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Mañana se Conmemora el Día Internacional de la Mujer

7 de marzo de 2016/Redacción de Perspectiva Sur

Existen diversas versiones sobre lo que sucedió el 8 de marzo de 1857 en la
compañía textil de Lower East Side de Nueva York, una de ellas (la más
conocida) tiene que ver con un incendio ocurrido en la referida fabrica que
ocasionó la muerte de las obreras costureras que hacían una huelga por
exigir la reducción de la jornada diaria. Aunque algunos historiadores
expresen que no existen pruebas documentales de que un incendio se
produjera ese año en la textilera, otro grupo importante de feministas
afirma que la marcha convocada en ese marzo por el sindicato de costureras,
tenía como fin un reclamo justo que termino en un lamentable suceso para la
humanidad. Así pues, las historias tejidas en torno al Día Internacional de
la Mujer están ligadas a situaciones marcadas desde la primera guerra
mundial, la revolución rusa, la lucha por el sufragio femenino, el
sindicalismo femenino en EE.UU y Europa y el protagonismo de las mujeres
del partido socialista norteamericano. En este sentido, a continuación
presentamos lo referido en un artículo de la redacción de Perspectiva Sur:

Desde 1975 se celebra el mismo día en todo el mundo para recordar la lucha
de las mujeres por la igualdad. La Organización de las Naciones Unidas
(ONU) estableció el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer para
celebrar la lucha femenina por su participación igualitaria en el mundo del
trabajo, la política y en la sociedad en general.

Sobre esta fecha existen diversas versiones. La más conocida es la de un
incendio ocurrido en una fábrica textil de Nueva York en 1857, donde
habrían muerto quemadas las obreras que hacían una huelga. Según la
historiadora canadiense Renée Côté, no existen pruebas documentales de que
un incendio de esas características se produjera ese año, ni que ese hecho
fuera el motivo para establecer una jornada internacional de las mujeres.

Las investigaciones de historiadoras feministas señalan que lo que pasó en
1857 fue, en verdad, la realización de una marcha convocada en el mes de
marzo por el sindicato de costureras de la compañía textil de Lower East
Side, de Nueva York, que reclamaban una jornada laboral de sólo 10 horas.

Diez años después, en 1867, también en el mes de marzo, tuvo lugar una
huelga de planchadoras de cuellos de la ciudad de Troy, en Nueva York,
quienes formaron un sindicato y pidieron un aumento de salarios. Después de
tres meses de paro, las huelguistas se vieron obligadas a regresar al
trabajo sin haber logrado su demanda.

La historia del 8 de marzo está cruzada por situaciones y hechos que
muestran un escenario más complejo y rico en acontecimientos marcados por
la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la lucha por el sufragio
femenino, las pugnas entre socialistas y sufragistas, y el creciente auge
del sindicalismo femenino durante las primeras décadas del siglo XX en
Europa, Estados Unidos y Latinoamérica.

Orígenes

Los orígenes de este día están ligados a los partidos socialistas de
Estados Unidos y Europa, en particular al protagonismo de las mujeres del
Partido Socialista Norteamericano que, desde 1908, instauraron unas
jornadas de reflexión y acción denominadas Woman’s Day. La primera tuvo
lugar el 3 de mayo de 1908, en el teatro Garrick de Chicago, con el
objetivo central de hacer campaña por el sufragio y contra la esclavitud
sexual.

De esta manera, el Día Internacional de la Mujer surge para defender los
derechos laborales de las trabajadoras y manifestarse contra la guerra.

El protagonismo de las obreras

Al frente de las movilizaciones por el Día Internacional de la Mujer, las
trabajadoras de la industria textil han tenido un lugar preponderante. Así,
a comienzos del siglo XX, son numerosas las movilizaciones y huelgas de
obreras en Estados Unidos. En 1909 se realiza la gran huelga de las obreras
de la Compañía de Blusas Triangle, de la ciudad de Nueva York. Este paro,
que se conoce como la «sublevación de las 20.000» (por el número aproximado
de trabajadoras de diversas fábricas que prestaron su apoyo), tuvo una
enorme repercusión, tanto dentro de la opinión pública como en los círculos
sufragistas y socialistas.

Cronología de la huelga

Año 1909

– 3 de diciembre: La Liga Nacional de las Mujeres Sindicalistas,
liderada por Mary Drier, feminista de clase media, convoca a una marcha de
protesta contra la represión policial que reúne a 10 mil mujeres. Drier es
arrestada.
– 5 de diciembre: Las sufragistas realizan una concentración masiva en
apoyo a la huelga.
– 27 de diciembre: Se realiza un arbitraje entre la empresa y el
sindicato que no es aceptado por la mayoría de huelguistas.

Año 1910

– 15 de febrero: Se pone fin a la huelga. La gran mayoría de
trabajadoras/es regresa a la fábrica sin haber conseguido la totalidad de
sus demandas.

Año 1911

– 25 de marzo: El retorno de las obreras de Triangle a su trabajo (en
febrero de 1910) no fue visto por ellas como una victoria, particularmente
porque las demandas que obligaban a la empresa a instalar salidas de
emergencia, la prohibición de mantener las puertas cerradas durante la
jornada laboral, además de poner en funcionamiento escaleras de seguridad,
nunca se pudieron discutir durante las negociaciones. Esto fue fatídico un
año después, el sábado 25 de marzo de 1911, al producirse un incendio que
destruyó gran parte de las instalaciones de Triangle.
– La tragedia dejó como saldo 146 trabajadoras muertas y numerosas
mujeres heridas. «La prensa acusó del incendio a un trabajador que fumaba
en esos momentos. La Liga Nacional de Mujeres Sindicalistas comenzó una
campaña para que se legislara contra los incendios y a favor de la
protección de las trabajadoras/es, así como una mayor vigilancia de las
leyes existentes» (Ana Lau).

