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Guillermo Jaim Etcheverry. «Los buenos docentes, y no la tecnología, son los que van a cambiar la educación»

Por: Daniel Gigena.

a cuarentena preventiva y obligatoria se decretó horas después del encuentro con Guillermo Jaim Etcheverry, presidente de la Academia Nacional de Educación y miembro de número de la Academia Nacional de Ciencias. No obstante, Jaim Etcheverry, rector de la Universidad de Buenos Aires entre 2002 y 2006, saluda a dos metros de distancia y cualquier contacto será evitado. «Vivimos una circunstancia de excepción que alterará de manera radical nuestras vidas -dice en el departamento donde vive desde hace veinte años, rodeado de obras de artistas como Alicia Penalba, Fortunato Lacámera y Alfredo Londaibere-. También lo hará con la educación. Ante la suspensión de las clases, recurriremos a experimentar con las nuevas tecnologías. Coincido con el filósofo italiano Nuccio Ordine, cuando señala el peligro de transformar una educación de emergencia en la normalidad, el peligro de una enseñanza sin el docente mirando a los ojos del estudiante, que es lo que transforma sus vidas».

Este mes, cuando se cumplen poco más de veinte años de la publicación de su best seller La tragedia educativa , acaba de lanzar Educación. La tragedia continúa (Sudamericana). Durante veinte años, fue colaborador de la revista de la nacion con artículos en los que ahora trabaja con el propósito de darles nueva circulación. «El panorama educativo no solo no mejoró sino que ha empeorado», diagnostica.

¿Qué relación guarda el nuevo libro con el anterior?

Aquel libro, que tuvo como veinticinco reediciones, nunca lo reescribí. Ahora pensé que era un buen momento para volverlo a ver con la idea de modificar algo. Pero escribí otra cosa, con nuevos elementos y más datos. En esencia el mensaje es el mismo: la tragedia continúa. Algunos amigos me sugerían que le pusiera «la tragedia empeora», pero me pareció demasiado dramático.

¿No hubo mejoras en la educación en estas décadas?

Está peor. Las cifras indican eso; estamos estancados o peor que antes. En ese momento no estaban las pruebas PISA , por ejemplo. El mensaje es el mismo: tratar de llamar la atención sobre los graves problemas que tenemos. Muy poca gente educada, mucha desigualdad en la distribución de la educación y una calidad cuestionada. Las pruebas nacionales e internacionales demuestran lo mismo año a año. La mitad de los chicos que termina la escuela media no entiende lo que lee; dos de cada tres tienen problemas con las operaciones matemáticas más simples. Es un fracaso grande.

Sin embargo, la inversión en educación aumenta.

Sí, claramente ha aumentado, pero no se manifiesta en los logros. Sin el dinero es imposible, pero con el dinero solo no basta. Lo que está en crisis en el país es el valor social de la educación. A nadie le interesa realmente. Más allá de lo que se dice en los discursos, el interés social por la educación es muy pobre. El 70% de los padres manifiesta que está satisfecho con la educación de sus hijos y a la vez sostiene que la educación en el país está muy mal. El 80% afirma que no cambiaría a sus hijos de escuela para mejorar la educación. O sea que la gente está conforme y esa conformidad atraviesa todos los sectores sociales y niveles educativos. Por alguna razón misteriosa la mayoría piensa que la educación de sus hijos es extraordinaria.

En una entrevista, el Presidente dijo que la vuelta a las clases no le preocupaba ante la emergencia sanitaria por la pandemia.

Hoy es imposible anticipar cuál será la evolución del año escolar. La respuesta de nuestras autoridades educativas ha sido rápida y adecuada al promover el uso intensivo de las herramientas tecnológicas, como se ha procedido en muchos otros países. Una de las ventajas de esta lamentable situación es que docentes y alumnos se entrenarán en el empleo de esos útiles recursos complementarios. Pero, al igual que en otros aspectos de las relaciones interpersonales, el riesgo es que esta experiencia contribuya a instalar la idea de que la tecnología puede reemplazar el vínculo directo y presencial entre maestros y alumnos, que sigue siendo esencial, al menos en las etapas iniciales del aprendizaje.

¿Con la cuarentena estamos en pleno experimento educativo?

Vamos a ver qué va a pasar. Es muy incierto, pero entiendo que el docente es un modelo, es un ejemplo y la educación es ejemplo. El buen docente es el que sabe mucho de una materia, que siente pasión por eso que sabe y que transmite esa pasión. Cualquiera que recuerde a un buen docente lo sabe. Y además era el que exigía. Las pantallas no pueden hacer eso, son medios fríos, que no traducen emociones ni el poder de reflexión por su propia estructura. Como recurso son importantísimas, pero la tecnología no va a modificar la educación; la van a modificar los buenos docentes. En el libro menciono una entrevista a Streve Jobs, que se arrepentía de haber introducido la tecnología en las escuelas, no porque le pareciera mal sino porque había contribuido a dar la impresión de que la tecnología revolucionaría la educación. La educación depende de los docentes.

¿Qué papel deben desempeñar los padres o los adultos a cargo de chicos en esta circunstancia?

