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El día que el tomate Cherry gane a la papa frita

Más frecuentemente de lo que me gustaría, me encuentro deseando una porción de papas fritas del restaurante de comida rápida ubicado frente a la oficina. Me resisto pero, cuando mi fuerza de voluntad está ocupada digiriendo la ensalada, me descubro, demasiado tarde, con una cajita de papas fritas en la mano.

No deja de sorprenderme, cada vez que entro al restaurante, los comensales y la atmosfera allí dentro tan diferente a los de América Latina. En el centro de Washington, DC, ciudad en la que vivo, los comensales de este restaurante de comida rápida son, en  muchos casos, personas que no tienen a dónde ir. Pasan el día allí, resguardándose del frío y comprando cada tanto alguna hamburguesa u otros bocadillos con las monedas que reciben de mendigar.

En cambio, entrar a un restaurante de comida rápida en América Latina es una fiesta de niños y colores. Padres o madres cargados de carritos y otras necesidades de infantes son los que se resguardan allí del frio o la hiperactividad de sus hijos. Los niños gritan, corren o gatean felices por el local, exacerbados por el azúcar de las gaseosas y los estímulos marketineros.

Todo está planificado para que un padre pueda, durante una tarde, leer serenamente las noticias o ponerse al día charlando al teléfono con amigos mientras los chicos están en el pelotero. Incluso, todos los niños de mi pequeña encuesta concuerdan, las mejores fiestas de cumpleaños son aquellas celebradas en el local de comida rápida.

Los cumpleaños infantiles es otra ocasión en donde existen varias diferencias en temas de nutrición entre la ciudad que habito y mi ciudad natal. Muchos padres y madres que repartan refrescos con azúcares en un cumpleaños infantil serán, inmediatamente, descalificados del listado de padres responsables y sus hijos perderán para siempre las visitas de sus amigos. Es común ver agua de coco, juguitos o, como mucho, leche chocolatada.

En cuanto a la comida, el menú varía drásticamente. Las fuentes de papas chips y pali chips, tan habituales en las fiestas infantiles de los países de América Latina, son reemplazadas por bandejas de zanahorias y brócolis crudos. Los dulces, caramelos y chocolates, golosinas reservadas estrictamente para la fecha de Halloween, se cambian por manzanas, orejones disecados y tomates cherry.

Es importante resaltar que mis amigos de Washington, DC no son representativos de los estilos alimenticios de EE.UU. Sin embargo, más allá de lo anecdótico de éstas costumbres tan contradictorias según mi propia experiencia, miremos las cifras sobre nutrición infantil en América Latina.

Según un estudio de la revista The Lancet, en América Latina hay unos cuatro millones de niños menores de 5 años con sobrepeso u obesidad. Por poner algunos ejemplos, en Brasil se reportó un incremento de niños de 10 a 12 con sobrepeso y obesidad de 23% a 39% en los cuatro años que van desde el 2004 al 2008. En México, la prevalencia de sobrepeso en niños de 5-11 años es de 17.3% y en Argentina ésta es de 27% en niños de 10-11 años. En Uruguay, una nueva encuesta nacional reveló que  el 10,5% de los niños menores de 5 años sufren de sobrepeso y obesidad. Y la realidad más dura es que estos números van en aumento.

Cambiar hábitos o costumbres es una de las tareas más difíciles para la psicología de los seres humanos. Los que primero se animan a estos cambios son considerados raros y hasta locos.  Pero imagina, dadas estas cifras y la forma exponencial en que crece la obesidad infantil, ¿no crees que sea hora de cambiar la bandeja de papas fritas por una de zanahorias en el próximo festejo de cumpleaños de tu hijo? Si no eres tan radical, por lo menos puedes ofrecer limonada casera con menos azúcar que un refresco. Si te animas, yo también prometo dejar de ir por mis grasas trans de las 3 de la tarde.

Publicado originalmente en el blog: http://blogs.iadb.org/desarrollo-infantil/2016/04/04/comida-rapida/?mc_cid=a01bcdd3d3&mc_eid=9b12d2df8b#.Vwgt75zhDIV

Fuente de la foto: http://www.mdzol.com/nota/363291-planta-tomates-cherry-en-casa/

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Construyendo una República de muchas voces: ¿Cuál es mi lugar en el mundo? (parte II)

(continuación del mismo articulo con igual nombre)

 

El “Pensum Ciudadano” comienza con el “Primer Conjunto Básico de Preguntas”:
1. ¿Por qué estamos, profesores y estudiantes, en escuelas por la libertad?
2. ¿En qué consiste el Movimiento por la Libertad?
3. ¿Qué alternativas nos ofrece el Movimiento por la Libertad?
Estas eran preguntas que había que plantearse continuamente. Una y otra vez. El “Segundo Conjunto de Preguntas” era:
1. ¿Qué nos gusta de la cultura predominante?
2. ¿Qué no nos gusta de la cultura predominante?
3. ¿Qué tenemos y queremos conservar?

Tales preguntas eran formuladas para provocar un sentido de acción y poder en los estudiantes para permitirles que piensen por sí mismos y descubrir, mientras piensan, sus propias habilidades,  capacidades, esperanzas y aspiraciones. Ellos ya tenían en su cabeza y experiencia las respuestas, al menos en parte. Y, ya que no existe una simple y “correcta” respuesta a estas preguntas, todos los estudiantes tendrían una porción de la razón a medida que desarrollaban sus respuestas, exploraban la complejidad a través del diálogo, una y otra vez, con cuestionamientos continuos. No existía el sentimiento de gente que era definida por sus defectos, cacareos sobre estudiantes “en riesgo” o de una comunidad aberrante. Como escribieron Paul Lauter y Florence Howe, dos voluntarios de las Escuelas por la Libertad, “La confianza en el diálogo viene dada porque se supone, primero, que el
hablar, decir palabras, constituye un paso necesario para descubrir la identidad propia y social. Segundo, el descubrimiento público, decir palabras en un grupo, puede guiar a la acción…” La participación pública y la responsabilidad social en el salón de clases, el respeto por la decencia, el valor y compromiso para con todo ser humano y la adquisición de conocimientos y habilidades, todo esto en lugar de la sumisión, el miedo, la duda hacia uno mismo y la opresión. Los estudiantes dicen las palabras y por consiguiente nombran el mundo. Los estudiantes cambian y, de esta manera, fijan las condiciones para cambiar la sociedad.
***
Estamos en la búsqueda de una pedagogía basada en la experiencia y la participación, una pedagogía que se ubique y se expanda más allá de sí misma, una pedagogía crítica que sea capaz de cuestionar, re-pensar y re-imaginar. Estamos en la búsqueda de una enseñanza que esté viva y sea dinámica, que ayude a los estudiantes a enfrentar la pregunta: “¿Cuál es mi lugar en el mundo?”

En este sentido, me gustaría hablarles de mi hermano menor, Rick, quien ha sido profesor de inglés, humanidades y periodismo en la Secundaria Berkeley desde 1995. Rick obtuvo el título de Lenguas Clásicas y comenzó a dar clases algo tarde, luego de haber sido organizador, activista, chef y muchas cosas más. He pasado algún tiempo asistiendo a sus clases para observarlo. Lo respeto y admiro profundamente y es realmenteun profesor extraordinario. Pero, antes de continuar, debo advertirles sobre mi sesgo y, por ello, debo admitir que existe cierta posibilidad de distorsión.

Como ya he mencionado, respeto y admiro a Rick como profesor y lo quiero como persona y hermano, por lo tanto mi punto de vista no será objetivo. Siempre pienso sobre la forma valiente y llena de sentido con la cual ha vivido su vida, sobre la aguda inteligencia que aplica para enfrentar los obstáculos que se le presentan a diario (al igual que a todos nosotros) y, lo más destacado, sobre la profunda humanidad que muestra con los compromisos que asume para los proyectos, para afrontar los retos a la hora de impartir clases, con su familia o con las comunidades.

Para darle una dimensión a mi sesgo, les tengo que decir que cada vez que Rick me escucha que cuento una anécdota sobre una de sus clases o describo lo que, a mi parecer, es uno de sus momentos emblemáticos, él dice, generalmente mucho después y con su modestia característica, “realmente me gustó tu historia sobre mí. Es mucho mejor de lo que realmente sucedió”.  Los dos reímos, pero yo con cierta incertidumbre.

La primera impresión que tengo cuando entro en una de sus clases es que todos, Rick, los estudiantes, y hasta yo que soy su invitado, nos sentimos absolutamente cómodos. No existe ninguna de las formalidades forzadas o de las incomodidades evidentes que son típicas en muchos salones de clases ni tampoco la tensión feroz o el miedo o la ritual indiferencia que es el común de muchas escuelas y, sobre todo, en los liceos.

Rick está trabajando en su computadora, pero sube la vista para saludar a cada estudiante a medida que van entrando al aula. Quizás le pregunte a uno de los estudiantes sobre como sigue su hermano mayor luego de la cirugía en la rodilla y a otro sobre como le va con su preparación para entrar en la universidad. A la larga, la clase continúa sin interrupciones y se siente como si solo fuera una conversación continua, la cual es temporalmente interrumpida cuando se dan cuenta que la hora de clase se acabo hace rato. “Yo solía caer en pánico intentando hacer todo lo que tenía en mente”, me dice. “Sin embargo, terminé dándome cuenta que siempre hay un mañana”.

