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«Nos ofrecieron dos opciones, elegimos los paletazos»: los castigos que se aplican en escuelas de Estados Unidos

«Nos ofreció dos opciones de castigo, que debían ser aprobadas por nuestros padres. O bien sufriríamos dos golpes con una paleta o dos días de suspensión en la escuela».

Parece un fragmento de Las Aventuras de Tom Sawyer, la novela de Mark Twain en la que el profesor azotaba al protagonista cada vez que cometía una de sus travesuras.

El relato, sin embargo, no es ficción. En realidad es parte de una carta en la que Wylie A. Greer, un estudiante de una secundaria rural en Arkansas, Estados Unidos, narra cómo él y dos compañeros fueron castigados por salir de clase para participar en una huelga hace unos días en contra de la violencia de las armas.

«Los tres elegimos los paletazos, con el apoyo de nuestros padres», escribió Greer en un texto publicado por The Daily Beast.

«Los golpes no fueron dolorosos ni hirientes. No fue más que un quemón temporal en mis muslos».

«Uno de los directivos dijo, sin embargo, que este tipo de castigos no terminan siempre de esta manera», escribió Greer.

El caso se dio a conocer por su madre, Jerusalem Greer, quien en Twitter pareció elogiar la decisión de su hijo.

«Les dieron dos opciones de castigo. Escogieron el castigo corporal. Esta generación no anda jugando».

El mensaje generó decenas de miles de reacciones. Quienes golpearon a Greer, sin embargo, no estaban haciendo nada ilegal, ni fuera de lo común.

«Simplemente estaba haciendo su trabajo»

En 19 de los 50 estados de Estados Unidos está permitido aplicar castigos físicos a los alumnos en las escuelas públicas.

Estos castigos, que pueden incluir golpes con una paleta, nalgadas o bofetadas, son parte del reglamento de algunas escuelas, donde de manera general se dan las pautas para aplicarlos.

En la secundaria Greenbier donde estudia Wylie, por ejemplo, se autoriza el castigo corporal bajo ciertas condiciones, como que el estudiante pueda refutar las acusaciones que se le hacen, que el castigo se aplique en un lugar donde los demás estudiantes no lo puedan ver ni oír y que se haga en presencia de un testigo.

Además, el código dice que el castigo no puede ser «excesivo» ni «administrarse con malicia».

La carta de Wylie deja entrever que en su caso se cumplieron todas esas condiciones, por lo cual escribió que sus castigadores «simplemente estaban haciendo su trabajo».

En Europa y América Latina la mayoría de países prohíbe el castigo físico en las escuelas, según datos de la Iniciativa Global para terminar con el castigo corporal en los niños.

En Estados Unidos es distinto.

Una sentencia de la Corte Suprema de 1977 afirma que golpear a los estudiantes como reprimenda por un mal comportamiento no viola sus derechos ni va en contra de la Octava Enmienda de la Constitución, que prohíbe los «castigos crueles e inusuales».

Así, cada estado puede dictar sus propias normas para regular el castigo corporal en las escuelas públicas.

En Texas, este se define como «infligir dolor deliberadamente mediante golpes, tablazos, azotes, bofetadas u otra forma de fuerza física como medio de disciplina».

En Alabama, la escuela del condado de Pickens dice en su manual de conducta que el instrumento para infligir el castigo «debe ser sabiamente elegido».

«Se recomienda una paleta de madera de aproximadamente 60 centímetros de largo, 8 centímetros de ancho y un centímetro de grosor».

«El castigo no debe incluir más de tres golpes en las nalgas», dice el manual, al tiempo que advierte que debe ser administrado con «cuidado, tacto y cautela».

¿Qué tan común es?

Los expertos que estudian el tema coinciden en que el castigo corporal en las escuelas de Estados Unidos va disminuyendo cada año.

Está permitido expresamente o no está prohibido en Alabama, Arizona, Arkansas, Colorado, Florida, Georgia, Idaho, Indiana, Kansas, Kentucky, Luisiana, Mississippi, Missouri, Carolina del Norte, Oklahoma, Carolina del Sur, Tennessee, Texas y Wyoming.

En 2016, el entonces secretario de educación, John B. King Jr., hizo un llamado para que esta práctica fuera eliminada totalmente y dijo que «a pesar de los esfuerzos», entre 2013 y 2014, 110.000 estudiantes alrededor del país habían recibido algún tipo de castigo corporal.

Otros reportes hablan de 160.000 casos al año y otras fuentes hablan incluso de 200.000.

Según un reporte de 2017 de la ONG Children’s Defense Fund, cada día en Estados Unidos 589 estudiantes reciben un castigo corporal. El cálculo lo hacen con base en un año escolar de 180 días.

