that required abilities in math, logic, reading, reasoning, and adaptation.

The test was so successful that it is still being used today in both children and adults to measure cognitive capacity and the potential for success. But like every other scientific breakthrough, this one was linked to the perceptions and cultural dimensions of the academicians who created and applied its set of criteria.

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Cultural bias and the use of IQ tests as a political weapon

To understand the weak point of intelligence tests, we need to take into consideration the time in which they were created. At the beginning of the 20th century, an evolutionist philosophy dominated science and humanities. This way of thinking influenced even the way people constructed and shared knowledge.

When the first tests came out, the idea was not to use the test results for educational innovation to create new teaching strategies that could work to improve different ways of learning. The objective was to secure the survival of the fittest; the fittest were the smarter ones; the smarter ones got higher scores. But were the people who fared better the most intelligent, or were the high-scorers people with an advantage because the tests were culturally designed for them?

Back then, cognitive science supported the evolutionary theories that paved the way for eugenics. If Binet, Simon, and Terman took into consideration only the psychological profiles, mindsets, and circumstances of people of their same race, class and even gender to map how intellectual capacity works, can we say that their test is impartial and accurate?

Is it ok for us to ignore the historical proof that these tests justified racial discrimination and educational gentrification? The notion of people of diverse races having different levels of mental capacity was prevalent at the time, even among the scientific community. This misguided belief impacted the way these tests were created and applied.

Terman himself thought that racial minorities like Native Americans, African Americans, and Latin Americans had less capacity to understand abstract ideas than white people. He also believed that they made up for it in resilience, which from his point of view, made them hard workers and good at following orders.

These arguments are proven false and are indefensible nowadays. But back then they dictated who would receive the best education and who would be better trained to pass the IQ tests. This self-fulfilling prophecy was never about education; it was about maintaining the social order. And that purpose succeeded; people saw IQ test results as an indisputable scientific truth, not a consequence of cultural and social inequity.

What do intelligence tests measure anyway?

Intelligence is defined as the capacity to understand concepts or ideas and to solve problems. Under this definition, the Stanford-Binet scale meets its objective. It assesses people’s skills to understand questions and to resolve the situations included on the test. The mechanism of the exam is not under discussion, but after 100 years, the way we devise its content should be analyzed and updated.

To Antonio Andrés Pueyo, Lecturer in the Psychology Department at the University of Barcelona, intelligence is a very complex concept, especially in a time in which we make machines with artificial intelligence. According to him, there are aspects of intelligence that do not fit the mechanical vision from which the first IQ tests were created.

«There are tests that evaluate different types of intelligence that combine with IQ. This is what happens with the Weschler scale. Tests can also be built to assess a single skill, like the Raven test,» explains Pueyo.

All of these tests have their strengths and shortcomings. In the case of the Bidet- Stanford Test, it still has the right components to measure how apt is a student to navigate standardized learning but not how to apply that knowledge creatively or to think outside the box.

Those who got the highest scores when the test was first created were followed by Terman throughout their careers. Those students went on to get into the best universities and, subsequently, the highest paying jobs, but very few of them went beyond their expected social roles. They did not reinvent the wheel; instead, they mastered spinning along with it.

The test was not perfect. It detected talents like those of Ancel Keys, Norris Bradbury, and Shelley Smith. But it also failed to discover the potential of Luis Álvarez, a student who was rejected by Terman for followup because he fell short of the IQ score cutoff; yet Álvarez went on to win the Nobel Prize for Physics in 1968.

The need to rethink what we know about intelligence and the skills that matter

The challenges that people faced at the beginning of the twentieth century are not the same that we deal with today. They did not have to worry about digital literacy, and similarly, we do not need to know all of our close friends’ phone numbers by memory as they did.

If the problems we solve now are different, the skills and intellectual aptitudes required to resolve them should differ too. We live in an era of automation; machines are being improved with artificial intelligence to do jobs previously performed by humans.

This automation is not limited only to mechanical jobs but also more tasks that require analysis are being automated; for example, the profiling of information of people online to use the data to direct ads to them that align with and impact their consumer habits.