Hay grandes interrogantes que animan la enseñanza de Rick, preguntas a las cuales él regresa una y otra vez porque son generativas, expansivas e inagotables: ¿Qué significa ser un Ser Humano?, ¿Qué significa ser educado?, ¿Qué significa asumir responsabilidades para uno y para con los demás? Lo importante, en su opinión, es “llevar a cabo actividades que permitan a los estudiantes que se reconozcan como sujetos, actores de sus propios dramas, autores de sus propias historias, hacedores de sus propios mundos”.

Rick tiene un desorden de libros, trabajos y proyectos sobre su escritorio, pero los revisa constantemente, lo cual le indica a uno que mantiene cierto orden. Es parecido a su lugar de trabajo en su casa. Los alumnos también tienen escritorios para regar sus libros, trabajos y proyectos, y en algún punto de la clase, pareciera que, todos están comiendo. “Nunca entendí porque hay reglas que prohíben comer en clases”, dice Rick. “Los adolescentes tienen hambre todo el tiempo así que ellos quieren comer todo el tiempo. La obsesión de los adultos de las comidas a ciertas horas es una especie de mito puritano que no ha sido revisado, así como una receta para el desastre”. Sus alumnos entran a su clase, se acomodan y comienzan a comer. “Yo puedo leer y comer al mismo tiempo”, añade. “Puedo comer y pensar, comer y seguir una conversación. Por supuesto, no tengo ganas de comer cada media hora, pero al parecer ellos si. Así que si eso los hace felices ¿Por qué no?”.

Rick siempre consigue la manera de explotar el pensum para encontrar preguntas más profundas. Cuando le tocó dar una clase sobre el poema más extenso y conocido de Walt Whitman, “Leaves of Grass” (Hojas de hierba), llevó a su clase el tributo de Langston Hughes a Whitman “I, too, Sing America” (Yo también canto América). Sus estudiantes pronto estaban cantando América desde el caleidoscopio de ventajas y de pronto tenía un proyecto en mente que combinaba historia y literatura, eventos de la actualidad y periodismo, antropología, sociología y más. Llevó una película, un ensayo, una historia corta, fotografías, y jugó con el conocimiento adquirido, con las categorías de razas del sentido común que llenan de locura y opresión la historia de Estados Unidos. Les hizo un llamado a sus estudiantes para que se resistieran a que les convirtieran sus vidas en vidas estrechas definidas solo por la raza de cada quien, les recomendó viajar. Los estudiantes leyeron, tomaron fotografías, entrevistaron gente, y cada uno de ellos terminó escribiendo un poema que tenía que comenzar con:

“Me pidieron que escribiera sobre mi raza
Lo pienso seriamente
Voy a escribir la verdad
Y tengo que leer mi respuesta,”
Y tenían que terminar diciendo:

“Pero me detengo y simplemente escribo”.

A continuación algunos ejemplos de los trabajos entregados por los estudiantes:

1) Me pidieron que escribiera sobre mi raza
Lo pienso seriamente

Voy a escribir la verdad
Y tengo que leer mi respuesta,

Tengo un hermano, una hermana, una madre y un padre,

Tengo la revista Turbo que me leo todos los días
Para aprender más como poner los carros a punto

Tengo un Honda Prelude, un Ferrari F-50, un Ferrari
360 Modena, un Toyota Supra y un Chevrolet
Corvette C-12 pegados en mi pared.

Tengo profesores que me enseñan y me ayudan
A meter más conocimiento en mi cabeza

Tengo un equipo de béisbol favorito
Creo que van a ganar la Serie Mundial
Los Bravos de Atlanta.

Respeto a los mayores y a mis compañeros de escuela

Tengo la suficiente confianza para saber que voy a
Terminar la escuela y me convertiré en un muy buen ingeniero automotriz

Tengo una casa con patio trasero y grama

Tengo amigos que siempre están ahí cuando los necesito

Soy de tez morena y tengo el cabello negro y corto
Ojos marrones

Me apasionan los carros

Tengo talento para jugar béisbol y fútbol

Pero me detengo
Y simplemente escribo
“Salvadoreño”
2) Me pidieron que escribiera sobre mi raza

Lo pienso seriamente

Voy a escribir la verdad
Y tengo que leer mi respuesta,
Pero es difícil cuando tienes
Que poner todo lo que te hace ser la persona

Que eres y dejar solo tu
Apariencia exterior, tu color de piel.

Pienso sobre mí,
Hay mucho más de mí
Que lo que muestra mi color de piel.

Me corre sangre verde escocesa y de las montañas,
Y pies bailarines congoleses.

También tengo en mi piel y cabello Pies Negros y Seminole.

Tengo besos de chocolate en mis ojos
Y el sentido de valor de mi padre hacia la vida y la felicidad.

He tenido novios y juguetes

Y estas lindas curvas en mi cuerpo.
Pero me detengo
Y simplemente escribo
Afro-Americana

3) Me pidieron que escribiera sobre mi raza
Lo pienso seriamente
Voy a escribir la verdad
Y tengo que leer mi respuesta,

Como mis ancestros dormían, se despertaban y morían
Dejando rastros para que el tren pasara algún día
Como miraban al otro lado de la bahía
Hacia la ciudad resplandeciente desde la isla de los ángeles
Como fueron desgarrados de la tierra,
Su carne desgarrada de sus huesos por bombas
Como miraban desde los campos,
Los establos de caballos enojados que eran cabalgados
Forzados a llamar a casa y preguntarse por que seguían ocurriendo
atrocidades
Pienso en todo esto pero me detengo
Y simplemente escribo
Asiático.
4) Me pidieron que escribiera sobre mi raza
Lo pienso seriamente

Voy a escribir la verdad
Y tengo que leer mi respuesta,
¡Soy una princesa gitana! Mi papá es un gitano romano
Mi abuela por parte de papá era bailadora de flamenco
Mi apellido es escocés
Mi familia tiene un castillo en Escocia
Mi papá tiene cabello y ojos negros
Yo soy rubia
Soy árabe,
Mi Jedu, o abuelo por parte de mamá
Vino de Irak para estudiar en la universidad,
Su nombre es Yasmeen, como la flor de Jazmín
Mi mamá tiene pelo negro y tez morena

Tengo sangre alemana,
Mi bisabuela llegó en barco,
Con cinco hijos a Estados Unidos
Mi abuela es India Americana, Apache
Ella habla su idioma
Cuando la gente supone mi raza,
Dicen que soy blanca o “Americana”
Mi abuelo tiene acento árabe
¿Realmente soy blanca? De ninguna manera, bueno…
¿Eso acaso dice quién soy?
¿Podrían saber la verdad?
Tengo ojos azules
¿Me mirarán extrañados luego que entregue mi trabajo?
Tantas preguntas…
Pero me detengo
Y simplemente escribo
De dos razas
Los estudiantes de Rick están luchando por encontrar su lugar en el mundo, su plenitud, participación y libertad luchando contra los lugares comunes, la barrera de las categorías raciales y los encajonamientos. El salón de clase de Rick es agradable, como ya he comentado, pero eso no quiere decir que sea tranquilo. El se ha inventado algo con sus estudiantes a través del trabajo duro decidido y una intención con un fin. Ellos han leído juntos sobre razas e identidad sin dejar de discutir sobre sus vidas, sus antecedentes o sus futuros. Han creado retratos diarios donde las conversaciones son vívidas y extensas, han leído Studs Terkel y Anna Devere Smith, han aprendido a entrevistar gente (primero entre ellos, luego a familiares y por último a la comunidad) para así crear “archivos históricos orales” y capturar una amplia gama de experiencias, reflexiones e interpretaciones.
Se están descubriendo a si mismos como gente libre, autores, pensadores y ciudadanos. Ellos nombran el mundo, se nombran a si mismos y en el proceso ellos crean para si un salón de clases que es una república de
muchas voces. Rick no permite que el trabajo de los estudiantes simplemente llegue a su escritorio para luego regresárselo al estudiante como si lo único útil de esta relación estudiante-profesor fuera el hablar con él, o que la única motivación fuera un puntaje en la boleta final. Los proyectos desarrollados y refinados, editados y re-hechos. A la postre, todos los trabajos llegan al dominio público con un fin más provechoso, ya sea en la pared de poesías de
la escuela, un vídeo, o una pequeña revista o periódico con una recopilación de los trabajos.
***
James Baldwin en su libro “A Talk To Teachers” (Una charla con los profesores) describe la paradoja central de la educación:

El propósito final de la educación es de desarrollar en la persona
la capacidad de mirar el mundo por si misma, tomar sus propias decisiones,
decirse a si mismo si algo es blanco o negro, tomar su propia
posición de si Dios y el cielo existen o no. Hacerse preguntas sobre el
universo y aprender a vivir con esas interrogantes es la manera como
cada quien alcanza su identidad. Sin embargo, ninguna sociedad está
realmente ansiosa de tener ese tipo de personas a su alrededor. Lo que
las sociedades realmente, idealmente, quieren es una masa de ciudadanos
que solo obedezcan las reglas que les imponen.

