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Brasil: ¿Vamos al encuentro de nuestra propia destrucción?

¿Vamos al encuentro de nuestra propia destrucción?

Leonardo Boff

La historia del ser humano en la Tierra se resume en gran parte en un permanente conflicto contra el ambiente. Este proceso ha ido tan lejos que el ser humano ha llevado adelante una verdadera guerra contra la Tierra en todos sus frentes: en el suelo, en el subsuelo, en el aire y en el mar, siempre con la perspectiva de saquear y extraer más y más beneficios. En círculos científicos se dice que la acción humana sobre la tierra como un todo ha fundado una nueva era geológica: el antropoceno, que significa que los daños a la naturaleza no vienen de afuera, sino de la propia acción del ser humano, pensada y orquestada en su afán de extraer más y más beneficios para su vida. Tal hecho ha tenido como consecuencia el desequilibrio del planeta, que ha reaccionado enviándonos más calor, eventos extremos como inundaciones, huracanes y sequías, además de una gama creciente de virus, muchos de ellos letales, como el coronavirus.


       El hecho es que hemos perdido la perspectiva del Todo. Nos hemos quedado únicamente con la parte. Ha ocurrido una verdadera fragmentación y atomización de la realidad y de los respectivos saberes. Se sabe cada vez más sobre cada vez menos. Tal hecho tienen sus ventajas pero también sus límites. Las ventajas, especialmente en la medicina que ha conseguido identificar los diferentes tipos de enfermedades y cómo tratarlas. Pero hay que recordar que la realidad no está fragmentada. Por eso los saberes sobre ella tampoco pueden estar fragmentados.       

       Dicho figurativamente: la atención se ha concentrado en los árboles, considerados en sí mismos, perdiendo la visión global del bosque. Peor aún, se ha dejado de considerar las relaciones de interdependencia que todas las cosas guardan entre sí. Ellas no están lanzadas ahí al azar, una al lado de la otra, sin las necesarias conexiones entre ellas que les permiten solidariamente vivir, autoayudarse y juntas coevolucionar,

       Veamos los árboles: ellos tienen un lenguaje propio, distinto del nuestro, fundado en la emisión de sonidos. Los árboles hablan mediante olores que emiten y produciendo toxinas que envían a los otros árboles. Entre los iguales se establecen una relación de reciprocidad y colaboración. Con árboles distintos se entablan verdaderas batallas químicas en el afán de cada uno tener más acceso a la luz del sol o a nutrientes del suelo. Pero se hace siempre sin exceso, en una medida justa, de tal forma que el conjunto de árboles forman un rico y diverso bosque o selva.

       En el caso humano, hemos perdido este equilibrio y la justa medida: se ha erosionado aquella corriente que relaciona a todos con todos, llamada Matriz Relacional. No hemos tenido en cuenta la amplia red de relaciones e interconexiones que envuelven al propio universo y a todos los seres existentes. No existe nada fuera de la relación. Todo está relacionado con todo en todas las circunstancias. Esa es la realidad de todas las cosas existentes en el universo y en la Tierra, desde las galaxias más distantes a nuestra Luna, y hasta las hierbas silvestres. Ellas tienen su lugar y su función en el Todo. En una elegante formulación del Papa Francisco en su encíclica Laudato si: sobre el cuidado de la Casa Común (2015) se afirma: «Todo está relacionado y todos nosotros, los seres humanos caminamos juntos como hermanos y hermanas, en una maravillosa peregrinación que nos une con tierno cariño al hermano Sol, a la hermana Luna, al hermano río y a la hermana y Madre Tierra… el sol y la luna, el cedro y la florecilla, el águila y el gorrión no existen sino en dependencia unos de otros, para complementarse y servirse mutuamente» (n.92; 86).

