Page 168 of 3040
1 166 167 168 169 170 3.040

Argentina: estudiantes de una escuela de Salta votaron no realizar la elección de la reina

Por: Maira López/ Página12

«Contradice todo lo que venimos aprendiendo sobre autoestima y género»

Además de los costos que requería su concreción, las y los alumnos optaron por no someter a sus compañeras a ese certamen, ya que consideraron que contradice lo aprendido en los talleres de ESI.

Estudiantes de la Escuela de Educación Técnica N° 3102 «Nikola Tesla», del departamento General Güemes, votaron por no realizar la tradicional elección de la reina en esa institución. Además de los costos para concretarla, las y los alumnos decidieron no someter a sus compañeras a ese certamen, ya que consideraron que es contradictorio con lo aprendido en los talleres de educación sexual integral (ESI).

La decisión, que se tomó en la asamblea estudiantil del 14 de julio, con representantes por aulas, contó con 13 votos en contra de la elección de la reina y uno a favor. La presidenta del Centro de Estudiantes, Josefina Campos, contó a Salta/12 que las adolescentes tomaron la palabra durante el debate y afirmaron que «no querían ser juzgadas y expuestas a lo que puedan decir de sus físicos». Sobre todo, teniendo en cuenta que se trata de una escuela técnica donde sólo existe un 25% de matrícula de mujeres, de un total de 900 estudiantes. 

«En vez de exponer a las chicas, es importante que sepan que se las va a cuidar y que van a estar cómodas», añadió. Con esa idea, en lugar de la elección de la reina, el cuerpo estudiantil votó realizar un baile de los estudiantes, que además incluiría una muestra de talentos. «Participarán quienes se animen y también se elegirá al mejor compañero. Pensamos que son cosas mejores que la elección«, afirmó la vocera.

La asamblea estudiantil ocurrió el 14 de julio, después de que las autoridades del establecimiento les comunicaran que por falta de presupuesto debían elegir entre realizar la tradicional elección de la reina o un baile estudiantil. Bajo esas condiciones, se pasó al debate en cada curso y luego a la asamblea, donde estuvieron cada uno de los representantes estudiantiles de los cursos, que optaron por eliminar el certamen. Campos contó con el acompañamiento de la docente Patricia Singh para dar a conocer los resultados de la votación.

El reciente egresado de una de las instituciones de General Güemes, Tobías Paz, contó a Salta/12 que el debate en torno a la fiesta tradicional se viene instalando en el departamento desde 2019. En ese año, Paz ocupaba también un espacio de representatividad estudiantil y en su institución se logró cambiar el nombre del evento. En vez de «Elección de la reina», pasaron a llamarlo: «Elección del representante de la institución».

Aún así, se mantenía la tradición de que una compañera por curso debía presentarse. Sin embargo, quisieron dar una vuelta de tuerca, y la elección se basó en «los valores y principios que tenían cada una de las representantes», como una manera más recreativa y menos competitiva entre las pares. «Hablo desde una mirada de un varón hetero cis, pero te puedo decir que se tenía una mirada donde la elección de la reina ya no se tenía que hacer«, expresó.

En ese sentido, valoró que el alumnado de la técnica Tesla decidiera omitir directamente una elección que conllvea «una estigmatización a las mujeres y de una manera donde deben competir para ver quién es la más linda». Y destacó que la institución güemense pasó a ser una de las pioneras en la provincia al no querer realizar más la tradicional fiesta. «Celebro que este colegio vaya poniendo en agenda las discusiones más actuales, a donde se ve reflejado todo tipo de violencias y actos discriminatorios», expresó Paz.

Quien también celebró la decisión de la escuela Tesla fue la actual presidenta del Centro de Estudiantes del Instituto de Educación Media (IEM) de la Universidad Nacional de Salta, Candelaria Peano. Sostuvo que este tipo de decisiones permite abrir espacios de debate y dar participación democrática para que se decida «por mayoría lo que quiere el colectivo estudiantil».

Peano afirmó que la sociedad fue progresando y «es fundamental replantearnos este tipo de festividades y poder suplantarlas por actividades más inclusivas y más representativas para todos». Aún así, dijo que tampoco cuestiona a quienes aún sostienen la realización del certamen, ya que «cada pueblo, cada ciudad, e incluso, cada colegio, es un mundo, y sólo quienes habitan y viven el día a día en él pueden conocer y tomar las decisiones respecto a estos temas».

Por su parte, Paz dijo que quizás la continuidad de los certámenes también está vinculada a que es el único momento del año en el que el estudiantado tiene permitido «divertirse». Por lo que instó a que cada uno de los actores que integran la comunidad educativa dé paso a la generación de otras actividades recreativas a favor de lxs estudiantes. 

El evento de la elección de la reina se realiza en septiembre de cada año, en establecimientos educativos de nivel secundario de todo el país, con unas pocas excepciones. Las reinas electas por institución van luego a una elección departamental, a la que sigue el certamen provincial hasta llegar a la Fiesta Nacional del (y la) Estudiante que se realiza en Jujuy.

Fuente de la información e imagen: https://www.pagina12.com.ar

Comparte este contenido:

Perú . Arequipa: padre de familia fue detenido por castigar a su hija

Arequipa: padre de familia fue detenido por castigar a su hija

La joven no limpió su cuarto y atacó a su progenitor con insultos y arañones en el rostro. El hombre fue detenido.