 

No existe nada más refrescante (ni más peligroso) que una mente que se cuestione a si misma. Un profesor puede demostrarlo, personificarlo y promoverlo en sus estudiantes. Por ejemplo, una manera de hacerlo es cuestionando el contenido programático a medida que se va enseñando el mismo. Esto podría llamarse “enseñando el conflicto”, como le dice Jerry Graff, es decir, enseñar, por ejemplo, Huckleberry Finn y a la vez enseñar todas las peleas, controversias y críticas que existen sobre este libro: ¿La historia promueve el irrespeto a las leyes? ¿Glorifica la ignorancia? ¿No es adecuado para lectores jóvenes? ¿Es racista? Enseñar Huckleberry Finn junto con historia, literatura crítica u otros libros está repleto de posibilidades pedagógicas.
Ciertamente esto significa leer la historia como algo esencialmente escrito por humanos y acercarse a cada texto como un igual y no como un consumidor, como un agnóstico y no un acólito. Estudiantes con mentes propias y también profesores con mentes propias, esto es una república de muchas voces, un espacio donde la más amplia gama de estudiantes pueden encontrar tanto lo que les es familiar como lo que les es extraño, lo que los nutre y lo que los desafía, una variedad de cosas que los involucran y los expande.
Insistimos en la libertad para pensar y decir lo que nos parezca. Estamos en contra de ser intimidados por los triunfalistas, los que mandan y los poderosos así como por los ortodoxos que dicen estar de nuestro lado. Insistimos en la independencia, pero al mismo tiempo, paradójicamente, aceptamos que nosotros vamos y debemos unirnos, sentirnos identificados con grupos y causas, y tomaremos posiciones. Tengo que convencer a mis estudiantes y ustedes deben intentar convencer a los suyos para que miren el mundo por ellos mismos y tomen sus propias decisiones. Debo insistir en que todos tenemos una forma de pensar distinta, todos hablamos con una voz distintiva (ustedes serán una prueba viviente), siendo protestatarios ante el poder cuando fuese necesario, articulando la verdad, desinflando el clamor autoritario que pide capturar todos los espacios disponibles, buscando lo que no se conoce, lo que se ha olvidado.
Para querer a nuestros estudiantes tenemos que inculcarles el amor propio y la confianza en ellos mismo. Si yo deseara convertirme en un buen profesor, debo defender a mis estudiantes, sobre todo de mí. Por lo tanto, les enseñaré a tener una consciencia crítica y no crédula, escepticismo y no una creencia obediente, curiosidad antes de una fe ciega. No quiero reverencias por lo que digo. No quiero discípulos.
La pensadora luminaria, la diva transgresora y prolífera escritora Bell Hooks (Gloria Jean Watkins) dice que la educación puede ser la puesta en práctica de la libertad cuando los salones de clase son vistos como “un espacio para lo posible”, un sitio donde debemos obligarnos a tener “una mente y corazón abiertos que nos permita enfrentar la realidad al tiempo que imaginamos colectivamente maneras de ir más allá de las fronteras, de transgredirlas”. Una enseñanza que invita a cuestionar y cruzar las fronteras, que permite la curiosidad y la transgresión, indagar e ir más allá. Este tipo de educación, este movimiento educador es el que Hooks llama la práctica de la libertad.
En un encantador documental francés llamado “To Have and To Be” (Tener y ser), conocemos a Georges López, un hombre de mediana edad que es maestro en una casa-escuela rural en Francia y quien tiene a su cargo cerca de doce niños con edades entre los cinco y doce años, aproximadamente. La película comienza con una larga toma tranquila del vacío salón de clases, las sillas sobre los escritorios, cuadros llamativos por todas partes, plantas, fotos, lápices y marcadores. El aula está descansando y uno puede anticipar una explosión súbita de energía joven cuando comience el día. Pero la toma tarda bastante. Y luego, sin ninguna fanfarria, una tortuga sale de entre un estante, y después otra más. Se observan las dos caminando pesada y lentamente por el piso con pesadez, en un contrapunto.
El baile de las tortugas es una metáfora sobre la enseñanza de López: todo es lento, nada apurado. En un mundo de un todo al instante, de aceras y escaleras que se mueven, de comida rápida y palabras procesadas, López reconoce que el crecimiento de un ser humano toma tiempo. Hay tiempo para involucrarse, para correr tras proyectos, tiempo para cometer y corregir errores y tiempo para resolver pequeños conflictos que siempre se presentarán en un grupo. Casi no se evidencia el típico encuentro superficial y el plan apurado (minutos para esto, minutos para aquello): el pensum de “Yo sé, tu no sabes”. Los cinco sentidos están comprometidos, los niños más grandes ayudando a los más chicos, todos tienen responsabilidades, expectativas, trabajos, metas y límites. Hay un sentimiento palpable de
crecimiento y cambio, euforia porque el salón no es igual a como era el día anterior o a como va a ser el día siguiente: ni los estudiantes ni el maestro. Todos ellos se encuentran en un viaje sin un comienzo claro y sin un final a la vista.

En un salón de clases de segundo grado de primaria que visité en Chicago observé una cartelera de actividades, una cartelera de limpieza y una cartelera de libros favoritos; un mapa de las calles, del tránsito y mapas de distintos lugares del mundo que compartían su espacio con mapas dibujados por los estudiantes sobre el salón de clases, el vecindario, y de sus casas; un área de cocina con una “barra de jugos” y afiches llamativos representando “Fideos”, “Ajíes”, “Hongos”, “Quesos del mundo” y “Colorantes naturales”; las huellas de la mano de cada niño con sus firmas, diarios, diccionarios, tesauros, “mini libros”, íconos, libros de matemáticas, rompecabezas y juegos de mesa; títeres; cubos; un recipiente con hojas de árboles; un sofá y una alfombra; dos largos troncos de árboles; y un tarro con pedazos de madera. Al igual que con el salón de clase de López, el ambiente se sentía que era rico y profundo, incitante y potencialmente incluyente. Estaba deslumbrado por todos esos detalles que nunca había visto ni se
me habían ocurrido (por ejemplo, un icono para cada estudiante que ellos mismos seleccionaban, símbolos como un sol o un cepillo de dientes que se colocaban junto al nombre de cada niño en el pizarrón, en los cubículos, en el libro o en un papel), me impactaron por considerarlos una ayuda inteligente para cuando se está aprendiendo a leer; todos los libros hechos por ellos personalizados, un “tesauro” y un libro de matemáticas me mostraron cuanto más se podría expandir el sentido de creadores y autores entre, incluso, estudiantes muy jóvenes. Pero lo que más me impresionó de esta colección de artefactos no fue nada de lo que ya he mencionado. Estaba impactado por la sensación de que este espacio para la enseñanza era un diseño intencional de una inteligencia particular, que el arquitecto de este ambiente tenía un propósito y una visión de sus estudiantes y de si mismo y que sus esperanzas, prioridades y compromisos fueron maquinados hasta el más mínimo detalle en esa aula.
***
En noviembre de 1999, mi hermano estaba leyendo un periódico de Oakland y encontró un artículo sobre la muerte de una niña india de 16 años llamada Sitha Vemireddy. Murió por envenenamiento por monóxido de carbono. Al parecer un accidente en su casa que se encontraba a dos cuadras del Liceo Berkeley. Esto le llamó la atención a Rick ¿Conocían sus estudiantes a Sitha Vemireddy?, ¿Estudiaba ella en Berkeley?, ¿Por qué no se mencionaba a ningún familiar? Se llevó el artículo de prensa al colegio y preguntó si alguien lo había leído. Por supuesto nadie lo había hecho. Los adolescentes no leen periódico. Sin embargo, muchos sentían la misma curiosidad que él y dos de sus estudiantes de periodismo, Megan Greenwell e Ileana Montauk, salieron en busca de Sitha Vemireddy esperando poder contar su historia.
Descubrieron que ella no era estudiante de Berkeley ni de ningún otro liceo de la zona, así que continuaron su búsqueda entre la comunidad Sur Asiática. La curiosidad y determinación de Greenwell se incrementó cuando fue rechazada bruscamente por el dueño de un restaurante donde quizás había trabajado Vemireddy. En cuestión de días, las dos estudiantes escribieron una historia en el periódico del colegio que fue la noticia principal de California por semanas “Muere joven inmigrante”, era el título, y el subtítulo: “La comunidad Sur Asiática dice que estaba ‘contratada’”. Dos niñas de liceo volaron la tapa de uno de los mayores contrabandos que consistía en la venta de mujeres en la India para luego ser llevadas a Estados Unidos ilegalmente a trabajar como meseras, obreras, domésticas o prostitutas.
Todo comenzó por la simple curiosidad de conocer un poco sobre el mundo en que vivimos. La noticia fue descubierta con tenacidad y valentía. Se conectó con asuntos de mayor envergadura como el empleo y las leyes, moralidad y ganancia, la migración voluntaria y forzada, políticas de inmigración, el estatus de la mujer y la lista continúa. Al final, dos prominentes hombres de negocios fueron arrestados y llevados a juicio, y una compañía de Hollywood le compró los derechos de la historia a Greenwell y Montauk. Esto último llevó a que hubiera más reflexiones, más pensamientos profundos y le añadió más complejidad. Las jóvenes reporteras decidieron enviar un tercio del dinero que recibieron a la familia de Sitha Vemireddy en la India, pero se dieron cuenta que ellas no podrían enviar un gran cheque a un poblado rural pobre sin consecuencias potencialmente violentas. Esto las condujo a las Naciones Unidas y a una organización no gubernamental que trabaja en la zona y las pudieron ayudar. El aprendizaje continúa.

