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EE.UU.: Exigirán a escuelas que alumnos transexuales usen los baños que prefieran

MundoHispanico/13 de mayo de 2016

 

El Gobierno remitirá una misiva a todos los distritos escolares del país en la que exigirá a las escuelas públicas que permitan a sus alumnos transexuales usar los baños de acuerdo con el sexo con el que se identifiquen, según publicó hoy el New York Times.

El rotativo neoyorquino, que tuvo acceso a la carta antes de que el Ejecutivo que dirige Barack Obama la envíe a los colegios, indicó que la instrucción del Gobierno no tendrá rango de ley, pero las escuelas deberán cumplirla bajo la amenaza de perder fondos federales o incluso enfrentarse a demandas gubernamentales.

De acuerdo con el Times, la carta va firmada por los departamentos de Justicia y Educación, y en ella se pide a las escuelas públicas del país que “garanticen” que ningún alumno “es discriminado” en base a su orientación sexual.

“La escuela no debe exigir a los estudiantes transexuales usar instalaciones que no vayan en consonancia con su identidad de género o usar instalaciones individuales cuando a otros estudiantes no se les exige lo mismo”, indica la carta del Gobierno.

Según la Administración estadounidense, que la ley federal obligue a asegurar la no discriminación por razón de género significa que las escuelas “deben proveer a los estudiantes transexuales igual acceso a programas educativos y actividades incluso cuando otros estudiantes, padres o miembros de la comunidad planteen objeciones o preocupaciones”.

La misiva exige que, cuando el padre o tutor legal de un menor alerte al colegio de que éste se identifica con un género distinto a aquel con el que se le identificaba hasta entonces, el menor “debe ser tratado de acuerdo a ello, sin ningún requerimiento de diagnóstico médico o certificado de nacimiento”.

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Es previsible que la carta genere una gran polémica, ya que abunda en una cuestión -la de qué baños deben usar los transexuales- que se encuentra en pleno ojo del huracán tras una ley de Carolina del Norte que obliga a los transexuales a usar los baños de edificios públicos de acuerdo con su sexo original.

Además, el hecho de que la carta vaya dirigida específicamente a las escuelas la hace aún más sensible, puesto que precisamente uno de los argumentos que más a menudo esgrimen quienes se oponen a este tipo de medidas es que permitirían a varones acceder a los baños en los que hubiese niñas pequeñas.

Otro argumento que previsiblemente usarán los opositores es que el requerimiento del Gobierno se salta las competencias de los estados, que son quienes tienen la responsabilidad sobre educación, y se sirve de amenazas pecuniarias para forzar a los distritos escolares.

El lunes, el Gobierno presentó una demanda contra Carolina del Norte y su gobernador, el republicano Pat McCrory, por la ley que obliga a usar los baños públicos de acuerdo con el sexo indicado en el certificado de nacimiento.

Fuente: http://mundohispanico.com/noticias/exigiran-a-escuelas-que-alumnos-transexuales-usen-los-banos-que-prefieran

Foto: https://www.google.com/search?q=identificacion+de+ba%C3%B1os+publicos&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwjb–Tc3tfMAhUD7R4KHRWPCm8Q_AUIBygB&biw=1366&bih=667#imgrc=M8jY4pFjDix1ZM%3A

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Cuba y EEUU colaboran para preservar el museo de Hemingway

ElMundo/12 de mayo de 2016

Expertos de ambos países se han reunido en el museo de Finca Vigía de La Habana, para concretar la construcción de un local en el que almacenar y restaurar los documentos que se guardan en la casa del escritor en la isla

Hasta el momento, se han restaurado y conservado más de 2.099 páginas de documentos, más de 3.000 páginas de cartas y 170 páginas de manuscritos originales.

Expertos de Cuba y EEUU que colaboran en la preservación del legado de Ernest Hemingway se han reunido este jueves en el museo de Finca Vigía en La Habana, donde participan en la construcción de un local para almacenar y restaurar la documentación que guarda la antigua casa del escritor norteamericano en la isla.

«Este proyecto ha sido un gran avance entre cubanos y estadounidenses para mantener el legado de Ernest Hemingway», dijo a la prensa Jenny Phillips, presidenta de la Fundación Finca Vigía, una de las instituciones estadounidenses que trabajan con el museo cubano para conservar los valores que atesora.

Phillips anunció que este miércoles llegó un barco con materiales de construcción estadounidenses para el proyecto al puerto cubano del Mariel, donde radica la primera Zona Especial de Desarrollo de la isla.