       Si realmente todos estamos entrelazados, entonces debemos concluir que el modo de producción capitalista, individualista, que busca el mayor lucro posible a costa de la explotación de la fuerza de trabajo y de la inteligencia humana y especialmente de las riquezas naturales, sin darse cuenta de las relaciones existentes entre todas las realidades, contaminando el aire y envenenando los suelos con pesticidas, va a contracorriente de la lógica de la naturaleza y del propio universo que ligan y religan todo con todo, constituyendo el esplendoroso gran Todo.

       La Tierra nos creó un lugar amigable para vivir pero nosotros no nos estamos mostrando amigables con ella. Por el contrario, la agredimos sin parar hasta el punto de que ella no aguanta más y comienza a reaccionar como si fuera un contraataque. Este es el significado mayor de la irrupción de toda una gama de virus, especialmente del Covid-19. De cuidadores de la naturaleza (Génesis 2,15) nos hemos vuelto su Satán amenazador.

       Hasta la llegada de la modernidad entre los siglos XVII-XVIII, la humanidad se entendía normalmente como parte de la Madre Tierra y de un cosmos viviente y lleno de propósito. Se percibía ligada al Todo. Ahora la Madre Tierra ha sido transformada en un almacén de recursos y en un baúl lleno de bienes naturales a ser explotados.

       En esta comprensión que ha acabado por imponerse, las cosas y los seres humanos están desconectados entre sí, siguiendo cada cual un curso individual. La ausencia del sentimiento de pertenencia a un Todo mayor, el no hacer caso al tejido de relaciones que liga a todos los seres nos ha vuelto desenraizados y sumergidos en una profunda soledad. Estamos poseídos por el sentimiento de que estamos solos en el universo y perdidos, cosa que la visión integradora del mundo, que existía anteriormente, lo impedía. Hoy nos damos cuenta de que debemos establecer un lazo de afectividad con la naturaleza y con sus diversos seres vivos e inertes, pues tenemos el mismo código genético de base, por lo tanto somos hermanos y hermanas (árboles, animales, pero también las montañas, lagos y ríos). Si no ponemos corazón en nuestra relación –de ahí la razón cordial– difícilmente salvaremos la diversidad de la vida y la propia vitalidad de la Madre Tierra.

       ¿Por qué hemos hecho esta inversión de rumbo? No hay una única causa, sino un conjunto de ellas. Pero la más importante y perjudicial ha sido haber abandonado la llamada Matriz Relacional, es decir, la percepción del tejido de relaciones que entrelazan a todos los seres. Ella nos daba la sensación de ser parte de un Todo mayor, de que estábamos incluidos en la naturaleza como parte de ella y no simplemente como sus usuarios y con intereses meramente utilitaristas. Perdimos la capacidad de encantamiento por la grandeza de la creación, de reverencia ante el cielo estrellado y de respeto por todo tipo de vida.

       Si no cambiamos, podrá realizarse lo que el Papa Francisco advirtió en la encíclica Fratelli tutti: «estamos en el mismo barco: o nos salvamos todos o nadie se salva» (n.32). No estamos llamados a ser los agentes de nuestra propia destrucción sino a ser la mejor floración del proceso cosmogénico.

 

*Leonardo Boff ha escrito con el cosmólogo Mark Hathaway, El Tao de la liberación: explorando la ecología de transformación, Vozes 2010/ Orbis Books, Nueva York 2010, prefacio de F. Capra.

Traducción de MªJosé Gavito Milano

Fuente de la Información: https://www.atrio.org/2022/12/vamos-al-encuentro-de-nuestra-propia-destruccion/

 

 

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Siempre fue sobre nosotras», el libro en el que las líderes de Brasil denuncian la violencia política

Por: Cristina Bazán

«¿Hasta dónde podría llegar la violencia política de género?», se preguntó una noche la exdiputada y excandidata a la Vicepresidencia de Brasil Manuela D’Ávila tras un debate para las elecciones de 2020 en el que los ataques personales por parte de otros políticos lograron que sienta «vergüenza, miedo e ira» y la llevaron «al límite».

