Page 49 of 392
1 47 48 49 50 51 392

Estados Unidos aplicará pruebas COVID-19 en escuelas

América del norte/Estados Unidos/lanoticia.com

Las autoridades educativas de Estados Unidos lanzaron un ambicioso plan para aplicar pruebas de COVID-19 en las escuelas. Las detecciones aplica tanto para los estudiantes como a los docentes.

En el período inicial este plan contempla las escuelas de Nueva York y Los Ángeles, que reanudan las clases presenciales en los dos distritos escolares más grande del país.

La propuesta surgió como producto de una acuerdo con el sindicato de maestros para evitar una huelga. Las presiones se dieron en vista de que por lo menos 79 empleados del Departamento de Educación municipal han fallecido de coronavirus.

Así será el plan de pruebas COVID-19 en escuelas

La ciudad de Nueva York planteó someter a prueba a entre 10% y 20% del cuerpo estudiantil de todas las escuelas cada mes a partir de esta semana. Este jueves más de un millón de alumnos regresaron a las aulas por primera vez en seis meses en nivel secundaria. Mientras tanto, otros estudiantes volvieron a clases de primaria a principios de semana.

“Todas y cada una de las escuelas tendrá pruebas, y ello ocurrirá todos los meses. Será riguroso”, declaró el alcalde neoyorquino Bill de Blasio al anunciar el plan.,

Nueva York tendrá que aplicar entre 100,000 y 200,000 pruebas cada mes, cada una a un costo de entre 78 y 90 dólares, por lo que el plan supera por mucho a cualquier propuesta en otras localidades.

Entretanto, Los Ángeles lanzó un programa similar de 150 millones de dólares para aplicar pruebas a fin de determinar cuándo los alumnos pueden regresar físicamente a las aulas. Allí, las clases se reanudaron en agosto pero por vía remota, abarcando a unos 600,000 alumnos.

En Los Ángeles, todos los alumnos y docentes recibirán una prueba básica en las próximas semanas para asegurar una baja incidencia de COVID-19, y otra inmediatamente antes del regreso a los edificios, anunció el director Austin Beutner.

Una necesidad comunitaria

Estas medidas rutinarias son indispensables para áreas donde el virus ha resurgido.

Al comienzo de la pandemia el virus afectó principalmente a los ancianos, pero actualmente está contagiándose entre niños y adolescentes, Las clases y el regreso a otras actividades parecen ser las responsables. Los niños abarcan el 10% de todos los casos de coronavirus en Estados Unidos cuando eran apenas 2% en abril, según la Academia de Pediatría.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades reportaron días atrás que los casos de coronavirus entre niños de edad escolar han aumentado desde inicios de septiembre, coincidiendo con el regreso a clases. La entidad enfatizó la importancia del distanciamiento social, la higiene personal y el uso de mascarillas, aunque no exige la aplicación de pruebas a los estudiantes y docentes.

Fuente: https://www.lanoticia.com/estados-unidos-aplicara-pruebas-covid-19-en-escuelas/

Comparte este contenido:

Entrevista a Donna Murch: “Black Lives Matter ha ganado la guerra ideológica”

«Nos enfrentamos a esta enorme crisis económica, esta enorme crisis de salud pública y, por encima de todo, una verdadera crisis de legitimidad estatal, en la que la derecha se ha vuelto explícitamente racista», sostiene la académica y escritora Donna Murch.

Donna Murch es profesora asociada de Historia en Rutgers, Universidad Estatal de Nueva Jersey, y forma parte del consejo ejecutivo de la Asociación del Profesorado Universitario –Federación de Docentes de EE.UU. Es autora de Living for the City: Migration, Education, and the Rise of the Black Panther Party in Oakland, California (University of North Carolina Press), que obtuvo el Premio Phillis Wheatley. Su último libro, editado por Haymarket Books y de próxima aparición, se titula Assata Taught Me: State Violence, Mass Incarceration and the Movement for Black Lives.

Todd Chretien y Brais Fernández: ¿Puedes caracterizar la situación política general en EE.UU. en plena pandemia de COVID-19, la recesión que se expande y la rebelión antirracista?

Donna Murch: Creo que, de alguna manera, EE.UU. se enfrenta a una situación sin precedentes a causa de la simultaneidad de estas crisis múltiples. En primer lugar, es la mayor crisis sanitaria que ha conocido nunca EE.UU., incluidas las epidemias de tuberculosis, sífilis y, más recientemente, la del SIDA. En segundo lugar, la escala y magnitud de la epidemia ha generado un desempleo masivo en poquísimo tiempo, alcanzándose un récord de siete millones de parados y paradas registradas en una sola semana, en marzo, mientras que en julio se mantiene bastante por encima de un millón de nuevos registros a la semana. La tasa de paro oficial se sitúa ahora en el 11 o el 13%, pero pienso que es mucho más elevada a la luz de los informes de los distintos estados. En tercer lugar, y cito a una amiga mía, la gente se ha visto forzada a manifestarse en las calles para oponerse a otra pandemia, la violencia estatal.

Entiendo que estas crisis múltiples se nutren del hecho de que EE.UU. se halla en un rápido declive. Este proceso comenzó hace ya mucho tiempo y la elección de Donald Trump es un reflejo de este declive. Él lo acelera, pero también es un síntoma de la descomposición de nuestras instituciones y del pensamiento violento de derechas que en parte es fruto de la rapidez de nuestro declive. Él no es la única causa, pienso que existe una continuidad del supremacismo blanco que hace que esto sea posible.

Así que esto es a lo que nos enfrentamos, esta enorme crisis económica, esta enorme crisis de salud pública y, por encima de todo, una verdadera crisis de legitimidad estatal, en la que la derecha se ha vuelto explícitamente racista –se acabaron las insinuaciones larvadas, los discursos posteriores al movimiento de derechos civiles que acomodan el racismo en otro lenguaje–, se ha vuelto todo muy explícito, tanto su racismo como su antisemitismo.

T. C. y B. F.: Para seguir este hilo, Donald Trump es evidentemente un sociópata, pero ¿considerarías que él y el movimiento político que trata de construir es fascista? ¿Cuáles son las políticas e ideas con las que intenta organizar su bloque político? ¿Hay algún indicio de que se enfrenta a la clase dominante estadounidense o hace lo que le conviene a ella?

D. M.: Soy muy cauta a la hora de definir el fascismo, especialmente cuando hablo con personas como las del Estado español, que vivieron bajo Franco durante muchos años. Suelo atenerme a los términos de los que habló Daniel Guérin, quien veía en el fascismo la fusión del Estado y el capital, junto con fuertes tradiciones de autoritarismo, militarismo y una base principal de racismo como una especie de fuerza unificadora. Son definiciones generales que muestran continuidades incluso con cosas que vemos en democracias liberales, aunque con formas intensificadas hasta el extremo. Así que pienso que Trump representa la fuerza del fascismo en función de cómo lo definas. Tiene memes tuiteados explícitamente nazis y ha apoyado a gente que celebra el nacionalsocialismo y la política genocida.

