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Modelo machista de resolución de conflictos

Por: Miguel Lorente Acosta

El autor nos muestra como el modelo machista de resolución de conflictos en lugar de resolverlo lo agrava.

El modelo machista para resolver los conflictos entre dos partes basa su estrategia en generar más conflicto, no en el diálogo ni en el consenso. El planteamiento es sencillo y surge de la construcción patriarcal de la cultura y de la sociedad que tenemos como consecuencia.

Esta construcción toma como referencia universal lo masculino y sitúa a los hombres en una posición de superioridad respecto a las mujeres, de manera que establece la desigualdad de género como esencia de estructuración social, y a partir de ella ha ido tomando otros elementos para extender y ampliar la desigualdad a otras circunstancias y características de las personas que forman parte de esa sociedad. El resultado es un sistema jerarquizado de poder, o lo que es lo mismo, una sociedad en la que determinadas personas por su sexo, sus ideas, sus creencias, su color de piel, su status, su origen, su orientación sexual… tienen una serie de privilegios y ventajas respecto a aquellas otras cuyas características son consideradas inferiores por esa cultura y sociedad.

Cuando se produce un conflicto entre personas en diferente nivel dentro de esa estructura jerarquizada, a quien se encuentra en una posición de superioridad no le interesa dialogar o consensuar para solucionar el conflicto, porque ha de hacerlo a partir de argumentos y razones, y puede que no las tenga o que sean menos sólidas que las de la otra parte. Por eso le interesa agravar el conflicto, avivarlo con elementos que generen más enfrentamiento para de ese modo justificarse en el uso de los instrumentos propios de su posición de poder, y que la otra parte no tiene por encontrarse en un nivel inferior.

Con esa estrategia el conflicto va aumentando hasta llegar el momento del “hasta aquí hemos llegado”, a partir del cual se pone en marcha todo el arsenal de instrumentos que guarda en su posición de poder, bajo la justificación de que el conflicto es insostenible, y como si hubiera sido generado en exclusiva por la otra parte.

Este es el modelo machista de resolver los conflictos, y el que usan los hombres desde sus posiciones de poder con las mujeres, algunos llegando a la violencia, otros a la amenaza, y otros simplemente recurriendo a la escenificación del conflicto para que la mujer entienda que debe ceder ante su autoridad.

Y como son los hombres y las referencias de la masculinidad las que impregnan la cultura y el significado de lo que acontece en la sociedad, el modelo se extiende a otros escenarios bajo los mismos planteamientos de la desigualdad y el poder, como ocurre en las relaciones laborales entre empresarios y trabajadores, en las relaciones dentro de los partidos políticos y en el ejercicio de la política, en las relaciones nacionales y en las internacionales…

Cualquier escenario en el que se entienda que el conflicto es un ataque a la posición de poder y un pulso a la persona que responde desde ella, el resultado será un aumento del conflicto que lleve a vencer más que a convencer. Porque el objetivo de la resolución de conflictos bajo esta estrategia machista es doble, por un lado resolver la cuestión formal que se ha planteado, sea esta personal, familiar, laboral, política, nacional o internacional; y por otro, ser reconocido como “vencedor” y salir reforzado en su posición de poder, aunque haya sido a través de una injusticia. Lo importante es vencer y aumentar el poder.

Este modelo de resolución de conflictos habitualmente reporta muchos éxitos a quienes están esas posiciones de privilegio, de ahí su refuerzo y su permanencia a lo largo de la historia, y su extensión a los ámbitos y contextos más diversos con ligeras variaciones. Pero siempre con la estrategia de resolver el conflicto generando más conflicto.

El problema se presenta cuando el modelo se utiliza frente a quien se piensa que está en una posición inferior y no lo está, o cuando lo está pero cuenta con otros mecanismo de apoyo informal que contrarrestan en parte el poder inicial de la otra posición, pero también cuando cada una de las partes cree que está en una posición de poder, y que debe potenciar el conflicto desde su lado para de ese modo poder utilizar su “carta secreta” y todos aquellos elementos propios a su posición que le permitirían vencer sin convencer.

Al final, este tipo de planteamientos son los mismos que dicen eso de que “la historia la escriben los vencedores”, por eso lo importante es derrotar al otro del modo que sea, porque después lo suavizarán y endulzaran con su relato. Lo estamos viendo estos días en diferentes contextos, pero es obvio que el más cercano y trascendente es el “conflicto” surgido con el proceso sobre el referéndum de autodeterminación de Cataluña del 1 de octubre.

