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Vallejo: «La violencia digital es tan grave como otros tipos de violencia contra la mujer»

Por: Matias Rojas

La ministra secretaria general de Gobierno, Camila Vallejo, participó en acto de ONU Mujeres sobre «innovación y tecnología para la igualdad de género», donde se explayó sobre cómo se reproducen las discriminaciones sistemáticas en el mundo virtual.

Enmarcado en las conmemoraciones por el Día Internacional de las Mujeres, la vocera de GobiernoCamila Vallejo asistió al panel «Por un mundo digital inclusivo: innovación y tecnología para la igualdad de género” organizado por ONU Mujeres.

La actividad se desarrollo en el Centro Cultural GAM, donde la ministra Vallejo afirmó que  la violencia digital contra las mujeres “es parte de la discriminación sistemática que hemos vivido en todos los ámbitos de nuestras vidas a lo largo de la historia, y se origina, de forma interconectada, con las desigualdades salariales, con las discriminaciones de clase o por el color de nuestra piel, con la división sexual del trabajo…».

Además, la secretaría de Estado señaló que el anonimato en el mundo digital también alimenta los ataques y la discriminación. “Este tipo de violencia es tan de grave como los otros tipos de violencia que existen hoy contra la mujer, y no podemos ni debemos bajarle el perfil”.

Siguiendo ese punto, la ministra Vallejo afirmó que como país “tenemos que caminar hacia un marco común que ayude a enfrentar de manera conjunta el problema de la violencia de género, haciendo valer las responsabilidades que tienen hoy en día las plataformas, en un esfuerzo mancomunado entre el Estado, la sociedad civil y el mundo privado”.

Otra asistente al panel fue la ministra de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Silvia Díaz, quien se refirió a los desafíos que traen consigo las nuevas plataformas.

«Los algoritmos que puntúan nuestra cotidianidad digital reproducen los patrones de discriminaciones del mundo físico, porque están alimentados y construidos con datos que reflejan las desigualdades de género actuales«, afirmó.

Fuente de la información e imagen: https://www.eldesconcierto.cl

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Colombia: La educación como derecho y herramienta para la equidad de género

Editorial de la Ministra Aurora Vergara Figueroa

La educación es una valiosa herramienta de la sociedad para romper las barreras y disminuir las brechas y sesgos en torno al género. Si bien, en Colombia la inequidad y las violencias basadas en género son un problema estructural, desde el Ministerio de Educación Nacional nos hemos puesto la misión de aunar esfuerzos con las instituciones educativas, públicas y privadas, para garantizar que los entornos escolares sean lugares seguros, donde se reconoce la dignidad de cada persona y se desarrollan protocolos y acciones de prevención y atención permanentes para hacerle frente a cualquier tipo de violencia o discriminación. Queremos que las instituciones de educación sean territorios de conocimiento, inclusión y de paz.

Bajo este propósito, tenemos claro que la educación tiene tres retos: el primero, es de carácter social y cultural, y nos pone la tarea de educar a nuestros niños y niñas desde el reconocimiento de las diversidades, con el propósito de garantizar que desde el inicio de los procesos de formación se fortalezca una cultura del respeto por la dignidad humana, que ayude a modificar las prácticas y estereotipos de género anclados históricamente en un sistema patriarcal.

El segundo reto está asociado a la transformación de las metodologías de enseñanza y aprendizaje, y nos invita a replantear la forma como estamos educando a los jóvenes. Es necesario analizar y evaluar las estrategias pedagógicas que utilizamos para romper, a través del lenguaje y la comunicación, las prácticas discriminatorias. Asimismo, revisaremos con las instituciones educativas cómo incluyen el enfoque de género en los contenidos curriculares y en las prácticas dentro y fuera del aula.

El tercer reto está enfocado hacia la implementación de acciones y estrategias que permitan el acceso, la permanencia y la graduación en condiciones de igualdad. Hoy sabemos que el acceso, e incluso la tasa de graduación en educación, es mucho más alta en mujeres. No obstante, la permanencia puede ser más compleja para las mujeres, justamente por los estereotipos y roles que se han asignado culturalmente, las tareas asociadas al cuidado, la dificultad en el acceso a programas de posgrado y los obstáculos en el ingreso al mundo laboral, entre otras problemáticas.

