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Al filo de la motosierra: las políticas de género en la era Milei

 Entre el desguace del Estado y la precarización de la vida, La Libertad Avanza logró reducir al mínimo las políticas de sostenibilidad que hacían más vivibles las trayectorias de mujeres y disidencias. ¿El desfinanciamiento también puede verse con anteojos violetas?

Apenas pasaron cien días desde que Javier Milei asumió el poder al grito de “AFUERA” y bajo la muletilla de “no hay plata”. En estos tres meses y medio las áreas de género de ministerios, municipios y secretarías fueron licuadas, desjerarquizadas o directamente desfinanciadas, sin nombramientos a cargo ni tareas que ejecutar. Bajo el mote de “ñoquis”, “vagos” y «militantes», las y los trabajadores estatales fueron estigmatizados por el Ejecutivo y vapuleados por los medios de comunicación. Si bien ya comenzaron a ejecutarse los despidos, aún se esperan más para fines de marzo, momento en el cual se vencen aproximadamente 70.000 contratos.

El depredador gobierno anarcocapitalista, que habló en reiteradas ocasiones de la “sangrienta agenda del aborto” y nombró a las feministas como su enemigo, se hizo notar recortando con su motosierra todo lo que hacía más vivible la vida de mujeres y disidencias. Lo que se pudo construir en los cuatro años de la anterior gestión, con autocríticas y medidas perfectibles, va cayendo poco a poco como la arena en un reloj.

Según el informe de la organización ELA y la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) -titulado “Un ajuste que agranda la brecha”-, el gasto en las políticas públicas que apuntan a reducir la desigualdad de género fue, en lo que va de 2024, un 33% más bajo en términos reales que el año pasado. Eso significa incluso 9 puntos más de lo que sufrió el presupuesto nacional (24%). “Hicimos este informe porque veíamos que de parte del Ejecutivo había una narrativa explícita que se traduce en medidas concretas de recortar el gasto público, cayendo fuertemente sobre el contenido social. Nos parecía importante hacer zoom en las políticas de género para publicar el informe el 8M y así reabrir la discusión”, explica Malena Vivanco, economista del programa Justicia Fiscal de ACIJ. “Los recortes se dan porque los montos se licuan. El problema es que no se realiza una actualización constante frente a estos niveles de inflación”, asevera.

Malena Vivanco

Entre estas políticas recortadas se encuentra la moratoria previsional que bajó un 38% desde el año pasado, a pesar de que gracias a ella se jubilaron 6 de cada 10 mujeres en Argentina. También hubo una caída del 45,5% en pensiones no contributivas para madres de 7 o más hijes. En el caso de la Asignación Universal por Hije, cobrada en un 95% por mujeres, la caída fue del 4%. “La desigualdad de género no es nueva, es histórica y estructural. Las estadísticas demuestran que las mujeres son las más afectadas por la pobreza y quienes asumen de forma desproporcionada las tareas indispensables para la sostenibilidad de la vida”, asegura el documento.

El recorte de presupuesto afecta más a mujeres y diversidades porque todo lo que se achica en el Estado se agranda en responsabilidades en la casa, en todos los sentidos. Nosotras somos mayoría en las prestaciones ‘no contributivas’, que en realidad no lo son porque contribuimos muchísimo a la riqueza del país con nuestro trabajo no remunerado”, asegura la economista Lucía Cirmi Obón, Magister en Desarrollo y autora del libro «Economía para Sostener la Vida». “Cuando el Presidente dice que las moratorias para amas de casa no son sostenibles, se olvida que para que los hombres hayan podido salir a trabajar había alguien planchando, lavando y cocinando puertas adentro. El aporte de la economía del cuidado es del 25% del PBI y las jubilaciones se financian mayoritariamente con el IVA, que es el impuesto que más pagamos las mujeres. Para hablar de la sostenibilidad de las jubilaciones hay que hablar de la riqueza no grabada”, enfatiza Lucía.

Las políticas de prevención y asistencia a la violencia de género no fueron la excepción a la regla: en la Línea 144 se bajó un 12% el monto ejecutado. Según datos oficiales esta línea atendió, desde su creación en 2013, 125.000 comunicaciones por año. El programa Acompañar, que consta de un subsidio monetario para personas en riesgo de sufrir violencia de género, cayó en un 69% si se lo compara con el año pasado. La merma en este programa es clave a la hora de pensar los femicidios, crímenes de odio y travesticidios, ya que la autonomía económica es una pata fundamental para la salida de vínculos violentos. “Si dependes económicamente de tu agresor, no tenés posibilidad de salir de ese espiral de violencia”, subraya Cirmi Obón.

En cuanto a las políticas de cuidado, en los centros de primera infancia y los jardines casi no hubo presupuesto ejecutado, con una reducción que alcanza alrededor del 100% entre el año pasado y éste. Dichas decisiones no pueden verse escindidas de las consecuencias materiales que conllevan. El desfinanciamiento de las políticas de cuidado dificulta mucho más la tarea a la que las mujeres dedican el doble de horas promedio por día que los hombres, según el INDEC. “Consideramos que los recortes en las políticas de cuidado son una pérdida enorme porque son éstas las que van al núcleo del problema, las que ahondan en la base de la desigualdad que hay tanto en los hogares como fuera de ellos”, afirma Vivanco. Por su parte, Lucía explica: “En conjunto con el CELS hicimos el cálculo que de 43 políticas de cuidado 22 ya fueron derogadas, eliminadas o totalmente desfinanciadas, 15 están en alerta y solamente 7 en vigencia. Hay un retroceso muy grande en un periodo muy corto”. Ella fue quien se desempeñó durante cuatro años como subsecretaria de Políticas de Igualdad en el ex Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad.

Lucía Cirmi Obón

El programa Registradas, que servía como incentivo para la formalización y permanencia en el empleo de las trabajadoras de casas particulares, se encuentra con las inscripciones cerradas desde el 31 de diciembre de 2023. Mediante este plan, el Estado nacional pagaba el 50% del salario de la trabajadora durante 6 meses, a cuenta del pago que realiza la parte empleadora. En lo que respecta al programa «Potenciar Trabajo», experimentó una reducción del 71% en comparación con el mismo período de 2023. Este programa contaba con un 63% de mujeres inscriptas a finales del año pasado. “Lo que está en peligro es la autonomía económica de las mujeres. Cuando dejamos todo librado al mercado nos damos cuenta que ese mercado prefiere varones porque piensa que nosotras somos más costosas”, continúa Cirmi.

Como si hiciera falta aclarar, otra de las medidas que fue borrada por el libertarismo fueron los análisis transversales del presupuesto y el presupuesto con perspectiva de género que había impulsado durante el gobierno anterior la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género perteneciente al Ministerio de Economía y encabezada por Mercedes D’Alessandro. Esto, lejos de ser una mera formalidad, “representa una herramienta de gran alcance para comprender las prioridades del gobierno en la resolución de urgencias que aún afectan de manera desigual a distintos sectores de la sociedad, entre ellos a las mujeres y personas LGBTI+”, especifica el informe antes citado.

“Que no existan análisis transversales del presupuesto con perspectiva de género es un problema para la transparencia del gobierno. Todo esto se enmarca en una política de acceso a la información y disposición de la información pública que ya no son tan accesibles. Desde ACIJ hacemos pedidos de información pero vemos que ya no está disponible para todos”, concluye Malena.

Fuente de la información e imagen:  https://elgritodelsur.com.ar

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Argentina: El mapa de los despidos en el Estado: el detalle en cada organismo

El titular de ATE, Rodolfo Aguiar, denunció que el Gobierno notificó a alrededor de 5 mil trabajadores por vías informales y otros que se encuentran en «transición de despido». El sindicato realizará un paro nacional con «ingreso masivo» a las dependencias estatales el próximo miércoles.

La ola de despidos desatada por el gobierno de Javier Milei cayó hasta el momento sobre al menos 7 mil trabajadores de ministerios, secretarías, distintas dependencias y áreas descentralizadas del Estado. No obstante, el número es provisorio y no se descarta que para mediados de la semana próxima pueda duplicarse, tal como lo prometió la administración de La Libertad Avanza (LLA).