Al margen de los elementos formales sobre su legalidad y las motivaciones y razones de quienes quieren votar, de sobra conocidas y comentadas, lo que se está viendo es el típico conflicto al modo machista. Una especie de pulso que, como muy bien se ha dicho estos días recurriendo a la canción de Joan Manuel Serrat, parece que están a ver “quien la tiene más larga”. Lo único que le falta es ver a Rajoy decir “por mis cojones que no se vota”, y a Puigdemont responder, “por mis cojons que votamos”.

Si lo dijeran quizás se entendería todo mejor. La prueba de que realmente se trata de un modelo machista de afrontar el conflicto es su retroalimentación, es decir, la utilización de las consecuencias que se producen como resultado de las decisiones dirigidas a potenciar el conflicto como razones para mantener el conflicto y aumentar así su intensidad.

Todo lo que está sucediendo estos días con las decisiones y acciones de unos y otros se está utilizando como justificación de las posiciones iniciales, cuando son un resultado de los problemas surgidos durante el conflicto, no causa del mismo. Pero eso no importa para las partes, lo que interesa es el conflicto en sí mismo y los apoyos para que quien dirige cada una de las posiciones sea reconocido por los suyos como ese macho-alfa capaz de dirigir al grupo.

También se ha comentado, y es cierto, que si en lugar de dos hombres al frente de cada parte hubiera dos mujeres y un modelo feminista de resolución de conflictos basado en la Igualdad, la empatía, el bien común… la situación actual sería completamente diferente. En estas circunstancias el conflicto ya no se puede resolver, pero sí se puede detener y replantear de nuevo toda la situación.

Esperemos que alguien saque el lado femenino que todos tenemos.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=232446&titular=modelo-machista-de-resoluci%F3n-de-conflictos-
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La acción climática es buena para la economía

Por: Tharanga Yakupitiyage

NACIONES UNIDAS, 5 oct 2017 (IPS) – En un año con temperaturas históricas y huracanes devastadores, queda claro que Estados Unidos tiene mucho para perder si no toma medidas para reducir el riesgo y el impacto del cambio climático.

Esa es la conclusión del Fondo Universal Ecológico, que detalla el costo que tiene para la economía nacional y la salud pública la falta de acción, y urge a diseñar políticas para que el país camine hacia un futuro sostenible.

“No es una cuestión ideológica, sino de buen olfato para los negocios”, dijo a IPS el expresidente de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia, James McCarthy, uno de los autores del informe.

“Muchas personas dicen que no debatirán al respecto porque no están convencidas de los aspectos científicos. Bien, entonces miremos la economía, miremos el costo de no tener esa discusión”, arguyó.

Destrucción

Estados Unidos todavía está bajo el impacto de un mes sin precedentes con tres huracanes y 76 incendios forestales que destrozaron su paisaje, desde Puerto Rico a Washington.

Solo el huracán María dejó a la población de Puerto Rico sin alimentos ni agua ni electricidad. Alrededor de 44 por ciento de las personas carecen de agua potable, y solo 11 de los 69 hospitales tienen combustible o electricidad, lo que deja a ese estado asociado al borde de una crisis humanitaria.

El estudio estima que los daños causados por los tres huracanes y los incendios forestales ascienden a 300.000 millones de dólares, alrededor de 70 por ciento de lo que costaron los 92 eventos climáticos de la última década.

Y todavía no terminó la temporada de huracanes, por lo que los daños podrían ser mayores.

Según los Centros Nacionales para la Información Ambiental, de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, se multiplicó por 2,5 el número de eventos extremos que implicaron daños y pérdidas por 1.000 millones de dólares en la última década.

McCarthy, también profesor de oceanografía en la Universidad de Harvard, dijo a IPS que se necesitan inversiones para contrarrestar los daños, además de crear infraestructura a prueba de huracanes.

“La infraestructura es importante, pero todo lo que podamos hacer para reducir la intensidad de esos eventos, enlenteciendo el recalentamiento global, aumentará la probabilidad de que la futura infraestructura sea más efectiva”, explicó.

Una dependencia poco saludable

Al quemarse los combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas natural, que representan más de 80 por ciento de la energía primaria generada y usada en este país, liberan grandes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera y aceleran la variabilidad climática.