Ahora el padre de familia es investigado por presuntamente por haber cometido el delito de violencia familiar. Foto: PNP

El electricista Rafael Mamani, de 48 años, fue detenido tras ser acusado de castigar a su hija de 18 años por no limpiar su cuarto en la urbanización Mariano Bustamante, en el distrito de Mariano Melgar, en Arequipa.

La presunta víctima solicitó la presencia policial para que detuvieran a su progenitor. Ella contó que, al promediar las 14.00 horas del último jueves, su papá llegó del trabajo y, al encontrarla echada en la cama, le llamó la atención por no ordenar su habitación. Luego procedió a darle correazos.

Ya en la dependencia policial, el electricista dijo que castigó a su hija porque cuando le reclamó por no haber limpiado su cuarto, ella le respondió con insultos y arañones en su rostro.

Mamani es investigado por presuntamente haber cometido el delito de violencia familiar.

Canales de ayuda

Si conoce a alguien que ha sido afectada o involucrada en hechos de violencia familiar o sexual, comunícate de manera gratuita a la Línea 100 del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, que cuenta con un equipo especializado en “brindar información, orientación y soporte emocional”.

 

Fuente de la Información: https://actualidad.rt.com/actualidad/435819-informe-senala-serie-fallos-sistemicos-masacre-primaria-uvalde

Comparte este contenido:

Venezuela: Pedagogía popular, crítica y emancipadora

Pedagogía popular, crítica y emancipadora

Yuleima Rodríguez Torcatt

¿Qué se entiende por pedagogía critica emancipadora?

La pedagogía crítica emancipadora tiene como principio la valoración crítica de la percepción, de teorías,  enfoques y practicas contextuales sobre los fenómenos históricos, culturales  sociales de los contextos institucionales y comunitarios, así propiciar en las y los estudiantes la constante búsqueda de la integración y mediación en la dinámica democrática y participativa en el hacer educación y el aprender desde la colectividad.

Es por lo mencionado que el proceso educativo emancipatorio se torna en la praxis protagónica, con derecho al pensar, sentir y el hacer de la comunidad educativa que inter se relacionan, con ello compartir aprendizajes como vía a la soberanía cognitiva y favorecer el sentido de pertenencia para transformar realidades desde una perspectiva crítica.

¿Qué cambios observa en la educación recibida (constitución del año 61 y la ley orgánica de educación del año 1980) y la educación actual (con constitución del año 99 y la ley orgánica de educación del año 2009)?

Gracias al establecimiento de nuevas políticas públicas y legalidades desprendidas de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en la actualidad, en materia educativa a partir de la LOE se ha avanzado en protagonismo ciudadano, el cual se ha venido acelerando a través de la participación colectiva, de diversos colectivos insurgentes, tangibles y concisos en la voluntad de impulsar propuestas transformantes desde la organización e integración de las instituciones educativas y comunidades, para el desarrollo de planes, programas y proyectos acordes con la realidad nacional.

Hablar de la cuarta república, de la constitución del año 61 y la LEO de aquel entonces, es hablar de castración, reproducción, positivismo, individualismo, dominación, imposición, entre otros elementos que no correspondían al surgimiento del desarrollo de capacidades, voluntades, potencialidades y de libre expresión de todas las personas que hacían vida en los contextos educativos y comunitarios. Las y los docentes ponían en práctica la reproducción de lo aprendido en universidades de igual forma reproductora, siendo esto lo que transmitían a las y los estudiantes, quienes eran solo sujetos y objetos de la educación bancaria, donde no cabía espacio para el pensar, criticar, manifestar los sentires e ideas.

¿Cuál es el perfil del docente en el marco de la pedagogía crítica?

El o la docente en el marco de la teoría critica es aquel o aquella que  renace, se transforma y desarrolla en sus praxis el reconocimiento y la valoración  de la identidad, de pertenencia y pertinencia institucional y comunitaria, donde su postura reconoce los aportes del ayer y del hoy, con trascendencia visible y tangible en las aulas y comunidad.

Es aquel o aquella que vincula la escuela y el contexto social; con inclusión, participación en la toma de decisiones, de gestión y producción educativa. También promociona en sus estudiantes y grupos de familia la reflexión y el sentido crítico en colectivo, sobre las practicas pedagógicas, investiga y prioriza el desarrollo bio-psico-social de las y los estudiantes.

¿Qué nudos críticos encuentra para su aplicación?

El nudo crítico con carácter relevante que se presenta en una notable población de docentes y personal directivo es la resistencia a los cambios y a la  de superación progresiva de la visión que tienen sobre las y los estudiantes  como depósitos de contenidos reproductores; al igual que la asimilación corresponsable de reflexionar  colectivamente sobre sus prácticas educativas con necesidades de transformarlas.

 

 

Fuente de la Información: CII – OVE

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Comparte este contenido:

Ecuador: Mitad demonios, mitad niños, estructuras de raza en Ecuador

Mitad demonios, mitad niños, estructuras de raza en Ecuador

Gabriela Bernal Carrera

Fuentes: Revista Ñawpa – Foto Crédito: Andrés Camacho. Paro Nacional 2022.