Las organizaciones que monitorean la aplicación de estos castigos, indican que se aplican con mayor frecuencia en las áreas rurales y los estados del sur del país.

«En las áreas rurales en algunos casos la aplicación de estos castigos está asociada a creencias religiosas», le dice a BBC Mundo Víctor Vieth, director del Centro Nacional Gundersen para el Entrenamiento en Protección Infantil, basado en Wisconsin.

«Pero incluso en comunidades muy conservadoras se están escuchando voces de que esta es una mala interpretación de las escrituras».

Vieth también menciona que estos castigos se aplican de manera «desproporcionada« a niños varones, minorías, niños que han sufrido algún tipo de abuso en su casa o padecen algún tipo de discapacidad.

David Osher, vicepresidente del Instituto Estadounidense de Investigaciones, especializado en disciplina escolar, dice que no conoce evidencia de que este tipo de castigos pueda tener algún tipo de beneficio.

Además del castigo en sí mismo, Osher critica la manera discrecional en la que cada escuela lo aplica.

«Hay casos en los que se aplica a comportamientos que no son violentos, como replicar, llegar tarde a clase o no hacer la tarea», le dice a BBC Mundo.

Según una publicación de la organización National Women’s Law Center, entre 2013 y 2014, el 37% de los castigos corporales en Carolina del Norte se aplicaron por «ofensas menores o subjetivas como mal comportamiento en el autobús, falta de respeto al personal, uso del teléfono móvil, lenguaje inapropiado y otros malos comportamientos».

«Muchos de los niños que son problemáticos es porque sufren algún tipo de abuso en otro contexto, así que castigarlos físicamente lo que hace es traumatizarlos de nuevo«, dice Osher.

«En muchos casos son castigados por comportamientos que ellos ni siquiera son capaces de controlar».

¿Qué opinan los padres?

En 2002, una encuesta de la cadena ABC News mostró que solo el 26% de los padres consideran que a los profesores se les debe permitir golpear a los chicos en la escuela. El 74% estuvo en desacuerdo.

Incluso entre los padres que castigan físicamente a sus hijos, el 67% dijo que a los profesores no se les debería permitir hacerlo.

Según un estudio publicado en 2015 por la sicóloga Elizabeth Gershoff, investigadora de la Universidad de Texas especializada en disciplina infantil, la aprobación de los estadounidenses respecto al castigo corporal en las escuelas «ha caído rápidamente durante un período de 40 años«.

«Sabemos que el castigo físico va a desaparecer», dice Vieth. «Solo es cuestión de ver qué tan rápido va a ocurrir».

En cuanto a los educadores, el estudio de Gershoff muestra que «durante las últimas décadas han mostrado un apoyo más fuerte al castigo físico que el público estadounidense».

¿Qué tan malo es?

Los expertos coinciden en que las investigaciones sobre el castigo corporal escolar y la conducta y la salud mental de los niños es limitada.

Según el National Women’s Law Center, que contó con el respaldo de la Asociación Estadounidense de Psicología, «los métodos violentos de disciplina impactan el logro académico y el bienestar a largo plazo de los estudiantes».

«De hecho, un estudio encontró que las escuelas en estados donde se usa el castigo corporal, tienen un desempeño más bajo en las evaluaciones académicas nacionales que las escuelas en estados donde está prohibido».

Otro estudio de Gershoff concluye que hay suficiente evidencia que muestra que el castigo corporal está asociado con «daños físicos, problemas de comportamiento y de salud mental y desempeño deficiente».

Muchas de las investigaciones académicas van en esa dirección, sin embargo, hay quienes tienen una posición contraria.

Uno de ellos es Harold Hoff un investigador canadiense en temas de disciplina infantil y director de la ONG Keep43, que trabaja por mantener las leyes que le permiten a los padres «usar fuerza menor en la crianza de los hijos».

Hoff, autor de libro «Castigo corporal: ¿es efectivo ?: un estudio empírico de los registros de castigos escolares», concluye que el castigo corporal en las escuelas sí puede tener un beneficio.

«Cuando lo usas de manera apropiada, moderada y esporádica, creo que los beneficios aplicar castigos físicos moderados y estandarizados superan de lejos los daños que algunas personas piensan que están ligados a ellos», le dice Hoff a BBC Mundo.

«La comunicación debe estar siempre en primer lugar», dice Hoff, «pero para muchos niños y en muchas circunstancias, eso no es suficiente».

La investigación de Hoff, cabe aclarar, no ha sido incluida en las publicaciones académicas relacionadas con el tema.

Otra de las posiciones del debate es la de los adultos que dicen que durante su niñez recibieron castigo físico y dicen no haber sufrido consecuencias.

