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Unicef, nuevo aliado de MinSalud para combatir la desnutrición en Colombia

Colombia/ 19 de Junio de 2016/HSB Noticias. com

Los sin número de casos que reporta el país en casos de desnutrición obligaron al Gobierno Nacional a tomar medidas inmediatas que ayude a combatir esta problemática.

La tasa de mortalidad por desnutrición ha descendido en el país de 14,87% por cada 100.000 niños mejora de 5 años en 2005 a 6,77% en 2013, según estadísticas, existen importantes variaciones poblacionales y departamentales.

De esta manera, el Ministerio de Educación realizó una alianza con UNICEF que permita recuperar y ayudar a las personas que no cuentan con una alimentación correcta en el país.

  • La iniciativa incluye tres líneas de acción, la primera tiene que ver con la formulación de los planes operativos locales para la implementación del lineamiento del manejo integrado de la desnutrición aguda.
  • El segundo tiene que ver con el fortalecimiento de las capacidades de los diferentes actores del sistema general de seguridad social.
  • La tercera es la importación, nacionalización y distribución en las sedes de las direcciones de salud de los departamentos priorizados de los insumos para el tratamiento terapéutico de la desnutrición aguda, moderada y severa en niños menores de cinco años.

Durante la presentación de estos elementos hablo de otros temas referentes a la salud. “La falta de acceso a los alimentos el bajo acceso a fuentes de agua potables y la falta de atención sanitario son factores determinantes en la desnutrición aguda. Se requiere por ello de los sectores para enfrentar de manera efectiva e integral el problema de la desnutrición aguda en el país» aseguró el jefe de la cartera de Salud, Alejandro Gaviria.

En el marco del lanzamiento de esta ruta, el Ministro de Salud y Protección Social y el representante de UNICEF para Colombia firmaron una carta de intención para suscribir un convenio encaminado a trabajar por la atención integral de la desnutrición aguda en menores de 5 años con énfasis en La Guajira, Chocó, Guainía, Vichada y Meta.

Fuente: http://hsbnoticias.com/noticias/nacional/unicef-nuevo-aliado-de-minsalud-para-combatir-la-desnutricio-216743

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Venezuela: Estudiantes del Liceo Mac Gregor impulsan el modelo productivo

Venezuela/ 18 de Junio de 2016/Entorno Inteligente

En la Escuela Técnica Industrial Gregorio Mac Gregor, ubicada en la parroquia Coche, estudiantes de 4to a 6to año del ciclo diversificado se forman en especialidades eléctricas, electrónicas y mecánicas donde producen herramientas útiles para la comunidad como sócates, reparación de bombillos ahorradores y, además, reciclan materiales como el aluminio para obtener la materia prima. También, a través del proyecto Todas las Manos a la Siembra, los jóvenes fabrican picos, chícoras, rastrillos, palas, entre otros implementos para el cultivo que tienen dentro del plantel.

Es por ello que, para conocer de primera mano estas experiencias, el ministro del Poder Popular para la Educación, Rodulfo Pérez, visitó ayer la institución educactiva donde pudo observar todo el trabajo que llevan a cabo estos estudiantes el cual está enmarcado en el impulso del modelo productivo que se lleva a cabo en escuelas y liceos de todo el país.»Desde que el presidente de la República, Nicolás Maduro, llamó al país a la construcción de un modelo económico que supere al rentismo petrolero, puso una tarea específica para las escuelas y liceos del país y pidió que nos incorporáramos a la siembra y a las actividades productivas y nos marcó un objetivo que es vincular a la educación con la producción, y el estudio con el trabajo?, explicó.

Pérez afirmó que, gracias al Gobierno Bolivariano, se ha logrado universalizar la educación, en la que los jóvenes cuentan con oportunidades para estudiar. Precisó que ahora el ministerio está trabajando para cumplir la meta de que se vincule la educación con el trabajo, al enseñarles a los estudiantes técnicas útiles para la producción y reparación de herramientas que les sirvan para su desarrollo profesional.»Éste es un objetivo para que lo alcance toda la sociedad venezolana, todo nuestro país. Cerrando este año escolar, hemos tenido la incorporción de más de cuatro mil instituciones educativas a actividades de la siembra; por eso aquí, en la Escuela Técnica Industrial Mac Gregor, estamos mostrando las actividades de producción industrial y todo el potencial que estas instituciones tienen?, agregó.

Pérez recordó que estas escuelas técnicas fueron olvidadas por las gestiones gubernamentales de la IV República, que pretendían eliminarlas del sistema educativo por considerarlas innecesarias y que fue con la llegada del Comandante Hugo Chávez, que se les brindó un impulso importante para su permanencia. En ese sentido, anunció que el año escolar 2016-2017, que iniciará en septiembre, deberá enfocarse en la construcción de un modelo educativo productivo. CANAIMAS EDUCATIVAS A pesar de la coyuntura política que vive el país, producto de la guerra económica y la caída de los precios del petróleo, el ministro Rodulfo Pérez hizo entrega de 144 tabletas y computadoras a estudiantes y docentes de la institución educativa.

«El presidente Nicolás Maduro ha continuado con la distribución de canaimitas y tabletas no solo para estudiantes de todos los niveles y las modalidades, sino también para los docentes del país?, expresó. Indicó que en el mes de julio, para el cierre del año escolar 2015-2016, se va a hacer entrega de la Canaimita número 5 millones lo que representa un gran logro para el país, aseguró Pérez.»Esto junto a la iniciativa de distribución de estas herramientas en la educación universitaria nos siguen poniendo a la vanguardia tecnológica de América Latina?, afirmó. Estudiantes del Liceo Mac Gregor impulsan el modelo productivo

Fuente:  http://www.entornointeligente.com/articulo/8583206/Estudiantes-del-Liceo-Mac-Gregor-impulsan-el-modelo-productivo-18062016

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Colombia: Cuatro de cada diez escolares han probado drogas

Colombia/ 18 de Junio de 2016/El Tiempo

Hay alarma entre padres de familia, autoridades y centros educativos por el aumento en el consumo.

El paquete de ocho a diez pastillas cuesta apenas 500 pesos, lo mismo que una colombina o un par de chicles. Las pepas son cuadradas, diminutas, tienen un color grisáceo y se pueden consumir de dos maneras: bajo la lengua o incrustadas en el párpado inferior. Durante 20 minutos provocan alucinaciones y relajación. Pero lo peor viene después: dependencia.

Desde el año pasado, esta sustancia sintética de fabricación nacional empezó a recorrer salones y pasillos de varios colegios, especialmente del sur de Bogotá. Pero en las aulas también pululan las drogas sintéticas importadas –sobre todo éxtasis– y disfrazadas como dulces, que se venden a un promedio de 30.000 pesos la unidad entre estudiantes de colegios privados del país.

 William Salinas, rector del colegio distrital Andrés Bello, en el barrio Muzú, del sur de la capital, conoce de cerca la problemática. Él señala que el uso de las pepas de 500 pesos (ácidos artesanales, según la Policía) se suma a un consumo cada vez más frecuente de marihuana, cocaína y hasta disolventes industriales (inhalados).

La Secretaría de Educación da cuenta del aumento del uso de drogas, que se duplicó entre el 2014 y el 2015: de 2.494 casos detectados de alumnos de colegios distritales que consumieron algún tipo de droga se pasó a 5.196. La mayoría (62 por ciento) fumó marihuana.