La colaboración de los padres en la educación de sus hijos durante la cuarentena es, obviamente, esencial. Es imprescindible su contribución en la selección de los materiales, en la supervisión de los aprendizajes, y sobre todo, demostrando interés por el cumplimiento de esas tareas. La imposición de horarios, la creación de hábitos de estudio, y en especial de lectura, constituye una tarea impostergable para los padres en el contexto actual.

¿En lengua y en matemática es donde más se advierte la mala calidad educativa?

Sí, y son herramientas básicas para encarar cualquier estudio. El fracaso universitario se explica por eso, porque carecen de herramientas de comprensión. Si no se entiende lo que se lee, es complicado acceder a textos de mediana complejidad. No se enseña bien lengua; el repertorio de vocabulario de los estudiantes secundarios es muy limitado. La escuela debe proveer el manejo de las herramientas intelectuales fundamentales y eso se ha perdido. Eso se adquiere con esfuerzo y trabajo.

¿Esos valores pasaron de moda?

Aprender a leer es difícil. El esfuerzo ya no le interesa a nadie, cayó en desuso. No se ha insistido más en eso.

¿A los docentes tampoco les interesa?

Han abandonado ese camino porque la pedagogía contemporánea ha acompañado ese cambio de valores. Con la entronización del «niño rey», que aprende cuando quiere y como quiere, la enseñanza es vista como una intromisión. ¿Por qué se le va a enseñar al chico si el chico ya sabe? Y la tecnología ha contribuido a eso, porque pareciera que el manejo de herramientas tecnológicas confiere inteligencia, aunque lamentablemente no es así. Los teléfonos no son inteligentes; inteligentes son los científicos que los crearon.

Otro cliché es que la escuela debe ser divertida.

Un entretenimiento más, como si fuera parte del mundo del espectáculo. Se apunta a eso: que sea light , que moleste poco. El pacto educativo básico que era la alianza de padres con maestros para educar a los chicos está roto. Hoy los padres están aliados con sus hijos en contra de los maestros o la institución escolar. Los padres quieren que no los molesten. En realidad, ser exigido es un derecho de los estudiantes, eso demuestra el interés que se tiene en el otro.

¿Estamos ante una situación irremontable?

¡No! Si creyera eso, ya estaría encerrado en la cuarentena final. Hay que llamar la atención sobre esto y hacer un esfuerzo para retomar esas cuestiones básicas. El dictado, por ejemplo, ahora es considerado una imposición, pero es fundamental para aprender a escribir. En un momento hay que sentarse a aprender algo.

¿Desde el Ministerio de Educación qué se hace, de un gobierno a otro?

Se hacen cosas y aportes, pero este es un problema social, de la base. Eso es lo que hay que cambiar. Las autoridades tienen que mostrar los problemas y no ocultarlos. A la escuela se le piden muchas cosas, pero la tarea fundamental es mostrarles a los chicos las posibilidades intelectuales que encierra la educación: ayudar a cada uno a ver sus propias dimensiones como ser humano.

¿Ahí radica la importancia de la educación?

Claro. Amoblarse por dentro, para enriquecerse como persona. Habrá que volver a poner de moda ideas así.

Durante el menemismo el objetivo era preparar a los chicos para el mundo del trabajo.

Y eso tampoco se consigue. Es una misión importante, claro, hay que saber lo fundamental para entrar en ese mundo. En todo el mundo, los mejores resultados los tienen los chicos que pertenecen a las familias del 25% de mayor nivel socioeconómico, los hijos de profesionales y los que van a escuelas con mayores recursos humanos y económicos. El nivel socioeconómico es el mejor predictor del éxito educativo. En la Argentina pasa lo mismo, pero el promedio de los argentinos mejor educados es inferior al promedio de los peores educados en treinta países. Vale decir que hay treinta países donde los estudiantes del nivel socioeconómico más bajo, y que van a escuelas de escasos recursos, están mejor formados que los mejores estudiantes argentinos.

¿Qué responsabilidad tienen los institutos de formación docente?

Fundamental. Es el tema central: no hay buena educación sin buenos docentes. Son claves. La Argentina tiene más de mil quinientos. ¿Cómo se puede controlar la calidad de semejante número? Los países desarrollados tienen cincuenta, setenta, noventa. Ahí hay un problema grave, que hay que revisar. No entendí nunca el proyecto de la UniCABA, donde convivían institutos terciarios y universidades. La docencia es una actividad social muy sensible y no puede ser una salida laboral más. El salario es un índice de la valoración social de la educación, de lo poco que se valora, pero no debe ser el único. La calidad de la formación es otro. Todos los países que mejoraron su educación lo hicieron mejorando la calidad de la formación en los institutos de formación docente.

¿Antes la escuela era una institución más democrática que en la actualidad?

Sí, debajo del guardapolvo blanco estaban el hijo del carnicero, el del obrero, el del médico, el del empresario. Se tendía no te digo a una igualdad, sino a cierta equivalencia de posibilidades. La escuela hoy eso no lo está haciendo. Eso sirvió para la cohesión social y se ha perdido. Los chicos se educan en guetos: los ricos con los ricos y los pobres con los pobres, y ahí se va reproduciendo esa estructura. Recién en la universidad, y en ciertos casos, se da la mezcla por primera vez. Son educaciones de países separados. Y hay desigualdades asombrosas entre las provincias. Después de la reforma de los años noventa, cada gobernador hizo lo que quiso y eso se ve. Es muy grave. Hay diferencias no solo dentro de las jurisdicciones, sino también entre ellas. Hay que volver a recrear una épica educativa, volver a Sarmiento.