Trump es el peor capitalista, es un agente de la propiedad inmobiliaria. No me gusta nada la palabra populista porque en la historia de EE UU hay un montón de cuestiones que incluyen este término, mientras que en Europa siempre se asocia con movimientos conservadores autoritarios. En EE UU es una historia más compleja.

Trump se presentó como un hombre del pueblo, pero no asumiendo intereses concretos, sino más bien expresando el resentimiento popular, y este aspecto es muy importante. También cambiaba de opinión como de camisa durante la campaña presidencial, y básicamente propuso poner fin a las guerras de EE UU. No por pacifismo, sino porque es un nacionalista económico y defiende una especie de America First similar al aislacionismo de Charles Lindbergh en la década de 1930, y así es como llegamos al Make America Great Again: que todos vuelvan a casa, que gasten su dinero aquí, combatir a China y otros países y después trabajar por el predominio de EE UU.

No olvidemos que su primer secretario de Estado, Rex Tillerson, había sido el administrador ejecutivo de Exxon Mobil. Dimitió porque ni siquiera él soportaba estar a las órdenes de Trump. Alex Azar, nuestro actual secretario de Salud y Servicios Humanos, antes fue el jefe de Eli Lilly, una importante compañía farmacéutica, cuya actividad sigo de cerca a raíz de mi investigación sobre la crisis de los opioides. Es casi como una caricatura satírica ver a los directores de grandes empresas ocupando cargos ministeriales en el gobierno de Trump. Así que sí, Trump es un hipercapitalista, un agente de la propiedad inmobiliaria. En realidad es un agente inmobiliario fracasado que se ha construido una carrera a base de pulir su imagen y vender su nombre, ese es nuestro actual presidente de EE UU.

T. C. y B. F.: Visto este declive en el interior, ¿puedes evaluar la posición geopolítica de EE UU frente a otras potencias, especialmente China?

D. M.: Parte de lo que voy a decir son recuerdos personales. Nací en 1968 y recuerdo la transición que tuvo lugar hacia finales de la década de 1990 o comienzos de la de 2000, que luego se intensificó tras el 11 de septiembre. Previamente, cuando yo era una niña en pleno apogeo de la Guerra Fría, en el discurso político estadounidense era normal que todos, fueran demócratas o republicanos, comenzaran cualquier intervención y presentación en el Congreso diciendo “somos el país más grande del mundo”. En los últimos diez años o más he notado que es mucho menos común y que cada vez más esta idea la pregonan ciertos políticos de derechas.

En la conciencia popular estadounidense esto está retrocediendo, ya que buena parte de nuestro sentido de grandeza tiene que ver con nuestra economía y nuestro ejército, nuestra hegemonía, nuestra dominación. Hemos entrado en declive y todo el mundo lo sabe. Provengo de una familia de clase obrera por parte de madre y todos y todas lo saben. No leen el New York Times o el Wall Street Journal, pero lo saben. Ven cómo se quiebran los puentes, ven los socavones en sus carreteras, ven los problemas que tienen con las infraestructuras, la fontanería, el agua. La mayor parte del país no es rica y sus descendientes tienen un nivel de vida más bajo que el que tuvieron ellas y ellos, y este aspecto es muy importante. Es una experiencia de declive vivida por la gente común.

T. C. y B. F.: ¿Cómo se manifiesta este declive a escala internacional?

D. M.: Recuerdo una conversación con una amiga de Sudán cuando estaba cursando posgrado y estuvimos reflexionando sobre esto y le dije: “Los estadounidenses blancos no llevarán bien el declive porque la imagen de sí mismos está muy imbuida de superioridad”. Fue la primera vez que vi los verdaderos peligros políticos del declive y creo que esto es lo que representa Trump.

¿Cómo repercute esto en el plano internacional? Creo que hemos de comprender que la presidencia de George W. Bush fue muy importante, tanto por la extensión de todas esas guerras en Oriente Medio –que de hecho enlazaron con la primera guerra de Irak– como por la victoria de los neoconservadores. Se sobrepasaron mucho y este es un aspecto central. Asimismo, Bush preparó el terreno para Trump con la utilización explícita del racismo. Si recordáis, utilizó todo ese lenguaje de las guerras con los indios en EE UU, “sacarlos con humo de sus agujeros” y esas expresiones de la frontera americana, todo lo cual resultó increíblemente popular. Por supuesto, es un plutócrata, de una familia de postín que se remonta a los orígenes del país, pero se forjó la imagen de un populista texano. Una de las tretas que utilizó para ello fue su propia incultura. Fue el ejemplo de un verdadero patricio que cambió de imagen, en gran parte gracias a su propia estupidez, para presentarse como un hombre del pueblo. Pienso que, por desgracia, en parte le funcionó.

Esto es importante porque la gente presenta a Donald Trump como una especie de aberración terrible y muchos reclaman ahora a George W. Bush como el buen republicano, pero en realidad creo que prefiero trazar una línea de continuidad entre ambos. Y esto es importante cuando pensamos en cómo el Estado ha redistribuido ahora, de un modo completamente desregulado, el dinero entre todas esas grandes empresas con motivo de los rescates durante la Covid-19. Vimos un precedente de esto bajo la presidencia de Bush, cuando utilizó toda la potencia devastadora del ejército para destruir Irak y luego entregar el país a todas esas compañías estadounidenses que, como Halliburton, entraron básicamente con contratos de adjudicación directa. Fue un regalo de billones de dólares que nunca acabó de regularse plenamente. Creo que durante los dos primeros rescates de la Covid-19, Trump se atuvo a un guion muy parecido. Las compañías recibieron enormes cantidades de dinero sin un cuidadoso seguimiento de su uso y ahora escuchamos esas historias sobre cómo el Ayn Rand Institute recibió 350.000 dólares.

Desde el punto de vista de la política mundial, el grado de racismo que moviliza Trump contra China es muy peligroso. Pero lo que ocurre con Trump es que, puesto que es un bandido, un criminal, continuamente va dejando caer que al mismo tiempo habla con Xi Jinping entre bastidores. Así que, por una parte, tenemos el discurso público de racismo contra mexicanos y centroamericanos, contra árabes y musulmanes, y su racismo contra China, pero por otra, trata constantemente, en secreto, de cerrar sus propios acuerdos. Es un poco contradictorio.

