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Argentina – La deuda: “desensillar hasta que aclare”

La deuda: “desensillar hasta que aclare”

Fuentes: Rebelión

Tengo la impresión que nuestro gobierno al igual que muchos actores no gubernamentales (partidos, movimientos sociales, sindicatos, etcétera) además de amplios sectores de la sociedad civil subestiman la magnitud de la crisis económica actual. Es comprensible que eso lo haga la derecha, y es el mensaje que transmiten sus compinches mediáticos. Para ellos la crisis es un momentáneo traspié producto de la cuarentena a la cual se oponen presuntamente en nombre de la libertad y los derechos individuales. Confunden a sabiendas (porque no pueden ser tan ignorantes) la causa con el remedio y entonces el culpable es éste, no el virus. La evidencia que ellos optan por desconocer demuestra que el bajón económico venía de antes, de la irresuelta crisis de las “hipotecas subprime” de los años 2007-2008. Esta fue el disparador de la recesión mundial que se extendería hasta finales del 2015 para después dar lugar a una leve e insuficiente recuperación. Lo que hizo la pandemia fue profundizar, vertiginosamente, las contradicciones que se agitaban en el seno del sistema capitalista y corroer las bases de su precario restablecimiento. La hegemonía del capital financiero contaminó a todo el sistema con su proverbial parasitismo y acentuó la fatal disyunción entre la especulación financiera y la economía real. Mientras las ganancias de los tahúres financieros crecían hasta las nubes la producción se desplomaba y la desocupación crecía incontenible. En Estados Unidos las personas que se acercaron a las oficinas de la seguridad social para tratar de obtener el módico y transitorio seguro de desempleo superó la cifra de cuarenta y siete millones.[1] No muy diferente fue el comportamiento en casi todos los demás países. Los pronósticos (conservadores) del FMI para las economías más desarrolladas prevén para este año una caída entre el 8 y el 13 por ciento del producto, cifras que con ligeras variantes se anticipan para los países de la periferia del sistema. La Argentina caería un 9.9 % mientras que en Brasil la caída sería de un 9.1 y en México el descenso sería del 10,5 , al paso que la economía mundial se contraería en un 5 por ciento. Hay que tener en cuenta que todas estas estimaciones están sujetas a una muy posible revisión a la alza en la medida en que la pandemia continúe su curso y las actividades económicas se reduzcan aún más.

Dados estos antecedentes no sorprende que hayan comenzado a oírse con más fuerza las voces de economistas que proponen una moratoria generalizada de la deuda, tanto la soberana como la de los particulares. En ese sentido, y contrariamente a la opinión prevaleciente, la situación de la Argentina está lejos de ser una escandalosa excepción. Una mirada sobria a los datos oficiales de los distintos gobiernos permite comprender las razones de quienes proponen un jubileo global como necesaria estrategia para salir de la crisis. Estados Unidos tiene una deuda pública que supera los 23 billones de dólares (o sea, 23 millones de millones de dólares, lo que en inglés se cita como 23 “trillones” de dólares), equivalente al 98 % de su PIB. ¿Caso único? ¡Para nada! En el Reino Unido esta proporción asciende al 116 %, al 126 % en Italia, en Francia al 213 %, en Holanda llega a 533 % y en Irlanda al 780 %. Por comparación, en China este guarismo apenas si llega al 13 % y en Rusia al 40 %.La Argentina tiene una relación deuda/PIB que según diversas estimaciones fluctúa en torno al 85%.

James K. Galbraith, hijo del eminente economista John  K. Galbraith, y profesor en la Universidad de Texas/Austin ha sido desde hace tiempo uno de los más ardientes defensores de la tesis del jubileo de la deuda.[2] Según él, una vigorosa recuperación de la pandemia sólo será posible a condición de que se produzca una masiva anulación de la deuda. “La enorme maraña de deudas impagas que no podrán ser cobradas exigirá que el sistema financiero sea refundado desde sus bases” dice en su artículo. Galbraith recuerda algunos episodios cruciales del siglo veinte y observa que, afortunadamente, los gobiernos aprendieron de los desastres ocasionados con posterioridad a la Primera Guerra Mundial cuando Alemania fue obligada a pagar una deuda exorbitante como “reparaciones de guerra.” Apenas pudo hacerlo en mínima parte y a poco andar interrumpió sus pagos al Reino Unido, Francia y Bélgica, los que a su vez dejaron de pagar sus propias deudas con Estados Unidos. Cómo Washington presionaba a Londres, París y Bruselas para que pagaran sus deudas éstos hicieron lo propio con Berlín. El resultado: un círculo vicioso de deudas incobrables que en conjunción con otros factores terminó desatando la Gran Depresión y abriendo las puertas para el auge del Nazismo y, tiempo después, la Segunda Guerra Mundial.

Para Galbraith las traumáticas lecciones de la primera posguerra hicieron que los gobiernos adoptaran una actitud completamente diferente y que las deudas originadas por la Segunda Guerra Mundial fueron canceladas o licuadas, reducidas a una mínima expresión. Washington dejó de presionar a Londres y a sus aliados para que cumplieran con sus obligaciones porque sabía muy bien que aquellos no tenían como hacerlo. Una actitud similar se adoptó en relación a Alemania, ratificada luego plenamente en 1953 a resultas de lo cual ese país pagó una ínfima parte de su deuda externa. Y otro tanto ocurrió, siguiendo un trámite aún más complejo, con Japón, que no sólo debía reparaciones de guerra a Estados Unidos sino también las derivadas de su ocupación de China, Indochina (Vietnam), Corea y las Filipinas. Incidentalmente, el Reino Unido tampoco pudo pagar la cuantiosa deuda que al terminar la Segunda Guerra Mundial tenía con la Argentina, lo que precipitó la nacionalización de varias empresas británicas radicadas en este país, entre ellos los ferrocarriles. Según Galbraith, la actitud dominante en ese entonces fue decisiva para viabilizar la construcción del estado de bienestar keynesiano y el auge de la socialdemocracia que abrió el período más luminoso en la historia del capitalismo. Y agrega que algo similar ocurrió dentro de Estados Unidos cuando, en los años de la Gran Depresión la mayoría de las deudas fueron anuladas y la economía pudo, lentamente recuperarse con la gestión de Franklin D. Roosevelt.

