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Estados Unidos: Una nota de cero para la nominada por Trump como secretaria de Educación

Estados Unidos/19 enero 2017/Autor: Andrés Hernández Alende/Fuente: Mundiario

La millonaria Betsy DeVos nunca estudió en una escuela pública, y los demócratas la acusan de querer privatizar la enseñanza a costa de los impuestos de los contribuyentes.

El presidente electo Donald Trump propuso como secretaria de Educación de su gobierno, que se estrena este 20 de enero, a Betsy DeVos, una acaudalada empresaria de Michigan.

 El nombramiento ha disparado las alarmas en los sistemas de educación pública y en los sindicatos de maestros de toda la nación. DeVos nunca estudió en una escuela pública, es una decidida partidaria de la enseñanza privada, y fue una de los artífices del sistema de escuelas charter en el estado de Michigan.

Las escuelas charter son un extraño híbrido: son escuelas independientes, costeadas con fondos públicos pero dirigidas por una empresa privada. En realidad son un negocio creado para enriquecer a sus administradores, a costa del erario público.

DeVos es miembro de la junta de la Fundación por la Excelencia en la Educación, una organización creada por Jeb Bush, que fue gobernador de la Florida de 1999 a 2007 y es hermano del ex presidente George W. Bush. El fin de la fundación es “crear un sistema de educación norteamericano que equipe a cada niño para lograr el potencial que Dios le ha dado”. Amén.

Muchos afirman que el sistema de escuelas charter creado por DeVos en Michigan ha sido un fracaso total. Por ejemplo, Douglas N. Harris, profesor de Economía en la Universidad de Tulane, escribió el pasado noviembre en el New York Times que DeVos era en parte responsable de lo que “hasta defensores de las escuelas charter reconocen como la reforma escolar más desastrosa en el país”. Otros aseguran que no es así y han defendido el desempeño de DeVos. Pero lo importante aquí es que Trump está nombrando a la cartera de Educación a una mujer comprometida con el negocio de la enseñanza privada, con el desvío de fondos públicos para llenar las arcas de los empresarios de las escuelas particulares.

Los mercaderes de la educación y sus aliados en la esfera política llevan mucho tiempo tratando de convencernos de que la enseñanza privada es mejor que la pública. En realidad es al revés, pero su propaganda ha surtido efecto.

Si el Senado aprueba la designación de DeVos, se redoblará el asedio que desde hace tiempo los republicanos mantienen contra la enseñanza pública. La nueva secretaria de Educación tendría el poder para incrementar la labor de zapa contra los sistemas de escuelas públicas, ya bastante maltratados por las decisiones de políticos que favorecen a los comerciantes de la educación. Estas gentes han demostrado, con medidas arbitrarias como las absurdas pruebas estandarizadas –un martirio para los escolares–, que lo que les interesa es forrarse los bolsillos, no el bienestar de los niños.

La nación no necesita dar más facilidades ni dinero de los contribuyentes a los mercaderes de la enseñanza privada y a los que lucran con el negocio de las escuelas charter. No necesitamos una secretaria de Educación que posiblemente se dedicará a desmontar la enseñanza pública para beneficio de empresarios particulares. La nación necesita reforzar un sistema de educación pública gratuito, costeado por nuestros impuestos, que dé a los niños la formación y los conocimientos necesarios para labrarse un porvenir. Un sistema de educación pública a la par de los sistemas de los demás países desarrollados. Lamentablemente, lo más probable es que el Senado, controlado por los republicanos, apruebe la designación de DeVos, cuando en realidad habría que darle una nota de F.

Fuente:http://www.mundiario.com/articulo/politica/nota-cero-nominada-trump-secretaria-educacion/20170118144210076428.html

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Estados Unidos: DeVos likely to push school choice as US education secretary

Washington / 18 de enero de 2017 / Por: Maria Danilova / Fuente: http://www.nhregister.com/

Charter schools and school choice are expected to be a major focus of education policy under the new Trump administration.

Betsy DeVos, Trump’s choice for education secretary, has spent over two decades advocating for school choice programs, which give students and parents an alternative to traditional public school education. Her confirmation hearing was scheduled for Tuesday evening.

Here is a look at the main players, concepts and controversies surrounding school choice.

CHARTER SCHOOLS

Charters schools are funded with taxpayers’ dollars, but run by private organizations bound by various charters. Because they are operated privately, charter schools have more freedom to choose their own curriculum, staff and budget. Charter schools have expanded dramatically in the United States over the past two decades from fewer than 2,000 schools, or 2 percent of the total number of schools across the country in 2000, to about 6,700 schools or some 7 percent in 2014, according to the National Center for Education Statistics. The number of students enrolled in charters has risen from 500,000 in 2000 to 2.7 million in 2014.

PRAISE

Proponents say charter schools provide real alternatives to low-income families who cannot afford private schools but are dissatisfied with public school options. Because charter schools have more flexibility, they can opt for more rigorous curricula, more learning hours and stricter discipline and thus push children to achieve better academic results. Since charter schools face fewer bureaucratic restrictions and regulations, they are more prone to innovate and experiment with new approaches. Free-market advocates believe that injecting competition in the sphere of education and allowing parents to choose among a variety of schools for their children benefits the system as a whole.

