En casa. Hay que dejar de lado la mirada restrictiva hacia la formación virtual. FOTO: CEDOC
Paulo Falcón
La educación a distancia no puede ser desarrollada para estudiantes menores de 18 años, salvo en los casos de ruralidad y en los últimos años del secundario; así lo marca la Ley de Educación Nacional en su art. 109. Por lo que claramente tanto el Covid-19 como la definición del aislamiento social, preventivo y obligatorio como política de Estado para evitar la propagación del coronavirus condicionan las definiciones adoptadas en la legislación educativa en Argentina, que hace eje en lo presencial como opción pedagógica para niñas, niños y adolescentes que son nativos digitales. Ante la emergencia, una de las respuestas del Ministerio de Educación de la Nación, junto a Educar SA y Contenidos Públicos SA, fue el impulso del programa Seguimos Educando, que según la información publicada por la propia cartera educativa viene a acompañar “las resoluciones emitidas por la cartera educativa sobre la suspensión de las clases presenciales en todos los establecimientos educativos del nivel inicial, primario y secundario”.
A su vez, este programa tiene el objetivo de “colaborar con las condiciones para la continuidad de las actividades de enseñanza en el sistema educativo nacional a través de un sistema multiplataforma”. A esto se le debe agregar un abanico de políticas que se han generado para garantizar la continuidad educativa y que han puesto en valor la educación mediada por tecnologías. Por eso es legítimo plantearnos una serie de cuestiones, ya que si se sigue educando en contexto de aislamiento y emergencia, pero docentes y estudiantes no comparten espacio, ¿eso es educación a distancia? Si están cerradas las escuelas, ¿cómo se enmarca la actividad de docentes y estudiantes en este tiempo? ¿Cómo se justifican legalmente algunas iniciativas del Estado, las provincias, las escuelas y sus docentes?
La urgencia puso en crisis definiciones que van a contramano de las necesidades actuales. Notoriamente, es imperioso dejar de lado la mirada restrictiva desde lo legal hacia la educación a distancia; en un país en el que un joven de 16 años puede elegir presidente pero no formarse a distancia, el sostenimiento de esta prohibición es un absurdo. Lo segundo debería ser que el Consejo Federal de Educación genere marcos de referencia que permitan salir de la urgencia para dar reconocimiento a las acciones que en estos días se llevan adelante con tanta dedicación y a futuro permitirán contar con instrumentos que mejoren el empleo de entornos virtuales de enseñanza-aprendizaje (EVEA) y los recursos educativos puestos en funcionamiento en este tiempo.
La educación en emergencia precisa definiciones que le den contención, y el Estado tiene los medios para resolver estos temas y aquellos que se han expuesto aunque no son novedosos, como la brecha digital y los déficits formativos o de conectividad, por citar algunos. La crisis es una oportunidad para eliminar limitaciones innecesarias a la educación a distancia como opción pedagógica y didáctica para sostener y fortalecer el vínculo docente/estudiante, ya que hoy hay instrumentos y mecanismos para asegurar pisos de calidad educativa y tecnología que permite potenciar el acceso a la educación de calidad a niñas, niños y adolescentes, e incluso para enriquecer y complementar la educación presencial, más allá de la pandemia. Los desafíos del presente –que no han sido pocos– evidencian la necesidad de amparo legal a la educación a distancia para menores de 18 años. El Estado ha generado acciones muy valiosas para sostener la educación a través de la tecnología y los medios, y estas medidas deben servir de enseñanza para trabajar en la educación post Covid-19 y hacerla más abierta, y por lo tanto más inclusiva. *Miembro del Consejo de Gobierno de Ielsac/Unesco.
Fuente de la Información: https://www.perfil.com/noticias/opinion/la-educacion-prohibida.phtml
Según el ministro de Educación, ¿cuándo sería la vuelta a clases?
Nicolás Trotta dio una fecha estimativa para reanudar el ciclo lectivo.
17 DE MAYO DE 2020 – 18:16
El ministro de Educación, Nicolás Trotta, volvió a referirse a la vuelta a clases, hasta ahora sin fecha, en el marco de la emergencia sanitaria por el coronavirus.
“Estimamos que podría ser en agosto o septiembre”, vaticinó.
«Todavía es prematuro cuál va a ser el camino definitivo, hay que ver cómo se comporta el nivel de contagio con la reapertura de la economía en las diferentes regiones del país”, aseguró el funcionario.
En diálogo con FM La Patriada, Trotta destacó que el Ministerio de Educación ha “constituido un comité que está trabajando en los protocolos para poder aplicarlos en cada una de las escuelas una vez que podamos regresar”.
“No tenemos fecha cierta, pero estimamos que agosto o septiembre podría ser el momento en donde se puedan empezar a habilitar las aulas”, sostuvo el ministro.