Pero Galbraith no está sólo en su prédica. Daron Acemoglu, un economista turco y profesor en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por su sigla en inglés) que escribió hace apenas unos días un artículo llamado “La Gran Limpieza de la Deuda.” [3]  El punto de partida de su análisis es la constatación de que la deuda externa global antes del coronavirus ya ascendía a algo más de 7,5 billones de dólares (un 9 % del PIB mundial) y que la misma podría incrementarse exponencialmente a causa de la pandemia,  desencadenando  una cesación generalizada de pagos que hundiría a la economía mundial en una profunda depresión. En términos muy similares se expresa Bernard Hickey, un analista financiero neozelandés, cuando escribe que: “las deudas están creciendo en espiral mientras los gobiernos, las empresas y las familias pugnan por conseguir préstamos para paliar la caída de los negocios”. Muchos temen, continúa Hickey, que las deudas crezcan tan desorbitadamente como para “hundir a las economías y provocar una parálisis del sistema financiero global.”[4] En la misma línea se encuentra Michael Hudson cuando titula un artículo de reciente aparición que “Un jubileo de la deuda es la única manera de evitar la depresión.”[5]

Acemoglu avanza por el sendero abierto por Galbraith hace años y propone el perdón de las deudas en los casos en que éstas hubieran sido contraídas por gobiernos corruptos o al margen de las reglas del control democrático del proceso de  endeudamiento, rasgos que caracterizan nítidamente lo ocurrido durante el cuatrienio de Mauricio Macri. En su artículo asegura que este jubileo servirá también para propinar un ejemplar castigo a los inversionistas que, al margen de cualquier consideración ética, concedieron los préstamos atraídos por las exorbitantes tasas de interés que los malos gobiernos estaban dispuestos a pagar y las no menos jugosas comisiones percibidas por  la larga cadena de intermediarios (instituciones bancarias, consultoras, agencias calificadoras de riesgo, etcétera) que viabilizaban sus préstamos.

¿Cuál es la conclusión que brota de este análisis? Respuesta: que en momentos en que se comienza a discutir la conveniencia de un jubileo global como prerrequisito para salir de la crisis las autoridades argentinas deberían abrir un paréntesis en la negociación de su deuda externa. La gran incertidumbre que rodea al futuro de la economía mundial una vez conjurada la amenaza de la pandemia unida a la vigorosa irrupción de las grandes tecnológicas (Google, Apple, Amazon y Facebook) en los negocios bancarios y financieros y los elevados niveles de endeudamiento de los principales estados nacionales hacen que cualquier negociación o compromiso de pago para el futuro inmediato se asiente sobre numerosas incógnitas, todo lo cual  conspira contra la posibilidad de elaborar una estrategia realista y sustentable para hacer frente a los compromisos externos. El mundo del mañana, y no sólo el de las finanzas sino toda la vida económica y social, será muy distinto al que hemos conocido. Si se produjera una anulación generalizada de la deuda (o una refinanciación sine die, que en la práctica es lo mismo) como ha ocurrido después de las dos grandes guerras del siglo veinte, cualquier propuesta que hoy elabore el gobierno nacional terminaría girando en el vacío, o forzando al país a asumir gravosos compromisos de largo plazo en un ambiente financiero internacional muy distinto y cuyas nuevas reglas, prácticas e instituciones poco tendrán que ver con las conocidas y en vigor antes del Covid-19. Por eso, la prudencia aconseja archivar el asunto y, como decía un astuto presidente argentino, habrá que “desensillar hasta que aclare.»

Notas:

[1] Ver https://tradingeconomics.com/united-states/jobless-claims

[2] Cf. “We’ll Need Mass Debt Forgiveness to Recover From the Coronavirus”, en Eric Levitz, New York Magazine, May 28, 2020
https://nymag.com/intelligencer/2020/05/coronavirus-debt-forgiveness-rent-mortgage-recession.html

[3] En https://www.project-syndicate.org/commentary/plan-to-navigate-emerging-market-debts-by-daron-acemoglu-2020-06 . Nota del 23 de Junio de 2020

[4] “The case for a modern debt  jubilee”, en  https://www.newsroom.co.nz/2020/06/22/1240584/the-case-for-a-modern-debt-jubilee

Fuente de la Información: https://rebelion.org/la-deuda-desensillar-hasta-que-aclare/

 

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Argentina: En 2020 ya hubo casi la misma cantidad de tentativas de femicidios que casos consumados

América del Sur/Argentina/05-07-2020/Autor(a) y Fuente: www.diariodecuyo.com.ar

La mayor tasa de femicidios en base a la cantidad de habitantes la tienen Tucumán, Catamarca, Misiones y Salta.

Al menos 135 mujeres fueron víctimas de intentos de femicidio en lo que va del año en todo el país, apenas ocho casos menos que la cantidad de hechos consumados en igual período, según un relevamiento realizado por el Observatorio MuMaLá «Mujeres, Disidencias y Derechos».

Entre los últimos casos se encuentran el que ocurrió el lunes 29 de junio en el barrio porteño de Balvanera, donde una mujer fue atacada a puntazos en el cuello por su pareja en un domicilio de Alsina al 2.500, a raíz de lo cual fue hospitalizada y el agresor detenido.

El mismo día, en la ciudad de La Plata, una joven de 17 años fue brutalmente golpeada por el padre de su hija -de quien se encuentra separada- y por su excuñado en la calle de 121 bis, entre 98 y 99.

Pocos días antes, el 24 de junio, una mujer de 38 años fue apuñalada en el cuello por su pareja en el barrio porteño de Villa Urquiza y quedó en grave estado, mientras que el 26 una chica de 20 años fue atacada a puntazos con un cuchillo por su exnovio de 19 que la interceptó cuando caminaba por una calle de la ciudad balnearia de Necochea.

Los intentos de asesinatos de mujeres en contexto de violencia de género se encuentran contemplados en el informe de MuMalá que indica además que cada 29 horas una mujer es víctima de un femicidio y que en lo que va del aislamiento por la pandemia del Covid-19 se registraron 80 de los 143 casos del 2020.

También ese relevamiento se detalla que el 45 por ciento de las mujeres asesinadas tenían entre 19 y 40 años y que el 20 por ciento de ellas ya había denunciado al atacante.

Sobre los agresores, según MuMaLá, el 41 por ciento fueron sus parejas; el 22, sus exparejas y el 13, familiares.

En tanto, el 68 por ciento de los ataques fueron cometidos en la vivienda compartida por la pareja o en la de la víctima y 12 por ciento en la vía pública.

Por su parte, el Observatorio de las Violencias de Género «Ahora que sí nos ven», en su propio relevamiento de femicidios cometidos en los primeros meses de 2020, indica que se consumaron 162 hechos, lo que se traduce en un promedio de un asesinato cada 27 horas.

