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Ove entrevista a Hugo Aboites:Es difícil que se dé un proceso de cambio hacia otra pedagogía si no se cuenta con la participación intensa de los maestros.

Luz Palomino y Luis Bonilla-Molina entrevistan en exclusiva para Otras Voces en Educación

 

Hugo Aboites ha participado en una docena de volúmenes colectivos. Es autor de libros como Viento del Norte. TLC y privatización de la Educación Superior en México (1999); El Dilema, la universidad mexicana al comienzo de siglo (2001) y junto con Emir Sader y Pablo Gentili, La Reforma Universitaria (2008). Es miembro del Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE), fue coordinador (2010) del Grupo de Trabajo Universidad y Sociedad del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).

Desde los años ochenta ha acompañado la lucha magisterial de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y, al mismo tiempo, desde los noventa, la de los estudiantes en contra de los exámenes estandarizados, en favor de la gratuidad y el aumento de la matrícula. Fue Secretario General del Sindicato Independiente de Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (SITUAM, 1982) y recientemente, terminó su periodo como Rector de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM, 2014-2018).

El primer contacto con Hugo lo hicimos en plena manifestación por el primer aniversario de la desaparición de los jóvenes maestros normalistas de Ayotzinapa. Para ese entonces era Rector de la UAM, de ciudad de México. El camarada Edgard Sánchez del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) me facilitó el número de teléfono de la Secretaria General de la UAM, la compañera Auxilio Heredia, a través de la cuál “cuadramos” un primer contacto con Hugo en el Zócalo.

Entre consignas, gritos de impotencia y un ambiente de solidaridad colectiva logramos conversar un par de minutos. Apretón de manos y, con sonrisas compartidas, acordamos hacerle una entrevista posterior por Skype y él me prometió un ejemplar de su libro “La medida de una nación: los primeros años de la evaluación en México” (2012). Días después Auxilio me contacto para entregarme el ejemplar del libro, que me ha resultado de especial importancia para comprender la particularidad de la instauración de la cultura evaluativa en la patria de Zapata. La entrevista no se pudo concretar por cruces de agendas.

En el último año hemos coincidido un par de veces en el local del PRT, en la oportunidad de organizar algunos debates sobre el curso de la reforma educativa mexicana en el gobierno de Andes Manuel López Obrador.  Allí retomamos el compromiso de hacer la entrevista pendiente; sin embargo, ésta que ustedes leen hoy, consideramos que es el inicio de un diálogo mucho más extenso. A Hugo Aboites le  invitamos a formar parte del Grupo de Contacto Internacional (GCI) conformado por dirigentes gremiales de América y Europa y él accedió gustosamente, así que estaremos trabajando juntos un tiempo, en lo que nos apasiona: la transformación radical de la educación.

En esta oportunidad OVE conversa con el intelectual de la mirada pícara y la lectura aguda de la realidad, quien no desestima oportunidad para seguir remando en la utopía de otro mundo posible.

 

Hugo, cuéntanos un poco tu historia de vida, ¿Como llegaste a la teoría critica, a la perspectiva de las pedagogías críticas?

Soy originario del estado de la república mexicana, Chihuahua, donde surgió con gran fuerza la revolución de 1910. El hermano de mi abuelo y su padre, pequeños agricultores y comerciantes, se unieron a las fuerzas de Francisco Villa y aunque nunca regresaron permanecieron como un símbolo familiar de rebelión contra la injusticia que ejercen quienes tienen el poder.

Cuando podía como estudiante de media superior, visitaba a doña Luz Corral, viuda de Francisco Villa, y le preguntaba sobre él y todo lo que veía en la que había sido su casa, entre otras cosas, recuerdo un machete que tenía grabada una frase: “cuando esta víbora pica, ni remedio de botica” y una pistola cuya funda aconsejaba “no me saques sin razón, ni me guardes sin honor”. Y, ahí, el auto, con agujeros de bala, donde en 1923 Villa vivió sus últimos momentos. Soy coetáneo también de los jóvenes que en Chihuahua en 1965 se levantaron en armas y en su mayoría fueron muertos y asesinados en el ataque al cuartel militar del poblado de Madera.

También de alguna manera soy originario de las corrientes de liberación que en la filosofía desafiaban el poder eclesiástico y civil recorrían Europa en los años 1966 y 1967 cuando allá fui estudiante. Y me opuse en solitario a la práctica que tenían los sacerdotes católicos, de golpear a sus alumnos niños con un bastón. No tuve ningún papel relevante en el movimiento de 68 en México, pero conviví con él cotidianamente y aprendí mucho de esa rebelión que cambió el país y aprendí también del abuso extremo del poder y de la injusticia radical que significó la matanza de estudiantes en Tlaltelolco, en la Ciudad de México.

En 1969, al término de mis estudios de filosofía, un amigo me invitó a tomar un curso sobre pedagogía y acudí sin grandes expectativas. Sin embargo, ese curso fue decisivo para mí. Nunca había conocido tan de cerca y con tanta vida y entusiasmo el potencial de la educación y el por qué sembraba constantemente la idea y voluntad de transformar. El maestro del curso tenía un nombre, una visión y un acento, se llamaba Pablo Freire. Su propuesta, “pedagogía del oprimido” era en realidad una verdadera pedagogía de la liberación.

Conocí entonces a la pedagogía como liberadora, como una teoría y, al mismo tiempo, como una práctica muy concreta para cambiar las condiciones de dominación.  Al mismo tiempo que mis actividades como maestro en una escuela privada para jóvenes y con algunos de ellos creamos entonces círculos de cultura en las colonias pobres de la ciudad de Chihuahua. Poco después un colectivo de maestros convertimos esa escuela en algo distinto:  sustituimos las clases por proyectos de investigación-acción en colonias y barrios populares en una forma de traducir a la práctica la pedagogía freiriana. Luego, por exigencias laborales, me inscribí en la maestría en educación de la Universidad de Harvard y pasé luego ahí mismo al doctorado. Ahí, paradójicamente (era el comienzo de los años setenta) tuve un importante contacto con la izquierda estadounidense, con la historia de la educación mexicana, con el nacimiento de la visión que luego daría paso al neoliberalismo, y aproveché a maestros que profundizaban sobre la visión marxista de la educación y la pedagogía. La combinación de la postura de Freire y la visión marxista (además la de Illich y de visiones sobre el desarrollo de los jóvenes) generó un espacio de debate que considero muy importante sobre la pedagogía y educación del futuro.

No uso mucho el término “crítica” añadido a la pedagogía porque creo que se presta a confusiones. Y supongo que estoy influenciado por el hecho de que en México se incluye al pensamiento “crítico” como objetivo de una Ley General de Educación que se genera a partir de una reforma constitucional sumamente cuestionable, regresiva. Y se habla de la capacidad de resolver problemas, así de vago. Y la misma OCDE utiliza ese término con la orientación de resolver problemas de la producción y prestación de servicios.  Una pedagogía que se nombre liberadora o socialista, contra la opresión, se vuelve mucho más clara en su intención y por lo tanto puede convocar mejor a quienes tienen interés en avanzar su práctica docente en una ruta radicalmente distinta a la oficial.