Los hitos

– 1908: EE.UU, Chicago. El 3 de mayo las feministas socialistas realizan
una jornada en el teatro Garrick para hacer campaña por el sufragio
femenino y contra la esclavitud sexual. Es el primer Woman’s Day.
– 1909: EE.UU, Nueva York. El Comité Nacional de la Mujer del Partido
Socialista Norteamericano recomienda a todas sus secciones establecer el
último domingo de febrero como una jornada a favor del sufragio femenino
bajo la denominación de Woman’s Day.
– 1910: Dinamarca, Copenhague. Se realiza la Segunda Conferencia
Internacional de Mujeres Socialistas donde se presenta una propuesta del
Partido Socialista Norteamericano, a través de sus delegadas Lena Morrow
Lewis y May Wood Simons, de establecer el Día Internacional de la Mujer.
Esta propuesta es apoyada por Clara Zetkin. La resolución final indica que,
«siguiendo el ejemplo de las camaradas norteamericanas», se dedicará un día
especial a las mujeres para promover el sufragio entre las obreras, entre
otras reivindicaciones. En Estados Unidos, el Woman’s Day se siguió
celebrando el último domingo del mes de febrero hasta 1914.
– 1911: Europa. El primer Día Internacional de la Mujer se celebra el 19
de marzo en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, conmemorando un
levantamiento ocurrido en Prusia en esa fecha. Las demandas fueron el
derecho a voto, la igualdad de oportunidades para ejercer cargos públicos y
el derecho al trabajo. En Alemania, el periódico de las mujeres Die
Gleichheit (La Igualdad) que dirige Clara Zetkin, tiene una tirada de 100
mil ejemplares. En Berlín se realizan cerca de 45 manifestaciones ese día.
– 1913: Rusia. El 17 de febrero (2 de marzo en el calendario
occidental), las mujeres rusas celebran por primera vez el Día
Internacional de la Mujer bajo la denominación de Día Internacional de las
Obreras. Se produce una fuerte represión de la policía zarista y algunas de
las organizadoras son deportadas a Siberia. Esta manifestación se realiza
bajo las banderas del movimiento pacifista en vísperas de la Primera Guerra
Mundial.
– 1914: Europa. El 8 de marzo se realizan diversos actos en Alemania,
Suecia, y Francia. En Alemania la actividad se centra en jornadas de
protestas contra la guerra, el militarismo y el derecho al sufragio.
– 1915: Dinamarca, Oslo. Un gran contingente de mujeres sale a las
calles el 8 de marzo para repudiar la Primera Guerra Mundial.
– 1917: Rusia. 23 de febrero (8 de marzo en el calendario occidental).
En plena guerra, las mujeres de San Petersburgo, contrariando las órdenes
de las dirigencias de los partidos, realizan una manifestación pidiendo pan
y el regreso de los combatientes. Esta manifestación, a la que se unen
trabajadores y estudiantes, es considerada por algunas historiadoras como
el detonante de la Revolución Rusa. Cuatro días más tarde, el Zar abdica y
el Gobierno Provisional otorga a las mujeres el derecho al voto.
– 1930: Uruguay. Mujeres sindicalistas realizan actividades el 8 de
marzo para enviar ayuda a los republicanos españoles.
– 1931: Cuba. A propuesta de las activistas Panchita Batet y Josefina
Madera, se celebra el Día Internacional de la Mujer. México. Aparece la
convocatoria «8 de Marzo. Día Internacional de la mujer trabajadora. Las
mujeres en el frente de lucha del proletariado».
– 1935: México. Mujeres del Partido Nacional Revolucionario (PNR, hoy
PRI) y del Partido Comunista celebran el Día Internacional de la Mujer.
– 1936: Chile. El Movimiento Pro Emancipación de la Mujer Chilena
(MEMCH), realiza un homenaje por el Día Internacional de la Mujer.
– 1944: Chile. Diversas organizaciones de mujeres celebran el 8 de marzo
y acuerdan convocar a un congreso unitario que da origen a la Federación
Chilena de Instituciones Femeninas (FECHIF), bajo la dirección de Amanda
Labarca. Venezuela. Primera celebración del 8 de marzo.
– 1945: Inglaterra. En el Día Internacional de la Mujer, bajo la
presidencia de Lady Megan Lloyd George, delegadas de 20 países se reúnen en
el Albert Hall de Londres, para aprobar el proyecto de Carta de la Mujer a
ser presentada en la Conferencia de las Naciones Unidas en San Francisco.
– 1946: Uruguay. La Unión Femenina del Uruguay asume la responsabilidad
de organizar las actividades del 8 de marzo.
– 1964: México. Con motivo del 8 de marzo, se difunde el «Llamamiento a
la Mujer Mexicana» para crear una organización unitaria de mujeres.
– 1971: México. En un discurso pronunciado en el acto conmemorativo del
Día Internacional de la Mujer, la escritora Rosario Castellanos menciona
que «…la mujer mexicana no se considera a sí misma- ni es considerada por
los demás- como una mujer que ha alcanzado su realización si no ha sido
fecundada en hijos, si no la ilumina el halo de la maternidad».
– 1972: Italia. En Roma se realiza la primera manifestación
feminista. Puerto Rico. El Frente Femenino del Partido Independentista
Puertorriqueño organiza la a primera celebración del 8 de marzo.
– 1974: Uruguay. Primer 8 de marzo en la clandestinidad. La celebración
se realiza en casas particulares, mientras las mujeres encarceladas:
«…nos saludábamos diciendo: Hoy es 8 de marzo. En la Prefectura Naval,
que era mixta, los hombres, el 8 de marzo dibujaban con pasta de dientes
una flor sobre una chapita que dejaban detrás del water (nuestro lugar de
contacto…». Puerto Rico. La primera celebración feminista del 8 de marzo
es organizada por el colectivo Mujer Intégrate Ahora (MIA).
– 1975: Nueva York. La Asamblea General de Naciones Unidas establece el
8 de marzo como Día Internacional de la Mujer. A partir de entonces, se
celebra con gran despliegue en todos los países de la órbita comunista,
especialmente a partir de los años veinte. En Occidente, serán los partidos
comunistas los que convoquen a esta celebración.

