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Mundo: ¿Cómo se evalúa a los maestros en los países con la mejor educación del mundo?

 

«Queremos que se evalúe todo», le decía Eligio Hernández, un maestro mexicano de 31 años, a BBC Mundo.

Todo, no solo a ellos.

Y es que, como él, miles de profesores en México se niegan a ser evaluados, una medida incluida en la reforma educativa que el gobierno promulgó en 2013 y que hoy está bloqueada y ha causado violentas protestas, la última este fin de semana en Oaxaca.

Pero no sucede sólo en México. Docentes de otros países también han mostrado su rechazo a este tipo de iniciativas.

Así ocurrió por ejemplo en Chile, antes de que en 2006 se aprobara una medida similar.

Sin embargo, «la mayoría de los países con buenos resultados educativos evalúa a sus profesores», subraya a BBC Mundo Cristián Cox Donoso, experto en estrategia docente de Oficina Regional de Educación de la Unesco para América Latina y el Caribe.

Obligatorio y formal en los asiáticos

Es el caso de Shanghái, Singapur, Hong Kong y Japón, quienes encabezan el más reciente informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA), para el que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) compara el desempeño en matemáticas, ciencia y lectura de medio millón de alumnos de 15 años en 65 países.

En Shanghái los criterios de evaluación de maestros se establecen a nivel nacional.Image copyrightGETTY IMAGES
Image captionEn Shanghái los criterios de evaluación de maestros se establecen a nivel nacional.

En Shanghái, como en el resto de la República Popular China, existe un complejo sistema destinado a medir la calidad de sus profesores.

Los criterios generales se establecen a nivel nacional, se detallan a nivel local y es cada escuela la encargada de llevar a cabo las evaluaciones.

En éstas se mide también «la integridad profesional o los valores« del maestro, no sólo sus habilidades y capacidades.

El proceso incluye la autoevaluación, cuestionarios a los colegas, a los alumnos y a los padres, y tiene en cuenta también los premios que el docente haya podido recibir y los resultados académicos de sus alumnos.

Y los resultados van directamente al gobierno central.

«El reto en China es redefinir el sistema para hacerlo más científico», escribe Vivien Stewart como una de las conclusiones de la cumbre de la profesión docente, organizada por la Sociedad Asia en 2013.

Además de asesorar a esa organización dedicada a estrechar lazos entre Asia y Occidente, Stewart es autora de «A World-Class Education: Learning from International Models of Excellence and Innovation» (Educación de primer nivel: aprendiendo de modelos internacionales de excelencia e innovación).

Son muchos los aspectos que se tienen en cuenta en los países asiáticos a la hora de evaluar a cada profesor.

En el informe también se hace referencia al sistema de evaluación de maestros de Singapurllamado Sistema de Gestión de la Mejora del Rendimiento-, otro de los países en los primeros puestos del informe PISA.

En este país asiático la evaluación es obligatoria desde 2005 para todos los maestros, quienes deben someterse a ella cada año.

Se lleva a cabo en cada centro escolar, y tiene en cuenta no solo los resultados académicos de los alumnos, sino también las iniciativas pedagógicas que el maestro pone en marcha, las contribuciones a sus colegas y su relación con los padres de los alumnos y con las organizaciones comunitarias.

Asimismo, el maestro debe trazar su propio plan para el curso, que será revisado por el director o el subdirector en tres momentos del año.

De la misma manera, en Japón cada maestro establece sus objetivos junto con el vicedirector y el director al principio del año, y al finalizar el curso evalúa hasta qué punto los ha alcanzado.

Los resultados académicos de los alumnos son sólo una parte de la evaluación docente.

Durante el curso las lecciones son supervisadas por grupos de profesoresy en algunos casos por investigadores y políticos vía video, quienes deben analizar cómo planificó las clases el maestro, qué objetivos concretos logró con ellas, qué dificultades tuvo y en qué se equivocó.

En Hong Kong las escuelas también llevan a cabo evaluaciones anuales, que luego son revisadas entre cada tres y seis años por el gobierno.

Informales y basados en la confianza

Pero no todos los sistemas de evaluación docente se definen a nivel nacional ni son tan formales.

En Finlandia, un país que ha perdido posiciones en los últimos informes PISA pero que sigue siendo un importante referente educativo a nivel internacional, la manera de medir el desempeño de los profesores es mucho más informal.

¿Dejó Finlandia de ser el mejor sistema de educación del mundo?

Fue a principios de la década de 1990 cuando este país del noreste de Europa abolió el sistema de inspección escolar, y hoy la evaluación se lleva a cabo en cada centro, en base a conversaciones entre el propio maestro y su director.

En Finlandia el sistema de evaluación docente es más informal y se basa en la confianza.

«Es un modelo basado en la confianza», matiza Paulo Santiago, analista de la Dirección de Educación y Capacidades de la OCDE.

Pero no hay un sistema que sirva de referente para todos, coinciden los expertos consultados por BBC Mundo.

«Hay que adaptarlo al contexto», subraya Santiago.

Además, depende del objetivo de tengan las evaluaciones; esto es, de si su fin es medir la calidad de la enseñanza en cada aula e identificar a aquellos maestros que no desempeñan su labor como deberían, o de si el objetivo es ofrecer una crítica constructiva a los docentes para que avancen en su carrera.

Aunque para que un modelo de evaluación funcione, los expertos concuerdan en que debe cumplir con las siguientes características: los estándares de medición deben estar bien establecidos, los maestros deben conocerlos y quienes los evalúan deben estar bien formados.

Panorama latinoamericano

Chile evalúa a sus profesores desde hace una década.

En América Latina el país que lleva más años evaluando a sus maestros es Chile.

La medida «se aprobó en 2006 tras una larga negociación con los sindicatos y ahora, con la promulgación de la Ley de la Carrera Docente este año, no sólo se evaluará a los maestros del sistema público, sino también a los demás«, explica a BBC Mundo Cristián Cox Donoso, experto en estrategia docente de la Oficina Regional de Educación de la Unesco para América Latina y el Caribe.

El proceso incluye la revisión del portafolio del maestro, que incluye documentación sobre una unidad didáctica y la grabación de una clase de 40 minutos, una autoevaluación, las conclusiones de una entrevista con un evaluador e informes de referencia del director o subdirector.

Un sistema informático gestiona todos estos datos y a partir de ellos calcula el desempeño docente.

El informe es remitido a la Comisión Comunal de Evaluación, quien finalmente determina si los docentes pueden pedir un incentivo monetario, seguir ejerciendo hasta ser reevaluados o realizar un Plan de Superación Profesional para mejorar en las áreas que así lo requieran.

Profesora y alumnos

Y si el docente no mejora en las siguientes evaluaciones, entonces puede ser obligado a dejar de ejercer.

Además de Chile y del polémico planteamiento de México, en la región Colombia también ha puesto en marcha un proyecto piloto de evaluación docente y Perú llevó a cabo el primero proceso 2015, informa Cox.

«La política de profesionalización docente supone inevitablemente implementar la evaluación de maestros», concluye el experto.

«Aunque ésta no puede ser estandarizada», añade, algo que también reclaman los combativos maestros de México.

Fuente de la Noticia:

http://www.bbc.com/mundo/noticias-36591625

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Del otro mundo posible… al otro mundo necesario

Por: Sergio Ferrari

A menos de dos meses de su inicio el próximo 9 de agosto en Montreal, Canadá, el Foro Social Mundial (FSM) transita la cuenta regresiva. El sueño que arrancó en 2013 cuando un grupo de organizaciones sociales propusieron realizarlo en ese país norteamericano se plasmó en marzo del 2015 en Túnez, cuando el Consejo Internacional confirmó la candidatura. Desde el inicio, centenas de personas, en su mayoría jóvenes militantes asociativos y sociales, “viven ya el foro como un proceso en marcha, buscando ser horizontales en el funcionamiento, equitativos en la participación, autocríticos en la gestión. Respetando nuestras diferencias, rechazando personalismos…es decir tratando de encarnar los valores del Otro Mundo Posible”, explica Carminda Mac Lorin, joven militante social y una de las pilares del Colectivo de Organización del FSM 2016. Convocatoria altermundialista que por primera vez desde su nacimiento en 2001 en Porto Alegre, Brasil, se realizará en un país del Norte.

“A pesar de que queda todavía mucho para hacer, preparar y organizar, nuestro entusiasmo es enorme, con la adrenalina que aumenta cada día en la medida en que nos acercamos al día de la apertura”, reconoce Carminda Mac Lorin.

En los últimos meses, el Colectivo estuvo presente en diversos eventos. Entre ellos en la COP 21 alternativa en París de noviembre-diciembre del 2015; en el Foro Social Mundial Temático de Porto Alegre en enero del 2016 y en el 1er Foro Social Mundial Temático contra lo nuclear civil y militar, que se realizó en Tokio y Fukushima en la última semana de marzo del año en curso . Y ha realizado viajes a India, Taiwán, Brasil y Estados Unidos, entre otros países, para promover el evento de Montreal.

“En todas partes encontramos gran apoyo y entusiasmo compartido. Y recibimos la promesa de mucha gente de venir a Canadá en agosto” explica Mac Lorin. Enfatizando que el esfuerzo realizado en Asia intenta acercar esa realidad continental, hasta ahora un poco distante de la dinámica del FSM. Una señal muy positiva es que los promotores del Foro Social Antinuclear decidieron convocar su segundo encuentro en Montreal, en el marco del FSM 2016. “Una forma muy concreta de reforzar sinergias y evitar dispersiones”, señala la joven organizadora canadiense.

Preparativos prácticos

A pesar que las “trabas” para la visas especialmente de los representantes de países del sur no han podido resolverse estructuralmente y no se han podido lograr las mismas facilidades oficiales de las que beneficiaron los invitados en los Juegos Panamericanos de 2015, existe un Grupo de Trabajo que intenta facilitar la solicitud de las mismas y extiende cartas de invitación a quienes lo demandan. “No siempre es fácil esta tarea de acompañamiento y apoyo migratorio. Son muchas las personas que solicitan la visa no tanto para participar en el FSM sino por motivos humanitarios para radicarse en Canadá”, explica Mac Lorin.

A nivel financiero, el pago anticipado de una buena parte de las pre-inscripciones, (ndr: en torno a 8.000 hacia mediados de mayo) constituye una base material que da un cierto desahogo a los organizadores, que se proponen lograr la mayor autonomía posible a nivel de recursos. “Hay diversos proyectos que hemos presentado a distintos niveles institucionales y que esperan una respuesta a corto plazo”, explica Mac Lorin. Al mismo tiempo, se continúan los contactos de alto nivel con las autoridades políticas canadienses que “ven con muy buenos ojos la realización del FSM en Montreal”.

En cuanto a la cobertura mediática local e internacional, Mac Lorin señala “que el foro comienza a despertar un cierto interés…que irá aumentando en cuanto nos aproximemos a agosto, como es natural, ya que los medios priorizan en su agenda la inmediatez temporal y por el momento perciben como un poco lejana nuestra convocatoria”.

Se precisan los contenidos

Los 13 ejes temáticos -que englobarán las 1500 actividades previstas- (https://fsm2016.org/sinformer/axes-thematiques-2016/) fueron el resultado de un trabajo de reflexión local y amplia consulta internacional “in situ” y por Internet –en tres seminarios internacionales extendidos- que ocupó seis meses, entre octubre del 2015 y marzo del 2016.