El Taller, como se ha denominado al local que albergará un laboratorio con un almacén archivístico en el museo habanero, se edificará con materiales estadounidenses, convirtiéndose así en uno de los primeros proyectos de construcción en la isla que utiliza componentes del país norteamericano, desde el comienzo del embargo hace 55 años.

Por su parte, la presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural de Cuba, Gladys Collazo, ha considerado que es un «acontecimiento importante» para el patrimonio cubano esta colaboración y ha resaltado el trabajo conjunto realizado en los últimos 14 años entre el museo Ernest Hemingway y la Fundación Finca Vigía que ha permitido la digitalización de miles de documentos.

Collazo ha señalado que por intermedio de la Fundación norteamericana, en el transcurso del último año se han podido obtener fondos provenientes de donaciones realizadas por compañías de EEUU como Caterpillar, AT&T, American Express y Ford Foundation para crear el Taller. La donación de Caterpillar asciende a 500.000 dólares, según refirió el presidente y director general de esa empresa, Doug Oberhelman, integrante de la delegación estadounidense, quien dijo que la realización de este trabajo conjunto ha sido un verdadero puente cultural entre EEUU y Cuba.

La colaboración entre la Fundación Finca Vigía y el museo Hemingway ha permitido mejorar las condiciones de almacenamiento de miles de piezas de la colección de documentos y objetos que pertenecieron al escritor, ha destacado la directora del museo cubano, Ada Rosa Alfonso. Según ella, se han restaurado y conservado más de 2.099 páginas de documentos, más de 3.000 páginas de cartas, 170 páginas de manuscritos originales de Hemingway, así como fotografías, álbumes de recortes, cablegramas, sobrecubierta de libros, folletos y revistas, entre otra papelería.

La casona Finca Vigía, situada a unos 15 kilómetros del centro de La Habana, fue durante más de veinte años la residencia del escritor norteamericano y se convirtió en el Museo Ernest Hemingway después de su muerte el 2 de julio de 1961, cuando se suicidó de un disparo con una escopeta de caza en Idaho.

Ernest Hemingway pasó largas temporadas, entre 1939 y hasta poco antes de su trágica muerte, en Finca Vigía, donde incluso escribió parte de algunas de sus más famosas novelas, entre ellas, El viejo y el mar, obra muy importante para que se le concediera el premio Nobel de Literatura en 1954.

El museo conserva una colección de unos 22.000 objetos personales y documentosque pertenecieron al novelista, entre libros, trofeos de caza, discos, armas, papelería, fotos, una máquina de escribir donde solía escribir de pie y el yate El Pilar, con el que salía a pescar y navegar por el mar Caribe.

Fuente: http://www.elmundo.es/cultura/2016/05/12/5734516ee5fdeac25c8b45bb.html

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Why Teachers Matter in Dark Times

Americans live in a historical moment that annihilates thought. Ignorance now provides a sense of community; the brain has migrated to the dark pit of the spectacle; the only discourse that matters is about business; poverty is now viewed as a technical problem; thought chases after an emotion that can obliterate it. The presumptive Republican Party presidential nominee, Donald Trump, declares he likes «the uneducated» — implying that it is better that they stay ignorant than be critically engaged agents — and boasts that he doesn’t read books. Fox News offers no apologies for suggesting that thinking is an act of stupidity.

A culture of cruelty and a survival-of-the-fittest ethos in the United States is the new norm and one consequence is that democracy in the United States is on the verge of disappearing or has already disappeared! Where are the agents of democracy and the public spaces that offer hope in such dark times? Many are in public schools — all the more reason to praise public school teachers and to defend public and higher education as a public good.

Public schools and higher education are «dangerous» because they hold the potential to serve as laboratories for democracy.

For the most part, public school teachers and higher education faculty are a national treasure and may be one of the last defenses available to undermine a growing authoritarianism, pervasive racism, permanent war culture, widening inequality and debased notion of citizenship in US society. They can’t solve these problems but they can educate a generation of students to address them. Yet, public school teachers, in particular, are underpaid and overworked, and lack adequate resources. In the end, they are unjustly blamed by right-wing billionaires and politicians for the plight of public schools. In order to ensure their failure, schools in many cities, such as Detroit and Philadelphia, have been defunded by right-wing legislators. These schools are dilapidated — filled with vermin and broken floors — and they often lack heat and the most basic resources. They represent the mirror image of the culture of cruelty and dispossession produced by the violence of neoliberalism.