La regulación del volumen de emisiones contaminantes redujo la contaminación aérea en 35 por ciento, o casi en 67.000 millones de dólares al año, pero la quema de combustibles fósiles todavía tiene un elevado costo para la salud, que asciende a 240 millones de dólares al año.

De seguirse usando, las pérdidas económicas podrían llegar a los 360.000 millones de dólares al año, o 55 por ciento del crecimiento de Estados Unidos en la próxima década.

“Una y otra vez veremos que la población asumirá los costos, se vuelve una carga personal para ella”, dijo McCarthy a IPS.

“Para llevar a las personas, en sentido literal y figurado, al futuro para que sean más saludables y más sostenibles tiene sentido una forma menos cara de hacer negocios”, observó McCarthy.

La energía limpia ya emplea a casi dos millones de trabajadores y la duplicación de la generación de las fuentes solar y eólica puede llegar a crear 500.000 puestos de trabajo.

Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, un impuesto a las emisiones de carbono podría generar unos 200.000 millones de dólares en la próxima década.

La iniciativa ha sido controvertida porque se teme que las empresas trasladen el costo a los consumidores aumentando el precio de la gasolina y de la electricidad.

Pero McCArthy señaló que la población ya soporta ese peso en términos de los daños que dejan eventos climáticos extremos y de los gastos que implica el aire contaminado.

Negación del Gobierno

A pesar de la evidencia del cambio climático y del papel que cumplen en él los combustibles fósiles, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comenzó a deshacer muchas medidas importantes de protección ambiental.

No solo su gobierno anunció el retiro de Estados Unidos del Acuerdo de París sobre cambio climático, sino que actualmente trata de desmantelar el Plan de Energía Limpia, que procura reducir la contaminación de carbono de las centrales de generación eléctrica en todo el país.

Respecto a “la noción de que Estados Unidos podrá regresar a la economía a carbón, no hay evidencia para eso. En segundo lugar, si se van a crear puestos de trabajo, la forma sensible de hacerlo es en un área progresista como la energía renovable”, subrayó.

Los estados y ciudades estadounidenses encabezan la iniciativa de tomar medidas y seguirán haciéndolo para avanzar en la dirección correcta.

Iowa es uno de los principales estados en materia de energía eólica con 35 por ciento de su electricidad generada a partir de esa alternativa.

En Oklahoma, el administrador de la Agencia de Protección Ambiental, Scott Pruitt, dijo que 25 por ciento de la electricidad proviene también de la fuente eólica.

La renuencia de Estados Unidos a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero no solo impacta en los estadounidenses, sino en todo el mundo.

Como el proceso de retirarse del Acuerdo de París lleva tiempo, McCarthy tiene esperanzas de que Washington recapacite.

En noviembre se realizará la 23 Conferencia de las Partes (COP23) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, en la que se analizarán las formas de implementar el Acuerdo de París, suscrito en la capital francesa en diciembre de 2015.

Traducido por Verónica Firme

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2017/10/la-accion-climatica-buena-la-economia/

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Productividad, beneficios y poder de mercado

Por: Michael Roberts

Circulan entre los economistas convencionales en los EEUU nuevas explicaciones de la desaceleración del crecimiento de la productividad y la innovación, especialmente desde el comienzo del siglo XXI, y también sobre por qué la participación del trabajo en la renta nacional ha disminuido a largo plazo desde comienzos de la década de 1980.

En un nuevo documento, The Rise of Market Power and the Macroeconomic Implications, Jan De Loecker y Jan Eeckhout (DE) argumentan que la fijación de precios por encima del costo marginal por parte de las empresas cotizadas de los Estados Unidos ha ido en aumento desde 1960, y en particular después de 1980. El documento sugiere que la disminución tanto de la parte del trabajo como del capital, así como la disminución de los salarios de baja cualificación y otras tendencias económicas, han sido ayudadas por un aumento significativo de la fijación de precios y el poder de mercado – es decir, el ascenso del capital monopolista en forma de empresas ‘super-star’ como Apple, Amazon, Google, etc. que actualmente dominan ventas, beneficios y producción y cuya utilización de mano de obra es baja en comparación con otras empresas e industrias. Como no tienen que competir, estos monopolios no invierten y, por lo tanto, el aumento de la productividad disminuye.

