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Chile: Presidente del Colegio de Profesores califica como “miserables” y de un “clasismo impresentable” comentarios de Figueroa sobre hacinamiento y riesgo de abuso sexual en niños

“Un niño hacinado, con riesgo de ser abusado sexualmente en su hogar, tiene que tener la posibilidad de ir a la escuela”, dijo ayer el ministro de Educación al referirse a un eventual retorno a clases de los escolares. «Si tiene antecedentes, que denuncie», dijo Mario Aguilar. La Defensoría de la Niñez también lamentó los dichos del secretario de Estado.

Una fuerte crítica hizo hoy el presidente del Colegio de Profesores, Mario Aguilar, a los dichos realizados ayer por el ministro de Educación, Raúl Figueroa.

El secretario de Estado, en una entrevista televisiva, abordó un eventual retorno a clases de los escolares y señaló: “Un niño hacinado, con riesgo de ser abusado sexualmente en su hogar, tiene que tener la posibilidad de ir a la escuela”.

Aguilar calificó los dichos de Figueroa como “deplorables”, “miserables” y de “un clasismo impresentable”. “Me parecen unas declaraciones muy graves del ministro. Lo quiero emplazar, si tiene antecedentes concretos respecto a casos de que niños en sus casas están siendo abusados sexualmente, él tiene la obligación como ministro de Estado de poner en conocimiento de eso a la justicia. Si no tiene antecedentes concretos, lo que está haciendo simplemente es una especulación, una gravísima acusación que ofende, que maltrata, que violenta a las familias vulnerables y pobres de este país”, dijo el presidente del Magisterio.

En esa línea, añadió: “Me parece que el ministro de Educación queda invalidado para su cargo cuando hace declaraciones tan inexcusables, tan graves, tan violentas contra esas familias. Son dichos de un clasismo impresentable en una autoridad de Estado”.

“Si hay niños que están siendo abusados sexualmente, la solución no es durante el tiempo que estén en el colegio van a estar protegidos. Porque esos niños cuando vuelvan a sus casas, al terminar la jornada, a las 4 de la tarde, vuelven al problema. Lo que tiene que hacer el Estado es defender a esos niños”, afirmó Aguilar.

“Refleja la ansiedad que tiene el gobierno por presionar un pronto retorno a clases para una supuesta nueva normalidad”, dijo, y añadió: “Es un argumento miserable”.

Defensoría de la Niñez

Por su parte, la Defensoría de la Niñez también lamentó los dichos de Figueroa mediante un comunicado. “Estos dichos constituyen una forma de intencionar el retorno a clases presionando con explicaciones que tienen un impacto comunicacional pero que, finalmente, generan una reacción razonablemente contraria de parte de los padres, madres y responsables del cuidado de los niños, niñas y adolescentes”, señaló el organismo.

“La pobreza no es sinónimo de violencia, y las expresiones vertidas por el Sr. Ministro producen una estigmatización indebida e injustificada a quienes, careciendo de condiciones de vivienda con dignidad, la que debiera propiciarse precisamente por el Estado a quien representa el Sr. Ministro, hoy son víctimas de sus dichos, constitutivos de una evidente manifestación de violencia estatal indebida”, se añade en el texto.

Asimismo, se sostiene que “los niños, niñas y adolescentes no viven en los colegios y si la hipótesis que plantea el Sr. Ministro se produce, y un niño, niña o adolescente está siendo víctima de algún delito sexual o de cualquier otro al interior de su residencia, lo que corresponde es que esos hechos se aborden con acciones estatales inmediatas para que el agresor salga de ese domicilio, la víctima sea protegida y, por tanto, no siga expuesta de manera alguna al maltrato o agresión que le afecta, con la oportuna, debida y eficiente intervención de las instituciones responsables”.

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Chile: Estado subsidiario y colapso del sistema sanitario

Por: Sergio Martín Páez.

A julio de 2020, Chile lidera el trágico ranking de muertos por habitantes por causa de la pandemia Covid-2019 en América del Sur. Este resultado está vinculado, sin dudas, con la velocidad con la que se adoptaron las medidas de aislamiento social y las capacidades efectivas de la sociedad de cumplirlas.

Sin embargo, estos no son los únicos elementos; también es necesario considerar las capacidades del sistema de salud, en particular del público, para dar respuesta en una emergencia generalizada. Como han puesto de manifiesto las revueltas populares desde octubre de año pasado, el modelo neoliberal chileno tiene dos caras y cruje por dentro. En esta nota mostraremos algunos números de las dos caras y cómo el Estado subsidiario en salud ha segmentado a la ciudadanía chilena y hoy pone en riesgo la capacidad de respuesta a la pandemia.

Lado A: el modelo chileno “exitoso”

Desde 1990, Chile sufrió solo dos años de recesión y, en términos macroeconómicos, ha sido considerado un “éxito”. Ha mantenido una tasa de crecimiento anual de 3,6 por ciento y 2,8 por ciento per cápita, superando las tres principales economías de la región (Brasil, México y Argentina) y los valores promedio regionales. Estos buenos resultados macroeconómicos serían la base para la expansión del gasto público en salud de la última década (tabla 1), pasando de significar 3,5 por ciento a 4,9 del PBI.

Goyenechea (2019) señala que, desde una mirada externa, el sistema de salud chileno parece ser un modelo a seguir dado que ha conseguido mantener sus macroindicadores sanitarios con buenos resultados, y lo logra con uno de los gastos sanitarios más bajos de la OCDE (por lo que, además, resulta ser eficiente). Sin embargo, como comentaremos más adelante, el investigador también advierte que bajo esos promedios se esconden inequidades y una creciente segmentación de la población, según criterios de riesgo a enfermar y de ingresos.

En términos regionales, el gasto público en salud se encuentra en niveles medios en América del Sur, rondando el 5 por ciento, en la misma línea de otros estados regionales que vociferan a favor del neoliberalismo (como Colombia) y notablemente más que Perú (2,5 por ciento). De esta forma, los números macro no parecerían indicar elementos fuera de la curva.

Lado B: el Estado subsidiario y la “libertad de elegir”

El modelo neoliberal en Chile ha significado la instauración de un Estado subsidiario que promovió la privatización de los servicios sociales y, con ello, el desmantelamiento de la provisión estatal o una reducción considerable en su capacidad instalada en salud, previsión, educación, vivienda y obras públicas.