¿Usted conoció a los tres premios Nobel de ciencias del país?

A los tres. Se sabe muy poco de las vidas de estas personas tan importantes para el desarrollo de la ciencia. Estos años no han sido favorables para las ciencias, y eso se siente. Esperemos que repunte. Ya lo decía Sarmiento, el éxito económico solo no hace a un país, en todo caso eso es una factoría; un país es éxito económico puesto al servicio de la cultura, la educación y la ciencia. Un país que no domina la ciencia está condenado al fracaso. Nuestros antecedentes son muy importantes: el primero educado y formado en instituciones públicas [Bernardo Houssay]; el segundo, Luis Federico Leloir, ya trabajando en una institución privada, y el tercero, César Milstein, trabajando en el exterior. Eso marca el derrotero de nuestra ciencia. Ojalá el próximo Premio Nobel de ciencia que tengamos trabaje en la Argentina. Si tenemos ciencia de calidad, es gracias a la labor de esta gente, sobre todo gracias a Houssay, que fue el constructor del sistema científico argentino.

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Google classroom, la cuarentena. El silencio como ausencia pedagógica

Google classroom, la cuarentena

El silencio como ausencia pedagógica

Por

Miguel Andrés Brenner

Facultad de Filosofía y Letras

Universidad de Buenos Aires

Abril de 2020

 

Por razones de público conocimiento, la escuela pública en Argentina también sufre de la cuarentena. A partir de aquí, los docentes “son instruidos normativamente” para que utilicen ciertas plataformas a fin de continuar con el proceso de enseñanza-aprendizaje. El problema acontece cuando “se instruye” para usar plataformas tales como, por ejemplo, Google classroom. Nadie de quienes tiene potestad de hacerlo alertan sobre el perfil pedagógico[1] de la misma, mientras cada docente hace lo que puede, bien o mal, con mayor o menor empeño. Pareciera que no existiera otro tipo de tecnología educativa, más humana, lo que no es cierto. Google classroom se impone ante la urgencia, lo cual también es comprensible, aunque ello, a un futuro cercano, debiera dar  pie para revisar todas las prácticas pedagógico-didácticas en el aula de la escuela pública. Sin embargo, al respecto, acontece el “silencio” de quienes son responsables en el establecimiento de condiciones laborales/pedagógicas más humanas.

Veamos, en tal sentido, algunos considerandos muy puntuales, sin pretender que este escrito se constituya formal académicamente, sino más que nada en una denuncia que apela a lo utópico en vez de a lo distópico, que apela a una escuela digna en vez de una escuela de la que el sabor frecuente sea el malestar en la docencia.

Desde la plataforma Google classroom:

  1. El docente no puede crear su propio diseño de clase, que viene ya pautado. El diseño de la clase viene pautado de manera tal que cada docente puede reiterar el modo como da clases de manera tradicional-presencial con todos sus vicios, empero lo que ocurre es que ahora lo hace digitalmente. “El problema es que el currículo rígido y con mandatos de aplicación en fechas y horarios preestablecidos conspira contra esta nueva forma dialógica e interactiva de aprender juntos. El sistema educativo construido sobre la lógica de la máquina newtoniana (partes ensamblables, con periodos fijos de ciclos) salta por los aires y no nos damos cuenta.”[2]Desde aquí, hacemos las siguientes consideraciones.
  2. No hay posibilidad de retroalimentación entre alumnos-alumnos, docentes-docentes, alumnos-docentes (en este último caso, salvo con el formato tradicional). En Google classroom hay un ítem para crear tareas y preguntas, sin embargo, se presta al “copiar y pegar”, ahora de manera digital.
  3. Desde el punto de vista pedagógico, para el docente, es un trabajo meramente individual, que no favorece la comunicación entre docentes, no permite la socialización o mirada de los contenidos por parte de otros docentes. O sea, cada materia no es una cuestión comunitaria, sino individual, y se reiteran los “vicios” frecuentes de una llamada escuela tradicional, donde las materias se dan compartimentadamente. No hay trabajo colaborativo, ni crítico, ni creativo. Es decir, posibilita que un trabajo sea visto por los alumnos (por cada alumno aisladamente), pero no por colegas docentes.
  4. Permite trabajar por módulos o unidades a través de temas, pero no a través de problemáticas, con la complejidad de un trabajo crítico-creativo-colaborativo desde una perspectiva ético-política. Importa la tarea individual para mostrársela al docente, aunque nada más. Se presta a reiterar los vicios que acaecen en una clase escolar tradicional. Por ej., el docente que tiene pocas ganas de trabajar, simula; el docente que pretende ser exigente sobrecarga[3] de trabajo a los alumnos. A veces, hay directivos que sugieren “no recargar a los alumnos de tareas”. Y he aquí el problema, pues pedagógicamente la cuestión no debiera reducirse a “recargar o no recargar”, con un perfil netamente bancario en ambos casos.
  5. Se pierde el trabajo personalizado en la relación alumno-docente y en la relación alumno-alumno.
  6. Cada tarea es para hacer en casa, enviarla digitalmente al docente, quien luego hace una devolución, pero no se da virtualmente la dinámica dialógica como dentro de un espacio áulico. O sea, se mantiene el formato de “tareas”, antiguamente llamadas “deberes”. Hay que tener en cuenta que existe en la actualidad otro tipo de tecnología superadora del formato criticado.
  7. Importa una constante revisión de los criterios pedagógico/didácticos referidos a la enunciación de explicaciones, textos y consignas. Por ejemplo, si en clase me doy cuenta, mediando la relación cara-a-cara, de que necesito realizar alguna modificación, estoy a tiempo para efectuarla. En términos digitales, lo “escrito, escrito está”. De ahí que se dé el requerimiento de una tecnología que favorezca dicha evaluación/valoración, y comunitariamente,del propio diseño y su ejecución conjuntamente otros docentes[4]. Quienes diseñaron la plataforma Google classroom no consideraron dicha necesidad, y esto no es algo ingenuo desde un posicionamiento político determinado.
  8. Por otro lado, en la medida en que se apliquen“pruebas” o “tests” a los alumnos por opciones múltiples, ello apunta a una especie de tecnicismo-positivista propio de un enciclopedismo o modalidad bancaria tan criticada por Paulo Freire.
  9. Otros problemas tienen que ver con la conectividad, con el tipo de instrumentos tecnológicos[5] que cada alumno tiene, con el tener o no en el hogar un espacio propio para poder estudiar, con el acompañamiento o no de los padres y la calidad efectiva de dicho acompañamiento,con la habituación o no al uso de los medios digitales más allá del entretenimiento, con la interpretación de las consignas de trabajo o de las lecturas propuestas dentro de una realidad en la que la mayor parte de los alumnos de los sectores populares en la actualidad egresan del sistema escuela aún como semianalfabetos.