Por otro lado, el término pedagogía de la liberación tiene un origen claramente vinculado a una práctica pedagógica concreta. Y esto es muy importante, mientras la discusión sobre la pedagogía se queda a nivel teórico, ni los estudiantes ni muchos maestros pueden confrontarlos con la realidad. Otro ejemplo, desde hace décadas trabajo con estudiantes en un sistema llamado modular, de orientación horizontal y democrática en la Universidad Autónoma Metropolitana- Xochimilco.

En colectivo, los estudiantes y el profesor discuten cuáles serían las mejores estrategias y criterios de evaluación (uno de los puntos más importantes donde se asienta el poder de la figura de autoridad que es el maestro), el ritmo del trabajo, los horarios, los casos excepcionales (estudiantes que vienen de lejos, madres solteras…), la selección de lecturas. En equipos ellos determinan sus temas de investigación bajo criterios presentados y aprobados colectivamente.

Estos incluyen que se retomen problemáticas sociales y se les mire a través de las profesiones que cada uno de los alumnos estudia. Es importante señalar que esta modalidad es totalmente institucional, aunque hay una importante variedad, de acuerdo con los grupos y los maestros, respecto de la forma de ponerlo en práctica. Como resultado de todo este planteamiento, el profesor no “evalúa” a los estudiantes, sino que ellos presentan su propia evaluación a partir de indicadores objetivos determinados previamente por el grupo mismo y el profesor.

Las lecturas se presentan y discuten en las sesiones diarias de tres horas por el grupo de 25-30 estudiantes. Los estudiantes aprenden en colectivo a leer, analizar y comparar unos textos con otros y se forman con eso posturas ilustradas sobre distintos puntos. La investigación les permite distanciarse del sentido común, el sectarismo, y obtener una visión más compleja de la realidad natural y social. Acostumbrados a los opresivos métodos tradicionales, en el sistema modular las y los jóvenes descubren más claramente su identidad personal y colectiva frente a sí mismos y frente a sucesos nacionales o regionales.

Por ejemplo, en medio de un intenso movimiento feminista, algunos equipos de investigación se acercaron a las movilizaciones y retomaron algunos de sus aspectos como preguntas de investigación. Y, además, por primera vez en su vida participaron en movilizaciones dentro y fuera de la institución. Y, junto con los demás equipos pudieron presentar su trabajo y resultados y experimentar la reacción de sus compañeros (a veces muy adversa).

En otras instituciones existe un discurso institucional sumamente progresista, pero no existen prácticas concretas a pesar del discurso radical que intenten siquiera materializar esos planteamientos. En ocasiones incluso ocurre que la práctica pedagógica es terriblemente atrasada, burocrática y autoritaria.

 

A partir de tu experiencia y reflexiones ¿Cuáles consideras que son los elementos más relevantes de la crisis educativa en México?

Creo que uno de los factores más importantes de la crisis en general y actual de la educación en México tiene que ver con un modelo educativo que surgió como altamente centralizado, corporativo, burocratizado, autoritario, y cuyos problemas intentaron resolverse a través de medidas neoliberales (privatización, verticalidad, empresarialización y restricción como traducción de significado de calidad). En ese sentido, un planteamiento de política educativa en búsqueda de la liberación va más allá sólo de los estudiantes en lo individual y grupal y tiene que ver con la creación de nuevas estructuras en instituciones y sistemas, que abran espacios de verdadera libertad para aprender, enseñar e investigar y que se vinculen con los grandes movimientos y procesos también progresistas y, podemos decir, de avance de liberación nacional.

Tenemos hoy un autoritarismo pedagógico que constitucionalmente es autoritario pues el artículo tercero de la Constitución establece que corresponde al Ejecutivo determinar el contenido de los programas de toda la educación básica y obligatoria. Esto históricamente ha significado la imposición de una visión única de un país que cuenta con más de sesenta culturas originarias distintas, vivas y actuantes, que tiene también regiones sumamente diversas (desde selva tropical pasando por grandes urbes hasta desiertos y llanos, montañas y vocaciones económicas muy distintas).Pero al mismo tiempo en regiones como Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Michoacán, maestros y comunidades han desarrollado propuestas alternativas de educación y comienzan a llevarlas a cabo desde hace tiempo, pero no son reconocidas por la Secretaría de Educación Pública. Esta es una propuesta importante, capaz de revitalizar desde las comunidades y regiones a un sistema educativo anquilosado, pero hay enormes resistencias.  La evaluación desde las propias escuelas y no desde una entidad central y nacional sería otro tema importante, así como el surgimiento de programas y libros de texto que recojan lo que es este país. En ese sentido, un proyecto de pedagogía de la liberación aplicado al sistema en general es muy importante:  ese proceso no es sólo aplicable al aula, también a escuelas, instituciones, comunidades y sistema. Y en eso las comunidades locales pueden ser un apoyo muy importante.

Muchos de los problemas pueden comenzar rápidamente a resolverse con estas nuevas estructuras, entre otros: rezago enorme, educación superior de crecimiento escaso, falta de cobertura y de vinculación estrategia con necesidades amplias de la población, programas de estudio irrelevantes pedagógica y socialmente

 

Fuiste Rector de la UAM en Ciudad de México y tienes una dilatada carrera universitaria. Desde tu punto de vista ¿Cuáles son los mayores problemas que presenta hoy la formación de docentes (inicial y continua) en México? 

Sobre el tema de mi participación como rector en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM,. 2014-2018) y la formación de maestros primero que nada habría que aclarar que en México son las normales urbanas y rurales y no las universidades las encargadas de formar maestros.

Y esto, además por las razones históricas, me parece buena idea porque es una carrera muy especializada que no se compara fácilmente con los estudios de Pedagogía que, al menos en México en las universidades tienden a ser más teóricos.

Sólo la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) tiene un enfoque que combina ambas tendencias.  De la experiencia en la UACM puedo también señalar que la rectoría no es el mejor lugar para impulsar cambios en la formación de profesionistas (y por extensión de maestros).

Confirmé que son los colectivos los que pueden generar cambios importantes en ese tema pero estos deben tener condiciones que podemos llamar subjetivas y objetivas para impulsar semejantes cambios.

De hecho, en la UACM prevalece un discurso muy progresista y una estructura de poder muy horizontal, sin embargo no existe un modelo acabado sobre qué hacer en el aula y en la institución para avanzar hacia una formación liberadora de los estudiantes.

De tal manera que cada maestro o grupo de maestros puede decidir cuál será su práctica pedagógica a veces sin referirse al marco general. Esto da mucha libertad para explorar, pero también vuelve difusa la eventual propuesta pedagógica.

En mi opinión muy general, y viendo lo que ocurre en el salón de clases, la formación de los maestros sigue teniendo una aproximación tendiente a la verticalidad, orientada de manera preponderante al cumplimiento del programa oficial y con poco espacio para ejercer mayor control sobre su trabajo.  Como en otros aspectos, se hace énfasis en enfoques progresistas pero sólo grupos de maestros han podido -y mucho por su cuenta- avanzar en prácticas democráticas en la escuela.

El ejemplo de la Asamblea escolar donde los niños de educación básica discuten y aprueban resolutivos que se aplican a su vida cotidiana de estudio y convivencia en la escuela es un caso ejemplar, así como otras innovaciones en esa dirección que tienen que ver con la participación de padres de familia, la relación intensa con la comunidad y la discusión al interior del aula.