La educación democrática se caracteriza básicamente por el diálogo, el cual es el vehículo para la discusión, la deliberación, la reconsideración y la transformación. En todo diálogo existe la posibilidad de cometer errores o de interpretar erróneamente, de luchas y emociones y también de crecimiento y cambio debido a que el verdadero diálogo es un acto espontáneo de pensar en voz alta, basado en reconocer que pensar es, en gran parte, una actividad social que es imposible de alcanzar sin estimular otras mentes. En un diálogo hablamos con la posibilidad de ser escuchados, de tocar corazones y cambiar ideas, y escuchamos con la posibilidad de alterar el ángulo de nuestro propio punto de vista. Comenzamos con la seria intención de comprometer a otros, pero ya que estamos entrando en el reino de lo flexible y recíproco, a veces incluso de lo alegre, sabemos que esta jornada nos va a cambiar. El diálogo enciende nuestra imaginación y nos empuja mucho más lejos.
El diálogo también forma comunidades, aun si la comunidad que crea está llena de conflictos. Puede ser el presagio del desequilibrio, revolviendo nuevas conciencias, nuevas empatías, nuevas maneras de apreciar lo complejo. Nos acercamos con convicción moderados por el agnosticismo, escepticismo, duda y por una sensación de lo fortuito. Nuestra meta no es hacer valer nuestro punto de vista, sino el ser transformados. Nuestra obligación es interrogar, explorar, prestar atención y observar más a profundidad una y otra vez. A través del diálogo descubrimos la posibilidad de re-denominar las cosas, de alcanzar algo nuevo. Nadie permanece exactamente igual.
El diálogo auténtico lleva a un conflicto esencial en la enseñanza, el conflicto entre el profesor que sabe y los estudiantes que no saben, y nosapunta hacia la síntesis. En el diálogo, el profesor se convierte en el estudiante
de sus estudiantes y estos se convierten en los profesores de su profesor. Las líneas son borrosas, la autoridad subvertida y una nueva travesía comienza.
El diálogo es un impulso democrático, un gesto participativo basado convincentemente en la capacidad de cada persona. Es un reconocimiento al clamor de los demás así como un reconocimiento de las propias imperfecciones.
Admitir que, por supuesto, uno no lo sabe todo. Aceptar la poca confiabilidad de cualquier investigación, en especial las propias, la contingencia de todo conocimiento y la multiplicidad de perspectivas e interpretaciones. Si se intenta, todo ello debería ser motivo de emoción y una razón para tener esperanzas, no para desesperar.
***
Existen Escuelas por la Libertad contemporáneas. Lugares donde la experiencia es el punto de partida para pensar, donde el diálogo, la investigación y las actividades autodidactas guían a la transformación de los estudiantes y de sus comunidades. Una de ellas es la escuela Detroit Summer, la cual fue organizada hace una década por los activistas Jimmy Boggs y Grace Lee Boggs. Jimmy ya falleció, pero Grace, con sus 88 años todavía le inyecta visión, inspiración, sabiduría y energía al proyecto.
El objetivo de Detroit Summer es darle un nuevo espíritu, redefinir y reconstruir Detroit desde abajo, para  enriquecer la vida de la comunidad gracias al trabajo de raíz llevado a cabo por los ciudadanos comunes. En el primer tríptico de Detroit Summer, Grace Lee Boggs escribió: “Nuestra preocupación se enfoca en como nuestra ciudad ha sido desintegrada social, económica, política, moral y éticamente”. Ella y sus colegas estaban convencidos de que ninguna compañía iba a ir a resolver sus problemas y que dependía de ellos “poner nuestro corazón, nuestra imaginación, nuestra mente y nuestras manos juntas para crear una visión y diseñar programas concretos para desarrollar empresas locales que provean trabajos útiles e ingresos para todos los ciudadanos”.
Detroit Summer agrupa estudiantes universitarios, de liceos y gente de la comunidad en talleres y diálogos intergeneracionales para explorar asuntos históricos y teóricos, para establecer agendas y crear planes para un ambicioso programa de trabajo y actividades. Los organizadores aseguran que las escuelas de Detroit despojan a sus estudiantes de muchas cosas, sobre todo del derecho de pensar y escoger, y que por tal motivo ellos establecen un modelo explícitamente diferente, basado en el conocimiento, el pensamiento, la crítica y la escogencia. Todos on participes, sujetos históricos, no objetos, y todos hacen preguntas sobre lo que les causa problemas o lo que les gusta. El trabajo en Detroit Summer involucra búsqueda, servicio a la comunidad, investigación y acción. En el
pasado esto ha sido materializado con trabajos de reciclaje, reconstrucción la ciudad y para crear espacios públicos para el diálogo con las comunidades, transformar terrenos baldíos en jardines comunitarios y crear un taller de bicicletas donde se les enseñaba a los jóvenes de la comunidad como reparar sus bicicletas que representaban su medio de transporte en una ciudad con un sistema de transporte deficiente.
La Detroit Summer enfrenta al modelo educativo convencional el cual se asemeja al organigrama de cualquier fábrica con estudiantes pasivos e inertes y profesores autoritarios que solo mandan a llenar espacios en blanco, con un modelo de gente joven motivada a aprender porque se les promueve a resolver problemas reales de sus vidas y comunidades. Representa una alternativa vital al mundo que están recibiendo.
Julia tenía 16 años cuando fue por primera vez a Detroit Summer. Ella estaba encantada con su colegio mientras era niña y estaba ansiosa por comenzar la secundaria, para comenzar lo que ella pensaba sería una educación real y sustanciosa. “Leer libros me apasionaba”, dijo. “Solo el hecho de aprender nuevas cosas me emocionaba”. Pero la secundaria no fue lo que ella esperaba. “El aprendizaje estaba completamente perdido en mi liceo”, dijo. “Todo era ‘párate aquí… ve para allá… formen una fila’” La lista de no esto o no aquello ocupaba todo el espacio disponible y los niños aparentemente sin vida se arrastraban alrededor de la escuela, desilusionados, nulos, desconectados.
En Detroit Summer ella encontró algo más parecido a lo que esperaba, discusiones tendidas sobre asuntos interesantes, desde la estructura de la poesía hasta el porque de tantas casas dilapidadas por todas partes.
“Hablábamos y leíamos”, comentó. “Y también hicimos cosas”. En su primer año, ella junto a otros estudiantes limpiaron un terreno baldío y construyeron un jardín de vegetales y flores.

La hermana menor de Julia, Angela, quien tenía 12 años para aquel entonces, pasaba por ahí y participaba un poco en todo, sin embrago, los talleres de poesía fueron los que realmente incendiaron su imaginación. Angela fue alumna de Detroit Summer por una década, se graduó de la universidad y es Voluntaria de los Cuerpos de Paz de Perú. Para Angela, la Detroit Summer y sus talleres de escritura se convirtieron en educación como práctica de libertad.
Otro ejemplo de una Escuela por la Libertad moderna es la red de talleres de alfabetización organizada por el brillante educador de la comunidad, Hal Adams. Él ha organizado talleres desde Seattle hasta Boston, pero yo solo he visto los de Chicago. Se inspira en una frase que le atribuye a Antonio Gramsci: Todos somos filósofos. Los talleres comienzan con Hal presentando la idea germinal y luego provocando una discusión sobre el porqué es relevante. Hal Adams considera que el poder y la dominación son mantenidos no solo por el garrote y las armas: si controlas ideas también controlas vidas. Si la gente común puede tener confianza en sus propias ideas, sus creencias, si se pueden ver a si mismos como actores y no simplemente como objetos, entonces ellos tendrán los medios para desafiar el control que otros ejercen sobre ellos.
Hal piensa que cuando la gente común adopta las ideas de los dominantes y de los poderosos, dejando a un lado sus propias ideas y experiencias como algo menos importante, las personas están limitando el alcance de su imaginación y, por lo tanto, de sus propias acciones. Él quiere que sus estudiantes comiencen con sus propias experiencias para que desarrollen la confianza en si mismos y en sus ideas, para luego expresarlas públicamente permitiendo que las verdades esenciales pero olvidadas se conviertan en semillas para el cambio.
Un taller de madres que se reunía a las 09:00 a.m. en una escuela pública de Chicago comenzó con un ensayo sobre las experiencias vividas esa misma mañana. Cuando leyeron sus trabajos, una mujer comentó sobre un edificio abandonado por el cual pasaba todos los días y que le causaba temor. En la discusión subsiguiente, se hizo claro que los demás compartían su punto de vista y pronto muchas mujeres comenzaron a escribir sobre “edificios  abandonados” y “un mundo peligroso”. Lo que ella había experimentado como algo personal y privado resulto ser un sentimiento común que se hizo público en la clase. En los meses posteriores, las mujeres investigaron sobre la ley de vivienda, fueron a los tribunales y recibieron una orden para condenar la propiedad. Inspiradas en sus acciones, las mujeres fundaron un Comité Asesor de Base para tomar medidas en cuanto a otros abusos que se cometían en la comunidad. Estas mujeres descubrieron que lo que puede parecer un ensayo sencillo puede llegar a contener una significación importante y que, trabajando juntas, ellas son capaces de llevar a cabo ideas y actividades. Hal opina que es necesario pensar por uno mismo, para alcanzar la liberación y las metas a través los esfuerzos de nuestro
colectivo, en vez de acudir a autoridades externas. Además insiste que todos deberíamos trabajar juntos por un mundo mejor y más justo y aquellos que no se dan cuenta de esto son los analfabetas, sin importar si saben leer.
***
Nosotros los profesores nos ponemos del lado de los estudiantes. Creamos un espacio donde las voces puedan ser escuchadas, sus experiencias afirmadas, sus vidas valoradas, su humanidad proclamada. Los estudiantes no pueden entrar a las escuelas como “objetos”, simples cosas, aparatos y dispositivos, y salir como “sujetos”, con autodeterminación, concientes, con sentido, pensantes, interesados, auto-activados y libres ¿Cuál es mi lugar en el mundo? Unan sus manos, el lugar de ustedes no es a un lado, ven a la mesa, siéntate con los demás. Esta es tu mano. Esta es tu realidad. Aquí es donde nosotros nombramos el mundo y juntos alcanzamos nuestra humanidad. El diálogo comienza.