De esos casos, 148 tuvieron como víctimas a mujeres y los restantes 14 fueron niños y niñas, que corresponden a la franja de las llamadas víctimas de «femicidios vinculados».

Según ese mismo relevamiento, 34 de los crímenes en contexto de violencia de género fueron cometidos en enero; 28 en febrero, e igual cifra en marzo; 30 en abril; 21 mayo y la misma cantidad en junio.

«Ahora que sí nos ven» indica en su informe semestral que a raíz de estos asesinatos un total de 160 niños, niñas y adolescentes quedaron sin madre, mientras que en el relevamiento de MuMaLá esa cifra trepa a 177.

En cuanto a los atacantes, ese último organismo indica que el 21 por ciento se suicidó tras el femicidio y que el 4 por ciento pertenecía a una fuerza de seguridad.

No obstante, MuMaLá indica que la mayor tasa de femicidios en base a la cantidad de habitantes la tienen Tucumán, Catamarca, Misiones y Salta.

*Ante cualquier hecho de violencia por favor comunicarse a la línea 144: atención, contención y asesoramiento en situaciones de violencia de género.

Fuente e Imagen: https://www.diariodecuyo.com.ar/argentina/En-2020-ya-hubo-casi-la-misma-cantidad-de-tentativas-de-femicidios-que-casos-consumados-20200703-0064.html

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La batalla decisiva: el gobierno contra el poder

Por:  Atilio A. Boron

 

La cuarentena y el caso Vicentin han exacerbado las ansias revanchistas y desestabilizadoras de la derecha que recurriendo a sus formidables oligopolios mediáticos  -inagotables usinas de desinformación y manipulación de cerebros y corazones- y a su infantería de combate partidario trata de maniatar al gobierno, provocar su parálisis y, ¿por qué no?, su dimisión. Sería una ingenuidad pensar que una ofensiva tan furiosa y tan bien concertada pueda tener otra cosa que no fuese un objetivo de máxima. Suena un tanto exagerado pero la historia argentina enseña que los grupos dominantes rara vez movilizan sus recursos y destinan tanto tiempo y energía si no es por el premio mayor. Aquí lo que está en juego no es una concejalía o una subsecretaría sino lisa y llanamente el pronto retorno a la Casa Rosada.

El presidente Alberto Fernández ha sido blanco de un encarnizado ataque, en donde se mezclan insultos personales, descalificaciones y burlas, siguiendo meticulosamente los consejos que Eugene Sharp formulara en el manual de golpes de Estado que redactara para la CIA. [1] Partamos de la base que si alguien abre el buscador de Google con esta frase: “Alberto Fernández dictador” encontrará más de cuatro millones de resultados. Basta con recorrer las primeras páginas para comprobar la gravedad y extensión de tan maligna caracterización. Para el megaempresario Martín Varsavsky  “Alberto tiene «un pequeño dictador escondido», y lo mismo opinan el diputado nacional del radicalismo Alejandro Cacace, el abogado Carlos Maslaton, Elisa Carrió y las lumbreras que acuñaron el término “infectadura”, amén de tantos otras y otros para los cuales el dictador no está oculto sino que se exhibe con toda su prepotencia a plena luz del día. Para combatir a un dictador Sharp aconseja, aparte de muchas otras medidas, “practicar la desobediencia civil, acosar a funcionarios, burlarse de ellos, difundir sátiras que ridiculicen al gobernante, despliegue de banderas y colores simbólicos, gestos groseros, no-cooperación administrativa, etcétera.” Es decir, las medidas e iniciativas que proponen los ideólogos de la “infectadura” y están llevando a cabo los líderes de la “oposición democrática” en las últimas semanas.

Al día de hoy el presidente se encuentra objetivamente a la defensiva: el “periodismo de guerra” ejercido por órganos que son cualquier cosa menos periodísticos trabaja a destajo para desacreditarlo y deslegitimarlo ante los ojos de la población. El objetivo: erosionar por completo su autoridad y preparar la siniestra figura del “vacío de poder”, tantas veces utilizada en la historia de Latinoamérica para justificar golpes de Estado. Mientras, la pandemia prosigue su curso y la prolongada cuarentena es cada vez más difícil de sostener. Para las clases y capas populares quedarse en casa no es una opción realista o eficaz, sea por el hacinamiento de sus viviendas y barrios y por la naturaleza de sus medios de vida que las obligan a salir a diario a la calle a conseguir unos pesos. Algunos sectores de las capas medias pueden adaptarse a los rigores de la cuarentena, pero un prolongado encierro en un pequeño departamento para un grupo familiar de cuatro o cinco personas puede tener consecuencias psicológicas y médicas muy graves, aparte de las económicas. En resumen: una situación que puede, pasado tanto tiempo, desquiciar a una sociedad por más  integrada que ésta sea.

Para paliar estos efectos se requiere de un Estado potente, dotado de los recursos necesarios para enfrentar en simultáneo un triple desafío: combatir la pandemia en los hospitales, asegurar la efectividad de la cuarentena y hacer llegar a millones de hogares el dinero o los bienes (alimentación, medicamentos, etcétera) necesarios para sobrevivir bajo estas durísimas condiciones. Dinero para quienes están en la informalidad; para los precarizados,o para los que conservaron sus empleos pero se encuentran suspendidos y sólo reciben parte de su salario; dinero para sostener el consumo de lo desocupados y también para las miles de pymes que se encuentran al borde de la bancarrota si es que no cayeron en ella. Y el problema es que las arcas del Estado están exhaustas por el enorme esfuerzo ya hecho en estos meses, agravado por la caída a pique de la recaudación fiscal y por las gravosas secuelas de “la otra pandemia”, la producida por los cuatro años del desastroso gobierno de Cambiemos.

Derrotada la pandemia aún quedará en pie tener que lidiar con una crisis económica que todo indica no será de fácil o pronta resolución. En Estados Unidos se extenderá hasta finales del 2021, según lo declarara  Jerome Powell, el Chairman del Federal Reserve Board. Pensar en una inmediata recuperación del nivel de actividad económica en la Argentina es una expresión de deseos más que el resultado de un sobrio análisis de la realidad. Téngase en cuenta que en nuestro país la pandemia difícilmente será controlada antes de Septiembre, y ojalá que no más tarde. Luego, muy lentamente se podrá salir a circular por las calles para comenzar a normalizar la vida económica y las actividades escolares, culturales y recreativas.