A pesar de esa oferta de contenidos, ciertas temáticas se perfilan ya como particularmente esenciales en la convocatoria de Canadá, según la reflexión de la joven activista del Colectivo de Organización. “La migración, es decir las condiciones del movimiento humano en la tierra, será central”, en un planeta donde cada vez se alzan más muros excluyentes de todo tipo.

La ambiental, en su visión amplia, ocupará un espacio clave de las reflexiones en Montreal, dándole continuidad a las sinergias que se vivieron con los promotores de las actividades alternativas de la COP 21 en París a fines del año pasado.

La vivencia-realidad de los pueblos indígenas, autóctonos, imprimirá también su sello en esta próxima edición, tratando de retomar la diversidad de los aportes de muchas comunidades, con sus propias cosmovisiones y percepciones sobre el buen vivir. “Está previsto que la marcha de apertura el 9 de agosto sea encabezada por los pueblos originarios”, señala Carminda Mac Lorin. Quien recuerda que en abril pasado, para el Día de la Tierra, se realizó ya un primer evento simbólico de acogida del FSM promovido por la comunidad autóctona y con una emotiva participación de refugiados sirios”.

La diversidad de género y el rol de la juventud, estarán presentes como ejes transversales en todo el FSM 2016. “Será un foro que retomará las experiencias de lucha en Quebec y en nuestro país de los últimos años, una experiencia diferente y un éxito total”.

¿Se puede cuantificar la potencial presencia en el FSM? “Estamos convencidos que habrá una fuerte participación ciudadana. Nuestra capacidad de convocatoria tiene una raíz en las movilizaciones sociales que vivimos en Canadá desde el 2012 en adelante, cuando protagonizamos nuestra propia primavera. Quebec es un territorio de resistencia al neoliberalismo”, enfatiza.

Los organizadores están convencidos que hay mucha gente consciente sobre las grandes problemáticas que confronta el planeta. Y que apuesta de una manera u otra a participar en la búsqueda de soluciones y alternativas. “Y aunque no tenemos la bola mágica para indicar cifras seguimos convencidos que podemos movilizar en torno al FSM entre 50 mil y 80 mil personas, y unas 5000 organizaciones”, subraya. Los objetivos iniciales de los organizadores contemplan 1200 actividades auto gestionadas, 300 culturales, 135 asambleas de convergencia, diversos espacios, entre los cuales el sindical, así como una quincena de grandes conferencias, con participación de personalidades internacionales.

Otro mundo necesario”

“Queremos recordar en Montreal en agosto que el paradigma norte-sur está cambiando en este sistema globalizado. Hay norte en el sur y hay sur en el norte. Existe un sistema que es transversal, neoliberal, capitalista y que produce efectos nefastos tanto en el sur como en el norte”, enfatiza Carminda Mac Lorin en su reflexión final. Y la misma se encarna en su propio perfil existencial: hija de madre salvadoreña y padre francés, su vida en Canadá, su diversidad lingüística, su militancia asociativa y su apertura cosmopolita le dan sobrados fundamentos a pesar de sus 33 años.

Y ratificar que más que nunca es fundamental socializar las experiencias de resistencias que se dan en todas partes del planeta. No importa el hemisferio geográfico.”Asegurando que los movimientos sociales, la ciudadanía planetaria, salga reforzada en sus confluencias, en sus sinergias, sus agendas y sus utopías”.

La nueva realidad política mundial, el reforzamiento del sistema hegemónico, nos empujan a cambios en “nuestros propios paradigmas. De nuestra consigna de Otro mundo posible, podemos y debemos avanzar hacia el concepto de Otro Mundo necesario, y juntos es posible construirlo”, concluye.

El FSM visto por sus organizadores

El Foro Social Mundial (FSM) es el mayor espacio de la sociedad civil para encontrar soluciones a los problemas de nuestro tiempo. Iniciado en 2001 en Brasil, el FSM reúne en cada una de sus ediciones a decenas de miles de participantes en más de un millar de actividades (talleres, conferencias, espectáculos artísticos…) sobre diversos temas (desarrollo social, economía solidaria, medio ambiente, derechos humanos, democratización…). La carta de principios define las grandes orientaciones del FSM, sus valores y sus reglas básicas de funcionamiento (https://fsm2016.org/es/sinformer/a-propos-du-forum-social-mondial/).

El FSM 2016 pasará a la historia como el primer evento de este tipo que se celebra en un país del norte. Desde su inicio en Porto Alegre, el FSM ha tenido lugar únicamente en países del hemisferio sur (América Latina, Asia y África). Ahora bien, existe un sinnúmero de alternativas que florecen a nivel local en todo el mundo para construir comunidades más cohesionadas y respetuosas del ser humano y de los límites del planeta. El reto es reunir a estos agentes de cambio más allá de la oposición Norte-Sur, que les permita discutir, hacer conocer sus reivindicaciones, sus iniciativas y sus proyectos de acción para alimentar una dinámica positiva de cambio. Pensar global y actuar local.

Somos un colectivo abierto iniciado por una docena de personas que participan en diversas redes activistas y organizaciones, grupos comunitarios, espacios culturales y académicos. Este colectivo lanzó una reunión consultiva el 5 de mayo de 2013, con el fin de ampliar el debate sobre la pertinencia y viabilidad de un Foro Social Mundial en Montreal. Hemos iniciado un proceso de reflexión y movilización, pero creemos firmemente que la idea del Foro Social Mundial tiene que ser llevada por una amplia comunidad.

Nos sentimos inspirad@s por el deseo de multiplicar los espacios que promueven la horizontalidad, la transparencia y la apertura, percibirlos como palancas en la lucha por la dignidad humana y el medio ambiente. Somos conscientes de los diversos desafíos que rodean la celebración del Foro Social Mundial en Montreal. Pero también estamos muy entusiasmad@s con la idea de ver a la sociedad civil local, regional y mundial dialogar y llegar a múltiples consensos a través del proceso del Foro Social Mundial. Creemos en el potencial de nuestra contribución colectiva en este proceso, y deseamos apoyar a las luchas globales por la justicia social y ambiental.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=213416&titular=del-otro-mundo-posible%85-al-otro-mundo-necesario-

Fuente de la Imagen: https://cnho.files.wordpress.com/2011/05/fsm.jpg

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La educación en valores: Avatares del currículum formal, oculto y los temas transversales

Por: Ángel Díaz Barriga

 

La formación en valores es un tema que ha reclamado la atención de los especialistas en educación en los últimos años. Ante un deterioro generalizado de múltiples comportamientos que se observan a todos los niveles de la sociedad: agresiones entre grupos étnicos, manifestación de inconformidad social que va más allá de lo aceptable para una sana convivencia social, diversas formas de violencia real y simbólica en el trato entre personas, entre familiares y en el ámbito escolar, se ha cuestionado hasta dónde corresponde a la escuela y a los proyectos curriculares impulsar con mayor fuerza la formación en valores. En este ensayo se examina cómo se ha abordado esta temática en el pensamiento histórico de la didáctica; al mismo tiempo se analiza cómo la formación en valores más que responder a un tema cognitivo, se encuentra vinculado a la dinámica de los afectos y no sólo requiere del conocimiento racional de los principios y normas, sino que se necesita fincar en las actitudes. En un tercer momento se analiza la forma en la que este tema se ha planteado en los desarrollos recientes del campo curricular.

La formación en valores constituye uno de los temas que ha llamado la atención en las últimas décadas en el debate educativo. Esto es el resultado de la toma de conciencia por parte de la sociedad y de los mismos responsables de la política educativa de una crisis de valores en el seno de la sociedad. La transmisión tradicional de valores de la generación adulta a la joven, reconocida por Durkheim y que la «escuela podía relativamente armonizar dentro de sus muros» (1976, p. 98), experimenta una ruptura, similar a la que han padecido las economías locales por los procesos de globalización. Esa ruptura es el resultado de la invasión de las tecnologías de la comunicación y de las nuevas tecnologías de la información, los programas de televisión, los nuevos centros de reunión en particular de los jóvenes —los antros—, que pregonan un pragmatismo exacerbado, un estado de «placer» o «satisfacción» inmediato y una visión de lo útil. Estos espacios tienen mucho mayor capacidad para promover diversos patrones de comportamiento entre la juventud, que los que se derivan del ambiente tradicional escolar cerrado por un aula con un pizarrón enfrente, así como del conjunto de la tradiciones que conforman la cultura escolar.

Es importante reconocer que aun cuando el tema de los valores ha cobrado relevancia en la actualidad, no es un tema nuevo en el debate educativo, ya que las distintas visiones de la educación han tenido posiciones muy claras al respecto. Un acercamiento a tres autores, que han desempeñado un papel fundamental en la estructuración de la disciplina educativa: Comenio, Herbart y Dewey, permite afirmar que el proyecto educativo siempre estuvo enlazado a un tema de valores. Esto es, en todos los casos se negaron a que se considerase la educación como instrucción.

Los valores en la historia del pensamiento educativo y el reto actual para la educación

En la crisis del pensamiento cristiano del siglo XVI, con el surgimiento de la reforma radical (Yoder, 1976), Comenio, doctor en Teología y pastor protestante elabora una propuesta para la didáctica. Con ella se inaugura la era escolar que conocemos, centrada en la exposición ante un auditorio, el trabajo con el libro de texto y el uso del material didáctico; que además plantea un conjunto de recomendaciones explícitas sobre el tema de los valores. Algunos de ellos guardan relación con dichos clásicos como: «árbol que crece torcido jamás se endereza» y otros, específicamente en su capítulo sobre disciplina, Comenio se refieren a la recomendación al educador de sancionar todas aquellas faltas que se relacionan con la moral. Este tema fue objeto de discusión previamente por los jesuitas en 1594, en su Ratio studiorum (Labrador, Diez et al., 1986), y por Juan Bautista de la Salle en varios de sus trabajos, en particular la Guía de las escuelas cristinas, editada en 1702 (1900).

Dos siglos después, ya en el marco de la filosofía moderna, Herbart (1983) replantea el tema desde una perspectiva de la formación integral. En 1806 formula dos preguntas fundamentales para discutir esta cuestión. La primera es «¿de qué le sirve a un estudiante aprender matemáticas, si al mismo tiempo pierde la posibilidad del placer estético?» (Herbart, p. 156). Este planteamiento indudablemente se encuentra en la perspectiva de la formación humanista, al tiempo que se vincula con un plano ético subyacente a toda estrategia educativa.

De esta manera, interroga sobre el derecho que asiste al educador para «elegir e imponer unos valores» a un niño que todavía no está en la edad de «optar racionalmente por ellos» (Herbart, 1983, p. 42). Así, Herbart expresa:

El arte de turbar el sosiego de un alma infantil, de apoderarse de ella por la confianza y el amor para oprimirla y excitarla (…) y agitarla antes de tiempo, sería la más odiosa de todas las malas artes, si no se propusiera alcanzar un fin que sirviese de disculpa a tales medios ante los mismos ojos de aquel cuyo reproche es de temer. —Tú me lo agradecerás algún día— dice el educador al niño que llora y, realmente, sólo esta esperanza puede disculpar las lágrimas que arranca (Herbart, 1983, p. 41).