TODA TECNOLOGÍA VALE DENTRO DE UN CONTEXTO DE RELACIÓN CARA-A-CARA Y QUE NO REITERE LOS VICIOS DE UNA CLASE TRADICIONAL. Al respecto, existen tecnologías adecuadas, válida, para ser usadasen calidad de instrumentos o mediosdentro de un marco valorativo ético/político pleno de humanidad.

Desafíos. Dada la inesperada pandemia y cuarentena social, aparece la importancia para, luego del presente lapso, revisar comunitaria, crítica y creativamente, las prácticas pedagógicas en el aula de la escuela pública, con el acompañamiento de supervisores que sepan en tal sentido más que los docentes, que los orienten, más allá de la asfixiante normatividad debido al tsunami normativo (valga la redundancia). Sin embargo, tengamos en cuenta que el presente malestar en la docencia no predispone para el desafío propuesto, aunque existen voluntades que batallan contra viento y marea para hacer realidad el derecho a la educación. Sin embargo, vale la expresión de Antonio Gramsci: “con el pesimismo de la inteligencia, pero el optimismo de la voluntad”. Es que en la historia no todo se encuentra dicho, y de ahí un fuerte hálito de esperanza es posible.

Al común de los docentes “se le tiró” una herramienta digital. ¿Será la misma, luego de transcurrido el actual momento, motivo para una superación?

Es necesario como desafío, para superar el silencio como ausencia pedagógica, apreciar y/o luchar contra un marco de valores propios del neoliberalismo/capitalista, dándole un sentido crítico/creativo/colaborativo-comunitario a la utilización de las plataformas digitales en educación.

Además, consideremosque el perfil último económico/político del home-learning o enseñanza on-line, entrelazado con el home-office[6], dentro del presente neoliberalismo,significa el trabajo por proyectos, la remuneración por proyectos, la no vigencia de un contrato laboral con la empresa y la pertinente dependencia, la no existencia de sindicatos que defiendan los derechos de los trabajadores, porque la única relación sería la del individuo con la empresa que, luego de ejecutado el proyecto, cesa en su relación con la misma, hasta el diseño y ejecución de un nuevo proyecto.

Como señala Paulo Freire: ¿enseñar para qué?, ¿a favor de qué?, ¿a favor de quiénes?, ¿en contra de qué y en contra de quiénes?

 

Apéndice

Valga comentar que Google actúa como medio de espionaje al servicio del poder hegemónico, pues espía a niños y adolescentes en el colegio y en sus casas[7] a través de las plataformas digitales que ofrece en el mercado. El servicio es supuestamente gratuito, sin embargo, la intimidad de niños y adolescentes es vendida como insumo mercantil para las necesidades políticas y económicas de quienes lo demanden.

¿Y por dónde pasa también la función mercantil de Google classroom? Tiene un límite de almacenamiento, por lo que quien requiera aumentar el mismo debe “pagar”[8].

 

[1]Perfil pedagógico que no es meramente pedagógico, sino ético/político/pedagógico.

[2]Bonilla-Molina, Luis (2020). “Coronavirus: Google y la NASSA en la reingeniería educativa.” http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/342434  (consulta: 4/4/2020)

[3]Si se visibilizan, al menos en algo, críticas o quejas, son las de algunos padres o madres.

[4]Dicho espíritu también debiera existir en el aula concreto de la escuela pública.