Según datos de la UNESCO, menos de una cuarta parte de los estudiantes de ingeniería, industria y construcción, o tecnologías de la información y las comunicaciones son mujeres. A esto se suma la influencia de barreras culturales, tales como el hecho de que las áreas STEM (acrónimo inglés para referirse a ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) se perciban como disciplinas «masculinas», mientras que áreas de educación, salud, artes, humanidades y ciencias sociales se asocian con habilidades sociales que se consideran «femeninas». Bajo ese contexto, la selección de títulos y campos de estudio explica la diferencia de ingresos entre hombres y mujeres graduados y graduadas de la educación superior.

Para afrontar estos retos, la apuesta está en construir políticas educativas que partan desde el enfoque de derechos e incorporen la perspectiva de género como una ruta hacia la equidad, teniendo en cuenta la complejidad de los territorios y de las comunidades que los habitan.

Es necesario incentivar, desde la educación inicial, la participación de las niñas en la ciencia, las matemáticas, la tecnología, las ingenierías y la innovación. Transformar las prácticas culturales y pedagógicas para desarrollar no solamente capacidades académicas, sino emocionales y de relacionamiento social, que les permitan descubrir las vocaciones hacia los programas STEM.

Desde el Ministerio de Educación Nacional implementaremos políticas que conduzcan a la equidad género, faciliten el acceso de las mujeres a programas de investigación en igualdad de condiciones y fomenten el acceso a maestrías y doctorados sin obstáculos ni barreras.

https://www.mineducacion.gov.co/portal/micrositios-institucionales/Dia-de-la-Mujer-2023/414314:La-educacion-como-derecho-y-herramienta-para-la-equidad-de-genero

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Chile: Feminismo y educación. Una oportunidad para detener la violencia en las escuelas

por Aschly Elgueda – Marcela Vargas – Irma Díaz

En Chile la crisis de la educación es evidente: La deserción de más de 40.000 estudiantes en 2021 y el déficit docente de casi el 19% de profesoras/es que se requerirán para el 2025 son síntoma de la deuda de la democracia con el derecho a la educación, con quienes nos desempeñamos en ella y con las comunidades educativas: estudiantes y sus familias. Para las familias también es evidente: Un 97,7% de los padres, madres y/o apoderados consideran que la violencia escolar en el sistema educativo en Chile es un problema grave o muy grave: No es viable ignorar estos problemas. Nosotras sostenemos que tampoco podemos resolverlos ni comprender las dificultades que tienen estudiantes, trabajadoras y familias, sin una perspectiva feminista y crítica de género. Así como no es posible avanzar en las demandas del movimiento feminista sin transformar la educación.

Según la ONG internacional Bullying Sin Fronteras, entre los años 2020 y 2021 hubo un aumento de un 40% de las denuncias por maltratos físicos y psicológicos en los establecimientos educacionales, pasando de 3.760 casos a 5.934. Las profesoras sabemos que la palabra “bullying” esconde temas como violencia de género, racismo o transfobia. Las tareas domésticas y de cuidado son una de las principales razones de la deserción escolar y las niñas y jóvenes más pobres son las que tienen mayor riesgo de abandonar sus estudios. Entre 2005 y 2015, más de 10 mil niñas menores de 15 años fueron madres. Sin embargo, la Educación Sexual en Chile comienza recién a los 14 o 15 años, cuando inicia la educación media y con un foco esencialmente preventivo-biologicista.

La conmemoración del 8 de marzo en las escuelas es una oportunidad para reflexionar sobre la desigualdad y las violencias que impactan a niñas, jóvenes y mujeres y sobre cuál es el compromiso de las escuelas frente a este problema. La escuela como institución tiende a ser un lugar de producción, pero también de reproducción de ciertas prácticas y saberes entendidos como establecidos y naturalizados en el espacio social y público y que, muchas veces, los espacios educativos reproducen. Ejemplo de esto es la violencia hacia las mujeres y disidencias sexuales y de género, reforzando un reflejo de lo social en la escuela, de cómo se relacionan los cuerpos en función de su sexo – género.

Detener la violencia en las escuelas, por lo tanto, no sólo es construir comunidades educativas más seguras, sino también una sociedad más justa. Para esto, es necesario que las familias se involucren en las relaciones de enseñanza y aprendizaje, no como árbitros, jueces o clientes, sino como miembros de la sociedad civil que confían y se comprometen con una educación que transforme el futuro de sus hijos e hijas. Una educación que ofrezca igualdad de oportunidades o que sea inclusiva, como demandan muchas familias, no puede ser sexista: Al contrario, una educación libre de sexismo es el camino hacia una real transformación y una oportunidad para intervenir y detener la violencia de los espacios escolares, arraigada en la diferencia sexual y de género. De esta manera, se pone de manifiesto la desigualdad al habitar el espacio social y público en general, y en particular, el espacio educativo, las aulas.

