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Analfabetismo en México: ¿quién se hace cargo?

México está entre las quince economías más prósperas del mundo, cuenta con un sistema educativo que atiende a más de 35 millones de alumnos en todos sus niveles, tiene desde hace 90 años una secretaría dedicada a la educación pública y tiene, desde hace más de tres décadas, un instituto dedicado a la educación de adultos. Aún más, la obra educativa nacional constituye uno de los mayores motivos de orgullo de los sucesivos gobiernos de la posrevolución. Sin embargo, en nuestro país el analfabetismo y la marginación educativa siguen manifestando una inequívoca señal de desigualdad e injusticia social.

De acuerdo con los datos censales del 2010, las personas al margen de las letras en México suman cerca de 5.4 millones –cifra superior a la población de países como Finlandia, Noruega, Costa Rica o Uruguay– las cuales ratifican, entre otros temas, la inobservancia del derecho a la educación establecido por la Constitución Política de 1917. En breve, en materia educativa el país está en falta desde hace un siglo. ¿Cómo llegamos hasta aquí? ¿Cómo explicar el grave déficit educativo en nuestro país? ¿Cómo decir “usted disculpe” a millones de mujeres y hombres en condición de exclusión educativa y social? ¿Quién se hace cargo del problema del analfabetismo en México?

Sin el ánimo de responder de manera puntual a todas estas interrogantes conviene establecer como punto de partida que el problema aquí abordado no se circunscribe a los individuos excluidos de la educación. Se trata de un problema social y humano que se extiende más allá de cada persona y que involucra a todos y cada uno de los mexicanos. Si, a todos. En tanto ciudadanos que compartimos suelo, cultura y nación, que nos regimos por las mismas leyes y que juntos aspiramos a un país mejor, las asimetrías educativas –y especialmente las condiciones que excluyen a millones de personas– ilustran una innegable condición de desigualdad y de falta de oportunidades para todos.

Es necesario recordar que en la sociedad mexicana caben, lo mismo algunas de las fortunas personales más grandes del mundo, que enormes franjas de pobreza y marginación social. Y ello no significa pluralidad o variedad social, representa un agravio para los más pobres y expresa los límites de un Estado que, hasta ahora, no ha logrado generar condiciones de equidad educativa ni construir un piso parejo para toda la sociedad. Sin el ánimo de profundizar en la situación de rezago educativo de la población de 15 años y más, baste recordar que, de acuerdo con los datos censales del 2010, el porcentaje de analfabetismo en la población mayor de 15 años representaba al 6.9 y el número de personas sin estudios concluidos de primaria y secundaria se acercaba a los 32 millones. Con base en tales cifras, es posible afirmar que al menos una cuarta parte de la población mexicana se encuentra en condiciones de precariedad educativa.

Rezago de la población de 15 años o más. Educación Básica en México (2010) Población de 15 años y más Analfabetas % Sin Primaria Terminada % Sin Secundaria Terminada % Rezago Total % 78,423,336 5,393,665 6.9 10,082,386 12.9 16,424,106 20.9 31,900,157 40.7 Fuente: INEA. Rezago educativo. Censo 2010. (Disponible en http://www.inea.gob.mx/transparencia/pdf/rezago_censo2010_nd.pdf)

Aunque es posible reconocer que el tema del analfabetismo ha estado presente en prácticamente todos los gobiernos de la posrevolución, lo cierto es que las políticas en esa materia han resultado francamente desalentadoras. Así, mientras algunas campañas y estrategias planteadas a lo largo del siglo XX alcanzaron un mayor logro e impacto social, otras se limitaron a la simple exaltación demagógica de la educación. Entre las primeras han de incluirse las campañas de José Vasconcelos entre 1920-1922; de Lázaro Cárdenas en 1934; de Jaime Torres Bodet en 1946 y 1958; e incluso de José López Portillo quien en 1981 impulsó la creación del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos. Y aunque no vale la pena detenerse a referir los planteamientos meramente demagógicos sobre el analfabetismo, resulta imposible dejar de señalar que, a lo largo de las tres décadas recientes se privilegió una política mayormente restrictiva en términos sociales y educativos.

El analfabetismo hoy

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la alfabetización, como parte de la educación, constituye un derecho humano. Se trata de un bien público que proporciona a las personas las herramientas básicas para incorporarse a la vida social, a la vida ciudadana, a la vida laboral, a la vida cultural, a la vida en su sentido más amplio. La condición del analfabetismo, por el contrario, expresa y genera marginación y, en la llamada sociedad del conocimiento, supone un déficit individual y social aún más grave que en el pasado.