Asimismo, el ministro de Educación indicó que el regreso a las aulas podría ser paulatino, dando prioridad a los alumnos que estén en el último año del ciclo (/mo grado de Primaria y 5° año de Secundaria) y los que estén iniciando su proceso de alfabetización.
Para Trotta, el Estado debe tener una “mayor presencia” en un momento que “hay que darle mucha más centralidad en términos sociales y políticos a la agenda educativa a partir de un proceso de recuperación de nuestro país”.
“Implica consolidar consensos, el diálogo con las provincias, con organizaciones sindicales y sostener los procesos de inversión, que también han sufrido fuertes retrocesos en los cuatro años de (Mauricio) Macri”, criticó.
Fuente de la Información: https://www.datachaco.com/segun-el-ministro-educacion-cuando-seria-la-vuelta-clases-n144811
Esta semana el Ministerio de Educación de la Ciudad incorporó materiales impresos denominados “actividades de revisión de aprendizajes”. ¿Qué son? ¿Quién las pensó? ¿Para qué?
Esta semana y con la nueva entrega de las miserables viandas y canastas alimentarias en las escuelas, el Ministerio de Educación de la Ciudad incorporó materiales impresos denominados “actividades de revisión de aprendizajes”. ¿Qué son? ¿Quién las pensó? ¿Para qué? ¿Por qué tanto las supervisiones de primaria como la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) se opusieron?
Las mismas consistían en una serie de ejercicios prefigurados por grado y año, y una clave de corrección para les docentes. “Actividades de revisión” que no tenían en cuenta qué se estaba trabajando en las escuelas. Entonces la pregunta es: ¿Qué se buscaba “revisar” y para qué?
De dónde viene esta propuesta
El miércoles 13, el Director de Evaluación Integral de la Calidad y Equidad Educativa (unidad de la que proviene esta propuesta), Gabriel Sánchez Zinny, twitteó que se encontraba repartiendo los mencionados materiales en la Villa 31, mientras cientos de sus habitantes se encuentran sin agua y con niveles altísimos de contagio por la falta de implementación de protocolos en los barrios más vulnerados.
Los antecedentes de Sánchez Zinny lo preceden. Fue Director General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires durante la gestión de María Eugenia Vidal y, entre otras cosas, responsable de las muertes de Sandra y Rubén en una escuela de Moreno. Es un empresario dedicado a mercantilizar la formación docente a través de distintos negociados. Presidía la empresa Kuepa, que se dedica a vender capacitaciones virtuales y plataformas digitales para educación.
En 2016, mientras era Director del INET (Instituto Nacional de Educación Tecnológica), firmó un convenio con IMS (Internet Media Services) en alianza con otras empresas para tareas de formación en recursos humanos en TICs. El Director de Marketing de IMS es Ignacio Sánchez Zinny, hermano de Gabriel, lo que generó interrogantes por el conflicto de intereses en la firma de este convenio.
Como en varias provincias, en Buenos Aires también se firmaron convenios millonarios en dólares para la formación de los equipos directivos en liderazgos y gestores de las escuelas. Como la que firmaran con la Fundación Varkey por 2.016 millones de dólares en noviembre de 2017 para capacitar a 1600 docentes.
Sin consultar a los equipos directivos, de supervisores y mucho menos a les docentes, imprimieron más de un millón copias, invirtiendo un dinero que podría haberse usado para otros fines, como mejorar la calidad de los alimentos que se entregan o incluir elementos de protección para docentes y familias.
Las actividades deberán devolverlas en la próxima entrega para que les docentes las corrijan con las pautas que la misma plataforma sugiere.
Les supervisores del nivel primario de la ciudad, publicaron en las redes un comunicado en el que denuncian no sólo los altísimos costos logísticos para su distribución en lugar de proveer de acceso a internet gratuito y computadoras a las familias y docentes, sino también advierten por el peligro de seguir manipulando materiales sin los protocolos sanitarios correspondientes ante la pandemia.
Por otro lado, manifestaron su desacuerdo con la implementación de “estas pruebas estandarizadas encubiertas”. “Queremos expresar el desacuerdo sobre el control como política pública, ahora aplicado también a los aspectos pedagógicos”, agregaron les supervisores.
Los sindicatos docentes también se pronunciaron en contra de estas pruebas estandarizadas con las pretenden medir el desempeño de estudiantes y docentes.
“Las actividades impresas constituyen un nuevo intento gubernamental de implementar pruebas carentes de valor pedagógico, que no tienen en cuenta el contexto en el que se desarrollan los aprendizajes”, denunció la UTE.
También le replicaron al Ministerio: “El GCBA podría evaluar su propio desempeño y responsabilidad en relación al acceso a la tecnología de las y los estudiantes que, mayoritariamente, no cuentan ni con dispositivos ni con conectividad adecuada para esta etapa excepcional que les toca vivir”.