«Yo lo comparo con el cigarrillo», dice Vieth. «Puede que fumar de vez en cuando no te mate, pero sabemos que sí aumenta los riesgos para la salud».

Wylie A. Greer, el joven de Arkansas castigado por sus profesores, tiene una opinión similar.

«Creo que el castigo corporal no tiene lugar en las escuelas», escribió en su carta. «Incluso si no fue doloroso para mí».

Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-43479556

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URGENTE HOY: Webinar Las educaciones populares en el marco de la actual crisis educativa evidenciada con el COVID-19*

El *Grupo de Contacto Internacional*, conformado por dirigentes gremiales del sector educación de América y Europa, pedagogos críticos y educadores populares, te invita a participar en el webinar

 

Ponentes:
• *Marco Raúl Mejía* (Expedición Pedagógica, Colombia)

• *Delma Cecilia Martínez *(Feminismo Comunal, México)

• *Fernando Lázaro * (Bachilleratos Populares, Argentina)

• *Verónica del CID* (Red Mesoamericana Alforja)

• *Yanina Moreno * (Campamento contra cenizas de Carbón, Puerto Rico)

Moderador: *Luis Bonilla-Molina* (Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes OIREPOD)

Relatora. *Luz Palomino * (Portal Otras Voces en Educacion)

*Fecha: 24 de abril 2020*

*Horarios Por país: ​*

11:00 am​ Canadá

​​​​​*12:00*pm ​Los Ángeles / San Francisco

​​​​*02:00*pm​Costa Rica

*03:00*pm​Colombia / Panamá / Perú / Ecuador
​​Ciudad de México /

*04:00*pm ​Nueva York / Venezuela /Puerto Rico
​​Cuba / Chile / Bolivia

*05:00*pm​Argentina / Sao Paulo /

*10:00*pm​Cataluña

*Pueden entrar al webinar a través del siguiente enlace*:
https://www.facebook.com/1297396020291…/…/3202930319737642/…
Contraseña: 783822

✓ Por el youtube del portal “Otras Voces en Educación” en el siguiente enlace https://www.youtube.com/user/DILANCI

✓ *Transmitiremos en vivo a su vez desde las páginas de facebook* de la *Federación de Maestros de Puerto Rico* en la siguiente dirección: https://www.facebook.com/federaciondemaestrosdepuertorico/

*Otras Voces en Educación* https://www.facebook.com/ovemundo

En *Brasil* por SINASEFE. https://www.facebook.com/sinasefe.nacional/videos/678928356204265/

En *Ecuador* desde el Facebook de la Unión Nacional de Educadores (UNE)

En *Panamá* desde el Facebook de ASOPROF

En *Mexico *

• El Facebook del Centro Sindical de Investigación e Innovación de la Sección XVIII de la CNTE https://www.facebook.com/1297396020291…/…/3202930319737642/…

•El Facebook del Centro Internacional de Pensamiento Crítico Eduardo del Río (Rius) https://www.facebook.com/Centro-de-Investigaci%C3%B3n-R%C3%8DUS-reflexionando-las-Ciencias-Sociales-431783787648718/?eid=ARCtUbzYaJwqW7GDSb92gY98FS3bYYtbNFf1lAhjN_gxPJhRxWaINwn1fBnnTZVm3sJt4JBwWh2uMEt5

•El CEDES22 de la Sección 22 de Oaxaca de la CNTE https://www.facebook.com/CEDES-22-308360079824902/
• A través del Facebook de La sección 9 de la CNTE
https://www.facebook.com/formacion9na/

*Colombia*
A través del facebook de la ADE Bogotá : https://www.facebook.com/adebogota/

en *Venezuela* a través del Centro Internacional Miranda (CIM): Https://www.facebook.com/centrointernacionalmiranda/

En * Argentina*
• A través del *CEIPH* (Bachilleratos populares) en el siguiente enlace https://www.facebook.com/ceiphistorica/

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México: Regreso a clases el 1 de junio y se extiende el ciclo escolar al 17 de julio: SEP

América del Norte/México/Diarioeducacion

Se anuncia el regreso a clases el 1 de junio y se extiende el ciclo escolar al 17 de julio

En la conferencia Mañanera del Gobierno de la república de México, el secretario de educación pública Esteban Moctezuma ha anunciado las fechas para el regreso a clases presenciales a partir del 1° de junio a nivel nacional, tomando en consideración un regreso anticipado en municipios fuera de riesgo por el COVID-19 el 17 de mayo. A tales medidas se le agrega una extensión de días pasando del 6 de julio hasta el 17 de julio en todo el país.