En términos específicos de salud, la Constitución de 1980 garantiza la posibilidad de acceder a un sistema público o a un régimen privado, sin ninguna mención al carácter colectivo, y la salud pasa ser entendida como responsabilidad individual (Cid & Uthoff, 2018). De esta forma, los chilenos pasaron a cotizar con un porcentaje de sus salarios/ingresos para acceder a servicios de salud y pensiones en forma individual (o familiar). La contrapartida fue la emergencia de holdings de servicios de salud y las AFP, los ganadores del modelo.

Estas directrices han recreado desde los años ’80 un sistema de salud dual que segmenta y segrega sus pacientes de acuerdo a su capacidad de pago y los riesgos de enfermedad. Por un lado, una minoría de mayores ingresos se concentra en las Instituciones de Salud Previsional (ISAPRE-Clínicas) que funcionan como un esquema de seguros y, por otro lado, una mayoría de la población (alrededor del 75 por ciento), de menores ingresos, que son atendidos por el Fondo Nacional de Salud (Fonasa-Red Pública de Salud). La información disponible sugiere que el sistema público atiende a pacientes con mayores requerimientos de cuidados de salud por ser adultos mayores, a la vez que alrededor del 20 por ciento se encuentra por debajo de la línea de pobreza (Castillo-Laborde et al., 2017).

A su vez, la red pública ha comenzado a funcionar con reglas similares a las del mercado a partir del arancelamiento de las atenciones de salud, externalizando servicios al interior de hospitales, buscando el autofinanciamiento de los hospitales, así como asumiendo modelos de gestión propios del sector privado. De la misma manera, la lógica de los subsidios a la demanda han significado una política constante de mecanismos de traspaso de recursos y pacientes a prestadores privados (Goyenechea, 2019).

Producto de los subsidios a la demanda, la estructura de ingresos y gastos del sistema ha quedado desfasado a favor del sistema privado (Tabla 2). El Fonasa recibe USD 50,94 por beneficiario y tiene un gasto de USD 51,43, mientras que las ISAPRE recaudan USD 94,79 y gastan USD 69,63 mensuales por beneficiario, lo que configura claramente un fuerte nicho de acumulación en el sector privado sustentado con fondos públicos (Castillo-Laborde et Al, 2017).

Por último, existe un tercer elemento que tradicionalmente se deja fuera de los análisis, que son los sistemas de salud diferenciados, dispuestos de forma exclusiva para las Fuerzas Armadas y de Orden. Este sistema es no contributivo y se financia mediante impuestos generales, lo que implica una suerte de transferencia de ingresos del resto de la sociedad a los cuerpos armados (Boccardo et al., 2020).

En definitiva, el rol subsidiario del Estado ha servido para producir nichos de acumulación para los grupos empresariales que controlan la salud, como el Grupo Said o el grupo Penta, donde la política o los diseños y marcos institucionales han contribuido a fortalecer y acrecentar el negocio privado en la salud en detrimento de la red pública.

El neoliberalismo y el Covid-19

A inicios de julio, los informes indican que la capacidad hospitalaria en Santiago opera prácticamente al tope, mientras que los fallecidos continúan en aumento. La respuesta del Estado subsidiario ha sido decepcionante y peligrosa. Por un lado, no se presentan modificaciones presupuestarias para otorgar fondos adicionales al sistema de salud, al menos, hasta el 30 de abril, cuando el país ya registraba alrededor de 19 mil casos y 227 muertos (Goyenechea, 2020). Por otro lado, los anuncios del Gobierno solo se han enfocado en flexibilizar las condiciones para el acceso al crédito como “protección a la clase media”, alimentando la perversidad de endeudarse para cubrir gastos básicos. Por otro lado, se ha dedicado a proteger a los “ganadores del modelo”, evitando que se cobre el impuesto a los súper ricos y, hasta su fracaso legislativo, militó rabiosamente por el veto a la extracción del 10 por ciento de las cuentas individuales de las AFP.

El espíritu neoliberal de la Constitución ha alimentado la tendencia general a endeudarse para cubrir los servicios básicos de la vida moderna, lo que ha llevado a altos indicadores de endeudamiento familiar. La desigualdad no solo ha sido evidente en las diferencias de ingresos y riqueza, sino también en el papel ausente del Estado para garantizar condiciones de vida dignas y proteger a los chilenos de la pandemia.

Fuente del artículo: https://www.telesurtv.net/opinion/Chile-Estado-subsidiario-y-colapso-del-sistema-sanitario-20200720-0029.html

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Chile – Alerta Educativa: El Uso de la Radio como Experiencia de Pedagogía Popular

Chile. Alerta Educativa: El Uso de la Radio como Experiencia de Pedagogía Popular

La crisis sanitaria local producto del Covid-19 obligó a las escuelas chilenas y sus comunidades tanto a abandonar sus aulas presenciales como a implementar educación a distancia. Así, en Chile tres coma seis millones de estudiantes escolares realizan hoy clases desde sus casas.

La educación es una institución social clave del funcionamiento cotidiano en nuestra sociedad. En este contexto las instituciones, profesores, estudiantes y, en el caso de las y los más pequeños, los apoderados, intentan por estos días responder al año escolar a través de las distintas plataformas virtuales. Esto llevó a que algunos establecimientos se replantearan nuevas formas de interacción, debido también a que no todos cuentan con las condiciones técnicas o de conexión para realizar una clase virtual, o bien, debido a que internet no ofrecía buenas oportunidades para conectarse. Por esta razón han surgido experiencias de innovación pedagógica que han dado continuidad al proceso de aprendizaje, por ejemplo, por medio del medio comunicativo radial.

Es por esta razón que nos acompañan protagonistas de dos de estas experiencias que usan la radio como plataforma para educar: profesora Ximena Cani y estudiante Constanza Villanueva, ambas en representación del colegio Marcelino Champañat de La Pintana; además, en representación del Liceo Bicentenario Pablo Neruda de Arica, el profesor Carlos Casanueva y la estudiante Lilian Urzúa; y, por último, Juan Ortega, coordinador general de la radio Juan Gómez Millas. Además participaron en el programa, por medio de audios pregrabados, las educadoras Erica Cortés de Calama y Paulina Araya de Curepto.