CRITICISM

Opponents point to studies which show that charter schools don’t necessarily produce better academic outcomes. While some charter schools have in fact demonstrated superior results, other charters have performed significantly worse than public schools, leading to school closures and leaving parents scrambling to find new schools for their children in the middle of school years. Because charter schools are subjected to less government oversight than public schools, opponents say that some charters have been known to suspend and expel students in greater numbers than at public schools, which they say is unfair. Finally, critics say charter schools don’t fully meet the requirements of students with special needs, such as children with disabilities or English language learners.

PUBLIC MONEY FOR FOR-PROFIT SCHOOLS?

Even some of the supporters of the charter school movement have another problem with DeVos’ policies. Nearly one-half of charter schools that DeVos has helped advance in her home state of Michigan operate as for-profit organizations, leading to criticism that their key goal is enriching their owners at the expense of taxpayers’ money, not educating students. Advocates, however, counter that there is nothing intrinsically wrong with for-profit institutions and that if parents are dissatisfied with their children’s education, they can always find an alternative school.

VOUCHERS

Another option for low-income families is to send their children to a private or parochial school using vouchers, which are essentially publicly funded scholarships. Advocates say government subsidies have existed for many years in higher education and in housing. While many states use their own funds for school voucher programs, the one in the District of Columbia is federally funded. Critics object to using vouchers in religious schools, saying that public money should not be used to fund religious activity. They also point to data that shows that in some cases voucher recipients were not underprivileged students from public schools but students who had already been attending private schools previously and that the voucher programs was essentially funding private schools with public money.

Fuente noticia: http://www.nhregister.com/social-affairs/20170117/devos-likely-to-push-school-choice-as-us-education-secretary

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Bayer y Monsanto se reúnen con Trump y anuncian millonaria inversión en Estados Unidos

Por: Ecoportal/18-01-2017

Ambas empresas, en pleno proceso de fusión, se comprometieron ante el Presidente electo con la creación de miles de puestos de trabajo en aquel país.

 Faltan tres días para que Donald Trump asuma la presidencia de los Estados Unidos. Antes de que esto ocurra, el millonario ha aprovechado los días y se ha reunido con varios ejecutivos de algunas de las principales compañías que funcionan en aquel país.

La semana pasada, Trump se reunió con representantes de Bayer y Monsanto, mayor fabricante de semillas transgénicas en el mundo y que genera un amplio rechazo en la comunidad ecologista.

Recién este martes, ambas firmas que atraviesan un proceso de fusión, emitieron un comunicado dando cuenta de los alcances del encuentro con Donald Trump.

Los directivos Werner Baumann y Hugh Grant se han comprometido a realizar una importante inversión de ocho millones de dólares en investigación y desarrollo, además de conservar los nueve mil puestos de empleo que Monsanto tiene en el país. Por su parte, Bayer prometió crear tres mil nuevos puestos de trabajo si la integración de las dos firmas continúa avanzando.

 «La unión de las compañías espera gastar cerca de US$16.000 millones en investigación y desarrollo en los próximos seis años y la mitad de esa inversión será en Estados Unidos. Esta es una inversión en innovación y personas que creará miles de puestos de trabajo de alta tecnología bien remunerados cuando la integración (de Bayer y Monsanto) se haya completado», afirma el comunicado.En tanto, de concretarse la fusión, Bayer y Monsanto controlarán el 30 por ciento del negocio de semillas y químicos agrícolas.

Vale la pena mencionar que la empresa estadounidense históricamente se ha visto involucrada en una serie de prácticas poco éticas e ilegales. En algunos sitios ha tenido que pagar multas por corrupción y, como si esto fuera poco, algunos de sus productos han sido catalogados de cancerígenos.

Ecoportal.net

Veo Verde

https://www.veoverde.com

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Estados Unidos: Educación bilingüe, un tema candente

Estados Unidos/16 enero 2017/Autor: Duane Stilwell/Fuente: El Diario Ny

La importancia de mantener estos programas que juegan un papel decisivo en el futuro de muchos estudiantes latinos.

Hoy día la educación bilingüe se ha convertido en un tema candente. En 1998, por ejemplo, la Propuesta de Ley 227 en California, respaldada por el multimillonario Ron Unz, desmanteló los excelentes programas bilingües en ese estado. Más recientemente, la mitad de los programas bilingües en las escuelas de la ciudad de Nueva York también han desaparecido, en parte debido a las presiones que los directores de muchas escuelas sienten ahora que el Departamento de Educación del Estado de Nueva York (NYSED) ha implementado los nuevos requisitos educacionales, denominados Common Core. Sin embargo, es importante mencionar que en muchas escuelas donde los directores valoran la educación bilingüe, ellos han luchado por preservar estos importantes programas.