Una fecha que sin duda reivindica los derechos de igualdad de la mujer en
el mundo y nos invita a pensar desde Otras Voces en la Educación que aún
queda un vasto camino por recorrer en el campo de la igualdad, en el que la
educación juega un papel primordial.

«No deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre
ellas mismas». Mary Wollstonecraft

Fuente de la noticia:

www.perspectivasur.com/3/nota.php?nota_id=51674

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CDA Professional Development Specialist

 

Asociado en Desarrollo Infantil (CDA)

El negocio de la educación superior en los EE.UU., es un prolifero caldo en
el cual la cantidad de instituciones supera la cifra de 1300 en todo el
país, la oferta académica va enfocada a múltiples campos de acción que
responden a los intereses de un mundo globalizado. Siendo la educación una
de las industrias del mercado, existen discrepancias entre lo que se enseña
y la práctica del docente que debe ajustarse a las innovaciones presentes
en el ámbito laboral donde se desenvuelvan, dictaminadas por la
característica de la corporación y/o la tendencia en la agenda educativa
detrás de cada institución. En este sentido, la actualización permanente
antes y durante la obtención del grado académico universitario en general
no corresponde a un proceso de actualización constante, por el contrario,
la “calidad” como expresión de la mercantilización de la educación, está
diseñada para que el estudiante o maestro en ejercicio complemente sus
conocimientos con un sinfín de cursos. Siendo éste el resultado de la
globalización neoliberal en la educación para hacer de ella un mercado, ha
encontrado en la llamada “desregularización” (la liberación de regulaciones
en el ámbito educativo, por parte del gobierno de EEUU, entendiéndose a la
educación como un mercado), que la educación funcione desde las
universidades hasta los demás extractos del sistema educativo, en
atractivas formas para los negocios bajo sus propias reglas y ritmo.

No obstante, el maestro queda atrapado en una cadena interminable de
certificaciones para lograr elementos de pagos por mérito (entre otros
aspectos). Algunas de las academias donde los docentes pueden consolidar
conocimientos posteriores o alternativos a los estudios universitarios, al
desempeñarse como profesionales, son:

– Académica Americana en Pediatría

– La Asociación Americana del Corazón

– La Cruz Roja Americana

– BoardSource

– Child Care Aware (CCA) y Child Care Aware of America

– El Centro de Leyes del Cuidado de Niños (CCLC)

– El Consejo de Acreditación (COA)

– El Concilio de Reconocimiento Profesional

– First Children´s Finance (FCF)

– La Asociación para Líderes en el Aprendizaje Temprano

– La Asociación Nacional para la Administración Regulatoria (NARA)

En relación, a los ejemplos anteriores, la credencial: Professional
Development Specialist, otorgada y administrada por el Consejo de
Reconocimiento Profesional, a los “docentes pertenecientes a los
proveedores de cuidado infantil” de los 50 estados de los EE.UU., el estado
Libre Asociado de Puerto Rico y en los territorios estadounidenses de Guam;
es un documento de evaluación a la práctica de los docentes en ejercicio,
con el propósito de mejorar la calidad en la atención temprana y el
aprendizaje que brindan los maestros en las aulas de clases de 0 a 6 años
de edad.

Para recibirlo, los docentes deben realizar la aplicación respectiva
asumiendo las gatos que genera ésta, en este sentido se evalúa la
elegibilidad del optante ante su conocimiento de los estándares de
competencia que solicita el consejo, la observación de la práctica docente
por parte de un Especialista en Desarrollo Profesional y el consecuente
veredicto del Consejo de Reconocimiento Profesional al otorgar el
certificado. Dentro de los parámetros a ser considerados para el baremo
están la presentación de un examen estandarizado, la exposición de un
portafolio en donde el docente debe exhibir una amplia gama de cursos o
certificaciones en el ámbito educativo, la apreciación de las familias en
relación a la “calidad” de enseñanza y aprendizaje de sus hijos y, la
reflexión por parte del docente de los aspectos que debe mejorar como
profesional.

Se puede obtener más información a través de:

www.cdacouncil.org/about/cda-credential

Fuente de la imagen:
– www.google.com/search?q=escuelas+VPK+en+eeuu&biw=1366&bih=667&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwiN5JzWrKXLAhXLnYMKHfIVCSAQ_AUIBigB#imgrc=5YC1zej6TUL09M%3A

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Fascism in Donald Trump’s United States

trump

Henry Giroux

Donald Trump’s blatant appeal to fascist ideology and policy considerations took a more barefaced and dangerous turn this week when he released a statement calling for «a total and complete shutdown of Muslims entering the United States.» Trump qualified this racist appeal to voters’ fears about Muslims by stating that such a ban is necessary «until our country’s representatives can figure out what is going on.»

When Trump proposed the ban at a rally at the USS Yorktown in South Carolina, his plan drew loud cheers from the crowd. Many critics have responded by making clear that Trump’s attempts to place a religious test on immigration and travel are unconstitutional. Others have expressed shock in the face of a proposal that violates the democratic ideals that have shaped US history. Fellow Republican Jeb Bush called Trump «unhinged.»

Trump’s call to do «the unthinkable» is a fundamental principle of any notion of totalitarianism.

What almost none of the presidential candidates or mainstream political pundits have admitted, however, is not only that Trump’s comments form a discourse of hate, bigotry and exclusion, but also that such expressions of racism and fascism are resonating deeply in a landscape of US culture and politics crafted by 40 years of conservative counterrevolution. One of the few politicians to respond to Trump’s incendiary comments was former Maryland Gov. Martin O’Malley (D), who stated rightly that Donald Trump is a «fascist demagogue.»