«Apenas reconocí en mí a la mujer fuerte que había disputado siete elecciones, obtenido votaciones extraordinarias y enfrentado el machismo desde el comienzo, especialmente en los últimos años tras el ascenso de la extrema derecha en el país», recuerda D’Ávila en «Siempre fue sobre nosotras», un libro sobre violencia política de género que decidió escribir esa misma noche.

«El dolor que sentía debía convertirse en un debate para que más mujeres no vivieran, en el futuro, lo que yo estaba viviendo», pensó, por lo que decidió convocar a otras mujeres con las mismas experiencias.

Así nació «Siempre fue sobre nosotras» (Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, 2022), un conjunto de relatos en el que 14 mujeres de Brasil, como la expresidenta, Dilma Rousseff; las diputadas Isa Penna y Tabata Amaral o la primera presidenta de la Unión Brasileña de Mujeres, Jô Moraes, narran los episodios de violencia que han sufrido durante su paso por la política.

Agresiones psicológicas, verbales y hasta sexuales que fueron escalando con el pasar de los años y cuya expresión de violencia más extrema llegó en 2018 con el asesinato de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco.

«El asesinato de Marielle y Anderson expuso al mundo las grietas estructurales presentes en la frágil democracia de Brasil. Esta violencia brutal evidenció la importancia de identificar la violencia política de género como un problema con raíces estructurales en la sociedad brasileña», afirma en el prólogo del libro su hermana Anielle Franco.

La violencia política en Brasil

La ONG Justiça Global asegura en un informe sobre violencia política en Brasil que lejos de ser situaciones episódicas o aisladas, «el contexto de polarización política brasileña y la realidad de los conflictos de interés a nivel federal, estatal y municipal han hecho que la violencia sea un hecho relativamente regular».

«El control del poder por parte de actores masculinos pertenecientes al grupo cultural, étnico, religioso y económico dominante implica que la violencia es parte fundamental para lograr que el poder político no sea ejercido por grupos e individuos no hegemónicos (mujeres, personas de identidad LGBTQIA+, indígenas, afrodescendientes, quilombolas, pueblos tradicionales, trabajadores, especialmente los más pobres, etc.)», asegura la organización.

Según cifras recopiladas en ese informe, entre 2016 y 2020 del total de ofensas emitidas en el contexto político, el 76 % fueron dirigidas a mujeres. Ellas también recibieron el 31 % de las amenazas.

«Los actos ofensivos y discriminatorios mapeados se basan principalmente en temas relacionados con la misoginia, el racismo, la intolerancia religiosa y la fobia LGBTQIA+», reza el informe. Y recomienda poner atención a los ataques hacia las mujeres negras.

Eso lo saben bien la exgobernadora de Río de Janeiro y diputada federal Benedita Da Silva, la primera legisladora transexual electa en Belo Horizonte, Duda Salabert, o la primera indígena en postularse a una candidatura presidencial en Brasil, Sônia Guajajara, quienes han sido blanco de odio ajeno por su trabajo en defensa de las personas pobres, indígenas y la comunidad LGBTI.

Esta violencia de género también se ha exacerbado con el auge de las redes sociales y las «fake news», especialmente durante el período presidencial de Jair Bolsonaro, quien este 30 de octubre disputó la Presidencia frente al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, denuncian las políticas. Sin embargo, los ataques digitales iniciaron años atrás.

La ambientalista Marina Silva asegura que durante las elecciones de 2014 el aumento de las noticias falsas sobre ella fue «exponencial».

«Estuvieron acompañadas por una producción industrial de memes, montajes fotográficos y todo tipo de efectos visuales», cuenta.

La diputada Jandira Feghali también relata que fue víctima de la desinformación cuando en la campaña  electoral por el Senado en 2006 se difundieron una serie de noticias falsas y la acusaron de ser «asesina de niños inocentes» por su apoyo a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.

Una violencia normalizada

La diputada Áurea Carolina relata que nunca había reflexionado en profundidad sobre la violencia que ha sufrido hasta que llegó a cargos políticos. Ahí se dio cuenta que las agresiones sexuales, que en este caso se utilizaban para silenciar a las políticas, estaban normalizadas y legitimadas.