En el caso del Andrés Bello, por lo menos 30 de los 2.600 estudiantes han sido identificados como consumidores habituales de estupefacientes, pero se cree que son muchos más. “El primer contacto con la droga se da mediante el método tradicional: en los alrededores del colegio, los jíbaros les regalan las primeras dosis a los estudiantes, generalmente entre 13 y 17 años, como ‘gancho’ para volverlos adictos y luego convertirlos en sus clientes”, dice Salinas. Solo el año pasado se conocieron en Bogotá más de 2.300 casos de menores que probaron alguna droga por primera vez, de los cuales el 53,5 por ciento tenían entre 12 y 14 años, según el Observatorio de Drogas de Colombia. Y Ricardo Ruidíaz, director de la ONG Amigos Unidos –que investiga temas de violencia, abuso y consumo de sustancias psicoativas en la escuela– indica que un estudio que hicieron en las principales ciudades del país arrojó que cuatro de cada diez escolares, especialmente entre los 12 y los 17 años, consumen o han consumido una droga al menos una vez en su vida.

Lo peor, lamenta Salinas, es que en no pocos casos los papás de los alumnos dicen que “ellos (sus hijos) ya son grandes y saben lo que hacen”. En su plantel constantemente se hacen decomisos de cocaína, marihuana y hasta ‘trilladoras’, como los alumnos llaman a los pequeños aparatos que trituran la marihuana para que quede “menos gruesa” y facilitar así la armada de los cachos (cigarrillos).

‘Mensajeros’ de primaria

Uno de los asuntos que más preocupan al rector Salinas es que mediante amenazas, incluso de muerte, estas redes reclutan a niños de cuarto y quinto de primaria como ‘mensajeros’. “Un niño que no tiene más de 10 años no aguantó más la presión y le contó todo a la mamá. Ella nos puso al tanto, investigamos y supimos que había otros cinco casos de pequeños que se encargaban de ingresar la droga –cuenta el educador–. Los jíbaros les pagaban 20.000 pesos semanales para que ‘comieran’ callados”.

Para analistas como Efrén Martínez, presidente de la ONG Colectivo Aquí y Ahora, la ubicación de ciertos colegios, especialmente públicos, facilita el acceso de los niños y los adolescentes a las drogas. “Sabemos que hay dos jíbaros que viven cerca del colegio: ‘Trenzas’ y ‘Panzas’ –afirma el rector–. Son menores que integran pandillas usadas por redes de microtráfico. En esta zona (localidad de Puente Aranda) hay dos colegios más: uno distrital y uno privado, y muchos de sus estudiantes también han caído en las garras de estas redes. Lo más triste es que la Policía dice que no puede hacer nada, justamente por la laxitud de la ley con los menores de edad”.

El Distrito ha identificado 131 ollas y más de 470 expendios satélite (más pequeños) en los entornos de los colegios públicos. Es emblemático el caso del Agustín Nieto Caballero, contiguo a la olla conocida como ‘cinco huecos’, en el centro, cuyos estudiantes compran droga a través de grietas en las paredes. Además, muchos de ellos son constantemente víctimas de atracos en el tránsito hacia y desde sus hogares. La Policía ha hecho intervenciones, pero la comunidad estudiantil pide que sean permanentes.

Las cifras de la Policía Nacional también evidencian el aumento de la venta de drogas en los colegios y sus entornos, en todo el país. “Este año tenemos incrementos en las incautaciones de droga respecto del mismo lapso del año pasado: 16 por ciento en marihuana, 465 por ciento en coca y 953 por ciento en heroína, entre otras sustancias”, reporta el general Jorge Enrique Rodríguez, director de Seguridad Ciudadana de la institución. En el 2015 hubo 1.006 capturas y este año van 532 por porte de estupefacientes cerca de las escuelas, solo en Bogotá.

La venta y el consumo de drogas han traído otras consecuencias graves, como hurtos hechos por los propios estudiantes como una forma de conseguir recursos para satisfacer su vicio, abandono escolar y hasta amenazas a profesores y directivos que han tratado de enfrentar el problema. De hecho, solo en el 2015, la Asociación Distrital de Educadores (ADE) reportó cerca de 200 casos de solicitudes de traslado de docentes por amenazas, muchas de las cuales tienen que ver con el tráfico de narcóticos.

Un flagelo transversal

En colegios privados, especialmente en los que estudian muchachos de familias acomodadas, el panorama no es muy distinto, comenta Ruidíaz. El investigador señala que mientras en los planteles públicos tomaron fuerza unas pastillas sintéticas nacionales que se consiguen a un precio que oscila entre 5.000 y 20.000 pesos la unidad (fabricadas en Bogotá, Medellín, Bucaramanga y Cali), en los privados comenzaron a verse el año pasado pepas de éxtasis que parecen dulces y se venden en paquetes de reconocidas marcas, incluso de chocolates o brownies. “Las más comunes son la Fantasma Azul, la Criptonita Verde/Supermán y la Orange –dice Ruidíaz–. Todas generan euforia y dependencia, pero las nacionales, hechas con sustancias químicas muy peligrosas, pueden causar intoxicación”. Las importadas, anota, se traen principalmente de Holanda, España, Italia, Alemania y el Reino Unido; al igual que las nacionales, tienen gran demanda en Bogotá, la costa Caribe, Medellín, Bucaramanga, Cali, el Eje Cafetero y Villavicencio.

El director de Amigos Unidos menciona varias señales que pueden alertar a padres y profesores sobre el eventual uso de drogas por parte de los jóvenes: pérdida de peso, caída en el rendimiento académico, ausencia escolar, cambios bruscos en la manera de vestir y/o en el temperamento –generalmente se vuelven agresivos– y frases sobre el suicidio, entre otras.

Carolina Piñeros, directora de Red PaPaz, coincide en que la venta de droga se presenta en colegios de todos los estratos y que en los privados se da mucho el contacto entre expendedores de droga y estudiantes a través de redes sociales. “Se citan en lugares apartados del colegio y así es más difícil detectar el problema”, advierte. Ruidíaz y el general Rodríguez mencionan otras modalidades: el reclutamiento de alumnos para vender en las instalaciones, la venta directa en fiestas y el ‘correo muerto’ (lugares en los que se recoge la droga y se deposita el dinero, sin la presencia del jíbaro).

Jaime Leal, vicerrector del colegio José Joaquín Casas, situado en el norte de Bogotá, es consciente del problema y advierte que “la situación es peor de lo que muchos padres imaginan”. Si bien el directivo afirma que en el caso particular de este centro educativo no existen problema de microtráfico en los alrededores, porque todos los estudiantes deben tomar las rutas dentro de las instalaciones, sí sabe de alumnos que han tenido contacto con diversas drogas. “Hemos conocido, por los mismos estudiantes, que en fiestas y festivales musicales se dan los primeros contactos con sustancias sintéticas y marihuana –dice–. Hoy sorprende la cantidad de muchachos que dicen haber probado alguna droga”.

La situación es aún más preocupante si se tiene en cuenta que estudios hechos por instituciones como la Corporación Nuevos Rumbos revelan que, en el caso de la marihuana, la probabilidad de adicción en los menores de edad que la prueban por primera vez es del 50 por ciento, frente al 10 por ciento en adultos.

Aunque no hay diagnósticos precisos sobre la incidencia de la droga en colegios privados y sus alrededores, porque según Piñeros muchos prefieren manejar estos problemas internamente, el estudio más reciente hecho por la Personería de Bogotá (hace cuatro años) señaló que el 44 por ciento de los estudiantes de estos planteles se sienten inseguros en el entorno escolar, en gran medida por el asedio de las redes de venta de droga. El porcentaje sube al 70 por ciento en los planteles públicos.