Esta es una contra-explicación a las explicaciones dominantes actuales de la disminución percibida de la participación del trabajo, a saber, la globalización (los trabajadores estadounidenses están perdiendo terreno frente a sus contrapartes en lugares como China e India) y la automatización (los trabajadores estadounidenses están perdiendo terreno frente a los robots) y el aumento inverso de la proporción destinada a los beneficios. Ahora varios economistas ortodoxos sostienen que este aumento no se debe a la globalización o la automatización, sino debido a la fijación de precios más altos de las compañías que controlan sus mercados de forma monopolista. En otras palabras, están haciendo beneficios adicionales más allá de los “costes normales de competencia”. De Loecker y Eeckhout señalan que entre 1950 y 1980, la fijación de precios se situaba más o menos de forma estable en torno al 20 por ciento por encima del ‘coste marginal’, e incluso disminuyó ligeramente después de 1960. Desde 1980, sin embargo, la fijación de precios han aumentado significativamente: en promedio, las empresas cargaban un 67 por ciento sobre el coste marginal en 2014, comparado con el 18 por ciento en 1980.

La evolución media de la fijación de precios (1960 – 2014). La fijación de precios promedio es ponderado por la cuota de mercado de las ventas en la muestra. Fuente: De Loecker y Eeckhout (2017)

El enorme aumento de los beneficios en los últimos 35 años, argumentan, es consistente con un aumento del poder de mercado. “En la competencia perfecta, costes y ventas totales son idénticos, porque no hay diferencia entre el precio y el coste marginal. El grado en el que estos dos números – la relación entre ventas y salarios y entre costes totales y salarios- comienzan a distanciarse es un indicativo inmediato del poder de mercado”, dice De Loecker.  “La mayor parte de lo que sucede pasa dentro de las industrias, donde vemos como los grandes son cada vez más grandes y como aumenta su margen en la fijación de los precios”, explica De Loecker.

En otro documento, un grupo de economistas ortodoxos considera una explicación a partir de las ‘firmas súper estrellas’ de la caída de la participación del trabajo en el PIB. La hipótesis es que la tecnología o las condiciones del mercado -o su interacción-, han evolucionado hasta concentrar cada vez más las ventas en empresas con productos de calidad superior o una mayor productividad, lo que permite a las empresas de mayor éxito controlar una mayor cuota de mercado. Debido a que estas empresas  super estrella son más rentables, tendrán una menor participación relativa de salarios del trabajo en las ventas totales o el valor añadido. En consecuencia, la participación agregada del trabajo disminuye a medida que crece el peso de las empresas super estrella en la economía. Según sus datos, la concentración de las ventas (y del empleo) han aumentado de hecho desde 1982 hasta 2012 en cada uno de los seis principales sectores incluidos en el censo económico de Estados Unidos. Y las industrias con la concentración más elevada es donde se han producido las caídas más pronunciadas en la participación del trabajo, por lo que la caída de la participación del trabajo se debe principalmente a una reasignación de la mano de obra hacia empresas con menores (y en declive) cuotas de mano de obra, en vez de debido a la disminución de la parte del trabajo dentro de la mayoría de las empresas.

Es cierto que la acumulación de capital tendrá lugar como un aumento de la concentración y la centralización del capital en el tiempo. Las tendencias monopolistas son inherentes, como Marx argumentó en primer volumen de El Capital hace 150 años. Y la predicción de Marx del aumento de la concentración y la centralización del capital como una ley a largo plazo del desarrollo capitalista lo confirma también un nuevo estudio de las sociedades anónimas cotizadas de Estados Unidos. Según Kathleen Kahle y Rene Stulz poco más de 100 empresas ganaron alrededor de la mitad de los beneficios totales obtenidos por las empresas cotizadas en los Estados Unidos en 1975. En 2015, lo hacían sólo 30. Actualmente las 100 mayores empresas concentran el 84% de todas los beneficios de este tipo de empresas, el 78% de todas las reservas de efectivo y el 66% de todos los activos. Las 200 mayores empresas por ganancias obtuvieron mayores beneficios que todas las otras empresas registradas juntas. De hecho, los ingresos totales de las otras 3.500, más o menos, sociedades cotizadas es negativo, a pesar de toda la habladuría sobre la avalancha de beneficios y de dinero en efectivo de la mayoría de las empresas estadounidenses.

¿Por qué está pasando esto? Según este estudio, por el impulso de las nuevas tecnologías de reducir costes, como Marx argumentó. La investigación y el desarrollo se han vuelto cada vez más importantes para la competitividad. Cuanto más grandes y más ricos son los Goliat del mercado, más difícil es para los David de la economía de los EEUU economía, y la necesidad de I + D para competir. Las empresas que rebosan dinero en efectivo puede permitirse fácilmente patentes e inversiones para desarrollarlas. O, como parece estar sucediendo, comprar la compañía que posee la patente.