En conclusión, es difícil que se dé un proceso de cambio hacia otra pedagogía si no se cuenta con la participación intensa de los maestros, y estos sólo aprenderán a hacerlo si en las propias escuelas formadoras se dan estas prácticas.

 

¿que ha significado la crisis del Coronavirus? ¿Considera que las medidas que se adoptaron en materia educativa afectan al derecho a la educación?

El Coronavirus ha tenido un impacto enorme en la educación en México. Es un sistema enorme, con más de 30 millones de estudiantes, maestros, trabajadores académicos y administrativos desde inicial hasta posgrado.  Y repentinamente todos a sus casas.

Una situación inédita que, al cerrar las escuelas dejó en suspenso muchos procesos de discusión, organización y acción dentro del campo educativo en todos los niveles. Generó una enorme fragmentación e individualización en la forma de pensarse los maestros como trabajadores de la educación y salieron a flote prácticas y visiones más individualistas y regresivas.

Pero también se convirtió en un horizonte donde los sectores más movilizados por la lucha de seis años contra la reforma educativa pudieron encontrar más fácilmente el rumbo en esta nueva situación. Lanzaron iniciativas de vinculación con sectores sociales más afectados (los y las despedidas por el cierre de negocios y dependencias), protestaron por las iniciativas que, con la educación virtual hacían responsables a los maestros de llevar adelante los programas de estudio con sus propios y frecuentemente escasos medios informáticos.

Esto, porque la Secretaría de Educación Pública (SEP), dependencia gubernamental encargada de la educación, asumió el papel de capataz, exigiendo a los docentes reportes constantes -incluso diarios- sobre su actividad con estudiantes que difícilmente podían tener acceso a este tipo de recursos de comunicación.

Lo anterior, porque sin mucha discusión y a través de una especie de gregarismo automático, autoridades de escuelas y universitarios, con la SEP a la cabeza, asumieron que lo que correspondía incuestionablemente era asumir como la ruta única el continuar -como si nada ocurriera- con el programa de estudios.

Esto ha generado inconformidad, inquietud y grandes confusiones.  Pero, lo más importante, ha mostrado que con esa disposición se vuelve visible y operante la desventaja estructural desde la que participan en el proceso escolar importantes sectores sociales.

En términos generales quienes cuentan con los dispositivos informáticos y el acceso a redes de internet y, por otro lado, quienes no tienen las mismas facilidades. Y esto se convierte aún más la educación en un filtro clasista que determina quiénes tienen más derecho a la educación:  los que pueden adquirir ciertos bienes y servicios y los que no.

La virtualidad, por cierto, es un territorio nuevo de poder que se abre en cada escuela e institución y donde las burocracias encuentran un espacio mucho mayor. Por ejemplo, tienen un acceso much más fácil a la tecnología de punta, con costo a las instituciones, mientras que estudiantes y profesores prácticamente deben costear por su cuenta dichos accesos.

Otro ejemplo, en los espacios colegiados donde participan autoridades, estudiantes y trabajadores (por ejemplo, consejos universitarios), las primeras se fortalecen en demérito de estos últimos. Cuando dichas reuniones son virtuales, las autoridades tienen un control mucho mayor sobre la dinámica colectiva.  Ellas pueden comunicarse directa y presencialmente entre sí, mientras que las discusiones y tomas de acuerdo que entre grupos de trabajadores se daban mientras transcurría la sesión presencial, ahora se vuelven prácticamente imposibles.

Por otro lado, como ya se veía, la autoridad federal desde la Ciudad de México ahora ha encontrado un mecanismo y una justificación para ejercer una vigilancia diaria, directa y perentoria sobre las actividades y los resultados que obtiene cada maestro o maestra con su grupo. Y mientras tanto, el sindicato, la comunidad educativa y otras instancias en la práctica quedan postergados.

Además, la llegada de la virtualidad a la educación abre una brecha todavía más amplia entre maestro-estudiantes. La cotidianidad de la relación cambia profundamente y no para un mayor acercamiento.  Las consultas y problemas incluso familiares que plantean los estudiantes en forma individual ya no serían fáciles y se rompe así una posibilidad de relación que entre los jóvenes es muy importantes.

Finalmente, con la idea de retomar cuanto antes y por cualquier medio la “normalidad”, escuelas y universidades abdican de su responsabilidad de, precisamente por la emergencia y crisis, convertirse en polos de información sobre las temáticas más importantes en un momento como éste y no continuar con un programa que, en este contexto, se convierte en irrelevante.  Aquí la creatividad de docentes y estudiantes puede cubrir el enorme vacío o la enorme trivialización del conocimiento que se genera en este tipo de situaciones.

 

Desde tu punto de vista ¿cuáles deberían ser las alternativas para salir de la actual crisis educativa?

La situación de la educación en México sí tiene solución y esta se desprende de lo que se señalaba respecto de la crisis que ésta padece desde hace años. En primer lugar, la educación debe dejar de ser un acto de gobierno y convertirse en una actividad que está fuera de la dinámica, intereses y problemáticas que surgen de su pertenencia al aparato gubernamental.

Esta autonomía relativa debería ser acompañada del establecimiento de una serie de órganos que van del local al nacional, pasando por el órgano local, estatal y regional con competencia correspondiente a cada uno de esos ámbitos. Se integraría por una representación de estudiantes, maestros, autoridades y comunidades y sus ámbitos de competencia serían respetuosos de las facultades de las comunidades de escuelas, instituciones y universidades.

En segundo lugar, establecer un patrimonio educativo suficiente, una porción de la riqueza nacional intocable, creciente y que estaría dedicado, junto con otros gastos para el bienestar social, al servicio educativo en todos los niveles correspondiente a un porcentaje incluso más allá del 8% del PIB.

En tercer lugar, respetar y alentar los programas alternativos de educación que se generen a nivel regional, estatal o local que respondan a necesidades locales, se mantengan dentro del marco del artículo tercero constitucional y que den garantías de profesionalismo y compromiso con la tarea de educar.

En cuarto lugar, ampliar sustancialmente la infraestructura, cuerpo docente y matrícula en la educación secundaria básica, media superior y superior que rescate las experiencias exitosas en estos niveles.

En quinto lugar, reformular los planes y programas de estudio de manera tal que sean mucho más flexibles, tengan espacios de libertad, sean adecuados a la problemática local, estatal y regional.

En sexto lugar, analizar todas y cada una de las iniciativas que se generaron en la etapa de la OCDE, FMI, Banco Mundial, Tratado de Libre Comercio y eliminar/sustituir aquellas que no tengan ya vigencia en el marco de una educación pública reforzada. Como por ejemplo,  el concepto y uso de la “calidad”, venta de servicios y productos de las instituciones, la reducción de la matrícula, la aplicación de concursos de selección, colegiaturas, límites a la permanencia de los estudiantes en las instituciones, esquemas de pago según productividad para el personal académico.

En conclusión, la pandemia significa una alteración radical de las estructuras visibles e invisibles de la “normalidad”, incluyendo la educación. Y es sabido que en estos tiempos de crisis es común que la reacción sea hacia la derecha, a una regimentación mayor de la vida democrática.