This overtly fascistic turn also revealed itself in November when Trump mocked Serge Kovaleski, a New York Times investigative reporter living with a disability, at a rally in South Carolina. This contemptuous reference to Kovaleski’s physical disability was morally odious and painful to observe, but not in the least surprising: Trump is consistently a hatemonger and spreads his message without apology in almost every public encounter in which he finds himself. In this loathsome instance, Trump simply expanded his hate-filled discourse in a new direction, after having already established the deeply ingrained racism and sexism at the heart of his candidacy.

To read more articles by Henry A. Giroux and other authors in the Public Intellectual Project, click here.

Trump’s mockery of Kovaleski and his blatantly discriminatory policy proposals against Muslims are of a piece with his portrayal of Mexican immigrants as violent rapists and drug dealers, and with his calls for the United States to put Syrian refugees in detention centers and create a database to control them. These comments sound eerily close to SS leader Heinrich Himmler’s call for camps that held prisoners under orders of what the Nazis euphemistically called «protective custody.» This fascist parallel only gains currency with Trump’s latest efforts to ban Muslims from the United States. To quote the Holocaust Encyclopedia:

In the earliest years of the Third Reich, various central, regional, and local authorities in Germany established concentration camps to detain political opponents of the regime, including German Communists, Socialists, trade unionists, and others from left and liberal political circles. In the spring of 1933, the SS established Dachau concentration camp, which came to serve as a model for an expanding and centralized concentration camp system under SS management.

Moreover, Trump’s hateful attitude toward people with disabilities points to an earlier element of Hitler’s program of genocide in which people with physical and mental disabilities were viewed as disposable because they allegedly undermined the Nazi notion of the «master race.» The demonization, objectification and pathologizing of people with disabilities was the first step in developing the foundation for the Nazis’ euthanasia program aimed at those declared unworthy of life. This lesson seems to be lost on the mainstream media, who largely viewed Trump’s despicable remarks toward people with disabilities as simply insulting.

What is truly alarming is how many corporate media figures and intellectuals are defending Trump, not realizing that his candidacy is rooted in the brutal seeds of totalitarianism being cultivated in US society. Trump represents more than the anti-democratic practices and antics of Joseph McCarthy; he illustrates how totalitarianism can take different forms in specific historical moments. Rather than being dismissed as a wild card in US politics, as «careless and undisciplined,» as some of his conservative supporters claim, or not a true member of the Republican Party as Ross Douthat has written in The New York Times, it is crucial to recognize that Trump’s popularity represents what Victor Wallis has described as a dangerous «political space … in both the wider culture and in recent history.» This is evident not only in his race-baiting, his crude comments about women and his call to round up and deport 11 million immigrants, but also in his increasing support for violenceagainst protesters at his rallies.

There is a disturbing totalitarian message in his call to «make American great again» by any means necessary. The degree to which Trump expresses his support of violence, racism and the violation of civil liberties, visibly and without apology, is unprecedented in recent national political races. But the ideas he espouses have always been present under the surface of US politics, which is perhaps why the public and media on the whole seem unperturbed by such comments as: «We’re going to have to do things that we never did before. And some people are going to be upset about it, but I think that now everybody is feeling that security is going to rule … And so we’re going to have to do certain things that were frankly unthinkable a year ago.» Trump’s call to do «the unthinkable» is a fundamental principle of any notion of totalitarianism, regardless of the form it takes.

We heard this same hatred in the words of Hitler, Mussolini, Pinochet and other demagogic orators.

The roots of totalitarianism are not frozen in history. They may find a different expression in the present, but they are connected in all kinds of ways to the past. For instance, Trump’s demagoguery bears a close resemblance to the discourse characteristic of other fascist leaders. There are traces of fascism’s past most particularly in what has been called by Patrick Healy and Maggie Haberman, Trump’s «dark power of words.» As Healy and Haberman point out in a recent New York Times article, Trump’s use of fearmongering and bombastic language is characterized by «divisive phrases, harsh words and violent imagery» characteristic of demagogues of the past. Moreover, Trump, like many past demagogues, presents himself as a prophet incapable of being wrong, disdains any sense of nuance and uses a militarized discourse populated by words such as «kill,» «destroy,» «attack» and «fight,» all of which display his infatuation with violence and deep disdain for dialogue, thoughtfulness and democracy itself. Trump is an anti-intellectual who distorts the truth even when proven wrong, and his appeals are emotive rather than based on facts, reason and evidence.

Trump and his ilk merge a hypernationalism, racism, economic fundamentalism and religious bigotry with a flagrant sense of lawlessness. His hate-filled speech is matched by an unsettling embrace of violence against immigrants and other oppositional voices issued by his supporters at many of his rallies. This type of lawlessness does more than encourage hate and violent mob mentalities; it also legitimates the kind of inflammatory rhetoric that gives credibility to acts of violence against others. There has been an eerie silence from Trump and other Republican Party presidential candidates in the face of the killing of three people at a Planned Parenthood clinic in Colorado, the shooting of Black Lives Matter protesters by white supremacists in Minneapolis, the increasing attacks on mosques throughout the United States, and the alarming number of shootings of Black men and youth by white police officers, not to mention the recent shooting in San Bernardino, California.

Trump and his fellow right-wing extremists rail against Mexican immigrants, Syrian refugees and young people protesting police violence but said nothing about the police officer who shot Laquan McDonald, a Black 17-year-old, 16 times, or about the Chicago Police Department’s refusal to make public a year-old squad-car video of the incident. And Trump’s camp has remained silent about the threat of white supremacists groups in the United States, the US drone strikes that killed members of a wedding party in Afghanistan and the illegal targeted assassination of alleged terrorists.