Under the counterfeit appeal to reform, national legislation imposes drill-and-test modes of pedagogy on teachers that kill the imagination of students. Young people suffer under the tyranny of methods that are forms of disciplinary repression. Teachers remain powerless as administrators model their schools after prisons and turn students over to the police. And in the midst of such egregious assaults, teachers are disparaged as public servants.

To read more articles by Henry A. Giroux and other authors in the Public Intellectual Project, click here.

The insecure, overworked adjunct lecturers employed en masse at most institutions of higher education fare no better. They have been reduced to an army of indentured wage slaves, with little or no power, benefits or time to do their research. Some states, such as Texas, appear to regard higher education as a potential war zone and have passed legislation allowing students to carry concealed weapons on campus. That is certainly one way to convince faculty not to engage in controversial subjects with their students. With the exception of the elite schools, which have their own criminogenic environments to deal with, higher education is in free fall, undermined as a democratic public sphere and increasingly modeled after corporations and run by armies of administrators who long to be called CEOs.

All the while the federal government uses billions of dollars to fuel one of the largest defense and intelligence budgets in the world. The death machine is overflowing with money while the public sector, social provisions and public goods are disappearing. At the same time, many states allocate more funds for prisons than for higher education. Young children all over the country are drinking water poisoned with lead, while corporations rake in huge profits, receive huge tax benefits, buy off politicians and utterly corrupt the political system. Trust and compassion are considered a weakness if not a liability in an age of massive inequities in wealth and power.

In the midst of what can only be viewed as a blow against democracy, right-wing Republicans produce slash-and-burn policies that translate into poisonous austerity measures for public schools and higher education. As Jane Mayer points out in Dark Money, the Koch brothers and their billionaire allies want to abolish the minimum wage, privatize schools, eliminate the welfare state, pollute the planet at will, break unions and promote policies that result in the needless deaths of millions who lack adequate health care, jobs and other essentials. Public goods such as schools, according to these politicians and corporate lobbyists, are financial investments, viewed as business opportunities. For the billionaires who are the anti-reformers, teachers, students and unions simply get in the way and must be disciplined.

We need to invest as much, if not more, in education as we do in the military-industrial complex.

Public schools and higher education are «dangerous» because they hold the potential to serve as laboratories for democracy where students learn to think critically. Teachers are threatening because they refuse to conflate education with training or treat schools as if they were car dealerships. Many educators have made it clear that they regard teaching for the test and defining accountability only in numerical terms as acts that dull the mind and kill the spirit of students. Such repressive requirements undermine the ability of teachers to be creative, engage with the communities in which they work and teach in order to make knowledge critical and transformative. The claim that we have too many bad teachers is too often a ruse to hide bad policies and to unleash assaults on public schools by corporate-driven ideologues and hedge fund managers who view schools strictly as investment opportunities for big profits.

We need to praise teachers, hold them to high standards, pay them the salaries they deserve, give them control over their classrooms, reduce class sizes and invest as much, if not more, in education as we do in the military-industrial complex. This is all the more reason to celebrate and call attention to those teachers in Chicago, Detroit and Seattle who are collectively fighting against such attacks on public schools. We need to praise them, learn from them and organize with them because they refuse to treat education as a commodity and they recognize that the crisis of schooling is about the crises of democracy, economic equality and justice. This is not a minor struggle because no democracy can survive without informed citizens.

Neoliberal education is increasingly expressed in terms of austerity measures and market-driven ideologies that undermine any notion of the imagination, reduce faculty to an army of indentured labor and burden students with either a mind-numbing education or enormous crippling debt or both. If faculty and students do not resist this assault, they will no longer have any control over the conditions of their labor, and the institutions of public and higher education will further degenerate into a crude adjunct of the corporation and financial elite.

Clearly, it is time to revisit Mario Savio’s famous speech at Berkeley in 1964 when he called for shutting down an educational system that had become odious. In his own words:

There comes a time when the operation of the machine becomes so odious, makes you so sick at heart, that you can’t take part, you can’t even passively take part; and you’ve got to put your bodies upon the gears and upon the wheels, upon the levers, upon all the apparatus, and you’ve got to make it stop. And you’ve got to indicate to the people who run it, the people who own it, that unless you’re free the machine will be prevented from working at all.