En Estados Unidos siempre han existido las escuelas bilingües, pero ahora somos el segundo país hispanohablante del mundo después de México y más del 11% de los estudiantes en nuestras escuelas podrían beneficiarse de programas bilingües. Por eso vale la pena estudiar a fondo lo que la ciencia nos ha enseñado en los últimos años. ¿Por qué es tan importante saber la verdad, especialmente para nosotros, los latinos? Hoy iniciamos una serie de artículos para esclarecer el papel que la educación bilingüe puede jugar en asegurar un futuro mejor para nuestros hijos.

Para comprender la magnitud del problema que enfrentamos, consideremos dos vidas paralelas, la de Alicia y la de Alejandro. Alicia llega de Latinoamérica a la hermosa ciudad de Burlington, Vermont, a la edad de 5 años, sin haber escuchado otro idioma que el español. En Vermont la población es muy homogénea, y el total de las minorías étnicas comprenden sólo el 5% de la población. En cambio, Alejandro nace en la ciudad de Nueva York de padres mexicanos y vive en un barrio latino. Aunque Alejandro sólo escucha el español en casa, en la calle oye a personas hablando en inglés y en otros idiomas. ¿Cuál de los dos va a aprender el inglés más rápido? Veamos….

Alicia empieza el kindergarten y es la única alumna en su clase que no entiende el inglés. Todos los días escucha a sus compañeritos hablando un inglés homogéneo que es apropiado para su edad y desarrollo social, y recibe atención especial de la maestra. Su madre, que no tiene permiso de trabajo, tiene tiempo para enseñarle a Alicia a leer el español en casa. Al llegar al quinto grado,

Alicia habla el inglés perfectamente y, además, en su casa sigue leyendo libros en español y conversando en español con sus padres. Al graduarse de la escuela, Alicia va a ser verdaderamente bilingüe, y sabrá leer y escribir competentemente en ambos idiomas.

Alejandro también empieza el kindergarten, pero de 26 alumnos en su clase, 20 hablan español. Su maestra da la clase en inglés, pero Alejandro puede hablar con sus compañeritos en español todo el día. Como Alejandro no interacciona en inglés con los otros alumnos y no escucha suficiente inglés a un nivel apropiado para su edad, va a aprender inglés mucho más lentamente. Para el quinto grado, Alejandro habla español pero no sabe leerlo o escribirlo, y aunque su inglés oral le permite funcionar en la escuela, en términos académicos ha quedado rezagado permanentemente.

Es dudoso que Alejandro reciba la educación que se merece, y lo más probable es que deje la escuela sin graduarse. Alejandro es un ejemplo de lo que en inglés se denomina con la frase Long Term English Language Learner, o LTELLs, estudiantes que año tras año son clasificados en la escuela como deficientes en inglés académico.

Las estadísticas demuestran que debido a la falta de programas bilingües adecuados, millones de alumnos latinos en Estados Unidos van a terminar la escuela sin dominar ni el inglés ni el español, y sin haber podido aprovechar clases avanzadas de ciencias, matemáticas, historia, o literatura.

Por esta razón una gran proporción de los estudiantes latinos no logran graduarse, y en lugar de la educación que les está garantizada por la constitución, recibirán una educación mediatizada que los pondrá en desventaja el resto de sus vidas.

¿Y por qué es tan urgente buscar soluciones a este problema? Consultemos las estadísticas. El censo proyecta que en 15 años, para el 2030, la mitad de la fuerza laboral en Estados Unidos va a ser de origen latino. La enorme fuerza productiva de este país va a depender, en gran parte, de los estudiantes latinos que están hoy en nuestras escuelas. Es obvio por qué debemos abogar por programas bilingües que estén respaldados por los métodos pedagógicos más avanzados.

Fuente:http://eldiariony.com/2017/01/11/educacion-bilingue-un-tema-candente/

 

 

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La globalización y los trabajadores del mundo

Por: Prabhat Patnaik

La globalización fue anunciada como algo beneficioso para todos, como un vigoroso paso adelante hacia una mejora económica universal. Era claramente falso, y no fueron solo los economistas de izquierdas, sino también muchos economistas de la línea “dominante” como Paul Samuelson los que lo dijeron desde el primer momento.

El motivo que aducían era muy sencillo: si el régimen económico mundial permitía la libre importación en Estados Unidos de mercancías procedentes de China o de la India, ello afectaría negativamente a los salarios reales de los trabajadores norteamericanos, porque los trabajadores norteamericanos, con unos salarios mucho más altos, tendrían que competir, en detrimento suyo, con los salarios más bajos de los trabajadores chinos o indios. Por consiguiente, el hecho de que la globalización perjudicaría necesariamente a los trabajadores de Estados Unidos y de otros países avanzados, les parecía obvio a ellos, y de hecho a todos, de lo que se seguía que no era posible que beneficiase a todos los segmentos de la clase trabajadora mundial. Ahora bien, de acuerdo con esta argumentación, se consideraba que la globalización beneficiaría a los trabajadores de países como China o la India, es decir, de aquellos países del tercer mundo con los salarios bajos.

Formulando este argumento de otro modo, ya que la libre circulación de mercancías y de capitales por todo el mundo intensifica la competencia entre los trabajadores de los diferentes países, se produciría una tendencia hacia una disminución de las diferencias salariales entre estos países, y si bien esto representaría un cierto incremento en los salarios reales de los trabajadores del tercer mundo, también representaría una reducción en los salarios reales de los trabajadores metropolitanos.