T. C. y B. F.: Pasando a la política nacional, desde el asesinato de George Floyd por la policía, hemos visto una movilización antirracista dirigida por el movimiento negro. ¿Cuáles son las características de este ciclo de protestas y qué antecedentes tiene?

D. M.: Para comprender el periodo actual creo que debemos remontarnos a 2009. De alguna manera es una fecha arbitraria, ya que la gente afroamericana viene movilizándose contra la policía desde 1965 por lo menos. Hubo revueltas urbanas masivas en la década de 1960 y en 1992. Pero el motivo por el que menciono 2009 es porque ese año asesinaron a Oscar Grant en Oakland, en la estación de Fruitvale. Fue la primera vez que vi una movilización de este tipo tras un asesinato policial que había sido grabado en vídeo, y después vino el trabajo constante, quiero decir, años y años organizando el movimiento. Y la elevación de Oscar Grant a la condición de mártir político.

Más tarde hubo una explosión tras el asesinato de Trayvon Martin en 2012. Fue a partir de este asesinato de Trayvon Martin y de la exoneración de George Zimmerman, su asesino –que no era poli, pero que se dedicaba a patrullar el barrio por decisión propia–, que las tres fundadoras de Black Lives Matter utilizaron por primera vez esta expresión, que se convirtió en hashtag y después en red social. Con el tiempo, pasó a ser una especie de coordinadora, llamada Movement for Black Lives, que incluye agrupaciones en todo el país, así como algunos centros académicos y organizaciones benéficas.

Así que, visto ahora, hemos de ampliar el espacio temporal, pues el trabajo de organización se ha prolongado durante mucho tiempo. Una de las claves de su éxito es que al utilizar la expresión Black Lives Matter ha conseguido dar la vuelta al discurso de ley y orden y a la visión de las personas negras siempre a través de la lente de la criminalización. Ha invertido la identificación, de modo muy parecido a lo que hizo el Partido Pantera Negra: Black Lives Matter ha sacado a la luz la violencia cometida contra la población negra y de este modo anula la fuerza profunda de una clase particular de racismo. Todo esto significa que existen importantes elementos de continuidad.

Ahora bien, las manifestaciones que ha habido durante los dos últimos meses son distintas de las que se produjeron entre 2009 y 2016, que en gran parte movilizaban a gente afroamericana. En aquellas manifestaciones anteriores participaban personas blancas y gente de todos los colores, pero el núcleo duro, creo, era un movimiento de protesta negro. Ahora ha habido manifestaciones en más de 400 ciudades y la cosa continúa. La semana pasada estuve en Filadelfia de compras y hubo una manifestación y la policía acordonó media ciudad.

Lo que hemos visto ahora es una expansión, una demografía mucho más amplia. Uno de los efectos de la intersección con la Covid-19 es que la gente que se manifiesta es más joven, ya que muchas de nosotras nos confinamos en casa. Siempre voy a las manifestaciones, pero entonces no acudí porque soy mayor y me quedé en casa. Así que pienso que las y los manifestantes son más jóvenes y racialmente más diversos. A mi entender, el reto al que se enfrentan es cómo convertir esta movilización masiva en un cambio sustancial, dado que el gobierno federal está encabezado por un loco racista y un problema general de la política estadounidense es cómo hacer que el Estado sea receptivo a las movilizaciones populares masivas.

T. C. y B. F.: Has mencionado los elementos de continuidad en la lucha de la población negra. ¿Puedes identificar algunas de las ideas y demandas fundamentales que, durante siglos, han guiado al movimiento negro por la liberación y, más concretamente, a partir de 1965, como has señalado antes?

D. M.: El año 1965 es importante porque ese año se promulgó la Ley de Derecho al Voto (Voting Rights Act). Aunque tengamos la democracia más antigua, la población afroamericana no ha podido votar durante la mayor parte de nuestra historia. Hubo un breve periodo de doce años tras la Guerra Civil durante el cual los hombres negros podían votar si contaban con la protección de las tropas federales en el periodo de la Reconstrucción, pero también hubo decenas de miles de personas asesinadas por tratar de votar en los estados sureños.

Mientras, en el norte el voto negro estaba restringido, había una situación como la de Irlanda del Norte, donde los impuestos al sufragio, los pucherazos y las inhabilitaciones eran medios comunes para suprimir el voto de la población católica. Utilizo a menudo esta comparación para que la gente europea pueda entenderlo. Así es como impidieron que la población negra ejerciera su derecho formal de voto en el norte, mientras que en el sur reinaba un régimen de terror. Así, el año 1965 es importante por la Ley del Derecho al Voto y la Ley de Derechos Civiles, que dispusieron el fin de la segregación legalizada en el sur, aquello de “iguales, pero separados”.

Pero el año 1965 también marca la mayor revuelta urbana de la historia de EE UU en Los Ángeles, apenas una semana después de que se promulgara la Ley del Derecho al Voto. En su momento fue una gran sorpresa, ya que tras la gran victoria jurídica ves cómo aumenta la rebeldía. Tal como lo entiendo, y como lo entienden la mayoría de historiadores, es que a pesar de que cuando se plantea la cuestión de la raza en EE UU la gente piensa a menudo en el sur, es realmente importante centrar la atención en el norte y en el oeste, donde no tuvieron el sistema de Jim Crow. Porque en 1965 hubo manifestaciones, como hoy, a raíz de la brutalidad policial. Así que creo que esta es la primera cuestión fundamental desde el punto de vista de la continuidad en el movimiento negro entre entonces y ahora: la brutalidad policial y los asesinatos policiales.

La segunda cuestión fundamental es el modo en que esta violencia refuerza un régimen de capitalismo racial y violencia racial dentro de las comunidades afroamericanas. En el norte, Bayard Rustin lo calificó de combate por la vivienda, la educación y el empleo. En el fondo se trataba de luchas por la redistribución que tenían una base económica muy profunda, lo que es importante destacar. Pero estas demandas se relacionan con una violencia increíble, cómo decirlo, una violencia policial que apuntala y refuerza este proceso de desinversión y de segregación de hecho. No se trata tan solo de que la policía es violenta, sino que mantiene un sistema de orden y control en el que la familia negra media tiene hoy, desde la crisis de 2008, tan solo una treceava parte de los ingresos de una familia blanca media estadounidense. Es una enorme brecha económica. Las estadísticas son increíbles; por ejemplo, el graduado universitario negro medio gana menos que su homólogo blanco. Por tanto, la violencia policial y la desigualdad económica están absolutamente relacionadas.