Tenemos la convicción de que una educación libre de violencias es posible y que una educación feminista no sólo es una herramienta que permite vidas libres de violencia en las salas de clase, sino que además reestructura, desde los cimientos, la sociedad en su totalidad. Para transformar la escuela no bastan hitos aislados o simbólicos. Hay maneras concretas que hemos propuesto hace años desde las luchas feministas: un currículum no sexista que visibilice el rol de las mujeres en las distintas áreas, la formación de docentes y de la comunidad educativa en temáticas de violencia sexual y de género, la elaboración de protocolos de género en todas las instituciones educativas y, por supuesto, una ley de Educación Sexual Integral (ESI), la cual podría integrar todas estas demandas.

Apelamos por una ESI que incorpore la afectividad como un elemento central, puesto que educar en relaciones respetuosas y seguras es condición para abordar la violencia. Hablar con y desde el consentimiento es urgente, para no volver a poner en duda la palabra de quien es víctima de la violencia sexual y/o de género. Una educación que comprenda la interacción estudiante-escuela con principios mínimos e internacionalmente aceptados, como son los Derechos Humanos, el derecho a la vida, el derecho a la dignidad.  Quienes se oponen a abordar estos temas son los mismos sectores que han empobrecido las escuelas y que hoy usan los problemas de familias, estudiantes y profesoras para sacar provecho político, diciendo que son problemáticas para abordar en lo privado y no en lo público.

Las escuelas como espacios de socialización secundaria, luego de la familia, se constituyen como núcleo de la reproducción de la violencia hacia mujeres y disidencias sexuales y de género. Pero también vemos las escuelas como espacios de resistencia, de revolución cotidiana, en donde cada día está en nuestras manos la posibilidad de cambiarlo todo. A 50 años del Golpe de Estado que permitió la privatización de la educación en Chile, no olvidamos a las profesoras, asistentes de la educación y estudiantes que lucharon y luchan contra los discursos y políticas que heredamos de la dictadura, y que persisten hasta el día de hoy como una deuda de la democracia con la educación.

Soñamos con desbordar los márgenes que condicionan los caminos de infancias y juventudes con identidades diversas, con orígenes e intereses diversos. En nuestras aulas como trinchera, deseamos nuevas generaciones sin sesgos de género, con foco en los derechos humanos, donde nos eduquemos permanentemente para abolir todo tipo de violencia, como un compromiso que atraviesa a todas las comunidades. Para que nunca más tengamos que lamentar que una estudiante no llegue sana y salva a su hogar o los suicidios de infancias y juventudes a quienes no se les reconoció el derecho a la identidad, el derecho a ser diferentes, a ser disidentes y existir.

Aschly Elgueda, Marcela Vargas, Irma Díaz
Red Docente Feminista (REDOFEM)

Feminismo y educación: Una oportunidad para detener la violencia en las escuelas

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Colombia: Petro se compromete con Fecode a reformar los recursos de la educación

El presidente Gustavo Petro se reunió este lunes 6 de marzo con los directivos de la Federación Colombiana de Trabajadores de Educación (Fecode), quienes le presentaron el pliego de peticiones del magisterio, el cual fue radicado la semana pasada el día de las marchas protagonizadas por los docentes del país.

Tras la reunión, la ministra de Educación designada, Aurora Vergara, y el presidente de Fecode, Carlos Rivas, presentaron las conclusiones de dicho encuentro.“Reflexionamos sobre la importancia de garantizar que mayor número de estudiantes ingresen en condiciones de calidad al sistema de educación, escuchamos sus preocupaciones, el apoyo que manifiestan al trabajo que estamos desarrollando y la importancia de generar espacios de diálogo y trabajo conjunto. Conversamos de la necesidad de proteger la vida de los profesores y profesoras que tanto lo requieren en distintos territorios del país”, dijo la jefe de la cartera educativa.

