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Sobre el trabajo académico, el asalto neoliberal a las universidades y cómo debería ser la educación superior

Lo que sigue es la traducción castellana de una transcripción editada en inglés de un conjunto de observaciones realizadas por Noam Chomsky vía Skype el pasado 4 de febrero para una reunión de afiliados y simpatizantes del sindicato universitario asociado a la Unión de Trabajadores del Acero (Adjunct Faculty Association of the United Steelworkers) en Pittsburgh, PA. Las manifestaciones del profesor Chomsky se produjeron en respuesta a preguntas de  Robin Clarke, Adam Davis, David Hoinski, Maria Somma, Robin J. Sowards, Matthew Ussia y Joshua Zelesnick. La transcripción escrita de las respuestas orales la realizó Robin J. Sowards y la edición y redacción corrió a cargo del propio Noam Chomsky. La traducción castellana del texto ingles la realizó parawww.sinpermiso.info Mínima Estrella.Sobre la contratación temporal de profesores y la desaparición de la carrera académicaEso es parte del modelo de negocio. Es lo mismo que la contratación de temporales en la industria o lo que los de Wall Mart llaman “asociados”, empleados sin derechos sociales ni cobertura sanitaria o de desempleo, a fin de reducir costes laborales e incrementar el servilismo laboral. Cuando las universidades se convierten en empresas, como ha venido ocurriendo harto sistemáticamente durante la última generación como parte de un asalto neoliberal general a la población, su modelo de negocio entraña que lo que importa es la línea de base. Los propietarios efectivos son los fiduciarios (o la legislatura, en el caso de las universidades públicas de los estados federados), y lo que quieren mantener los costos bajos y asegurarse de que el personal laboral es dócil y obediente. Y en substancia, la formas de hacer eso son los temporales. Así como la contratación de trabajadores temporales se ha disparado en el período neoliberal, en la universidad estamos asistiendo al mismo fenómeno. La idea es dividir a la sociedad en dos grupos. A uno de los grupos se le llama a veces “plutonomía” (un palabro usado por Citibank cuando hacía publicidad entre sus inversores sobre la mejor forma de invertir fondos), el sector en la cúspide de una riqueza global pero concentrada sobre todo en sitios como los EEUU. El otro grupo, el resto de la población, es un “precariado”, gentes que viven una existencia precaria.

Esa idea asoma de vez en cuando de forma abierta. Así, por ejemplo, cuando Alan Greenspan testificó ante el Congreso en 1997 sobre las maravillas de la economía que estaba dirigiendo, dijo redondamente que una de las bases de su éxito económico era que estaba imponiendo lo que él mismo llamó “una mayor inseguridad en los trabajadores”. Si los trabajadores están más inseguros, eso es muy “sano” para la sociedad, porque si los trabajadores están inseguros, no exigirán aumentos salariales, no irán a la huelga, no reclamarán derechos sociales: servirán a sus amos tan donosa como pasivamente. Y eso es óptimo para la salud económica de las grandes empresas. En su día, a todo el mundo le pareció muy razonable el comentario de Greenspan, a juzgar por la falta de reacciones y los aplausos registrados. Bueno, pues transfieran eso a las universidades: ¿cómo conseguir una mayor “inseguridad” de los trabajadores? Esencialmente, no garantizándoles el empleo, manteniendo a la gente pendiente de un hilo que puede cortarse en cualquier momento, de manera que mejor que estén con la boca cerrada, acepten salarios ínfimos y hagan su trabajo; y si por ventura se les permite servir bajo tan miserables condiciones durante un año más, que se den con un canto en los dientes y no pidan más. Esa es la manera como se consiguen sociedades eficientes y sanas desde el punto de vista de las empresas. Y en la medida en que las universidades avanzan por la vía de un modelo de negocio empresarial, la precariedad es exactamente lo que se impone. Y más que veremos en lo venidero.

Ese es un aspecto, pero otros aspectos que resultan también harto familiares en la industria privada: señaladamente, el aumento de estratos administrativos y burocráticos. Si tienes que controlar la gente, tienes que disponer de una fuerza administrativa que lo haga. Así, en la industria norteamericana más que en cualquier otra parte, se acumula estrato ad administrativo tras estrato administrativo: una suerte de despilfarro económico, pero útil para el control y la dominación. Y lo mismo vale para las universidades. En los pasados 30 0 40 años se ha registrado un aumento drástico en la proporción del personal administrativo en relación el profesorado y los estudiantes de las facultades: profesorado y estudiantes han mantenido la proporción entre ellos, pero la proporción de administrativos se ha disparado. Un conocido sociólogo, Benjamin Ginsberg, ha escrito un muy buen libro titulado The Fall of the Faculty: The Rise of the All-Administrative University and Why It Matters(Oxford University Press, 2011), en el que se describe con detalle el estilo empresarial de administración y niveles burocráticos multiplicados. Ni que decir tiene, con administradores profesionales más que bien pagados: los decanos, por ejemplo, que antes solían miembros de la facultad que dejaban la labor docente para servir como gestores con la idea de reintegrarse a la facultad al cabo de unos años. Ahora son todos profesionales, que tienen que contratar a vicedecanos, secretarios, etc., etc., toda la proliferación de estructura que va con los administradores. Todo eso es otro aspecto del modelo empresarial.

Pero servirse de trabajo barato –y vulnerable— es una práctica de negocio que se remonta a los inicios mismos de la empresa privada, y los sindicatos nacieron respondiendo a eso. En las universidades, trabajo barato, vulnerable, significa ayudantes y estudiantes graduados. Los estudiantes graduados son todavía más vulnerables, huelga decirlo, La idea es transferir la instrucción a trabajadores precarios, lo que mejora la disciplina y el control, pero también permite la transferencia de fondos a otros fines muy distintos de la educación. Los costos, claro está, los pagan los estudiantes y las gentes que se ven arrastradas a esos puestos de trabajo vulnerables. Pero es un rasgo típico de una sociedad dirigida por la mentalidad empresarial transferir los costos a la gente. Los economistas cooperan tácitamente en eso. Así, por ejemplo, imaginen que descubren un error en su cuenta corriente y llaman al banco para tratar de enmendarlo. Bueno, ya saben ustedes lo que pasa. Usted les llama por teléfono, y le sale un contestador automático con un mensaje grabado que le dice: “Le queremos mucho, y ahí tiene un menú”. Tal vez le menú ofrecido contiene lo que usted busca, tal vez no. Si acierta a elegir la opción ofrecida correcta, lo que escucha a continuación es una musiquita, y de rato en rato una voz que le dice: “Por favor, no se retire, estamos encantados de servirle”, y así por el estilo. Al final, transcurrido un buen tiempo, una voz humana a la que poder plantearle una breve cuestión. A eso los economistas le llaman “eficiencia”. Con medidas económicas, ese sistema reduce los costos laborales del banco; huelga decir que le carga los costos a usted, y esos costos han de multiplicarse por el número de usuarios, que puede ser enorme: pero eso no cuenta como coste en el cálculo económico. Y si miran ustedes cómo funciona la sociedad, encuentran eso por doquiera. Del mismo modo, la universidad impone costos a los estudiantes y a un personal docente que, además e tenerlo apartado de la carrera académica, se le mantiene en una condición que garantiza un porvenir sin seguridad. Todo eso resulta perfectamente natural en los modelos de negocio empresariales. Es nefasto para la educación, pero su objetivo no es la educación.

En efecto, si echamos una mirada más retrospectiva, la cosa se revela más profunda todavía. Cuando todo esto empezó, a comienzos de los 70, suscitaba mucha preocupación en todo el espectro político establecido el activismo de los 60, comúnmente conocidos como “la época de los líos”. Fue una “época de líos” porque el país se estaba civilizando [con las luchas por los derechos civiles], y eso siempre es peligroso. La gente se estaba politizando y se comprometía con la conquista de derechos para los grupos llamados “de intereses especiales”: las mujeres, los trabajadores, los campesinos, los jóvenes, los viejos, etc. Eso llevó a una grave reacción, conducida de forma prácticamente abierta. En el lado de la izquierda liberal del establishment, tenemos un libro llamado The Crisis of Democracy: Report on the Governability of Democracies to the Trilateral Commission, compilado por Michel Crozier, Samuel P. Huntington y Joji Watanuki (New York University Press, 1975) y patrocinado por la Comisión Trilateral una organización de liberales internacionalistas. Casi toda la administración Carter se reclutó entre sus filas. Estaban preocupados por lo que ellos llamaban la “crisis de la democracia” y que no dimanaba de otra cosa del exceso de democracia. En los 60 la población –los “intereses especiales” mencionados— presionaba para conquistar derechos dentro de la arena política, lo que se traducía en demasiada presión sobre el Estado: no podía ser. Había un interés especial que dejaban de lado, y es a saber: el del sector granempresarial; porque sus intereses coinciden con el “interés nacional”. Se supone que el sector graempresarial controla al Estado, de modo que no hay ni que hablar de sus intereses. Pero los “intereses especiales” causaban problemas, y estos caballeros llegaron a la conclusión de que “tenemos que tener más moderación en la democracia”: el público tenía que volver a ser pasivo y regresar a la apatía. De particular preocupación les resultaban las escuelas y las universidades, que, decían, no cumplían bien su tarea de “adoctrinar a los jóvenes” convenientemente: el activismo estudiantil –el movimiento de derechos civiles, el movimiento antibelicista, el movimiento feminista, los movimientos ambientalistas— probaba que los jóvenes no estaban correctamente adoctrinados.

Bien, ¿cómo adoctrinar a los jóvenes? Hay más de una forma. Una forma es cargarlos con deudas desesperadamente pesadas para sufragar sus estudios. La deuda es una trampa, especialmente la deuda estudiantil, que es enorme, mucho más grande que el volumen de  deuda acumulada en las tarjetas de crédito. Es una trampa para el resto de su vida porque las leyes están diseñadas para que no puedan salir de ella. Si, digamos, una empresa incurre en demasiada deuda, puede declararse en quiebra. Pero si los estudiantes suspenden pagos, nunca podrán conseguir una tarjeta de la seguridad social. Es una técnica de disciplinamiento. No digo yo que eso se hiciera así con tal propósito, pero desde luego tiene ese efecto. Y resulta harto difícil de defender en términos económicos. Miren ustedes un poco lo que pasa por el mundo: la educación superior es en casi todas partes gratuita. En los países con los mejores niveles educativos, Finlandia (que anda en cabeza), pongamos por caso, la educación superior es pública y gratuita. Y en un país rico y exitoso como Alemania es pública y gratuita. En México, un país pobre que, sin embargo, tiene niveles de educación muy decentes si atendemos a las dificultades económicas a las que se enfrenta, es pública y gratuita. Pero miren lo que pasa en los EEUU: si nos remontamos a los 40 y los 50, la educación superior se acercaba mucho a la gratuidad. La Ley GI ofreció educación superior gratuita a una gran cantidad de gente que jamás habría podido acceder a la universidad. Fue muy bueno para ellos y fue muy bueno para la economía y para la sociedad; fue parte de las causas que explican la elevada tasa de crecimiento económico. Incluso en las entidades privadas, la educación llegó a ser prácticamente gratuita. Yo, por ejemplo: entré en la facultad en 1945, en una universidad de la Ivy League, la Universidad de Pensilvania, y la matrícula costaba 100 dólares. Eso serían unos 800 dólares de hoy. Y era muy fácil acceder a una beca, de modo que podías vivir en casa, trabajar e ir a la facultad, sin que te costara nada. Lo que ahora ocurre es ultrajante. Tengo nietos en la universidad que tienen que pagar la matrícula y trabajar, y es casi imposible. Para los estudiantes, eso es una técnica disciplinaria.