Hoy el analfabetismo se concentra en los espacios sociales más vulnerables: personas en condiciones de pobreza, personas pertenecientes al medio rural, indígenas, mujeres. Y cuando se combinan algunas de estas condiciones, la vulnerabilidad y los riesgos sociales se profundizan. Así, a la dificultad para acercarse a la literatura, a la poesía o al conocimiento científico, se suma la imposibilidad de acceder de manera autónoma al complejo marco de las leyes o a los textos que definen la convivencia social. La condición de analfabetismo implica también la incapacidad de las personas para interpretar una receta, un prospecto médico o simplemente para identificar el nombre de una calle. No puede obviarse en esta apretada reflexión, el analfabetismo cuantitativo el cual refiere la ausencia de destrezas en materia de cálculo numérico y que constituye un profundo déficit para la vida y el trabajo.

Todas esas limitaciones son transmitidas como una infausta herencia a los hijos quienes, al carecer del apoyo familiar, ven mermadas sus posibilidades de trascendencia escolar y social. Al respecto, una de las voces más autorizadas en el tema de la alfabetización, Emilia Ferreiro, sostiene : “…ya lo sabemos y ha sido dicho mil veces: analfabetismo y pobreza van juntos, no son fenómenos independientes; analfabetismo y marginación social van juntos, no son fenómenos independientes. El analfabetismo de los padres está relacionado con el fracaso escolar de sus hijos” (Alfabetización. Teoría y práctica, México, Siglo XXI, 1997, p. 176).

Hoy las asimetrías de todo tipo –sociales, nacionales e internacionales– siguen presentes en la distribución del analfabetismo. Así, las cifras nacionales de la primera década del siglo XXI muestran un limitado esfuerzo en materia de alfabetización y una suerte de administración de la precariedad educativa pues el número de personas al margen de las letras apenas ha variado.

Población analfabeta en México, 2000-2010 Población de más de 15 años en condición de analfabetismo 2000a 2005a 2010b 2000-2010 Analfabeta % Analfabeta % Analfabeta % Absolutos % 5, 942, 091 9.45 5, 747, 813 8.35 5,393,665 6.87 -548, 426 -2.57 a Fuente: Anuario Estadístico de los Estados Unidos Mexicano 2010, INEGI, 2011, Capítulo 4, Cuadro 4.1. b Fuente: INEGI. Censo de Población y Vivienda 2010: Tabulados del cuestionario básico. (Disponible en http://www3.inegi.org.mx/sistemas/TabuladosBasicos/Default.aspx?c=27302&s=est.)

Es importante destacar que en términos nacionales se viven también serias condiciones de desigualdad pues, mientras el Distrito Federal ostenta indicadores comparables con los de naciones avanzadas (por debajo del 3 por ciento de analfabetismo) otros estados de la República viven una situación que los equipara a las naciones más pobres. Por ejemplo, las entidades federativas con mayores porcentajes de analfabetismo son Chiapas, con 18.41; Guerrero, 17.53; Oaxaca, 16.92, y Veracruz, 12.02. Además, mientras el porcentaje nacional de analfabetismo es de 6.31 para los hombres, y 8.89 para las mujeres, en los estados señalados la proporción de mujeres analfabetas crece de manera notable.

El problema del analfabetismo es mundial y expresa la enorme polaridad entre las naciones. Así, de acuerdo con la UNESCO, al menos 793 millones de personas en el planeta no saben leer ni escribir y en once países más de la mitad de su población está en condiciones de analfabetismo. La proporción de población analfabeta se concentra en el sur y el oeste de Asia (51.8%); en África subsahariana (21.4%); en Asia Oriental y el Pacífico (12.8%); en los Estados Árabes (7.6%); y en América Latina y el Caribe (4.6%). Otras regiones como América del Norte y Europa concentran cifras muy menores de analfabetismo (2%). Como es posible observar, las asimetrías económicas internacionales, también se expresan de manera inequívoca en los indicadores de analfabetismo.

A manera de cierre

¿Y quién se hace cargo? El problema del analfabetismo, como ya se ha dicho, es un tema que trasciende a los individuos y que compete a la sociedad toda. Hoy más que nunca resulta esencial reconocer la magnitud del rezago educativo en México y, tal como señalaba Stéphane Hessel (¡Indignaos!, Barcelona, Destino, 2011), es necesario manifestar la más profunda indignación ante la brecha que divide al país entre quienes lo tienen todo y quienes carecen de todo. Que separa a quienes tienen acceso franco a la educación, de quienes están excluidos aun del escalón más elemental de ella.

