Page 1637 of 3000
1 1.635 1.636 1.637 1.638 1.639 3.000

Colombia: ¿Existe un genocidio en curso contra los líderes sociales?

Por: revista insurrección

ada día llegan noticias de nuevas amenazas y varias veces a la semana de más homicidios. El liderazgo social sigue poniendo muertos. El asesinato de personas de la Unión Patriótica (UP) en los años ochenta y noventa del siglo anterior, fue posteriormente calificado jurídicamente como Genocidio. No se trata del uso político de la palabra “genocidio”, que también podría ser válido; sino de su uso jurídico.

Genocidio no es necesariamente asesinatos, de hecho hay dos casos, en el Derecho Internacional en que puede que no haya ni un solo muerto, pero hay Genocidio:

a) Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo.

b) Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo.

Esta práctica en sí, no produce la muerte de miembros del grupo, sino que afecta la supervivencia del grupo en cuanto grupo, y esto también se considera Genocidio. En el mismo sentido, un Genocidio no se define por un número determinado de muertos; decir que van pocos o muchos líderes sociales asesinados, no es un argumento.

Según el derecho internacional:

“Se entiende por Genocidio cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal:

a) Matanza de miembros del grupo. b) Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo. c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial. d) Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo. e) Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo”.

Las más de 500 amenazas enviadas en el ultimo año contra lideres del movimiento social, tienen graves repercusiones en la integridad física y psicológica de estos, a tal punto que constituyen tortura.

Colombia ha firmado y ratificado la “Convención para la prevención y sanción del crimen de Genocidio” y por tanto sus definiciones y categorías son obligatorias. Dos cuestiones son relevantes relacionadas con el uso de esta palabra en el marco del conflicto: Primero ¿existe la citada “intención de destruir” al liderazgo social o es un supuesto populista? Segundo, ¿qué significa exactamente “destruir?” ¿se refiere a destrucción física o existe un significado más allá de éste?

El problema es la demostración de “la intención”, pero no es suficiente decir que la intención simplemente no existe. De acuerdo con las Naciones Unidas:

“El elemento necesario de intención puede ser deducido de hechos suficientes. En ciertos casos, existirá la evidencia de acciones u omisiones en tal grado que el acusado pueda razonablemente ser asumido como consciente de las consecuencias de su conducta, lo cual lleva al establecimiento de la intención”.

Así que el camino es analizar las consecuencias de la aplicación de determinada política.

Examinemos, primero, la realidad del asesinato de los líderes. Desde enero de 2016, han sido asesinados 186 personas que son parte del liderazgo social. En lo que va del año, hasta julio 5 de 2017, según la Defensoría del Pueblo, ya van asesinados 52 líderes sociales. Además, los datos disponibles, permiten afirmar que por cada líder asesinado hay 10 personas amenazadas de muerte.

En segundo lugar, miremos si tales crímenes son o no sistemáticos, lo que se conecta con un plan. Es decir, un plan presupone una intención. El análisis del Observatorio de Restitución y Regulación de Derechos de Propiedad Agraria, titulado: “Dinámicas del asesinato de líderes rurales: las covariables municipales”, sostiene que:

“Los 500 eventos de victimización registrados en nuestra base de datos no corresponden a personajes anónimos, o provenientes de mundos ajenos al de todos los colombianos. Son personas con trayectorias análogas a las de miles de nosotros, que construyeron su vocación de liderazgo a brazo partido y a menudo en condiciones tremendamente hostiles”.

Luego de un minucioso análisis, los autores concluyen que: “el fenómeno Sí es sistemático. Apabullantemente sistemático. Mirando desde tres perspectivas -semántica, jurídica y estadística- llegamos a la conclusión de que simplemente no es verosímil escamotearle su sistematicidad” [*].

Es decir, aquí la intención es la de destruir al movimiento social, silenciarlo y que sus miembros abandonen sus luchas, se plieguen al sistema y no pretendan modificarlo. Las amenazas y judicializaciones no son indiscriminadas y los asesinatos tampoco. Estas lesiones han sido producidas selectivamente contra integrantes de organizaciones sociales, cívicas, afrodescendientes, campesinas, indígenas, sindicales, ambientalistas, de mujeres y de derechos humanos, entre muchas otras, en el marco de una lucha contrainsurgente previamente concebida.

Tercero, miremos la respuesta del Estado. Esta se puede mostrar en varios niveles:

a) Negar la existencia del victimario: decir que los paramilitares no existen como tal.

b) Tratar de negar los asesinatos, reduciéndolos a hechos aislados o a delitos comunes inconexos entre ellos.

c) Negar los casos en los cuales hay connivencia de agentes del Estado. d) Hacer creer que la omisión no es un delito, que el Estado no tiene ninguna responsabilidad por los crímenes que no ha cometido de manera directa.

No creemos que el debate sobre el nombre de los perpetradores (que si paramilitares, neo-paramilitares, herederos o Bacrim) sea lo esencial, ni tampoco la respuesta estatal de presentar como una constante los pocos casos, en los cuales la muerte de una persona líder corresponde a un hecho aislado. Eso ofende la inteligencia y la razón. El debate debe hacerse sobre la realidad.

De lo anterior podemos concluir varias cosas:

a) Al liderazgo social sí lo están matando en Colombia;

b) Esas muertes sí son sistemáticas, lo que quiere decir que obedece a unas acciones deliberadas que implican un grado de planeación;

y c) El Estado, ya sea por acción o por omisión, sí tiene una responsabilidad directa en ese plan sistemático de eliminación del liderazgo social que busca su exterminio. La impunidad, la omisión y ciertas medidas militares (apoyando a los perpetradores) indican claramente la “intención de destruir”.

La doctrina del “enemigo interno” dicta la eliminación de opositores del régimen, así el gobierno diga que no persigue destruir al liderazgo social, pero las consecuencias de sus actos contribuyen a su destrucción como grupo, como pasó con la UP. Luego, esto es Genocidio. Es imposible, a la luz de los hechos, evadir la conclusión de que el Estado colombiano trata de destruir al liderazgo social en cuanto comunidad, en cuanto colectivo. Por tanto, la categoría Genocidio puede y debe ser aplicada en este caso.