Augusto Pérez, director de Nuevos Rumbos, sostiene que la falta de control de los padres y la violencia intrafamiliar son caldos de cultivo para que los menores contemplen las drogas como “una vía de escape”. Y aconseja: “Una buena manera de empezar es evitar el consumo temprano de bebidas alcohólicas. Estudios nuestros y de múltiples instituciones señalan que la inmensa mayoría de jóvenes se inician en la droga después de tener contacto con el licor”.

Ruidíaz concluye con una frase que ha escuchado muchas veces en los últimos cuatro años de estudios y sobre la cual, dice, autoridades, padres y colegios deberían empezar a trabajar para atacar el problema. Según su experiencia, la gran mayoría de los jóvenes que consumen droga dicen hacerlo “porque están cansados de la vida y esa es su forma de pasmarse”.

Hay que dar más información

Varios analistas consultados por EL TIEMPO coinciden en tres puntos: el primero, que no hay suficientes esfuerzos del Estado por lograr programas efectivos de prevención de consumo de drogas en los colegios del país.

Y aunque el general Jorge Enrique Rodríguez, de la Policía Nacional, destaca los trabajos que hoy se hacen con el Ministerio de Educación en los colegios, a través de charlas sobre prevención y riesgos del uso de estupefacientes, lo cierto es que el panorama actual obliga a mejorarlas e intensificarlas cuanto antes.

En segundo lugar, está la necesidad de un ataque más frontal al problema del microtráfico, razón por la cual Carolina Piñeros, de Red PaPaz, aplaudió el reciente anuncio de la Alcaldía de Bogotá de intervenir de manera integral los 30 colegios de mayor riesgo.

Y tercero, los expertos creen que la aprobación del uso medicinal de la marihuana por el Congreso, ha ayudado a aumentar la confusión entre los jóvenes frente a los efectos de la sustancia. “En internet, los estudiantes de hoy encuentran todo tipo de información, mucha de ella sin fundamento, y llegan a creer que la marihuana es inocua. Esto también explica el aumento de su consumo”, concluye el experto Efrén Martínez, del Colectivo Aquí y Ahora.

Fuente: http://www.eltiempo.com/bogota/consumo-de-drogas-en-los-colegios/16624127

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Ser Maestra de hoy, de ayer y del mañana. Historia de Nitza Requesens de Sarraute.

El mundo docente esconde inimaginables vivencias…y aprendizajes vitales. Hay historias de historias… aún más valiosas, cuando son cercanas que reflejan seguramente la vida de muchas mujeres, docentes venezolanas.

Nitza Requesens de Sarraute, quien fue maestra de la Escuela Padre López Aveledo en el barrio 23 de enero en Maracay, durante 32 años nos cuenta con mucho amor su labor realizada como maestra de primero a tercer grado en la mencionada unidad educativa.

Nos dijo, “qué orgullo era ver como mis niños y niñas aprendían, para ellos todos los días era un nuevo descubrir…”, ¡cómo trabajábamos juntos durante todo el año y cómo los promovía para el siguiente grado!, “pero además me llenaba de mucha dicha ver como los padres y madres, que muchas veces eran los tremendos(as) del barrio, nos respetaban, eramos referencia para ellos porque éramos sus maestras”… “pero hija, lo recuerdo con nostalgia, hoy en día, ya no es así con mis colegas que están ejerciendo en la escuela, ya no los respetan, ya no veo el brillo en los ojos de la dicha de ser docente”.

Ahora todo aquel que se dedique a ser maestro o maestra se lleva las culpas de todo el sistema educativo, principalmente, hacen recaer en nosotros las fallas o desaciertos del proceso formativo de los estudiantes. Nos hacen responsables del éxito o fracaso escolar, como si no existieran otras variables influyentes, que hacen que las cosas no funcionen bien.

La lucha de mis tiempos era poder mantener la infraestructura de la escuela levantada, que nos llegaran las arepas y a leche para que los niños y niñas desayunaran, que el comedor atendiera a más “muchachitos”, “muchos sólo comían en la escuela”, pero ahora la principal lucha de mi gremio en las escuelas, es que los respeten y los valoren tanto los padres, madres, comunidad, colegas y autoridades.

Este cambio de valoración del maestro y maestra lo ha impulsado como dispositivo, el discurso neoliberal, para erosionar la imagen de la profesión docente, para exponerlos como los culpables de las fallas y debilitar la imagen de la escuela, ya que, las escuela pública principalmente como la Padre López Aveledo, se habían convertido en espacios de lucha, se habían transformados paulatinamente en espacios de contención social de los sectores más defavorecidos, el proceso de dominación que ocurrían en ellas era principalmente el de la comunidad y las propias familias excluidas, convirtiéndolo así, en un espacio democratizado donde se comparte procesos pedagógicos y juegos con otros y otras del imaginario cultural de su sector social.

Esta escuela de lucha y procesos pedagógicos autónomos, no le conviene a los que nos quieren dominar, ya que una escuela enmarcada en el proyecto de su comunidad y en el proyecto de su país, no se puede desdibujar de las luchas sociales de las que participa, es por ello que le resulta más conveniente la generación de procesos de evaluación hegemónico como instrumento para darle los trancanzos a la imagen del maestro y maestra y así debilitar la escuela.

Nos preguntamos, ¿cuáles historias docentes estamos construyendo? , ¿Dónde nos apuntamos?

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Venezuela: Programa Canaima reconocido por Intel

/19 de Junio de 2016/

El programa Canaima, que el Gobierno venezolano impulsa desde 2009, recibió este jueves un reconocimiento de Intel, empresa con la que ha venido trabajando desde antes de que viera la luz la iniciativa y para la cual Venezuela representa un socio importante.
Si bien el fallecido presidente Hugo Chávez hizo acuerdos con Portugal para dar cuerpo al programa, este se fundamenta en el proyecto Classmate PC del fabricante estadounidense de microprocesadores.
 
La compañía otorgó a la estatal Industria Canaima una placa de reconocimiento por la cantidad de entregas hechas en siete años, unos 4,8 millones de PC, repartidas en 3,9 millones de laptops y 900.000 tablets. De la cantidad total, 1,4 millones de equipos fueron ensamblados en la planta ubicada en La Carlota, Caracas. El resto ha sido importado desde Portugal en un principio y, más recientemente, desde China a través de acuerdos entre Venezuela y el país asiático.
En el acto, John Monroy, presidente de Industria Canaima, precisó que los niños de educación básica han recibido portátiles, mientras que a los estudiantes de diversificada y universitaria se les han entregado tabletas.
De acuerdo con Hugo Morín, gerente general de Intel para los mercados emergentes, se trata de un reconocimiento a niños y docentes, trabajadores de Industria Canaima, Cantv, Ministerio de Educación y al Gobierno venezolano por promover el uso de las Tecnologías de Información y Comunicación en innovación y crecimiento.
“La PC es la ventana al mundo, pero sin conectividad, software y capacitación esto no es nada”, resaltó al agregar que países de la región miran con atención este programa.
Según Morín algunas naciones como Argentina, Bolivia, entre otros tratan de retomar el liderazgo en programas educativos, con manufactura local o sin ella.
En el acto, realizado en la sede de Industria Canaima, el ejecutivo de Intel, destacó el impacto que un proyecto de este tipo debe tener a largo plazo para los jóvenes venezolanos, por lo cual cree importante continuar el esfuerzo.
 