Y otra técnica de adoctrinamiento es cortar el contacto de los estudiantes con el personal docente: clases grandes, profesores temporales que, sobrecargados de tareas, apenas pueden vivir con un salario de ayudantes. Y puesto que no tienes seguridad en el puesto de trabajo, no puedes construir una carrera, no puedes irte a otro sitio y conseguir más. Todas esas son técnicas de disciplinamiento, de adoctrinamiento y de control. Y es muy similar a lo que uno espera que ocurra en una fábrica, en la que los trabajadores fabriles han de ser disciplinados, han de ser obedientes; y se supone que no deben desempeñar ningún papel en, digamos, la organización de la producción o en la determinación del funcionamiento de la planta de trabajo: eso es cosa de los ejecutivos. Esto se transfiere ahora a las universidades. Y yo creo que nadie que tenga algo de experiencia en la empresa privada y en la industria debería sorprenderse; así trabajan.

Sobre cómo debería ser la educación superior

Para empezar, deberíamos desechar toda idea de que alguna vez hubo una “edad de oro”. Las cosas eran distintas, y en ciertos sentidos, mejores en el pasado, pero distaban mucho de ser perfectas. Las universidades tradicionales eran, por ejemplo, extremadamente jerárquicas, con muy poca participación democrática en la toma de decisiones. Una parte del activismo de los 60 consistió en el intento de democratizar las universidades, de incorporar, digamos, a representantes estudiantiles a las juntas de facultad, de animar al personal no docente a participar. Esos esfuerzos se hicieron por iniciativa de los estudiantes, y no dejaron de tener cierto éxito. La mayoría de universidades disfrutan ahora de algún grado de participación estudiantil en las decisiones de las facultades. Y yo creo que ese es el tipo de cosas que deberíamos ahora seguir promoviendo: una institución democrática en la que la gente que está en la institución, cualquiera que sea (profesores ordinarios, estudiantes, personal no docente) participan en la determinación de la naturaleza de la institución y de su funcionamiento; y lo mismo vale para las fábricas.

No son estas ideas de izquierda radical, por cierto. Proceden directamente del liberalismo clásico. Si leéis, por ejemplo, a John Stuart Mill, una figura capital de la tradición liberal clásica, verán que daba por descontado que los puestos de trabajo tenían que ser gestionados y controlados por la gente que trabajaba en ellos: eso es libertad y democracia (véase, por ejemplo, John Stuart Mill,Principles of Political Economy, book 4, ch. 7). Vemos las mismas ideas en los EEUU. En los Caballeros del Trabajo, pongamos por caso: uno de los objetivos declaradis de esta organización era “instituir organizaciones cooperativas que tiendan a superar el sistema salarial introduciendo un sistema industrial cooperativo” (véase la “Founding Ceremony” para las nuevas asociaciones locales). O piénsese en alguien como John Dewey, un filósofo social de la corriente principal del siglo XX, quien no sólo abogó por una educación encaminada a la independencia creativa, sino también por el control obrero en la industria, lo que él llamaba “democracia industrial”. Decía que hasta tanto las instituciones cruciales de la sociedad –producción, comercio, transporte, medios de comunicación— no estén bajo control democrático, la “política [será] la sombra proyectada en el conjunto de la sociedad por la gran empresa” (John Dewey, “The Need for a New Party” [1931]). Esta idea es casi elemental, y echa raíces profundas en la historia norteamericana y en el liberalismo clásico; debería constituir una suerte de segunda naturaleza de la gente, y debería valer igualmente para las universidades. Hay ciertas decisiones en una universidad donde no puedes querer transparencia democrática porque tienes que preservar la privacidad estudiantil, pongamos por caso, y hay varios tipos de asuntos sensibles, pero en el grueso de la actividad universitaria normal no hay razón para no considerar la participación directa como algo, no ya legítimo, sino útil. En mi departamento, por ejemplo, hemos tenido durante 40 años representantes estudiantiles que proporcionaban una valiosa ayuda con su participación en las reuniones de departamento.

Sobre la “gobernanza compartida” y el control obrero

La universidad es probablemente la institución social que más se acerca en nuestra sociedad al control obrero democrático. Dentro de un departamento, por ejemplo, es bastante normal que al menos para los profesores ordinarios tenga capacidad para determinar una parte substancial de las tareas que conforman su trabajo: qué van a enseñar, cuando van a dar las clases, cuál será el programa. Y el grueso de las decisiones sobre el trabajo efectuado en la facultad caen en buena medida bajo el control del profesorado ordinario. Ahora, ni que decir tiene, hay un nivel administrativo superior al que no puedes ni eludir ni controlar. La facultad puede recomendar a alguien para ser profesor titular, pongamos por caso, y estrellarse contra el criterio de los decanos o del rector, o incluso de los patronos o de los legisladores. No es que ocurra muy a menudo, pero puede ocurrir y ocurre. Y eso es parte de la estructura de fondo que, aun cuando siempre ha existido, era un problema menor en los tiempos en que la administración salía elegida por la facultad y era en principio revocable por la facultad. En un sistema representativo, necesitas tener a alguien haciendo labores administrativas, pero tiene que poder ser revocable, sometido como está a la autoridad de las gentes a las que administra. Eso es cada vez menos verdad. Hay más y más administradores profesionales, estrato sobre estrato, con más y más posiciones cada vez más remotas del control de las facultades. Me referí antes a The Fall of the Faculty de Benjamin Ginsberg, un libro que entra en un montón de detalles sobre el funcionamiento de varias universidades a las que sometió a puntilloso escrutinio:  Johns Hopkins, Cornell y muchas otras.

El profesorado universitario ha venido siendo más y más reducido a la categoría de trabajadores temporales a los que se asegura una precaria existencia sin acceso a la carrera académica. Tengo conocidos que son, en efecto, lectores permanente; no han logrado el estatus de profesores ordinarios; tienen que concursar cada año para poder ser contratados otra vez. No deberían ocurrir estas cosas, no deberíamos permitirlo. Y en el caso de los ayudantes, la cosa se ha institucionalizado: no se les permite ser miembros del aparato de toma de decisiones y se les excluye de la seguridad en el puesto de trabajo, lo que no sirve sino para amplificar el problema. Yo creo que el personal no docente debería ser integrado también en la toma de decisiones, porque también forman parte de la universidad. Así que hay un montón que hacer, pero creo que se puede entender fácilmente por qué se desarrollan esas tendencias. Son parte de la imposición del modelo de negocios en todos y cada uno de los aspectos de la vida. Esa es la ideología neoliberal bajo la que el grueso del mundo ha estado viviendo en los últimos 40 años. Es muy dañina para la gente, y ha habido resistencias a ella. Y es digno de mención el que al menos dos partes del mundo han logrado en cierta medida escapar de ella: el Este asiático, que nunca la aceptó realmente, y la América del Sur de los últimos 15 años.

Sobre la pretendida necesidad de “flexibilidad”

“Flexibilidad” es una palabra muy familiar para los trabajadores industriales. Parte de la llamada “reforma laboral” consiste en hacer más “flexible” el trabajo, en facilitar la contratación y el despido de la gente. También esto es un modo de asegurar la maximización del beneficio y el control. Se supone que la “flexibilidad” es una buena cosa, igual que la “mayor inseguridad de los trabajadores”. Dejando ahora de lado la industria, para la que vale lo mismo, en las universidades eso carece de toda justificación. Pongamos un caso en el que se registra submatriculación en algún sitio. No es un gran problema. Una de mis hijas enseña en una universidad; la otra noche me llamó y me contó que su carga lectiva cambiaba porque uno de los cursos ofrecidos había registrado menos matrículas de las previstas. De acuerdo, el mundo no se acabará, se limitaron a reestructurar el plan docente: enseñas otro curso, o una sección extra, o algo por el estilo. No hay que echar a la gente o hacer inseguro su puesto de trabajo a causa de la variación del número de matriculados en los cursos. Hay mil formas de ajustarse a esa variación. La idea de que el trabajo debe someterse a las condiciones de la “flexibilidad” no es sino otra técnica corriente de control y dominación. ¿Por qué no hablan de despedir a los administradores si no hay nada para ellos este semestre? O a los patronos: ¿para qué sirven? La situación es la misma para los altos ejecutivos de la industria; si el trabajo tiene que ser flexible, ¿por qué no la gestión ejecutiva? El grueso de los altos ejecutivos son harto inútiles y aun dañinos, así que ¡librémonos de ellos! Y así indefinidamente. Sólo para comentar noticias de estos últimos días, pongamos el caso de Jamie Dimon, el presidente del consejo de administración del banco JP Morgan Chase: acaba de recibir un substancial incremento en sus emolumentos, casi el doble de su paga habitual, en agradecimiento por haber salvado al banco de las acusaciones penales que habrían mandado a la cárcel a sus altos ejecutivos: todo quedó en multas por un monto de 20 mil millones de dólares por actividades delictivas probadas. Bien, podemos imaginar que librar de alguien así podría ser útil para la economía. Pero no se habla de eso cuando se habla de ”reforma laboral”. Se habla de gente trabajadora que tiene que sufrir, y tiene que sufrir por inseguridad, por no saber de donde sacarán el pan mañana: así se les disciplina y se les hace obedientes para que no cuestionen nada ni exijan sus derechos. Esa es la forma de operar de los sistemas tiránicos. Y el mundo de los negocios es un sistema tiránico. Cuando se impone a las universidades, te das cuenta de que refleja las mismas ideas. No debería ser un secreto.

Sobre el propósito de la educación

Se trata de debates que se retrotraen a la Ilustración, cuando se plantearon realmente las cuestiones de la educación superior y de la educación de masas, no sólo la educación para el clero y la aristocracia. Y hubo básicamente dos modelos en discusión en los siglos XVIII y XIX. Se discutieron con energía harto evocativa. Una imagen de la educación era la de un vaso que se llena, digamos, de agua. Es lo que ahora llamamos “enseñar para el examen”: viertes agua en el vaso y luego el vaso devuelve el agua. Pero es un vaso bastante agujereado, como todos hemos tenido ocasión de experimentar en la escuela: memorizas algo en lo que no tienes mucho interés para poder pasar un examen, y al cabo de una semana has olvidado de qué iba el curso. El modelo de vaso ahora se llama “ningún niño a la zaga”, “enseñar para el examen”, “carrera a la cumbre”, y cosas por el estilo en las distintas universidades. Los pensadores de la Ilustración se opusieron a ese modelo.

El otro modelo se describía como lanzar una cuerda por la que el estudiante pueda ir progresando a su manera y por propia iniciativa, tal vez sacudiendo la cuerda, tal vez decidiendo ir a otro sitio, tal vez planteando cuestiones. Lanzar la cuerda significa imponer cierto tipo de estructura. Así, un programa educativo, cualquiera que sea, un curso de física o de algo, no funciona como funciona cualquier otra cosa; tiene cierta estructura. Pero su objetivo consiste en que el estudiante adquiera la capacidad para inquirir, para crear, para innovar, para desafiar: eso es la educación. Un físico mundialmente célebre cuando, en sus cursos para primero de carrera, se le preguntaba “¿qué parte del programa cubriremos este semestre?”, contestaba: “no importa lo que cubramos, lo que importa es lo que descubráis vosotros”. Tenéis que ganar la capacidad y la autoconfianza en esta asignatura para desafiar y crear e innovar, y así aprenderéis; así haréis vuestro el material y seguir adelante. No es cosa de acumular una serie fijada de hechos que luego podáis soltar por escrito en un examen para olvidarlos al día siguiente.