A propósito, Rivas mencionó las conclusiones de la conversación, destacando la decisión por parte del presidente Petro de radicar en el segundo semestre la reforma al Sistema General de Participaciones (SGP), el cual reúne el 58 por ciento de los recursos destinados a la educación. De ellos dependen, entre otras cosas, el salario y los ascensos del magisterio, la ampliación y creación de nuevas sedes educativas y el Programa de Alimentación Escolar.

“Le planteamos la necesidad de que en el Plan Nacional de Desarrollo apareciera la reforma al SGP, en especial las modificaciones a los artículos 356 y 357. Lo que él dice es que está de acuerdo con la reforma, pero pide que se radique en el segundo semestre del año para incluir los temas de agua potable, saneamiento básico y salud, en el entendido de que avance la reforma a la Salud”, señaló Rivas.

En cuanto a los ascensos y reubicaciones de maestros, se acordó abordar el tema en la mesa de negociación que inicia el 9 de marzo entre el magisterio y el Ministerio de Educación a propósito del pliego de peticiones.

En dichos encuentros también se tratarán otros temas como la nivelación salarial, la protección de los maestros que han sido objeto de amenazas y hostigamientos (de la mano de la Unidad Nacional de Protección – UNP), entre otros.

“Estamos complacidos de que al Ministerio de Educación llegue una mujer de las cualidades de Aurora Vergara. Con ella vamos a hacer una sinergia para ayudar a transformar la educación pública de calidad”, finalizó Rivas.

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UNICEF: Una crianza para la prevención de la violencia y la promoción del derecho #BuenTrato

Una crianza para la prevención de la violencia y la promoción del derecho #BuenTrato

Descubre sobre una herramienta de consulta en materia de crianza y prevención integral de la violencia

Puntos destacados

Esta publicación está dedicada a todos los cuidadores y cuidadoras que desde el hogar desean tener una herramienta de consulta en materia de crianza y prevención integral de la violencia. Aquí se consigue material que ayuda a cambiar conocimientos, actitudes y prácticas. Construyendo una nueva matriz de conceptos y las fortalezas.

Ser padre o madre no siempre es fácil. Cuando se trata de la no violencia y de sus hijos, usted probablemente suela cuestionarse a sí mismo. La intención de la creación de este manual es que su utilización sirva para orientar en la crianza basada en la promoción del derecho al buen trato, pasando por los puntos vitales que implican la práctica de la no violencia.

Es prioridad empezar desde que son pequeños, enseñándoles a cuidar su cuerpo, su persona, a valorarse, saber lo que está bien y lo que está mal. Sin embargo, aún en los hijos e hijas más grandes hay una misión muy importante, acompañarles y enseñarles estrategias para rechazar actitudes irresponsables, presión de grupo, y la formación de un autoconcepto sano para marcar el camino hacia su propio futuro.

El maltrato infantil se puede prevenir, para esto es importante que madres, padres, cuidadores (as), entiendan los procesos que viven sus hijos, de lo contrario es común interpretar algunas conductas de ellos como falta de cooperación o agresividad.

Autor: UNICEF VENEZUELA
Fuente de la Información: https://www.unicef.org/venezuela/media/501/file

 

 

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Perú: Formación profesional con responsabilidad social, un compromiso con el mundo

Formación profesional con responsabilidad social, un compromiso con el mundo

Silvia Campodonico

Más allá del éxito individual, un profesional socialmente responsable actúa éticamente y toma decisiones que beneficien a la sociedad en su conjunto. Ese es el tipo de líderes que necesitamos.

¿A qué tipo de personas nos gustaría entregar nuestras empresas, comunidades, países y mundo? Para responder a esta pregunta elaboré el perfil de un líder ideal. Le atribuí una carrera con gran influencia en el futuro, amplios conocimientos en temas políticos, económicos y sociales, excelentes capacidades de gestión, las mejores habilidades técnicas y blandas, talentos y mucho más. Sin embargo, advertí que había construido una criatura de Frankenstein que no terminaba de encajar. Finalmente, luego de mucha reflexión entendí que solo necesitaba cumplir una característica: ser socialmente responsable.

Por muchos años, y hasta hoy, la educación en nuestro país ha estado enfocada en formar profesionales con conocimientos y habilidades que les permitan ser más competitivos y eficientes en el mercado laboral, para alcanzar “éxito” económico como meta superior. Hasta cierto punto, este sistema ha impulsado nuestro progreso. No obstante, pienso que también ha automatizado nuestras vidas, haciéndonos más individualistas y desconectándonos de los problemas que nos rodean.