El Estado por su parte está llamado a atender de una manera clara y definitiva su responsabilidad en la conducción política de los asuntos que conciernen al todo social, así como a promover políticas basadas en la igualdad y la justicia. El rezago educativo y de manera especial la alfabetización, están en dicho supuesto y su solución definitiva –si, definitiva– constituyen una responsabilidad inaplazable para el Estado. ¿No son acaso suficientes cien años para cerrar en forma definitiva una brecha claramente ofensiva para toda la sociedad mexicana?

Datos de:

INEGI. Anuario Estadístico de los Estados Unidos Mexicano 2010, México, 2011. Capítulo 4, Cuadro 4.1.

INEGI. Censo de Población y Vivienda 2010: Tabulados del cuestionario básico. Disponible en http://www3.inegi.org.mx/sistemas/TabuladosBasicos/Default.aspx?c=27302&s=est.)

INEA. Rezago educativo. Censo 2010. Disponible en: http://www.inea.gob.mx/transparencia/pdf/rezago_censo2010_nd.pdf) UNESCO. “793 personas no saben leer ni escribir”. Portal. Disponible en http://portal.unesco.org/geography/es/ev.phpURL_ID=14589&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html UNESCO. Adult and Youth Literacy. UIS FACT SHEET. Disponible en http://www.uis.unesco.org/literacy/Documents/fs26-2013-literacy-en.pdf

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Cecilia Pérez «Me decían que las ingenierías eran para hombres»

27 de marzo de 2016/ Por Israel Pérez Santiago de Querétaro, Querétaro. (Agencia Informativa Conacyt).-

Cecilia Pérez Zárate es una estudiante de la carrera de nanotecnología en la Universidad Tecnológica de Querétaro (Uteq). Su interés por investigar e innovar le ha representado superar numerosos retos tanto en lo académico como en lo familiar y social, en especial por los estigmas todavía existentes en México que llegan a limitar la integración de las mujeres en el desarrollo de ciencia y tecnología.

En el marco del Mes de la Mujer, Pérez Zárate compartió sus experiencias a la Agencia Informativa Conacyt, y expuso su inquietud por generar un cambio de paradigma que permita a las mujeres una mayor inserción en los ámbitos científicos y tecnológicos en todos los niveles.

Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Cómo se generó tu interés por la ciencia y la tecnología?

Cecilia Pérez Zárate (CPZ): Estudié el bachillerato técnico en puericultura en el Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios 118; mi idea era después entrar a medicina, pero una maestra de matemáticas me dejó la inquietud de estudiar una ingeniería. Fue cuando conocí la carrera de nanotecnología y me llamó mucho la atención porque es interdisciplinaria, puedes innovar, desarrollar tecnología, participar en proyectos nacionales e internacionales y, sobre todo, te da la posibilidad de ofrecer alternativas para solucionar problemas; todo eso me llamó mucho la atención .Cuando le compartí a mi familia que quería estudiar nanotecnología me dijeron: “¡Te vas a morir de hambre!”. Por ser mujer y por tradición familiar, me trataron de convencer de que estudiara para maestra, afortunadamente mi papá me apoyó en todo momento y me impulsó a dedicarme a lo que yo quisiera. Aun así era complicado, porque al resto de mi familia le parecía extraño que buscara ser ingeniera, por ese prejuicio que se tiene todavía de que las ingenierías son carreras “para hombres”.

AIC: En ese contexto, ¿cómo ha sido tu desarrollo en la carrera?

CPZ: Tuve la oportunidad de asistir al Verano de Física Avanzada del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) donde conocí al doctor Rafael Baquero, que nos habló acerca de la superconductividad y su relación con la nanotecnología; fue ahí cuando me enamoré de mi carrera y de la investigación.En segundo cuatrimestre me integré con un grupo de estudiantes para desarrollar un proyecto de celdas fotovoltaicas, participando en la convocatoria de Jóvenes Talentos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) para poder atraer recursos. Lo que queríamos lograr era imprimir, mediante métodos comunes como el láser o inyección de tinta, celdas fotovoltaicas flexibles fabricadas con pigmentos naturales (provenientes de la zarzamora, frambuesas y betabeles), con el fin de desarrollar un dispositivo que se pudiera adherir a los teléfonos celulares para sustituir el trinitrotolueno.Siempre he buscado profundizar mis conocimientos, asistiendo a congresos e involucrándome directamente con desarrolladores de tecnología, como los doctores Minerva Robles Agudo, que es una catedrática Conacyt en la Uteq, e Ignacio Rojas Rodríguez, con ellos pude trabajar en un proyecto en el área de materiales con el que se desarrolló una mesa para radiometría térmica, que se trabajó junto con el Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (CFATA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Gracias a ese proyecto tuve la oportunidad de hacer mi estadía en el extranjero, en el Ivy Tech Community College que está ubicado en Indiana, Estados Unidos, donde estuve cuatro meses, para realizar pruebas tipo Charpy a diferentes temperaturas en acero y conocer la transición del material a diferentes temperaturas. Esa fue solo una pequeña parte de la investigación.