Creo que el tercer elemento, y esto es importante históricamente, es que hoy la lucha de liberación de la población negra está encabezada en gran parte por mujeres y se concibe a través de una lente feminista queer. Las mujeres han participado desde siempre en la lucha, pero, en comparación con la década de 1960, las fundadoras de Black Lives Matter son mujeres, dos de las tres se declaran lesbianas, de modo que ha habido un cambio en el que la movilización contra la violencia estatal no solo incluye a mujeres, sino que estas dirigen efectivamente y definen el movimiento.

T. C. y B. F.: Vista esta larga trayectoria, un cambio ahora es que la lucha de la comunidad negra no está aislada, sino que se produce en el contexto de Me Too, la Marcha de las Mujeres, una nueva ronda de luchas feministas, la campaña de Bernie Sanders y la popularización del socialismo, la Red State Rebellion y las huelgas de enseñantes y del sector público y, por supuesto, como has comentado, las catástrofes gemelas de la Covid-19 y la crisis económica. Por tanto, hay la sensación de que la rebelión encabezada por la comunidad negra se halla integrada en un círculo más amplio de luchas y movimientos. ¿Cómo se relaciona el movimiento Black Lives Matter con estas otras formas de protesta y en qué se diferencia de ellas?

D. M.: De entrada diré que no entiendo la caracterización del movimiento negro como algo separado históricamente de estos otros movimientos, porque negros y negras han desempeñado siempre un papel absolutamente central en la izquierda estadounidense. Es realmente importante entender esto, particularmente en el siglo XX. Por ejemplo, pensad en el Partido Comunista en la década de 1930 y en figuras como Paul Robeson. Así que, en este sentido, el movimiento negro nunca ha estado separado de otras formas de lucha. Hay muchos sindicalistas e intelectuales negros famosos que procedían de la izquierda negra. En este sentido es difícil diferenciar.

La fuente del movimiento actual, o al menos de una parte del mismo, se remonta a las décadas de 1960 y 1970, y el icono del movimiento es Assata Shakur, que fue militante de base del Partido Pantera Negra en Nueva York. Esta mujer también militó en el Ejército Negro de Liberación, fue detenida por matar a un agente de policía, pero se fugó de la cárcel a finales de la década de 1970 y vive en Cuba desde finales de los años 1980. Así que el icono del movimiento actual es una marxista negra. Esto es importante. Es casi al revés, de muchas maneras la izquierda blanca mira más hacia figuras revolucionarias negras como Angela Davis, que fue una figura central del abolicionismo negro, y Assata Shakur.

Dicho esto, todavía estoy tratando de comprender la composición de estas manifestaciones. En parte porque no he participado personalmente. Es difícil hacer análisis sociales desde tu apartamento. Por eso soy cautelosa. Estuve implicada en lo que ocurrió entre 2009 y 2016, pero no he participado en estas manifestaciones porque soy una persona entrada en años y tengo que confinarme en casa. Trato de analizar desde la distancia, así que habréis de tener paciencia.

Creo que el racismo patológico y la violencia sexual de Trump han soliviantado a EE UU. Asistimos a un tipo de movilización contra la violencia sexual, en parte, porque no podemos llevar a los tribunales al presidente. Me Too mantenía esta relación dialéctica con Trump, es casi como que Harvey Weinstein hizo de sucedáneo de Trump, y no digo que él no lo mereciera, porque lo merecía. La intensidad de la rabia contra Trump, la Marcha de las Mujeres, los sombreros rosas, hay rebotes en muchas direcciones.

Otro motivo de la masiva participación de personas blancas en estas manifestaciones radica en que Black Lives Matter ganó la guerra ideológica, siendo capaz de demonizar la violencia estatal y desarrollar una especie de empatía que permitió que toda clase de personas diferentes se identificaran con la protesta y vieran la violencia como un ataque contra ellas mismas. La lucidez intelectual de esto fue crucial, porque invirtió la idea de ley y orden y en vez de librar simplemente una batalla en torno a la criminalización dijeron: “Olvidadlo, mirad cómo morimos. Mirad cómo nos matan en la calle”. De este modo definieron nuevos términos para la protesta. Estas mujeres han contribuido a definir esto para toda una generación. Nada de esto habría ocurrido sin su activismo.

Sin embargo, también pienso que vemos una participación blanca masiva porque tiene que ver con Trump. Si el presidente fuera Joe Biden, un demócrata, no estoy segura de que veríamos lo mismo. También hay una dinámica con la Covid-19, en el sentido de que esta gente joven se vio atrapada en casa y creo que hay todo tipo de presiones que siente la gente. Me sorprendieron las manifestaciones que vi en Filadelfia, en su gran mayoría de gente blanca. Vivo en una parte muy blanca de la ciudad, así que esto pudo haber influido, no estaba en la parte occidental de Filadelfia, donde la población es pobre y negra de piel. Así que pienso que es una manera de oponerse al racismo y autoritarismo de Trump, a la enorme violencia que representa Trump.

A veces me cuesta encontrar el lenguaje adecuado para describir lo que hace Trump. Es racista y violentamente machista, pero hay más. Es una exaltación del sadismo y la crueldad y carece totalmente de empatía. Quizá pueda expresar para los lectores y las lectoras en España un poco lo que pienso refiriéndome a la película El silencio de otros, de Pedro Almodóvar 1/, que he estado viendo. Me causa tanto dolor, solo puedo mirar de seguido durante un cuarto de hora o así. Pero cuando la miro, siento una profunda resonancia porque es lo más cercano a lo que he visto jamás de fascismo en EE UU. Y eso que soy una historiadora afroamericana que escribe sobre la izquierda negra, de modo que llevo mucho tiempo en esto, pero estoy completamente pasmada y atemorizada por lo que estoy viendo.

Estuve en Brasil justo después de la elección de Jair Bolsonaro y observé una especie de suma circunspección ante la violencia interpersonal movilizada por la derecha y puedo detectar que lo mismo está ocurriendo bajo Trump en EE UU. Y el rechazo de la apología de la violencia racista y sexual forma parte de la respuesta que estamos viendo aquí, en este país, porque la gente percibe cierto grado de crisis. Incluso quienes no necesariamente se hallan en el punto de mira directamente.

T. C. y B. F.: ¿Qué clase de ideas políticas crees que serán necesarias para transformar el sistema del capitalismo racializado? Asistimos a un resurgimiento del socialismo, que cuenta con una larga tradición y que, como has dicho, ha estado siempre estrechamente relacionado con la izquierda negra, pero las condiciones son radicalmente diferentes de las de hace un siglo. ¿Qué ideas socialistas son útiles para el movimiento en estos momentos y qué tiene que aprender el socialismo de los movimientos sociales para ser útil?