Esteban Moctezuma hizo énfasis que “Juntos vamos a rescatar el ciclo escolar, no para cumplir un requisito, sino logrando que los aprendizajes se den en nuestros niños y niñas”. Para ello las clases virtuales se seguirán dando a través de las clases por televisión y la plataforma de actividades Aprende en casa. En esta plataforma se ofrecen actividades relacionadas con los programas de televisión, sin embargo, hay que tener paciencia pues suele estar saturada y lenta en su navegación.

Asimismo reconoció la función de los docentes en estas semanas extraordinarias y su labor para darle seguimiento a las actividades de los alumnos del país.

La entrada Regreso a clases el 1 de junio y se extiende el ciclo escolar al 17 de julio: SEP aparece primero en Diario Educación.

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El confinamiento escolar en México

Por: Juan Carlos Yáñez

Las semanas previas, como sucedió en otras partes del mundo, vivimos y, en algunos casos, sufrimos una situación inédita, con la transformación de los hogares en espacios de la escolarización formal, mientras, madres y padres tenían que continuar su vida normal o laborar desde casa.

No tengo elementos para juzgar la experiencia colectiva, más allá de comentarios en redes sociales: oscilan desde el reconocimiento al trabajo de los educadores, hasta las críticas a los niveles de exigencia con los estudiantes.

Es evidente que el sistema educativo no estaba preparado, como tampoco lo estamos en casa para enfrentarnos a una forzosa reclusión colectiva. Las primeras semanas de la contingencia sanitaria han dejado enseñanzas de lo bueno, posible y reprobable.

Hay tiempo, creo, para que los sistemas educativos en sus distintos niveles aprendan y no perdamos el ciclo escolar en línea con tareas repetitivas e intrascendentes, fastidiando a los estudiantes con actividades planeadas al vapor, sin probarse, sin acompañamiento efectivo y sin la atención debida en casa, porque ahí la vida no se volvió más relajada y sí complicada.

Es oportunidad, también, para formular diagnósticos sobre las falencias del sistema educativo ante las transformaciones sociales y las nuevas realidades del siglo XXI. Falta observar la voluntad de las autoridades para aprovecharlo. Lo más terrible sería, después de estos meses de espanto, que la escuela pretendiera regresar como si nada dramático hubiera sucedido.

Por ahora, con el confinamiento en casa y la continuación del ciclo escolar que debería terminar en junio, la preocupación pedagógica se dividió en dos prioridades: una, cumplir el calendario y los programas oficiales; para algunas escuelas, dejar tareas y tareas hasta agotar los temarios. La segunda, en las antípodas, consiste en procurar una experiencia distinta para aprender en escenarios inimaginables.

Se podría recuperar el programa burocráticamente, aunque se aprenda poco, o bien, los niños podrían aprender que, en algunos momentos, hay que hacer tareas y actividades porque es obligación y nada más. Otros costos ya son altos en México: millones de niños que recibían un desayuno escolar, no lo tienen; en muchos casos, en zonas pobres, el único alimento nutritivo del día.

Las tareas escolares

El análisis de la contingencia y sus implicaciones educativas podría comprender varios temas; entre ellos, las tareas. Debate antiguo pero vigente, polémico en distintos países que lo han discutido en las más altas tribunas políticas: ¿es recomendable encargar tareas para casa?, ¿sí?, ¿cuántas?, ¿qué relevancia tienen esas tareas?, ¿cuál es la calidad de la retroalimentación que hacen los maestros? Y la crucial: ¿qué aprenden los niños con tareas?

Un siglo atrás, Adolphe Ferriére, uno de los creadores del movimiento de la Escuela Nueva, escribió un texto provocador: «Y según las indicaciones del Diablo, se creó el colegio. El niño amaba la naturaleza: lo recluyeron en salas cerradas… Le gustaba moverse: lo obligaron a quedarse quieto. Le gustaba manejar objetos: lo pusieron en contacto con las ideas. Le gustaba usar las manos: solo pusieron en funcionamiento su cerebro. Le gustaba hablar: lo relegaron al silencio. Quería razonar: lo hicieron memorizar… Le hubiese gustado entusiasmarse: inventaron los castigos. Entonces los niños aprendieron lo que nunca hubiesen aprendido sin esto: supieron disimular, supieron hacer trampa, supieron mentir».

En nuestro contexto, con un sistema educativo altamente escolarizado, la cuarentena nos tomó en fuera de lugar y la improvisación entró a la cancha para tratar de rescatar el partido. Se vuelve más imperativo preguntarse por la relevancia de las tareas, es decir, de las actividades que hoy tienen los niños en el hogar.

