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Estados Unidos: California aprueba diez libros de texto inclusivos para alumnos de educación primaria

América del Norte/18 Noviembre 2017/Fuente: Universogay

California se convierte en el primer estado de los Estados Unidos que aprueba el uso de libros para alumnos de educación primaria que aluden explícitamente a las contribuciones políticas, sociales y económicas de personas que identifica como discapacitadas o pertenecientes al colectivo LGBT en base a la Ley de Educación Justa, aprobada en 2011.

La Junta de Educación de California aprueba «10 libros de texto de historia inclusivos» para alumnos de enseñanza primaria el pasado jueves, 9 de noviembre, rechazando dos libros de texto al no ser inclusivos en función de la Ley de Educación Justa de California, impulsada por el senador Mark Leno y aprobada en 2011. El estado dorado es el primero de los 50 que forman los Estados Unidos que aprueba la inclusión LGBT en la educación para luchar contra la discriminación.

El propósito de la Ley de Educación Justa es que las contribuciones políticas, sociales y económicas de aquellas personas con discapacidades o que se identifiquen como gays, lesbianas, bisexuales o transexuales sean reconocidas en los libros de texto de las escuelas públicas de California, así como que sean identificados como tales de manera explícita. Asimismo, protege que tanto la religión como la orientación sexual no sean presentadas de manera negativa.

En el año 2008, Mark Leno se convierte en el primer hombre abiertamente homosexual elegido para el senado de California. Sólo tres años después presenta al Anteproyecto de Historia LGBT que, como era de esperar, cuenta con la oposición de organizaciones que defienden la familia tradicional, como Candi Cushman, de Focus on the Family, que aseguraba que se trataba de un proyecto de ley innecesario dado que «California tiene algunas de las leyes más proactivas de la nación en este sentido ya en los libros», considerando «una locura promocionar» determinadas figuras en función de su ideología política, su orientación sexual o su identidad de género.

Al contrario, Rick Zbur, director de Equality California, celebra la llegada de libros de texto inclusivos, considerando que son «el próximo paso para que los estudiantes de California aprendan sobre las contribuciones de las personas LGBT (…). La aprobación de estos libros de texto significa que las escuelas de California ahora tendrán acceso a materiales aprobados que representan con exactitud a las personas LGBTQ». En la misma línea se manifiesta Renata Moreira, directora ejecutiva de Our Family Coalition, al afirmar que «los estudiantes LGBTQ, y aquellos con familias LGBTQ, finalmente podrán verse a sí mismos y nuestra historia reflejada con precisión en los libros de texto en California». Cincuenta y ocho de los proyectos de ley redactados por Leno se han convertido en ley, incluida la Ley de Cuidado de Salud Universal de California y el establecimiento oficial del Día de Harvey Milk en California.

Fuente: https://noticias.universogay.com/california-aprueba-diez-libros-de-texto-inclusivos-para-alumnos-de-educacion-primaria__15112017.html

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Más estudiantes panameños en universidades de Estados Unidos

16 noviembre 2017/Fuente: La Estrella

Panamá es el segundo mayor remitente en Centroamérica de estudiantes extranjeros al país norteamericano. La licenciatura es el nivel más estudiado.

Unos 1,588 estudiantes panameños se encuentran estudiando en centros de educación superior de los Estados Unidos durante el año lectivo 2016-2017,  lo cual representa un aumento del 3.3% en comparación con el periodo 2015-2016.

Lo anterior es según la última versión del informe Open Doors [Puertas Abiertas], que posiciona a Panamá como el segundo mayor remitente de estudiantes extranjeros a Estados Unidos en Centroamérica, sólo detrás de Honduras, con 2,046 estudiantes.

Para el periodo actual, el 69% de los estudiantes panameños en Estados Unidos cursan licenciaturas; el 14% cursa estudios de posgrado; el 9% se encuentra realizando prácticas profesionales y el 8% realiza cursos de inglés no conducentes a la obtención de títulos.

Sobre las carreras, por lo general, los estudiantes panameños optan por derecho, contabilidad, biología y estudios ambientales. Los estados que más reciben estudiantes panameños son Texas, California, Nueva York, Arizona y Massachusetts.