La gente querrá trabajar pero cerca de un tercio de las pymes, las grandes dadoras de empleo en la Argentina, habrá cerrado sus puertas, muchas de ellas de forma definitiva. Poner en marcha los motores de la economía requerirá, tanto en Estados Unidos como en la Argentina, una enorme inyección financiera por parte del Estado. Así lo expresó Powell para su país, y no será diferente sino aún más necesario en la Argentina. Sin esta ayuda buena parte de esas pymes habrán desaparecido para siempre. Otras sobrevivirán, pero a condición de que cuenten con una generosa ayuda del gobierno. Y el problema es que no habrá mucho incentivo para producir y contratar trabajadores porque la gente sólo tendrá dinero para adquirir lo más esencial. O sea, una crisis que de modo simultáneo incide por el lado de la oferta y de la demanda.

Por lo tanto habrá que contar con extraordinarios recursos financieros para subsidiar a la oferta, a fin de que las empresas reinicien sus actividades; e incentivar la demanda, para que la gente tenga dinero y pueda comprar lo que necesite. Esta fue la exitosa receta de John M. Keynes para combatir a la Gran Depresión de los años treintas. Lo anterior requiere un enorme crecimiento del presupuesto del sector público. ¿Qué hacer? El endeudamiento externo no es opción porque esa fuente está cegada desde finales del gobierno de Mauricio Macri. La emisión incontrolada desataría una peligrosa espiral inflacionaria que en la Argentina acabó con varios gobiernos. Las empresas públicas, pocas, no generan ganancias como para sostener este renovado nivel de gasto público. Entonces, ¿no hay dinero? Sí lo hay, porque en la Argentina como en toda Latinoamérica el problema no es la pobreza sino la riqueza, concentrada en muy pocas manos y fuente inagotable de cuantas dictaduras asolaron a la región. Por eso habrá que hacer que el Congreso apruebe, con la mayor urgencia, una reforma tributaria integral en línea como la que existe en los países europeos o en Corea del Sur donde, por ejemplo, los intereses devengados por los plazos fijos pagan un impuesto que varía según el monto de la rentabilidad entre el 14 y el 25 por ciento mientras que en la Argentina no pagan ni un centavo. Aquí, el impuesto a las Ganancias … ¡lo pagan los asalariados! Por consiguiente, hay mucha tela para cortar en materia impositiva haciendo que las grandes fortunas paguen impuestos como lo harían en otros países, cosa que le aporten al Estado los recursos necesarios para enfrentar un desafío de inéditas proporciones. Si los opositores en el Congreso obstaculizan este plan habrá que extremar los recursos para persuadirlos de que deben acompañar esta iniciativa o hacerse cargo de la catástrofe que se produciría en caso de persistir en su negativa. Obviamente,  lloverán las críticas sobre el gobierno nacional pero mucho peores podrían ser las que caerían si, a causa de la impotencia estatal, los muertos se cuenten por decenas de miles, la desocupación llegue a varios millones, las empresas estén arruinadas y la gente no tenga dinero siquiera para comer.

La excepcional gravedad de esta situación obligará al gobierno a hacer lo que este país debió haber hecho hace muchos años. El gravamen extraordinario a la riqueza que al día de hoy, 23 de Junio de 2020,  no tiene “estado parlamentario” deberá ser tratado por la Cámara de Diputados sin más dilaciones. Pero ese “aporte” apenas si servirá para aliviar la situación por un par de meses, siempre y cuando se lo apruebe en las próximas semanas. Porque la ayuda que llega a destiempo no es ayuda. Por cierto esto acrecentará la gritería de los poderes fácticos que no ahorrarán denuncias y urdirán todo tipo de operaciones para desgastar a la “dictadura” de Alberto Fernández. Habrá que hacer oídos sordos al alboroto porque cualquier esfuerzo que se haga por aquietar los fervores del “sicariato mediático” y las tropas de asalto de la derecha sólo servirá para que ambos redoblen su ofensiva. La política del apaciguamiento tiene poquísimas chances de éxito en política. La ensayaron los gobiernos del Reino Unido y Francia en los Acuerdos de Munich de 1938 para atemperar el belicismo de Hitler y sólo sirvieron para enfervorizar aún más su afán de conquista. Y ya sabemos cómo terminó esa historia. Y regresando nuestro país recordemos lo que le ocurrió al gobierno de Raúl Alfonsín, salvajemente atacado también por los mercados y las grandes corporaciones. Tras la renuncia de Juan V. Sourrouille el nuevo Ministro de Economía Juan C. Pugliese trató de calmar los ánimos de las fieras del mercado hablándoles desde el corazón y aquellos le respondieron con la gélida frialdad del bolsillo. Pocos meses después Alfonsín tuvo que terminar anticipadamente su mandato y entregar la banda presidencial a Carlos S. Menem.

En una hora tan especial como ésta vale la pena recordar estos antecedentes históricos que demuestran la futilidad de la política del apaciguamiento con quienes libran una guerra contra la “dictadura” albertista. Pero también hay que buscar inspiración en los escritos de uno de los más lúcidos analistas de la política de todos los tiempos. Hablo de Nicolás Maquiavelo, por supuesto. En uno de los pasajes más luminosos de El Príncipe decía que el gobernante “dispone, para defenderse, de dos recursos: la ley y la fuerza. El primero es propio de hombres, y el segundo corresponde esencialmente a los animales. Pero como a menudo no basta el primero es preciso recurrir al segundo. Le es, por ende, indispensable a un príncipe saber hacer buen uso de uno y de otro, ya simultánea o bien sucesivamente.” En la Argentina el poder Ejecutivo no puede crear impuestos porque tal iniciativa es prerrogativa de la Cámara de Diputados. Y como ya dijimos,  ésta no se ha visto particularmente motivada a tomar cartas en el asunto. La parsimonia de una buena parte de sus miembros exhala un inocultable tufillo destituyente. Ante el bloqueo con que tropieza el funcionamiento basado en la ley el gobierno, necesitado de recursos para enfrentar la pandemia y la crisis económica, tendrá que apelar a su único otro recurso: la fuerza. Esto pese a que Alberto Fernández ha dado pruebas de ser el presidente más propenso al diálogo desde la restauración democrática, pero lo cierto es que para que el Estado pueda contar con los recursos que requiere para librar aquellas dos grandes batallas necesita el consentimiento de una oposición que ha dado sobradas muestras de preferir el enfrentamiento y la diatriba a un acuerdo de gobernabilidad.