Cuando abordo el tema con educadores siempre repito: una tarea del alumno equivale a muchos deberes para el maestro. Es una perogrullada: el profesor que deja una tarea a 30 estudiantes, luego se convierte en 30 tareas, porque el maestro tiene la obligación profesional y ética de revisarlas una por una. Si tiene tres grupos, o cuatro, sus tareas se vuelven 90 o 120. Y si en cada una invertirá, pongamos, cinco minutos, entre la lectura y los comentarios que debe hacerle a cada uno, entonces, debe invertir 450 o 600 minutos, es decir, un montón de horas.

Es preferible una tarea significativa, que produzca aprendizajes, a cinco por día para tenerlos ocupados, agotándolos y enseñándoles que la escuela, así sea en casa, es una institución de trabajos estériles e injustificados.

Frente a estas discusiones, me resuenan las palabras de Paulo Freire: la educación debe ser un desafío intelectual, no canción de cuna. Para que ocurra, debe replantearse el sentido de la educación aquí y ahora, así como las posibilidades que ofrecen en un momento donde la escuela necesita más participación de la familia, pero de formas menos autoritarias y más plenas.

Francesco Tonucci, entrevistado por El País, introduce otro elemento punzante frente a la pandemia; parafraseo: a los psicólogos se les piden consejos para los padres; a los pedagogos, consejos para los maestros; pero nadie piensa en los niños, y no les preguntan tampoco.

Es un momento imperativo para establecer un nuevo contrato pedagógico entre la escuela y la familia y de colocar a los niños, de verdad, en el centro de la escuela. ¿Lo aprovecharemos?

Escuelas que preguntan, padres que participan y se comprometen de otras formas, niños que aprendan felices podría ser la gran lección de este año funesto.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/04/23/el-confinamiento-escolar-en-mexico/

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La Universidad Autónoma Metropolitana y el coronavirus

Por: Carlos Ornelas

«La pandemia nos agarró desprevenidos; aunque los discípulos de Nostradamus ya sabían que venía, la ciencia y la política no les hicieron caso. Hoy estamos en apuros, no podemos hacer lo ordinario.»

En mi Casa Abierta al Tiempo, las autoridades se pusieron las pilas. Este viernes, el Colegio Académico aprobó la iniciativa del rector general para poner en marcha el Proyecto Emergente de Enseñanza Remota (PEER). Tiene el propósito de apoyar a docentes y alumnos durante la contingencia, a partir del trimestre de invierno, que iniciará el 11 de mayo, ya bien avanzada la primavera. Ya traíamos rezago por la huelga del año pasado.

El proyecto, a pesar de la brevedad con que se elaboró, tiene aciertos. En primerísimo lugar, rompe la parálisis en la que habíamos caído desde hace un mes. Además, es flexible, no hace yunta con pertrechos, aunque sí hay plazos. Nuestro trimestre regular es de 55 días de clases, éste será de 54, trabajaremos nueve sábados.

Los docentes que estarán a cargo de grupos podrán elegir una herramienta de comunicación: correo electrónico, redes sociales, audioconferencia, foros de colaboración, plataforma virtual o videoconferencia. Agarra enseres de Google, Microsoft y otros ya probados, además de los de creación doméstica, como Envía, que usamos desde el siglo pasado.

Un punto vital: “Tanto alumnos como profesores tendrán formas de capacitación distintas, mediante talleres con videoconferencia o con guías tutoriales, pensadas para el manejo de medios de comunicación, almacenamiento y elaboración de materiales y trabajos”. La Universidad Autónoma Metropolitana también apoyará con becas en especie a más del 11% de su población estudiantil que proviene de segmentos sociales desfavorecidos, con una tableta y conexión a la red.

La sesión del Colegio fue virtual, participaron 54 colegiados, entre autoridades, representantes de profesores, alumnos y trabajadores. Y, dados nuestros hábitos de discusión asambleísta, habló quien quiso; duró 12 horas. Hubo oposición de profesores y estudiantes. Esgrimieron argumentos de peso, unos; otros, sin sustento, pero ambos abogaban por el inmovilismo, por actuar como si fueran tiempos normales.

Cierto, el proyecto no repara todos los daños: colegas con contratos temporales entran al desempleo, compañeros que por décadas se resisten a usar los medios digitales, estudiantes sin medios para estas posibilidades, pero hay ofertas para todos; imperfectas, claro está, pero es buscarle una salida al letargo. La mejor en las condiciones vigentes, pienso.

Cavilé que los compañeros que se oponen, no todos, por supuesto, siempre esperan salidas perfectas. Y en eso estaba cuando vino a mi mente una frase de El principito. “La perfección se logra al fin, no cuando no hay nada que agregar, sino cuando ya no hay nada que obtener”.