Pero también hay muchos ejemplos de cómo esa alteración abre grietas y rutas de ampliación de la participación decisiva a los excluidos y oprimidos. Pero con la condición de que puedan crear condiciones de organización, resistencia y existencia de un proyecto capaz de entusiasmar y vincular a sectores hasta ahora desorganizados.

En México hoy las luchas por la tierra, el agua, los bosques, las comunidades, los derechos humanos, de las mujeres y laborales están a la orden del día, y la de los maestros tiene una historia reciente de organización, resistencia y victoria que son claves en este momento. De su convergencia puede detenerse la oleada de la derecha y fortalecer luchas históricas y consolidar los terrenos que hemos conseguido.

 

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Pedagogías Críticas y Educaciones Populares ante la Pandemia y la Virtualización de la Educación

América/México/20/04/2020/Autor y fuente: CSIIE Michoacán

La Escuela Popular de Formación Política «Francisco Javier Acuña» inicia sus trabajos con la Conferencia virtual del Dr. Luis Bonilla, ex viceministro de Educación Superior de Venezuela. Será transmitida para todos, en facebook a través de la página del CSIIE Michoacán y por zoom, el miércoles 22 de abril a las 4:00 p.m. hora de México.

Fuente e imagen: CSIIE Michoacán

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México: Anuies sugiere proceso de educación en línea por actual contingencia

América del Norte/México/19-04-2020/Autor(a): Arturo Sánchez Jiménez/www.jornada.com.mx

Ante la necesidad de cancelar en este periodo las clases presenciales por la pandemia de Covid-19, todas las universidades pertenecientes a la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (Anuies) deben prever medidas para atender a sus alumnos que carecen de los medios tecnológicos para incorporarse súbitamente a un proceso de educación en línea, además de que deberán flexibilizar sus criterios de evaluación académica.

Así lo define un manual con recomendaciones para mantener los servicios educativos aprobado por el Consejo Nacional de la Anuies, que fue presentado ayer a los rectores del país en una conferencia virtual.

El documento señala que es muy probable que no se pueda regresar a las aulas durante el presente semestre, por lo que sugiere, entre otras medidas, diseñar un modelo de evaluación virtual para concluir el ciclo.

Con base en las estimaciones de las autoridades de salud sobre la evolución de la crisis sanitaria, se ha informado sobre la posibilidad de ampliar el periodo de distanciamiento físico, probablemente hasta inicio del mes de junio, lo cual repercutirá en el trabajo docente e incrementa la probabilidad de que no se pueda regresar a las aulas durante el presente semestre, indica el documento disponible en el portal de la Anuies.

Este panorama, dice el organismo, nos obliga a diseñar un programa de acción para atender la emergencia que reduzca el impacto negativo sobre los estudiantes.

La Anuies prevé que tampoco se puedan aplicar de manera presencial los exámenes finales en las fechas previamente acordadas por las instituciones educativas. Por ello, se debe pensar en el diseño de un modelo de evaluación virtual que implique la entrega de evidencias por parte de los estudiantes.

También propone que se redefinan desde ahora los criterios de evaluación de los estudiantes, será difícil que se apliquen los principios que se usarían en circunstancias normales. Por la emergencia sanitaria, se sugiere llevar a cabo las adecuaciones pertinentes a los criterios de evaluación y flexibilizarlos, señala.

Estamos en una coyuntura compleja, experimentando altos niveles de incertidumbre por las características propias de este fenómeno sanitario, plantea la asociación. ”Por ello, las sugerencias y recomendaciones deberán actualizarse y en la medida en que avancemos, habrá que planear el regreso a las aulas y la atención a los rezagos que nos deje el confinamiento”.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2020/04/18/politica/017n1pol

Imagen: fancycrave1 en Pixabay

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México reanudará actividades educativas y productivas el 1 de junio

Redacción:  Mundo Sputniknews

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció que el regreso a las actividades escolares y productivas, reducidas a lo esencial por la pandemia del COVID-19, fue postergado para el 1 de junio.

«En las grandes ciudades, que son las más afectadas, el reinicio a la actividad educativa y todas las actividades productivas será a partir del día 1 de junio, siempre y cuando sigamos cumpliendo con todas las medidas» preventivas, de distanciamiento social, dijo el mandatario.

Las actividades se habían reducido a partir del 23 de marzo y estaba previsto que se retomaran el próximo 30 de abril.

López Obrador hizo el anuncio al presentar este 16 de abril el diagnóstico, proyecciones y recomendaciones de especialistas que serán enviadas al Consejo Nacional de Salud.

El mandatario aclaró que en unos 900 municipios rurales de las zonas con «bajo o nula transmisión» del virus SARS CoV-2, de un total de 2.457 en todo el territorio mexicano, las jornadas de «sana distancia» se levantarían antes las medidas de «mitigación» del contagio comunitario, el 17 de mayo.

«Tenemos que seguir con las medidas de la sana distancia y quedarnos en casa; tenemos que seguir saliendo a la calle solo por lo indispensable», enfatizó el gobernante.

El jefe de Estado afirmó que la ciudadanía «nos ha ayudado, se ha comportado de manera ejemplar, sin prohibiciones, sin el uso de la fuerza, sin toque de queda».

«Nuestro pueblo ha actuado de manera muy responsable, a pesar del sacrificio de muchos, que están ayudando cuidándose, cuidándonos todos», destacó.López Obrador dijo que los primeros en salir de la suspensión de actividades de los sectores público, privado y social serán «los municipios de todo el país donde no hay casos de coronavirus», siempre que se mantenga «la disciplina que hasta ahora se ha observado».

Por su parte, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, principal portavoz oficial para la pandemia, dijo que algunas zonas del país ya experimentan las características de la «fase tres», cuando puede existir «riesgo de que se rebase la capacidad instalada o adaptada del sistema de salud».

«Técnicamente no estamos en fase tres, pero existen zonas que hay que tratar como fase tres, que se define como la generalización territorial de la transmisión, no por el número de casos», detalló el funcionario federal.

En algunas regiones muy pobladas, como el central Valle de México donde se localiza la capital, «tenemos dispersión [del virus] correspondiente a la fase tres, pero no tenemos a nivel nacional una sola definición de fase tres», explicó el responsable de Salud.

La fase uno, cuando los contagios eran importados y se podían rastrear, se presentó en este país del 28 de febrero al 23 de marzo; mientras que la fase dos fue decretada el 23 de marzo, cuando comenzó la propagación de los «contagios comunitarios locales».

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Coronavirus y educación

Por: Luis Hernández Navarro.

Los tiempos del coronavirus han permitido tomar una radiografía del estado de salud de nuestro sistema de educación básica pública. Lo que la placa muestra es muy delicado: el sistema está infartado y la mayoría de los funcionarios que están al frente no tienen idea de cómo enfrentar la crisis. Su respuesta ha sido burocrática, insensible y desinformada.

La situación es inédita. Vivimos tiempos de incertidumbre, temor y desconfianza. Sin embargo, las autoridades educativas, en lugar de tomar medidas para atenuarlas, las exacerban. Encerrados en sus casas, niños, jóvenes y maestros que estudian en escuelas públicas deben seguir o impartir, por órdenes oficiales, como si fueran días normales, cursos en línea, preparar clases, hacer tareas, presentar exámenes y elaborar reportes.