Los despidos dejan a la Anses al borde del colapso

«Me dijeron que no vaya más por altavoz»: fue el meteorólogo más joven del país y lo echaron por teléfono

La cifra de los despidos que ayer sacudieron a toda la administración pública nacional fue precisada a Página/12 por el monitor de despidos que la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) elabora minuto a minuto sobre la base de la información que remiten delegados y delegadas de las distintas reparticiones del Gobierno y ya anunció un paro nacional con un “ingreso masivo y simultáneo” a todos los organismos estatales el próximo 3 de abril.

Los 7 mil casos provisorios se tratan de despidos fehacientes, es decir de personas que fueron notificadas a través de las vías informales que el Gobierno eligió para decirles que quedaron en la calle: whatsapp y mails.

Según el monitoreo, los que recibieron esos mensajes en los últimos días fueron 4.969 trabajadores. Otros 2 mil se encuentran en transición de despido, es decir que serían notificados en breve porque el cierre de las áreas donde se desempeñan ya fue anunciado, según aclaró a este diario el titular de ATE Nacional, Rodolfo Aguiar.

La razón por la que el gremio interpreta que esos números son provisorios tiene que ver con la aclaración que ayer hizo el vocero Manuel Adorni cuando corrigió la cifra de 70 mil despidos arrojada por el presidente Javier Milei.

El portavoz aclaró que, en rigor, los despidos serían el 20 por ciento de lo dicho por el mandatario y estimó que se despedirán a alrededor de 15 mil trabajadores. O sea que si hasta ahora hubo 7 mil despidos, la faena del Estado estaría a mitad de tránsito.

Pero la duda no está tanto en el número de despidos como en el porcentaje. “Al parecer, ese 20 por ciento es la ‘pauta’. Esta es la versión que está cobrando fuerza porque el Gobierno habría ordenado elaborar listados con una reducción de personal de entre el 20 y 30 por ciento. Si ese número de referencia fuera la premisa, sufriríamos entre 14 mil y 21 mil despidos”, alertó Aguiar.

Según el monitoreo provisorio hecho por ATE, algunas de las notificaciones que se produjeron hasta el momento son las siguientes:

Anses: 1.200

Secretaría de Agricultura Familiar: 900

Ministerio de Capital Humano: 800

Centros de Referencia de Desarrollo Social (CDR): 600

Secretaría de Trabajo: 517

Agencia Nacional de Discapacidad: 332

Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf): 300

Personal Civil de las Fuerzas Armadas: 280

Secretaría de Comercio: 225

Secretaría de Cultura: 208

Nación ART: 200

INCAA: 170

Acumar: 120

Cenard (Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo): 120

Subsecretaría de la Mujer: 150

Indec: 100

Secretaría de Derechos Humanos: 12

Administración General de Puertos: 185

Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV): 89

Conicet: 87

Servicio Meteorológico Nacional: 80

Parques Nacionales: 79

Vialidad: 67

Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP): 40

Ministerio de Economía: 26

COPREC (Servicio de Conciliación Previa en las Relaciones de Consumo): 25

Secretaría de Energía: 21

CNRT (Comisión Nacional de Regulación del Transporte): 2

En esa lista, hay algunas particularidades. Por ejemplo, en la Secretaría de Derechos Humanos, su titular Alberto Baños niega la información pero se conoce que tiene tomada la decisión.

En el Ministerio de Capital Humano hubo 800 despidos pero prácticamente se da por hecho que para la semana próxima habrá otros 1000 más.

En la Agencia Nacional de Discapacidad, entre los despedidos hay una veintena que son personas con distintas discapacidades, lo cual viola la ley de cupo que obliga al Estado a su contratación.

Lo último: los 900 despidos en la Secretaría de Agricultura Familiar son parte de los 2 mil que están en transición de despidos, porque la efectivización del vaciamiento –según el decreto que lo ordena- es dentro de 90 días.

El Gobierno dijo que las bajas de contratos alcanzarán a personas incorporadas durante el último año. Sin embargo, esto no fue así. “Analizamos que no existió un patrón de antigüedad. No despidieron solo a quienes ingresaron en el gobierno anterior sino a personas con más de 20 años de antigüedad, es decir que ingresaron en la gestión de (Carlos) Menem”, subrayó Aguiar.

Además, el dirigente confirmó que el equipo jurídico nacional de ATE “se reunió de urgencia para definir criterios” de acción a fin de defender tanto los puestos de trabajos como el derecho a indemnización de estos trabajadores, si es que los ceses son definitivos. “Se está violentando la estabilidad en el empleo, algo que está garantizado en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional”, advirtió.

Pero la estrategia del gobierno de Milei para su achique del Estado no se detiene en los despidos. La licuación del salario, la magra paritaria y el congelamiento de sueldos es una forma indirecta de despidos de la que el Estado hace gala y que, inclusive, inspira a algunas empresas.

“El recorte del salario, que a marzo superará el 20 por ciento” equivaldría a (el costo de) 14 mil puestos de trabajo”, reveló a Página/12 Flavio Vergara, director del Departamento de Negociación Colectiva de ATE. Este ajuste también suma “al listado de trabajadores injusta y brutalmente despedidos”, añadió.

En total, la administración pública nacional tiene 140 mil trabajadores, 70 mil de los cuales son contratados. Esta es la cantidad que planea echar Javier Milei, tal como se ufanó el martes en su discurso en el IEFA Latam Forum.

Se trata de la tercera “reforma del Estado” neoliberal en los últimos 40 años de democracia. La primera fue durante el gobierno de Carlos Menem, con las devastadoras consecuencias que ya se conocen. La segunda fue con Mauricio Macri, con la insolvencia y el daño que ya se conoce.

Pero, como se sabe, reestructurar el Estado no es gratis ni es fácil. El entramado de leyes que lo sustentan y las estructuras que sostienen la administración son tantas que lo único que se logra es un daño temporal que a largo plazo le cuesta al Estado más de lo que un gobierno quiso “ahorrar” en el corto plazo.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/724987-el-mapa-de-los-despidos-en-el-estado-el-detalle-en-cada-orga

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En camino al infierno climático

Por: Silvana Melo

Las ciudades no soportan las inundaciones ni las sequías ni las altas temperaturas. “Ni se van a bancar el granizo cuando pegue cada vez más fuerte”, dice Walter Pengue. Estamos a un paso “del infierno climático”. Para un niño nacido en 2020, “el impacto va a ser brutal en su vida adulta”. Mientras tanto las tormentas arrasan. El dengue avanza. Y la vida, en alerta roja.

Un verano –el pasado- con nueve olas de calor y una sequía arrasadora; el verano siguiente –éste- ahogado de lluvias y, en su final, rabioso de tormentas e inundaciones repetidas cada diez días en el mismo territorio. Walter Pengue, doctor en Agroecología, Sociología y Desarrollo Rural Sostenible, habla con APe del “camino directo del infierno climático”. Proyectos inmobiliarios alzados con la ceguera de la rentabilidad que frenan las aguas e inundan ciudades antes impensadas, suelos agotados que ya no absorben una gota, un modelo de producción agroindustrial que genera sequías por las que luego deben crearse trigos con modificaciones genéticas que las resistan.

En medio de este panorama, todo tiembla, todo trastabilla. Generaciones y distribuciones eléctricas sin mantenimiento que explotan ante el primer calor o la primera tormenta. Nula exploración en energías alternativas. Enfermedades tropicales que se extienden al sur porque el sur ya no se comporta como tal y abunda en veranos tórridos e inviernos templados. Fenómenos inusuales para los que los cuerpos no están preparados y las infraestructuras tampoco. Esta nota se escribe con alerta roja de tormentas en el AMBA y la epidemia de dengue en su punto máximo. Un escenario distópico y antrópico que está amenazando con quebrar el futuro como a una copa de cristal.

Walter Pengue, autor principal de los documentos del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC de Naciones Unidas) habla de “aceleración, intensidad y recurrencia”. Es decir, aquellos cambios que hasta hace unos años eran una fantasía de un grupo de científicos para dentro de medio siglo, ahora se sienten de un año a otro. Transforman de a retazos una vida. “El documento de Naciones Unidas 2022-23, que terminamos el año pasado, fue el que puso en alarma lo que antes era una advertencia y es que estamos yendo hacia el infierno climático”.