Como anotaba Maquiavelo, el hecho de que un gobernante no pueda, o no lo dejen, gobernar con las leyes no lo exime de su  responsabilidad de garantizar el bienestar público apelando a la fuerza cuando sea indispensable, algo a lo cual el presidente es refractario. Pero por imperio de las circunstancias, “la fortuna”, como decía el florentino, no tiene otras opciones. Esa fuerza propia de los animales encuentra en Maquiavelo una ulterior diferenciación cuando distingue entre zorros y leones. Muchos príncipes, decía, creen que la fuerza del león les posibilitará cortar de un tajo el nudo gordiano que los paraliza. Pero  se equivocan si creen que basta con la fortaleza del león para remover los obstáculos que lo atribulan porque resulta que aquél tiene la fuerza pero carece de la astucia del zorro para eludir las trampas que les tienden sus inescrupulosos enemigos. Tampoco es útil adoptar indefinidamente la táctica favorita del zorro, sagaz para rehuir el enfrentamiento con sus enemigos y sortear todas las celadas, pero llegado el momento de la verdad necesita también él contar con una dosis de fuerza que no tiene. Por consiguiente, el buen gobernante debe saber “ser zorro, para conocer las trampas, y león, para espantar a los lobos.” Arturo Frondizi hizo de las artes del zorro su único recurso de gobierno, y fue derrocado por un golpe militar; Juan Carlos Onganía apeló exclusivamente a la fuerza y fue volteado por una enorme insurrección popular. Otro tanto le ocurrió a Leopoldo F. Galtieri. El buen gobernante, en la imagen de la filosofía política clásica, debe ser como el centauro: mitad caballo y mitad hombre. Tener la fuerza del primero pero guiada por la racionalidad del segundo; es decir, la fuerza del león y la astucia del zorro.

 

¿Cómo se traduce éste consejo en la Argentina de hoy? Creo que del siguiente modo: el gobierno tendrá que hacer valer los poderes concentrados en el Ejecutivo nacional de una república (federal apenas en el nombre) y lograr que los gobernadores de las provincias convenzan a sus diputados de aprobar con la mayor urgencia el proyecto del “aporte” aplicado a las 12.000 fortunas más grandes de la Argentina. No sólo eso: también de que deberán abocarse, sin más dilaciones, para consensuar una reforma tributaria que resuelva permanentemente y no sólo “por única vez” el tema ya señalado por Juan B. Alberdi hace casi dos siglos: la construcción de sólidas bases financieras para un Estado nacional agobiado con responsabilidades crecientes y que, en un futuro inmediato, serán cada vez más gravosas. Para esto el presidente deberá utilizar una cambiante  amalgama de persuasión y coerción, tal como lo han hecho todos los gobiernos del mundo en situaciones parecidas. Recordar que Abraham Lincoln logró los votos que necesitaba para alcanzar los dos tercios necesarios en el Congreso para abolir la esclavitud no precisamente respetando los buenos modales, la “corrección política” o la ética kantiana. Apeló a la fuerza pero combinada con la astucia y el conocimiento que tenía de su gente para lograr el objetivo supremo de su gestión como presidente.

Tiempos excepcionales como los que estamos viviendo requieren políticas que se apartan de las normas convencionales. Esta es la visión de un analista político que desea que el gobierno lleve a buen puerto la nave de la Argentina en medio de una “tormenta perfecta” producto de la combinación de pandemia y crisis económica y que es consciente que desde la presidencia la visión de estos asuntos y el diagnóstico de los desafíos podrían ser diferentes. Pero quien esto escribe sabe también que tiene la responsabilidad ética y política de dar a conocer estas opiniones. Callarlas sería un acto de cobardía o de imperdonable deslealtad. Es preferible dar la voz de alerta antes de una posible tragedia y no tener después que lamentarse por su silencio cuando tendría que haber hablado. No caben dudas de que el gobierno está librando una guerra en dos frentes: contra el Covid-19 y contra una oposición destituyente cuya finalidad es poner fin al gobierno del Frente de Todos para acabar con el “populismo” de una vez para siempre. En esto no puede caber engaño alguno y dado que la profunda vocación dialoguista del presidente tropieza con un muro infranqueable llega entonces el turno del león. Y si éste no aparece a tiempo la Argentina se enfrentaría a un escenario peor que el que padeciera en el 2001-2002.  Un león que pueda poner en fuga a la conspiración destituyente tendrá que apoyarse en “la calle”, como los señalara Maquiavelo en varios de sus escritos. La movilización, organización y concientización del campo popular será lo único que terminará empoderando al gobierno para librar un combate decisivo contra el Covid-19 y la reacción de una derecha retrógrada y corrupta que ha hecho de la defensa de una banda de estafadores como el directorio de Vicentin su única propuesta de salida a la crisis. No tiene más nada que ofrecer. Y sería fatal para este país que esa gente regresara a la Casa Rosada.

El pueblo es por ahora un coro silencioso, desmovilizado por la cuarentena. Pero llegado el momento puede irrumpir como en sus más gloriosas jornadas y romper el cerco creado en torno al gobierno e impulsarlo a avanzar por aquellas grandes alamedas que evocara Salvador Allende para impulsar las reformas que exigen los retos actuales. Sin esta potencia plebeya que se manifiesta en las calles el gobierno podría sucumbir ante el peso descomunal del poder. Porque, a no confundirse: una cosa es el gobierno y otra muy distinta el poder. Y éste sigue estando en manos de los capitalistas con sus enormes riquezas, sus gigantescas empresas, la protección incondicional de “la embajada”, sus grandes medios de “confusión y manipulación de masas” y una justicia que fue complaciente con la infamia mayúscula de una “mesa judicial” instalada en la Casa Rosada y las operaciones de espionaje a opositores organizada por el muy “democrático y republicano” gobierno de Mauricio Macri. Será una lucha decisiva: el gobierno popular, que tiene los votos y gran parte de la opinión pública, pero que para gobernar necesita tener la calle, contra el poder del establishment, que tiene todo lo demás. No pasará mucho tiempo antes de que conozcamos el veredicto de este enfrentamiento, crucial para el futuro de la Argentina.

 

[1] De la Dictadura a la Democracia  (Boston: 1993), pp. 83 y ss.