Son dos modelos radicalmente distintos de educación. El ideal de la Ilustración era el segundo, y yo creo que el ideal al que deberíamos aspirar. En eso consiste la educación de verdad, desde el jardín de infancia hasta la universidad. Lo cierto es que hay programas de ese tipo para los jardines de infancia, y bastante buenos.

Sobre el amor a la docencia

Queremos, desde luego, gente, profesores y estudiantes, comprometidos en actividades que resulten satisfactorias, disfrutables, actividades que sean desafíos, que resulten apasionantes. Yo no creo que eso sea tan difícil. Hasta los niños pequeños son creativos, inquisitivos, quieren saber cosas, quieren entenderlas, y a no ser que te saquen eso a la fuerza de la cabeza, el anhelo perdura de por vida. Si tienes oportunidades para desarrollar esos compromisos y preocuparte por esas cosas, son las más satisfactorias de la vida. Y eso vale lo mismo para el investigador en física que para el carpintero; toenes que intentar crear algo valioso, lidiar con problemas difíciles y resolverlos. Yo creo que que eso es lo que hace del trabajo el tipo de actividad que quieres hacer; y la haces aun cuando no estés obligado a hacerla. En una universidad que funcione razonablemente, encontrarás gente que trabaja todo el tiempo porque les gusta lo que hacen; es lo que quieren hacer; se les ha dado la oportunidad, tienen los recursos, se les ha animado a ser libres e independientes y creativos: ¿qué mejor que eso? Y eso también puede hacerse en cualquier nivel.

Vale la pena reflexionar un poco sobre algunos de los programas educativos imaginativos y creativos que se desarrollan en los distintos niveles. Así, por ejemplo, el otro día alguien me contaba de un programa que usa en las facultades, un programa de ciencia en el que se plantea a los estudiantes una interesante cuestión: “¿Cómo puede ser que un mosquito vuela bajo la lluvia?” Difícil cuestión, cuando se piensa un poco en ella. Si algo impactara en un ser humano con la fuerza de una gota de agua que alcanza a un mosquito, lo abatiría inmediatamente. ¿Cómo puede, pues, el mosquito evitar el aplastamiento inmediato? ¿Cómo puede seguir volando? Si quieres seguir dándole vueltas a este asunto –dificilísimo asunto—, tienes que hacer incursiones en las matemáticas, en la física y en la biología y plantearte cuestiones lo suficientemente difíciles como para verlas como un desafío que despierta la necesidad de responderlas.

Eso es lo que debería ser la educación en todos los niveles, desde el jardín de infancia. Hay programas para jardines de infancia en los que se da a cada niño, por ejemplo, una colección de pequeñas piezas: guijarros, conchas, semillas y cosas por el estilo. Se propone entonces a la clase la tarea de descubrir cuáles son las semillas. Empieza con lo que llaman una “conferencia científica”: los nenes hablan entre sí y tratan de imaginarse cuáles son semillas. Y, claro, hay algún maestro que orienta, pero la idea es dejar que los niños vayan pensando. Luego de un rato, intentan varios experimentos tendentes a averiguar cuáles son las semillas. Se le da a cada niño una lupa y, con ayuda del maestro, rompe una semilla y mira dentro y encuentra el embrión que hace crecer a la semilla. Esos niños aprenden realmente algo: no sólo algo sobre las semillas y sobre lo que las hace crecer; también aprenden algo sobre los procesos de descubrimiento. Aprenden a gozar con el descubrimiento y la creación, y eso es lo que te permitirá comportarte de manera independiente fuera del aula, fuera del curso.

Lo mismo vale para toda la educación, hasta la universidad. En un seminario universitario razonable, no esperas que los estudiantes tomen apuntes literales y repitan todo lo que tu digas; lo que esperas es que te digan si te equivocas, o que vengan con nuevas ideas desafiantes, que abran caminos que no habían sido pensados antes. Eso es lo que es la educación en todos los niveles. No consiste en instilar información en la cabeza de alguien que luego la recitará, sino que consiste en capacitar a la gente para que lleguen a ser personas creativas e independientes y puedan encontrar gusto en el descubrimiento y la creación y la creatividad a cualquier nivel o en cualesquiera dominios a los que les lleven sus intereses.

Sobre el uso de la retórica empresarial contra el asalto empresarial a la universidad

Eso es como plantearse la tarea de justificar ante el propietario de esclavos que nadie debería ser esclavo. Estáis aquí en un nivel de la indagación moral en el que resulta harto difícil encontrar respuestas. Somos seres humanos con derechos humanos. Es bueno para el individuo, es bueno para la sociedad y hasta es bueno para la economía en sentido estrecho el que la gente sea creativa e independiente y libre. Todo el mundo sale ganando de que la gente sea capaz de participar, de controlar sus destinos, de trabajar con otros: puede que eso no maximice los beneficios ni la dominación, pero ¿por qué tendríamos que preocuparnos de esos valores?

Un consejo a las organizaciones sindicales de los profesores precarios

Ya sabéis mejor que yo lo que hay que hacer, el tipo de problemas a los que os enfrentáis. Seguid adelante y haced lo que tengáis que hacer. No os dejéis intimidar, no os amedrentéis, y reconoced que el futuro puede estar en nuestras manos si queremos que lo esté.

Traducción para www.sinpermiso.info: Miguel de Puñoenrostro

 Fuente:
http://www.counterpunch.org/2014/02/28/on-academic-labor/27}
Fuente de la Imagen:
http://blog.eternalvigilance.me/2013/04/why-mandatory-state-education/pink-floyd-the-wall-alan-parker/
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Educación 2030: ¿Qué puede hacer su sindicato?

Fuente: Educación 2030: ¿Qué puede hacer su sindicato?

 

Durante la Asamblea General de las Naciones Unidas celebrada en septiembre de 2015, su Gobierno aprobó junto con todos los demás Gobiernos el documento Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Se trata de una agenda universal a favor del desarrollo sostenible que tiene por objetivo erradicar la pobreza y el hambre y garantizar una educación de calidad así como la salud, la igualdad de género y el trabajo decente para todos y todas, protegiendo al mismo tiempo los bosques y los océanos y combatiendo el cambio climático.

Hay un total de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Han sido negociados y acordados por su Gobierno y son aplicables a todos los países del mundo. La Internacional de la Educación y sus organizaciones afiliadas están abogando por la plena implementación de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Estamos comprometidos a apoyar dicha implementación compartiendo a tal fin nuestra experiencia y conocimientos desde las aulas.

Descargue aquí el documento con la información.

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EE.UU: Zonas de sacrificio

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RethinkingSchools/Volumen 30,N°3-Spring2016/Por: Rosemarie Frascella, traducido por: Vanesa Ortiz Solís

El concepto de sacrificio no es nada nuevo para mis estudiantes inmigrantes. Ellos han oído, visto, y vivido los sacrificios que los miembros de sus familias hicieron al venir a los Estados Unidos. Algunos arriesgaron sus vidas cruzando desiertos y fronteras, otros han navegado a través del mar Caribe y el océano Atlántico en contenedores oscuros. La mayoría dejó a sus seres queridos y emigró para sobrevivir. Puede que sus padres no tengan oportunidad alguna de alcanzar el “sueño americano”, pero todos ellos se han sacrificado enormemente para dar a sus hijos la oportunidad de que los alcancen. Sin embargo, la idea de que ellos o sus padres no han tenido realmente unaelección en los sacrificios que hicieron es nueva para muchos de ellos. Muchos de mis alumnos han escapado de tierras y economías que han quedado inhabitables por el capitalismo y su hambre de combustibles fósiles y ganancias.

Yo enseño inglés a onceavo grado en una preparatoria internacional en Brooklyn. Mis estudiantes provienen de más de 30 países diferentes y hablan más de 15 idiomas. Todos ellos están aprendiendo el idioma inglés y han estado en los Estados Unidos menos de cuatro años. Su diversidad es impresionante y es, a la vez, un desafío. Ellos vienen a mi aula con una variedad de niveles de alfabetización y habilidades académicas en inglés y en su lengua materna. Con un cuerpo estudiantil multicultural es muy difícil encontrar materiales que sean adecuados y respetuosos hacia sus diversos territorios patrios. A menudo busco la manera de permitirles realizar sus propias investigaciones y compartir sus conocimientos con el resto de la clase. En mis ocho años de enseñanza he aprendido la historia de Haití, he saboreado la comida bengalí, he practicado mi español dominicano, y he escuchado las reflexiones sobre el colonialismo desde Asia hasta América Latina.

El otoño pasado comencé mi clase de apoyo en el idioma inglés, explorando la brutalidad policiaca y los asesinatos recientes de Michael Brown y Eric Garner. Mis estudiantes estaban asombrados que ese nivel de racismo ocurriera en los Estados Unidos y carecían de un contexto histórico que les permitiera comprender estos eventos. Esther, una de mis estudiantes haitianas, me dijo: “Tengo miedo de los policías en Brooklyn. Me voy de regreso a Haití”.

Le pregunté, “¿En Haití no hay racismo?”

“Nos discriminan más por lo que vestimos y por cuánto dinero ganamos”. Agregó: “Todos ustedes están locos aquí. Tengo miedo de salir de mi casa”.

Yo lucho por educar sobre la raza y el racismo en los Estados Unidos por un par de razones. Como mujer blanca debo estar consciente de mi propio privilegio y respetar el hecho de que mis estudiantes no siempre puedan sentirse seguros hablando libremente delante de mí. Y es un reto encontrar un equilibrio perfecto entre la agitación y la esperanza. Por desgracia tiendo a ser mejor en agitar que en infundir esperanza; tal vez esa es la naturaleza inherente del sistema educativo norteamericano.

Pero yo sabía cuán importante es para los recién llegados aprender lo suficiente sobre la historia del racismo en este país, particularmente en relación a los afroamericanos, para comprender los acontecimientos actuales y las comunidades en las que viven ahora. Quería crear un contexto que los ayudara a realizar las conexiones desde ese conocimiento hasta sus propias experiencias como inmigrantes y de regreso a sus países de origen.

En diciembre de 2014, participé en un taller de diseño curricular organizado por Rethinking Schools, el Zinn Education Project, y This Changes Everything. Durante el taller discutimos, analizamos, y compartimos nuestras experiencias de enseñanza desde el enfoque del cambio climático y This Changes Everything: Capitalism vs. the Climate (Esto lo cambia todo: el capitalismo contra el clima) por Naomi Klein. Durante nuestras deliberaciones me sorprendió el concepto de una “zona de sacrificio” de Naomi Klein, quien escribe:

Operar una economía basada en fuentes de energía que liberan venenos como una parte inevitable de su extracción y refinado, ha requerido siempre de zonas de sacrificio, subconjuntos enteros de humanidad clasificados en un nivel inferior a los seres humanos, lo que hizo su envenenamiento en el nombre del progreso aceptable de alguna manera.

Para mí, este concepto es uno de los mejores extractos de su libro. La idea de una zona de sacrificio puede aplicarse a diferentes situaciones y eventos, desde el huracán Katrina al oleoducto Keystone al impacto de la gentrificación en nuestros vecindarios. Hay grupos de personas que son tratadas como menos que humanas y, por lo tanto, desechables en nombre del progreso para la “gran humanidad”. Y bien, ¿qué es la gran humanidad? ¿Quién decide? Explorar estas preguntas me llevó a pensar en otras más y sus conexiones con las vidas de mis alumnos. ¿Quién vive en estas zonas de sacrificio? ¿Quién no? ¿Qué es lo que está siendo sacrificado? ¿A quién beneficia el sacrificio? A menudo, cuando tengo preguntas, las llevo a mis alumnos. Y eso fue lo que hice.