Mirando al exterior
John Monroy, presidente de Industria Canaima, informó que el tope de entregas se calculan en 5,2 millones, por lo que una vez cubierto el sector educativo nacional, la empresa buscará nuevos horizontes. De hecho, dijo que se trata de uno de los objetivos de su gestión es empezar a explorar nuevos mercados a fin de exportar.
Resaltó que el reconocimiento de Intel es un mensaje claro de que “estamos por buen camino. Somos reconocidos como un proyecto emblemático, de categoría mundial”.
Camilo Torres, viceministro para el desarrollo de las TIC del Ministerio de Educación, dijo que se trata no solo de un reconocimiento al esfuerzo de los trabajadores sino al liderazgo y a la política pública y revolución educativa que forjó Chávez. “El programa Canaima revolucionó la forma de hacer educación en el país”, expresó el funcionario.
La planta de La Carlota tiene una capacidad de producción de 1,1 millones de equipos al año en cinco líneas, cuatro de ellas automatizadas.
En función de la matrícula escolar anual, Industria Canaima proyecta ensamblar unos 300.000 PC en La Carlota. Para suplir la demanda total, calculada en 900.000 máquinas, importará kits desde China para ensamblarlos en la planta.
Fuente: http://www.elmundo.com.ve/noticias/negocios/empresas/programa-canaima-reconocido-por-intel.aspx
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Educación para formar mejores seres humanos

Colombia/17 de Junio de 2016/Dinero

Por: Ángel Pérez Martínez

La escuela y los docentes no pueden estar pasivos frente a la homofobia, la barbarie, la violencia y otras acciones que atentan contra la dignidad humana, la libertad, la igualdad o dañan la vida de la tierra.

Así como no es posible que todos los males de la sociedad y de los seres humanos los resuelva o los resistan los sistemas educativos, tampoco descarto el inmenso poder que tiene un buen sistema educativo con metas claras y de buena calidad. Educación capaz de incidir de manera estructural en la formación de seres humanos para la vida, el bienestar social y el cuidado de la tierra.

A pesar de los innegables avances de la humanidad por alcanzar el pleno respeto por los derechos humanos fundamentales, la dignidad humana, la libertad individual y la igualdad, aún subsisten en el imaginario individual o colectivo creencias o valores que permiten y hasta justifican acciones que hacen daño o afectan la vida de personas por su color de piel, raza, identidad sexual y de género, su religión o clase social, entre otras.

La afirmación anterior se prueba mediante los recientes hechos que se conocieron a raíz de la intervención de la policía en el Bronx en el centro de Bogotá, en donde ocurrían abusos insospechados a seres humanos mediante el uso de las drogas, prostitución infantil y desapariciones. También, lo peor de la condición humana se expresó en la masacre que costó la vida a 50 personas en el bar gay Pulse en Orlando, Florida; así como en el acto de discriminación racial del bar Cachao, ubicado en la Zona T de Bogotá, donde no le permitieron, por su color de piel, el ingreso a Danit Torres Fuentes, mujer de piel negra, quien es experta en temas educativos y ha dedicado su vida a buscar una Colombia más igual, sin discriminación.

La barbarie, la violencia, la homofobia, la militancia religiosa extrema y la discriminación racial son situaciones creadas por seres humanos influenciados por una cultura en la que los imaginarios familiares o sociales heredados o creados por el voz a voz, o más grave, por medios de comunicación masivos o redes sociales, inciden más en la formación de valores en las personas que los sistemas educativos o la escuela.

Con seguridad, miles de profesores y académicos, así como instituciones escolares y educativas se preguntan a diario ¿cómo formar mejores seres humanos? ¿Cómo luchar contra la familia y el entorno social cuando estos inciden de manera negativa en la visón de la vida de los muchachos y en sus valores? Para responder a lo anterior, la escuela se tiene que preguntar: ¿cómo determinan las prácticas, los discursos, los ejemplos y los medios masivos de comunicación la forma de pensar y de actuar de los estudiantes? En términos de Cornelius Castoriadis: ¿cómo se produce el imaginario o los procesos de creación por medio de los cuales los sujetos se inventan sus propios mundos, donde las valoraciones de lo bueno y lo malo adquiere un valor simbólico o real?

Humberto Eco, en un artículo publicado por el Diario la Nación de Argentina, se pregunta ¿De qué sirve el Profesor en el mundo de la Internet y de los medios masivos de comunicación? Eco sostiene que el Internet le dice casi todo al estudiante, “salvo cómo buscar, filtrar, seleccionar, aceptar o rechazar toda esa información”, y lo más importante, un buen profesor puede enseñar a comparar, a verificar y a relacionar sistemáticamente nociones, conceptos, valores y a tener un sentido crítico basado en el conocimiento. Sobre los medios de difusión masivos, Eco dice que “informan sobre muchas cosas y también transmiten valores, pero la escuela debe saber discutir la manera en la que los transmiten, y evaluar el tono y la fuerza de argumentación de lo que aparecen en diarios, revistas y televisión”

También, según nuestra Constitución Política la escuela tiene el deber de formar seres humanos para la vida en sociedad, el respeto a los derechos humanos y  la paz. “En todas las instituciones de educación será obligatorio y el estudio de la Instrucción Cívica y el fomento de prácticas democráticas para el aprendizaje de los principios y valores de la participación ciudadana” (artículos 41 y 67).

Sin embargo, una escuela y sus maestros con escaso apoyo de padres de familia, de la sociedad y del Estado estará cada vez más en desventaja en la formación de valores de los estudiantes con relación al efecto que hoy tienen la familia, el entorno social, el Internet y los medios masivos. De la escuela y de los planes de estudio desaparecieron el estudio de la religión (ojo, no la enseñanza de una creencia religiosa) y ahora la ética. Interesa más el bilingüismo, las matemáticas, la lectura y la ciudadanía ligada a derechos o prácticas democráticas, pero no formar buenos seres humanos.

Insisto, como lo desarrollé en anteriores artículos, en algunos lugares de Colombia donde en la familia o el entorno social del estudiante priman imaginarios que justifican el machismo, el autoritarismo y la violencia, la escuela no puede esperar ayuda positiva de los padres o de los responsables de los estudiantes en su formación. Es por ello que este país requiere una mejor educación oficial, para que sea capaz de sobreponerse a dichos efectos negativos de la familia y del entorno. De manera estructural, una educación de calidad, con apoyo social, es la única capaz de cambiar estos imaginarios, algunos de ellos antihumanos, en el mediano plazo.

Fuente: http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/educacion-para-formar-mejores-seres-humanos-angel-perez-martinez/224700

Fuente de la Imagen: https://www.google.co.ve/search?q=Educaci%C3%B3n+para+formar+mejores+seres+humanos&biw=1024&bih=489&tbm=isch&source=lnms&sa=X&ved=0ahUKEwiZ7ImVk7DNAhWBox4KHUagAMQQ_AUIBigB&dpr=1#imgrc=zDgXxnZADCKgnM%3A

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La Educación y el Conocimiento: ¿un bien común? (Parte I).

Por Marianicer Figueroa Agreda

El aire, la biodiversidad, el genoma, el lenguaje, las calles, Internet…
Los comunes no nos rodean: nos atraviesan y constituyen, nos hacen y deshacen.
De todos y de nadie, sostienen el mundo, son el mundo.
En el cuidado y enriquecimiento de los comunes nos jugamos la vida misma.
Es un asunto demasiado importante como para dejarlo en manos del Estado o del mercado. Nuestro desafío es hacernos cargo en común de un mundo común. David Bollier

Respondiendo al llamado que nos hiciera la Red Global Glocal por la Educación para analizar el texto publicado por la UNESCO denominado Replantear la educación: ¿Hacia un bien común mundial?, comparto a continuación algunas consideraciones sobre el texto en aras de aportar al debate mundial que sobre el mismo se está desarrollando, y en específico sobre el apartado en el que se insta a asumir a la Educación como Bien Común Mundial.