En la gramática social colonial lo indio surgió como un elemento destinado a ser adjetivo: sucio, apestoso, traicionero, ladino, manipulable, salvaje entre otros. En los sintagmas sociales, todo lo nombrado como indio, fue destinado a ser un calificativo. Durante 500 años, esos adjetivos siempre fueron negativos. En el Ecuador de finales del s. XX, tras la irrupción, tan violenta como definitiva, del movimiento indígena, lo indio empezó un camino sin vuelta atrás: un cuestionamiento sustancial a esa gramática social colonial.

A lo largo del último paro nacional (junio 2022), hemos sido testigos de la explosión de una multiplicidad de violencias. Sin embargo, muchos de los discursos expresados por analistas políticos, periodistas, actores políticos y gente común y corriente, pretenden comprender la profundidad de estos fenómenos políticos a través de una única perspectiva: la brutalidad de los indios; en el mejor de los casos la explicación se ubica entre los intersticios de lo políticamente correcto y el desprecio históricamente recurrente. Los epítetos usados para describir los hechos se esconden en la dinámica ubicua de las redes sociales y plataformas como Whatsapp; ahí donde lo público y lo privado desdibujan fronteras, aflora de forma inconfundible y casi imposible de rastrear, el racismo. Este escrito pretende ofrecer algunas pistas para reflexionar.

Me gustaría empezar señalando que, en este texto, usaré intencionalmente la palabra indio para recoger el desprecio atávico hacia aquellas personas que colonialmente fueron catalogadas como tales. Los pactos silenciosos que estructuran nuestra acción individual y social implican significados claramente establecidos[1]. En la práctica conocemos los usos y funciones que las palabras ocupan no solo en la gramática de nuestro español kichwizado, sino en la gramática social que nos permite comprendernos y ubicarnos en la sociedad; cada persona sabe lo que significa ser llamada: indio, india, longo, longa; todos ellos sustantivos que al ser adjetivados (indio sucio, longo atrevido, india puta, longa vaga), ponen en evidencia la gramática social colonial. Es necesario desarmar la vida cotidiana de los “ecuatorianos” para comprender qué les permite actuar de forma exitosa, “coherente”, dentro del sistema. Es decir, develar un poco la gramática social colonial que nos estructura como sistema.

Nos guste o no, hay que reconocer una “larga duración”. Una larga duración que en países como el Ecuador está profundamente vinculada al hecho colonial, que difícilmente se ha desgastado y menos aún, transformado. Braudel (1979, pág. 70) al hacer referencia al tiempo en la construcción histórica, vincula la larga duración a una noción de estructura que reconoce como: “una organización, una coherencia, unas relaciones suficientemente fijas entre realidades y masas sociales. Para nosotros los historiadores, una estructura es un ensamblaje, una arquitectura; pero más aún, una realidad que el tiempo tarda enormemente en desgastar. Y transformar”. La sociedad ecuatoriana actualiza de forma reiterada, más aún cuando el conflicto se desata en las calles, los elementos que organizaron el régimen colonial y que sustentaron la expoliación de los llamados indios, sus posesiones y territorios.

Jaime Litvack (1933-2006), arqueólogo mexicano sintetizaba bien en sus clases las paradojas que se derivaron del “descubrimiento” y conquista de América. Las discusiones acerca de la humanidad de los indios, señalaba, encerraban dos dilemas a los que se enfrentaron los conquistadores: si los indios eran humanos, la guerra en su contra era injusta y había que proceder a devolver lo robado; pero si los indios no eran humanos, toda la violencia sexual, legitimada como mecanismo de conquista (y reivindicada luego como crisol originario del mestizaje), en realidad era pecado de bestialismo. La forma en que estas paradojas se superaron fue reconocer la humanidad de los indios, pero considerándolos “inocentes” como niños, de tal manera que era necesario administrar sus bienes y posesiones. Esta forma de disponer de los bienes ya se aplicaba a las mujeres españolas a través del tutelaje. Esta figura jurídica se asentaba en la idea de la fragilidad femenina misma que provenía de la fragilidad física y que se asimilaba con debilidad mental (Sánchez Vicente, 1985)[2]. La deshumanización de indios y mujeres hace parte del entramado primigenio sobre el que se construyó este país, que en el s. XXI actualiza una vez más las estructuras de larga duración.

Para comprender pues el racismo, hay que reconocer la existencia unas estructuras de larga duración que se actualizan de forma periódica. Esta actualización de las estructuras de larga duración se da especialmente en momentos de conflicto, cuando la tensión generalizada permite que afloren los núcleos duros que estructuran la sociedad y al calor de las discusiones se adaptan a las formas, nociones y mecanismos que el contexto provee. Las formas que hemos presenciado durante los paros de 2019 y 2022, son en general, una actualización en el s. XXI de aquello que nos configura como sociedad.

Sin embargo, la novedad de estos dos últimos momentos es que la raza ha salido del armario. Por distintas razones sobre las que no me extenderé ahora, durante gran parte de la historia republicana del Ecuador, la administración de la población indígena se desplazó hacia el ámbito doméstico (Guerrero, 2000, pág. 45). Y es justamente, ese espacio doméstico, casi inaprensible, el que ha sustentado los procesos de dominación y racialización que operan más allá de los grandes procesos sociales e instala en las subjetividades los lineamientos que delimitan las formas y las acciones[3].  Las redes sociales, sin embargo, han abierto una ventana a los entramados domésticos y la raza y el racismo han saltado a la esfera pública. Si bien los debates políticos tienen lugar preferentemente en la esfera de lo público, las redes sociales han permitido que se entrecrucen con aquellos temas que permanecían en el espacio privado. Los resultados, como hemos visto son explosivos.