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EEUU: Central States Retirees A Wave of Organized Wrath

Labornotes/ Jane Slaughter

As they picketed in downtown Detroit Friday over cuts to their pensions, some retired Teamsters were quick to point out that they were not the worst off. “I’ve still got my health and a part-time job that keeps me busy,” said Jim Carothers.

Carothers is facing a 60 percent cut to the pension he earned over 34 years as a carhauler, driving finished autos from the assembly line to dealerships. On July 1 his benefit would fall from $40,000 a year to $16,000, under a proposal from the Central States Pension Fund. But “I’m one of the lucky ones,” he says.

Carothers cites fellow Teamsters who will lose their homes, and a couple who are caring for their 39-year-old severely disabled daughter. “What’s going to happen to those folks?” he asks.

The Detroit picket was one of five this weekend called by angry Teamster retirees under the rubric of “March Madness,” with actions also held in Kansas City, St. Paul, Columbus, and Dunn, North Carolina. They are part of awave of organized wrath over the Central States Fund’s plan to slash existing retirees’ pensions by 50 to 60 percent.

“We haven’t seen this many people coming out to rallies, ever,” said Pete Landon of Teamsters for a Democratic Union, which is helping the organizing. Eight hundred filled a hall last month in Detroit. Columbus and Kansas City drew 500 and 1,200, Minneapolis 750, Milwaukee 300, Cincinnati 200, Houston 300. Retirees have formed “Committees to Protect Pensions” in 20 cities, with Facebook pages set up in a dozen more.

410,000 Livelihoods at Stake

They plan to descend on Washington, D.C., April 14 to support the Keep Our Pension Promises Act (KOPPA) and to ask the Treasury Department to reject the Central States proposal, which will hurt 410,000 Teamsters in 25 states from Florida to Minnesota.

In February, Rita Lewis, widow of a Cincinnati retiree who was a leader of both the pension movement and the Teamster reform movement, asked the Senate Finance Committee for bipartisan Congressional action to help the retirees. The movement has generated two bills in Congress.

KOPPA, introduced by Senator Bernie Sanders and Congresswoman Marcy Kaptur of Ohio, would solve the Central States’ underfunding problem by providing backstop money for the Central States retirees whose companies ran away or went bankrupt. The money would come from closing certain corporate tax loopholes.

A second bill, introduced by Republican Senator Rob Portman of Ohio, would at least give retirees a fair vote on the issue, allowing them to say no and work for a better solution (as it stands, their vote can be vetoed by the Treasury Department). Many Congressional reps and senators have signed on to the retirees’ call for Treasury to reject the Central States plan as presented.

“The retirees have learned how to be citizen lobbyists, backed by a movement,” said Landon. They have been aided by thePension Rights Center, which has provided both organizing savvy and technical help on alternative fixes to the problem.

It Takes Your Dignity


Teamster retirees are rallying by the hundreds and thousands against the Central States Fund’s plan to slash existing retirees’ pensions by 50 to 60 percent. Photo: Jim West, jimwestphoto.com.

Terry Elswick, 57, spent 33 years as a claims clerk for a freight company. Now she walks with a cane. “It broke my heart to retire,” she says. She could not go back to work after a broken back, and says the Fund encouraged her to take early retirement.

“Now they treat us like we’re shamming the Fund,” she says. “It takes your dignity.”

Fund trustees—half from management, half from the Teamsters—want to cut her benefit from $2,850 a month to $1,400. She doesn’t know whether she and her husband, who is facing a similar cut, will be able to keep their home. “We’re used to helping our kids,” Elswick said. “We won’t be able to do that anymore.”

Her husband points out that the Fund’s resources plummeted while it was supposedly under the watchful eye of the federal government. A 1982 consent decree, designed to rid the Fund of corruption, turned over management of much of its assets to Wall Street firms such as Goldman Sachs. These firms collected more than a quarter-billion dollars in fees just in 2009-2013.

For a while, the Fund was flush—so flush that the IRS ordered the trustees to either take in less money or pay out more. They started sending retirees a 13th check each year, and later instituted “30-and-Out” and then “25-and-Out.”

Retirees made plans accordingly, not knowing that their union president and UPS would impoverish the Fund (see sidebar). “I won’t be making any major purchases, that’s for sure,” said Billy Scott, 68, of Detroit. “You just hope to have enough to cover your medications and your doctor’s bill co-pays.”

Scott was in on national negotiations with the carhaul companies for 12 years. “You tell the members, ‘everyone wants a raise, but you need money for the pension contribution,’” he explained. “You ask people to give up a wage increase to stabilize their pension.”

Snowball Is Rolling

Scott is concerned that “if we fail, it will start a snowball. There are 10 million people in multi-employer funds, that this could happen to next. And who’s to say they won’t pass a new law for single-employer funds, too? There are lots of pension funds that are in trouble.”

The Upstate New York Pension Plan, covering 35,000 Teamsters, has just announced its own first steps to slash benefits, as have a small Teamster plan in New Jersey and an Ironworkers fund based in Cleveland.

The Boston College Center for Retirement Research lists 100 troubled funds that could apply to cut members’ pensions. A United Mine Workers fund, for example, has 115,120 participants, almost all of them retired; fewer than 12,000 are still working and thus paying into the fund.

At a recent hearing, Senator Ron Wyden of Oregon condemned the 2014 law and called the state of multi-employer pensions a “public policy emergency.”

Wayne and Jeni Ottney drove from Eaton Rapids, Michigan, to join the line. Wayne said he retired when his freight company started laying off, so that a younger man could have his place. Now, facing a 50 percent cut at the age of 65, “they try to tell me I can go back to the job.

“I always worked afternoons, for 35 years,” Wayne said. “I missed my children growing up—for a pension.”

Now he worries that one of those children also has a target on his back. His son is a union Sheetmetal worker whose pension is also in a multi-employer fund.

One auto worker joined the Teamster picketers in Detroit: Ford employee Jason Krzysiak. His Teamster father is facing draconian cuts. “You have conversations with your little ones,” he said, “what your word means, what a promise means. And then they see the struggles grandpa’s going through…”

As of last fall’s contract, Krzysiak said, his Ford pension was secure. He’s a 20-year employee. But he pointed out that Big 3 workers hired since 2007 don’t have pensions. “If this is the way the UAW is going with the new-hires, what security is there for me as a legacy employee?” he asked. “A generation ago, it seemed more secure.”

Why These Cuts?

In 2008 President James Hoffa allowed United Parcel Service, by far the largest employer of Teamsters, to pull out of the Central States Pension Fund, the nation’s second-largest multi-employer pension plan.

If 45,000 UPS workers in the Central States area were still members, the Fund’s annual income would be more than double what it is now.

The Fund lost $8.8 billion in the stock market crash of 2008. Central States projects that it has only $18 billion available to pay the $34 billion it owes to current and future retirees. Ten years from now, the Fund director claims, it could become insolvent, with retirees dumped into the severely underfunded Pension Benefit Guaranty Corporation (PBGC).

In December 2014 Congress passed the Multiemployer Pension Reform Act (MPRA) after heavy lobbying from Central States, with no public hearings and no debate. Neither the House nor the Senate voted on the bill directly; it was attached to the omnibus budget bill, literally in the middle of the night.

The new law allows multi-employer funds to cut benefits to existing retirees, which until then had been illegal under ERISA.

The PBGC, the public agency set up as a backstop for troubled pension funds, does not have enough money to deal with a Central States default. PBGC is not backed by federal money but exists solely on the relatively small required contributions from employers and plans.

Jane Slaughter is a former editor of Labor Notes.
Fuente original: http://www.labornotes.org/2016/03/central-states-retirees-wave-organized-wrath
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EEUU: Rolling Sickouts Expose Unsafe Detroit Schools

Fuente Labornotes/Abril 2016

 

Detroit Public School teachers organized a slew of rolling sickouts this school year, culminating in a January 20 day of action that shut down 88 out of 97 schools.

Detroit teachers are resilient. You have to be, if you work in a building overrun with mice and mold; if your paychecks have been shrinking steadily for years; if your classroom is so overcrowded that there aren’t enough books or desks to go around.

“With them taking so much away from you little by little, it’s like we’re in this boat by ourselves,” said Lisa Card, a special education teacher at Osborn-Evergreen High School. “They created a system where you don’t have time to worry about anybody else; you have to take care of yourself.”

Just getting through a day can be exhausting. But teachers are finally banding together to reject the message that students in Detroit are failing because we aren’t qualified.

On social media, teachers and students have circulated pictures of falling ceiling tiles, water damage, broken equipment, and infested classrooms.