“Estoy sumamente complacido de enterarme del aumento en el intercambio de estudiantes extranjeros entre Panamá y los Estados Unidos. A mi llegada, uno de los primeros temas que el presidente Varela y yo discutimos fue precisamente la creación de más oportunidades para que nuestros jóvenes intercambien experiencias”, expresó el embajador de Estados Unidos en Panamá, John D. Feeley.

“A través de loables iniciativas como ‘Panamá Bilingüe’, Panamá prepara su próxima generación de líderes por medio de la educación internacional. La Embajada de Estados Unidos en Panamá está deseosa de ayudar a encontrar oportunidades para facilitar la movilidad de los futuros líderes de Panamá, jóvenes que estudian en el extranjero, aprenden otras lenguas, otras culturas y que desarrollan contactos que a menudo los llevan a tener una carrera exitosa. Este informe es una muestra de que nuestros dos gobiernos mantienen ese compromiso y, en consecuencia, todos salimos ganando”, subrayó el diplomático.

El resultado actual refleja el mayor número de estudiantes universitarios panameños inscritos en centros de educación superior de Estados Unidos desde que el informe Open Doors se comenzó a publicar.

Sobre el Informe Open Doors’

El Informe ‘Open Doors’ es publicado por el Instituto de Educación Internacional (IIE, por sus siglas en inglés) desde su fundación en 1919. El mismo publica una encuesta estadística anual sobre estudiantes internacionales que cursan en Estados Unidos. A partir de 1972, el informe se publica en asociación con la Oficina de Asuntos Educativos y Culturales del Departamento de Estado de Estados Unidos.

El informe registra el número de estudiantes internacionales en universidades de Estados Unidos, así como estudiantes extranjeros inscritos en programas pre-académicos de enseñanza del idioma inglés.

 

Fuente: http://laestrella.com.pa/panama/nacional/estudiantes-panamenos-universidades-estados-unidos/24033253

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Estados Unidos: NYC alcanza récord de graduados de escuela secundaria

Estados Unidos/16 noviembre 2017/Fuente: El Diario NY

La ciudad de Nueva York registró el más alto índice de estudiantes que terminaron la escuela secundaria y se enrolaron para continuar la universidad.

La canciller de Educación Carmen Fariña dio a conocer este miércoles el Informe de Calidad Escolar durante el periodo 2016-17 y reveló que el logro más trascendente es el índice de matriculación postsecundaria más alta jamás registrada en la ciudad.

El 57 % de los estudiantes de la Clase 2016 se inscribieron en un programa universitario, vocacional o de servicio público de dos o cuatro años después de la graduación, 2 puntos porcentuales más que el año anterior y hasta 6 puntos porcentuales tomando en cuenta la Clase de 2013.

La canciller de Educación junto al alcalde Bill de Blasio.

De acuerdo a una comunicación del Departamento de Educación (DOE), la Ciudad está aprovechando este progreso a través de la iniciativa Equidad y Excelencia para Todos que han impulsado el alcalde y la canciller, la que garantizará que para 2026, el 80 % de los estudiantes se gradúen a tiempo de secundaria y dos tercios de los graduados estén preparados para la universidad.

“Una mayor cantidad de nuestros graduados de escuelas públicas van a la universidad hoy más que nunca: eso es una gran noticia para nuestros graduados y sus familias, y para el futuro de nuestra ciudad. De esto se trata la iniciativa Equidad y Excelencia para Todos: asegurarnos de que todos nuestros niños, independientemente de su código postal, reciban la educación que necesitan para ingresar a la universidad, a sus carreras y prosperar”, dijo el alcalde Bill de Blasio.

De acuerdo al DOE, en general, las medidas de preparación para ingresar a la universidad mejoraron, incluyendo el porcentaje de los estudiantes en la promoción de 2017, que se graduaron de la escuela secundaria a tiempo y cumpliendo con los estándares de CUNY para la preparación universitaria en inglés y matemáticas, la misma que alcanzó el 46%, 9 puntos porcentuales más que el año anterior. Mientras tanto, entre los graduados, el porcentaje de estudiantes que cumplen con estos estándares aumentó al 62%.