«Estaba sentada en el fondo de la sala durante la sesión plenaria de un comité cuando un colega se sentó a mi lado, me sacó charla y, de la nada, puso la mano en mi muslo. Siguió hablando como si no pasara nada, con esa repugnante mano sobre mi cuerpo. Me quedé paralizada por unos segundos, incrédula, reaccioné y aparté su mano», afirma.

«Solo logré decir que él no podía hacer eso. «¿Qué cosa?», fingió. Me molesté, lo dije en voz alta y respondió que yo no entendía, que estaba loca, que él no había hecho nada. Volví a prestar atención a la reunión, nerviosa, y quedó ahí», agrega.

Durante mucho tiempo soportó bromas machistas y racistas, comentarios sobre su físico e incluso insinuaciones que le hicieron dudar «si valía la pena resistir».

Los ataques misóginos también llegaron por parte de los medios, asegura la expresidenta Dilma Rousseff. «Hubo una fuerte producción de notas, reportajes, titulares, fotos y portadas descaradamente misóginas con el fin de imponer las cadenas del patriarcado a la primera mujer presidenta de Brasil», denuncia.

Rousseff, a quien destituyeron del cargo en un juicio político en 2016, afirma que la misoginia en la sociedad, en las instituciones y en los medios «se volvió una poderosa arma de control y disuasión de la actividad política de las mujeres».

La diputada Maria do Rosario cree que la violencia está «en el corazón de la política» en Brasil. «La violencia política funciona como una especie de aval cultural a la autoridad, lo que permite reforzar jerarquías que nunca debieron ser instituidas y que deben considerarse inaceptables, como la de género».

En el caso de las mujeres, dice, la violencia marca sus vidas a través de mecanismos que se han vuelto tan comunes que, muchas veces, pasan desapercibidos. Sin embargo, dice, hay que enfrentar esa violencia y entender que por más difícil que sea hay que «ejercer la resistencia y la transformación política y cultural con apoyo mutuo como mujeres».

Fuente de la información e imagen:  https://efeminista.com

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Brasil: La Tierra con dolores de parto: ¿vendrá el gran salto salvador?

La Tierra con dolores de parto: ¿vendrá el gran salto salvador?

Leonardo Boff

Nadie puede negar que nuestro Hogar Común, la Tierra viva, se está preparando para una gran transición. Lo que hemos vivido en los últimos siglos como paradigma de civilización, es decir, la forma como habitamos y organizamos la Casa Común, a base de la explotación ilimitada de sus recursos naturales, no puede continuar. Este paradigma ha agotado sus potencialidades de realización. Ha entrado en agonía. Pero ésta todavía puede prolongarse un buen tiempo.


       Él se tendió involuntariamente una gran trampa: comenzó con el mayor acto terrorista cometido por Estados Unidos al lanzar dos bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, devastando todo tipo de vida. J. P. Sartre reaccionó entonces diciendo: nos hemos adueñado de nuestra propia muerte y podemos poner fin a nuestra especie. Uno de los más importantes historiadores modernos, Arnold Toynbee. fue severo al constatar consternado: “cupo a nuestra generación presenciar la manera de autodestruirnos; ella no será obra de Dios sino de nosotros mismos”. Inventamos las más diferentes formas del principio de autodestrucción. La tecnociencia moderna, que tantos beneficios nos ha traído, se ha vuelto irracional y enloquecida porque es suicida.

       Las múltiples crisis por las que está pasando todo el planeta son como una especie de dolores de parto. La mayor de ellas ha sido y es la irrupción del coronavirus. Este afectó solamente a los seres humanos. No respetó los límites de soberanía de los países e hizo que la máquina de matar de las potencias militaristas pareciese ridícula.

       Quien no solo constata los hechos sino que procura discernir el mensaje oculto en ellos, debe preguntarse: ¿qué nos quiere comunicar Gaia, la Tierra viva, con la Covid-19 que ha causado ya diez millones de víctimas?