Saliendo del campo, cuando en la ruta lo sorprendieron cien milímetros en media hora, el docente universitario pensaba que “quince años atrás, cuando les decíamos a los chacareros ustedes van a dejar de ser agricultores para ser pescadores, no me creían; ahora ya son varios los que se volvieron pescadores”. Y es un escenario, dice, “para el que la Argentina no está preparada, tanto a nivel del campo, de la producción, de la naturaleza, como de las ciudades”; porque “que caigan cien milímetros de un saque, antes pasaba cada diez años y ahora cada diez meses”.

Sin embargo, la producción intensiva para exportar commodities y generar divisas, el uso indiscriminado de agroquímicos y la tala sin freno para ampliar la frontera agropecuaria ha transformado el paisaje de la región, además de las temperaturas y los ciclos de las lluvias. Los 62º de térmica en el marzo de Río de Janeiro –al borde de lo que la vida puede soportar- convive en armonía con el desmonte del Amazonas.

“Lo que estamos enfrentando es un escenario de cambio climático y de cambio ambiental global. El primero antes aparentaba ser una advertencia, pero ahora está claro que las cosas están yendo muy mal –sostiene Pengue- y se necesitaría un viraje importante, muy drástico en las pautas de producción y consumo en nivel global y regional”.

Antonio Guterres, secretario general de Naciones Unidas, “lo dijo claramente: vamos yendo por la autopista con la quinta puesta hacia el infierno climático. Eso es lo que está sucediendo y la gente ya lo percibe”. No se trata, dice Pengue, de “fenómenos naturales sino antrópicos[1], aunque algunos lo nieguen”.

“Los documentos científicos publicados por referencias de todas las disciplinas de las ciencias unificadas, reconocen lo que dice Guterres: que estamos ante un escenario de intensificación, aceleración y recurrencia de todos los fenómenos. De grandes sequías a grandes inundaciones. Y no estamos preparados”. Tampoco lo está “el mundo desarrollado, con las olas de calor que ha tenido Europa y los muertos, pero ellos lo están cuantificando; en los países en vías de desarrollo no lo hemos tenido tan en cuenta. La situación va a ser cada vez más conflictiva porque no nos estamos adaptando para mitigar los impactos”.

Las ciudades no soportan las inundaciones ni las sequías ni las altas temperaturas. “Ni se van a bancar el granizo cuando pegue cada vez más fuerte”, lamenta Pengue. Y sueña con un cambio –que aparece quimérico en estos tiempos- en las cabezas “de quienes manejan las políticas públicas y el desarrollo privado”.

“A los que tenemos 50 o 60 años nos va a pegar pero vamos a ser mayores cuando el impacto llegue –piensa, mirando hacia adelante-; pero en el último documento pensamos en un niño nacido en 2020. Va a ser un adulto. Y el impacto va a ser brutal en su vida”.

Mirando hacia esa infancia, piensa Walter Pengue. “Hay que pensar con faro largo y no sólo en la producción de dinero. Porque la gente no come dinero”. Pero la sociedad está adormilada. “Aletargada, como la rana en la olla mientras se va calentando”.

A pesar del negacionismo reinante, desde el aula universitaria, cree “en las oportunidades”. Y en un futuro que se puede ir hilvanando hilo por hilo.

Afuera llueve como nunca.


[1] Fenómenos producidos por actividades humanas

Fuente de la información e imagen:  Pelota de Trapo

Foto: Agustín Macarian (Reuters-Clarín)

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Argentina: 4º semana. Por la lucha docente en Neuquén y las demás provincias, paro de CTERA ya

En Neuquén, vamos para la 4ta semana de conflicto ininterrumpido, entre la docencia de ATEN, el gobierno de Rolando Figueroa (ex vicegobernador del MPN) y su frente “Comunidad” entre el PRO, la UCR y sectores del PJ, incluyendo al Movimiento Evita, más los ajustes de Milei a educación y al Incentivo.

 

En la tercera semana, con un paro de 72 hs y una adhesión del 95%, protagonizamos una nueva y multitudinaria movilización provincial el martes 19, con 12.000 docentes colmando las calles. Mostramos que el conflicto está vivo y con una fortaleza tremenda, pese al decretazo, las amenazas y aprietes del gobierno.

 

El miércoles 20 seguimos con una fuerte permanencia, rodeando la gobernación desde temprano, porque exigimos el reconocimiento y pago del IPC (Índice de Precios) mensual, pero a partir de enero, las partidas actualizadas y condiciones dignas para enseñar y aprender. Además, la inmediata reapertura de la mesa salarial, contra el autoritario decreto 245/24, con que el gobierno quiere cerrar el conflicto.

 

Ante la falta de respuesta, el jueves 21 realizamos las asambleas en toda la provincia para definir las medidas de la semana próxima. En ATEN Capital, esas asambleas oscilan entre 1.500, 2.100 y hasta 2.600 docentes. Allí votamos la continuidad con un nuevo paro por 72 hs el 25, 26 y 27 próximos, proponiendo ir a la ruta y convocar a marchar el 24M contra el ajuste y la represión de ayer y de hoy.

 

 

Finalmente, en el Plenario de ATEN, se resolvieron esas 72 hs con acciones en casa de gobierno el lunes 25 y martes 26, más las asambleas en toda la provincia el miércoles 27. También nos solidarizamos con la militante de HIJOS, repudiamos los “vouchers educativos” para financiar aún más a la Iglesia y las patronales privadas (ver nota aquí) mientras ajustan a la escuela pública y la docencia; por lo que exigimos que se restituya, aumente y pase al básico el Incentivo (FONID) y los demás fondos educativos recortados por Milei.

 

Se repudió también la circular 001/24 firmada por la Presidenta del Consejo de Educación porque el gobierno, en vez de resolver el conflicto, amedrenta a los equipos directivos con actos ilegales y persecutorios a través de Directores de Distritos. Desde ATEN se lo rechazó, porque cualquier pedido de información de paro, aun cuando fuera por vías administrativas oficiales o formales, carece de validez y debe ser desestimada. ATEN sostiene que no corresponde la información de las medidas de fuerza, ya que el paro es una medida de acción colectiva que se respalda desde la organización sindical y es informada por los medios correspondientes desde el gremio.

 

Incluso llegaron al colmo de meterse de manera ilegal en el sistema informático de las escuelas, robando claves de acceso, para cargar días de descuento solo a los equipos directivos, arremetiendo con el apriete contra ellos, que están claramente y en su gran mayoría, adheridos a las medidas de fuerza.

 

Cronología de este fuerte conflicto

 

Desde el inicio de las paritarias o Mesa de negociación, el gobierno hizo distintas ofertas. La primera fue un bono en negro de $ 100.000 por cargo, más una actualización por IPC trimestral desde febrero, lo que dejaba afuera a enero y hacía que, en proyección, se perdiera un 25% del salario, algo inadmisible para el conjunto de la docencia. Es que este método de actualización salarial, lo conquistamos desde el conflicto de 2018, y se aplica al conjunto de los estatales. Además, incluyeron en el acta algunas otras cosas menores.

Esa primera propuesta fue tan insuficiente, que hasta la burocracia la tuvo que rechazar, proponiendo un No Inicio de clases con paro de 48h los días 4 y 5 de marzo. Así comenzó nuestra primera semana de lucha, coincidiendo con el paro nacional del lunes 4 de los gremios docentes de la CGT. Paro al que la conducción Celeste de CTERA se negó a llamar, dividiendo y dejando a Neuquén y a otras provincias aisladas en la lucha.

 

Si fuimos parte del paro nacional del 27 de febrero que llamó CTERA, con una muy fuerte adhesión en Neuquén y una importante movilización. Esa primera propuesta salarial se puso en debate en las asambleas del miércoles 28 y la rechazamos en toda la provincia. Así, en la primera semana de conflicto, a las 48 hs del No Inicio, les sumamos también el paro del 8 de marzo por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

 

Por lo que se efectivizaron las 72 hs con más del 90% de adhesión en toda la provincia, tal como habíamos propuesto desde las asambleas de ATEN Capital y Plottier. Mientras en varias asambleas del interior donde dirige la burocracia TEP (conducción Celeste de ATEN provincial) logramos la adhesión a esa moción. En Capital dirigimos con la izquierda del Frente Multicolor-Bermellón, con asambleas masivas, rechazando siempre por amplia mayoría y con las 72 hs.