This is not simply the behavior of moral and political cowards; it is the toxic affirmation of the machineries of death we associate with fascism. Such acts point to a large climate of lawlessness in US society that makes it all the easier to ignore human rights, justice and democracy itself. There are historical precedents for this type of violence and for the hate-filled racist speech of the politicians who create the climate that legitimates it. We heard this same hatred in the words of Hitler, Mussolini, Pinochet and other demagogic orators who have ranted against Jews, communists and others alleged «infidels.»

Totalitarianism lives on in new forms and it is just as terrifying and dangerous today as it was in the past.

Trump’s recent call to bring back waterboarding and to support a torture regime far exceeds what might be called an act of stupidity or ignorance. Torture in this instance becomes a means of exacting revenge on those whom the right considers to be «other,» un-American and inferior – principally Muslims, immigrants and activists taking part in the movement for Black lives. We have heard this discourse before during the totalitarian regimes of the 1930s and later during the dictatorships in Latin America in the 1970s. Heather Digby Parton is right when she writes that Donald Trump «may be the first openly fascistic frontrunner for the Republican presidential nomination but the ground was prepared and the seeds of his success sowed over the course of many years. We’ve had fascism flowing through the American political bloodstream for quite some time.» (1)

This is a discourse that betrays dark and treacherous secrets not simply about Trump, but also about the state of US culture and politics. Trump’s brutal racism, cruelty and Nazi-style policy recommendations are more than shocking; they are emblematic of totalitarianism’s hatred of liberalism, its call for racial purity, its mythic celebration of nationalism, its embrace of violence, its disdain for weakness and its anti-intellectualism. This is the discourse of total terror. These elements of totalitarianism have become the new American normal. The conditions that produced the torture chambers, intolerable violence, extermination camps and the squelching of dissent are still with us. Totalitarianism is not simply a relic of the past. It lives on in new forms and it is just as terrifying and dangerous today as it was in the past. (2)

Trump gives legitimacy to a number of fascist policies through his appeal to hypernationalism and disdain of human rights, his portrayal of Muslims and immigrants as a racial and religious threat, a rampant sexism, his obsession with national security, his aggressive mobilization of a culture of fear, his targeting of dissent and individual groups, his endorsement of human rights abuses such as torture, his support for the ongoing militarization of public life, his invocation of an external enemy as a threat to «our way of life,» his call for the creation of a detention system as part of a state of emergency, support for a blind patriotism, his calls for the suspension of the rule of law, his affirmation of a belligerent masculinity, and his support for an aggressive imperial policy.

Mark Summer is right in arguing that the ghost of fascism runs through US society, indicating that fascist sympathies never went away and that the threat of fascism has to be taken seriously. Summer writes that fascism didn’t win on the battlefield, but it won ideologically:

It won because the same fears, the same greed, the same hatred that fueled its growth in the first part of the twentieth century never went away. The symbols of fascism became anathema, but the causes … went deep. And gradually, slowly, one step at a time, all those vices became first tolerated, then treated as virtues, and then as the only acceptable view…. [For instance,] our long, stumbling lurch to the right; the building force of corporate power; the relentless need for war; a police whose power of enforcement is divorced from law; a preening nationalism that rewards the full rights of citizenship only to those who fit an ever-narrower mold … I’m not saying we’re moving toward fascism. I’m saying we started that drift a long time ago, and now we’re well across the line.

Trump is not just an ethically dead aberration. Rather, he is the successor of a long line of fascists who shut down public debate, attempt to humiliate their opponents, endorse violence as a response to dissent and criticize any public display of democratic principles. The United States has reached its endpoint with Trump, and his presence should be viewed as a stern warning of the nightmare to come. Trump is not an isolated figure in US politics; he is simply the most visible and popular expression of a number of extremists in the Republican Party who now view democracy as a liability. Ben Carson, Ted Cruz and Marco Rubio all support an ideology that reduces certain human beings «to anonymous beings.» Think about their prevailing attacks on Mexican immigrants, Black people and Syrian refugees. Primo Levi, the great writer and survivor of Auschwitz, called this use of dehumanizing abstractions one of the core principles of Nazi barbarism. Fast forward to Trump’s endorsement of violence at his rallies, coupled with his overt racism, his call for mass surveillance, his discourse of mass hatred and his embrace of politics as an extension of war.

This is not the discourse of Kafka, but of those extremists who have become cheerleaders for totalitarianism. Trump is not a straight talker, as some writers have claimed, or merely entertaining. As David L. Clark pointed out in a personal correspondence, the frankness of Trump’s call for violence coupled with his unapologetic thirst for injustice position him as the «latest expression of a fascism that has poisoned political life throughout modernity. He is unabashedly vicious because he is both an agent and a symptom of a barren political landscape in which viciousness goes insolently unhidden.» (3) Trump is a monster without a conscience, a politician with a toxic set of policies. He is the product of a form of finance capitalism and a long legacy of racism and violence in which conscience is put to sleep, democracy withers and public values are extinguished. This is truly a time of monsters and Trump is simply the most visible and certainly one of the most despicable.