Savio’s call to resistance is more relevant today than it was then. Public schools not only mimic the injustices of an oppressive economic system, but also funnel poor youth of color into the criminal legal system. The good news is that there is an echo of outrage and resistance now emerging in the United States, especially among young people such as those in the Black Lives Matter movement.

If the major index of any democracy is measured by how a society treats its children, the United States is failing. Fortunately, more and more people are waking up and realizing that the fight for public schooling is not just about higher salaries for teachers; it is about investing in our children and in democracy itself. At the same time, we live in what author Carl Boggs and others have called a permanent warfare state, one in which every space appears to be a battlefield, and the most vulnerable are viewed not only as an imminent threat, but also as the object of potential violence. This suggests that the battle of education must become part of a wider political struggle. This is a struggle that connects assaults on education with the broader war on youth, police violence with the militarization of society and specific instances of racist brutality with the unchecked exercise of the systemic power of finance capital. But the struggle will not be easy.

If the major index of any democracy is measured by how a society treats its children, the United States is failing.

Beneath all of the current brutality, racism and economic predation, there is some hope inspired by the generation of young people who are protesting police violence and the attack on public and higher education and working hard to invent a politics that gets to the root of issues. There is also a glimmer of possibility in those youth who have supported Bernie Sanders but are really demanding a new and more radical definition of politics: Their vision far surpasses that of the left-centrists and liberals of the Democratic Party.

Elections are the ruse of capitalism, and that has never been more clear than at the present moment. On the one side we have Hillary Clinton, a warmonger, a strong supporter of the financial elite and a representative of a neoliberalism that is as brutal as it is cruel. On the other side we have Donald Trump, a circus barker inviting Americans into a den of horrors. And these are the choices that constitute democracy? I don’t think so.

Collective self-delusion will only go so far in the absence of an education system that offers a space for critical learning and dissent, and functions as a laboratory for democracy. There is a tendency to forget in an age dominated by the neoliberal celebration of self-interest and unchecked individualism that public goods matter, that critical thinking is essential to an informed public and that education at the very least should provide students with unsettling ruptures that display the fierce energy of outrage and the hope for a better world.

But a critical education has the capacity to do more. It also has the power not only to prevent justice from going dead in ourselves and the larger society, but also, in George Yancy’s poetic terms, to teach us how to «love with courage.» Hopefully, while education cannot solve such problems, it can produce the formative cultures necessary to enable a generation of young people to create a robust third party — a party fueled by social movements demanding the economic and political justice that could allow a radical democracy to come to life.

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EE.UU: “Read Conmigo”, un programa de educación bilingüe para padres e hijos

EE.UU/ 12 de mayo de 2016/ Ana Veciana Suarez/ Fuente: Herald.com

“Read Conmigo” es un programa gratis, de pre kindergarten a quinto grado, de alfabetización bilingüe. El programa está ahora en 10 ciudades de Estados Unidos y recibe el apoyo de unos 11,000 educadores. Ha distribuido más de un millón de libros gratis a familias y escuelas en todo el país.

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América Latina, estancada en innovación

Estados Unidos/11 mayo 2016/Autor:/Fuente: El Nuevo Heraldo

La mayoría de los presidentes latinoamericanos se jactan sobre los supuestos logros de sus países en innovacion, pero lo cierto es que las estadísticas más recientes muestran que la región está haciendo muy poco en la materia, o no está haciendo lo suficiente.

Según cifras recientes de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual de la ONU (OMPI), el número de solicitudes de patentes internacionales de nuevos inventos presentadas por países latinoamericanos en el 2015 permaneció prácticamente igual que en el 2014. Hubo cero crecimiento en el porcentaje de solicitudes de patentes internacionales de la región.

En contraste, las solicitudes de patentes de China a la OMPI aumentaron en un 17 por ciento, las de Corea del Sur en un 11.5 por ciento, las de Israel en 7.4 por ciento, y las de Suiza y Japón en 4.4 por ciento cada una.

“En Latinoamérica vimos un saludable crecimiento en las solicitudes de patentes hasta el 2013, pero desde entonces las cosas se han estancado”, me dijo el jefe de economistas de la OMPI Carsten Fink.

Su explicación es que muchas economías sudamericanas se han contraído durante los últimos tres años debido a la caída de los precios mundiales de las materias primas, y que eso ha impactado negativamente la innovación.