¿Qué es una zona de sacrificio?

Decidí involucrar a los estudiantes en el concepto de zonas de sacrificio e intentar aplicar esto a lo que habíamos venido estudiando y sus propias experiencias personales. Habíamos explorado la manera en que los medios de comunicación retratan a la población negra, de las guerras del agua de Detroit al testimonio de Darrel Wilson, el policía que mató a Michael Brown, hasta las secuelas que dejó el huracán Katrina. Tuvimos un seminario de discusión en torno a estas preguntas:

  • ¿Quién es culpable de la pobreza?
  • ¿A quién se debe culpar por los problemas de salud?
  • ¿Cómo son las personas de raza negra diferentes a las mostradas en estas imágenes e historias?
  • ¿Cómo es diferente la gente blanca a como se muestra?
  • ¿Qué mensajes subliminales (encubiertos) nos enseñan?
  • ¿Cómo afectan nuestros estereotipos a determinados grupos raciales?
  • ¿Cuáles son las maneras en que las vidas de las personas de raza negra son desechables en estas situaciones?

Les di a los alumnos 10 minutos para reflexionar sobre una o dos preguntas del seminario. Nos sentamos frente a mesas acomodadas en un rectángulo para que todos pudieran hacer contacto visual. Al inicio del debate, expliqué: “Esta es la forma en que me senté en mis clases en la universidad. No voy a llamarlos a que participen; lo haremos de forma espontánea. Por favor sean conscientes del espacio de su participación. Si han hablado mucho, den oportunidad a otros. Si no han hablado todavía, por favor háganlo”.

Desde el comienzo, nuestra discusión se centró en el tema de la supremacía blanca y sus raíces coloniales. Los alumnos compartían las imágenes que los medios de comunicación han creado de los afroamericanos y sus comunidades. Los estudiantes utilizaron palabras como “peligrosas”, “inseguras”, y “criminales” para describir las imágenes ilustradas por presentadores de noticias, películas, y videojuegos.

Annie comentó: “Incluso en China me enseñaron, antes de que yo hubiera conocido a una persona negra, que las comunidades negras no eran seguras”.

Aliya cambió la conversación sobre los medios a los recursos y el colonialismo. Reflexionó: “Los blancos están aprovechando los recursos de muchas comunidades y países. No se trata solo de los negros, los blancos se muestran como superiores a todas las razas del mundo”.

Samia, una estudiante de Bangladesh, agregó: “Todavía hay colonialismo hoy en día, simplemente le dan otro nombre. Ellos toman los recursos de África, como el oro, y los traen a Estados Unidos”.

Jacques, de Haití, dijo: “Hay muchas divisiones en mi país, piel clara versus piel oscura, aldea versus ciudad. Un grupo siempre tiene más poder”.

En ese momento introduje el concepto de una “zona de sacrificio” a mis alumnos. Compartí la definición de Naomi Klein e invité a los estudiantes a leerla unas cuantas veces, anotarla, y discutirla. Quería que se apropiaran de dicho concepto construyendo una definición colectiva que todos entendiéramos.

Los estudiantes se concentraron en el concepto de sacrificio. Muchos de ellos entendieron profundamente lo que significa sacrificar algo, por lo que fue su primer punto de entrada hacia la comprensión. Les pregunté: “¿Quién ha tenido que hacer sacrificios aquí?”.

“Mi familia tuvo que sacrificar mucho para venir aquí. Teníamos una casa enorme y un montón de familia en mi país. Ahora, vivimos solos en un apartamento pequeño”, compartió un estudiante.

“¿Fue la elección de tu familia venir aquí?”, le pregunté.

“Algo así. Queríamos tener más oportunidades que en Bangladesh”.

Otro estudiante agregó: “Mi madre no tendrá la oportunidad de ir a la universidad, pero yo sí. Su vida es sacrificada para que yo pueda tener más y apuesto que mis hijos tendrán incluso más que yo”.

La idea de una zona de sacrificio era confusa para ellos. Entendieron lo que significaba hacer sacrificios, pero lo vieron como una elección o que sus padres tomaron una decisión, no como a alguien más sacrificándolos por dinero o poder.

“Sí”, les dije. “Todos ustedes están en lo correcto acerca de los sacrificios. Pero es diferente la forma en que Naomi Klein utiliza el término “zona de sacrificio”. Una zona de sacrificio es cuando no queda opción alguna. Alguien está sacrificando a la gente y su comunidad o tierra sin su permiso”. Ellos parecían entender la distinción entre una elección que uno mismo hace y otra que se ha hecho por uno, pero aún se inclinaban hacia los sacrificios que habían hecho ellos para estar en los Estados Unidos. La cuestión de si los sacrificios son de libre albedrío es una cuestión más amplia que garantiza una conversación más profunda. Por ejemplo, Bangladesh es el punto cero de las perturbaciones climáticas, así que la decisión de la familia de la estudiante para salir de allí fue una elección personal; pero hecha dentro de las condiciones determinadas por la competencia global, no por el pueblo de Bangladesh.

Otro término en el que se detuvieron era el de la “extracción”. Unos pocos estudiantes en la clase conocían el término y lo definieron por nosotros. “Es cuando algo se saca de algo”, explicó Jacques.

Les pedí a los alumnos que pensaran en cosas diferentes que son tomadas de nuestras comunidades. Aquí está la lista que generó nuestra clase:

  • Petróleo
  • Oro
  • Minerales
  • Personas
  • Música
  • Danza
  • Talento (deportivo y académico)
  • Zonas turísticas (resorts, playas, etc.)
  • Trabajadores
  • Miembros de la familia

Al compartir nuestras ideas construimos esta definición de zonas de sacrificio:

En nombre del progreso (desarrollo económico, educación, religión, fábricas, tecnología), ciertos grupos de personas (llamados inferiores) pueden necesitar ser perjudicados o sacrificados para que los otros grupos (los superiores) se beneficien.

Pedí a los estudiantes que escribieran un diario en torno a estas preguntas: ¿Usted o alguien que usted ama ha vivido en una zona de sacrificio? ¿Qué tuvieron que sacrificar? ¿Tuvieron una opción? ¿Para quién se sacrificaron? ¿Quiénes se beneficiaron de ese sacrificio

Después del registro en el diario, los estudiantes encontraron ejemplos en sus propias vidas y familias del concepto de zonas de sacrificio. Utitlizaron sus ejemplos para completar una gráfica con las siguientes categorías:

Nombre de la zona de sacrificio

¿Quién vive allí?

¿Quién no?

¿Qué está siendo sacrificado?

¿Quién se beneficia del sacrificio?

¿Qué es lo que se gana?

Cuando volvimos juntos para discutir nuestras tablas, Karina describió cómo la industria turística está sacando a la gente de sus tierras en la República Dominicana. Los dominicanos están sacrificando sus tierras para que el gobierno y los ricos ganen dinero al construir hoteles. Ahora solo los extranjeros tienen la oportunidad de disfrutar de algunas de las playas más hermosas del país.

Annie escribió: “En China, la contaminación hace que la gente viva en una zona de sacrificio y las fábricas se benefician de eso”.

Samia escribió: “Algunos de los miembros de mi familia vivían en el oeste de la India, pero en 1948 tuvieron que trasladarse a causa de la guerra entre musulmanes e hindúes. Yo también conozco a alguien que lo obligaron a salir de su casa para que el gobierno pudiera construir algo allí. Esto benefició al gobierno, no a mi amigo”.

Poesía de zonas de sacrificio

Al día siguiente, leímos un poema, “Jorge the Church Janitor Finally Quits” (“Jorge el conserje de la iglesia finalmente renuncia”), de Martín Espada. Introduje el poema diciendo: “Hoy vamos a leer un poema desde la voz y la perspectiva de alguien cuyo país, Honduras, se convirtió en una zona de sacrificio de muchas maneras, y quien se vio obligado a abandonarlo”.

Los alumnos leyeron el poema un par de veces en voz alta y luego respondieron a unas pocas preguntas orientadoras en parejas: ¿Quién es el narrador? ¿Cómo se siente? ¿Por qué crees que él podría haber tenido que salir de su país? ¿Cómo está relacionado eso con nuestra comprensión de las zonas de sacrificio? ¿Qué le sucede a la gente cuyos países o comunidades se convierten en zonas de sacrificio?

Pasaje de Jorge, el conserje de la iglesia, finalmente renuncia
Por Martín Espada

Nadie pregunta
de dónde soy,
Debo ser
del país de los conserjes,
siempre he limpiado este piso.
Honduras, eres un campamento de ocupantes ilegales
fuera de la ciudad
de su comprensión.

Los estudiantes rápidamente identificaron el narrador: “un inmigrante” y “un conserje”. La íntima comprensión que ellos tenían de la lucha de los inmigrantes les permitió conectarse fácilmente con los sentimientos de soledad y deseo de ser entendido y conocido del narrador. Un estudiante escribió: “Se siente como un forastero. Se siente triste, no se siente respetado”.

Otro estudiante escribió: “Sacrificó su identidad, su país, y su nombre”. A través de un debate en torno a las preguntas en parejas y luego en grupo, los estudiantes revelaron que entendían el sentimiento y la perspectiva del personaje. Como por ejemplo, un estudiante dijo “Al escuchar la voz de Jorge podemos sentir su lucha, nos conectamos con él”.

A lo largo del año, estos alumnos habían escrito guiones en mi clase de inglés con la ayuda del Theater Development Fund (Fondo de Desarrollo de Teatro), de modo que estaban familiarizados con la escritura en primera persona. También se desenvuelven bien cuando tienen una estructura concreta. Cuando quiero que escriban poesía, les ofrezco un poema como ejemplo para que busquen apoyo. Les dije a los estudiantes: “Piensen sobre los sentimientos y las necesidades de las personas que viven en sus zonas de sacrificio o en cualquiera de las zonas que hemos estudiado este año. ¿Cómo desean que sus lectores se sientan? ¿Qué quieren ustedes que ellos sepan sobre el sacrificio?”

Comenzamos a escribir callados en clase. Yo escribí mi propio poema sobre las zonas de sacrificio mientras ellos escribían. Los estudiantes siempre aprecian verme haciendo las mismas tareas que les asigno. Escribimos en silencio por unos 15 minutos. Algunos estudiantes compartieron líneas de sus poemas y después terminamos la clase. A algunos estudiantes les encanta compartir con todo el grupo, lo cual inspira a otros estudiantes.

En la siguiente clase, comencé el intercambio mediante la lectura de mi poema. A continuación, le dimos la vuelta al salón y los estudiantes compartieron sus poemas y lo que los había inspirado. Todos los estudiantes tenían que compartir al menos unas pocas líneas de sus poemas. Algunos poemas estaban más desarrollados que otros, pero todos los estudiantes disfrutaron de la lectura y de escucharse entre sí. Para los aprendices del idioma inglés, la poesía es una gran manera de expresarse libremente sin que los distraigan las limitaciones que tienen en la lengua.

Karina Garcia escribió acerca de los dominicanos, quienes estaban perdiendo sus tierras y playas para que el gobierno y los ricos construyeran hoteles para turistas extranjeros.

Quieren deshacerse de nosotros
Están pintando esta bella imagen,
Pero no con nosotros.
Todo es una mentira.