Nota:

[*] Francisco Gutiérrez, Margarita Marín, Francy Carranza. Dinámicas del asesinato de líderes rurales: las covariables municipales. Reporte semestral del Observatorio de Restitución y Regulación de Derechos de Propiedad Agraria; Programa en Red de la universidades Nacional, Rosario, Norte, Sinú y Sergio Arboleda. Bogotá, Junio de 2017. www.observatoriodetierras.org.

Fuente:http://www.rebelion.org/noticia.php?id=229494&titular=%BFexiste-un-genocidio-en-curso-contra-los-l%EDderes-sociales?-

Comparte este contenido:

Medioambiente e igualdad social

Por: Alvaro García Linera

¿Puede la naturaleza hablar? ¿Puede la naturaleza contarnos los males que le afectan? Descontando el lenguaje verbal creado por el ser humano, la naturaleza no verbaliza; lo que sí tiene es una capacidad infinita de comunicar, mediante otros lenguajes no proposicionales, un conjunto de conmociones que la están perturbando. El calentamiento global es uno de estos cambios dramáticos que a diario la naturaleza nos informa. Cambios abruptos del clima, sequias en regiones anteriormente húmedas; deshielo de glaciales, cataclismos ambientales, huracanes con fuerza nunca antes vista, desbordes crecientes de ríos., etc., son solo unos de los cuantos efectos comunicacionales con los que la naturaleza informa de lo que le está sucediendo.

No obstante, la manera en que las catástrofes ambientales afectan la vida de la humanidad no es homogénea ni equitativa; mucho menos lo es la responsabilidad que cada ser humano tiene en su origen.

Clase y raza medioambiental

En la última década, se puede constatar que las catástrofes naturales más importantes están presentes por todo el globo terráqueo, sin diferenciar continentes o países; en ese sentido, existe una especie de democratización geográfica del cambio climático. Sin embargo, los daños y efectos que esos desastres provocan en las sociedades, claramente están diferenciados por país, clase social e identificación racial. De manera consecutiva, hemos tenido en el periodo 2014-2016, los años más calurosos desde 1880, lo que explica la disminución en el ritmo de lluvias en muchas partes del planeta. Aun así, los medios materiales disponibles para soportar y remontar estas carencias y, por tanto, los efectos sociales resultantes de los trastornos ambientales, son abismalmente diferentes según el país y la condición social de las personas afectadas. Por ejemplo, ante la escasez de agua en California, la gente se vio obligada a pagar hasta un 100% más por el líquido elemento, aunque esto no afectó su régimen de vida. En cambio, en el caso de la Amazonía y las zonas de altura del continente latinoamericano se tuvo una dramática reducción del acceso a los recursos hídricos para las familias indígenas, provocando malas cosechas, restricción en el consumo humano de agua y ‒especialmente en la Amazonía‒ parálisis de gran parte de la capacidad productiva extractiva con la que las familias garantizaban su sustento anual.

Asimismo, el paso del huracán Katrina por la ciudad de Nueva Orleans en 2005, dejó más de dos mil muertos, miles de desaparecidos y un millón de personas desplazadas. Pero los efectos del huracán no fueron los mismos para todas las clases e identidades étnicas. Según el sociólogo P. Sharkey [1] , el 68% de las personas fallecidas y el 84% de las desaparecidas eran de origen afroamericano. Ello, porque en las zonas propensas a ser inundadas, donde el valor de la tierra es menor, viven las personas de menos recursos; mientras que los que habitan en las zonas altas son los ricos y blancos.

En este y en todos los casos, la vulnerabilidad y el sufrimiento se concentran en los más pobres (indígenas y negros), es decir, en las clases e identidades socialmente subalternas. De ahí que se pueda hablar de un enclasamiento y racialización de los efectos del cambio climático.

Entonces, los medios disponibles para una resiliencia ecológica ante los cambios medioambientales dependen de la condición socioeconómica del país y de los ingresos monetarios de las personas afectadas. Y, dado que estos recursos están concentrados en los países con las economías dominantes a escala planetaria y en las clases privilegiadas, resulta que ellas son las primeras y únicas capaces de soportar y disminuir en su vida esos impactos, comprando casas en zonas con condiciones ambientales sanas, accediendo a tecnologías preventivas, disponiendo de un mayor gasto para el acceso a bienes de consumo imprescindibles, etc. En cambio, los países más pobres y las clases sociales más vulnerables, tienden a ocupar espacios con condiciones ambientales frágiles o degradadas, carecen de medios para acceder a tecnologías preventivas y son incapaces de soportar variaciones sustanciales en los precios de los bienes imprescindibles para sostener sus condiciones de vida. Por tanto, la democratización geográfica de los efectos del calentamiento global se traduce, instantáneamente, en una concentración nacional, clasista y racial del sufrimiento y el drama causados por los efectos climáticos.

Este enclasamiento racializado del impacto medioambiental se vuelve paradójico e incluso moralmente injusto cuando se comparan los datos de las poblaciones afectadas y de las poblaciones causantes o de mayor incidencia en su generación.

La nueva etapa geológica del antropoceno ‒un concepto propuesto por el Premio Nobel de Química, P. Crutzen‒, caracterizada por el impacto del ser humano en el ecosistema mundial, se viene desplegando desde la Revolución Industrial a inicios del siglo XVIII. Y, desde entonces, primero Europa, luego Estados Unidos, y en general las economías capitalistas desarrolladas y colonizadoras del norte, son las principales emisoras de los gases de efecto invernadero que están causando las catástrofes climáticas. Sin embargo, los que sufren los efectos devastadores de este fenómeno son los países colonizados, subordinados y más pobres, como los de África y América Latina, cuya incidencia en la emisión de CO2 es muchísimo menor.