AIC: De acuerdo con el contexto que nos mencionaste, ¿cómo tomó tu familia la noticia de que ibas a viajar al extranjero?

CPZ: Cuando le informé a la familia mi inquietud de irme al extranjero no estuvieron muy de acuerdo pero, nuevamente, mi papá me apoyó, como siempre en todas mis decisiones. Mis abuelos aseguraban que por ser mujer no debía viajar sola y mucho menos a otro país; había una resistencia de su parte por dejarme ir que incluso me hizo dudar en el último momento y me generó cierto temor, pero logré superarlo.Llegando allá me di cuenta que estaba sola y que así debía enfrentar cosas, como el choque cultural y la interacción con personas de diferentes países. Yo me fui de México con otros compañeros, puros hombres, lo que en un principio resultó complicado porque en el entorno tradicional son los hombres los que viajan al extranjero a estudiar y no las mujeres, pero afortunadamente nos adaptamos muy bien. Allá me di cuenta también que en otros países es más común la mentalidad de que las mujeres se involucren en el trabajo científico y buscan que te adaptes lo más rápido posible para que no te deprimas, porque han visto que eso es algo muy común en las mujeres mexicanas, principalmente por el tradicional apego que tienen al hogar.Tras mi regreso a México me integré a la Uteq en la Dirección de Innovación y Desarrollo Tecnológico (Didet). Actualmente trabajo en una propuesta para organizar un concurso de ciencias que genere proyectos para que estudiantes de nivel básico, medio superior y superior participen en la ExpoCiencias Bajío.

AIC: Con tu experiencia personal y profesional, ¿qué crees se debe hacer para promover la inserción de las mujeres en la ciencia y tecnología?

CPZ: En México es necesario que se implementen proyectos y programas enfocados en el nivel básico, incluso desde preescolar, para generar un cambio de paradigma y en la mentalidad, sobre todo de las niñas, para generarles el interés por la ciencia y tecnología y que busquen impactar en su entorno. La inserción de las mujeres en la ciencia debe ser una pauta para el desarrollo en nuestro país. Tenemos la misma capacidad que los hombres para realizar proyectos e innovar. También es importante que las mujeres por sí mismas rompan sus propios paradigmas; podemos combinar la profesión científica con aspectos personales como el matrimonio o la maternidad; cuesta trabajo porque se rompen estructuras, pero desde el momento en que decides estudiar un área del conocimiento, donde de entrada no se cumple con los estándares sociales, te planteas un nuevo reto. Es cierto que los ambientes culturales y socioeconómicos influyen, pero querer es poder; si una persona tiene bien claros sus objetivos, los va a cumplir. A futuro yo me visualizo en un posdoctorado en el extranjero, y después, terminando esa etapa, tener familia para consolidar un nuevo pilar en mi vida. También he tratado de fomentar que las jóvenes de mi entorno se interesen en convocatorias que les permitan vivir esa experiencia. Lo he visto con mis primas más pequeñas, que al verme ya se interesan en estudiar y viajar al extranjero, donde todavía se observa el estigma de que el mexicano solo come tacos y toma alcohol, y que las mujeres mexicanas solo están en su casa, haciendo los tacos y teniendo hijos.

Fuente de la entrevista: http://oei.es/divulgacioncientifica/?Me-decian-que-las-ingenierias-eran-para-hombres-Cecilia-Perez

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Presentan documental sobre desaparición de normalistas de Ayotzinapa.

OAXACA/28 de marzo 2016/ Autor y Fuente: Agencia Quadratín.

‘Mirar morir: el ejército en la noche de Iguala’ es un documental dirigido por Coizta Grecko y producido por el periodista independiente Témoris Grecko, en el cual se aborda la desaparición de los 43 normalistas de la Escuela Normal Rural ‘Raúl Isidro Burgos’ de Ayotzinapa, Guerrero.

El documental será presentado en Oaxaca por Coizta Grecko y Juan Castro Gessner el 29 de marzo a las 19 horas, en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) ubicado en Macedonio Alcalá 507, en el Centro Histórico, se informa en un comunicado.

La sinopsis de este filme indica que “en la noche del 26 al 27 de septiembre de 2014, un grupo de estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa fue perseguido, balaceado y dispersado en diversos escenarios de la ciudad de Iguala, Guerrero, y los alrededores. Seis personas murieron, una quedó en estado vegetativo y 43 están desaparecidas.

