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EEUU: Objetivo de una propuesta: ‘Una educación más justa

CHICAGO/27/04/2016//vivelohoy

Estudiantes latinos se beneficiarían con más fondos para sus distritos escolares si se aprueba una propuesta de ley que busca redistribuir los fondos de forma “más justa”, explicó el senador Andy Manar (D-Bunker Hill), autor de la medida.
Con la propuesta SB231 “School Funding Reform Act 2014”, Manar intenta por tercera vez modificar la “fórmula anticuada” en la que se basa el sistema de financiamiento estatal para los distritos escolares, indicó el legislador.

“Tenemos el estado con el sistema más desigual del país donde hay estudiantes que reciben aproximadamente $6,000 al año de inversión en su educación y, por otro lado, tenemos estudiantes que reciben más de $30,000, lo cual produce una gran brecha”, analizó Manar y expresó que su propuesta “busca la igualdad entre estudiantes de todo el estado” en cuanto a oportunidades académicas.

En el caso de los estudiantes procedentes de minorías la brecha es aún mayor, indicó. “En los distritos con mayor cantidad de estudiantes latinos y afroamericanos esa brecha es mayor. Ellos cuentan en promedio, con $2,000 menos que los estudiantes blancos”, mencionó Manar.

Si a un estudiante de minorías se le añade que vive en pobreza, entonces el niño contaría con “un promedio de $2,400 menos de inversión en su educación”, según Manar.

La SB231 es “la evolución” de la propuesta presentada por Manar hace meses bajo el nombre SB1 que, a su vez precedió a la SB16. Las tres coinciden en su esencia, indicó

En la SB231 —como en su predecesora— se plantea que los distritos con más recursos por la recaudación de fondos por impuestos de propiedad, reciban menos fondos estatales, para según dijo Manar, se distribuya el dinero acorde a la necesidad de los distritos.

Pero, según la propuesta de ley nueva, en el caso de ser aprobada a tiempo en ambas cámaras y ratificada por el gobernador para que pudiera aplicarse para el año fiscal 2017 —curso escolar 2016-2017— ningún distrito escolar recibirá menos fondos estatales que en el año fiscal 2015-2016 —año escolar 2015-2016—.

La nueva propuesta —aprobada ante el Comité Ejecutivo del Senado el 13 de abril— incluye una serie de adaptaciones. Entre ellas, crearía un fondo de aprovisionamiento durante 4 años para evitar daños en los presupuestos de distritos que recibirían menos fondos estatales para que puedan cubrir las pérdidas de fondos y que, durante 4 años, puedan reajustar y planear sus presupuestos de acuerdo a los nuevos fondos.

Por otro lado, la medida contempla una Subvención de Adecuación que complementará los altos impuestos, a los distritos de bajo gasto y protegerá a los distritos de incurrir en futuras pérdidas.

Estas nuevas incorporaciones a la propuesta de ley anterior hace que la promesa de no gastar más que el presupuesto establecido de aproximadamente $13,000 millones para educación y pensiones necesite $600 millones más para ser posible su aplicación, según explicó Manar.

“Estas medidas se crearon en la propuesta a petición del gobernador Bruce Rauner”, dijo Manar, quien expresó que de aprobarse la fórmula, haría falta incrementar la inversión en educación.

Catherine Kelly, portavoz del gobernador, expresó que el “gobernador dijo en numerosas ocasiones que está abierto a propuestas y que apoyaría cambiar la fórmula” basada en el reparto de fondos estatales a los distritos.

Por el momento, Rauner presentó una propuesta de financiamiento en educación para el año fiscal 2016-2017 que dejaría a distritos escolares como el de las Escuelas Públicas de Chicago (CPS) con $74,411,505 menos que este año escolar, según datos de la Junta de Educación de Illinois (ISBE).

Al preguntar a la oficina de Rauner si se trata de un castigo, Kelly expresó que esos datos están basados en la fórmula que se aplica por ley en Illinois y que fue creada en 2003.

“La gran mayoría de las escuelas vieron incrementar su ayuda estatal al financiar totalmente la fórmula. Aquellos que vieron pérdidas se deben a variaciones naturales en la fórmula, ya que ésta cuenta con el número de niños registrados, en número de niños de bajos ingresos y el valor local de las propiedades”, justificó Kelly.

Aspectos como el idioma de los estudiantes no se contempla en la fórmula que se aplica actualmente y Manar aclaró que un estudiante cuya segunda lengua es el inglés necesita más inversión en educación que un niño cuya primera lengua es inglés y ello, se contempla en su propuesta.

De no aprobarse esta propuesta a tiempo y de aceptarse la propuesta de Rauner, las pérdidas de fondos para CPS sería inminente luego que sufriera otro golpe reciente, según reportó Chicago Tribune.

En días recientes el Departamento de Ingresos de Illinois (IDR) anunció que hubo un error en la distribución de impuestos a nivel estatal que dio $23.5 millones más de lo que le correspondía a CPS, de un total de $168 millones que fueron repartidos por error por parte del estado a gobiernos locales desde 2014.

Connie Beard, director del IRS expresó que “trabajarán con los distritos impactados para establecer un plan para recapturar los fondos durante un periodo extenso de tiempo”.