 

Fuente e imagen: https://atilioboron.com.ar/la-batalla-decisiva-el-gobierno-contra-el-poder/

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Argentina: La educación pospandemia: un aula sin paredes impulsada por la tecnología

La educación pospandemia: un aula sin paredes impulsada por la tecnología

Tras la irrupción de la tecnología en la vida de alumnos y maestros por la pandemia de coronavirus, se abre una nueva era en la educación en la que habrá que pensar en aulas sin paredes, donde la tecnología de la educación (EdTech) empodere el proceso de aprendizaje continuo, afirma Pablo Aristizábal, creador de varias plataformas educativas con cien millones de usuarios en numerosos países.

La tecnología de la educación llegó para quedarse pero «no vino a reemplazar al maestro, que para mí es el héroe, el facilitador de todo el proceso de aprender y quien tiene que guiarlos en la nueva era digital», subraya Aristizábal, creador de la plataforma Aula365 y ganador del premio de Naciones Unidas a la innovación educativa.

«La pandemia sabemos que es una desgracia, pero si la canalizamos bien, puede ser una desgracia con suerte», sugiere el emprendedor en una entrevista con Efe en Buenos Aires.

Aristizábal apunta que «la teleeducación va a tener una gran transformación, el maestro está aprovechando la tecnología para empoderarse y enseñar de una manera distinta y el gran efecto que ha pasado con la pandemia es que entró en la agenda de los tomadores de decisión, los grandes y los maestros».

El punto clave, según el experto, es generar en los estudiantes el hábito de que en la tecnología no solo hay entretenimiento y juegos, sino también «un mundo de ‘edutainment’, que es educación más entretenimiento y un mundo de aprendizaje».

Adiós Zoom, bienvenidas plataformas de aprendizaje

Los sistemas de videollamada son las vedettes de la educación a distancia durante los meses sin clases por el COVID-19 para sostener los vínculos entre alumnos, profesores y los nuevos contenidos, pero una vez que se regrese a las aulas, las plataformas que tendrán mayor relevancia serán las que propongan metodologías activas de aprendizaje.

Por ejemplo, el aprendizaje personalizado (EABP) y el «Flipped Classroom» o clase invertida, un modelo pedagógico mixto que transfiere el trabajo de determinados procesos de aprendizaje antes del aula y utiliza el tiempo con el docente para facilitar el proceso de adquisición de conocimiento.

«¿Qué significa esto? Que por ejemplo puedas decirle al alumno: ‘Voy a enseñar mañana el teorema de Pitágoras, mira esta película y en el tiempo de clase nosotros vamos a hacer una conversación curricular al respecto’.

El niño viene con un proceso de educabilidad distinta y el aula va a estar más vitalizada. Además no todos los alumnos aprenden al mismo ritmo, entonces los alumnos van a poder ver una, dos, tres o cinco veces aquel contenido que el maestro crea que va a ayudarlo para reforzar”, explica Aristizábal.

El concepto de escuela se expande: «El después de la pandemia es pensar aulas sin paredes, donde antes de la clase empoderamos al maestro para que ayude al alumno y se genere una auténtica vitalización áulica y después de la clase empoderamos al alumno para que pueda aprender a su ritmo».

El aporte de aula365

Aristizábal es un emprendedor nato, un profesor universitario pionero en el desarrollo digital en Argentina que fundó hace 23 años el Grupo Competir en la misma época que nacía Mercado Libre, y hoy son de las pocas y exitosas sobrevivientes de aquella era previa a la World Wide Web tal como ahora la conocemos.

Vio en el e-learning un desafío fascinante, pero no con la «e» de aprendizaje electrónico sino con la «e» de «enable», de facilitar el aprendizaje de maestros y alumnos y el acceso a la enseñanza para dotar a la naciente banda ancha de Internet de un contenido educativo distinto.

«Coincidentemente aparece la publicación de los núcleos de aprendizaje prioritario, que son los diez temas que un niño debe saber de matemáticas, ciencias naturales, lengua y ciencias sociales en cada uno de los grados. Y cuando veo eso, luego de hacer un curso de especialización en Disney sobre ‘entertainment’, pensé en desarrollar la nueva categoría ‘edutainment’ sobre estos núcleos de aprendizaje prioritario», recuerda el referente en educación y tecnología.

Junto a un equipo de producción multidisciplinario integrado por tecnólogos, pedagogos, programadores, expertos en animación y profesores de distintas materias, Aristizábal desarrolló los contenidos y las plataformas de aprendizaje que en asociación con el Grupo Telefónica llegaron a España, México, Colombia, Perú, Chile y Argentina, entre otros países.

Así nació también una familia de personajes animados, «Los Creadores», que pasaron de la web a la televisión de aire y de allí a la plataforma Netflix en tres idiomas y que ganaron numerosos premios, entre ellos el Martín Fierro de la televisión argentina.

Aprender en casa

Para la plataforma Aula365, dedicada a alumnos de primaria, se crearon unas mil películas animadas, que además de los contenidos comunes para todos los países contienen otras con la historia y la geografía de cada nación a donde llegan, y todas fueron traducidas al inglés y el portugués.

«Luego se sumó Educatina, que se creó contemporáneamente con el nacimiento de YouTube, con otros 5,000 vídeos para todas las materias de secundaria. Probablemente es la editorial curricular más grande del mundo en tres idiomas», subraya Aristizábal, que precisa que ambos proyectos suman más de dos millones de suscriptores en la plataforma de vídeos y superan los 500 millones de vistas.

Además, con la llegada de la pandemia, el Grupo Competir reunió ambas iniciativas con más de 30.000 contenidos educativos en la plataforma «Aprender en Casa» y lo abrió con acceso gratuito para las instituciones educativas durante el ciclo lectivo 2020.

Inequidades

No todos tienen sin embargo acceso a Internet ni a dispositivos, «la pandemia dejó expuestas las terribles desigualdades que hay», reconoce el CEO del Grupo Competir, que precisa que en Latinoamérica la mitad de los estudiantes no termina la secundaria.

«Tenemos que ver algo más que las desigualdades, tenemos que ver cómo generamos equidad y la tecnología puede ayudar a ese proceso de equidad para el aprendizaje, tenemos que darle estas habilidades cognitivas básicas, superiores, socioemocionales y digitales además de los aprendizajes fundamentales tales como aprender a ser, a vivir juntos, a conocer, a aprender, a aumentar y a crear», promueve.

Aristizábal considera que la escuela es el gran generador de igualdad y equidad, «donde el maestro tiene que hacer la diferencia para crear ciudadanos que puedan desarrollar su potencial de ser, tener un pensamiento constructivo crítico digital para construir su vida y transformar su mundo y el que los rodea».