Si bien siempre política y racismo han sido debates ubicuos puesto que se dan paralelamente en los espacios considerados públicos y en los espacios menos formales, considerados más bien “privados” – domésticos, las reglas (no dichas) con las que se gestionan estos espacios impedían que se entrecrucen y exploten. Sin embargo, las redes sociales abren vías de tránsito entre lo público y lo privado-doméstico y generan conflictos entre ambos espacios. Expresiones coloquiales, cuerpos que se exhiben y desean abiertamente[4], son consideradas en el ámbito de lo público como poco “educado” o “indecente” y guste o no, hoy intersecan con el debate acerca de las políticas públicas. Las expresiones que censuran estas formas, parten del reconocimiento de un código doméstico que abre al infinito expresiones de todo tipo y que fundamentalmente permite la discriminación y la violencia sustentadas en el género y la raza (“trapos sucios se lavan en casa”). Del lado contrario, se exige que lo público sea manejado con “decencia” y “respeto” [5] que se asimilan a formas blancas. Las aparentes contradicciones que operan en lo público y lo privado-doméstico, en realidad permiten la existencia de decisiones y acciones políticas que sustentan la estructura colonial de la sociedad ecuatoriana y que inherentemente poseen estructuras violentas.

Sin embargo, la negación de la existencia del racismo y sus formas de racializar toda experiencia vital no es casual, tiene una doble función: por una parte, permite que las reglas racializantes implícitas tanto en lo público como en lo privado puedan ejercerse sin ponerse en cuestión; y por otra, su ocultamiento permite que en el ámbito doméstico se ejerzan un sinnúmero de violencias estructurales que se diluyen en los códigos del ámbito de lo privado. Las “violencias encubiertas” (Rivera Cusicanqui, 2010) del racismo como un sistema organizado de reglas y disposiciones que gestiona el funcionamiento de lo privado, se instalan en los cuerpos sexuados. Género y raza van configurando las estructuras en las que operará el sistema de significados de la racialización[6]. La codificación de un orden que racializa signos y símbolos que rigen el espacio doméstico/privado, permite y obliga al silencio y la complicidad propios de esta esfera, pero sobre todo impide que se llegue a las discusiones públicas. Esta imposibilidad de ubicar cualquier debate acerca de la raza en el orden público tiene profundas consecuencias en las nociones de igualdad, autonomía y democracia que deberían sustentar la política nacional. La irrupción de las redes sociales desestabiliza los pactos de silencio de lo doméstico y pone en la discusión aquello que se debe ocultar siempre.

Como ya he mencionado en las primeras líneas, las reacciones sociales, privadas y ahora públicas a través de las redes sociales, ponen en evidencia ciertos núcleos discursivos que permean el tiempo, desde las primeras crónicas españolas que se refieren a los indios de Quito como “behetrías”, pasando por los escritos indigenistas, hasta las reacciones en redes sociales de gente del común y analistas políticos o periodistas[7]. Dos elementos centrales parecen nuclear estas continuidades: por una parte, la irracionalidad, propia de lo indígena, y que inevitablemente deriva en violencia (salvajismo). En segundo lugar, la falta de educación de los indígenas como uno de los ejes centrales para su situación y reacción frente al Estado y la sociedad. Estas dos afirmaciones constituyen un núcleo argumentativo al que se articula un repertorio de posiciones que oscilan entre lo positivo (el buen salvaje idealizado, inocente como un niño), y lo negativo (el salvaje brutal como un demonio), con la educación como una herramienta para ir del extremo negativo al extremo positivo. Sin embargo, la lógica que plantea la irracionalidad como característica fundamental de lo indígena impide salir del denominativo salvaje.

No obstante, mientras el Estado y la sociedad mantienen sin cambios profundos sus argumentos con relación a los mundos indígenas -subrayo el plural-, las dinámicas de los pueblos y nacionalidades indígenas han cambiado dramáticamente en estos últimos 30 años. Mientras la mirada racializante del Estado y la sociedad continúan comprendiendo el mundo indígena desde la lógica del irracional buen o mal salvaje, los integrantes del mundo indígena se han embarcado en procesos de modernización complejos, dolorosos y diversos. Así, mientras el Estado y grandes sectores intelectuales insisten en comprender el mundo indígena desde lo estático, las nuevas generaciones de jóvenes indígenas están en un movimiento constante y rico en experiencias. Las nuevas generaciones indígenas están lejos, muy lejos, no solo de la experiencia de sus padres y abuelos (sometidos a la brutalidad de las violencias explícitas del régimen de la hacienda o las dolorosas vivencias de las experiencias migratorias nacionales o internacionales), sino de los cánones construidos desde la raza como factor de análisis de la sociedad ecuatoriana. Los jóvenes indígenas viajan dentro y fuera del país, conforman circuitos comerciales y culturales de una complejidad muy rica[8] que es desconocida o invisibilizada ya que se encuentra fuera de aquello que racialmente les está permitido o desde lo que la academia cree que se debe estudiar.