La SB231 aún no tiene fecha para presentarse en el pleno del Senado para su votación.

Fuente de la noticia: http://www.vivelohoy.com/chicago/8608092/objetivo-de-una-propuesta-una-educacion-mas-justa

Imagen: http://www.vivelohoy.com/wp-content/uploads/2016/04/ANDY-MANAR.jpg

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Inmigrante encontró en la educación su ‘arma’ para luchar y ayudar a la comunidad

Estados Unidos/27/04/2016/HOY

Voz suave de Irella Pérez es enfática cuando habla de la educación. Mueve las manos para ilustrar sus ideas como si de una clase se tratara. Esta inmigrante, oriunda de Nicaragua, a pesar de haber vivido en la comodidad, aprendió a ver los golpes de la vida como oportunidades.

Con una maleta y pocas pertenencias llegó a Estados Unidos, en 1986. En su país de origen, su padre fue gerente de un banco y su madre una secretaria ejecutiva. En medio de la revolución sandinista abandonaron su patria por lo que considera fue una persecución política.

“Era un caso de vida o muerte, nosotros no teníamos opción”, manifestó la doctora en Educación, graduada en el 2005 de la Universidad del Sur de California (USC), quien al llegar a Los Ángeles con apenas 15 años de edad vivió en un apartamento ‘single’, acomodado con tan solo dos colchones.

En ese pequeño espacio, compartido por cuatro miembros de su familia, comenzaron a reconstruir sus sueños. Su padre encontró empleo lavando platos, su madre en una fábrica; sin embargo, ellos vieron que sus hijos podían hacer la diferencia si se enfocaban en los estudios.

“La realidad es tan dura que la educación se pospone, [pero] es el peor error”, aseguró Pérez, al recordar que casi al establecerse en el Sur de California comenzó a trabajar en un restaurante de comida rápida y, en algún momento, llegó a tener hasta tres empleos a tiempo parcial.

Su maestría universitaria la obtuvo en 1998, año en el que comenzó a enseñar en escuelas públicas. Con una vida estable y cuatro hijos, de un día para otro su castillo se le derrumbó. Su esposo la abandonó. Al poco tiempo se le complicó pagar su casa y le llegó un aviso de desalojo.

“Parecía que todas las puertas se cerraban”, manifestó. En ese momento, el mayor de sus hijos tenía cinco años. Con las limitaciones, no siempre tenía para comer, pero encontró en las bibliotecas públicas un lugar para visitar con sus pequeños y, a veces, hasta galletas les daban.

Con la ayuda de sus padres, procuró proteger su salud mental. Asimismo, se dio cuenta que no era la única madre soltera.

La formación académica y el espíritu de lucha llevaron a Pérez, de 45 años de edad, a otro nivel. En el 2011 fue electa miembro de la junta escolar de Whittier y en el 2015 fue nombrada superintendente del distrito escolar de El Monte, puestos que a la fecha desempeña.

Después de pasar por el Colegio Comunitario de Pasadena, Irella recuerda que todavía no dominaba bien el inglés. “Me pasé un buen tiempo, porque me costó”, señala sin tapujos sobre su estancia en la Universidad Estatal de California en Long Beach, en donde obtuvo su licenciatura en 1995.

“El que quiere puede, si te enfocas”, advierte.

Cuando alguien le habla a Pérez de barreras, ella les cuenta por donde ha pasado, lo que le ha servido para ayudar a la comunidad. A los padres de familia aconseja que tracen metas educativas para los hijos, aunque sean poco realistas para los demás.

“Mi madre me dijo: ‘Tu vas a ir a USC’. Mire donde agarré mi doctorado décadas después”, rememoró, por eso sugiere también que se conecte a los niños con la lectura, el aprendizaje de uno o dos idiomas y la búsqueda de programas educativos que ofrecen las ciudades.

“No puedes estar tocando en la guitarrita la canción de ‘pobrecita yo’, no te va a servir de nada”, indica la educadora en relación a las dificultades que se tienen que enfrentar, pero que en ocasiones no se hace nada por buscar ayuda.

Con el paso del tiempo, Pérez se apropió del mensaje de sus padres y ahora es lo que transmite a la gente que la rodea, cada vez que tiene oportunidad. “La vida da vueltas y tienes que estar preparado, no te puedes rendir, tienes que salir adelante”, afirmó.

“En el camino hay piedras, pero cámbiate los lentes; acepta tu valor y quien eres, mira donde tienes los pies”,  reflexiona la oriunda de Managua. “Creo en el poder de la educación, yo sabía que esa iba a ser mi arma”, concluyó la académica.

Fuente de la Noticia: http://www.hoylosangeles.com/noticias/local/hoyla-loc-inmigrante-encontro-en-la-educacion-su-arma-para-luchar-y-ayudar-a-la-comunidad-story.html

Imagen: http://www.trbimg.com/img-5721554f/turbine/hoyla-loc-inmigrante-encontro-en-la-educacion–001/750/750×422

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Libro y Película. La Ladrona de Libros

La ladrona de libros” Reseña de una película de Brian Percivel sobre un libro de Markus Zusak, USA – Alemania 20th Century Fox, 2013.

