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Especialistas de educación de la UNESCO en América Latina y el Caribe armonizan su programa regional en Santiago de Chile

Santiago de Chile/28 marzo 2016/Autor:  UNESCO Office in Santiago / Fuente: http://www.unesco.org/

Con la presencia de Qian Tang, subdirector de Educación de la UNESCO, en Santiago de Chile se reunirán entre el 29 y el 31 de marzo los especialistas de educación de la UNESCO que realizan su labor en América Latina y el Caribe. Será un espacio para repasar la situación educativa de la región, acordar un programa armonizado y coordinado para el 2016 y 2017, y apoyar el Marco de Seguimiento de la Agenda Mundial de Educación (Educación 2030).

La Reunión de coordinación de oficiales de educación de la UNESCO para la planificación del 38C/5 y Educación 2030 es una instancia de trabajo interno de los especialistas de la UNESCO que tiene entre sus metas lograr acuerdos de trabajo conjunto para apoyar a los países de la región a implementar todo lo necesario para lograr el objetivo N°4 de Desarrollo Sostenible: “Garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa, y promover las oportunidades de aprendizaje permanente para todos”.

La cita responde al mandato de los Estados Miembros de la UNESCO que han solicitado que la UNESCO “continúe con la función de liderar y coordinar la agenda Educación 2030, en particular mediante labores de promoción para mantener el compromiso político; la facilitación del diálogo sobre políticas; el intercambio de conocimientos y el establecimiento de normas; el seguimiento de los avances obtenidos en la consecución de las metas de educación; la captación de las participación de las partes interesadas en los planos mundial, regional y nacional para guiar la aplicación de la agenda; y la función de coordinación dentro de la estructura general de coordinación de los Objeticos de Desarrollo Sostenible” (Marco de Acción E2030).

En la reunión también participan 12 representantes de las comisiones nacionales de cooperación con la UNESCO elegidas especialmente para asistir a la reunión por parte del Grupo de Comisiones Nacionales de América Latina y el Caribe (GRULAC).

***
El Marco de Acción E2030 fue aprobado en noviembre de 2015 en la Conferencia General de la UNESCO. Es resultado de un amplio proceso de consultas y orienta a los países sobre la manera de cumplir con la agenda de Educación 2030, que forma parte de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Se propone movilizar a todas las partes interesadas sobre los nuevos objetivos mundiales de la educación y plantea maneras de llevarlos a cabo. Coordina, financia y revisa el programa de la educación para 2030, tanto a nivel mundial como regional y nacional, para garantizar igualdad de oportunidades educativas para todos.

Fuente de la noticia y fotografía:

http://www.unesco.org/new/es/media-services/single-view/news/especialistas_de_educacion_de_la_unesco_en_america_latina_y_el_caribe_armonizan_su_programa_regional_en_santiago_de_chile/#.VvqVKtLhCUk

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Izquierdas líquidas, progresismos agotados

La impresión que se tiene es que el progresismo chileno no habla mucho de ciertos tópicos por miedo a revelar su desnudez discursiva; o las contradicciones de su pensamiento; o las rupturas (nunca reconocidas) dentro de ese mismo pensamiento con su propio pasado; o su caminar puramente táctico y adaptativo frente a las circunstancias de opinión pública encuestada o de coyuntura electoral. 

I

Quienes alguna vez pensaron que con el fin de la guerra fría, la caída del muro de Berlín, el desmoronamiento del bloque soviético y la crisis financieras del capitalismo se ponía término a la era de las ideologías, a los conflictos entre visiones de mundo y a la propia historia entendida como lucha por el poder, se equivocaron medio a medio.

Cometieron el error de juzgar la historia larga por la intensidad de un momento histórico pasajero. Creyeron que el repertorio de los “ismos” (nacionalismo, populismo, comunismo, neoliberalismo, socialismo, comunitarismo, etc.) es finito y que había llegado la hora de la administración puramente racional, científico-técnica de las sociedades. Cuantas veces escuchamos decir: “ya no hay más izquierda ni derecha; las ideologías son cosas del pasado; en adelante no habrá política sino que mera administración y mercado, planificación y competencia y, las fallas que se puedan producir serán resueltas con las nuevas y eficientes herramientas de coordinación inteligente y de la gestión orientada a resultados”.