La canciller Carmen Fariña destacó los logros de la iniciativa Equidad y Excelencia para Todos indicando que ésta es la responsable de la inscripción récord en las universidades e la causante de que los estudiantes vayan más temprano eligiendo el camino a la educación superior y las carreras.

“Desde 3-K hasta el 12º grado, estamos comprometidos a brindarles a nuestros estudiantes lo que necesitarán para tener éxito como adultos, y los padres son socios en ese trabajo”, dijo Fariña.

Según explicó la funcionaria, el aumento fue parcialmente impulsado por los cambios a los requisitos de remediación de matemáticas de CUNY y los Exámenes de Regentes de matemáticas del estado de Nueva York. Por ejemplo, dijo Fariña, en años anteriores, la preparación universitaria de CUNY podría ser demostrada por un estudiante que logró un puntaje particular en un examen Regente de matemáticas y completando un curso avanzado de matemáticas; a partir de 2017, los estudiantes pueden demostrar la preparación universitaria de CUNY y no requerir remediación en base a su puntaje de “Common Core Regents” sin el curso avanzado de matemáticas.

Además de los aumentos en la inscripción a la universidad y la preparación para la universidad, los resultados del Informe de Calidad Escolar 2016-17 para las escuelas primarias y secundarias también muestran mejoras en el rendimiento estudiantil:

En 2017, el 41 % de los estudiantes alcanzó los estándares de competencia en inglés, un 38 % más que el año anterior, mientras que el 38 % de los estudiantes alcanzó los estándares en matemáticas, un 36 % más que el año anterior.

Por cuarto año consecutivo, los resultados en inglés mejoraron en cada uno de los 32 distritos escolares de la ciudad en los cinco condados.

Fuente: https://eldiariony.com/2017/11/15/nyc-alcanza-record-de-graduados-de-escuela-secundaria/

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Estados Unidos: California aprueba diez libros de texto inclusivos para alumnos de educación primaria

Estados Unidos/16 noviembre 2017/Fuente: Universogay

California se convierte en el primer estado de los Estados Unidos que aprueba el uso de libros para alumnos de educación primaria que aluden explícitamente a las contribuciones políticas, sociales y económicas de personas que identifica como discapacitadas o pertenecientes al colectivo LGBT en base a la Ley de Educación Justa, aprobada en 2011.

La Junta de Educación de California aprueba «10 libros de texto de historia inclusivos» para alumnos de enseñanza primaria el pasado jueves, 9 de noviembre, rechazando dos libros de texto al no ser inclusivos en función de la Ley de Educación Justa de California, impulsada por el senador Mark Leno y aprobada en 2011. El estado dorado es el primero de los 50 que forman los Estados Unidos que aprueba la inclusión LGBT en la educación para luchar contra la discriminación.

El propósito de la Ley de Educación Justa es que las contribuciones políticas, sociales y económicas de aquellas personas con discapacidades o que se identifiquen como gays, lesbianas, bisexuales o transexuales sean reconocidas en los libros de texto de las escuelas públicas de California, así como que sean identificados como tales de manera explícita. Asimismo, protege que tanto la religión como la orientación sexual no sean presentadas de manera negativa.

En el año 2008, Mark Leno se convierte en el primer hombre abiertamente homosexual elegido para el senado de California. Sólo tres años después presenta al Anteproyecto de Historia LGBT que, como era de esperar, cuenta con la oposición de organizaciones que defienden la familia tradicional, como Candi Cushman, de Focus on the Family, que aseguraba que se trataba de un proyecto de ley innecesario dado que «California tiene algunas de las leyes más proactivas de la nación en este sentido ya en los libros», considerando «una locura promocionar» determinadas figuras en función de su ideología política, su orientación sexual o su identidad de género.