Autora de la Reseña: Carolina Urtasun. Universidad Nacional de La Plata. Argentina

Entre otras cosas, escribo para que no suceda lo que temo; para que lo que me hiere no sea; para alejar al Malo. Se ha dicho que el poeta es el gran terapeuta. En este sentido, el quehacer poético implicaría exorcizar, conjurar y, además, reparar. Escribir un poema es reparar la herida fundamental, la desgarradura. Porque todos estamos heridos.
Alejandra Pizarnik

Podemos decir que la historia de Liesel es una historia de pérdidas. Cada hito de la historia está marcado por una negación, una falta hacia ella y eso hace que la película tenga una carga emocional muy fuerte. Pero también podemos decir que el relato tiene sus ganancias. Son esos momentos en que, a pesar de la oscuridad que la rodea, Liesel encuentra cabos de los que sostenerse, que le permiten construir una trama para seguir adelante. Uno de esos cabos son los libros. En medio del conmocionante contexto de guerra en el que vive, la protagonista desarrolla relaciones clave con personas que le ayudan a conseguir libros para leer y con quienes comparte el placer de la lectura.“La ladrona de libros”, película de Brian Percivel basada en una novela de Zusak, cuenta la historia de una niña alemana, Liesel, a quien sus padres dejan en adopción antes de huir de la Alemania nazi tiempo antes de la Segunda Guerra Mundial. Liesel es acogida por una pareja de mediana edad, con la que aprende a convivir y a leer. El primer día de clases en la escuela sus compañeros se burlan de ella porque, en lugar de su nombre, escribe apenas unas grandes cruces en el pizarrón. Sin embargo, su padre adoptivo fomenta su pasión por los libros: le lee antes de dormir y pinta en las paredes del sótano de la casa un gran abecedario para que Liesel escriba todas las palabras que va conociendo. Cuando Liesel aprende a leer, y la relación con su padre adoptivo se hace más profunda, se suma un integrante al seno familiar: Max, un joven judío escapado de la Noche de los Cristales Rotos (Noviembre de 1938), a quien los padres adoptivos de Liesel deciden refugiar en el sótano, y de quien la niña se hace íntima amiga.

La familia que acoge a Liesel procura sobrevivir en esa sociedad y responder formalmente a las autoridades. Como bien se sabe, la sociedad civil alemana no era homogénea respecto a su postura sobre el régimen, como tampoco ajena a él. En aquella época, el nazismo pretendió ejercer una influencia muy grande sobre las personas, en especial sobre los más jóvenes, convocándolos a vivir por y para el Führer (líder), haciendo que las familias perdieran autoridad y autonomía frente a la formación de los hijos1.

En la película pueden verse algunas características de esta educación destinada a los jóvenes. En primer lugar, vemos la escuela, como toda la ciudad, con banderas rojas con la esvástica en las paredes. Dentro del aula, vemos el cuadro de Hitler colgado por encima del pizarrón. A su lado, una gran lámina con imágenes de rostros dibujados desde distintos ángulos que remiten a las “ciencias raciales”. En otro momento, vemos el coro de niños de la escuela, con sus camperas pardas y una esvástica sobre tela roja en el brazo, cantando una canción en alusión al pueblo alemán. En la misma secuencia, Rudy -vecino y amigo de Liesel- es castigado por sus padres porque quiere ser como el corredor de carreras negro Jesse Owen, sin embargo, soldados de la SS lo incorporan al equipo “ario” de promesas deportivas.

Asimismo, los jóvenes participan en un acto oficial de quema de libros. En esa escena, un compañero de la escuela pone a prueba a Liesel y a su amigo Rudy, desafiándolos a ejercitar la lealtad al Führer quemando libros en la hoguera que ocupa el centro de una plaza.

Hacia el final de la escena, cuando en la plaza ya no queda nadie la protagonista inquieta se acerca a la pila ardiente y trata de rescatar un libro humeante. Mientras tanto es observada desde un auto por la esposa del alcalde que la mira sin decir nada y se retira velozmente. Liesel queda expuesta pero establecerá con esa mujer una complicidad inesperada. La esposa del alcalde le abre a Liesel las puertas de su casa y de su biblioteca. Le habilita el acceso a una colección amplia, propia de una familia rica y poderosa del pueblo, donde Liesel puede dejarse llevar por las lecturas y la esposa del alcalde recordar a su hijo muerto en la guerra. En la tranquilidad de esa biblioteca, la relación entre ellas se hace más cercana; pero el alcalde no consentirá ese vínculo y expulsará a Liesel de la casa y del acceso a los libros. Sin embargo, la protagonista persistirá en su deseo lector de modo clandestino y comenzará a robar los libros ingresando por una ventana de la casa señorial.

Los libros robados son compartidos con Max en largas jornadas de lecturas furtivas en el sótano de su casa. Liesel ofrece a su refugiado amigo un mundo de descripciones, viajes e historias que lo alimentan y le dan fuerzas para sobrellevar sus propias pérdidas. De allí surge una escena clave para pensar la película en términos pedagógicos. Max regala a Liesel el libro “Mi Lucha” de Hitler con las hojas pintadas de blanco y una inscripción en hebreo que dice: “escribe”. Lo hace para que ella pueda transformarlo su propio cuaderno de historias. Un acto clandestino que da espacio a la producción de la propia palabra escrita. Una sugerencia amorosa y transgresora para que Liesel escriba en un idioma prohibido una historia también prohibida.