Hoy vemos que la historia –a nivel global, regional, nacional y local– avanza de conflicto en conflicto; que efectivamente hay choques de religiones y de economías; que los Estados se hallan bajo una enorme tensión y algunos fracasan en su misión de mantener un orden mínimo que evite la destrucción de todos contra todos en sus respectivas sociedades; y que los “ismos” del posmodernismo son similares a los de antes aunque lleven nuevos nombres como indignados o neonazis o progresismos o liberalismos sociales.

Sobre todo, a un lado y al otro de la divisoria de las aguas ideológicas reina la confusión, como vemos en nuestro país y en nuestra región y, más allá, en otras partes del mundo. Muchas ideologías que circulan en el mercado de las ideas y las consignas semejan remedos del pasado o balbuceos que apenas comienzan a despertar al nuevo siglo y a las nuevas realidades y fenómenos que nos rodean.

La derecha chilena, ha dicho en una entrevista del día domingo pasado uno de sus intelectuales promisorios, se halla en coma; es un proyecto político escasamente reflexivo, desconectado de la realidad. Sin una visión de mundo y una ideología, por tanto. Otro igualmente promisorio y con visión lúcida de su sector, postula la necesidad de poner en perspectiva histórica al pensamiento de derecha para poder reconocerlo en su diversidad de tradiciones. Debe contar, agrega, con una interpretación de la sociedad actual, redefinir su concepto de justicia, asumir la mayor complejidad de las funciones del Estado y elaborar un concepto más equilibrado entre los ámbitos público y privado. Propone pues, un verdadero aggiornamento de la ideologías liberal y conservadora.

II

Nuestra izquierda, en tanto, contempla estupefacta cambios que no logra entender. ¿Cómo pensar a Cuba, el símbolo de un generación latinoamericana (de la cual formé parte), ahora que los presidentes Obama y Castro señalizan inconfundiblemente el tránsito de la revolución hacia el capitalismo bajo un Estado militar-autoritario que buscará mantener una ideología de orden y progreso, como ocurre en China o Vietnam? ¿Y qué explicación ofrecer para el mal momento de los gobiernos “progresistas” –bajo diversas banderas y lemas– de Argentina (hasta ayer), Venezuela, Bolivia, Ecuador, Perú y Brasil?

¿Y cómo dar cuenta del hecho que de los 28 países que forman parte de la Unión Europea, cuna del Estado de bienestar y de las socialdemocracias más decantadas, solo dos poseían gobiernos que podían llamarse al final de 2015 propiamente de izquierda (Grecia y Portugal) –ambos conmovidos por crisis económicas– mientras otros seis eran de centroizquierda (Eslovaquia, Eslovenia, Francia, Italia, Malta y Suecia), siendo administrados los demás por gobiernos de derecha, centro-derecha, grandes coaliciones o partidos centristas?

¿Qué decir, en tanto, más allá de las cambiantes ideologías y la denominación de las fuerzas gobernantes según su ubicación en la dimensión izquierda-derecha, de las diversas culturas que expresan y vuelven inteligibles a los partidos políticos progresistas y sus coaliciones?

Por ejemplo, ¿qué interpretación del mundo y de sus actuales conflictos tienen los partidos progresistas chilenos? ¿Qué dice el PC, por ejemplo, del paso de Cuba desde su economía de escasez socialista de Estado a una de capitalismo de Estado, cuando hace no mucho, en el lanzamiento del XXV Congreso, el Secretario General del partido chileno volvía a repetir –una vez más– que el modelo de acumulación capitalista “está haciendo crisis, al menos en América Latina?”

En la misma ocasión, el Secretario General llamaba al gobierno chileno a ampliar relaciones con China, otro país capitalista de Estado “a todo dar”, y con Rusia, país que –como explica un intelectual húngaro– se caracteriza actualmente por tener un Estado-Mafioso y no sólo un capitalismo de compadres.

Por otro lado, en el mismo discurso, la autoridad del PC fustiga las “intervenciones guerreristas directas” de los EEUU. Luego, pocas líneas más abajo, declara: “somos entusiastas partidarios del proceso que lleva al restablecimiento pleno de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos…”. ¿En qué quedamos? ¿Cómo entender este tipo de flagrantes contradicciones y un discurso así de tributario de la vieja retórica internacional comunista de los años 1950 y 1960?