Este mismo argumento puede formularse de un modo más preciso, de acuerdo con las categorías de la economía marxiana, del siguiente modo: la globalización, al transferir determinadas actividades económicas desde los países avanzados a los países del tercer mundo (debido a los salarios más bajos de estos últimos) agotaría las reservas de mano de obra en estos últimos al tiempo que produciría un aumento de las reservas de mano de obra en los primeros. Esto, si no cambian otras circunstancias, provocará una subida de los salarios en los últimos y un descenso de los mismos en los primeros. La globalización, por ejemplo, mientras que no beneficia a todos los trabajadores, reduce las diferencias relativas entre los trabajadores de los países avanzados y los trabajadores del mundo subdesarrollado. Pero, según este argumento, no es posible que empeoren las condiciones de los trabajadores en las dos partes del mundo.

 

EL EMPEORAMIENTO DE LAS CONDICIONES

Esto es, sin embargo, lo que ha sucedido. La globalización, por supuesto, ha empeorado las condiciones de los trabajadores en los países metropolitanos, un hecho recientemente puesto de relieve por el economista Joseph Stiglitz. Casi un 90 por ciento de norteamericanos, lo que significa la casi totalidad de la población trabajadora en aquel país, tiene actualmente unos ingresos reales apenas superiores a los que tenían hace treinta años. Actualmente, el salario mínimo de los trabajadores norteamericanos está en términos reales muy poco por encima de donde estaba hace 60 años. Dado que ha habido ciertas mejoras en estas magnitudes durante la primera parte de los años transcurridos, lo que esto significa es que se ha producido un deterioro en el período más reciente, que coincide con el apogeo de la globalización. Un dato estadístico aún más revelador es el relacionado con el fuerte descenso en la esperanza de vida entre los varones norteamericanos en los últimos tiempos, un descenso que recuerda la fuerte caída en la esperanza de vida que se produjo en Rusia después del colapso de la Unión Soviética. Un descenso en la esperanza de vida cuando no hay ninguna epidemia obvia a la vista es un asunto muy grave, y que este descenso se dé en el país capitalista más avanzado del mundo es una prueba fehaciente del ataque a los medios de vida de la clase trabajadora que ha traído consigo la globalización.

Una historia muy similar es la que puede contarse de otros países capitalistas avanzados. Estados Unidos es considerado normalmente como una de las economías más exitosas, el lugar donde se produjeron los booms de los años noventa del siglo XX y de la primera década del siglo actual, que originaron respectivamente las burbujas de las empresas punto.com y la del mercado inmobiliario, y también la economía que está experimentando aparentemente una recuperación después del colapso de la burbuja inmobiliaria. Dicho esto, el hecho de que la población trabajadora de este país esté pasando tantas dificultades es muy significativo. En los últimos años, en el Reino Unido se ha producido una fuerte caída de los índices salariales reales de los trabajadores No tiene nada de extraño, pues, que el descontento con la globalización esté cada vez más extendido entre los trabajadores de las economías metropolitanas, y dado que la izquierda no ha tenido hasta ahora un conocimiento adecuado de ello, el descontento está siendo explotado por la derecha. Fenómenos como el voto en el Brexit y la emergencia de Donald Trump se explican desde este punto de vista.

Lo que resulta inexplicable en el marco del debate que estamos teniendo hasta aquí, sin embargo, es el hecho de que la situación de los trabajadores ha empeorado incluso en una gran franja de los países del tercer mundo con los salarios bajos, entre los cuales la India es un buen ejemplo. Las pruebas más concluyentes en este sentido las proporcionan los datos sobre el consumo de alimentos básicos. Partiendo de los estudios realizados por el NSS en los períodos 1993-1994 y 2009-2010 , que corresponden en líneas generales al período de políticas neoliberales asociadas con la globalización, los porcentajes de la población rural total con una ingesta calórica de menos de 2200 calorías por persona y día (el “parámetro” que define la pobreza rural) de estos dos períodos anuales fue de un 58,6 y un 76 por ciento respectivamente. Los porcentajes de población urbana por debajo de las 2100 calorías por persona y día (el “parámetro” para definir la pobreza urbana) en estas dos fechas fueron de un 57 y un 73 por ciento respectivamente.

Tan sorprendente fue este incremento, especialmente durante un período en el que se suponía que la India estaba experimentando un crecimiento sin precedentes de su PIB, que el gobierno encargó un nuevo estudio al NSS para el período 2011-2012, durante el cual había habido una cosecha extraordinaria, con la idea de que las cifras de la ingesta calórica en el período 2009-2010, un año con una cosecha pobre, habían sido excepcionalmente bajas debido precisamente a esta escasez en la cosecha. Una vez completado el estudio, las cifras que arrojaba, aunque sin duda eran mejores que las del período 2009-2010, todavía mostraban un notable incremento en los porcentajes de población que estaban por debajo de este umbral de ingesta calórica durante el período de la globalización: en el caso de la población rural, el porcentaje era del 68 por ciento (comparado con el 58,5 por ciento de 1993-1994) y en el de la población urbana era de un 65 por ciento (comparado con el 57 por ciento de 1993-1994). Tanto la ingesta de calorías como la de proteínas per cápita en la población había sufrido un descenso durante el período estudiado.