[5] La brecha social también existe en países del “primer mundo”, como por ejemplo, en España. https://www.xataka.com/otros/ninos-tecnologia-ninos-acceso-a-educacion-escuela-a-distancia-esta-acentuando-brecha-social  (consulta: 4/04/2020) Ver en el mismo sentido: https://www.elcorreo.com/sociedad/educacion/ensenanza-online-agranda-20200329213348-nt.html?ref=https:%2F%2Fwww.google.com%2F  (consulta: 4/04/2020). O bien en el caso de Nueva York, aunque obviamente no con el dramatismo de nuestros países sojuzgados (empero, pensemos que maltratar a un solo alumno/persona, es un crimen). https://eldiariony.com/2020/03/21/300-mil-alumnos-pobres-no-tienen-tecnologia-o-ni-siquiera-una-casa-para-nuevas-clases-por-internet-en-nueva-york/  (consulta: 4/04/2020)

[6]Trabajo en casa.

[7]https://www.elmundo.es/tecnologia/2020/02/25/5e5459fcfc6c8366368b4577.html (consulta: 4/04/2020). Podemos acudir a muy diversas fuentes de información al respecto.

[8]https://one.google.com/storage?hl=es&i=u&utm_source=drive&utm_medium=web&utm_campaign=banner_ninety_five_percent#upgrade  (consulta: 3/04/2020)

 

Autor: Miguel Andrés Brenner

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Educación y aislamiento: una realidad que preocupa

Educación y aislamiento: una realidad que preocupa

Por Victoria Rotemberg

IMPULSO dialogó con docentes de distintos niveles y modalidades que ahondaron en el gran dilema protagonizado por la virtualidad y las oportunidades.

La educación en medio del aislamiento se convirtió en una de las grandes preocupaciones tanto de familias como de escuelas. Qué trabajos realizar, de qué modo y las garantías de que todos los alumnos puedan acceder a la tecnología, son algunos de los ejes que se profundizan en medio de días de incertidumbre y angustia. Impulso dialogó con docentes de distintos niveles y modalidades que comentaron sus experiencias.

Al analizar la situación que vivían algunos países y las medidas que comenzaban a tomarse, visualizar que Argentina también se vería afectada por el coronavirus no resultó una sorpresa. De hecho, los docentes entrevistados preveían esta situación al igual que las instituciones donde se desempeñan.

Es imposible en una escuela no estar cerca unos de otros, se vuelve difícil evitar saludos. La población es numerosa”, destacó Marcela Leone, docente de primaria. Érica Gallardo, también educadora de dicho nivel, agregó: “Veníamos hablando de la posibilidad de una suspensión y, por ello, se insistió en que los alumnos entreguen fichas con sus datos para tener un registro de cómo conectarnos con ellos.

En un comienzo y sin lineamientos claros por parte del Ministerio de Educación, los establecimientos y sus docentes decidieron actuar ante una situación totalmente fuera de lo común. “En nuestro caso, al principio la institución nos pidió que estemos cerca de las familias, que enviáramos actividades a los chicos, pero la forma de envío era libre. Cada uno optaba por la vía que creía conveniente y adecuada”, comentó Gallardo.

Gustavo Fenoy, docente de secundaria, recordó el antecedente en 2009 con la gripe A: “Ahí fuimos los docentes quienes nos plantamos en asambleas y fuimos los portavoces de que las escuelas se cerraran para que no se expanda más el virus“. El acuerdo por preservarse y preservar a la población es un hecho, sin embargo el trabajo artesanal puede vislumbrarse en cada equipo docente.

Además-destacó Fenoy-la situación nos encontró en un estado primario de organización porque eran los primeros días de clases, los cursos no estaban del todo completos y yo casi no tuve encuentros con algunos”.

“Entonces, esto de mandar trabajos prácticos de contenidos puso en debate otro elemento que es el proceso enseñanza-aprendizaje. Nos dimos cuenta que sin el encuentro en el aula, sin el vínculo, iba a ser muy difícil el despliegue de ese proceso. La virtualidad no lo iba a suplir”, agregó el educador.

Algunos docentes, ya entrenados en la utilización de herramientas tecnológicas, no tuvieron demasiados inconvenientes. Otros sí. Sobre todo en aquellas escuelas donde la población exhibe grandes dificultades socioeconómicas. Lo que sí aparece como común denominador es la autoorganización y la rapidez de resolución por parte de equipos de educadores.

Gallardo destacó que con sus cursos a cargo, sexto y séptimo grado, conformaron grupos de Whatsapp donde, con horarios acordados, envían los trabajos. Una vez realizadas las actividades, los chicos adjuntan sus archivos vía mail. Ante alguna duda, se consulta en el grupo en horario escolar. Por otra parte, se ensayaron otras vías de comunicación hasta, finalmente, dar con la que usan actualmente.

En la segunda semana, el Ministerio ordenó la creación de la plataforma a nivel provincial y, durante la tercera semana, se pidió un relevamiento de los alumnos indagando quiénes contaban con internet en sus casas a la vez que acceso a dispositivos, celulares o computadoras. “No todos los estudiantes cuentan con estos elementos para trabajar, hay mamás que nos cuentan que tienen un único celular para poder trabajar en las familias. A su vez, nos hemos convertido en contenedores, llevamos calma y llegamos a flexibilizar nuestro trabajo ya que nos realizan consultas como si no existiera un horario de trabajo, comentó Fenoy.