Sin embargo, hay dos cosas en contra del argumento del ‘poder del mercado’, al menos como la única o principal explicación del aumento de la proporción de los beneficios y de los beneficios por unidad de producción. En primer lugar, como De Loecker y Eeckhout señalan, en toda la economía, son sobre todo las empresas pequeñas las que tienen los márgenes de ganancia en la fijación de precios más altos- lo que difícilmente puede servir como un indicador del poder de los monopolios. Y en segundo lugar, la participación del trabajo en realidad no cayó mucho hasta después del 2000 y alcanzó su nivel más bajo en 2014. De hecho, en 2001 fue del 64%, el mismo porcentaje que en 1951 – si bien es cierto que había caído hasta el 60 % en los años 1980 y 1990. Pero en 2014, la participación del trabajo en el PIB más baja fue del 60%.

Y lo mismo ocurre en los beneficios por unidad de la producción nacional de EEUU o el valor añadido empresarial. Los beneficios por unidad de valor añadido bruto (un indicador de la nueva producción) de las empresas no financieras de EEUU aumentaron sólo del 2% en la década de 1970 al 4-6% en la década de 1990. Pero el verdadero despegue fue de nuevo a partir del 2000, el beneficio por unidad subió hasta un pico de cerca del 14% en 2014.

¿Fue la base de este reciente salto en la participación de los beneficios y fuerte caída de la participación del trabajo producto de la globalización, o de la automatización o del poder de los monopolios?, o ¿hay otra explicación? Pues bien, un economista ortodoxo, Mordecai Kurz, de la Universidad de Stanford, en otro papel, On the Formation of Capital and Wealth, ha medido lo que él llama ‘la riqueza excedente’ que acumulan las grandes empresas. Esta se define como la diferencia entre la riqueza creada (capital y deuda) en forma de activos financieros y los activos fijos reales de las empresas. Es equivalente al indice Q de Tobin del precio de mercado de las acciones bursátiles en relación con el valor real del capital de la empresa. En un sentido marxista, es realmente un indice del capital o las ganancia ficticias de una empresa.

Kurz señala que la ‘riqueza excedente’ total creció de $ 0,59 billones en 1974 a $ 24 billones de dólares, lo que supone el 79% del valor total del mercado en 2015. La riqueza añadida fue creada sobre todo por los sectores industriales transformados por las tecnologías de la información (TI). Las empresas con un crecimiento lento o negativo con la propiedad ampliamente distribuida han sido sustituidas por empresas basadas en las TI con una propiedad altamente concentrada. Una parte importante de su capital ha sido financiado mediante deuda, hasta alcanzar el 78% en 2015. Kurz cree que esto ha sido posible gracias a las innovaciones de las TI que permiten y aceleran la erección de barreras a la entrada y que una vez erigidas, facilitan el mantenimiento de las restricciones a la competencia. Estas innovaciones también explican el aumento del tamaño de las empresas. Al medir el poder de monopolio de esta ‘riqueza excedente’, Kurz reconoce que pasó de cero a principios de 1980 al 23% en 2015.

Quizás Kurz y los otros papeles ortodoxos puedan estar en lo cierto que, en la era neoliberal, el poder de monopolio de las super empresas de nuevas tecnologías subieron sus márgenes de beneficios o fijaron por lo alto sus precios. La era neoliberal fue testigo de una presión hacia abajo de la participación del trabajo mediante la erosión del poder sindical, la desregulación y la privatización. Además, la participación del trabajo se mantuvo baja mediante una mayor automatización (el empleo industrial se desplomó) y a través de la globalización, en la medida en que las industrias manufactureras y el empleo se desplazaron a las llamadas economías emergentes con mano de obra barata. Y el surgimiento de nuevas empresas de tecnología que pueden dominar sus mercados y expulsar a los competidores, aumentando la concentración del capital, es sin duda otro factor.

Pero otra explicación convincente es que el aumento de los beneficios empresariales era cada vez más ficticio, basado en el aumento de los precios del mercado de las acciones y los bonos y las bajas tasas de interés.  El aumento de capital y las ganancias ficticias  parecen ser el factor clave después del final del auge de las dot.com y su crisis en el año 2000. A partir de entonces, las ganancias se produjeron cada vez más en las finanzas y la propiedad, no en los sectores tecnológicos. Si esto es correcto, entonces ayuda a explicar por qué la mayor desaceleración del crecimiento de la productividad en los EEUU comenzó después del 2000, a medida que la inversión en los sectores productivos y la actividad cayó.