Según datos del Banco Mundial [2] , Kenia contribuye con el 0,1% de los gases de efecto invernadero, pero las sequías provocadas por el impacto del calentamiento global llevan a la hambruna a más del 10% de su población. En cambio, en EEUU, que contribuye con el 14,5%, la sequía solo provoca una mayor erogación de los gastos en el costo del agua, dejando intactas las condiciones básicas de vida de su ciudadanía. En promedio, un alemán emite 9,2 toneladas de CO2 al año; en tanto que un habitante de Kenia, 0,3 toneladas. No obstante, quien lleva en sus espaldas el peso del impacto ambiental es el ciudadano keniano y no el alemán. Datos similares se puede obtener comparando el grado de participación de los países del norte en la emisión de gases de efecto invernadero, como Holanda (10 TM por persona/año), Japón (7 TM), Reino Unido (7,1 TM), España 5 TM), Francia 8% TM), pero con alta resilencia ecológica; frente a países del sur con baja participación en la emisión de gases de efecto invernadero, como Bolivia (1,8 TM), Paraguay (0,7 TM), India (1,5 TM), Zambia (0,2 TM), etc., pero atravesados de dramas sociales producidos por el cambio climático. Existe, entonces, una oligarquización territorial de la producción de los gases de efecto invernadero, una democratización planetaria de los efectos del calentamiento global, y una desigualdad clasista y racial de los sufrimientos y efectos de las conmociones medioambientales.

Medioambientalismos coloniales

Si la naturaleza comunica los impactos de la acción humana en su metabolismo de una forma jerarquizada, también existen ciertos conceptos referidos al medioambiente, parcializados de una manera todavía más escandalosa; o, peor aún, que legitiman y encubren estas focalizaciones regionales, clasistas y raciales.

Como señala McGurty [3] para el caso norteamericano en la década de los 70 del siglo XX, lo que hizo posible que el debate público sobre las demandas sociales de las minorías étnicas urbanas, e incluso del movimiento obrero sindicalizado, fuera soslayado, llevando a que la “temática social” perdiera fuerza de presión frente al gobierno, fue un tipo de discurso medioambientalista. Un nuevo lenguaje acerca del medio ambiente, cargado de una asepsia respecto a las demandas sociales, que ciertamente puso sobre la mesa una temática más “universal”, pero con responsabilidades “adelgazadas” y diluidas en el planeta; a la vez que distantes política y económicamente respecto a las problemáticas de las identidades sociales (obreros, población negra). Aspecto que no deja de ser celebrado por las grandes corporaciones y el gobierno que ven encogerse así sus deudas sociales con la población.

Por otra parte, el sociólogo francés Keucheyan [4] subraya cómo en ciertos países como Estados Unidos, el “color de la ecología no es verde sino blanco”; no solo por la mayoritaria condición social de los activistas ‒por lo general, blancos, de clase media y alta‒, sino también por la negativa de sus grandes fundaciones a involucrarse en temáticas medioambientales urbanas que afectan directamente a los pobres y las minorías raciales.

Al parecer, la naturaleza que vale la pena salvar o proteger no es “toda” la naturaleza ‒de la que las sociedades son una parte fundamental‒, sino solamente aquella naturaleza “salvaje” que se encuentra esterilizada de pobres, negros, campesinos, obreros, latinos e indios, con sus molestosas problemáticas sociales y laborales.

Todo ello refleja, pues, la construcción de una idea sesgada de naturaleza de clase, asociada a una pureza original contrapuesta a la ciudad, que simboliza la degradación. Así, para estos medioambientalistas, las ciudades son sucias, caóticas, oscuras, problemáticas y llena de pobres, obreros, latinos y negros, mientras que la naturaleza a proteger es prístina y apacible, el santuario imprescindible donde las clases pudientes, que disponen de tiempo y dinero para ello, pueden experimentar su autenticidad y superioridad.

En los países subalternos, las construcciones discursivas dominantes sobre la naturaleza y el medioambiente comparten ese carácter elitista y disociado de la problemática social, aunque incorporan otros tres componentes de clase y de relaciones de poder.

En primer lugar se encuentra el estado de auto-culpabilización ambiental. Eso quiere decir que la responsabilidad frente al calentamiento global la distribuyen de manera homogénea en el mundo. Por tanto, talar un árbol para sembrar alimentos tiene tanta incidencia en el cambio climático como instalar una usina atómica para generar electricidad. Y como en la mayoría de los países subalternos existe una apremiante necesidad de utilizar los recursos naturales para aumentar la producción alimenticia u obtener divisas a fin de acceder a tecnologías y superar las precarias condiciones de vida heredadas tras siglos de colonialidad, entonces, para estas corrientes ambientalistas, los mayores responsables del calentamiento global son estos países pobres que depredan la naturaleza. No importa que su contribución a la emisión de gases de efecto invernadero sea del 0,1% o que el impacto de los millones de coches y miles de fábricas de los países del norte afecte 50 o 100 veces más al cambio climático. Surge así una especie de naturalización de la acción anti-ecológica de la economía de los países ricos, de sus consumos y de su forma de vida cotidiana, que en realidad son las causantes históricas de las actuales catástrofes naturales. Dicha esquizofrenia ambiental llega a tales extremos, que se dice que la reciente sequía en la Amazonía es responsabilidad de unos cientos de campesinos e indígenas que habilitan sus parcelas familiares para cultivar productos alimenticios y no, por ejemplo, del incesante consumo de combustibles fósiles que en un 95% proviene de una veintena de países del norte, altamente industrializados.