       Seguramente es una respuesta de la Madre Tierra contra las violencias sistemáticas que sus hijos e hijas están llevando a cabo contra ella desde hace siglos, una verdadera Guerra, sin ninguna posibilidad de ganarla. Hemos sobrepasado los límites soportables del sistema-Tierra de tal modo que necesitamos más de un planeta y medio (1,7) para mantener nuestro estilo consumista de vida. Es la llamada Sobrecarga de la Tierra (Earth Overshoot). Todos las señales se han puesto en rojo: tenemos un cheque sin fondos. En otras palabras: los bienes y servicios necesarios para garantizar la vida se están agotando.

       Con un poco más puede ocurrir un colapso de las bases que sustentan ecológicamente la vida en el planeta. ¿Quiénes de los jefes de Estado y grandes gerentes (CEOs) de las megacorporaciones reflexionan y toman decisiones ante tal situación-límite de nuestra Casa Común? Tal vez tengan conocimiento de la situación real, pero no le dan importancia, porque si se la dieran deberían cambiar completamente el modo de producción, renunciar a las fabulosas ganancias económicas, cambiar su relación con la naturaleza y acostumbrarse a un consumo más frugal y más solidario.

       Porque no ocurre eso, entendemos las palabras del Secretario General de la ONU, António Guterrez, hace poco en Berlín en un encuentro sobre el cambio climático: “Tenemos una única elección: la acción colectiva o el suicidio colectivo”. Antes, en Glasgow, con ocasión de la COP 26 sobre el cambio climático, afirmó perentoriamente: “o cambiamos o estamos cavando nuestra propia sepultura”.

       Tal vez el peligro más inminente del cambio de situación de nuestra Casa Común sea el alarmante calentamiento global, constatado en los últimos tiempos. En el Acuerdo de París de 2015 se había acordado restringir hasta 2030 la subida de 1,5 grados centígrados para evitar grandes daños a la biosfera. Con el desprendimiento masivo de metano, debido al deshielo de los cascos polares y del premafrost (que va desde Canadá hasta los confines de Siberia) han sido liberadas millones de toneladas de metano. Este es 28 veces más dañino que el CO2. Debido a estos cambios, el ICLL admitió que no en 2030 sino en 2027 se produciría un aumento de la temperatura de entre 1,5 y 2,7 grados centígrados.

       Los eventos extremos que actualmente están ocurriendo en Europa, India y otros lugares, con grandes incendios y un calor nunca antes experimentado, y al mismo tiempo el frío inusitado en el Sur del mundo, están dando muestras de que la Tierra ha perdido su equilibrio y está buscando otro.

       Resumiendo el discurso: de seguir esta tendencia ¿qué futuro nos espera? ¿Podrá la especie humana haber alcanzado su clímax, como todas las especies a su tiempo, y desaparecer? ¿O puede ocurrir, gracias al ingenio humano o a las propias fuerzas del planeta Tierra conjugadas con las energías del universo, que dé un salto de calidad e inaugure así un nuevo orden, dando continuidad a la especie humana? Si esto ocurre, situación que auguramos, no se hará sin muchos sacrificios de vidas de la naturaleza y de la propia humanidad.

       Hace 67 millones de años cayó en el Caribe un meteoro de casi 10km de extensión que destruyó a los dinosaurios y al 75% de todas las formas de vida, pero respetó a nuestros ancestros. ¿No podría ocurrir algo semejante con nuestro planeta Tierra? Probablemente no un meteoro rasante, pero sí cualquier otro inconmensurable desastre ecológico-social.

       Si sobrevivimos, la Tierra habrá dado el salto salvador y realizado el parto tan esperado. Los dolores de parto habrán pasado y finalmente se habrá generado el bioceno y el ecoceno. La vida (bio) y el factor ecológico (eco) ganarán centralidad, comprometiendo nuestro cuidado y todo nuestro corazón.