Teachers are speaking out about pay cuts, rising health care costs, inflated working hours, loss of preparation time, and the measures that were intended to keep us quiet: administrative bullying, abusive evaluation systems, and failure to bargain with the Detroit Federation of Teachers.

Our schools continue to function only because of the dedicated professionals who work directly with students—but the working conditions have never been sustainable. There are hundreds of vacancies. After a few sparsely attended job fairs, new staff members are finally being hired in, often at pay grades above the salaries of current employees.

MILLIONS TO CONSULTANTS

Why can’t the problems that most directly impact the schools be solved? The district’s financial state continually used as an excuse. The debt is wielded as a buffer between what students have and what they need.

But teachers are questioning where the state-appointed “emergency managers” have chosen to invest. Michigan law allows the emergency manager to override our elected school board, leaving the community almost no way to hold the decision-makers accountable.

The district already had a legacy of corruption. Emergency managers have only exacerbated the problem, driving us hundreds of millions of dollars into debt.

This school year, millions were poured into the services of a consulting firm, Learning Sciences Incorporated (LSI). Its consultants visit classrooms, observe teachers, and advise principals on how to improve school climate and academic instruction.

Teachers are frustrated at such expensive intrusions. The consultants have met with increasing hostility from teachers who were pulled from their classrooms during instructional time to attend workshops that they did not find meaningful.

“Detroit has the most teachers that have a master’s degree or higher in the whole state,” said Syndeara Jackson, an instructional specialist at Schulze Academy. “Do we really need an outside consultant to tell us about teaching strategies?”

Teachers’ abilities aren’t the problem, Jackson argues. She would rather see the money allocated to lowering class sizes, providing necessary materials, and maintaining buildings.

On days when LSI is scheduled to observe, teachers are making their distaste known by dressing in black.

FROM FLINT TO DETROIT

Detroit’s schools have been subjected to a host of failed experiments. The majority of the student population has already been lost to charter schools or to the Education Achievement Authority (EAA), a separate, state-run district within city limits.

The district’s irresponsible investments have included brand-new buildings that were immediately taken over by charter or EAA schools, and massive book deals for curriculum materials that were used only briefly, then abruptly replaced.

To address low student performance, past emergency managers imposed punitive measures based on teacher evaluations. Teachers are only considered “highly effective” when their students make more than a year’s worth of academic growth during the school year. Anything less can result in a loss of points, and a pattern of poor scores impacts our job security.

The emergency managers tend to have business backgrounds, and very little knowledge about what it means to create successful learning environments. Before Emergency Manager Darnell Earley came to the Detroit schools, he held the same position for the city of Flint—where he oversaw Flint’s disastrous switch of water source, which poisoned all its residents with lead.

Earley recently announced his resignation from the Detroit Public Schools, but nothing’s been done to reverse the crises he’s walking away from.

WHO SHOULD PAY?

Staff and students are outraged that we’re being held accountable for financial decisions that were made without our input. Since the debt was accrued on the watch of governor-appointed emergency managers, most of us feel that repaying it should be the state’s responsibility.

Instead, Governor Rick Snyder has been pushing for legislation that would create an entirely new school district in Detroit, an approach he calls “Old Co, New Co.”

Under his plan, Detroit Public Schools—the “old company”—would exist only to pay off the current debt and would dissolve when that was accomplished. In its place, a new district would be formed.

Teachers are rightly suspicious. Many fear the plan would streamline efforts to privatize what remains of the public school system.

“I think it’s a cover-up,” says Card, “and it’s another way to not address what’s already been taken from us.”

NEWLY FEARLESS

The changes to come, along with the current conditions, have produced a swell in energy and fearlessness among teachers who once saw themselves as too vulnerable to act out.

Thousands of district employees turned out to a union coalition rally at the capitol on November 3, a scheduled professional development day.

Next, teachers escalated to sickouts—organized independently by rank and filers, not union leaders. During the two weeks leading up to and following winter break, a few schools at a time would vote among their staffs to shut down.

We often use social media to strategize and keep each other informed of developments in the district. But we were more covert in the days leading up to our schools’ individual actions—since, with enough advance notice, administrators were able to thwart some of the planned sickouts by bringing in backup staff to keep schools open.

Eventually people began calling for district-wide sickouts, resulting in over 60 schools closing on January 11 and 88 schools closing on January 20.

Due to Michigan’s anti-strike laws, the sickouts were a tactic that was best organized without the input of the union leadership. Despite efforts to differentiate our actions from an official strike, 28 entities—including individual teachers, established groups, and the Detroit Federation of Teachers—were served with injunctions. In addition, state legislation was introduced that could broaden the definition of a strike and produce severe consequences for teachers who engage in one.

Teachers have also participated in neighborhood walks organized by union leadership to talk with residents near their schools about what they’ve been up against, and ask for support moving forward. February “walk-ins” around the district—schools held brief rallies, and some organized town hall meetings with parents—showcased the schools to the community.

Jackson laid out the solution many Detroiters have been advocating:

“I think the plan is simple,” she said. “The State of Michigan needs to pay the bill that they ran up, and then we should have an elected school board, a superintendent that is interviewed and chosen by the school board, and the Detroit Public Schools should be returned back to the citizens of Detroit.”

Nina Chacker is a teacher of the deaf and hard of hearing at Schulze Academy, a Detroit public school.

A version of this article appeared in Labor Notes #444, March 2016. Don’t miss an issue, subscribe today.
Noticia original en : http://www.labornotes.org/2016/03/rolling-sickouts-expose-unsafe-detroit-schools
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Buscan regresar a la educación bilingüe, o más bien “multilingüe”, en California

EEUU/ 17 marzo 2016/ Autora: Pilar Marrero/ Fuente: http://www.laopinion.com/

El gobierno estatal considera que ya es hora que las escuelas públicas puedan enseñar en varios idiomas e impulsa la anulación de la Proposición 227 de 1998. El que la propuso, Ron Unz, defiende sus logros y se lanza como candidato al senado. Casi 20 años después, vuelve la lucha por las lenguas en la educación de California.

Hace 18 años, los votantes de California votaron a favor de la Proposición 227 para desmantelar el sistema de educación bilingüe que existía en aquel entonces en las escuelas públicas y crear programas de inmersión en inglés para estudiantes que necesitan aprender el idioma.

Este noviembre, sin embargo, los votantes del estado podrán decidir si anulan gran parte de aquella medida para aprobar otra que, según sus proponentes, permitiría que las escuelas de California tuvieran libertad de ofrecer programas multilingües, sin todas las restricciones que la Proposición 227 les impuso.

El senador Ricardo Lara, proponente principal de la medida que tras ser aprobada por la legislatura y el gobernador, irá a la boleta electoral de este mes de noviembre, dijo en una entrevista con La Opinión que la medida, llamada California Multilingual Education Act de 2016, “le dará a los distritos escolares la oportunidad de ofrecer programas multilingües sin todas las restricciones que tiene la 227 y en la economía global en la que estamos, tenemos una rica reserva de estudiantes que ya hablan dos idiomas y pueden aprender cualquier otro idioma que ellos quieran”.

“No vamos a retomar la batalla de educación bilingüe, esos programas ya no existen”, dijo Lara.“Lo que queremos es que las escuelas públicas puedan competir con las escuelas privadas y charter que ya ofrecen estos programas. Esas escuelas tienen listas de espera de 3 a 5 años por que los padres quieren que sus hijos tengan más idiomas para poder competir en la economía global”.

Cada vez son más y más padres los que firman los llamados “waivers” o permisos estatales para permitir que a sus hijos los incluyan en programas para aprender otros idiomas, dijo Lara. “Sabemos claramente que la lengua oficial de California es el inglés y eso no lo vamos a discutir, pero queremos que los estudiantes de California tengan las mismas posibilidades que tienen los de Europa, o India o Asia, que crecen hablando dos y tres idiomas”.

Unz defiende logros de la 227 y se lanza al senado

Pero el autor de la medida aprobada en 1998 por los votantes, Ron Unz, dijo en una entrevista que si esta “gente estúpida” logra la anulación de la 227 y regresa al viejo sistema de educación bilingüe, “habrá una gran revolución por parte de los padres inmigrantes”.

Unz, un exempresario y e candidato a gobernador, fue quien empujó y financió la Proposicion 227 en 1998. En 2014, cuando la legislatura votó a favor de llevar la iniciativa que anularía la 227 a la boleta de noviembre de este año, Unz comenzó a pensar que podría hacer para evitarlo.  “Fui a mi sótano y saqué docenas de cajas con documentos para tratar de montar una campaña por el NO”, dijo Unz. “Pero hace unos días decidí que la mejor manera sería lanzar mi candidatura al senado por California, probablemente no gane, pero esto me servirá para dar a conocer este tema. Creo que ya nadie le está prestando atención a la educación bilingüe y es preciso detener estos intentos”.

El empresario, residente en Palo Alto, California, dijo que la Proposición 227 y los programas de inmersión en inglés fueron “todo un éxito”.

“En los siguientes dos años después de su aprobación hubo reportes y un aumento en los niveles de escolaridad de los estudiantes de inglés como segundo idioma”, dijo Unz. “Hasta el ex presidente de la Asociación de Educación Bilingüe escritió un editorial en la prensa diciendo que se había equivocado”.

Unz asegura que los expertos que decían que los niños inmigrantes no podían aprender el inglés rápidamente y que era necesario ofrecerles clases de las materias en su idioma, “estaban totalmente equivocados”.