In 2018, an AI system analyzed the most awarded commercials in the last 15 years and used the information to write the script for a Lexus ad. The results were impressive for a machine, and it leads us to question what jobs humans can do that machines cannot in a not-so-distant future.

Some intellectual activities can be mechanical and therefore performed by a machine, such as the compilation, data analysis, and pattern identifications that the AI system utilized to write the script for the Lexus ad. However, the creative thinking and artistic sensibility to direct the ad could only be executed by a human, in this case, the director Kevin Macdonald.

The demands of the modern labor market require that intelligence tests must register and measure more than just mechanical and intellectual skills. They also need to consider everything related to soft skills, now rebranded as “power skills.” We must learn how to measure and nurture creative thinking, social intelligence, emotional intelligence, and other qualities beyond the existing educational standards.

We must abandon the idea of measuring a person’s worth by just one IQ, or seven types of intelligence measurements, or even fifteen or thirty. What we need in these tests is that they assess the diverse ways in which people approach knowledge and problem-solving and how these can be taught. Otherwise, intelligence tests will continue to be a tool for proponents of social dominance instead of the educational resource that would improve the acquisition of knowledge for a better world.

Information Reference: https://observatory.tec.mx/edu-news/iq-tests

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México: La SEP retomará enfoque en educación física

Por: Sofía García-Bullé

El Secretario de Educación Pública de México redobló sus intenciones de hacer la educación física una prioridad.

La educación física ha sido una necesidad mal atendida en el sistema educativo mexicano por décadas. En artículos anteriores hemos hablado acerca de la perspectiva de maestros, administrativos y personal de apoyo en materia de la educación física, y de las consecuencias negativas para la salud de niños y jóvenes mexicanos, que carecen de una oferta educativa consistente en este rubro.

Bajo el marco de los Juegos Deportivos Nacionales Escolares de la Educación Básica 2019, El Secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, comentó sobre la intención de reforzar los programas de educación física a nivel básico.

“La educación física en México ha estado olvidada; hoy, les aseguro que va a formar parte y se va a convertir en piedra angular de la educación”

Moctezuma recalcó la necesidad de hacer la implementación de programas de educación física una prioridad para el sistema educativo mexicano.

Sin horas ni recursos

El anuncio del Secretario Moctezuma llega en un momento desesperado para la educación física en las escuelas mexicanas, en que los maestros de deportes tienen que buscar ese último rincón en el horario escolar y hacer uso de sus propios recursos (o los de la escuela) para conseguir herramientas para impartir su clase, a falta de un esfuerzo federal por proveer de los instrumentos necesarios para cumplir un programa de deportes estandarizado.

“Antes podíamos dar cinco horas semanales y ahora sólo una clase por semana; ya no existe la coordinación deportiva en el organigrama de la Secretaría de Educación Pública, y la materia misma ya no está en la matrícula, ahora impartimos: educación física, educación socioemocional y artes; nos tienen como multiusos”

Estas palabras de Patricia Matus, docente que ha dado clases de educación física durante 40 años, reflejan un descontento general por parte de maestros y entrenadores que han sido dejados a su suerte ante la tarea de enfrentar una crisis de salud pública: la obesidad infantil.

Un enemigo no tan silencioso

En 2019 México ha mantenido el primer lugar mundial en obesidad infantil. Según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, el 32 % de los niños entre 5 y 11 años tienen problemas de sobrepeso, desnutrición u obesidad.

No se trata solo de un problema de falta de ejercicio sino de concientización sobre un balance entre la actividad física y una dieta balanceada. Una cultura de alimentación saludable es tan necesaria como la restauración de la educación física de las escuelas.

Idealmente este sería el siguiente paso después de asegurarse que un sedentarismo excesivo ya no sea un factor determinante en la epidemia de sobrepeso infantil, mientras tanto, ya podemos hablar de un esfuerzo serio por mantener la salud física de niños y jóvenes en la nueva escuela mexicana que está promoviendo la Secretaría de Educación.

¿Eres profesora o profesor de educación física? ¿Con qué obstáculos te has enfrentado a la hora de impartir clase? Te invitamos a compartir tu experiencia en la sección de comentarios.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/sep-educacion-fisica

 

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