Al contrario, Rick Zbur, director de Equality California, celebra la llegada de libros de texto inclusivos, considerando que son «el próximo paso para que los estudiantes de California aprendan sobre las contribuciones de las personas LGBT (…). La aprobación de estos libros de texto significa que las escuelas de California ahora tendrán acceso a materiales aprobados que representan con exactitud a las personas LGBTQ». En la misma línea se manifiesta Renata Moreira, directora ejecutiva de Our Family Coalition, al afirmar que «los estudiantes LGBTQ, y aquellos con familias LGBTQ, finalmente podrán verse a sí mismos y nuestra historia reflejada con precisión en los libros de texto en California». Cincuenta y ocho de los proyectos de ley redactados por Leno se han convertido en ley, incluida la Ley de Cuidado de Salud Universal de California y el establecimiento oficial del Día de Harvey Milk en California.

Fuente noticia: https://noticias.universogay.com/california-aprueba-diez-libros-de-texto-inclusivos-para-alumnos-de-educacion-primaria__15112017.html

Fuente imagen: http://1.bp.blogspot.com/_tCnH0Yp_p54/S9A8IqvQ07I/AAAAAAAAAq8/otfn51CKiA8/s1600/PIC_0286.JPG

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EEUU: Consejo de Seguridad de la ONU: Necesario proteger la educación contra ataques

EEUU/ 15 de noviembre de 2017/Fuente: https://www.hrw.org

Se debe respaldar la Declaración sobre Escuelas Seguras

Los miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y otros países miembros de la ONU deberían redoblar los esfuerzos para proteger la educación durante conflictos armados, incluso apoyando la Declaración sobre Escuelas Seguras, señaló hoy Human Rights Watch. El 13 de octubre de 2017, el Consejo de Seguridad celebrará una reunión aplicando la llamada “fórmula Arria” (que consiste en abrir el Consejo de Seguridad a la participación de actores significativos), para abordar los ataques a la educación y organizada por Italia, Francia, Suecia y Uruguay.

Durante 2016, la ONU documentó cerca de 500 ataques contra escuelas o personal educativo en 18 de los 20 países en situación de conflicto analizados en el último informe del Secretario General de la ONU sobre los niños y los conflictos armados. La ONU también comprobó que fuerzas militares o grupos armados externos al Estado utilizaban escuelas para fines militares en 15 de los 20 países.

“Estudiantes, docentes y académicos han sido amenazados, rociados con ácido, otros, recibieron disparos y fueron víctimas de ejecución sumaria, e incluso, se han bombardeado, incendiado y lanzado proyectiles a escuelas y universidades”, señaló Zama Neff, directora de derechos del Niño de Human Rights Watch. “Los gobiernos deben intensificar sus esfuerzos para mantener la seguridad de las escuelas, los docentes y los estudiantes durante conflictos armados”.

Joy Bishara, una de las 276 niñas secuestradas en 2014 por Boko Haram de una escuela secundaria gubernamental en Chibok, Nigeria, realizará una exposición al Consejo de Seguridad durante el encuentro.

“Los estudiantes deben sentirse seguros y cumplir sus sueños sin temor”, manifestó Bishara en el discurso que preparó. “Espero y rezo por que ningún estudiante tenga que pasar por lo que yo viví debido a una escuela desprotegida”.

Los miembros del Consejo de Seguridad deberían adherir a la Declaración sobre Escuelas Seguras, un compromiso político intergubernamental para proteger a la educación en los conflictos armados y evitar el uso de las escuelas para fines militares, observó Human Rights Watch. Desde que la declaración se presentó para la adhesión en mayo de 2015 en la Conferencia sobre Escuelas Seguras celebrada en Oslo, 69 países la han adoptado, incluidos países de todas las regiones, más de la mitad de los estados de la OTAN, y dos tercios de la Unión Europea. Pero solo cinco de los actuales miembros del Consejo de Seguridad — Francia, Italia, Kazajistán, Suecia y Uruguay— han adherido a la declaración.

“El Consejo de Seguridad ha reconocido los ataques a las escuelas como una grave violación contra los niños”, dijo Neff. “Los miembros deberían mostrar liderazgo en este tema, adhiriendo a la Declaración sobre Escuelas Seguras y utilizándola para proteger a las escuelas en tiempos de guerra”.