What must be acknowledged is that Trump is the most extreme visible expression of a new form of authoritarianism identified by the late political theorist, Sheldon Wolin. According to Wolin, all the elements are in place today for a contemporary form of authoritarianism, which he calls «inverted totalitarianism.» Wolin writes:

Thus the elements are in place: a weak legislative body, a legal system that is both compliant and repressive, a party system in which one part, whether in opposition or in the majority, is bent upon reconstituting the existing system so as to permanently favor a ruling class of the wealthy, the well-connected and the corporate, while leaving the poorer citizens with a sense of helplessness and political despair, and, at the same time, keeping the middle classes dangling between fear of unemployment and expectations of fantastic rewards once the new economy recovers. That scheme is abetted by a sycophantic and increasingly concentrated media; by the integration of universities with their corporate benefactors; by a propaganda machine institutionalized in well-funded think tanks and conservative foundations; by the increasingly closer cooperation between local police and national law enforcement agencies aimed at identifying terrorists, suspicious aliens, and domestic dissidents. (4)

Totalitarianism destroys everything that makes politics possible. It is both an ideological poison and a brutal mode of governance and control. It puts reason to sleep and destroys any viable elements of democracy. Trump reminds us of totalitarianism’s addiction to tyranny, its attachments to the machineries of death and its moral emptiness. What is crucial to acknowledge is that the stories, legacies and violence that are part of totalitarianism’s history must be told over and over again so that it becomes possible to recognize how it appears in new forms, replicated under the banner of terror and insecurity by design, and endlessly legitimated by the image-making of the corporate disimagination machines. The call to safety in authoritarian societies is code for illicit spying, treating people as criminals, militarizing the police, constructing a surveillance state, allowing the killing of Black people as acts of domestic terrorism, and ultimately making disappear those individuals and groups that we dehumanize or consider threatening. The extremist fervor that Trump has stirred up should be a rallying cry for a struggle not simply against a crude and reactionary populism, but also against the tyranny of totalitarianism in its new and proto-fascist forms.

Note: This article was adapted from a much shorter article that appeared previously on CounterPunch.

Footnotes

1. Heather Digby Parton, «The Unprecedented Nightmare of Donald Trump: He’s Actually a Fascist,» AlterNet, [November 25, 2015]. Online:http://www.alternet.org/news-amp-politics/unprecedented-nightmare-donald-trump-hes-actually-fascist. It is interesting to note that John Kasich released an ad directly connecting Donald Trump to the Nazis. Hopefully, the corporate media will wake up and do the same thing. See TrueBlueMontaineer, «Kasich’s new Trump ad goes full on Godwin and it’s a doozy,» Daily Kos (November 24, 2015). Online:http://www.dailykos.com/stories/2015/11/24/1454059/-Kasich-s-new-Trump-ad-goes-full-Godwin-and-it-s-a-doozy?detail=email

2. See, especially, Hannah Arendt, The Origins of Totalitarianism, (Houghton Mifflin Harcourt, New York: 2001).

3. Personal correspondence with David L. Clark. November 30, 2015.

4. Ibid., 14-15.

Copyright, Truthout. May not be reprinted without permission of the author.

 

 

 

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Los créditos para los estudios son la segunda fuente de deuda en EEUU

licenciados-usa-225

  • El déficit acumulado de los universitarios alcanza los 1,2 billones de euros

http://www.eleconomista.es/  La deuda educativa de EEUU se ha disparado de 840 millones de dólares en 2010 a más de 1,3 billones de dólares este año (1,2 billones de euros), según la Reserva Federal. Los préstamos para estudiantes son la segunda mayor fuente de deuda de los consumidores en EEUU, sólo superada por hipotecas. Además, el 80% de estos préstamos son federales y en paralelo, todo se fragua en un contexto de sueldos estancados y auge de desempleo.

Siete de cada 10 estudiantes en EEUU solicitan algún tipo de ayuda financiera para completar su formación. El crecimiento de las matrículas universitarias, el mayor número de estudiantes cursando estudios y una mayor dependencia de los préstamos ha hecho que el valor de la deuda estudiantil casi se haya triplicado. Ahora asciende a más del 60% de la deuda total del país. Además, los préstamos a estudiantes constituyen el 45% de los activos financieros federales.

Los jóvenes endeudados terminan sus estudios con un saldo negativo medio de 29.000 dólares (26.734 euros). Esa cifra es aún mayor en el caso de estudiantes que frecuentan universidades de ciudades más grandes, cuya deuda media es de 41.000 dólares (37.797 euros). Además, uno de cada cuatro se retrasa en los pagos más de 180 días.

Por su parte, el Departamento de Educación no proporciona datos significativos sobre los préstamos ya que, por ejemplo, no informa sobre las tasas de morosidad para los préstamos o la información sobre el número de prestatarios que han logrado renovar su alivio de la deuda.

Coste prohibitivo

Según el Centro de Washington para el Crecimiento Equitativo, una organización de investigación sin fines de lucro centrada en la desigualdad económica ha indicado que una de las principales conclusiones de todo este fenómeno es que el coste de la educación en EEUU es prohibitivo y golpea a gente de muchos orígenes y de todos los estados. Su investigación concluye que «la gente de los códigos postales de bajos ingresos tienen saldos de préstamos más bajos, pero son mucho más propensos a quedarse atrás en el pago. Los de las zonas de altos ingresos, por el contrario, tienen mayores saldos de préstamos y menor delincuencia, pero también sufren consecuencias a largo plazo de sus cargas de deuda».

Por otro lado, cabe destacar que EEUU invierte mucho menos en educación superior que hace algunas décadas. La matrícula ha pasado de una cuarta parte de los ingresos de una universidad estatal a la mitad. En otras palabras, los estudiantes de hoy se ven afectados el doble que sus padres.

Mentiras arriesgadas

Por otro lado, varias universidades con fines de lucro se han visto atrapadas mintiendo sobre sus tasas de colocación laboral. Muchos estudiantes abandonan, incapaces de sostener el coste de su educación (en 2014, las matriculas universitarias cayeron casi en medio millón), pero incluso aquellos que completan sus estudios encuentran que no mandan los salarios que habían esperado y se atrasan en sus pagos de préstamos estudiantiles. La tasa de desempleo correspondiente a los graduados universitarios en EEUU, que asciende al 2,5%, es un tercio, aproximadamente, de la correspondiente a quienes carecen de un título de bachillerato, de ahí, el interés por tener un grado.

Los expertos indican que la información sobre estos préstamos a jóvenes estudiantes debe ser más transparente, con lo que los solicitantes podrían adoptar decisiones más responsables. Muchos de los estudiantes que adquirieron estos préstamos han indicado en numerosas ocasiones que no entendían bien las condiciones a las que estaban comprometiéndose con esos préstamos.