A lo largo de los últimos años, siendo profesora universitaria he podido presenciar de primera mano, uno de los elementos más dramáticos que afecta a estos jóvenes: el “techo de cristal”[9] del racismo. Esta barrera invisible opera de forma constante sobre los y las jóvenes de manera diversa, pero en todos los casos, limita su acción, sus ambiciones y la concreción de sus deseos. Todo el desarrollo del marco jurídico ecuatoriano, reconocido a nivel mundial, no ha incidido directamente en el cambio de los patrones que se establecen a partir de la racialización de la sociedad y que definen lugares permitidos, comportamientos aceptados, relaciones o enlaces apropiados, participaciones legítimas, discursos aceptables, ropa aceptable, etc. De los jóvenes indígenas se espera una actitud silenciosa y sumisa por el solo hecho de ser indígenas, pero ésta va totalmente a contracorriente de sus experiencias vitales. Los abismos entre la construcción de sujetos indígenas, runas o kichwas, shuar, saraguros u otavalos, como prefieran denominarse, y la experiencia social reconstruye la violencia, crea muros infranqueables.

Y es que en la gramática social colonial lo indio surgió como un elemento destinado a ser adjetivo: sucio, apestoso, traicionero, ladino, manipulable, salvaje entre otros. En los sintagmas sociales, todo lo nombrado como indio, fue destinado a ser eternamente calificativo. Durante 500 años, esos adjetivos siempre fueron construidos en negativo. En el Ecuador de finales del s. XX, tras la irrupción, tan violenta como definitiva, del movimiento indígena, lo indio empezó un camino sin vuelta atrás: un cuestionamiento sustancial a esa gramática social colonial. Ese camino, como tantos otros, ha venido siendo hecho con mingas. Fuera de las mingas, la Revolución Ciudadana de Correa (2007-2017) pretendió cambiar el eje paradigmático: en el escenario de la política nacional lo indio dejó de ser presentado como sucio, feo o pobre. De la mano de camisas bordadas, collares, aretes y/o blusas, lo indio se transformó en una cenefa, discreta pero agradable que acompañó la política represiva de las organizaciones indígenas contemporáneas.

Con los compases y discursos rimbombantes de “Patria Tierra Sagrada” además del uso de la estética indígena, la ambición de la Revolución Ciudadana fue crear un proyecto de nación que invistiera de legitimidad a quienes lo llevaban adelante. Una expropiación simbólica de luchas sociales, que en la memoria de individuos y organizaciones se remontan más allá de las crónicas coloniales de la resistencia andina, y la anclan en el discurso mítico del Pachacuti y el retorno del Inca. Pero, las pretensiones correístas no pudieron con las poderosas dinámicas que el proceso organizativo, entre otros, había abierto para los mundos indígenas (me interesa que se resalte el uso del plural). De hecho, ni siquiera las organizaciones que en los 90 pusieron contra las cuerdas al Estado republicano gestado por los criollos, podían imaginar los derroteros que su trabajo político iba a gestar.

Considero que dos hechos deberían interpelar a la sociedad ecuatoriana tras los sucesos de julio de 2022. La primera, la ceguera social frente a las características de los procesos de subjetivación indígena que se vienen gestando desde finales del s. XX y lo que va del XXI. Nadie parece darse cuenta que no existe la masa indígena que se moviliza al tenor del humor de sus “despóticos” dirigentes. Existen sujetos indígenas modernos como el que más. Mucho más sujetos que muchos mestizos que no han vivido los procesos de prueba que para llegar a ser sujeto debe experimentarse (Araujo, 2009) (Araujo & Martuccelli, 2010). Desde el 2019 insisto en que la violencia, la rabia, no puede ser explicada desde la racista mirada del salvaje (bueno o brutal, pero salvaje, al fin y al cabo). Hay que comprender los cambios sociales, culturales, políticos y económicos que han experimentado las sociedades denominadas “indígenas”.

El segundo hecho relevante, es cómo, los procesos modernizadores que hemos vivido a lo largo del s. XXI, han actualizado la economía moral de la hacienda, expresión más fuerte del racismo en Ecuador. Thompson (Aguirre Rojas, 2010), el historiador inglés, muestra como entre el “código legal” generado en el marco de los procesos modernizadores, y el “código popular” pueden existir abismos. El autor retrata como en el s. XVIII inglés, las clases dominantes agudizaron represión y castigos mientras que los oprimidos intensificaron transgresiones abiertas y motines populares. La economía moral apela a “modelos de comportamientos establecidos por la costumbre, que norma en general las acciones de la multitud, y que establece los límites de lo que es todavía soportable, o en otro caso de lo que es intolerable, de lo legítimo o por el contrario de lo inaceptable, en cada situación específica o determinada” (Aguirre Rojas, 2010: 5). Sostengo desde hace algunos años, que, en este país, colonial y racista desde su origen, vivimos desde los códigos y normas establecidos por la hacienda y sus dinámicas, valga la redundancia, racistas, coloniales y violentas. Dominados y dominadores nos comprendemos, permitimos y sancionamos desde esos códigos. Comprenderlos, traerlos a la conciencia es una de las tareas básicas para poder combatir el racismo.

Las aguas han bajado y hoy vivimos una tensa calma que se construye sobre heridas profundas y brechas cada vez mayores. Las redes sociales nos enrostran aquello de lo que pretendemos huir constantemente y la ausencia de debates realmente políticos sobre este y otros temas, alimenta las violencias encubiertas; esas que se esconden detrás de los llamados a “nuestros hermanos (menores) indígenas” a la paz y que refuerzan la idea de que los indígenas son como niños a los que debemos llamar al orden.