Por tanto —frente a todas las crisis políticas, económicas, sociales y ambientales que nos aquejan año tras año—, es evidente que necesitamos formar nuevos líderes que promuevan el bienestar común desde cualquier campo de acción. Para lograrlo, lo primero que debemos hacer es volver a conectar a los jóvenes con el mundo en el que se desarrollan, pues ellos guiarán los destinos de nuestra sociedad en el corto plazo. En ese sentido, es necesario incorporar la responsabilidad social en la formación de los profesionales, no solo para cumplir con los trámites de licenciamiento institucional, sino más bien para contribuir genuinamente a la construcción de una mejor sociedad para todos.

La responsabilidad social, como pilar en el proceso educativo, es importante porque compromete a los profesionales a actuar éticamente y a tomar decisiones que beneficien a la sociedad en su conjunto, considerando aspectos claves como la justicia social, la sostenibilidad, la diversidad, la inclusión, entre otros. Pero, sobre todo, la formación con responsabilidad social los predispone a utilizar sus habilidades y conocimientos para abordar y solucionar los problemas que afectan a su comunidad.

Pero, ¿cómo empezamos a educar con responsabilidad social? El Aprendizaje Basado en Problemas es una excelente alternativa, pues es una metodología mediante la cual los alumnos llevan a cabo un proceso de investigación y creación que culmina con la respuesta a una pregunta o la resolución de un problema. Asimismo, en la escuela de educación superior Toulouse Lautrec tenemos hace muchos años una metodología única denominada Toulouse Thinking, que permite resolver diferentes necesidades y problemas a través del pensamiento creativo y estratégico, para aplicarlos a situaciones reales. Así, formamos profesionales empáticos, preocupados por la sociedad y capaces de transformar realidades.

Finalmente, es preciso señalar que la expectativa por profesionales y empresas socialmente responsables no es un argumento de venta. De hecho, es una necesidad que compromete cada vez a más personas e industrias. Por ejemplo, un informe de Deloitte revela que 8 de cada 10 jóvenes valora más a las empresas sostenibles y, según GFK, 7 de cada 10 espera que las marcas se involucren en causas sociales. Por tanto, el mercado laboral también demanda más profesionales formados con una visión sostenible.

Creo, firmemente, que desde la academia debemos asumir un compromiso real con la sociedad y virar hacia la formación de profesionales con responsabilidad social para generar impacto positivo en la sociedad. ¡Asumamos el desafío con convicción!

NOTA: “Ni GRUPORPP ni sus directores, accionistas, representantes legales, gerentes y/o empleados serán responsables bajo ninguna circunstancia por las declaraciones, comentarios u opiniones vertidas en la presente columna, siendo el único responsable el autor de la misma”.

Fuente de la Información: https://rpp.pe/columnistas/silviacampodonico/formacion-profesional-con-responsabilidad-social-un-compromiso-con-el-mundo-noticia-1469763

 

 

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Argentina: Maestra, feminista, académica, militante de izquierda

Maestra, feminista, académica, militante de izquierda

A partir de 1919, Angélica Mendoza, como conductora de una huelga docente, esta dirigente mendocina desarrolló una vasta y cuestionadora labor en varios campos. A su prolongada trayectoria militante se aúna una destacada producción intelectual. Su vida y su obra merecen un amplio rescate.

En las primeras décadas del siglo XX fueron varias las mujeres militantes que se destacaron por su labor en pro de los derechos de la mujer, en muchos casos articulada con una perspectiva revolucionaria en alguna de las corrientes de la izquierda de la época.

En esa conjunción se sitúa esta dirigente sindical, militante con responsabilidades de dirección en distintas corrientes políticas y periodista en publicaciones militantes. Asimismo fue una intelectual destacada, autora de varios libros; los primeros en el campo de la ficción o del testimonio personal.

Luego se volcó a estudios filosóficos, pedagógicos y sociológicos, vinculados a la realización de estudios superiores y al ejercicio de la cátedra universitaria en esos campos de conocimiento.

Del gremialismo a la vida partidaria.

Su fecha probable de nacimiento fue en 1897, en la ciudad de Mendoza.