Si esto ocurre con el PC, a fin de cuentas uno de los partidos organizacionalmente más consistentes y robustos del escenario político chileno, ¿qué se podría esperar de las otras corrientes progresistas?

¿Dónde inscribir, por ejemplo, al PPD, un partido que se decía pragmático, moderno, renovado ideológicamente, de impronta social y libertaria, pero cuya ideología hoy se mueve entre retroexcavadoras y caudillos, nacionalismos agresivos y una suerte de liberalismo del free for all, entre algo más de capitalismo de Estado y algo menos de comunitarismo socialcristiano?

¿Y qué hacer ideológicamente con el PR, una especie de fantasma de su propia sombra, con nostalgia del Estado de fomento y del Estado docente y el Estado previsional correspondientes a la etapa inicial de la modernización capitalista en Chile?

¿Y qué decir del PS, cuya ideología partidista solía tener raíces en las luchas obreras y cuyo socialismo era antagónico al estalinismo, pero que hoy –mediante una renovación incompleta– se ha vuelto un “partido de programa”, a la búsqueda de un capitalismo más regulado, unos mercados más controlados, un Estado más social, una política democrática más participativa y una retórica más marcadamente anti-burguesa?

En fin, ¿qué separa –en términos de nuestros partidos progresistas tradicionales– a las diferentes ideologías y culturas a este lado (el izquierdo) de la brecha que divide las ideas y los discursos políticos? ¿Apelan acaso todavía a utopías más o menos radicales? ¿Poseen apoyos de clase social distintos entre sí? ¿Qué valores de libertad, igualdad y fraternidad encarnan para el Chile de hoy? ¿Cómo se plantean frente a la antigua URSS y los regímenes totalitarios del Gulag y los procesos de Moscú? ¿Qué piensan sustantivamente de la democracia como forma de convivencia, de representación, participación y deliberación? ¿Qué piensan del capitalismo y sus reformas, del orden global capitalista, del modo de producción de China y del capitalismo emergente en Cuba? ¿Cuál es su posición frente a las coordinaciones de mercado, a las autorregulaciones organizacionales del capitalismo, a los regímenes mixtos de provisión de bienes públicos?

La impresión que se tiene es que el progresismo chileno no habla mucho de ninguno de estos tópicos por miedo a revelar su desnudez discursiva; o las contradicciones de su pensamiento; o las rupturas (nunca reconocidas) dentro de ese mismo pensamiento con su propio pasado; o su caminar puramente táctico y adaptativo frente a las circunstancias de opinión pública encuestada o de coyuntura electoral. 

Hemos ingresado a un tiempo de izquierdas posmodernas, líquidas, fragmentadas, cuyo pensamiento más parece un collage y a veces una parodia del pasado que el resultado de una sostenida reflexión sobre las contradicciones de las sociedades contemporáneas, sus tensiones y líneas de fuerza, sus dinámicas y fracturas.

Se tiene la sensación de que el progresismo no ha podido reconocer aún la extensa, global, imposición del capitalismo y sus contradicciones culturales. Ni ha podido elaborar una visión de la gobernanza y del Estado requeridos para el presente siglo ni una imagen posible de la recomposición del orden global a partir de las limitadas opciones que ofrecen los Estados-nacionales y la retórica bien pensante de los organismos internacionales.

En este punto nos encontramos: al final de un recorrido conocido pero sin querer tomar el menos transitado que aparece por delante. Me recuerda a los versos del poeta Robert Frost: “Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo,/Yo tomé el menos transitado,/ Y eso hizo toda la diferencia” (Two roads diverged in a wood, and I—/ I took the one less traveled by,/And that has made all the difference).

Publicado inicialmente en el Libero http://www.brunner.cl/?p=13943

 

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Profesor chileno se vuelve viral al enseñar Historia con un didáctico Rap.

www.publimetro.cl/Marzo, 2016/ Chile

El reciente profesor de Historia y Filosofía, Jaime Jaramillo, de 23 años se hizo conocido a través de las redes sociales por un vídeo donde aparece rapeando sobre la Primera Guerra Mundial a sus alumnos de 3º medio del Colegio Pedro de Valdivia de Villarrica.