Fuente de la Información: https://kaosenlared.net/chile-alerta-educativa-el-uso-de-la-radio-como-experiencia-de-pedagogia-popular/

 

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Mario Aguilar y el agobio de los profesores online: “Este Gobierno no sólo no nos cuida, sino que tenemos que andar nosotros cuidándonos de él”. Chile

El presidente del Colegio de Profesores es enfático en que el Gobierno ha quedado al debe en todo este proceso de educación online producto de la pandemia, ya sea por falta de apoyo a los docentes, por decisiones burocráticas como el oficio referente al libro de clases o por mantener la evaluación docente, entre otros, o la nula preocupación por el estado de salud mental de los docentes que “no paran desde la mañana hasta la noche”. “Es como si el tema no existiera para el Ministerio de Educación”, sostiene. Respecto a la vuelta a las aulas, es enfático: “Piñera quería hacernos volver en mayo (…) porque ellos entienden los colegios como guarderías para que la gente pueda salir a trabajar, pero no vamos a aceptar condiciones que no garanticen la seguridad. No es descartable que no se pueda volver en todo el año 2020. Con los niños no se juega”.

La semana pasada en El Mostrador, la docente Javiera Henríquez publicó la columna de opinión “Profesores online al borde del colapso mental”, donde relata con detalles cómo es un ajetreado día del obligado trabajo a distancia de los maestros, una modalidad que debido a la pandemia no es descartable que se extienda por todo este año, como han admitido desde el mismo gremio.

Para el presidente del Colegio de Profesores, Mario Aguilar, lo que cuenta su colega en la  columna “simplemente refleja una realidad”. “Por supuesto que es frustrante lo que la colega describe, yo entiendo perfectamente esos sentimientos. Esto de las clases a distancia es muchísimo trabajo, un verdadero agobio, la gente no para desde la mañana hasta la noche”, cuenta.

Según el dirigente, en todo este proceso, el Gobierno ha quedado al debe, ya sea por falta de apoyo a los profesores, por decisiones burocráticas como las referentes al libro de clases o por mantener la evaluación docente. “Este Gobierno no solo no nos cuida, si no tenemos que andar nosotros cuidándonos de él”, acusa.

Con todo, Aguilar señala que pese a todas las dificultades, los profesores han desempeñado su trabajo lo mejor posible. “Hay mucho compromiso que es ético. Esta situación del teletrabajo en el caso de los docentes, legalmente es bien precario, es bien ambiguo. Pero la mayoría -o casi todos- han entendido que aquí hay una responsabilidad social y eso es lo que ha primado, a pesar de que hay muchas adversidades y hay muchos abusos”, señala.

Uno de estos problemas básicos por ejemplo, dice relación con internet, un elemento clave para las clases a distancia. “Cada uno de los profesores está pagando su internet, por ejemplo. Algunos colegas han tenido que aumentar el ancho de banda, porque tenían un plan básico, que ahora no sirve porque se usa el Zoom o se usan plataformas que requieren mejor calidad de internet. Uno puede decir ‘bueno, no es tanto,’ pero finalmente es un costo que no nos correspondería, que tendrían que asumirlo los empleadores, el Ministerio de Educación y no se está haciendo. Pero igual la gente responde y no ha abandonado a sus estudiantes de ninguna manera, eso no lo vamos a hacer”.

Por otro lado, hay que considerar la situación de los estudiantes, también marcada por las carencias, por lo que Aguilar plantea que este año se debiera flexibilizar las calificaciones. “Sería bastante injusto que califiques a un alumno que no ha tenido conexión a internet, o sería bien injusto que lo hicieras repetir solo porque no tuvo conexión a internet o en su casa no había forma de hacerlo. Por lo tanto, las calificaciones deberían obviarse por este año y después nivelarse el próximo año”, señala.

La «visión empresarial» del Mineduc

Otro foco de preocupación para los profesores es el de salud mental de sus asociados.  “Hay colectivos que han empezado a realizar trabajos de relajación, de desarrollo personal. En nuestro repositorio además hay bastante material pedagógico para apoyar a nuestros colegas, para tratar trastornos del sueño, técnicas de cómo enfrentar los temores, etcétera. Pero de arriba nada, es como que el tema no existiera para el Ministerio de Educación, o que no existiera para la Agencia de Calidad o la Superintendencia”.

Aguilar atribuye esa despreocupación a que en el Gobierno “tiene esa visión empresarial que nosotros hemos criticado mucho, esa visión de que ellos son los dueños del país y nosotros somos sus empleados, y que por supuesto hemos estado en discusión con eso. Lo discutimos el año pasado cuando tuvimos un largo paro y seguimos en discusión con esa lógica empresarial y gerencial con los que administran el país”.

Sin embargo, admite que hay un cambio de mano con la llegada de Raúl Figueroa al ministerio, en lugar de Marcela Cubillos. “Ella (Cubillos) es muy fanática ideológicamente, ella es de extrema derecha, tiene ese pensamiento duro, esa cosa muy autoritaria. Si bien Figueroa ideológicamente no es tan distinto, es un tipo con quien se puede interlocutar más fluidamente, tiene un trato distinto, no tiene esa prepotencia tan dura y ese autoritarismo tan amenazante de Cubillos”.

“No hay que gastar el tiempo en tonteras”

Pese a ello, los problemas con el Mineduc no amainan, y otro foco de conflicto es el oficio ministerial referido a los libros de clases. «El ministerio sacó esa circular famosa que planteaba una serie de trabajo administrativo, burocrático que normalmente es inútil, pero en este contexto es más inútil. Nosotros hemos llamado a la gente a que no gaste tiempo en tonteras, llenar el libro de clases en este contexto es lo más estúpido que hay, aunque después salió el ministerio un poco reculando, diciendo que no, que era opcional eso, que no era obligación”, cuenta.

Pero este tema administrativo no es el único que preocupa a os profesores, y Aguilar señala que se debe ir más allá y se debe suspender la evaluación docente. “El ministerio no ha accedido a suspenderla, pero hay un proyecto de ley de iniciativa parlamentaria que se está tramitando. (…) Nosotros creemos que se debe suspender y redestinar los fondos, es mucha plata la que se malgasta, derechamente hacerlo este año sería botar plata”.