       Que este desiderátum sea una utopía viable que nos permita continuar sobre este bello y sonriente planeta.

 

*Leonardo Boff ha escrito El doloroso parto de la Madre Tierra, Vozes 2021.

Traducción de Mª José Gavito Milano

Fuente de la Información: https://www.atrio.org/2022/09/la-tierra-con-dolores-de-parto-vendra-el-gran-salto-salvador/
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Estudiantes brasileños protestan contra recortes educacionales

Las organizaciones confirmaron que fueron llevadas a cabo protestas en al menos 21 estados y el Distrito Federal.

Gremios estudiantiles brasileños realizan este martes un conjunto de manifestaciones en diferentes localidades del país suramericano para denunciar los recortes educacionales anunciados por la administración del presidente Jair Bolsonaro.

La Unión Brasileña de Estudiantes Universitarios (Ubes), la Unión Nacional de Estudiantes (UNE) y la Asociación Nacional de Post-Graduados (ANPG) confirmaron que fueron llevadas a cabo protestas en al menos 21 estados y el Distrito Federal.

Las manifestaciones responden al recorte de dos mil 400 millones de reales (460 millones de dólares) dictado por el Ministerio de Educación a inicios del presente mes, lo cual atenta contra el funcionamiento de las instalaciones educativas.

En este sentido, la presidenta de la UNE, Bruna Brelaz, afirmó que es “inaceptable que las instituciones vivan sobre constantes recortes, sin un proyecto del ministerio y del gobierno para que las entiendan como estratégicas para el desarrollo del país”.

A su vez, la dirigente denunció que Bolsonaro “pensó que confiscar el dinero de la educación sería una buena idea para poner en el presupuesto secreto. Si se astillaba, los estudiantes seguían adelante. Derrotamos la confiscación y venceremos a Bolsonaro”.

De igual forma, la ANPG señaló que “la ciencia y educación brasileña están siendo sacrificadas por la determinación del Gobierno federal en continuar con el método de destrucción del sistema de producción del conocimiento y desarrollo científico y tecnológico”.

Según la UNE, “la Promoción de Proyectos Institucionales de Investigación en el Sector de Agronegocios sufrió un recorte de más de 27 millones de reales” mientras precisa que el presupuesto ha disminuido año tras año “para pagar los apoyos políticos del presidente”.

El rechazo a Bolsonaro por el sector estudiantil ha consolidado el apoyo al expresidente, Luiz Inácio Lula da Silva, quien ha enfatizado en la necesidad de invertir en la educación como parte de la agenda democrática que promete cambiar el actual panorama del país.

https://www.telesurtv.net/news/estudiantes-brasil-recortes-educacion-protesta-20221018-0007.html

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Favelas contra Bolsonaro

Entre las imágenes que trasmiten los medios y la intelectualidad de izquierdas y la realidad concreta de los sectores populares, suele haber serias distancias. En el caso de las favelas de Rio de Janeiro, media un abismo poblado de prejuicios y de racismo.

Las imágenes hegemónicas dicen que las favelas, donde viven más de dos millones de personas, son reductos del narcotráfico, de las milicias paramilitares y que su población es despolitizada y apoya a la ultraderecha de Jair Bolsonaro. Es cierto que entre la población favelada no predominan los mismos hábitos políticos que en los barrios de clases medias, ya que no acostumbran exteriorizar sus preferencias por partidos políticos, ni participar en manifestaciones, ni formar parte de movimientos sociales.

Sin embargo, en el principal conjunto de favelas de Rio de Janeiro, la Maré, integrada por 16 favelas y casi 150 mil habitantes, los resultados electorales del 2 de octubre señalan un claro rechazo a Bolsonaro y un nítido triunfo de Lula. Según el portal Maré, en esa región el actual presidente obtuvo apenas el 37% de los votos frente al 54% de Lula, o sea 17 puntos más mientras a escala nacional la diferencia fue de sólo cinco puntos (https://bit.ly/3EsURLG).