Luego que el docente decidiera rapear los contenidos de clases todos sus estudiantes quedaron sorprendidos por la innovadora forma de enseñar, lo que surgió como una idea para motivar a los alumnos, así lo explicó a Publimetro el profesor Jaime Jaramillo.

“Notaba que los niños no se motivaban con una disciplina como la historia que muchas veces es ambigua y compleja de entender y como tiene hartos conceptos abstractos cuesta entenderla, por eso decidí mezclar la música y la enseñanza para hacer la clase más entretenida, entonces les hice el rap de la primera Guerra Mundial”, señaló Jaime Jaramillo.

“Rusia, Inglaterra, Francia” decía el profe de Historia “triple entente” respondían a coro sus alumnos de 1º medio del Colegio Pedro de Valdivia.

El docente explicó que no es tan fácil crear rap con los contenidos que debe enseñar a los alumnos, porque primero se debe estudiar el contenido para seguir con el proceso creativo de la canción.

“Tuve que estudiar los contenidos para crear la canción, después la ensayé un par de veces en mi casa y ayer les dije que tenía un resumen de la clase en rap y les canté, y cuando empecé a cantar ellos quedaron como plop y les gustó mucho, nunca los había visto poniendo tanta atención como en esa clase”, agregó Jaime Jaramillo.

Luego que los otros profesores del colegio se dieron cuenta de la innovadora forma de hacer clases del docente recién egresado se han mostrado motivados en hacer nuevas cosas para enseñar sus diferentes materias.

Ahora el profesor Jaime Jaramillo se encuentra preparando un tema para explicarle a sus alumnos de 4º medio ¿qué es el ser? en la asignatura de Filosofía.

El creativo profesor aceptó a rapear su visión de la educación y su manera de hacer clases.

 

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Balance de medio tiempo

Balance de medio tiempo

No estamos frente a un gobierno que tenga razones fundadas para sostener expectativas de éxito o un discurso relativamente autocomplaciente. Más bien, por el contrario, el gobierno se halla a mitad de su periodo y parece encontrarse en una zona oscura porque (pudiera ser que) su ruta se ha extraviado.

José Joaquín Brunner, Publicado 16.03.2016 en Foro Líbero

Al cumplirse dos años del mandato de la Presidenta Bachelet, justo en la mitad del camino, hay motivos para sentirse desorientado. No puedo dejar de recordar los versos iniciales del Canto 1 del Infierno: “A mitad del camino de la vida, en una selva oscura me encontraba porque mi ruta había extraviado”.

Los medios de prensa, la radio y la TV dan cuenta de esa confusión y la multiplican. Véase, por ejemplo, la siguiente selección de titulares publicados durante los últimos días:

  • Balance de gobierno: “hemos convertido promesas en realidades”
  • Bachelet busca recobrar la popularidad perdida
  • Segundo año de mandato de Bachelet en Chile sin festejos
  • Bachelet, dos años de reformas y escándalos
  • Bachelet llega a la mitad de su segundo mandato con uno de sus índices más bajos de aprobación
  • Fundación Ciudadano Inteligente: Cumplimiento del programa llega a 25%
  • Oposición chilena descalifica primeros 2 años de presidenta Bachelet
  • Bachelet defiende logros de su mandato: Algunos interesadamente no quieren que se conozcan
  • Michelle Bachelet, en busca de la popularidad perdida

La pauta del gobierno durante esos días para inclinar la balanza de esos ambiguos balances en su favor, aparece claramente manifestada en las siguientes muestras tomadas verbatim de algunos de los medios informativos.

Primer caso. Desde la región de Antofagasta, la Presidenta Michelle Bachelet realizó un balance de la mitad de su mandato, donde –según ella– desde el gobierno se ha puesto “fuerza y corazón, no sin dificultades”. Bachelet indicó que “es comprensible que algunos logros de estos dos años se desconozcan, porque han sido muchos, la lista es larga. Vamos a trabajar para comunicar… pero tengo que decir que hay algunos que no quieren que se sepan”.