Cuando la economía cae, los gobiernos, las universidades y las compañías a menudo recortan las actividades de investigación y desarrollo, y reducen sus presupuestos legales para registrar patentes, explicó. Por lo general, presentar una solicitud de patente internacional cuesta entre $10,000 y $100,000, según el alcance de la misma.

Las estadísticas de la OMPI son aun más deprimentes si se miran las cifras totales de solicitudes de patentes.

El año pasado, Brasil solicitó 547 patentes ante la OMPI, México, 320; Chile, 167; Colombia, 86; Argentina, 28; Perú, 25; Panamá, 15; Costa Rica, 6; Ecuador y la República Dominicana, 5 cada uno; Cuba, 2; y Venezuela, 0. En contraste, Estados Unidos presentó 57,385 solicitudes de patentes ante la OMPI; Corea del Sur, 14,626, e Israel, 1,698.

Sí, leyeron bien. Todos los países latinoamericanos juntos presentaron 1,216 solicitudes en el 2015, menos de 10 por ciento de las presentadas por Corea del Sur. Y toda Latinoamérica presentó menos solicitudes de patentes que el diminuto Israel.

Eso es una mala noticia para América Latina, porque en la nueva economía global del conocimiento, los nuevos inventos valen cada vez más, y las materias primas que exportan muchos países latinoamericanos cada vez menos.

Por supuesto que las patentes no son el único indicador de la innovación. Algunos críticos incluso señalan que las patentes frenan la innovación, porque hacen que las compañías y universidades se demoren con sus inventos, por temor a los juicios.

Pero hay otras formas de medir la innovación, en las que Latinoamérica tampoco sale bien parada. Si se mira lo que los países invierten en investigación y desarrollo (R&D,) Brasil invierte el 1.2 por ciento de su producto interno bruto en R & D; Argentina, 0.6 por ciento; Costa Rica, 0.5 por ciento; México, 0.4 por ciento; Colombia, 0. 17 por ciento, y Perú, 0.15 por ciento.

En contraste, Corea del Sur gasta el 4.04 por ciento de su producto interno bruto en R & D, y Estados Unidos, 2.79 por ciento, según el Banco Mundial.

Lo mismo pasa con la educación, otra clave de la innovación. Los estudiantes latinoamericanos están en los últimos puestos de la lista de casi 65 países que participan en los exámenes estandarizados PISA para estudiantes de 15 años.

Fink me dijo que, sin embargo, hay algunos datos alentadores. Chile, por ejemplo, casi ha duplicado sus solicitudes de patentes ante la OMPI, de 89 en el 2010 a 165 en el 2015, a pesar de su caída económica por el descenso de las materias primas. “El gobierno chileno se ha esforzado por invertir en la economía de la innovación”, afirmó Fink.

Mi opinión: es difícil para América Latina alcanzar rápidamente a China, Corea del Sur o Israel en innovación, porque estos países le vienen apostando a la economía creativa desde hace varias decadas.

Pero no hay excusa para que los países latinoamericanos no sigan el ejemplo de Chile, creando instituciones público privadas que financien proyectos innovadores, y estimulando las solicitudes de patentes internacionales. Algunos presidentes de la región todavía no se han dado cuenta de que vivimos en una economía del conocimiento, donde la alternativa es innovar, o quedarse cada vez más atrás.

Fuente:
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/andres-oppenheimer-es/article77011787.html
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Estados Unidos : Adivina quién está tomando clases de recuperación.

América del Norte/Estados Unidos/10.05.2016/Autor:Por el consejo editorial/Fuente:http://www.nytimes.com/

Comunidades acomodadas a menudo asumen que sus escuelas bien equipadas, son excelentes y que la negligencia educativa sólo afecta a los hijos de los pobres. El ex secretario de Educación, Arne Duncan, que dejó el cargo en diciembre, fue muy criticada cuando desacreditó este mito hace tres años y llegó a sugerir que bien-a-hacer los padres que se rebelaron contra los estándares de aprendizaje rigurosos básicos comunes eran parte del problema.

La idea de que las escuelas de las comunidades privilegiadas están fallando para preparar un número significativo de estudiantes se confirma en un estudio sorprendente que muestra que casi la mitad de los estudiantes que comienzan sus carreras universitarias que toman cursos de recuperación provienen de familias de ingresos medios y altos. No sólo los cursos de recuperación suman más de $ 1 mil millones cada año para las cuentas de los estudiantes para la matrícula, pero los estudiantes que empiezan en estas clases toman más tiempo para graduarse y son mucho más propensos a abandonar.