Hacia una pedagogía de la diversidad
No es novedoso encontrarnos con este tipo de propuestas de parte del Ministerio porteño. Sus innumerables dispositivos enlatados y estandarizados (pruebas FEPBA, evaluaciones Aprender y Enseñar, Desafíos Escolares) ameritaría una nota aparte.
Estos adjetivos que parecieran extraviados del campo de la producción en serie que se cuelan en el ámbito pedagógico, dicen mucho acerca de la concepción de quienes gobiernan promoviendo un modelo educativo que busca homogeneizar y hacer lo que el sistema productivo hace con aquellas piezas que se salieron del estándar.
Contra esta opción, les docentes defienden una pedagogía de la diversidad. Pedagogía que valora procesos en lugar de resultados. Que piensa contra el modelo “en serie”, en procesos diversos, donde cada estudiante, desde su punto de partida, pueda realizar un recorrido de aprendizaje.
Así se concibe también la evaluación o revisión. Una evaluación que analice trayectorias, que compare un momento del aprendizaje con el punto de partida de dicho estudiante y no con “el estándar propuesto desde afuera”. Una evaluación realizada por les propies docentes y que, justamente, retome lo trabajado. Una evaluación que realmente evalúe lo brindado por el sistema educativo en lugar de medir, y con vara desigual, aquellos saberes adquiridos en otros contextos, o aquello que el sociólogo Pierre Bourdieu llama “capital cultural”.
Guillermo Fenoglio, maestro de la Escuela 11 de Almagro, planteó: “Lo que es cuestionable es lo que se pretende evaluar y su contextualización. No hay respeto por nuestro trabajo, no saben sobre qué estuvimos trabajando”.
Volviendo a este último intento de evaluación descontextualizada (Revisión de los aprendizajes) vemos, por ejemplo, propuestas para primer ciclo de primaria sobre la base de un cuento que no necesariamente ha sido leído y abordado por las docentes. ¿Cómo revisar entonces algo que no se trabajó? ¿Qué se evalúa ahí?
Por otro lado, reflexionó el docente Fenoglio: “No respetan las trayectorias individuales de les pibes. Es la misma evaluación para todes, al mejor estilo del Operativo Aprender. Es la misma actividad para pibes con dificultades y que requieren de un acompañamiento especial que para estudiantes que tienen autonomía”
En este contexto de crisis sanitaria, donde se ponen tan en evidencia los derechos vulnerados de una gran parte de quienes habitan la Ciudad de Buenos Aires, la gestión educativa debería preocuparse por emparejar puntos de partida, garantizar condiciones materiales, de conectividad, de acceso a las nuevas tecnologías y también de alimentación de todes les niñes.
Debería promoverse la igualdad en lugar de la homogeneización, revalorizar y fomentar el trabajo creativo de la docencia en lugar de promover “enlatados”. Pedagogías de las trayectorias inclusivas que promuevan subjetivaciones en clave de revalorizar la diversidad, y no en clave de meritocracia y estándares.
l año 2019 mostró de forma relativamente inesperada un resurgimiento de manifestaciones masivas en América Latina y el Caribe que comenzaron enfrentando decisiones de los gobiernos y luego se mantuvieron en las calles sosteniendo conflictos de gran intensidad e incierto desenlace.
Para aportar y producir interpretaciones de estas realidades que ayuden a su comprensión, la Asociación Latinoamericana de Ciencia Política (ALACIP) y el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), convocan a la presentación de proyectos de investigación en el marco del llamado “Los sistemas políticos latinoamericanos y caribeños ante la nueva ola de movilizaciones y protestas sociales”.
América/Argentina/13/05/2020/Autor y fuente: anred.org
Trabajadores del programa Envión denuncian la precarización laboral en medio del aislamiento obligatorio debido al virus COVID 19. “Llevamos 22 meses sin aumento de sueldo por parte del Gobierno de la Provincia. En la mayoría de los municipios las modalidades de contratación violan las leyes laborales, funcionamos en sedes que se caen a pedazos, que ponen en riesgo nuestra salud y la de los pibes que las transitan, y en muchos municipios, nos encontramos expuestos al clientelismo que mezcla la política pública con los intereses particulares de diferentes grupos partidarios”. Por ANRed.
Trabajadores de la programa Envión, programa socioeducativo provincial destinado específicamente a miles de niñas, niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad, denuncian las condiciones de precarización laboral en la cual desempeñan sus tareas.
“Llevamos 22 meses sin aumento de sueldo por parte del Gobierno de la Provincia. En la mayoría de los municipios las modalidades de contratación violan las leyes laborales, funcionamos en sedes que se caen a pedazos, que ponen en riesgo nuestra salud y la de los pibes que las transitan, y en muchos municipios, nos encontramos expuestos al clientelismo que mezcla la política pública con los intereses particulares de diferentes grupos partidarios” expresaron mediante un comunicado el Colectivo de Trabajadorxs Envión.