Respecto a la vuelta a clases, el timonel del magisterio es enfático en que no están las condiciones “Piñera quería hacernos volver en mayo, porque ellos entienden los colegios como guarderías para que la gente pueda salir a trabajar. Pero no vamos a aceptar condiciones que no garanticen la seguridad en la salud, los mismos padres y apoderados no van a estar dispuestos a arriesgar a sus hijos. No es descartable que no se pueda volver en todo el año 2020. Con los niños no se juega”, finaliza.

Fuente: https://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2020/06/29/mario-aguilar-y-el-agobio-de-los-profesores-online-este-gobierno-no-solo-no-nos-cuida-sino-tenemos-que-andar-nosotros-cuidandonos-de-el/

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Organizaciones de la sociedad civil anuncian proceso de diálogo para reflexionar sobre la educación en Chile

Iniciativa, impulsada por más de 20 instituciones educativas, busca que los establecimientos y miles de personas autoconvocadas a nivel nacional, discutan y analicen los desafíos del sistema educacional.

América del Sur/Chile/Elmostrador.cl

Con el apoyo transversal de autoridades, organizaciones de la sociedad civil y líderes de opinión, este lunes se dio el puntapié inicial de “Tenemos que Hablar de Educación”, un espacio de diálogo y encuentro que busca posicionar a la educación como una temática relevante dentro de la agenda país y generar una hoja de ruta para el diseño de futuras políticas públicas.

El espacio es impulsado por Acción Colectiva, una alianza entre más de 20 organizaciones de la sociedad civil –comprometidas con una educación de calidad, equitativa e inclusiva–, y cuenta además con el apoyo de Fundación Mustakis y el respaldo de Unicef. Este proceso se enmarca dentro del proceso de diálogo “Tenemos que Hablar de Chile”, una plataforma de encuentro colaborativo de incidencia ciudadana impulsado por la Pontificia Universidad Católica y la Universidad de Chile.

“Nos encontramos en un periodo inédito a nivel mundial. En este contexto la educación juega un rol central. Hoy más que nunca es pertinente preguntarnos por el sentido y el tipo de educación que como sociedad estamos entregando a las presentes y futuras generaciones. A través de este proyecto buscamos que cientos de establecimientos educativos –representativos de todo el país– y miles de personas autoconvocadas puedan analizar y discutir los grandes desafíos en materia educacional”, destacó el director ejecutivo de Elige Educar, Joaquín Walker.

En la misma línea, la directora ejecutiva de la Fundación Educación 2020, Alejandra Arratia, relevó que “desde Acción Colectiva vemos que uno de los principales desafíos en materia de educación es articular esfuerzos desde los distintos sectores para promover una agenda de largo plazo, con mirada sistémica, que aborde los grandes desafíos que tenemos y así fortalecer la experiencia formativa y los aprendizajes de los y las estudiantes. En esto, creemos que la forma de hacerlo es con mayor colaboración, sumando esfuerzos colectivos, para lo cual espacios de diálogo y participación como el proceso Tenemos que hablar de Educación son fundamentales”.

Metodologías de participación

El proceso contempla distintas etapas de participación que se desarrollarán durante 2020 y 2021. La primera, se realizará a través de la Consulta Ciudadana disponible para todos y todas quienes estén interesados en participar en el sitio web de Tenemos que Hablar de Chile.

Por otro lado, los establecimientos educativos de todo el país podrán generar sus propios espacios de diálogo y reflexión, en sus establecimientos, a través de un kit de participación que podrán descargar desde el sitio web de Tenemos que Hablar de Educación. “Con este proceso buscamos levantar la voz de los protagonistas de la educación en Chile, las comunidades escolares. Son ellos quienes mejor conocen sus necesidades y oportunidades. Escuchando sus voces podremos pensar en la educación del mañana desde distintas realidades y contextos pedagógicos, lo que sumado a los contextos nacional, global e histórico, logra una mirada sistémica a los desafíos en educación”, puntualizó el director ejecutivo de Enseña Chile, Tomás Recart.

Respecto a la sistematización y análisis de los resultados de ambos procesos, la investigadora del CIAE de la Universidad de Chile y Premio Nacional de Educación, Beatrice Ávalos explicó que “este proceso de diálogo, nos permite evaluar lo que está sucediendo y a partir de allí diseñar la nueva enseñanza para todos y todas que recoja diferencias, promueva capacidades y ayude a superar las dificultades”.

Apoyo transversal

Respecto al proyecto, el rector de la Pontificia Universidad Católica, Ignacio Sánchez, recalcó la importancia de impulsar procesos de diálogo en materia educativa.

“Es a través de la educación que vamos a poder generar un nuevo encuentro y realidad social en nuestro país, por lo que a través de una amplia conversación se debe entender, analizar y ver el tipo de educación que queremos para las futuras generaciones. Una educación en la cual es clave la interacción entre la familia y los profesores, esta es una alianza que se debe fortalecer, a través del diálogo, el conocimiento y la interacción permanente”, expuso Ignacio Sánchez.

Por su parte, Ennio Vivaldi, rector de la Universidad de Chile afirmó que “el estallido social y la pandemia han hecho ineludible la necesidad de hacernos cargo de la desigualdad que existe en nuestro país. Es algo que Chile debe enfrentar de manera colectiva y todos tienen que ser invitados a sentirse parte del problema y de la solución. La educación, y sobre todo la educación pública, es la instancia clave para lograr esa cohesión social y ese sentimiento de ser parte de un proyecto compartido”.

Este proceso de diálogo y reflexión concluirá con una sistematización de las respuestas a cargo de la Universidad de Chile, generando los lineamientos para el diseño de futuras políticas públicas educativas.

Acción Colectiva por la Educación es una alianza entre organizaciones de la sociedad civil comprometidas con una educación de calidad, equitativa e inclusiva. Esta organización busca promover un esfuerzo colectivo capaz de generar una agenda educativa a largo plazo, trabajando con el Estado, independiente del gobierno de turno, desde el conocimiento y la experiencia en terreno, para generar un cambio educativo a gran escala.