Es cierto que caminando por sus calles sólo se observa propaganda de la derecha y en muy raras ocasiones se pueden ver panfletos de la izquierda. Que predominan los locales de las grandes y pequeñas iglesias evangélicas y que no se distinguen espacios de los movimientos populares. Que la mayoría de la población muestra un nada sorprendente desprecio por la política electoral. Pero los datos duros hablan de un rechazo contundente a la ultraderecha, mucho mayor que en otros barrios de la ciudad.

Las razones del rechazo a Bolsonaro son claras. Durante su gobierno hubo tres grandes masacres en favelas con 72 muertos. El asesinato de la concejal negra, feminista y de izquierda, Marielle Franco, por las milicias, tuvo su papel en el rechazo a la política de seguridad del gobernador de Rio. De hecho, el candidato bolsonarista Claudio Castro, que gobierna Rio y es responsable de las últimas masacres, obtuvo en la Maré 43% de los votos, cuando en el conjunto de la ciudad alcanzó el 58%.

Desde siempre se respira en las favelas un rotundo repudio a la Policía Militar, principal instrumento de control de las poblaciones pobres y negras. No se puede detectar similar actitud hacia las milicias, porque el miedo que impone la violencia paramilitar consigue acallar las voces en el espacio público. Estamos por lo tanto ante una actitud mucho más sutil, de rechazo abierto pero que no es posible expresarlo del mismo modo que en los barrios de clases medias.

La segunda razón que encuentro es que desde la revuela de Junio de 2013, el activismo en la Maré, así como en otras favelas, no ha dejado de crecer y de expresarse en la creación de multitud de espacios donde miles de jóvenes practican capoeira o funk, formas corporales propias de la cultura negra en Brasil.

La educación juega un papel importante en este sentido. En todas las favelas hay diversos “vestibulares”, espacios donde las personas jóvenes se preparan para el examen de ingreso a la universidad. El que funciona en Timbau (Maré), donde las clases están abarrotadas, ha sido construido en la década de 1990 por la comunidad, con amplia participación de las y los estudiantes.

La educación es una preocupación de las familias pobres y a la formación dedican enormes esfuerzos económicos. Aunque existen muchos “vestibulares” privados o de las derechas, también hay otros formados por educadores populares que trasmiten otros valores y formas de aprender.

El Instituto Enraizados en Morro Agudo, en Nueva Iguazú en la Baixada Fluminense (periferia urbana de Rio), fue creado por el rapero Dudú con el objetivo de “utilizar las artes integradas del hip hop como herramienta de transformación social”. Ahora montaron un “vestibular” que ya fue desbordado por jóvenes, mayoría mujeres, de la favela.

Algo similar sucede en el Morro de Chapadao, en la región Pavuna al norte de Rio, donde el Movimiento de las Comunidades Populares (MCP) mantiene una escuela comunitaria dedicada al apoyo escolar con 63 niñas y niños. “Cuando llegan a cuarto o quinto grado, son analfabetos”, comenta la educadora Inessa. La escuela estatal no tiene voluntad de enseñar a las personas faveladas, por lo que el movimiento puso en pie una escuela totalmente autónoma, sostenida por las familias y comunidad.

En tercer lugar, la pandemia movilizó a la población de las favelas en sentido opuesto a lo sucedido en los barrios “nobles”, como llaman en Rio a la ciudad formal para distinguirla de la favela. En Chapadao las familias pasaban el día entero en la calle, donde hacían fiestas y se relacionaban con sus vecinos. La precariedad de las viviendas y la certeza de que la policía no puede ingresar al Morro (totalmente cercado por barricadas de los comandos del narcotráfico), hizo que se sintieran muy seguras.

Durante la pandemia las favelas montaron espacios para la distribución de alimentos y cuidados en salud, con apoyo exterior pero sobre todo con una gran movilización interna, cuyos frutos veremos en los próximos años. En las favelas los procesos políticos no tienen resultados inmediatos, se sumergen y luego aparecen con otras características.