Hoy sabemos que esas lágrimas no son sólo físicas. En este autor aparece, con claridad, la triada que acompañará el desarrollo de la educación: formación de conceptos (instrucción), desarrollo de la sensibilidad ante lo estético y la formación en valores. El tema de los valores adquirirá distintos énfasis en cada una de las épocas posteriores y en cada contexto nacional.

Un siglo después, en los albores de la sociedad industrial, dos autores: Durkheim, en Francia, y Dewey, en Estados Unidos, enfatizan los valores de una educación centrada en los procesos de ciudadanía, desarrollo industrial y progreso. Los procesos sociales con los que culminaba el siglo XIX se traducían, en el plano educativo, en diversos decretos que expedían los Estados nacionales en Europa, por medio de los cuales se empezaba a conformar el sistema educativo nacional —como un sistema de educación primaria, fundamentalmente— y se configuraba lo que sería la educación pública: obligatoria, gratuita y laica.

De cara a estos sistemas educativos Durkheim y Dewey asignaron a la escuela el papel de formar al ciudadano para la democracia y para el progreso. En los conceptos de Dewey (1859/1952) la moralidad —como conducta responsable— va íntimamente asociada a la democracia. Pero ésta se construye desde abajo, esto es, desde la educación (Apel, 1979). Por ello, el funcionamiento de las escuelas debe concebirse como la introducción en el mundo de la experiencia infantil de la vivencia de la democracia; «la educación no puede considerarse instrumento democratizador sin afirmarse antes en la democracia» (p. 109).

Esta confianza en la democracia tiene como elemento asociado a la educación para la libertad y para el progreso. Así ciudadanía tiene sentido a través de estos tres aspectos intrínsecos a la educación: democracia, libertad y progreso (individual y social).

Por su parte Durkheim enfatiza el papel de la educación en la socialización. Uno de los primeros cursos que dio en París fue el de Educación Moral, en el cual establecía que así como en la fisiología existen límites, también las «sociedades requieren de un límite que regule y ordene la actividad del hombre» (Durkheim, 1976, p. 17), y la disciplina escolar debe crear en el alumno esta necesidad de autolimitación. Además, es ampliamente conocida su concepción de la educación como transmisión de valores de la generación adulta a la nueva, con la finalidad de que con el tiempo ésta los recree para volverlos a transmitir a la siguiente generación. El autor reconoce, como muchos otros, que la educación responde a cada época; así, expresa que en el medioevo no podían realizar un libre examen de las ideas, porque no se podía ir más allá de lo que la sociedad permitía: «No existe ningún hombre que pueda hacer que una sociedad tenga en un momento dado un sistema de educación diferente de aquel que su estructura supone» (Durkheim, 1979, p. 103).

Por otra parte, la crisis social tiene expresiones cada vez más radicales en el conjunto de la sociedad: los aviones que derribaron las torres gemelas y el nuevo esquema que impuso Estados Unidos al mundo bajo su concepto de «guerra preventiva» (guerra de Irak), los actos terroristas en la terminal madrileña de Atocha, los ataques judíos a zonas palestinas y las masacres que estos últimos provocan al inmolarse; o bien, en México los macheteros de Atenco o los desnudos de los 400 pueblos. Todo ello es una cara de la magnitud de la crisis social que enfrenta la humanidad al inicio del nuevo milenio, así como una expresión de los grandes problemas que encara la sociedad para promover un conjunto de valores: respeto a la vida, respeto a la diferencia, respeto a la persona, entre otros.

De igual manera, el papel que los medios de comunicación está desarrollando para crear una nueva forma de expresión cotidiana, en donde lo lúdico se reemplaza por el morbo, las relaciones personales son expuestas como reality show, el placer como parte del goce se transforma en una especie de acto bacanal; la problemática de los fines se reemplaza por un pragmatismo inmediatista que cada vez demanda más: sentirse hoy feliz, contento, efusivo; el mañana no importa. En todos estos casos los estudiantes «viven» una promoción de valores y de antivalores que van en sentido contrario a los que se busca promover en la intención escolar (Rey, 1999). En este caso, el medio es el masaje y esta forma de comportarse va esculpiendo elementos básicos de la personalidad de los sujetos en formación.

La crisis de valores también atraviesa la escuela. La Comisión de los Derechos Humanos (2004) en México ha presentado recientemente un informe sobre las agresiones de los docentes hacia los estudiantes, que los medios de comunicación definieron como «la letra con sangre entra».

No podemos desconocer que en el modelo de la didáctica clásica (la llamada escuela tradicional), el docente es concebido como un modelo valoral para el estudiante. El alumno se enfrenta a un serio problema ante algunos comportamientos de los docentes. Esto se observa en particular en América Latina, ante la proletarización de la profesión docente, ya que nos encontramos con profesores cuyo vocabulario y presencia física dejan mucho que desear. Al mismo tiempo, los docentes en todos los países de la región han tomado la calle para protestar por sus condiciones de vida. Si bien, en abstracto esta práctica puede tener elementos formativos —defensa de derechos profesionales que son pisoteados—, en ocasiones esas marchas rebasan todo control para convertirse en verdaderos actos vandálicos: el rompimiento de vidrios de edificios públicos, la toma de casetas de cobro en las carreteras, etcétera.

Cuando se rompen las normas de convivencia social se crea un conflicto profesional y ético que no es fácil de resolver. En primer lugar, porque el docente asume la identidad de un empleado y de un obrero, abandonado la identidad profesional que buscaba conquistar —esa fue la lucha para pasar de la perspectiva religiosa de la docencia a una profesional— y, en segundo término, pierde toda autoridad moral para exigir a sus alumnos que tengan un comportamiento adecuado a determinado código social.

En estricto sentido, siguiendo algunas tesis posmodernas, podemos afirmar que el niño y el joven de hoy se enfrentan al problema de los valores en modelos profundamente divididos. Viven una ruptura entre lo que se dice en el texto escolar, en la recomendación de padres y maestros y la vida social cotidiana. Realidad escolar, realidad social nacional e internacional y tecnologías de comunicación y de la información promueven una «esquizofrenia valoral» que explica parcialmente las crisis de las nuevas generaciones. Una esquizofrenia que en el lenguaje educativo debe (y se supone que puede) ser saldada, a través de la acción escolar. El reto es enorme, las posibilidades son más modestas.

Formación de valores, dinámica de los afectos

Dada la complejidad de elementos que constituyen la formación valorar, ésta tiene que ser objeto de otro tipo de aproximaciones, más allá de los planteamientos didácticos. Distintas perspectivas psicológicas permiten establecer que en la adquisición de los valores acontece una dinámica similar a la existente en el desarrollo de los afectos.

Cuando el psicoanálisis aborda el problema de los afectos (emociones) descubre que éstos operan en una dinámica que permite al sujeto sentirlos y vivirlos, pero el problema surge cuando pretende describirlos. En ese momento el lenguaje que se emplea cotidianamente (construido para describir procesos racionales) no alcanza a dar cuenta de dinámicas que tienen otra escritura. Acontece igual que cuando se busca traducir una expresión cultural, cuyo significado se puede reconocer con claridad en otro idioma. Este es el problema que enfrentan los traductores al buscar comunicar una idea que tiene estas características, por ejemplo, al afirmar en México «es un escuincle». Los vocablos existentes en otros idiomas (child, enfant) dan una idea quizá cercana o aproximada, pero no logran transmitir la connotación original de la expresión utilizada. Lo mismo sucede con expresiones vinculadas con lo afectivo «estoy feliz» o «estoy triste»; manifiestan un estado emocional, pero no es fácil describirlo, puede haber felicidad con llanto y tristeza con risa.

La expresión que utiliza Devereux (1977) al referirse al inconsciente puede ayudar a comprender parte de este problema»

Todo sistema de pensamiento más lógico y científico tiene un significado subjetivo para el inconsciente de la persona que lo crea o adopta. Todo sistema de pensamiento nace en el inconsciente, a manera de defensa contra una angustia y la desorientación; se formula primero afectivamente, más que intelectualmente, y en el (ilógico) ‘lenguaje del inconsciente’ (proceso primario). Si entonces se advierte que la fantasía hace disminuir la angustia y la desorientación, se traspone del inconsciente al consciente y se traduce del lenguaje del proceso primario al del proceso secundario, que es más lógico y más orientado a la realidad (p. 44).

Es factible afirmar que en el caso de la formación de valores acontece esta doble situación. Los valores al formar parte de la persona se integran a su personalidad.

Por ello, una falta o violación a un valor puede provocar comportamientos de irritabilidad. Entonces están formulados en otro código, un «lenguaje primario» en el sentido psicoanalítico. Cuando se traducen al plano racional —quizá la ética sea una expresión muy clara de ello— se convierten en el lenguaje lógico, que no necesariamente se encuentran integrado al sujeto.

Por ello, no queda muy claro cómo llevar adelante, de manera consistente, algunas propuestas que emanan del constructivismo, para promover la formación de valores a través de las discusiones entre escolares, sobre problemas sociales específicos y los comportamientos que se pueden asumir frente a ellos. En el plano racional y en el ámbito escolar, los estudiantes pueden concluir sobre un deber ser frente a los derechos humanos y frente al medio ambiente, y al salir al patio de recreo o al salir de la escuela, ser actores de comportamientos diferentes.

El alumno puede descubrir que la escuela exige de él un discurso, el cual puede estar lejano de aquello que verdaderamente integra su personalidad. Percibe con toda claridad en el mundo adulto lo que en psicología se denominan dobles mensajes: uno sobre cómo se debe actuar y otro sobre una actuación (de padres de familia, docentes y diversos actores sociales: comediantes, locutores, actores, políticos) que camina exactamente en sentido contrario a lo afirmado. Entonces el valor es un enunciado y no un elemento constitutivo de su personalidad.

Esta discusión finalmente regresa a la problemática del movimiento de escuela tradicional, en el que se reivindica el papel de los modelos. El estudiante necesita estar frente a éstos, ya que, aunque suene muy duro, es necesario aceptar que la formación de valores es silente y se da en la actuación, no en el adoctrinamiento.

El tratamiento de los valores en el debate curricular

Podríamos afirmar que en los desarrollos actuales del campo del currículo existen tres aproximaciones para analizar el problema de la formación en valores: La perspectiva del currículo oculto, la propuesta constructivista y la estrategia de la elaboración de temas transversales en el currículo.

  1. a) Discusiones en relación con el currículo oculto

Su origen data de finales de los años sesenta, cuando Phillip Jackson publicó La vida en las aulas (1992). Este texto constituyó un significativo aporte al debate curricular, al mostrar que en la interacción escolar que acontece en el aula se promueven una serie de resultados no intencionados. Pero estos resultados no fueron previstos por la institución o el docente y tampoco había una conciencia de lo que se estaba formando en los alumnos. A tales aprendizajes, que guardan una estrecha relación con la esfera de lo valoral y actitudinal, se les llamó currículo oculto. Para Jackson este tipo de currículo es una forma de socialización y adaptación a la escuela y a la sociedad. La asistencia de los estudiantes durante periodos largos, apoyada en la autoridad del maestro, en los mecanismos de evaluación estructura formas determinadas de comportamiento en los estudiantes, las cuales son paulatinamente internalizadas.