Este incremento del déficit alimenticio se trató de explicar de diferentes formas, incluida la sugerencia de que tal vez era un indicio de que la gente estaba aprendiendo a diversificar su consumo, reduciendo el de comida en beneficio de otras cosas como la educación y la salud. Pero esta explicación era a todas luces falaz: en cualquier parte del mundo, a medida que los ingresos reales aumentan, la gente consume una mayor cantidad de cereales tanto directa como indirectamente (en forma de alimentos procesados y de productos animales en cuya elaboración entran los cereales como forraje). Así pues, el descubrimiento de que en la India se había producido un descenso real en el consumo de cereales en todos sus usos, y en consecuencia un descenso en la ingesta de calorías y proteínas durante el período de la globalización, indicaba claramente que los ingresos per cápita reales de los trabajadores, después de calcular la incidencia de la inflación, especialmente la subida de precios que acompaña a la privatización de servicios esenciales como la educación y la salud, estaban por término medio disminuyendo en vez de aumentar. Dicho de otro modo, un fenómeno similar al que se producía en los países capitalistas avanzados estaba teniendo también lugar en la India y en otros países del tercer mundo, lo que contradice el argumento presentado más arriba, hasta el punto de que son muy pocos ya los que creen que este sea un argumento correcto. ¿Cómo podemos explicar esta contradicción?

Globalización y trabajo

 

LA PRESIÓN SOBRE LA PEQUEÑA PRODUCCIÓN

El argumento presentado más arriba suponía básicamente que la esencia de la globalización consiste en la transferencia de actividades económicas desde los países avanzados a las economías del tercer mundo, y que esta transferencia reduciría drásticamente las reservas de mano de obra del tercer mundo y provocaría una subida de salarios. Lo que no se decía es que la globalización también tiene otros efectos, incluido sobre todo una restricción de la pequeña producción por parte del sector capitalista. El resultado es que varios pequeños productores dejan sus ocupaciones tradicionales para emigrar a las ciudades en busca de empleo, lo que incrementa el ejército total de mano de obra a disposición del capitalismo. Esta migración, junto con el incremento natural de la población activa, no puede ser totalmente absorbida por el ejército laboral activo debido a que las políticas neoliberales asociadas a la globalización también llevan a la eliminación de todas las restricciones relativas al ritmo del cambio estructural y tecnológico, lo que aumenta el ritmo de crecimiento de la productividad del trabajo a expensas del crecimiento del empleo.

Se produce de este modo un círculo vicioso. En la medida en que aumenta la reserva de mano de obra respecto a la población activa, esto lleva a un estancamiento o incluso a una disminución en la media de salarios reales (y ciertamente a una disminución de los ingresos reales de los trabajadores, que es igual al índice salarial diario multiplicado por el número de días de empleo). El estancamiento o la disminución del salario real en una situación de mayor productividad laboral tienen como consecuencia un incremento en la tasa de excedentes en la producción. Dado que el superávit, incluso si suponemos que se realiza completamente (es decir, que no hay problemas de insuficiencia de demanda agregada) se gasta normalmente en artículos de consumo que generan menos empleo a nivel nacional que en artículos que se compran con los ingresos salariales, esta transferencia de los salarios a los excedentes tiene también el efecto de producir una contracción en el empleo y en consecuencia contribuye todavía más al incremento del tamaño relativo en las reservas de mano de obra, a una nueva transferencia de salarios a excedentes, y así sucesivamente.

Este círculo vicioso, que se intensifica todavía más cuando se produce una crisis (debido a que las reservas de mano de obra respecto a la población activa crecen todavía más) implica que el efecto de la globalización de agudizar la pobreza absoluta afecta también a los trabajadores de los países del tercer mundo y no se limita solo a los trabajadores metropolitanos, como pretenden los economistas liberales como Samuelson.

Afirmar esto no equivale a sugerir que todos los segmentos de la población activa se ven igual de adversamente afectados por la globalización. Obviamente, el segmento que disfruta de mayores oportunidades de empleo debido a la transferencia de actividades experimenta un incremento en su nivel de vida, y en la India este segmento consiste habitualmente en trabajadores cualificados del sector servicios, como los relacionados con las tecnologías de la información. Este incremento en el nivel de vida de un sector tiene a su vez efectos multiplicadores en el nivel de empleo de otros sectores, y así sucesivamente. Así, un segmento normalmente clasificado como de clase media y cuyo tamaño absoluto es bastante grande (pese a ser pequeño respecto al conjunto de la población activa), se vuelve partidario incondicional de la globalización. Dado que este segmento suele estar bien articulado y tiene un peso desproporcionadamente grande en los medios de comunicación y de creación de opinión pública, resulta un instrumento útil en manos de la oligarquía empresarial y financiera integrada en el proceso de la globalización para propagar sus efectos beneficiosos.