Y si esto es correcto, entonces la reciente nueva caída de la parte de los beneficios y el modesto aumento de la participación del trabajo desde 2014, sugiere que se trata de una caída de la rentabilidad global del capital de Estados Unidos lo que está impulsando las cosas y no un cambio del ‘poder de mercado’ monopolista.

Pero eso es algo que la teoría económica ortodoxa no quiere tener en cuenta. Si los beneficios son altos, la causa es el ‘poder de monopolio’, no el aumento de la explotación de la mano de obra en el modo de producción capitalista. Y es el poder de los monopolios lo que mantiene bajo el crecimiento de la inversión, no la baja rentabilidad general.

Publicado originalmente en el blog de Michael Roberts. Traducción de G. Buster en Sin Permiso

Imagen de portada: Manufacturing #11, Youngor Textiles, Ningbo, Zhejiang Province, 2005  del artista visual Edward Burtynsky

Fuente: http://www.elviejotopo.com/topoexpress/productividad-beneficios-poder-mercado/

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Colombia: Agilidad en trámites, entre recomendaciones de la Ocde

Colombia / www.larepublica.co / 11 de Octubre de 2017

La Ocde señaló que es importante el fortalecimiento de la legislación laboral y las instituciones

A pesar que desde 2012 el porcentaje de población ocupada en estado de informalidad ha tenido una tendencia a la baja, pasando de 52,9% en el trimestre mayo-julio en ese año a 48,5% en 2017, los organismos multilaterales han insistido en que estos indicadores sigan mejorando, con el fin de desarrollar condiciones laborales de calidad.

Las recomendaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) parten de temas básicos, como agilizar los “complejos procedimientos” que tienen las compañías para inscribir y afiliar a sus empleados a seguridad social. La idea de esta mejora, además de aumentar la cobertura en salud y pensión, es que en el país disminuyan los niveles de competencia desleal a nivel corporativo.

Según un informe de Carmen Pagés, jefe de la Unidad de Mercados Laborales y Seguridad Social del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), esto permitiría que las empresas formales, actuales o futuras no deban compensar las ventajas de bajos costos que tienen las empresas informales.

Para Pagés otra recomendación para el Gobierno, que permitiría bajar la informalidad, sería ajustar el salario mínimo por uno neto que tenga en cuenta las capacidades, calificación y necesidades de cada trabajador. “Un salario mínimo elevado puede derivar en la destrucción de empleo y en la falta de cumplimiento, especialmente en contextos de baja capacidad de fiscalización del Estado”.

Otra recomendación está enfocada en “mejorar el vínculo entre lo que se les exige a los trabajadores y empleadores que aporten al seguro social y las prestaciones que reciben a cambio”. Esto, con el fin de que los empleados en realidad vean los beneficios y servicios del dinero que se les descuenta. Acá se sugiere mayor interacción con las firmas a las que se les pagan estos servicios. En este punto la Ocde también recomienda entregar mejor información a los trabajadores sobre las prestaciones del seguro social.

Un quinto punto es el fortalecimiento de la aplicación de la legislación laboral. Acá, al igual que el BID, se recomienda fortalecer las instituciones especialmente las ligadas al Ministerio de Trabajo y que normalmente son quienes interceden en conflictos laborales.

Finalmente, el más reciente documento de la Ocde señaló como imperativo “revisar diferentes contratos atípicos para evitar abusos. En particular, monitorear aquellos contratos que se dan a través de empresas de servicios temporales y prohibir el mal uso de contratos civiles”.

Fuente: https://www.larepublica.co/especiales/el-problema-de-las-pensiones/agilidad-en-tramites-entre-recomendaciones-de-la-ocde-2557095

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La OCDE apunta a un crecimiento estable en sus países miembros

OCDE / www.expansion.com / 11 de Octubre de 2017

El índice compuesto de indicadores líderes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) correspondiente al mes de agosto continúa mostrando que el ritmo de crecimiento en el conjunto de los países miembros del organismo es estable.

Según informa la OCDE en un comunicado, el indicador global ‘Composite leading indicators’ (CLIs), diseñado para anticipar los puntos de inflexión de la tendencia de la actividad económica en el periodo de seis a nueve meses, se mantuvo estable por segundo mes consecutivo en los 100,1 puntos.