D. M.: Abordaré esta cuestión dando un rodeo. Soy en gran medida una militante de izquierdas de la época de la Guerra Fría, formada en esta corriente antes de 1989. Es interesante observar cómo el movimiento despega ahora, porque no siempre veo continuidades con la izquierda anterior a la Guerra Fría. Esto es muy emocionante. Pero hay casi una inflexión en nuestra historia, porque el anticomunismo en EE UU es enorme. Soy muy consciente de ello cuando observo a una generación más joven de militantes de izquierdas y cómo somos casi de constituciones diferentes. Nuestro secretismo; por mucho que yo estudiara posgrado en la Universidad de California en Berkeley tuve que firmar el juramento de lealtad que decía que yo nunca había militado en el Partido Comunista, esto fue a comienzos del año 2000. Así, lo primero que hay que decir es que creo que la gente de EE UU subestima el anticomunismo.

Me llamó la atención ver, durante la campaña de primarias de Bernie Sanders, que le seguían montones de sesenta y setentañeros y montones de milennials con Alexandria Ocasio-Cortez, pero hay una generación que falta, mi generación, y creo que esto tiene que ver con la intensidad de la represión en la década de 1980. Cuando pensamos en el socialismo y el profundo arraigo del anticomunismo, hemos de tener presente que el macartismo no desapareció con Joe McCarthy, sino que continúa vivo en toda la década de 1980.

¿Cómo afecta esto al socialismo actualmente? La respuesta no es nada fácil. Un par de cosas. En primer lugar, necesitamos más diálogo intergeneracional entre una generación más vieja de militantes de izquierda que vivieron la época de la Guerra Fría, y los y las izquierdistas más jóvenes. Este es el motivo de que mencione a la izquierda negra, porque fue la comunidad negra la que se llevó la peor parte de la histeria anticomunista. La destrucción de la carrera de Paul Robeson, la inclusión de Angela Davis en la lista de personas más buscadas del FBI y la recompensa de 2 millones de dólares que pesa sobre la cabeza de Assata Shakur, que actualmente está en Cuba, son hechos muy simbólicos. Hemos de tener cuidado y estar vigilantes. Me preocupa que la generación más joven no sea consciente del nivel de represión en nuestro país.

Dejar que el socialismo respire y se integre en el discurso estadounidense es crucial, hemos de esperar y ver que esto ocurra. Creo que lo más importante es mirar activamente a tradiciones del socialismo y del marxismo que vienen del Sur Global y de gente que no es blanca. Por ejemplo, aprender de marxistas afroamericanos, la tradición marxista negra de Cedric Robinson y C.L.R. James, el Partido Pantera Negra, los teóricos de la dependencia en América Latina, etc. Para mí, esto es lo más importante. Fundamentar nuestra noción del socialismo fuera de Europa, porque de alguna manera tenemos más en común con Brasil que con Europa occidental. EE UU no tiene una tradición socialdemócrata y pienso que uno de los errores en EE UU (debido al eurocentrismo) es mirar siempre al este, a Europa. Sin embargo, de muchas maneras EE UU es un país de colonos blancos, así que para entender los efectos del colonialismo de invasión creo que tiene más sentido, es más fácil comprender nuestra experiencia, que miremos a América Latina y el Caribe. Es en gran parte lo que hizo la izquierda negra en el siglo XX.

Construir un movimiento socialista exige pensar sobre nuestras referencias. Creo que leer a Marx es sumamente importante y pienso que Lenin y Luxemburg son importantes y que el canon europeo es importante. Me encanta la Escuela de Fráncfort, a través de ella conocí el marxismo. Sin embargo, para comprender hoy a EE UU y la naturaleza de la política racial y qué es la izquierda, creo que hemos de basarnos en tradiciones no blancas del socialismo y del marxismo.

En tercer lugar, hemos de superar el llamado antagonismo entre política identitaria y política de clase. En EE UU, debido a la historia del capitalismo racial y las enormes disparidades económicas tan profundamente racializadas (incluidas las jerarquías de género), hemos de comprender realmente cómo la ubicación social de la gente afecta a las condiciones materiales básicas de sus vidas y los tipos de violencia a que se enfrentan.

Acabaré diciendo que colaboro muy estrechamente con el sindicato de nuestra facultad, que es un verdadero sindicato radical que lucha por la justicia social y que cuenta con un componente de izquierda muy fuerte de distintas generaciones. Y luchamos por esas cosas, cómo plantear las principales cuestiones económicas de la lucha contra la universidad y la patronal, pero comprendiendo también cómo las divisiones de género y de raza y las posiciones de cada cual nos ponen difícil eso de luchar juntos contra su fuerza unida. Así que lo que importa realmente es aprender de aquellos movimientos, cómo hablaron de distintas formas de desempoderamiento y ubicación social y cómo afecta esto a la lucha. Hemos de situar el género y la raza en el centro de nuestra comprensión del funcionamiento real de estas estructuras materiales.

Todd Chretien es miembro de Democratic Socialists of America y editor de No Borders News.

Brais Fernández es redactor de viento sur. Traducciónviento sur.

Nota:

1/ Pedro Almodóvar fue uno de los productores de la película El silencio de otros, dirigida por Almudena Carracedo y Robert Bahar [n.d.t.].

Fuente: https://vientosur.info/black-lives-matter-ha-ganado-la-guerra-ideologica/

Fuente: https://rebelion.org/black-lives-matter-ha-ganado-la-guerra-ideologica/
Comparte este contenido:

Estados Unidos: 6 Ways to Avoid Isolation Fatigue While Balancing the Demands of Remote Work

6 Ways to Avoid Isolation Fatigue While Balancing the Demands of Remote Work

 

Covid-19 has confronted businesses and employees with the acute challenges of remote work, underscoring the need to provide the right tools, planning, and support to ensure people stay healthy, connected, and productive. Managers are focused on working with employees to ensure the right infrastructure is in place, not just in technology but also in the way they set up expectations, processes, and priorities.

Of course, if remote workers lack the right tools or access to information, they’ll feel disconnected, disorganized, and disengaged. So it’s been vital to put in place the right tools, from computers, microphones, and cameras to the right software and apps. To create a productive ecosystem, employees also need easy access to group and shared drives and a plan for setting up team goals, deliverables, and timelines. Sharing schedules and documenting team members’ preferred working hours are also important.

But working from home is the new reality for many people. It’s not just equipment and process that are needed; employees are confronting new issues around feeling disconnected from the office while facing new pressures at home. So leaders need to think about new ways of helping workers manage expectations around both office and family.

This means managers must be realistic about the challenges. Working at home may mean more multitasking. Some employees may be less productive, so encourage employees to set achievable daily tasks and goals. If those go well, gradually make the goals more ambitious. Get employees to agree on workloads, projects, and priorities with their manager and communicate them to the team.