La situación de crisis sanitaria debido al virus COVID 19 expone las dificultades en el acceso a los derechos de los sectores mas perjudicados. Tanto los trabajadores, como los beneficierios del programa Envión se encuentran en una situación preocupante. “La pandemia mundial nos encuentra, como a tantos compañeros, trabajando en los barrios, acompañando sin recursos las urgencias de los pibes y sus familias, gestionando solicitudes de paliativos a una crisis coyuntural que se instala sobre una pauperización estructural. El parate de la economía informal profundiza las carencias en los barrios, tanto de participantes jóvenes como de trabajadores del programa. Ante eso, la solidaridad entre vecinos y organizaciones es nuestra propuesta” agregaron.
Asimismo los trabajadores denuncian que el valor de los salarios ha quedado desactualizado ya que hace 22 meses que no reciben un aumento. “La última promesa de aumento que oímos, hacía referencia a una vaga mejora para el mes de marzo. Pero, como sabemos, marzo trajo para todos los laburantes la orden de guardarnos en casa, y para este colectivo en particular, la necesidad de pausar las acciones ya programadas para ponernos a listar las respuestas que el Estado debería darnos para poder llevar esta cuarentena de un modo menos angustiante. Los participantes y tutores con quienes trabajamos necesitan como mínimo la duplicación de las becas, al día de hoy $800 ó $400 si perciben AUH y $1900 respectivamente y la regularización de los pagos”.
Asimismo explicaron “a esto hay que restarle lo que cada trabajador abona de monotributo. El mínimo es casi $2000, el pago de Ingresos Brutos, y los profesionales el pago de sus respectivas matriculas. Nuestros ingresos de bolsillo, en gran parte de los municipios, no llegan siquiera al salario mínimo establecido por ley”.
Finalizaron “nuestro trabajo es garantizar el ejercicio de los derechos de los jóvenes, entonces si nuestros derechos laborales son vulnerados, se vulneran los derechos de los jóvenes. Esto es un llamado a la solidaridad y a la difusión para instalar urgente al Programa Envión y al reclamo de sus trabajadorxs organizados y en lucha en la agenda pública de los estados provincial y municipales”.
Fuente e imagen: https://www.anred.org/2020/05/04/la-precarizacion-laboral-no-hace-cuarentena/
América del Sur/Argentina/13-05-2020/Autor(a) y fuente: COaD
A pesar de la extraordinaria situación que atravesamos la Universidad no se ha paralizado. Hoy toda la comunidad educativa se encuentra realizando enormes esfuerzos, dándose diversas formas de continuidad que son fruto de una constante búsqueda por salvar las dificultades que se nos imponen; una meritoria labor de la cual lxs docentes somos protagonistas a través del teletrabajo que realizamos a base de pura voluntad con los limitados medios y en las particulares condiciones de que disponemos en nuestros hogares.
Nuestro trabajo como docentes se suma al de todo nuestro pueblo, que ha asumido la responsabilidad de garantizar la cuarentena y las actividades esenciales que le son inherentes para defender la salud de todxs y reducir los inevitables efectos de la pandemia. No podemos sino rescatar y reconocer el esfuerzo del personal de la salud que nos cuida diariamente; el de las organizaciones sociales que trabajan para mitigar el hambre de millones de compatriotas; el de lxs trabajadorxs que sostienen los servicios imprescindibles; el de las instancias gubernamentales que con su labor posibilitan la vida en cuarentena; el de las pymes que día a día dan la pelea para continuar subsistiendo. Todas tareas de una gran valía, que se realizan cotidianamente pese a los abusos especulativos que aumentaron precios de mercaderías esenciales, pese a los despidos de grandes empresas y, también, pese a la resistencia de las grandes fortunas para preservar sus privilegios.
En el caso de la docencia universitaria, como mencionamos anteriormente, el esfuerzo y el aporte se da a través de lo que se ha dado en llamar “enseñanza virtual” (para nosotros trabajo remoto o teletrabajo). El objetivo es reducir la discontinuidad y exclusión de lxs estudiantes de la Universidad Pública y preparar las mejores condiciones para cuando podamos retomar las actividades normales, buscando paliar hasta donde sea posible los efectos no deseados de la actual situación. La mirada de todxs está puesta en defender la Universidad Pública.
En este contexto, la comunicación de lxs miembrxs del Consejo Directivo de la facultad deMedicina, el acuerdo de consejerxs de Ciencias Agrarias, la resolución del decanato de lafacultad de Psicología y las resoluciones de lxs Directorxs del Politécnico y el Superior deComercio son expresiones de sensatez por parte de funcionarixs y consejerxs directivxs que nos alientan a perseverar en el esfuerzo. Esfuerzo que debe ser motivo de satisfacción y orgullo, y no causa de cansancio y frustración.