De antemano, debo identificar que lo que leerán aquí son palabras y reflexiones encarnadas que les comparto como activista por la Difusión Libre y el Acceso Abierto del Conocimiento, de allí que el hecho que la UNESCO esté llamando a que se reconozca al Conocimiento y a la Educación como un Bien Común Mundial, me interpela causando de antemano satisfacción y complacencia en tanto que los posiciona como un patrimonio colectivo al que todos y todas en el mundo tenemos el derecho de acceder sin restricciones.

Esta invitación al debate que nos hace UNESCO, tiene grandes consideraciones políticas, ideológicas y económicas que son necesarias revisar y adaptar al ámbito propio de la educación, sin embargo de manera inmediata podemos decir que implica atribuirle tanto al conocimiento como a la educación tres características claves para determinarlos como un bien común:

  • Son de uso colectivo y por ende pueden ser utilizados por todos y todas.
  • Son transgeneracionales1 lo que implica que no pueden ser gestionados en términos de racionalidad individual ni tener como objetivos las “ganancias”.
  • No pueden ser ni propiedad privada ni pública, lo que conlleva a que debe buscarse una forma de “propiedad comunitaria”, decisión también colectiva y mundial cuya administración se realiza de manera conjunta, desde una perspectiva de responsabilidad colectiva

Con el reconocimiento de estas tres características como atributos del conocimiento y de los procesos para su creación, gestión y apropiación, se hace esperanzador el horizonte para quienes defendemos a la Educación como Derecho Humano al comprender que la condición como bien común implica un freno de la tendencia a la privatización de los bienes públicos asociados a la educación, así como también un freno a la exclusión de las y los ciudadanos en la toma de decisiones sobre el destino y uso de los mismos. De igual manera posibilita la renovación y recuperación de una lógica solidaria para desarrollar nuevas formas de colaboración, gobierno y acción colectiva que en palabras de David Bollier (2008) trae consigo otro paradigma para la acción política con el cual puede proporcionarse un modelo alternativo con el cual propiciar un mayor equilibrio entre preocupaciones económicas, sociales y éticas, modelo que en el marco de las realidades actuales que nos cercan, no puede más que entusiasmar.

Conviviendo con este entusiasmo, aparecen de manera inevitable preguntas más que respuestas, así como preocupaciones ante la complejidad que trae consigo tratar de hacer nacer un nuevo modelo de gestión de la educación, en un contexto en donde el mercado avanza cada día más como instancia que decide y rige los destinos de todos los derechos humanos que tenemos. Para aliviar la tensión que ello causa, a continuación la mirada inicial, siempre precaria, que al respecto he logrado construir a pesar de mi formación humanística y la poca experticia en el ámbito económico desde donde se analiza los bienes comunes.

El concepto de «bienes comunes» viene posicionándose como tema de investigación desde que en el 2009 fue objeto de reconocimiento por parte de la comunidad científica internacional a través de la concesión del Premio Nobel de Economía a la politóloga norteamericana Elinor Ostrom (1933-2012) por su trabajo sobre el El Gobierno de los Bienes Comunes cuya tesis fundamental se sintetiza en la idea que no existe nadie mejor para gestionar sosteniblemente un «recurso de uso común» que los propios implicados (1995: 40). La labor investigativa de la profesora de la Universidad de Indiana recoge múltiples experiencias, muchas de ellas registradas de experiencias en iberoamericana, que demostraban que la existencia de espacios y bienes comunales, sin atribución de propiedad específica a un(os) usuario(s), no conllevaba inevitablemente la sobreexplotación de los recursos y la pérdida y erosión de ese patrimonio, debido a que los individuos que acceden a un bien colectivo (motivados por su propio interés) contribuyen y se comprometen con su mantenimiento y desarrollo. Con su planteamiento Ostorm daba respuesta con su planteamiento a la influyente obra de Garrett Hardin (1968) quien situó a la gestión de los bienes comunes como un proceso asociado a un sobreconsumo incontrolable que inevitablemente termina acabando en tragedia.2

El término “bienes comunes” del inglés commons, en la cultura anglosajona se trata de una categoría histórica que para muchos autores no tiene equivalente estricto en el idioma español. Por su parte Ariel Vercelli señala que históricamente, lo “común” ha estado referido a aquello que surge de la comunidad y, por tanto, estos bienes pertenecen y responden al interés de todos y cada uno de sus miembros, comuneros o ciudadanos (Rubinstein, 2005). Como tales, redundan en beneficio o perjuicio colectivo y se encuentran en permanente tensión frente a las posibles apropiaciones o cercamientos que puedan tener por otros individuos, corporaciones comerciales o Estados (Hardin, 1968; Ostrom, 2005, Boyle,2008).

A fines de este texto, utilizaremos la definición de la Asociación Internacional para el Estudio de los Bienes Comunes (IASC por sus siglas en inglés), que concibe provisionalmente a los commons como aquellos bienes compartidos cuya uso sostenido y gobernanza (palabra con la cual no me siento muy cómoda), requieren acción colectiva. Estamos refiriéndonos a bienes, recursos, que más allá de la propiedad o de la pertenencia, asumen, por su propia vocación natural y económica, funciones de interés social, sirviendo directamente los intereses, no de las administraciones públicas, sino de colectividades y de las personas que la componen.

Si bien el análisis de Hardin, identificando “commons” con “tragedia” ha tenido efectos persistentes, en el sentido de considerar como utópico, irrealizable y poco eficiente cualquier alternativa que busque una forma de organización social distinta al binomio mercado-estado, el modelo de bienes comunes ya funciona en diferentes ámbitos. En el caso de los educativos buenas e inspiradoras noticias de su buen funcionamiento la vemos en los sistemas sociales de comunicación académica, en los repositorios de programas realizados con software libre, en el trabajo de las bibliotecas de investigación de acceso abierto, y en el modo en que las comunidades científicas producen y difunden sus investigaciones sin restricciones, bajo modelos de investigación abierta.

Los bienes comunes de la ciencia y las comunicaciones académicas antes mencionados, suelen consistir en bienes no rivales (a nadie se le puede privar de él) y no excluibles (no hace falta entrar en competencia con los demás para tener acceso a él) que pueden ser utilizados y compartidos por mucha gente sin agotar el recurso, característica que algunos comentaristas han denominado como la cornucopia de los bienes comunes, según la cual a las mismas tienen más valor en la medida que mucha más gente utilice el recurso y se una a una comunidad social. “El principio operativo es «cuantos más, mejor». En realidad, el valor de una red telefónica, de una bibliografía científica, de un programa de software de código abierto aumenta cuanta más gente participe en la empresa, un fenómeno que los economistas denominan «efectos de red”. (Hess y Ostrom, 2016, p. 59)

Desde esta perspectiva atribuirle como acuerdo global mundial la noción de bien común al conocimiento, implicaría enfrentar las lógicas desarrolladas por el “Capitalismo Cognitivo”3, desde donde se le ha otorgado al conocimiento cultural, humanístico, artístico, científico y tecnológico trato como mercancía, fortaleciendo y potencializando para ello marcos regulatorios sobre la propiedad intelectual e industrial, en conjunción con una “demanda” de conocimiento formulada desde los grandes centros de poder que procuran modos de privatizarlo en función de los beneficios que su escasez trae consigo. Las consecuencias de este secuestro han sido nefastas para el desarrollo de los pueblos, más aún cuando los ámbitos en los que aparece con mayor fuerza, como la salud, la alimentación y la educación, son de interés prioritario para superar la condición vulnerable de la humanidad.