“Los atacantes fueron miembros de la policía local, que actuaron bajo la vigilancia directa de agentes de corporaciones estatales y federales, y del Ejército mexicano. La investigación, marcada por profundas deficiencias, ha estado dirigida a encubrir cualquier participación de niveles superiores al municipal. Especialmente, se ha querido proteger a los militares, a pesar de que existen numerosos indicios de que varias de sus unidades -en particular el 27º Batallón de Infantería- están involucradas en actos de represión política y en la desaparición de ciudadanos, así como con estructuras de protección al crimen organizado”.

Coizta Grecko, director del documental, estudió Filosofía y Letras en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Ciencias de la Comunicación en la Universidad Iberoamericana. Desde los 16 años empezó a trabajar en documentales, comerciales y cortometrajes. Dirigió los documentales: Huellas sobre huellas, Mariposa monarca y El arco del tiempo del río La Venta, que forman parte de los expedientes para ser considerados Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en París, Francia.

Además, ha participado en la dirección, realización o producción de distintos audiovisuales para la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo México (PNUD México), la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), Televisión Educativa  y Conaculta/INBA.

Témoris Grecko, guionista y productor del documental, es un periodista independiente que ha escrito crónicas y reportajes en distintos países. Ha cubierto conflictos en Libia, Egipto, Irán, Siria, Palestina, Congo y Filipinas y cruzado los desiertos de Asia Central, India y África.

Ha publicado los libros ‘Canás. Francotiradores de la Siria rebelde’, ‘La Ola Verde’ (sobre el conflicto de 2009 en Irán), ‘Asante, África’ (sobre SIDA y la persistencia del racismo en África del Este y del Sur) y ‘El vocero de Dios’ (sobre la extrema derecha católica mexicana).

Es columnista para Esquire (edición para América Latina), colabora regularmente en el semanario Proceso, La Nación (Buenos Aires), El Periódico de Catalunya (Barcelona) y El Confidencial (España), entre otros.

Tiene títulos de licenciatura y posgrado en Comunicación Social y en Ciencia Política por universidades de México (UAM-X, UIA) y España (UAM, UCM) y ha ganado premios y reconocimientos en España, México y Colombia.

‘Mirar morir: el ejército en la noche de Iguala’, corresponde a su primera incursión como productor y guionista cinematográfico.

El productor asociado, Juan Castro Gessner, tiene más de 25 años de experiencia en el medio del cine y la televisión. Ha trabajado como director, editor, sonidista, fotógrafo, guionista y asistente de dirección a nivel nacional e internacional en diferentes proyectos de publicidad, documental y cine ficción.

En 2007, su cortometraje ‘La Venada’, que escribió y dirigió, ganó el concurso de proyectos de cortometraje en IMCINE.

Además, fue parte de la selección oficial en diferentes festivales, como el Festival Latinoamericano de la Habana, (Cuba) y El Festival Internacional de Estocolmo, (Suecia).

En los últimos años se ha dedicado a la realización de documentales sociales y ha trabajado sobre todo con grupos indígenas en la república mexicana.

Fuente de la Noticia:

El texto original de Éste artículo fue publicado por Agencia Quadratín en la siguiente dirección: https://oaxaca.quadratin.com.mx/Presentan-documental-sobre-desaparicion-de-normalistas-de-Ayotzinapa/

 

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México: País imaginario

Escenografía. Desde muy temprano en la vida, quien esto escribe supo de tal oficio en el teatro. Uno de nuestros mayores – en todos los sentidos de la palabra – lo ha ejercido a lo largo de sus años. Cuando ya tuvimos hijos, le pidieron a David que los llevara a una función para saber cómo era su trabajo. El puñado de niños y nosotros ocupamos casi toda la cuarta fila. Al terminar la obra, nos llevó al escenario para que vieran de cerca su quehacer. El más pequeño, desconcertado, dijo: oigan, no son libros de verdad. Tocaba los lomos de los aparentes volúmenes en la también falsa estantería del salón en el que transcurrió la última escena. Son de cartón duro, nada más están pintados. Parecían tan ciertos, remató. Con paciencia, le explicó al pequeño, y a todos, cómo se hacían esas piezas y los llevó a la parte posterior del proscenio donde estaban otros artilugios empleados esa noche. El caso es que parezcan ser lo que tus ojos miran, decía sonriendo, y veas una biblioteca, o una calle, según se necesite para que ocurra la historia. A eso me dedico.