Casi nada de lo que estudian, reportan y enseñan tiene que ver con la zozobra que viven, con los miedos que los acechan o con las dudas que los asaltan. Los contenidos educativos que deben memorizar y las pruebas que tienen que resolver pertenecen a un mundo aparte, que no tiene nada que ver con lo que sucede en el mundo.

Pequeños llenos de energía y muchachos desbordantes de testosterona pasan días y noches encerrados en cuatro paredes, muchos en viviendas precarias. Casi la mitad de los capitalinos viven hacinados. Y, en lugar de que la Secretaría de Educación Pública (SEP) les proporcione estímulos o materiales para dejar de lado ansiedad y tedio, los carga de trabajo absurdo, los somete a evaluaciones sin sentido y anuncia fechas de regreso a clases (30 de abril) que nada tienen que ver con la realidad.

Las autoridades pretenden mantener el proceso de enseñanza a través de la educación a distancia. Pero eso no funciona. La iniciativa es viable solamente para una parte muy pequeña del sistema educativo. Según la Unesco, en México sólo 10 por ciento de los docentes de primaria y secundaria están calificados para enseñar a través de la tecnología (https://bit.ly/2XF3TA7).

Esto es así porque la inmensa mayoría de maestros del país se formaron como mentores frente a grupo en el aula, no para impartir clases digitales. Así han ejercido durante años. Aunque educación presencial y en línea parezcan similares, son muy diferentes. Requieren capacidades, destrezas, entrenamiento, materiales y soportes diferentes. Y la inmensa mayoría de docentes no ha recibido formación para trabajar en modelos de enseñanza virtual.

Muchos maestros no participan en redes sociales. No son pocos los que las rechazan. Si acaso, utilizan WhatsApp y, en menor medida, Facebook. Los que forman parte de ellas, tienden a ser más bien consumidores que generadores de contenido. No todos tienen equipo de cómputo personal o teléfonos inteligentes. Menos aún en zonas rurales. Con frecuencia, sus computadoras son viejas, sus celulares lentos y el servicio de Internet al que tienen acceso es de muy poca capacidad. Saben usar Word, PowerPoint y Excel, pero no mucho más.

Muchos de los programas para promover las habilidades digitales realizados en sexenios pasados, como Enciclomedia, fueron más una oportunidad de negocios para empresarios y funcionarios, que herramientas de formación efectivas. Aún sobrevive en algunas escuelas parte del equipo inservible de Enciclomedia, como si fueran restos fósiles de algún animal prehistórico.

La brecha comienza en las aulas. De acuerdo con el INEE, durante el ciclo escolar 2016-17, sólo 44.4 por ciento del total de escuelas primarias del país contaba con al menos un ordenador para uso educativo y de éstos sólo 68.7 por ciento tenía conexión a Internet (https://bit.ly/2JYYR9y).

La iniciativa de mantener las clases en línea excluye del proceso de enseñanza a la mitad de la población escolar. Muchos estudiantes de familias de escasos recursos carecen de equipos de cómputo y conectividad. Según el Inegi, en 2019 sólo 44.3 por ciento de los hogares contaba con ordenadores y 56.4 por ciento tenía acceso a Internet. Apenas 44.6 por ciento del total de usuarios de computadora la usan como apoyo en la escuela (https://bit.ly/2VhMlXW).

La SEP pretende ahora que la educación a distancia se realice a través de las herramientas que ofrece Google para Educación y YouTube. Para acceder a ellas habrá que crear cuentas y perfiles en plataformas. La medida, otro paso en la ruta de la privatización educativa, permite a G Suite tener acceso gratuito a los datos de los usuarios, entre otros, nombre, edad, centro de trabajo, cursos que imparte, ubicación geográfica y número de celular. No es asunto menor. La recopilación y venta de datos es el negocio que más crece en Estados Unidos.

En un momento de grandes incertidumbres como el de hoy, la SEP debería brindar a alumnos, padres de familia y maestros tranquilidad, y dejar a un lado su obsesión de poner el centro en controles y evaluaciones (como lo denunciaron los maestros de la Ciudad de México). Debería anunciar con claridad que las clases se reanudarán cuando las autoridades sanitarias consideren pertinente, retomando el plan de estudios donde se quedó el 20 de marzo (o en la fecha en la que cada entidad comenzó la cuarentena).

Fuente del artículo: https://www.jornada.com.mx/2020/04/14/opinion/018a1pol

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Cuarta Transformación O Transformación De Cuarta

Por: Miguel Erasmo Zaldívar Carrillo

 

La Cuarta Transformación ya cumple más de un año de nacimiento y Patricios y Romanos se aprestan a darle con el mazo porque para muchos esta época histórica es la hija de nadie, la huérfana de teorías a la que debemos asesinar: los de la derecha la odian por atrevida y los de la izquierda, por tímida.

Al criticar, por ejemplo, a la reforma educativa le llaman “La reforma de la cuarta T” para dejar claro que, no es una propuesta ni de la izquierda ni de la derecha; que es algo insulso sin contenido ni destino que merezca ser defendido. La izquierda[1] no la llamaría “nuestra reforma” porque una parte de ella, la mayor, se alejó de los debates y prefirió observar desde las gradas para el camino que tomaba el toro sin arriesgar en la trifulca; y la que sí participó lo hizo tibiamente, como un amague. La derecha, por su parte, se metió en el ruedo y propuso (en nombre de la maestra y el propio), y gritó y jaloneó hasta que logró una reforma flaca que no llega a reforma; pero no la adopta, porque pertenece a un gobierno al que ni por poco desearía validar.

La 4T nos dejó con las ganas dirían algunos desde las calles en medios de sus protestas; no es lo que pensábamos; es más de lo mismo, esta es una transformación de cuarta. Es a este punto al que me quiero dedicar en esta pequeña reflexión. ¿Es la 4T más de lo mismo? ¿Constituye la 4 T un paso adelante o no lo es? ¿Es cuarta transformación o transformación de cuarta? No pretendo acá debatir con la derecha neoliberal, corrupta y entreguista porque a ellos no les interesan más que sus propios intereses y los de sus amos: el dinero y el imperialismo norteamericano.

Para dar curso al análisis que proponemos abordaremos algunos puntos de partida:

  1. El movimiento al que denominan 4T nace del disgusto social al que nos condujo el neoliberalismo rapaz y ello garantizó que a su rededor se agruparan muchísimas personas de extracción humilde, de clase media y algunos elementos de la burguesía nacionalista. Esto significa que no es un partido que nace de una ideología X (de izquierda o de derecha) sino un movimiento social heterogéneo que con el pasar del tiempo debuta como partido en su aspiración de tomar el gobierno y ejecutar su proyecto (ciertamente su proyecto conlleva un beneficio notable hacia los más desposeídos y eso tiene a que se le clasifique como de centro izquierda o izquierda). Aunque debe decirse con toda claridad que ni los que se creen de derecha ni los de izquierda puede reclamar para sí la paternidad de tal movimiento.