Segundo caso. La Mandataria destacó también la aprobación de reformas clave como la tributaria y educacional. “Ha valido la pena cada reforma que hemos estado dando. Porque la gente me lo dice… hay pájaros de mal agüero, pero nosotros tenemos confianza que vamos a cumplir”, enfatizó. “Nadie dijo que iba a ser fácil, nadie dijo que iba a ser miel sobre hojuelas. Pero vamos a seguir cumpliendo lo que Chile nos ha demandado. Hay cosas que hay que perfeccionar, pero en eso estamos trabajando”, dijo.

Tercer caso. El ministro vocero de La Moneda, Marcelo Díaz, resaltó los compromisos cumplidos de la administración como la reforma tributaria y la gratuidad en la educación. “Los compromisos están cambiando significativamente la vida de los chilenos. Es un gobierno que es capaz de impulsar transformaciones que prometimos a los chilenos y que por lo tanto esas promesas hoy día se están convirtiendo en realidad”, señaló. En esta línea, el secretario de Estado sostuvo que “el balance para nosotros está marcado con esta frase: hemos convertido promesas en realidades”.

Cuarto caso. Desde la sala de Prensa del Palacio de La Moneda, el vocero de Gobierno, Marcelo Díaz, realiza balance al cumplirse dos años del período de la Presidenta Michelle Bachelet. “[…] Estamos iniciando el tercer año de gobierno y quiero muy brevemente decirles que la mejor forma que tenemos de conmemorarlo es trabajando con mucho compromiso, consolidando lo que hemos hecho y avanzando en lo que falta por hacer”.

II

Tanta insistencia en logros, consolidación y su proyección, así como en el compromiso de cumplir lo que falta, chocan con las percepciones que transmite la opinión pública encuestada.

La más reciente encuesta CADEM, dada a conocer el lunes 13 de marzo, revela que la aprobación presidencial (“Independientemente de su posición política, ¿usted aprueba o desaprueba la forma como Michelle Bachelet está conduciendo su gobierno?”) que al inicio, el 13 de marzo de 2014 era 52% por la aprobación y 20% por la desaprobación, evolucionó a 33% y 58% respectivamente un año más tarde y ahora es de 23% aprueba versos 68% desaprueba. Esto es, una caída libre por la pendiente de la opinión pública encuestada, para terminar a mitad del camino con dos tercios del lado negativo y menos de un cuarto positivo.

La desaprobación del gabinete presidencial alcanzó a un 71% por ciento al final de la semana pasada, casi tan alta como la manifestada frente al anterior gabinete (de Peñailillo y Arenas) la semana anterior a su fin en mayo pasado.

La percepción de las reformas –que el gobierno autoevalúa tan positivamente– es de escaso entusiasmo entre la población encuestada. Están de acuerdo con la reforma tributaria un 24%, con la reforma educacional un 45% y con la reforma laboral un 24%. La lectura de otras encuestas distintas de la CADEM, revela que la percepción negativa se extiende a otras áreas claves de la gestión gubernamental como seguridad, salud, transporte y, en general, al comportamiento de las personas y las instituciones directivas del Estado y la sociedad, con pocas excepciones.

Preguntadas las personas si considerando todos los aspectos políticos, económicos y sociales creen que el país va por un buen camino o por un mal camino, la caída libre en el tiempo es aún más llamativa. En marzo de 2014, 78% respondía por buen camino y apenas 14% por mal camino, confirmando las ilusiones y expectativas que acompañaron a la elección de la actual Presidenta. Un año más tarde, las cifras correspondientes eran 39% y 47%. Y en marzo de 2016, la ecuación es 21% por buen camino y 64% por mal camino. La idea de que el país pudiera estar progresando ha caído por esa misma escalera de 52% a 28% a 13%, mientras que por la escalara ascendente de los que piensan que el país está estancado y retrocediendo, transitaba un 44% de los encuestados en 2014, un 70% en 2015 y un 84% la semana recién pasada.

Es decir, a la mitad del camino, para una significativa mayoría de la gente la ruta parece haberse extraviado.

El gobierno no lo estima así y cree, por el contrario, que la lista de sus logros es tan extensa que no resulta extraño que la población no alcance a reconocerlos, especialmente a la vista de los pájaros de mal agüero que solo ven malos caminos por delante y un país sin progresos.