Referencias

Aguirre Rojas, C. (2010). Economía Moral de la Multitud. Obtenido de Instituto de Investigaciones Sociales. Universidad Autónoma de Méxicp: http://conceptos.sociales.unam.mx/conceptos_final/424trabajo.pdf

Araujo, K. (2009). Configuraciones de sujeto y orientaciones normativas. Psicperspectivas, VIII (2), 248-265. Recuperado el 04 de 05 de 2022, de https://www.psicoperspectivas.cl/index.php/psicoperspectivas/article/view/60

Araujo, K., & Martuccelli, D. (2010). La individuación y el trabajo de los individuos. Educacao e Pesquisa. Sao Paulo, V. 36. n. especial, 77-91. Recuperado el 04 de 05 de 2022, de https://www.scielo.br/j/ep/a/QC9nJ5szz7hh8c3zGHwkyrn/?format=pdf

Braudel, F. (1979). La historia y las ciencias sociales. Madrid: Alianza.

Colloredo-Mansfeld, R. (1998). Dirty Indians., radical indígenas, and the political economy of social difference. Bulletin of Latin American Research. V. 17. No. 2, 379-403.

De La Cadena, M. (2004). Indígenas mestizos: raza y cultura en el Cusco. Lima: Instituto de Estudios Peruanos.

De La Cadena, M. (s/f). Formaciones de indianidad. Articulaciones raciales, mestizaje y nación en América Latina. Envión.

De La Torre Espinoza, C. (1996). El racismo en el Ecuador: experiencias de los indios de clase media. . Quito: Centro Andino de Acción Popular.

Guerrero, A. (2000). El proceso de identificación: sentido común ciudadano, ventriloquía y transescritura. En A. Guerrero, Etnicidades (págs. 9-77). Quito: FLACSO.

Rivera Cusicanqui, S. (2010). Violencias (re)encubiertas en Bolivia. La Paz: La mirada salvaje.

Sánchez Vicente, M. P. (1985). La condición jurídica de la mujer a través de las partidas. Memoria de licenciatura. Oviedo: Universidad de Oviedo. Recuperado el 11 de 07 de 2022, de https://ria.asturias.es/RIA/bitstream/123456789/78/1/Archivo.pdf

Wade, P. (2000). Raza y etnicidad en Latinoamérica. Quito: Abya Yala.

Weismantel, M. (2016). Cholas y pishtacos. Relatos de raza y sexo en los Andes. LIma: Instituto de Estudios Peruanos. Universidad del Cauca.

Weismantel, M., & Eisenman , S. (Vol. 17, No. 2 (May, 1998)). Race in the Andes: Global Movements and Popular Ontologies. Bulletin of Latin American Research.


[1] Para una descripción gráfica de cuán racializada es nuestra experiencia individual y social, sugiero a quienes leen este texto revisen el contenido de “Es que soy Brandon”, youtuber quiteño que ha logrado plasmar en 3 videos como funciona la racialización en nuestro país. https://www.youtube.com/watch?v=-yNy8JiO95U

 

Fuente de la Información: https://rebelion.org/mitad-demonios-mitad-ninos-estructuras-de-raza-en-ecuador/

Comparte este contenido:

Venezuela: Un espacio seguro para las mujeres indígenas de Venezuela

Un espacio seguro para las mujeres indígenas de Venezuela

ACNUR/Diego Moreno
Mujeres en Río Negro preparando la tierra para la siembra.
Las comunidades indígenas rurales y remotas de Venezuela se han visto particularmente afectadas por el COVID-19 y la crisis socioeconómica del país; Los huertos comunitarios ayudan a las mujeres wayúu de Río Negro a llegar a fin de mes y brindan un refugio contra la violencia.

Venezuela ha sufrido un declive generalizado en los servicios públicos, como la electricidad, el suministro de gas doméstico y el transporte público en los últimos años.

Esta crisis ha llevado a algunos miembros de las comunidades indígenas en la frontera occidental de Venezuela con Colombia, incluido Río Negro, a realizar cruces fronterizos frecuentes para comprar bienes básicos, incluidos alimentos. Cuando sus familiares o parejas parten en estos imprescindibles viajes, las mujeres de la comunidad indígena Wayúu se han encontrado vulnerables a la violencia de género.

Los jardines comunitarios podrían ser una respuesta a los problemas de autosuficiencia y seguridad. Un jardín creado por una red local de mujeres, Jieyúú Kojutsuu («Mujeres de valor») está apoyando a las mujeres locales y sus familias, y ayudándolas a satisfacer sus necesidades de subsistencia.

Jóvenes rionegrinos trabajando en su parcela.

ACNUR/Diego Moreno
Jóvenes rionegrinos trabajando en su parcela.

Actualmente, hay veintiséis miembros de la comunidad que trabajan juntos para cultivar maíz, tomates, pimientos, apio, frijoles negros, melón y otras verduras y frutas en Río Negro.

Incluyen muchos de los grupos más vulnerables de la comunidad indígena Wayúu, incluidos jóvenes en riesgo de ser reclutados por grupos armados, mujeres desempleadas en riesgo de violencia de género y personas mayores que han tenido que recurrir a la mendicidad y al trabajo pesado para sobrevivir.

“¿Te imaginas? ¡Hay más mujeres que hombres trabajando en la huerta!”, dice Guillermina Torres, una de las socias. “Vamos a cosechar nuestra propia comida sin tener que depender de los ingresos de nuestros maridos. Y los jóvenes que deambulaban por las calles también se han sumado a este proyecto».