No queremos ese lugar,
Queremos quedarnos aquí
Con nuestras playas y árboles.
Nadie sabe todas las cosas que hemos tenido que sacrificar
Esta es nuestra tierra y lucharemos por ella.
Hasta el último día.

Samia Abedine escribió acerca de la guerra civil en Bangladesh que hizo a su abuelo dejar su tierra.

Veo los cadáveres que no pueden ser reconocidos.
Puedo escuchar los gritos de las familias.
Huelo la sangre en el aire.
¿De quién es la culpa?

¿Cuándo ha solucionado algo la violencia?
¿Cómo llegó la gente a ser tan cruel?
¿Cuándo acogerán las personas la paz y la igualdad?
¿Cuándo terminará todo esto?

Unas pocas semanas después de la unidad, dos de mis estudiantes leyeron sus poemas en la Conferencia del New York Collective of Radical Educators (NYCoRE, por sus siglas en inglés). Ellos compartieron sus historias y su entendimiento de las zonas de sacrificio frente a otros profesores y compañeros. Al principio Samia estaba nerviosa, pero luego leyó su poema en voz alta y orgullosa. Incluso grabó un video, contando la historia de su zona de sacrificio y leyendo su poema, que el copresentador del proyecto Esto lo cambia todo, Alex Kelly, le envió a Naomi Klein.

En general, la actividad fue un éxito. Al final de la unidad, todos los estudiantes parecían entender el concepto de zonas de sacrificio, aunque la pregunta de quién tiene gestoría en estos sacrificios aún perdura. Si hubiese tenido más tiempo, me habría gustado animar a los estudiantes a investigar más para profundizar sus ejemplos de zonas de sacrificio y examinar los factores sociales, políticos, y económicos, especialmente en sus países de origen. Proyectos como estos permiten a los estudiantes elegir un enfoque de estudio que sea interesante y personalmente relevante.

Hoy en día, hay personas que viven en países y comunidades con zonas de extremo sacrificio. Estamos obligados a hacer sacrificios todos los días: desde recortes presupuestarios hasta libertades civiles, desde el agua potable hasta el aire que respiramos. De diferentes maneras vivimos en zonas de sacrificio sobrepuestas. La mayoría de las veces no se nos pide ni se nos avisa acerca de los sacrificios que vienen en camino. Estamos en crisis y es nuestra responsabilidad utilizarla para despertar a nuestras comunidades. Se necesitó la trágica muerte de nueve hermosas personas negras para remover el símbolo racista de la bandera confederada de los edificios de gobierno en Carolina del Sur. ¿Qué se necesitará para crear un mundo donde las vidas de algunas personas, especialmente los pobres y las personas de color, no sean sacrificadas por los beneficios y lujos de los ricos?

Recursos

  • Espada, Martín. 2004. Alabanza: New and Selected Poems 1982-2002. W. W. Norton & Company.
  • Naomi Klein. 2015. Esto lo cambia todo. Ediciones Paidós.

Fuente: http://www.rethinkingschools.org/archive/30_03/30-3_frascella_esp.shtml

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España: El encuentro europeo de First Lego League contará con más de 200 voluntarios procedentes de todo el mundo

La mayor cita europea con la ciencia, la tecnología

Tenerife/06 de Abril de 2016/lainformacion.com

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Santa Cruz de Tenerife Australia Estados Unidos Rusia Francia Lituania Nigeria Ciencia Y Tecnología Ciencias Aplicadas Investigación Médica Lenguaje Tecnología (general) Santa Cruz de Tenerife Australia Estados Unidos Rusia Francia Lituania Nigeria

FLL Open European Championship, la mayor cita europea con la ciencia, la tecnología y los valores, que tendrá lugar en Tenerife entre los días 4 a 7 de mayo, traerá a la isla a más de 200 voluntarios procedentes de todo el mundo.

El Cabildo de Tenerife informa en una nota de que juntos tendrán la oportunidad de compartir con otros jóvenes aspectos como la creatividad, la innovación, el trabajo en equipo, la resolución de problemas y la comunicación.

Este evento está organizado por el Cabildo de Tenerife, a través del Parque Científico y Tecnológico de Tenerife (PCTT) y del programa TF Innova, conjuntamente con la Fundación Scientia que es la entidad encargada de FLL en España y que, en 2016, cumple 10 años de funcionamiento con este proyecto educativo.

La FLL se enmarca en el proyecto Tenerife 2030 del Cabildo que tiene como objetivo mejorar las capacidades y las oportunidades de los ciudadanos de la isla, empezando desde los más pequeños, buscando la mejor capacitación, preparación y formación para su futuro, conceptos vinculados a la creatividad, la innovación y el emprendimiento.

 Más de 800 participantes procedentes de lugares tan lejanos como China, Brasil, Australia, Estados Unidos, Rusia, Corea, Jordania, Grecia, Francia, Lituania, Nigeria o Israel convivirán durante cuatro días en Tenerife en el ‘FLL Open European Championship’. Este evento se celebrará en el Recinto Ferial de Tenerife y en él participarán más de un centenar de equipos de 60 países del mundo.

Los voluntarios forman parte esencial del encuentro tanto en el papel de acompañamiento de los equipos (floaters) como en el de valoración de los proyectos científicos y el juego del robot (árbitros y jueces); control de los espacios y tránsito de personas y materiales (tránsito y seguridad); apoyo a equipos técnicos (cámaras, técnicos de luz y de sonido, fotógrafos y audiovisual); presentación del evento y animación ceremonias (speaker); y otras tareas que hacen que un evento de estas características pueda desarrollarse con éxito (animadores).

El consejero responsable del área 2030, que engloba Innovación, Educación, Cultura y Deportes del Cabildo de Tenerife, Antonio García Marichal, explica que «esta labor de voluntariado es importante porque es una forma de que los valores de FLL se puedan trasmitir a muchas más personas y que no se quede solo en los participantes y entrenadores de los equipos inscritos».

Se trata, destaca, «de una verdadera convivencia entre jóvenes que quieren saber más y convivir en torno a la cultura científica y tecnológica y, en muchos casos, es una manera de despertar vocaciones profesionales relacionadas con estos ámbitos».

García Marichal insiste en que «Tenerife se convertirá en esa semana en el polo de la innovación tecnológica y en el lugar que estos adolescentes recordarán, sin duda, como el inicio de su carrera científica y tecnológica».

GESTIÓN DE LOS RESIDUOS

Para participar como voluntario hay que inscribirse en el formulario de la web ‘http://www.flloec.com’ y cumplir con los requerimientos marcados por la organización, y en función de la formación y la experiencia previa se podrá participar en el rol más idóneo.

Los valores del trabajo en equipo, la innovación y creatividad además de la resolución de problemas y comunicación, son habilidades básicas que se desarrollan en ‘FLL Open European Championship’.

Los jóvenes resolverán el desafío ‘Trash Trek’, sobre la gestión de los residuos, trabajando sus propuestas en tres ámbitos: el proyecto científico que consiste en identificar e investigar un problema real relacionado con la gestión de los residuos para proponer soluciones innovadoras; el diseño y programación de un robot, con Lego Mindstorms para finalizar las misiones establecidas en un tiempo de 2’30» usando conceptos de ingeniería, creatividad e ingenio; y un tercer ámbito englobado en un proyecto denominado ‘valores FLL’ con el que se debe mostrar espíritu de grupo, entusiasmo y respeto a sí mismos y a los demás.

Fuente: http://noticias.lainformacion.com/tecnologia/First-Lego-League-voluntarios-procedentes_0_905310441.html

 

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Puerto Rico: la Asociación de Profesores universitarios prepara protestas

En las ultimas semanas se ha generado un poderoso movimiento de resistencia en Puerto Rico, generado por los mecanismos de reestructuración de la deuda pública que desde Washington se quiere imponer.  Profesores universitarios indican que se se está preparando un primero de mayo combatiente en contra de la Junta de Control Fiscal con el movimiento sindical, Asoc Profesores Univ Appu, comunidades, estudiantes y organizaciones ambientalistas, comunidades de fe y organizaciones políticas

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El día que el tomate Cherry gane a la papa frita

Más frecuentemente de lo que me gustaría, me encuentro deseando una porción de papas fritas del restaurante de comida rápida ubicado frente a la oficina. Me resisto pero, cuando mi fuerza de voluntad está ocupada digiriendo la ensalada, me descubro, demasiado tarde, con una cajita de papas fritas en la mano.

No deja de sorprenderme, cada vez que entro al restaurante, los comensales y la atmosfera allí dentro tan diferente a los de América Latina. En el centro de Washington, DC, ciudad en la que vivo, los comensales de este restaurante de comida rápida son, en  muchos casos, personas que no tienen a dónde ir. Pasan el día allí, resguardándose del frío y comprando cada tanto alguna hamburguesa u otros bocadillos con las monedas que reciben de mendigar.

En cambio, entrar a un restaurante de comida rápida en América Latina es una fiesta de niños y colores. Padres o madres cargados de carritos y otras necesidades de infantes son los que se resguardan allí del frio o la hiperactividad de sus hijos. Los niños gritan, corren o gatean felices por el local, exacerbados por el azúcar de las gaseosas y los estímulos marketineros.

Todo está planificado para que un padre pueda, durante una tarde, leer serenamente las noticias o ponerse al día charlando al teléfono con amigos mientras los chicos están en el pelotero. Incluso, todos los niños de mi pequeña encuesta concuerdan, las mejores fiestas de cumpleaños son aquellas celebradas en el local de comida rápida.

Los cumpleaños infantiles es otra ocasión en donde existen varias diferencias en temas de nutrición entre la ciudad que habito y mi ciudad natal. Muchos padres y madres que repartan refrescos con azúcares en un cumpleaños infantil serán, inmediatamente, descalificados del listado de padres responsables y sus hijos perderán para siempre las visitas de sus amigos. Es común ver agua de coco, juguitos o, como mucho, leche chocolatada.

En cuanto a la comida, el menú varía drásticamente. Las fuentes de papas chips y pali chips, tan habituales en las fiestas infantiles de los países de América Latina, son reemplazadas por bandejas de zanahorias y brócolis crudos. Los dulces, caramelos y chocolates, golosinas reservadas estrictamente para la fecha de Halloween, se cambian por manzanas, orejones disecados y tomates cherry.

Es importante resaltar que mis amigos de Washington, DC no son representativos de los estilos alimenticios de EE.UU. Sin embargo, más allá de lo anecdótico de éstas costumbres tan contradictorias según mi propia experiencia, miremos las cifras sobre nutrición infantil en América Latina.

Según un estudio de la revista The Lancet, en América Latina hay unos cuatro millones de niños menores de 5 años con sobrepeso u obesidad. Por poner algunos ejemplos, en Brasil se reportó un incremento de niños de 10 a 12 con sobrepeso y obesidad de 23% a 39% en los cuatro años que van desde el 2004 al 2008. En México, la prevalencia de sobrepeso en niños de 5-11 años es de 17.3% y en Argentina ésta es de 27% en niños de 10-11 años. En Uruguay, una nueva encuesta nacional reveló que  el 10,5% de los niños menores de 5 años sufren de sobrepeso y obesidad. Y la realidad más dura es que estos números van en aumento.

Cambiar hábitos o costumbres es una de las tareas más difíciles para la psicología de los seres humanos. Los que primero se animan a estos cambios son considerados raros y hasta locos.  Pero imagina, dadas estas cifras y la forma exponencial en que crece la obesidad infantil, ¿no crees que sea hora de cambiar la bandeja de papas fritas por una de zanahorias en el próximo festejo de cumpleaños de tu hijo? Si no eres tan radical, por lo menos puedes ofrecer limonada casera con menos azúcar que un refresco. Si te animas, yo también prometo dejar de ir por mis grasas trans de las 3 de la tarde.