Es evidente que lxs docentes estamos expuestxs a situaciones problemáticas fruto del contexto extraordinario en que nos encontramos. En la medida en que nuestra actividad se realiza hoy ajena a condiciones normales de trabajo se produce una notoria recarga de horas de trabajo, el que a su vez se desarrolla en peores condiciones. Un problema que se suma a otras tantas consecuencias inevitables, como por ejemplo la pérdida de continuidad de un importante número de estudiantes y el deterioro general de la calidad académica.
Pero existen, también, un conjunto de problemas que son evitables, y que hoy se producen por el arraigo de ideas erróneas, sobre todo en algunos funcionarios, que pretenden exigirnos a lxs docentes (fuera de todo fundamento científico y pedagógico) el reemplazo de la labor académica, en cualquier caso y en cualquier materia, por una especie de “servicio alternativo”, ignorando los fundamentos de la enseñanza y las limitaciones materiales que padecemos, y menospreciando el esfuerzo que estamos realizando. Sabemos de casos en que se ejerce presión en ese sentido. De prosperar este tipo de demandas, el monumental esfuerzo de enseñanza a distancia corre el riesgo de verse frustrado.
Es por esto que desde COAD nos vemos obligadxs a poner claridad en cuanto a las características de la relación laboral en la cuarentena. Todxs sabemos que las condiciones y medios de trabajo normales (que obviamente son los establecidos en el Convenio Colectivo de Trabajo) no se están cumpliendo en la actualidad. A mero título ilustrativo citamos tan sólo dos artículos del Convenio:
Artículo 20.- Provisión de medios para la realización de sus funciones
Las Instituciones Universitarias Nacionales se obligan a proveer los medios adecuados a sus docentes para que estos desarrollen sus tareas
Artículo 43.- Condiciones funcionales
La Universidad garantizará a sus docentes, las adecuadas condiciones funcionales que posibiliten el normal desarrollo de la labor académica; las mismas deberán abarcar al menos los siguientes aspectos:
c) Definición de La función docente se realiza en la modalidad “frente a alumnos” y mediante actividades que se realizan en ausencia de estos
A lo dispuesto por estos artículos no está de más contrastarlo con lo que todxs lxs docentes sabemos por nuestra experiencia cotidiana: los medios y las condiciones funcionales con que contamos actualmente son solo nuestro hogar y nuestro equipamiento.
En este sentido es fundamental remarcar una vez más que, en tanto persistan las condiciones impuestas por la cuarentena, la prestación laboral de la docencia universitaria es de carácter voluntario y por tanto sujeta a los límites que cada docente, en consenso con sus compañerxs de trabajo, considere adecuados (ya sea por razones de practicidad, de salud, de posibilidad personal y/o de sensatez, responsabilidad y calidad académica). Reafirmar esto es una manera de alentar y potenciar aún más la labor que venimos realizando, así como también es un resguardo y una protección ante actitudes y posturas que requieren exigencias inadecuadas.
El sociólogo argentino Alejandro Horowicz, profesor de Los cambios en el sistema político mundial, explica por qué las crisis de los mercados han superado los límites de lo real
A comienzos de este año, cuando Alejandro Horowicz volvió a Buenos Aires después de celebrar su cumpleaños 70 en Nueva York, el nuevo coronavirus era apenas una “misteriosa neumonía china” y el adjetivo “histórico” recién empezaba a saltar de los titulares sobre los incendios en Australia a las noticias sobre la decisión del príncipe Harry y Meghan Markle de ser normales. En febrero estalló el contagio en Europa, pero las noticias sobre el virus tardaron casi un mes en volverse algo “histórico”: el 28 de febrero, después de siete días en picada, los mercados bursátiles de todo el mundo informaron sus mayores caídas en una semana desde la crisis financiera de 2008. Una caída histórica, la primera de varias en la carrera descendente de los mercados, seguida por otro récord histórico en Estados Unidos, en este caso ascendente: el de los números de desempleo.
“Los mercados practican el socialismo al revés: las pérdidas son de todos, las ganancias son de los mercados”, dirá después Horowicz, un miércoles por la mañana, del otro lado de la pantalla. Horowicz es ensayista, doctor en Ciencias Sociales, profesor en la Universidad de Buenos Aires y autor de varios libros, entre ellos Los cuatro peronismos, un clásico del pensamiento político en Argentina. El año pasado publicó su último libro, El huracán rojo (un estudio sobre las revoluciones desde la de Francia en 1978 hasta la de Rusia en 1917), fruto de años de investigación y escritura. El trabajo, que tenía previsto lanzarse en España este año, “no es una visita al museo de las revoluciones”, advierte la sinopsis; por el contrario, la obra lee las revoluciones en tiempo presente: como condición de posibilidad de la democracia política, la transformación tecnológica o la educación masiva que conocemos hoy.