Keeping the whole team connected is crucial. Get the communication wrong and team collaboration grinds to a halt, customer focus could fail, and innovation could be stifled. So it’s important for each team member to be aware of others’ projects, timelines, and goals. Syncing responsibilities and deadlines with teammates helps manage projects, maximizes efficiency, and ensures that everyone’s work gets done. Online meetings should have clear goals, agendas, and outcomes, so send pre-reads sufficiently in advance.

Connectivity is only one solution for enabling remote working. Failure to provide remote workers with the right support can affect their motivation, productivity, and work-life balance. Isolation fatigue could easily set in, so encourage employees to think about these steps:

Set Expectations With the Family

Set Boundaries With a Workspace

Urge employees to carve out a space, zone, or approach to work that’s separate from family members when they need privacy or are on a call. Wearing headphones or placing a sign on the back of their chair or monitor works as a clear signal to others.

Build a Routine, And Practice Good Self-Care

Encourage a routine that helps get work done efficiently and effectively. For some people, this means rebuilding their home office environment. For others, it’s about establishing a new routine. It’s important to set reasonable boundaries so workers don’t feel that they’re “always on” when working remotely. Breaks need to be prioritized to avoid burnout. And routines need to include staying connected with social communities, including business resource groups and work support groups on platforms like Workplace, Facebook, and Instagram.

Stick to Meeting Schedules

Working remotely doesn’t mean working reactively. Give employees the freedom to push back on last-minute conversations and spontaneous meetings—particularly those unrelated to their priorities.

Socialize With Colleagues

Isolation is a common problem for remote workers, so it’s more important than ever to come together. Try creating and participating in chat threads where team members can talk about common interests. Video calls are better to connect with colleagues, even just for an end-of-day watercooler chat. They also help introverts—who’d rather not socialize—periodically connect with team members.

Communicate with Clarity and Positivity

Working remotely makes it vital for communications, especially by email or chat, to be clear and positive, or they may be viewed as cold or indifferent. Happy emojis, fun photos, and generous compliments all are tools to maintain morale and build rapport.
Fuente de la Información: https://hbr.org/sponsored/2020/07/6-ways-to-avoid-isolation-fatigue-while-balancing–the-demands-of-remote-work
Comparte este contenido:

Provably exact artificial intelligence for nuclear and particle physics

Provably exact artificial intelligence for nuclear and particle physics

The Standard Model of particle physics describes all the known elementary particles and three of the four fundamental forces governing the universe; everything except gravity. These three forces — electromagnetic, strong, and weak — govern how particles are formed, how they interact, and how the particles decay.

Studying particle and nuclear physics within this framework, however, is difficult, and relies on large-scale numerical studies. For example, many aspects of the strong force require numerically simulating the dynamics at the scale of 1/10th to 1/100th the size of a proton to answer fundamental questions about the properties of protons, neutrons, and nuclei.

“Ultimately, we are computationally limited in the study of proton and nuclear structure using lattice field theory,” says assistant professor of physics Phiala Shanahan. “There are a lot of interesting problems that we know how to address in principle, but we just don’t have enough compute, even though we run on the largest supercomputers in the world.”

To push past these limitations, Shanahan leads a group that combines theoretical physics with machine learning models. In their paper “Equivariant flow-based sampling for lattice gauge theory,” published this month in Physical Review Letters, they show how incorporating the symmetries of physics theories into machine learning and artificial intelligence architectures can provide much faster algorithms for theoretical physics.

“We are using machine learning not to analyze large amounts of data, but to accelerate first-principles theory in a way which doesn’t compromise the rigor of the approach,” Shanahan says. “This particular work demonstrated that we can build machine learning architectures with some of the symmetries of the Standard Model of particle and nuclear physics built in, and accelerate the sampling problem we are targeting by orders of magnitude.”

Shanahan launched the project with MIT graduate student Gurtej Kanwar and with Michael Albergo, who is now at NYU. The project expanded to include Center for Theoretical Physics postdocs Daniel Hackett and Denis Boyda, NYU Professor Kyle Cranmer, and physics-savvy machine-learning scientists at Google Deep Mind, Sébastien Racanière and Danilo Jimenez Rezende.

This month’s paper is one in a series aimed at enabling studies in theoretical physics that are currently computationally intractable. “Our aim is to develop new algorithms for a key component of numerical calculations in theoretical physics,” says Kanwar. “These calculations inform us about the inner workings of the Standard Model of particle physics, our most fundamental theory of matter. Such calculations are of vital importance to compare against results from particle physics experiments, such as the Large Hadron Collider at CERN, both to constrain the model more precisely and to discover where the model breaks down and must be extended to something even more fundamental.”

The only known systematically controllable method of studying the Standard Model of particle physics in the nonperturbative regime is based on a sampling of snapshots of quantum fluctuations in the vacuum. By measuring properties of these fluctuations, once can infer properties of the particles and collisions of interest.

This technique comes with challenges, Kanwar explains. “This sampling is expensive, and we are looking to use physics-inspired machine learning techniques to draw samples far more efficiently,” he says. “Machine learning has already made great strides on generating images, including, for example, recent work by NVIDIA to generate images of faces ‘dreamed up’ by neural networks. Thinking of these snapshots of the vacuum as images, we think it’s quite natural to turn to similar methods for our problem.”

Adds Shanahan, “In our approach to sampling these quantum snapshots, we optimize a model that takes us from a space that is easy to sample to the target space: given a trained model, sampling is then efficient since you just need to take independent samples in the easy-to-sample space, and transform them via the learned model.”

In particular, the group has introduced a framework for building machine-learning models that exactly respect a class of symmetries, called «gauge symmetries,» crucial for studying high-energy physics.

As a proof of principle, Shanahan and colleagues used their framework to train machine-learning models to simulate a theory in two dimensions, resulting in orders-of-magnitude efficiency gains over state-of-the-art techniques and more precise predictions from the theory. This paves the way for significantly accelerated research into the fundamental forces of nature using physics-informed machine learning.

The group’s first few papers as a collaboration discussed applying the machine-learning technique to a simple lattice field theory, and developed this class of approaches on compact, connected manifolds which describe the more complicated field theories of the Standard Model. Now they are working to scale the techniques to state-of-the-art calculations.

“I think we have shown over the past year that there is a lot of promise in combining physics knowledge with machine learning techniques,” says Kanwar. “We are actively thinking about how to tackle the remaining barriers in the way of performing full-scale simulations using our approach. I hope to see the first application of these methods to calculations at scale in the next couple of years. If we are able to overcome the last few obstacles, this promises to extend what we can do with limited resources, and I dream of performing calculations soon that give us novel insights into what lies beyond our best understanding of physics today.”