En varias ocasiones hemos insistido que el concepto de Jackson se vincula con acciones escolares sobre las cuales no se puede tener un control. Ello nos llevó a diferenciar el currículo oculto del currículo en proceso (Díaz Barriga, 1995). El primero, va más allá de las intenciones escolares explícitas, porque precisamente da cuenta de aquello sobre lo cual el docente y la institución escolar no tienen una intencionalidad consciente.

En estricto sentido el currículo oculto es un buen objeto de estudio, porque permite dar cuenta de esos procesos de socialización que se llevaron a cabo en la realización de la acción escolar. Da cuenta, precisamente, de aquellos que no son intencionados, aunque su efectividad no se puede negar.

En general el aprendizaje de valores (en su núcleo afectivo y actitudinal) guarda una relación estrecha con el currículum oculto. En este punto se requiere ser enfático, el curriculum oculto tiene una estrecha relación con lo que se actúa, más que con la información de qué se dice. En muchas ocasiones la actuación, los códigosempleados en la comunicación, las formas de decir o afirmar una cosa no necesariamente convergen con lo que se dice en el plano explícito. Por ejemplo: se puede hablar de democracia, tolerancia, respeto a los demás, como valores explícitos en un plan, programa o una sesión de trabajo escolar y establecer que la democracia es un contenido de una unidad temática de trabajo; pero al mismo tiempo, en el conjunto del contexto escolar, aunque no necesariamente en la misma sesión donde se abordan tales contenidos, alguien puede actuar de manera intolerante, autoritaria o sencillamente dejar hacer (el laissez-faire). Esas actuaciones de diversos actores de la comunidad escolar, responden a concepciones nucleares que tiene un sujeto (o una institución escolar) y son percibidas por los estudiantes, pero su percepción se realiza en un plano distinto al consciente y que es mucho más eficaz.

El debate entre el currículum oculto y la perspectiva psicoanalítica de la formación en valores se pueden enriquecer en la tarea de explicar cómo acontece este proceso en el sujeto.

  1. b) Las perspectivas de los constructivistas

Las actuales perspectivas de los planteamientos constructivistas referidos al currículo tienen su antecedente en un autor que no pertenece a esta escuela de pensamiento: Bloom (1977). A principios de los años cincuenta, con la finalidad de clarificar los resultados de aprendizaje que se esperaban de los estudiantes, este autor elaboró su primera taxonomía del aprendizaje, estableciendo un modelo de logros en el plano cognoscitivo, afectivo y psicomotor.

La idea de que se pudiera hacer una disección y clasificación de los aprendizajes resultó ampliamente seductora, y hacia 1964 Bloom la materializó en una clasificación de los llamados aprendizajes afectivos. El problema para promoverlos y reconocerlos creció mucho. Tensó las relaciones pedagógicas al pensar que se puede establecer un currículo para contenidos cognoscitivos y psicomotores y otro para afectivos, dificultó los procesos de calificación (acreditación de un curso), pues se llegó a interpretar que el estudiante que mostrara algunos de estos comportamientos podría tener derecho a uno o dos puntos extras, o que nadie podía tener la calificación más alta mostrando sólo el dominio de la información que se promueve en un programa escolar. En el fondo este es el origen de varias prácticas docentes actuales, en las cuales los profesores consideran que se debe recompensar con calificación el esfuerzo que los estudiantes realizan a lo largo del curso escolar, a pesar de que no manifiesten los suficientes logros en el campo del conocimiento.

Posteriormente, en la década de los ochenta los constructivistas retomaron estos acercamientos para realizar nuevas formulaciones. Una de las más destacadas es la de Coll, Pozo, Sarabia y Valls (1994), quienes clasifican los contenidos escolares en tres tipos: de información, procedimental y actitudinal —significativamente distinta del pensamiento de Bloom, quien más bien clasificaba comportamientos—.

Para Sarabia (1994) la formación en actitudes tiene tres componentes: Uno cognitivo, que se relaciona con conocimientos y creencias; uno afectivo, que se manifiesta en sentimientos y preferencias, y otro conductual, en el ámbito de las acciones manifiestas. El autor reconoce cuatro procesos de aprendizaje de actitudes en el aula: 1) el condicionado por un refuerzo social, 2) el condicionado por el castigo, 3) el apoyado en modelos y 4) la internalización de valores. Al mismo tiempo plantea cuatro técnicas para promover el aprendizaje general de los valores, tomadas de la dinámica de grupos o del entrenamiento para el mundo de la empresa: la representación de roles (role playing), la discusión grupal, las exposiciones en público y la toma de decisiones.

Finalmente los autores que abordan el problema del aprendizaje de los valores desde un enfoque constructivista no pueden eludir un tema: ¿el aprendizaje de los valores se evalúa y también se califica? Su planteamiento ha sido brillante cuando han desagregado el tema del aprendizaje de los valores en diversos aspectos, lo cual los ha llevado a enunciar con acierto que en el aprendizaje de los valores hay un componente cognoscitivo y otro componente actitudinal. Esto les ha hecho suponer que es factible no sólo evaluar el aprendizaje de valores, sino asignar una calificación o un número a ello. En lo particular discrepamos de esta situación. El estudiante puede referir los contenidos de una norma, los principios que subyacen en la misma, y al mismo tiempo violar su cumplimiento, considerando que se trata de una violación pequeña. El aprendizaje de los valores da cuenta de esto último y no necesariamente de la primera cuestión. Este es el gran error que ha cometido la educación secundaria en México al impulsar los contenidos de las materias de civismo y ética.

Los autores de la corriente cognoscitiva efectivamente reconocen la complejidad que subyace en el proceso de formación de valores, pero desde el punto de vista de otros modelos de interpretación de la personalidad como los que se derivan de la teoría psicoanalítica o de la teoría sistémica; mientras que los constructivistas consideran que esta formación de valores pertenece a los contenidos de la educación y se apoya en estrategias didácticas específicas.

En algunos aspectos tienen razón: la finalidad de la escuela es formar a ciudadanía en la defensa de los derechos humanos, en el respeto al medio ambiente y en la responsabilidad social. No hay forma de lograr la convivencia social si la escuela no atiende a estos problemas. Pero en esta perspectiva es mucho más efectivo el pensamiento formulado en la historia de la pedagogía, que la respuesta formulada desde el constructivismo.

Difícilmente se puede formar una actitud en un ambiente escolar inmerso en la contradicción, es decir, cuando el conjunto de docentes y la institución escolar realizan conductas contrarias a esos valores de ciudadanía, tolerancia, respeto al otro, etcétera.

El problema de asignar un valor para calificar el conocimiento de la parte cognoscitiva de los valores puede llevar a establecer asignaturas que no necesariamente forman a los alumnos en aquellos valores para los que fueron creadas. Tal es el caso de la asignatura Educación Cívica en enseñanza media (secundaria). Los contenidos que se trabajan en la misma (artículos de la Constitución de la República, derechos de los trabajadores, deberes de los ciudadanos, etcétera), se convierten en contenidos académicos. Pero no necesariamente forman los valores que subyacen en esas declaraciones.

El mérito de la perspectiva constructivista es abrir nuevamente, en el campo de la teoría curricular actual, el debate de la formación en valores.

  1. c) Los temas transversales ¿una alternativa en la selección curricular de valores?

La inclusión de temas transversales en el campo del currículo fue realizada por César Coll (1991), en el contexto de la reforma educativa española. Como su nombre lo indica, son temas que atraviesan el currículo tanto de forma horizontal como vertical (Álvarez, Balaguer y Carol, 2000). Son temas que pueden constituirse como ejes vertebradores del trabajo académico en un mismo ciclo escolar (trimestre, semestre o curso anual), por la posibilidad de ser trabajados en diversas asignaturas en un mismo lapso de tiempo escolar, de ahí su horizontalidad. O bien, pueden constituirse en elementos que atraviesen varios ciclos de organización curricular, lo que significa que se pueden trabajar en el primer semestre o trimestre y luego en los posteriores; de ahí también su verticalidad (Martínez, 1995).

En estricto sentido, la perspectiva no es nueva en el campo curricular. Los llamados centros de interés de la escuela activa o el modelo pedagógico denominado globalización de la enseñanza en la década de los años sesenta constituyen un importante antecedente en el ámbito de la didáctica. Mientras que en el desarrollo del campo del currículo fue Tyler (1949/1971) quien estableció lo que en su momento definió como relaciones verticales y horizontales del contenido.

En esa época, la globalización en México se empleó en un modelo muy rígido, que en vez de potenciar sus posibilidades en el trabajo escolar, tensaba las relaciones entre las diversas asignaturas de un plan de estudios, promoviendo más bien el cansancio y el hastío. Se recordará que a mediados de los años sesenta se declaró un «año de Juárez» y bajo la perspectiva de la globalización de la enseñanza, se estableció que Benito Juárez se constituiría como el tema globalizador del curso anual. Así, en aritmética, gramática, ciencia natural, historia, se hacía referencia a este prócer nacional. El tema evidentemente llegó a cansar a docentes y estudiantes y, sobre todo, generó un cierto malestar al cabo de un tiempo.

Los temas transversales no sólo actualizan el debate anterior, sino que le incluyen nuevas perspectivas. Precisamente en los planteamientos anteriores los temas que atraviesan el currículo quedaban circunscritos a contenidos de orden cognoscitivo y este orden era establecido por un momento específico de la situación de los estudiantes (llevar una pecera al salón de clases) o un momento de la dinámica social (la guerra de Irak) y su duración estaba definida precisamente por la cambiante situación del entorno social y escolar, así como la misma dinámica de los estudiantes. Es aquí donde surge su elemento potencial en el campo de los valores.

Una respuesta a la deficiencia de las estrategias habituales para abordar la enseñanza de los valores, la constituye el tema de los contenidos transversales del currículo, concebidos como:

Contenidos culturales relevantes y valiosos, necesarios para la vida y la convivencia, que configuran de manera especial el modelo de ciudadano que demanda cada sociedad, a través de una educación en valores que permita a los alumnos sensibilizarse y posicionarse ante los problemas, enjuiciarlos críticamente y actuar con un compromiso libremente asumido (Martínez, 1995, p.12).

Los temas transversales ofrecen dos soluciones a un debate por demás importante. En primer, lugar como su nombre lo indica, son temas en plural y en segundo, la transversalidad que tienen en el currículo puede ser definida desde el proyecto nacional; pero requiere ser realmente establecida en el proyecto escolar, esto es, en la discusión de los consejos técnicos de las escuelas. Así, el ámbito de los temas transversales puede ser aquél que difícilmente se incluye en un contenido de una asignatura, porque no se limita a la misma y tiene una repercusión en otros ámbitos. Este es el caso de temas que el contexto social reclama que sean trabajados en la escuela, tales como: educación en los derechos humanos, educación en la democracia, educación ambiental, y educación y género.

Por ejemplo, en el caso español los contenidos transversales son los siguientes: educación moral y cívica, educación ambiental, educación para la salud y sexual, educación para la igualdad de oportunidades para ambos sexos, educación para la paz, educación del consumidor, educación vial. Estos temas son transversales porque atraviesan todo el currículo, y reclaman ser trabajados —en las asignaturas y temas que los permitan— desde una perspectiva cognitiva y actitudinal. No se trata de crear un mero adoctrinamiento de los estudiantes, sino de establecer en el currículo los engarces naturales que permitan el tratamiento de los mismos y, a la vez, identificar las formas de enseñanza que permitan explotar la articulación de ambos aspectos (el contenido de la asignatura y el tema transversal).