La mejora en las condiciones de un segmento de la clase media de la población activa, y su consiguiente apoyo a la globalización, se utiliza para crear la falsa impresión de que la globalización ha sido positiva para el pueblo indio en su conjunto. Un uso similar es el que hacen segmentos de la clase media en otros lugares del mundo que se han beneficiado entre otras cosas de la enorme “financiarización” que ha acompañado a la globalización. Todo esto ha generado un ruido que nos impide reconocer que la globalización ha tenido realmente como consecuencia un empeoramiento general de las condiciones de los trabajadores, tanto en los países avanzados como en los países en vías de desarrollo.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=221621

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El descaro de ser articulista desde Estados Unidos

Por: Ilka Oliva Corado

Por lo menos una vez al día recibo mensajes de lectores que me dicen cuestiones como ésta: “no puedo creer que escribiendo como lo hace, usted viva en Estados Unidos, debería vivir en América Latina,” otros que van con el machete desenvainado: “claro, escribe desde la comodidad de Estados Unidos.” Con esto, en ambos lados buscando desvirtuar mi expresión.
Antes me enojaba mucho, más cuando era gente “humanista” la que me escribía estas cosas. Debo decir que es gente de izquierda más que de derecha la que se dirige a mí con este tipo de pronunciamientos. Ven como traición que yo viva en Estados Unidos y escriba artículos sobre política latinoamericana.
Sin embargo, una cosa es la clase política y la oligarquía y otra la sociedad. La sociedad estadounidense es tan común como cualquier otra, no tiene nada de especial que la haga extraordinaria y nada que la haga más malvada que las demás. La clase trabajadora es la misma en todas partes del mundo. Los parias somos universales.
Comprendo el pensamiento porque de alguna manera lo tuve cuando vivía en Guatemala y todo mi mundo era mi pequeño y hermoso país, pero emigrar me dio una visión más realista de la diáspora. Convivir con personas de otras nacionalidades y culturas también me ha ayudado a formarme otro tipo de criterio, más cimentado, por supuesto, más humano y menos arrogante. Me ha ayudado a dejar la soberbia de ser guatemalteca sobre todas las cosas y aceptarme sin fronteras, con la humanidad como patria. Esto lleva tiempo, no se da de un día para otro. Y se necesita también un tipo de desprendimiento y humildad que solo la da la experiencia de vivir el día a día.
No hay escuela más dura que la de emigrar, porque esto significa salir de la zona de confort, uno se va con la piel en carne viva y como único recurso la memoria y la identidad. No hay más, por más dinero, por más desgracias, por más desolación o por más comodidades; en el alma ninguna de estas trivialidades terrenales tiene cabida. El exilio marca la vida de todo ser humano, no es para bien ni para mal es para un crecimiento espiritual. No cualquiera lo resiste, no cualquiera lo sobrevive, no cualquiera se arma de valor y enfrenta lo desconocido con dignidad. Lo cualquiera se lanza al vacío sin paracaídas.
Por supuesto, si yo viviera en cualquier otro país en cualquier lugar del mundo no sería tan atacada, pero como vivo en Estados Unidos, diríamos que es mi talón de Aquiles como articulista. Lo más fácil sería que dejara de escribir para no recibir estos ataques e insultos diariamente y acomodarme en el silencio y el limbo para estar a salvo. Pero lo fácil me huele a cobardía y llega ese momento en la vida en que el propio reflejo en el espejo nos pregunta si vamos nadar contra la corriente o a escondernos en el lugar más oscuro y desolado, donde nadie nos encuentre.
¿Por qué no tengo derecho a vivir en Estados Unidos? ¿Por qué tendría que sentirme traidora y avergonzada? ¿Acaso no es parte de la tierra? ¿Acaso yo como ser humano no tengo derecho a emigrar y decidir vivir donde yo quiera? ¿Para qué es la tierra entonces? ¿Por qué obligatoriamente tengo que vivir en cierto país o en cierto continente?
Por ejemplo me critican con ferocidad pero esos “humanistas” que me acusan de traidora por vivir en Estados Unidos, en ningún momento dicen: veníte a nuestro país y te conseguimos trabajo y una beca en la universidad para que estudiés y te preparés, aquí entre nosotros “humanistas de izquierda” te conseguimos un lugar dónde vivir, porque lo merece porque amás a Latinoamérica. No, qué esperanzas porque al final, a ninguno de ellos les interesa el bienestar de otro ser humano y mucho menos si se trata de aportar para el crecimiento intelectual de esta persona. Son más egoístas que la derecha más recalcitrante. Son la excelencia para criticar, eso sí.
Conozco la pobreza, la miseria, la exclusión, conozco el trabajo arduo desde mi infancia, sé lo que son las carencias emocionales y económicas. No le tengo miedo a eso porque lo he vivido toda mi vida, pero también tengo derecho a decidir dónde vivir y en dónde mi corazón sienta paz y mi espíritu serenidad. En este momento de mi vida es Estados Unidos, no sé si en el futuro será otro el país o el mío propio. Y si decido quedarme aquí para el resto de mi vida también es mi derecho.
Creo que como humanidad nos hace falta un poco de respeto hacia el otro, comprender que todos tenemos el derecho a decidir, que esa decisión debe ser respetada y que lo importante no es dónde vivamos sino qué aportemos al mundo como seres humanos para transformarlo. ¿Se imaginan todos viviendo en un mismo lugar, con la misma cultura, rituales, formas de pensamiento? La belleza de nuestra especie es la diversidad, es lo que nos engrandece.
¿Acaso no les da felicidad que una latinoamericana viviendo en Estados Unidos ame la Patria Grande, o esperan de mí artículos donde la menosprecie y también a nuestros Pueblos Originarios?
Quítense de la cabeza esa telaraña de dónde vivo, porque ustedes no me dan de comer y no me ayudan a pagar las cuentas, es mi trabajo, sino están de acuerdo con lo que escribo pues no es obligación que me lean, evítense escribirme e insultarme porque son ustedes mismos los que se hacen daño, a mí no me causan ninguno. Ya no.
Y todo esto sucede, ¿saben por qué? Porque soy mujer y me doy el derecho y el lujo de escribir artículos de opinión que tienen que ver con política e ideología. Esos señalamientos e insultos son patriarcales, porque aún hoy en día a las mujeres nos siguen catalogando como inferiores a los hombres.
Si mis artículos trataran trapeadores y pañales de bebé, pasaría inadvertida la tierra donde vivo. Si escribiera de mis carencias emocionales, sería una débil y loca más que lo que necesita (según el patriarcado y muchos humanistas de izquierda) es un marido que se la coja todos los días y tener hijos para encontrar la estabilidad emocional. Nuestro peor enemigo como humanidad es el patriarcado. Tal vez sí, soy una descarada total, como dicen muchos de ustedes, por atreverme a enfrentar al patriarcado (que no respeta ideologías) a mí manera, desde la “comodidad” de Estados Unidos.
En fin, nos creemos inmortales y apenas somos hojas secas que sopla el viento, solas no hacemos nada, en cambio juntas somos una hermosa hojarasca.
Como dijo Cristina, “La Patria es el otro,” cuando lo entendamos vamos a poder avanzar como humanidad. Sí, Cristina, la yegua esa con la que no pudo Obama ni la ultra izquierda latinoamericana.
Fuente: https://www.aporrea.org/ideologia/a239891.html
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6 claves sobre Trump y el futuro, según Noam Chomsky