This idea of physics-informed machine learning is also known by the team as “ab-initio AI,” a key theme of the recently launched MIT-based National Science Foundation Institute for Artificial Intelligence and Fundamental Interactions (IAIFI), where Shanahan is research coordinator for physics theory.

Led by the Laboratory for Nuclear Science, the IAIFI is comprised of both physics and AI researchers at MIT and Harvard, Northeastern, and Tufts universities.

“Our collaboration is a great example of the spirit of IAIFI, with a team with diverse backgrounds coming together to advance AI and physics simultaneously” says Shanahan. As well as research like Shanahan’s targeting physics theory, IAIFI researchers are also working to use AI to enhance the scientific potential of various facilities, including the Large Hadron Collider and the Laser Interferometer Gravity Wave Observatory, and to advance Al Itself.

Fuente de la información: https://news.mit.edu/2020/provably-exact-artificial-intelligence-nuclear-particle-physics-0924

 

Comparte este contenido:

Grandes ciudades en Estados Unidos aún no reabrirán colegios

América del norte/Estados Unidos/24 septiembre 2020/semana.com

Nueva York, la única gran ciudad estadounidense que planea un retorno presencial a la escuela, aplazó por segunda vez la fecha del regreso físico a clases, a raíz de inquietudes del sindicato de maestros.

Las clases presenciales en Nueva York, el mayor distrito escolar de Estados Unidos, con 1,1 millones de alumnos, debían comenzar entre una y tres veces por semana, inicialmente el 10 de septiembre, y luego el 21 de septiembre.

Pero ahora, solo los niños en edad preescolar irán a sus escuelas en la fecha prevista, según anunció el alcalde Bill de Blasio en conferencia de prensa.

Los alumnos de primaria comenzarán a ir físicamente a la escuela a partir del 29 de septiembre, y los estudiantes de secundaria desde el 1 de octubre.

El sindicato Federación Unida de Maestros (UFT) dijo en su cuenta de Twitter que sus miembros encontraron “miles de problemas operacionales” en las escuelas y que la “enorme escasez de maestros” hubiera convertido la reapertura el 21 de septiembre en “un fiasco”.

Algunas escuelas aún tienen problemas de ventilación en los salones o de conexión a internet. Una madre denunció esta semana que un pirata informático accedió a la clase en línea de su hijo y difundió imágenes pornográficas.

Sobre todo, por miedo a que las escuelas no sean seguras y sus hijos se contagien de covid-19, un 42 por ciento de los padres han optado por una enseñanza totalmente a distancia para sus hijos, una cifra que creció en 15 por ciento en las últimas dos semanas.

Los sindicatos afirman que no hay suficientes maestros para dar clases en línea a tantos niños.

Existen “preocupaciones reales”, admitió De Blasio en conferencia de prensa, aunque insistió en que “nada reemplaza la enseñanza cara a cara”.

El alcalde anunció que la ciudad contratará 2.500 maestros adicionales, además de los 2.000 nuevos maestros que fueron empleados esta semana.

Este es un número que nos da las cifras que creemos necesarias para comenzar”, dijo.

Pero los sindicatos afirman que se requiere contratar a 10.000, por lo cual aún habría una escasez de 5.500 maestros.

Los educadores también han indicado que el gobierno municipal ha fracasado en rastrear los contactos de los pocos maestros que dieron positivo para el virus, unas 60 personas de un total de 17.000.

Tras un acuerdo con el sindicato UFT, la ciudad hará tests de diagnóstico a entre 10 y 20 por ciento de los alumnos y personal de cada escuela una vez por mes, a partir de octubre.

Si la tasa de contagio en Nueva York supera el 3 por ciento -actualmente es inferior a 1 por ciento- las escuelas deberán cerrar.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/grandes-ciudades-en-estados-unidos-aun-no-reabriran-colegios/202015/

Comparte este contenido:

La «América crece» de Trump: nueva forma de neocolonialismo

Por: Hedelberto López Blanch

 

La Alianza para el Progreso impulsada por el ex presidente estadounidense John F. Kennedy a principios de la década de 1960 hasta la nueva “Iniciativa América Crece” lanzada por Donald Trump en 2019 son mecanismos utilizados por Washington para dominar económica y políticamente a las naciones latinoamericanas.

Mediante la Alianza para el Progreso, Estados Unidos pretendía buscar modelos capitalistas de desarrollo en la región para neutralizar el ejemplo que significaba la naciente Revolución cubana.

De esa forma se enviaron especialistas a la América Latina para explorar las riquezas naturales y las posibles fuentes de progreso de cada país, las que en los años siguientes fueron controladas y explotadas por empresas transnacionales, en su mayoría norteamericanas.

Washington brindaba entonces la asesoría económica con empréstitos provenientes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), y enviaba grupos denominados “cuerpos de paz” que impulsaban la animadversión contra Cuba y el sistema socialista. Todo desembocó en un rotundo fracaso que llevó más hambre y miseria a los pueblos donde los políticos corruptos de turno los acogieron, a la par que ellos se enriquecían con las abundantes prebendas.

A la tristemente célebre Alianza para el Progreso le siguieron unos tras otros los ensayos estadounidenses para controlar a los países de América Latina en la que en los últimos años ha jugado un pernicioso papel la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID).

Ahora, dentro del enorme esfuerzo que hace la administración Trump para controlar Latinoamérica, a semejanza de la Doctrina Monroe que proclamaba América para los americanos, se ha lanzado la “Iniciativa América Crece” que permite a Washington evadir controles parlamentarios en los países que la acepten y va dirigida a modificar la dependencia económica, financiera, social y política de la región.

Un análisis divulgado por Rusia Today, señala que esa Iniciativa es expedita, escueta, y no requiere de negociación alguna entre instancias gubernamentales. Tampoco precisa de consultas a los Parlamentos y mucho menos involucra a segmentos de la sociedad civil, porque el formato de Memorando de Entendimiento (MoU, por sus siglas en inglés) así lo permite.

Mediante el MoU, los gobiernos que se acojan al mismo, sellan el compromiso de cumplir la hoja de ruta que trazarán los distintos organismos y agencias norteamericanas, lo que es igual a una nueva forma de neocolonialismo.

La ex diplomática boliviana Maria Luisa Ramos, en entrevista con la publicación panameña Bayano Digital, denunció que la fórmula avanza hacia un reformateo de la dependencia económica, financiera y política de la región, sin requerir de negociación alguna entre instancias gubernamentales, ni consultas a los Parlamentos y mucho menos incluye a segmentos de la sociedad civil.

Agregó que mediante ese procedimiento ya no se involucrarán en engorrosas negociaciones de Tratados de Libre Comercio (TLC) para mejorar su balanza comercial, para obtener jugosos contratos estatales, realizar cambios a la legislación y en general adecuar a sus intereses el diseño del esquema de inversiones de los países.