Fuente: https://www.elmostrador.cl/agenda-pais/2020/07/13/organizaciones-de-la-sociedad-civil-anuncian-proceso-de-dialogo-para-reflexionar-sobre-la-educacion-en-chile/

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Profesores al borde de un ataque de nervios

Por: Carlos Pérez y Rosario Mendía.

Los más de 100 días de educación a distancia empiezan a tener consecuencias en los docentes a nivel nacional. Reportan que entre encuentros de Zoom y mensajes de WhatsApp en las horas más insólitas han empezado a experimentar cuadros de estrés, insomnio, caídas de pelo y problemas cutáneos. Coletazos de una nueva normalidad lejos de las aulas que, por lo menos para ellos, no parece tener mejoría en el corto plazo.


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Francisca es profesora jefe de prebásica en un colegio particular en Lo Barnechea. Hoy realiza 11 clases online a la semana, además de elaborar un cuadernillo, un video con ejercicios, guías para los alumnos, planificaciones semanales e informes para las familias. Normalmente, ella llegaba a las 7:50 a.m. al establecimiento y se iba a las 13:30 horas, menos un día que salía a las 5 p.m. “Ahora puedo estar hasta las dos de la mañana en el computador”, cuenta la docente, quien agrega que la pandemia le dio un giro radical a su rutina. “Quiero renunciar día por medio”, dice, más en serio que en broma.

”El primer mes y medio no dormía nada, de angustia, de no saber cómo funcionan las cosas, de no poder hacer participar a todos los niños, de no alcanzar a hacer las cosas”, confiesa Francisca. En julio, afirma, ya logra conciliar el sueño, pero todavía no descansa: “Me despierto en la mitad de la noche porque pienso, ‘¿agendé bien la clase?, ¿pedí los materiales correctos?’. O se me ocurren ideas, entonces me levanto de la cama y las anoto en post-it”, cuenta.

Testimonios como el de Francisca no son difíciles de encontrar en los establecimientos del país. La mayoría, eso sí, pide anonimato por temor a represalias, algo que se da sobre todo en colegios particulares pagados, donde la amenaza de los apoderados de dejar de pagar la mensualidad, por los cambios en el “servicio” entregado, han hecho que las escuelas les exijan a los docentes duplicar y a veces triplicar las clases en línea para así justificar el cobro.

Una encuesta hecha por el portal Educar Chile, respondida por 1.051 docentes y educadores entre el 19 de mayo y el 5 de junio, reveló que el 23% de ellos asocia la implementación de la educación a distancia con un estrés constante y un 20%, con aumento de presión.

“Mi sensación no es cansancio, es insipidez de sentir que estás haciendo lo mejor y le puedes dedicar toda tu cabeza, pero sientes que igual te quedas a medias”, dice la profesora Teresita Caraccioli.

“Como estado emocional, los profesores en general tienen preocupación y ansiedad”, explica la antropóloga Ana María Raad, exdirectora del portal Educar Chile y hoy al frente de EcosiSTEAM, un programa de la Universidad de Harvard para acelerar el aprendizaje. Para ella, esta realidad se da por la “combinación de rutinas, el aumento de la carga laboral y mucho tiempo de estarse adaptando y reinventándose sin mucha claridad tampoco de cuál es el siguiente paso”.

Teresita Caraccioli es profesora de Biología del Liceo Amanda Labarca, en Vitacura, donde hace clases en seis cursos entre quinto básico y cuarto medio y, también, lleva la jefatura de un segundo medio. Ella además de ser docente es madre de Tomás, de apenas un año, y cuenta que se despierta todos los días a hacer clases y organizar su material mientras su pareja cuida a su hijo. “Cuando uno está con él, el otro está trabajando y cuando el otro está trabajando, uno lo cuida. Y después hay que hacer las cosas de la casa: aseo, lavar la ropa, cambiar las sábanas…”, así dice que se le pasa el día.

Pero a pesar de que la suya es una rutina de locos, cree que el cuerpo no le ha pasado aún la cuenta: “Mi sensación no es cansancio, es insipidez de sentir que estás haciendo lo mejor y le puedes dedicar toda tu cabeza, pero sientes que igual te quedas a medias”.

La culpa

Raúl -quien no se llama así, pero pidió ser identificado con ese nombre- llegó en marzo desde Santiago a trabajar en un colegio subvencionado de Alto Hospicio. Si bien no era su principal motivación para irse de la capital, su nuevo plan de vida consideraba disfrutar de la playa y el clima de Iquique, pero nada fue así. “Pensaba meterme en un deporte playero, pero hoy sólo pensar en bajar a la playa me distrae”, cuenta, y agrega que desde que llegó a esta ciudad sólo pudo pisar un día la arena, un domingo de marzo cuando recién habían comenzado las clases.

“Ha sido muchísimo trabajo, yo diría que el doble o el triple de lo habitual”, opina Mario Aguilar, presidente del Colegio de Profesores.

En su establecimiento la mayoría son alumnos de escasos recursos, que muchas veces presentan problemas de conectividad en las clases a distancia. “Me estresa enseñar así, es una pega super de asistente social porque tienes que estar ‘persiguiendo’ a las familias, ya que hay algunas que tienen un montón de problemas. Hay mamás que me dicen que no tienen cómo conectarse a la plataforma del colegio, porque es pagar internet o la luz. ¿Cómo no le voy a decir que no se preocupe por las tareas de su hija?”, reconoce, al reflexionar sobre el escenario que ha extendido sus jornadas de trabajo. “Estoy viviendo con culpa. Cada vez que quiero ver una película ya son las 10 de la noche, pero estoy subiendo algo del colegio”, explica.

Este tipo de reportes han llegado al Colegio de Profesores. Según Mario Aguilar, presidente del organismo, esto sucede porque nadie -ni el Ministerio de Educación ni los sostenedores ni los profesores ni los alumnos-, estaba preparado para la educación a distancia, lo que ha resultado en más trabajo para los docentes. “En los hechos, el profesor trabaja y sigue conectado a veces hasta altas horas de la noche, porque hay familias donde los padres trabajan y en la noche recién pueden consultar, llamar, enviar un WhatsApp o un correo electrónico y hay que responder. Ha sido muchísimo trabajo, yo diría que el doble o el triple de lo habitual”, opina Aguilar.