Una verdadera rebelión docente

 

Con esa fuerza, habíamos votado seguir en la segunda semana de lucha, con un nuevo paro por 72 hs, desde el martes 12 al jueves 14 y nuevas asambleas. Ante la fuerza de las medidas y cuando realizamos la larga marcha del miércoles 13 (ver aquí), el gobierno se vio obligado a hacernos una nueva propuesta, mientras transcurrían esas 72 hs de paro.

 

En las asambleas del día 14, la burocracia de Guagliardo y el TEP planteó aceptar esta propuesta, ya que mejoraba algunas cosas, pero seguía sin incorporar enero en el cálculo por IPC (inflación, puedes descargar el acta-oferta aquí). Guagliardo fue abucheado en la asamblea de Capital y la votación volvió a ser aplastante (1.695 por rechazar y apenas 280 votos por aceptar). El golpe fue mayor porque otra vez el interior rechazó, pero con la sorpresa de una gran votación de rechazo que expresó una rebelión y la decisión de ir por más, ante la postura claudicante de la burocracia del TEP-Celeste.

 

Así se volvió a imponer el rechazo en el Plenario de Secretarios Generales, por una amplia mayoría de 3.154 por rechazar contra 2.065 por aceptar. Y se aprobaron las nuevas 72 hs de paro con permanencia en casa de gobierno.

 

En esta nota de Periodismo de Izquierda (ver aquí) decíamos que en esa tercera semana de lucha nos esperaban tres nuevos días de paro, el martes 19, miércoles 20 y jueves 21, en los que teníamos todas las posibilidades de hacer una nueva y enorme demostración de fuerza con todas las escuelas y una marcha de miles exigiendo que se aplique el IPC mensual al salario, pero desde enero y un aumento de partidas real. Y que luego tendríamos que reventar la EPET 8 con la asamblea de ATEN. Todo esto fue lo que sucedió.

 

Esa fuerza se palpaba y para intentar frenar nuestra lucha con una actitud prepotente y autoritaria, el sábado 16 el gobierno de Figueroa decidió que daría su aumento con un “decretazo”. Pero lo que no sabía era que solo echaba más leña al fuego. La respuesta fue contundente, la multitudinaria movilización del martes 16 que mencionamos al comienzo de la nota con 12.000 docentes, fue la respuesta.

El miércoles 15 con la permanencia frente a la casa de gobierno, más las asambleas distritales y el jueves 18, con nuevas y masivas asambleas en las que, no solo rechazamos el decretazo, si no que votamos profundizar las medidas, planteando bloqueos a la casa de gobierno y cortes de ruta en conjunto a las organizaciones sociales.

 

Cabe destacar que en la asamblea de ATEN Capital superamos los 2.600 participantes y en Plottier, más de 500. Con esa vitalidad y determinación, el plenario de secretarios generales votó la continuidad de nuestra lucha con otras 72 hs los días 25, 26 y 27 para la cuarta semana de conflicto.

 

Estamos ante una lucha de enorme magnitud. Que tiene mucha simpatía y apoyo social, a lo que se le suma la expectativa de trabajadores estatales, ya que si con ATEN logramos un acuerdo mejor que el de ATE, tendrán que volver a las calles para reclamar el mismo acuerdo. O exigir al gobierno que cumpla el acta donde dejaron explícito que si otro gremio recibía una mejor oferta, se debía extender a ATE.

 

La génesis de nuestro conflicto y sus perspectivas

 

Hay varios factores que inciden en configurar un potente y sostenido conflicto, con altísima adhesión y gran solidaridad social, que deja a un gobierno más frágil de origen y aparece como una primera minoría en la Legislatura, más aislado para imponer su decretazo y tratar de volcar a un sector contra el paro. Porque ocurre lo contrario, la gente ve que si ganamos con la docencia, ganamos todes. Por eso pesan estos elementos para moldear esta gran lucha:

1. La crisis económica y el fuerte deterioro social. Hoy una docente con un cargo cobra $ 400 mil y con dos cargos, $ 800 mil. Así, con los precios de Neuquén (IPC), la gran mayoría de la docencia está por debajo de la línea de pobreza. Esto genera un malestar enorme, sobre todo en muchas docentes jefas de familia.

2. Esto, frente al enriquecimiento de una minoría a partir del extractivismo y los récords de producción de Vaca Muerta, donde las petroleras se la llevan en pala, siendo Neuquén la cuarta provincia en exportaciones del país, mientras la pobreza trepó al 38% de la población, es decir, 4 de cada 10; con un 4,3% de neuquinos en la indigencia.

3. Actúa también liberando fuerzas, la crisis de la conducción del TEP-Celeste que hace 6 años viene cerrando conflictos rápido y sin planes de lucha. Para eso incrementaron su burocratización, chocan con las bases y el activismo, al prácticamente eliminar las asambleas. Por eso ahora, al convocarlas, se les vuelven un revulsivo, las pierden y son repudiados.

4. El TEP además viene de algunas crisis internas, con desprendimientos de agrupaciones que lo integraban. Y en particular, hay un desgaste de la figura de Guagliardo, quien lleva más de 15 años como secretario general, más allá que no lo hiciera de manera continua.

5. En la provincia también se agudizó la crisis política, luego de décadas de ajuste a manos del tradicional partido de gobierno. Así, en 2023, el MPN perdió la gobernación por primera vez desde su fundación, algo que no había pasado en 60 años. Si bien se habló de un “batacazo”, ganó con solo el 35,6% de los votos ante un 33 del MPN, mientras que el Frente de Todos Neuquino se hundió con el 12,7% y también los liberfachos de Milei, con un magro 8%. Esto expresa una importante fragmentación de la representación política. En ese marco, con el FIT Unidad conquistamos dos bancas en la legislatura provincial y dos en el Concejo de la capital.

6. Neuquén es a la vez un distrito con tradición de lucha y un peso importante de la izquierda, sobre todo en lo gremial, al impulsar constantemente las peleas. Pero también logramos avanzar en lo político, al conquistar y sostener esa representación en la legislatura y en concejos deliberantes como el de capital, donde ejercemos nuestras bancas desde el MST y las demás fuerzas del Frente de Izquierda Unidad.

7. Hay una nueva camada de docentes, hijas de la ola verde que toma la posta y gana protagonismo, imprimiendo la rebeldía de ese proceso. Donde, con el movimiento feminista y disidente, tejimos organización, asambleas, democracia directa, lucha y triunfos.

Campaña solidaria, que CTERA llame a paro por Neuquén y las provincias en lucha

 

Desde el inicio del conflicto venimos participando activamente de las asambleas, marchas y demás acciones, como parte de la conducción de ATEN Capital y aportando el apoyo a nivel general. Difundiendo notas, comunicados, dando debates, haciendo conocer nuestra revista Entrelíneas en las marchas y el mano a mano con cada docente, relacionándonos con nuevas activistas y retomando contacto y la relación con otras docentes de lucha, a partir de las propuestas en nuestro periódico, Alternativa Socialista. Así podemos avanzar, con debate colectivo y organización.

 

Es una lucha que se debe dimensionar en toda su magnitud para responder a la altura de esta verdadera rebelión docente. Mantener informado sobre las acciones que se llevan adelante, al conjunto de la docencia de la provincia y del país, impulsar una gran campaña nacional de solidaridad, así como el Fondo de Huelga al que la CTERA debe aportar para ganar. Y plantear a la vez medidas de fondo como la eliminación de subsidios a las escuelas privadas para destinarlos a la pública, más fuertes impuestos a las corporaciones y millonarios y el no pago de la estafa de la deuda.

 

 

A la par que exigimos el paro nacional a CTERA en apoyo a Neuquén, Santa Fe, Misiones, Tucumán y demás conflictos. Paro que le reclamamos, pero se negaron a llamar el martes 19 junto a Neuquén o el jueves 14 junto al paro nacional de la docencia universitaria. Así como también le reclamamos a la CGT y las CTA el paro, la movilización y el plan de lucha nacional.

 

Este conflicto, al cual le sumamos el de salud en Rio Negro, son claros ejemplos de ascenso, combinado con desborde a la burocracia, participación masiva y radicalidad. El ajuste del gobierno nacional y su réplica en las provincias, va teniendo una fuerte respuesta. ¡Podemos ganar! Te invitamos a organizarte con nosotres, en Alternativa Docente y el MST (FIT Unidad). Para poner en pie un nuevo movimiento político con la izquierda. Sumate.