“Tradicionalmente, la agricultura era uno de los principales medios de vida en la región. Las personas mayores han podido integrarse y compartir conocimientos ancestrales con los miembros más jóvenes de la comunidad”, dice Diego Moreno, Asistente de Protección de la agencia de la ONU para los refugiados ( ACNUR ) en Maracaibo, quien ha estado monitoreando esta iniciativa.

“Las mujeres que estaban en mayor riesgo de violencia de género mientras sus familiares o parejas realizaban viajes de ida y vuelta a Colombia ahora tienen un espacio seguro donde se reúnen todos los días para cultivar alimentos que luego beneficiarán a sus familias”, agrega.

Integrante de la red de mujeres y participante en la huerta preparando la tierra para la siembra.

ACNUR/Diego Moreno
Integrante de la red de mujeres y participante en la huerta preparando la tierra para la siembra.

Soluciones sostenibles

Con recursos financieros limitados, la comunidad indígena Wayúu tuvo que pensar en nuevas formas innovadoras y sostenibles de cultivar sus cultivos. Un efecto secundario positivo ha sido el avance hacia una agricultura sostenible, que es menos dañina para el suelo.

Para apoyar estos esfuerzos, ACNUR ha donado herramientas agrícolas, semillas, tanques de agua y farolas solares, lo que ayuda a garantizar que la comunidad tenga una fuente limpia y sostenible de energía y agua para riego.

Además, la agencia de migración de la ONU ( OIM ) ha capacitado a familias locales para hacer fertilizantes orgánicos y repelentes de insectos naturales, utilizando ingredientes, incluidos desechos animales, que se encuentran fácilmente en la comunidad.

«No tenemos que gastar dinero comprando productos químicos que también pueden afectar nuestros cultivos y el medio ambiente. En cambio, aprendimos a hacer nuestros propios fertilizantes y repelentes 100 % naturales con ingredientes que podemos encontrar aquí mismo en nuestra comunidad», dice la Sra. Torres.

“La sustitución de abonos químicos por abonos orgánicos y de agrotóxicos por insecticidas naturales a base de hojas de neem, hojas de tabaco y cenizas vegetales, así como la creación de bancos de semillas, garantiza un modo de vida sostenible y ecoeficiente, así como así como una alimentación más saludable para las familias y la comunidad en su conjunto”, explica Wolfgan Rangel, Oficial de Seguimiento de Proyectos Productivos de la OIM en Maracaibo.

Cientos de jardines apoyados

En total, se han apoyado más de 660 proyectos de huertas comunitarias en los estados Zulia, Táchira y Barinas.

Tanto ACNUR como la OIM han donado las herramientas y los recursos necesarios para apoyar a las comunidades a través del desarrollo de iniciativas sostenibles de pequeña agricultura. En algunas de estas comunidades también se han creado mercados locales para vender verduras, ayudando a generar fuentes alternativas de ingresos.

Dada la ubicación remota de las comunidades y la falta de transporte público, es vital que los proyectos de jardines comunitarios continúen ampliándose. De esta manera, más familias indígenas podrán participar en estas iniciativas de agricultura de subsistencia y dejar de depender de viajes a países vecinos para comprar alimentos.

Fuente de la Información: https://news.un.org/en/story/2022/07/1122472

Comparte este contenido:

Docentes de Ecuador se movilizan para exigir igualdad salarial

Han transcurrido 45 días y la equiparación salarial no ha sido publicada en el Registro Oficial», reclaman los educadores.

La Unión Nacional de Educadores (UNE) de Ecuador realiza este miércoles una nueva jornada de movilizaciones en todo el país suramericano, mientras en Quito los profesores se reunirán en la Superintendencia de Bancos a las 14H00.

El gremio demanda que el Ejecutivo dé cumplimiento a la equiparación salarial que incluye las reformas a la Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI).

El movimiento exige que el Gobierno publique en el Registro Oficial las reformas referentes a la equiparación salarial de los docentes; así como para rechazar «la criminalización de la lucha social y la política antipopular» del presidente Guillermo Lasso.

Los docentes denuncian que han transcurrido 45 días y la equiparación salarial no ha sido publicada por la presentación de recursos de parte del Ejecutivo.

La UNE asegura que las causas para las movilizaciones son «el no dar cumplimiento al dictamen realizado por la Corte Constitucional sobre la equiparación salarial; la continuidad en la elevación de los precios de los combustibles y el avance en la criminalización de la lucha social por parte del Gobierno”.

Denuncian que cinco de sus dirigentes han sido convocados por la fiscalía, junto con dirigentes del movimiento indígena, luego de los 18 días del paro nacional que vivió el país, lo que pone en evidencia “la verdadera actitud del régimen, que no es otra cosa que profundizar la conflictividad social”.

“La Corte Constitucional debe poner un alto al uso abusivo del derecho por parte de la Presidencia de la República. Esto significa ratificar el dictamen donde se declaró constitucional la equiparación salarial y se desecharon los pedidos del Ejecutivo”, apuntan.

Fuente de la información e imagen: https://telesurtv.net

Comparte este contenido:

Uruguay: Médicos y usuarios del Servicio de Enfermedades Infectocontagiosas que funciona en el Instituto de Higiene de ASSE piden que el servicio se mantenga

También hay voces que manifiestan que “el modelo es antiguo” y que la intención es descentralizar y naturalizar la atención de las enfermedades.