El interjuego entre los elementos cognoscitivos y actitudinales, le da un sentido singular a su tratamiento. No basta con mostrar, reconocer, entender o retener un contenido en su nivel cognoscitivo, aunque ciertamente se requiere. Es necesario entender cuándo se da una violación individual o social a un derecho humano, comprender que una democracia significa el gobierno de todos, etcétera. Sin embargo, estas afirmaciones de carácter cognitivo pueden ser descalificadas ante determinados hechos o actuaciones en la institución escolar o en la dinámica del aula. Bien decía Dewey (1859-1952), que si la escuela quería educar en la democracia debía ser entonces un laboratorio de democracia, y no se refería a la práctica de instalar urnas el día de una elección nacional o local, sino una práctica cotidiana de relaciones entre autoridades educativas y docentes, entre docentes y estudiantes.

En este sentido, los temas transversales exigen un análisis detenido y cuidadoso para no hacerlos rígidos, como sucedió con la propuesta de la globalización, y no contradecir su potencialidad con prácticas escolares o didácticas que van en sentido contrario a lo que se busca enseñar. Los temas transversales pueden ser un importante aliado en la enseñanza de valores en el ámbito escolar.

 

Referencias

Álvarez, M. N., Balaguer, N. y Carol, R. (2000). Valores y temas transversales en el curriculum. Madrid, Grao.

Apel, H. (1979). Teoría de la escuela en una sociedad industrial democrática. Salamanca: Atenas

Bloom, B. (1977). Taxonomía de objetivos para la educación. Buenos Aires: Ateneo

CEPAL-UNESCO. (1992). Educación y conocimiento. Eje de la transformación productiva con equidad. Santiago de Chile: CEPAL-UNESCO

Coll, C. (1991). Psicología y curriculum (Col. Papeles de Pedagogía). Barcelona: Paidós.

Coll, C., Pozo, J., Sarabia, B. y Valls, E. (1994). Los contenidos en la reforma. Barcelona: Santillana-Aula XXI

Comenio, J. A. (1982). Didáctica magna (2a ed., Col. Sepan Cuántos). México: Porrúa. (Trabajo original publicado en 1657).

Comunicado de prensa DGCS/134/04 (2004, 7 de septiembre). México: Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Consultado el 8 de septiembre de 2004 en:http://www.cndh.org.mx/comsoc/compre/2004/134.htm#

Devereux, G. (1977). De la ansiedad al método en las ciencias del comportamiento. México: Siglo XXI.

Dewey, (952) Democracia y educación. Una introducción a la filosofía de la educación. Buenos Aires: Lozada. (Trabajo original publicado en 1859).

Díaz Barriga, A (Coord.). (1995). Procesos curriculares, institucionales y organizacionales. México: Consejo Mexicano de Investigación Educativa.

Durkheim, E. (1976). La educación como socialización. Salamanca: Sígueme

Durkheim, E. (1979). Educación y sociología. Bogotá: Linotipo

Herbart, F. (1983). Pedagogía general derivada del fin de la educación. Madrid: Humanitas.

Jackson, P. (1992). La vida en las aulas. Madrid: Morata.

Labrador, C, Diez, A. et al. (1986) La Ratio Studiorum de los Jesuitas. Madrid: Universidad Pontificia Comillas.

La Salle, J. B. (1900). Guía de las escuelas cristianas. París: Procuraduría General

Martínez, M. J. (1995). Los temas transversales. Buenos Aires: Magisterio del Río de la Plata.

Rey, B. (1999). De las competencias transversales a una pedagogía de la intención. Traducción Escuela de Filosofía de Arcis. Consultado el 8 de octubre de 2004 en:http://www.philosophia.cl/biblioteca/rey/competencias/

Tyler, R. (1971). Principios básicos de la elaboración del currículo. Buenos Aires. Troquel (Trabajo original publicado en 1949).

Yoder, J. H. (1976). Textos escogidos de la Reforma Radical (Trad. N. M. de Machain y E. Suárez). Buenos Aires: La Aurora.

Tomado de: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S1607-40412006000100001&script=sci_arttext

Imagen: https://www.google.com/search?q=educaci%C3%B3n+en+valores&espv=2&biw=1366&bih=667&source=lnms&tbm=isch&sa=X&sqi=2&ved=0ahUKEwiQvePxiL_NAhXB7B4KHUcmCD0Q_AUIBigB#imgrc=4TnW4YM6c0nGqM%3A

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EE.UU.: When Tech Meets Project-Based Learning

Edsurge/24 de junio de 2016/Por: Betsy Corcoran

Resumen:

Paul Curtis era un profesor de Estudios Sociales en California y desde allí emprendió el estudio para apoyar el aprendizaje basado en proyectos sin adicionar muchos elementos de la tecnología, pues, nos existían muchos recursos tecnológicos en su época. Hoy día es el Director del Plan de Estudios de la Nueva Red Tech y aún piensa que el aprendizaje basado en proyectos puede ocurrir sin mucha tecnología. El profesor ve a la tecnología de conformación de aprendizaje basado en proyectos de múltiples maneras: para alimentar la curiosidad del estudiante, proporcionar al maestro una construcción o andamios para hacer el trabajo basado en proyectos, permite a los estudiantes a aprender en casa y utilizar el tiempo de clase para la colaboración y el pensamiento más robusto.

Almost 20 years ago, when Paul Curtis was a social studies teacher at the just-opened New Technology High School in Napa, Calif., there wasn’t much “tech” to support project-based learning. “We didn’t even give the kids email addresses back then,” he chuckles.

Even now, Curtis, Director of Curriculum for the New Tech Network, is confident that project-based learning can happen without much technology. But use it right, he adds, and technology can change the “tone” of the classroom in powerful ways. “It asks teachers to give up ‘the script’ for the classroom,” he says.

Curtis sees technology shaping project-based learning in multiple ways. First technology can fuel students’ curiosity and put them in charge of learning and exploration. Next: technology can provide teachers a construct or scaffolding for doing project-based work. A well-built learning management system, Curtis says, is an essential tool for helping teachers structure classroom time and manage work. (New Tech Network has been fine-tuning an LMS, Curtis confides. Expect to hear more about the work soon, he promises.)

Finally, Curtis’ third level of technology for supporting PBL involves wielding software tools that enable students to learn at home in a flipped classroom model—then use classroom time for collaboration and “more robust thinking,” he says. “You can’t start with the canned curriculum.” Instead he looks for content tools that support teacher—and student choice.

“The best curriculum comes from the passions of teachers and students,” Curtis says. “And the best way to improve student performance is to improve the capability of teachers. So we’re looking for tools that enhance, not replace the teachers.”

At last week’s PBL World conference in Napa, EdSurge’s Tech for Schools Ed Leader Workshop surfaced 14 tools aimed at supporting teachers and students engaged in project-based learning. Here they are (and their uses):

  • ADVANCEfeedbackA virtual coaching platform that uses video to support high-quality feedback and PD through observation, coaching and calibration. Professional growth; Communications tool
  • CraftED Curriculum:A marketplace of teaching strategies and lessons aligned to Hewlett’s Deeper Learning Competencies, CCSS and NGSS. Curriculum tool; Professional growth
  • Ed Leadership SimulationsSimulations of tough, real-world experiences that school leaders encounter, aimed at improving decision making and building resilience.Professional Growth; Communication tool
  • FlexTime ManagerStudents can use software to customize part of their daily schedule everyday; teachers and administrators can manage activities including remediation scheduling. Communication tool
  • Kyte Learning:Digital library of edtech professional development videos created by teachers. Professional growth; Communication tool
  • MathaliciousReal-world lessons that support inquiry-based teaching and challenge students to think critically about the world. Curriculum tool
  • Novare PBL PlatformUses projects, narratives, portfolios, and learning goals to develop authentic, student-based assessments focused on deeper learning.Project management tool; Assessment
  • PaGamOAn online social gaming platform that enables teachers to gamify lessons. Supports learning in all subjects and grade levels. Curriculum tool; Assessment
  • PiperA computer kit that enables students to build genuine electronic circuits and learn about computers through Minecraft. Curriculum tool
  • QUIO Learning MapProvides a visual learning map of student learning. Adaptable to K-12, inclusive learning and adult ESL context. Assessment
  • scrible EduRich research/writing tool that enables students to save and annotate web pages and share research. Analytics give teachers visibility into student work. Curriculum tool; Communication tool
  • Think Through MathRigorous adaptive math tutorial curriculum, based on cognitive tutoring research led by the US Air Force. Curriculum tool; Assessment
  • Torsh TALENT:Video-based online community and data platform that enables observation, feedback and coaching to improve teacher effectiveness. Professional growth; Communication tool
  • WaggleAdaptive, common-core aligned practice and assessmentenvironment for students in grades 2-8 working on math and English skills. Curriculum tool; Assessment 

Tomado de: https://www.edsurge.com/news/2016-06-22-when-tech-meets-project-based-learning

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No fueron los maestros

Por: Fernando Montiel T.

¿Quién inicio la violencia en Oaxaca y provocó la tragedia de Nochixtlán? Las respuestas simplistas se construyen con base en la ignorancia militante: sin información, los unos responsabilizarán a los maestros de la Sección XXII al tiempo que los otros hacen lo propio culpando a la Policía Federal. En esta lógica dicotómica no hay espacio ni necesidad de análisis y las noticas serán dignas de atención y credibilidad sólo en la medida en que alimentan el prejuicio de lo que se cree saber.

Pero los testimonios y la evidencia están ahí.

  1. No fueron los maestros

¿Qué dicen estos testimonios? Los testimonios exculpan a los maestros, y este parece ser el único punto de acuerdo entre la Sección XXII y el alto mando de la Policía Federal.

Testimonios recogidos de entre los simpatizantes del magisterio por un diario de izquierdas ofrecen lo que en principio parecerían ser las versiones contradictorias esperadas:

“Mandos policiacos aseguraron que profesores y padres de familia les estaban disparando con rifles de asalto AK-47.

Por su parte, los mentores y sus simpatizantes denunciaron la existencia de un grupo de infiltrados quienes habrían disparado. Un taxista que se sumó a la resistencia de los maestros aseguró: Si nosotros les disparamos ¿creen que mantendrían formada a su gente con simples escudos? ¿De verdad expondrían a sus elementos a que les disparáramos y sólo se protegieran con escudos?” (Pérez A. Jorge A. “Operativo deja seis muertos en Oaxaca”. La Jornada. Jun. 20, 2016).

Si la revisión informativa se termina aquí, entonces no hay nada nuevo o inusitado: los unos responsabilizan a los otros y viceversa. Pero el apunte sobre “la existencia de un grupo de infiltrados quienes habrían disparado” desde el grupo magisterial exige una exploración más profunda.

La reseña de un diario -que gradualmente se ha inclinado al oficialismo- de la entrevista radial realizada por un periodista a Enrique Galindo Cevallos, Comisionado de la Policía Federal, ofrece una versión diferente -de una voz identificable y sin duda más autorizada- que la de los anónimos “Mandos policiacos” en la crónica de La Jornada.

Dijo el Comisionado al periodista Ciro Gómez Leyva:

“Empezamos a ver que traen bombas molotov, cohetones de muy alto poder, tengo muchos policías quemados de los pies y de las manos, que perdieron dedos, se reagrupan de manera estratégica y empezamos a oír detonaciones de arma de fuego, que indiscriminadamente disparan contra la sociedad civil y que disparan contra los policías.”