El escritor Rodolfo Fogwill decía que siempre se escribe en contra de algo; Horowicz parece la prueba de que siempre se piensa y se enseña (mejor) en contra de algo. En esta entrevista, por ejemplo, contra las explicaciones vacías y las miradas ahistóricas del presente.
Pregunta. Desde que empezó la crisis por el coronavirus, todo el tiempo leemos que tal Bolsa de valores o tal moneda se han desplomado por el temor de los mercados. ¿Quiénes son “los mercados”? ¿De quiénes estamos hablando?
Respuesta. Los mercados forman parte del género literario de los anónimos, a los cuales se les puede hacer decir prácticamente cualquier cosa, porque uno los “interpreta” como le viene en gana. Existen los llamados supuestos datos objetivos de los mercados, que son el precio al que cotizan los valores. Pero para poder creerles a los mercados es preciso ser, fundamentalmente, muy ignorante. ¿Por qué digo esto? Si vos mirás la deuda pública soberana del conjunto de los países de este mundo y sumás ese valor, y sumás los productos brutos, el ingreso de esos mismos países, vas a ver un fenómeno por lo menos muy curioso que no registran los mercados: que la deuda soberana es cuatro veces mayor a la producción anual de riqueza del planeta Tierra. Entonces, la pregunta es: ¿cómo puede ser que se deba cuatro veces lo que existe?
Los economistas tienen un modo muy divertido y encantador de explicar lo que no explican y que consiste en decir que eso es capital ficticio. Entonces, la pregunta se traslada: ¿qué es el capital ficticio? Porque convengamos en que, cuando yo digo que esto es una ficción, sabemos que no rige el estatuto de la verdad.
Los mercados te muestran simplemente un aspecto, que es la compra y la venta de un bien, y parten de la presuposición de que ese precio es el precio justo. Pero esto surge de transformar en abstractas y en igualdades cuestiones que de ninguna manera son iguales entre sí. Por ejemplo, a nadie se le ocurre que un señor que vende su fuerza de trabajo es igual al capitalista que se la compra. Porque ahí estamos frente a lo que Marx llamaba “la libertad de morirse de hambre”. Esa es la libertad de los mercados: la de que te podés morir democrática y libremente de hambre, de coronavirus o de cualquier otra maldita peste. La primer cuestión, cuando decimos “los mercados”, es que estamos hablando de procesos que ignoramos, cuya profundidad desconocemos, que no nos proponemos averiguar y que simplemente estamos formulando una respuesta que vale tanto como el abracadabra.
P. ¿Qué significan entonces las crisis de los mercados?
R. ¿Qué es una crisis en términos de mercado? Una ruptura de un conjunto de determinados equilibrios. ¿Cuál es ese equilibrio? Pues bien, que el gasto público esté por encima de las posibilidades de esa determinada sociedad. Por lo tanto, en aceptación al dictamen de los mercados, la Unión Europea, por ejemplo, tiene reglas extremadamente duras sobre cuál debe ser el comportamiento de cada uno de sus Estados nacionales miembro respecto del gasto público. Ahora, ese gasto público tiene algunas curiosidades inenarrables. La primera curiosidad es que en 2010, la deuda de los países respecto del gasto era de la mitad. Esto es: debían la mitad de lo que producían. Uno puede decir que está bien, que está mal, pero todavía no es ficción literaria pura. No estamos frente a una esquizofrenia. Estamos frente a algo que se comporta según patrones convenidos previamente. Pues bien, entre el 2010 y el 2020, ¿viste esa transformación de 0,5 a 4,2? [la deuda soberana de los países pasó de ser la mitad a ser cuatro veces lo que producían]. Lo que vos ves es una fenomenal transferencia de ingresos de los sectores productivos al sistema financiero internacional. ¿Esta es la primera vez que lo ves? No, de ninguna manera. Esto es una política constante.
Si vos mirás la crisis de 2008 en los Estados Unidos, ves que un conjunto de bancos quiebran. ¿Por qué quiebran? Porque hicieron préstamos chatarra, acumularon los préstamos chatarra, emitieron títulos sobre los préstamos chatarra, no tenían ninguna clase de control, prestaban a cualquiera de cualquier modo, hacían diferencias siderales hasta que, por supuesto, la bola de nieve… pasó lo que tenía que pasar; es decir, se cayó a pique. El dislate consiste en que el valor de mercado no tiene nada que ver con el de la producción de bienes reales, porque el mercado no registra la producción de bienes reales en rigor de verdad, sino las operaciones y los flujos financieros.