Publicado originalmente en el blog: http://blogs.iadb.org/desarrollo-infantil/2016/04/04/comida-rapida/?mc_cid=a01bcdd3d3&mc_eid=9b12d2df8b#.Vwgt75zhDIV

Fuente de la foto: http://www.mdzol.com/nota/363291-planta-tomates-cherry-en-casa/

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Construyendo una República de muchas voces: ¿Cuál es mi lugar en el mundo? (parte II)

(continuación del mismo articulo con igual nombre)

 

El “Pensum Ciudadano” comienza con el “Primer Conjunto Básico de Preguntas”:
1. ¿Por qué estamos, profesores y estudiantes, en escuelas por la libertad?
2. ¿En qué consiste el Movimiento por la Libertad?
3. ¿Qué alternativas nos ofrece el Movimiento por la Libertad?
Estas eran preguntas que había que plantearse continuamente. Una y otra vez. El “Segundo Conjunto de Preguntas” era:
1. ¿Qué nos gusta de la cultura predominante?
2. ¿Qué no nos gusta de la cultura predominante?
3. ¿Qué tenemos y queremos conservar?

Tales preguntas eran formuladas para provocar un sentido de acción y poder en los estudiantes para permitirles que piensen por sí mismos y descubrir, mientras piensan, sus propias habilidades,  capacidades, esperanzas y aspiraciones. Ellos ya tenían en su cabeza y experiencia las respuestas, al menos en parte. Y, ya que no existe una simple y “correcta” respuesta a estas preguntas, todos los estudiantes tendrían una porción de la razón a medida que desarrollaban sus respuestas, exploraban la complejidad a través del diálogo, una y otra vez, con cuestionamientos continuos. No existía el sentimiento de gente que era definida por sus defectos, cacareos sobre estudiantes “en riesgo” o de una comunidad aberrante. Como escribieron Paul Lauter y Florence Howe, dos voluntarios de las Escuelas por la Libertad, “La confianza en el diálogo viene dada porque se supone, primero, que el
hablar, decir palabras, constituye un paso necesario para descubrir la identidad propia y social. Segundo, el descubrimiento público, decir palabras en un grupo, puede guiar a la acción…” La participación pública y la responsabilidad social en el salón de clases, el respeto por la decencia, el valor y compromiso para con todo ser humano y la adquisición de conocimientos y habilidades, todo esto en lugar de la sumisión, el miedo, la duda hacia uno mismo y la opresión. Los estudiantes dicen las palabras y por consiguiente nombran el mundo. Los estudiantes cambian y, de esta manera, fijan las condiciones para cambiar la sociedad.
***
Estamos en la búsqueda de una pedagogía basada en la experiencia y la participación, una pedagogía que se ubique y se expanda más allá de sí misma, una pedagogía crítica que sea capaz de cuestionar, re-pensar y re-imaginar. Estamos en la búsqueda de una enseñanza que esté viva y sea dinámica, que ayude a los estudiantes a enfrentar la pregunta: “¿Cuál es mi lugar en el mundo?”

En este sentido, me gustaría hablarles de mi hermano menor, Rick, quien ha sido profesor de inglés, humanidades y periodismo en la Secundaria Berkeley desde 1995. Rick obtuvo el título de Lenguas Clásicas y comenzó a dar clases algo tarde, luego de haber sido organizador, activista, chef y muchas cosas más. He pasado algún tiempo asistiendo a sus clases para observarlo. Lo respeto y admiro profundamente y es realmenteun profesor extraordinario. Pero, antes de continuar, debo advertirles sobre mi sesgo y, por ello, debo admitir que existe cierta posibilidad de distorsión.

Como ya he mencionado, respeto y admiro a Rick como profesor y lo quiero como persona y hermano, por lo tanto mi punto de vista no será objetivo. Siempre pienso sobre la forma valiente y llena de sentido con la cual ha vivido su vida, sobre la aguda inteligencia que aplica para enfrentar los obstáculos que se le presentan a diario (al igual que a todos nosotros) y, lo más destacado, sobre la profunda humanidad que muestra con los compromisos que asume para los proyectos, para afrontar los retos a la hora de impartir clases, con su familia o con las comunidades.

Para darle una dimensión a mi sesgo, les tengo que decir que cada vez que Rick me escucha que cuento una anécdota sobre una de sus clases o describo lo que, a mi parecer, es uno de sus momentos emblemáticos, él dice, generalmente mucho después y con su modestia característica, “realmente me gustó tu historia sobre mí. Es mucho mejor de lo que realmente sucedió”.  Los dos reímos, pero yo con cierta incertidumbre.

La primera impresión que tengo cuando entro en una de sus clases es que todos, Rick, los estudiantes, y hasta yo que soy su invitado, nos sentimos absolutamente cómodos. No existe ninguna de las formalidades forzadas o de las incomodidades evidentes que son típicas en muchos salones de clases ni tampoco la tensión feroz o el miedo o la ritual indiferencia que es el común de muchas escuelas y, sobre todo, en los liceos.

Rick está trabajando en su computadora, pero sube la vista para saludar a cada estudiante a medida que van entrando al aula. Quizás le pregunte a uno de los estudiantes sobre como sigue su hermano mayor luego de la cirugía en la rodilla y a otro sobre como le va con su preparación para entrar en la universidad. A la larga, la clase continúa sin interrupciones y se siente como si solo fuera una conversación continua, la cual es temporalmente interrumpida cuando se dan cuenta que la hora de clase se acabo hace rato. “Yo solía caer en pánico intentando hacer todo lo que tenía en mente”, me dice. “Sin embargo, terminé dándome cuenta que siempre hay un mañana”.

Hay grandes interrogantes que animan la enseñanza de Rick, preguntas a las cuales él regresa una y otra vez porque son generativas, expansivas e inagotables: ¿Qué significa ser un Ser Humano?, ¿Qué significa ser educado?, ¿Qué significa asumir responsabilidades para uno y para con los demás? Lo importante, en su opinión, es “llevar a cabo actividades que permitan a los estudiantes que se reconozcan como sujetos, actores de sus propios dramas, autores de sus propias historias, hacedores de sus propios mundos”.

Rick tiene un desorden de libros, trabajos y proyectos sobre su escritorio, pero los revisa constantemente, lo cual le indica a uno que mantiene cierto orden. Es parecido a su lugar de trabajo en su casa. Los alumnos también tienen escritorios para regar sus libros, trabajos y proyectos, y en algún punto de la clase, pareciera que, todos están comiendo. “Nunca entendí porque hay reglas que prohíben comer en clases”, dice Rick. “Los adolescentes tienen hambre todo el tiempo así que ellos quieren comer todo el tiempo. La obsesión de los adultos de las comidas a ciertas horas es una especie de mito puritano que no ha sido revisado, así como una receta para el desastre”. Sus alumnos entran a su clase, se acomodan y comienzan a comer. “Yo puedo leer y comer al mismo tiempo”, añade. “Puedo comer y pensar, comer y seguir una conversación. Por supuesto, no tengo ganas de comer cada media hora, pero al parecer ellos si. Así que si eso los hace felices ¿Por qué no?”.

Rick siempre consigue la manera de explotar el pensum para encontrar preguntas más profundas. Cuando le tocó dar una clase sobre el poema más extenso y conocido de Walt Whitman, “Leaves of Grass” (Hojas de hierba), llevó a su clase el tributo de Langston Hughes a Whitman “I, too, Sing America” (Yo también canto América). Sus estudiantes pronto estaban cantando América desde el caleidoscopio de ventajas y de pronto tenía un proyecto en mente que combinaba historia y literatura, eventos de la actualidad y periodismo, antropología, sociología y más. Llevó una película, un ensayo, una historia corta, fotografías, y jugó con el conocimiento adquirido, con las categorías de razas del sentido común que llenan de locura y opresión la historia de Estados Unidos. Les hizo un llamado a sus estudiantes para que se resistieran a que les convirtieran sus vidas en vidas estrechas definidas solo por la raza de cada quien, les recomendó viajar. Los estudiantes leyeron, tomaron fotografías, entrevistaron gente, y cada uno de ellos terminó escribiendo un poema que tenía que comenzar con:

“Me pidieron que escribiera sobre mi raza
Lo pienso seriamente
Voy a escribir la verdad
Y tengo que leer mi respuesta,”
Y tenían que terminar diciendo:

“Pero me detengo y simplemente escribo”.

A continuación algunos ejemplos de los trabajos entregados por los estudiantes:

1) Me pidieron que escribiera sobre mi raza
Lo pienso seriamente

Voy a escribir la verdad
Y tengo que leer mi respuesta,

Tengo un hermano, una hermana, una madre y un padre,

Tengo la revista Turbo que me leo todos los días
Para aprender más como poner los carros a punto

Tengo un Honda Prelude, un Ferrari F-50, un Ferrari
360 Modena, un Toyota Supra y un Chevrolet
Corvette C-12 pegados en mi pared.

Tengo profesores que me enseñan y me ayudan
A meter más conocimiento en mi cabeza

Tengo un equipo de béisbol favorito
Creo que van a ganar la Serie Mundial
Los Bravos de Atlanta.

Respeto a los mayores y a mis compañeros de escuela

Tengo la suficiente confianza para saber que voy a
Terminar la escuela y me convertiré en un muy buen ingeniero automotriz

Tengo una casa con patio trasero y grama

Tengo amigos que siempre están ahí cuando los necesito

Soy de tez morena y tengo el cabello negro y corto
Ojos marrones

Me apasionan los carros

Tengo talento para jugar béisbol y fútbol

Pero me detengo
Y simplemente escribo
“Salvadoreño”
2) Me pidieron que escribiera sobre mi raza

Lo pienso seriamente

Voy a escribir la verdad
Y tengo que leer mi respuesta,
Pero es difícil cuando tienes
Que poner todo lo que te hace ser la persona

Que eres y dejar solo tu
Apariencia exterior, tu color de piel.

Pienso sobre mí,
Hay mucho más de mí
Que lo que muestra mi color de piel.

Me corre sangre verde escocesa y de las montañas,
Y pies bailarines congoleses.

También tengo en mi piel y cabello Pies Negros y Seminole.

Tengo besos de chocolate en mis ojos
Y el sentido de valor de mi padre hacia la vida y la felicidad.