Por países, el indicador compuesto de España mostró un retroceso desde los 99,7 puntos de julio hasta el 99,6 de agosto. En Estados Unidos y en Japón, el índice continúa en el mismo nivel desde hace siete meses consecutivos; en Canadá acumula seis meses en los 100,4 puntos; y en la zona euro en su conjunto se sitúa en 100,5 puntos desde hace tres meses. En todos ellos, la OCDE prevé una dinámica de crecimiento estable.

En Alemania, por su parte, el indicador apunta a que el impulso del crecimiento registrado se estabilizará, mientras que su CLI se sitúa en 100,9 puntos. El organismo prevé que en Italia el crecimiento se impulse en los próximos meses. Al contrario, constata que el crecimiento en Reino Unido continuará manteniéndose moderado.

Entre las principales economías emergentes, el CLI apunta a que el crecimiento gane impulso en Brasil, donde se situó en agosto en 102,9 enteros, frente a los 102,5 puntos del mes anterior. En China, la OCDE prevé que será el sector industrial el que contabilice un impulso, mientras que su indicador se situó en 100,1 puntos, frente a los 100 enteros del mes precedente.

Asimismo, el organismo indica que en India el crecimiento es estable, al situarse en 99,5 puntos, frente a los 99,4 puntos y en Rusia señala que persisten signos de moderación del crecimiento, donde el indicador acumula dos meses consecutivos en 100,4 puntos.

Fuente: http://www.expansion.com/agencia/europa_press/2017/10/09/20171009125058.html

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El cuestionamiento de las pruebas PISA

Por: Jorge Rivera Pizarro

Cada tres años, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) aplica una prueba a estudiantes de 15 años de edad. Lo hace en países miembros o en proceso de adhesión a este organismo y en los que se adhieren voluntariamente al Programa Internacional de Evaluación de los Alumnos (PISA).

¿Cuál es el valor de esta prueba? A esa edad, los estudiantes suelen terminar su educación básica y están a punto de continuar la secundaria o integrarse al trabajo. Esta prueba mide con qué habilidades, pericia y aptitudes cuentan para analizar y resolver problemas, para manejar información y para enfrentar situaciones que se les presentarán en la vida adulta. Los especialistas llaman a esto “competencias”. No mide dominio de conocimientos.

Es comprensible que los ministros de Educación discutan en reuniones de Unesco —recientemente el de Bolivia expresó allí su punto de vista— si este tipo de pruebas sirven para evaluar los logros educativos comprometidos en la Agenda de Educación 2030. Es decir, si son útiles para verificar hasta qué punto se logra una Educación para el Desarrollo Sostenible. La discusión y las dudas sobre el valor de esas pruebas son legítimas.

Ciertamente, es fácil consensuar que el entendimiento del mundo y la producción de ciencia no son distintas para los países ricos y para los países pobres. No es posible pedirle a PISA que mida con diferente rasero a unos y otros. Lo crítico es que este tipo de evaluaciones reducen la educación a solamente competencias para el conocimiento e ignoran aspectos sustanciales en materia de valores, actitudes y entendimiento de la vida y del desarrollo.

No es de extrañar que la OCDE lo haga, porque, por propias finalidades, busca que la educación contribuya a lograr la máxima expansión posible del crecimiento económico y el empleo. Y, claro, podemos poner en duda que ese sea el concepto central en todos los modelos de desarrollo. Y que sea el propósito principal de una Educación para el Desarrollo Sostenible.

Hay quienes pensamos que eso no basta. Que no educamos, solamente, “para el trabajo o el empleo” sino para la vida, para la convivencia, para la ética, para un “buen vivir”, en definitiva. Lo criticable de este tipo de pruebas internacionales o nacionales es que obligan a los educadores a crear una falsa dicotomía —como lo plantea Garnier, exministro costarricense— entre una educación para la productividad y otra para la convivencia; entre una educación para el crecimiento económico y otra para la sostenibilidad; entre una educación de competencias y una educación de valores.

Los críticos de las pruebas PISA pensamos que evaluar la calidad de la educación exige un enfoque global e integral. Una perspectiva desde la cual la valoración de los elementos que se evalúan refleje la totalidad de la intención educativa.