La financiarización de la plusvalía medioambiental

Un segundo componente de esta construcción discursiva de clase es una especie de “financiarización medioambiental”. En los países capitalistas desarrollados ha surgido una economía de seguros, expansiva y altamente lucrativa, que protege a empresas, multinacionales, gobiernos y personas de posibles catástrofes ambientales. Así, el desastre ambiental ha devenido en un lucrativo y ascendente negocio de aseguradoras y reaseguradoras que protegen las inversiones de grandes empresas, no solo de crisis políticas, sino de cataclismos naturales mediante un mercado de “bonos catástrofe” [5] , volviendo al capital “resilente” al calentamiento global. Paralelamente a ello, en los países subalternos emerge un amplio mercado de empresas de transferencia de lo que hemos venido a denominar plusvalía medioambiental.

A través de algunas fundaciones y ONG, las grandes multinacionales del norte financian, en los países pobres, políticas de protección de bosques. Todo, a cambio de los Certificados de Emisión Reducida (CER) [6] que se cotizan en los mercados de carbono. De esta manera, por una tonelada de CO2 que se deja de emitir en un bosque de la Amazonía gracias a unos miles de dólares entregados a una ONG que impide su uso agrícola, una industria norteamericana o alemana de armas, autos o acero, que utiliza como fuente energética al carbón y emite gases de efecto invernadero, puede mantener inalterable su actividad productiva sin necesidad de cambiar de matriz energética o de reducir su emisión de gases ni mucho menos parar la producción de sus mercancías medioambientalmente depredadoras. En otras palabras, a cambio de 100.000 dólares invertidos en un alejado bosque del sur, la empresa puede ganar y ahorrar cientos de millones de dólares, manteniendo la lógica de consumo destructiva inalterada.

Así, hoy el capitalismo depreda la naturaleza y eleva las tasas de ganancia empresarial. Convierte la contaminación en un derecho negociable en la bolsa de valores. Hace de las catástrofes ambientales provocadas por la producción capitalista, una contingencia sujeta a un mercado de seguros. Y finalmente transforma la defensa de la ecología en los países del sur, en un redituable mercado de bonos de carbono concentrado por las grandes empresas y países contaminantes. En definitiva, el capitalismo esta subsumiendo de manera formal y real la naturaleza, tanto en su capacidad creativa, como el mismísimo proceso de su propia destrucción.

Por último, el colonialismo ambiental recoge de su alter ego del norte el divorcio entre naturaleza y sociedad, con una variante. Mientras que el ambientalismo dominante del norte propugna una contemplación de la naturaleza purificada de seres humanos ‒su política de exterminio de indígenas le permite ese exceso‒, el ambientalismo colonizado, por la fuerza de los hechos, se ve obligado a incorporar en este tipo de naturaleza idealizada, a los indígenas que inevitablemente habitan en los bosques. Pero no a cualquier indígena porque, para ellos, el que cultiva la tierra para vender en los mercados, el que reclama un colegio, hospital, carretera o los mismos derechos que cualquier citadino, no es un verdadero sino un falso indígena, un indígena a “medias”, en proceso de campesinización, de mestización; por tanto, un indígena “impuro”. Para el ambientalismo colonial, el indígena “verdadero” es un ser carente de necesidades sociales, casi camuflado con la naturaleza; ese indígena fósil de la postal de los turistas que vienen en busca de una supuesta “autenticidad”, olvidando que ella no es más que un producto de siglos de colonización y despojo de los pueblos del bosque.

En síntesis, no hay nada más intensamente político que la naturaleza, la gestión y los discursos que se tejen alrededor de ella. Lo lamentable es que en ese campo de fuerzas, las políticas dominantes sean, hasta ahora, simplemente las políticas de las clases dominantes. Por eso, aun son largos el camino y la lucha que permitan el surgimiento de una política medioambiental que, a tiempo de fusionar temáticas sociales y ecológicas, proyecte una mirada protectora de la naturaleza desde la perspectiva de las clases subalternas, en lo que alguna vez Marx denominó una acción metabólica mutuamente vivificante entre ser humano y naturaleza [7] .

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=226695

 

Comparte este contenido:

«El macrismo combina ineptitud, desconocimiento y voracidad ajustadora»

Entrevista a Gustavo Lerer, delegado general del Hospital Garrahan

Por: Mario Hernandez

M.H.: Desmantelaron el vacunatorio del hospital Garrahan, comentanos qué sucedió.

G.L.: En realidad el vacunatorio no se desmanteló, se achicó. Tiene una superficie muy pequeña, nunca se le dio verdadera importancia y se generaban espacios satélites donde se daban vacunas tanto para los chicos que venían de manera ambulatoria al hospital, así como para los adultos en situación de riesgo, gente mayor o gente enferma; y también para los trabajadores del hospital. Lo que hicieron fue eliminar todos los satélites con excusas ridículas, como que no cumplían con la superficie o las condiciones, pero cuando internan a los pibes en los pasillos no se fijan en las condiciones.

Lo que hubo en realidad fue un achicamiento y con esto una reducción de la cantidad de vacunas administradas en esos sectores. Lo que hay que decir es que el vacunatorio sigue funcionando, lo que pasa es que se arman colas mucho más grandes, la gente se pone muy molesta por la espera, algunos se van sin vacunar al niño o sin vacunarse en el caso de los adultos. Otros se ponen violentos con las compañeras que están trabajando allí.

M.H.: Me llamó la atención que este achicamiento se dio en paralelo con el proyecto de una diputada de Cambiemos que busca eliminar la vacunación obligatoria.

G.L.: De alguna manera son cuestiones paralelas que demuestran la estupidez y los ajustes que pretende hacer esta gente sin importarles la salud, ni la educación, ni nada. El proyecto de ley es escandaloso, hasta la propia Sociedad Argentina de Pediatría lo rechazó. Es un cachivache completo con argumentos pseudo progresistas o basados en terapias alternativas que no tienen validación científica, que dicen que ahora hay gente que no quiere vacunar a sus hijos y por eso es mejor que no sea obligatorio. Una estupidez completa porque está comprobado lo que significan las campañas de vacunación, que sean obligatorias, porque el que no se vacuna no solo se pone en riesgo a sí mismo sino que pone en riesgo a los demás porque se estimula a que se propague la enfermedad. Tiene más o menos que ver con lo que hicieron con los discapacitados y todas estas cuestiones que vienen haciendo, demuestran un desconocimiento y una ineptitud completa por un lado y por otro una voracidad ajustadora que se desarrolla permanentemente.