¿A quién hemos de creer?

III

Por lo pronto, ni a los pájaros de mal agüero ni a quienes autoevalúan sus logros como interminables y atribuyen sus problemas a los media o a quienes adoptan una visión crítica que se aparta de las versiones oficiales.

Más bien, hemos de creer “en” y no “a”; en la deliberación pública, en los argumentos racionalmente expuestos, en el debate plural sobre la evidencia disponible, en la posibilidad de generar consensos interpretativos que articulen la diversidad de interpretaciones.

El gobierno sostiene su punto de vista sobre tres pilares argumentativos: (i) estaría cumpliendo con los compromisos de su Programa, (ii) confía en que las reformas adoptadas estarían cambiando estructuralmente o paradigmáticamente la economía y la sociedad chilenas, y (iii) espera que sus efectos serán beneficiosos para la gente y estarían desde ya siendo percibidos.

El primer argumento –del cumplimiento fiel– es altamente subjetivo y discutible. Si partimos del supuesto (razonable) de que las reformas se hallan contenidas en los correspondientes proyectos de ley enviados al Congreso, en cada caso, uno por uno, dichos proyectos han sido modificados en partes sustantivas durante la discusión y, por lo mismo, aprobados por la mayoría de la Nueva Mayoría (NM) y de la oposición. Incluso, como ocurrió con la reforma tributaria, ésta debió ser revisada y corregida a menos de un año de su aprobación.

En seguida, y más importante, parece una ingenuidad creer que las reformas pueden declararse cumplidas una vez que se han aprobado en el Congreso. En verdad, en ese momento están recién en condiciones de comenzar a implementarse. Y, en democracia, el destino de cada reforma se juega, efectivamente, hasta el último detalle, en su aplicación. Incluso, hemos visto reformas que una vez aprobadas en el Congreso, como la del fin del copago, el lucro y la selección académica, tienen un largo plazo de aplicación y ésta depende de múltiples reglamentos que tardan meses y a veces más de un año en dictarse.

Por último, no parece efectivo que se esté cumpliendo con el programa, incluso en materias esenciales para el gobierno como la gratuidad universal en la educación superior, pues hay metas que no podrán alcanzarse y cambios que quedarán a medio camino.

En cuanto a que las reformas adoptadas estarían cambiando estructuralmente o paradigmáticamente la economía y la sociedad chilenas no parece ser más que una consigna y manifestación de entusiasmo discursivo.

Para partir por lo más general, ¿acaso puede sostenerse seriamente que la administración Bachelet está llevando a cabo una revolución anticapitalista o de sustitución de dicho modo de producción o que está logrando instalar alguna versión (cualquiera) de algún socialismo del siglo XXI que ni siquiera parece nombrado en el Programa, o que está en la práctica definiendo “otro modelo” económico o echando las bases de un Estado de Bienestar en forma? Quienes así piensan son solo algunos trasnochados defensores del orden neoliberal autoritario en su expresión máxima de comienzos de los años 1980, o bien algunos voluntarioso, fogosos, jóvenes technopols o dirigentes optimistas cuya noción de cambio de paradigma o de revolución es sin duda una noción pop o una ironía posmoderna.

Tampoco aparecen reformas de tal envergadura o radicalidad en ninguno de los sectores donde el gobierno ha puesto su atención: educación, laboral, salud, provisional, tributario, constitucional. En efecto, en cada uno de los sectores mencionados, los cambios propuestos buscan o producen –más allá de toda retórica– un perfeccionamiento y (por ende) un potencial fortalecimiento de regímenes mixtos de provisión de servicios, o una mayor competencia en los mercados, o la creación de cuasi mercados, o comprometen al Estado en acciones más decisivas, y es de esperar más transparentes y eficientes, de mayor equidad. Incluso ahora último podemos descubrir cómo el discurso oficial busca combinar crecimiento y equidad “en la medida de lo posible”, aunque sin decirlo y haciendo de la necesidad, virtud.