Las pruebas internacionales han fomentado en nuestros países una cultura de medición —cultura resultadista en la que los medios se vuelven fines— que nos ha convencido de que lo medible es lo valioso. Lo grave es que, lo que miden, representa una concepción bastante limitada y específica de lo que realmente debería importar en la educación. El gran desafío ahora, especialmente para quienes pretendemos mirar el desarrollo con ojos diferentes, es que aprendamos “a medir lo que valoramos”, como alguien dijo hace algún tiempo ya. Convivir en el marco de la ética, por ejemplo. Propósito educativo que valoramos y queremos ver en cada uno de nuestros ciudadanos. Necesitamos aprender cómo medirlo y evaluarlo. Y esto no se hará, ciertamente, con las pruebas tipo PISA.

Fuente: http://www.lostiempos.com/actualidad/opinion/20171004/columna/cuestionamiento-pruebas-pisa

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Colombia: Ayudas estatales para financiar educación superior

Colombia / www.centropolismedellin.com / 11 de Octubre de 2017

La falta de recursos es sin duda alguna uno de los impedimentos más fuertes a la hora de continuar con la formación superior. Tome nota, le contamos algunas alternativas que existen para financiar sus estudios.

Por Víctor Vargas

El centro de Medellín asienta instituciones educativas de todos los niveles. A estas llegan a diario cerca de 130.000 estudiantes para forjar su futuro y disfrutar de grandes opciones en cuanto a accesibilidad, calidad y presupuesto.

Hasta ellos también llega el apoyo de la Alcaldía de Medellín a través de su Agencia de Educación Superior Sapiencia. Según María Clara Ramírez, directora general de esta entidad, la oferta del Fondo EPM (préstamos para el acceso y permanencia en la educación superior que se condonan una vez se cumplan con los requisitos establecidos) aplica en varias de las instituciones universitarias del centro como la Remington, la Corporación Universitaria Americana, la Universidad de Antioquia y la Autónoma Latinoamericana, entre otras.

“El Fondo EPM es para todas las comunas hasta el estrato cuatro y allí los aspirantes pueden escoger la institución y el programa preferido, incluso los programas de profesionalización si son tecnólogos”, explicó Ramírez.

La directora de Sapiencia invitó a los jóvenes a participar también del apoyo a la Educación Superior a través del Presupuesto Participativo (PP) que en el caso de los habitantes de la Comuna 10, Candelaria, tiene 648 beneficiarios por esta vía.

Además, algunos municipios del área metropolitana ofrecen apoyo a sus jóvenes, muchos de los cuáles han escogido las instituciones del Centro. Uno de esos municipios es Sabaneta que anualmente entrega 29 becas a sus mejores bachilleres y amplió recientemente estos estímulos a los jóvenes que “se destaquen en artes, cultura y deporte”, informó David Cadavid García, director de comunicaciones del municipio del sur del Valle de Aburrá.

Aunque no existe en el momento en la estructura de apoyo institucional a la educación superior un programa específico para el Centro, la directora general de Sapiencia señaló que “En la actualidad se trabaja en un proyecto para que la educación superior llene de vida al centro y ofrezca a los estudiantes valores agregados que aporten a su bienestar. Lo que viene es muy valioso y a la ciudad le va a gustar”, señaló enfatizando que por ahora, no podía entregar más información.

Recordó también que la presencia de instituciones educativas en el centro de las ciudades es una de las características de las urbes más importantes del mundo y a eso le quiere apostar la Alcaldía, que la educación en este sector sea un jalonador de la vida – de hecho ya lo es-, pero que se expanda con un oferta integral de bienestar para los estudiantes entre la que destaquen espacios culturales, de estudio y de acceso a las TIC.

La oferta educativa en el centro y sus dinámicas activan la vida del sector.

Este tipo de transformaciones serían un atractivo más para los grupos poblacionales académicos como los de la Americana. “Nuestra población cautiva trabaja en los juzgados, la Fiscalía, la Dian y como trabajan requieren espacios que les aporten bienestar en su espacio de formación como seguridad, accesibilidad, que tengan espacios para comer, quedarse un rato, es una dinámica muy particular del Centro”, expresó Camilo Andrés Echeverri, vicerrector general de la Corporación Universitaria Americana.

Y es que según el vicerrector, el que cerca de 130.000 estudiantes -en todas las modalidades y niveles-, lleguen diariamente al centro de la ciudad, es un atractivo irresistible para que más jóvenes se decidan por esta zona como la mejor oportunidad para su educación superior.

Fuente: https://www.centropolismedellin.com/ayudas-estatales-financiar-educacion-superior/

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