¿Quiénes? Especifica la reseña:

“Sobre la gente detrás de los hechos, dijo que entiende que más bien se trata de grupos radicales, no el movimiento magisterial, quienes operaron de esta forma. Añadió que las autoridades ya están trabajando para identificar a los agresores.” (“Vivimos una emboscada en Nochixtlán.” El Universal. Jun. 20, 2016)

Es decir: lo que el movimiento magisterial y sus simpatizantes identifican como “un grupo de infiltrados que habrían disparado”, es lo que el alto mando de la Policía Federal por voz de su Comisionado llama “grupos radicales, no el movimiento magisterial, quienes operaron de esa forma.” Es decir: no fueron los maestros. En otras palabras, haciendo eco de lo dicho por el Comisionado Galindo en coincidencia con la Sección XXII: los maestros son inocentes de la violencia por armas de fuego.

  1. Evidencias

¿Qué dicen las evidencias? Las evidencias –según la Comisión Nacional de Seguridad (CNS)- también exculpan a los profesores de la violencia por arma de fuego. En su boletín de prensa No. 376 (2016-06-19) consignaba:

“En este sentido, se tiene conocimiento que las agresiones por arma de fuego registradas provinieron de personas ajenas a los bloqueos, quienes realizaron disparos contra la población y los policías federales.”

Una vez más: no fueron los maestros.

Pero pueden estar equivocados. Después de todo, en ese mismo comunicado la CNS afirma que “Los elementos de la Policía Federal que participan en el operativo no se encuentran armados ni portan tolete.” O puede ser que el comunicado consigne verdades y mentiras de forma simultánea.

Si seguimos lo dicho por la Sección XXII, por el Comisionado de la Policía Federal y por la propia Comisión Nacional de Seguridad, el magisterio es inocente en los hechos de armas de fuego. Se trata de tres fuentes diferentes que coinciden en un mismo punto, por ello, su rango de certeza es alto. Hay que repetirlo: si nos atenemos a estos hechos, los profesores son inocentes de este cargo.

¿Y qué hay sobre la afirmación de que los elementos policiacos acudieron desarmados? El comunicado afirma que fue así; pero fue entonces que aparecieron las evidencias fotográficas; las autoridades las descalificaron como falsas:

“La CNS informa que esas imágenes son totalmente falsas, y no corresponden a los hechos que se están generando en la entidad. El personal de la Policía Federal se encuentra desarmado y sin toletes, por lo que es mentira el uso de armas de fuego por parte de los elementos federales” (“Fotografías con policías armados en Oaxaca, son falsas: CNS” Vela, David. El Financiero. Jun. 19, 2016); y en respuestas los autores –la agencia de noticias Xinhua y Associated Press dieron a conocer los metadatos de las placas fotográficas para demostrar su autenticidad. Al fin, un día después, el titular: “Fue necesario usar armas en Oaxaca: Policía Federal” (Martínez, Alejandro. La Jornada. Jun. 20, 2016). Confesión de parte; a las autoridades no les quedó más que reconocer que efectivamente habían mentido y que la evidencia presentada –esa que habían descalificado con desdén- era verdadera.

  1. ¿Entonces quiénes fueron?

La pregunta no tiene respuesta en firme. Pero la acción necesariamente exige dos elementos: organización –pues el origen de la violencia armada no fue aislado sino colectivo según todos los testimonios- y capacidad de acción, es decir, conocimiento y pericia técnica –preparación, práctica y apoyo operativo. No es poco.

El Reglamento de la Ley de la Policía Federal especifica en su Art. 5 (Cap. II.) la estructura orgánica de la misma. Explica que esa corporación tiene 6 divisiones –dos ellas interesantes para el caso que se analiza: División de Inteligencia y División de Seguridad Regional-, 19 coordinaciones –entre ellas la Coordinación de Operaciones Encubiertas y la Coordinación de Operaciones Especiales– y 63 Direcciones Generales –una particularmente elocuente: Dirección General de Operaciones e Infiltración.

Por sí misma, la arquitectura organizacional de la Policía Federal ya sugiere una teoría del caso convincente -y una revisión de los mandatos de cada una de estas oficinas ofrece todavía más sustancia. La necesidad de su existencia no está en tela de juicio: sin duda todas estas oficinas y sus tareas son fundamentales para ejecutar la política de seguridad pública. Pero cuando las tareas de seguridad pública se confunden con tareas de control político y cuando la reacción a la delincuencia se confunde con represión a la disidencia, entonces es claro que con el régimen que volvió no sólo regresó un partido, sino también un esbirro: con otro nombre y otros hombres: más armados, más equipados, más entrenados, más organizados, más letales. La Dirección Federal de Seguridad.

  1. “Vivimos una emboscada”

Fue esta la cita que llegó a titular en la reseña de El Universal. Son palabras del Comisionado de la Policía Federal, pero si pensamos en la estructura orgánica de la corporación -en sus funciones, sus tareas y su capacitación- y si la ponemos en el contexto del régimen –que no al pueblo- al que sirve, ajustan mejor al magisterio.

Tomado de: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=213672&titular=no-fueron-los-maestros-

Imagen: https://www.google.com/search?q=no+fueron+los+maestros&espv=2&biw=1366&bih=623&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwj_wqGr_r7NAhVJkx4KHfjkAtkQ_AUIBigB#imgrc=K7XhS-eXSDBkWM%3A

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México-CNTE: freno a la privatización de educación, salud y pensiones

TeleSur/24 de junio de 2016/Prensa

El titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Aurelio Nuño, había sentenciado que sólo habría diálogo con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) si ésta aceptaba la mal llamada reforma educativa. Pues bien: la CNTE no ha aceptado la tal reforma y ya comenzó el diálogo entre la organización gremial y el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.

CNTE: freno a la privatización de educación, salud y pensiones

Menudo revés del jefe del gabinete presidencial al petimetre titular de Educación. Como se dice popularmente, Osorio dejó a Nuño colgado de la brocha. Pero dando patadas de ahogado, Nuño ha dicho que ese diálogo en Bucareli será político y no educativo. Y por primera vez en su desastroso paso por la SEP, Nuño acierta. Porque el conflicto en curso no es educativo, sino político. Y los conflictos políticos se resuelven con medidas y acciones de carácter político.

Está muy claro que Nuño no sabe nada de educación. Pero ya se ha visto que tampoco entiende de política. Y así quiere ser presidente de la república. Sin diálogo y sólo mediante imposiciones, toletes, armas de fuego, cercos policiacos, gases lacrimógenos y cárcel para quienes osen oponerse a sus designios imperiales.

Y si ayer, con el inicio del diálogo entre el gobierno y la CNTE, la sociedad mexicana y planetaria fue testigo del primer triunfo de los maestros en lucha, la segunda victoria será lograr de inmediato la libertad de los líderes magisteriales arbitrariamente encarcelados en prisiones de alta seguridad. Y esta segunda victoria se ve venir, porque la CNTE no abandona y nunca ha abandonado a sus líderes y militantes encarcelados. Consecuentemente, la libertad de los maestros presos constituirá la segunda y demoledora derrota política de Nuño y, fundamentalmente, de la reforma educativa que pretende privatizar la educación nacional hasta hoy mayoritariamente pública.

Esta derrota de la reforma educativa significa frenar o anular otras reformas privatizadoras en curso, como la del sector salud y la del sistema de pensiones. En el caso de éstas, el proyecto neoliberal pretende reducirlas y hasta desaparecerlas.

De modo que con su victoria sobre Nuño, la CNTE está prestando un invaluable servicio a los millones de jubilados que dependen de su magra pensión para sobrevivir en sus últimos años de vida.

Y lo mismo puede decirse del sistema de salud pública. Si el gobierno federal logra sus propósitos de privatizar el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), decenas de millones de trabajadores quedarían desamparados y tendrían que costear por sí mismos la atención de su salud personal y familiar.

Nadie puede negar, desde luego, las enormes simpatías y apoyo que la CNTE y su lucha generan en grandes segmentos de la población mexicana. Pero serían inmensamente mayores esas simpatías y apoyos si otros sectores de la sociedad se dieran cuenta del peligro que corren su vida y su futuro si la CNTE fuera derrotada y se abriera paso así a la extinción de la salud pública y a la reducción o desaparición de las pensiones.

No es exagerado decir que del futuro de la CNTE depende el futuro de varias decenas de millones de trabajadores. Y parece que así lo han comprendido los trabajadores del sector salud y un buen número de pensionados, quienes, viendo cómo están pelando las barbas del vecino, han decidido movilizarse para enfrentar la privatización en curso de la educación, de la medicina y de los sistemas de pensiones.

Tomado de: http://www.telesurtv.net/bloggers/CNTE–freno-a-la-privatizacion-de-educacion-salud-y-pensiones-20160623-0010.html

Imagen: https://www.google.com/search?q=CNTE:+freno+a+la+privatizaci%C3%B3n+de+educaci%C3%B3n,+salud+y+pensiones&espv=2&biw=1366&bih=623&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwjqtKCXpr_NAhXFlh4KHVMMBOcQ_AUIBigB#tbm=isch&q=+privatizaci%C3%B3n+de+educaci%C3%B3n%2C+salud+y+pensiones&imgrc=yU6H1056rx2u_M%3A

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El Reloj del Apocalipsis: Armas nucleares, cambio climático y perspectivas de supervivencia

Por: Noam Chomsky

Traducido del inglés por Sinfo Fernández

No llevaba ni tres meses en el cargo cuando viajó a Praga, capital de la República Checa, para pronunciar unas palabras respecto al dilema nuclear del planeta. Fueron unas palabras que podían haber procedido de un activista antinuclear o de alguien perteneciente al movimiento, entonces en ciernes, contra el cambio climático, no del presidente de los Estados Unidos. A la vez que pedía el uso de nuevas formas de energía, Barack Obama habló con rara elocuencia presidencial sobre los peligros de un mundo en el que las armas nucleares se propagaban y de cómo ese hecho, si no se controlaba, haría “inevitable” su utilización. Pidió “un mundo sin armas nucleares” y dijo sin rodeos: “Cómo única potencia nuclear que ha utilizado un arma nuclear, EEUU tiene la responsabilidad moral de actuar”. Incluso se comprometió a adoptar “medidas concretas” para empezar a construir un mundo sin esa clase de armas. (Introducción de Tom Engelhardt)

Siete años después, aquí está el récord del primer y posiblemente único presidente abolicionista estadounidense. El arsenal nuclear de EEUU -4.571 ojivas (muy por debajo de las casi 19.000 existentes en 1991, cuando se derrumbó la Unión Soviética)- sigue siendo lo suficientemente grande como para destruir varios planetas del tamaño de la Tierra. Según la Federación de Científicos de EEUU, las últimas cifras del Pentágono sobre tal arsenal indican que “el gobierno de Obama ha reducido el arsenal estadounidense mucho menos que cualquier otro posterior a la Guerra Fría, y que el número de ojivas nucleares desmanteladas en 2015 fue el más bajo desde que el presidente Obama asumió el cargo”. Es decir, poniendo estos datos en perspectiva, que Obama ha hecho mucho menos que George W. Bush en lo referente a la reducción del arsenal estadounidense existente.