LA EDUCACIÓN ESPECIAL

Otra situación un tanto diferente es la de la Educación Especial. Allí donde los contenidos curriculares son un complemento de un trabajo aún más profundo, de alianza y contención entre familias e instituciones. Emilia Maenza sostuvo que, desde un inicio, el propósito fue “no perder el vínculo“.

En un comienzo, las familias se acercaban a la escuela a buscar actividades. Después, aparecieron los lineamientos del Ministerio que exigían devolución de actividades. Las propuestas generalmente no tienen en cuenta a la educación especial, pero ante tal exigencia destacamos estar en movimiento y trabajando, añadió.

De esta manera y con el vínculo como eje, desarrollaron actividades. “Las propuestas tienen que ver con acercar algún cuento, leído por nosotras ya que nos filmamos, y así trabajar con las familias. No nos focalizamos tanto en lo curricular y el contenido en sí, sino en poder propiciar un espacio de encuentro entre el niño y las familias, y la escuela con las familias, mencionó.

MATERIA PENDIENTE

La realidad actual refleja una seguidilla de malabares colectivos por parte de los cuerpos docentes que ofician de educadores y contenedores emocionales. A su vez, como comentó Fenoy, algunas escuelas continúan funcionando como lugares comunes para donar alimentos, otras, para otorgar la copa de leche. Todas aquellas actividades que, ajenas a la educación formal, se naturalizaron en dichas instituciones.

En cuanto a los contenidos curriculares, la virtualidad oficia como una gran alternativa para llevar la educación formal a los hogares. Atentos a que no todos pueden acceder a los dispositivos necesarios, las exigencias se ajustan al caso por caso, sujetos al criterio de los docentes que, una vez más, buscan todas las formas para que sus estudiantes accedan a las mismas oportunidades. Una materia pendiente más del Estado que se vislumbra en días de pandemias y cuarentenas.

Fuente de la Información: https://www.impulsonegocios.com/educacion-aislamiento-escuela-clases-cuarentena-coronavirus-pandemia-rosario/

 

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Argentina: El ministro de Educación aseguró que la vuelta a clases va a ser una decisión epidemiológica, no educativa

El ministro de Educación aseguró que la vuelta a clases va a ser una decisión epidemiológica, no educativa

La suspensión de la educación presencial fue una decisión pensada en salud de las familias, por lo que el retorno también lo será.

Unos días antes de que Alberto Fernández decretara la cuarentena preventiva y obligatoria en todo el territorio argentino, se habían suspendido las clases por temor a un contagio masivo en la población. Sin embargo a casi un mes de ese decreto los padres se preguntan qué pasará con el cilo lectivo de este 2020.

En una entrevista online con TN en vivo, Nicolás Trotta, el ministro de Educación de la Nación aseguró que «La suspensión de las clases fue una decisión epidemiológico y la vuelta también lo va a ser. No una decisión educativa». Es decir que desde el Estado están esperando que el comité de expertos o la Organización Mundial de la Salud especifiquen que es seguro volver a clase se volverá de manera automática. De esta manera ningún país que tomó esta decisión sabe cuándo comenzarán las clases, aseguró Trotta.

Por el momento lo que se está trabajando desde el Ministerio es el «mientras tanto» y el «mañana», puesto que actualmente están intentado dar continuidad a las clases de forma virtual y se está pensando cómo se va a hacer para acreditar los saberes que los niños adquirieron en este tiempo.

Trotta aseguró que los contenidos no se van a recortar, sino que va a haber mayor intensidad  en la planificación, por lo que los contenidos se reforzarán en el 2021.

Fuente de la Información: https://www.abcdiario.com.ar/mundo/2020/4/5/el-ministro-de-educacion-aseguro-que-la-vuelta-clases-va-ser-una-decision-epidemiologica-no-educativa-22463.html

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Los movimientos sociales y un mismo reclamo

América/Argentina/06/05/2020/Autor y fuente: www.anred.org

La situación de los barrios populares frente a la pandemia en las villas de Capital Federal y el Conurbano están en estado de emergencia. No existen protocolos claros para actuar, no hay responsabilidad del Estado para enfrentar el virus donde los más necesitados no sólo sufren el impacto de la crisis económica, sino que sufren la discriminación de no recibir la ayuda estatal que debieran tener contra el Covid-19. Los comedores de las barriadas subieron, en algunos casos, hasta en un 100% en sus demandas. ¿Qué medidas se deben tomar? ¿Cuál es el principal problema que hoy viven las organizaciones populares? Para poder entender esto, ANCAP habló con integrantes del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), Frente Popular Darío Santillán y el Movimiento de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón (MTD). Muchos de los medios de comunicación eligen hoy sólo mostrar placas rojas con muertos e infectados, y se olvidan de las historias de quienes más precisan la asistencia del estado y políticas sanitarias urgentes. Por Federico Paterno (ANCAP).


Mónica, es integrante del Frente Popular Darío Santillán Corriente Nacional, y nos contó cómo ve hoy la situación en los barrios dónde vienen trabajando: “El principal problema de los movimientos sociales hoy es que el gobierno no está a la altura de las circunstancias que hoy padece el sector más vulnerable, porque tenemos desocupación, pobreza y ahora aislamiento y hambre. Los comedores, a partir de la pandemia, crecieron un 60% más y en algunos barrios 100%”. El FPDS realiza ollas populares en La Plata, Ezeiza, Cañuelas, Ituzaingó, entre otras localidades dónde vienen trabajando, bajo “lemas” como: Por una cuarentena sin hambre y sin alimentos no hay cuarentena. Juan Pablo integra el MTD Aníbal Verón y en vistas de la emergencia alimentaria aseguró: “El principal problema con los movimientos populares hoy es la comida para los comedores y los merenderos, es lo que venimos reclamando. Desde que comenzó, todo esto se multiplicó. La cantidad de gente que ha empezado a venir a los comedores y merenderos. En algunos casos hasta se triplicó en algunos barrios”.