En la historia de los partidos mexicanos, los de más larga data, se aprecia con mucha fuerza su constitución institucionalizada. Son organizaciones establecidas desde una cúpula con ideales definidos y con el recurso para aglutinar en rededor a los que compartieran esos ideales. Así pasó con el PRI, el PAN y el PRD.

MORENA crece de otro modo y por ende carece de los males de estos partidos tradicionales a los que hoy tiene que enfrentarse. Morena nace desde abajo, sin dinero, sin recursos para comprar voluntades. Morena va tocando puertas, deshelando voluntades, ofreciendo una utopía, que, en aquellas negras condiciones históricas, ya parecía inconquistable. Y logra lo inaudito, en muy pocos años, arrebata el resultado electoral a los partidos tradicionales con toda y su estructura, sus subalternidades y estructura material. Morena no nace del caudillismo como se ha querido argumentar; nace de la utopía a las que nos obligó la terrible noche neoliberal. Era tanta la corrupción, el descaro y la transa que mucha gente terminó por creer que debíamos unirnos y hacer algo ya.

  1. El movimiento al que denominamos 4T tuvo que construir sus estructuras en un corto tiempo, apelar a la selección de representantes que muchas veces no tenían la experiencia mínima y en otras carecían de toda la catadura moral deseada.

De pronto, sin experiencia y sin tener el capital humano necesario se dieron a la tarea de elegir representantes; muchos de ellos, con colas largas; como se dice por estos lares. Se tuvieron que hacer alianzas para poder llegar al gobierno, de otra manera habría sido imposible. Y se empezó a trabajar en una dirección que yo, en lo personal considero fundamental: el saneamiento moral del gobierno. Una propuesta ética que atrajera a la masa empobrecida y evitara la riposta de la derecha cínica. Esto no es poca cosa; los gobiernos de izquierda y centro izquierda que han fracasado en este continente lo han hecho por problemas relacionados a la corrupción que no pudieron exorcizar. Cuando AMLO dice “no robar, no mentir, no traicionar” está apelando a un discurso de esencias porque el hombre es ética y sin ella nos queda la barbarie.  En el contexto histórico mexicano esta idea resulta de una trascendencia contundente, porque ofrece una utopía a la terrible realidad que vivíamos y de paso, aniquila las posibilidades de recuperación de sus oponentes porque ellos que nacieron y crecieron en las corrupciones no pueden sustraerse de ellas sino a costa de perder hegemonía.

  1. La hegemonía que MORENA está construyendo se basa en la moralidad, en el servicio y en la rendición de cuentas de los representantes y, eso, como ha de entenderse, se constituye en un ejercicio educativo que llevará tiempo, esfuerzo y muchas traiciones. La dominación de la derecha histórica mexicana, luego que se decidió abiertamente por el neoliberalismo, se basaba en la compra de voluntades y el asesinato de oponentes. El ejercicio de la política al más alto nivel se comenzó a caracterizar por la mediocridad, la banalidad y el desparpajo. Era de entender que una oposición que carecía de toda moralidad estaba lista para su muerte definitiva. Las barbaridades de Peña Nieto no fueron otra cosa que la expresión de la esencia de una manera de hacer política para servir a unos pocos.

Es por ello que en el ejercicio actual de gobierno el mayor reto de la lucha contra la corrupción son las propias estructuras burocráticas heredadas por el nuevo gobierno y que en sus ethos fusionaban con la lógica de “el que no transa no avanza”. Y ello, bajo el fuego cruzado del PAN y el PRI que, como se sabe, utilizan balas trazadoras llenas de billetes y cheques en blanco. Hoy vemos como los equipos para atacar el Covid-19 se pierden en algunas entidades estatales demostrando la permanencia de agujeros negros de corrupción en los que pueden perderse muchas buenas intenciones de la 4T. ¿Cuántos representantes de MORENA resistirán la tentación? Solo la historia dirá con quienes le atinamos y con quienes no. Pero para saberlo no podemos dejar de hacer ni de avanzar.

  1. MORENA, al ser una propuesta ética y de restauración nacional debe llamar a la unidad en todo momento. Por primera vez en muchos años tenemos un gobierno de todos y para el bien de todos y no un gobierno de minorías rapaces de espaldas al pueblo trabajador. Esta realidad tiende a arrebatar los ánimos a algunos izquierdistas que sienten nauseas de caminar junto a antiguos enemigos y viejos explotadores.

En este punto los que se ubican a la izquierda y en el centro izquierda debe estar en el ánimo de trabajar para construir. No debe ocurrirnos como con la reforma educativa: que a falta de propuestas unidas y contundentes por parte de las izquierdas; la historia, que no se detiene, se inclinó a la derecha. Las tibias reformas que logramos en el plano educativo no solo se deben a la tozudez de la derecha que no se dejará derrotar a las buenas, sino que también son resultado de nuestro desempeño y nuestra incapacidad de unirnos definitivamente en este crucial momento de la historia.

Los que se suman a la tarea de transformar a México serán de una ayuda enorme, lo que por celos o dudas no se sumen estarán del lado equivocado de la historia. Sumarse no significa tener las mismas visiones, ideas o argumentos. Lograr esto es imposible en un país tan basto y diverso como México. Para unirnos debemos solamente entender que nos enfrentamos al mismo enemigo histórico y que frente a ese enemigo hemos perdido muchas veces por nuestra falta de unidad. La historia cuando el oprimido la deja a su albedrío puede ser cruelmente cínica: ver al hijo de Colosio del lado de los asesinos de su padre no hace más que confirmarnos esto.

La revolución de Octubre de 1917 comenzó siendo una revolución democrática burguesa y no una revolución proletaria; las primeras expectativas en cumplirse no fueron las que directamente afectaban a la masa oprimida; cada cosa se haría en su momento. Lenin, explicando la importancia de los momentos de transición entre la revolución democrático-burguesa y la revolución proletaria y la necesidad de que los obreros comprendieran explicaba “(…) la lucha y solamente la lucha, determina hasta qué punto la segunda logra rebasar a la primera” (V.I.Lenin, 1928, pág. 161) Para este político y revolucionario es la lucha la que va abriendo las posibilidades históricas y la que decide que bando sale vencedor. Retraernos de los momentos y espacios de lucha es una dejación y una irresponsabilidad.

Debemos entender con total claridad que la 4T es solo un momento histórico con una muy especial coyuntura; si deseamos justicia debemos presionar, trabajar, movilizar y unirnos para que esa justicia se concrete. Si queremos mejorar la educación hay que tomar todos los espacios de lucha y construir, proponer, trabajar para que esa educación se dé y para que los cambios sucedan. Ni la injusticia desaparece sola ni la justicia crece por generación espontánea. Debemos sumarnos a la historia.

  1. MORENA no es un destino, es solo el instrumento que hemos construido para hacernos del timón de la historia e inclinarlo a favor de los más desposeídos. Debemos ser capaces de construir un instrumento como este y de mejorarlo sistemáticamente. El enemigo nos dirá que no servimos para esto o para lo otro, crearán dificultades para que no podamos avanzar ni en la dirección ni en la velocidad que queremos, para ello debemos estar preparados.