Lo que en el teatro es un arte, parte sustancial de su existencia, suele imitarse para pésimas artes en la política: simular, fingir y engañar. Es muy claro con la visita de Francisco. Valga, como ejemplo sublime, la foto del gobernador Duarte, de Chihuahua, en el penal de Ciudad Juárez. Su abultada presencia en primer plano no oculta lo que quiere mostrar como realidad sin serlo: instalaciones que poco piden a un hotel con muros altos, recién pintados. Hay, al fondo, una torre de vigilancia, es cierto, pero sobresale en la imagen un campanario moderno pues, afirma, la cárcel tiene una capilla donde los reclusos oran a diario, luego de haber pasado su jornada en los talleres impecables de la prisión. Esperamos al Papa con gran esperanza, declara. ¿De veras son así las prisiones del país? ¿Permanecerá así cuando el visitante se retire? La ficción pretensiosa es aberrante, y no el escenógrafo, sino el demagogo, celebra su mentira. Sonríe. El mismo que inició su gobierno de un modo, y lo terminará como próspero banquero.

Durante décadas, en el siglo pasado, cada informe de gobierno en Chiapas daba cuenta de haber asfaltado la carretera que une a San Cristóbal con Palenque, vía Ocosingo. Y claro, de su costo. Al llegar a la desviación para tomar esa vía, los letreros eran nuevos y, hasta donde alcanzaba a verse el camino,  la obra relucía. En realidad, pasada la curva, se terminaba el simulacro: bienvenido a la terracería con más baches y socavones que metros planos. En esos ayeres, llegaba en helicóptero a una comunidad un grupo que montaba la pequeña clínica, prefabricada. Se amueblaba y luego de la inauguración por parte de alguna autoridad, con la misma celeridad la desmontaban para emplearla en otro sitio.

Hace unas semanas, las profesoras de un prescolar en el norte del país escribieron: fíjense que iba a venir el Secretario de Educación a nuestra escuela. No nos avisaron con tiempo, pero alcanzó para organizarnos y protestar por la evaluación tan mala, y a la mala, que están imponiendo. Seguro se habrá enterado porque siempre no vino. ¿Y saben qué? Luego de más de 10 años pide y pide que pavimentaran la calle de la escuela, en la mañana del día que iba a venir estaba reluciente, con chapopote fresco, y árboles en la banqueta. Les alcanzó con el fin de semana. ¿Cómo la ven?

El Papa verá un penal de relumbrón. Hay carreteras concluidas en el papel y clínicas abandonadas. La tele retrata al secretario de educación en escuelas atildadas con premura, o lucidoras: propaganda.

Millones vivimos en otro país que el de la simulación y el oportunismo. Desde ese lugar, sin maquillaje y además laico, sabemos bien que su México no es tal: es una vil mascarada, remedo del tamaño de su cinismo.

Publicado originalmente en  http://www.eluniversal.com.mx/

Se reproduce con autorización del autor y el periódico

 

 

 

 

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Ley protegerá a personas autistas en Yucatán

Por: Reporteros Hoy. 25/03/2016

Para evitar cualquier tipo de discriminación contra niños, adolescentes y adultos que presentan la característica psicológica de intensa concentración en su propio mundo interior, el Congreso de Yucatán recibió este jueves la Iniciativa de reformas a la Ley de Salud en materia de Espectro Autista.

En entrevista, la Presidenta de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, Celia María Rivas Rodríguez (PRI), explicó que con esta propuesta se busca dar cumplimiento a la armonización del marco jurídico local, en concordancia con las reformas federales al respecto.

La Iniciativa que fue turnada a la Comisión de Salud y Seguridad Social, está signada por el Gobernador Rolando Rodrigo Zapata Bello y el Secretario General de Gobierno, Roberto Antonio Rodríguez Asaf.

En otros temas, la LXI Legislatura se dio por enterada de los oficios enviados por los Congresos de Aguascalientes, Morelos y Zacatecas, además aprobó celebrar la próxima Sesión Ordinaria el viernes 18 de marzo a las 11 de la mañana.

Integraron la Mesa Directiva, Marco Alonso Vela Reyes (PRI), presidente, María Marena López García (PRI) y Rafael Gerardo Montalvo Mata (PAN), secretarios.

EN COMISIONES SE DISTRIBUYEN INICIATIVAS

Durante la jornada de este día, integrantes de las Comisiones de Desarrollo Agropecuario, así como la de Salud y Seguridad Social, recibieron las Iniciativas que en días pasados turnó la Mesa Directiva para su análisis.

En Comisión de Desarrollo Agropecuario se distribuyó la propuesta de Reforma a Ley Ganadera y la Ley de Gobierno de los Municipios de la Entidad; Manuel Jesús Argáez Cepeda (PAN), presidente, solicitó la elaboración del cuadro comparativo que apoye en el estudio de la misma.

Son parte de la Comisión, Marco Alonso Vela Reyes (PRI), vicepresidente, Elizabeth Gamboa Solís (PRI), Marbellino Ángel Burgos Narváez (PANAL), secretarios, Evelio Dzib Peraza (PRI), Rafael Gerardo Montalvo Mata (PAN) y David Abelardo Barrera Zavala (PRD), vocales.