Hacia el final de la película, la ciudad es bombardeada convirtiendo a todos los edificios y casas en escombros. Los padres adoptivos de Liesel y sus vecinos mueren pero ella logra sobrevivir porque se encontraba en el sótano escribiendo en el cuaderno que Max le regaló. En la última toma, se muestra a Liesel ya como una escritora consagrada en un lujoso departamento capitalino. Esa escena refuerza una mirada individual sobre la “salvación” que poco invita a pensar en la liberación (y en la lectura) en términos más colectivos. En este sentido, la película se apoya de alguna manera en una tradición liberal de relatos sobre los totalitarismos que reivindica la fortaleza personal de ciertos individuos que logran oponerse a un régimen que niega su autonomía. En este sentido no contribuye a profundizar la reflexión en términos sociales más amplios que den cuenta del lugar de la “lectura” como un terreno de disputa donde más que “individuos vs régimen” hay distintos sectores sociales en pugna, donde unos colaboran, otros callan y sólo algunos resisten.

En síntesis, la película relata la historia de una niña que sobrevive al nazismo y a la guerra leyendo; una “ladrona de libros” que se convierte en una reconocida escritora en su adultez. Es una historia de transformación en la que, como dice Pizarnik en la cita que da comienzo a esta reseña, la protagonista logra reparar su herida. Los personajes muestran en la película una mirada hacia el otro que supera el temor por el castigo propio. Frente al horror del régimen, la guerra y la educación de los jóvenes en ese sistema, aparecen la construcción de relaciones personales, la lectura de libros -literatura principalmente- y la escritura de la propia historia como prácticas que ayudan a liberar y liberarse, re-construirse, re-vivir la experiencia.

Ficha técnica

Título: La Ladrona de Libros
Título original: The Book Thief
Dirección: Brian Percival
País: USA – Alemania
Año: 2013
Duración: 131 min
Género: Drama, Bélico
Estreno: 10/01/2014
Reparto:  Geoffrey Rush, Emily Watson, Nico Liersch, Joachim Paul Assböck, Sandra Nedeleff, Kirsten Block, Matthias Matschke, Roger Allam, Sophie Nélisse, Oliver Stokowski
Adaptación: Michael Petroni
Fotografía: Florian Balhaus
Música: John Williams
Producción: Karen Rosenfelt
Producción ejecutiva: Redmond Morris
Basada en una novela de Markus Zusak.

 Cita sugerida: Urtasun, C. (2014). [Reseña de la película La ladrona de libros, sobre un libro de Markus Zusak de Percivel, B.]. Archivos de Ciencias de la Educación, (8). Recuperado de http://www.archivosdeciencias.fahce.unlp.edu.ar/article/view/Archivos08a17
Notas

1 Michaud, E. (1996) “’Soldados de una idea’. Los jóvenes bajo el Tercer Reich”, en Levi, Giovanni; Schmitt, Jean-Claude (Dir.) Historia de los jóvenes, II. La Edad Contemporánea, Madrid, Taurus.

Fuente de la Reseña:

http://www.archivosdeciencias.fahce.unlp.edu.ar/article/view/Archivos08a17/html_44

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María Daniela Castillo se destaca en Estados Unidos

EEUU/27 abril 2016/Fuente:  Vanguardia.com – Galvis Ramírez y Cía. S.A.

La deportista santandereana, quien estudia en la Universidad de Wisconsin-Madison, en Estados Unidos, logró excelentes resultados en el Torneo Nacional Universitario.

María Daniela Castillo, una santandereana amante del tenis de mesa, sigue figurando en Estados Unidos, donde cursa la carrera de Ciencias Ambientales en la Universidad de Wisconsin-Madison.

Pese a que llegó a este claustro en el mes de enero, la santandereana ya se destaca en el ámbito deportivo gracias a su precisión con la raqueta y ha logrado resultados importantes.

María Daniela empezó con los torneos distritales y allí logró el título en equipos mixtos y el tercer puesto en individual. Después jugó la fase regional y celebró el triunfo en equipos femenino, el segundo lugar en individual y el tercero en equipos mixtos, resultados que le permitieron clasificar a la final nacional, donde están los mejores representantes de todas las universidades norteamericanas y algunas de Canadá.

En el evento, cumplido en Round Rock, Texas, María Daniela estuvo acompañada por Pamela Song, Yixin Zhang y Chen Sun, de China, así como de Yash Shah, de India.

Los resultados obtenidos por la santandereana son para destacar, pues acabó segunda en la modalidad equipos femeninos.

María Daniela y sus compañeras superaron en la fase de grupos a la Universidad del Sur de California, USC; Universidad de Nueva York, NYU, y Virginia Tech. Luego vencieron a Toronto y a Western, pero en la final cayeron 3-2 ante Texas Wesleyan.

“En individual Pamela y Chen perdieron, mientras que Yixin y yo ganamos, sin embargo, en el duelo decisivo donde hice pareja con Pamela perdimos. Las jugadoras de Texas son de Ucrania, Alemania y Brasil, y su nivel es muy bueno”, comentó la deportista colombiana.