Respecto de los cambios impulsados, el gobierno anuncia que sus efectos son beneficiosos para la gente, lo que desde ya estaría siendo percibido así por los beneficiados y la sociedad en general. Demás está decir –a la luz de las encuestas mencionadas más arriba– que la opinión pública ahí manifestada desmiente masivamente las expectativas oficiales en este punto. En seguida, el número de (posibles) beneficiados suele ser bastante menor que el computado por la administración, como ha ido quedando claro con la gratuidad universitaria; o bien el beneficio prometido es de baja intensidad de manera tal que no llega a producir realmente un cambio de posición en los (potenciales) beneficiados.

Mientras tanto, aquellos efectos de la acción (o inacción) gubernamental que la gente suele percibir con mayor fuerza –como ocurre con la atención de salud, el delito en las calles, el mediocre funcionamiento del transporte público de superficie, por ejemplo– pesan mucho más en el balance de costos y beneficios a nivel personal, transformándose en un mentís del discurso oficial.

Además, como muestran el ánimo de país estancado o en retroceso y la baja credibilidad y confianza en la conducción gubernamental, hay suficientes motivos para pensar que la gente está colectivamente mal dispuesta frente a sus gobernantes y élites en general, lo que resta también sustento al despliegue de un discurso afirmativo y autolaudatorio como el que proclama el gobierno.

La onda de escándalos que recorre nuestro escenario medial es un factor adicional de repliegue de la opinión pública encuestada que, al final del día, comienza a extender un velo de escepticismo sobre la clase política en general. Por último, las dudas respecto al futuro –si acaso la economía crecerá o no, si habrá más o menos oportunidades de empleo, si la educación de los hijos mejorará o no, si la atención de salud se acerca o aleja, si la clase media emergente retrocederá o no en los próximos dos años, si el Transantiago se recupera o no– todo eso agrega otro elemento a la falta de entusiasmo que la gente muestra frente la administración y que la lleva a evaluaciones repetidamente negativas desde hace 12 meses.

En suma, no estamos frente a un gobierno que tenga razones fundadas para sostener expectativas de éxito o un discurso relativamente autocomplaciente. Más bien, por el contrario, el gobierno se halla a mitad de su periodo y parece encontrarse en una zona oscura porque (pudiera ser que) su ruta se ha extraviado.

 

José Joaquín Brunner, Foro Líbero.

http://www.brunner.cl/?p=13903

 

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Digitalizan más de 500 escritos del poeta nicaragüense Rubén Darío

23 MAR, 2016 | NODAL

La Biblioteca Nacional de Chile digitalizó 578 escritos del poeta nicaragüense Rubén Darío para formar parte del Fondo Rubén Darío del Archivo del Escrito de la institución, publicó La Tercera.

El jefe del Archivo del Escritor de la Biblioteca Nacional, Pedro Pablo Zegers, manifestó que “lo importante del material es la pléyade de firmas que se juntan, lo que da cuenta de la valía de los corresponsales que tuvo”.

La recopilación digital contiene retazos de su obra, entre las que destacan La esquela del dos de junio de 1900, La tierra del Quetzal, un artículo póstumo e inacabado y cartas dirigidas al autor de parte de los escritores Miguel Unamuno y Ramón del Valle Inclán.

Los escritos del autor fueron entregados a la biblioteca por uno de los colaboradores de Rubén Darío, el argentino Alberto Ghiraldo.

Estos documentos fueron previamente donados en formato digital el pasado cuatro de febrero a Nicaragua, en el marco del centenario de su muerte.

La comunidad cultural cuenta con el segundo fondo más importante del autor. El primero se encuentra en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Fuente de la noticia: http://www.nodal.am/2016/03/chile-digitalizan-mas-de-500-escritos-del-poeta-nicaraguense-ruben-dario/?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+NODAL+%28NODAL+-+Noticias+de+Am%C3%A9rica+Latina+y+el+Caribe%29&utm_content=FeedBurner

Fuente de la imagen: http://www.nodal.am/wp-content/uploads/2016/03/112965.jpg

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Día de la Astronomía: Una ventana al futuro. Chile

www.radio.uchile.c/18-03-2016/Vivian Lavin
La astronomía es uno de los sellos de nuestro país y se requiere con urgencia a chilenos despiertos que comprendan que acá hay una oportunidad que no sospechamos. Entender esto podría ser una ventana para que nuestra economía y sobre todo, nuestra educación y cultura, se proyecten literalmente hacia el futuro.