¿Cuál es el sentido de esos flujos financieros? Pues bien, como los bancos hicieron lo que hicieron, quebraron. En el momento en que quiebran los bancos descubrimos qué es el mercado: el mercado es la incapacidad de autorregularse; porque si la lógica del mercado funciona librada a su propio modo de operar, lo que sucede es que el mercado y las sociedades reguladas de este modo se van al mismísimo carajo. ¿Qué hace el Gobierno de los Estados Unidos, que tiene una cierta comprensión fanática de algunos principios económicos, pero que no se suicida tan sencillamente? Establece una inyección de 750.000 millones de millones de fondos públicos para rescatar a los bancos. ¿Qué nos enseña la economía de mercado? Que si yo pongo la plata, yo soy el dueño. Ustedes, muchachos, quebraron, entonces los bancos son públicos, son de aquellos que pagamos los impuestos. Pero no, los mercados practican el socialismo al revés: las pérdidas son de todos, las ganancias son de los mercados; es decir, del sistema financiero internacional.
Entonces, cuando hablamos de los mercados no hablamos de ninguna otra cosa que del sistema financiero internacional. Y cuando hablamos del coronavirus, de lo que hablamos es del efecto que una gramática mercantil que se extiende sobre todo, produce como efecto destructivo sobre todo. Yo no soy un infectólogo, no soy médico y no pretendo dar lecciones de aquello que ignoro, ni mucho menos. No sé cómo se combate específicamente esta pandemia, pero sé como se combate el sistema y la lógica de las pandemias. Es decir: si los mercados siguen regulando la producción, y el planeta Tierra se explota como una especie de granja sin límites, donde el único concepto de los mercados, que es la rentabilidad, puede destruir todo, incluido el mercado, lo van a hacer. Sin ninguna duda. Entonces, zafemos o no zafemos del coronavirus, la pregunta es qué se hace con el virus del capitalismo. Ese es un virus altamente peligroso.
P. Cuando empezaron a colapsar los mercados, recuerdo haber visto varios posteos en redes sociales que decían: de pronto estamos descubriendo que, al final, a la economía la sostenían los cuerpos que trabajan. ¿Esto es así o gran parte de las ganancias de los flujos de capital que vemos son simplemente ficticias? O sea, no se corresponden con…
R. Se corresponden con las necesidades del capital, no con las necesidades de la actividad. Y las necesidades del capital tienen que ver con la rentabilidad. Y esto tiene una ecuación matemática enormemente sencilla. Tomemos el ejemplo de los autos de Fórmula 1. Cuando vos mirás los corredores de autos Fórmula 1, ves que la diferencia entre el primero y el último son unas centésimas de segundo, un segundo. Entonces vos decís: ¿qué relevancia tiene esto en andar en auto? Ninguna. Es decir: si tu auto tiene un pique de una fracción de segundo sobre 400 kilómetros respecto del mío y hace que tengas una ventaja de cuatro segundos en llegar. ¿Qué es lo que sucede con tu auto? ¿Por qué es mejor que el mío? ¿Se puede usar ese auto? ¿Vos podés subirte al auto y usarlo en una carretera? No. Esta es la fantasía de los mercados y de la productividad infinita a cualquier precio.
La idea de tardar menos para hacer una cosa es importante si yo tardo 30 días en llegar desde Madrid a Buenos Aires en barco; cuando yo voy en avión, la cosa cambia. Y si el avión, en lugar de ir a 900 kilómetros por hora, puede ir a 1.800 kilómetros por hora, está bien. Pero hay un momento en que se constituye lo que se llama un límite fisiológico; esto es: a esa velocidad los cuerpos se desintegran. Por lo tanto no es una velocidad útil, no nos sirve, le sirve a otra cosa. La sociedad humana ha llegado a un punto donde la economía de tiempo ha alcanzado, en muchos de sus elementos —no digo en todos—, topes imposible de superar, por así decirlo. Vos fíjate que esto hasta nos produce un efecto subjetivo. Una carta tardaba, en alguna época, cuando el correo funcionaba de verdad, seis días, cinco días en llegar de Buenos Aires a Londres. Ida y vuelta, 15 días. Hoy, cuando yo tengo que esperar 15 segundos en la computadora para entrar a mi charla de Zoom con vos, digo: “¡Qué lenta que está esta máquina, carajo!”. Ahora, esta percepción es una percepción real. No es un disparate. Pero someter a esta percepción el conjunto de las decisiones de la existencia de un planeta sí es un disparate. Este es el punto.
Tenemos estructuras de medición y evaluación absolutamente arbitrarias. Y estamos acostumbrados a un ejercicio que destruye todas las especificidades. Ahí vemos el final de esta lógica, que es básicamente una lógica teológica. Una lógica que no admite sino un Dios único todopoderoso. Hemos construido un Dios único, todopoderoso, que es la gramática mercantil y su altar son los mercados.