Es fundamental pensar este punto calmadamente porque para la derecha asesina mexicana es fácil hacer desmadre para responsabilizarnos de ellos. Impedirán que los hospitales estén listos a tiempo, crearán dificultades para que lleguen los medicamentos, harán todo por retrasar las obras, criticarán las obras que hagamos. Ello no debe ser fuente de desánimo; es natural que no deseen perder sus privilegios históricos, es natural que luchen a muerte porque son muchos los goces que están perdiendo.

Con tristeza vemos que cuando se asesina a una mujer o a un luchador social algunos dicen: hay van aumentando los muertitos de la 4T; haciendo responsable a este gobierno de la muerte dolorosa de un camarada. La derecha entonces replica como campana de iglesia: “Si, los muertos de la 4T”. Me queda claro que cuando digo gobierno no hablo de un bloque monolítico y ético que ya está al servicio de la liberación. Es claro que el gobierno de Oaxaca no es ni paralelo ni solidario con el gobierno de Veracruz.  No es lo mismo un gobernador priista que uno panista que uno de ellos vestido de MORENA que un gobernador francamente morenista al servicio de la nación. La diversidad de políticos que se junta en este momento de la historia puede quitar las ganas de lucha a algunos. La derecha que no se deja derrotar se preparó muy bien para penetrar a MORENA que no termina de vencer. Es el momento de los monstruos como nos alertaba el viejo topo.

Para montarnos en la 4T y llevarla a puerto seguro debemos aprender a entender las complejidades de la historia y del momento en que vivimos. Repito, estamos en una coyuntura a la que denominamos 4T y podremos sacar de ella todas las victorias que seamos capaces si nos unimos y trabajamos con suficiencia. Pudiera ser que la derecha, igual que se roba los respiradores, asesine a nuestros camaradas, ahora que gobierna la 4T, solo para robarse la esperanza y la fe en la victoria que se construye. Ha hecho tantas atrocidades que no nos extrañaría.

  1. Sin tener conciencia histórica y una utopía es muy difícil conquistar la liberación de nuestros pueblos porque la magnitud de los sacrificios que tendremos que hacer exigen de nosotros un carácter a toda prueba y ello emerge de la lucha diaria y de la educación que seamos capaces de construir.

La educación del capitalismo es anti utópica y contraria a la unidad que son, como se ha dicho, dos pilares fundamentales de todo proceso de liberación actual. Es anti utópica porque pone al sujeto con sus mezquinos intereses personales por encima de la colectividad y la sociedad.  El éxito ha sido definido desde un sujeto para un sujeto que está, por definición, de espaldas a la sociedad humana. Se es exitoso cuando se llega, en solitario, a ciertos niveles establecidos de antemano por la competitividad y la meritocracia.  La utopía, por el contrario, es colectiva, social y se alimenta del sacrificio que hacemos por los otros. La utopía salva al hombre del hombre y es por ello que en este momento la tarea esencial de la derecha mexicana es evitar que esa utopía se visibilice por las grandes masas y se pueda concretar en hechos.

Cuando nos arrebatan la utopía nos quitan con ello la unidad necesaria. Una va de la mano de la otra. Y es que la unidad frente a la barbarie del neoliberalismo solo puede darse en torno a una nueva eticidad y, esa eticidad, estará sostenida en la visión de un mundo en el que esta barbarie sea superada definitivamente. Pero no debemos llamarnos a engaños: Luego de Juárez vino Porfirio y luego de Cárdenas los gobiernos neoliberales. Podemos estar en un excelente momento y luego pasar a otra oscuridad histórica de muerte y despojo.

Es por ello que debemos considerar el último punto de este pequeño análisis.

  1. La 4T deberá convertirse en un poderoso proceso educativo a nivel social, familiar, escolar e individual. Fundar éticamente a una nación implica el sacrificio, confianza y el trabajo sistemático de todos; en especial de los maestros.

En lo personal creo ver en las mañaneras una actividad especialmente pedagógica. No se trata solo de que el residente en persona informe cada día lo que ya es, en sí, de una capacidad de dirección, una coordinación del trabajo y una humildad innegable. En este ejercicio de mandar obedeciendo se ve al presidente responder, respetuosamente, las mayores majaderías imaginables dando un claro ejemplo de civismo y responsabilidad frente a sus funciones. Se agrupan periodistas y panfletarios de las más diversas tendencias políticas y a todos se les atiende con la misma seriedad. Si cada presidente o gobernador de este país se tomara este ejercicio en serio y lo ejecutara en sus territorios al menos una vez a la quincena ya sería de una enorme ganancia.

La derecha se está ocupando de desvirtuar este ejercicio de democracia para arrebatarle su potencial político educativo. Ni en las mayores democracias del mundo se había visto un fenómeno tal de rendición de cuantas permanente y esencial de todo el aparato central de gobierno porque el presidente llama a cada burócrata a asumir su función de servicio con el mismo respeto y humildad. ¿Cuándo con Fox, Calderón o Peña tuvimos algo ni cercano a esto?

Pero este ejercicio educativo sería insuficiente si quedara a nivel de gobierno. Si nos restringimos solo a su dimensión pedagógica debemos reconocer que la escuela está siendo convocada a desarrollar hacia sus interiores ejercicios similares en los cuales la propuesta de Freire quedaría castrada de su potencial emancipador. Sin educación la 4T quedará solo en buenas intenciones.  Necesitamos continuar luchando por la mejora del modelo educativo mexicano, pero junto a ello hemos de construir la escuela que nos merecemos.

 “La herencia de la cultura capitalista y la contaminación de la masa de maestros con sus defectos, (…), no puede,  sin embargo, impedir que se tome a esos maestros en las filas de los trabajadores de la enseñanza política, ya que estos maestros poseen conocimientos, sin los que no podremos alcanzar nuestros objetivos.” (V.I.Lenin, 1928, pág. 151) “Nuestra tarea consiste en vencer toda la resistencia de los capitalistas (…) la ideológica, la más profunda y poderosa”) (V.I.Lenin, 1928, pág. 151)

 La tarea educativa también ocupó la atención de los procesos emancipatorios en este continente; Cuba y Nicaragua son dos excelentes ejemplos de ello. Cuando en Cuba las bandas contrarrevolucionarias asesinaron a Conrado Benites y cuando en Nicaragua se asesina a Águedo Morales lo hacen sabiendo que la tarea de educar es de primer orden y que la revolución sin educación no puede avanzar. Cualquier transformación social de profundidad que pretenda desarrollarse sin producir los necesarios cambios educativo queda en el intento, experiencias hay muchísimas.

  1. Aunque la figura de AMLO ha sido esencial para lograr la unidad en torno a la utopía que nos llevó a la victoria debemos ser cuidadosos de no personalizar demasiado los procesos tal y como pretende la derecha conservadora.

Para la derecha conservadora todo es AMLO y en torno a AMLO. Ello es un elemento esencial de su guerra ideológica porque se debilita un proceso que se hace depender de un sujeto, con todas las limitaciones que como hombre portamos cada uno de nosotros. La izquierda no debe cometer el error de identificar a la 4T con el presidente, aunque él es su rostro más visible y congruente. En primer lugar, porque se invisibiliza el trabajo de millones de personas que la energizan, la ejecutan y la sostienen y; en segundo lugar, porque si falta la persona se asesina al proceso, como han hecho muchas veces en la historia.  AMLO no es la 4T sino un soldado, abnegado, consciente y sacrificado a su servicio, es un compañero de lucha.