Ante esta realidad, se asoma como un muy buen síntoma para el mundo que la UNESCO se sume y ponga en la palestra mundial la denuncia de la tendencia actual a la privatización de la producción, reproducción y difusión del conocimiento, cuando señala que: (la cita textual larga interlineado sencillo a continuación)

“El conocimiento está siendo gradualmente privatizado por ley, y más concretamente por el régimen de Derechos de la Propiedad Intelectual, que domina la producción del conocimiento. La privatización progresiva de la producción y reproducción del conocimiento es evidente en la labor de las universidades, centros de investigación, empresas consultoras y editoriales. Debido a ello, se está privatizando en la actualidad buena parte del conocimiento que consideramos un bien público, y que nosotros estimamos que forma parte de los bienes comunes” (UNESCO, 2015, p.84)

Mejor síntoma aún es que proponga como línea estratégica para garantizar el derecho a educarse, que se devuelva a la humanidad lo que le corresponde, de manera que se le garantice el acceso universal y equitativo para todos y todas a una información puntual, correcta y acreditada, incluyendo muy especialmente en ese todos al Sur global.

Al respecto es muy importante resaltar que lo que puede parecer teoría e inclusive utópico, ya es acción concreta y vida en centenares de instituciones académicas y científicas a nivel mundial, e inclusive países, que de forma explícita han generado mandatos y políticas4 que obligan a que toda la creación intelectual financiada por fondos públicos sea de difusión libre y por ende publicada en repositorios digitales, para que sea de consulta y uso de todas y todos.

Ahora bien, al igual que el conocimiento la invitación de la UNESCO es también sumar como bien común la gestión de los procesos y las instituciones que aseguran la creación, acceso y apropiación del conocimiento, proceso que implica una gran complejidad en tanto que al incluir en la gobernanza de la educación recursos tangibles cuya utilización por unas personas puede limitar su uso por parte de otras, requiere de claras reglas y del compromiso de todas y todos los involucrados.

La característica de este tipo de bien común, denominado también “Recursos de uso común” es que pueden ser agotables, rivales y escaseables5, así como también pueden llevar consigo altos costos de exclusión, si estos no están sujetos a reglas que contienen un manejo responsable de ellos para evitar su agotamiento y/o depredación, y de reglas justas para su acceso. Al respecto señala Ostrom:

“Los recursos comunes pueden ser considerado como cualquier tipo de recurso (natural o de otro tipo) sujeto a formas de uso colectivo, para el que la relación entre el recurso y las instituciones humanas que media la apropiación son un componente esencial del régimen de manejo” (2005, p.132)

Desde esta perspectiva pensar en la educación como bien común amerita de un modo otro de los procesos de definición, gestión y evaluación de las políticas y el desarrollo del proceso educativo, incluyendo aquellas referidas a su financiamiento, en donde todas las partes involucradas, requieren articularse en una empresa social colectiva, como lo propone la UNESCO, para poder garantizar por una parte el derecho a la educación de todas y todos y por otra el alcance de las metas que a ésta le han atribuido en los marcos jurídicos de cada país.

Ante este planteamiento, la primera pregunta que surge es ¿Quiénes conformarían esa empresa social colectiva?, ¿Qué rol tendría en ella el estado, las y los educadores, padres, madres, los organismos internacionales, la empresa privada, el mercado y las comunidades en las que se ubican estas instituciones educativas? ¿Si la gestión de la Educación será desde una empresa social común, a quién le corresponderá financiar la educación en un escenario en donde la responsabilidad primera de los estados en la administración de la educación pública tropieza con una oposición cada vez mayor, con demandas de reducción del gasto público y una mayor participación de agentes no estatales ? ¿Que la educación deje de ser un bien público para pasar a ser un bien común debilitaría el rol del estado como garante de la educación? ¿Podría considerarse esto como una forma de privatización?

Lamentablemente para las posibles expectativas de quienes leen estas líneas, éstas y muchas otras preguntas que al respecto surgen, no tienen aquí ni en el documento de la UNESCO respuestas precisas y detalladas, sin embargo alrededor de las mismas comparto comentarios-preocupaciones al respecto.

Pensar en la gestión de la Educación como recurso de uso común, trae al tapete diversas alertas. Algunas son propias del ámbito de los bienes comunes, alertas que ya han sido estudiados y advertidos por diversos autores, al hacer referencia a los dilemas6 propios del uso sostenido de un recurso cuya apropiación colectiva podría afectar las capacidades productivas de los sistemas, si se imponen la competición por el uso, el aprovechamiento abusivo de aquellos que utilizan el bien común sin contribuir a su mantenimiento y/o la sobreexplotación excesiva del mismo.

Para evitar que ello suceda Mario Fagiolo (2012)7, citando los aportes de autores como Ostrom y Hess, sostiene que bajo las condiciones adecuadas8, los “bienes comunes” pueden ser “bienes sostenibles”, siempre y cuando los actores, impulsados por el espíritu de cooperación, cambien voluntariamente el enfoque del juego: de “suma cero” a “suma positiva” (ganar – ganar) de manera que en lugar de actuar con base en la búsqueda del máximo beneficio, elijan conseguir el beneficio óptimo, donde no hay perdedores y todos pueden salir beneficiados.

Esto se canaliza y cristaliza con la definición colectiva y consensuada de normas apropiadas de funcionamiento y monitoreo, de mecanismos eficientes y eficaces para la resolución de conflictos lo que en otras palabras implica la construcción de instituciones humanas, informales o formales, que garanticen su reproducción natural o social de los recursos comunes, con un modelo de gestión congruente con las características propias del bien del que se trata: si el bien es común también la planificación y la gestión deben serlo.

Sumado a esas preocupaciones propias de la gestión de los bienes comunes, aparecen también interrogantes y preocupaciones propias de la educación en cinco grandes temas a saber: su financiamiento, la definición de su fin y forma de gestión, su evaluación, la formación de la ciudadanía para asumir acciones de co-gestión y la participación que el estado, el mercado y los organismos internacionales tendrán en el desarrollo de las macropoliticas para el bien común en tiempos en donde cada día son más las presiones que existen para dejar en manos de los privados, la educación pública, ya sea por la vía de la privatización explicita o por la vía de la “privatización por defecto”9?

Al respecto, para muchos es conocida la explícita y poderosa influencia que hoy día tienen influyentes “edu-empresas” y “edu-emprendedores” en todo el mundo, que disponen de un enorme poder y recursos dedicados a socavar y eludir fondos del sector público. Las empresas y fundaciones privadas promueven y “venden” a los gobiernos cada vez más ideas en materia de políticas, tales como la elección de la escuela, la competencia, la rendición de cuentas, la estandarización de pruebas y planes de estudios, la evaluación de la pedagogía y de los docentes, tal como está reseñado en diversos artículos, entrevistas y textos diversos publicados en OVE, del que resaltamos el excelente artículo de Carol Anne denominado “Vender el derecho a la Educación Pública de calidad para todos

De igual manera son diversos los autores y movimientos sociales que denuncian que las instituciones diseñadas en 1945 en torno a las Naciones Unidas, también han mostrado sus límites, principalmente porque giran alrededor del estado y más concretamente de unos pocos estados que controlan el sistema entero. “Hoy a pesar de algunos logros la ONU sufre de una escandalosa carencia de fondos y está bajo presión, no tiene ningún medio de aplicación de sus resoluciones y en definitiva depende de la buena voluntad de los cinco miembros del Consejo de Seguridad que no tienen intención alguna de renunciar a su poder”10 (Blin, A y Blin G Marin, Abril 2012, p 19) Esta realidad también fue evidenciada en la denuncia realizada por mas de un centenar de académicos y pedagogos del mundo, por el giro economicista que en el 2015 tuvo el Foro mundial de Educación realizado por la UNESCO en Incheon, Korea; motivo por el cual emprendieron una campaña contra el Apagón Pedagógico Global, campaña reseñada en OVE.