M.H.: En la última oportunidad que nos encontramos fue en el auditorio de ATE Capital participando de un plenario en apoyo al conflicto de PepsiCo, hoy (11/7) hubo una convocatoria realizada por los compañeros en relación a la ratificación de la Jueza Rodríguez Mentasti del juzgado Nº 3 de Garantías respecto del desalojo de la fábrica que está ocupada hace más de una semana por los trabajadores. Me gustaría aprovechar este contacto para escuchar una reflexión tuya respecto de la situación que atraviesan los trabajadores en este momento particular de nuestro país donde se han producido 1.000 despidos en la construcción en Zárate y hemos recabado información el fin de semana de que durante toda esta gestión de la administración macrista se han cerrado 7 fábricas por día.

G.L.: Esto tiene que ver con una situación económica mundial. Parece como que detrás de esto está Macri nada más y lo que hay que recalcar es que cuenta con el apoyo del conjunto de la burguesía y el conjunto de los partidos patronales, aunque para las elecciones hagan como “Titanes en el Ring”, hacen que se pelean pero no pasa nada. Por eso les han votado todas las leyes, Macri ha vetado leyes y no han hecho nada, por eso la CGT traiciona descaradamente y las situación se sostiene de esta manera. La discusión entre los sectores patronales es cómo aplicar el ajuste. El problema es que lamentablemente el movimiento obrero esta bastante golpeado, venimos de derrotas importantes como la de los choferes de Córdoba, lo de AGR, cuando se cierra una fábrica se luche o no es una derrota para los trabajadores, es un retroceso.

Los responsables son los dirigentes traidores que no unifican el plan de lucha para poder enfrentarse a los cierres de fábricas, ante los que hay que ocupar y exigir la estatización bajo control obrero, sobre todo en estos casos en los que las multinacionales producen un lockout para precarizar la producción.

En PepsiCo está claro que lo que quieren hacer es parecido a lo que hicieron con Paty, llevar a otro lugar la empresa adonde puedan contratar gente nueva, se sacan de encima los enfermos, contratan gente en situación precarizada, no cumpliendo con el convenio. En PepsiCo hay una Comisión Interna combativa que lucha por mejoras permanentes y por ahora la cuestión sigue abierta.

La patronal de la multinacional ha contado también con la complicidad y el acuerdo del gobierno. Se vive una ofensiva mayor con el proyecto de regreso a las AFJP, el alargamiento de la edad jubilatoria, con la liquidación de los derechos sociales, todos estaríamos como los compañeros de la UOCRA a quienes les depositan parte del sueldo en la bolsa de desempleo entonces uno se paga su propia indemnización en cuotas.

Frente a esto la única posibilidad es organizarse de manera clasista e independiente. El FPV plantea como solución votar a Cristina, junto con la CTA de Yaski, los dirigentes del subte, los dirigentes de ATE Capital, la cuestión es ¿“los vamos a castigar con el voto” para que luego otro sector burgués “la levante en pala” como le gusta decir a la ex presidenta?

La perspectiva de un gobierno de Scioli era con Miguel Bein en el Ministerio de Economía, siendo hoy uno de los principales aplaudidores de las medidas que saca Macri. Entonces la única posibilidad es la ruptura de los trabajadores con el FPV con el macrismo y el PJ y su organización en partidos de la clase trabajadora, revolucionarios que lleven adelante la lucha por el poder para los trabajadores.

Yo pertenezco al partido Causa Obrera y nosotros proponemos caracterizar que hay una crisis económica de trasfondo en el mundo, ya vimos lo que pasó en Grecia y no hay ninguna posibilidad de que dentro de los márgenes del sistema pueda haber alguna solución. La única salida es organizarse con un programa que dé respuesta a la situación, a la nacionalización de la banca, al comercio exterior, al control de los principales resortes de la economía y tratar de ganar a los trabajadores con ese programa para la construcción de un partido revolucionario que se ponga a la cabeza de esta tarea.

Antes de terminar, y volviendo al Garrahan, tenemos un banderazo por los 5.000 pesos reclamando por lo que fue la paritaria trucha de UPCN y quiero anunciar también que van a venir los compañeros del Posadas que están peleando porque les aumentaron la jornada laboral a los compañeros de la noche, que trabajan 10 horas y las quieren subir a 12. Esto va a ser el viernes 14 y también nos va a acompañar Claudia Aguirre, hermana de la joven misionera Victoria Aguirre que lleva más de dos años presa, injustamente acusada de la muerte de su hija Selene.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=229480&titular=%22el-macrismo-combina-ineptitud-desconocimiento-y-voracidad-ajustadora%22-

Comparte este contenido:

Colombia:Educación sin planificación, atención y control es un limbo

Colombia / www.las2orillas.co / 26 de Abril de 2017

“Con educación cimentada e indiscriminada, atendida y controlada se baja el índice de criminalidad y desvanecen los hacinamientos carcelarios”

La educación es un derecho fundamental, que debe imperar en beneficio común, sin discriminaciones, ni privilegios particulares. Debe funcionar de manera planificada, mediante cátedras y programas, concurrentes con los métodos técnicos, la atención, dedicaciones en estándares y disciplinas, que permita lograr la calidad, con éxito en favor de los estudiantes

La educación pública no debe ser una nave a la deriva. Opera sin rumbo, en constante disputa de nunca acabar, entre el sindicato Fecode y el gobierno. Con ministros improvisados, sobre conocimientos de educación, en los manejos de esta, girando por donde los orienten los asesores, sobre interés en beneficios personales, enfrentando problemas y colisiones, con los directivos sindicales, que reclaman un rosario de pretensiones, dejando resultados desastrosos en la educación pública, por responsabilidad directa, de los operadores, que las desajustan y desangran; saciando, acaparando y desviando; recursos económicos destinados a la educación, que terminan esfumándose, entre la administración institucional y el sindicato de profesores, que se han habituado  a los paros, donde no hay un año, en que no se causen, por cualquiera sea el motivo, que traduce y en sombran  parálisis, en perjuicio de los estudiantes  y en detrimento del patrimonio público.