La trayectoria de activista tuvo inicio en su ciudad natal, donde trabajaba como maestra. Asumió un rol directriz en una vasta huelga docente en 1919, causada por un prolongado retraso en el pago de los sueldos por el gobierno provincial. A raíz del conflicto, y junto con Florencia Fossati fundan una entidad gremial, Maestros Unidos. Fossati ocupa la presidencia de la organización y Angélica la secretaría general. Sufrió sanciones y represalias en su trabajo docente, de resultas de su compromiso sindical.

A propósito de ese activismo estableció una relación con Rodolfo Ghioldi, dirigente del gremio de maestros a escala nacional. Una derivación de ese vínculo fue la incorporación al Partido Socialista Internacional, al poco tiempo de su ingreso convertido en Partido Comunista, sección argentina de la Internacional Comunista. Angélica participa de la fundación de ese partido en la provincia de Mendoza.

En un nuevo episodio huelguístico es despedida de su cargo de maestra, junto con la mencionada Fossati. Ambas son procesadas por desacato.

A fines de 1920 se instala en Buenos Aires, desde donde desenvolverá sus actividades por un largo tiempo. Allí se vuelca a su vocación por la escritura, con dos novelas cortas con temas vinculados a la liberación sexual de la mujer. La primera se titula El dilema y la segunda La venganza del sexo. Novela realista del amor en la naturaleza.

Al mismo tiempo se desenvuelve su actuación en el Partido Comunista. En estos primeros años de esa organización se producen con frecuencia disidencias y rupturas. En 1922 Mendoza se alinea con una corriente situada a la izquierda de la conducción oficial. Se entabla una dura lucha de fracciones.

La tendencia disidente capta una buena porción de dirigentes y militantes, en particular entre los que se desenvolvían en ámbitos obreros. Incluso logra convertirse en mayoritaria en algunos congresos partidarios, transcurridos entre 1922 y 1925. Cayetano Oriolo, Teófilo González y Héctor Raurich son algunos de los dirigentes que se desenvuelven en esa fracción.

Las discrepancias se centran en la elaboración del programa partidario, respecto al que estos últimos se inclinan por planteamientos más radicales.

La confrontación comienza a definirse cuando el sector encabezado por José F. Penelón, Victorio Codovilla y Rodolfo Ghioldi obtiene el respaldo de la Internacional. Corría 1925 cuando Angélica y Cayetano Oriolo entre otros, son expulsados del P.C.

En enero de 1926 se constituye una nueva organización, denominada Partido Comunista Obrero. Inician la publicación de un periódico llamado La Chispa, tal como el periódico de los bolcheviques rusos orientado por Vladimir Lenin. Mendoza se desempeña como directora de esa publicación.

En julio de 1926 se celebra el primer congreso del nuevo partido y es elegida como miembro del Comité Central.

En ese mismo lapso ingresa en la Unión Latinoamericana, agrupación de carácter antiimperialista, que a esa altura era conducida por el comunismo ortodoxo. Rápidamente excluida de la misma junto con otros compañeros fundan la Liga Antiimperialista, en la que los “chispistas” integrarán el grupo situado más a la izquierda.

En esos años, y por muchos más, las mujeres no tenían acceso al sufragio, exclusivamente masculino. Pese a ello se consigue que personas del género femenino puedan ser postulantes a diversos cargos electorales. Ya había ocurrido años atrás con la pionera Julieta Lanteri.

Angélica Mendoza será candidata a concejal por la ciudad de Buenos Aires en los comicios de 1926.

Más llamativa es su postulación a la presidencia de la república en las elecciones de 1928. Era la primera vez que una mujer ocupaba tan alta candidatura en nuestro país, hecho que no se repetiría por mucho tiempo. En las boletas de votación se destacaba su condición de maestra.

Cuando en el terreno internacional comienza a delinearse la figura de León Trotsky como personalidad discrepante con la corriente que encabezada por José Stalin había prevalecido en la conducción de la Unión Soviética, quienes se agrupaban con La Chispa manifestaron afinidad con las ideas del fundador del Ejército Rojo.

Con Trotsky ya oficialmente condenado en la URSS y en vías de ser sometido a destierro, el Partido Comunista Obrero anunciaba que tenía a la venta en sus locales algunas de sus obras más importantes.

De todos modos intentaron todavía, durante 1929, disputar la representación argentina de la IC y produjeron algunas manifestaciones de alineación con la conducción oficial soviética y de la Internacional. Se trataba de un movimiento táctico, pues en cuanto se vio que el partido oficial seguía contando con el respaldo internacional continuaron con su deriva opositora.