 

Priscila Ottón Araneda

 

Secretaria de Nivel Primario, Inicial y Adultos de ATEN Capital

 

Alternativa Docente, ANCLA – MST FIT Unidad

Fuente; https://periodismodeizquierda.com/4o-semana-por-la-lucha-docente-en-neuquen-y-las-demas-provincias-paro-de-ctera-ya/

 

 

 

 

 

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Las ciencias sociales como ejercicio visual

Tanto la curiosidad despertada por la promoción como la tapa del libro me llevaron a leer Está entre nosotros, ¿de dónde sale y hasta dónde puede llegar la extrema derecha que no vimos venir?, Pablo Semán coordinador (bs-as 2023; S XXI). La efectividad de la tapa, titulo incluido, forma parte de la experiencia de la lectura. Al presentar a la “extrema derecha” como una presencia inquietante que un “nosotros” desapercibido, pero también amenazado por ella, no supo “ver”, reúne sintéticamente una tesis sobre las restricciones ideológicas de la percepción. Pues: ¿quiénes somos estos distraídos de mirada obstruida que acudimos a la lectura como quien busca un lente con el cual poder, por fin, comprender? No son por cierto -y por suerte- los autores el texto, que si publican justo a tiempo estas investigaciones es porque ellos sí advirtieron lo que “venía” y dieron los medios para entender y comunicar. Ese “nosotros” de lentes empañados es uno de los grandes temas implícitos del libro, y por eso Está entre nosotros merece ser leído también como una intervención sobre los modelos de comprensión que discute dentro, y en alguna medida, contra buena parte de las ciencias sociales y de los resguardos ideológicos de una miríada de comunicadores, militantes y políticos atrapados en rígidos supuestos ideológicos -sean de izquierda, progresistas, peronistas u otrxs- que obstruyeron la comprensión de lo que nos sucedía.

El texto de introducción, escrito por el sociólogo y antropólogo Pablo Semán, se ocupa de la cuestión -no menor- de la caracterización adecuada del mileísmo -¿cómo llamarlo?-, fenómeno que como cualquier otro exige ser tratado en su singularidad. Esa es la principal razón por la cual no correspondería llamarlo “fascismo” ni confundirlo con un genérico del “liberalismo”. A su juicio, el modo más preciso de nombrar al mileísmo es “derecha radicalizada” (mejor incluso que derecha radical, digo yo, que se confundiría con el ala más reaccionaria de la UCR). Con esta búsqueda de precisión ingresamos de lleno en aquello que de indudable valor posee el libro: todos sus artículos surgen de la investigación empírica y/o de archivo y tienen saberes relevantes que comunicar en relación a aquello que intuimos lejanamente sobre la evolución de una sociología del emprendedurismo y/o sobre la socialidad juvenil postpandemia, sino también -y sobre todo- sobre cómo estos factores se articulan con otros tantos para reescribir un nuevo capítulo de las derechas y sus fracciones, a partir de sus mutaciones y recomposiciones que es preciso conocer. La propuesta es, entonces, pensar a partir de una aproximación al nuevo paisaje social y sin negaciones auto inducidas, aquello cuya realidad perturbadora precisa ser considerado -justamente, a pesar de perturbar- y que Semán concibe como un movimiento de “radicalización”.

Radicalización de la derecha, entonces. Semán observa que el proceso de informalización de la economía argentina no debe ser entendida como un proceso exclusivamente económico (objetivo, cuantificable), sino también en función de una experiencia de tipo “moral”, en la que entra en juego -para los sujetos considerados como auto-emprendedores- el valor del esfuerzo personal. Sin tomar en serio esta dimensión subjetiva de los valores -dimensión confirmada en todos los capítulo del libro, apoyados todos ellos en una investigación empírica en torno a la vida de jóvenes de clases populares y medias del AMBA- no se alcanza a “ver” cómo funciona esta “sensibilidad libertaria” en la que se hibridizan -adquiriendo significados propios- un cierto sentido del orden y de la libertad. Esta de hibridez es otra de las claves del libro. La radicalización derechista opera, de hecho, por efecto de unas “intersecciones contingentes” entre “disposiciones sociales” -la precariedad y el estancamiento económico- y “propuestas políticas” (sobre todo de LLA, más porosa al plebeyismo; igualmente antikirchnerista pero menos antiperonista y más anticomunista que Juntos por el cambio). Lejos del automatismo que lleva a suponer que la base material objetiva -estancamiento y esa precarización económica y laboral- produce una superestructura expresada como derechización social (y radicalización derechista), Semán insiste en las mixturas imprevisibles entre contexto y subjetivaciones en las que nace una ciudad de emprendedores, otra de propietarios, otra de consumidores y otra de agredidos, sin que haya ninguna frontera cerrada entre ellas. Una de las tesis del libro es, pues, la de la afinidad -no sé si decir “horizontal”- entre subjetivación en la informalidad y enunciación política libertaria, favorecida por la preferencia común del mercado contra el Estado (para unos como mera constatación del funcionamiento de las cosas, para otros por doctrina), de un ideal de mediación vinculado a la ilusión de la moneda dólar y en detrimento del mundo de las políticas sociales y las organizaciones populares.

Pero la radicalización de la derecha no es meramente expresiva de una sociología. Supone, por su parte, un proceso de reorganización de los grupos activistas e intelectuales cuyo resultado da lugar a una formulación política -que entretanto se convirtió en un notable éxito político- que exalta la libertad en un sentido ideológico muy restringido, ligado a la geopolítica belicista de occidente y a un debilitamiento de los valores de lo que estos últimos cuarenta años se ha entendido por democracia. Dándole la razón a los planteos de Eduardo Rinessi -no citado en el libro-, quien ha insistido en que el kirchnerismo ocupó en la Argentina el espacio del liberalismo político en el plano del reconocimiento de derechos e incluso en su perfil institucionalista, la noción de libertad de la derecha radicalizada contiene un desprecio extremo por el mundo de los DD.HH., los feminismos y por las minorías (consideradas por ellos como privilegiadas). Esta radicalización hostil a la democracia supone -señala Semán- una diferenciación respecto de las derechas previas, a quienes tachan de tímidas. El mileísmo repudia las mediaciones. Funciona más bien como una máquina de oposiciones sistemáticas entre merecimientos individuales contra derechos colectivos; militancia individualista contra comunitarismo imaginario del militante k/progre/de izquierda; predicación en el desierto contra la militancia que hace política en y desde el Estado; el orden al paisaje de lucha y movilización.

Para Semán, uno de los grandes méritos de la derecha radicalizada es haber actuado como “mejores lectores de Gramsci” (mejores con respecto a sus oponentes políticos progresistas). A su juicio, la actividad de LLA resultó más ajustada a ciertas observaciones claves gramscianas, como el considerar a la “cultura” no una parte del Estado sino, sobre todo, una dimensión de la “sociedad civil”. Aunque en el comunista Gramsci, esta cuestión de la dirección intelectual y moral de la sociedad no podía prescindir del establecimiento de lazos orgánicos entre intelectuales, cultura y organicidad con respecto a la productividad de cierta clase social quede un poco de lado. Mas allá del efecto provocador que supone afirmar que la derecha lee mejor la bibliografía de la izquierda (provocación que no es para nada ajena a la ironía del propio Gramsci, para quien la Revolución Bolchevique habría sido hecha “contra El Capital de Carlos Marx”), queda planteado el problema de cómo interpreta la derecha radicalizada el papel de la cultura en su ofensiva política. Hace pocas semanas se lo escuchó decir a Jorge Alemán que la relación pertinente que él encontraba entre el comunista italiano y el presente argentino pasaba por la noción de “revolución pasiva”, por la cual las demandas populares son absorbidas por el bloque de clases dominantes desactivando toda actividad autónoma de masas (¿estaría de acuerdo con esto Pablo Semán?. Y por otra parte: ¿tiene la descomposición política actual la consistencia de una operación de semejante calibre?).