Al mismo tiempo, nuestro abolicionista presidente está ahora liderando la llamada modernización de ese mismo arsenal, un proyecto inmenso de tres décadas de duración cuyo coste estimado será al menos de un billón de dólares, cifra por supuesto anterior al exceso habitual de gastos que se producirá. Durante el proceso se producirán nuevos sistemas de armas, se crearán los primeros misiles nucleares “inteligentes” (piensen en esto: armas de “precisión” con “resultados” mucho más reducidos, lo que implica empezar a utilizar armas nucleares en el campo de batalla) y Dios sabe qué más.

Ha logrado un éxito en el terreno antinuclear, su acuerdo con Irán para asegurar que este país no produzca tal arma. Sin embargo, un dato tan desalentador en un presidente al parecer decidido a situar a EEUU en la senda abolicionista nos dice algo sobre el dilema nuclear y el peso que el Estado de seguridad nacional tiene en su pensamiento (y, presuntamente, en el de cualquier futuro presidente).

No es poco horror que en este planeta nuestro la humanidad continúe impulsando dos fuerzas apocalípticas, cada una de las cuales –una en un relativo instante y la otra a lo largo de muchas décadas- podría paralizar o destruir la vida humana tal y como la conocemos. Ese debería ser un hecho aleccionador para todos nosotros. Es el tema sobre el que Noam Chomsky reflexiona en este ensayo de su nuevo y destacado libro Who Rules the World? 

En enero de 2015, el Boletín de Científicos Atómicos adelantó su famoso Doomsday Clock (Reloj del Apocalipsis) a tres minutos para la medianoche, un nivel de amenaza que no se había alcanzado a lo largo de treinta años. El comunicado del Boletín explicaba que tal avance hacia la catástrofe invocaba las dos amenazas más importantes para la supervivencia: las armas nucleares y el “cambio climático descontrolado”. El llamamiento condenaba a los dirigentes mundiales por “no actuar con la velocidad y escala requeridas para proteger a los ciudadanos de la potencial catástrofe”, poniendo en peligro a cada persona sobre la Tierra al fracasar en la que era su tarea más importante: asegurar y preservar la salud y vitalidad de la civilización humana”.

Desde entonces, hay muy buenas razones para pensar en mover las manillas del reloj incluso más cerca del día del apocalipsis.

Cuando 2015 llegaba a su fin, los líderes mundiales se reunieron en París para lidiar con el grave problema del “cambio climático incontrolado”. Apenas pasa un día sin una nueva prueba de lo grave que es la crisis. Por citar algo casi al azar, poco antes de la apertura de la conferencia de París, el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA publicó un estudio que sorprendió, a la vez que alarmó, a los científicos que han estado estudiando el hielo del Ártico. El estudio mostraba que un inmenso glaciar de Groenlandia, el Zacharie Isstrom, “se había desprendido en 2012 de una posición glacialmente estable y había entrado en una fase de repliegue acelerado”, un hecho inesperado e infausto. El glaciar “contiene agua suficiente como para elevar el nivel global del mar en más de 46 centímetros si llegara a derretirse completamente. Y ahora está metido ya de lleno en una dieta extrema, perdiendo 5.000 millones de toneladas de masa cada año. Todo ese hielo está derrumbándose sobre la zona norte del Océano Atlántico”.

No obstante, había pocas esperanzas de que los dirigentes mundiales en París “actuasen con la velocidad y a la escala requeridas para proteger a los ciudadanos de una potencial catástrofe”. E incluso si por algún milagro hubieran actuado así, habría tenido un valor limitado por razones que deberían ser profundamente preocupantes.

Cuando se aprobó el acuerdo de París, el ministro francés de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, que albergó las negociaciones, anunció que era “legalmente vinculante”. Ojalá que así fuera, pero hay más de unos cuantos obstáculos que merecen una atención cuidadosa.

En toda la amplia cobertura de los medios de comunicación de la conferencia de París, quizá las frases más importantes fueran estas, enterradas cerca del final de un largo análisis ofrecido por el New York Times: “Tradicionalmente, los negociadores han tratado de forjar un tratado legalmente vinculante que necesitara de la ratificación de los gobiernos de los países participantes para tener fuerza. No hay forma de conseguir eso en este caso por culpa de Estados Unidos. Un tratado estaría muerto si llega al Capitolio sin la necesaria votación mayoritaria de dos tercios de un Senado bajo control republicano. Por tanto, los planes facultativos están tomando el lugar de los objetivos obligatorios de arriba a bajo”. Y los planes facultativos son una garantía de fracaso.

“Por culpa de Estados Unidos”. Más concretamente, por culpa del Partido Republicano, que se está convirtiendo ya en un peligro real para la supervivencia humana decente.

Las conclusiones aparecen subrayadas en otro artículo del Times sobre el acuerdo de París. Al final de una larga historia encomiando el logro, el artículo señala que el sistema creado en la conferencia “depende en muy gran medida de los puntos de vista de los futuros dirigentes mundiales que desarrollen esas políticas. En EEUU, todos los candidatos republicanos que se presentaban a presidente en 2016 han cuestionado o negado el carácter científico del cambio climático y han expresado su oposición a las políticas sobre el cambio climático de Obama. En el Senado, Mitch McConnell, el líder republicano que ha estado al frente de la campaña contra la agenda del cambio climático de Obama, dijo: ‘Antes de que sus socios internacionales descorchen el champán, deberían recordar que este es un acuerdo inalcanzable basado en un plan energético interno que probablemente es ilegal, que la mitad de los Estados están tratando de parar y que el Congreso ha votado ya en su contra.’”

Ambos partidos han estado girando hacia la derecha durante el período neoliberal de la última generación. La principal corriente demócrata se parece mucho ahora a los que solíamos tildar de “republicanos moderados”. Mientras tanto, el Partido Republicano se ha desplazado en gran medida fuera del espectro, convirtiéndose en lo que el respetado analista político conservador Thomas Mann y Normal Ornstein llaman “una insurgencia radical” que prácticamente ha abandonado la política parlamentaria normal. Con la deriva hacia la extrema derecha, el compromiso del Partido Republicano con la riqueza y los privilegios se ha hecho tan extremado que sus políticas reales podrían no atraer votantes, por tanto, han tenido que buscar una nueva base popular movilizada en otros campos: los cristianos evangélicos que esperan la Segunda Venida, los patriotas fanáticos que temen que “ellos” están quitándonos nuestro país, los racistas recalcitrantes, la gente con quejas reales que confunde gravemente las causas de las mismas y otros como ellos que son presas fáciles de los demagogos y que pueden convertirse fácilmente en una insurgencia radical.

En los últimos años, el establishment republicano ha conseguido suprimir las voces de la base que se había movilizado. Pero eso se acabó. A finales de 2015, el establishment estaba manifestando considerable desaliento y desesperación por su incapacidad para lograrlo, ya que la base republicana y sus opciones estaban fuera de todo control.

Los contendientes republicanos electos para la próxima elección presidencial manifestaron un claro desprecio por las deliberaciones de París, negándose incluso a asistir a los actos. Los tres candidatos que lideraban las encuestas en aquel momento –Donald Trump, Ted Cruz y Ben Carson- adoptaron la posición de la base mayoritariamente evangélica: los seres humanos no tienen impacto en el calentamento global, si es que tal cosa está verdaderamente produciéndose.

Los otros candidatos se niegan a que el gobierno actúe en esa esfera. Inmediatamente después de que Obama hablara en París prometiendo que EEUU estaría a la vanguardia de la búsqueda de la actuación global, el Congreso, bajo dominio republicano, votó a favor de tumbar sus recientes normas en la Agencia de Protección Medioambiental para reducir las emisiones de carbono. Como informó la prensa, este fue “un mensaje provocador ante más de 100 líderes mundiales, en el sentido de que el presidente estadounidense no cuenta con el apoyo total de su gobierno en la política sobre el clima”, por decirlo de forma eufemista. Mientras tanto, Lamar Smith, presidente republicano del Comité para la Ciencia, el Espacio y la Tecnología del Congreso, siguió adelante con su yihad contra los científicos del gobierno que se atreven a informar sobre los hechos.

El mensaje está claro. Los ciudadanos estadounidenses se enfrentan a una responsabilidad enorme en casa.

Una historia parecida informaba en el New York Times de que “las dos terceras partes de los estadounidenses apoyan que EEUU se incorpore a un acuerdo internacional vinculante para frenar el crecimiento de las emisiones de gases invernadero”. Y, por un margen de cinco a tres, los estadounidenses consideran que el clima es más importante que la economía. Pero no importa. Pasan por encima de la opinión pública. Ese hecho, una vez más, está enviando un mensaje fuerte a los estadounidenses. Es responsabilidad suya sanar un sistema político disfuncional en el que la opinión pública es un factor marginal. La disparidad entre opinión pública y política, en este caso, tiene implicaciones muy importantes para el destino del planeta.

Desde luego que no deberíamos hacernos ilusiones sobre una “edad dorada” del pasado. Sin embargo, los hechos que acabamos de revisar constituyen cambios significativos. El debilitamiento de la democracia funcional es una de las contribuciones del ataque neoliberal contra la población mundial en la última generación. Y esto no está sucediendo sólo en EEUU; el impacto puede ser mucho peor en Europa.

El cisne negro que nunca podemos ver

Pasemos a otra de las preocupaciones (tradicionales) de los científicos atómicos que ajustan el reloj del día del juicio final: las armas nucleares. La amenaza actual de guerra nuclear justifica ampliamente su decisión de enero de 2015 de adelantar el reloj dos minutos para la medianoche. Lo acaecido desde entonces revela más claramente aún la creciente amenaza, un asunto que, en mi opinión, suscita una preocupación insuficiente.

La última vez que el reloj del juicio final se avanzó tres minutos para la medianoche fue en 1983, en la época de los ejercicios Able Archer de la administración Reagan; estos ejercicios simularon ataques contra la Unión Soviética para poner a prueba sus sistemas de defensa. Los archivos rusos publicados recientemente revelan que los rusos estaban profundamente preocupados por las operaciones y se preparaban para responder, lo que habría sencillamente significado: FIN.

Hemos sabido más cosas acerca de esos ejercicios precipitados e imprudentes y de cómo el mundo se abocaba al desastre por el analista militar y de inteligencia de EEUU Melvin Goodman, que fue jefe de división de la CIA y alto analista de la Oficina de Asuntos Soviéticos en aquella época. “Además de los ejercicios y movilizaciones del Able Archer que alarmaron al Kremlin”, escribe Goodman, “la administración Reagan autorizó ejercicios militares inusualmente agresivos cerca de la frontera soviética que, en algunos casos, violaron la soberanía territorial soviética. Las arriesgadas medidas del Pentágono incluyeron el envío de bombarderos estratégicos estadounidenses sobre el Polo Norte para poner a prueba el radar soviético y ejercicios navales bélicos próximos a la URSS por zonas donde los buques de guerra estadounidenses no habían entrado anteriormente. Además, una serie de operaciones secretas simularon ataques navales sorpresa sobre objetivos soviéticos”.

Ahora sabemos que el mundo se salvó de una probable destrucción nuclear en aquellos aterradores días gracias a la decisión de un oficial ruso, Stanislav Petrov, que no trasmitió a sus autoridades superiores el informe de los sistemas de detección automática de que la URSS estaba bajo un ataque de misiles. Por consiguiente, Petrov ocupó un lugar junto al comandante de submarinos rusos Vasili Arkhipov, quien, en un momento peligroso de la crisis de los misiles cubana de 1962, se negó a autorizar el lanzamiento de torpedos nucleares cuando los submarinos estaban bajo ataque de los destructores estadounidenses imponiendo una cuarentena.