En este contexto cada día más naturalizado e instituido, ¿Como dar el salto para la acción colectiva real en la asunción de la gestión de la Educación como Recurso de uso común a sabiendas que los políticos y expertos no pueden diseñar o construir comunes desde arriba en formas de procomún fabricado? ¿Quiénes están formando ciudadanía para ello, en un mundo en el que claramente prevalece el individualismo, la competencia y la meritocracia? ¿Puede instituirse la educación como bien común, cuando esta debe surgir de la convicción y el compromiso de los actores de una comunidad? ¿Quién está en este momento sembrando ciudadanía dispuesta a asumir la gestión de los bienes comunes?

Al respecto copio la reflexión de Boiler (2016) regalada en una entrevista, también reseñada en OVE:

“Cuando los comunes están patrocinados por las instituciones, no pueden disfrutar de ese mismo espíritu de dedicación, propiedad y creación mutua que surge desde abajo. En tal sentido, siempre serán objetos dentro de una obra ajena con directores externos, en vez de ser la expresión de un brote creativo surgido de las propias personas para satisfacer sus intereses, necesidades y vida interior” (s/p)

En ese sentido, tomar en cuenta que la acción colectiva no es una constante dada por principio en las interacciones sociales, implica necesariamente crear, más bien retomar, una cultura para la gestión exitosa de los bienes comunes, lo que conlleva invertir tiempo para el desarrollo a escala global y en todos los niveles, de las habilidades necesarias que nos permitan participar en empresas sociales colectivas. Construir visiones comunes sobre los bienes recursos colectivos, lograr acuerdos sobre reglas claves de cooperación, confiar en el compromiso y la voluntad de los otros, tener certeza de que todas y todos los involucrados asumirán las restricciones y los esfuerzos que implica el cumplimiento y el monitoreo de los acuerdos, y constatar que los bienes comunes y su “productividad” se mantienen, son habilidades primordiales para este gran paso, habilidades que por cierto no forman parte de aquellas cuya medición en pruebas estandarizadas califican si un sistema educativo es de buena calidad o no.

Saltar a la gestión de la educación como bien común, sin prepararnos y tener conciencia crítica para ello, es ir desnudos a un dialogo con instancias que seguirán apostando al fracaso de la educación pública y sin duda al fracaso de la educación como bien común. En ello el lugar del Estado, inevitablemente no puede ni debe verse disminuido. Sobre esa premisa la apuesta a la asunción de la cultura del bien común en el ámbito educativo, es necesario posicionarla como una apuesta a considerar a la Educación como un bien común de interés público del estado, lo que implica que por su naturaleza es res communis ómnium, y res extra comercium, una cosa o bien común de todos y todas no susceptible de apropiación individual, reconocimientos que contaría con el interés deliberado y público del Estado y su compromiso, como instancia prioritaria, para garantizar los compromisos que requieren la asunción de la Educación como bien común, su acceso y la creación y cumplimiento consensuado de su regulación.

Desde algunos caminos transitados 11 para ello, y asumiendo también como mías las palabras de Silke Helfrich y Jörg Haas referidas a que la capacidad de desarrollo de la sociedad, depende de manera decisiva de su aptitud para resolver el desafío de hacer justicia respecto a los criterios de equidad de acceso y uso de nuestra herencia común. Por ello, pensar en la educación como bien común es pensar en la capacidad de nuestras sociedades a escala global para el dialogo concertado y la aceptación y validez de la paridad de voces de maestros y padres con los creadores de las políticas educativas a la hora de asumir posicionamiento ante la ola privatizadora de la educación pública nivel mundial y de incidir para decidir de qué se quiere hablar al referirnos a la calidad educativa.

También es pensar en cómo otorgar la cualidad de bien común a la Educación, ayuda a enfrentar lo que Otras Voces en Educación ha reseñando en múltiples noticias y artículos pubicados en apenas cuatro meses de trabajo, sobre las resistencias de educadores del mundo ante el apagón pedagógico global y la instrumentalización del conocimiento a favor del mercado12, los posicionamientos críticos de Maestros ante el modelo de evaluación de desempeño docentes instituido en México13, la negativa de miles de padres en España, Reino Unido y en EEUU a la aplicación de pruebas estandarizadas a sus hijos y el trato meritocrático y discriminizador de sus escuelas14, en el movimiento ciudadano en torno al avance de la privatización de la educación pública en África a través de las escuelas Bridges, o en Perú e India ante la escalada de las escuelas de bajo costo que cada día son más en esos países15.

Para ello, sumo a mi convicción las palabras de Helfrich y Haas (2009):

“Partimos del supuesto de que la capacidad de desarrollo de la sociedad, de toda sociedad, depende de manera decisiva de su capacidad de resolver el desafío de hacer justicia a los criterios de equidad de acceso, participación activa en los commons y sustentabilidad ecológica y social. El debate en torno a la responsabilidad por nuestros recursos colectivos, por lo tanto, es también un debate sobre cómo está constituida nuestra sociedad” (p.143)

…A lo que yo le añadiría que también es un debate sobre el estado de salud de la misma, hoy día y en las mañanas por venir.

Bibliografía:

Ariel Hernán Vercelli (2009). ‘Repensando los bienes intelectuales comunes: análisis socio técnico sobre el proceso de co-construcción entre las regulaciones de derecho de autor y derecho de copia y las tecnologías digitales para su gestión’.

Bollier, David et al. 2009. “The Future of the Commons.” [Notes from a retreat at Crottorf Castle near Cologne, Germany, on June 25-27, 2009].

Blin, A. y Marin, G. (2012). Los comunes y la gobernanza Mundial. Hacia un contrato social mundial, consultable en [www.gober nanza-mundial.org].

Bollier, David. (2008) “The Commons as a New Sector of Value Creation.” Kosmos Journal Fall/Winter 2008, Vol. VIII, No. 1.

Boyle, J. (2008).The Public Domain: Enclosing the Commons of the Mind. Estados Unidos de Norteamérica: Caraban Books.

Fagiolo, Mario (2012) “El conocimiento como bien común” Revista Venezolana de Economía Social Año 12, Nº 23, Enero-Junio 2012. ISSN 1317-5734.ISSN Elect. 2244-8446Universidad de los Andes (ULA) NURR – Trujillo. CIRIEC – Venezuela

Hardin, G. (1968). The Tragedy of the Commons. Disponible en http://www.sciencemag.org/cgi/ content/full/162/3859/1243. Publicado originariamente enScience 13 December 1968:Vol. 162. no. 3859, pp. 1243 – 1248 DOI: 10.1126/science.162.3859.1243.

Hess, Charlotte. (2008). “Mapping the New Commons.” 12th Biennial Conference of the International Association for the Study of the Commons

Helfrich, Silke and Haas, Jörg. (2009). “The Commons: A New Narrative for Our Times.” Heinrich Boell Foundation.

Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Unesco (2015). Replantear la educación: ¿Hacia un bien común mundial?París (Francia): Unesco. ISBN 978-92-3-300018-6

Ostrom, Elinor (2005). Understanding Institutional Diversity. Princeton University Press.

Rubinstein, J., C. (2005).¡Viva el Común! La construcción de la protosociedad civil y la estructura política castellana en el bajo medioevo. Buenos Aires: Prometeo Libros.

S.A (2008). Genes, bytes y emisiones: bienes comunes y ciudadanía. Compiladora Solke Helfrich. Ediciones Böll, México. Disponible en: http://www.boell-latinoamerica.org/downloads/Bienes_Comunes_total_EdiBoell.pdf [Consulta: 2013, Abril 18]

Vercelli, Ariel (2009) Repensando los bienes intelectuales comunes –análisis socio-técnico sobre el proceso de co-construcción entre las regulaciones de derecho de autor y derecho de copia y las tecnologías digitales para su gestión. Tesis de Doctorado con mención en Ciencias Sociales y Humanas. Universidad Nacional de Quilmes. ISBN: 978-987-05-6304-4. Descargada del sitio: www.arielvercelli.org/rlbic.pdf

Notas para entreleer

1 La visión transgeneracional implica que se debe tener a) la responsabilidad de aprovechar los recursos y el ambiente si que se afecten las capacidades y posibilidades de uso por parte de las generaciones futuras, b) el compromiso de no generar impactos que constituyan pasivos transgeneracionales y afecten la capacidad productiva y de sobrevivencia de las generaciones futuras, c) la responsabilidad de capacitar, sensibilizar y empoderar a las generaciones más próximas (los hijos básicamente) respecto a las responsabilidades que les tocara asumir consigo mismos y con las generaciones posteriores a ellos
2 La versión de Hardin sobre los commons ingleses aborda la destrucción de los bienes, pasando por alto la tragedia de las comunidades. Hardin sostiene su propuesta utilizando la metáfora de un hipotético pasto utilizado colectivamente por varios pastores y, por ello, deteriorado, suponiendo que el interés particular de todos ellos no es otro que el de incrementar de manera constante el número de ovejas que cada uno lleva al prado, para maximizar así las ganancias que el uso del recurso común genera a cada uno de ellos. Sin embargo, este comportamiento y las ganancias obtenidas se enfrentan con límites ineludibles, ya que el aumento del uso y de la presión sobre el recurso conduce inevitablemente a su destrucción. refutar la parábola de Garrett Hardin sobre la «tragedia de los comunes». Para combatir la gestión pública de los recursos públicos, los conservadores, partidarios del mantenimiento de los derechos de propiedad, han esgrimido el análisis y la poderosa metáfora de Hardin, según la cual es probable que los bienes comunes que no se rigen por derechos de propiedad individuales acaben en la sobreexplotación y ruina del recurso.
3 Para conocer sobre este tema recomendamos la lectura de dos textos reseñados en Otras Voces en Educación (OVE): El conocimiento: dimensión estratégica para el capitalismo cognitivo de Marx Gómez y Capitalismo Cognitivo, otro argumento para reinventarse o morir de Laura Rosillo Cascante
4 La estadística que sustenta esta afirmación es tomada de los datos publicados al respecto por ROARMAP que es el directorio internacional sobre políticas institucionales de Acceso Abierto (AA) que son adoptadas por las universidades, instituciones de investigación y financiación, e inclusive países. En la actualidad este observatorio creado en el 2003 por la Universidad de Southampton alberga para el segundo trimestre del 2014, quinientos tres mandatos a nivel mundial, a diferencia del 2013 en el que reportó doscientos (200) mandatos menos. Estos datos pueden verse en http://roarmap.eprints.org/
5 En el lenguaje de Ostrom: «recursos de uso comun» (RUC) son «un sistema de recursos naturales o hechos por el hombre, que es bastante grande como para hacer costoso (pero no imposible) excluir a potenciales usuarios de su uso», Ostrom, op. cit., p. 66. Sus atributos definitorios son la substracción o rivalidad y la no exclusividad o exclusión costosa. Entre ellos estudió las pesquerías, pastizales, sistemas de irrigación, bosques comunales, lagos y cuencas subterráneas a nivel local, véase Ostrom, The Logic…, cit., p. 58.
6 Para conocer sobre los dilemas estudiados alrededor de la gestión de los Bienes Comunes, recomiendo leer el texto «Dilemas de lo colectivo Instituciones, pobreza y cooperación en el manejo local de los recursos de uso común»  de Juan Camilo Cárdenas, quien no solo los explica sino que los  ejemplifica los mismos con experiencias reales sobre gestión de recursos naturales.
7 Mario FAGIOLO (2012) “El conocimiento como bien común” Revista Venezolana de Economía Social Año 12, Nº 23, Enero-Junio 2012. ISSN 1317-5734.ISSN Elect. 2244-8446Universidad de los Andes (ULA) NURR – Trujillo. CIRIEC – Venezuela
8 Elinor Ostrom y Charlotte Hess (2009) nos proporcionan un listado de condiciones adecuadas o principios constitutivos de las “instituciones de bienes comunes”que – en el curso de los numerosos estudios empíricos que se realizaron – resultaron ser: sólidas y sostenibles, veamos. • Una clara definición de las posibilidades y de los límites. • Las normas utilizadas deben ser adecuadas a las exigencias y a las condiciones locales.• Todas las personas, que deben respetar esas normas, pueden participar en la definición y redefinición de las mismas.• El derecho de la comunidad, para establecer sus propias reglas, es respetado por las autoridades externas: principio de autonomía.• La existencia de sistemas de autocontrol de la organización para monitorear el comportamiento de los integrantes.• Los sistemas de sanciones, están diseñados para su aplicación progresiva.• Los miembros de la comunidad cuentan con el apoyo de mecanismos, para solucionar conflictos, a bajo costo.• La estructura de las organizaciones co-evoluciona desde los modelos mecánicos de ayer hacia los modelos orgánicos de hoy; promoviendo arquitecturas anidadas
9 La privatización por defecto no es otra cosa que una forma de privatización que no es producida directamente por políticas explícitas de privatización, sino que es una privatización que surge por demanda y por un proceso más de abajo hacia arriba, impulsado por una percepción negativa muy extendida respecto a la calidad de la educación pública. Ver un caso de privatización por defecto en: http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/87147
10 Los Comunes y la Gobernanza Mundial . Hacia un contrato social Mundial. Arnaud Blin Gustavo Marin Abril 2012.
11 El planteamiento del conocimiento como bien común de interés público lo  propusimos en Venezuela en el proyecto de Ley de difusión libre y acceso abierto al conocimiento elaborado por activistas entre el 2014 y 2015, como instrumento legal en el que se reconociera en el conocimiento la cualidad de res extra comercium, lo que lo hace susceptible de tener protagonismo en el mundo de los negocios y/o del comercio, y la de res communis ómnium, que le atribuye connotaciones de propiedad común. Si bien, no alcanzamos a la promulgación del proyecto de ley antes mencionado, la idea de los bienes comunes de interés público logramos posicionarla en la Ley de Semillas aprobada en Diciembre de 2016, en la cual se distingue a la semilla como bien común de interés público cultural y natural, material e inmaterial de los pueblos.
12 Ver artículos sobre el tema : http://otrasvoceseneducacion.org/?s=apag%C3%B3n+pedagogico+global&submit=Buscar
13 Ver artículos y noticias sobre el tema en: http://otrasvoceseneducacion.org/?s=resistencia+magisterial&submit=Buscar
15 Ver textos sobre el tema en: http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/87147, http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/2178 , http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/94912
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