Pero ese no fue el único logro de la tenismesista local. En dobles, haciendo pareja con Pamela Song, también acabó segunda, tras superar a los equipos de Toronto, California, Los Ángeles y Nueva York, aunque en la final nuevamente cayeron ante Texas Wesleyan.

“En términos generales, nos fue muy bien, pues mi universidad nunca había tenido buenos resultados en unos Nacionales, y nosotros logramos dos segundos puestos. Además, esta temporada dominamos en la región en equipos femeninos y eso es muy meritorio”, concluyó la santandereana.

DUELO DE PAISANAS

Por cosas del destino, en el cuadro del torneo individual, María Daniela tuvo una rival muy singular. Se trató de Susana León, una bumanguesa que cursa una maestría en Texas A&M. “Con Susana nos conocemos hace casi 10 años. Cuando yo empecé a entrenar en la Liga Santandereana, ella ya era jugadora y la verdad fue muy emocionante que dos jugadoras de Bucaramanga estuviéramos en un evento de tal importancia representado a nuestras respectivas universidades. La verdad fue una coincidencia muy grande que nos hubiera tocado jugar en el mismo cuadro”, contó María Daniela, quien salió victoriosa en el duelo, pero posteriormente cayó ante Isabel Chu, de la UCLA, y no pudo llegar a la final.

Fuente de la Noticia:
Este contenido ha sido publicado originalmente en Vanguardia.com en la siguiente dirección: http://www.vanguardia.com/deportes/otros-deportes/356206-maria-daniela-castillo-se-destaca-en-estados-unidos.

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Enfocarse en los mejores maestros para fomentar futuros talentos

A juzgar por las noticias, podría parecer que los políticos en los Estados Unidos se dedican únicamente a participar en intensas luchas políticas internas. Sin embargo, un área donde existe una oportunidad para evitar la paralización política es la educación. Durante el presente otoño, el actual Congreso tiene una última oportunidad para reformular la legislación educativa más importante del país, conocida como No Child Left Behind  Act (ley “Que Ningún Niño se Quede Atrás”). Una de las piezas legislativas más interesantes que podrían formar parte de las modificaciones propuestas es la del senador demócrata Al Franken, que propone establecer un Cuerpo de Profesores para Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM, según sus siglas en inglés). La crisis en la educación especializada en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas ha sido bien documentada en los Estados Unidos. Los informes nacionales de naturaleza bipartidista lo comparan con una tormenta en formación y un huracán de categoría 5 acercándose rápidamente, y que podría afectar el liderazgo mundial de Estados Unidos en ciencia e ingeniería.

Estoy de acuerdo con esta apreciación, pero la reforma legislativa propuesta es de gran relevancia, más allá de los Estados Unidos.

En América Latina, los niveles de aprendizaje a nivel primario y secundario, junto con las tendencias actuales del empleo, representan un serio desafío. El mercado laboral exige trabajadores con conocimientos y habilidades específicos que les permitan trabajar de manera productiva en las industrias vinculadas a la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas. Sin embargo, la mayoría de los estudiantes abandonan el sistema educativo careciendo incluso de nociones básicas de matemáticas y ciencias. Es muy probable que los problemas de aprendizaje, al menos en parte, sean el resultado de la elevada proporción de profesores de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas que están enseñando fuera de su especialidad o que están insuficientemente preparados. Tal vez algunas de las soluciones propuestas por el Senador Franken podrían inspirar a otros países en el hemisferio a tomar medidas similares.
La ley del Cuerpo de Profesores se propone aumentar los sueldos de los maestros que conforman el 5 por ciento de los maestros primarios y secundarios que enseñan ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas.El incremento salarial tiene como objetivo ayudar a evitar que los mejores profesores de esas especialidades abandonen la docencia para trabajar en posiciones más lucrativas en el sector privado, un problema que Estados Unidos comparte con muchos países de América Latina.
Los profesores más calificados de los cursos de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas pueden a su vez servir de modelos y mentores de otros profesores de esas mismas especialidades, incluyendo a los que recién comienzan. También pueden crear redes con la comunidad educativa experta en esos rubros para compartir prácticas y recursos pedagógicos exitosos. Estos profesores deben enseñar en aquellas escuelas que padecen los problemas más graves de aprendizaje en relación a ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, y que son centros educativos que tradicionalmente enfrentan mayores dificultades para contratar y retener a los buenos maestros de cualquier materia, pero particularmente en las áreas mencionadas.
Si se aprueba, el paquete de medidas propuesto tiene el potencial de crear un grupo muy nutrido de profesores talentosos e inspiradores en las áreas de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas y que sean capaces a su vez de preparar a los estudiantes para enfrentar un mundo que exige cada vez más habilidades específicas en esas materias, y que les sirva también para el trabajo y la vida.

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Youth Resistance Unleashed: Black Lives Matter

“Those who kill their own children and discriminate daily against them because of the color of their skin; those who let the murderers of blacks remain free, protecting them, and furthermore punishing the black population because they demand their legitimate rights as free men—how can those who do this consider themselves guardians of freedom?”