He tenido novios y juguetes

Y estas lindas curvas en mi cuerpo.
Pero me detengo
Y simplemente escribo
Afro-Americana

3) Me pidieron que escribiera sobre mi raza
Lo pienso seriamente
Voy a escribir la verdad
Y tengo que leer mi respuesta,

Como mis ancestros dormían, se despertaban y morían
Dejando rastros para que el tren pasara algún día
Como miraban al otro lado de la bahía
Hacia la ciudad resplandeciente desde la isla de los ángeles
Como fueron desgarrados de la tierra,
Su carne desgarrada de sus huesos por bombas
Como miraban desde los campos,
Los establos de caballos enojados que eran cabalgados
Forzados a llamar a casa y preguntarse por que seguían ocurriendo
atrocidades
Pienso en todo esto pero me detengo
Y simplemente escribo
Asiático.
4) Me pidieron que escribiera sobre mi raza
Lo pienso seriamente

Voy a escribir la verdad
Y tengo que leer mi respuesta,
¡Soy una princesa gitana! Mi papá es un gitano romano
Mi abuela por parte de papá era bailadora de flamenco
Mi apellido es escocés
Mi familia tiene un castillo en Escocia
Mi papá tiene cabello y ojos negros
Yo soy rubia
Soy árabe,
Mi Jedu, o abuelo por parte de mamá
Vino de Irak para estudiar en la universidad,
Su nombre es Yasmeen, como la flor de Jazmín
Mi mamá tiene pelo negro y tez morena

Tengo sangre alemana,
Mi bisabuela llegó en barco,
Con cinco hijos a Estados Unidos
Mi abuela es India Americana, Apache
Ella habla su idioma
Cuando la gente supone mi raza,
Dicen que soy blanca o “Americana”
Mi abuelo tiene acento árabe
¿Realmente soy blanca? De ninguna manera, bueno…
¿Eso acaso dice quién soy?
¿Podrían saber la verdad?
Tengo ojos azules
¿Me mirarán extrañados luego que entregue mi trabajo?
Tantas preguntas…
Pero me detengo
Y simplemente escribo
De dos razas
Los estudiantes de Rick están luchando por encontrar su lugar en el mundo, su plenitud, participación y libertad luchando contra los lugares comunes, la barrera de las categorías raciales y los encajonamientos. El salón de clase de Rick es agradable, como ya he comentado, pero eso no quiere decir que sea tranquilo. El se ha inventado algo con sus estudiantes a través del trabajo duro decidido y una intención con un fin. Ellos han leído juntos sobre razas e identidad sin dejar de discutir sobre sus vidas, sus antecedentes o sus futuros. Han creado retratos diarios donde las conversaciones son vívidas y extensas, han leído Studs Terkel y Anna Devere Smith, han aprendido a entrevistar gente (primero entre ellos, luego a familiares y por último a la comunidad) para así crear “archivos históricos orales” y capturar una amplia gama de experiencias, reflexiones e interpretaciones.
Se están descubriendo a si mismos como gente libre, autores, pensadores y ciudadanos. Ellos nombran el mundo, se nombran a si mismos y en el proceso ellos crean para si un salón de clases que es una república de
muchas voces. Rick no permite que el trabajo de los estudiantes simplemente llegue a su escritorio para luego regresárselo al estudiante como si lo único útil de esta relación estudiante-profesor fuera el hablar con él, o que la única motivación fuera un puntaje en la boleta final. Los proyectos desarrollados y refinados, editados y re-hechos. A la postre, todos los trabajos llegan al dominio público con un fin más provechoso, ya sea en la pared de poesías de
la escuela, un vídeo, o una pequeña revista o periódico con una recopilación de los trabajos.
***
James Baldwin en su libro “A Talk To Teachers” (Una charla con los profesores) describe la paradoja central de la educación:

El propósito final de la educación es de desarrollar en la persona
la capacidad de mirar el mundo por si misma, tomar sus propias decisiones,
decirse a si mismo si algo es blanco o negro, tomar su propia
posición de si Dios y el cielo existen o no. Hacerse preguntas sobre el
universo y aprender a vivir con esas interrogantes es la manera como
cada quien alcanza su identidad. Sin embargo, ninguna sociedad está
realmente ansiosa de tener ese tipo de personas a su alrededor. Lo que
las sociedades realmente, idealmente, quieren es una masa de ciudadanos
que solo obedezcan las reglas que les imponen.

 

No existe nada más refrescante (ni más peligroso) que una mente que se cuestione a si misma. Un profesor puede demostrarlo, personificarlo y promoverlo en sus estudiantes. Por ejemplo, una manera de hacerlo es cuestionando el contenido programático a medida que se va enseñando el mismo. Esto podría llamarse “enseñando el conflicto”, como le dice Jerry Graff, es decir, enseñar, por ejemplo, Huckleberry Finn y a la vez enseñar todas las peleas, controversias y críticas que existen sobre este libro: ¿La historia promueve el irrespeto a las leyes? ¿Glorifica la ignorancia? ¿No es adecuado para lectores jóvenes? ¿Es racista? Enseñar Huckleberry Finn junto con historia, literatura crítica u otros libros está repleto de posibilidades pedagógicas.
Ciertamente esto significa leer la historia como algo esencialmente escrito por humanos y acercarse a cada texto como un igual y no como un consumidor, como un agnóstico y no un acólito. Estudiantes con mentes propias y también profesores con mentes propias, esto es una república de muchas voces, un espacio donde la más amplia gama de estudiantes pueden encontrar tanto lo que les es familiar como lo que les es extraño, lo que los nutre y lo que los desafía, una variedad de cosas que los involucran y los expande.
Insistimos en la libertad para pensar y decir lo que nos parezca. Estamos en contra de ser intimidados por los triunfalistas, los que mandan y los poderosos así como por los ortodoxos que dicen estar de nuestro lado. Insistimos en la independencia, pero al mismo tiempo, paradójicamente, aceptamos que nosotros vamos y debemos unirnos, sentirnos identificados con grupos y causas, y tomaremos posiciones. Tengo que convencer a mis estudiantes y ustedes deben intentar convencer a los suyos para que miren el mundo por ellos mismos y tomen sus propias decisiones. Debo insistir en que todos tenemos una forma de pensar distinta, todos hablamos con una voz distintiva (ustedes serán una prueba viviente), siendo protestatarios ante el poder cuando fuese necesario, articulando la verdad, desinflando el clamor autoritario que pide capturar todos los espacios disponibles, buscando lo que no se conoce, lo que se ha olvidado.
Para querer a nuestros estudiantes tenemos que inculcarles el amor propio y la confianza en ellos mismo. Si yo deseara convertirme en un buen profesor, debo defender a mis estudiantes, sobre todo de mí. Por lo tanto, les enseñaré a tener una consciencia crítica y no crédula, escepticismo y no una creencia obediente, curiosidad antes de una fe ciega. No quiero reverencias por lo que digo. No quiero discípulos.
La pensadora luminaria, la diva transgresora y prolífera escritora Bell Hooks (Gloria Jean Watkins) dice que la educación puede ser la puesta en práctica de la libertad cuando los salones de clase son vistos como “un espacio para lo posible”, un sitio donde debemos obligarnos a tener “una mente y corazón abiertos que nos permita enfrentar la realidad al tiempo que imaginamos colectivamente maneras de ir más allá de las fronteras, de transgredirlas”. Una enseñanza que invita a cuestionar y cruzar las fronteras, que permite la curiosidad y la transgresión, indagar e ir más allá. Este tipo de educación, este movimiento educador es el que Hooks llama la práctica de la libertad.
En un encantador documental francés llamado “To Have and To Be” (Tener y ser), conocemos a Georges López, un hombre de mediana edad que es maestro en una casa-escuela rural en Francia y quien tiene a su cargo cerca de doce niños con edades entre los cinco y doce años, aproximadamente. La película comienza con una larga toma tranquila del vacío salón de clases, las sillas sobre los escritorios, cuadros llamativos por todas partes, plantas, fotos, lápices y marcadores. El aula está descansando y uno puede anticipar una explosión súbita de energía joven cuando comience el día. Pero la toma tarda bastante. Y luego, sin ninguna fanfarria, una tortuga sale de entre un estante, y después otra más. Se observan las dos caminando pesada y lentamente por el piso con pesadez, en un contrapunto.
El baile de las tortugas es una metáfora sobre la enseñanza de López: todo es lento, nada apurado. En un mundo de un todo al instante, de aceras y escaleras que se mueven, de comida rápida y palabras procesadas, López reconoce que el crecimiento de un ser humano toma tiempo. Hay tiempo para involucrarse, para correr tras proyectos, tiempo para cometer y corregir errores y tiempo para resolver pequeños conflictos que siempre se presentarán en un grupo. Casi no se evidencia el típico encuentro superficial y el plan apurado (minutos para esto, minutos para aquello): el pensum de “Yo sé, tu no sabes”. Los cinco sentidos están comprometidos, los niños más grandes ayudando a los más chicos, todos tienen responsabilidades, expectativas, trabajos, metas y límites. Hay un sentimiento palpable de
crecimiento y cambio, euforia porque el salón no es igual a como era el día anterior o a como va a ser el día siguiente: ni los estudiantes ni el maestro. Todos ellos se encuentran en un viaje sin un comienzo claro y sin un final a la vista.

En un salón de clases de segundo grado de primaria que visité en Chicago observé una cartelera de actividades, una cartelera de limpieza y una cartelera de libros favoritos; un mapa de las calles, del tránsito y mapas de distintos lugares del mundo que compartían su espacio con mapas dibujados por los estudiantes sobre el salón de clases, el vecindario, y de sus casas; un área de cocina con una “barra de jugos” y afiches llamativos representando “Fideos”, “Ajíes”, “Hongos”, “Quesos del mundo” y “Colorantes naturales”; las huellas de la mano de cada niño con sus firmas, diarios, diccionarios, tesauros, “mini libros”, íconos, libros de matemáticas, rompecabezas y juegos de mesa; títeres; cubos; un recipiente con hojas de árboles; un sofá y una alfombra; dos largos troncos de árboles; y un tarro con pedazos de madera. Al igual que con el salón de clase de López, el ambiente se sentía que era rico y profundo, incitante y potencialmente incluyente. Estaba deslumbrado por todos esos detalles que nunca había visto ni se
me habían ocurrido (por ejemplo, un icono para cada estudiante que ellos mismos seleccionaban, símbolos como un sol o un cepillo de dientes que se colocaban junto al nombre de cada niño en el pizarrón, en los cubículos, en el libro o en un papel), me impactaron por considerarlos una ayuda inteligente para cuando se está aprendiendo a leer; todos los libros hechos por ellos personalizados, un “tesauro” y un libro de matemáticas me mostraron cuanto más se podría expandir el sentido de creadores y autores entre, incluso, estudiantes muy jóvenes. Pero lo que más me impresionó de esta colección de artefactos no fue nada de lo que ya he mencionado. Estaba impactado por la sensación de que este espacio para la enseñanza era un diseño intencional de una inteligencia particular, que el arquitecto de este ambiente tenía un propósito y una visión de sus estudiantes y de si mismo y que sus esperanzas, prioridades y compromisos fueron maquinados hasta el más mínimo detalle en esa aula.
***
En noviembre de 1999, mi hermano estaba leyendo un periódico de Oakland y encontró un artículo sobre la muerte de una niña india de 16 años llamada Sitha Vemireddy. Murió por envenenamiento por monóxido de carbono. Al parecer un accidente en su casa que se encontraba a dos cuadras del Liceo Berkeley. Esto le llamó la atención a Rick ¿Conocían sus estudiantes a Sitha Vemireddy?, ¿Estudiaba ella en Berkeley?, ¿Por qué no se mencionaba a ningún familiar? Se llevó el artículo de prensa al colegio y preguntó si alguien lo había leído. Por supuesto nadie lo había hecho. Los adolescentes no leen periódico. Sin embargo, muchos sentían la misma curiosidad que él y dos de sus estudiantes de periodismo, Megan Greenwell e Ileana Montauk, salieron en busca de Sitha Vemireddy esperando poder contar su historia.
Descubrieron que ella no era estudiante de Berkeley ni de ningún otro liceo de la zona, así que continuaron su búsqueda entre la comunidad Sur Asiática. La curiosidad y determinación de Greenwell se incrementó cuando fue rechazada bruscamente por el dueño de un restaurante donde quizás había trabajado Vemireddy. En cuestión de días, las dos estudiantes escribieron una historia en el periódico del colegio que fue la noticia principal de California por semanas “Muere joven inmigrante”, era el título, y el subtítulo: “La comunidad Sur Asiática dice que estaba ‘contratada’”. Dos niñas de liceo volaron la tapa de uno de los mayores contrabandos que consistía en la venta de mujeres en la India para luego ser llevadas a Estados Unidos ilegalmente a trabajar como meseras, obreras, domésticas o prostitutas.
Todo comenzó por la simple curiosidad de conocer un poco sobre el mundo en que vivimos. La noticia fue descubierta con tenacidad y valentía. Se conectó con asuntos de mayor envergadura como el empleo y las leyes, moralidad y ganancia, la migración voluntaria y forzada, políticas de inmigración, el estatus de la mujer y la lista continúa. Al final, dos prominentes hombres de negocios fueron arrestados y llevados a juicio, y una compañía de Hollywood le compró los derechos de la historia a Greenwell y Montauk. Esto último llevó a que hubiera más reflexiones, más pensamientos profundos y le añadió más complejidad. Las jóvenes reporteras decidieron enviar un tercio del dinero que recibieron a la familia de Sitha Vemireddy en la India, pero se dieron cuenta que ellas no podrían enviar un gran cheque a un poblado rural pobre sin consecuencias potencialmente violentas. Esto las condujo a las Naciones Unidas y a una organización no gubernamental que trabaja en la zona y las pudieron ayudar. El aprendizaje continúa.