Neff, quien además copreside la Coalición Global para Proteger la Educación de Ataques, y Virginia Gamba, la representante especial del Secretario General para la Cuestión de los Niños y los Conflictos Armados, también expondrán ante el Consejo de Seguridad en la reunión convocada con arreglo a la fórmula Arria. Se trata de reuniones informales con expertos de la sociedad civil y de otros ámbitos que tienen por objeto posibilitar que los miembros del Consejo de Seguridad debatan temas relevantes. La reunión tiene carácter público.

Neff y Bishara están disponibles para dar entrevistas a los medios de comunicación.

Fuente de la Noticia:

https://www.hrw.org/es/news/2017/10/16/consejo-de-seguridad-de-la-onu-necesario-proteger-la-educacion-contra-ataques

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Se concentra la atención en el papel de los sindicatos de docentes para erradicar el trabajo infantil.

América del Norte/Estados Unidos/14.11.2017/Autor y Fuente:https://www.ei-ie.org/

En la 4ª Conferencia Mundial sobre la Erradicación Sostenida del Trabajo Infantil la Internacional de la Educación representará a los docentes y hará hincapié en el papel activo que desempeñan sus sindicatos a la hora de garantizar una educación de calidad para todos.

La Internacional de la Educación planteará activamente las preocupaciones y los puntos de vista de los docentes en la 4ª Conferencia Mundial sobre la Erradicación Sostenida del Trabajo Infantil de las Naciones Unidas, que se celebrará del 14 al 16 de noviembre en Buenos Aires, Argentina. En la conferencia se formularán recomendaciones a los Gobiernos sobre iniciativas exitosas destinadas a erradicar el trabajo infantil. Esto constituye un evento clave para que la Internacional de la Educación (IE) ponga de relieve la labor que realiza en el ámbito del trabajo infantil, y la experiencia de sus afiliados será altamente valorada.

Una delegación de representantes de sindicatos docentes procedentes de ocho países participará en la conferencia con el fin de mostrar el enfoque territorial que se puso en marcha con éxito en Mali, Nicaragua, Uganda y Zimbabue. Por otra parte, la delegación se unirá al esfuerzo general de los trabajadores para presionar a las partes interesadas de la conferencia (Gobiernos, empleadores, organizaciones de la sociedad civil, comunidad de donantes) con objeto de que se comprometan a elaborar un Compromiso de Conferencia motivador.

La importancia de la educación

La IE espera que la Conferencia Mundial sobre la Erradicación Sostenida del Trabajo Infantil resalte aún más la importancia de la educación de calidad, pública, gratuita, inclusiva y obligatoria para todos los niños y niñas. Una declaración sólida ofrecería una buena base para que los sindicatos de docentes reciban un apoyo decisivo en este ámbito por parte de otras partes interesadas en la educación.

La IE contará con dos ponentes en las sesiones plenarias de la conferencia: Hillary Yuba de Zimbabue representará a la IE en la sesión de la conferencia sobre Educación para todos el 14 de noviembre, y Noemi Tejeda de CTERA (Argentina) ofrecerá la ponencia de la conferencia sobre empleo juvenil, el 15 de noviembre.

El compromiso de los docentes

Todos los días, los docentes, apoyados por sus sindicatos, actúan para erradicar el trabajo infantil de sus comunidades. Los directores escolares y los maestros reciben formación, crean conciencia entre las comunidades y los líderes religiosos, abordan con las familias el tema de la asistencia escolar y las tasas de abandono, y fomentan cambios en los planes de estudio y en la pedagogía, con el propósito de que los niños que son liberados del trabajo infantil se sientan acogidos y respetados en el aula.

La lucha de la Internacional de la Educación contra el trabajo infantil constituye un componente clave en la estrategia de la federación sindical mundial para lograr que los Gobiernos asuman la responsabilidad con respecto a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en materia de educación de calidad y trabajo decente. Esto explica por qué en el último Congreso de la IE, que tuvo lugar en 2015 los delegados de los sindicatos de la educación adoptaron una resolución sobre la aceleración de la lucha contra el trabajo infantil en relación con los objetivos de desarrollo sostenible a partir de 2015.