Las investigaciones también indican que la deuda de los universitarios o post universitarios retrasa el matrimonio, la emancipación y la acumulación de riqueza. Cada vez más, los estudiantes se ven abocados a soportar un castigo en forma de facturas por haber hecho lo que les dijeron que sería la llave a una vida mejor.

Este modelo también ha estado presente en España donde más de 12.000 universitarios están atrapados en préstamos ICO. En 2007, el Gobierno socialista impulsó estos créditos con cero intereses, una prescripción de la deuda a los 15 años de contraerla y unas obligaciones que no se pagarían hasta que no se cobrase una nómina anual de 22.000 euros. Pero los requisitos cambiaron y miles de estudiantes se sienten ahogados por no poder pagar.

 

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Six Decades of Comparative and International Education: Taking and Looking Forward

Noticias y Presa. noticias CIES, marzo, 2016

Durante esta semana se está desarrollando en Vancouver, Canadá la 60th
Conferencia Anual de la Comparative and International Education Society
(CIES), en la cual se reúnen unos 2500 profesionales de la educación y
académicos para brindar sus enfoques académicos en cuanto a la Educación
Comparada Internacional, denominado por el equipo organizador, como: Taking
Stock and Looking Forward” (En balance y mirando hacia adelante)

En este sentido, el evento permite, en base a los objetivos de desarrollo
sostenible (ODS) para la educación 2016-2030, dar respuestas y reflexionar
en base al objetivo 4 que tiene que ver con la garantía de una educación
inclusiva, equitativa, de calidad y la promoción de oportunidades de
aprendizaje durante toda la vida. Algunas de los talleres pre-conferencia y
temas destacados que serán presentados giran en torno a:

– ¿Las pruebas estandarizadas miden lo mismo a nivel internacional
y nacional? Estudio de caso en los EE.UU.

– Medidas de desigualdad en la educación

– Búsqueda de soluciones ante la regulación de la educación privada

– Construcción de investigaciones de varios países en relación a
la educación de la primera infancia

– Un cambio de paradigma: currículo re-posicionamiento en el
dialogo mundial sobre el aprendizaje permanente y el desarrollo sostenible

– Balance de la investigación educativa y la planificación
internacional después de 50 años

– Diseños del conocimiento en la educación internacional para el
desarrollo

La presentación de ponencias en torno a éstos y otros temas tiene como
propósito entender la educación como el componente más importante dentro de
los sistemas que se desarrollan a su alrededor, a saber: salud, crecimiento
económico, empleo, producción, consumo sostenible y cambio climático, por
ende, enfocar el lente en la educación permitiría a nuestras sociedades
garantizar sus desarrollos y sopesar con éxito los objetivos propuestos.

Más información a través de los siguientes link:

 

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Avanza en Florida una polémica ley que permitiría llevar armas en las universidades.

http://www.elmundo.es/

febrero/2016/ Estados Unidos

Una medida similar fue aprobada el año pasado en Texas, que permitirá a partir del próximo mes de agosto llevar armas en las universidades públicas de ese estado.

Nueva imagen (5)

Un proyecto de ley que permite llevar armas en las universidades de Florida (EE.UU.) fue aprobado hoy en la Cámara de Representantes estatal pese a la oposición de varios centros universitarios. La medida, que legaliza entre los mayores de 21 años llevar armas en los campus, ha sido aprobada en la Cámara baja y ahora espera el trámite en el Senado.

De ser aprobada, la ley permitirá que 1,4 millones de personas que están autorizadas a portar armas en Florida lo hagan en los centros universitarios.

Pese a la oposición de varias universidades y grupos de estudiantes, el representante republicano Greg Steube, que impulsó el proyecto, argumenta que pretende defender de esa forma el derecho contemplado en la Segunda Enmienda de la Constitución estadounidense.

También permitido en Texas

Una medida similar aprobada el año pasado en Texas permitirá a partir del próximo mes de agosto llevar armas en las universidades públicas de ese estado.

En Estados Unidos, otros siete estados tienen normas parecidas a las de Texas, mientras que 19 prohíben explícitamente el uso de armas en espacios académicos y 23 permiten que sean los centros los que lo regulen.

En Florida, el Legislativo tiene también previsto votar hoy una propuesta que permite a los titulares de permisos portar «abiertamente» sus armas enfundadas en las calles, edificios públicos y otros lugares.

Según la Asociación Nacional del Rifle (NRA), 45 estados de EEUU permiten el porte explícito de armas de fuego, algunos con ciertas restricciones.

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EE.UU., y la política educativa enfocada en las Escuelas Autónomas “Charter”

Artículo Otras Voces en Educación

EE.UU., y la política educativa enfocada en las Escuelas Autónomas «Charter»
EE.UU./febrero 2016/Autora: Liliana Medina de Luzón

¿Muere la escuela pública y nace un sistema educativo rendido a la mercantilización de la educación?, ¿Son las escuelas charter una creación del Estado para mejorar la educación o son un experimento de la corporativización de la educación en su máximo esplendor?