La expresión electoral fue apenas un reflejo de los cambios en curso en el mundo de las periferias urbanas. Aunque es imposible predecir cuándo, tenemos la certeza de que ese mundo en movimiento va a seguir creando, más allá de la indiferencia de las izquierdas electorales y de los planes genocidas de los Estados.

Fuente de la información: https://desinformemonos.org
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Estudiantes brasileños anuncian acciones contra recorte educacional

Las organizaciones estudiantiles acusan al presidente Bolsonaro de tomar fondos destinados al sector educativo para financiar su campaña electoral.

Estudiantes brasileños coordinados por sus principales organizaciones, fueron convocados a actos de protesta para los días 10 y 18 de octubre contra los recortes educacionales anunciados por el Gobierno encabezado por el presidente Jair Bolsonaro.

La Unión Nacional de Estudiantes (UNE), la Unión Brasileña de Estudiantes Secundarios (UBES) y la Asociación Nacional de Estudiantes de Posgrado (ANPG) son los principales promotores de la iniciativa.

Además de los mencionados actos nacionales estarían programadas otras sesiones plenarias y manifestaciones en universidades e institutos federales.

«Vamos a organizar el movimiento más grande en las universidades y en las calles y en las urnas. El 30 pondremos a Bolsonaro en la basura de la historia» dijo la presidenta de la UNE, Bruna Brelaz.

Asimismo, acusó a Bolsonaro de estar tomando dinero de la educación para presupuestar su “campaña fallida”, refiriéndose a la derrota del bolsonarismo en la primera ronda de los comicios.

De hecho, ya en Salvador de Bahía, docentes de la Universidad Federal de Bahía (UFBA) protagonizaron una protesta en el barrio Canela, frente a la rectoría según informaron medios locales.

Ahora, un nuevo bloqueo establecido este cinco de octubre quitaría cerca de 1.000 millones de reales (191 millones de dólares aproximadamente) a la educación superior y afecta tanto a esta que las universidades públicas se arriesgan a no tener suficiente dinero para pagar a sus empleados y otros gastos.

Con las medidas contra le educación, incluido el bloqueo temporal de fondos, la educación ya ha perdido cerca de 2.400 millones de reales (aproximadamente 460 millones de dólares).

El recorte contra el presupuesto educacional había sido anunciado el pasado viernes, dos días antes de la primera vuelta electoral

El texto publicado por la Asociación Nacional de Directores de Instituciones Federales de Educación Superior (Andifes) pormenorizó que el total de los fondos recortados para los gastos universitarios sería de 328 millones de reales (más de 62 millones de dólares).

Fuente: https://www.telesurtv.net/news/estudiantes-brasilenos-manifestaran-recorte-educacional-20221006-0033.html

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La deforestación amazónica no paró de aumentar durante el gobierno de Bolsonaro

Los últimos estudios indican que este mes se produjo la mayor cantidad de incendios intencionales desde 2010.

La deforestación de la Amazonia es la principal crítica medioambiental que ha recibido el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y uno de los puntos que usan sus contrincantes en la elección presidencial que se celebra este domingo. La falta de recursos para la protección y la flexibilización de los controles que instaló en su gobierno pusieron a varios países europeos en contra del mandatario.

Los últimos datos recogidos por el Instituto Brasileño de Investigaciones Espaciales (INPE), la entidad que monitorea la deforestación de la Amazonia utilizando imágenes satelitales, concluyeron que durante setiembre de este año se produjo en la zona la mayor cantidad de incendios intencionales desde setiembre de 2010. Un estudio anterior, realizado por la misma entidad, había revelado que durante el gobierno de Bolsonaro la cantidad de área devastada en la selva aumentó sucesivamente cada año luego de varios años de reducción.

Área desforestada de la selva amazónica en Brasil

En kilómetros cuadrados

Bolsonaro y la selva: un balance | Brasil en DW | DW | 22.09.2022

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