Condenado el partido sin remisión por la ortodoxia, terminó disolviéndose. Sus miembros se acercarían enseguida a los primeros núcleos trotskistas formados en el país.

La labor intelectual y la cátedra.

Por ese entonces, Angélica decidió realizar estudios universitarios, ingresando a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, en la que seguiría estudios de filosofía y luego de pedagogía. Ello no la alejó de la actividad militante, que desplegó incluso en el Centro de Estudiantes de la mencionada Facultad.

Producido el golpe militar del 6 de septiembre de 1930 se destacó en las acciones contra la flamante dictadura. Fue oradora en un mitín en la Casa Suiza, organizado por la Unión Antifascista. Como consecuencia de ese discurso fue detenida y acusada de haber proferido graves injurias contra el dictador José Félix Uriburu. Condenada por esos cargos fue remitida al penal de mujeres conocido como Cárcel del Buen Pastor, regenteado por una orden de religiosas.

Permaneció unos meses allí. Fue una crítica observadora de la disciplina de esa prisión y de las actitudes de las mujeres que se hallaban detenidas por delitos comunes. Volcaría sus impresiones en un libro, titulado justamente Cárcel de Mujeres, publicado en 1933.

En la década de 1930 prosigue con su acción política. Forma parte de los incipientes núcleos trotskistas que actúan durante esos años. Entre ellos Izquierda Comunista Argentina, la Liga Comunista Internacionalista y la Liga Obrera Socialista. Sigue vinculada al periodismo en un períodico vinculado a esas corrientes, Inicial.

En los últimos años de la década emprende un camino de acercamiento a las mujeres que se desempeñaban en un ámbito más intelectual que político y sin los matices radicalizados que profesaba Angélica. A través de María Rosa Oliver, de tendencia de izquierda y cercana al PC, entra en relación con la revista Sur, dirigida por Victoria Ocampo.

Ya en 1941, por mediación de la misma Oliver, consigue una beca para perfeccionar sus estudios en los Estados Unidos, en la Universidad de Columbia, donde realiza estudios de doctorado. A partir de allí, su sendero principal pasa a ser la actividad académica.

Su especialidad pasará a ser la historia de la cultura y de las ideas, campo en el que tomará parte como docente e investigadora en varias entidades norteamericanas y en torno al cual publicará varios libros. En 1948 defiende su tesis de doctorado en Columbia.

Posteriormente pasa a desenvolver actividades en México, algunas de ellas en ámbito de la UNESCO.

En 1955 se produce su retorno definitivo a la ciudad de Mendoza. Allí continúa con la labor docente, en el campo de la filosofía y la ciencia política. Asimismo cumple un rol de dirección en la realización de investigaciones empíricas, guiadas a la indagación de la problemática social en Mendoza. Dicta la materia Sociología e impulsa la creación del instituto de esa disciplina en la Universidad Nacional de Cuyo.

Ya alcanzado un vasto reconocimiento por su esfuerzo intelectual, fallece en su ciudad en 1960.

Cabe señalar que su discrepancia y ruptura con el Partido Comunista se extendió a cierto maltrato, aún muchos años después de producido el enfrentamiento. En 1947, en la publicación titulada Esbozo de Historia del Partido Comunista de la Argentina, elaborada por la conducción de esa agrupación, se la tilda de “aventurera trotskizante de vida turbia”.

En esa elocuente frase se condensaba la condena a su orientación política con la estigmatización a causa de su vida independiente, alejada de los cauces que la estrecha moral de la época asignaba al género femenino.

Parte de la obra de Angélica Mendoza ha sido objeto de algunas reediciones en nuestro país. La Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación publicó en 2003 una selección de textos suyos.

Años más tarde, en 2012, la Biblioteca Nacional reeditó la mencionada Cárcel de Mujeres.

Sería deseable que se emprendiera una difusión más amplia de su obra, que ha quedado remitida a ediciones de limitada circulación.

Otro acercamiento a su trayectoria vital y su obra se produjo en 2018 en formato cinematográfico. Ese año fue estrenado un cortometraje documental titulado Memorias Desobedientes, que la tiene como protagonista.

De cualquier manera, una mujer luchadora, de orientación feminista y vasta producción escrita como ella merecería una difusión mucho más amplia, acorde con su verdadero lugar en la historia.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Fuente de la Información: https://rebelion.org/maestra-feminista-academica-militante-de-izquierda/

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