“Se ha comprobado que los niños inmigrantes pueden aprender rápidamente el inglés. Las teorías al respecto eran una tontería”, dijo Unz, quien aceptó de cualquier forma que “aunque esta medida pase, no creo que vayamos a volver a ver el tipo de programas bilingües de antaño”.

“Siempre ha habido programas de doble lengua, la única diferencia es que los padres tienen que firmar un permiso, la escuela tiene que informar a los padres. Antes no ocurría eso”, dijo Unz. “

Los estudios sobre los efectos de la 227 no son concluyentes

Aunque en California los estudiantes han visto un aumento en el puntaje de las pruebas estandarizadas –este aumento es el que cita Unz como el éxito de la 227- los estudios realizados no han podido determinar que esto se deba a la eliminación de la educación bilingüe.

Un estudio de cinco años encargado por el Departamento Estatal de Educación y publicado en 2006, encontró que la Proposición 227 tuvo un dramático efecto en la reducción de estudiantes que recibían educación bilingüe, pasando de 30% a 8%, pero al mismo tiempo hubo otros cambios en política educativa que pueden haber afectado el rendimiento de los alumnos, incluyendo la reducción en el tamaño de las clases y un nuevo sistema de “accountability” o responsabilidad en el sistema escolar.

“Desde que se aprobó la 227 los estudiantes de California han tenido aumentos en su rendimiento, pero han sido tantos los cambios en el sistema educativo que es imposible atribuir estos cambios a un factor en particular”, dice el estudio.  Además, el aumento en rendimiento se dio en todos los estudiantes en general y no sólo los de Inglés como Segunda Lengua.

Otro estudio realizado por la Universidad de Stanford en 2008 encontró algo similar y sugirió buscar otras políticas para cerrar la persistente brecha en aprendizaje que siguen teniendo los estudiantes inmigrantes.

Estamos perdiendo a más de una generación de jóvenes debido a la falta de estatus migratorio »
Senadores demócratas proponen hacer gratuitos dos años de educación superior »
Estudiar en USC ahora costará más que estudiar en Harvard »

Fuente de la Noticia y Fotografía:

Buscan regresar a la educación bilingüe, o más bien “multilingüe”, en California

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EEUU: The Shrinking Ph.D. Job Market

InsideHigherEd/4 de abril de 2016/Por: Scott Jaschik

Resumen: A medida que el número de nuevos doctores se eleva, aumenta
también el porcentaje de personas que culminan un doctorado y no tienen un
empleo. El mercado de trabajo para los nuevos doctores es cada vez más
estrecho. Según una investigación desarrollada en la Universidad de
Chicago, las cifras muestran un crecimiento de ingreso y feliz término de
postgrados en todos los campos desde las ciencias para la vida hasta las
físicas, sociales, ingeniería, educación humanidades en un margen de 10
años, sin embargo, no ocurre lo mismo con los postdoctorados donde las
cifras decaen significativamente. El tema salarial es relativamente en
contraposición a los grados académicos logrados al igual que los beneficios
laborales, lo cual es perjudicial, pues, obtener un doctorado o un
postdoctorado obliga buscar un empleo con una indemnización adecuada debido
a que deben sufragar los niveles de la deuda contraída por estudios. Por
otro lado, las protestas en torno a la contratación de negros, latinos y
mujeres con titulaciones de doctorado y postdoctorados ha obligado a las
universidades ampliar sus objetivos de contratación dirigidos a la
diversidad racial, étnica y de genero presente en las universidades.

As number of new Ph.D.s rises, the percentage of people earning a doctorate
without a job waiting for them is up. While all disciplines face the
problem, some have particularly high debt levels.

American universities awarded 54,070 research doctorates in 2014, the
highest total in the 58 years that the National Science Foundation has
sponsored the Survey of Earned Doctorates, a new edition of which was released Friday.

But while more doctorates are being awarded, the figures also point to
transitions and concerns in graduate education.

Increasingly, the pool of doctoral degrees coming out of American
universities is dominated by science and engineering Ph.D.s. Their numbers
were up 2 percent in 2014, compared to the prior year, while all other
research doctorates were down by 2 percent. With those changes, science and
engineering Ph.D.s make up 75 percent of all doctorates awarded in 2014. In
1974, they made up only 58 percent of the total. And science and
engineering doctoral education remains dependent on non-American talent —
which many view as a sign of success for American higher education but
others worry leaves American universities vulnerable if students opt to
enroll elsewhere.

The job market for new Ph.D.s is ever tighter. While this attracts the most
attention and debate within academe about humanities graduates, there are
signs of a tightening job market across disciplines.

The NSF analysis — based on research by NORC at the University of Chicago
— encourages examining shifts over several-year periods rather than just a
single year, for a better understanding of the trends.

While the number of humanities doctorates fell about five years ago, it is
now higher than it was 10 years ago. The growth in engineering has been
particularly high in the last five years.

Education, which 10 years ago made up 15.8 percent of new doctorates, now
makes up only 8.9 percent of new doctorates. And while humanities
doctorates are up, their share of new doctorates has dropped in 10 years
from 12.4 to 10.1 percent.

The humanities figures tend to draw particular attention because of gloomy
reports about the humanities job market. Consider the latest figures from
the Modern Language Association and the American Historical Association.

But the data in the report on the postdoctorate plans of new Ph.D.s show
that the tightening job market for doctorate holders is by no means unique
to the humanities. Across the board, including STEM disciplines, the
percentage of new Ph.D.s with job commitments (including postdocs) after
they earn their doctorates is dropping.

The disciplines vary widely in terms of the career aspirations and jobs
attained by Ph.D.s. While many humanities disciplines are promoting
nonacademic careers, the vast majority of those entering Ph.D. programs
want academic careers, and that goal leads many of them — if unable to
obtain a tenure-track position — to work off the tenure track, frequently
in positions at relatively low pay and with minimal if any benefits. This
also adds to job market competitiveness, as new Ph.D.s are competing with
not only their own cohort but also those from several years before who
still haven’t landed a good position.

In science and technology fields, and some of the social sciences, many
doctoral students aspire to corporate or government jobs, and many get
those jobs, yet these disciplines also are seeing fewer people earn Ph.D.s
with a firm commitment for employment or postdoc. (Postdocs are much more
common in the physical and life sciences than in the humanities and social
sciences, although they are becoming more common in those fields as well.)

But a key difference among disciplines explains much of the urgency about
this issue in the humanities and social sciences. Not only do humanities
and some social sciences graduate students take longer to earn their
doctorates than those in many STEM fields, but they are graduating with
much more debt — much of it from their time as doctoral students. This
makes the need to find employment with adequate compensation more urgent
than for those graduating without such large debt levels.

The following table shows the cumulative debt upon receiving a Ph.D.,
including undergraduate debt, and the percentage of new Ph.D.s with debt in
excess of $70,000. Education and the social sciences not only have the
highest average debts, but significant numbers with very high debt levels
(more than $70,000).

This year’s data are being released at a time when many minority student
protests have focused attention on the relative lack of racial and ethnic
diversity at many colleges and universities. In trying to resolve some of
those protests, many colleges have pledged to meet certain targets for
hiring black and Latino faculty members by set dates — even as some have
warned that the supply of black and Latino Ph.D.s needs to increase
significantly for colleges to meet their targets.

The news release from the NSF noted many gains in diversifying the new Ph.D. population. The release noted, for
example, that women now account for nearly half (46 percent) of all new
doctorates, and that the rates at which women are earning Ph.D.s are much
higher than those for men.

The NSF also boasted about gains for racial and ethnic minority groups, but
they were generally over the long run. The proportion of doctorates awarded
to African-Americans has increased from 4.1 percent to 6.4 percent between
1994 and 2014. And over the same period, the rate for Hispanics or Latinos
increased from 3.3 percent to 6.5 percent.

But year to year, the numbers are relatively stagnant, and they do not
reflect the overall growth in the Ph.D. population. The number of Latino
Ph.D.s in 2014 was 3,157, up from 3,074 the year before. The number of
black Ph.D.s in 2014 was 2,649, down 10 from the year before. A
disproportionate number (523) of Ph.D.s to black people also continue to be
awarded in education. In many STEM fields, new black Ph.D.s in 2014 were in
single digits: one in nuclear engineering, two in particle physics, one in
robotics and so forth. Those breakdowns may be crucial, as many colleges
have said they want not only to increase the numbers of black and Latino
faculty members, but to do so across disciplines.

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www.insidehighered.com/news/2016/04/04/new-data-show-tightening-phd-job-market-across-disciplines

 

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Angela Davis y «Democracia de la abolición; prisiones, racismo y violencia»

Fuente:http://bolgaia.blogspot.com.es/

El libro ‘Democracia de la abolición; prisiones, racismo y violencia’ constituye una oportunidad imprescindible para retomar contacto con el núcleo nervioso de los debates en torno al “sistema industrial-penitenciario”.

Democracia de la abolición; prisiones, racismo y violencia constituye una oportunidad imprescindible para retomar contacto con el núcleo nervioso de los apremiantes debates en torno a la existencia de lo que los abolicionistas llaman “el sistema industrial-penitenciario”. El libro, editado por Eduardo Mendieta con el respaldo de la Editorial Trotta, reúne en su primera parte dos textos fundamentales de Angela Y. Davis escritos en 2003 y 2005, «¿Están las prisiones obsoletas?» y «La democracia de la abolición: más allá del imperio, las prisiones y la tortura».