Me convence la máxima de Antoine de Saint-Exupéry. Con el PEER podemos obtener mucho; inmóviles con lo ordinario, nada.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-universidad-autonoma-metropolitana-y-el-coronavirus/

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La brecha digital en la educación ante el COVID-19

Por : Pluma Invitada

Ante la denominada pandemia generada por el virus COVID-19, la suspensión de clases presenciales en todos los niveles educativos es una realidad, las actividades académicas a distancia son una variante y se convierten en una alternativa en diferentes sistemas educativos; en México no es la excepción, el trabajo a distancia es la única opción y las posibilidades de dar cumplimiento a los planes y programas de estudio ahora son parte de una acción compartida entre la escuela y los padres de familia, ante dicha estrategia el proceso de enseñanza y aprendizaje ahora es divergente ante un mismo objetivo una educación social, con equidad, promoviendo la calidad o excelencia de la educación.

El uso de la tecnología como una alternativa educativa ante el problema de sanidad a nivel mundial permite evaluar el cumplimiento de ciertas políticas educativas; de acuerdo al documento Metas 2021 (OEI), generado en la cumbre de 2008 en la ciudad de San Salvador y publicado en el 2010, los distintos ministros de educación en su momento, consideraron la necesidad de cerrar la brecha digital en Iberoamérica dando cumplimiento a diferentes metas entre los que se resalta; fomentar la igualdad de oportunidades y compensar las desigualdades sociales, ampliando la dotación de computadoras en las escuelas y la alfabetización tecnológica del alumnado; favorecer el aprendizaje de los alumnos mediante la incorporación de las TIC en el proceso de enseñanza y aprendizaje; lograr que los docentes incorporen su apropiación tecnológica al proceso de enseñanza y aprendizaje, lo que posibilita un uso pedagógico de las TIC y garantizar la existencia de recursos y contenidos digitales adaptados y de calidad, necesarios para la integración y el uso de las tecnologías en el ámbito educativo.

El cumplimiento de las políticas internacionales genera un compromiso mayúsculo y necesario destacar, de acuerdo al extinto INEE en el ciclo escolar 2007-2008 la mitad de las primarias contaba con una computadora para uso educativo; para el 2013-2014 este porcentaje se redujo a 39.6%, y para el ciclo 2015.2016 llegó a 40.4%. En la educación secundaria, en el ciclo escolar 2007-2008, 71.5% del total de estas escuelas tenía una computadora para uso educativo; en el 2013-2014 el porcentaje bajó a 68.4% y se recuperó  en el 2015-2016, al llegar a 70.1%. De acuerdo a los datos las condiciones en las escuelas no son las viables y ahora generar propuestas educativas haciendo uso de las TIC es todo un enigma que tendrán que resolver maestros, alumnos y padres de familia.

De acuerdo con el INEGI (2019) 18.3 millones de viviendas (52.7% del total en México) cuentan con acceso a internet. La mayoría de viviendas que no cuentan con acceso (16.4 millones) corresponde a la sociedad con menores recursos, ubicada en los estados de Chiapas, Estado de México, Guanajuato, Jalisco, Oaxaca, Puebla y Veracruz.

El impacto de la tecnología en las escuelas depende del manejo que se haga de ellas; la brecha digital no se cierra dotando a las escuelas de computadoras, ni capacitando a los docentes con propuestas innovadoras haciendo uso de la tecnología. Un ambiente digital se construye con procesos integrales en los que demande una práctica educativa acorde a las condiciones digitales del contexto de los alumnos.

Si bien el cumplimiento de la política educativa es una condicionante que permite atender la brecha digital en los procesos de enseñanza y aprendizaje; el financiamiento, monitoreo, capacitación, conectividad y renovación de los equipos destinados a las escuelas, es una muestra de las condiciones que se tienen para enfrentar los desafíos de problema de sanidad a nivel mundial.

Anunciado el confinamiento por el COVID-19, el trabajo escolar en casa ha generado una serie de comentarios entre la sociedad, los cuales reflejan la inestabilidad en las acciones que realiza la escuela y el compromiso social que tiene la familia con la educación. Será necesario reflexionar sobre cuál es el papel de la escuela en tiempos de contingencia, y valorar la importancia de una educación integral buscando diversas formas de enseñar para optimizar el aprendizaje. Necesitamos buscar alternativas para atender y aprender de las condiciones sociales, ni tenemos la infraestructura, ni utilizamos los recursos, ni buscamos áreas de oportunidad; sin embargo, cuestionamos todo lo que se platean y no valoramos lo que tenemos, opinamos sobre lo bueno y lo malo, pero no proponemos una solución, evaluamos evidenciando los errores y no argumentando nuestros saberes.