Por: Rodrigo Riquelme

Chomsky encuentra varias similitudes entre Trump y otras figuras demagógicas de la historia, como Adolfo Hitler.

El fin de la República de Weimar, en 1933, es el escenario que se asemeja más a la situación que está viviendo Estados Unidos con el arribo de Donald Trump al poder, de acuerdo con Noam Chomsky, profesor emérito del Instituto Tecnológico de Massachusetts y una de las figuras más contestatarias frente a las políticas neoliberales de diversas administraciones estadounidenses.

En una entrevista con Truthdig, en el 2010, Chomsky hizo una predicción que parece estarse cumpliendo: “Si llega alguien carismático y honesto, este país está en problemas, sobre todo debido a la frustración, la desilusión, el enojo justificado y la ausencia de una respuesta coherente (…) Se nos dirá que los hombres blancos son una minoría perseguida. Nos dirán que tenemos que defender el honor de la nación. La fuerza militar será exaltada. La gente será golpeada. Esto podría convertirse en una fuerza abrumadora”.

Chomsky se interesó desde muy pequeño por dos cosas: el lenguaje y la política. Sus estudios lingüísticos lo llevaron a convertirse en el fundador de toda una rama de esta ciencia, la gramática generativa, la cual cimbró los cimientos de la lingüística tradicional. Pero desde hace varias décadas, su intenso activismo político y social han hecho que sea uno de los intelectuales más contestatarios del siglo XX. En una conversación con Sam Fragoso, de la revista Pacific Standard, Chomsky detalló su opinión sobre lo que espera que ocurra con el ascenso al poder de un hombre cuya demagogia compara con la política de Adolfo Hitler.

1. Es un estafador

A la pregunta de Fragoso sobre si un personaje con una personalidad vacía y con una política confusa, como Chomsky ha definido a Trump en repetidas ocasiones, puede llegar a los votantes, el profesor en lingüística del Instituto Tecnológico de Massachusetts respondió que el presidente electo de Estados Unidos es “como un estafador. Fue capaz de decir cosas a un sector de la población que, de alguna manera, articuló sus propias preocupaciones y sentimientos, y lo hizo con bastante eficacia”.

Chomsky encuentra una contradicción crucial en el carácter de Trump al comparar la retórica de éste cuando le habla a la clase trabajadora con los nombramientos de su gabinete. Cuando habla con la clase trabajadora “él es anti-establishment, él va a enfrentar a Wall Street (…) Él dice que va a traer de vuelta trabajos (…) ¿Cómo va a hacer eso? Al elegir a un secretario de Trabajo (Andrew F. Puzder) que es sumamente anti-laboral”.