El dirigente dice que si bien no manejan cifras sobre la incidencia del estrés o de licencias médicas en el profesorado, éstas deberían aumentar en relación con el período anterior a la pandemia. “Preliminarmente, me atrevería a decir que va a haber un alza en las tasas habituales de licencias médicas porque se está reportando muchísimo estrés, agobio, agotamiento y cansancio”, comenta.

Alguien que podría engrosar este registro es Alejandra, guía de salón -algo así como la profesora jefe- en el preescolar de un colegio Montessori del sector oriente de Santiago. Ahí ha debido adaptarse, modificando su metodología de educación a la pantalla y lidiando con padres que reclaman que el trabajo que hace es insuficiente para educar a sus hijos, una dinámica que ha impactado en su salud. “Me ha generado un montón de alergias, me ha dado dermatitis nerviosa, se me empezó a caer el pelo, duermo mal todas las noches y tengo como un cansancio generalizado”, reconoce la docente, quien para contrarrestar estos problemas comenzó a meditar y a hacer rutinas de ejercicios de media hora.

”Creemos que el uso de las tecnologías de teletrabajo va a generar también un compromiso mayor de la salud mental de los profesores”, opina Dante Castillo.

Ella dice que detenerse tampoco es una alternativa, porque de la dirección del colegio le piden atender las solicitudes de los padres sin mucha posibilidad de queja. “Al final tengo la presión de que esto tiene que salir sí o sí porque necesito la pega. Esa es una de las grandes presiones que tenemos hoy los profesores porque nadie puede decirle que no al trabajo”, explica.

Si bien no existen cifras sobre el momento de la salud mental de los profesores, pronto las habrá gracias a un estudio pedido por el Colegio de Profesores y que está realizando el sociólogo y doctor en educación Dante Castillo, director del Centro de Estudios e Investigación Enzo Faletto de la Facultad de Humanidades de la Usach. Ahí medirán dos tipos de expresiones sicosociales en los docentes: la tecnoansiedad -la vinculación emocional con el uso de las tecnologías- y la tecnofatiga -los sentimientos de cansancio y agotamiento mental y cognitivo asociados a su uso-.

Las preguntas se les están haciendo llegar actualmente a profesores de educación básica y media de establecimientos municipalizados, subvencionados y particulares pagados y los resultados que serán publicados durante este mes serán homologables a trabajos que se están haciendo en universidades de España, Francia y Brasil. Castillo cuenta que hizo un estudio preliminar en noviembre del año pasado, en el contexto del estallido social cuando algunos establecimientos debieron recurrir a clases online. Los resultados mostraron que un 11% de los docentes manifestó algún tipo de patología de alta intensidad. O sea, estaba tecnoansioso o tecnofatigado.

”En este nuevo estudio, el porcentaje de profesores con alguna patología va a ser mayor por temas de agotamiento emocional. Creemos que el uso de las tecnologías de teletrabajo va a generar también un compromiso mayor de la salud mental de los profesores”, opina Castillo, y explica que este instrumento lo están pensando para prepararse y adelantar los escenarios para cuando ocurra la vuelta a clases presenciales.

Jorge Poblete, subsecretario de Educación, dice que en el ministerio están periódicamente levantando las inquietudes y preocupaciones de la comunidad educativa. “Los cambios y adaptaciones que han tenido que hacer los profesores durante este período nos han impulsado a realizar diversas iniciativas de contención y apoyo socioemocional para nuestros docentes”, explica.

En ese sentido, destaca que la semana pasada lanzaron la “Bitácora para el Autocuidado Docente”, una herramienta de trabajo personal, voluntario y autónomo para que los profesores puedan desarrollar su propio aprendizaje socioemocional. “Esta herramienta también ayuda a la regulación de las emociones y entrega recomendaciones específicas para trabajar la motivación, la recuperación de energías y, así, avanzar hacia el bienestar socioemocional”, dice Poblete. Esta medida se suma a un ciclo de conferencias online lanzadas hace algunos meses por el ministerio y que están destinadas específicamente al desarrollo socioemocional de todos los actores de la comunidad educativa.

En esa cancha emocional le ha tocado jugar mucho en estos meses a Isabel, profesora de prebásica en un colegio en Cerro Navia, que, además de las actividades académicas, tiene que llamar por rutina una vez a la semana a los apoderados de sus 28 alumnos. “El otro día me llamó una apoderada a las 20:30 horas y yo pensé que era por algo importante porque lloraba y lloraba, pero era para contarme algo nada que ver, sobre un accidente de tránsito”, recuerda la docente y agrega otra “anécdota” sobre lo mismo: “Me pasó con una apoderada que me decía ‘tía, yo estoy super mal emocionalmente, mi hijo me ve mal y él también está estresado’. Ahora me di cuenta de que tengo que estar preguntando cómo está el niño y cómo está él o ella, porque de eso también depende el aprendizaje de mi alumno”.

Para Ana María Raad, esa responsabilidad emocional es otro de los factores que se suma al cansancio de los docentes. “En este momento también se ha potenciado o amplificado ese rol porque también están haciendo de resorte emocional con los niños y de la comunicación con las familias”, afirma la experta.

”Hay muchos papás que dicen ‘para eso te pago, lo mínimo es que hagas algo’… ¿Los colegios? Toman una postura de servicio al cliente, de ‘estamos para servirle’. Las decisiones de aumentar las clases en línea las toman por estos reclamos, jamás se ha hecho una encuesta al profesorado, pero sí a los apoderados”, dice Paula.

Isabel cuenta que no duerme bien, termina de trabajar y a las 19:00 horas empiezan los WhatsApp de los papás que le envían las tareas y muchas veces le piden consejos. Dice que duerme en la pieza que convirtió en una sala de clases y que habla con sus amigos por donde mismo se comunica con los apoderados. “No hay separación de trabajo y vida privada”, se queja.