Referencias

INEE. (23 de Marzo de 2020). Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación. Obtenido de Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación: https://www.inee.edu.mx/

INEGI. (29 de Diciembre de 2019). Instituto Nacional de Estadistica y Geografía . Obtenido de Instituto Nacional de Estadistica y Geografía : https://www.inegi.org.mx/temas/educacion/

OEI. (2010). Metas 2021. Madrid, España: OEI.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-brecha-digital-en-la-educacion-ante-el-covid-19/

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OPINIÓN | Morir de COVID – 19 en Nueva York

Por: Tlachinollan

En la zona del barrio de Manhattan, sobre la calle 117, en el quinto piso, vive Reyna. En un departamento con tres recámaras habitado por 9 personas. Desde hace 25 años se casó con Ángel y procrearon cuatro hijos. Durante más de dos décadas Reyna empezó a trabajar en labores de limpieza. Comenta que hay familias ricas de Brooklyn que son las que peor pagan, porque te dan 12 dólares por hora”. Ella, por ser hablante del tu’un savi y del castellano, tuvo la oportunidad de trabajar como perito intérprete en el consulado de México en Nueva York. Posteriormente una agencia privada la contrató por dos años. Con la experiencia que adquirió, desde el año 2000, es perito intérprete en las Cortes de los cinco condados de la ciudad de Nueva York.

Este domingo, con gran pesar nos comentó: Estoy muy triste porque se murió mi esposo Ángel. El lunes 23 de marzo, cuando regresó de trabajar se mojó mucho. Le dije que se quitara su ropa y que se sacara su pelo. Se quejó de que estaba muy cansado y luego se recostó. El martes amaneció con calentura y ya no fue a trabajar si no hasta el jueves. En la casa tomó Tylenol y mejoró un poco. El viernes cuando llegó a trabajar, su jefe le dijo que ya no iban a laborar por tres semanas. Fue en esos días en que anunciaron que se suspenderían las actividades de las empresas. El problema fue que la calentura no se le quitaba. Le dije que fuera al hospital, pero por miedo no se animó. Yo le insistí que tenía que ir para saber qué era lo que tenía.

El sábado fue al hospital y le dijeron que no tenía nada. El médico le indicó que estuviera en su casa por catorce días y que siguiera tomando Tylenol. Así estuvo el sábado y hasta el martes con calentura y dolor de pecho. Él mismo me decía que no se sentía bien y, además, empezaba a tener malestar en su pecho. Yo le puse agua con vapor y vaporub. También le di té y le quemé con un trapo caliente su cuello. Me empezó a preocupar porque ya no respiraba bien.

El martes llamé a una ambulancia para que se lo llevaran de urgencia al hospital. Lo recibieron en el Monte Sinaí. No me dejaron acompañarlo y solo me comentaron que se comunicarían más tarde. Me quedé sola con mis hijos esperando la llamada. El miércoles ninguna persona nos llamó. Por eso el jueves salí a buscarlo, pero para mi mala suerte, nadie me dio información. Más tarde hablé con mi cuñada. Ella es ciudadana americana y le dije lo que estaba pasando. Me consoló diciendo que ella se comunicaría al hospital. Así fue, el viernes por la mañana me dio un teléfono para que hablara con Ángel. Le llamé y le pregunté cómo se sentía. Al escucharlo me alegré porque me dijo que estaba un poco mejor. Solo me cuesta respirar, pero ya estoy bien. Me pidió que le llevara jugo y atole de granillo. Bien recuerdo que eran como las 10 de la mañana. Colgué y le comenté a mis hijos más chicos que su papá ya estaba bien, y que le iba a preparar su atole para llevárselo. También se lo compartí a los familiares de Ángel. Estábamos contentos porque el fin de semana estaríamos en casa juntos. Como a las 12 del día recibí una llamada de un número desconocido. La voz fue de una persona que hablaba inglés y que al mismo tiempo se apoyó de un perito intérprete. Me preguntaron primero si yo era Reyna, la esposa de Ángel. Les contesté afirmativamente y es cuando me dijeron que hablaban de parte del hospital para informarme que Ángel había fallecido. Fue como un golpe en el corazón. No supe que decir. Solo me puse a llorar y ya no pude seguir la comunicación. Al principio no creí en lo que me decían, porque había escuchado su voz y sentía que estaba bien. Es más, sus palabras fueron muy claras y por algo me había pedido lo que más le gustaba; su atole de granillo. No sé qué pasó en esas dos horas. Lo más trágico es que no hay alguien que conteste el teléfono para dar alguna información, que nos ayude a entender lo que pasó. Solo fue la noticia fría, de que Ángel estaba muerto.