“Lo importante que tenemos que lograr hoy es que nuestros niños sepan de lo curricular y tengan la autonomía de aprender a aprender y la capacidad de aprender a aumentar su inteligencia biológica con la inteligencia artificial. Si no logramos esto, las brechas van a ser siderales”, subraya el experto, que señala que en un mundo en constante cambio la habilidad más buscada será la de “reaprender y crear nuevas respuestas todo el tiempo”.

Fuente de la Información: https://gestion.pe/tecnologia/la-educacion-pospandemia-un-aula-sin-paredes-impulsada-por-la-tecnologia-noticia/

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Argentina: *Un corto animado educa y concientiza a niños sobre la prevención y la cuarentena

América del Sur/Argentina/28-06-2020/Autor(a) y Fuente: www.diariodecuyo.com.ar

Un equipo interdisciplinario elaboró el trabajo que busca responder las preguntas más usuales que se hacen los chicos en edad escolar sobre el coronavirus.

Un equipo interdisciplinario en el que participa el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y la productora Simon/Sara Visión creó el corto animado educativo ‘Valentín está preocupado…¿la cuarentena va a durar para siempre?’, destinado a niñas y niños en edad escolar para el abordaje preventivo del contagio de coronavirus y la importancia del aislamiento social.

Jimena Nores, una de las guionistas, directoras y productoras del proyecto, manifestó a Télam que lo que se pretendía era “lograr un material que, desde la perspectiva de la niña y el niño, eduque y concientice sobre la importancia de la prevención y del aislamiento social” a partir de la pandemia del coronavirus.

En ese sentido, añadió que para los adultos hay mucho material audiovisual sobre la temática, al igual que de los adultos hacia los niños, pero no había un trabajo que estimule la interpretación propia de de la niñez.

Nores destacó que el video tuvo “muchas repercusiones” en los colegios, grupos de padres, en hospitales y en las redes sociales, y resaltó que el trabajo es “libre y gratuito”.

Asimismo, detalló que el nombre del personaje central, Valentín, surge de la experiencia de un trabajo de un video anterior sobre parasitosis intestinal, llamado ‘Valentín y los pequeños invasores’, en donde se destacó la actuación de un niño con nombre de semejanza fonética.

Por otra parte, adelantó que el grupo ya se encuentra trabajando en otro proyecto que aborda los estados emocionales de los niños en la cuarentena, al considerar que para ello “el aislamiento es una experiencia muy fuerte”, por la pérdida de vínculos con sus padres, con la escuela y los amigos, y que afrontar esas situaciones les resulta “muy complejo”.

Entre los participantes del proyecto figuran Gisella Hirschfeld, Ramiro Dantas, Rodrigo Nores, Sofía Angeletti, Lucas Rodríguez, Ariana Leaño, Javier Núñez, Graciela Britos, Julieta Sánchez, Paula Tecco, María Laura Nores y Mariana y Laura Dantas.

Fuente: https://www.diariodecuyo.com.ar/argentina/Un-corto-animado-educa-y-concientiza-a-ninos-sobre-la-prevencion-y-la-cuarentena-20200627-0105.html
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La escuela cerrada, costos pedagógicos desiguales

La experiencia indica que todas las catástrofes, tanto las naturales, como las sociales ( el Covid-19 combina ambos factores) perjudica más a los desposeídos. Eso sucede con los terremotos, las inundaciones, las sequías o las crisis económicas y financieras. Los que más pierden son los que menos tienen. Esto pasa en el caso de la suspensión generalizada del servicio educativo en casi todo el mundo.

Esta experiencia inédita hace evidente realidades que en tiempos normales no se ven a primera vista:
  • En la escuela las nuevas generaciones aprenden cosas que la familia no puede enseñar, porque no tiene los recursos necesarios para hacerlo, en primer lugar la competencia pedagógico/profesional y en segundo lugar el tiempo y otros recursos didácticos. Ojalá que la emergencia nos recuerde que hay cosas importantes que solo se pueden aprender en esas instituciones especializadas que llamamos escuelas, colegios o universidades.
  • La emergencia también permite tomar conciencia que la escuela no solo enseña, sino que también cuida de los niños y adolescentes, función que en una etapa anterior del desarrollo de nuestras sociedades correspondía a la familia y en especial a las madres. Cuando la escuela suspende su funcionamiento, la mayoría los niños quedan «abandonados a su suerte», ya que la mayoría de las madres se han incorporado al mercado de trabajo. Este fenómeno es particularmente relevante en las familias de los sectores populares. Esta constatación debería servir para valorizar el papel multifuncional de la escuela en los procesos de reproducción social.

El reconocimiento social del valor de la escuela debería favorecer un plan de inversión en su estructura física con el fin de garantizar un piso común de calidad e higiene del edificio escolar, objetivo pendiente en el sistema educativo nacional. Al mismo tiempo habrá que aprovechar la ocasión para mejorar los mecanismos de comunicación entre los ministerios, las instituciones escolares y las familias para potenciar el diálogo y la interacción entre estas instancias. Lo que se tuvo que hacer por necesidad deberá potenciarse y mejorarse en tiempos normales.

La situación excepcional que vive el mundo obligó a las instituciones y agentes escolares a desarrollar una oferta de educación a distancia, la mayoría de las veces en forma apresurada y con recursos insuficientes e inadecuados. El Estado argentino, en sus diversas instancias, desde los ministerios de educación a las propias instituciones desplegó una serie de iniciativas tendientes a ofrecer oportunidades de aprendizaje a través del uso de las nuevas tecnologías de enseñanza con el fin de garantizar una cierta continuidad en el trabajo escolar.

La necesidad de actuar en forma rápida obligó a utilizar diversos recursos disponibles (plataformas, medios masivos de comunicación, interacción directa de los docentes con sus alumnos usando distintos dispositivos, etc.). En muchos casos las circunstancias obligaron a improvisar, ya que no había tiempo para programar, desarrollar y luego implementar programas específicos. Más allá de estos esfuerzos dignos de apreciación, las condiciones objetivas conspiran contra los intereses de aprendizaje de los sectores sociales más desfavorecidos.