El cliente siempre tiene la razón

Paula enseña Lenguaje y Ciencias Sociales a niños de segundo y tercero básico en un colegio particular de Las Condes, y tiene claro cuál ha sido su mayor problema en este período: “Me causa una contradicción hacer clases a través de una pantalla; estoy violando mis principios porque sé que no les hace bien a los niños”, dice, y después detalla un trance que han vivido muchos profesores de colegios privados. Cuenta que partieron con dos clases online a la semana, pero los apoderados reclamaron argumentando que no estaban recibiendo un servicio al nivel de lo que pagaban y un día el gerente de finanzas del establecimiento los llamó a una reunión.

”Comparó la situación del colegio con la de Latam. ‘¿Vieron lo que pasó ahí? Nosotros no quisiéramos llegar a algo así’, nos dijo. Fue una especie de amedrentamiento que me pareció super evidente”, recuerda la docente al referirse a una situación que, según afirman algunos profesores, ha ocurrido en varios establecimientos. “Hay muchos papás que dicen ‘para eso te pago, lo mínimo es que hagas algo’… ¿Los colegios? Toman una postura de servicio al cliente, de ‘estamos para servirle’. Las decisiones de aumentar las clases en línea las toman por estos reclamos, jamás se ha hecho una encuesta al profesorado, pero sí a los apoderados. Nadie nos ha preguntado nuestra opinión como expertos en educación sobre tener a niños de tercero básico 45 minutos frente al computador. Pero al cliente sí se le pregunta”, alega Paula.

Desde el Colegio de Profesores, Mario Aguilar dice que se trata de un fenómeno que han visto recurrentemente. “Hay colegios pagados que tratan de mantener la ‘clientela’ o el ‘servicio’, que son dos conceptos que para mí están muy distorsionados respecto de lo que debe ser la educación. Han ejercido muchísima presión hacia el profesorado para que responda mensajes a toda hora y estar poco menos que 24/7 conectado y disponible”, opina.

“Llevamos cuatro meses en este ritmo, después de tener unas vacaciones ridículas que se pusieron cuando no eran necesarias. ¡Las necesito ahora!”, comenta Pilar, profesora.

Esta mirada más economicista de la educación es denunciada por algunos docentes. Francisca -la profesora de un colegio de Lo Barnechea con que partía el artículo-, recuerda que “al principio teníamos cuentas de Zoom gratis y a la media hora se nos cortaba la clase, entonces no alcanzábamos a despedirnos o a explicarles algo a los niños”. Si la clase se acababa sorpresivamente las profesoras enviaban un mensaje a los apoderados pidiendo disculpas y un mensaje de despedida a los niños para que entendieran que se terminaba la clase. Aunque a los receptores, esto no siempre les caía bien. “Las que ponen la cara para todos esos errores somos nosotras. Entonces, nos dicen que las profesoras cortamos las clases, cuando es el colegio el que no es capaz de pagar Zoom; que las profesoras son las que agendan mal las clases, cuando en realidad la plataforma es la que falla; que los niños se aburren porque la rutina es todo el rato igual, cuando el colegio no nos permite hacer más clases u ocupar otras herramientas”, se queja.

Ana María Raad dice que la visión de los educadores en Latinoamérica es bastante distinta a la del mundo anglosajón y al europeo. “Ahí tienen un reconocimiento, una admiración y una valoración de la profesión de los docentes. Aquí estamos acostumbrados a tener una relación más bien de exigencia de servicios educativos y muy poca comprensión del rol del profesor”, explica.

Ante esta presión han surgido iniciativas como la campaña #RecesoPedagógico, iniciada desde organizaciones de docentes, con el argumento de que las vacaciones de invierno que fueron adelantadas por el Ministerio de Educación y que se extendieron entre el 13 y el 24 de abril no sirvieron para aplacar el cansancio de los docentes.

Una de las que plantea eso es Pilar, profesora de Arte en un colegio de Las Condes. “Llevamos cuatro meses en este ritmo, después de tener unas vacaciones ridículas que se pusieron cuando no eran necesarias. ¡Las necesito ahora! En otros colegios van a dar semanas, pero sin avisarles a los papás porque si no, van a alegar. Ojalá que este artículo remueva el alma de las personas y digan: ‘es que se lo merecen’”, exhorta la docente.

“Hay que darle certidumbre al sistema. Tanta incertidumbre es parte del agotamiento, porque no se sabe si se vuelve o no; eso genera un estrés adicional muy fuerte”, opina Aguilar.

Según Raad, este cansancio del profesorado es una realidad mundial, tal como lo reportó un estudio hecho por la Universidad de Harvard con la OCDE que dio cuenta de profesores sobrepasados en distintos países. “No hay una disposición ministerial respecto a las vacaciones y hoy hay colegios que han decidido entregar unos días y otros que no lo han hecho, pero ahí no tengo una respuesta oficial. Lo que sí está clarísimo es que se requiere por lo menos un tiempo de descanso, no sólo para los niños, sino para los profesores. Eso es transversal a los colegios privados y públicos, porque cuando se tomó la decisión de adelantar las vacaciones de invierno no se veía este escenario en julio”, opina la antropóloga.

En ese sentido, desde el Colegio de Profesores explican que ya le hicieron una petición formal al Ministerio de Educación para que se concrete un receso durante este mes. El subsecretario Poblete afirma que “los establecimientos educacionales tienen la posibilidad, dentro de un marco flexible, de adecuar sus actividades durante el período de cuarentena. Esto podría significar, por ejemplo, un cambio de actividades, jornadas de reflexión del cuerpo docente, actividades de contención socioemocional, entre otras”.

Raad dice que hay una expectativa de que se dé una señal más formal o institucional con respecto a las vacaciones de invierno, “aunque eso signifique que el año escolar va a durar más tiempo, pero en realidad se recomienda llegar a puerto en buenas condiciones que hacerlo todos reventados”. Aguilar alude a otra razón importante para una nueva detención de las clases: disminuir la incertidumbre. “Hay que darle certidumbre al sistema. Tanta incertidumbre es parte del agotamiento, porque no se sabe si se vuelve o no; eso genera un estrés adicional muy fuerte”, comenta el presidente del Colegio de Profesores.