Fueron momentos de mucho dolor y de mucha impotencia, porque no hay nadie que te preste auxilio y, además, no te permiten verlo. Solo la familia es la que por teléfono nos contestaba las llamadas y nos consolaba. No hay forma de saber dónde acudir para pedir informes. Lo único que pudo investigar mi cuñada es que buscáramos una funeraria, que tuviera algún espacio para poder cremarlo. Nunca creí que la mayoría de funerarias a las que hablé me dijeran que sus servicios estaban saturados y que no me podían programar una fecha para cremar a mi esposo. Gracias a Dios que encontramos un lugar esta semana.

Ahora viene lo más difícil, porque hay que conseguir el dinero. No hay esperanzas de que el gobierno nos ayude. Tampoco la empresa donde trabajaba Ángel, porque ahorita todo está cerrado y solo se puede hablar por teléfono. Como son oficinas nadie contesta. También hemos hablado al consulado de México y ni ahí nos contestan. Por eso, no hay a quién llamar ni a quién pedirle ayuda. Los familiares de Ángel son los que me van ayudar, porque tengo que pagar este lunes mil 700 dólares para el servicio de cremación. No sé cómo le voy a hacer para pagar ese dinero y para seguir comiendo con mis hijos. Hasta que pague me van a decir el día y la hora de la cremación. Solo espero que me entreguen sus cenizas, para que por lo menos podamos llorar y tener sus restos en una urna. Ojalá nos los puedan entregar, para sepultarlo como es nuestra costumbre. Ya que pase todo lo pensamos traer al pueblo, en Chimaltepec, municipio de Alcozauca, para que esté al lado de sus padres y abuelos.

Vivir en Nueva York en estos momentos del coronavirus es un gran sufrimiento, porque no existes para nadie. No hay una persona que te atienda. Cada quién está encerrado como en una cápsula. Todo mundo busca cómo sobrevivir y protegerse de los demás. No sabemos qué vamos a hacer, porque las autoridades de salud no nos han visitado para informarnos qué medidas vamos a tomar y qué estudios nos tienen que realizar. Además del dolor por haber perdido a mi esposo, quien se vino a Nueva York para darles una mejor vida a sus hijos, ahora nos encontramos también en riesgo. No sabemos si somos portadores del COVID – 19. Nos preocupa porque mi hermano y mi sobrino, con quienes compartimos el departamento, también tuvieron los mismos síntomas, aunque ahora están recuperándose. Nadie nos informa sobre lo que tenemos que hacer, para que no se vaya a repetir la historia de mi esposo.

Apenas una amiga mía que vive en el Alto Manhattan y es de Ixcuinatoyac, municipio de Alcozauca, me habló por teléfono, porque supo de la muerte de Ángel. Me compartió llorando de que su primo también había muerto a finales de marzo. Jhonny, es otro paisano, originario de San José Lagunas que también murió el mismo viernes 3 de abril. A los tres días tuvimos noticia de la muerte de Juan, quién radicaba en el Bronx y que era originario de Lomazoyatl, del mismo municipio de Alcozauca. Por último, nos informaron nuestros familiares que viven en la región, que en el periódico salió que otro paisano de Tlapa de nombre Armando, residente en Queens, también falleció el 27 de marzo.

Por los testimonios que hemos registrado con los familiares de las personas que residen en Nueva York son cinco las que han fallecido por la pandemia del coronavirus. Lo más grave es que los consulados no están proporcionando información sobre estos decesos y mucho menos están documentando y estableciendo contacto con las autoridades sanitarias, para atender a las familias de las personas que han fallecido, para prevenir mayores contagios y proporcionarles la atención médica que requieren. El caso de Reyna es un ejemplo de la desatención y discriminación que enfrenta la población migrante en la gran urbe donde se han reportado 9,385, siendo en su mayoría población latina y afroamericana. Un reporte reciente registra que el 34% es población latina y el 28% población afro, es decir el 62% de las defunciones corresponden a poblaciones marginadas. Se estima que alrededor de un millón de los hispanos en Nueva York son inmigrantes indocumentados sin seguro médico, según estimaciones del gobierno municipal. El mismo alcalde de Nueva York expresó que se trata de una “disparidad flagrante». Es decir, de la profunda desigualdad social y racial que existe en la ciudad más poblada de Estados Unidos, donde la población indígena de la Montaña enfrenta los estragos del COVID – 19, sin el apoyo de las autoridades mexicanas. El sueño se ha transformado en pesadilla para centenas de familias cuya sobrevivencia depende de las remesas que envían los migrantes de Nueva York, que en sus hogares ronda la muerte, y que en su horizonte, pesa la incertidumbre de cómo sobrevivir después del COVID – 19.

Fuente e imagen: http://www.tlachinollan.org/opinion-morir-de-covid-19-en-nueva-york/

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