La segunda parte del texto la ocupan varias entrevistas realizadas por Mendieta a la filósofa y militante histórica afroamericana. En ellas, la autora sigue ahondando en las relaciones entre racismo, clasismo y sexismo a partir de los análisis realizados sobre la función de la cárcel como dispositivo de control y represión social, así como de acumulación del capital en las sociedades globalizadas. Las torturas de Abu Ghraib, los encarcelamientos masivos de personas migrantes procedentes del Sur global, el incremento exponencial de mujeres encarceladas y la demencial extrarrepresentación de personas negras en las cárceles de todo el mundo guían las preguntas y propuestas que conforman esta obra de Angela Y. Davis traducida al castellano en 2016.

«Éste es el papel ideológico que juega la prisión; nos exime de la responsabilidad de enfrentarnos seriamente con los problemas de nuestra sociedad»
“Asumimos que las prisiones son inevitables, pero a menudo tenemos miedo de enfrentarnos a las realidades que producen. Éste es el papel ideológico que juega la prisión; nos exime de la responsabilidad de enfrentarnos seriamente con los problemas de nuestra sociedad, especialmente con aquellos producidos por el racismo y, de manera creciente, por el capitalismo global”. Tal es parte de la aguda crítica que Davis lanza sobre la cuestión naturalizada de la cárcel como campo de concentración en el que se deposita al indeseable. Es posible que para los activistas de la abolición en Europa esto no constituya novedad alguna. Sin embargo, lo realmente sugerente de dicho análisis es la manera en la que se atiende a la intersección de raza, sexo y clase que atraviesa a los sujetos predominantemente encarcelados. No se trata de un simple efecto de los prejuicios dominantes. Se presenta como prueba de la institucionalidad del racismo, una dimensión poco explorada del poder por los sectores racialmente privilegiados de la izquierda radical blanca.
Todo ello adquiere mayor relieve al situar frente al foco de atención el evidente hilo rojo que conecta la historia de la institución de la esclavitud, la segregación racial y el sistema industrial-penitenciario como parte de la persistente estrategia desplegada desde la dimensión colonial del poder moderno. El encarcelamiento no fue utilizado como forma predominante de castigo hasta el siglo XVIII en Europa y el XIX en Estados Unidos con la Revolución americana pasando igualmente a formar parte importante del sistema colonial europeo en Asia y África.
Según los estudios del icono del Black Power, la consolidación del capitalismo tardío y a la aparición de una nueva clase social emergente influenciada por las ideas ilustradas hizo que el encarcelamiento se convirtiera en una pena en sí, en lugar de representar parte del proceso que desembocaría en el castigo final. Con la influencia de la Ilustración, se comenzaba a pensar que el criminal era “reformable”, por lo que quizás, tras un tiempo de soledad tras las rejas, se produciría una conversión moral del mismo. Sin embargo, el nuevo pudor ilustrado frente a los castigos tradicionales –latigazos, amputaciones, torturas públicas− ahondaba en la subalternización tradicional de los sujetos racializados. Sabemos que tras la abolición de la esclavitud, el sistema carcelario sirvió para restringir legalmente la libertad de los exesclavizados.

Sistema industrial-penitenciario y racismo

Retomando las lúcidas perspectivas de Frederick Douglass y de Williams E. B. Dubois, así como los relatos de Assata Shakur, George Jackson o Malcolm X realizados desde la cárcel, Angela Y. Davis pone al descubierto la relación estructural entre los procesos de acumulación del capital y la dimensión racista del poder relacionadas con el sistema industrial-penitenciario. Una lectura seria de la respetada obra de Davis sigue siendo necesaria para desmantelar la falsa y persistente idea producida desde los sectores privilegiados de la izquierda etnocéntrica que consiste en asegurar que lo racial constituye un simple eje superestructural de las jerarquías de poder.
La mano de obra negra convicta ha sido fundamental en la historia de los EE UU
Una lectura decolonial de la perspectiva marxista observa los fenómenos constitutivos del capitalismo introduciendo las categorías de raza y género alumbrando dimensiones esenciales de los procesos que desembocan en la división internacional del trabajo. Tal y como señala nuestra autora, la mano de obra negra convicta ha sido fundamental en la historia de los EE UU. Negar la contribución histórica de los negros contribuye a solidificar la línea de lo humano que los sitúa en la zona del no-ser.
Así mismo: “Los teóricos marxistas del derecho penal han subrayado precisamente que el periodo histórico durante el cual apareció la forma de la mercancía es la etapa en la que las condenas a prisión emergieron como forma de castigo principal”. Estudiando y subsumiendo dicho fenómeno, nos vemos obligados a trascender la reacción automatizada de carácter moral que acompaña a la cuestión carcelaria en el imaginario popular.
Al llamar al sistema carcelario “sistema industrial-penitenciario” se evoca el sistema industrial-militar dirigiendo la crítica hacia las condiciones de posibilidad en la que se perpetúa una potente industria económica internacional relacionada con la existencia de las cárceles que contribuye al enriquecimiento de las sociedades modernas. Al igual que esclavitud y colonialismo fueron procesos sobre los que, incluso según el propio Marx, se cimentó la acumulación originaria del capital, la aparición y consolidación de la mercancía, así como su relación con los trabajos forzados realizados en las prisiones del momento, vuelven a alumbrar la dimensión sacrificial inherente al sistema capitalista y vuelven a conectarlo con la subalternización de una parte de la humanidad a través de la racialización/subalternización de la diferencia. Se trata de la colonialidad del poder.

Cárcel e interseccionalidad

“Para las mujeres, la continuidad en el trato que reciben en el mundo libre y en el universo penitenciario es más complicada incluso, ya que también se enfrentan a formas de violencia en las prisiones a las que se han tenido que enfrentar en sus hogares y en sus relaciones íntimas. Diversos estudios sobe cárceles femeninas en todo el mundo señalan que el abuso sexual es una forma de castigo permanente, aunque desconocido, al que se somete habitualmente a la inmensa mayoría de las mujeres encarceladas”. Es necesario reproducir individuos desechables, indeseables y peligrosos según el discurso dominante. El afianzamiento del lumpen, la creación de escuelas gueto, de barrios marginales y de condiciones laborales infrahumanas que produzcan necesidad, sufrimiento y marginalidad alimenta al sistema industrial-penitenciario produciendo presos.
«El abuso sexual es una forma de castigo permanente, aunque desconocido, al que se somete habitualmente a la inmensa mayoría de las mujeres encarceladas”
Sin embargo, las intersecciones producidas entre dominación racial, heteropatriarcal, las estrategias estatales de represión política y las agresiones corporales sufridas por las mujeres –especialmente por las no blancas− fuera y dentro de las prisiones han sido poco atendidas desde la crítica anticarcelaria. Así bien, a pesar de representar una minoría reclusa, las mujeres continúan siendo hoy en día el sector de población carcelaria que más rápidamente crece en todo el mundo.
Angela Davis advierte, no obstante, que mientras que el varón es castigado principalmente en el ámbito público, las mujeres siguen siendo, además, disciplinadas y castigadas en público y en la intimidad a través de otras formas invisibilizadas. Tal realidad explica algunos de los vehículos de transferencia entre violencia estatal y violencia machista, así como nos empuja a penetrar en algunos puntos ciegos de la naturaleza estructural del patriarcado. La pandemia de los feminicidios es la forma dominante de castigo hacia las mujeres y eso también explica que sean una minoría en el mundo carcelario. Además, según los estudios históricos, las mujeres han sido tradicionalmente internadas en instituciones mentales en mayor número que los hombres. La figura del desecho masculino desemboca en el arquetipo del “delincuente”, mientras que el femenino lo hace en el de la “desequilibrada mental”. Hasta tal punto ha sido operativa esta sexualización del castigo que, según nuestra autora, las presas son medicadas con drogas psiquiátricas de manera mucho más frecuente que los reclusos.
Resulta absolutamente imposible comenzar a desplegar un pequeño mapa introductorio que haga justicia a la multidimensionalidad y el rigor de la perspectiva mostrada por esta histórica e imprescindible figura de la lucha contra el racismo, el sexismo y el clasismo. Democracia de la abolición; prisiones, racismo y violencia tiene todas las características para transformarse en un texto de referencia en el mundo castellanoparlante. Un texto exhaustivo que, lejos de constituir un simple panfleto, vuelve a proporcionar herramientas para imaginar un mundo en el que las prisiones no sean necesarias.
El trabajo y las propuestas lanzadas por Davis –que podemos leer gracias a Eduardo Mendieta− están lejos de poder ser catalogadas como ingenuas o inalcanzables. Posiblemente no haya nada mejor para concluir que sus propias palabras al respecto: “La estrategia debería ser una reducción de presos, ¿cómo? Ser capaces de desarrollar alternativas efectivas implica una transformación tanto de las técnicas para determinar qué es la “delincuencia” como de las condiciones sociales y económicas que conducen a tantos niños de las comunidades pobres, especialmente de aquellas comunidades de gente de color, al sistema penal juvenil y luego a prisión. El reto más urgente y difícil de alcanzar hoy día consiste precisamente en explorar creativamente nuevos marcos jurídicos en los que la prisión no figure como nuestra mayor bandera”.
 Fotografía: Helios F. Garcés, en periódico Diagonal. Foto: Condenados a trabajos forzados en 1917 en Florida.
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