Fuente: https://www.ei-ie.org/spa/detail/15517/se-concentra-la-atenci%C3%B3n-en-el-papel-de-los-sindicatos-de-docentes-para-erradicar-el-trabajo-infantil

Imagen: https://www.ei-ie.org/resources/views/admin/medias/timthumb.php?src=https://www.ei-ie.org/media_gallery/original_6b79f.jpg&w=1200&h=530&zc=1

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Important lessons for antiwar movement makers…

By: Bill Ayer

The Antiwar Movement Then and Now

Howard Machtinger
Vietnam Full Disclosure

A broad-based antiwar movement which challenges white and male supremacy and stands in support of oppressed people around the globe, from the Rohingya to the Palestinians, is an important part of a larger movement for social change; one that can navigate racial, class, gender, generational, ideological, spiritual and strategic and tactical differences is required.

 

It is offered—not in expectation of agreement—but to provoke a serious discussion about the current state of antiwar politics.

Burns and Novick in their PBS documentary: The Vietnam War could not ignore the antiwar movement, but exhibit little interest in its dynamics, except in its supposed hostility to American GIs. Since my interest still lies in how to build a more effective antiwar movement, I want to focus on the lessons learned and not learned by the Vietnam antiwar movement as a prelude to exploring how we might move forward to confront the multiple wars and threats of war that beset our world.

Of course, there was not one unified antiwar movement, but a conglomeration of tendencies featuring contending critiques, strategies and tactics. What follows is an attempt at a succinct, dispassionate description of those tendencies, which no doubt risks over-simplification. I will look at three general perspectives. I will begin with a critique of tendencies with which I was associated.

The first set of tendencies included the anti-imperialists, militants, and Marxist-Leninists. Members of these overlapping, but distinct groupings, all grasped the depth of the problem that the war in Vietnam exposed. The war was not a mistake or an aberration from the general direction of US global policy. Its goal was to dominate the world and, in this particular case, to gain a strategic foothold in mainland Asia. These movement tendencies recognized the need to do more and to widen the scope of protest. They also placed great importance in connecting to and humanizing the Vietnamese enemy, not merely viewing them as victims, but recognizing and honoring their capacity to resist.

Too often, however, the connection remained abstract or turned romantic. Che’s invocation of “2, 3 many Vietnams” not only decontextualized Vietnamese resistance, but led people to ignore or downplay the incredible price paid for this resistance. In the 1980’s an uncritical anti-imperialism led to support for leaders who proved to be problematic such as Cayetano Carpio in El Salvador, Daniel Ortega in Nicaragua, and Robert Mugabe in Zimbabwe. One version of anti-imperialism meant support for any leader hostile to the US; including people like Saddam Hussein or Bashar al-Assad. For them, the enemy of our enemy by definition became a friend. Anti-imperialists did not always acknowledge other negative forces operating in the world aside from US imperialism.

The romanticization of the Vietnamese resistance also led militants to overstate the revolutionary possibilities in 1960s and 70s America. Some resorted to violent methods that proved ineffective, isolating, and divisive for the movement as a whole. Though violence as a strategy, not as spontaneous outbursts, constituted a small part of the antiwar movement, it too often became the ‘issue’ and functioned to divert attention from the monumentally greater violence of imperial war.

The parts of this tendency that identified with global Communism–a relatively small, but influential sector–had little understanding of that movement, weak grasp of the Sino-Soviet split, and were often ignorant of differences within Vietnamese Communism. Sometimes the result was a dumbed-down and sanitized Maoism. Their version of democratic centralism was rarely democratic. And they were often drawn into obscure sectarian struggles.

The pacifist left tendency brought a solid grasp of the profound penetration of militarism in the US economy, its politics and culture. It offered a valuable overall critique of war and militarism. A. J. Muste and Dave Dellinger played unifying roles in an often-fractious movement. And militant pacifists like Dellinger forged a creative model of militant nonviolence that effectively expressed the depth of opposition to the war.