Che Guevara
Before the United Nations
12-11-1964

In my lifetime young people rose up to challenge and change the world in Little Rock and Birmingham, in Soweto and Tiananmen, in Palestine and Chiapas. In the last decade we saw the rise of Arab Spring and Occupy, and now we are in the midst of vivid mass resistance to the police killing of unarmed Black men and women spurred by the death of Michael Brown in Ferguson, Missouri. Now and historically, it is the youth who reject taken-for-granted injustices.[1] In this moment, young people are the social actors – the leadership, catalysts,  the activists, and the organizers – who seized and defined a continuing travesty of North American life: the police murder of Black lives. Rising up against the thickening layers of institutionalized white supremacy, young people are insisting that Black Lives Matter.

Black Youth Project 100 action to #DecriminalizeBlack (Photo Credit: Sarah Jane Rhee)

With their radical impulse to revolt, that spirit of hopefulness and possibility, the laser-like insight of adolescents into the hypocrisies of the adult world, propel youth to break the rules, resist together, and transcend the immoral status quo. Inspired by the courage and determination of Ferguson youth, young people across the nation walked out of schools, sat-in, died-in, blocked highways and bridges – becoming the fresh, searing forces for equality, racial justice, and dignity.

Youth were not unaware of the risks they were taking by challenging police violence. In fact, it is young people who were painfully and brutally aware of the police targeting of Black youth, and pervasive US institutionalized de-valuing of Black lives.

Though many young activists had already been challenging police violence and the criminalization of Black lives in their own communities, the harrowing, police stalking and shooting of unarmed teenager Michael Brown on August 9, 2014 in Ferguson, Missouri, became the spark that generated a fresh wave of youth uprisings. This new movement in the long struggle for racial justice brought young people together across the country to become more than the sum of their parts.

The activism of the Black Lives Matter movement not only illustrates the brilliance and clarity of young people, but also flies in the face of popular currency that children and youth are less competent, less thoughtful, less wise and more dangerous than adults. The continuing reality of young people as social actors stands in opposition to official policies of silencing, suppressing, expelling and punishing our youth, depriving them of an education and denying their creativity and right to be heard.

Think of young peoples’ loss of rights, for example, through truancy laws; school censorship of high school newspapers, email communication and graduation speeches; the banning of books; relentless harassment and violence against LGTBQ and trans youth; school locker searches and drug testing without reasonable suspicion or due process; school zero tolerance policies that include punishments, school suspensions and expulsions, gang terrorism profiling, stop and frisk, and the calling of police for minor misbehavior. Control, cameras, drug searches, testing, arrests, and school exclusion have replaced dignity.

Rights vs. protections and the myth of the “Superpredator”

Children and youth, in fact, are whole persons who bear human and constitutional rights. They are inevitably an active part of their time and place, their culture and community, their race, class, and ethnicity, and their extended family. Simultaneously, they may also be more vulnerable, more easily manipulated and used by adults, such that they must be, to the extent possible, protected, sheltered and insulated from serious harm, both from their own impulses, and adults who might prey upon them or use youth for their own purposes. This is why human rights activists, for example, advocate for children to be protected from the harshest consequences of war and hazardous labor and family violence.

Of course, young people are becoming-persons, not yet fully adults; but what kind of a person is a child? In considering children as social actors, this contradiction is worthy of continuing deliberation and nuance. How can society heed this paradox – rights versus protections – and tilt toward children as bearers of rights while taking the responsibility for providing youth with equal access, due process, Constitutional rights, economic rights, and human rights? Are youth not right to see the adult world as compromised, duplicitous, and worst of all—indifferent to the crimes and suffering around them?

Children were acknowledged as Constitutional persons almost fifty years ago in the landmark U.S. Supreme Court case of In re Gault.  Yet the with the subsequent repressive wave to restrict their active whole personhoods, U.S. courts and legislators have shrunken the Constitutional rights of children by constricting or eliminating their rights to speech and expression, association, action, education, privacy, health care, due process, equal protection, and their right to liberty (by depriving them of liberty). This has been done in the name of either protecting them and “saving” them from themselves, or by constructing some children as superpredators, fearful, larger- than-life monsters, wolf-packs and gangs out to rob, rape and even kill (white) adults. Consequently, specific populations of children are seen as dangerous and capable of destroying civilization.

The diabolical invention of the 1990s youth predator by law enforcement, academics, and the mass media resulted in the harsh criminalization of youth of color– subjecting them to arrests, incarceration, trials in adult criminal courts, and extreme sentencing. The profound echo of young Black men as “superpredator” would arise again with the Ferguson grand jury testimony of Officer Darren Wilson, who saw in Michael Brown someone enormous, looming up and becoming larger even after being stalked and shot by Wilson six times.

It looked like a demon,” Wilson told the grand jury.

Fully 75% of youth who are locked up are confined for non-violent offenses. Racial and ethnic disparities are unconscionable, but the naked disproportion of who is arrested, beaten, and killed characterize the entire youth justice system.[2]

At its best, contemporary analysis of children and adolescents recognizes the dialectical nature of youth: being and becoming, categorically less culpable than adults, and with enhanced prospects for recovery, rehabilitation, and “attaining a mature understanding of [one’s] humanity.”[3]  Diminished culpability is not, however, the same as lesser competence or capacity.  Culpability is commonly misunderstood, and the current conversations about adolescent development research frequently becomes an imprecise discourse that easily collapses into language of lesser adolescent competence or moral action.