Asomarse al conocimiento astronómico es como caer en un pozo sin fondo. A pesar del entusiasmo que significa el saber más del Universo, lo cierto es que al entender que sólo hemos podido asomarnos a un cinco por ciento de lo existente podría desalentar a quienes no tienen un espíritu inquieto por querer saber más. ¿De qué está hecho el Universo? El 21 por ciento corresponde a materia oscura, un 74% a energía oscura y solo un cuatro por ciento a lo que se denomina materia normal, es decir, lo que está en nuestro mundo, que es mayormente hidrógeno y helio. Esta enorme ignorancia es la que empuja a nuestros científicos a buscar información que nos puedan responder las preguntas básicas de qué somos, de dónde venimos, y nosotros como chilenos, desde nuestra modesta pero privilegiada ubicación geográfica, hemos podido colaborar en esta búsqueda.

Ya sabemos que hubo una explosión llamada Big Bang hace 13.700 millones de años que, sin embargo, no habría sido la primera, de modo que eso de que es principio de todo ya estaría algo obsoleto. Y como los instrumentos que poseemos hoy mayormente captan la luz que viene del Universo, solo podemos conocer un cinco por ciento de este que ya está, como dicen los especialistas, mapeado, que corresponde a lo que está sobre y bajo la Vía Láctea, pero no podemos ver nada de lo que hay detrás de las espesas nubes que pueblan el Universo. No podemos saber entonces lo que sucedió en la llamada era oscura.

¿Cómo ingresa Chile a la astronomía? Habría que citar primero a Bernardo O’Higgins, quien desde su destierro en el Perú, le solicita a las autoridades de la época, en 1842, justamente antes de morir, que el Estado de Chile lo compense por lo que aportó de su patrimonio personal a la independencia del nuestro, pero no pide, como se podría pensar, que se le expatrie su dinero, sino que fuese destinado a la construcción de un observatorio astronómico. ¿Qué fue lo que nuestro Padre de la Patria vislumbró a mediados del siglo XIX? No sabemos, sin embargo, su visión fue la de un adelantado.

El primer observatorio aficionado en Chile se construye en 1843, en Valparaíso, desde donde se observó el paso de un cometa. Casi diez años más tarde, se construye el primer Observatorio Astronómico Nacional en la cima del cerro fundacional, el Santa Lucía. A partir de entonces y hasta hoy, en menos de 200 años, Chile se ha convertido en un polo astronómico que lo tendrán en menos de cinco años con la capacidad para observar más del 70 por ciento de esa parte del Universo a la que es posible acceder.

La Universidad de Chile jugó un rol primordial con la figura de Federico Rutllant, un catalán avecindado en Chile y considerado el padre de la astronomía moderna. Estudió astronomía en medio de la Segunda Guerra Mundial, visitó todos los observatorios europeos y en 1951 fue nombrado nuevo director del Observatorio Astronómico Nacional. Fue quien logró convencer, no sin esfuerzos, que los escépticos astrónomos estadounidenses vinieran a Chile a experimentar in situ las privilegiadas condiciones de observación desde suelo chileno.

Toda esta historia está demasiado olvidada y es bueno recordarla, aunque sea en parte, en un día como hoy, 18 de marzo, cuando por tercer año consecutivo estamos celebrando de manera autónoma el Día de la Astronomía. Consciente el Estado chileno, en verdad, algunos adelantados, como siempre, que nuestra ventaja astronómica es tanto o más importante que otras áreas de la economía, se han organizado y más de 20 instituciones han implementado actividades de todo tipo para sensibilizar sobre este tema.

La astronomía es uno de los sellos de nuestro país y se requiere con urgencia a chilenos despiertos que comprendan que acá hay una oportunidad que no sospechamos. Como la enorme cantidad de profesionales especializados que se requieren para el estudio, funcionamiento y soporte de los observatorios -no solo astrónomos, sino que ingenieros, técnicos y profesionales de un cuanto hay- entender esto podría ser una ventana para que nuestra economía y sobre todo, nuestra educación y cultura, se proyecten literalmente hacia el futuro.

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