La expresión más ingenua de la educación, ante el mundo y la población estadounidense, se vende a través del proyecto de escuelas charter: “la nueva escuela pública sin fines de lucro”, que brinda a los docentes y estudiantes un espacio educativo innovador que favorece a las comunidades donde se encuentran; albergando a estudiantes latinos y afroamericanos de escasos recursos económicos, sin embargo, son en realidad la cara de la privatización y corporativización del sistema educativo en los estados unidos. Peter McLaren (Revista Praxis Educativa Vol XVII Nº 2, pp. 79-90.Julio – Diciembre 2013. Universidad Nacional de La Pampa, Argentina) las ha
denominado como “la voucherización de la educación” y se refiere a la educación como un “sub-sector de la economía”. Al respecto nos dice:

“La educación pública va en rápido camino hacia la privatización, es parte de la tendencia generalizada de la globalización neoliberal siendo los dos ejes centrales: la privatización y la desregularización (…) Todo esto es parte del esquema general de globalización neoliberal del Banco Mundial (controlado por los EEUU) y el Fondo Monetario Internacional, quienes han forzado a los gobiernos nacionales a desarrollar políticas económicas que enfaticen el crecimiento económico y los derechos de propiedad por sobre el bienestar social y los derechos personales. La educación dirigida por el mercado (la voucherización de la educación) condujo a la corporativazación de la educación con fines de lucro y al movimiento de escuelas charter. La educación es una de las más grandes industrias del mercado (…)”

Han sido la bandera de los asesores del ámbito educativo durante la gestión del Presidente Obama, haciendo pensar en el imaginario del pueblo estadounidense que representan la innovación en el modelo educativo, o la nueva faceta de una educación que promete ofrecer a las familias, niños y jóvenes mejores resultados que las escuelas públicas tradicionales, las cuales cada vez se ven más asfixiadas en relación a su disminución matricular y las tensas rivalidades generadas a propósito de la proliferación de escuelas charter, lo que conlleva a un escenario que vislumbra la desaparición y consecuente privatización de la escuela pública.

La oferta académica de este tipo de instituciones en la agenda educativa del gobierno de Obama ha generado mayores inestabilidades en el sistema de contrataciones de los docentes, que las ya existentes, en un país donde no existe una garantía o política dirigida a la estabilidad laboral (no sólo en educación sino en otras áreas); los docentes que son contratados en su inmensa mayoría son aquellos que no están sindicados, deben trabajar más horas de las que trabajarían en una escuela pública convencional y ajustarse al “currículo innovador” establecido (creado por las instituciones que dice, responde a las necesidades de los estudiantes y, está de espaldas a los currículos propuestos desde los distritos escolares en los estados) que goza de un elemento que el gabinete educativo ha denominado “flexibilidad académica”, en donde sólo importa conducir hacia un “resultado académico”, ajustado a parámetros estandarizados. Por ende, esto impone desde el Estado un nuevo patrón casi indiscutible en las condiciones laborales que en muchos casos no beneficia al docente, en temas: salariales, estabilidad laboral, imposiciones de orden curricular, entre otros.

En este sentido, adentrarse en el sistema educativo de los Estados Unidos representa desentrañar un tema complejo dado a la gran diversidad que la corporativización ha estampado al negocio denominado: educación, sin embargo, en el caso particular de las Charter Schools, interesa particularmente, el hecho que sean financiadas con el dinero público y que atiendan, generalmente, a estudiantes de las minorías y de bajos ingresos, vendiéndose como la alternativa de una educación innovadora y personalizada, lo cual representa una opción atractiva para algunas familias en discrepancia con el cupo asignado por los distritos escolares. Es común observar en ellas, entonces, estudiantes de diversos distritos y áreas mucho más extensas a éstos.

Pero, ¿qué se esconde detrás de este velo? Sin lugar a dudas los tentáculos de los intereses privados y las asociaciones sin fines de lucro, donde las donaciones para sustentar costos de mantenimiento y otras justificaciones están servidas en plato fuerte, uno de estos generosos colaboradores son PEARSON y la Mc GrawHill, los cuales podemos encontrar en la Charter Schools USA (CSUSA), por ejemplo; con la justificación de buscar sus propios modos de financiamiento o patrocinio.

Hoy en día representan una cantidad importante, algunas que podemos destacar, en el estado de La Florida son: Montessori of Winter Garden Charter (K-8), (www.montessoriwgc.com); Access Charter School (Middle & High), (www.accesscharterschool.org); UCP Transitional Learning Academy  (Middle & High), (www.ucpcfl.org); Innovations Middle School, (www.imscharter.org); Kid´s Community College (k-5), (www.mykidscc.org); Orlando Science Elementary Charter School (www.orlandoscience.org); Nap
Ford Community School (PK-5), (www.napford.org); Aloma Charter High School, (www.alomahs.com); Hope Charter School (K-8), (www.hopecharter.org); Cornerstone Academy (K-8) & Cornerstone High School (www.cornrstonecharter.com); Aspire Charter Academy (K-5), (www.aspirecharteracademy.com); Legacy Charter High School, ( www.hopecharter.org); Lake Eola Charter School (k-8), (www.lecs.org); Chancery Charte High School (www.chanceryhs.com); Workforce Advantage Academy (www.workforceacademy.com); Legends Academy (K-8), (www.legendsacademy.org); Central Florida Leadership Academy (Middle & High) (www.cflacademy.org); Oakland Avenue Charter School (K-5), (www.oaktownusa.com), entre tantas otras.

Todas bajo el esquema de haber sido liberadas de las normas que rigen a las escuelas públicas tradicionales, donde deberían formarse los ciudadanos democráticos del mañana, muy por el contrario, la brújula que guía a las Charter Schools apunta a la formación de ciudadanos prestos a ser amoldados para el consumismo que dictan las grandes corporaciones que las patrocinan ¿Acaso considerando o convirtiendo a la escuela en una más de sus filiales corporativas? Sin duda un inquietante destino en el que la escuela, el sistema educativo, los docentes y los estudiantes, se tambalean.

Referencia: Revista Praxis Educativa Vol XVII Nº 2, pp. 79-90. Julio – Diciembre 2013. Universidad Nacional de La Pampa, Argentina

Fuente de la imagen: https://www.google.com/search?q=escuelas+charter&biw=1366&bih=667&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwjlx8fj0J3LAhXJKB4KHX6QDd8Q_AUIBygC#imgrc=6BZBuchbPhFe5M%3A

Liliana Medina de Luzón. Docente-Investigador. Integrante Fundadora de la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa

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