El estudio, de Reforma de la Educación Ahora, un grupo sin fines de lucro, los análisis de datos sobre los costos y los cursos recogidos por el departamento de Educacion para los estudiantes que ingresaron a la universidad en el año 2011. Más de medio millón de estudiantes mal preparados – o aproximadamente uno de cada cuatro – fueron necesarias para tomar cursos de nivelación en matemáticas, Inglés o la escritura.Cuarenta y cinco por ciento de ellos procedían de familias de medianos, medio-alto y altos ingresos.

Cincuenta y siete por ciento de los estudiantes que necesitan clases de recuperación asistió a colegios comunitarios públicos. El resto fue a otras escuelas, incluyendo los colegios sin fines de lucro de cuatro años y universidades privadas.

Los costos para las familias son considerables. Por ejemplo, los estudiantes correctivas en privado, sin fines de lucro escuelas de cuatro años gastaron un promedio de $ 12.000 extra para estudiar el contenido que se deberían haber aprendido en la escuela secundaria. El costo total de todos los estudiantes y sus familias para la remediación fue casi $ 1.5 mil millones para el año escolar 2011-12.

El costo se puede medir no sólo en dólares, sino también en objetivos incumplidos. Entre los estudiantes de tiempo completo en busca de un título de licenciatura, los que toman cursos de recuperación son 74 por ciento más propensos a abandonar la universidad que los estudiantes nonremedial.

El estudio sostiene comúnmente desafíos ideas preconcebidas sobre quién necesita ayuda adicional en la universidad. En las escuelas privadas, sin fines de lucro de cuatro años, por ejemplo, los estudiantes cuyas familias estaban en el 20 por ciento del ingreso nacional en realidad tomaron cursos más correctivas que los estudiantes en la parte inferior del 20 por ciento en los mismos colegios.

El estudio no indica los lugares específicos donde estos estudiantes de mayores ingresos crecieron. Pero los datos de ingresos sugieren que muchos vienen de comunidades suburbanas cuyas escuelas no prepararlos para el trabajo de nivel universitario. Parte del problema es que las escuelas secundarias ofrecen un plan de estudios riguroso para relativamente pocos estudiantes y, a menudo utilizan un sistema de clasificación que enmascara bajo rendimiento.

distritos más ricos han sido bastiones del movimiento en contra de las pruebas estandarizadas y los estándares de aprendizaje básicos comunes, los cuales han sido adoptados por más de 40 estados y establecer objetivos ambiciosos para que los estudiantes deben aprender a medida que avanzan en la escuela.

Como señala el estudio, muchos de los funcionarios elegidos, padres y profesores se han vuelto complacientes con la calidad de sus escuelas. Esta complacencia está haciendo más difícil para el país para construir el tipo de sistema educativo que necesita – una que proporciona la instrucción de alto nivel para todos los niños.

Fuente:

Imagen: https://static01.nyt.com/images/2016/05/10/opinion/10tue2web/10tue2web-master675.jpg

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Película: Estados Unidos – Detrás de la Pizarra.

Detras de la pizarra es una película de televisión, estrenada en el año 2011.
Una profesora sin experiencia de 24 años de edad supera sus temores iniciales y los prejuicios y hace una diferencia en las vidas de los niños sin hogar a los que enseña en el aula improvisada de un refugio

América del Norte/Estados Unidos.

ANALISIS DE PELICULA DETRÁS DE LA PIZARRA

El sabía que era diferente: el espejo le reflejaba una imagen de color negro mientras que sus padres eran blancos como la nieve.  Por sus diferencias físicas podía darse cuenta que ellos no eran sus padres biológicos. En la escuela recibía todo tipo de sobrenombre e insultos por su color de piel.  Un día después de un recreo, apareció en el aula con su cara, brazos y piernas llenas de talco.  Las maestras le preguntaron el por qué había hecho eso y simplemente contestó que no quería ser negro.  Nadie supo qué hacer.  Meses después, él no regresó a la escuela…

La anterior anécdota muestra la desigualdad en los centros educativos y la nula intervención por parte de profesionales ya que se ha legitimado una discriminación activa hacia las personas diferentes o pertenecientes a otra cultura o etnia. Toda sociedad es mestiza, ya que es el producto de migraciones y mezclas culturales que aportan nuevas costumbres, idiomas, creencias y demás.