Military arsenal deployed against Ferguson protesters

The story of the Aug. 9, 2014 police killing of Michael Brown stayed in the news because the young people in Ferguson refused to leave the streets. And although the protests there and nationally was one of the broadest and most sustained radical coalitions in decades, the protesters themselves were largely young, black, queer, poor, working-class, secular, women and trans.

The young people of Ferguson did not back down in the face of a highly militarized small town police force armed with federally-funded Kevlar helmets, assault-friendly gas masks, combat gloves and knee pads, woodland Marine Pattern utility trousers, tactical body armor vests, some 120 to 180 rounds for each shooter, semiautomatic pistols attached to their thighs, disposable handcuff restraints hanging from their vests, close-quarter-battle receivers for their M4 carbine rifles and Advanced Combat Optical Gunsights[4].

There are scattered reports of stun grenade use in Ferguson, also known as flashbangs or flash grenades. This weapon of choice for American SWAT teams (and Israeli soldiers) originated within British Special Forces more than four decades ago. Ostensibly less than lethal, stun grenades have been known to kill or severely injure numerous victims, and the device was recently in the news for burning a 19-month-old baby in Georgia, resulting in a coma, during one of the thousands of domestic police raids this year. They are designed to temporarily blind and deafen, thanks to a shrapnel-free casing that is only supposed to emit light and sound upon explosion

The grenade launchers used against unarmed youth in Ferguson included the ARWEN 37, which is capable of discharging 37mm tear gas canisters or wooden bullet projectiles. The police used tear gas unsparingly in Ferguson. The Chemical Weapons Convention of 1993 actually bans the gas as a permissible means of warfare. Then again, it is allowed for domestic riot control, and nations like Turkey, Bahrain, Israel and the United States who have exploited the loophole to great avail. Tear gas sucks out your organs, hogs your oxygen and burns you inside and out. Interim blindness and extended coughing fits are common, as well as an overall sense that you are dying or dead. These are police weapons against an unarmed, Black, civilian, domestic population.

The use of “pepper balls” is lethal; the Boston Police Department banned them after a young woman was killed by one which passed right through her eye and skull to the brain. She was guilty of being present in a rowdy crowd after a Red Sox/Yankees game in which the former won. The same goes for the rubber bullets, wooden bullet projectiles, and beanbag projectiles on view with the police in Ferguson

Contemplate the Ferguson police department’s possession of the BEARCAT G3, the SWAT team’s version of the military’s Mine Resistant Ambush Protected (MRAP) vehicle, or its MRAP All Terrain Vehicle. This armored tank was donated to the Ferguson police by the US Department of Homeland Security.  There are no known mines or IEDs in Ferguson, an ambush is unlikely, so the decision of the St. Louis County Police Department to roll out (or even own) one of these tanks is apparently the contemporary version of fire hoses and dogs.

K-9 dogs. Yes, the 2014 St. Louis County and Ferguson Police Departments also used growling German shepherds to threaten demonstrators. In addition, these police forces had access to the Long Range Acoustic Device (LRAD), which emits a sound so pain-inducing that is causes bleeding from the ears. LRADs were also on display (though not used) during the Chicago anti-NATO demonstrations in 2011. On top of all this, the police department of Ferguson – a police force that is 94% white, in a town that is 67% Black – not only possessed an armored personnel carrier and weapon loads to intimidate demonstrators, carried out surveillance of the protesters from an MD Helicopter 500 Series in the sky above Ferguson.

Vibrant transformation of the possible

The fierce young, unarmed and highly disciplined young people who dared to stand up against police violence are to thank for revealing to the US public that the war-making hardware, paid for by our tax dollars, is coming home to police forces for use against the Black, Latino, indigenous communities and to patrol US borders.

This military-grade weaponry of the police in Ferguson was not about riot control during the long months leading up to the grand jury verdict in the murder of Michael Brown. It was the arsenal of white supremacy and racial oppression.

In the face of this violent intimidation, young people continued to peacefully demonstrate in Ferguson and to document their struggle at websites like Ferguson Action and using Twitter hashtags like #SHUTITDOWN.

Created in the crucible of Black Lives Matter is a new generation of young, African American organizers and activists, with experience in strategy development, tactics, decision-making under pressure, coalition building, and clarity about long range, radical goals, about their vision. They are savvy and wise, filled with love and caring for each other and for everyone who has suffered the terror of police violence: youth, their families and loved ones, allied people of color, trans and LGBTQ youth, native and Palestinian people, victims of police violence and whole communities.

Thus the Chicago struggle for city reparations for those who suffered police torture and subsequent decades on death row or juvenile life without parole before they were exonerated utilizes art, performance, persistence and unlikely allies. New York activists agitate for divestment from corporation that construct and operative for-profit prisons. There are movements to end solitary confinement from California to Rikers Island, and renewed efforts to commemorate and open old cases of lynchings across the nation.  The struggle for dignity and justice continues in immigrant rights struggles and the fierce, elegant courage of the youth and dreamers who have seamlessly embraced their queerness, their multiple heritages, and their human rights.

All this indicates a vibrant transformation of the possible. Police torture and killing of African Americans is visible, no longer background normal, as Black youth resist being branded as criminals at birth. Their resistance is communal, shared, and collective.