2. Para Trump, todo es culpa de los demás

Muchas de las personas que votaron por Donald Trump también votaron por Barack Obama en el 2008 y en el 2012. El periodista de Pacific Standard le preguntó a Chomsky el estado al que tendría que llegar Estados Unidos para que las personas se den cuenta de que Trump no está actuando con las mejores intenciones. Para el activista y escritor, el eslogan de Trump “Make America Great Again” le dio a los votantes la misma sensación que ofreció el discurso de Obama durante sus campañas electorales, una sensación de esperanza y cambio, la cual fue disminuyendo conforme avanzaba su administración.

Pero cuando las personas se den cuenta de que el gobierno de Trump tampoco puede ofrecer esa esperanza y ese cambio, hay varias alternativas que, de acuerdo con Chomsky, no son nada alentadoras. Una de estas alternativas es “una usual acción de las figuras y de las estructuras autoritarias cuando no pueden cumplir sus promesas, buscar un chivo expiatorio: ‘Vamos a culpar a las personas más vulnerables y que están sufriendo. Hagamos que sea culpa suya’”, explica Chomsky. El investigador recuerda que Trump ya ha comenzado con esta práctica, ya que ha culpado a los inmigrantes por los problemas que enfrenta la Unión Americana.

3. La educación está bajo ataque

En palabras de Chomsky, el sistema educativo estadounidense, del que ha formado parte desde hace más de 65 años, no motiva la curiosidad de los estudiantes. Por el contrario, las escuelas y universidades han convertido a este sistema en una estructura que fomenta el control del aprendizaje y la falta de curiosidad entre sus miembros, fortaleciendo un sentimiento de pasividad en ellos. Además, de acuerdo con el lingüista, con la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos el sistema educativo estadounidense se encuentra bajo ataque, sobre todo si se considera que el presidente electo ha elegido a una persona que está en contra de la educación pública, la empresaria Betsy DeVos, como su próxima secretaria de Educación.

4. Hay sólo fragmentos de verdad en el panorama

Las palabras de Trump han conducido a Estados Unidos y a buena parte del mundo a vivir en una era post-factual, es decir, que los hechos y la realidad han dejado de tener importancia; son las palabras y su interpretación la moneda de cambio de una era en la que la opinión vertida en redes sociales es más relevante que los hechos reales. Para Trump, “si yo digo que es falso, entonces es falso”.

Chomsky compara esta actitud con la propaganda nazi que llegó 10 años después de que Alemania alcanzara la cumbre de la civilización occidental. “El pico de la civilización occidental, en muchos sentidos, fue Alemania en los años 20 en las artes, las ciencias e incluso como un modelo para la democracia. En 10 años, había descendido a las profundidades de la barbarie en una sociedad post-factual”. Para Chomsky, al igual que durante el régimen nazi, flotan en el aire fragmentos de una verdad que confunden más que esclarecen.

5. Estamos en una situación histórica específica

Chomsky encuentra varias similitudes entre Trump y otras figuras demagógicas de la historia, como Adolfo Hitler. La diferencia que existe entre la Alemania nazi de Hitler y Estados Unidos con Trump, es que en este caso existen formas efectivas de evitar los peligros que implica que un personaje como él llegue a la Oficina Oval y de aprovechar las oportunidades que se presenten para construir la base de un mejor futuro. El activista pone como ejemplo el plan de infraestructura que Trump ha anunciado que llevará a cabo durante su mandato. Según Chomsky, el plan de infraestructura de Trump implica que las empresas les quitarán dinero a los contribuyentes para construir la infraestructura que ellos creen es la necesaria. Sin embargo, para Chomsky esto no es más que un acto de corrupción.

“Una alternativa sería un programa de infraestructura que desarrolle cosas que realmente necesitamos, como un tren de alta velocidad, por ejemplo, o sistemas de escuelas públicas con salarios docentes dignos y con respeto por los maestros (…) Esto requeriría la inversión del gobierno, lo que significa el compromiso popular de utilizar los fondos para el beneficio del público en general”, refiere.

6. Debemos defender los derechos fundamentales

Las últimas preguntas de Fragoso a Chomsky tienen un matiz más personal, más cercano. La voz del escritor y activista social es una de las más escuchadas y reconocidas en el ámbito de las prácticas políticas estadounidenses. Pero para el investigador, perder su voz, es decir, ser censurado, no es un problema relevante. “Ha habido tiempos mucho peores, y hay muchas oportunidades y mucha protección para la libertad de expresión y asociación, si defendemos estos derechos enérgicamente, lo mismo que las oportunidades que tenemos”.

De acuerdo con Chomsky, sus opiniones no son complejas y en realidad no importa quién las diga, sino que sean dichas, para que sean escuchadas. Uno de los intelectuales más importantes del último siglo concluyó la entrevista apelando a la responsabilidad que tienen todos los estadounidenses para cumplir objetivos comunes. “ Todos tenemos cosas que podemos hacer. Tenemos oportunidades, debemos perseguirlas en la mayor medida posible”.

Fuente: http://eleconomista.com.mx/internacional/2017/01/13/6-claves-sobre-trump-futuro-segun-noam-chomsky

 

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