En el texto introductorio que seguimos leyendo se emplea la expresión “sensibilización de las derechas”. Según el sentido que se le reconozca a estas palabras se quiere afirmar que las derechas devienen sensibles en general (capaces de comprender la vida más allá de slogans y consignas), o bien que el propio movimiento de radicalización supone abrir una comprensión a procesos nuevos. Como sea, es nítida la actitud comprensiva hacia el fenómeno al que se aproxima. Lo que en muchos sentidos es inevitable, porque no hay comprensión sin concesión (aunque el asunto del cómo de la concesión está en juego o en disputa entre diversos modos de ejercer la comprensión). Volviendo a Gramsci: su capacidad de leer procesos políticamente hostiles aunque sensibles a la mutación cultural, venía descifrado por medio del contenido de clase de dichos procesos. Vale la pena aceptar la provocación semaniana de una derecha libertariana que a pesar de su propia concepción de la cultura como dimensión simbólica del mercado sería más gramsciana que sus adversarios.

¿Quién es Gramsci para los libertarianos? El nombre de una astucia menor, que habría provisto a una izquierda global derrotada en la lucha de clases de un nuevo campo de batalla, llamado “la cultura”, desde el cual desplegar una voluntad de administración de símbolos educativos, mediáticos y artísticos. Gramsci sería no el nombre de una estrategia revolucionaria, sino el de una táctica gracias a la cual el marxismo se desplaza derrotado de las contundencias de una política armada a las sutilezas de las artimañas del lenguaje, para influir desde ahí sobre la vida pública (imposible no identificar el fantasma de la infiltración judía que ahora se corporiza como “marxismo cultural”). La derecha extrema está convencida de que Gramsci es el autor no de una política comunista, sino de una “infiltración” (palabra clave, que recuerda el griterío de los cuadros de la dictadura contra el alfonsinismo como “sinagoga radical”) capaz de dominar por la vía de la imposición de lo “políticamente correcto”. Las citas de Semán al autor de Los cuadernos de la cárcel son, en realidad, una crítica -no tan velada- al kirchnerismo y sus aliados de estas décadas, que habrían confundido “producción hegemónica” con una mera “oficialización del puntos de vista de grupos militantes”. El progresismo argentino habría actuado desde el Estado, descuidado la sociedad civil -ámbito en el que actúa la radicalización de la derecha- debilitando toda perspectiva de disputa por la constitución de una verdadera reforma intelectual y moral. Lo cual tiene mucho de verdad en un sentido y quizás poco en otro, puesto que si bien es cierto que detentar el aparato del Estado y producir desde allí contenidos culturales, no equivale en lo más mínimo a constituir un nuevo proyecto histórico ni a disputar el sentido común en el seno de la sociedad civil (cosa que vio con claridad el historiador Javier Trímboli en su libro Sublunar, kirchnerismo y revolución), no es cierto que se pueda demarcar con tanta claridad esta “oficialización” con respecto de una importante acumulación popular ocurrida en el período inmediatamente previo (y en ciertos aspectos también durante la constitución de ese grupo militante). Ni los derechos humanos, ni la recomposición de experiencias sindicales de fines de los 90, ni los grupos piqueteros de 2001, ni los feminismos -fenómenos de lucha ocurridos en el seno de la sociedad civil- pueden ser enumerados como realidades producidas desde el Estado o desde el Kirchnerismo (de otro modo, tampoco se entendería porqué tanta obsesión de la derecha radicalizada con estos elementos de constitución cultural en el tejido social argentino).

El otro aspecto de la discusión sobre Gramsci nos llevaría a preguntar por la relación que existe entre lo que muestra muy bien Está entre nosotros -el valor que la derecha radicalizada da a la batalla cultural, lo que Semán ve como una “sinergia” entre producción cultural y organización partidaria y traducción institucional que permite ser comprendida sin mención alguna a asociación con capitales ni medios, y una descripción de las múltiples relaciones que existen entre estas derechas, ciertos líderes claves de la vieja derecha política como Macri (que sí vio venir lo que se venía) y los grupos de poder del bloque de clases dominantes y que de seguro podrían enriquecer el modo en que se construyen los conceptos más originales del libro (“mejorismo” y “fusionismo”).

Sergio Morresi y Martín Vicente hacen una buena lectura de la historia de las derechas. Aciertan al identificar que la “casta” encarna como categoría específica durante la cuarentena. Quienes se oponían a ella por diversos motivos, podían encontrar en ese término un referente vivo que dotaba de sentido a su deseo de enemistad. Los autores explican con precisión la consideración anti-élite en el impulso de las candidaturas de Milei: entiendo que “el sistema estatista y colectivista está enraizado de un modo tan profundo en las élites”, dicen los autores, que Milei decide -siguiendo cierto textos de su ídolo teórico: Rothbard- un “pasaje a la política” en términos de un populismo de derecha capaz de desplazar a los conservadores moderados, asumiendo “un liderazgo personal” capaz de “poner en cortocircuito a las élites adoptando un tono antistablishment virulento y una agenda indigerible para la corrección política”. La influencia de cita de la literatura de la derecha libertariana norteamericana sobre Milei y su grupo -dicen los autores- supone la determinación de la defensa de un orden sin permitir para ello la instauración de un “leviatán capaz de imponer patrones ideológicos progresistas” financiado por las cuentas públicas. Esta idea de una “defensa sin Estado” me parece un núcleo de pensamiento absolutamente clave que muestra que si algo hubiera de gramscismo en Milei no sería la producción de un nuevo núcleo intelectual y moral (es decir, la constitución de una dirección revolucionaria), sino una tentativa reaccionaria por dotar de dirección a las clases dominantes adormecidas en torno a un Leviatán indeseable. Según los autores, el gesto que toman los argentinos de sus antecesores norteamericanos consiste en la reunión de diversas perspectivas en “un gesto sincrético y a la vez adversativo”, capaz de aunar libre mercado y nacionalismo, culto al individualismo y defensa de un orden social jerárquico, desprecio a la democracia y preferencias plebiscitarias. Mas que hegemonía gramsciana, fusionismo de las familias de la derecha. Los autores plantean que una diferencia entre derecha Pro/Cambiemos y LLA es la elección de un “exterior constitutivo”. Si Pro/Cambiemos se unifica contra el “populismo”, LLA lo hace contra “el colectivismo”. A diferencia del “republicanismo” del primero, el segundo desprecia la democracia. El fusionismo de derecha de LLA es anti-pluralista, niega derechos universales y moralización de la política. Esta sería su originalidad: el haber incluido en el campo liberal un legado de las derechas nacionalistas reaccionarias.

Melina Vázquez trabaja sobre la constitución del militante joven de la ultraderecha como síntesis de un proceso múltiplemente determinado, haciendo una historia a partir de grandes hitos como los debates en torno a la ley de interrupción del aborto voluntario (2018) y la cuarentena (2020/21) y rescatando la voluntad de esta militancia de crear una “derecha popular”. Particularmente convincente es la referencia de Vázquez a la experiencia de “socialización y sociabilidad” de cierta juventud durante la cuarentena, y el valor que la palabra libertad adquiere en ese contexto. De hecho, es ese contexto precisamente, el que actúa como revelador de privilegios de la “casta” en torno a episodios como el cumpleaños de Fabiola Yañes y el llamado vacunatorio VIP. Igualmente impactante es la narración del choque generacional de estos jóvenes en ámbitos como el universitario (o en sus propia familias, muchas veces kirchneristas), en el que apenas soportan lo que llaman “adoctrinamiento”, entendiendo por tal referencias teóricas de la tradición marxista, a la historia del peronismo, alusiones al feminismo y la educación sexual o a los derechos humanos. Una juventud que se dice rebelde y desconcierta por su alianza táctica con las peores formas del poder -la denuncia y el buchoneo- no puede no dejar perpleja a una generación que aprendió la noción de “rebeldía” como una acción contra los poderes (no como una alianza con ellos). En el registro que la autora hace de su trabajo entre jóvenes libertarios aparece una interpretación según la cual el “que se vayan todos” y el ethos “meritocrático” confluyen en la alianza entre clases bajas y medias del 2001 (aquella alianza entre piquete y cacerola), recodificada ahora por derecha en la frase “argentinos de bien” (noción que supone que “bien” es mérito, contra la retórica de los “derechos” que esconden privilegios y falsas igualaciones entre quienes se esfuerzan y quienes no).