Es probable que para estos sectores lo más oportuno sea ofrecer materiales (audiovisuales, impresos, etc.) de interés para adultos, niños y adolescentes con el fin de fomentar la lectura recreativa, desarrollar el gusto por la misma, así como la realización de juegos. En relación con esto, sería bueno divulgar las 10 cosas que el pedagogo italiano Francesco Tonucci sugiere hacer a los padres con sus hijos. Cosas simples (como cocinar juntos, explicar cómo funciona el sistema eléctrico de la casa, construir muñecas o pelotas de trapo, reconstruir la historia familiar revisando un álbum de fotografías, leer juntos un periódico o un cuento, etc.) que «educan» más allá del curriculum escolar cuyo cumplimiento tanto desvela a muchos pedagogos formalistas. La emergencia obliga a utilizar la imaginación para darle una dimensión educativa a múltiples objetos, procesos y experiencias que se pueden vivir en el interior del hogar o en el barrio (allí donde en verdad no existe una vivienda digna de ese nombre).

El tiempo que vivimos nos debe inducir a reflexionar porqué las nuevas generaciones se sienten más atraídas por los ambientes virtuales que por los reales. ¿Por qué nos cuesta tanto que nos atiendan en la casa y en las aulas y dejen de lado su celular? La actual obligación de recurrir a la realidad virtual debería convertirse en una oportunidad para aprovechar sus potencialidades en el plano de la realidad, tan propicia para la creación, la modelación, la transformación, capacidad que muchas veces no tiene la realidad escolar preacondicionada, regulada, programada para recorrer un camino con etapas preestablecidas de desarrollo de determinadas competencias evaluables. En este sentido la emergencia puede ser una oportunidad para repensar la realidad escolar con sus tiempos y espacios fragmentados entre aulas, grados, materias, horarios preestablecidos, etc. etc. Estos son momentos en que ciertas transformaciones que en tiempos normales tardan mucho tiempo en concretarse, se pueden precipitar por la fuerza de la necesidad. Pasada la emergencia, habrá que analizar qué pudimos aprender de la improvisación, qué cosas debemos perfeccionar, qué cosas retener, qué cosas rescatar y cómo articular la realidad espacio-temporal de la escuela con las posibilidades que ofrece la realidad virtual.

Más allá de lo que se hace y pueda hacer en estas circunstancias y la creatividad desplegada por padres de familia, maestros y niños, es preciso ser realistas. Una vez más, los más perjudicados son los sectores desposeídos, ya que en su caso se conjugan dos pobrezas, la pobreza de la oferta de educación a distancia y la pobreza de los necesarios recursos familiares, de diverso tipo como el espacio habitacional precario, el hacinamiento, los ambientes insalubres e inseguros, la pobreza o ausencia de equipamientos tecnológicos, la conectividad a internet, el nivel clima educativo del hogar, la presencia de los adultos y su disponibilidad de tiempo para acompañar las actividades escolares de los niños y adolescentes, etc.

El sistema escolar también tiene sus amplias zonas de pobreza. Según un informe reciente del Banco Mundial que usa datos del programa PISA (2018), poco más de la mitad de los sistemas educativos encuestados dijeron que la mayoría de los estudiantes de 15 años están en una escuela sin una plataforma efectiva de apoyo de aprendizaje en línea. Este es el caso en todos los países participantes de América Latina y el Caribe. Por otra parte también existen limitaciones por parte de los docentes, ya que en la Argentina en opinión de los directores sólo el 55% de los docentes tienen «recursos profesionales efectivos para aprender cómo usar dispositivos digitales».

El mismo informe del Banco Mundial reconoce que existe una fuerte asociación entre los recursos tecnológicos y humanos del sistema escolar y el nivel socioeconómico de los alumnos. Esto implica que quienes más perderán en materia de aprendizaje serán los que ocupan las posiciones más desfavorecidas en las distribuciones de recursos sociales estratégicos tales como la propiedad, el ingreso, el poder y el conocimiento. Desde ya habrá reflexionar sobre el tiempo de post-emergencia y redefinir las políticas educativas tendientes a fortalecer la escuela pública para dejarla en mejores condiciones para contrarrestar la fuerza de las inercias que tienden a reproducir las desigualdades sociales de todo tipo que presenta la sociedad argentina actual.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/opinion/la-escuela-cerrada-costos-pedagogicos-desiguales-nid2358685

 

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Argentina: Goodman sostuvo que no están dadas las condiciones para el regreso a las aulas

Redacción: Chubut

El secretario general de Atech, Santiago Goodman, afirmó que no están dadas las condiciones para retomar las clases presenciales. Nación y Provincia evalúan protocolos con intención de retomar posiblemente en agosto. Hubo presentaciones del gremio al Ministerio de Educación. Sigue el reclamo salarial.

Goodman convocó ayer a una conferencia de prensa y exigió precisiones sobre la eventualidad del regreso a las clases, al tiempo que reclamó que se agilice la conformación del Consejo Asesor.
«No están dadas las condiciones para el regreso presencial a las clases», afirmó Goodman. Y sugirió que «hay que aprender de lo que sucedió en otros países que retomaron el ciclo lectivo como Francia, España, Corea, China y Alemania, que después tuvieron que retroceder y suspender las actividades». Insistió entonces el sindicalista del sector docente que «estamos alejados de las condiciones mínimas para regresar en este marco. El Estado no ofrece las garantías necesarias. En Chubut, hay 14.000 docentes activos y 7.000 auxiliares de la Educación que requieren respuestas en todos sus planos».

CLASES VIRTUALES
«Denunciamos que la situación virtual cada vez es más caótica en función de los salarios y por las situaciones precarias de los estudiantes. Desde el gremio, estamos distribuyendo los cuadernillos del Ministerio de Educación de la Nación. Hay una brecha muy grande entre quienes pudieron trabajar virtualmente y quienes no contaron con esa posibilidad», sostuvo el sindicalista de Atech.
Además, informó que presentaron una serie de notas «con las declaraciones de la ministra de Educación, Florencia Perata, y las cuestiones pendientes de la última reunión que incluyen los salarios, incentivos, el aguinaldo». Y agregó que desde Atech «le exigimos a ella que responda sobre esos puntos y que no se desatienda del tema porque es inherente a su cargo y debe responder en consecuencia. Nos enteramos que se terminó de pagar el rango 03 pero no hay cronograma del rango 04 y rechazamos el aguinaldo en cuotas».

RESPALDO DE CTERA
Goodman apuntó que el Gobierno debe poner como prioridad el cumplimiento del pago salarial y garantizar las condiciones de higiene y salubridad en las escuelas. Y afirmó que «desde la Ctera nacional, se repudió el pago de los salarios a estatales de Chubut y se respaldó nuestra lucha».

Fuente: https://www.elchubut.com.ar/nota/2020-6-24-22-45-0-goodman-sostuvo-que-no-estan-dadas-las-condiciones-para-el-regreso-a-las-aulas

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