But other pacifists enjoyed the role of the ‘good’ protestor as opposed to other less acceptable protestors, thereby dividing the movement and enabling an establishment critique, providing fodder for false equivalences between imperial violence and resistance to it. Pacifists could and did adopt a purer than thou attitude. It should have been possible to legitimize one’s own form of protest without delegitimizing other forms. Most significantly, the pacifist tendency was overwhelmingly white and middle class with insufficient connection to the powerful movements of people of color that had staked out clear and resonant positions against the war. This was not simply a question of coalition building, but of creating consistent, enduring relationships of trust.

Another tendency consisting largely of dissident and liberal Democrats saw the war as a losing proposition damaging US credibility, draining treasure, destroying morale and national unity, not to mention increasing battlefield casualties. This is in part the perspective of the Burns/Novick effort. This tendency brought to light the war’s corrosive effect on democratic institutions: the expanding imperial Presidency, the impotence and irrelevance of Congress, and the repression of protest. Innovative forms of working ‘the system’ were created, that while often frustrating, pointed the way to a possible political revitalization. These movements led to some Congressional scrutiny of the war, LBJ’s abdication, McGovern’s nomination as the Democratic candidate in 1972 and Nixon’s impeachment; generally forcing politicians to openly deal with the war.

But it proved unable to prevent Nixon’s election–allowing him to pose as a strange sort of stealth peace candidate—and didn’t achieve majority support in the Congress until very late in the war. It did not develop adequate means of holding politicians accountable. It both expanded the scope of mainstream politics and was simultaneously hemmed in by the establishment.

Parts of this tendency also posed as a preferred, less radical alternative to the politics of the street. Finally its overly pragmatic strategy implied that the war was a correctible mistake, not requiring a fundamental overhaul of the national security state and its imperial goals.

There are important parts of the movement that I have obviously so far ignored. The antiwar movement was a boost to the development of new creative and feisty women’s and queer liberation movements both by providing spaces for activism and then circumscribing these spaces because of the limits of iantiwar leaders’ consciousness of gender issues. So women and LGBTQ people were energized and then marginalized which simultaneously divided the movement and resulted in new organizational forms, including significant antiwar organization and action as well as a critique of military and movement macho.

The level and sophistication of GI and veteran resistance was unprecedented. Dewey Canyon III in Washington DC in 1971, when veterans threw away their medals, brought the issue of the war’s immorality and pointlessness home and helped transform the public face of the antiwar movement from that of cowardly, spaced out hippies and unrealistic pacifists. Often left buried in the dustbin of history are efforts like the coffee house movement where civilians and soldiers collaborated in spreading the antiwar message. It would certainly be worthwhile to further explore what was learned about civilian/soldier relationships from this experience.

After the war, the antiwar movement lost steam and direction in a sense succumbing to the fantasy that the end of the war allowed a return to normalcy without further consequence. We did not succeed in helping Americans come to terms with military defeat—to understand it as something positive for the American spirit.

Vietnam was more isolated in the 1980s than during the American war as it invaded Cambodia to overthrow the genocidal Khmer Rouge regime and then fought off a Chinese invasion. The Cold War framing of Southeast Asian conflict as part of a Soviet plot was reasserted by the US with little opposition from the remnants of the antiwar movement; the Maoist fringe, in line with Chinese policy, even supported the Khmer Rouge. There were brief upsurges of activity in response to Reagan’s Central America wars and before both Gulf wars, especially W’s 2003 war. Today there exists a barely perceptible antiwar movement. Its impotence allowed Donald Trump to play a bogus antiwar card during the 2016 campaign.

As antiwar activists we have allowed the myth—of which Burns/Novick partake—of the deep antagonism between the civilian antiwar movement and soldiers to penetrate American consciousness, including that of younger antiwar activists. I have met numerous young activists who take for granted that the antiwar movement typically spat at returning soldiers. We can credit Jerry Lembcke for Burns and Novick not further propounding that particular myth. They favor ’baby killers’. In any large, sprawling social movement almost any perspective can be found. Though I knew a few people who felt like targeting soldiers was legitimate; this was a quite marginal perspective in the antiwar movement. The same mythology led many of those opposed to the Gulf wars to so reassure the public that the movement was pro-soldier that they lost sight of the central task of any effective antiwar movement: projecting and humanizing the direct victims of the war in Iraq. It was a form of surrender to the prevailing Islamaphobia.