Un agotamiento al que no se acostumbran los docentes y que algunos aseguran les ha dejado un “trauma”. Pilar -la profesora de Arte de un colegio de Las Condes- cuenta que a pesar de los vaivenes que han tenido en los últimos meses aún tienen formas de distraerse. En su caso se reúne virtualmente algunas noches con otras docentes a través de videollamada, un canal que no a todas les gusta: “Tengo una amiga que es del grupo y siempre le aviso que nos vamos a juntar por Zoom, pero me responde ‘llevo 12 horas frente a la pantalla, por favor no hagamos un encuentro por ahí… no quiero saber de Zoom ni de Meet ni de nada’. Así estamos”.

Fuente del artículo: https://www.latercera.com/tendencias/noticia/profesores-al-borde-de-un-ataque-de-nervios/TC4ZS5LEVZBO5A7FVR7KH6AOVM/

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Organizaciones de la sociedad civil anuncian proceso de diálogo para reflexionar sobre la educación en Chile

América del Sur/ Chile/ 14.07.2020/ Fuente:

Iniciativa, impulsada por más de 20 instituciones educativas, busca que los establecimientos y miles de personas autoconvocadas a nivel nacional, discutan y analicen los desafíos del sistema educacional.

Con el apoyo transversal de autoridades, organizaciones de la sociedad civil y líderes de opinión, este lunes se dio el puntapié inicial de “Tenemos que Hablar de Educación”, un espacio de diálogo y encuentro que busca posicionar a la educación como una temática relevante dentro de la agenda país y generar una hoja de ruta para el diseño de futuras políticas públicas.

El espacio es impulsado por Acción Colectiva, una alianza entre más de 20 organizaciones de la sociedad civil –comprometidas con una educación de calidad, equitativa e inclusiva–, y cuenta además con el apoyo de Fundación Mustakis y el respaldo de Unicef. Este proceso se enmarca dentro del proceso de diálogo “Tenemos que Hablar de Chile”, una plataforma de encuentro colaborativo de incidencia ciudadana impulsado por la Pontificia Universidad Católica y la Universidad de Chile.

“Nos encontramos en un periodo inédito a nivel mundial. En este contexto la educación juega un rol central. Hoy más que nunca es pertinente preguntarnos por el sentido y el tipo de educación que como sociedad estamos entregando a las presentes y futuras generaciones. A través de este proyecto buscamos que cientos de establecimientos educativos –representativos de todo el país– y miles de personas autoconvocadas puedan analizar y discutir los grandes desafíos en materia educacional”, destacó el director ejecutivo de Elige Educar, Joaquín Walker.

En la misma línea, la directora ejecutiva de la Fundación Educación 2020, Alejandra Arratia, relevó que “desde Acción Colectiva vemos que uno de los principales desafíos en materia de educación es articular esfuerzos desde los distintos sectores para promover una agenda de largo plazo, con mirada sistémica, que aborde los grandes desafíos que tenemos y así fortalecer la experiencia formativa y los aprendizajes de los y las estudiantes. En esto, creemos que la forma de hacerlo es con mayor colaboración, sumando esfuerzos colectivos, para lo cual espacios de diálogo y participación como el proceso Tenemos que hablar de Educación son fundamentales”.

Metodologías de participación

El proceso contempla distintas etapas de participación que se desarrollarán durante 2020 y 2021. La primera, se realizará a través de la Consulta Ciudadana disponible para todos y todas quienes estén interesados en participar en el sitio web de Tenemos que Hablar de Chile.

Por otro lado, los establecimientos educativos de todo el país podrán generar sus propios espacios de diálogo y reflexión, en sus establecimientos, a través de un kit de participación que podrán descargar desde el sitio web de Tenemos que Hablar de Educación. “Con este proceso buscamos levantar la voz de los protagonistas de la educación en Chile, las comunidades escolares. Son ellos quienes mejor conocen sus necesidades y oportunidades. Escuchando sus voces podremos pensar en la educación del mañana desde distintas realidades y contextos pedagógicos, lo que sumado a los contextos nacional, global e histórico, logra una mirada sistémica a los desafíos en educación”, puntualizó el director ejecutivo de Enseña Chile, Tomás Recart.

Respecto a la sistematización y análisis de los resultados de ambos procesos, la investigadora del CIAE de la Universidad de Chile y Premio Nacional de Educación, Beatrice Ávalos explicó que “este proceso de diálogo, nos permite evaluar lo que está sucediendo y a partir de allí diseñar la nueva enseñanza para todos y todas que recoja diferencias, promueva capacidades y ayude a superar las dificultades”.

Apoyo transversal

Respecto al proyecto, el rector de la Pontificia Universidad Católica, Ignacio Sánchez, recalcó la importancia de impulsar procesos de diálogo en materia educativa.

“Es a través de la educación que vamos a poder generar un nuevo encuentro y realidad social en nuestro país, por lo que a través de una amplia conversación se debe entender, analizar y ver el tipo de educación que queremos para las futuras generaciones. Una educación en la cual es clave la interacción entre la familia y los profesores, esta es una alianza que se debe fortalecer, a través del diálogo, el conocimiento y la interacción permanente”, expuso Ignacio Sánchez.

Por su parte, Ennio Vivaldi, rector de la Universidad de Chile afirmó que “el estallido social y la pandemia han hecho ineludible la necesidad de hacernos cargo de la desigualdad que existe en nuestro país. Es algo que Chile debe enfrentar de manera colectiva y todos tienen que ser invitados a sentirse parte del problema y de la solución. La educación, y sobre todo la educación pública, es la instancia clave para lograr esa cohesión social y ese sentimiento de ser parte de un proyecto compartido”.

Este proceso de diálogo y reflexión concluirá con una sistematización de las respuestas a cargo de la Universidad de Chile, generando los lineamientos para el diseño de futuras políticas públicas educativas.

Acción Colectiva por la Educación es una alianza entre organizaciones de la sociedad civil comprometidas con una educación de calidad, equitativa e inclusiva. Esta organización busca promover un esfuerzo colectivo capaz de generar una agenda educativa a largo plazo, trabajando con el Estado, independiente del gobierno de turno, desde el conocimiento y la experiencia en terreno, para generar un cambio educativo a gran escala.

Fuente de la noticia: https://www.elmostrador.cl/agenda-pais/2020/07/13/organizaciones-de-la-sociedad-civil-anuncian-proceso-de-dialogo-para-reflexionar-sobre-la-educacion-en-chile/

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