La educación en Colombia requiere de un cambio extremo de 180°, precisamente ahora, que se salen pensionando, un número regular de docentes y educadores, de escuelas y colegios bachilleratos públicos, en el territorio nacional, implementando sistemas prácticos y elementales, de enseñanzas con direccionamientos, orientaciones en  objetividad y precisión, para el aprendizaje, relacionado con los conocimientos de identificación, derechos y respeto; a las: persona, medio ambiente, familia, política, humanidad, urbanidad, civismo, solidaridad, moralidad, ética y todo lo pertinente; para el entendimiento, comportamientos y demás; fuentes académicas, que provengan y originen, en la educación desde la infancia, a la adolescencia y adultez.

La planificación en la educación sirve para diseñar la hoja o el rumbo de las rutas y destino, sustituyendo la metodología por estilo contemporáneo existente, al ser obsoleta, desactualizada, descontextualizada y por la situación crítica que padece, que no es posible resolverla y arreglar, en la marcha, suturando, empatando y pegando parches en activaciones circunstanciales reiterativa.  Se necesita de proyecto y programas, que depuren e implementen, cambios estratégicos, que transforme  la educación pública, tendiente a menguar la violencia, garantizar calidad, seguridad, trabajo, bienestar, progreso y desarrollo social. Démosle el valor y la importancia, que la educación merece. No es justo que la traten como cenicienta y la maltraten, con desamor, colocando en deprimentes condiciones, por desatención y mala fe

Para descontaminar los sistemas que corroen, carcomen y destruyen, las instituciones, poderes, servicios y autoridades públicas, necesariamente deben comenzar por la educación, a través de la formación de nuevos cultivos humanos. Los despelotes, crímenes, zozobras, miedos, reacciones violentas, desconfianza, dudas e ignorancias se generan por la falta de educación o educación al garete, sin principios ni brújula.

Las universidades y escuelas técnicas deben ofrecer estudios y a la vez promover formas de trabajo a los profesionales que se titulen, centralizando en plataformas las informaciones, suscribiendo convenios y acuerdos, institucionales e interadministrativos, con conexiones en línea de comunicación, intermediación y aval certificado.

Concentrémonos en estudiar lo que se pueda, en la oportunidad propicia. No siempre lo que nos guste, para no estancarse desempleado o aventurarse, a una competencia saturadas de ofertas, sin demandas, aprovechada para absorber oportunidad de trabajo por necesidad a bajo costo, explotando a los desempleados inhumanamente.

Es insólito que el presupuesto de educación esté por debajo del Ministerio de Defensa. Con un presupuesto bien planificado, digitado y estructurado para los fines previstos es tangible la prosperidad de cambio, requiriendo de inversiones apropiadas, para transformar y cambiar, la forma educativa, desde los métodos y formas, de enseñanzas y programas de estudios, según las diferentes formas operativas. Para elevar la calidad deben promoverse los grados y especialidades de los educadores incrementando el salario básico.

Con educación cimentada e indiscriminada, atendida y controlada se baja el índice de criminalidad y desvanecen los hacinamientos carcelarios, lo que conlleva reducciones de gastos institucionales en Policía, Inpec, Ejército, fiscales y jueces.

Fuente:https://www.las2orillas.co/educacion-sin-planificacion-atencion-control-limbo/

Comparte este contenido:

Argentina: La cruda ofensiva del capital

Por: Fabián Kovacik

Violento desalojo de la multinacional Pepsico

No son tiempos precisamente favorables a los trabajadores los que corren en Argentina. La violenta represión contra los obreros de la planta de la multinacional estadounidense Pepsico, ubicada en la localidad de Florida, al noroeste de la capital, fue un punto de inflexión en la era Macri. A los golpes y las balas de goma se sumó la violación de normas legales por parte de la patronal, con el apoyo explícito del gobierno y los sectores judiciales afines.

El 20 de junio pasado Pepsico Argentina –una fábrica de papas fritas y comidas saladas, con 58 años de presencia en el país– comunicó que la planta de Florida era inviable y sería cerrada, y que 155 de sus 691 trabajadores serían reubicados en la ciudad de Mar del Plata. Seis días después un grupo de los despedidos tomó la planta y 20 días más tarde fueron desalojados violentamente. La jueza Andrea Rodríguez Mentasty ordenó el desalojo, que dejó heridos por los palos y gases repartidos por la Policía Bonaerense. Hay grandes dudas sobre la legitimidad del nombramiento de la magistrada, que obtuvo el cargo de jueza a fines de diciembre de 2015: su ex marido, el diputado provincial macrista Walter Carusso, integra el Consejo de la Magistratura provincial, órgano encargado de designar a los jueces. Veinte días después de asumir Carusso en el Consejo, Rodríguez Mentasty llegó a jueza.

Apenas desalojada la planta en la mañana del viernes 14, el presidente Mauricio Macri advirtió que “no es legal que veinte personas ocupen una fábrica cuando el resto de sus compañeros ya fueron reubicados por la empresa y fueron pagas las indemnizaciones correspondientes”. El titular de Pepsico Argentina es Marcelo Bombau, gerente del grupo Clarín y propietario de al menos 12 sociedades off shore, según revelaron los llamados Panama Papers, sin contar una intrincada trama de participaciones societarias que incluyen los rubros alimentario, inmobiliario y financiero. Bombau también compartió gerencia en la multinacional Milkaut con el actual vicejefe del Gabinete presidencial, Gustavo Lopetegui. Un currículum prototípico de la picaresca empresarial con vínculos políticos. Tras el cierre del 20 de junio, la empresa comenzó a importar productos desde Chile, pese a que el balance de 2016 arrojó ganancias por 4.690 millones de pesos y ubicó a Pepsico Argentina entre las 20 compañías más ganadoras según el ranking elaborado anualmente por la revista especializada Mercado.