En la comunidad educativa se puede evidenciar una actitud que partiendo del respeto por las culturas diferentes busca y practica el dialogo desde la igualdad y tiene una visión crítica de todas las culturas, también de la propia, lo cual Besalú (2002), mencionado por Díez (s.f) define como interculturalidad.

Stacey Bess es una maestra de primaria recién graduada que se enfrenta a su primer trabajo en una escuela sin nombre, un proyecto del gobierno de Estados Unidos para las personas indigentes, sin hogar, con problemas socio económicos, que se refugian temporalmente en los recursos limitados que les brinda el estado.

Estas personas sin hogar, sin trabajo, con problemas de desempleo, adicciones, violencia doméstica, lo que supone un gran reto para la maestra Bess quien se integra al trabajo con entusiasmo y grandes expectativas.  No obstante, el lugar no cuenta con los recursos ni implementos necesarios para llevar a cabo a labor de educar.  Ella pone todo su empeño y recursos propios en hacer del lugar un espacio confortable para los niños.

Entre otras imitaciones, el sistema educativo no le brinda apoyo al programa en asuntos administrativos, ni materiales de estudio, ni facilidades de ningún tipo por lo que ella debe lidiar con niños de todas las edades y de diferentes niveles académicos en un solo salón escolar.  También difiere con las actitudes negligentes e indiferentes de los padres de familia que no encuentran motivación para participar activamente de la educación de los hijos.

Los niños parte de este proyecto provenían de diferentes condiciones culturales: latinos, estadounidenses,  indígenas entre otros.  Este programa del gobierno de Estados Unidos permite agrupar personas de diferentes culturas y que puedan convivir de una manera relativamente armoniosa. Díez (s.f) mencionando a Ainscow, 2001 indica que la “inclusión no es asimilación, no es un acto de integración de la diferencia en la cultura dominante de la escuela… se reconoce la insuficiencia de las escuelas para los estudiantes de minorías culturales y étnicas y de las comunidades más perjudicadas de clase trabajadora” (p. 10).

Todos ellos tenían en común las condiciones socio económicas asociadas a la pobreza, la drogadicción, falta de empleo, sin un hogar donde vivir, algunos de ellos huérfanos y víctimas de violencia doméstica.  La maestra Bess no ignoró la situación real que estaban viviendo los estudiantes sin embargo aportó una visión positiva de las desventajas que estos tenían, lo cual impulsó a una mayor motivación y colaboración de parte de los estudiantes.

La falta de apoyo del sistema administrativo le brinda a este programa una educación deficiente y carente de recursos, debido a juicios preestablecidos en los que se asocia la inmigración y la pobreza a las mayores problemáticas de la sociedad, por ende son excluidos de las políticas que brindan recursos para una mejor calidad de vida.  Según indica Díez (s.f)  los extranjeros se ven como “los otros”, pertenecientes a un rango inferior y se perciben como un peligro.

Nuevas propuestas demandan la necesidad de fomentar la integración escolar de grupos culturales minoritarios con el fin de desarrollar tolerancia y prevenir el racismo, de manera que todos los escolares se puedan integrar a las aulas sin verse discriminados por la etnia mayoritaria. Es necesario que los maestros estén capacitados para enfrentar la multiculturalidad y sepan atender las necesidades individuales de cada estudiante.

En la película se observa que la maestra Bess está comprometida con su labor de educadora de manera que en lugar huir del lugar como lo han hecho otros maestros, ella implementa técnicas novedosas y creativas de aprendizaje.  Lo primero que hizo fue aprender de los niños y de su situación particular, sus problemas, sus miedos, sus frustraciones, se sentó a escuchar sus necesidades no sin antes hablar de ella misma, una forma de enseñar con el ejemplo.  Le dio mucha importancia a la condición humana de cada uno de los muchachos.

Además del aporte material, la maestra se concentra en educar desde los valores y principios morales, haciéndolos entender que pueden modificar el esquema de valores que han aprendido y que han asumido como los únicos que existen, con el objetivo de suministrarles nuevas herramientas psicológicas de afrontamiento.

La participación de la maestra en este programa, resulto de gran provecho para los estudiantes, estimulo su motivación, inteligencia, esfuerzo y dedicación, creando en los niños una pauta diferente y productiva de comportamiento.

https://youtu.be/HTvxa-1rqoE

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=HTvxa-1rqoE

Imagen: https://i.ytimg.com/vi/HTvxa-1rqoE/maxresdefault.jpg

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