La educación democrática se caracteriza básicamente por el diálogo, el cual es el vehículo para la discusión, la deliberación, la reconsideración y la transformación. En todo diálogo existe la posibilidad de cometer errores o de interpretar erróneamente, de luchas y emociones y también de crecimiento y cambio debido a que el verdadero diálogo es un acto espontáneo de pensar en voz alta, basado en reconocer que pensar es, en gran parte, una actividad social que es imposible de alcanzar sin estimular otras mentes. En un diálogo hablamos con la posibilidad de ser escuchados, de tocar corazones y cambiar ideas, y escuchamos con la posibilidad de alterar el ángulo de nuestro propio punto de vista. Comenzamos con la seria intención de comprometer a otros, pero ya que estamos entrando en el reino de lo flexible y recíproco, a veces incluso de lo alegre, sabemos que esta jornada nos va a cambiar. El diálogo enciende nuestra imaginación y nos empuja mucho más lejos.
El diálogo también forma comunidades, aun si la comunidad que crea está llena de conflictos. Puede ser el presagio del desequilibrio, revolviendo nuevas conciencias, nuevas empatías, nuevas maneras de apreciar lo complejo. Nos acercamos con convicción moderados por el agnosticismo, escepticismo, duda y por una sensación de lo fortuito. Nuestra meta no es hacer valer nuestro punto de vista, sino el ser transformados. Nuestra obligación es interrogar, explorar, prestar atención y observar más a profundidad una y otra vez. A través del diálogo descubrimos la posibilidad de re-denominar las cosas, de alcanzar algo nuevo. Nadie permanece exactamente igual.
El diálogo auténtico lleva a un conflicto esencial en la enseñanza, el conflicto entre el profesor que sabe y los estudiantes que no saben, y nosapunta hacia la síntesis. En el diálogo, el profesor se convierte en el estudiante
de sus estudiantes y estos se convierten en los profesores de su profesor. Las líneas son borrosas, la autoridad subvertida y una nueva travesía comienza.
El diálogo es un impulso democrático, un gesto participativo basado convincentemente en la capacidad de cada persona. Es un reconocimiento al clamor de los demás así como un reconocimiento de las propias imperfecciones.
Admitir que, por supuesto, uno no lo sabe todo. Aceptar la poca confiabilidad de cualquier investigación, en especial las propias, la contingencia de todo conocimiento y la multiplicidad de perspectivas e interpretaciones. Si se intenta, todo ello debería ser motivo de emoción y una razón para tener esperanzas, no para desesperar.
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Existen Escuelas por la Libertad contemporáneas. Lugares donde la experiencia es el punto de partida para pensar, donde el diálogo, la investigación y las actividades autodidactas guían a la transformación de los estudiantes y de sus comunidades. Una de ellas es la escuela Detroit Summer, la cual fue organizada hace una década por los activistas Jimmy Boggs y Grace Lee Boggs. Jimmy ya falleció, pero Grace, con sus 88 años todavía le inyecta visión, inspiración, sabiduría y energía al proyecto.
El objetivo de Detroit Summer es darle un nuevo espíritu, redefinir y reconstruir Detroit desde abajo, para  enriquecer la vida de la comunidad gracias al trabajo de raíz llevado a cabo por los ciudadanos comunes. En el primer tríptico de Detroit Summer, Grace Lee Boggs escribió: “Nuestra preocupación se enfoca en como nuestra ciudad ha sido desintegrada social, económica, política, moral y éticamente”. Ella y sus colegas estaban convencidos de que ninguna compañía iba a ir a resolver sus problemas y que dependía de ellos “poner nuestro corazón, nuestra imaginación, nuestra mente y nuestras manos juntas para crear una visión y diseñar programas concretos para desarrollar empresas locales que provean trabajos útiles e ingresos para todos los ciudadanos”.
Detroit Summer agrupa estudiantes universitarios, de liceos y gente de la comunidad en talleres y diálogos intergeneracionales para explorar asuntos históricos y teóricos, para establecer agendas y crear planes para un ambicioso programa de trabajo y actividades. Los organizadores aseguran que las escuelas de Detroit despojan a sus estudiantes de muchas cosas, sobre todo del derecho de pensar y escoger, y que por tal motivo ellos establecen un modelo explícitamente diferente, basado en el conocimiento, el pensamiento, la crítica y la escogencia. Todos on participes, sujetos históricos, no objetos, y todos hacen preguntas sobre lo que les causa problemas o lo que les gusta. El trabajo en Detroit Summer involucra búsqueda, servicio a la comunidad, investigación y acción. En el
pasado esto ha sido materializado con trabajos de reciclaje, reconstrucción la ciudad y para crear espacios públicos para el diálogo con las comunidades, transformar terrenos baldíos en jardines comunitarios y crear un taller de bicicletas donde se les enseñaba a los jóvenes de la comunidad como reparar sus bicicletas que representaban su medio de transporte en una ciudad con un sistema de transporte deficiente.
La Detroit Summer enfrenta al modelo educativo convencional el cual se asemeja al organigrama de cualquier fábrica con estudiantes pasivos e inertes y profesores autoritarios que solo mandan a llenar espacios en blanco, con un modelo de gente joven motivada a aprender porque se les promueve a resolver problemas reales de sus vidas y comunidades. Representa una alternativa vital al mundo que están recibiendo.
Julia tenía 16 años cuando fue por primera vez a Detroit Summer. Ella estaba encantada con su colegio mientras era niña y estaba ansiosa por comenzar la secundaria, para comenzar lo que ella pensaba sería una educación real y sustanciosa. “Leer libros me apasionaba”, dijo. “Solo el hecho de aprender nuevas cosas me emocionaba”. Pero la secundaria no fue lo que ella esperaba. “El aprendizaje estaba completamente perdido en mi liceo”, dijo. “Todo era ‘párate aquí… ve para allá… formen una fila’” La lista de no esto o no aquello ocupaba todo el espacio disponible y los niños aparentemente sin vida se arrastraban alrededor de la escuela, desilusionados, nulos, desconectados.
En Detroit Summer ella encontró algo más parecido a lo que esperaba, discusiones tendidas sobre asuntos interesantes, desde la estructura de la poesía hasta el porque de tantas casas dilapidadas por todas partes.
“Hablábamos y leíamos”, comentó. “Y también hicimos cosas”. En su primer año, ella junto a otros estudiantes limpiaron un terreno baldío y construyeron un jardín de vegetales y flores.

La hermana menor de Julia, Angela, quien tenía 12 años para aquel entonces, pasaba por ahí y participaba un poco en todo, sin embrago, los talleres de poesía fueron los que realmente incendiaron su imaginación. Angela fue alumna de Detroit Summer por una década, se graduó de la universidad y es Voluntaria de los Cuerpos de Paz de Perú. Para Angela, la Detroit Summer y sus talleres de escritura se convirtieron en educación como práctica de libertad.
Otro ejemplo de una Escuela por la Libertad moderna es la red de talleres de alfabetización organizada por el brillante educador de la comunidad, Hal Adams. Él ha organizado talleres desde Seattle hasta Boston, pero yo solo he visto los de Chicago. Se inspira en una frase que le atribuye a Antonio Gramsci: Todos somos filósofos. Los talleres comienzan con Hal presentando la idea germinal y luego provocando una discusión sobre el porqué es relevante. Hal Adams considera que el poder y la dominación son mantenidos no solo por el garrote y las armas: si controlas ideas también controlas vidas. Si la gente común puede tener confianza en sus propias ideas, sus creencias, si se pueden ver a si mismos como actores y no simplemente como objetos, entonces ellos tendrán los medios para desafiar el control que otros ejercen sobre ellos.
Hal piensa que cuando la gente común adopta las ideas de los dominantes y de los poderosos, dejando a un lado sus propias ideas y experiencias como algo menos importante, las personas están limitando el alcance de su imaginación y, por lo tanto, de sus propias acciones. Él quiere que sus estudiantes comiencen con sus propias experiencias para que desarrollen la confianza en si mismos y en sus ideas, para luego expresarlas públicamente permitiendo que las verdades esenciales pero olvidadas se conviertan en semillas para el cambio.
Un taller de madres que se reunía a las 09:00 a.m. en una escuela pública de Chicago comenzó con un ensayo sobre las experiencias vividas esa misma mañana. Cuando leyeron sus trabajos, una mujer comentó sobre un edificio abandonado por el cual pasaba todos los días y que le causaba temor. En la discusión subsiguiente, se hizo claro que los demás compartían su punto de vista y pronto muchas mujeres comenzaron a escribir sobre “edificios  abandonados” y “un mundo peligroso”. Lo que ella había experimentado como algo personal y privado resulto ser un sentimiento común que se hizo público en la clase. En los meses posteriores, las mujeres investigaron sobre la ley de vivienda, fueron a los tribunales y recibieron una orden para condenar la propiedad. Inspiradas en sus acciones, las mujeres fundaron un Comité Asesor de Base para tomar medidas en cuanto a otros abusos que se cometían en la comunidad. Estas mujeres descubrieron que lo que puede parecer un ensayo sencillo puede llegar a contener una significación importante y que, trabajando juntas, ellas son capaces de llevar a cabo ideas y actividades. Hal opina que es necesario pensar por uno mismo, para alcanzar la liberación y las metas a través los esfuerzos de nuestro
colectivo, en vez de acudir a autoridades externas. Además insiste que todos deberíamos trabajar juntos por un mundo mejor y más justo y aquellos que no se dan cuenta de esto son los analfabetas, sin importar si saben leer.
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Nosotros los profesores nos ponemos del lado de los estudiantes. Creamos un espacio donde las voces puedan ser escuchadas, sus experiencias afirmadas, sus vidas valoradas, su humanidad proclamada. Los estudiantes no pueden entrar a las escuelas como “objetos”, simples cosas, aparatos y dispositivos, y salir como “sujetos”, con autodeterminación, concientes, con sentido, pensantes, interesados, auto-activados y libres ¿Cuál es mi lugar en el mundo? Unan sus manos, el lugar de ustedes no es a un lado, ven a la mesa, siéntate con los demás. Esta es tu mano. Esta es tu realidad. Aquí es donde nosotros nombramos el mundo y juntos alcanzamos nuestra humanidad. El diálogo comienza.

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