Can we hold the moment? Do we have the knowledge that young people are capable of seeing and seizing what adults cannot imagine?  In the uncertainty and complexity of civil strife and disciplined rebellion, shall we see children and young people capable of being agents of their own liberation?


[1]   Sources for the Ferguson story include: Darryl Pinckney, Ferguson and Resistance Against the Black Holocaust, © 2015 The New York Review of Books, Distributed by The New York Times Syndicate;Chris Crass, SpeakOut | Op-Ed; Kevin Zeese and Margaret Flowers, Ferguson Exposes the Reality of Militarized, Racist Policing, Popular Resistance | News Analysis; Adeshina Emmanuel, Ferguson Case Highlights Need for National Data on Police Shootings, The Chicago Reporter .

[2]  See the website of the W. Haywood Burns Institute, at www.burnsinstitute.org for racial and ethnic disparities at every stage of the youth justice system.

[3] See the trilogy of U.S. Supreme Court cases and the accompanying Amicus briefs: Roper v. Simmons(2005) , Graham  v. Florida (2010), and Miller v. Alabama (2012).

[4] See Radley Balko’s Rise of the Warrior Cop: The Militarization of America’s Police Forces (2013) for this research, photos, and the following details of Ferguson police weaponry.

 

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The scourge of illiteracy and the authoritarian nightmare

At the present historical moment, Americans live in a society in which thinking is viewed as an act of stupidity, and ignorance is treated as a virtue. Literacy is now regarded with disdain, words are reduced to data, and science is confused with pseudo-science. For instance, two thirds of the American public believe creationism should be taught in schools and most of the Republicans in Congress do not believe that climate change is caused by human activity, making the U.S. the laughing stock of the world. News has become entertainment and echoes reality rather than interrogating it. Popular culture revels in the spectacles of shock and violence. Unsurprisingly, education in the larger culture has become a disimagination machine, a tool for legitimizing ignorance, and it is central to the formation of an authoritarian politics that has gutted all those public spheres in which thoughtfulness, critical exchange, and informed dialogue can take place.

Illiteracy has become a scourge and a political tool designed primarily to make war on language, meaning, thinking, and the capacity for critical thought. Illiteracy no longer simply marks populations immersed in poverty with little access to quality education; nor does it only suggests the lack of proficient skills enabling people to read and write with a degree of understanding and fluency. More importantly, illiteracy is about what it means not to be able to act from a position of thoughtfulness, informed judgment, and critical agency. It suggests not only learning the skills and knowledge to understand the world but also to intervene in it and change it when necessary. Illiteracy has become a form of political repression that discourages a culture of questioning, renders agency as an act of intervention inoperable, and restages power as a mode of domination. It is precisely this mode of illiteracy that both privatizes and kills the imagination by poisoning it with falsehoods, consumer fantasies, data loops, and the need for instant gratification.

This is a mode of manufactured illiteracy and education that has no language for relating the self to public life, social responsibility or the demands of citizenship. It is important to recognize that the rise of this new mode of illiteracy is not simply about the failure of public and higher education to create critical and active citizens; it is about a society that eliminates those public spheres that make thinking possible while imposing a culture of fear in which there is the looming threat that anyone who holds power accountable will be ignored or punished. At stake here is not only the crisis of a democratic society, but a crisis of memory, ethics, and agency.

What role might education and critical pedagogy have in a society in which the public goods disappear, emotional life collapses into the therapeutic, and education is reduced to either a private affair or a kind of algorithmic mode of regulation in which everything is reduced to a market-based outcome. What role can education play to challenge the deadly claim of casino capitalism that all problems are individual, regardless of whether the roots of such problems lie in larger systemic forces? In a culture drowning in a new love affair with instrumental rationality, it is not surprising that values that are not measurable — compassion, vision, the imagination, trust, solidarity, care for the other, and a passion for justice — wither.

One of the challenges facing the current generation of educators, students, progressives, and other cultural workers is the need to address the role they might play in educating students to be critically engaged agents, attentive to addressing important social issues and being alert to the responsibility of deepening and expanding the meaning and practices of a vibrant democracy. At the heart of such a challenge is the question of what education should accomplish, not simply in a democracy but at an historical moment when the United States is about to slip into the dark night of authoritarianism. In a world in which there is an increasing abandonment of egalitarian and democratic impulses, what will it take to educate young people and the broader polity to challenge authority and hold power accountable? How might we construct an education capable of providing students with the skills, ideas, values, and authority necessary for them to nourish a substantive democracy, recognize anti-democratic forms of power, and to fight deeply rooted injustices in a society and world founded on systemic economic, racial, and gendered inequalities? What will it take for educators to recognize that the culture of education is not simply about the business of culture but is crucial to provide the conditions for students to address how knowledge is related to the power of both self-definition and social agency? What work do educators have to do to create the economic, political, and ethical conditions necessary to endow young people and the general public with the capacities to think, question, doubt, imagine the unimaginable, and defend education as essential for inspiring and energizing the citizens necessary for the existence of a robust democracy?

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Henry A. Giroux is a widely published social critic and McMaster University professor who holds the McMaster Chair for Scholarship in the Public Interest, the Paulo Freire Distinguished Scholar Chair and is a Visiting Distinguished University Professor at Ryerson University. Born in Rhode Island, he held numerous academic positions in the U.S. and now lives in Hamilton.

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