As a movement, we have failed to adequately challenge the deleterious effects of imperial war on democratic institutions. ‘Forever war’ means permanent limitations on freedom and the right to protest and continuing intrusions on privacy. We haven’t been able to convincingly demonstrate to Americans the connection between successive wars; how the Iraq war increased sectarianism and chaos in the entire region, catalyzing the growth of groups like ISIS; how we are imprisoned by the terrible logic of war in which the next war is seen as a justifiable and necessary response to the failure of the previous one.

Given this history, how might a more effective antiwar movement be constituted? First of all, we must acknowledge, embrace even, that maybe none of us in this room will be in leadership of this reconstitution. If we are together, we can offer perspective, some cautions, a necessary connection to past efforts. Multiracial forces already in motion will lead the new activist peace/antiwar movement. For instance, the M4BL highlights the militarization and racism of our criminal ‘justice’ system while connecting to global struggles of people of color. The immigration and refugee movements—with important experience in navigating cultural difference—has drawn attention to the connections between war, state violence, and population movement and alerted us to the role of racism and Islamaphobia in mobilizing and justifying aggressive wars. Environmental activists lead us to revalue the leadership of indigenous people as in Standing Rock; organizations like 350.org explicate the relationship between environmental degradation and wars and potential wars over natural resources, as well as leading to increased global migration. The new women’s and LGBTQ movements have led the way in expanding our consciousness of sexual violence in war and in the military. And even as the nature of war has changed, the voices of GIs and veterans remain vital. A new antiwar movement must be constituted and led by those forces which will both broaden and deepen the movement making evident the intersectionality of movements against oppression, white supremacy and militarism.

We are living in a treacherous moment for our and other species. The impact of climate change imposes a fateful due date. The prevalence of nuclear weapons along with authoritarian leaders eager to demonstrate their macho add to the immediate peril.

So a broad-based antiwar movement which challenges white and male supremacy and stands in support of oppressed people around the globe, from the Rohingya to the Palestinians, is an important part of a larger movement for social change; one that can navigate racial, class, gender, generational, ideological, spiritual and strategic and tactical differences is required. Absolute agreement is not required; rather a Zen-like mastery of the art of coordination, mutuality and solidarity is the order of the day. We don’t need one big organization but we do need accountable organizations with accountable leadership. Our movement must not be so ‘correct’ that it does not allow for experimentation and a diversity of tactics. The movement must strive for power as it creates an open and welcoming environment where, rather than being stigmatized or shamed for inevitable mistakes, activists can learn from them and grow with the movement. And we must make our case to ordinary people while still engaging in anti-racist and anti-sexist initiatives. The other side is driven by a mean-spirited white male nationalism that we must directly take on.

There is a lot we have to do. We must work in establishment politics and reinvigorate democratic forms, fighting for meaningful reform; and at the same time (not necessarily the same people) be on the streets, loud and passionate. We must be militant, but smart and strategic about our militancy; keep the engine rev-ed but prevent it from veering off the tracks. Be moral and not moralistic, nor purer or more radical than thou. Connections are local and global, virtual and personal. Be forthright and sure-footed, but humble about our importance and correctness. Nothing less is required.

My comments leave many questions unexplained and unanswered. My simple goal is not completeness or agreement but to both initiate and add to a discussion that will lead to more effective action. We sorely need some.

The Full Disclosure campaign is a Veterans for Peace effort to speak truth to power and keep alive the antiwar perspective on the American war in Viet Nam — which is now approaching a series of 50th anniversary events. It represents a clear alternative to the Pentagon’s current efforts to sanitize and mythologize the Vietnam war and to thereby legitimize further unnecessary and destructive wars.

Source:

https://billayers.org/2017/10/

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