El desalojo de la planta llevó a que la Cámara del Trabajo ordenara el martes 17 la reincorporación de 11 trabajadores a partir de un recurso de amparo presentado por los despedidos apenas fueron cesanteados. El caso se convierte en testigo y los trabajadores fueron rodeados por organismos de derechos humanos y partidos de izquierda. En año y medio de gobierno macrista se cerraron 5 mil empresas medianas y pequeñas, con un saldo de 200 mil nuevos desempleados, de acuerdo a datos del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento.

Hace dos semanas la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, advirtió que no toleraría que la empresa de pintura Cintoplom, bajo control obrero desde 2003, siguiera en manos de los trabajadores. La gobernadora vetó una ley de la legislatura provincial que beneficiaba a los trabajadores de la empresa prorrogando el plazo de otorgamiento del inmueble a la cooperativa. Según el decreto firmado por Vidal, prorrogar la expropiación “puede configurar una turbación y restricción al derecho de propiedad”.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=229499&titular=la-cruda-ofensiva-del-capital-

 

Comparte este contenido:

Paraguay: Riera se compromete con la educación de calidad

Paraguay / www.ultimahora.com / 26 de Julio de 2017

Como parte del compromiso dentro de la Agenda 2030, ratificada por Paraguay ante las Naciones Unidas, desde el MEC se enfocaron en la educación de calidad como nuevo desafío de una nación en democracia.

«El Paraguay está lleno de Roa Bastos y de Szarán pero no tienen las mismas oportunidades para explotar sus talentos», manifestó el ministro de Educación este martes en su ponencia frente a representantes de otros países que participan del seminario de Objetivos de Desarrollo Sostenible en Paraguay.

Dijo que mejorar la calidad de la educación es el nuevo desafío del siglo XXI, ya que en los 90, con la caída de la dictadura y la creación de una nueva Constitución Nacional, el objetivo era ampliar los centros educativos y comenzó la rápida construcción de escuelas y colegios en todo el país.

Desde la caída de la dictadura considera que se avanzó en dos ejes importantes: la transformación de una cultura vertical y autoritaria a una cultura democrática, y la necesidad de ampliar la cobertura escolar.

El tercer eje dijo que es la educación inclusiva, para donde señaló que se necesita una actitud más proactiva de los educadores, quienes a su criterio tienen que estar más atentos a los chicos que tengan alguna necesidad especial y particular, como por ejemplo los que tienen atención dispersa o hiperactividad.

Educación privada versus educación pública

Riera aprovechó para hablar de la alerta que se tiene en el sector privado, teniendo en cuenta que hijos de directores, supervisores y docentes del sector público son alumnos de colegios privados. «Ahí se puede analizar si realmente existe un sistema educativo justo y equitativo», criticó.

«No los estoy cuestionando, solo estoy hablando de una dura realidad porque quizás la educación es de calidad», manifestó el ministro.

Habló de que también muchos docentes enseñan por la mañana en el sector público y por la tarde en el sector privado por la diferencia salarial.

Dijo que no hay una regla que hable de que en todos lados se enseñe igual, pero que es un tema que se tiene que poner sobre la mesa.

Apuntó finalmente a que no se descanse la educación en general en las escuelas y en los docentes, ya que es también un rol importante que cumple la sociedad y la familia, como formadores natos y constantes,

«A veces creemos que descansando toda la responsabilidad de la educación solo en el aparato educativo está resuelto el problema y la cosa es un poquito más compleja», enfatizó.

Fuente:http://www.ultimahora.com/riera-se-compromete-la-educacion-calidad-n1098392.html

Comparte este contenido:

Argentina: El espectáculo de la intemperie

Por: Sandra Russo

El cóctel molotov de este invierno estalla dentro de los cinco mil cuerpos que yacen en la noche, en la intemperie porteña. No son cuerpos anónimos, sino cuerpos con historia y con recuerdos de otros tiempos con techo. Por ese techo se pagaba con el trabajo que el macrismo ya deshizo o destruyó. Lo novedoso del macrismo es una disposición a la impiedad frontal. Una pulsión visceral a la despersonalización del otro, que ya no es la patria, porque el macrismo florece en un mundo trasnacional que vomita fronteras y rinde culto al off shore. No necesita de nada que se denomine patria. El dinero no tiene a sus padres enterrados en ninguna parte. El alma buitre del macrismo tampoco se detiene a pensar cómo habrá sido la eterna última noche bajo cero que un padre o una madre vieron convulsionar de frío a sus hijos. El alma buitre no es conmovible. Está diseñada con un dólar siempre atrasado como molde. Se alimenta de dolor y de entrañas ruidosas por el vacío que guardan. El alma buitre no es alma: es espina, es garrote, es balazo o es gas, es patada y señalador de desechos humanos.

Ese es el toque que caracteriza a este “fascismo democrático”–según describe Alain Badiou en la figura revulsiva de Donald Trump– que corona la irrupción al poder de gente que a muchísima otra gente le parece inconcebible y que sin embargo no sólo gobierna en ciudades y países de varios continentes, recalculando hasta dónde debe entrar la cuchilla de la crueldad en la carne de los otros, y que se hace más fuerte, se autoafirma, cuanto más hondo se muestra capaz de herir y malograr. De pronto, el mundo volvió a ser el Coliseo romano, pero en lugar de cristianos o de esclavos hay pobres, viejos y nuevos, y en lugar de leones hay multimillonarios a los que centenares de falsos periodistas untan minuto a minuto con la fascinación electrónica, lavándoles los pies de toda culpa, cubriéndoles los crímenes con tapaojeras, como si fueran vedettes del mal.