P. ¿Cuál ha sido el comportamiento de los mercados en otros momentos críticos de la historia reciente? Más allá de la crisis de 2008, ¿ha habido momentos que hayan sido esenciales para transformar la relación entre el capital y los Estados nacionales?
R. Sin duda. Cuando vos ves el fenómeno que arranca en 1890, que desemboca en la Primera Guerra Mundial, ves la ampliación del mercado nacional como un mercado insuficiente. Viene la lógica de esto que estamos planteando como lógica de los mercados. ¿Cuándo es insuficiente el mercado nacional? Yo puedo decir que es insuficiente porque hay una sobreoferta. Esa es una lectura. La segunda lectura es que la demanda es demasiado pobre, es demasiado incapaz.
Cuando vos mirás al interior de los Estados nacionales y ves, por ejemplo, una comparación entre Alemania y Francia, ves que Alemania, teniendo un mercado mucho más grande que Francia —numéricamente la población alemana es casi dos veces la población francesa— al mismo tiempo tiene una demanda muy baja. ¿Por qué? Porque las sociedades campesinas que no han hecho la revolución democrática son muy incapaces de comprar. En consecuencia, vos necesitás vender fuera lo que no podés vender dentro. Esta necesidad de ampliación de mercado se expresa como imperialismo geográfico, como el imperialismo más elemental y obvio. Y entonces ves en ese mismo período previo, entre 1860 y 1890, que Gran Bretaña quintuplica sus posesiones coloniales. Y se mastica, ni más ni menos, que a la India. No estamos hablando de una pequeña cuestión, no estamos hablando de las Falklands [las Islas Malvinas], estamos hablando de la India, de un tamaño descomunal, con una sociedad que tiene varias decenas de veces la población y la extensión de Gran Bretaña. Entonces nos damos cuenta de que estamos frente a un fenómeno de otro nivel.
Cuando vemos cómo ingresa el mercado y el capitalismo en Japón, vemos que ingresa con las cañoneras. Cuando vemos cómo ingresa el capitalismo en China, vemos que ingresa con una guerra de opio. Cuando vemos cómo se amplía el mercado mundial, vemos exactamente mecanismos político-militares relativamente atroces. Este ajuste es permanente y para cada ciclo tenés nuevos ajustes. Porque no es que vos ingresaste al mercado mundial en 1848 y por lo tanto, en la crisis posterior de 1946, te va bien. En 1848 Gran Bretaña hegemonizaba el mercado mundial. En 1946, Gran Bretaña era la gran perdedora del mercado mundial. Termina endeudada con los Estados Unidos y, de la potencia colonial imperial que era, tiene que retroceder, perder la India, perder su lugar, poner fin al imperio de la reina Victoria. Entonces no hay ninguna duda de que hay una relación directa entre una cosa y la otra. Lo que tenemos que tener muy, muy en claro, es que esta relación no es amable.
Cuando Marx escribe “hay un adentro y un afuera del mercado mundial”, el afuera del mercado mundial es todavía más grande que el mercado mundial. Con la caída del Muro de Berlín y la implosión de la Unión Soviética, el mercado mundial y el planeta Tierra se han vuelto lo mismo. Tenemos un dominio globalizado que no tiene ninguna forma de control democrático. ¿Quién elige al presidente del Fondo Monetario Internacional, al presidente del Banco Mundial, al conjunto de sistemas que en rigor son los que gobiernan y deciden en última instancia?
Hemos visto cómo el mercado mundial cambiaba al primer ministro de Italia, al primer ministro de Grecia. Hemos visto cuestiones que, con los estándares que usábamos para caracterizar los golpes de Estado en América Latina, se llamaban golpe de Estado. Sin embargo, nadie se inmutó demasiado. Nadie creyó que esto era particularmente grave. Nadie se plantea que el problema… el problema sigue siendo cuál es el déficit, el déficit fiscal es lo que nos quita el sueño, porque esto es lo que pone nervioso a los mercados. ¿Y qué es, en definitiva? Lo que te está diciendo es que lo único que se propone es garantizar que pagues lo que debes, no que clausures la deuda. Están planteando una transferencia sistémica de bienes, permanente, que no tiene modo de ser soportada por esa estructura sin derrumbarse.
En Marx, la noción de competencia y la noción de crisis son prácticamente iguales. La competencia entre capitales supone, obviamente, la derrota de los más débiles, la reconcentración y la crisis como modo de saldar esta actividad. Lo que tenemos que entender es que el volumen, la importancia, la intensidad y la calidad de todo esto ha llegado a un punto en que, desde la bomba atómica para acá, militarmente, y ahora financieramente, somos capaces de poner fin a la existencia de la vida en el planeta Tierra. Esta es la novedad que los diarios no ponen en tapa.
Fuente e imagen: https://elpais.com/sociedad/2020-05-02/la-pregunta-es-que-se-hace-con-el-virus-del-capitalismo.html
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