En tanto que en la Comisión de Salud y Seguridad Social se distribuyó la Iniciativa por la que se modifica la Ley de Salud del Estado, suscrita por la Fracción Parlamentaria del PRI y la Iniciativa de Ley para la Prevención y Control del Dengue, Chikungunya y demás enfermedades transmitidas por vector, suscrita por la bancada del PAN.

Manuel Armando Díaz Suárez (PAN), presidente, y Daniel Jesús Granja Peniche (PRI), secretario, coincidieron en la voluntad que debe prevalecer en el análisis de ambos proyectos. Se solicitó a la Secretaría General elabore cuadro comparativo y ficha técnica para apoyar la evaluación.

Completan la Comisión, Diana Marisol Sotelo Rejón (PRI), vicepresidenta, Manuel Jesús Argáez Cepeda (PAN), secretario, Evelio Dzib Peraza (PRI), Josué David Camargo Gamboa (PAN) y Marbellino Ángel Burgos Narváez (PANAL), vocales.

Fuente: http://reporteroshoy.mx/wp/ley-protegera-personas-autistas-yucatan.html

Fotografía: henequenales

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Reforma educativa, derecho a la educación y cosmopolitismo

Fuente: webeducar.com/ Marzo 2016/ Un grupo de estudiantes mexicanos ha creado un breve documental que expone los alcances y consecuencias de la reforma mexicana desde su perspectiva.  En OVE nos pareció importante publicar este vídeo para ampliar el conocimiento de nuestros lectores respecto a la reforma educativa mexicana.

Reforma educativa, derecho a la educación y cosmopolitismo

 

 

 

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Evaluación, control y reproducción social

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Contralinea/Por: Lev Moujahid/ 25-03-2016

El debate científico que durante largos siglos se ha hecho sobre la objetividad de la ciencia alcanza las concepciones que se tienen acerca del tema de la evaluación, quizás porque este sea un tópico de relevancia en la sociedad contemporánea, pero también porque efectivamente los fines y usos que de ella se han hecho obligan a adoptar una posición ética y política frente a lo que está sucediendo en nuestro país.

Desde principios del siglo XX, la Escuela Crítica puso de manifiesto que la racionalidad instrumental es heredera de la visión positivista de la ciencia, la cual navega con bandera de imparcialidad ante un mundo que es consecuencia de la dinámica del capitalismo, hoy en franca crisis de viabilidad porque su mecanismo de “desarrollo” desigual se sustenta en el progreso material y económico, selectivo de muy pocos; su crecimiento se hace sobre la base de la explotación humana y el deterioro de la naturaleza.

Según esta perspectiva, se niega cualquier posibilidad de intervención subjetiva; es decir, de interpretación y comprensión de la realidad desde una visión histórica. El sujeto social que se educa y conoce, no puede ser protagonista de su propia realidad, está incapacitado para revertir, reorientar y transformar el devenir de la sociedad capitalista, que se presenta como la única opción posible.

Pretender que la ideología, la intención política y el sentido orientador de las acciones humanas sean parte de los procesos educativos, atentaría contra los principios de la objetividad científica. La lógica matemática es para la ciencia positivista la forma más sublime de representación del mundo: sólo aquello cuantificable es susceptible de alcanzar la cientificidad, lo válido y rescatable para considerarse conocimiento verdadero.

Al adentrarse al campo de la evaluación permea la misma idea, de tal modo que la medición sustituye incluso a la evaluación; para tal razonamiento se requiere un estándar comparable, un instrumento matemáticamente medible, que arroje números y no propuestas, estadísticas y no soluciones, panoramas y no acciones transformadoras.

La evaluación objetiva hace del instrumento evaluador su mayor carta para alcanzar la verdad casi absoluta, ella debe prescindir del sujeto, de sus intenciones y pasiones, porque contaminan y enturbian lo imparcial, lo vuelven subjetivo, entonces la evaluación positivista, convierte a los actores educativos en entes ajenos a su propio hacer pedagógico.

Los intereses, percepciones, vivencias, intenciones, opiniones y condiciones humanas de los actores educativos, son abruptamente soslayadas por la dictadura de la supuesta imparcialidad de los instrumentos de medición evaluativa a los que se les rinde culto, como si no fuesen creaciones humanas; se trata del imaginario instituyente que ha instalado la única verdad aceptada, la que viene de arriba, verticalmente impuesta por las instituciones que hasta han adoptado su carácter “autónomo” frente a las comunidades educativas y ese sólo adjetivo las purifica de cualquier humanidad corrompida.