Ezequiel Saferstein analiza la escena cultural de la derecha radicalizada. Sorprende el lugar que reconoce para la bibliofilia en un mundo de influencer, plataformas digitales y contenidos audiovisual de los jóvenes libertarios. Sus principales autores (entre quienes se encuentra Álvaro Zicarelli, discípulo de Juan José Sebrelli) coinciden en atacar -dar a conocer y refutar- lo que denominan la victoria de una izquierda cultural global en el campo de la cultura y en reivindicar purezas de un capitalismo sin regulaciones junto a formas conservadores del ser social y una auto-percepción de participar de un movimiento contrahegemónico. La lista de autores de un militante actual de LLA -dice el autor- puede ir perfectamente “de Ceferino Reato a Von Mises pasando por Nicolás Márquez o Agustín Laje, cubriendo el arco que va del negacionismo de los años setentas a la refutación de las teorías de género, la crítica de la economía keynesiana y la inflación y la reivindicación del libre mercado.

El artículo con el que cierra el libro, escrito por Pablo Semán y Nicolás Welschinger, abre con una frase frontal: el peronismo “está bloqueado” simbólicamente. Tiene la lengua trabada dado el peso que sobre ella tiene el “estado del Estado”. La fluidez está en otro lado. Allí donde no ha dejado de activarse una derecha popular (diferenciada de una derecha elitista previa) liberacionista. Vuelve a plantearse entonces, la cuestión crucial de la afinidad entre una lengua y una derecha popular, que los autores explican histórica y sociológicamente. Mostrando una conexión entre experiencia (jóvenes de clase media y popular del AMBA) con una ideología (de derecha libertaria).

Pablo Semán.
Semán y Welschinger hablan de un “anudamiento exitoso” entre la “estructura de acogida” y “convocatoria política”, sin la cual el crecimiento de LLA en esos sectores permanecería inexplicable.

Tras un proceso de entrevistas “focales”, los autores crean un concepto, “mejorismo”, capaz de condensar los efectos de esta convergencia entre mutación estructural e ideología. Una década larga de estancamiento económico y desmejoras de la calidad en prestaciones públicas dio lugar a un paisaje dominado por el empobrecimiento y la precarización laboral. Pero también a una narración sobre la vida vinculada a la auto-empresarialidad que emerge sobre suelo mutado. Esa narratividad está hecha de fragmentos de experiencias que van de terapéuticas orientadas a la optimización de la valorización del yo, a modos de auto-educación aplicadas a perfeccionar el tiempo de trabajo, al uso del marketing, las técnicas y lecturas del mundo de autoayuda y lo insumos provenientes de redes sociales como tik-tok e IG. Los autores prestan particular atención a las referencias de tipo moral que los entrevistados hacen respecto de sí mismos. En condiciones de precarización e informalidad la “optimización del yo” es vivida por los entrevistados como una experiencia de “superación personal” que forma un “temperamento” y hasta una “mística” emprendedora dispuesta a conquistar “disciplina, fuerza física y moral, inteligencia y habilidad estratégica”. La autopercepción de cada quien como un capital individual a acrecentar mientras sea posible, no deviene, actúa también como instancia de juicio desfavorable a quienes tienen asegurado el trabajo en el “empleo estatal” o “viven de arriba” cobrando prestaciones públicas. La moral “mejorista” choca con la idea según la cual la regulación iguala. Desde su óptica, los “derechos empobrecen” y se los rechaza tanto porque no son percibidos como un merecimiento que reconoce un esfuerzo, como por igualaciones entre quienes se esfuerzan y quienes no. Dada la inexistencia de una vivencia o un recuerdo de unos derechos efectivos y universales de calidad, se los lee como privilegios. El individualismo de los “mejoristas” -así emplean el término los autores- no es sin embargo la caricatura que hacen de ella los partidarios de los derechos. Su individualismo está inscripto en tramas sociales de cuidados y en espacios de cooperación local.

Semán y Welschinger explican que el “mejorismo” funciona como un modelo ideológico a la vez consciente y no explicitado que si bien no decanta necesariamente y de modo directo en una política, experimenta una llamativa afinidad con el discurso libertario. El capítulo que comentamos –“Juventudes mejoristas y mileísmo de masas”- se planta explícitamente como una polémica -dentro y contra- las ciencias sociales porque “se limitaron a ver la parte negativa de las nuevas situaciones laborales o incluso a condenar el fenómeno” y reivindica a quienes sí supieron ver (“observadoras sociales” como Mayra Arenas, entre otras) supieron verbalizar la articulación entre estos sujetos -llamados alternativamente “héroes de mercado”, “sobrevivientes de la pandemia”- y las propuestas de Milei (el llamado a “despertar leones”).

Lo que no se quiso ver -puesto que libro es una muestra de que la visión sí era posible- son las “valencias positivas del individualismo” obrando como terreno de afinidad entre modo de vida y política. El peso que se le atribuye a la cuarentena en este cambio de “valencias” es, por supuesto, grande. La referencia a quienes se “salvaron solos” durante la pandemia tiene -evidentemente- un lugar importante en la explicación de la constitución de la afinidad entre esta nueva sensibilidad popular y la emergente derecha radicaliza. Esta es la explicación que los autores encuentran al “giro a la derecha” que ubica a muchxs jóvenes del lado “de los sectores más concentrados del capital”. Se trata de un proceso que tiene mucho de indiscernible, puesto que la “naturalización de jerarquías o de amor por la desigualdad” conviven en ella con una “demanda democrática contra unas élites inconducentes o contra el desconocimiento de los merecimientos”, junto a una fuerte impugnación de quienes viven de los planes. La cuestión del “ver”, entonces se revela como una metáfora de la ideología. Las ciencias sociales y el progresismo -peronismo quiéralo o no incluido- no pudieron ver aquello que amenazaba su ideología constitutiva. Pero habría en las ciencias sociales unos recursos -como las entrevistas focales- que habilitan el contacto con aquello que se resiste a pensar, y que permite superar los límites de la ideología en el que quedaría encerrado el militante político y el cientista social encerrado en sus libros y sus clases. ¿Hay otros modos de lograrlo? Leído como una amonestación -particularmente en la pluma de Seman- a una franja de las ciencias sociales y a buena parte del periodismo y la política incapaz de ver, el libro alcanza una aspereza que es signo de vitalidad que tensa la cuestión -imprescindible- sobre los modelos de comprensión del presente. Quedan planteadas algunas preguntas. Una de ellas tiene que ver con la geografía política. En su libro El nudo -escrito con un registro periodístico-historiográfico- Carlos Pagni se preocupa por lo que llama la “conurbanización de la política”, poniendo el foco -como Está entre nosotros– en el territorio estratégico del AMBA. Lo que deja abierta la cuestión sobre el hecho de que LLA hizo su mejor elección, no en CABA ni en la Provincia de Buenos Aires, lo que supone, o bien que las provincias votaron contra el Amba, y/o que el fenómeno electoral de LLA precisa aún ser explicado con relación a otros territorios. La otra, en cambio, a los procedimientos con los cuales se constituyen conceptos políticos. Un rico arco que va de las militancias al ensayismo crítico constituye una contraprueba sobre la vigencia que tienen otros modelos de comprensión de las mutaciones socio-políticas del país. Libros recientes como El Kirchnerismo desarmado, de Alejandro Horowicz o La implosión, de Leandro Bertolotta e Ignacio Gago (entre tantos otrxs, escritos desde los feminismos o desde activistas próximos a organizaciones sociales), hacen otra práctica de las ciencias sociales elaborando percepciones y/o categorías particularmente eficaces.

En el caso de Bertolotta y Gago -miembros del Colectivo Juguetes Perdidos-, se trata de crear una microsociología capaz de captar las consistencias colectivas más enmudecidas, y de correlacionarlas con nociones como “sociedad ajustada” y “precarización totalitaria”, provocando el notable efecto de captar en simultáneo el carácter “ambivalente” de las tonalidades afectivas de la multitud -en el sentido que da Paolo Virno a esta noción: la coexistencia de un doble valor que permite leer los modos de vida como envolviendo una pluralidad de direcciones posibles- junto a una comprensión política clara de la dimensión neoliberal que estructura y agobia a estos modos de vida. En el de Alejandro Horowicz, se trata de comprender la política argentina como un proceso largo de descomposición sostenido en la correlación entre un modo de acumulación que exporta el excedente productivo, la profundización de la derrota de la clase obrera como sujeto de un contrapoder y el balance electoral que los asalariados hacen -desde su condición de derrotados- de elección en elección, de la ausencia de una conducción política confiable. Milei es ante todo, para Horowicz, un sitio vacío en la estructura, que permite fantasear una impugnación a la casta y al sistema sin tener que afrontar la tarea de constitución de una fuerza capaz de provocar una transformación real.