El estupor general suele ganarle a la indignación. Porque funciona. Ellos buscan votos enarbolando no banderas, sino motosierras humanitarias. Y los encuentran. Haber los hay. Les sigue garpando el asunto de la herencia pesada, la yegua, Bonadio, esas letanías de corrupción que de paso toman otros mediocres aspirantes a ser un poco menos crueles que éstos. Si algo de hallazgo político tiene Macri, es haberle sacado el velo al viejo sentido común que nos devolvía la imagen de un pueblo solidario y sensible, que donaba colchones o alimentos no perecederos en las catástrofes. La Argentina entera hoy es una catástrofe, pero no sólo porque gobierna Macri, sino sobre todo porque se lo tolera, porque se deja corromper, igual que otros pueblos, por ricos rústicos que sólo usaron alguna vez sus manos para contar lo propio. Macri no tiene idea de qué es un guante de trabajo. Se los pone al revés. Rodríguez Larreta nunca anduvo en el barro: él también se pone las botas de lluvia al revés. No disimulan porque no haber trabajado con las manos ni haber recorrido el territorio que gobiernan es parte de su lógica: no hay equivocación. Han logrado que la manada de repetidores con sobre por debajo de la mesa los muestre “auténticos”, y la masa peinada con spray mastica esa “autenticidad” mientras le llega el turno de ser su vez masticada por ellos.

Este invierno, que atravesó esta semana sus días más crudos hasta ahora, recibió con sus brazos gélidos a cinco mil expulsados irredentos del sistema que ofrece coqueterías a las mascotas y dedica una Dirección General a los ciclistas. Quienes los contaron llegaron a ese número que quintuplica el número oficial, pero desde el invierno pasado hemos visto cada uno de nosotros cómo en la esquina, en la puerta del bar ya cerrado, o en el umbral de la casa en venta, o en el cajero automático de la avenida, o bajo el alero del hipermercado, o en la recepción abierta del edificio sin terminar ellos se iban acomodando. Qué palabra insolente. Pero sí, acomodaban sus dos o tres bolsas de plástico, su colchón manchado de viejo o de sucio, su frazada tosca, su pila de diarios. Hemos visto que un día amanecieron ahí, muchos de ellos conciliando el sueño con alcohol, y otros con los ojos todavía asombrados de que ésta sea la vida que les toca. Algunos antes vendían artesanías o hacían changas que ya no hay. Casi todos conocían la miseria, pero fue entre el invierno pasado y éste en curso que comenzaron a formar parte del ejército rendido de los que sólo pueden dar la pelea de esta noche, los que deben llegar con vida hasta mañana. Han sido reducido por los jíbaros macristas a esas sobras que cuando Macri era jefe de gobierno de esta ciudad, la UCEP echaba a patadas porque deslucían el espacio público. Un sin techo no puede competir con una linda mascota que se ha hecho la manicura. En la ciudad macrista los perros o los gatos son mejor vistos que los seres humanos de piel oscura.

De los ´90, cuando los sin techo eran legión y casi plaga, recuerdo una nota que escribió Gabriel Giubellino en Clarín. Era una crónica muy buena sobre un matrimonio entre un hombre sin techo que dormía en las escalinatas de una iglesia, y una mujer a la que se había unido y con la que se había casado gracias a una colecta que les había permitido costear el trámite. Me quedó grabado a fuego el final de aquella nota, cuando el cronista, antes de irse, le preguntaba al novio: “¿Con qué soñás?”, y el novio contestaba: “Sueño con cerrar una puerta”. Y en esas cinco palabras sencillas a uno se le venía encima esa intemperie, que no sólo implicaba las noches heladas o las noches tórridas, sino que además indicaba, sin exageración ni grandilocuencia, la total desnudez en la que vivían aquellas pobres criaturas que quizá, encima, sintieran culpa de tener tan poco. No tener ni una sola puerta para abrir o cerrar. Estar en “situación de calle” es, además de lacerante, obsceno.

Cada vez habrá más. Y si no los hay, es porque inventarán alguna forma de levantarlos en un camión y mandarlos a otra parte. Lo ha hecho siempre la derecha. Desde la dictadura. Despejar, despejar. En la hondura de la noche y cuando nadie ve. Sacarlos de circulación. Llevarlos lejos. De eso se quejaba esta semana un funcionario marplatense: decía sobre una mujer que murió de frío en esa ciudad, que ya la habían llevado a un hospital varias veces pero que la mujer “volvía como un perrito a ese lugar que le gustaba”.

Son así de bestiales y se dirigen a gente que comparte su gusto por la impiedad. Como los que les gritaban a los despedidos de PepsiCo que “vayan a laburar”. Idiotas que se quejan cuando se les dice idiotas. Gente que cree que ha venido al mundo mejor dotada que otra gente que se merece sufrir o en todo caso no es su tema, y es su tema, porque ese electorado vota el castigo al débil. Hay maneras más complejas e inteligentes de decirlo, pero con esta alcanza por hoy, que hace frío. Mientras tipeo acalambrada de rabia, acá en la esquina ya sé que están las dos bocacalles ocupadas por los colchones que los sin techo de este barrio tiran después de las diez de la noche, cuando ya casi nadie camina por la calle. Tengo frío en mi cuarto pero me hiela adentro cuando pienso que ellos están ahí, y que no se lo buscaron, no lo eligieron, no pudieron hacer nada contra todas las vallas que el macrismo interpuso entre la vida digna y ellos. Buenos Aires está helada en su tuétano. Ha perdido la gracia que supo tener en otras épocas, ha perdido su aventura, su magia, su don de gentes.

Esta ciudad, que alguna vez fue progresista, envejeció. Ha adquirido el rictus de una vieja mala con anillos de oro en cada dedo, que mira displiscente a los desamparados.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/51652-el-espectaculo-de-la-intemperie

Comparte este contenido:
Page 1637 of 3000
1 1.635 1.636 1.637 1.638 1.639 3.000