En este sentido debemos tener muy claro que estamos en un proceso histórico vivido por  millones de personas comprometidas con la transformación nacional. Debemos entender que habrá muchos aciertos y también desaciertos que nos pertenecen a todos por igual. Si no deseamos errores no deberíamos hacer revoluciones. No se hacen estas transformaciones con un protocolo guía, no nos dieron la victoria con un mapa de la ruta a seguir, debemos improvisar y tenemos derecho a errar. Sin embargo, nuestros errores y los errores de la derecha conservadora son de muy diferente naturaleza (pero eso será tema de otra comunicación).

Considero que AMLO es una garantía porque su transparencia personal, su fidelidad a las ideas y su apego a la legalidad se constituyen en una poderosa e inagotable fuente de atracción. Pero el proceso es responsabilidad y pertenece a todos. No se puede aniquilar la corrupción por decreto sino con acciones conscientes de millones de mexicanos. Estamos de acuerdo en que las escaleras se barren de arriba hacia abajo, pero para saber si quedaron limpias se debe subir de abajo hacia arriba. Las dos direcciones de trabajo son fundamentales porque el control debe emerger del espacio del que emana el poder, el pueblo.

En este punto diríamos que la 4T será o no será más de lo mismo, en dependencia de lo que hagamos los que estamos inmersos en el cambio y de cómo seamos capaces de sortear las dificultades que nos ponga la derecha y la vida. Nadie pensó que a estas alturas estaríamos encerrados en casa, cosa que afectará el desarrollo económico previsto y tal vez algunos programas, pero hacer de esta situación otra victoria dependerá de nosotros.

En definitiva, la respuesta a la pregunta de si esta es una cuarta transformación o una transformación de cuarta dependerá de lo que hagamos todos en este crucial momento de la historia. Lo que sí nos queda claro es  que no tendremos a nadie para hacer responsable por aquello que debimos emprender entre todos.

 

Referencias

V.I.Lenin. (1928). La cultura y la revolución cultural. Moscú, URSS: Progreso.

 

[1] No es claro hablar de izquierda, pero no teniendo otro remedio lo haré queriendo conceptuar a todas las fuerzas que buscan algo de justicia social para los ninguneados de la historia desde posturas muy diversas y, no pocas veces, distantes.

 

El autor escribe para OVE

Imagen: https://pixabay.com/illustrations/mexico-flag-mexican-flag-1460659/

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Pandemia y oportunidades

Por: Pedro Miguel

El ala más recalcitrante de la oligarquía que perdió el control del poder presidencial y sus voceros oficiosos han pretendido convertir la crisis sanitaria y económica del momento en una oportunidad para descarrilar a la Cuarta Transformación. Pero, como se ha dicho, para que este designio pudiera tener una mínima perspectiva de éxito tendrían que concretarse escenarios de catástrofe epidémica de enormes proporciones y de demolición de la economía. El plan ha sido concebido desde una tremenda incapacidad para entender las lógicas del actual gobierno y las que operan en el grueso de la sociedad mexicana desde hace algunos años y sus probabilidades de triunfo son, por ello, muy escasas. En realidad, la epidemia de Covid-19 –y los quebrantos que conlleva en la producción, el comercio, el empleo y las finanzas– representa para ese sector de la casta desplazada una gran oportunidad para empezar a comprender lo que ocurre en el país desde el derrumbe del programa neoliberal en adelante.

Es claro, por ejemplo, que desde diciembre de 2018 esta vertiente de la reacción oligárquica dio por hecho que, en lo sustancial, y por intolerable que le resulte la toma de Palacio Nacional por los plebeyos, el gobierno de López Obrador era una sucesión presidencial más, que el programa político del tabasqueño era mera demagogia y que en lo sustancial la vida pública del país habría de seguir en el rumbo impuesto en el tramo Salinas-Peña, en el que las instituciones fueron convertidas en instrumentos de enriquecimiento personal y corporativo. En consecuencia, la crisis del coronavirus era para ella una doble bendición: por un lado representaba el ataúd de la Cuarta Transformación y por el otro, la astronómica oportunidad que cualquier crisis ofrecía, en los tiempos previos, para detonar un nuevo ciclo de concentración de riqueza, depauperación de las mayorías y saqueo de las arcas públicas. Y como daba por hecho que la diferencia entre López Obrador y sus antecesores es sólo de modales, discurso y símbolos, esa reacción oligárquica fue corriendo al Palacio a pedir un plan de rescate, es decir, una nueva transferencia multimillonaria de recursos públicos a bolsillos privados.

El error de cálculo se hizo evidente de inmediato: este gobierno no tiene la menor intención de seguir las reglas del régimen oligárquico y entre sus objetivos coyunturales no está el de crear condiciones para que unos cuantos multipliquen su riqueza; sus propósitos son, en cambio, cuidar la salud pública del embate del virus y aliviar hasta donde sea posible la penuria que se cierne sobre las mayorías. Tales son las orientaciones prioritarias del presupuesto en la presente circunstancia y el poder presidencial no va a doblarse ante la presión empresarial. El desconcierto y el berrinche de algunos de los dueños del dinero ante esta respuesta dice mucho de lo equivocados que estaban sobre la naturaleza de este gobierno. Ellos y sus voceros en los medios y las redes sociales –tanto los de carne y hueso como las hordas de cuentas falsas que siembran odio y mentiras en Twitter y Facebook– se debaten entre la rabia y la incredulidad y buscan desesperadamente amplificar su propio descontento y contagiarlo, con cierto éxito, hacia las clases medias.

En el ámbito de la salud pública y en el de la economía, los desplazados del poder y el privilegio llegan a extremos como calificar de ocurrencia o simulación el sistema de vigilancia epidemiológica centinela –adoptado por la Organización Mundial de la Salud y sus países miembros– o de tuitear con afán pontificador de verdades evidentes: El Presidente cree que los empleos los crea el gobierno. Como si el sector público en su conjunto, y el gobierno federal en particular, no hubiese sido, no sea y no habrá de seguir siendo, por mucho, el mayor empleador del país.

Para mayor enojo de este grupo, la Presidencia sigue siendo la Presidencia, es decir, la jefatura del Estado y la institución que establece los lineamientos generales de política pública, y los empresarios más prominentes de México –o para decirlo abiertamente: los más acaudalados– aceptaron los lineamientos del plan lopezobradorista para hacer frente a la emergencia económica: demandar el pago puntual de impuestos y exhortar a que no se despida a nadie y se preserven los salarios; por su parte, el gobierno redujo significativamente los precios de los combustibles, comprometió 25 mil millones de pesos para apoyar a un millón de micro y pequeñas empresas, extendió algunos de los programas sociales para beneficiar a cientos de miles y dio una nueva y severa vuelta de tuerca al gasto de las oficinas públicas.

Ese grupo oligárquico político-empresarial y los comunicadores a su servicio bien podrían aprovechar la reclusión para empezar a entender en qué país viven. Ojalá.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2020/04/10/opinion/021a2pol

Imagen: https://pixabay.com/illustrations/covid-19-coronavirus-4964287/

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