El costo de la canasta básica que mide el índice de pobreza según el INDEC, marca que el ingreso para una familia de cuatro personas debiera ser de $41.994; las políticas del Gobierno Nacional desde el comienzo de la cuarentena, según explican les integrantes de las organizaciones sociales, no son suficientes. “Está a la vista que los más vulnerados están en las villas y el conurbano. Zonas como La Matanza, por ejemplo, dónde sabemos que por más que digan que hay que lavarse las manos, no hay siquiera jabón, o no hay agua potable. Una medida urgente que también se debe tomar, es en los casos de violencia de género, para frenar los femicidios”, indicó Mónica.

Marianela es una de las referentes del FOL, organización social que trabaja en 14 provincias del país, aclaró que la situación de les militantes padecen una condición de informalidad de empleo, al formar parte del sector más castigado en términos económicos y sociales. “Hay un aumento exponencial de la pobreza, de pérdida de trabajo, y además también por supuesto una caída de los pocos ingresos que tenemos. Esta pandemia ha puesto de relieve las desigualdades existentes que tienen ya mucho tiempo. Tiene que ver con un sistema desigual que privilegia la ganancia empresarial por sobre la vida humana”. En cuanto a lo que se vive en los comedores advirtió: “El problema del aumento del hambre es la cantidad de gente que se ha acercado a los comedores comunitarios, que en el inicio de la pandemia se ha duplicado, y el Estado no está garantizando todos los recursos que necesitan para brindar este servicio a la comunidad”.

Sobre los contagios de Covid-19 en los barrios tanto Mónica como Marianela, coinciden que no alcanza lo que está haciendo el Gobierno Nacional ni el Provincial. Desde el FOL Marianela explicó que “Por supuesto ya tenemos los primeros casos de COVID-19 positivo en varias zonas, y el tratamiento que se tiene que tener sobre estos casos en los barrios populares debe exigir un protocolo distinto, porque la mayoría de la gente nuestra, tiene agravantes previos como la tuberculosis, como la baja defensa por la mala alimentación,  muchísimos focos de bronquiolitis en los niños nuestros, un montón de problemas que en estas condiciones sociales agravan más el cuadro”. Mónica desde el FPDS Corriente Nacional subrayó “El sistema de salud pública nunca fue prioridad para los gobiernos. El aislamiento está bien, pero es fundamental que la gente tenga para comer lo indispensable, y así poder hacer la cuarentena”.

En la Villa 31 ubicada en Retiro, los infectados por Coronavirus pasaron de dos casos a trece en 24 hs. La 1-11-14 también se encuentra con casos positivos del virus. Desde la organización villera La Poderosa, ya vienen advirtiendo y denunciando la falta de políticas y protocolos para el aislamiento de los casos que aparezcan de infectados. El hacinamiento en las barriadas es algo que está vigente, a esto se suma la pandemia, y la indefinición para resolver la urgencia.

Esteban es militante del Frente Popular Darío Santillán y en diálogo con ANCAP explicó “La situación de la cuarentena ya no está siendo tan relevante en relación a que ya se presentaron los primeros casos en los barrios, por ejemplo, en zona Norte, en Vicente López, pero también en el Sur, en Lanús y Almirante Brown. Es vital para no multiplicar el contagio, pero ya el trabajo viene siendo a partir de detectar el virus adentro de los barrios. Venimos haciendo un trabajo, en algunos casos coordinados con los Municipios, que es la identificación de casos”.

Ser la primera línea contra el hambre es la tarea en la que abordó Juan Pablo desde el MTD, considerándola una forma de estar en la batalla diaria contra el hambre. Hace 20 años esta organización trabaja en Florencio Varela, Quilmes, Berazategui, la zona de Almirante Brown y José C Paz. La cuestión de cómo abordar los casos de contagiados en los barrios, asegura que no es tarea simple. “No hay un protocolo, no existe eso, cada cual toma el protocolo del Ministerio de Salud de la Nación como quiere, es muy desastroso y si esto llega a explotar se va todo a la mierda, así de simple. Por todo lo que fue la experiencia, tuvimos que sacar a compañeros y compañeras infectados y llevarlos a los centros de aislamiento, y trasladarlos en sus propios coches y en camiones. Los han tenido que sacar ellos porque el Gobierno quería mandar la ambulancia con los médicos, esos todos equipados tipo astronautas, y una de las cuestiones que hay y que no queremos que se genere, es la estigmatización de los infectados en los barrios, porque ya ha habido casos que les quisieron prender fuego las casas”. Sobre la situación preventiva que debería accionarse en los barrios aseguró la militante del FOL “Acá también la discusión más profunda son los fondos, porque si uno fuera hijo de Paolo Rocca seguramente te hacen el test de inmediato, pero como nosotros somos hijo de Pérez y Gómez, queda claro que lo pobres también tienen que pelear por ese derecho”.