En realidad se trata de un subterfugio mediante el cual Estados Unidos y los gobiernos latinoamericanos hacen un compromiso diplomático de alto nivel para encaminar la agenda trazada por los organismos y agencias norteamericanas con homólogos empresariales de los hasta ahora firmantes en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Honduras, Jamaica y Panamá.

El programa América Crece también sale de la órbita de la Organización Mundial del Comercio ya que la agenda general será delineada y encaminada por los organismos y agencias estadounidenses y sus homólogas entidades empresariales de esos países.

En el amplio panorama del MOU (que lo firma cualquier ministro y no los presidentes de las naciones como ocurre con los Tratados de Libre Comercio) aparecen los intereses del régimen norteamericano y sus compañías para realizar obras de infraestructura en aras de explotar yacimientos petrolíferos, todo tipo de minerales y recursos naturales que sean beneficiosos para sus intereses.

O sea, es un saqueo autorizado de las riquezas de los países en cuestión, que no tiene que contar con las aprobaciones de los diferentes Parlamentos.

Como “sublime artimaña” de este convenio se indica que acelerará el acceso del sector privado a los recursos financieros de Estados Unidos fundamentalmente a través del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

La Casa Blanca bajo enormes presiones a los gobiernos latinoamericanos impuso hace unos días, al frente de esa organización bancaria al ultraderechista Mauricio Claver Carone, principal asesor de Trump para América Latina en el Consejo de Seguridad Nacional (CSN).

También en este programa están envueltos los Departamentos de Estado, Tesoro, Comercio y Energía, la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), la Agencia de Comercio y Desarrollo de los Estados Unidos (USTDA) y la Corporación de Inversiones Privadas en el Extranjero (OPIC).

En definitiva, América Crece es una forma más moderna de neocolonialismo que busca controlar económica, política y financieramente al continente. Esperemos que los pueblos despierten.

Fuente e imagen: https://rebelion.org/la-america-crece-de-trump-nueva-forma-de-neocolonialismo/

Comparte este contenido:

Estados Unidos: University of Minnesota leads project to boost yield, uses of crop that could cut water pollution

University of Minnesota leads project to boost yield, uses of crop that could cut water

pollution

The U is leading research effort into boosting production of Kernza, a new strain of wheatgrass.

Minnesota farms may soon have a solution to the increasing pollution problem from row crops that’s been threatening the drinking supply of towns throughout the Upper Midwest. It all depends on a new strain of wheatgrass — called Kernza — and how quickly a team of farmers, researchers, wholesalers, chefs and even brewers can bring it to market.

The University of Minnesota will help lead a $10 million project, funded by the U.S. Department of Agriculture, over the next five years to scale up the production of the long-promised grain — the first perennial grain to be commercialized in North America. Researchers at the U will work with dozens of scientists, farmers and buyers from Kansas, the Great Plains and around the Midwest to both increase the yield of the grain and expand the market for restaurants, millers and brewing companies to purchase it.

“Right now a farmer can’t just take Kernza to the local grain elevator and expect to sell it there,” said Jacob Jungers, researcher at the U and lead coordinator of the project. “So it’s about setting up the infrastructure and the supply chain. That’s the major economic hurdle we’re trying to overcome.”

The potential of a perennial grain grown in the United States, both economically and environmentally, has been the stuff of dreams for crop engineers and food scientists for decades. After more than 20 years of breeding and working with a Eurasian wheatgrass that was primarily used for livestock forage, the Land Institute, a nonprofit research center in Kansas, developed Kernza.

As a perennial, the crop requires less fertilizer than corn and soybeans, which now dominate Minnesota farm fields. Its roots are about twice as deep as the common annual wheats that are now grown throughout the United States. Those roots stay in the ground year-round, stabilizing the soil to prevent erosion and soaking up the chemicals and fertilizers that are contaminating well water.

Kernza can be used just like any other wheat in cereals, muffins, crackers and flour. Perennial Pantry, based in Burnsville, is developing a way to malt it to make it more useful in brewing beer.

The U has been working closely with the Land Institute over the last decade to get the crop into farmers’ hands and to improve its yield so it will become profitable to grow.

A crop with growing appeal

Over the past year, the environmental benefits of the crop have become clearer. Minnesota researchers have been testing what happens when farmers replace corn and soybeans with Kernza on land immediately surrounding wells and drinking water supplies.

“We’re seeing 100 times less nitrogen leach into the groundwater,” Jungers said. “These wellhead protection areas were losing about 30 pounds of nitrogen per acre in a corn or soybean rotation. With Kernza, that’s dropping down to 0.3 pounds per acre.”

With that kind of reduction, the crop could become a powerful and profitable tool to combat the nitrate pollution that has been a growing problem throughout the region for decades. Since 1994, the Minnesota Department of Health has found 51 community wells drawing water with nitrate levels near or above federal safety standards. Cities including Hastings, St. Peter and Perham, Minn., have had to install multimillion dollar water-treatment systems, costing the households they serve thousands of dollars.

Still, Kernza won’t replace corn or soybeans. It most likely will wind up in rotation with the row crops, where Kernza is grown for two or three years at a time, before turning the soil back over to the two farming staples, Jungers said.

Today, it’s grown by about 100 farmers on 2,000 acres of land, according to the Land Institute.

So the big question for growers remains: Will it sell?

Perennial Pantry has been working as a wholesaler for the grain for a little over a year. It started by selling the product to niche bakers, brewing companies and cafes that were looking for something new and environmentally friendly, said co-founder Christopher Abbott.

Demand has been growing and Perennial Pantry now sells Kernza to companies in 46 states, Abbott said.

“We’re really getting to a tipping point where suddenly more seed is in the ground, where acreage is increasing and yields are increasing,” he said. “We’re getting to that point, as breeding continues, where it can move from a specialty grain to start competing more directly with wheat flour.”

This fall, Anne Schwagerl and her husband planted the U’s first commercialized variety of Kernza, called Minnesota Clearwater, on 40 acres at their farm near Browns Valley, Minn., at the South Dakota border.

“The idea of having a perennial crop that’s actually worth something would be amazing,” she said. “We’re flat-landers here and when the wind blows there’s not much to stop it. So to have something that could be profitable continuously living in the ground year-round protecting the soil, it’s a no-brainer.”

Greg Stanley is an environmental reporter for the Star Tribune. He has previously covered water issues, development and politics in Florida’s Everglades and in northern Illinois.

Fuente de la Información: https://www.startribune.com/university-of-minnesota-leads-project-to-boost-yield-uses-of-crop-that-could-cut-water-pollution/572458142/

Comparte este contenido:
Page 49 of 392
1 47 48 49 50 51 392