De vez en cuando la sumisa academia desliza alguna crítica conservadora, al considerar la evaluación como un acto centrado en el currículo, como si el objetivo superior de la educación fuera aprender contenidos seleccionados a priori por un grupo hegemónico; se olvidan que se educa para la vida, para la democracia, la libertad o la justicia, para hacer de este mundo algo mejor para todos. Es ahí donde radica el carácter estratégico de lo educativo, cada paso en ese sendero constitutivo de un nuevo mundo es el que debe ser valorado, evaluado y visto en prospectiva.

La miopía de la evaluación se ha enclaustrado en las mentes herméticas de los funcionarios de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el Instituto Nacional para la Evaluación Educativa (INEE), por tal motivo les parece fundamental que la fuerza creativa y vital de los maestros se suicide para ser capaces de resolver exámenes o, bien, de seguir instrucciones digitalizadas que individualizan la burocratización, controlan y entorpecen el tiempo pedagógico que debe ser socializado con todos los sujetos partícipes de lo educativo.

La evaluación instrumental, de fines puramente pragmáticos y de control social se presenta como un proceso exógeno, que se hace desde fuera de los contextos y de los protagonistas de la educación: cuanto más alejada esté de ellos, será mejor, porque de otro modo empodera, informa, concientiza, organiza y moviliza a estos actores, que no son sólo maestros, también son alumnos y padres de familia; entonces debilitará los mecanismos de sujeción de los grupos hegemónicos.

Esta evaluación está diseñada para fortalecer la gobernanza de una oligarquía a través del miedo constante. La promesa de una educación de fuertes pilares, garante de la movilidad social e impartida por maestros arraigados en añejos imaginarios como el nacionalismo, ahora se fundamenta en la constante incertidumbre. Mientras menos solidez se condense sobre la figura docente, su estabilidad laboral y preparación profesional a través de los procesos evaluativos, mayor es el grado de manipulación que se ejerce sobre la educación y sus principales actores.

La evaluación para el control social la hacen los investigadores del poder, la avalan los hombres de bien, los que entienden que la cultura y la educación son parte de la gran industria del siglo XXI que debe ser privatizada; la aplican y califican técnicos que nada saben de pedagogía, ni de planeación curricular o didáctica y mucho menos conocen el entramado de relaciones que se tejen en la comunidad escolar y su contexto social; pero la padecen, ajenamente a su vida cotidiana, los educadores, los alumnos y los padres de familia, quienes miran danzar cifras y números, como simples espectadores detrás del teatro escolar.

La evaluación crítica no niega el contexto histórico social, por el contrario es parte fundamental para emprender tan compleja tarea educativa, tampoco deslinda al sujeto de la necesidad y su capacidad para pensarse así mismo en la formación de sí como ser humano y su proyecto de vida. La evaluación técnica, instrumental, estandarizada y cuantitativa, de ningún modo puede abstraerse del contexto histórico, la acción y los instrumentos para evaluar son una construcción social cuyos fines pretenden ser ocultados por un sector hegemónico que quiere legitimar su visión dominante, tornándola supuestamente objetiva.

La evaluación, así como el acto educativo y la construcción científica implican una definición frente a la realidad concreta, aun cuando se representen matemáticamente, los fines son construidos predeterminada y deliberadamente por ciertos sujetos que, para nuestro sistema de relaciones de dominación y explotación, no son más que la reproducción del propio orden, es decir, la conservación del estado de cosas.

Una evaluación crítica se pregunta desde los sujetos que somos, desde nuestra geografía y condición social, no puede ser externa, necesariamente es parte de la reflexión sobre lo que consciente y colectivamente se quiere alcanzar a través del acto educativo; la comunidad escolar se autoevalúa por medios horizontales y dialógicos, desde la crítica y la autocrítica. Es por supuesto investigación que propone, transforma y construye nuevas realidades y conocimientos.

La evaluación no puede ser individualista, selectiva, excluyente, clasificadora, punitiva y mucho menos competitiva. Es lectura analítica del pasado, comprensión de la realidad presente que deriva en la toma de conciencia sobre las prospectivas para la proyección utopística de un futuro emancipatorio.

Despedir, intimidar, estresar, denostar, exhibir y clasificar no es evaluar, pero sí son componentes, procesos y resultados de formas de control social, como las que caracterizan a la propuesta regresiva que la SEP se ha empeñado en presentar como evaluación, pero que sólo se ha exhibido como mecanismo de terror educativo.

Lev Moujahid Velázquez Barriga*

*Doctor en Pedagogía Crítica y Educación Popular, miembro de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación en Michoacán

Fuente: http://www.contralinea.com.mx/archivo-revista/index.php/2016/03/13/evaluacion-control-y-reproduccion-social/

Fotografía: contralinea

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