Ambos libros -y los otros tantos trabajos que ahora no cito- participan activamente del doble movimiento implicado en el ejercicio de un ver qué ve lo que vé de acuerdo al lente que se ocupa de pulir, pero también de la capacidad de pispear en los lentes de sus vecinos.

Buenos Aires, 5 de enero de 2023. Teclaeñe

Fuente de la información e imagen:  https://lobosuelto.com

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Argentina: Educación Pública. Acción estudiantil en la UNCuyo contra el ajuste en la Universidad.

Los y las estudiantes del Gran Mendoza que se vienen organizando en Interfacultades desde diciembre de 2023, realizaron dicha concentración dando difusión a la situación crítica de la Universidad e invitando a organizarse por mayor presupuesto educativo, contra el encarecimiento de la bandeja del comedor y por el boleto educativo gratuito. La misma contó con la participación de distintos sectores de la comunidad universitaria como docentes de FADIUNC y también delegaciones de la Asamblea de Trabajadores del CONICET y la Asamblea Cultural de Mendoza.

Es el primer inicio de clases durante la gestión del derechista Javier Milei. La novedad aquí no es el comienzo de la cursada, sino el duro ataque que sufre la Universidad Pública en apenas 100 días de haber asumido el gobierno “libertario”. Frente a decenas de estudiantes que concurren al comedor, referentes estudiantiles de diferentes facultades expresaron la preocupación por los recortes en curso y la incertidumbre que genera el hecho de no saber si el dictado de clases seguirá después de mayo. Plantearon la necesidad de seguir invitando compañeros y compañeras a ser parte de las Asambleas, para decidir entre todos y todas, de forma amplia y democráticamente cómo defender la educación pública y derrotar todo el plan de ajuste de Milei. También expresaron su solidaridad con los trabajadores municipales de Godoy Cruz que horas antes habían sido brutalmente reprimidos por la Policía de Mendoza mientras llevaban adelante un reclamo porque perciben salarios de indigencia.

Por su parte, desde la Asamblea del CONICET remarcaron la necesidad de unir las luchas de todos los sectores afectados y seguir apostando a la organización que le haga frente al brutal desfinanciamiento de Milei. Las y los estudiantes agradecieron el respaldo y quedaron comprometidos en seguir forjando lazos de unidad, manifestando la necesidad de que los centros de estudiantes se pongan a la cabeza de organizar al movimiento estudiantil, ya que “no podemos esperar, como nos proponen, mientras arrasan con nuestra educación y nuestras vidas”.

La defensa de los derechos humanos también estuvo presente y se manifestó la importancia de marchar el 24 de Marzo para conmemorar a los 30.400 desaparecidos y desaparecidas por el Golpe de Estado genocida del 76. En particular reivindicando a los estudiantes secundarios y universitarios que peleaban por el derecho a la educación y fueron perseguidos, torturados y desaparecidos por la dictadura militar que hoy quieren negar Milei y su vicepresidenta.

48 años después del golpe, retomar las banderas de los 30.400 por otra sociedad y en defensa de la educación pública es urgente.Con salarios docentes por el piso, becas y proyectos de investigación congelados, sumando la falta de mantenimiento y el congelamiento de obras edilicias, sin dejar de lado el aumento en los asuntos de la vida cotidiana como los alquileres, el boleto y la comida, el despiadado ajuste de Milei se encamina hacia una privatización encubierta de la educación superior. Acompañado, de la persistente exclusión de las y los jóvenes más precarios. ¿Cuántos pibes no van a llegar a cursar por estar ocupados buscando el pan?

Frente a esta situación de emergencia, los Centros de Estudiantes, conducidos por la Franja Morada y el peronismo, se mantienen ausentes. Sin embargo los y las estudiantes autoorganizados impulsan acciones y continúan exigiendo que sus “representantes gremiales” tomen una posición activa en esta lucha. El miércoles 20/03 convocan a una nueva Asamblea Interfacultades a las 18 hs en la explanada de la Facultad de Arte y Diseño (UNCuyo).

https://www.laizquierdadiario.com/Educacion-Publica-Accion-estudiantil-en-la-UNCuyo-contra-el-ajuste-en-la-Universidad
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Argentina: En defensa de la universidad, por salarios y presupuesto: día de paro y visibilización

El plan de lucha va a continuar y se comienza a preparar una gran marcha universitaria para abril, señalan docentes, no docentes y estudiantes.

Gremios y la federación de estudiantes realizaron este jueves una conferencia de prensa frente a la sede del Rectorado de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), en una jornada de paro dispuesta por el Frente Sindical de las Universidades Nacionales. A modo de visibilización de la protesta, instalaron bancos y banderas en la explanada del histórico edificio de bulevar Pellegrini 2750.

El Frente Sindical de las Universidades Nacionales es un espacio que forman a nivel nacional los gremios Fedun, Conadu, Conadu Histórica, Fagdut, UDA, Ctera y los No Docentes nucleados en Fatun. Llevó a cabo esta medida de fuerza ante «la profunda crisis salarial y presupuestaria que exige una respuesta de unidad estratégica con un plan de acción nacional que encauce el malestar, los reclamos y sea eficaz para lograr los objetivos».

«La convocatoria fue realizada en defensa de la universidad pública y gratuita, por la inmediata actualización del presupuesto universitario -dado que ahora estamos funcionando con un presupuesto reconducido de 2023- y la recuperación de los salarios», detalló Claudia Baigorria, secretaria general de CTA Autónoma Provincia de Santa Fe.

En Santa Fe, adhirieron los gremios Adul y Apul. La novedad también estuvo dada porque unieron fuerzas no sólo los sindicatos (estaban referentes enrolados en la CGT y en la CTA Autónoma) sino también con los estudiantes de la FUL. «El acatamiento al paro es de un 90%, y solo se conservaron guardias mínimas cuidando el patrimonio universitario», dijo Baigorria.

Reuniones infructuosas

Hasta el momento hubo dos reuniones con los gremios universitarios. La propuesta nacional fue un incremento salarial del 16% a cobrarse con el salario de febrero. El problema es que esa oferta absorbería un 10% de acuerdos paritarios precedentes. Por lo que los sindicatos aducen que el aumento 2024 sería sólo de 6 puntos, y rechazaron la oferta.

Norberto Cabanas, secretario gremial de UDA -designado como paritario universitario nacional- explicó que «el paro es en demanda especialmente de aumento salarial, que es el tema urgente. Pero también por mayor financiamiento para la educación y especialmente para el sector universitario, que hoy en día está funcionando con un presupuesto prorrogado, con valores nominales de hace un año. A este ritmo, podemos decir que en uno o dos meses más, las universidades nacionales ya no contarán con más fondos como para poder funcionar. Y cuando hablo de funcionar, me refiero a ni siquiera abrir sus puertas».

Al  respecto, Baigorria aportó: «Hay un retraso, una pérdida del poder adquisitivo de los salarios que en tres meses es más del 50% para los trabajadores docentes y no docentes. También la medida es en defensa de los puestos de trabajo y por jubilaciones dignas, por la restitución inmediata del Fonid a los compañeros y compañeras docentes de las escuelas preuniversitarias, que ven recortada esa parte del salario tan importante. Y por supuesto, por la inmediata derogación del DNU 70-2023 del gobierno nacional».

Más acciones

La semana que viene se vuelve a reunir el día martes el Frente Nacional de Sindicatos Docentes y No Docentes de las Universidades Nacionales. También va a haber un encuentro con la Federación Universitaria de los Estudiantes (FUA), para ver cómo continuar. Se analiza la realización de un nuevo paro de 48 horas con fecha a definir y la construcción de una «gran marcha universitaria» para el mes de abril.

Oscar Vallejos, secretario adjunto de Adul, indicó que la jornada de paro tuvo el propósito de manifestar dos conflictos fundamentales que atraviesan a la universidad pública: «Por un lado, la crisis salarial que quienes trabajamos en la universidad estamos sosteniendo. No estamos pidiendo aumento, lo que estamos diciendo es que necesitamos recomponer el salario acorde a los procesos inflacionarios. Y por otro lado, la situación de la crisis presupuestaria que atraviesa la universidad y que también afecta las condiciones de trabajo de la docencia y pone en crisis la posibilidad misma de que la universidad esté abierta».

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