Otros ejemplos recientemente revelados enriquecen un récord realmente aterrador. El experto en seguridad nuclear Bruce Blair informa que “cuando el presidente de EEUU estuvo más cerca de lanzar una decisión estratégica inadecuada fue en 1979, cuando una grabación de entrenamiento de alerta temprana NORAD describiendo un ataque estratégico soviético a escala total se cursó inadvertidamente a través de la red de alerta temprana real. Al asesor nacional de seguridad Zbigniew Brzezinski le llamaron dos veces en medio de la noche y le dijeron que EEUU estaba bajo ataque, que sólo tenía que descolgar el teléfono y persuadir al presidente Carter de que era necesario que autorizara de inmediato una respuesta a escala total, cuando se produjo una tercera llamada para decirle que se había tratado de una falsa alarma”.

Este ejemplo recién revelado trae a mi mente un incidente crítico de 1995, cuando la trayectoria de un cohete noruego-estadounidense con equipamiento científico parecía la trayectoria de un misil nuclear. Esto suscitó las preocupaciones rusas, que rápidamente se hicieron llegar al presidente Boris Yeltsin, encargado de decidir si había que lanzar un ataque nuclear.

Blair añade otros ejemplos de su propia experiencia. Hubo un caso, en la época de la guerra en Oriente Medio de 1967, “en que se envió una orden de ataque real a la tripulación de un portaaviones nuclear en vez una orden de ejercicios/entrenamiento nuclear”. Pocos años después, a principos de la década de 1970, el Mando Aéreo Estratégico en Omaha “retransmitió una orden de ejercicio de lanzamiento como si fuera una orden de lanzamiento real en un mundo real”. En ambos casos habían fallado los controles de los códigos y la intervención humana impidió el lanzamiento. “¿Se dan cuenta?”, añade Blair. “No era nada raro que se produjeran ese tipo de chapuzas”.

Blair hizo estos comentarios en reacción a un informe del aviador Johan Bordne que sólo hace muy poco ha publicado la Fuerza Aérea de EEUU. Bordne estaba sirviendo en la base militar estadounidense en Okinawa en octubre de 1962, en la época de la crisis de los misiles cubanos y también en un momento de graves tensiones en Asia. Se había elevado el sistema de alerta nuclear estadounidense a DEFCON 2, un nivel por debajo de DEFCON 1, cuando los misiles nucleares pueden ser inmediatamente lanzados. En el pico de la crisis, el 28 de octubre, una tripulación de misiles recibió autorización, por error, para lanzar sus misiles nucleares. Decidieron que no, evitando una probable guerra nuclear y uniéndose a Petrov y Arkhipov en el panteón de los hombres que decidieron desobedecer el protocolo, salvando así al mundo.

Como Blair observó, ese tipo de incidentes no eran infrecuentes. Un estudio reciente de un experto detallaba docenas de falsas alarmas durante todos los años del período revisado de 1977 a 1983; el estudio concluía que el número de las mismas fluctuó entre 43 y 255 por año. El autor del estudio, Seth Baum, resume con estas adecuadas palabras: “La guerra nuclear es el cisne negro que nunca podemos ver, excepto en el breve momento en que nos está matando. Aplazamos la eliminación del peligro por nuestra propia cuenta y riesgo. Es hora ya de abordar la amenaza, porque ahora estamos todavía vivos”.

Estos informes, al igual que los que contiene el libro de Eric Scholosser “Command and Control”, se ajustan en gran medida a los sistemas de EEUU. Los rusos son sin duda mucho más propensos a los errores. Por no mencinar el peligro extremo que plantean los sistemas de otros, especialmente Pakistán.

Una guerra ya no es algo impensable”

En ocasiones la amenaza no ha sido consecuencia de un accidente, sino del aventurerismo, como en el caso del Able Archer. El caso más extremo fue la crisis de los misiles cubanos en 1962, cuando la amenaza de desastre fue demasiado real. La forma de abordar dicha crisis fue impactante; al igual que el modo habitual de interpretarla.

Con este sombrío antecedente en mente, es útil mirar los debates y planes estratégicos. Un caso escalofriante fue el estudio “Essentials of Post-Cold War Deterrence” del STRATCOM de 1995, en la era Clinton. El estudio pretende conservar el derecho al primer ataque, incluso contra Estados no nucleares. Explica que las armas nucleares se utilizan constantemente en el sentido de que “proyectan una sombra sobre cualquier crisis o conflicto”. Insta también a disponer de un “personaje nacional” irracional y ansioso de venganza para intimidar al mundo.

La doctrina actual se explora en el artículo principal de la revista International Security, una de las más acreditadas en el campo de las doctrinas estratégicas. Los autores explican que EEUU está comprometido con la “primacía estratégica”, es decir, aislamiento de un ataque de represalia. Esta es la lógica de la “nueva triada” de Obama (reforzar la potencia de submarinos, misiles terrestres y bombarderos), junto con la defensa con antimisiles para contrarrestar un ataque de represalia. La preocupación que plantean los autores es que la exigencia estadounidense de primacía estratégica podría inducir a China a abandonar su política “de no ser el primero en utilizar armas nucleares” y ampliar su disuasión limitada. Los autores piensan que no lo hará, pero la perspectiva sigue siendo incierta. La doctrina acentúa claramente los peligros en una región tensa y conflictiva.

Lo mismo sucede con la expansión de la OTAN hacia el este violando las promesas verbales hechas a Mijail Gorbachev cuando la URSS estaba derrumbándose y accedió a permitir que una Alemania unificada formara parte de la OTAN, una concesión muy notable si uno piensa en la historia del siglo. La expansión hacia la Alemania del Este se produjo de inmediato. En los años siguientes, la OTAN se expandió por las fronteras rusas; ahora hay sustanciales amenazas incluso para incorporar a Ucrania, en el corazón geoestratégico de Rusia. Uno puede imaginar cómo reaccionaría EEUU si el Pacto de Varsovia estuviera aún con vida, hubiera incorporado a él a América Latina y ahora México y Canadá estuvieran solicitando su entrada.

Aparte de eso, Rusia entiende, al igual que China (y los estrategas estadounidenses, si vamos al caso), que los sistemas de defensa de misiles de EEUU cerca de las fronteras rusas son, en efecto, un arma de primer ataque con el objetivo de establecer una primacía estratégica: inmunidad ante la represalia. Quizá su misión sea totalmente inviable, como algunos especialistas apuntan. Pero los objetivos no van a confiar nunca en eso. Y las reacciones militantes de Rusia son muy naturalmente interpretadas por la OTAN como una amenaza para Occidente.

Un destacado experto británico en Ucrania plantea lo que denomina “paradoja geográfica fatídica”: que la OTAN “existe para manejar los riesgos creados por su propia existencia”.

Las amenazas son muy reales ahora. Por fortuna, el derribo de un avión ruso por un F-16 turco en noviembre de 2015 no produjo un incidente internacional, pero podía haberlo hecho, especialmente teniendo en cuenta las circunstancias. El avión iba a una misión de bombardeo en Siria. Pasó durante tan sólo 17 segundos a través de una franja de territorio turco que sobresale hacia Siria, y era evidente que se dirigía a este país cuando se estrelló. Derribarlo parece haber sido un acto innecesariamente imprudente y provocador, un acto con consecuencias.

La reacción de Rusia fue anunciar que sus bombarderos irían a partir de ahora acompañados por aviones de combate y que iba a desplegar en Siria un sofisticado sistema de misiles antiaéreos. Rusia ordenó también a su portaaviones Moskva, dotado de un sistema de defensa aérea de largo alcance, que se acercara más a la costa, para que estuviera “preparado para destruir cualquier objetivo aéreo que supusiera una amenaza potencial para nuestros aviones”, anunción el ministro de Defensa Sergei Shoigu. Todo esto prepara el escenario para confrontaciones que podrían ser letales.

Las tensiones son asimismo constantes en las fronteras entre Rusia y la OTAN, incluyendo maniobras militares de ambas partes. Poco después de que el reloj del juicio final se moviera amenazadoramente más cerca de la medianoche, la prensa nacional informaba que los “vehículos militares de combate de EEUU desfilaban el miércoles por una ciudad de Estonia que se adentra en Rusia, un acto simbólico que ponía de relieve las apuestas por ambas partes en medio de las peores tensiones entre Occidente y Rusia desde la Guerra Fría”. Poco antes, un avión de combate ruso estuvo a unos segundos de chocar con un avión civil danés. Ambas partes están llevando a cabo rápidas movilizaciones y redespliegues de fuerzas en la frontera entre Rusia y las fuerzas de la OTAN, y “ambas creen que una guerra no es ya algo impensable”.

Perspectivas de supervivencia

Si eso es así, ambas partes están más allá de la locura, porque una guerra bien podría destruirlo todo. Durante décadas se ha reconocido que un primer ataque por parte de una potencia importante podría destruir al atacante, incluso aunque no hubiera represalias, sencillamente por los efectos del invierno nuclear.

Pero así es el mundo actual. Y no sólo el de hoy en día, eso es lo que estamos viviendo desde hace setenta años. El razonamiento es de punta a cabo sorprendente. Como hemos visto, la seguridad de la población no es básicamente una preocupación importante para los políticos. Eso ha sido así desde los primeros días de la era nuclear, cuando en los centros de formación política no se hacía esfuerzo alguno –al parecer, ni siquiera se expresaba el pensamiento- para eliminar una potencial amenaza grave para EEUU, como podría haber sido posible. Y así continúan las cosas hasta ahora, en formas sólo brevemente paladeadas.

Ese es el mundo en el que hemos estado viviendo y en el que vivimos en estos momentos. Las armas nucleares representan un constante peligro de destrucción inmediata pero, al menos en principio, sabemos cómo aliviar la amenaza, incluso cómo eliminarla, una obligación emprendida (y despreciada) por las potencias nucleares que han firmado el Tratado de No Proliferación. La amenaza de calentamiento global no es instantánea, a pesar de su gravedad a largo plazo que podría incrementarse repentinamente. Que tengamos capacidad para lidiar con ello no está del todo claro, pero no puede haber duda de que cuanto más nos demoremos, más terrible será el desastre.

Las perspectivas para la supervivencia decente a largo plazo no son muy grandes a menos que se produzca un cambio significativo de rumbo. Una gran parte de la responsabilidad está en nuestras manos, las oportunidades también.

 

Noam Chomsky es profesor emérito en el Departamento de Lingüística y Filosofía del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Es colaborador habitual de TomDispatch; entre sus libros más recientes están “Hegemony or Survival” y “Failed States”. El presente ensayo procede de su nuevo libro “Who Rules the World?” Su página web es www.chomsky.info.

 

Tomado de: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=213609

Imagen: https://www.google.com/search?q=ciencia+ciudadana&espv=2&biw=1366&bih=623&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwiaw7Lc977NAhWHsh4KHQLuB_8Q_AUIBigB#tbm=isch&q=El+Reloj+del+Apocalipsis++Armas+nucleares&imgrc=qKIZ9V7jsLNeBM%3A

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