 

El Servicio de Enfermedades Infectocontagiosas (SEIC) se inauguró en 1987. En aquella época fue un centro de referencia, sobre todo para personas con VIH. Funciona en el Instituto de Higiene de la Universidad de la República (Udelar) y depende de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE).

“El centro comenzó atendiendo a personas vulnerables”,  contó a la diaria Daniel Escanellas, coordinador del equipo de salud mental del servicio. “Contábamos con tres salas de internación y era de los lugares más completos, con neurólogos, odontólogos y muchas otras especialidades”, agregó. Al principio, el SEIC funcionó en conjunto con la Cátedra de Enfermedades Infectocontagiosas de la Udelar, pero luego el servicio se trasladó. Hace aproximadamente cinco años también se trasladaron las salas de internación y el SEIC siguió funcionando pero sólo como policlínica.

Según Escanellas, al mismo tiempo que se trasladó el servicio de internación, se empezó a “rumorear” la posibilidad de cerrar toda el área “sin una causa clara”. “En un principio pareció que la intención era de la cátedra de Udelar, luego se descartó, pero el rumor continúa basado en otros motivos”, dijo. El coordinador expresó que le preocupan “los 5.000 pacientes que se atienden allí y que quieren seguir yendo, por el punto en el que se ubica y porque no quieren atenderse en sus localidades [quienes son del interior]”, entre otras cosas, “porque los discriminan”. Escanellas evaluó positivamente la continuidad de la atención en ese centro de salud, porque aunque se cerraron las salas de internación, el espacio se transformó en policlínica y “está dada la infraestructura para que siga funcionando”.

“El equipo es excelente y lo quieren desmantelar”, expresó a la diaria Maureen Rivas, una de las usuarias que se atienden en el SEIC desde 1992. Agregó que“hace un tiempo empezaron a descentralizar el área” y que algunos de los pacientes que se empezaron a atender en otros centros “volvieron [al SEIC] porque no se sintieron cómodos con la atención”. Para la usuaria, en el caso de que el motivo de cierre fuera descentralizar la atención, la solución debería ser “sumar atención para más enfermedades, pero no dejar de atender a quienes ya se atienden”.

Apoyá nuestro periodismo.
Suscribite por $195/mes

Por último, comentó que el grupo de usuarios que se atiende en el SEIC envió hace una semana una carta a diferentes autoridades nacionales –ASSE, el Ministerio de Salud Pública y Presidencia– y de momento aguardan una respuesta.

Descentralizar y naturalizar

“Hace muchísimos años el SEIC fue un centro de referencia [para pacientes con VIH], pero en la actualidad no, entre otras cosas, porque el modelo de atención cambió”, expresó a la diaria la infectóloga Zaida Arteta, presidenta del Sindicato Médico del Uruguay (SMU) y exintegrante del equipo del SEIC, cuando la cátedra de Udelar funcionaba allí.

Arteta explicó que la referencia de este centro, entre otras cosas, estuvo asociada a que hace aproximadamente 50 años la infectología no era una especialidad tan conocida o no estaba igual de segmentada que otras especialidades; pero con el paso de los años, eso cambió y las enfermedades asociadas se empezaron a atender en diversos centros del país.

“Una vez hicimos una evaluación y estaban ocupadas las diez camas de internación en el SEIC y habían 17 camas más en otros centros”, ejemplificó. Agregó que cuando la cátedra de la Udelar se trasladó fue “a pedido de los propios integrantes, porque las condiciones no estaban dadas para continuar”.

En cuanto al cierre del área en el Instituto de Higiene, consideró que “no da la impresión de que se quiera suprimir la atención” y que, al igual que en tantos otros casos “en los que funcionarios y usuarios también se resistieron”, lo que se quiere hacer es que “el mismo servicio y los usuarios con enfermedades como el VIH se atiendan en diversos centros de salud”. Opinó que si bien es más común encontrar a una persona trans en una fila del SEIC, “debemos trabajar para que así sea en todos los centros y no en uno, de referencia”.

“La resistencia que están teniendo quienes forman parte del centro es normal, pero necesitamos preguntarnos si en 2022 aún hay que contar con un solo servicio referente o si lo que se necesita es descentralizar y naturalizar la atención en otros servicios”, agregó Arteta.

María José Fraga, una de las referente de las personas con VIH en Uruguay, exusuaria del SEIC, se manifestó en diálogo con la diaria en la misma línea que Arteta: “El modelo de atención es antiguo”, dijo Fraga. Si bien comprende que un posible cierre pueda generar rechazo en los pacientes, es preciso que “sobre todo los funcionarios [médicos] les brinden la confianza de que serán bien atendidos en otros centros”, ya que “eso no siempre sucede”.

“En 1991 [en el SEIC] te miraban un poco mejor que en otros lugares, pero ahora es necesario desestigmatizar y ampliar la atención”, concluyó Fraga.

Fuente: https://ladiaria.com.uy/salud/articulo/2022/7/medicos-y-usuarios-del-servicio-de-enfermedades-infectocontagiosas-que-funciona-en-el-instituto-de-higiene-de-asse-piden-que-el-servicio-se-mantenga/

Comparte este contenido:
Page 168 of 3040
1 166 167 168 169 170 3.040