Las reuniones entre intendentes provinciales y las organizaciones quedan vacías de respuestas. El MTD Aníbal Verón se reunió con  Andrés Watson (Frente de Todos) intendente de Florencio Varela y sobre éste encuentro el integrante del MTD relató “Lo único que querían eran los datos de los comedores nuestros, saber a cuanta gente les dábamos de comer, a cuantos les dábamos bolsones de mercadería, para ellos después ir a buscar los que no estaban recibiendo nada; sin siquiera contarnos a nosotros como parte del territorio, tenemos trabajo social histórico, tenemos un conocimiento del barrio tremendo y nada, sólo quieren información y les dijimos, ‘¿bueno querés información?, pero nosotros nos estamos quedando sin comida’, para poner lo fresco en la olla le tenemos que pedir a los propios compañeros y la guita se acaba”.

La situación que viven los vecinos y vecinas de los barrios populares precisa una respuesta urgente del Estado para que puedan enfrentar ésta pandemia con los recursos sanitarios básicos y, por sobre todas las cosas, sin hambre.

Fuente e imagen: https://www.anred.org/2020/04/30/los-movimientos-sociales-y-un-mismo-reclamo/

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El enemigo está en casa: hubo 24 femicidios en marzo, 6 de ellos durante la cuarentena en Argentina

Redacción: Perfil

Entre el 1 de enero y el 30 de marzo, 86 mujeres fueron asesinadas en Argentina por motivos de género, con 24 femicidios sólo en el mes de marzo. De ese total, seis ocurrieron desde que comenzó el pasado 20 de marzo el confinamiento obligatorio dispuesto por el presidente Alberto Fernández en el marco de la lucha contra la pandemia del coronavirus. De esta manera, «en marzo hubo un femicidio cada 29 horas», destacó Laura Oszust, integrante del Observatorio Ahora Sí Que Nos Ven, organismo que hace un relevamiento mensual de los casos que aparecen en los medios de comunicación impresos y digitales.

Las estadísticas del Observatorio muestran que durante marzo 23 niños quedaron huérfanos de madre como consecuencia de la violencia machista y que el 65% de los femicidios fueron cometidos por las parejas o exparejas de las víctimas. Además, desde que rige el aislamiento social preventivo decretado por el Gobierno, «las mujeres que sufren situaciones de violencia se encuentran más expuestas porque, en la gran mayoría de los casos, conviven con su agresor», señalaron desde el Observatorio. El informe revelado este 1 de abril indica, además, que el 62% de los femicidios, de hecho, fue cometido en la vivienda de la víctima y que el 22% de las víctimas había realizado al menos una denuncia policial.

Se constata así que la violencia machista «es un proceso, un fenómeno social», indicó la representante del Observatorio. «La cantidad de femicidios se va manteniendo pero queremos destacar la importancia de que las mujeres durante este aislamiento no estén solas», subrayó Oszust, quien destacó que en los últimos meses «venimos viendo que no cesan las agresiones, que los femicidios como situación no han bajado, pero apelamos a la construcción de lazos y redes de mujeres, más en estos tiempos de cuarentena, cuando el aislamiento produce que no podamos encontrarnos con mujeres en las calles, pero sí podamos estar atentas a lo que le sucede a la otra».

 

grafico femicidios decada

Barbijo rojo: cómo funciona la nueva manera de pedir ayuda

«Los feminicidios no se detienen en cuarentena, y tampoco nuestra furia», declaró el colectivo feminista Ni Una Menos. El aislamiento social, que comenzó el 20 de marzo y está programado para durar hasta el 13 de abril, obliga a casi todos los argentinos a mantenerse en sus viviendas y puede tener consecuencias peligrosas para quienes viven en relaciones violentas. “Sabemos que la cuarentena es una situación que pone en riesgo a una mujer, porque los feminicidios ocurren principalmente en nuestros hogares”, dijo Lara Andrés, integrante del Observatorio Ahora Que Si Nos Ven.

Antes de la cuarentena, la Oficina de Violencia Doméstica en la Corte Suprema de la Ciudad de Buenos Aires registraba 50 denuncias diarias, la abogada feminista Sabrina Cartabia. En cuarentena, se recibieron cinco al día pero “este no es un indicador de que haya menos violencia”, aclara. “Es un indicador de que las mujeres no pueden presentar quejas como antes”, aseguró.

“Imaginate que estás viviendo con tu agresor, y no tenés un momento para salir a trabajar, o para ir a buscar a tus hijos a la escuela, un momento en que él sale de la casa, no hay oportunidad de poder alojarse una queja”. El lunes, el Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad lanzó una nueva campaña, llamada #BarbijoRojo por el cual las mujeres que temen por su seguridad pueden ir a una farmacia local y pedir un barbijo rojo y los farmacéuticos pedirán ayuda.

Las personas en situación de violencia pueden comunicarse vía WhatsApp a los números 11-2771-6463, 11-2775-9047 y 11-2775-9048 y por correo electrónico a linea144@mingeneros.gob.ar

femicidios 2019

 

Fuente: https://www.perfil.com/noticias/sociedad/el-enemigo-esta-en-casa-hubo-24-femicidios-en-marzo-6-de-ellos-durante-la-cuarentena.phtml

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